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“Año del Bicentenario del Perú: 200 Años de Independencia”

FACULTAD DE DERECHO Y CIENCIA


POLÍTICA

ESCUELA PROFESIONAL DE DERECHO

TEMA:
“ANÁLISIS DEL CÓDIGO DE ÉTICA DE LA FUNCIÓN
PÚBLICA. LEY Nº 27815. LOS COLEGIOS DE ABOGADOS Y EL
CONTROL DE LA CONDUCTA MORAL DEL ABOGADO”

ÁREA:
ÉTICA PROFESIONAL

AUTORA:
BUITRÓN PAREDES, HELEN PAMELA

ASESOR:
DR.SILVA MEDINA, WALTER

AYACUCHO – PERÚ

2021
“ANÁLISIS DEL CÓDIGO DE ÉTICA DE LA FUNCIÓN PÚBLICA. LEY Nº
27815. LOS COLEGIOS DE ABOGADOS Y EL CONTROL DE LA
CONDUCTA MORAL DEL ABOGADO”

Como en toda profesión y en toda función, es necesario que exista una norma

que regule la conducta de los profesionales, y con ello se hace referencia también a la

conducta moral y ética, para ello en el contexto peruano existen diversos códigos de

ética los cuales regulan ello.

Dentro del Estado también se desempeñan distintas funciones, las cuales son

denominadas función pública, cuenta con su propio Código de Ética, el cual surge a

raíz de que se promulgara la Ley N°27815 “Ley del Código de Ética de la Función

Pública” en el mes de Agosto del año 2002, la finalidad de ser de esta ley es conducir

la conducta de servidores y funcionarios públicos de forma ética y moral al momento

que se desempeñen las distintas funciones del sector público, propiamente del estado,

de sus diferentes órganos.

El propio artículo 1° de la Ley N°27815 (2021) menciona:

Los principios, deberes y prohibiciones éticos que se establezcan en el presente

Código de Ética de la Función Pública rigen para los servidores públicos de las

entidades de la Administración Pública, de acuerdo a lo establecido en el

artículo 4° del presente código. (p.01)

Esta ley pues se aplica en estas entidades, mencionando que se deberá de

utilizar siempre los principios, deberes y prohibiciones éticas acorde a lo establecido

en el propio texto, por ejemplo por valores estos se encuentran comprendidos en el

artículo 6° del Código de ética de la Función Pública, como es el respeto, la probidad,

la eficiencia, idoneidad, veracidad, lealtad, obediencia, justicia y equidad.


Propiamente los deberes están establecidos en el artículo 7° del mencionado

texto donde refiere que los servidores y funcionarios públicos deben de actuar acorde

a la neutralidad, transparencia, discreción, un adecuado ejercicio del cargo cuidando

los bienes de estado, como también actuando responsablemente.

Ahora bien, en cuanto a prohibiciones se refiere, menciona que el servidor o

funcionario no debe de mantener conflicto, no debe perseguir obtener ventajas

indebidas, no realizar actividades de proselitismo político, la información privilegiada

debe ser de sumo cuidado, mucho menos debe de existir, amenaza o acoso, todo esto

se encuentra establecido en el artículo 8° de la Ley N°27815, respecto a las sanciones

estas estarán acorde al Decreto Legislativo N°276 y la Ley del Procedimiento

Administrativo General Ley N°27444.

Ahora cabe mencionar algo, que hoy en día muchos de los problemas que se

suscitan en la función pública se vienen dando por la conducta antiética de muchos

abogados y jueces al ejercerla, es por ello que esta ley se podría decir que va dirigida

directamente a los mencionados profesionales, que pese a ser quienes más conocen de

los legal, utilizan este conocimiento pero en aras de la ventaja y el beneficio personal.

A raíz de ello analizaremos la conducta de los jueces y abogados en el contexto

peruano, como también el control que esta ley pretendió y pretende conseguir cobre la

conducta de los estudiosos de la ley.

Hablar de administración de justicia no solo recae al concepto de “Justicia”

propiamente dicho, va más allá de ello, este es un tema que se quiera o no afecta

directamente a todas las personas, en el caso de nuestro país a todos los peruanos.

Podemos decir que el factor primordial en la administración de justicia no son las leyes,

sino quienes las aplican como son los jueces y abogados, pero lamentablemente cabe
decir que con el pasar de los años la investidura y el admirable porte de ellos se vienen

manchando y lo lamentable es que es mayormente por actos de corrupción.

Históricamente, desde tiempos muy antiguos la palabra justicia ya arrastraba

ciertos problemas, por ejemplo en la colonia, los ministros reales, aquellos que debían

de solucionar los problemas legales que en aquellos tiempos se presentaban eran

acusados por avaricia, codicia, ya que tomaban decisiones favorables para quien servía

a sus intereses.

La figura denominada “Corrupción” aparece en la época de la República, ello

se evidencia con los escritos que realizaban hombres de aquellos tiempos, los cuales

habían sido víctimas de un acto injusto por parte de los jueces. Por ejemplo Gonzales

Prada (1902) mencionaba:

No hay iniquidad irrealizable ni reato ineludible, cuando se tiene dinero,

influencias o poder… Y no valen pruebas ni derechos. Como se busca un mal

hombre para que pague un esquinazo, así en los juicios intrincados se rebusca

un juez para que anule un sumario, fragüe otro nuevo y pronuncie una sentencia

donde quede absuelto el culpable y salga crucificado el inocente. (párr.)

Este ensayo era una opinión sobre la conducta injusta que los magistrados

tenían en ese entonces. Así como él a lo largo de la historia han existido muchas

opiniones sobre la justicia y su vínculo con la corrupción, más que nada la forma de

actuar de quienes la administran, pues la ley no puede ser injusta por sí misma. Con el

transcurso del tiempo, el sistema judicial se ha manchado aún más, como consecuencia

de ello es la manifestación de desconfianza que muestran los peruanos, no se puede

tapar con un solo dedo el rechazo de que muestran, pues de acuerdo a una encuesta
realizada por IPSOS en el 2016 al 2019, se tuvo una aprobación del 25%, resultado

que es alarmarte, y respecto a la causa de la mala administración de justicia, un

promedio del 76% de los encuestados manifiesta que es la corrupción.

Si vamos a hablar de “Administración de Justicia” debemos conocer que el

artículo 138° de nuestra Carta Magna menciona que la justicia es administrada por el

pueblo democráticamente pero es ejercida por el poder judicial, acorde a las leyes y

mandatos teniendo como ley suprema a la Constitución, pero vale decir que hoy en día

es lamentable que existan muchas personas que no conozcan ni sus propios derechos,

pues hasta ni los toman en cuenta muchas veces y si se encuentran en un caso legal y

no se lleva a cabo un debido proceso vulnerando muchos de sus derechos les resulta

como algo común, pero también existen ciudadanos que saben sus derechos y como

tal deben de ser respetados, pero sin embargo dada la situación que se vive, estos ya

no confían en la administración de justicia, pues consideran que existe una gran

inseguridad jurídica en el Perú, incluso algo más repudiable que la inseguridad

ciudadana.

La mayoría de los peruanos opina que la conducta de los magistrados, abogados

y jueces carece de credibilidad, su moralidad y ética está por los suelos, ya que de

acuerdo a las experiencias de muchas personas algún amigo, familiar, conocido ha sido

víctima de ello, incluso los mismos, pues les ofrecieron pagar sumas de dinero para

poder agilizar sus trámites o bien si es que deseaban ganar el juicio presentaran su

oferta. Pero el problema no queda ahí, muchos de los jueces que llevan importantes

casos se han comunicado con terceros, para que estos a su vez comuniquen a las partes

para que estos realicen pagos y salgan limpios aunque tengan mil pruebas que los

incriminen.
Cabe decir que el fin supremos que el Estado persigue dentro de la sociedad de

acuerdo al artículo 1° de la Constitución Política del Perú (1993) menciona que “La

defensa de la persona humana y el respeto de su dignidad son el fin supremo de la

sociedad y del Estado” (p.04). Ello implica que la defensa y la dignidad de la persona

no sólo es el bienestar físico o psicológico, sino que para lograr ello se debe de respetar

a la persona como tal, respetando sus derechos, administrando justicia como debe de

ser, acorde a lo que menciona la ley, pero en la realidad no es así.

Esta situación ha provocado que la reputación de los conocedores y estudiosos

de la ley esté por los suelos, pero ha de mencionarse algo importante, aun aunque muy

pocos magistrados o abogados todavía practican la deontología forense, la ética, la

moral, los valores pero lastimosamente son echados en el mismo saco que los demás.

También es importante hacer énfasis en determinado punto, las personas

cuando están frente a un caso legal van a procurar tener al mejor abogado para ganar,

aquel que tiene más reconocimientos, entonces muchos de los estudiosos del derecho

van a tratar de ganar “Prestigio” pero no de la manera más honesta, pues no es

novedoso saber que muchas veces los abogados dan “Donaciones” a los jueces para

ganar casos y hacerse conocidos, pero para que se pueda contar con estos servicios se

requiere una inversión económica de considerada cantidad, pero lamentablemente no

todos cuentan con ello, lo que conlleva a que muchos conflictos legales no sean

elevados a la administración de justicia, pues estas personas tienen la idea de que no

lograrán la justicia, pues para acceder a ella se requiere dinero y poder.

Torres Vásquez (2021) menciona “El Poder Constituyente radica en el pueblo,

es el poder de poderes, el poder supremo, originario, sin límites. Todos los demás

poderes son poderes constituidos por el Poder Constituyente, todos son derivados,
limitados” (párr.). Resulta muy incoherente ver que en un país supuestamente

democrático, donde el poder emana del pueblo, las opiniones de los ciudadanos sobre

la administración de justicia no sea escuchado, raras veces se puede saber sobre un

caso en el que el “Más pobre” lo gane, si bien es cierto hay casos en los que si se aplica

la justicia estos tienen una duración fuera de lo contemplado a la ley y eso se debe

supuestamente a la carga procesal, cuando a viva voz se sabe que muchos de los

legisladores y jueces más importantes son procesados por actos de corrupción o se ven

involucrados en distintos delitos.

Pásara (2013) comenta:

Cuando publiqué Jueces, justicia y poder en el Perú, en 1982, consideré que el

principal problema de la justicia residía en su relación umbilical con el poder,

de la cual se derivaban los demás. Era cierto, pero mi análisis se limitó a los

vínculos de dependencia respecto del poder del Estado. Ahora, esos vínculos

existen –conforme hemos escuchado en los audios– pero no son los más

importantes. Los verdaderos centros de control no están en el Congreso o en

Palacio de Gobierno, sino en las manos de los barones del crimen organizado

de la droga, del tráfico de personas, de las actividades económicas ilegales, etc.

(p.18)

Resulta sumamente indignante que quienes debería de administrar justicia y

salvaguardar los derechos de las personas a través de la ley son los primeros en

lesionarlos, no existe un país donde la democracia se aplique al pie de la letra de la ley

y Perú no es la excepción, por el contrario es uno de los países más corruptos e injustos,

algo que de algún u otro modo afecta a diversos sectores, como la economía, pues

grandes cantidades de dinero corren en los delitos donde las autoridades,


especialmente aquellos que administran justicia se ven involucrados, se podría decir

que en el Perú “La Justicia tiene un Precio”.

En conclusión, va resultar un arduo trabajo que los peruanos tengan una opinión

acertada sobre la administración de justicia, pero va ser aún más difícil que vuelvan a

confiar en ella. Si bien es cierto muchos consideran que para llegar a tener justicia se

requiere dinero la verdad que no es así, lo primordial es que conozcan sus derechos y

como tal darse cuenta de que sus voces y opiniones si son oídas pero para ello no

bastará con una sola, sino se requiere de que los peruanos levanten su voz de protesta

y reclamen la justicia, la verdadera, pues han demostrado que cuando pretenden

conseguir algo lo hacen con la unión y fuerza que los caracterizan, lograr un adecuado

sistema judicial también es posible, solo hace falta que nos informemos realmente de

nuestros derechos, de lo que valemos como personas, también los conocedores de la

ley, pues como hombres leídos conocen los valores que deben de practicar y la

finalidad de su labor profesional de servir a la justicia, si se toma conciencia y se actúa

con inteligencia se podrá entender también que “La justicia, los jueces y abogados no

tienen un precio”.
REFERENCIAS BIBLIOGRÁFICAS

Bazán Seminario, C. (2020). Corrupción y reformas judiciales en el Perú del

bicentenario: ¿No hay mal que dure quinientos años ni cuerpo que lo resista? - Revista

Ideele. Revista Ideele. https://www.revistaideele.com/2020/10/24/corrupcion-y-

reformas-judiciales-en-el-peru-del-bicentenariono-hay-mal-que-dure-quinientos-

anos-ni-cuerpo-que-lo-resista/

Chanamé Orbe, R. (2017). Necesidad del cambio del poder judicial. Reforma

Judicial.

https://sisbib.unmsm.edu.pe/bibvirtual/libros/csociales/ep_desarrollo/necesidad.htm

Constitución Política del Perú. (2020). Constitución Política del Perú

[realmente actualizada 2020] | LP. Pasión por el Derecho.

https://lpderecho.pe/constitucion-politica-peru-actualizada/

Gonzáles Prada, M. (1902). Nuestros Magistrados. Blog Pontificia Universidad

Católica del Perú.

http://blog.pucp.edu.pe/blog/jaimedavidabantotorres/2015/12/13/nuestros-

magistrados/

Ley N°27815: Ley del Código de Ética de la Función Pública Actualizada,

(2021) (testimony of Gobierno del Perú).

https://www.mimp.gob.pe/files/transparencia/CET/ley27815.pdf

Pásara, Luis (2019). La reforma judicial: balance y perspectivas reales de

cambios, Revista Argumentos, No. 1, año 13, p. 18.


Torres Vásquez, A. (2021). Asamblea Constituyente (AC). Legis Perú-Pasión

por el Derecho. https://lpderecho.pe/asamblea-constituyente-ac-por-anibal-torres-

vasquez/

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