Está en la página 1de 2

¡BIENVENIDO A LA CASA DE MISERICORDIA!

Texto Base: San Juan 5:1-16

Introducción:

Soportar un dolor, padecer una enfermedad, pasar una noche o largos días de sufrimiento es algo que a
nadie le gusta vivir; sin embargo hay personas que tienen que pasar largos años o toda su vida
arrastrando una situación semejante, convirtiéndose esta no solo en una enfermedad del cuerpo, sino en
una enfermedad del alma, a causa de la angustia que provoca tal circunstancia.

Cuando el cuerpo se convierte en un impedimento para una vida plena, para una vida normal, se buscan
soluciones desesperadas: los mejores médicos, las mejores clínicas, los tratamientos más costosos,
implantes, trasplantes, cirugías de alto nivel, aparatos ortopédicos, terapias, etc., siempre y cuando se
tengan los recursos para costearlos?, pero cuando éstos no están y sólo se espera en algo tan lejano
como un milagro, quizá la desesperanza y el desconsuelo llegan primero que la fe y la confianza en el
DIOS que todo lo puede.

La historia leída nos habla de una multitud de enfermos, ciegos, cojos y paralíticos, entre los cuales se
destaca un hombre que hacia treinta y ocho años estaba enfermo y había perdido el uso de sus miembros:
era paralítico. Pero lo fue sólo hasta que Jesús lo encontró.

Así como este paralítico fue sano, de su ejemplo podemos aprender cómo obtener la sanidad:

I. BUSCANDO EL LUGAR DONDE DIOS SE MANIFIESTA:


a. En las celebraciones a su nombre: tal como la que se celebraba en Jerusalén aquellos días (1), en los
cultos a DIOS.

b. En la casa de Dios: Betesda significa en hebreo "casa de misericordia" (2), el lugar donde con mayor
frecuencia suceden los milagros.
En ese estanque habían cinco pórticos donde podían cobijarse los enfermos, al resguardo de las
inclemencias del tiempo, casi "vivían" en ese lugar, convertido en un hospital.

Pórtico. (Del lat. portĭcus). m. Sitio cubierto y con columnas que se construye delante de los templos u
otros edificios suntuosos. || 2. Galería con arcadas o columnas a lo largo de un muro de fachada o de
patio.

II. ESTANDO ATENTOS AL MOVER DE DIOS: lo cual alimenta la fe, al ver los prodigios, maravillas y
milagros de JESUCRISTO.

a. La virtud del estanque de agua: La historia cuenta que "un ángel descendía de tiempo en tiempo, y
agitaba el agua". Aunque nos parezca extraño, debemos reconocer que DIOS es el que finalmente elige la
forma en que ha de obrar y así lo hacía en ese lugar.

b. Sólo había oportunidad para uno: el que primero descendiera al estanque quedaba sano de cualquier
enfermedad; ¿cosa relativamente fácil para otro enfermo?, pero no para este paralítico que permanecía
acostado, esperando la última oportunidad para el resto de vida que le quedaba después de largos treinta
y ocho años de dura enfermedad.

III. ESCUCHANDO LA VOZ DE DIOS:


a. Sólo queda esperar la voz de DIOS: cuando el movimiento del agua, los eventos de sanidad, los
testimonios de enfermos sanados, los cultos especiales no te han dado resultado positivo para tu
enfermedad, ¡solo queda esperar la voz de DIOS!
b. Debes escuchar lo que Dios quiere le expreses y debes responder de acuerdo a tu necesidad: a veces
no recibimos las cosas porque no sabemos pedir. JESUS le preguntó si quería ser sano, y él le respondió
otra cosa, se lamentaba de no poder llegar al estanque en todo el tiempo que había esperado.

IV. OBEDECIENDO LA VOZ DE DIOS:


a. Jesús le ordena: "Levántate, toma tu lecho, y anda", respondiendo a la necesidad que tenía su cuerpo y
su alma. El DIOS de misericordia actuando con misericordia en Betesda, LA CASA DE MISERICORDIA.
b. La sanidad es inmediata: "Y al instante aquel hombre fue sanado, y tomó su lecho, y anduvo". El
milagro se realizó porque el enfermo no solo creyó sino que obedeció la voz de DIOS.
Conclusión:

-Debemos recordar los pasos para ser sanados de nuestras enfermedades:


1. Buscando el lugar donde ÉL se manifiesta.
2. Estando atentos al mover de DIOS
3. Escuchando la voz de DIOS
4. Obedeciendo la voz de DIOS

-El mismo JESUS que obró este milagro de sanidad en el estanque de Betesda, es el dueño de esta
iglesia, así que has llegado a LA CASA DE MISERICORDIA y si crees de todo corazón, sólo obedece la
voz de DIOS que echa fuera tu enfermedad y sé sano.

-No pierdas esta oportunidad, fortalece tu fe, cree en el poder de JESUCRISTO para sanar, hoy es el día
para ser sano, el agua está en movimiento por la Palabra de DIOS, ¡aprovéchala!, no te vayas con las
manos vacías porque has llegado a LA CASA DE MISERICORDIA.

-Tu cuerpo, tus órganos serán restablecidos. La salud que tu dinero no pudo comprar, la que los mejores
médicos no te pudieron dar, ni los medicamentos lograr, ¿aquí la encuentras?, LEVÁNTATE, ¡¡¡ERES
BIENVENIDO A LA CASA DE MISERICORDIA!!!

También podría gustarte