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I

INDICE

a INTRODUCCION Y PRESENTACION 9
a l. VIEJISMO. LOS PREJUICIOS CONTRA LA VEJEZ 16
l. Las dos teorias ............................................................ . 17
t:I 2. Prejuicios contra la vejez ............................................. . 23

=-o 3. Prejuicio más común contra la vejez ............................ . 30


1

4. Bibliografia ............... .... .................. .................. ........ . . 36

2. FACTORES BIOLOGICOS Y SOCIALES QUE INCIDEN


Cubicrla de Guslavo Macri
EN LA PSICOLOGIA DEL ENVEJECIMIENTO 38
1. Introducción .................................. ....... ..................... . 38
lo. cdicirin, 1988
2. ¿Qué es la mediana edad? .......................................... . 40
la. rl'i111pres11i11 , 1991
3. Caracteristicas de la mediana edad ......... .................. .. 42
2a. rci111prcs11i11, 1993
4. Distintos tipos de envejecimiento ...................... .. ....... . 44
5. Factores psicológicos en el envejecimiento ................ . . 46
~ .Jo. rei111presi1i11, 1996
6. Factores biológicos en el envejecinúento .................... . 48
-fo . re1111prcsití11. 1999
7. Factores sociales en el envejecimiento ....................... . 50
~ La n•prndun·11111 tul al o p:1rc1a l de f'Sle libro . e n cuíllquin fornw qu e 8. Conclusiones ................ ..... ....... .... ..... .. ... ........... ........ . 54
'
1 ...: 1•a, idcntu.:a o mmlifirnda , t·~<.Tita a m:iquina. por l'I sistema 9. Bibliografia ................ ...... ............ .... ... .................. .. ... . 55
a "mulllJ!T:tflh··. n111111 ugrafu. im11re~o pur fotocopia, folodupl1caciún,
1

1'1-.:. . nn aulori za d<t por los edilorcs, \'iola dnct:hos rese rvados .
3. LAS DEPRESIONES EN LA VEJEZ
('u;1lqu1t•r t1t1liz;1ciim tlda' se r 11rpviamenle !)olicilada. 58
l. Introducción ............ :................................................. . 58
<D 1988 d e tuda s las ediciones 2. Clasificación de las depresiones ................................. . 61
Edilurial Paidós SAICF 3. Depresiones neuróticas ............................................. . 65
Defensa 599, Buenos Aires 4. Depresiones psicóticas .............................................. . 78
e-mail : paidol it@internet.sisco tel .com 5. Depresiones secundarias .. ................. .... ........ ...... ·...... . 89
Ediciones Paidós Ibérica SA 6. Diagnóstico diferencial .......................... : ................... . 90
Mariano Cubi 92, Barcelona 7. Apéndice ................................................................... . 92
~:ditorial Paidós Mexica na SA 8. Bibliografia ................................................................ . 100
Ruben Dano 118, l\lexico D.F.
4. EL CONCEPTO DE NARCISISMO EN LA VEJEZ
qul'da hecho e l de pcis ilo <¡ue previene la Ley 11.723 Y SU CONEXION CON LAS DEPRESIONES.
linpreso en la Argentina - Printed in Argentina UN ESTUDIO PRELIMINAR 102
1. El narcisismo en la teoría psicoanalítica ..................... . 102
Impreso en GnHica J\ll'S 2 . La interioridad ........................................................... . 106
Sanl 1agn de Estero 338. Lanú s, en enero de 1999 3. Los destinos de la interioridad .................................... . 108
4. La perfección narcisista ............................................. . 115
ISBN 950-12-·112~-G 5. La moral culposa ....................................................... . 120

5
ellos y sus problemas. No debemos olvidar ql}e. por su
propia situación vital de indefensión o invalidez. estas .
~ 1. VIEJISMO. LOS PREJUICIOS CONIRA lA VEJE~ personas están en nuestras manos y, por lo tanto. la
manera como encaremos el problema influirá de modo
decisivo sobre su destino. Por eso insisto en que es preciso
hacer consciente esta ideología subyacente para evitar
que, por desconocimiento, podamos transformar una
pretendida actitud terapéutica en iatrogén1ca .

.,
1. lAS DOS TEORIAS
~
Cuando uno observa el trabajo de los colegas en el con-
sultorio de una institución. o cuando escucha las refle-
xiones y los pedidos de las familias de los viejos que vie-
;1 nen a la consulta, o cuando repasamos la literatura
r geriátrica que proviene de cualquier parte del mundo, nos
La vejez es un tema conflictivo, no sólo para el que la es fácil advertir que hay dos formas prevalentes de enfo-
vive en sí mismo, sino también para aquellos que, sin ser car la problemática de la vejez y que ambas se contrapo-
viejos aún, diariamente la enfrentan desde sus roles pro- nen. Corresponde que revisemos la bibliografía para ubi-
fesionales de médico, psicólogo, asistente social, enfer- .,
t carnos en sus orígenes y fundamentos.
mero. o como hijo, como colega, como socio, como vecino A fines de la década del 50 el Comité sobre el desarrollo
o como un simple participante anónimo de las multitudes humano de la Universidad de Chicago inició una inves-
que circulan por nuestras grandes ciudades. tigación sobre los aspectos sociales de la vejez que cul-
El grado de conflicto que representa para cada uno y minó en un libro publicado en 1961. titulado Growing old:
las conductas defensivas que se adopten para evitarlo the process oj disengagement sus autores fueron E. Cum-
estarán determinados por la historia personal de los par- mings y W. E. Henry. Desde su aparición, al postular la
ticipantes, la cual habrá ido sedimentando a través de su- teoría del desapego (disengagement theory), 1 este libro se
~ cesivas experiencias, fantasías y represiones en una ideo- ha constituido en el punto obligado de referencia de todos
'¡::a
¡ logía general sobre lo que es la vejez, cuáles son sus cau-
sas y consecuencias. y sobre cuál es la mejor manera de
los investigadores sobre los aspectos psicosociales de la
vejez, y prácticamente nadie ha dejado de citarlo en sus
comportarse frente a ella. trabajos, ya sea a su favor o contra él.
En la mayoría de los casos, esta ideología determinada De acuerdo con esta teoría, a medida que el sujeto enve-
por nuestra inserción sociocultural permanece incons- jece se produce una reducción de su interés vital por las
ciente para nosotros, y sólo es posible detectarla. por el actividades y objetos que lo rodean, lo cual va generando
t:I ojo entrenado, a· través de los aspectos conscientes de la un sistemático apartamiento de toda clase de interacción
misma, es decir, observando la conducta cotidiana y rei- social. Gradualmente la vida de las personas viejas se se-
terada que se utiliza en el trato directo con las personas para de la vida de los demás, se van sintiendo menos com-
viejas. Forma parte de lo que solemos llamar "nuestra prometidas emocionalmente. con problemas ajenos, y
forma de ser" o "nuestro carácter", pero ignoramos en qué están cada vez má.s absortas en los suyos propios y en sus
medida estas conductas están determinadas por aquella circunstancias. ~te proceso - según los autores- no sólo
E:9 ideología. pertenece al desarrollo normal del individuo, sino que es
Desde mi trabajo institucional he podido observar la deseado y buscado por él, apoyado en el lógico declinar de
enorme importancia que esto tiene. tanto en el trata-
miento que se dispensa a los viejos desde el punto de vista l. En el presente trabajo utilizaré la palabra desapego como traduc·
profeslonal. como en la forma teórica de pensar sobre ¡ clón de dlsengagement. La prefiero a otras que a veces se utilizan, como
desarraigo, desvinculación o desenganche.
16 17
sus capacidades sensorlomotrlces. lo cual le permite tma no tiene valor. La crítica teórica es que la teoría del desa-
redistribución adecuada de sus memrndas reseivas sobre pego no es un sistema axiomático en el sentido científico,
menos objetos, pero más significativos para el sujeto. Al 1 sino, en el mejor de los casos, una prototeoría. La crítica
mismo tiempo, este distanciamiento afectivo lo pone a empírica, tal vez la más seria, es que la evidencia usada
cubierto de confrontaciones con objetos y situaciones que para soportar la teoría es inadecuada o, aun más, no cier-
le plantean problemas de dificil solución, y que cuando ta".
no puede hallarla le engendran cuadros de angustia, por Havinghurst y colaboradores (1968). usando el mismo
ejemplo. relaciones eróticas cuando siente disminuidas material original de Cummings y Henry, intentaron
sus capacidades sexuales o sus atractivos fislcos; compe- modificar esta teoría y redefinieron el desapego como un
tencias por trabajos cuando sus rivales son más jóvenes, simple proceso más que como una teoría del envejeci-
etc. Como consecuencia, aun siendo individual, este desa- miento óptimo, pasando a constituir solamente una de
pego cumple secundariamente una función social impor- las formas posibles. Los 88 sujetos estudiados podían in-
tante al no interferir, o más bien permitir, un adecuado cluirse dentro de las siguientes categorías: 1) los integra-
desarrollo económico de las generaciones más Jóvenes. dos, es decir aquellos que presentaban la mayor cantidad
Los puntos sobresalientes de esta teoría y que es preci- de variables positivas personales; 2) el grupo "defensivo",
so remarcar para entender cabalmente su significado sos- agresivo y lleno de energías: 3) el grupo pasivo-
tienen que: 1) éste es un proceso universat es decir que ha dependiente: 4) el grupo no integrado, pobre en todas sus
ocurrido y ocurre en cualquier cultura y tiempo histórico; capacidades personales. Estas cuatro categorías eran co-
2) es un proceso mevitable, porque está apoyado en proce- munes tanto a hombres como a mujeres. Este estudio co-
sos pslcobtológicos. y 3) que es mtrínseco, es decir que no rroboró otro similar realizado en California por Rei-
está condicionado ni determinado por variable social al- chard y colaboradores (1962).
guna. ~ .
El estudio de Carp (1966) llevado a cabo en una residen-
De esta premisa se desprende ·claramente que la con- cia geriátrica en Texas. comprueba que en un entorno
ducta que es aconsejable seguir frente a los viejos, ya sea positivo la gente vieja generalm~nte prefiere la actividad
como profesionales. como familiares o como amigos, y los contactos sociales informales más que el desapego.
debe ser inducir o favorecer un apartamiento progresivo Sugiere que algunas conductas de los viejos, tales como el
de sus actividades como un paso de preparación necesaria desapego por ejemplo, son el resultado de conductas ad-
para la muerte. versas del entorno más que elementos constitutivos pro-
pios de la edad.
Esta teoría del desapego, luego de su publicación causó ·Maddox (1973) contrapuso su "teoría de la actividad" a
un considerable Impacto porque en su conjunto recogía la anterior y sostuvo que los viejos deben permanecer ac-
una cantidad de hechos obseivables que. al ser conve- tivos tanto tiempo como les sea posible, y que cuando
nientemente estructurados y relacionados entre sí, ciertas actividades ya no son posibles deben buscarse sus-
proveían una sólida base para enfrentar problemas deri- titutos para ellas. La personalidad previa del viejo debe
vados de una sociedad de producción capitalista. Más ade- servir como llave para comprender las reacciones a los
lante veremos cómo está instrumentada socialmente y a cambios biológicos y sociales que se producen con la ~
qué finalidades puede seivlr, pero entretanto digamos edad. Esta teoría estaba apoyada en el estudio de sujetos
que a partir de 1963 comenzó a ser objeto de fuertes notables que habían creado obras de arte, realizado des- E
críticas. que aún no han cesado y que es preciso revisar cubrimientos científicos u obtenido logros polítlco- "
detenidamente. sociales a edad avanzada y, a pesar de que las excepciones
no sirven para establecer teorías generalizadoras, hay en
s::
Bromley (1966) señala que "las críticas a la teoría del
desapego pueden agruparse convenientemente en tres esl<' 1 · • .ljo lineas (](> pensamiento muy importantes que
clases: prácticas, teóricas y empíricas. La crítica práctica cuuviene desarrollar en profundidad, como veremos más
es que creyendo en esta teoría uno se inclina a adoptar adelante.
una política de segregación o de indiferencia hacia los La critica teórica ha recibido entre nosotros un impor-
viejos o a desarrollar la actitud nihilista de que la vejez tante refuerzo en un interesante trabajo de Andrés y

18 19
_.,·.

Gastrón (1979). en donde. entre otras cosas. señalan que Esta cita pone el dedo en la llaga de toda la controver-
Mel problema principal reside en la dificultad de encon- sia: el hombre aislado es un problema y no un ideal; por
trar contraejemplos. Los autores resuelven las críqcas lo tanto, mal puede argüirse el apartamiento y el desapego
presentando hipótesis ad hoc: 1) frente a casos anómalos como un proceso intrinseco del ser humano y deseado por
de desarraigo, se trata de desarraigos no exitosos. Una él. Los procesos intrínsecos puros no existen como tales,
persona está desarraigada. sea bien o mal desarraigada. sino que las conductas hay que estudiarlas y comprender-
:::» pero en ningún caso está arraigada; 2) en otros casos
anómalos el problema está en la edad. El desarraigo está
las como resultado de la dialéctica del ser hu mano con el
medio y el momento histórico-social en el cual se desen-
fuera de época; o bien ya ocurrirá o bien se está en 'el ca- vuelve. No hay que olvidar, por otra parte. las enseñanzas
mino de'; 3) otros casos anómalos formarían parte de un \ que se desprenden del estudio de la historia de la humani-
grupo selecto desde el punto de vista biológico, y hasta !1 dad, en la cual se ve que el pasaje de la naturaleza a la cul-
psicológico. A tal grupo pertenecería Bertrand Russell, 1
tura se hizo fundamentalmente por la posibilidad de
1
por ejemplo; 4) otros casos anómalos son tratados como compartir que tuvieron algunos homínidos primitivos. A
variaciones de formas del desarraigo: tales los trabajos partir de allí ha quedado arraigada en toda la especie hu-
antropológicos". Más adelante .los autores señalan que · mana una tendencia a asociarse con otros y a participar
Mlas hipótesis ad h9c sólo concluyen mostrándonos una en grupos y asuntos comunitarios. Por lo tanto, toda po-
teoría sin con~raejemplos, esto es, irrefutable. Y, como sibilidad de ser dentro del contexto humano es posible
sabemos, un(;l., teoría irrefutabl,e, en el sentido popperiano, solamente en relación con otro, o con los objetos contin-
pasa a ser no cien~ífica". , gentes. Toda satisfacción de necesidades o deseos es pro-
Como vemQs. )as críticas, a la teoría del desapego son vista sólo en estas relaciones objetales, y la separación o
muchas y provienen de campos diversos; por eso la argu- !
f' el aislamiento deben ser comprendidos como formando
mentación no ,ha llegado a estructurarse en una teoría ho- parte de la patología o de la acción prejuiciosa y segrega-
mogénea que se le pueda contraponer íntegramente. cionista contra los viejos de ciertas estructuras sociales,
Además. la mayoría de los investigadores que se han ocu- 1 pero de ninguna manera como normalidad. MPara que la
1
pado de ella provienen del mismo medio sociocultural en vejez no sea una parodia ridícula de nuestra existencia
que fue acuñada, Estados Unidos. y. en consecuencia, no f
1 anterior no hay más que una solución", dice S. de Beau-
han podido desprenderse de las ataduras ideológicas de ' voir (1970), "y es seguir persiguiendo fines que den un sen-
una sociedad individualista y fuertemente competitiva. , tido a nuestra vida: dedicación a individuos, colectivi-
=- No obstante. creo que es preciso recoger los puntos funda-
mentales de estas criticas y tratar de agruparlos en lo que
podríamos llamar razonablemente la teoria del apego.
dades. causas, trabajo social o político, intelectual, crea-
dor. Contrariamente a lo que aconsejan los moralistas,
lo deseable es conservar a una edad avanzada pasiones lo
Comencemos por ubicar el problema. Bleger (1963) bastante fuertes como para que nos eviten volvemos so-
decía: Mse supone que el ser humano es originaria y primi- ¡ bre nosotros mismos. La .vida conserva valor mientras se
tivamente - tanto como especie cuanto como individuo- 1,
acuerda valor a la de los otros a través del amor, la amis-
un ser aislado, no social. que asimila con esfuerzo y gra- tad, la indignación. la compasión". Por otra parte. no
dualmente la necesidad de relacionarse con otros indivi- decimos nada nuevo con esto: Hipócrates aconsejaba
duos; de esta manera, un problema que se le planteaba a 1
1 moderación en todos los terrenos, pero sin interrumpir
la psicología era el de investigar cómo los seres humanos sus actividades, y en el siglo 11, Galeno decía Mque el viejo
entran en relación los unos con los otros y, para ello, se
emitió la hipótesis - entre otras- de un iñStinto gregario . '¡i tome baños calientes. beba vino y además sea activo" .
Cuando se invoca la disminución de las capacidades
o de una energía especial, la libido. El problema viene jus- 1 sensoriomotrices como el argumento de apoyo que sos-
a tamente, en la actualidad, a plantearse en términos total-
mente invertidos; ya no se trata de saber cómo individuos
1 tiene la teoría del desápego, se está cometiendo el error
'
1
¡ tan común de juzgar la posibilidad de satisfacción que
a aislados devienen seres sociales, sino cómo de inte-
grantes de una cultura y de seres eminentemente sociales,
pueden obtener los viejos en sus actividades con la óptica
comparativa de las personas más jóvenes. En otro lugar
llegan a producirse o resultar hombres aislados". · me he referido a esto (1973). pero vale la pena insistir con
20 21

1
1 1
el ejemplo porque es muy demostrativo. Si a los 30 años
el promedio de actividad sexual se sitúa en tres contactos
Estas son las dos teorías. antagónicas y con conse-
cuencias diametralmente opuestas. Personalmente no

í
11.
semanales y esto es lo que permite un estado satisfactorio
adecuado para la salud mental de un individuo, es obvio
que a los 65 ó 70 ya no será posible mantener este ritmo.
tengo ninguna duda de que la segunda, la del apego. es la
correcta y la que hay que tratar de utilizar operativa -
mente. pero tampoco tengo dudas de que la otra, la del de-
pero la satisfacción de sentirse activo, querido y necesita- sapego, está mucho más arraigada y extendida. cons-
do que provee el goce sexual compartido será la misma en ciente o inconscientemente, en todos los estratos de nues-
relaciones mantenidas cada 15 ó 20 días. La insatisfac- tra sociedad. y que produce un fenómeno que. parafra-
ción y la angustia consecuente sólo sobrevendrán en seando la teoría, podríamos llamar de desapego hacia los
aquellas personas que permanezcan preocupadas en una viejos.
situación competitiva con el recuerdo de sí mismos cuan-
do jóvenes. En esto, como en otras actividades humanas.
el secreto del buen envejecer estará dado por la capacidad 2. PREJUICIOS CONTRA lA VEJEZ
que tenga el sujeto de aceptar y acompañar estas inevita-
bles declinaciones sin insistir en mantenerse joven a La vasta mayoría de la población de todas las culturas
cualquier precio. y esto no quiere decir que se renuncie, tiene un cúmulo de conductas negativas hacia las perso-
sino todo lo contrario; quiere decir que hay que mantener nas viejas. inconscientes algunas veces, pero muchas
una lucha activa para tratar de obtener el máximo de sa- conscientes y activas. Butler (1973) ha sido el primero en
tisfacción con el máximo de las fuerzas de que en cada llamar la atención sobre este fenómeno y lo h.a estudiado
momento se disponga. El que ha sido gran tenista en su concienzudamente tratando de establecer su origen y con-
juventud, en su vejez jugará al golf. pero seguirá siendo secuencias. Basado en estas investigaciones ha acunado
deportista. un término. ageism, cuya traducción al CG\Stepano pre-
En este sentido siempre he tratado de desalentar en los senta algunas dificultades. Luego de un prolongado estu -
viejos conductas competitivas de este . tipo que se dio, estas dificultades nos han lleva.cio a la necesidad d e
manifiestan en la conocida expresión: "Mire doctor, ten- crear un neologismo para su equivalencia: vieJisrno.
go 70 años y vea qué joven estoy". "No senara - le respon- Por lo tanto. el término viejismo define el conjunto de
do- usted no está joven, usted está muy, pero muy bien prejuicios. estereotipos y discriminaciones que se apli-
dentro de la edad que tiene". La juventud no vuelve y can a los viejos simplemente en función de su edad. En
Jamás hay que alentar falsas expectativas que siempre sus consecuencias son comparables a los prejuicios que se
están destinadas al fracaso y que encierran la crueldad sustentan contra las personas de distinto color, raza o re-
del desengaño. La única posibilidad de éxito es luchar ligión, o contra las mujeres en función de su sexo. La dife-
contra el enemigo presente y no contra el fantasma del rencia radica sólo en el hecho de que los viejos no poseen
pasado. ese estado en razón de su nacimiento en un medio deter-
SI aceptamos estas premisas. nuestra conducta hacia minado. sino que lo adquieren en razón de la acumula-
los viejos, cualquiera sea el rol que ocupemos. será la de ción de cierto número de cumpleaños. Veremos luego la
tratar de que éstos se mantengan apegados a sus objetos y importancia que esta dlferencia comporta.
actividades la mayor cantidad de tiempo posible y. cuan- Hay otro término, gerontofobia, que también es utili-
do no, tratar de encontrar sustitutos derivativos. Esta zado con frecuencia pero que debe ser convenientemente
será la única fomrn de hacerles sentir que la vida aún distinguido del viejismo. Gerontofobia se refiere a una
vale la pena de ser vivida. Los que trabajamos psicotera- más rara conducta de temor u odio irracional hacia los
péuUcamente en este campo sabemos muy bien que la viejos, de manera que es menos abarcatlva y debe ser in-
queja mayor que manifiestan los viejos es la pérdida de cluida dentro del viejismo y no utilizarla como
roles sociales. y que la dolencia más extendida en esta sinónimo.
edad es la depresión, cuyas causas. como sabemos, son la Los prejuicios contra la vejez, como cualquier otro pre-
separación o la pérdida de objetos reales o fantaseados juicio,· son adquiridos durante la infancia y luego se van
considerados necesarios para satisfacer un deseo. asentando y racionalizando durante el resto de la vida de
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! 22 ~
¡'
\
los seres prejuiciosos. Generalmente son el resultado de dos. con los cuales son identificados los viejos. "Está esti-
identificaciones primitivas con las conductas de perso- mada en 300 millones la cantidad de gente en el mundo
nas significativas del entorno familiar y. por lo tanto, no con deformidades físicas visibles. Esto causa problemas
forman parte de un pensamiento racional adecuado, sino emocionales. en parte a causa de la actitud de la sociedad
que se limitan a una respuesta emocional directa ante un hacia ellos. En las culturas prirn1t1vas estos decrépitos (a
estímulo determinado. Estos orígenes quedan luego su- los cuales se les agregaban 1os viejos) eran frecuente-
mergidos en el inconsciente. y a los individuos prejuicio- mente impulsados a morir. Esta 'solución final' no es ob-
sos les resulta dificil, cuando no imposible, reconocer el via en las sociedades actuales, pero ciertas actitudes apa-
tremendo impacto que estas identificaciones tienen sobre recen sorprendentemente similares". En un estudio efec-
su pensamiento o conducta, que resultan en una mala in- tuado por dos psicólogos alemanes sobre las actitudes de
terpretación de los hechos, reacciones inapropiadas, escolares normales, niños y jóvenes, hacia los discapaci-
desinterés o rechazo según el caso. Busse (1980) señala tados. la mayoría (63%) pensaba que las víctimas debían
que las personas prejuiciosas muestran una llamativa ser institucionalizadas (es decir colocadas fuera de la vis-
disociación en sus conductas, pues al serles requerida una ta). Muchos creían que "ellos seguramente preferirían
explicación sobre su manera de comportarse la dan en morir". Cuanto más jóvenes menos piedad sentían y era ·
términos lógicos y adultos, en tanto que sus respuestas mayor la aversión. El temor es la base de la hostilidad, y
emocionales muestran una sobreexageración irracional la ignorancia la prolonga. El temor es de que esto me pue-
de la ansiedad, desesperación, temor o Jurta que corres- da pasar a mí, por lo tanto o debo escaparme o debo lu-
ponden a patrones de conducta lrÚantiles de respuesta a char activamente en contra.
estímulos externos dificiles de controlar. Estos sentimientos irracionales, estructurados en con-
El resultado de la identificación irúantil en la cons- ductas prejuiciosas, como he señalado más arriba, están
trucción del prejuicio contra la vejez se ve muy bien en un ampliamente extendidos en toda la población pero son
cuento de Grumn; 1cltado por Simone de Beauvoir (1970), especialmente peligrosos cuando los poseedores de ellos
que no requiere· mayores explicaciones: "Un campesino . son los médicos o psicólogos que tienen a su cargo la res-
hace comer a su padre sepatado de la familia, en una ponsabilidad de la salud mental de los viejos. En ellos el
pequeña escudilla de madera; sorprende a su hijo juntan- viejismo está intemalizado de tal manera que les es su-
do maderttas: 'Es para cuando tú seas viejo', dice el nifto. mamente dificil reconocerlo conscientemente y brinda la
Inmediatamente el abuelo recobra su lugar en la mesa base de la institucionalización de la teoría del desapego.
común". Gibson (1970) señala que los psiquiatras son pesimis-
El mismo Busse (1980) intenta explicar el origen del tas con respecto al tratamiento de los pacientes viejos.
prejuicio hacia los viejos diciendo que "en cierto momen- Revisando las historias clínicas de 138 pacientes ma-
to d".Jrante los años de formación educativa, los niños ob- yores de 65 años que fueron admitidos en un hospital psi-
servan que la vejez va asociada con declinación mental y quiátrico privado durante un período de tres años, en-
física. Ven en sus abuelos la pérdida de la vitalidad, un contró que el pronóstico fue considerado pobre en el 80 %
declinar del vigor mental y del atractivo corporal. De par- de los casos; aun más, el 60 % fue desahuciado y enviado
ticular importancia en los cambios corporales son la pér- de vuelta a su domicilio dentro de los 90 ·días. Gallagher y
dida de la suavidad y tersura de la piel y las modifica- otros ( 1965) observaron que de los pacientes comprendi-
ciones físicas asimétricas. Se agregan a éstos otros mu- dos entre los 15 y los 29 años, el 66,7 % recibían psicote-
chos cambios tales como la pérdida del cabello, la pig- rapia; entre los 30 y los 39 años la recibieron el 38,5 %, y
mentación de la piel, arrugas y la tristeza de la mirada. La entre los 40 y los 65 años sólo el 15.4 %.
persona en desarrollo ve estos cambios indeseables que En un estudio realizado por Ford en 1980 sobre el com-
acompañan a la vejez e inconscientemente rechaza tanto portamiento de 179 psiquiatras con respecto a los viejos,
el proceso de envejecimiento como a las personas que son encontró que aquéllos consideraban a éstos menos inte-
portadoras de él". resantes como pacientes que a jóvenes con iguales
Butler ( 1973) señala que otro factor que se agrega es la síntomas. Al mismo tiempo, se sentían mucho menos in-
propensión humana de hostilidad hacia los discapaclta- clinados a practicar psicoterapia (especialmente con vie-

24 25
jos depresivos) que con los jóvenes y, consecuentemente, gencia, en el cual el más grave recibe menos atención
prefirieron u t lllzar drogas. en el convencimiento de que porque es menos probable su recuperación.
la psicoterapia no serviría de mucho. 5. El paciente puede morir durante el tratamiento. lo cual
Butler ( 1973) pone especial énfasis en la amplia evi- afecta el sentimiento de importancia (¿omnipotencia?)
dencia de viejismo detectable en ciertas publicaciones en del terapeuta.
el campo de la salud mental. y cita un párrafo del texto de 6. Los terapeutas se sienten disminuidos en su esfuerzo
Noyes y Kolb, Modem Clinical Psychiatry, muy difundi- por sus propios colegas. Habitualmente se escucha de-
do y conocido en todos los países. en donde describen a los cir que los gerontólogos o los gerlatras tienen una pre-
viejos de la siguiente manera: "Un disgusto por los cam- ocupación morbosa por la muerte: su interés por los
bios. una reducción en la ambición y en la actividad, una viejos es o "enfermizo" o, por lo menos. sospechoso.
tendencia a concentrar el Interés en sí mismo. una difi-
cultad incrementada para la comprensión, un incremen- Las conclusiones 1, 2 y 6 concuerdan casi exactamente
to en el tiempo y en el esfuerzo para adaptarse a nuevas con las investigaciones que personalmente he realizado
circunstancias. una disminución de la simpatía hacia durante mi trabajo institucional en el Centro de Salud
ideas nuevas y una tendencia a la reminiscencia y a la Mental Nºl y que he publicado en 1973, no así las 3,4 y 5,
repetición deben ser considerados como síntomas de la que considero poco relevantes en un equipo de profesio-
demencia senil aun si éstos pueden pasar desapercibidos nales convenientemente entrenados. En el trabajo men-
como fonnando parte de la regresión de la personalidad. cionado señalaba, justamente, la cantidad de bromas de
Muchos viejos tienen poca capacidad de expresar senti- los colegas a las que estábamos penosamente expuestos
mientos cálidos y espontáneos hacia los demás ... El pa- los miembros del Equipo de Psicogeriatría, y hacía hin-
ciente resiente lo que considera como interferencias de capié en la enorme dificultad que tuvimos para conseguir
las personas jóvenes y muchos se sienten rechazados por personal que ingresara a trabajar con nosotros. a pesar
ellos. Muchos muestran una hostil pero ansiosa y teme- de que todos los años se presentaban entre 100 y 200 pro-
rosa dependencia. Cierta tendencia al aislamiento está fesionales solicitando trabajo como .psicoterapeutas en la
presente". En esta descripción hay sólo verdades a medias institución. Pudimos car:acterizar d conflicto .,_ partir de
en la caracterización de la demencia senil, pero más ob- nuestra propia inserción dentro de la práctica médica .
via es la visión pesimista que intenta generalizar sobre la Todos sabemos que ésta se realiza en condiciones de gran
vejez. El joven estudiante que lee este material se ve refor- dificultad porque el enfrentamiento con la etµermedad
zado en sus actitudes negativas y pr.e juiciosas, más que siempre genera un cierto grado de ansiedad. y que la posi-
alentado a comprender y acercarse a los viejos. bilidad de desarrollar con mayor o menor éxito nuestro
El Group for the Advancement of Psychiatry enumeró quehacer profesional dependerá de la instrumentación de
en 1971 algunas de las razones de las actitudes negativas nuestras conductas defensivas frente a ella. La más
de los psiquiatras para tratar a las personas viejas: común y elemental está constituida por el par defensivo
disociación-negación. Para ello recurrimos sim-
1. Los viejos estimulan a los terapeutas temores sobre su bólicamente al escritorio, que interponemos entre noso-
propia vejez. tros y el paciente. y nos permite separar omnipotente-
2. Reactualizan en los terapeutas conflictos reprimidos mente la salud pe la enfermedad. Por ejemplo, si entrevis-
en relación con sus propias figuras parentales. tamos a un señor con un cáncer de laringe ubicamos
3. Los terapeutas piensan que no tienen nada que ofrecer rápidamente las cosas: el enfermo es el que está del otro
a los viejos porque creen que éstos no van a cambiar su lado del escritorio. no nosotros. Las estadísticas médicas
conducta o porque sus problemas están relacionados nos pem1iten protegernos en el porcentaje de los no can-
con enfem1edades cerebrales orgánicas intratables. cerosos, y sabemos que las posibilidades de que lo con-
4. Los terapeutas creen que no vale la pena hacer el esfuer- traigamos son bastante lejanas. Otro tanto ocurre cuando
zo de prestar atención a los psicodinamismos de los entrevistamos a un psicótico. Las estadísticas nos ayudan
viejos porque están muy cerca de la muerte: algo simi- otra vez, el enfermo allá, aquí la salud; la posibilidad de
lar a lo que ocmTe en el sistema médico militar de ur- ,~onfundirnos es otra vez remota. Pero la única oportuni-

26 27

L
dad en la cual esta conducta defensiva fracasa por com- psicólogos y asistentes sociales con un largo entrena-
pleto es cuando entrevistamos a un viejo. porque ya no miento en el campo psicoterapéutico. Cuando comertza-
podemos separar las cosas: si tenemos el tiempo sufi- mos nuestra tarea, estimulados por nuestro nuevo objeto
ciente todos llegaremos a eso, no hay escapatoria. Un vie- de trabajo. las cosas comenzaron a desarrollarse
jo frente a nosotros es como una especie de "espejo del magníficamente y las reuniones conjuntas que rea-
tiempo", y como todos sabemos el destino que la sociedad lizábamos dos veces por semana trasuntaban un clima de
impone a la vejez - desconsideración, rechazo, aisla- alegría y optimismo, que más tarde pudimos conceptuali-
miento, explotación y depósito en sórdidos lugares a la zar como hipomaníaco. y que respondía, justamente, a la
espera de la muerte- . nos provoca angustia frente a este postura de que nosotros éramos los jóvenes que
futuro posible y nos impulsa a escaparnos de ella. En atendíamos a los viejos. pero sin mezclamos con ellos. La
otras palabras. elegimos no atenderlos. vejez venía una vez por semana a visitamos y después se
Otra fuente de dúicultad que se le plantea a los terape-.i- iba, pero nosotros seguíamos siendo jóvenes todo el tiem-
tas y que también pudimos detectar e investigar se deriva po. Pero a poco andar este clima casi festivo se fue dilu-
de una fuente vivencial directa. De todas las posibilidades yendo y comenzamos a sentir cierto grado de malestar
terapéuticas que le ofrecen a un profesional desde un pun- cuyo origen no conseguíamos detectar. Desgano en el tra-
to de vista del factor evolutivo humano, es decir niños, bajo, pérdida de interés en los pacientes, conflictos entre
adolescentes, adultos y viejos (nótese que me refiero a este nosotros, eran los síntomas observables y que fueron en
aspecto estrictaµ-i~pte y no al psicopatológico). son estos aumento hasta que en una reunión bibliográfica. al leer
últimos los que se le presentan como los objetos viven- tin trabajo de J. Dry (1970). comenzamos a damos cuenta
ciales más desconocidos. El profesional en su momento de lo que nos sucedía. Allí aprendimos que la vejez no es
ha sido niño, luego adolescente, ahora adulto, y esto le algo abstracto que está allá, en el futuro, y que nos ha de
permite acceder, por lo menos en parte, al entendimiento alcanzar algún día, día que por procedimientos más o me-
de la problemática de sus pacientes a través de una viven- nos mágicos podríamos alejar a voluntad. Allí aprendi-
;::9 cia subjetiva directa, experiencial. Pero en su inmensa mos también que algunos de nuestros órganos comienzan
' -
mayoría :i;io han llegado a viejos y en su acercamiento a . a envejecer a los siete años y que muchas de nuestras ca-
~ éstos faltará la vivencia personal, creándose una brecha pacidades fisicas alcanzan su punto máximo de desarro-
que muchas veces resulta dillcil de salvar. Marcel Proust llo a los 25 y que a partir de allí comienza su declinación.
decía acertadamente que "de todas las realidades. la vejez En otras palabras, aprendimos que la vejez no es algo que
es quizás aquella de la que conservamos durante más está allá, fuera de nosotros, en el futuro, sino que es
tiempo en la vida una noción puramente abstracta". La
::e persistencia de esta realidad como una abstracción está
presente, actual y que la llevamos adentro activamente;
por lo tanto, era artificial la diferenciación entre pa-
dada por la imposibilidad de hacer del objeto concreto cientes viejos y terapeutas jóvenes. puesto que todos
real - la vejez- un objeto concreto real pensado, es decir, formábamos un conjunto de seres humanos en un proceso
incluimos dentro del proceso evolutivo y pensamos vie- activo de desarrollo que integra simultáneamente diver-
jos nosotros mismos. Lo habitual es que tratemos de ne- sos momentos y con las contradicciones propias de esta
gar reiteradamente nuestro propio envejecimiento y que diversidad. La dolorosa toma de conciencia de esta reali-
se lo adjudiquemos masivamente al viejo real que tene- dad. que marcó el punto más alto de ansiedad colectiva
mos delante. "Nos negamos a reconocernos en el viejo que dentro de nuestro equipo, marcó también el punto a par-
seremos" (S. de Beauvoir, 1970). tir del cual pudimos comenzar a consolidar nuestro que-
Pero justamente el enfrentamiento decidido y valiente hacer al posibilitamos nuestra reubicación dentro de la
- no el contrafóbico- con las contradicciones que lleva
::e este planteo nos puede permitir un principio de solución
totalidad de los seres humanos que viven y que, al vivir,
también envejecen. Tomar conciencia de esta realidad
para poder actuar operativamente en este dificil terreno.
::e Para ilustrar esto que digo relataré un episodio ocurrido
personal es la herramienta fundamental que permitirá
que nuestro accionar profesional se desarrolle
en el seno de nuestro equipo de trabajo en el Centro de Sa- científicamente en lugar de formar parte de una nebulosa
lud. Mental Nl1 l, que estaba integrado por médicos, visión prejuiciosa hacia la vejez.
28 29
como indicador último de la predicción de los índices de
mortalidad; la edad es también asociada con morbilidad
3. PREJUICIO MAS COMUN CONTRA LA VEJEZ y se toma su incidencia en la prevalencia de enfermedad o
dlscapacltaclón. Tenemos a nuestra disposición una gran
cantidad de investigaciones sobre salud y enfermedad que
Uno de los prejuicios más comúnmente extendidos, sacan conclusiones sobre su relación colocándolas en
tanto entre legos como entre profesionales, es el de que categorias tales como "45 a 64, 65 a 74, 75 o más" y que In-
los viejos son tocios enfermos o discapacilados. tentan demostrar repetidamente la expectativa de la aso-
Palmore ( l DSO) señ::ila que un tercio del común de la ciación entre edad y enfermedad. Pero cuando tratamos
gente asegura que los viejos "pasan mucho tiempo en de trasladar estos resultados a nuestros pacientes o a
cama a causa de enfem1edades"; "tienen muchos acci- nuestros viejos conocidos, muchas veces tenemos la im-
dentes en el hogar"; "tienen pobre coordinación pslcomo- presión de que no concuerdan. Las estadísticas pasan a
triz"; "desarrollan infecciones fácilmente". Otros este- ser una mera abstracción, números sin sujetos, deforma-
reotipos comunes que se escuchan es que una gran pro- dores de la realidad.
porción de los viejos están hospitalizados. viven en resi- Cuando uno trata de pensar qué es la salud. y si nuestro
dencias geriátricas o en otros establecimientos especiali- rol profesional es el de médico por ejemplo, además del
zados, y que la salud y las capacidades de los viejos mues- generalizado poco interés por las personas viejas, nos da-
tran un alto grado de declinación según pasan los años. mos cuenta que estamos influenciados por nuestra for-
El resultado de estos prejuicios es que se establece una mación universitaria, en la cual la ciencia y la medicina
fuerte sinonhnla: viejo= enfermo que entraña un enorme han estado históricamente más preocupadas por los ca-
riesgo, pues pasa a comportarse como una profecía auto- sos que "andan mal" que en clarificar los elementos in-
predicUva que tem1ina por intemalizarse aun en los des- tervinientes que concurren para producir y mantener esa
tinatarios del prejuicio, es decir en los propios viejos. salud (Butler, 1973). La Organización Mundial de la Salud
Cuando intentamos romper esta sinonimia, el primer (OMS. 1946) señala que la salud debe definirse como "un
problema que se nos presenta es el de resolver qué signifi- estado de completa satisfacción física, mental y 1social
'f' .
y
can los términos salud y enfermedad. problema que se no solamente por la ausencia de enfer.rpedad". Esta es. por
torna cada vez más complicado, como lo demuestra la supuesto, una definición ideal y pasible de distintas in-
enorme cantidad de trabajos cientillcos sobre el tema y el terpretaciones, pero la inclusión en .eHa de las tres áreas
grado de controversia establecido en tomo a él, obvia- de la conducta donde la salµd se ex:p,resa - física, mental y
mente relacionado con el esquema teórico referencial que social- no.s . provee puntos de partida importantes para
cada uno utilice. Esta discusión adqu·iere especial com- pensar qué es lo que debe ·" funcionar" en contraposición a
plicación en geriatría por las cy\.racterísticas propias del lo que "no funciona". Pero en la práctica. más allá de esta
objeto de estudio, donde al efecto conocido de detem1ina- definición, la salud de lqs viejos ~e describe 'g eneral-
das noxas que actúan como generadoras o condicionado- mente: 1) en función de la presencia o ausencia de enfer-
ras de patología se suman los factores aún desconocidos medad, o 2) en función de cuán satisfactorio es sufunclo-
que, independientemente de aquéllas, producen el proce- namlento en cualquiera de las tres áreas de la conducta
so universal de envejecimiento de todos los seres vi- mencionadas.
vientes. Por lo tanto, el enfoque del problema debe con- La definición en función de la enfermedad es la que
templar aquí algunas variables distintas de las que se utilizan habitualmente los profesionales médicos y
emplean habitualmente en otros momentos evolutivos afines. A esto se le puede llamar "modelo médico de la
del ciclo vital, perspectiva de la salud" (Shanas y Maddox, 1976). El jui-
La relación entre edad cronológica y enfermedad es cio sobre la salud basado en la presencia o ausencia de
bien conocida y está bien documentada en las tablas de patología es el resultado de la observación, exámenes
expectativa de vida al nacer y en los estudios epidemio- clínicos y hallazgos de laboratorio y. aunque intenta ser
lógicos sobre la distribución de las enfermedades por objetivo, está no obstante sujeto a la sofisticación de los
edades. Cronológicamente la edad es el factor que se toma medios tecnológicos disponibles. tanto como a las carac-

30 31
s:
terísticas que reflejan el clima social del momento en que es uno de los más importantes elementos que deben ser
se produce. · introducidos en la geriatría. En este sentido la distinción
La definición alternativa de la salud de los viejos debe hacerse entre el impedimento y la discapacitación
según su nivel de funciqnamiento,. que por otra parte es la producida por una condición patológica". El Comité va un
que va ganando adeptos día a día, está resumida por el poco más allá al definir la dúerencia entre impedimento
Advisory Group de la OMS (1959): MLa salud de los viejos y discapacidad. El primero es una anormalidad psi-
es mejor medirla en términos de función; ... el grado de cológica o fisiológica que no interfiere con la actividad
ajuste más que la falta de patología debe ser.usado como vital normal del individuo, en tanto que la segunda es
la medida del monto de servicios que el viejo requiere de una condición que resulta en una total o parcial limita-
la comunidad". De esta manera, las cosas que una perso- ción de esas actividades.
na vieja puede, o cree que puede, son usualmente indica- Esta declaración del Comité de Expertos de la OMS re-
doras del grado de su salud tanto como de los servicios fleja el crecimiento del consenso general sobre el deseo de
que necesita. Naturalmente, la perspectiva funcional de aceptar el criterio de salud funcional de los viejos. La
la definición de salud lleva a desestimar las generaliza- medida de la salud, hasta hace poco considerada prerro-
ciones estadísticas a las que he hecho mención anterior- gativa de los médicos y resultado objetivo de los
mente (que forman parte, por supuesto, del rµodelo médi- exámenes de laboratorio, debe incluir en alguna medida
co propuesto) y crea un conflicto entre ambos puntos de el cómo el individuo se siente frente a su impedimento y;
vista. Sin embargo, pueden no ser irreconciliables si se por extensión, cómo ese impedimento interfiere con su
tienen en cuenta las sensaciones que relatan los propios rutina vital; · al comentarlo Shanas (1976) señala que el
viejos y se confrontan con los hallazgos de los exámenes concepto funcional provee una herramienta mucho más
físicos. Un estudio realizado en Polonia (Piotrowsky, conceptual que el modelo médico, porque a partir de allí
1970) ha demostrado el valor del modelo funcional com- se puede predecir cómo la patología se traslada a la con-
parando las respuestas de los viejos a un conjunto de pre- ducta enferma y, en última instancia, condiciona el rol de
guntas estandarizadas en un vasto estudio nacional que enfermo. Por supuesto que en la consideración de la auto-
trataba de establecer su capacidad funcional con los re- evaluación de su salud que hacen los viejos y sus con-
sultados de un examen fisico completo (Shanas, 1976). gruencias e incongruencias con la apreciación médica, no
Maddox y Douglas (1973), al describir un estudio longi- hay que dejar de mencionar dos aspectos extremos y
tudinal programado por la Duke University sobre la eva- opuestos de suma importancia: uno es la negación
luación médica y funcional de la salud de los viejos reali- maníaca de la enfermedad y otro es su exacerbación hipo-
zada con seis observaciones a lo largo de quince años, condríaca. Ambas son de suma gravedad por sus conse-
sostienen que con el correr del tiempo los dos tipos de ob- cuencias posibles y constituyen manúestaciones visibles
servaciones tienden a ser cada vez más congruentes; pero de trastornos de la personalidad francamente pa-
quizás el hallazgo más significativo de estos autores sea tológicos.
que de una observación a la siguiente eran más predeci- Creo necesario señalar aquí que la introducción de los
bles los informes personales de los pacientes que los re- modelos médico y funcional no zanja la discusión sobre
sultados de los exámenes clínicos. Por supuesto que las qué es salud y qué es enfermedad, puesto que, cualquiera
autopredlcciones de los pacientes no deben tomarse como que sea nuestra posición, no podemos negar el hecho ob-
sustitutos del diagnóstico clínico, pero sí deben tenerse en jetivo de que con la edad, impedimentos y enfermedades
cuenta como un criterio realista de su capacidad de fun- crecen constantemente, y que después de los 65 aflos sola-
cionamiento comunitario. mente una minoría de los individuos están libres de un
En 1974 el Comité de Expertos de la OMS señalaba: MEs diagnóstico de alguna afección crónica, pero sí nos provee
~ ahora aceptado por la profesión médica que la morbili- una posibilidad de introducir un elemento distintivo o-
dad debe medirse no solamente en términos de la falta de perativo para considerar el aspecto social de los roles de
procesos patológicos sino también en términos del im- enfenno o sano que son los que en última instancia se jue-
pedimento de las funciones en las personas afectadas por gan en la utilización del prejuicio contra la vejez.
tales condiciones patológicas ... El diagnóstico funcional Volviendo a esta fom~a del prejuicio que estamos tra-

32 33
tanrlo y, aun sabiendo que las estadísticas no reflejan e- sus reacciones corporales eran similares a los de las per-
xactamente la realidad, es preciso revisar algunas de e- sonas con 30 aiios menos . Estos hechos s ugieren que mu-
lla s para ver la falacia del pensamiento y la conducta pre- chas de las declinacion es en algunas habilidades se deben
j u lc losos .
m ás a la falta de entrenamiento y al apartamiento de la
Mientras una vasta mayoría de la población cree que
entre el 20 y el 50 % de los viejos están hospitalizados o
actividad que al proceso Inevitable de envej ecimiento . -=::::
El criterio funcional pem1lte Interpretar estas es-
viven en Institu ciones especializadas, en realidad la cifra tadísticas de manera distinta de como lo h a ría el criterio
alcanza aproximadamente a.l 5 % de la población mayor médico puro y muestra, como decía antes. qu e la vejez no
de 65 a ños . Estudios realizados en la década del 60 en so- es una enfermedad en sí misma sino que esta última
ci edad es indu s tri alizadas mostraron lo siguiente: Esta- puede -y de hecho lo hace- influir negativamente sobre
dos Unidos. 3, 7 %; Inglaterra, 4,5 %; Dinamarca, 5,3 %. aquélla . No sabemos muy bien todavía cuáles son las cau-
Las diferencias entre estos resultados son más el fruto de sas que determinan el proceso de envejecimiento, aunqu e
una política distinta con respecto a la institucionaliza- seguramente podremos esperar respuestas en un período
ción d e los viejos que de variantes en impedimentos y sa- relativarµente breve. provenientes del campo de la genéti-
lud . A1Tlba de los 75 años el promedio trepa hasta el 8 % ca. pero observando los procesos Individuales de envej e-
(Shanas . 1976).
cimiento podemos ver la enorme variación que se pro-
Con respecto a la idea de que los viejos pasan mucho duce de sujeto a sujeto: así encontraremos personas de 80
tiempo en cama debido a sus enfermedades, la verdad es años que Mno lo parecen", en tanto veremos otras de 60 to-
que pasan el doble de días en cama que las personas más talmente decrépitas. Sin ninguna duda la discrepancia
jóvenes. pero esto solamente representa el 3 % del total de estará dada por la lnterconcurrencia de factores pa-
días d el a no. 10 días para los hombres y 13 para las mu- tológicos o por la excesiva y reiterada exposición a
j eres (Censo del USGPO. Washington. 1977). Solamente el agentes patógenos tales como el sol, cigarrillos, alcohol,
16 % de las personas viejas no institucionalizadas son polución ambiental, etc .. pero de ninguna manera pueden
incapaces de desarrollar el máximo potencial de sus ca- atribuirse al proceso de envejecimiento en si mismo. Al
pacidades operativas pem1anentemente. El número de efecto, es muy demostrativo un estudio predictivo rea liza-
días anu ales de actividad rest1·1ng1da es de sólo 38. do por un organismo gubernamental de Estados Unidos
Con refe rencia al estereotipo de que los viejos desa- para ser presentado en una Conferencia sobre Envejeci-
rroll a n m <'Is fácilm ente infecciones y tienen más acci- miento en la Casa Blanca. Señalaba este informe que ac-
dent es. en realidad hay entre ellos muchas menos condi- tualmente las investigaciones tendientes a prolongar la
cion es agudas d e este tipo que entre las personas más vida humana estaban establecidas en dos direcciones dis-
jóvenes ( l, l por persona y por año contra 2,3 por persona tintas .. Unas estudiaban la forma de prevenir y curar
y por a i'lo debajo de los 65 años). Es Cierto que los viejos principalmente las afecclones como el cáncer y las car-
tiene n m ás problemas crónicos (81 %) . pero sólo una vez y diopatías: las otras estudiaban el proceso de información
m edi éi más que las personas entre 17 y 64 años (54 %). si genética y los posibles errores que se registran en el inte-
se incluyen algunas condiciones menores tales como uso rior de las macromoléculas consideradas responsables en
de ant eojos. redu cción de la audición y alergias (Palmare, gran parte del envejecimiento. El estudio sobre este punto
1980) . En el estudio mencionado de la Duke University, el concluía en que si las investigaciones tenían éxito, en el
51 % de los viejos consideraba que su salud era Mbuena", prin1er caso se podría prolongar la expectativa de vida en
el 33 % qu e era Maceptable" y solamente el 16 % que era un promedio de 5 años, en tanto que en el segundo se la
"pobre".
prolongaría en 20 años. Es tos resultados me parecen es-
Hay frec u entes noticias de viejos que corren mara- pecialmente significativos porque. al mismo tiempo que
tones. trepa n montañas, nadan largas distancias o sim- muestran la real incidencia del proceso patógeno sobre el
plement e clan muestras de su excelente funcionamiento curso del envejecimiento, por otra parte demuestran in-
fi s ico. Un estudio (H. Devries. 1968) sobre un programa de cuestlonablemente la independencia de ambos procesos.
un m1o de duración con ejercicios realizados por personas Sin embargo, la mayoría de la gente. entre la que se
mayores de 70 aií.os demostró que su salud y el ajuste de cuenta gran parte de los profesionales de la salud. se re -
34 35
sisten a aceptar estos hechos y siguen aferrados a sus con- · Palmare, E.: lhe social factors in aging", en Busse. E. W.
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36 37
~

2. FACTDRES BIOLOGICOS Y SOCIALES QUE


de ser computadas estadístlcamente. las conductas de los
recién nacidos o de los chicos de 6 años que las de los vie-
ad
INCIDEN EN LA PSICOLOG!A DEL ENVEJECIMIENTO jos de 70 años. Pero no es ésta la única dificultad meto-
dológica. La Investigación gerontológlca y geriátrica re-
queriría una mayor realización de estudios de tipo
"longitudinal", es decir aquellos que pern1itan el estudio
de los sujetos durante la mayor parte posible de su vida
para poder seguir las vicisitudes de su crecimiento, desa-
rrollo y envejecimiento; pero este procedimiento es muy
dificil de realizar porque requeriría una población inves-
tigada relativamente estable y dis ponible, y un equipo de
trabajo con la consiguiente estabilidad y persistencia a lo
largo de los años. Este sería el método más recomendable
objetivamente. pero no obstante tendría el inconveniente
l. INTRODUCCION subjetivo de que investigado e investigador envejecerían
al mismo tiempo, lo cual en un determinado momento
Uno de los mayores problemas que enfrenta el estudio- podría producir interferencias y desvirtuar los resulta-
so de la gerontología y la geriatría es la excesiva tenden- dos.
cia a la generalización y/ o universalización de los temas Tenemos que recurrir entonces al método "transver-
que se abordan. como también la utilización de un sal". que compara una o varias funciones en grupos de
sinnúmero de "lugares comunes" sobre· la vejez y los vie- igual edad cronológica. Este método es el más utilizado
jos. Es probable que ambas conductas estén íntimamente pero es el menos confiable científicamente en cuanto a
relacionadas. y que el folklore y la mitología invadan el sus resultados porque tiene el Jnconveniente de inducir ·
espíritu cientiflco de los Investigadores en un intento de errores al no contemplar la variable "tiempo histórico"
encontrar expllcaclones totalizadoras para un fenómeno (Neugarten, 1970). El método "transcultural", es decir el
psicológico que se quiere evitar y que es tomar conciencia que compara individuos de la misma edad en diversas
del devenir de nuestro propio envejecimiento. Sea cual culturas (por ejemplo. Gutmann, 1977) tiene el inconve-
fuere la edad del que escribe sobre estos temas o del que niente de desestimar la variable "tiempo social" (Neugar-
los lec, siempre estamos hablando de nosotros mismos, ten, 1970). Sobre estas dos variables volveré a hablar más
de lo que somos o de lo que seremos ... sl el tiempo nos lo adelante.
permite. Tomar conciencia de esto es el punto de partida Finalmente, la elección del lugar donde se realiza el
para poder comprender los vastos, complejos e intrinca- muestreo de la población tiene fundamental importan-
dos fenómenos que se presentan en el proceso de nuestro cia. Generalmente los investigadores empíricos en estos
envejecimiento y las diversas conductas que surgirán de temas tienden a sacar sus conclusiones a partir de los
ellas, conductas que si bien representan y están integra- consultorios privados o de las instituciones, y luego tra-
das en un todo, tendrán su manifestación preponderante, tan de extrapolar estos resultados a la población general.
según los casos .. en el área 1 (psicológica). en el área 2 Pero aquí el error es más peligroso porque hace una ex-
(biológica) o en el área 3 (social). tensión de observaciones realizadas sobre "pacientes" -
Todos los autores importantes en el campo de la ge- es decir. enfermos- hacia individuos sanos, sean éstos
rlatríZt (Ncugarten, Bourl!ere. Gutmann, Bromley, Streji- orgánicos o funcionales. Este error deriva del prejuicio
levich. entre otros) insisten en la imposibilidad de esta más asentado sobre la población vieja y que es la utiliza-
general!zación, basándose fundamentalmente en el crite- ción automática de la categoría viejo=enfermo. Las in-
rio de "dispersión". esto es. la mayor disparidad de con- vestigaciones sobre menopausia (Neugarten, 1970). sobre
ductas o de sus rasgos que se advierten con el paso del declinación mental (Botwlnick, 1966) o sobre depresión
tiempo: son más homogéneas. y por lo tanto más pasibles (Palmore, 1980) entre otras. desestiman este prejuicio.
Cbmo el titulo de este trabajo se presta para caer en algu-
38
39
no (o en la totalidad) de los errores que señalo, corres-
ponde acotar su intención.
El tém1ino envejecimiento de por sí puede indúcir a
r partes de la producción intelectual de científicos y escri-
tores está distribuida en el rango de edad comprendido
entre los 30 y los 59 años: la mitad de los descubrimientos
ambigüedades sobre su ubicación temporal. De las diver- y desarrollos en medicina y en psicología se producen en
sas acepciones que de él se pueden dar, elegiré para esta la década de los 40 (Bromley. 1977). Entre los 30 y los 60
exposición su aspecto de desarrollo, de "proceso" de tran- años se distribuye el 80 % del total de los puestos
sición del ser humano hacia la vejez, y para ello lo cen- políticos, militares o industriales de la sociedad.
traré en las interacciones psicológicas, biológicas y so- Estas consideraciones relativas a las clases medias y
ciales de lo que últimamente los autores ingleses y ameri- altas. tienen su correlato en las clases bajas en cuanto a
canos especialmente. han comenzado a estudiar bajo la status y jerarquías en sus respectivos grupos de funciona-
denominación de mediana edad (Middle Age, Bromley, miento e influencia. Los trabajadores manuales tienen su
1977; Butler. 1982; Howells, 1981; Norman, 1980; lugar en fábricas y/o sindicatos. en las organizaciones
Jacques. 1966; Neugarten. 1977). Esta pretenderá también barriales, clubes, parroquias, etcétera.
ser la introducción a un estudio a desarrollar todavía: la Las personas que han adquirido un nivel socio-
de establecer cuáles de las características descriptas por económico que les brinda seguridad y que mantienen un
los autores anglosajónes se corresponden con la realidad buen estado de salud. pueden sentir esta época como la
de nuestro país, y cuál es su impacto sobre la psicología "flor de la vida". La experiencia acumulada y las conduc-
del envejecer aquí, ahora. tas estabilizadas en las relaciones interpersonales hacen
que en general les resulte fácil responder a las demandas
del entorno social y aun m(lntener adecuadas perfor-
2. ¿QUE ES lA MEDIANA EDAD? mances físicas. atléticas o deportivas, aunque sean mo-
dificadas por la experiencia y por cierto grado de limita-
Una de las dificultades con el término mediana edad ciones. (Por ejemplo. pueden jugar al golf en lugar de jugar
reside en que no es una fase que pueda definirse n:iuy cla- al fútbol o correr dos veces por semana en lugar de jugar a
ramente. sino que guarda dúerentes significados para la la paleta, pero obteniendo. de todos modos. la satisfac-
gente según su edad. sexo, status, clase social, etc. El pri- ción de sentirse activas y deportistas.)
mero en estudiarla fue E. Jacques (1966) y la situó cro- Para otras personas la mediana edad constituye un
nológicamente de los 35 años en adelante, pero a mi jui- "nicho ecológico" (Bromley, 1977). es decir que se han
cio cometió una equivocación, pues constituían la mues- adaptado a un enlomo limitado y que su ajuste a las ac-
tra de su estudio fundamentalmente artistas de siglos pa- tividades de la vida cotidiana se reduce a una rutina regu-
t:I sados: cuando la expectativa de vida al nacer era mucho lar, lo cual les proporciona sentimientos de seguridad y
menor de lo que es ahora y, en consecuencia, si quisiéra- así se sienten protegidos de los conflictos que podrían
mos recurrir al mismo método. arbitrario por cierto. de- provocarles ansiedad. La experiencia los provee de la pa-
beríamos situar actualmente este período entre los 45 y ciencia necesaria para hacer frente a los problemas y, al
los 65 años. mismo tiempo, para sentir confianza en sí mismos. La
Esta es la época en que la mayoría de la gente ha en- gran profusión de contactos sociales que surgen del status
contrado el modo de subsistencia propio y el de su fami- y la jerarquía conseguidos hacen que se esté en condi-
lia, y el momento en el cual han terminado la crianza y ciones óptimas de recoger la información necesaria para
cuidado de sus hijos. actividad que suele suplantarse con resolver los problemas. tanto en el campo de la investiga-
el cuidado y preocupación por los propios padres, cuando ción científica como en el mundo de los negocios. Como es
éstos aún existen. En ciertos sectores de la población. en fácil comprender, el obj~tivo de todas estas conductas es
·la mediana edad se está al mando de la sociedad en térmi- el mantenimiento de un adecuado nivel de autoestima.
nos de poder, influencia y toma de decisiones, lo cual trae Para gran parte de la gente la mediana edad es la época
aparejado suma responsabilidad en el manejo de temas de la autorrealización y la gratificación, pero al mismo
tales como los relacionados con la juventud y la vejez, por tiempo, para toda la gente sin excepción ésta es también
ejemplo (Butler. 1982). Alrededor de las tres cuartas la época que marca el paso inexorable hacia la vejez y. en
40 41
co11sccucncia. gran parte de lo que denominamos "buen o
m al envejecer" está contenido en este pasaje. Pero antes mental antes de que ocurran las Inevitables pérdidas so
de examin ::1r qué es lo que dctem1inará la calidad de este ciales Inherentes al envejecimiento, o antes de que haya
proceso y s11s consecuencias ulteriores debemos pregun- algún cambio detectable en la performance o competencia
tai nos si existen algunos rasgos intrínsecos y pa1iicu- de los sujetos en los roles sociales actultos.
lares el e es ta etapa y que puedan adscribirse a toda lapo- Partiendo de la similitud entre este planteo y la ase-
blación que envejece. veración popular de que "en la vejez hay un aumento del
narcisismo", utilicé en otro lugar (Salvarezza. 1985) la
metodología psicoanalítica para confrontar ambos con-
3. CAl~CTERISTICJ\S DE lA MEDIANA EDAD ceptos - interioridad y narcisismo-. y sostuve que si bien
el Incremento de la Interioridad debe considerarse en
Aun manteniendo muchas reservas sobre las genera- primera instancia como un fenómeno universal. hay que
lizaciones . tal como lo he señalado más arriba, la verlo como el resultado de la disociación que produce el
m;:i yoria de los estudios, tanto los longitudinales como conflicto de envejecer o ciertas situaciones vitales dentro
los transversales y transculturales, muestran la presen-
cia de algunos rasgos intrapsíquicos con la suficiente
del proceso de "ser viejo". Este repliegue sobre sí mismo
podrá tener las características de reminiscencia, en cuyo e
constancia como para tomarlos como punto de partida caso se conseguirá la ú1legridad del sujeto. o adquirirá la
para una futura Investigación comparativa. fom1a de nostalgia. y al no poder establecer la Integridad
Partiré de la base de que en la mediana edad hay dos te- se transformará en desesperación. De cualquier manera,
mas predominantes que prestan una especie de telón de el narcisismo pasa a ser la consecuencia y no la causa del
fondo sobre el que aquélla se desarrolla y que son: la pro- Incremento de la interioridad (véase cap. 4).
gresiva toma ele conciencia del paso del tiempo con el con-
siguiente envejecimiento personal, por un lado, y por el 3.2. Cambio en la percepción del tiempo
otro, que los cambios en los patrones vitales muestran
que los hijos crecen. los propios padres envejecen cada En su mediana edad la gente comienza a pensar el
vez más y mueren, y que eso lo coloca al individuo ante la tiempo, su tiempo, desde una perspectiva distinta; co-
sensación ineludible de ser "el próximo en la fila". Las mienza a medir el tiempo más en función de lo que falta
fom1as de expresión intrapsíqulcas de esta temática son por vivtr que de lo que ha pasado desde el nacimiento. No
las siguientes: hay solamente una Inversión de la dlrecclonalidad, sino
que aparece la conciencia de que el tiempo es finito. Neu-
3. 1. Incremento de la interioridad garten ( 1970) señala que en esta época existe una marcada
dificultad para situarse en la propia edad y que cuando a
Neugarten (1970) ha sido la primera en llamar la aten- algunas personas se les pregunta de improviso por su edad
ción, basada en estudios realizados en la Universidad de no pueden dar de Inmediato la respuesta adecuada; Inte-
Chicago, acerca de que en la mediana edad hay un érúasis rrumpen su pensamiento y frecuentemente dicen:
en la introspección y en el balance vital con un intento de "¿Cuántos ... 51? No. 52. Si. si, 52".
revaluar el sí-mismo (selj). La preocupación por el mundo
interno se intensifica; las catexis emocionales sobre per- 3.3. Personalización de la muerte
sonas y objetos del .mundo externo decrecen; la disporú-
bilidad para distribuir actividades y afectos en las perso- Intlmamente relacionado con lo anterior aparece la
nas del enton1o se' reducen; es el momento del movimien- personalización de la muerte. La muerte de pares y ami-
to desde el mundo externo al mundo interno. La autora gos. especialmente los últimos. hace que ésta se convierta
insiste en que este incremento de la interioridad es un en una posibilidad real para uno mismo y que deje de ser
proceso intrínseco atribuible a la edad más que a una la mágica o extraordinaria ocurrencia que parecía cuan-
respuesta adaptativa a procesos de cambio, ya que puede do éramos jovenes.
ser medida, dice, en personas con buen funcionamiento Jacques, en su Importante trabajo de 1966, al analizar
las causas que provocan un cambio en la conducta de las
42
43
~
...__ F
=- personas en la mitad de la vida decía: "Considero, y trata- H. Ey señala que el ser que envejece debe hacer un es-

=-:a ré de demostrarlo, que el hecho de que en el escenario


psíquico entren la realidad y la inevitabilidad de lá pro-
pia muerte personal eventual, es el rasgo central y básico
fuerzo extra, porque al contrario del niño o del adulto,
debe adaptarse no solamente al medio sino. además, a su
propia vejez. La imposibilidad de aceptar las nuev3:s con-
diciones que impone el envejecimiento pw;de llevar a que
de la fase de la mitad de la vida, el rasgo que precipita la

=- naturaleza crítica de este período, La 1!,lue[t:e - en el nivel aparezca una "reacción global qe rechazo"; \fechazo de ad-
consciente- , en lugar de ser una concepción general o un mitir el envejecimiento de las capacidades intelectuales,
acontecimiento experimentado en términos de la pérdida el envejecimiento fisico o la disminución de la sexuali-
de algún ser, se convierte en un problema personal, la dad. Este rechazo puede convertirse en una auténtica for-
propia muerte, la propia mortalidad real y actual". Freud mación reactiva que se traducirá en la adopción de ras-
(1915) describió con precisión este problema: "Estábamos gos, maneras y conductas inapropiadas. correspon-
preparados para sostener que la muerte era el resultado dientes a otra época, en un intento de ( detener el reloj". La }.
necesario de la vida ... Sin embargo, en realidad, estába- lG frustración libidinal puede llevar al stijeto que envejece a
mos acostumbrados a comportarnos como si fuera de otra sentirse inferior a los jóvenes, puede fomentar senti- Y)

manera. Desarrollábamos una inconfundible tendencia a mientos de envidia, lo cual se traducirá en un rechazo glo-
bal de todo lo relacionado con la juventud y el sujeto se 1
'archivar' la muerte, a eliminarla de la vida. Tratábamos
de ocultarla .. .' Se trata de nuestra propia vida, por supues- mostrará impaciente, agresivo, autoritario y crítico ha-
to ... Nadie cree en su propia muerte ... En el inconsciente cia las generaciones menores. La preocupación por los
todos están convencidos de su propia inmortalidad." cambios corporales inevitables puede llegar a ser exage-
En este punto, un rasgo importante de orden cultural rada, y aparecerá en forma de trastornos .hipocondríacos,
parece determinar una distinta conducta según los sexos: con depresión, alcoholismo o algún otro tipo de adicción
mientras el hombre aparece preocupado por la proximi- - especia~rnente medicamentosa- corno posibles conse-
dad de su muerte, la mujer está preocupada por la inmi- cuencias. 1~1 temor a los cambios, especialmente en lo cor-
nencia de su viudez. poral, relacwnado con el funcionamiento sexual, puede
Es importante señalar que en condiciones normales, producir dos tipos de reacciones opuestas: por un lado,
al instalarse la vejez, de los tres rasgos intrapsíquicos .promiscuidad sexual al tratar de probar que aún se es jo-
mencionados, los dos últimos tienden a perder importan- ven y atractivo. Esto puede conducir a intempestivas rup-
cia y a desaparecer como factor preocupante, en tanto que turas matrimoniales o, por otro lado, a convertir la rela-
el primero persiste y aun puede llegar a incrementarse ción de pareja en una torturante situación de aburrimien-
considerablemente (Salvarezza, 1985). to e insoportable rutina.
La mediana edad, ya lo he dicho, puede ser -y de hecho
para mucha gente lo es- la "flor de la vida", pero necesa-
riamente se verá amenazada por múltiples conflictos 1
'
cuya resolución dará lugar a alteraciones superficiales y
4. DISTINTOS TIPOS DE ENVEJECIMIENTO

Los estudios realizados muestran que en general la


mayoría de la gente se ajusta y adapta relativamente bien
reversibles o bien profundas, de dificil solución, que rotu-
laremos como patológicas.
¿De qué depende que se tome uno u otro camino? "Se \'f'<l
Q t\
a los problemas y demandas que presenta la mediana envejece de acuerdo a cómo se ha viv>do", decía ltlµ.rJa- l\N2'<''\
edad, pero que también muchas veces ocurren dificul- g'l!erra. Sí, pero. ¿qué quiere decir e.c;to exactamente? ¿Qué ¡__....,
tades en ese tránsito y aparecen las llamadas ~crisis de la esquema teórico usamos para concer,tualizar el envejeci-
mediana edad". Más adelante voy a considerar si esto miento? Veamos primero el aspecto psicológico.
~ debe o no considerarse una "crisis", pero entre tanto, pa- (
t
~ rafraseando a Butler (1982) y a H. Ey (1969) describiré las / t-i u ve (í l t -- ..f
a conductas más comunes que suelen presentarse en la
.P \ ·\l '""'"""

mediana edad y que denotan sintomáticamente que el "~
proceso de "buen envejecer" está perturbado. r-)
44 45
5. FAC1DlillS PSICOLOGICOS EN EL ENVEJECIMIENTO estos casos los individuos comienzan a gratificarse como
r si fueran sus propios hijos únicos - o los de otros- y,
!'(/
Múltiples son las teorías que se han propuesto para ex- , cuando se dan las condiciones favorables. la invalidez
plicar el envejecimento psicológico y/o la reacción psi- ·\ precoz, física o psicológica, se convierte en el vehículo d e
colóf,ica de los individuos ante el envejecimiento, y ob- \
la preocupación por sí mismos" (ibíd..). ·
viamente esta multiplicidad de puntos de vista dependerá La resolución, satisfactoria o no, del con11icto plantea-
de las teo rías donde estén asentadas. No voy a hacer aquí do en eaj.e estadio dará lugar al últim°'- que se planteará
un est ndJo co mparalivo porque excedería los límites y entre l ~ integridad y la desesperació'2{ La primera es el
propós itos de es te trabajo; los interesados pueden consul- fruto de los otros siete ciclos vitales, y madura gradual-
tar los estudios exhaustivos en los libros de Busse y Bla- mente en las personas que envejecen. pero sólo en aque -
zer (1980). Blrren y Shale (1977). Bírren y Sloane (1980). y llas wque se han ocupado de las cosas y de la gente y se han
Bromley ( 1977). adaptado a los triunfos y a los desengaños de ser, por ne-
Mi fom1ación en psicoanálisis y en psiquiatría cesidad. el que ha dado origen a otros y ha producido obje-
dinámica naturalmente me lleva a privilegiar los estu- tos e ideas" (Ertkson, 1968; Salvarezza, 1985). El fracaso
dios y conceptos surgidos de estos. campos, fundamental- de é~ta lleva al sentimiento de desesperación, que expresa
mente dos de ellos. Uno es qe Erikson (1968). A este autor et sentimiento de que el tiempo es corto, demasiado cor-
Y'I le corresponde el ser citado como el primer psicoan~~ to para iniciar el intento de otro tipo de vida que lleve a la
que se ocupó específicamente del tema del envejecimiento U otegridad".
\.' J ·yla\rej ez y que lo hizo formando parte de su teoría epige- Este esquema eplgenético es muy útil, y de hecho h a
nelica. que describe una serie de fases del desarrollo de la satisfecho las preguntas de muchos investigadores en
personalidad en función de su adecuación con ciertas va- nuestro campo geriátrico. como se puede comprobar con-
s riables psicosociales. Esta teoría propone un eslabona-
miento de ciclos vitales - ocho en total- que están deter-
sultando los índices de autores de la mayoría de los libros
importantes sobre el tema . Para mi gusto es un poco ge-
1 \J
<\ minados por la relación del individuo en crecimiento y la
realidad social que actúa por medio de representantes
neralizador y abarcativo y da respuestas globales, que s i
bien abren el camino, no terminan de explicar el destino
personal y subjetivo de nuestro propio envejecimiento. Si
institu c ionales diversos y que son los encargados de per-
--1 \ mitir o facllitar ese desarrollo. Cada ciclo comporta ta- -volviendo a Ajuriaguerra- cada uno envejece de acuer-
reas evolutivas que el individuo debe resolver, y su acier- d oaCO-rrío ha vivido, habrá que buscar otro elemento
to o desacierto en hallar las soluciones necesarias deter- teórico que nos permita entender cómo hemos vivido y
minará su destino. qué determina los cambios de dirección de nuestro ciclo
En la edad que nos ocupa, el conflicto principal, según vital.
Erikson, se plantea entre generativtdad y estancamiento. El psicoanálisis ha privilegiado el encuadre histórico
La primera debemos entend'erla fundamentalmente como Individual (psicosocial); en éste, la historia es una expli-
la preocupación por afirmar y guiar a la generación si- cación del presente por el pasado; más especialmente, del
1
guiente, sin que se refiera esto, por supuesto, solamente a presente adulto por el pasado irúantil. Para entender la
una relación con personas de filiación directa. Este 'con- ,')uA c. operatividad de este concepto hay que recurrir a la formu -
)ación de la\;,.;rtes complqrr'lntarias (Freud, 1916)., En e-
cepto Incluye los otros más estrechos de productividad y ~t llas hay tres serles-aecausas que no actúan independien-
creatividad. WLa capacidad de entregarse por completo en
el encuentro de los cuerpos y de las mentes lleva a una ex- temente sino que, en realidad, lo que ac.lúa esJa resul-
pansión gradual de los intereses del yo y a un vuelco de ca- tante de su interacción (Bleger, 1963) (.!Jna primera serie
texia libidinal hacia aquello que se está generando" está constituida por factores h~~rfbs_y congénitos;
(Erikson. 1968). Pero cuando este enriquecimiento falla entre los primeros están los transmitidos por herencia,
hay una regresión a una necesidad obsesiva de seudoin- por los genes, y entre los segundos los que derivan del
tlmidad acompañada por un sentimiento de estancamten- período intrauterino. Esta serie también se denomina
f\. \.t. to. aburrimiento y empobrecimiento interpersonal. WEn componente constitucional. La segunda serle está consU-
" .\ . tüTcfa por las experiencias Infantiles que, como se com-
1
(, 46
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prenderá, son de importancia fundamental porque ocu-


rren en los primeros momentos de la formación de la per- 3
+! a notarse que estos aspectos estarán siempre presentes
aunque su desarrollo no será cronológicamente idéntico
sana. Los factores actuales o desencadenantes constitu- l. . para cada capacidad (envejecimiento diferencial) ni para
cada individuo.
·~~·
yen latercera serie. "EStOs actúan sobre la disposición, es
decir sobre el resultado de la interacción de la primera t Los estudios muestran que los mejores resultados obte-
nidos para el conjunto de las aptitudes corporales se
con la segunda serie.
La reciprocidad en la actuación de unas series con
1 sitúan alrededor de los 30 años (edad crítica de los depor-
otras permite explicar tanto el desarrollo psicológico de tistas). y que .a partir'de allí se asiste a un deterioro pro-
los individuos como sus eventuales estructuraciones psi- gresivo fisiológico. pero es sólo en la mediana edad cuan-
copatológicas. y también las categorias de endógeno y do las curvas de fos estudios realizados se desvían eviden-
exógeno. Para entender su funcionamiento hay que recu- temente y toman estado clínico.
rrir al principio de la proporcionalidad inversa. es decir El aspecto general refleja el envejecimiento (Ey. 1969);
que una diSQOSición "fuerte" estará en condiciones de ab- la silueta se pone pesada por la gordura que predomina en
sorber aaecu-adamente y sin mayor complicación reitera- ciertas regiones (vientre. caderas). La piel pierde su hi-
lias situaciones conflictivas .:... factores desencadenantes- o dratación y su elasticidad. se arruga; las varicosidades se
actuales- . en tanto que en disposiciones "débiles" o de- acusan. las venas sobresalen. los cabellos encanecen y se
bilitadas por reiterados sufrimientos. factores actuales hacen escasos. A esto se suman las alteraciones autoper-
mínimos pueden desencadenar catástrofes al constituirse ~ ceptlbles de las funciones oculares y auditivas. el incre-
f,
en verdaderas situaciones traumáticas difíciles o imposi- mento de la fatigabilidad muscular y un cambio en la ve-
bles-de manejar.
Este esquema. sencillo en su formulación pero suma- t locidad de respuesta adaptativa a ciertos estímulos (por
ejemplo. sexuales). Por supuesto. estas modificaciones
mente profundo en sus alcances. permite entender el de- muchas veces pueden corroborarse mediante el estudio de
sarrollo P._Sicológico de los seres humanos y. en el casó'e'S- <. las alteraciones producidas en las moléculas. en las célu-
pecífico que estamos tratando. nos permitirá comprender las. tejidos. órganos y aparatos tal como lo demuestran
las particularidades de cada proceso de envejecimiento los trabajos publicados en el excelente libro de Finch y
por la estructura de la personalidad (constitucional + dis- f Hayflick (1977).
~ D·
:!.
posicional) y por la acción de los factores actuales que so- fl Ahora bien. todas estas modificaciones que, insisto.
bre ella inciden, tales como los biológicos y los sociales, y 1 °"'\ deben ser consideradas fisiológicas en tanto no derivan
poder determinar en qué momento éstos se convertiráñ I .J.Jv-C'\ de problemas patológicos definidos. tendrán repercu- "'
en traumáticos. LJ l siones personales y serán vividas de manera totalmenje 1lN' ~-s.' ('.6\l
1

Pero quiero aclarar bien un concepto. En otro lugar distinta por los indivIBüos ci..ue las padecen y que depen-
(Salvarezza, 1973) he sostenido que cada cultura produce V 1 derá, como lo señalé más arriba. de la personalidad pre-
:=- su propio Upo de ·envejecimiento. pero ahora quiero agre-
gar que dentro de cada una de el1as cada viejo es el produc-

¡ via de cada uno y del rol socioeconómico que desempeñe.
La pérdida de la belleza y del encanto físico n~ndrá
to de sus propias series complementarias. Creo que esta t el mismo efecto en~a p~rsonalidad narcisista r sea
~ hombre o mujer- que en una depresiva, pero tampoco
formulación tiene la enorme ventaja de proveemos las r
bases para una adecuada prevención primaria tendiente a será lo mismo si la persona es actor. actriz o modelo pu-
producir "mejores envejecimientos". Pero esto será tema blicitario que si es taquígrafo o panadero. La declinac.ión
de otro trabajo. de la fuerza muscular no tendrá el mismo efecto en un es-
tibador que en un cajero de banco. y la disminución de la
audición puede tener efectos perniciosos en un crítico mu-
6. FACI'ORES BIOLOGICOS EN EL ENVEJECIMIENTO sical o en un psicoanalista pero no revestir importancia
en un dibujante. Como es obvio. las combinaciones de
1
Sin entrar a terciar en la conocida discusión sobre si personalidades. profesiones y . roles sociales mulliplican
la vejez es el resultado de aspectos biológicos deficitarios las posibilidades casi hasta el infinito. lo cual. una vez
o viceversa. lo cierto es que en la mediana edad comienza más, hace sumamente dificil, cuando no ilusoria, la pre-

48 ¡.. ,.., 49

~-
tensión de est ablccer generalidades sobre el proceso de
envejec imiento . tos, SU(Prejuiclo s uele estar mucho más defendido porque,
lp,11 a l p.'.1r:'u netro hay que tomar para considerar la a difer~a de los demás prejuicios en los cuales no hay
eclos ión de patología somática en la m ediana edad. No nada que temer porque no es posible que alguien cambie
creo q1w nadie es té contento ni que tome con naturalidad el color de su piel ni es probable que cambie de sexo, en
las cnfrrmedades. pero aquí sí la observación clínica Ins- este caso, si tenemos el tiempo suficiente todos llegare-
tituciona l o privada nos pem1ite ver la desemejanza de mos a ser vle] os y pasaTe-mos a convertirnos en las
reaccio nes p ersonal es que se registran en este teITeno. víctimas de nuestro propio prejuicio. Por el mero hecho
Desde l;i resi¡rnació n al suicidio, toda la gama estará de desconocerlo no deja de ser real ni deja de tener un se-
pr<"scnte. vero efecto pernicioso sobre la salud y la felicidad de la
Volviendo a lo señalado anteriom1ente: en las perso- población víctima del prejuicio. A esta conducta prejui-
nas de m ediana edad tanto las modificaciones biológicas ciosa debe imputarse una gran parte. si no todos los pro-
fisiológ icas. como las patológicas entran a formar parte blemas del envejecimiento (Palmare. 1980).
de las se ries complementarias como el factor actual o de- Las personas víctimas del viejismo se consideran des-
sencadenante que, al obrar sobre los factores constitucio- de el punto de vista social como enfem1as, seniles, de-
nales y dispos icionales, determinaráerfJpo de enveJecr= primidas. rjgldas. asexuadas. pasadas de moda y una
<;\ .,.f'. miento de cada persona. Pero las cosas no tenn!nan allí,
porque hay au n otro Upo de factores a considerar, de
mullltud de rótulos descaliflcatorios más. Sus problemas
físicos y mentales tienden a ser fácilmente ignorados y
suma lmportancia. con frecuencia no se tienen en cuenta sus necesidades
económicas y sociales. El viejlsmo lleva a las genera-
ciones jóvenes a ver a los viejos como diferentes, a no
7. FACTORES SOClALES EN EL ENVEJECIMIENTO considerarlos como seres humanos con iguales derechos
y, lo que es peor. no les pem1ite a ellos - a los jóvenes-
El hombre es fundamentalmente un ser social, y Freud Identificarse con los viejos. Resultado : se tiende a ver la
(1921) decía que la psicología es ante todo psicología so- vejez como algo que no nos pertenece. como algo que está
cial; por lo tanto, toda consideración sobre la psicología allá, en un futuro muy lejano y, por lo tanto. al no sentir
del envejecimiento debe hacerse d~ntro del encuadre so- que nos concierne. no nos permite prepararnos para en-
cial en donde se desarrolla y con la interacción entre am- frentar nuestro propio envejecimiento.
bos. Para considerar esta interacción de tan vastos al- El psicoanálisis nos ha enseñado el movimiento dia-
-canees y consecuencias voy a referirme solamente a tres léctico de las identificaciones. Tendemos a identificamos
aspectos que considero de fundamenta.l importancia. con las personas s!gnlficallvas de nuestro entorno - o con
aspectos parciales de ellas-. pero también nos identifica-
7.1. Así como en muchas sociedades ciertos grupos ra- mos con la imagen que estas personas llenen de nosotros.
ciales sufren discriminaciones por el color de su piel; así Este último aspecto es particularmente significativo -y
como otros grupos son discriminados por su religión y las peligroso a la vez- en la mediana edad. porque en una so-
mujeres por su sexo, los viejos en nuestra sociedad son ciedad orientada hacia y para la juventud y la competen-
discriminados por su edad. Esto ·se llama vie)ismo y co- cia, como es la nuestra actualmente. las personas que en-
rresponde dt>finirlo simplemente como el prejuicio y la vejecen pueden fácllmente hacer suyas las imágenes pre-
discriminación consecuente que se lleva a cabo contra los j uiclosas de los otros y sentirse y /o funcionar como clu-
vfejos. dadanoSIJ2erimldos ¡de segunda categoría. e •., 'J \
11
El viejismo es un concepto relativamente nuevo y fue ;:;AJ.. t tft.. ,,;¡O • ~ .~.. •' ' '
descripto y estudiado en profundidad por Robert Butler a 7.2. En ei 'capítulo 1 he explicado en detalle la teoría
comienzos de la década de 1970. Por esta razón y porque del desapego de Cummlngs y Henry (1961) en la cual se
forma parte de "nuestra manera de ser" (Salvarezza, consideran componentes típicos del proceso de envejeci-
1982). muchas de sus manifestaciones son inconscientes miento el apartamiento natural y normal del geronte de
' o no son registradas como tales por sus portadores. En és- \ sus actividades y roles sociales, el incremento de la preo-
cupación por sí mismo y el decrecimiento del interés en
1 50
1 ve..v '\ ~\ d.~j 51

l
~r·,-¡ - ¡.-, r ,. 1

l¡. ' ¡1

su relación con los demás. En una reciente revisión del


destino de esta teoría, Atchley (1987) señala que este desa-
pego individtiaÍ fbe concebfüo, en primer lugar, COIT}O un
se inclina a adoptar una política de segregación o de in-
diferencia hacia los viejos. o a desarrollar una actitud ni-
hilista en la cual la vejez carece de valor (Bromley, 1966;
1
pro&so psicdlógico que.comprendía tanto el apartamien- Salvarezza. 1982). Al igual que lo señalado en el punto
to del interés c'ón:io del compromiso. El distanciamiento 7 .1, aquí también las identificaciones con la mirada de
social se vio como una consecuencia del desapego indivi- los demás pueden tener consecuencias catastróficas en el
dual conectado· con la falta de oportunidades que brinda individuo que envejece.
la sociedad y el escaso interés que manifiesta por las con-
tribuciones de los viejos. Luego, parafraseando a Hochs- 7.3. Para entender adecuadamente la interacción so-
child (1975). Atchley señala que para comprender esta ciopsicológica de la transición que va de la mediana edad
a teoría ....debe ubicársela dentro del contexto histórico en
-~
donde surgio, esto es, que daba cuenta del problema de
hacia la vejez, hay que referirse a los conceptos de Neu-
garten (1970) sobre el factor tiempo, que describo extensa-
adaptación de .las personas viejas de la década de 1950, en mente en el capítulo 7. Esta autora considera que todos
una situación social mucho más adversa que la de 1980, los individuos. no importa el grupo social al que perte-
tanto respecto de los beneficios previsionales estatales. . nezcan. desarrollan la idea de un "ciclo vital normal y es-
como del cambio de las actitudes sociales hacia ellas. Tal perable". es decir, que ciertos eventos deben ocurrir en de-
vez en aquella época había mucha gente que quería desa- terminados momentos de la vida, y que un reloj mental
pegarse, cosa que no ocurre en la actualidad. interno les va señalando si "están en tiempo" o si están
Al postular la "normalidad" del desapego, esta teoría "fuera de tiempo". La existencia de estos relojes se de-
impulsó una enorme cantidad de investigaciones conexas muestra por la facilidad y adecuación con quºe la gente se
porque; 'camUiO súbitamente la imagen tradicional: que refiere a ellos frente a un interlocutor; rápidamente le co-
mantenerse activo era la mejor forma de envejecer. Jus- mentan cuál es para ellos la mejor edad para casarse.
tamente para refutar la teoría de Cumrnings y Henry se para tener hijos, para convertirse en abuelos, cuándo un
profundizó este último concepto y se sentaron las bases de hombre debe estar asentado en su trabajo, cuándo cree
la teoria de lá"act'i vidad (Maddox, 1963, 1964; Bromley, que debe alcanzar el rango más alto, cuándo debe jubi-
1966; Havinghurst, 1968; Andrés y Gastrón, 1979). Neu- larse y. además, cuáles deben ser las características so-
garteh (1987) menciona un problema adicional en rela- 1 bresalientes en las sucesivas edades. "Estar en tiempo o
ción con este tema, cuando señala que estas teorías caen
en el error de postularse como modelos óptimos de enve-
jecimiento, y que al hacerlo omiten otros aspectos tales
t ·, :_ l fuera de tiempo es una autoimposición apremiante. Hom-
bres y mujeres se comparan con sus amigos, hermanos.
compaüeros de trabajo. con sus padres. para decidir si
como el Upo de personalidad previa, la actividad, el ejer- "'"· I'' han hecho bien, pero siempre teniendo en mente la línea
cicio de los roles sociales. la forma de obtener satisfac- t del tiempo. El llegar a los 40, 50 ó 60 años no es en sí mis-
ción, etc. De esta manera, ambas teorías se convierten en " 1 mo tan in1portante, sino más bien el preguntarse ¿estoy
1
reduccionist~' al centralizar el envejecimiento en un haciendo lo que corresponde a mi edad?" (Neugarten.
solo aspecto. Hoy. después de 30 años de investigaciones, 1979).
está claro que ~ desa¡>ego no es ni natural ni inevitable, y Desde esta perspectiva se puede argumentar que los
cuando ocurre es por la falta de oportunidades que la so- eventos normales y esperables no deben constituirse en sí
ciedad brinda a los viejos para que puedan seguir ejer- mismos en "crisis". y que debe reservarse este término
ciendo sus roles sociales con un buen grado de compromi- para aquellos que no son esperables o que alteran el rit-
so. Ahora bien, a pesar de que existen innegables pruebas mo y la secuencia del ciclo vital. Dejar la casa paterna,
científicas para refutar la teoría del desapego, no ocurre casarse, la paternidad. la realización profesional, el cli-
lo mismo en el nivel popular. El hecho de que la teoría de materio, el convertirse en abuelos. la jubilación, son to-
Cummings y Henry haya tenido tan vasto alcance se debe dos puntos decisivos a lo largo de la vida. la marcan pun-
a que refleja un sentimiento social muy extendido tualmente y exigen cambios en el concepto que se tiene de
señalado más arriba (viejismo). Este sentimiento es per- sí mismo y de la propia identidad; pero que se vuelvan o
nicioso porque creyendo y/ o practicando esta teoría, uno no críticos depende fundamentalmente, para esta autora,
52
í 53
de su timing. Eslas observaciones no niegan el hecho de
que los eventos esper~bles puedan producir crisis en al- fundir má~ que a esclarecer los conceptos; pero como mu-
gunas personas, y tampoco pretenden negar que la chas veces es imposible sustraerse a ellas. es necesario
mayorí;:i cte los grandes acontecimienlos personales que que tengamos presente que sólo deben se1vir de telón de
ocurren durante la mediana edad y en la vejez están cons- fondo de un escenario donde se desarrolla la verdadera
lltuidos por pérdidas individuales unidas a la pena natu- escena: nuestro propio envejecimiento.
ral que desencadenan. Pero cuando estos eventos ocurren
"en tiempo" pueden anliciparse. y al estar preparados, el
trabajo de duelo puede elaborarse adecuadamente sin que 9. BIBLIOGRAFIA
se destniya el senllclo de continuidad del ciclo vital del in-
dividuo. Andrés, H. y Castrón, L. B.: "Criticas a la teoría del desa-
Luego de hacer una serie de consideraciones sobre los pego. El hospital de día como una alternativa de inte-
aspectos psicológicos del proceso de envejecimiento que gración", Rev. Española de Gerontología y Geriatría.
XIV, 5, 1979.
he mencionado más arriba - incremento de la interiori-
dad, cambio en la perspecUva del tiempo y personaliza- Atchley, R.: "Disengagement", en George Maddox (comp.).
ción de la muerte-, hace un detallado estudio estadístico The encyclopedia of aging, Nueva York, Springer Pub-
y psicológico en donde demuestra que la menopausia en si lishing Co., 1987.
misma no constituye necesariamente una etapa critica en Birren, J. E. y Shaie, K. W.: Handbook ojthe psydwlogy of
la vida de la mujer, sino que este periodo debe verse en re- aging, Nueva York, Van Nostrand Reinhold Company
lación con la personalidad previa (serie complementaria) Ed., 1977.
y con la salud mental, y agrega que la "teoría de la crisis Birren, J. E. y Sloane, R. B.: Handbook of mental healih
de la menopausia" que se sustenta generalmente en la li- and aging, Nueva Jersey, Prentice-Hold, Inc .. 1980.
teratura es el resultado de la extrapolación de los ejem- Bleger, J. (1963): Psicología de la conducta, Buenos Aires.
plos clínicos a la totalidad de la población. Paidós, 1987.
La conclusión de Neugarten sobre -este tema es que. a
Botwinlck,J.yThompson, L. W.: "Components of reactlon
causa de que las preguntas sobre el timing son centrales ·time in relation to age and sex", Joumal of gerontolo-
para la construcción de la autoestima, especialmente en giJ, 11, 1966.
aquellos Individuos que se encuentran en la mediana Bourliere, F.: "Envejecimiento, vejez y enfermedades aso-
edad y haciendo el balance de sus vidas, los cambios en ciadas", Buenos Aires. Medicina de la tercera edad, 2,
las nom1as relacionadas con la edad y en los "horarios" 1986.
deberán ser significativos, especialmente para los Bromley, D. B.: (1966) The psychology qf human ageing.
psiquiatras que observan la lucha de sus pacientes para 2a. ed., Inglaterra, Penguln Books, 1977.
decidir "cuál es la edad apropiada para" o "qué deben ha- Busse, E. W. y Blazer, D.: "The theorles and processes of
cer para actuar acorde a su edad". Desde esta perspectiva, aglng", en Busse, E. W. y Blazer, D., Handbookofgeria-
la psicología del ciclo vital no es la psicología de las crisis tric psychiatry, Nueva York, Van Nostrand and Rein-
de la conducta, sino la psicología del tiempo. hold Company Ed., 1980.
Butler, R. N. y Lewis, M. I.: Aging and mental health., 3a.
ed., St. Louis, The C. V. Mosby Company, 1982.
8. CONCLUSIONES
Cummlngs, E. y Henry, W. E. (1961): Growing old: the pro-
cess of disengagement, Nueva York, Baslc Books, 1961.
En el proceso de envejecimiento los factores psi- Erikson, E.: Idenuty, youth and crisis, Nueva York. W. W.
cológicos. biológicos y sociales, más que pensarlos como Norton & Company, 1968.
actuando unos sobre otros. hay que verlos en la totalidad Ey, H., Bemard, P. y Brlsset. Ch.: Tratado de psiquiatría.
de su Interacción y en las resultantes, entendiendo por Madrid, Toray-Mason. 1969.
esto último el envejecimiento individual.
En este tema las generalizaciones pueden llegar a con-
Finch. C. E. y Hayílick, L.: Handboolc of the biology of
aging, Nueva York, Van Nostrand and Reinhold Com-
pany, 1977.
-=
54
55
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56 57

ll
,,,
tablemente, y en un determinado momento, va a tener
5. LA SEXUALIDAD EN LA VEJEZ que reorganizar su relación consigo mismo y con los
otros cuando la primacía de la genitalidad haya dejado de
ser dominante en la organización sexual.
¿Por qué ocurre esto? ¿Por qué los seres humanos, en
nuestra individualidad o en nuestras organizaciones so-
ciales, reprimimos tan férreamente nuestra relación con
la sexualidad de los viejos?
En primer lugar, podríamos decir que tal vez no sea
una excepción, sino que forma parte de una dificultad
genercQ~c:lª- para llegar al cono-crrrilen1o último, cientí-
llco, de la sexualidad en sus aspectos fisiológicos..__Qsi-
a~l@fi~§~-º---ª-º-Giales_,_y_gguramente no estar~a-
Es conocido por todos la enom1e cantidad de trabas,
l. INTRODUCCION internas unas, externas las otras que a lo largo de la his-
toria del desarrollo científico se han opuesto a su conoci-
Hace un tiempo fui invitado a dar una conferencia so- miento.
bre temas generales de psicogeriatría en una prestigiosa "Todas las evidencias indican con claridad que, tanto
universidad de Buenos Alres como parte de su programa en lo individual como en lo colectivo, nuestra inestabili-
de psicología evolutiva. Como la profesora me había ad- dad sexual, culturalmente inducida, ha traspasado los
vertido que los alumnos estaban muy entusiasmados con límites concernientes a la profesión ... ¿De qué modo
el tema y que querían saber lo más posible sobre la pro- pueden los biólogos. los partidarios de esta teoría, los
blemática de los viejos no encaré ningún punto en espe- teólogos y los educadores insistir a conciencia sobre la
cial, sino que planteé mi participación infom1almente, continuación de un estado masivo de ignorancia de la res-
les solicité a los oyentes que trataran de establecer un puesta sexual humana, en detrimento del bienestar de
diálogo a partir de sus deseos y dudas y que, en función de millones de individuos? ¿Por qué las bases de la fisio-
sus preguntas, yo iba a tratar de devolverles mi experien- logía sexual humana deben crear altos niveles de discon-
cia clínJca. Como podría esperarse del público que tenía, formidad personal entre cada hombre y mujer responsa-
la exposición se fue desarrollando en un nivel muy ade- bles de la dirección de nuestra cultura? No existe hombre
cuado, pero habiendo transcurrido un·poco más de una ni mujer que no tenga que encararse alguna vez con las
hora de diálogo me di cuenta de 'que aún no había sido for- tensiones sexuales. ¿Puede permitirse que esta fase de
mulada una pregunta fundamental, a pesar de que tan- nuestra vida, que afecta a más personas que ninguna otra
gencialmente yo había tocado algunos puntos que hubie- respuesta fisiológica y es tan necesaria a nuestra existen-
ran dado pie para introducir el tema. Obviamente, el tema cia, deba permanecer sin el beneficio del análisis objetivo
evitado era el correspondiente a la forma y función de la y científico? ¿Por qué entonces la ciencia y los científicos
sexualidad en los viejos. continúan dominados por el miedo - miedo a la opinión
Cuento aquí esta anécdota porque muestra en todo su pública, a las consecuencias sociales, a la intolerancia re-
dramatismo la gravedad de las dificultades para encarar ligiosa, a la presión política y, por sobre todo, al fanatis-
este tópico. El público era un calificado auditorio de gente mo y al prejuicio- tanto dentro como fuera del mundo
joven, universitaria y, más aun, de una carrera en la cual profesional?" (Masters, W.H. y Johnson. V.E .. 1978).
el tema de la sexualidad se trata en fomrn exhaustiva. Afortunadamente, la capacidad, el tesón y la falta de
Pero aun así, esta gente se abstenía de preguntar, de saber, temor, tanto de los autores citados como de KnifTt-Ebing,
de investigar sobre la sexualidad de los viejos, lo cual lle- Havelock Ellis, Van de Velde. Dickinson. Kinsey, Calde-
vado a sus últimas consecuencias significa negarse a re- rone y, sqJ~~e todo, Freud y sus continuadores, nos han
conocerse como los depositarios de un cuerpo que inevi- permittdq modificar, aunque muy lentamente, este esta-
do de .9º~ªS :Y poco a poco hemos podido ir estructurando
134
135

[
nuestros conocimientos en un cuerpo de doctrinas que, cultura judeo-cristiana- con la fuerte influencia victo-
gracias a la interconexión de diversas disciplinas. al riana de fines de siglo pasado. Esto es especialmente no-
modificar nuestros prejuicios posibilitan establecer table en los pacientes que vemos hoy en nuestra práctica
sólidos conocimientos científicos. En la medida que esto clínica. En 1988, las personas viejas han nacido en el
se ha desarrollado, paralelamente y como consecuencia primer cuarto de este siglo y. por lo tanto. gran parte de e-
lógica, se ha producido una modlficación paulatina de la llas provienen de familias constituida~ en el siglo pasa-
conducta sexual humana manlfiesta. aunque, necesario do. El psicoanálisis nos ha familiarizado con la noción
es reconocerlo, también ha proliferado. como un subpro- de que el individuo construye su identidad por identifica-
ducto inevitable. una considerable industria de la porno- ción con las figuras signlficativas de su infancia. Este
grafía en razón directa del grado de represión anterior. proceso de identlficación es muy complejo e incluye for-
Afortunadamente, esto último será sólo transitorio en mas y grados distintos, pero hay una especialmente sig-
tanto el auténtico conocimiento científico seguirá su de- nificativa y es la que se refiere a la identificación con las
sarrollo. conductas normativas (superyó) y que se establece en re-
Hoy conocemos las intrincadas fantasías que configu- lación con las conductas normativas de los padres. Por
ran el mundo Imaginario de la relación del sujeto-niño consiguiente, estas conductas que abarcan todo lo que el
con las pulsiones sexuales y las zonas erógenas: la com- sujeto "debe ser" y todo lo que "no debe ser". y que inclu-
pleja relación simbólica del sujeto-adolescente con su ne- yen la constitución de una escala de valores en cuyo extre-
cesidad de afirmarse en su identidad sexual atrapado en mo superior está el yo ideal (narcisismo) y en el otro e.-"'C-
la dialéctica de su deseo; y la ominosa presencia de una tremo el negativo del yo ideal. se establecen con normas y
borrosa realidad cultural preexistente que determina al valores vigentes en el siglo pasado, muy dificiles de mo-
sujeto-adulto en la más variada búsqueda de alivio a ten- dlficar por sí solas. ·
siones sexuales que generalmente escapan a su posibili- Esta visión puritana de la sociedad despliega sus as-
dad de conductas instrumentales adecuadas. Sin embar- pectos moralistas en conceptos tales como que la sexuali-
go, una mano misteriosa parece haber detenido las cosas dad en los viejos no es ni posible ni necesaria, y si ocurre.
en este punto. y lo referente a la relación del sujeto-viejo no es normal. Se constituye así un doble juicio de valores.
con su sexualidad. en cualquiera de sus órdenes, sigue Por un lado se niega la sexualidad y la idea de su presen-
siendo inexplorado y una espesa cortina de prejuicios, fa- cia escandaliza. y por el otro se torna fuerte el clisé de
lacias y cientificismo vician nuestra visión. Pero se nece- "viejo verde". 'El viejo queda de esta manera atrapado en
sita algo más que la simple determinación consciente la disyuntiva de no tenerla o tenerla. pero ser desplazado
para solucionar este déficit. por enfermo. Simone de Beauvoir (1970) dice: "Otra barre-
Cuando comenzamos a trabajar en el Centro de Salud ra es la presión de la opinión. La persona de edad se pliega
Mental Nº 1 confeccionamos una hoja que servía de guía al ideal convencional que le es propuesto. Teme al
para las primeras entrevistas que debíamos realizar con escándalo o simplemente al ridículo. Se vuelve esclava
los pacientes viejos y. a pesar de que en ella constaban ex- del qué dirán. Se imbuye de las consignas de decencia, de
presamente preguntas sobre el manejo de la sexualidad, castidad, impuestas por la sociedad. Sus propios deseos le
nos llevó algo más de un año conseguir que los entrevista- avergüenzan, los niega: se rehúsa a ser ante sus propios
dores - médicos y psicólogos con muchos años de expe- ojos un viejo lúbrico. una vieja desvergonzada. Se de-
riencia- las formularan. Siempre había excusas de algún fiende de sus Impulsos sexuales al punto de reprimirlos
tipo: "No tuve tiempo", "Me olvidé", "Estaba sobreenten- en el inconsciente".
dido", etcétera. Para entender esto es preciso señalar que lo que aquí
¿Cómo debemos entender esto? Ciertamente no hay aparece denominado como opinión pública. desde el suje-
una respuesta unívoca. Una serie de factores de diversa to pertenece al orden imaginario del deseo en el cual éste
índole confluyen para explicarlo. es el deseo del "otro" al mismo tiempo que se desea ser de-
En primer lugar veamos lo que concierne a los viejos seado por el otro. Dentro de esta perspectiva, el acata-
en sí mismos. Hay que reconocer que aún hoy subsiste miento por el sujeto de lo que cree que el otro espera de él
una fuerte ola de puritanismo que se enraiza - en nuestra adquiere capital importancia para su equilibrio narcisis-

136 137
ta. sobre lodo lraljnclo::,-: de una edad en la cual el indivi·· do por legis ladores y poetas, casi tod os han caído en esla
duo Sé ve ,J-ecL.,cto - real u fanláslicamente- por una sen- trampa que ha acarreado graves consecuencias. Los mis-
sación de pérdic!a pumanenk en sus relaciones objetales mos movimientos ele reivindicación feminlsta en sus co-
y por el k1nor d e dejar de ser deseado. mienzos no pudieron sustraerse a la ideología de su época.
Esta moral pudtana impone al mismo tiempo la pro- y cuando hoy estudiamos la historia de sus organiza-
hibición d e verbalizar es ta J)rüblemálica . lo que implica ciones y sus ideales, vemos muy claramente que éstos
que a la <.r1g11slia pruveukntc de la con11Jctiva individual consistían simplemente en ser como los hombres. ser
se le suma la imposibllidad de buscar ayuda. Con la pro- hombres. Se partía, por supuesto, de la idea de que los
pia pareja no se habla de estas cosas; o se tiene relaciones hombres eran superiores y hacia esa superioridad iguali-
o no se la ~ tlcn.::, pero no se habla . Con los amigos no se taria se tendía.
puede por d temor al ridículo, y si se pudiera no serviría En ninguna conducta humana se ve con tanta claridad
de mucho. atr•:qiados ellos mis mos en problemáticas si- esta distinción en dos categorías disllntas como en lo
milares. Los hij os s uele n ser malos receptores de estos concerniente a la sexualldad. "Corno se puede imaginar a
conflictos, Jado que b. anguslla que en ellos se genera priori, dada la diferencia de su d estino biológico y su sta-
suele traducirse en escapismo o en conductas reacUvas al~ tus social, el caso éle los hombres es muy diferente del de
tamente desfavorables. El consejo religioso indicará re - las mujeres. Biológicamente, los hombres están en mayor
signación. Sólo queda el médico. Pero muchas veces, desventaja; socialmente. la condición de objeto erótico
cuando empujados por una tensión sexual insostenible o desfavorece a la mujer. Enraizado en un hecho biológico,
por conílictos de pareja por desaveniencias sexuales, al- el hombre, .desde ruño encuentra en 1m pene up _objeto va-_
gunos viejos se deciden a consultar abiertamente, suelen Joriza9o. y ~Dz.anle-de.si.L:personalidad -y -sobre_la _valu::-
chocar con el sllencio cómplice de los profesionales. So- rización de este_Qbjeto prlrnerQ_y_Q~ _ su fonció.rL.después.
bre este punto volveremos más adelante. -- esti-'uctura-gran parle de Sil narcisismo.._ E11 su pene sue-
Ahora bien. la impronta que esta moralldad ha dejado conoceelnombre toda su vida y en él se s!t;~I!te en peligro .
en la generación vieja no es la misma para los hombres El traumatrsmo narcISISta que--feme es una falla de su
que para las muj tres. Durante cinco ai'iós de trabajo en sexo: la imposibilidad de llegar a la erección. de mante-
nuestrv servicio, de 102 hombres entrevistados ·el 6 % nerla, de satisfacer a su companera"(Shnone de Beauvoir,
manifestó consultar por problemas de índole sexual, in- 1970).
cluido uno de 80 ai'ios a quien se le había prohibido tener Se comprende que la tensión narcisista de ciertos
relaciones por un infarto reciente. y que alegaba que su hombres ante las caracteristicas particulares que el enve-
mujer había convencido al médico que lo atendía y que jecimiento impone a su íunción sexual, se traduzca en
aprovechaba la circunstancia para negarse sexualmente. severas crisis de ansiedad y en fuente de crecient~s difi-
1
En cambio sólo el 0,9 % de 21 8 mujeres entrevistadas cultades en su relación intersubjetiva con sus "objetos"
consultó por ese problema; el resto. cuando eran interro- eróticos. De esta desventaja biológica no se puede escapar:
gadas activamente por los entreyistadores sobre si tenían al hombre se le nota y no hay simulación posible. Es fácil
relaciones sexuales. manifestaban, como respuesta Upo:
"¡Ah no!, por suerte ya no más". Más adelante veremos
comprender la enorme trascendencia sobre los desajustes
psicológicos que este hecho tiene, sobre todo en culturas
e
que estas estadísticas nuestras concuerdan bastante con como la nuestra donde el falocentrismo mencionado se
las realizadas en otros lugares y por otros investigadores. traduce en el conocido "machismo".
Entre tanto tratemos de explicar por qué se produce esta $1 bien la. mujer - como veremos en detalle más ade-
discrepancia. lante- es m...ás eslahle...biológicamente, su desventfilª-§Q::.
Nuestra cultura está hecha por los hombres y para los -cial es tremencta ~- bas -viejas que actualmente vemos en la
hombres y por lo tanto podemos hablar de una cultura clínica. aun con diferencias particulares dependientes de ~
falocéntrica. La mujer ha sido considerada a través de los su ubicación social, presentan un cuadro con bastantes
tiempos corno un individuo de segunda categoría. Desde
cierto grado de Ignorancia popular hasta el portentoso
similitudes. Casada muy joven, sin experiencia sexual
previa, sin apoyo materno significativo en cuanto al
e:
pensamiento científico de algunos grandes sabios. pasan- aprendizaje y, lo que es peor. con una madre que frecuen- e
138 139
e:
temente se ha presentado ante ella como un modelo de (1971). convertidos en Minmigrantes perpetuos" en el
identificación sexual negativa, afronta· "el matrimonio mundo en que viven.
con una clara situación de desvenlaja con respecto ,a su A esto se agrega el enorme vuelco que a partir de la dé-
marido y con una free;: u ente sensación de temor. allí cada de i960 ha experimentado la condición de la juven-
donde no debería haber más que deseo eroUzado y expec- tud en todos los órdenes del contexto social. Súbitamente
tativa J?lacentera. Lamenlablemente este temor se ve mu- la Juventud fue catapultada al primer plano de las artes,
chas veces confirmado por la actitud ignorante, inhibida. deportes, política y negocios, y como consecuencia, estos
desconsiderada o brutal - según los casos- de su pareja. y jóvenes exitosos se ofrecieron como modelos de idenliii-
la búsqueda de placer y satisfacción a las tensiones cación horizontal de su generación, desplazando a los
sexuales, poco a poco va dejando paso a una actitud de re- mayores. quienes hasta entonces habían ocupado ese lu-
signación y de aceptación pasiva de un papel de simple gar.
objeto para satisfacción sexual del marido..._Se. comprende En otro trabajo (1973) he señalado que Men lo cotidiano
así _q!,l~_yna gran mayoría de las mujeres vleja~s hay un hecho de objetivación muy simple a la par que di-
actualmente en la consulta vivan la interrupción de la vertido: no hace muchos años, los J9y~_nes qtJ_eri_a_!!_llegar
scic.ualldacCColllOJ..lILliliyJo,_comO--Una llheracion de un rápidamente a ser · randes' paravesUrse como sus padres
sometimiento sufrido durante_gr.an-parte de s11 vida. No es (sombrero, tacos altos ,--en.Tanlo_que::li:ay-=_en_día la motla
de extrañar entonces que según el doctor Eric Pfeiffer la impone la juventud, pues son los padres losqueestán
(1969), conductor del Centro para el Estudio del Envejeci- cÜñipelrdosacopiarlos--só_ p_ena de quedar obsoletos".
miento y Desarrollo Humano de la Universidad de Duke, como-ocurre con toda mariilestacfon deslacabk en 11ues-
EEUU, "el 48 % de las mujeres entrevistadas y seguidas tra cultura actual el mercado de consumo se apropió de
durante un periodo de 15 años, habían detenido su activi- este encomiable avance y lo comercializó en slogans tales
dad sexual cuando sus maridos caían severamente enfer- como Mla generación de Pepsi" o "el mundo de Coca-Cola".
mos, se volvían impotentes o morían". Lobsenz (1974) señala: "Otra fuente de puritanismo sexual
contra la vejez son los clisés de una sociedad fijada a la
Pero si esta moralidad puritana de mantenimiento en juventud. Los avisos comerciales de la televisión nos dan
la oscuridad de este tema, aun a costa de las enormes con- un estereotipo en el que la sexualidad existe sólo para la
secuencias psicosociales que acarrea. es particularmente gente linda con músculos duros y cuerpos ágiles; la idea de
notoria en los viejos que vemos actualmente, no por eso personas viejas gozando - fofas, arrugadas y todo lo
es menos importante en quienes debemos tenerlos a nues- demás- se nos aparece primero como lúbrico y luego
tro cuidado. Me refiero a los profesionales médicos. como repugnante". __Influe~~~por lo~~_s__ rnasivos ,
psicólogos, enfermeros o asistentes sociales. A las ra- de COil.lJ:!!!kaclón lá-jY-v-@nw&-h-a-tmm~do.-pei:--~reerse.Ja_, \
zones que hemos señalado más arriba, todas ellas valede- -dej)Ositaria de la totalidad de la sexualidad y_ _Qel _plªG~I.._. .J
ras y aplicables en este caso, hay que añadir algunas ~ande>yaescfill.flCfífüliLla de los viejos;. La doctora
otras. derivadas del hecho de que, generalmente los profe- Mary "Cal~Directora Ejecutiva del Consejo de Edu-
sionales somos más jóvenes que nuestros pacientes. lle- cación y de Información Sexual de EEUU y una de las au-
gando a configurarse diferencias mayores de treinta o toridades mundiales en educación sexual, fue llamada en
cuarenta años. Esta diferencia necesariamente introduce una oportunidad para responder a preguntas sobre el
puntos de vista distintos, puesto que, si como señalé más tema. ante una audiencia de jóvenes de colegios secunda-
arriba. aquéllos han nacido en el primer cuarto de siglo, rios. Cuando un desprejuiciado joven le preguntó sorpre-
los últimos son de la segunda mitad y herederos del tre- sivamente M¿Cuántos años tiene usted? ... ¿Es usted casa-
mendo avance tecnológico que, como sabemos, ha supera- da? ... ¿Todavía tiene re.Iaciones sexuales?". los estudian-
do en lo que va del siglo a lo conseguido con anterioridad tes prorrumpieron en risotadas. La doctora Calderone.
en toda la historia de la humanidad. La convivencia co- portadora de una personalidad caracterólogtcamente
tidiana con estos desarrollos que sienten como suyos pro- fuerte, cuando las risas se aplacaron, dijo: MLa respuesta a
pios. marca la diferencia con los viejos. que difícilmente la primera pregunta es 64 ... y la respuesta a las otras dos
puedan adaptarse y quedan, al decir de Margaret Mead es sí". Luego agregó: MLajuventud no tiene el monopolio de

140 141
la sexL1alidad ... eso ts alGo que irá con ustL:t.les toda la co conocimiento científico sólo podernos 1üa11ejarnos con
vida" ( 1060). seudoconocimlentos. mezcla de vrej uiclos y falacias.
_ _Al gr.garse__<:!_!_~~g~1ocer la sexualidad.. de los . viej~s Para romper esta visión enónea t1ebemos comenzar por
_jó~c:nr~ ~ y l(l_?_ad ult os Sf' n tecan a reconoc..e.r,se a síIDlli_rnos revisar cuidadosamente las ilwestlgacioues realizadas
en los viejos c1.w~ secán, en si is-deseos y en S.Llli_Qosibili- hasta el momento. las que nos mm·canin cuál es la reali-
. dades. y t~sto. ~-,¡ no h:Lmo.dlflcan lnevitabl.e.n1ente les dad que subyace en la intimidad de la vejez .
ªc::ar_ITar:i. trtrr!_end;:is consecuencias cua_ndo no sepan
córnu-1idlar__.cmLlfl vejez. Para comprender las dificul-
tades que enfrentan los profesionales jóvenes para abor-
dar el tema de b sexui1lidad y la vejez, a estas razones 2. DATOS ESTADIS'l1COS
ideológicas hay que agregarles otras. psicológicamente
más profundas. Eu la d¿cada de 1940. AHn:d mnsey, tll'c.fr:sor de zoo-
El coni11clo triangular edípico, con todo el interjuego logía de la Universidad de lndia1rn. EEUU. emp rendió po1
de alianzas erolizadas y exclusiones: las fantasías de la primera vez la enonne tarea de estudi<.tr la cu11ducta se-
pareja combinada. el ataque intrusivo por parte del niño xual humana. y sus resullados fu(:rcn prt~~<.:ntados en
y la posterior renuncia represiva a la que tiene que some- 1948 y 1953 en libros separado::>. con co11chuiones sobre
terse para poder asumir su propia identidad, retomarán hombres y mujeres. respectivamente. Su rnHodo consls-
luego desde el inconsciente como una negación casi uni- tió en entrevistar a 12.000 personas (5300 hornbrcs·y
versal de la sexualidad de los propios padres. y por des- 6700 mujeres) y aplicando luego tablas y gráficos de tabu-
plazamiento defensivo se extenderán a todas las personas lación estadística. de manera que los datos que poseernos
, mayores. ~ceptar-1a-sex.ua1Wad de los victos ilpQli_C.ftrá son de naturaleza f undarnentalrnenk socioló!~lca y ca::;!
: aceptar la pe los propios padres y, al hacerlo, reinstalará no dan cuenta de los aspeclos psicológicos ni fisiológicos
p:!__2!Iffiillvo objeto del deseo tofantJl~ntonces el joven involucrados. No hay demasiados datos en lo que a la w.
fdeherá.enfreniarn.e con una nueva lllesta en escena de un jez se refiere, dado descaso número de viejos entrevista-
. \ cq!:![J~ct0 knlldo a la vez_gue dolorosa, ya Qlle lleva el se- dos (126 hombres y 56 mujeres rnayores de üO aüos). El
llo inel11ctªhJ.e:_de..la-prlinera-·EltS1Tota. hecho de que solamente el 1.5 % de los entrevistados fue-
· ·· · Eii. fu pe:r:;istcucia activa de este conílicto inconsciente ran mayores de 60 años, en tanto que la población mayor
debemos buscar las razones profundas de nuestras difi- de 60 constituía entonces el 14 % de la población tctJ.l de
cultades profesionales -y también como individuos- EEUU, ejemplifica muy claramente la dificultad que
para cornprénder y desarrollar cientilkamente el conoci- señalé más aniba. Pero hay otro hecho má :~ Jnleresante y
miento sobre la sé:Xualidad en la vejez. Pero debemos sa- significativo. Mientras el estudio estadí.:>tico de lo:> hom-
ber que si no conseguirnos hacerlo estamos expuestos a bres, sin ser demasiado amplio, arroja algunos datos im-
sufrir una segunda y definitivi:l derrota: no poder com- portantes, no ocurre lo mismo con el de las mujeres. Casi
prender n1 manejar nuestra propia sexualidad cuando no se puede recoger algo que vaya más allá del problema
nuestras limitaciones psicofisiológlcas nos muestren que de la menopausia y de sus consecuencias.
hemos llegado a la vejez. Para lo que concierne a nuestro estudio sólo voy a
Resumiendo. la persistencia de conflictos infantiles señalar que, según este informe, el trazado de la curva que
inconscientes en relación con nuestros propios padres - mide en los hombres la relaeión de la impotencia con la
reales o imaginarios- : la persistencia de concepciones edad es la siguiente: 55 años, 8 %: 60 aüos, 10 %: 65 años,
ideológicas moralistas, transmitidas por el inteijuego de 25 %: 70 años. 27 %; 75 años, 57 % y 80 años. 75 %.
las identificaciones primarias y la reactuali+ación repre- Años más tarde. en el Centro de Estudios para el Co-
siva impuesta por factores dominantes en nuestra cultura nocimiento de la Vejez en la Universidad de Duke. EEUU.
actual. se conjugan para mantener una conducta de nega- el doctor Eric Pfeiffer realizó un estudio longitudinal. es
ción activa sobre el conocimiento psicobiosocial de la decir de entrevistas realizadas con los mismos indivi-
sexualidad de los viejos. convirtiéndola, de hecho, en un duos durante 15 a 20 años. Si bien los resultados no son
problema. En lugar de poder acceder a ella con un auténti- fáciles de obtener y además son de compleja interpreta-

142 143
ción, hay algunas cosas que mencionar y que refuerzan y las clases acomodadas. Los obreros, los campesinos tie-
valoran el estudio de Kinsey. nen deseos más directos. menos sometidos a los mitos
Aquí encontramos que 2 de cada 3 hombres mayores eróticos de los burgueses: los cuerpos de sus mujeres se es-
de 65 años y que 1 de cada 5 mayores de 80 años son acti- tropean rápidamente sin que cesen de tener relaciones
vos sexualmente y que en los últimos, si bien su actividad !· con ellas; viejas. les parecerán menos arruinadas que en
declina. su interés continúa. La mitad del grupo de 80-90 el caso de los privilegiados. Además, se imaginan menos
años manifestó un moderado grado de interés. Estos da- a sí mismos que los empleados de oficina. Y se sienten
tos fueron confirmados por un interesante e inquietante menos molestos por la censura social. A medida que se
estudio realizado por el doctor Charles Fisher en el labo- baja en la escala social. aumenta la indiferencia a la opi-
ratorio para el Estudio del Sueño del MountSinai Hospi- nión. Los viejos que viven al margen de las convenciones
tal de Nueva York. Este investigador desarrolló técnicas - linyeras y vagabundos. pensionistas de asilo- tienen
para estudiar los periodos de sueños que se producen du- relaciones sexuales sin avergonzarse, incluso delante de
rante el dórmir y por la aplicación de una compleja red de testigos" (Simone de Beauvoir, 1970).
electrodos detectó que durante el soñar. los sujetos mue-
ven los ojos siguiendo la dirección de la escena en la que
se desen\fuelve el sueño. A esto lo denominó periodos 3. DATOS FlSIOLOGICOS
REM (rapld eyes movemeni). Estos experimentos han sido
ampliamente difundidos y se conocen universalmente. de Los datos de estas encuestas, si bien deben servirnos
manera que no me extenderé sobre ellos. Pero hay uno como referencia, tienen el inconveniente de que desnatu-
que nos interesa especialmente. ralizan un tanto las observaciones por el afán de forzar
El doctor Fisher desarrolló técnicas para detectar y las comparaciones estadísticas. Eran necesarias nuevas
medir las erecciones peneanas que se producen durante investigaciones. realizadas con análoga minuciosidad
los períodos REM. Luego reunió un grupo de 21 hombres pero que no se atuvieran solamente a los aspectos socio-
entre 71 y 96 años. los cuales pasaron varias noches dur- lógicos del problema, sino que incluyeran los datos de la
miendo con los aparatos que registraban el traza do elec- fisiología, y esto se logró más de 20 años después de apa-
troencefalográfico y la posible erección peneana. Durante recer estos trabajos pioneros.
los períodos REM. el 75 o/o de los hombres - incluido el de William H. Masters y Virginia E. Johnson. investiga-
96 años- tuvo erecciones. Todos los sueños que luego fue- dores de The Reproductive Biology Research Foundatlon
ron relatados tenían algo que ver con temas sexuales. de St. Louis, Missouri, fueron los encargados de un estu-
Volviendo al estudio de la Universidad de Duke. las cifras dio minucioso y profundo sobre la fisiología de la res-
de las mujeres son totalmente distintas y revelan muy puesta sexual humana en sus más variadas formas. Para
claramente las diferencias que para ambos sexos he ello no sólo apelaron al interrogatorio de un _elevado
señalado más arriba; como ejemplo digamos que una de número de personas de ambos sexos y variadas edades.
cada 3 mayores de 60 años comunica interés sexual pero sino que en sus laboratorios observaron directamente las
sólo una de cada 5 tiene relaciones. respuestas de los sujetos durante el desarrollo de las fun-
Otro punto que es importante señalar y acerca del cual ciones mismas. Se pudo así. por primera vez, tener un
hay coincidencias en los estudios de Kinsey y de Pfeiller acceso directo al estudio científico de las funciones fi-
es que existen diferencias notorias en el comportamiento siológicas que son parte de conductas que hasta entonces
sexual. según la clase social a la que se pertenezca. En habían estado reservadas sólo a la intimidad de las alco-
general, los sujetos ..perte.n.~~ient~s a las clases m~aJ_a bas o a la promiscuidad de la pomografia.
y -~ajá son más activos sexu ue lo s A pesar de que los resultados de sus investigaciones
mediaru a y a ta. y los hombres de campo lo son má~e han sido ampliamente difundidos en varios libros de
1los -:-cte::ras-Ciüdafils.
- ªLa condiclon social del sujeto influye
en sus actividades sexuales. Estas se prolongan más entre
capital importancia, en este punto me extenderé en la re-
producción y consideración de algunos de sus descubri-
los trabajadores manuales que entre los intelectuales. en mientos por dos razones fundamentales: 1) porque parece
los hombres cuyo nivel de vida es más bajo que en los de increíble que, no obstante la seriedad e importancia de
144 145
k
estos estudios. la cnom1e mayoría de los psicoanalistas, veJiga y recto). A los fines aquí considerados voy a res u -
1
'
psicólogos y psiquiatras continúan Ignorándolos a pesar mir las principales características.
~ ·¡
de que - o tal vez a causa de que- muchas de las teorías Con la edad dismlm1~a..reac.clón_ m1rrnal de vasoul
sexuales que integran sus esquc:mas refere111ciales han de- laÚ~Jón:::de_.los senos frent.e__aL.aum~ la tensiór1-se -
jado de tener preeml.nencia a la luz de estos resultados. En -xu;:i.Ly,~J2QLC.on_slgulent e DQ3S. produce §Li_caraCterístlco
esto se le hace muy flaco favor al genio investigador, aumento de tamaño. Sin embargo. l_g_ ~g_cc!.(:>n del ~ón
abierto y dúctil de Freud, quien sostenía: "Debería acla- -~QHlO-s.igno externo de elevada tensión sexual, se mal1-
rarse con toda precisión que lo incierto de nuestras ·~su respuesta a cualquier Upo de estímulo es-
teorías ha a1~mentado la necesidad de indagar en las cien- pecífico efectivo se produce co11 faciliclacl. La vasodilala-
cias bioló[')cas. La biología es verdaderamente un campo ción __~~-eerü~al que se traduce en enro1eci1!!leiit9 dealgu-
de· posibilidades ilimitadas. Podemos esperar de ella la nas pªrtes del cue-1.:Q_()_y el aumento de la tensión muscular
información más sorprendente, pero no conjeturar qué · e~Lr!ªºª-~n_ re~-estaalesfim ~lo st:_x~aLv-ª!1 .Qismi!!._1:1~n ­
respuestas podrá damos en .algunas docenas de ai'los a las j!_Q_r.onJa edacLJAtrespuesta clitorideana - aumento del
preguntas que le hemos hecho. Es posible que éstas des- · cuerpo esponjoso por vasodilatación-_ con!!núa en el gru-
truyan por completo las estructuras artificiales de nues- po de mujeres de 70 aúos._nero !~reducción del nivelñor-
tra hipótesis" (1905); 2) porque en el aspecto especifico de monal produce- una-pér:dida_ _ctel t~Tdo a..dipQs.o.:y-eT6~tico
la psicogeriatría, la función del especialista no debe ser de ~nay:or-es,--as@mo una p~ga._cte .. la__r~ac -
solamente comprender la problemática sexual que nos - c-íOn de la piel de los labios menore12. La secreción de las
plantean nuestros pacientes, sino, además, pedagógica en glándulas de Bartholin es más lenta desde el envejeci-
el sentido más amplio de la palabra. Para esto debemos miento y decrece paulatinamente desde entonces, hasta
comenzar por saber cómo es Ja.-z:es~sta s~xu.a.l ft- extinguirse. De cualquier manera. siempre es mucho
- ~i~lQgic<!_Q_~_losviefos para poder entender luego las con- menor que en la mujer joven.
-- duc~as de interrelación que a partir de ellas sTf!.~rán__po- Pe.ro donde se manifiestan las mayores modifica-
sibles. ciones y que son las que en definitiva willl~~en los ma-
-El-estudio de Masters y Johnson se realizó con la parti- y~:n:c:s trastornos.~s -~.f1--~~ vagina. ~la~2n C<?!!_~e~~encia
cipación activa de 382 mujeres comprendidas entre 18 y d1rec1a <.!~ _ la .Q_t§.minución de esteroldes que se producen
80 años, de las cuales 34 (8,9 %) eran mayores de 51, y de cori_~!_ªume11Jo ge--fa edad-:-oespuésaequEelovanoa!Sml-
312 hombres entre 21y90 años, con 39 (12,5 %) mayores nuye o cesa su producción, las paredes vaginales comien-
de 51: con posterioridad se incorporaron al estudio 276 zan a involucionar. En lugar del aspecto rugoso, grueso.
matrimonios. Además de la observación directa, el estu- rojo purpúreo de la vagina bien estimulada, se observa un
dio se completó con entrevistas realizadas a 619 mujeres, adelgazmiento de las paredes, que pierden rugosidad y to-
192 de ellas (24,5 %) mayores de 51, y 654 hombres. con man up color_ r_osado pálid<_?.- Las paredes de la vagina se-
252 (38,5 %) mayores de 51. nil son tan delgadas que dan la impresión de que pudiera
Aunque como se notará. el grupo geriátrico era verse a su través. Además disminuye en longitud y en an-
pequeño, su contribución fue muy amplia y cooperaron chura y revela disminución de la expansividad por el
durante más de cuatro años en la investigación. "Será ne- menor grosor de las paredes. La plataforma oq~ásmica,
cesario un período de otros diez años para obtener la cola- cuyas contracciones son responsables de las reacciones
boración de un número suficiente de personas añosas. de correspondientes al orgasmo, ocurren en la mujer de edad
manera que la investigación tenga valor estadístico. Con de la misma manera que en la mujer joven, con la dife-
el material existente puede sugerirse una impresión rencia de que duran menos tiempo. En tanto que en ésta
clínica más que establecer un hecho biológico" (Masters y se producen de 5 a 10 veces (popularmente 5 a 10 orgas-
Johnson, 1978). mos). en la mujer postmenopáusica se repiten entre 3 y 5
En el estudio directo sobre la participación activa de veces. Masters y Johnson encontraron entre las mujeres
las mujeres se observaron con sumo detalle las respuestas estudiadas que en dos de ellas. ambas de 60 años. y en una
de los órganos genitales internos y externos como así de 70, que mantenían una actividad sexual normal con
también los extragenitales (senos, piel, músculos, uretra, regularidad, estas contracciones se repetían hasta siete

146 147
i,

veces. El úterG-iny_oluciona con el tiempo notablemente ·a la fase de excitación y recuperar la erección. Hay que
en su•tamaño; sin embargo. la contracciones uterinasque señalar que la erección peneal completa en el hombre vie-
--acomparran--alorgasmo siguen p10duc1énduse y paeyl-en jo no se obtiene hasta los momentos previos a la eyacula-
extffiorizarse en calamores dolorosos. ción. El orgasmo masculino tiene su expresión biológica
- -ES- preciso señalar que si hie-n:"100as estas modifica- en la expulsión del semen por los órganos primarios y se-
ciones consutuyen la prueba de la falta de hormonas se- cundarios de la reproducción. Esto se realiza en dos eta-
xuales en la postmenopausia y que. por lo general la in- pas: 1) la expulsión del semen desde los órganos acceso-
tensidad de las reacciones fisiológicas y la duración de la rios hacia la uretra prostáqs.;a. y 2) el progreso del semen
respuesta anatómica a la esUmulación sexual efectiva se a través de la uretra membranosa y esponjosa hasta lle-
reduce con los años. esto de ninguna manera implica asu- gar al meato uretral. Desde el punto de vista subjetivo, en
mir que la mujer vieja no pueda mantener una capacidad la primera etapa se produce la sensación de inevitabili-
amatoria que satisfaga plenamente s.us deseos, los que dad eyaculatoria, de que "la eyaculación se aproxima".
estarán determinados por su edad. su experiencia y capa- En este momento ya no se puede ni demorar ni controlar
cidad de goce previo y. sobre todo, por la ejercitación regu- el proceso y entre éste y la salida del semen al exterior
lar de su sexualidad. MA pesar de los cambios involutivos hay un breve intervalo de dos o tres segundos.
de los órganos reproductores. la..mujeF-añosa-pHede-pre.- · A n1~_9ida que el hombre el}_~ej_e.ce_,_ _el_procesQ_d~__ey-ª.~U­
s~11~~r ':1_na_ ~~~21::1~sta_ sexual normal al nivel orgásmico de lación se"-réauce--en -s¡-¡--·encienctaJlsiológlca. La eyacula-
tensión sexual, en particular si se expone de manera reg!:l- - -cron no sólo se altera en su integridad fisiológica sino
lar a · úna__ésUIDD1Eión sexual efectiva. La falta de este- . también en la progresión subjetiva. En otros términos, en
- - -rÓides -reduce en primer término la rapidez e intensidad lugar del proceso en dos tiempos que he señalado, en el
de la respuesta fisiológica. Cuando existe reducción en el viejo se produce una única etapa de expulsión seminal.
nivel de tensión psicológica, por lo general es secundarla Suele no_ pfQ<i~~!I~e.1ª-§ensªcló.n..de.JnevliabilidacLeyacu- \
a la pérdida de la capacidad fisiológica y no efecto directo -lataria..}'.'....puede no existir la satlsfacctó.n_psicosex.ua.Ld.e _j
de la falta de esteroides" (Masters y Johnson, 1978). . Jas_cont-raeeieIW& peneanas ·
En los hombres, más que en las mujeres, una palabra Vemos aquí, al igual que lo hemos señalado más arri-
puede ser utilizada para definir la acción del paso del ba para la mujer, que las variaciones fisiológicas qUe de-
tiempo sobre la respuesta sexual: lentificación. MEn el terminan la may.or lentitud, de ninguna manera deben
hombre de edad, las mayores diferencias 'en la respuesta implicar la apreciación de que el hombre no puede obte-
sexual se relacionan con la duración de cada una de las ner satisfacción y placer en el ejercicio de su actividad
fases del ciclo sexual. En oposición al joven, que presenta sexual, como veremos enseguida.
una erección casi inmediata, rápido acoplamiento y
rápida eyaculación, el hombre añoso (en particular des-
pués de los 60)..es_lent.o-en-la-eFeGGtón,-en-.eLacQ.plaifliento 4. CONSIDERACIONES PSICOLOGICAS
_y_ en la eya.culaci.ón, .. muchos hombres en la mitad de su
cincuentena, al final de ésta o en los 60. advierten que no Toda consideración psicológica sobre el tópico que es-
pueden desarrollar erección peneal por un período de 12- tamos tratando debe partir de algo que, por muy sabido,
24 horas después de una eyaculación" (Masters y John- muchas veces se olvida o confunde: MDe acuerdo con la
son, 1978). A medida que envejece el hombre es más lento concepción corriente. la vida sexual humana consiste
para llegar a la erección y esto con independencia de la esencialmente en el impulso de poner los órganos geni-
efectividad de la técnica esUmulatoria empleada. Unaxez tales propios en contacto con los de una persona del sexo
_alcanzada, esta erección puede mantenerse dnrante lar- opuesto", pero MEs necesario establecer una neta distin-
_ gos períoc:\Qs antes de la eyaculación. Esto, por supuesto, ción entre los conceptos de lo 'sexual' y lo 'genital'. El pri-
no incluye a aquellos que han tenido eyaculación precoz mero es un concepto más amplio y comprende muchas ac-
a lo largo de su vida. Una vez alcanzada esta erección tividades que no guardan relación alguna con los órganos
completa. si por alguna razón se pierde sin que haya ocu- genitales" (Freud, 1938) .
rrido la eyaculación. se hace sm'namente dificil retomar Es sabido que el concepto de sexualidad adquiere cap!-

148 149
tal lmport ancla en la eslru c t ura de la teoría pslcoa- clones. Justamente, éste es el problema del viejo. Por esta
nalíllca y qu e llene un papel de pivote estructurante de razón y a pesar de que los estudios citados anterlonnente
ella . Por es a razón, por \.'. Slar en t i eje. se convierte en tan - K.insey, Pfeiffer y Masters y Johnson- parecen centra-
fundanwnL:il que hace dificil su ddimitación ,,conceptual. dos en la función genital. prefiero mantener la expresión
No obstante. intentaré ordenar algunos conocimientos sexualidad porque nos permitirá descubrir y describir la
que nos sirvan para orientarnos en nuestro tema. dimensión psicológica que subyace a las diversas formas
Psicológicamente. la sexualidad ha sido definida como de su funcionalidad.
el conjunto de los impulsos, conductas. emociones y sen- Así definida, la sexualidad puede arnne11lar. dismi-
saciones que están Intrínsecamente relacionados con la nuir, desplazarse, dando contenido a infinidad de con-
actividad reproductiva o con el uso de los órganos geni- ductas que, para un observador no adverlldo, podrían pa-
tales corno fuente de satisfacción. En tal forma fue con- sar desapercibidas o llevarlo a pensar que nada tienen
ceptuallzada antes de los descubrimientos trascenden- que ver con ella. Simone de Beauvoir (1970) da una des-
tales del psicoanálisis, que llamaron la atención sobre el cripción que merece ser citada m extenso, tanto por su
hecho de que la sexualidad adulta tiene su precursor en concepto como por su fon11a. "Las-ªctlvldades sexuales
una sexualidad infantil, que existe desde la constitución _tieqen una pluralidad de fme.s.._Kpuntan a resolver la ten-
misma del individuo en fom1a de una pulsión ubicada en ~ creada por el impulso sexua!_y_q_p e - sofüe foéfo en_fa
el límite entre lo psíquico y lo somático, es decir, como juventud- tiene la violencia de unanecesidacL Más tarde .
una conducta predeterminada en sus posibilidades de ac- salvo en el caso de que padezca en ese plano de una grave
ceder a objetos y fines más o menos específicos. La frustración~ el tndtvid110 busca más que una liberación,
energía de esta pulsión fue deftnida por Freud corno desti- un placer positivo; lo alcanza_en_ci_orgasi~~t~_ya .Qre-
nada a la búsqueda de placer y posteriormente por Fair- c efücto _y acompañado de un cortejo _g_~ _ _8-t;~sac~nes.
balrn y seguidores, como buscadora de objetos. inlágenes, mitos que_E!:.ocuran al S'!:!\cto 'place[_~s prelfrni-
Cualquiera que sea el punto de vista teórico que se nares·-resulfantes de la descarga de 'impulsos IJarciales'
adopte hay, sí, una cosa en común: la sexualidad infantil arraigados e~_Ji.1.fanaa,y-que pueden teri~-!""_I?ara el suje-
es contemporánea con el desarrollo del sujeto y se mani- iu--tanto-o más valor que el orgasmo mismo. Esta
fiesta en sus primeros años de una forma polimorfa, sin lYus(}uedc:cde- pi.acer rara vez se reaucc al simple ejercicio
centrarse específicamente en los órganos genitales. Cual- de una función; por lo común es una aventura en que cada
quier parte del sujeto puede constituirse en sí y por sí en miembro de la pareja realiza su existencia y la del otro de
una zona erógena capaz de ser asiento de una excitación una manera singular; _en__el -dese.o la turbación, la con-
de tipo sexual. Paulatinamente y luego de un largo y ciencia se ~ace cuerpo 2-ª~Cl.-~~~Lol.rn.J.X>mO cue-fpo,
dificil recorrido en el cual el sujeto . . para constituirse ·fascinarlo y poseerlo; hay una doble encarnación
como tal, debe soportar prohibiciones y aceptar sacrifi- ···recíproca -ytxwsformación del mundo del deseo. La ten-
cios, estas pulsiones van con.fluyendo en la erotización, tativa de posesión fracasa fatalmente, puesto que el otro
tanto de los órganos genitales como de su función. A par- sigue siendo sujeto; pero antes de concluir, el drama de la
tir de allí se instaura la genitalidad adulta que desde la reciprocidad es vivido en el abraw bajo una de sus formas
pubertad en adelante. será la e.:Xte1iorización más visible más extremas y más reveladoras. Si adopta la figura de
de la sexualidad, pero que siempre estará dominada en una lucha, engendra hostilidad; las más de las veces im-
sus manifestaciones por las vicisitudes que ésta haya su- plica una complicidad que inclina a la ternura. En una
frido en el desarrollo de la Inserción qel sujeto dentro del pareja que se ama con un amor en que se suprime la dis-
orden simbólico sociocultural. De esta forma, la genitall- tancia del yo al otro, aun el fracaso es superado". Pero no
dad queda subsumida en el movimiento más abarcatlvo sólo está involucrada esta relación con el otro. sino que
de la sexualidad. de la cual sólo es un representante. pero la relación con uno mismo, narcisista, está ampliamente
no el único. determinada por la sexualidad. No sólo se reconocen y va-
Los individuos que soportan una disminución o desa- lorizan en sus atributos masculinos o femeninos sino que
parición de sus funciones genitales no por eso son asexua- el ejercicio de la función se erotiza y ordena el curso de la
dos y deberán realizar su sexualidad a pesar de sus limita- actividad amorosa.

150 151
Se comprende que así definida, Ja sexualidad-no...tiene... tenis seguidos. cuando llegue a viejo seguramente no
límil.t de edad· para su exte.rtortzaG!ón;.-desde el nacimien- podrá hacerlo y tendrá que dedicarse a jugar 18 hoyos de
to hasta la muerte siempre estará con nosotros. Podf-án golf a paso tranquilo, que no por eso será menos placente-
variar sus manifestaciones. pero sólo e.s o. Ya sea que se ro. Con la sexualidad pasa lo mismo. Kinsey ha demos-
busque la descarga de tensión. o el placer con el otro, o trado que la frecuencia promedio de las relaciones sexua-
una afirmación narcisista de sí mismo o todos estos fines les a los 30 años es de 3 veces por semana y que disminuye
al mismo tiempo. la dialéctica del deseo no se interrumpe a 1 a los 60 años y a 0,3 a los 75. Pero esto no tiene nada
nunca; sólo la represión. interna o cultural, la distorsio- . que ver con el placer; éste se obtiene del ejercicio de la
na de manera nefasta. produciendo no sólo los graves función y no de la cantidad. Una vez cada 20 días a los 75
trastornos que vemos diariamente en los viejos privados años es tan satisfactorio y placentero como tres o más a
del deseo de desear, sino también nuestras absurdas la semana a los 30. A este respecto no hay__q~_e olvidarse
creencias prejuiciosas sobre ellos. il!!..~ el peor enemigo del viejo lo encuentra en l_
a compara-
Sill!Lk.Oilll mismo cuando joven.
Como ya hemos visto. las modificaciones fisiológicas
5. CONSIDERACIONES CLINICAS que la vejez impone, son lo suficientemente importantes
como para provocar trastornos funcionales si el sujeto ·no
Un estudio detallado de las aportaciones de los campos cuenta con un adecuado desarrollo psicológico que le per-
de la sociología, la fisiología y la psicología. sumado a la mita sobreponerse a este déficit. a la par que enfrentar las
experiencia clínica diaria, nos permiten extraer tres pre- condiciones desventajosas que su inserción sociocultural
misas fundamentales que es importante recalcar de en- le determina. Veamos cómo se presentan las cosas desde
trada para poder contraponerles luego las desviaciones el ángulo de la clínica.
que deberemos. considerar como diversos grados de per- Es evidente, está comprobada y medida, la disminu-
turbación o patología. ción de esteroides que se produce en la mujer a partir de la
menopausia; sin embargo, el grado de influencia que esta
A.J;Jo hay ninguna causa para que un .sujeto, en un ra- reducción tiene sobre las funciones sexuales no se haes-
zonable buen estado de salud general. rio pueda continuar tábleddo aún con preclsIOil.- Nó- 05sfiinie- es-Trecuente,
experúnenta~a.s...sexuales....y..ejercaando su (Ura;ión tanto·en- los-p-acten:res como en muchos médicos atribuir
rgenliai-trasra esta.dios de edru:.l.m.uy__avaozados. todas las molestias físicas y trastornos psicológicos a
esta ca.u sa. Gran cantidad de mitos rodean el concepto de
S ~J..a..P-osibili.d e o ocurra efecHliaaumw--está menopausia, incluyendo el temor a la locura, el final del
en razón directa de a acWud~e el su/eto haya tenido deseo, la pérdida del atractivo femenino y, sobre todo. la
para-con su sexualidad a lo largo de toda su vida. Aquellos idea de la inevitable depresión. Conviene leer conceptos
-que han sabido gozar de ella. convirtiéndola en fuente de controvertidos tales como los de Helene Deutsch, Thérese
placer en el goce compartido y de autoafirmación de su Benedek, Marie Langer y Bemice Neugarten . Especial-
identidad deseante más allá de los tabúes. prejuicios e im- mente esta última (1970) insiste en que la mayoría de las
posiciones socioculturales. son los que se mantienen ac- mujeres experimentan solamente problemas mínimos,
tivos durante más tiempo. Por el contrario, los que han pero como están condicionadas por expectativas cultu-
actuado con temor, repugnancia o rechazo y los que la rales en contra, es muy frecuente que presenten reac-
han acatado sólo como imposición, son los que antes in- ciones psicológicas adversas. Lo único que podemos afir-
vocarán las razones de la edad para retirarse. mar por el momento es que este factor posee sólo una
acción indirecta sobre la capacidad e impulso sexuales.
C. En ningún caso debe tomarse comparativamente pero de ninguna manera un control absoluto. Esta acción
como medida -de nonnalidad lQ..Q&tividad de la juventud o indirecta se manifiesta a través de los factores mecánicos
la adü.llez-/0-ven. Cada momento de la vida tiene sus pro- que resultan del desajuste endocrino. Muchas mujeres
pias posibilidades funcionales. Así como un sujeto joven con una actividad sexual normal durante toda su vida co-
puede jugar sin mayor esfuerzo cuatro o más partidos de mienzan a sentir malestar físico durante o Inmediata-

152 153
Í'
mfnte ckspu~s cld coito a partir de la menopausia. Se que- sexual regular y so~lcnida es ruás raro encon[rar estas
jan de dol()r a la penetración o si el coito es muy prolon- dificultades. Todos lus autores estú11 acordes en señalar
gado; sensación vaginal quemante; dolor pelviano per- la importancia que llene la aclivldad sexual regular sobre
manente o de Upo contractivo. Puede ser seguido de sensa- la prevención de la aparición de trastornos en el de-
ción de irritación al orinar que dura hasta 24-36 horas sempeño sexual de las mujeres viejas.
después de la relación. Esta dlspareunla y disuria adqui- Masi.ers y John!:;on ( 1978) seüalall que en tres mujeres
ridas son provocadas por los factores que he señalado mayores de 60 ai1os se observó repelidas veces la expan-
más arriba: al adelgazar las paredes vaginales y dismi- sión y lubricación vaginal a pesar del adelgazamiento se-
nuir la lubricación, éstas se hacen más fácilmente irri- nil de las paredes vaginales y el encogimiento de los la-
tables; la disminución del tamaño de la vagina, sumada a bios mayores. Estas mujeres mantenían una actividad
lo anterior disminuye la protección que los tejidos se:;-.'llal regular una o dos veces por semana.
elásticos brindan normalmente a la uretra; las contrac- K.insey (1953) señala que las mujeres que tuvieron un
ciones uterinas se hacen espasmódicas en el orgasmo y matrimonio feliz, bien ajustado y estimulante, con-
duelen. Estas modificaciones afectan tanto a las mujeres Unúan en los aüos de mcnoµau::;ia y aua posteriormente
m:iyores de 55 años, que frecuentemente suelen evitar la su actividad se~ual con poca o ninguna interrupción.
experic11cia del orgasmo y aun el coito mismo. Pfeíffer (1969). que estudió a un grupo de personas du-
Pero 1.;sla aceptación JJaslva del malestar se produce rante 15 a 20 años. sostiene que si la mujer ha sido frígida
sólo en aquellas mujeres que. como he dicho, han tomado o si su actividad no ha sido regular. es razonable esperar o
la relación sexual no como fuente de amor y placer, sino una disminución o conduelas de franca intolerancia ha-
simplcwcnte como fo1mando parte de los Mdeberes conyu- cia toda fom1a de actividad sexual.
gales". Llegado este momento pueden invocar las moles- Se puede decir sin temor a equivocarse que la .emrme
! las - generalmente magnificándolas- para desligarse mayoría~ los trastornos que se observan en la meno-
poco a poco de la actividad sexual. Pero es necesario saber pausia son conse~uencla directa de desóroeñesneuroucos
que todas estas molestias tienen un remedio relativa- ---· que han pautado la vida de la pacierifeCon anterioridad a
mente f<'.'.cll con la institución de una terapia hormonal _3~1~- P~iliio. La falla de sensación de bienestar y los tras-
balanceada de estrógenos y progesterona. Muchos de los tornos físicos sólo contribuyen a aumentar y reactivar
trastornos mecánicos no desaparecerán. pero sí se conse- patrones de conduela anteriores.
guirá que desaparezcan las molestias que ocasionan, lo Numerosos autores señalan que muchos de estos pro-
que equivale a decir que no van a dar ple para el apoyo de blemas tienen relación directa con las funciones imagi-
conduelas de rechazo neurótico. Por otra parte, hay que narlas relacionadas con el embarazo y la maternidad.
señalar que l~ terapéutica hormonal no . produce-pox:_sí Toda la gama de con11iclos posibles pueden hacer eclo-
misma un aumento del ·er-ot-ismo-o-rleJa respuesta sexual, sión en este preciso momento, en el cual la posibilidad
· _como muchas _ per.s.Q.na~Qar~c_e:n ~r~~r... Lo que ocurre es real se enfrenta con lo irreversible. .
que al disminuir los trastornos mecánicos, secundaria- En ciertos estrato::; sociales. ya sea por pensamiento
mente se alivian los malestares y es posible recobrar el priinitivo o por falta de educación, o por ambas cosas a la
nivel de excitabilidad y goce que había disminuido o de- vez, existe la creencia arraigada entre las mujeres de que
saparecido por completo. con la menopausia se interrumpe la actividad sexual. y la
Stern y Prados (1946) sostienen que no existe correla- adscripción a esta creencia dclennina que generalmente
ción entre la intensidad de los síntomas físicos y la dis- ocurra.
minución hormonal, y que la oportunidad y forma de es- Un factor que hay que tener en cuenta es el estado civil
tos trastornos se ven afectadas por graves problemas de de la mujer. Aquellas que están casadas o mantienen una
desajuste psicológico, lo cual se comprueba por el hecho relación de .pareja estable tleuen más probabilidades de
de las enormes variaciones individuales que se registran, mantenerse regulan11ente activas sexualmente que las
tanto en las mujeres seguidas en los estudios anterior- que no lo están. El problema en estas mujeres se suele pre-
mente señalados como en la clínica privada. No hay que sentar por otro lado. Estadísticamente la mujer es cuatro
olvidar, por ejemplo. que en las mujeres con una práctica años menor que el marido y muchos de ellos. en virtud de

154 155
su edad, suelen presentar todos los tipos de trastornos que ~~racterísticas físicas hennosas y siempre joven. La
hemos seiialado más arriba y que le quitan atractivo a la búsqueda de satisfacer este ideal provoca en ellasu na des-
actividad sexual o hacen imposible su regularidad. cuan- mesurada conducta ansiosa con preocupación pem1a-
do no desaparece totalmente. Obviamente en nuestra cul- nente por su apariencia física, cuidado personal y por su
tura las relaciones extramatrimoniales para estas mu- posibilidad de seducción. Cuando el paso del tiempo co-
jeres son prácticamente imposibles; lo mismo puede afir- mienza a traer los signos irreversibles del proceso de en-
marse para las solteras. viudas o separadas. La condición vejecimiento - arrugas. pérdida de tersura en la piel,
sexual de la mujer vieja y sola es terrible y las diferencias manchas seniles. gordura selectiva, várices ele. - . suelen
con los hombres son notables. Gustan menos a los hom- generarse fuertes sensaciones de tensión narcisista que
bres jóvenes que los viejos a las Jóvenes. wun hombre Jo- acarrean serios trastornos de la personalidad y que pue-
ven puede desear a una mujer lo suficientemente grande den organizarse en variados cuadros psicopatológicos.
como para ser su madre, pero no su abuela". dice Simone Pero aquí importa sel)alar actitudes opuestas y extremas
de Beauvoir (1970). y desgraciadamente la realidad con- que tienen suma importancia para el desarrollo de la re-
lación sexual con su p~reja. Una puede ten~r un _colapso
firma esta magnífica ironía.
Los lnfom1es señalados muestran que en la medida en reactivo y producir un ataque·vuélfoconfiasí misma:-IF-
- gam:lo-aüllasituación ae descuido. desnlliíO,gordura y su-
1
que los contactos sexuales se reducen por viudez o divor-
cio. las mujeres suelen retomar hábitos masturbatorios ci~dad-:-ba-ott a puede llegar a exqgerar grülescamente su
anteriores, como un intento de salida de la penosa situa- í_ñte~cic;I_ñ deJilantenerla apariencia de juventud y se pir:i-
ción de frustración de sus deseos activos. tarrajea o viste con ropas inadecuadas. Enamoos casos.
Masters y Johnson (1978} señalan que MDebe conside- loaa lá-actlvidad. la observación y la valoración está co-
rarse la tendencia de nuestra población hacia una socie- locada sobre sí misma con una desconsideración total
dad senil de mujeres sin hombres. Alrededor del 10 % de por el objeto - su marido o su pareja habitual- y el resul-
las mujeres no se casan nunca. Además, la longevidad no tado será el mismo: dejará de ser un objeto deseado y se-
es igual en ambos sexos. Como resultado de esto, cada vez xualmente estimulante.
es mayor el número de mujeres que pasan sus últimos En lo que respecta a los hombres, ya he señalado la e-
días sin esposo. Muchos miembros de este grupo rt:velan vidente situación de desventaja biológica en que se en-
su inseguridad básica dedicándose de lleno a la religión, cuentran con respecto a las mujeres, a lo que hay que a-
al trabajo social voluntario o sobrevigilando a sus hijos o gregar su m·a yor sensibilidad a la influencia negativa de
nietos. Privadas de la salida sexual normal, se agotan los problemas psicológicos, físicos y sociales. No existen
físicamente en un esfuerzo consciente o inconsciente dudas - como hemos visto- con respecto a la disminu-
para disipar la tensión sexual acumulada y a menudo no ción de la respuesta sexual del hombre a medida que enve-
reconocida". Butler (1973} agrega que muchos de los lla- jece, pero hay una enorme disparidad de respuestas de un
mados problemas de la vejez en realidad son los proble- individuo a otro y aun en un mismo Individuo en distin-
mas del enorme número de mujeres viejas que en canti- tos períodos de su vida. Tanto fünsey como Masters y
dad cada vez mayor viven sin un hombre a su lado. Johnson señalan que la mayor influencia geriátrica so-
Puede decirse razonablemente que la vejez, especial- bre la respuesta sexual es inherente al medio social en el
mente entre los muy viejos es mayom1ente un problema cual vive el sujeto y a sus años sexualmente formativos .
para las mujeres, tanto en los paises desarrollados como En ~Llioml:>...r.e~c_omo_en.Ja mujer,_el f~ctor más imp2rtante
en los que están en desarrollo. En EEUU. en la actualidad para el mantenimiento de una sexualidad activa hasta
la relación entre las personas mayores de 65 años es de 80 ---e-dm:ravanzaaaesfa regularl.dad' de ta~nelaciones. pudl~ll-
hombres por cada 100 mujeres, pero para 1990 se estima -tl-o-Hegar activo hastTI6_s 80 <!_ño~ más. El estado civil
que la relación será de 68 a 100. --mfluye mucho. Los hombres casados o con relación de pa-
Finalmente hay que mencionar otro factor de suma reja estable tienen mayor oportunidad de mantenerse ac-
importancia en la consideración de la sexualidad de la tivos. y de hecho las estadísticas mencionadas así lo de-
mujer. En muchas de ellas. la escala de valores que deter- muestran. Pero si llegan a enviudar o a separarse. al igual
mina ·1a medida de su narcisismo 1nclUye un yo iCiealcfe que los solteros. las oportunidades que se les pre~entan

156 157
son muy dls(J11tas de las de las mujeres en iguales condi- tividad sexual del hombre". Muchos de ellos toleran mal
ciones. Ti·adlciunalrnente al hombre le está perrnitida la o malinterpretan el proceso de lentiflcación que se pro-
<tctlvldad sex ..ial cxlramatrlmonletl. los amores venales y duce por el envejecimiento y reaccionan con lo que se co-
el acerc:mllento a mujeres mucho más jóvenes que él. noce con el nombre de pars pro loto. es decir. toman.el he-
Esta circunstancia favorece la posibilidad de rehacer el cho _de ne.ceslt.ar_m_ñ§_t\('.JliPCL.µara _llegar_a _Ja_erección
contacto sexual cuando por dive1sas razones el objeto ha- ·cor110 una señal de impotencia. Allí comienza un círculo
bitual se pk1·de. No obstante. no hay que pensar que ésta ---vic1oscnfuepú-ede acarrear graves consecuencias. EL.suje-
sea la regla . Con el correr de los años el poder de seduc- to se pone ansioso y no tolera la es1)era: intenta la pene -
ción se debilita o se pierde por completo . Si buscan aven- - traclfüCcon el pene en semierecci5i1J?ero suele encon-
turas. el temor al fracaso y la sensación de ridículo los , trarse eón que su compai'lera rese 1 Jas rnodffiCaCIOnes
ponen en peligro. Si enviudan suelen temer la ciitica o la · que he serfalado mas arr! )a - poco lubricada, con temor
reprobación de sus' hijos. cosa que según mi experiencia .... al dolor...:.. la peneTrac!ón se dificulta y allí pierde la poca
clínica genc:ralmente no ocurre. Por el contrario, éstos erección que tenía. la cual, corno ya sabemos, o no se recu-
suelen mostrarse satisfechos cuando sienten que sus pa- pera fácilmente o no se consigue. Lo i11vade una sensación
dres rehacen su vida sexual; desaparecido uno de los de fracaso y la ansiedad ante el colapso narcisista au -
miembros del triángulo edípico, la rivalidad y el temor se menta. Esto lleva luego a que tenga temor a exponerse a
alivian y la alianza con el que s·obrevive se fortilka. Pero nuevas experiencias frustrantes y comienza a esgrimir
los viejos muchas veces hacen caso omiso de esta permi- diversas racionaltzaciones. en las c¡ue finalmente termi-
sividad y siguen proyectando sobre sus hijos temores y na por creer y que convierten un factor involutivo nor-
prohibiciones que sólo a ellos les pertenece. mal y superable en un cuadro francamente patológico.
Por otra parte. un número bastante grande de hombres
casados tiene su actividad reducida o anulada. La impo- 5.2. Problemas derivados de la mserción soctoeconómica
tencia secundaria es bastante frecuente después de los 50
años. cosa que todos sabemos. Pero lo que muchos igno- He señalado más ~rriba q1=1~Jas estadístlcas.~muestran
ran es que esta perturbación puede remediarse en un ele- que a medida que_se asciende en la e~ªgsociaL el mane-
vadísimo pü!"centaje de los casos, así como puede mejo- jo de la sexualldad-se-loi:fla-nuí&..µmblernático.. Es que este
rarse la habilidad de .respuesta y restituirla si el sujeto de- ascenso social determina el sometimiento a una estructu-
sea volver a practicar el coito y tiene una compañera in- ra .competitiva, consumista, que exige del sujeto un
teresada en la actuación sexual. enonne esfuerzo desgastanle en su afán de conseguir segu-
¿Cuáles son los factores psicológicos, fisiológicos y so- ridad económica o la preservación de su status. Sujetos
ciales que determinan la pérdida.progresiva de la función que no se resignan a aceptar su proceso de envejecimiento
sexual en los seres humanos? Las respuestas que se pue- se sobrecargan de actividades en un vano intento,
den dar a esta pregunta deberán ser cuidadosamente eva- fantástico, de detener el paso del tiempo y tratando de es-
luadas para comprender y tratar los problemas de la se- tablecer una competencia ruinosa con sus colegas más
xualidad de los viejos, sobre todo porque, aunque no lo jóvenes. La búsqueda de prestigio y honores consume su
·exprese en fonna manifiesta, c:n gran parte la vida del su- actividad diaria, transfornrnda en una actuación narci-
jeto viejo está detem1inada en su aspecto psicosocial por sista de la cual no hace partícipe al cónyuge. Este interés
los desajustes sacuales que padece. Casi todos los autores del hombre fuera del hogar, al mismo tiempo que va des-
consultados enumeran razones bastante similares, que gastando sus capacidades mentales al sobrecargarlas de
pueden agruparse en las siguientes categoiias comunes. tensiones conflictivas, va reduciendo el tiempo necesario
para su pareja. Cuando el hombre "tiene un mal día",
5.1. Temor por d desempeño cuando sus asuntos "no le funcionan bien" : en general el
interés sexual disminuye sepultado por la presión de la
Como seüalan Masters y Johnson (1978). "no existen tensión narcisista.
palabras para destacar la importancia que el factor del No quiero ser mal Interpretado. Esto no quiere decir
temor. por el desempeño tiene en la flnaltzación de la ac- que el hombre deba abandonar sus actividades habituales

158 159
con la edad. ¡De ninguna manera! Aquí me estoy refirien- cho menos de lo que los pacientes temen. pero más de lo
do a los que realizan sus actividades bajo el peso de la ten- que se comunica. Una estimación conservadora señala
sión narcisista, que los coloca en una perpetua situación que el 1% de las muertes coronarias súbitas ocurre du-
de insatisfacción por no poder alcanzar un yo ideal que rante el coito. La potencia sexual puede ser afectada psi-
siempre aparece colocado un paso "más allá" de las posi- cológicamente. no sólo porque la enfermedad cardíaca es
bilidades instrumentales del sujeto. atemorizante por sí misma, sino porque tiende a restrin-
gir la confianza del sujeto en sus capacidades fisicas. Es
5.3. Enfennedades interesante que el autor citado, al referirse a estos te-
mores, recuerda la acepción francesa del ténnlno orgas-
Cualquier deterioro, agudo o crónico. que se mani- mo. "petít mor_C, y señala que este temor a la muerte du-
fieste en el ámbito de la mente o del cuerpo, que actúe re- rante el ejercicio de la sexualidad. muchas veces lleva a
duciendo las condiciones generales del sujeto o la eficien- las parejas a adquirir camas o cuartos separados y a un
cia de su economía orgánica, puede estar en relación con hábito de abstinencia no justificado médicamente y que,
el descenso o ausencia de las pulsiones sexuales. Cual- finalmente, terminan en los conocidos síntomas de la
quier J>_~rJur]JacJú!Lfisica a menl al. aguda o cúfoJ.Ca, sexualidad inhibida tales como ansiedad. depresión y
· _pue_9~~º.!!}J2!!far. y de hecho lo hace, la capacid.ad-de-J"es- hostilidad. Para muchas personas, la ansiedad generada
.Jlll-e.s.ta.sexual del hombre. Cuando el problema es agudo, por la restricción sexual puede ser más perniciosa que el
la complicación será transitoria, y si el sujeto no presen- riesgo físico posible.
ta una estructura de personalidad muy ansiosa, suele to- Enfem1edades . ~.!..U.Y_ C9f!).!PJ..e~enJa. vejez. como Ja dia-
lerarla bien: cuando es crónico o se desarrolla muy lenta- betes, suelen causar impotencia; la proporción de irnpo-
mente. la reducción de la capacidad de respuesta es conse- . tentes es aez--a.- s -veces-umyorentre los diabéticos que en
cuencia directa de la disminución de la eficacia física. la población general, aun cuando el interés y el deseo per-
Ahora bien, como dice Butler (1973), la mayoría de los es- sistan. En los diabéticos no controlados. una adecuada
tudios sobre la sexualidad están basados en la población medicación puede mejorar la impotencia, pero cuando un
saludable más que en la que presenta problemas, lo cual enfem10 bien controlado desarrolla impotencia, el pro-
distorsiona las conclusiones. blema se vuelve de .dificil solución. No es conocida la
La actividad sexual puede actuar tanto en función tera- acción de la diabetes ·s obre la sexualidad de la mujer.
péutica como preventiva. Hay alguna evidencia. por ejem- Es necesario planificar muy cuidadosamente la estra-
plo, de que la actividad sexual ayuda a los artríticos. pro- tegia quirúrgica ante un caso de prostatectomía para evi-
bablemente por la producción de cortisona por la tar consecuencias psicológicas secundarias innecesarias.
glándula suprarrenal. El acto sexual es. en sí mismo, una teniendo en cuenta que más del 70 % de los hombres ope-
forma de actividad fisica y ayuda a la gente a estar en bue- rados conservan su potencia. Como sabemos, hay tres ti-
nas condiciones. al mismo tiempo que reduce las ten- pos de vías de abordaje: 1) suprapúbica: la incisión se
siones. tanto fislcas como psicológicas. hace a través del abdomen; 2) permeal: fa incisión se hace
Los accidentes cerebrovasculares y los ataques corona- entre el escroto y el ano; 3) transuretral: se realiza a tra-
rlos suelen traer preocupación, pero esto es así porque los vés de la uretra peneana intubada. En esta última, el teji-
pacientes y los médicos no hablan claramente sobre do puede volver a crecer. por lo que la intervención está
cuándo y cómo retomar la actividad sexual. aunque en especialmente indicada para hombres mayores de 70
este tópico hay que señalar que la mayor responsabilidad años. Después de la prostatectomia. el semen se deposita
corresponde al médico. El consumo de oxigeno durante el en la vejiga en lugar de ser eyaculado y luego sale mezcla-
acto sexual es equivalente al de subir un breve tramo de do con la orina. Esto se llama eyaculación r elrógada y
escaleras o caminar deprisa. El ritmo cardíaco sube a 90- suele traer desconcierto primero, y trastornos psi-
150 pulsaciones, con un promedio de 120. es decir el cológicos después, cuando el profesional no advierte a su
equivalente a un esfuerzo físico moderado. Todavía no paciente. antes de la operación, de lo que le puede suceder.
hay datos suficientes como para estimar la ocurrencia de La secuela de impotencia física está frecuentemente aso-
muerte súbita durante el coito: probablemente sucede mu- ciada con la operación por vía perineal, en tanto que las

160 161
otras dos raramente afeclan la potencia. Cuando la impo- que experimentan por su incapacidad sexual aumentan la
tencia aparece después de las operaciones realizadas por cantidad de la bebida: se desarrolla así un círculo vicioso
las vías mencionadas como Inocuas, generalmente se que finalmente termina en el cuadro que todos conoce-
debe a faclores psicológicos ligados a la angustia de cas- mos: dependencia total del alcohol e impotencia sexual
tración Inconsciente que se reactualiza en el acto absoluta.
quirúrgico . Por esto considero de suma importancia el es-
clarecimiento exhaustivo antes de la operación y, cuando 5.5. Moratoria en la relación sexual
sea necesario, con la ayuda de un psicoterapeuta. De más
está decir que en nuestro medio esto generalmente no se Masters y Johnson ( 1978) han llamado la atención so-
realiza, con bs consecuencias que solemos ver a posterio- bre la evidencia de que la pérdida de interés en el coito de-
r! y que, sin ninguna duda. podemos calificar de iatrogé- bida al aburrimiento en la relación sexual es el factor
nicas. No hay evidencias de que la histerectomía, con o más constante en la disminución de la frecuencia de los
sin ooforectomía, produzca algún cambio en el deseo o contactos sexuales con su pareja que se produce en el indi-
posibilidad de tener relaciones sexuales. Cuando ello viduo de edad avanzada.
ocurre se debe a factores psicológicos similares a los que Si bien esto es así, no estoy de acuerdo con la ubicación
he de?cripto para los hombres. La aparición de alguna en- que los investigadores citados hacen de este problema, e-
fem1edad que reduzca la capacidad de respuesta sexual en rror, por otra parte. común a casi todos los estudios he-
cualcÍuiera de los cónyuges suele acarrear consecuencias chos por otros autores. Casi sin excepción se intenta ca-
deteriorantes para el funcionamiento de la pareja, toda racterizar el problema como sufrido por el hombre frente
vez que. corno ya dijimos. la clave para el mantenimiento a una actitud poco estimulatoria y seductora por parte de
de una buena sexualidad hasta edad avanzada es su cons- la mujer. Para justificarlo se apela a una parte del desa-
tancia y regularidad. En algunos cuadros de involución rrollo histórico durante el cual la sociedad patriarcal
producida por la demencia presenil o senil suelen apare- permitía al hombre la pollgamia no aceptada en cambio
cer trastornos diversos del funcionamiento sexual, suma- para la mujer: además. se pretende dar a este hecho - sin
mente variables de un individuo a otro, sin que hayan po- lugar a dudas cultural- una apaliencia de estar enraizado
dido determinarse con exactitud sus causas. en una necesidad biológica dúerenclal.
Presentar los hechos con estas argumentaciones es
5.4. Excesos en la comida y en la bt;bida una falacia engendrada por la ideología falocéntrlca que
domina nuestra sociedad. De ninguna manera se puede
.La exce.§iva ingesta de alimentos y.elsobrepeso conse- decir que la monotonía en una relación sexual prolonga -
cuente que se observa con relativa frecu.eQcj~ en los suje- da se debe a la actitud de la mujer exclusivamente . Mas-
tos viejos tiende a reducir el dese0-tanto con1<Lla=ca~·!::_ ters y Johnson señalan que Mla mujer puede perder su
QqQ de goce sexual. Por supuesto que no hay que pensar efecto estin1ulativo, ya que cada uno de sus deseos, intere-
solamente en función de la cantidad .de comida ingerida ses y expresiones se conocen con antelioridad". Pero me
sino en función del tipo de estructura de personalidad an- pregunto, ¿esto mismo no vale también para el hombre?
siosa. oral-dependiente, sobre la que aquélla se apoya. Muchas veces éste es tanto o más culpable que aquélla,
Pero este problema es mínimo en relación con el que se aunque creo que en este aspecto. como en casi todos los
produce con el alcoholismo. Afortunadamente entre no- que se refieren a la psicología del ser humano. no se puede
sotros el índice de adicción no es tan elevado como en ni se debe generalizar: hay que observar los hechos tal
otros países más desarrollados, pero en los casos com- como se nos presentan, con todas las circunstancias que
probables las consecuencias son similares: ·la impotencia los rodean.
secundaria en el alcoholismo es sumamente común. Los He señalado más arriba las causas que determinan que
sujetos en esta condición suelen fallar en conseguir o la mujer se retire antes que el hombre de la actividad se-
mantener una erección adecuada. pero muy pocas veces xual. En estos casos, seguramente la actitud de la mujer
asocian este problema con la ingesta de alcohol. Por el dejará de ser seductora y estimulante: desviará su accio-
contrario, traumatizados por las repetidas frustraciones nar hacia los hijos o nietos. hacia actividades sociales o

162 163
profesionales o a cualquier combinación de intereses aje- que coloca a los viejos al margen de la sexualidad y, por el
nos al matrimonio, y se rehusará a aceptar al marido. contrario, es posible afirmar sin ninguna duda que en los
Pero también esto último vale para el varór;i, el cual mu- viejos la sexualidad no sólo es posible sino que es necesaria.
chas veces queda atrapado en las redes de intereses profe- Posible porque, si bien la fisiología nos muestra ·diferen-
sionales competitivos que desviarán su interés sexual y cias con los sujetos más jóvenes. la satisfacción psico-
que sólo se manifestará de tanto en tanto como una ne- lógica que proviene del ejercido de la función no se alte-
cesidad fisiológica compulsiva, pero con una total des- ra; y es necesaria porque el ejercicio regular de la misma
consideración por su compañera. Cuando Masters y es el factor de mayor importancia en su mantenimiento.
Johnson dicen que MMuchos hombres interrogados no de- según el consenso generalizado de todos los investiga-
mostraron ni admitieron tener más interés sexual por dores.
sus esposas", no hay que entender, como los autores pre- Planteadas así las cosas. sólo nos queda por delante la
tenden que esto se debe solamente a la monotonía o al . tremenda tarea de vencer la resistencia que proviene de la
aburrimiento en la pareja vieja y que Mesta actitud es la sociedad con toda su cohorte de prejuicios, prohibiciones
que el hombre siente, por lo menos a nivel inconsciente. y sanciones que se abalen sobre los viejos privándolos del
Y el ego del sujeto de edad es muy susceptible a esta acti- ejercicio de una parte de su vida. La sociedad se arroga el
tud. sea real o imaginaria". La mujer puede no tener inte- derecho de disponer sobre ellos como anlaüo lo hacía con
rés en su compañero porque, por diversas razones. nunca los esclavos y con los negros. imponiendo la ley del blan-
lo tuvo a lo largo de su vida; pero también puede ser co o del más fuerte según los casos; hoy impone la de los
porque éste no ha sabido seducirla, estimularla y. porque más jóvenes ... o la de los más :reprimidos. Para el caso es
además, está gordo, enfermo, deprimido o alcoholizado y lo mismo.
ha dejado de ser un objeto erótico para ella. Un hombre en El problema radica en cómo hacemos para modificar
estas condiciones puede tener una imagen Mpoco masculi- este estado de cosas, que involucra tanto a los viejos como
na" y, en consecuencia, deberá considerarse de igual im- a los responsables de su atención y cuidado. Para comen-
portancia a la afirmación de los autores citados cuando zar debemos acostumbrarnos a la idea de que la sexuali-
dicen: MEl poco cuidado personal en estos años postme- dad existe incluso pasados los 65 años. pero todavía debe-
nopáusicos puede otorgarle una aureola 'poco femenina', remos recorrer un largo camino para poder ayudar a los
con el resultado de que cesa de presentar atractivo sexual viejos a expresarse abiertamente o a manejarse con sus
para el hombre". sentj.mientos hacia ella. Esta es la opinión de Robert N.
El problema debe ser considerado absolutamente igual Butler (1973). el cual además señaló que lo que se necesita
para ambos sexos; lo que no es igual -y a veces engaña- fundamentalmente es una campaüa de educación sexual
es la solución que ambos pueden llegar a instrumentar. específica destinada a los viejos. Personalmente compar-
La mujer no busca un sustituto fuera de la pareja; el hom- to esta opinión. pero creo que hay que hacerle un agrega-
bre. sí. Entonces parece como que éste tiene conservada su do importante. Ningún plan de salud que se dedique a re-
capacidad de respuesta sexual y aquélla no. Nada más parar hechos consumados puede ser de utilidad a largo
equivocado. Una vez más el aparato sociocultural hace plazo porque demanda uha inversión de tiempo y trabajo
sentir aquí su peso sobre el eslabón más débil de la cade- de los especialistas que tarde o temprano te1mina por
na, y la mujer debe pagar el precio por la represión de sus desgastarlos y torna infructuoso su esfueu..o. Todo este es-
deseos: los problemas neuróticos, trastornos de persona- fuerzo debería estar colocado en una labor de psicohi-
lidad y depresiones son más frecuentes en la vejez en las giene, en el sentido definido por José Bleger (1966): MEl
mujeres que en los hombres. psicólogo clínico debe salir en busca de su 'cliente': la
gente en el curso de su quehacer cotidiano. El gran paso en
psicohigiene consiste en esto: no esperar que venga a con-
6. CONCLUSIONES sultar gente enferma. sino salir a tratar y a intervenir en
los procesos psicológicos que gravitan y afectan la estruc-
Creo que con lo expuesto hasta aquí tenemos la sufi- tura de la personalidad. y - por lo tanto- las relaciones
ciente evidencia como para refutar la creencia popular entre los seres humanos. motivando con ello al público a

=- 164 165

=-
1
que pueda concurrir a soliclL.1r sus servicios en condi- Freud S.: MCompen.d.ío de psicoanálisis· o.e .. XXI. Buenos
ciones que no impliquen enfcnnedad" ... MEl objetivo Aires, Santiago Rueda Editores. 1938.
históricamente más reciente en la higiene mental ya no Kinsey. A.. Pomeroy. W .. y Martin C.E.: Sexual behavior
se refiere tan sólo a la enfennedad o a su profilaxis, sino in the human male. Filactelfla,W.B. Saunders Co .. 1948.
también u la promoción de: un mayor equilibrio, de un Kinsey. A .. Pomeroy. W .. Martin, C.E. y Gebhard,
mejor nivel de salud en la población. De esta manera ya P.H.:Sexual behavior in the hwnanfemale. Filadelfia.
no .interesa solamente la ausencia de enfennedad. sino el W.B. Saunders Co. 1953.
desarrollú pleno de los individuos y de la comunidad to- Lobsenz. N.N.: "Sex and the senior citlzenM. Nueva York.
tal. El t"·nfasis de la higiene mental se traslada así de la Th.e New York Tunes. 1974.
enfem1edad a la salud y, con ello. a la atención de la vida Masters, W. y Jonhson. V.E.: Respuesta sexual humana.
cotidiana de los seres humanos". Buenos Aires. Inler-Médica. 1978.
Si compartimos esta posición, la conclusión es obvia: Mead. M.: La fosse des génémtions. París. Denoel-
no se puede pretender obtener muchos resultados dedi- Gonthler, 1971.
cando el esfuerLo sólo a una campaña de educación sexual Neugarten. B.L.: MAdaptation and the Life Cycle", J.of Ge-
para los viejos; la acción debe emprenderse desde la tem- riatrlc Psychialrv. Vol IV, Nº 1, Nueva York. 1970.
prana infancia tratando de que el ser humano pueda sen- Pfeiffer E.: MGerlatric sex behavior", Medical aspecis of
tir sus deseos sexuales cotidianos como algo no sólo natu- Hwnan Sexuality. 3: 19-28, Nueva York. 1969.
ral sino saludable y necesario. En este sentido los ma- Salvarezza. L.: MPsicogeriatría: ¿Por qué es un campo i-
yores, responsables de su orientación y formación, no de- nexplorado?". en Psicología argentina. hoy, Buenos
ben ejercer sobre los niños una acción represiva - Aires. Ed. Búsqueda. 1973.
siempre negativa- y deben ofrecerse como un modelo de Stem, K. y Prados, M.: MPersonality Studies in Menopau-
identificación positiva para el placer compartido. sal womenM. AmerJ. Psycfiialry, 1946.
Mientras trabajamos tratando de llegar a esta meta.
difícil de alcanzar por el momento. sólo nos queda com-
prender y hacerle entender a los viejos que la sexualidad
va más allá del simple ejercicio de la función genital; en
la autoafinnación de la feminidad y de la masculinidad
la sensación cotidiana de sentirse buscado, necesitado y
querido dará una perspectiva distinta a esta etapa de la
vida tan compleja y tan dificil de vivir.

7. BIBLIOGRAFIA

Bleger. J.: Pskohiglene y psicología mstitucíonal, Buenos


Aires. Paidós, 1966.
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