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Importancia de la empatía para la comunicación asertiva.

La empatía es una característica fundamental para las relaciones entre los

seres humanos, ya que influye en la capacidad para comunicarse asertivamente

unos con otros. Es por eso que la Dra. Patricia Bustos Forero, especialista en

gerencia de proyectos laborales y Msc. En Neuropsicología Clínica de la

Universidad de Valencia, España, ha ofrecido una importante video conferencia

acerca de los procesos empáticos en las personas y de las estrategias que

pueden aplicarse para desarrollar esta habilidad.

En tal sentido, dicha especialista explique en que consiste tal cualidad

humana y establece que el concepto de empatía “se puede comprender como la

capacidad para poder sentir o comprender los sentimientos de la otra persona con

la que nos comunicamos. Esta habilidad social es imprescindible para que no

existan malentendidos, para interpretar el lenguaje corporal y para que su mensaje

nos llegue con claridad” (Bustos, 2021). Por ese motivo, la empatía se relaciona

con la capacidad para ponerse en el lugar de la otra persona, entender la situación

o los problemas por los cuales está pasando y comprender por qué razón actúa de

tal o cual manera.

Por tal motivo, las capacidades empáticas evitan ciertas barreras o

limitantes que a veces se presentan en la comunicación y pueden afectar la

capacidad para transmitir o para percibir lo que el otro quiere transmitir. Ser

empáticos ayuda a evitar malentendidos o malas interpretaciones del mensaje

transmitido porque al saber cómo se siente la otra persona ayuda a entender lo


que realmente ella desea expresar. Aunque la empatía puede ser entendida desde

muchos puntos de vista, es un hecho generalmente aceptado que la misma

contribuye a reforzar las relaciones entre las personas. Por esa razón Muñoz y

Chaves (2013) afirman: “Como un ideal de las relaciones humanas, la empatía ha

sido concebida de muchas maneras, tratando de impulsar comportamientos de

cooperación y convivencia positiva, unidos a la necesidad de ponerse en el lugar

del otro para ser buenos ciudadanos”

De acuerdo con Bustos (2021) no se nace siendo empáticos, sino que esta

habilidad debe ser desarrollada en la medida que la persona va madurando y va

consolidando sus habilidades sociales. Pero el desarrollo de la empatía es un

proceso complejo en el cual influyen ciertos factores tanto internos como externos,

tales como la familia, el contexto y el neuro-desarrollo. En el caso de la familia,

constituye el elemento fundamental de socialización de la persona porque es allí

con sus padres, hermanos y otros parientes cercanos donde el individuo inicia su

aprendizaje de habilidades de comunicación e interrelación con otros. Por eso, los

valores que aprenda dentro del seno familiar influirán fuertemente en su conducta

al llegar a la edad adulta. Si sus padres le enseñan a ser solidarios en la

comprensión de los problemas ajenos, esta capacidad permanecerá en él durante

el resto de su vida.

El siguiente factor determinante del desarrollo empático es el contexto

donde el individuo crezca y se desenvuelva. De las relaciones con sus amigos del

barrio, de la escuela y compañeros de trabajo dependerá en gran medida la

construcción de sus habilidades para relacionarse asertivamente con quienes le


rodean. Si durante su niñez la persona ha sido sometida al bullying por parte de

sus compañeros de estudio, en la comunidad o, incluso dentro de su propio hogar,

es posible desarrolle conductas agresivas o violentas que le perturben en etapas

posteriores de su vida.

El tercer factor de importancia en la construcción de la empatía es el

neurodesarrollo, ya que este comportamiento tiene una base neuronal a través de

las denominadas neuronas espejo, las cuales “son neuronas que en el caso de los

seres humanos se sitúan en las porciones del cerebro que se encargan de las

funciones motoras, sensoriales y el habla, es decir, se localizan en el lóbulo frontal

y en el lóbulo parietal” (Bustos, 2021). Esto demuestra, entonces que los humanos

cuentan con una estructura anatómica y fisiológica en su cerebro que les permite

desarrollar la empatía. Pero también es cierto que tal habilidad no se manifiesta si

la persona no ha contado con los factores externos ya descritos para estimularla o

si por sí mismo no se propone este logro como meta.

En conclusión, es sumamente necesario para el ser humano la adquisición

de la empatía para el logro mejores capacidades para comunicarse. Por eso el

desarrollo de esta habilidad le permitirá contar con mayores posibilidades para

alcanzar sus objetivos personales, sociales y profesionales en el transcurso de su

vida. En efecto, un comportamiento empático le ayuda a la persona a comunicarse

asertivamente lo cual a su vez le permite un mejor trato con su familia, un

desempeño efectivo en grupos de trabajo en su campo laboral en fin, tener mayor

bienestar y calidad de vida.


Referencias.

Bustos, P. (2021). Empatía para la Convivencia Asertiva. Universidad Francisco de

Paula Santander. Cúcuta, Norte de Santander, Colombia. Disponible en

https://fb.watch/5TTm8nrdFR/

Muñoz, A. y Chaves L. (2013). La empatía, ¿Un concepto unívoco? Katharsis–

Institución Universitaria de Envigado. Recuperado de

https://dialnet.unirioja.es/descarga/articulo/5527454.pdf

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