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Daira Aguilera.

Final Psicopatología II:

Unidad 1: Semiología Psiquiátrica

● SCHEJTMAN, Fabián. (psicoanalista) (2013) Psicopatología: clínica y ética. De


la psiquiatría al psicoanálisis. Buenos Aires: Ed. Grama. Cap. “Actualidad de la
psiquiatría clásica”. Leonardo Leibson (psiquiatra y psicoanalista) (PRIMERA
PARTE)

Actualidad de la psiquiatría clásica:


El propósito de este texto es poder definir las principales entidades clínicas. Se
busca una visión de nosografía psiquiátrica.
Nosografía: Descripción y clasificación de las enfermedades.
La psiquiatria clasica, razones de su vigencia:
¿Por qué es importante plantear la actualidad de la psiquiatría clásica? Se
habla de lo clásico cuando algo sigue vigente a través del tiempo, provocando
efectos. Lo clásico no necesariamente supone tiempos muy lejanos, aunque sí un
cierto lapso de al menos 1 o 2 generaciones. Ejemplo: Los Beatles o Spinetta.
● Lo clásico es aquello que se renueva, se reedita, puede ser retomado y
vuelto a trabajar.

¿A qué llamamos psiquiatría clásica? A una serie de textos producidos a partir de una
práctica, que sentaron las bases de la disciplina, especialmente en lo que respecta a
cuestiones metodológicas.
● 1890 y 1930: Culminación de la psiquiatría clásica.
● A la psiquiatría clásica le importaba el cómo y el por qué, trataba de entender, no así
el DSM.
● Era y es valiosa porque describia los trastornos sin los psicofármacos.

● Los primeros psicofármacos aparecen en 1949 y fueron las sales de litio. Se


usaron y se usan hasta hoy para estabilizar el ánimo.

¿Por qué como psicoanalistas nos interesaria conocer estas líneas del pensamiento
psiquiátrico?
1) Si bien el psa. Desde sus orígenes genera un campo propio y una práctica
específica, no puede negarse que parte de sus orígenes se sitúan en el campo de la
psiquiatría de donde se desprende. Por eso, a veces arrastra una serie de marcas (a
pesar suyo) vinculadas a la práctica de la psiquiatría. Se da un entrecruzamiento.

2) Entre 1890 y 1930, Freud expone el núcleo de su producción teórica. Mientras


que en Viena escribía cuestiones relativas al chiste, sueño, síntoma, lapsus o el
narcisismo, simultáneamente se estaban escribiendo y publicando los textos que
serían el fundamento de la psiquiatría.

3) Otro motivo, es que lo que escriben estos psiquiatras son textos; mientras que el
DSM no puede ser leído como uno (texto), ya que NO es un libro de texto, es
un manual de diagnóstico con fines estadísticos. En cambio, lo que podemos
leer de Krapelin, Sérieux y Capgras, Clérambault, son verdaderos textos, en los que
Daira Aguilera.

se revela la preocupación por la claridad y el detalle. Son textos porque se puede


dialogar con ellos.
Momentos de la psiquiatría clásica:
A Krepelin le interesaba la descripción y clasificación, siguiendo criterios
descriptivos y evolutivos.
La psiquiatría nace con Pinel a fines del siglo XVIII.
(Empezar a hablar a grandes rasgos del Gran Encierro para dar pie a lo que sigue.)
● Se acentúa en la importancia de separar a los delincuentes de los locos,
(pensar en el primer paradigma) otorgándoles a estos últimos un estatuto
jurídico y médico específico. A partir de todo esto, la psiquiatria atraviesa
distintos momentos hasta llegar a la actualidad, donde el eje de interés está
puesto en la cuestión biológica y en los recursos terapéuticos acordes a
esa línea de trabajo (psicofármacos). El acento se pone en la biologización,
ya no tanto en la mera descripción.

● La psiquiatría desde su surgimiento, se caracteriza por ser lo que Foucault


llama una “clínica de la mirada”: Es poder pensar que “lo que ellos ven es
lo que se diagnostica”, una clínica que se sustenta fundamentalmente por la
descripción detallada, “fotográfica”, que apunta a distinguir fenómenos de
la manera más clara posible.

● Tres épocas o momentos en el desarrollo de la psiquiatría: Referente


(historiador de la psiquiatría) Lanteri Laura.

1) La primera, “clínica sincrónica”, sigue el paradigma de la Alienación Mental. Se


trata de la concepción de la enfermedad mental como un cuadro único que
podía tomar distintas formas en distintos pacientes o en distintos momentos pero sin
dejar de constituir una misma enfermedad: la alienación mental. Paralelamente a
esto, los psiquiatras prefieren no utilizar el termino “locura” por considerarlo vulgar y
poco cientifico, y por esto acuñan “alienacion”. La innovacion de este primer
momento fue que se pasa a considerar a los alienados como ENFERMOS,
concernidos por el campo de la medicina, ya no como delincuentes,
endemoniados, sino pacientes y por lo tanto deben ser considerados como tal.

2) Antes de hablar sobre el segundo momento, Leibson hace mención del “método
anatomo clínico”, en el cual un anatomo-patólogo (Bayle), realiza una serie de
autopsias de pacientes que habían padecido un cuadro llamado “parálisis general”
acompañado de delirios. Bayle en estas autopsias descubre la existencia de
lesiones especificas en las meninges, lesiones que no aparecian en otros pacientes
con otras formas de alienación mental. Esto da cuenta de que no existia una única
dolencia, sino que existian distintas enfermedades mentales. Este método anatomo-
clínico indica que una enfermedad se define por varios parámetros: evolución
típica; etiología conocida; un tipo de lesión histopatológica; un mecanismo
fisiopatológico preciso.
A partir de ahí surge el segundo momento, que llamamos “clínica diacrónica” o
periodo de las Enfermedades Mentales. En psiquiatría se profundizo la
observación de estados terminales de los cuadros clínicos, o sea la evolución de
ellos no solamente el corte (sincrónico) que se realiza en el momento del examen
Daira Aguilera.

psiquiátrico. Principales exponentes: Falret (Francia) y Kahlbaum (Alemania). Este


cambio de paradigma permitió la posibilidad de describir cuadros clínicos de
manera clara y distintas según parámetros derivados de lo observable y
suponiendo además una lesión especifica para cada uno de ellos.

3) El tercer periodo, es conocido como “el periodo de las Grandes Estructuras” mas
psicopatológico que nosológico. Se trata en este momento de buscar explicaciones
orientadas hacia la cuestion de los fenómenos y sus mecanismos de producción.
Sus exponentes son: Jaspers, Bleuler, Minkowski, etc.
La sexta edición de Kraepelin, el punto de partida:
Lacan en el inicio del seminario 3 plantea la importancia de distinguir Paranoia y
Esquizofrenia para abordar “la cuestión de las psicosis.” Esta división orienta el
modo de abordaje psicoanalítico de las psicosis, estableciendo un campo de las
psicosis que para Freud se divide en 2: Paranoia y Esquizofrenia (o Parafrenias
freudianas). El punto de origen de esta “divisoria de aguas” la encontramos en la 6ta
edición del Compendio de Psiquiatría de Krapelin de 1899, donde se presenta
una diferencia entre la Paranoia y la Demencia Precoz (denominación de
Krapelin que devendra luego, a partir de una intervención de Bleuler en
Esquizofrenia).
Antecedentes:
A la altura de las ediciones cuarta y quinta de los tratados de Krapelin, el termino
que englobaba casi todos los cuadros clínicos de psicosis era “Paranoia”. La
Paranoia era casi un sinónimo de “locura”, al tal punto que significaba casi el 80 o
90% de diagnosticos de personas que se encontraban internadas en asilos
psiquiátricos. En ese momento la Paranoia se dividía en 2 formas clínicas: la
“Paranoia Combinatoria” y la “Paranoia Fantastica”. Ambas se caracterizaban
por presentar un delirio. La diferencia fundamental entre las dos era que en la
primera no había alucinaciones, sino un delirio a tipo interpretativo, mientras que en
la otra el delirio iba acompañado de alucinaciones. Se describen además otros
cuadros (que no eran tan frecuentes) bajo la rubrica de “Procesos demenciales”,
como la Hebefrenia, Catatonia, Demencia Paranoide y Demencia Precoz. Todos
estos, se caracterizaban no solo por presentar delirios o alucinaciones sino tambien
por su mas o menos rápida evolución hacia estados de empobrecimiento de las
facultades mentales, que es lo que Krapelin y otros llamaban “demencias”.

Paranoia:
Bercherie dice que la 6ta edición del tratado de Krapelin es clave debido a que
allí se va a plantear una modificación en la manera de concebir la oposición
entre Paranoia y Demencia Precoz, que dara vuelta por todo el mundo y
posteriormente sera muy criticada, lo que llevara al propio Krepelin a modificar
algunas de sus ideas.

● A partir de esto va a diferenciar la Paranoia (ahora en sentido restringido) y la


Demencia Precoz con sus diferentes formas clínicas (Paranoide, catatónica,
hebefrénica).

● Va a definir la Paranoia (ya restringida) acentuando mas en un criterio


evolutivo que el descriptivo: “Desarrollo insidioso (engañoso), bajo la
Daira Aguilera.

dependencia de causas internas, con una evolución continua de un


sistema delirante duradero e imposible de quebrantar, que se instaura
con una conservación completa de la claridad, el orden del
pensamiento, la voluntad y la acción”.

● A partir de esta definición, sobre todo la idea que en la paranoia hay una
conservación de las facultades mentales, lleva a Krepelin a diferenciar de la
paranoia en sentido estricto, de lo que quedara bajo la rubrica de
“enfermedades paranoides” que pasan a ser incluidas en el grupo de la
Demencia Precoz como sus “formas paranoides”.

● Este modo de plantear la Paranoia cuenta con 2 mecanismos fundamentales:


DELIRIO DE REFERENCIA (de significación personal) y las ILUSIONES DE
MEMORIA. Este delirio puede tener diversas temáticas (persecución,
grandeza,celos,etc), y se caracteriza por ser de tipo interpretativo (hay una
interpretación erronea delirante, de percepciones correctas) y por hacer
SISTEMA, osea por tener una estructura interna coherente. NO HAY
ALTERACIÓN DEL PENSAMIENTO, SINO DEL JUICIO DE LA PERSONA, DEL
MODO EN QUE CONSIDERA E INTERPRETA LOS HECHOS DE LA VIDA. La
evolución de la paranoia se plantea como crónica y continua sin que haya
remisiones y sin que se produzca un deterioro de las facultades mentales.

● Esta nueva concepción de Paranoia incluye lo que antes era conocido como
“paranoia combinatoria”, osea un delirio sin alucinaciones que describe Kraepelin,
delirio persistente, inquebrantable y crónico.

● Como las facultades mentales estan conservadas, osea: la memoria, el juicio,


la atención, la concentración, la orientación, lo sensoperceptivo, el
pensamiento, la voluntad, la conciencia, etc. la persona puede seguir por
ejemplo, cumpliendo con su trabajo o sosteniendo una vida familiar “estable”.
El deterioro de las facultades mentales no se alcanza ni siquiera con el paso
del tiempo, un paranoico se mantiene estable a pesar de que puede tener una
evolución de muchos años.

● EN LA PARANOIA NO HAY ALUCINACIONES, DADO QUE LA PERCEPCIÓN NO


ESTA ALTERADA. NO SE DESCARTA QUE EN ALGUNOS PACIENTES
PUEDAN APARECER PERO SON EPISÓDICAS Y SECUNDARIAS.

Demencia Precoz:
En el grupo de las demencias precoces van a entrar las anteriores denominadas
“Paranoias fantasticas” (delirio con alucinaciones), junto con la demencia paranoide,
hebefrenia y catatónica. Kraepelin platea que lo que comparten todos estos cuadros que a
el lo lleva a incluirlos a todos bajo una misma rubrica, es que hay una alteración de 2
funciones mentales: la voluntad y la afectividad.

● Krepelin ubica el núcleo de la demencia precoz en el deterioro de la voluntad y


la afectividad.
Daira Aguilera.

● Síntomas típicos de Demencia Precoz: indiferencia afectiva, repliegue afectivo,


abulia profunda, ciertos trastornos del pensamiento y del lenguaje, etc.

● Las alucinaciones y los delirios en esta caracterización de la demencia precoz,


son síntomas accesorios. Lo que si es necesario que este presente para un
diagnostico de Demencia Precoz es el deterioro de la voluntad y afectividad, lo
cual acarrea: desinterés por lo que los rodea, falta de expresividad en lo que
hace a sus afectos, y tambien una perdida de iniciativa.

● A diferencia de la Paranoia, la evolución de la Demencia Precoz NO ES


CONTINUA, sino que se realiza por brotes y remisiones, con el detalle de que
en cada brote los síntomas pueden variar. Los pacientes con demencia precoz
pueden tener momentos de excitación, momentos de depresión, pueden
incluso estar hiperactivos por periodos o caer en estados de profunda abulia.
Pueden tener un humor variable, estar mas expansivos o depresivos, y entre
un brote y otro, pueden presentar un estado de aparente normalidad.

● Krepelin va a distinguir dentro de la Demencia Precoz, varias formas clínicas.


Por un lado las FORMAS PARANOIDES, y en ellas incluye: Paranoia Fantastica
y la Demencia Paranoide (ambas caracterizadas por presentar delirio acompañado
de alucinaciones, que para Krepelin son síntomas secundarios).

● Entabla la gran diferencia que hay entre la Paranoia verdadera y las formas
paranoides de la demencia precoz.
En primer lugar, una de las mayores diferencias es que el delirio de la Paranoia
es a mecanismo interpretativo y sin alucinaciones; si las hay estas no
determinan el delirio. En cambio, en las formas paranoides de la demencia
precoz, el delirio suele estar acompañado de alucinaciones y estas tienen que
ver con lo que engendra ese delirio. En segundo lugar, el delirio de la paranoia
es bien sistematizado, es decir “hace sistema”, lo cual quiere decir que se
mantiene la estructura interna del sujeto coherente. En cambio, en las formas
paranoides de la demencia precoz, el delirio esta pobremente sistematizado o
directamente no se sistematiza, es un delirio DESHILVANADO. (Cambia de
temática con facilidad, se pierde en su discurrir…) Además suele ser de
temáticas mas absurdas y fantasiosas. En tercer lugar, en la paranoia no hay
síntomas catatónicos, ni tampoco lo que Krepelin llamo “delirio de posesión
corporal”. La demencia precoz, si afecta el “centro de la personalidad” , deja al
sujeto inerte y a merced de fuerzas exteriores, y esto ultimo es lo que muestra
la debilidad de la voluntad del sujeto. En cuarto lugar, la evolución: En la
paranoia hay una evolución continua, se mantiene a lo largo del tiempo sin la
perturbación de las facultades mentales, mientras que en las formas
paranoides de la demencia precoz el sujeto evoluciona rápidamente hacia el
deterioro, que implica la perdida de coherencia del delirio, el aumento de la
retracción y la ausencia progresiva de la voluntad.
Tener en cuenta estas diferencias nos ayudara a hacer un pronostico mas ajustado.

La psicosis Maniaco Depresiva:


Daira Aguilera.

Constituye otra forma fundamental de la psicosis. En esta, se considera que el


trastorno fundamental tiene que ver con el HUMOR, aunque tambien se pone el
acento en la PERTURBACIÓN DE LA IDEACIÓN Y DE LA VOLUNTAD.
La idea de que existe cierta circularidad o alternancia entre los accesos
maniacos y los episodios depresivos, es la base de este cuadro. Estos cuadros
pueden presentar tambien delirios o alucinaciones que deben ser leídos según su
contexto, y su evolución se da por brotes y remisiones, y no llevarían a un
déficit de las facultades mentales, al menos no de manera marcada.

La Paranoia: Apogeo (culminación) y disolución:


AUTORES QUE CUESTIONARON A KREPELIN.
Interpretación y Reivindicación: Serieux y Capgras.

● Serieux y Capgras se anteponian a la psiquiatria clásica.

● A partir de 1902 en el campo de la psiquiatria francesa comienza a surgir


una versión de Paranoia que amplia y enriquece el concepto, los
responsables fueron Serieux y Capgras, que en 1910 publicaron un libro
titulado “Las Locuras Razonantes”. (Designación que le dan estos
autores) a lo que para Krepelin es la Paranoia.

● Se llamo asi a aquellos cuadros en donde se desplegaban delirios en


los cuales la lógica y la ideación eran correctas, osea que la razón
parecía conservada al tiempo que la temática se evidenciaba como
claramente delirante. Dentro de esas “Locuras” se desglosan 2
cuadros: el delirio de interpretación y el delirio de reivindicación.

● Delirio interpretativo: La descripción que dan estos autores de dicho delirio


es muy similar a la que da Krepelin cuando habla de Paranoia. Consiste
básicamente en un delirio de mecanismo interpretativo, bien sistematizado,
que dirige los comportamientos del sujeto. Es un delirio en el que se
respetan las reglas del pensamiento y razonamiento. Se trata de un
delirio que NO se acompaña de alucinaciones, y si las hay, son
secundarias y episódicas. Otro elemento clave de este tipo de delirio (y
tambien de la Paranoia de Krepelin) es el FALSEAMIENTO DE
RECUERDOS. Se trata de que a partir de recuerdos de su vida, el sujeto los
interpreta de manera de incluir esos recuerdos en su delirio.

● Delirio de reivindicación: La reivindicación es un reclamo. Este delirio es


relativamente muy frecuente pero difícil de diagnosticar ya que tiene el
aspecto de una ideación correcta y muchas veces verosímil. (que parece
verdadero) Tiene su punto de partida en un hecho que causó al sujeto
un perjuicio real. A partir de ahí se elabora la reivindicación. El problema
no es que que el reclamo sea justo o no, sino como esta planteado y
como esto termina condicionando y determinando la vida del sujeto.
Estos autores describen 2 elementos fundamentales que caracterizan
dicho delirio: La idea fija u obsesiva (la certeza del perjuicio sufrido, a
Daira Aguilera.

partir del cual el sujeto reclama, enjuicia) y la actividad que se despliega a


partir de la convicción delirante.

● DIFERENCIAS ENTRE UNO Y OTRO: Mientras que el interpretativo es un


delirio de IDEAS; el reivindicativo es un delirio de ACCIÓN. En el delirio
reivindicativo a diferencia del delirio interpretativo, además hay una ideación
delirante, hay un actuar que en algún sentido es la prolongación del delirio.
El interpretativo en cambio, puede quedar con el delirio sin pasar nunca al
acto. Las dos formas de Locuras Razonantes constituyen delirios que hacen
sistema, la diferencia es que los delirios de reivindicación a diferencia de
los de interpretación, son delirios SECTORIZADOS, osea delirios que no
ocupan toda la vida del sujeto. El delirio de interpretación si ocupa toda la
vida del sujeto.

● Evolución en uno y en otro: El delirio interpretativo tiene una evolución


continua, crónica y persistente. El delirio de reivindicación evoluciona por
brotes, es decir, momentos agudos, productivos que alternan con remisiones
(momentos de calma).

Las psicosis pasionales: De Clerambault:

● Gaetan Gratian De Clerambault fue un psiquiatra reconocido y


destacado de la Escuela Francesa, y posteriormente fue maestro de
Lacan.
● De Clerambault planteara que el delirio de reivindicación no
debería ser clasificado en el mismo grupo que el delirio de
interpretación, sino que debe formar parte de lo que el llamara
“Psicosis pasionales”.

● Su interés no era hacer una descripción de la totalidad del cuadro, sino poder
detectar lo mas inicial, los primeros esbozos del desarollo de una psicosis.

● Polémica entre De Clerambault y Serieux-Capgras: De Clerambault planteara


que en el REIVINDICATIVO, el delirio se desarrolla a partir de un mecanismo
especifico y diverso al del delirio de interpretación. Allí donde Serieux y
Capgras hablan de “la idea fija”, De clerambault planteara la existencia de lo que
el llamara “EL POSTULADO”. El postulado no es una idea, sino lo que el llama
“un núcleo ideo-afectivo inicial” generado por la pasión, por algo que se
impone al sujeto y que va mas allá de la razón (de la que hablaban los otros
autores) y esta vinculado a los afectos. De allí justamente considera que el
componente AFECTIVO es tan o mas importante que el ideativo. Posteriormente
a esto va a decir que el delirio de reivindicación debe ser desarraigado de las
Locuras Razonantes (osea del campo de la Paranoia) porque no se trata de lo
“ideativo y lo razonante” en este caso. Si se pudiera quitar ese núcleo, el
delirio desaparecería.
Daira Aguilera.

● Clerambault definirá el grupo de las “psicosis pasionales” que incluye otros 2


tipos de delirio: celotípico y erotómano. A su vez, distingue los delirios de la
Paranoia de las Psicosis Pasionales, la diferencia fundamental es que, en los
pasionales, sin ese elemento de la pasión, no llegaría a construirse ningún
delirio.
EROTOMANÍA, CELOS Y REIVINDICACIÓN TIENEN EN COMÚN ESE NÚCLEO
DEL POSTULADO.

● Clerambault plantea que en realidad son 3 momentos de un único proceso:


primero surge el delirio erotomaníaco (el/ella me ama), despues un momento
de decepción (me ama pero no se acerca porque seguro hay una persona que
le interesa mas/celos), y un tercer momento es el de la reivindicación (me amo,
me abandono por otra y ahora exijo que me devuelva lo que perdí).

Disolución de la noción de Paranoia:


● El planteo que hace De Clérambault hara que la categoria de la Paranoia como
cuadro clínico vaya perdiendo ESPECIFICIDAD Y CONSISTENCIA, proceso que
Bercherie llamara “disolución del concepto de paranoia”. Las ideas De Clerambault
fueron uno de los factores que promovieron esta disolución del concepto de
Paranoia.

● Pasa de ser un cuadro clínico a una forma de carácter o un tipo de personalidad.


Desde Kraepelin, la Paranoia era un cuadro clínico, a partir de Bercherie y De
Clérambault, pasa a ser una forma caracterológica que define un estilo de
conducta: un sujeto que es desconfiado, que se toma mal algunas cosas, piensa
mal de lo que le dicen,etc. Y finalmente llega a delirar.

● Lacan en el seminario 3 hace mención de esta degradacion de la paranoia y


dice que se trata de una anomalia de la personalidad, “estructura perversa del
caracter”.

● Teniendo en cuenta todo esto, el concepto de Paranoia pierde terreno como


diagnostico clínico en la psiquiatria. Sera Lacan quien revalorizara la noción
de Paranoia como fundamental para pensar la cuestion de la psicosis.

La Esquizofrenia:
● Cuando Bleuler publica su monografia proponiendo el termino de
esquizofrenia y describiendo las características de esta enfermedad, no solo
fue criticado, sino que algunos opinaron que seria como “el Titanic de la
psiquiatria”: tratándose de un proyecto pretencioso que intentaba abarcarlo
todo y que fracasaría.

● El termino Esquizofrenia, no solo no fracasó, sino que actualmente es


sinónimo de psicosis en los diagnósticos clínicos psiquiátricos.
Daira Aguilera.

● En 1911 publicó su texto “Demencia Precoz o el grupo de las esquizofrenias”.


A diferencia de otros autores como Kraepelin, Bleuler se intereso
especialmente por el MECANISMO DE LA ENFERMEDAD, y esto lo impulso
a ir mas allá de lo meramente descriptivo. La esquizofrenia de Bleuler,
sigue la descripción de Kraepelin para la Demencia Precoz.

● Posteriormente, Bleuler criticara duramente a Kraepelin, sobre todo en lo


que hace a la denominación y a la fundamentación de la “Demencia
Precoz”. En su texto de 1911 propone cambiar el termino “Demencia
Precoz” por Esquizofrenia porque afirma, La Demencia Precoz no es ni
Demencia ni Precoz. NO es una verdadera Demencia porque en el sentido
estricto, el termino demencia implica el deterioro global y progresivo de
funciones (inteligencia, memoria, atención, orientación, el pensamiento, la
ideación,etc). Todas estas funciones en la demencia precoz son las ultimas
en deteriorarse; teniendo en cuenta que lo que Kraepelin acentúa es la
alteración de la voluntad y afectividad como perturbación especial de la
demencia precoz. No es precoz, en un sentido porque se registran mucho
diagnosticos de Demencia Precoz, pero de personas que comienzan con la
enfermedad a los 40-50 años, edades mas avanzadas de las que suponía
Kraepelin; y en el otro sentido de lo “precoz”, porque no todos los pacientes
evolucionan rápidamente hacia el deterioro, incluso hay pacientes que
presentan cuadros leves y tardíos. Por todo esto Bleuler propone el
cambio del nombre de la enfermedad a ESQUZOFRENIA, que significa
escisión (esquizo) de la mente (phrenos).

● Bleuler plantea que la esquizofrenia consiste en un trastorno de la


personalidad, ya que esta (según el autor) se desagrega, se escinde, por haber una
perturbación en la función asociativa. HAY UNA ALTERACIÓN A NIVEL DE LA
ASOCIACIÓN DE LAS REPRESENTACIONES. Todo esto genera pensamientos
“abandonados”, por lo que el sujeto parece vivir permanentemente en un estado
análogo a la de la asociación libre, o al sueño.

● Bleuler plantea que se producen INTERCEPTACIONES, BLOQUEOS y otros signos


de una alteración de la función asociativa. Interceptaciones o bloqueos del
pensamiento, que es lo que le da al delirio (cuando lo hay) en la esquizofrenia, una
forma deshilvanada, poco consistente y que no hace sistema. La esquizofrenia
pasa a recubrir casi todo el campo de la psicosis.

● ¿Que sucede con la Paranoia en todo este proceso? Si bien Bleuler la mantiene
como categoria diagnostica, queda cada vez mas restringida, ya que este autor va a
incluir dentro del CAMPO DE LA ESQUIZOFRENIA a todo cuadro que presente
delirios y alucinaciones. Esto contribuye la disolución del concepto de
Paranoia, que finalmente para Bleuler termina siendo mas un tipo de caracter
que una entidad clínica propiamente dicha.

● Bleuler plantea para la Esquizofrenia una triada sintomatológica: AUTISMO (el


sujeto se vuelca hacia si mismo, lo cual lo vuelve indiferente a loque sucede a su
Daira Aguilera.

alrededor); AMBIVALENCIA AFECTIVA ( es efecto de la imposibilidad de mantener


una asociación de representaciones); TRASTORNO EN LA ASOCIACIÓN DE
IDEAS (interceptaciones y bloqueos).

● Para Bleuler igual que Krapelin, los delirios, las alucinaciones, los trastornos del
lenguaje y la escritura, son SÍNTOMAS ACCESORIOS, su presencia no es
suficiente para establecer el diagnostico y su ausencia no excluye la posibilidad del
mismo.

● Bleuler siguiendo a Kraepelin tambien distingue formas clínicas de la


Esquizofrenia: Catatónica, Hebefrénica, Paranoide. A estas le agrega la forma
simple que incluye la triada sintomática, y donde abundan los síntomas
negativos, las manifestaciones mas deficitarias de la enfermedad: abulia
acentuada, poca o nula conexión con el entorno, atención empobrecida,
ausencia de afectividad en los vínculos,etc.

De la P.A.C a las Parafrenias:

● Ballet fue uno de los psiquiatras de la escuela francesa en realizar criticas a


Kraepelin.
Ballet basa su critica a la demencia precoz, en tanto, según el, Kraepelin agrupa
demasiado, incluye demasiados cuadros muy diferentes bajo el mismo nombre de
Demencia Precoz. A partir de estas acotaciones, Ballet propone un nuevo cuadro al que
llama PSICOSIS ALUCINATORIA CRÓNICA (PAC).

● Su planteo es que en estos sujetos, la personalidad se desagrega, se quiebra, se


escinde, lo que hace que el sujeto no reconozca como propios ciertos pensamientos.
Esto tiene su correlato, según Ballet en lo que el lama “ECO DEL PENSAMIENTO”:
se trata de un fenómeno en el cual el sujeto siente que “algo piensa dentro suyo”,
pero no puede reconocer ese pensamiento como propio, toma la forma de “algo
habla en mi cabeza, algo me piensa, algo me dice”...

● La PAC es un cuadro en el que el sujeto esta invadido por alucinaciones


(generalmente verbales, externas o internas) por lo general acompañadas por
el eco del pensamiento, a las que puede o no seguir la formación de un delirio.
(Estos últimos aparecen como respuesta al fenómeno alucinatorio. Hay casos en
los que el delirio no aparece, o es débil y pasajero.

● Ballet afirma que las PAC, pueden evolucionar hacia el deterioro o no, es decir que
la evolución es variable y depende de cada caso.

● Este cuadro tuvo mucha difusion en la psiquiatria francesa, y fue lo que


movilizo a Kraepelin en su octava edición, incluir, entre la Paranoia y la
Demencia Precoz a modo de categoria intermediaria, un conjunto de
enfermedades bajo el nombre de “grupo de las parafrenias”.

● Grupo de las Parafrenias: Se caracterizan por presentar delirios generalmente


acompañados de alucinaciones, pero en los que no hay un trastorno marcado de la
Daira Aguilera.

voluntad y la afectividad ni tampoco se aprecia un deterioro rápido de las facultades


mentales. Por ello, no debería ser parte de la demencia precoz. Dentro de las
parafrenias hay varias formas clínicas que tienen en común la presencia de un
delirio, en general a modo paranoide…

● Formas clínicas: Kraepelin describe 4 formas clínicas de las parafrenias:


- La SISTEMATICA: es la mas frecuente, heredera de la paranoia fantastica.
- La EXPANSIVA: se caracteriza por un delirio de grandeza exhuberante con
humor exaltado.
- La CONFABULATORIA: Similar a la expansiva, pero se diferencia de aquella
por el “papel dominante que juegan en ella las ilusiones de recuerdo”.
- La FANTASTICA: es una forma de transición hacia la demencia precoz y de
alguna manera es la nueva denominación de la antigua demencia paranoide.
Caracterizada por el desarrollo lujurioso de ideas delirantes muy
extraordinarias deshilvanadas y moviles. Evolución con deterioro.

● Si bien Kraepelin tomo en cuenta las apreciaciones de Ballet, las parafrenias de


Kraepelin NO SE CORRESPONDEN con la PAC. En la PAC lo inicial y fundamental
son las alucinaciones, mientras que en las parafrenias, lo principal es el delirio.

El síndrome de automatismo mental:

De Clérambault se intereso siempre por los síntomas iniciales, aun en sus formas mínimas.
(Esto permitiría detectar fácilmente una PAC).

● De Clerambault era jefe de la Enfermería General de Paris (donde la policía


depositaba a personas sospechosas o en situaciones extrañas). En ese lugar tenían
que hacer un diagnostico relativamente rápido para distinguir si se trataba de un
psicótico (en cuyo caso seria internado) o un delincuente (debía ser enviado a la
carcel).

● Este autor era el encargado de dicha tarea y es por eso que se intereso en encontrar
una solución rápida para establecer aquella diferencia. Por eso se dedico a estudiar
síntomas minimos, detalles pequeños pero claros y decisivos. El resultado de esa
investigacion fue lo que el llamo SÍNDROME DE AUTOMATISMO MENTAL.
(SAM) definido como el síndrome basal y fundamental de la PAC. Dentro de los
signos y síntomas iniciales encontramos: eco del pensamiento, robo del
pensamiento, ideorrea, vacío del pensamiento,etc.

● Clerambault señala que el SAM es:


- Basal: porque esta en el fundamento del desarrollo de los síntomas de la PAC.
- Inicial: Se encuentra desde los 1° momentos de la enfermedad.
- Anideico: Los fenómenos no se pueden explicar por asociación de ideas, ya que
aparecen disruptivamente como proviniendo desde afuera de lo que el sujeto esta
pensando.
Daira Aguilera.

- Neutro: afectivamente, los fenómenos del SAM son vividos por los pacientes como
neutros, sin tonalidad afectiva o con muy poco malestar.
- No sensorial: Son fenómenos que al menos en sus inicios, no afectan a los órganos
de los sentidos.

EY, Henry, BERNARD, P. y BRISSET, CH. (1998). Tratado de Psiquiatria.


Barcelona: Masson. Capítulos: II – Las crisis de manía (pág. 212 a 217); III –
Estados depresivos y crisis de melancolía (pág. 224 a 233); IV - Las psicosis
periódicas maniacodepresivas; VII - Psicosis delirantes crónicas; VIII - Las
psicosis esquizofrénicas (pág. 530 a 532; 552 a 578).

II. Las crisis de manía

Se denomina manía a un estado de hiperexcitación de las funciones psíquicas


caracterizado por la exaltación del humor y el desencadenamiento de las pulsiones
instintivo afectivas.

CIRCUNSTANCIAS DE APARICIÓN

El acceso aparece, por lo general, en sujetos de entre 20 y 50 años que presentan un


biotipo pícnico (persona bajita, rellenita) (Kretschmer) y antecedentes similares en su
familia. (Puede ser por una cuestion biológica o psicológica, por identificación). Finalmente,
puede encontrarse una causa desencadenante, por ejemplo, una emoción, una ruptura de
pareja conflicto laboral, etc.

FORMAS DE COMIENZO

Su inicio puede estar caracterizado por una fase depresiva (cansancio, fatigabilidad,
tristeza, desinterés por el trabajo y sobre todo insomnio) o por un estado premonitorio de
exaltación emocional de algunas horas o varios días.

Comienzo PROGRESIVO: Ocurre a veces que el enfermo, que ha presentado ya


anteriormente varios accesos, pone a los que le rodean en estado de alerta acerca de su
próxima recaída por un síntoma-señal que puede ser un comportamiento o ideas
insólitas que inauguran cada nueva crisis.

Comienzo Súbito (repentino): Otras veces, el inicio es brutal y sin pródromos (avisos):
la crisis irrumpe de golpe. El enfermo se siente invadido por un sentimiento eufórico de
bienestar y facilidad, por una necesidad irresistible de actividad y movimiento. El insomnio
es total. Las palabras se hacen cada vez más abundantes y rápidas. El paciente forja
múltiples proyectos, se muestra alborotado, se irrita con facilidad, emplea términos
groseros, raros en él y que sorprenden a los que le rodean. Fuma y bebe más de lo habitual
o manifiesta una excesiva excitación sexual.

PERÍODO DE ESTADO
Daira Aguilera.

1. La presentación. El aspecto del paciente es extravagante y desaliñado, incluso a veces


se desnuda. Su cara está animada, alegre o furiosa, los ojos brillantes. Habla sin cesar. En
lo más fuerte de su agitación declama, canta, grita, vocifera y su voz enronquece. No
obstante, el contacto con este enfermo es bastante fácil. No cesa de estar en movimiento; la
agitación puede alcanzar una intensidad extrema y llegar al estado de "furor
maniaco", en el curso del cual el enfermo revuelve todos los objetos de su habitación,
intenta romperlo todo y se vuelve grosero.NO PASA DESAPERCIBIDO.

2. Excitación psíquica y fuga de ideas. El maniaco da la impresión de una aceleración de


todos los procesos psíquicos.TODO PARECE ESTAR ACELERADO EN EL. Aparece el
termino de taquipsiquia.

a) Aceleración de las representaciones mentales. Una representación, una


palabra, una imagen, una idea, un recuerdo, tan pronto son evocados desaparecen del
campo de la conciencia para ser remplazados por otros.

b) La asociación de ideas es rápida y superficial. Se establece por medio de


conexiones verbales frágiles y automáticas. Pensar en juego de palabras.

c) La impotencia de la atención se traduce por una permanente distracción,


debida a la dispersión de la atención espontánea, que, incapaz de escoger, reacciona
a todos los estímulos exteriores. La atención voluntaria es prácticamente
imposible, pues el maníaco no puede detenerse ni reflexionar.

d) Las percepciones no están trastornadas fundamentalmente, y, por lo general, el


maníaco percibe de manera normal el mundo exterior. Sin embargo, cuando aparece
una desestructuración de la conciencia, puede aparecer pseudoalucinaciones y
una percepción erronea del mundo exterior.

e) La orientación permanece correcta habitualmente, aunque sin importancia para el


sujeto.

f) La memoria. Los recuerdos son evocados en el curso de la crisis con gran lujo de
detalles: así, por ejemplo, textos aprendidos de memoria son recitados abundantemente
(hipermnesia). La fijación de los recuerdos en el curso de la crisis es muy deficitaria.

g) La imaginación está también exaltada y, debido a ello, puede dar lugar a


producciones imaginativas pseudo delirantes y armar historias.

h) El lenguaje hablado y escrito es un flujo continuo de palabras, de frases rápidas y


mal hilvanadas (logorrea, graforrea). Pensamiento del maniaco: rapidez, desprolijidad,
falta de ilación entre ideas, humor inestable. Las frases desordenadas de estos, suelen
ir adornadas con juegos de palabras, onomatopeyas, bromas e imitaciones burlescas.

La fuga de ideas es el síntoma principal de esta excitación psíquica. Puede decirse que por
sí solo resume todos los otros. Es un aspecto fundamental de la "volatilidad" (inestabilidad)
maníaca. La fuga de ideas y la taquipsiquia no se reducen a un simple exceso de
velocidad. Se trata de una exaltación del ser psíquico en su totalidad.
Daira Aguilera.

3. La exaltación del humor. El estado afectivo del maníaco viene caracterizado por la
expansividad y la hipertimia (trastorno del animo, exceso de actividad). Éstas se manifiestan
en especial a través de la euforia y del optimismo. El maníaco se siente admirablemente
bien, pletórico, infatigable, dichoso de vivir. Pero su tonalidad afectiva es inestable y así
pasa rápidamente de la alegría a las lágrimas y de las lamentaciones a la cólera.

4. La excitación psicomotriz y el juego. El maníaco siente una necesidad imperiosa de


actividad. Va y viene, gesticula, cambia los muebles de lugar, estalla en carcajadas,
aplaude, canta, baila. Los movimientos son inadaptados, desbordan su finalidad y se
suceden dentro de un gran desorden. El rasgo dominante de esta actividad estéril es el
juego: el maníaco representa escenas, improvisa escenarios, imita a personajes
conocidos. La característica de este juego es el tomar sus elementos del mundo exterior.

5. Síndrome somático. Por lo general, el estado orgánico se halla trastornado. El


acceso maníaco se acompaña de adelgazamiento y la recuperación del peso se produce
cuando se aproxima la curación. Los trastornos del sueño son muy importantes. Parece
como si la necesidad de dormir desapareciera casi totalmente sin ocasionar fatiga. El
hambre y la sed están aumentadas. Así puede observarse una ligera hipertermia (alta
temperatura corporal)al inicio del acceso o durante los períodos de agitación; resistencia
al frío y la fatiga; el pulso está acelerado. Las secreciones están aumentadas,
especialmente la saliva (esputos) y la sudoración. En el curso del acceso existe
frecuentemente una amenorrea.(en mujeres)

FORMAS CLÍNICAS

1. La hipomanía. Se trata de un estado de agitación. El estado hipomaníaco puede ser


caracterizado por un humor jovial, eufórico, una superabundancia de ideas y de actividad.
La exuberancia del pensamiento y del lenguaje se expresa por una gran facilidad en la
conversación y sobre todo por una abundancia excesiva de la palabra y de los escritos. En
el grado más ligero, el sujeto se presenta como espiritual, inteligente, brillante pero
rápidamente agresivo, irritable, autoritario, sarcástico. El hipomaniaco tiene un
comportamiento bastante característico: está constantemente en actividad, siempre
necesita hacer alguna cosa, no parece descansar nunca y no parece experimentar
cansancio. Como el control moral está más o menos alterado, puede entregarse a excesos
sexuales o a una agitación tan desordenada que a veces llega a ponerse en situaciones
delicadas.

2. Manía delirante y alucinatoria. En el acceso maniaco franco no existen ni delirio


propiamente dicho ni alucinaciones. Sin embargo, en ciertas formas se observan
"experiencias delirantes"; los temas vivenciados acostumbran a ser los de grandeza y
poderío, y más raramente los de persecución. La mayoría de las veces se trata de
fabulaciones inconscientes, de un "delirio verbal".

3. Manía sobreaguda o furor maníaco. Se caracteriza por una agitación con notable
oscurecimiento de la conciencia. En esta forma puede observarse rechazo de alimentos y
signos orgánicos graves de agotamiento: deshidratación, hipertermia, etc., los cuales, en su
forma externa, se confunden con el cuadro del "delirio agudo".
Daira Aguilera.

4. Estados mixtos maniacodepresivos. En ocasiones, junto a los síntomas maníacos se


imbrican síntomas de la serie melancólica, es comprensible si se tiene en cuenta que
manía y melancolía son los dos términos antagonistas de una misma estructura
conflictiva de la conciencia.

III. Estados depresivos y crisis de melancolía

EL ESTADO DEPRESIVO

En psiquiatría el término "depresión" implica al menos tres significados. Puede


referirse a un síntoma (Indicio o señal de una cosa que está ocurriendo), a un síndrome
(Conjunto de síntomas y signos que se presentan juntos) y también a una entidad
nosológica (Enfermedad). El elemento semiológico elemental es un aspecto
fenomenológico caracterizado por un trastorno, un descenso del humor (timia) que
termina siendo triste. Se encuentran, además, otros dos fenómenos:

® La inhibición es una especie de frenaje o enlentecimiento de los procesos


psíquicos. Subjetivamente, el enfermo experimenta una lasitud (decaimiento) moral,
una dificultad para pensar, una fatiga psíquica, etc. Paralelamente experimenta una
astenia física (cansancio) y un enlentecimiento de la actividad motriz. El enfermo tiene
una conciencia dolorosa y muy penosa de esta inhibición.

® El dolor moral, se expresa en su forma más elemental por una autodepreciación


que puede encaminarse bastante pronto hacia una autoacusación, una autopunición, un
sentimiento de culpabilidad.

Es necesario diferenciar la estructura psicótica de la estructura neurótica en el


deprimido, ya que condicionarían modelos sintomáticos, una posición nosográfica y
actitudes terapéuticas particulares para cada estructura.

Hay que resaltar la importancia considerable que tienen los trastornos somáticos:
cefaleas, algias diversas, sensaciones de ahogo, palpitaciones cardiacas, dolores
vertebrales o articulares, trastornos digestivos, constipación, etc. Es posible incluso
que estos trastornos adquieran una tal importancia que el estado depresivo quede
camuflado por las quejas somáticas. Entonces sólo cabe un examen clínico muy
minucioso que permita establecer que los trastornos de que se queja el sujeto no son
de etiología orgánica, sino que expresan un estado depresivo.

Nosografía de las crisis depresivas:

Podemos clasificar estos estados depresivos según las circunstancias de su aparición y


también teniendo en cuenta algunos otros elementos, especialmente su semiología.

La crisis de melancolía, y sus formas clínicas, constituyen el cuadro más típico de la


depresión.
Daira Aguilera.

● Estados depresivos reactivos o neuróticos: El desencadenamiento de accesos


depresivos puede sobrevenir bajo la influencia de factores exógenos
(emociones, "surmenage", conflictos, es decir, acontecimientos procedentes
del medio), pero en estos casos se ha observado que los accesos sobrevienen casi
siempre también favorecidos por una predisposición de la personalidad de base.
Por esta razón todos los estados depresivos que sobrevienen en estas
circunstancias se llaman estados depresivos reactivos o estados depresivos
neuróticos.

● Depresiones por agotamiento: Son depresiones igualmente desencadenadas por


factores psicógenos que operan esta vez no ya por un traumatismo único, sino pq la
persona va ACUMULANDO estado permanente de "stress", éstas son las
depresiones de agotamiento.

● Depresión involutiva: Era una depresión de la vejez. (Kraepelin) Depresión en


tanto uno empieza a depender en gran parte de otros para casi todo. Las funciones
cognitivas y motrices ya no son como antes. Aparece la depresión debido a que se
comienzan a duelar cosas y hay una involución cerebral.

● Depresión sintomática de una psicosis: Una descompensación puede también


sobrevenir sobre una estructura psicótica, dando lugar, en este caso, a un estado
psicótico, transitorio o irreversible y, en definitiva, a una depresión sintomática de
una psicosis. Es decir, no es ya la personalidad subyacente la que ha de ser tenida
en cuenta, sino un proceso psicótico sobre el que evoluciona el acceso depresivo o
cuyo cuadro clínico inicia. El estado depresivo aquí no es más que la manifestación
de una psicosis.

● Depresiones sintomáticas de una afección orgánica: lesiones cerebrales por


tumor, trastornos vasculares, atrofias neuronales, meningoencefalitis,
arteriosclerosis, ateroselerosis, hipoxemia, intoxicaciones, perturbaciones
metabólicas o endocrinas y también las depresiones secundarías a la puerperalidad,
a las curas de desintoxicación en los alcohólicos y los toxicómanos, a determinadas
terapéuticas medicamentosas (Reserpina, etc.).

LAS CRISIS DE MELANCOLÍA

Es un estado de depresión intensa vivenciado con un sentimiento de dolor moral y


caracterizado por el enlentecimiento y la inhibición de las funciones psíquicas y
psicomotoras.

HISTORIA
Daira Aguilera.

® Hipócrates comienza a utilizar el termino melancolia con diversas significaciones.

® Esquirol (inicio del s. XIX): dentro de las locuras parciales hablaba de una
monomanía propiamente dicha con un componente expansivo y la lipemanía o
monomanía triste.

® Baillarger (1854): locura de doble forma.

® Falret (1854): locura circular. (Mania, Melancolia).

® Psicosis periódica en Alemania. (Periodos de manía y periodos de melancolia).

® Krápelin (1899): psicosis maniacodepresiva.

CIRCUNSTANCIAS DE APARICIÓN

El acceso puede aparecer en todas las edades. Las mujeres son afectadas más
frecuentemente que los hombres. Los factores genéticos y el biotipo pícnico (Kretschmer)
tienen la misma importancia que en la manía. Con bastante frecuencia se encuentran
causas desencadenantes como un shock emocional o una situación de conflicto.

Modo de aparición: El estado melancólico se establece habitualmente con bastante


lentitud. Durante semanas (y a veces meses) el enfermo acusa una cierta astenia,
cefaleas, dificultades para el trabajo, falta de gusto e interés por todo y en un
insomnio que se agrava progresivamente. Se torna preocupado, su humor es
sombrío, su actividad profesional o doméstica se enlentece.

PERIODO DE ESTADO

1. La presentación. El melancólico permanece sentado, inmóvil, el cuerpo doblegado y la


cabeza flexionada hacia adelante, su cara está pálida y lleva la máscara de la tristeza, los
rasgos caídos, los ojos muy abiertos y con la mirada fija, la frente y el entrecejo fruncidos,
abatido, no habla, tan sólo gime o llora.

2. Inhibición y abulia. El melancólico se siente incapaz de querer, se abandona a la


inercia. La astenia del comienzo alcanza un tal grado que el enfermo no tiene fuerza
para moverse, apenas para vestirse. La inhibición psíquica es el síntoma más
constante. Hay parálisis psíquica; la ideación es lenta, las asociaciones dificultosas, la
evocación penosa, la atención está concentrada sobre los temas melancólicos sin que
pueda desprenderse de ellos; la percepción del exterior está prácticamente correcta,
pero oscurecida. El enfermo tiene la impresión de vivir en una atmósfera fría, lejana e
irreal. El lenguaje está también bloqueado por esta inhibición, las frases son raras y
monosilábicas. Con frecuencia el melancólico permanece en un semimutismo y a
veces, incluso, en un mutismo completo.

3. Sentimientos depresivos. Ocupan el primer plano del cuadro clínico. El paciente aqueja
siempre un estado de tristeza profunda que invade más o menos todo campo de su
conciencia. Por otra parte, tiene dificultades en expresar su dolor moral, el cual está
constituido por sentimientos intensos y vagos, de aburrimiento, de disgusto. El
paciente siente un malestar vago, difuso, un sentimiento de inseguridad, una profunda
Daira Aguilera.

modificación del humor. Aparece nuevamente la autodepreciación. Presenta ideas de


indignidad: se siente indigno de toda estima, deshonesto, condenado. La hipocondría, es
decir el temor y el deseo a la vez de la enfermedad, forman parte de estos procesos.

4. El deseo y la búsqueda de la muerte. Son constantes en la conciencia melancólica. El


rechazo de alimento, desde la simple falta de apetito. Sin embargo, el melancólico no tan
sólo busca abandonarse a la muerte, sino también inferírsela: el suicidio llega a hacerse
obsesivo; imaginado, deseado y buscado sin cesar. La posibilidad del suicidio sitúa a
todo melancólico en peligro de muerte. Si bien no todo melancólico intenta suicidarse, casi
todos piensan sólo en la muerte. El raptus suicida es una impulsión brutal y súbita que
precipita al melancólico por la ventana o en el agua, le hace apoderarse bruscamente de las
tijeras, etc., en los momentos más inesperados y cuando parece estar más tranquilo. El
suicidio colectivo se observa principalmente en la mujer, la cual mata a sus hijos para
llevarlos con ella en su muerte.

EVOLUCIÓN

La crisis de melancolía tiene una evolución espontánea de varios meses (generalmente


6 o 7 meses). La intervención terapéutica es, a veces, espectacular. El recobrar el sueño
y el apetito son signos capitales del retorno al equilibrio.

FORMAS CLÍNICAS

1. Depresión melancólica simple. En esta forma domina la inhibición, el sujeto acusa una
simple tendencia a la inacción, está asténico y fatigado. El paciente sufre una penosa
impotencia y una improductividad intelectual; se siente enfermo y tiene necesidad de
consuelo.

2. Melancolía estuporosa. En esta forma alcanza su máximo la inhibición psicomotora.


El enfermo está absolutamente inmóvil: no habla, no come, no hace ningún gesto ni
ningún movimiento. Su cara se mantiene fijada en una expresión de dolor y desespero.
(Prof. Marisa comento que en esta forma clínica hay profesionales que defienden usar
electroshock).

3. Melancolía ansiosa. Esta forma se caracteriza esencialmente por el predominio de la


agitación ansiosa, por la intensidad del miedo, el cual es vivenciado como un
verdadero pánico. El enfermo inquieto tiene necesidad de cambiar de lugar, se golpea
la cabeza y pecho, se retuerce las manos, se lamenta, solloza, gime y suplica. Sus
tormentos le impulsan a evadirse, a buscar la muerte (ideas de suicidio constantes y
activas).

4. Melancolía delirante. Las "ideas delirantes" melancólicas fueron estudiadas


magistralmente por Seglas, el cual señaló los siguientes caracteres:

a) Se acompañan de una tonalidad afectiva penosa.

b) Son monótonas, el enfermo repite siempre las mismas ideas delirantes.

c) Son pobres, es decir la idea delirante no se desarrolla a través de


construcciones intelectuales: son más ricas en emoción que en contenido ideico.
Daira Aguilera.

d) Son pasivas, el paciente acepta con inercia o desespero sus desgracias como si se
tratara de una abrumadora fatalidad.

e) Son divergentes o centrifugas, es decir se extienden progresivamente a los que le


rodean y al ambiente.

f) Se trata de delirios referidos al pasado (remordimientos, recriminaciones) o al


futuro (temor, ansiedad), los cuales retroceden o avanzan demasiado en relación a los
acontecimientos presentes.

5. Estados mixtos maniacodepresivos. En los estados mixtos se mezclan síntomas


propios de la melancolía con los de la excitación (turbulencia, perplejidad, agitación,
irritabilidad, etc.).

6. Formas monosintomáticas: en las que la crisis se reduce a uno solo o a varios (formas
oligosintomáticas) síntomas o equivalentes psicosomáticos.

IV. Las psicosis periódicas maniaco depresivas: La psicosis maniacodepresiva


depende innegablemente de factores genéticos. (Herencia-constitución)

Las "Psicosis periódicas" o "maniacodepresivas" se caracterizan por la tendencia


"ciclotímica" a producir accesos de manía o de melancolía. Fue Kraepelin, quien, en
1899, a través de la descripción del análisis minucioso de los estados de transición y de las
imbricaciones de las crisis maniacas y melancólicas, llegó a la noción de estados mixtos,
demostrando así la identidad profunda de estas dos formas de trastornos. Krápelin englobó
entonces todas las psicosis, descritas precedentemente con las denominaciones de
intermitentes, circulares, periódicas, de doble forma, alternas, en una enfermedad
fundamental y propuso colocarlas dentro del cuadro de la locura maniacodepresiva,
que consideraba como una psicosis esencialmente endógena (o constitucional).

LAS CIRCUNSTANCIAS DE APARICIÓN

1. La edad media del primer acceso se sitúa antes de los 40 años para la mayoría de
los autores.

2. El sexo femenino, según Kraepelin, es afectado más frecuentemente; sin embargo,


estadísticas más recientes han atenuado claramente esta opinión clásica.

3. El papel de la raza no ha podido ser establecido de manera neta.

4. Las condiciones sociales y económicas han sido estudiadas igualmente. Las


psicosis maniacodepresivas son más frecuentes en los niveles socioeconómicos
acomodados.

LAS CRISIS Y SU EVOLUCIÓN CLÍNICA

I. Principales modalidades evolutivas de las psicosis maniacodepresivas. Según el


modo de aparición y de sucesión de las crisis pueden describirse:
Daira Aguilera.

a) Accesos aislados de manía o de melancolía; eventualidad tanto más


frecuente, naturalmente, cuanto más jóvenes sean los enfermos considerados.

b) Accesos de manía remitentes en que los accesos de manía se suceden sin


intervalo lúcido.

c) Accesos de manía intermitentes. Los accesos están separados en este


caso por periodos más o menos largos en los que el enfermo recobra un estado normal.

d) Accesos de melancolía remitentes de evolución subcontinua.

e) Accesos de melancolía intermitentes.

f) Evoluciones en forma circular doble, en las que un acceso melancólico sucede


a un acceso maníaco o recíprocamente, sin retorno a la normalidad.

g) Evoluciones en forma intermitente doble, en que los accesos en doble


forma, como en los casos precedentes, están separados por un retorno a la normalidad
más o menos largo.

h) Evoluciones periódicas alternas, caracterizadas por la alternancia de crisis de


manía y de melancolía después de retornos más o menos largos a la normalidad.

De hecho, estos esquemas evolutivos son teóricos y, en la realidad, se observan


evoluciones mucho más atípicas, en las que los accesos de manía o de melancolía se
suceden de tarde en tarde, sin regularidad. Lo más frecuente es que se trate de psicosis
periódicas en las que los accesos más numerosos son de tipo depresivo. Finalmente debe
recordarse la posibilidad de estados mixtos (Kraepelin), los cuales ofrecen todas las
formas de transición entre el acceso de manía y de melancolía.

II. Duración media de las crisis: ciertas crisis pueden durar tan sólo algunos días en tanto
otras se prolongan durante varios años.

III. Duración de las remisiones. La duración de las remisiones es aún más variable que la
de las crisis. Por lo general se admite que tienden a acortarse a medida que van
repitiéndose los accesos. A veces, las crisis, están separadas por varias decenas de años.

IV. Pronóstico a largo plazo. El pronóstico de recidiva (recaída) es inherente al concepto


mismo de psicosis periódica. No obstante, puede esperarse una evolución desfavorable en
los casos de crisis repetidas durante la juventud.

ETIOLOGÍA Y PATOGENIA: La Psicosis periódica maníaco depresiva se presentaba a


los ojos de los clásicos como una psicosis endógena, en donde la herencia y la
constitución ocupan un lugar central.

I. Herencia: Efectivamente, es en la afección maniacodepresiva, donde resulta más


evidente el determinismo heredogenético.

II. Biotipo: A la noción de herencia está vinculada la de "constitución" (disposiciones


afectivas, temperamento) o mejor la de biotipo (morfológico, humoral y psíquico). Existe, en
Daira Aguilera.

efecto, una correlación significativa entre el biotipo pícnico kretschmeriano y la psicosis


maniacodepresiva: 64% de los maniacodepresivos son de biotipología pícnica.

III. Factores etiológicos orgánicos y psíquicos:

1. Papel de las lesiones cerebrales. En la génesis de los accesos


maniacodepresivos se han invocado numerosas afecciones del sistema nervioso
central. Principalmente son; los tumores, los traumatismos, la arteriosclerosis y los
trastornos circulatorios, las encefalitis, etc.

2. Factores hormonales. La interpretación de la relación clínica entre estas psicosis


y los trastornos endocrinos, a pesar de la abundancia de las investigaciones,
continúa siendo plausible y confusa a la vez.

I. - TIROIDES. Los accesos maniacodepresivos auténticos, contrariamente a los


estados confusionales o estuporosos, son raros en el curso de los síndromes de
tirotoxicosis.

II. HIPÓFISIS. Si bien es todavía difícil precisar el papel de la hipófisis en la


determinación de los accesos maniacodepresivos, no está excluido, sin embargo,
el que intervenga en la vasta sinergia de las funciones hipofisohipotalárnicas,
reguladoras de todo el sistema hormonal y humoral.

III. GLÁNDULAS SEXUALES. También en este caso la investigación de las


relaciones entre las hormonas sexuales y la psicosis periódica ha suscitado
considerables trabajos; a pesar de ello, el problema etiopatogéníco no ha sido
resuelto.

IV. CORTEZA SUPRARRENAL. En lo que respecta a la corteza suprarrenal


merece ser señalado un hecho bien establecido; la administración terapéutica de
cortisona y de A. C. T. H. ha provocado estados de excitación con euforia de tipo
más o menos maníaco y excepcionalmente estados depresivos. No obstante,
asignar a las glándulas suprarrenales un papel en la génesis de los accesos
maniacodepresivos parece cosa prematura.

3. Perturbaciones metabólicas. se pueden relacionar con estas


perturbaciones metabólicas las observaciones clínicas de accesos maniacodepresivos
durante las curas de adelgazamiento.

4. Factores tóxicos. Numerosas sustancias tóxicas pueden dar lugar a


cuadros clínicos de manía. El alcohol (en la embriaguez excitomotriz), el hachís, la
cocaína, el protóxido de nitrógeno. Deben citarse especialmente las manías
sintomáticas provocadas por medicamentos recientes, tales como las amfetaminas, la
atebrina, la hidracída del ácido nicotínico.

5. Perturbaciones del metabolismo de los mediadores en la psicosis


maniacodepresiva. Ahora bien, se sabe que la serotonina ejerce una acción
importante, aunque mal conocida, sobre el funcionamiento cerebral. Medicamentos
como la reserpina y el grupo de inhibidores de la monoaminooxidasa (I. M. A. O.)
Daira Aguilera.

poseen una acción sobre el metabolismo de la serotonina. Por el contrario, los


inhibidores de la monoaminooxidasa (I. M. A. O.) poseen una acción inversa a la de la
reserpina; disminuyen la velocidad de degradación de la serotonina de la que provocan
un enriquecimiento relativo de los tejidos.

6. Shocks emotivos y factores psíquicos. Es probable que la psicosis no sea


jamás totalmente endógena, sino que sea también más o menos reactiva, no tan sólo a
los factores orgánicos que acabamos de enumerar sino también a los factores afectivos.

7. Los factores culturales. Los factores culturales actuarán por el tipo de


cultura. Especialmente las culturas integradas en valores morales podrían más
fácilmente conducir a unos tipos de relaciones familiares propicias al desarrollo de una
personalidad pre maniacodepresiva. Los otros factores culturales y sociales son
principalmente el nivel económico, la estabilidad social, las inmigraciones, etc.

VII. Psicosis delirantes crónicas

Son psicosis caracterizadas por ideas delirantes permanentes que constituyen lo


esencial del cuadro clínico.

Ideas delirantes: no son solo creencias y concepciones a través de los cuales se expresan
los temas de la ficción delirante (persecución, grandeza, etc.), sino también fenómenos ideo
afectivos en que el delirio toma cuerpo: intuiciones, ilusiones, alucinaciones,
interpretaciones, exaltación imaginativa y pasional, etc.)

Los Delirios Crónicos son diferente de las experiencias delirantes, en tanto el delirio no
es solo pasivo y accidental como en una intoxicación, sino que esta prendido en las
relaciones permanentes que unen la persona a su mundo. Es decir que el Delirio está
incorporado a la personalidad del delirante, los Delirios crónicos son en este sentido
enfermedades de la personalidad, modalidades delirantes del Yo alienado.

CLASIFICACIÓN DE LA ESCUELA FRANCESA

Sin evolución deficitaria (no disminuyen progresivamente las capacidades de


adaptación):

1) Psicosis delirante sistematizadas (paranoia): Son delirios sistematizados porque estan


prendidos al carácter y a la construcción misma de la personalidad del delirante y tambien
porque se desarrollan con orden, coherencia y claridad (Kraepelin). Ej. delirio de a dos o
colectivo. Están caracterizados por su construcción «lógica» a partir de elementos
«falsos», errores o ilusiones que son como los «Postulados» de Clerambault de la fábula
delirante.

Los síntomas de este delirio se reducen a una patología de las creencias, ya que las ideas
delirantes envuelven en su convicción, todos los fenómenos que forman la edificación del
sistema de su mundo. Se habla de un carácter paranoico, ya que es un rasgo fundamental
de muchos de estos enfermos: Desconfianza, orgullo, agresividad, falsedad del juicio,
psicorrigidez.
Daira Aguilera.

Delirios pasionales y de reivindicación: (descritos por De Clérambault). Estos Delirios


están caracterizados: 1. ° por la exaltación (exuberancia, hipertimia); 2.° por la idea
prevalente, que subordina todos los fenómenos psíquicos y todas las conductas a un
postulado fundamental, el de una convicción inconmovible; 3.° por su desarrollo en sector,
en el sentido de que el Delirio constituye un sistema parcial que penetra como una cuña en
la realidad.

® Delirios de reivindicación: Se trata de sujetos con temperamento vivo y de carácter


muy difícil receloso y susceptible. Son rencorosos y vengativos; estan gobernados por
un Super-Yo inflexible, son íntegros y sin compromisos. Hay 3 tipos de esta
reivindicación delirante: los querellantes (Persiguen la defensa de su honor o de sus
derechos o de su propiedad, acumulan sentimiento de odio y de venganza sin desviarse
jamás de la convicción de que son traicionados, juzgados injustamente. Es una
reivindicación pleitista que persigue sus derechos y propiedad), los inventores
(Guardan el secreto de sus experimentos, de sus cálculos o de sus "descubrimientos", y
se quejan de ser desposeídos de sus derechos o de la patente del invento. Es una
reivindicación de merito (invento)) y los apasionados idealistas ( están animados de
una feroz y agresiva voluntad de lucha y de combate. Por ejemplo: Los panfletos,
atentados individuales contra hombres políticos, o contra instituciones sociales,
campañas en la prensa,etc. Es una reivindicación ideológica )

® Delirios pasionales: Generalmente implican el mismo núcleo afectivo (carácter


paranoico y complejo de avidez (deseo) y de frustración). El delirio pasional, ya se trate
de celotipia o de erotomanía, plantea un difícil problema de diagnostico. Los estados
pasionales delirantes tiene características clínicas:

❖ Los estados pasionales de producen sobre un fonde de desequilibrio


caracterológico.
❖ Se acompañan de un complejo de trastornos que demuestran el desquiciamiento de
la vida psíquica.
❖ Estos estados son patológicos y delirantes porque la pasión tiene una estructura
imaginaria. Por ende, los personajes y acontecimientos que lo componen son
irreales.
❖ Son bloques ideoafectivos INCONMOVIBLES, IMPERMEABLES a la experiencia
y REBELDES a toda evidencia.

§ Celotipia (delirio de infidelidad): Consiste en transformar la situación de la


relación amorosa de la pareja en una situación triangular. El tercero
introducido entre la pareja es un rival, y sobre su imagen se proyectan
resentimiento y odio, acumulados por las frustraciones que ha sufrido, o que
sufre, el delirante celoso. Este se siente trágicamente burlado y abandonado.
Cuando el Delirio celotípico se ha formado, se sistematiza en un haz de
"pruebas", de "seudocomprobaciones", de "falsos recuerdos", de
interpretaciones delirantes, de ilusiones de la percepción y de la memoria
(falsos reconocimientos).

§ Erotomanía (ilusión delirante de ser amado): Postulado fundamental


(núcleo ideo afectivo-pasión: es él quien ha empezado a declararse; es él
quien ama más o el único que ama) y sus temas derivados (el Objeto no
Daira Aguilera.

puede ser feliz sin el Pretendiente, el Objeto no puede poseer un valor


completo sin el Pretendiente, el Objeto es libre, su matrimonio está roto o
no es válido.). Tres fases: esperanza, despecho y rencor. El sistema
delirante se elabora sobre una base de intuiciones, de falsas
demostraciones, de ilusiones y de interpretaciones sin alucinaciones.

Delirio sensitivo de relación Kretschmer: Caracterizado por ser Hiposténico (disminución


de fuerzas) y menos agresivos. El carácter sensitivo descrito por Kretschmer se acerca más
al que Dupré había designado como hiperemotivo (tímidos, sensibles, ansiosos,
vulnerables, hipostenicos), aparecen complejos de frustración e inferioridad evidentes.
En ese terreno se desencadena la psicosis. Delirio de relación(Se trata de un conflicto del
sujeto con otro o con un grupo), Delirio de referencia (experiencia de ser el objeto de un
interés, de una indicación o de una malevolencia particular, enojosa o humillante).
«Paranoia sensitiva» en tanto hay reacciones más depresivas e hipostenicas que
agresivas.

Delirio de interpretación de Serieux y Capgras: Este delirio constituye una especie de


Locura razonante. «Idea fija» responde a una necesidad hasta una manía de explicarlo
todo, de descifrarlo todo conforme a un sistema de significación fundamental. El
mecanismo de edificación de este delirio es la interpretación: «inferir o deducir de una
percepción exacta un concepto erróneo». El delirio de interpretación es un delirio EN RED.

® Interpretaciones exógenas: Se refieren a los datos proporcionados por los


sentidos. Ej. Ciertos enfermos ocupan todo el tiempo en descifrar lo que "quieren decir"
las palabras de una canción, un artículo del periódico, un discurso o un prospecto.

® Interpretaciones endógenas: Sensaciones corporales, al ejercicio del pensamiento,


a los sueños, a las imágenes o a las ideas que se presentan en su mente a pesar de
ellos.

2) Psicosis alucinatoria crónica: Conocida tambien como Locura sensorial-paranoia


alucinatoria. Importancia de fenómenos sensoriales: alucinaciones, seudo-alucinaciones,
automatismo mental. Según Clérambault está basada en el síndrome de automatismo
mental.Sin predisposición caracterológica de tipo paranoica. NO ENTIENDO. VER
CLASE.

Comienzo: a menudo repentino. Estallan las voces, las transmisiones del pensamiento
aparecen en la mente, se siente adivinado, espiado, sus actos son comentados o percibe
extraños olores, gusto sospechoso en los alimentos, fluidos en el cuerpo, corrientes
eléctricas en la cabeza o en los genitales. Sus reacciones son de asombro a este
parasitismo alucinatorio. (Desconoce todo eso). Una anamnesis minuciosa permite poner en
evidencia una progresiva alteración del humor, de los sentimientos o de la conciencia, una
cierta meditación o prefacio delirante.

Todo esto esta constituido por un triple automatismo:

1) Ideo verbal: voces (alucinaciones y pseudoalucinaciones), enunciación, comentario


de los actos y del pensamiento, eco del pensamiento y de la lectura, robo y adivinación
del pensamiento.
Daira Aguilera.

2) Sensitivo-sensorial: gama de alucinaciones visuales, olfativas, gustativas y


cenestésicas. Todas son FALSAS sensaciones que a posteriori generan visiones,
imágenes, olores nauseabundos,etc.

3) Ideo motor: impresiones cinestésicas. Se trata de sensaciones de imposición de


movimientos, de articulación verbal forzada (alucinaciones psicomotrices).

3) Psicosis fantástica: Forma clínica de delirios crónicos caracterizada por la riqueza


fantástica de la producción delirante que contrasta con una buena adaptación a la
realidad. Estos delirios con base de fabulación (imaginación creadora) son diferentes de los
de base interpretativa y de base perceptiva alucinatoria. Aparecen en este punto actividades
fabulatorias que dan lugar a «ficciones» ricas y caóticas.

Los principales caracteres de estos delirios son:

1. Pensamiento paralógico: El pensamiento mágico y la imaginación está literalmente


desbocado. Toman de la pura fantasía sin importarles de lo lógico. La fábula delirante se
desarrolla fuera de toda categoría del entendimiento.

2. Megalomanía: temas de influencia (dominio maléfico, espiritismo, procedimientos


científicos o mágicos de acción a distancia, cohabitaciones corporales, etc.), de
persecución (conspiraciones misteriosas, combates y luchas políticas, conspiraciones
de fuerzas espirituales o sobrenaturales, etc.), ideas de envenenamiento, de
embarazo, de transformación de órganos, de embrujamiento.

3. La primacía de la fabulación sobre las alucinaciones. Es muy raro que este tipo
de delirio no comporte una actividad. Es a través de voces, de revelaciones, de
comunicaciones telepáticas, de visiones o de éxtasis, como el Delirante toma
conciencia de su mundo fantástico. Pero, por lo general, la alucinación cede el
paso a la fabulación.

4. Integridad paradójica de la unidad de la síntesis psíquica. contraste entre las


concepciones paralógicas y la mitología del Delirio, y la correcta (y a veces perfecta)
adaptación a la realidad. La capacidad intelectual, la memoria, la actividad laboral,
el comportamiento social, permanecen intactos de modo notable.

Con evolución deficitaria:

Esquizofrenia, formas paranoides de la esquizofrenia.

Unidad 2: Bases Freudianas para una psicopatología

Szpilka, Jaime. (1973) Bases para una psicopatología psicoanalítica. Buenos


Aires: Ediciones Kargieman. Cap. IV “Neurosis y Psicosis. Pag. 119 a 138.

Neurosis y Psicosis:
● Va a decir Spilka citando a Freud 1924 “Neurosis y psicosis” y “La pérdida de la
realidad en la neurosis y psicosis” que en la neurosis hay una lucha entre el
Daira Aguilera.

YO-ELLO; mientras que en la psicosis hay un lucha entre YO-REALIDAD


EXTERIOR.

● El autor inicia su teorización mencionando que desde sus comienzos, Freud estuvo
muy preocupado en hacer una distinción entre los mecanismos defensivos de la
neurosis y de la psicosis.

● En 1984 y 1986, en los primeros compendios freudianos, de psicopatología


psicoanalítica, como ser: “Neuropsicosis de defensa” y “nuevas observaciones
sobre las neuropsicosis de defensa”, Freud sienta las bases diferenciales entre
neurosis y psicosis, sobre todo en el mecanismo de base que se utiliza para la
defensa.

● Neuropsicosis de defensa 1984: En esos primeros textos, Freud expone los


mecanismos defensivos de la neurosis con sus respectivos cuadros, como por
ejemplo: de la histeria; la conversión, de la neurosis obsesiva; desplazamiento
del afecto. Para la psicosis describía un mecanismo que consistia en desechar
la idea incompatible, idea que a su vez, desechada ella, conduce al
apartamiento de un trozo de la realidad del yo del sujeto. Entonces, el sujeto
de la psicosis caia en un retiro parcial o total de su yo de la realidad y sufria
confusión alucinatoria.

● La diferencia entre Neurosis y Psicosis en relación a “la idea incompatible”: En


el caso de la neurosis, la idea incompatible (vinculada a un recuerdo traumático
placentero-displacentero) NO era rechazada sino solamente despojada de su
afecto. Dependiendo el caso, ese afecto se convertia en una inervación somática
(histeria) o se desplazaba a otra representación (neurosis obsesiva), o a un objeto
externo (fobia) pero la idea o el pensamiento original, el recuerdo traumático en
si mismo permanencia en el psiquismo, por mas oscurecida y debilitada que
estuviese. En cambio en la psicosis, no solo se despojaba la idea incompatible
de su afecto, sino que esa misma idea era RECHAZADA como si nunca
hubiese existido. ¿De qué idea hablamos? En la neurosis la idea era un recuerdo
ligado al placer-displacer, de naturaleza traumática. En la psicosis, la idea es una
percepción intolerable, y de allí que se une a un trozo de realidad exterior,
intolerable tambien, tanto la percepción intolerable como el trozo de realidad
tambien intolerable, quedan apartados del psiquismo.

● En la neurosis, el recuerdo debe debilitarse y quedar en las sombras de la


conciencia, y desde allí enviar su mensaje silencioso. En la psicosis NINGÚN
MENSAJE DEBE QUEDAR IMPRESO, ningún recuerdo debe producirse, y para que
no se produzca, ninguna percepción debe entrar en la conciencia. EN LA PSICOSIS
HAY UN REPUDIO DE LA REALIDAD EXTERIOR, REPUDIO DE SU
PERCEPCIÓN. (Pensar ejemplo de la novia)

● Posteriormente, en “nuevas observaciones sobre neuropsicosis de defensa”


1896, Freud hace mención de otro mecanismo para la psicosis, habla de la
PSICOSIS PARANOICA e introduce un nuevo mecanismo al que se refiere como
Daira Aguilera.

REPRESIÓN POR PROYECCIÓN. Se trata de una proyección de los aspectos


censurantes de la conciencia moral, que ahora persiguen y vigilan con voces y
miradas al sujeto desde afuera. Hasta entonces menciona 2 mecanismos
fundamentales de la psicosis: RECHAZO O REPUDIO DE LA REALIDAD Y DE
SU PERCEPCIÓN INTOLERABLE; Y LA REPRESIÓN POR PROYECCIÓN.

● La interpretación de los sueños 1900: Relación de la psicosis con el proceso


primario: Freud asevera que la psicosis esta ligada con el proceso primario del
aparato psíquico, es decir, con el mecanismo formador del sueño. El proceso
primario funciona con la IDENTIDAD DE PERCEPCIÓN, es decir, se tiende a
buscar y a encontrar percepciones idénticas a las de las primeras experiencias
satisfactorias, sin importar demasiado el encuentro con el objeto real de la
necesidad. Todo esto termina con la alucinación que recrea la identidad de
percepción. ESTA MANERA REGRESIVA DE FUNCIONAMIENTO DEL
APARATO PSÍQUICO SE VINCULA CON LA PSICOSIS.

● Proceso secundario: No se rige por la identidad de percepción, sino por la


identidad de pensamiento. La regresión solo llega a las imágenes mnémicas que
conducen al objeto exterior y NO culmina por lo tanto en una alucinación.

● 1911, Caso Schreber:FIJACIÓN: El paranoico esta fijado en una ETAPA


INTERMEDIA, (NARCISISMO) entre el autoerotismo y el amor objetal. Esta etapa
toma al propio pene del sujeto como su objeto de amor, conduciendolo por lo tanto a
un INCREMENTO DE SUS DESEOS HOMOSEXUALES, osea, a buscar objetos de
amor que posean un pene para ser amado como el se ama a si mismo. De esta
premisa surge la conocida afirmación de que “en toda paranoia predomina una
defensa contra impulsos de naturaleza homosexual”.

● ¿Que sucede con el discurso de un paranoico? Dentro de este discurso se


encuentran contradicciones, que tienen que ver con distintos intentos de
distorsionar y deformar una frase o un pensamiento que originalmente, por
ejemplo dice: “Yo lo quiero”, este pensamiento NO TOLERADO por la referencia
homosexual, es el que sufre diferentes transformaciones.

● Contradicciones: “Yo lo quiero…”


- La contradicción al SUJETO (YO) explicaría el delirio celotípico. No seria yo quien
quiere a otro hombre, sino ELLA, es decir, la mujer celada.

- La contradicción al VERBO (QUIERO) explicaría el mecanismo del delirio


persecutorio. Aca el amor se sustituye por el odio, odio que luego se proyecto
percibiendolo como proveniente de afuera (me odian). En esta forma de delirio, se
observan la TRIADA DE MECANISMOS BÁSICOS PARA ENTENDER LA
ESTRUCTURA DELIRANTE:
1) La NEGACIÓN o CONTRADICCIÓN del verbo (Yo no lo amo, yo lo odio).
2) La PROYECCIÓN externa del odio (El me odia).
3) La RACIONALIZACIÓN (Yo lo odio porque el me odia).
Daira Aguilera.

- La contradicción al OBJETO DEL DESEO (lo, o a él) es la base para entender la


erotomanía. En lugar de amarlo a el, la amo a ella, amor que luego es proyectado y
deviene la proposición erotomaniaca de ser amado por todas las mujeres.

- Una cuarta contradicción la observa Freud en la NEGACIÓN TOTAL DEL AMOR.


Aqui el sujeto no ama a nada ni a nadie, lo que significa que solo se ama a si
mismo. Con esta contradicción se da lugar a las actitudes megalomaniacas del
Yo.

● PÉRDIDA DE LA REALIDAD EN NEUROSIS Y PSICOSIS: Es importante tener en


cuenta que en ambos hay una perdida de la realidad e intento de sustitución. En la
neurosis el ataque a la realidad es secundario a la lucha que se da entre el yo y
el ello. En la psicosis la lucha con la realidad es primaria. El neurótico atacaría a
la realidad que sirve a su satisfaccion libidinosa. El psicótico se aparta de la realidad
por no soportar una ausencia, entonces prefiere trastocar esa realidad y cumplir en
ella sus deseos. En la psicosis la estructura del deso se altera, teniendo en
cuenta que es condición de existencia, su no cumplimiento. La sustitución de
la realidad en la neurosis se da por medio de la fantasia. En la psicosis, la
sustitución es desde el narcisismo al que se retrajo. El neurótico puede jugar
fantaseando con la realidad mientras que el psicótico ha perdido esta
capacidad de “como si”, y al tomarse el juego en serio, altera todo el mundo
en el que vive.

1927 Neurosis Psicosis Perversión

“Fetichismo”
Represión de la Repudio/forclusión Renegación de la
realidad: recae (término propuesto por realidad: recae sobre
sobre la carga de la Lacan). Alucinación de la representación de la
percepción de la la falta debido al percepción de la
ausencia fálica. rechazo total de la ausencia fálica.
castración que no Aceptación parcial de
puede ser simbolizada. la renegación y
búsqueda del fetiche
como salida.

LACAN: Agujero simbólico: fruto de la forclusión.

● Forclusión (repudio/repulsa): mecanismo especifico de las psicosis que consiste en


un rechazo básico o primordial del significante fálico. (Se forcluye el significante
del Nombre del Padre, se forcluye la metáfora paterna, la cual nos permite
estructurarnos de una forma neurótica) Este rechazo deviene como consecuencia
del rechazo del complejo de castración, y queda entonces como “arrojado” fuera de
las posibilidades de simbolización del sujeto. En tanto este significante no puede
ser simbolizado, no encaja ni forma parte de la estructura inconsciente del
Daira Aguilera.

sujeto, y al no estar inscripto en el inconsciente ni estar sometido a la censura


de la represión, no retorna jamás desde el interior del sujeto, sino que
reaparece imaginariamente como proviniendo desde lo real externo (lo
alucina). La forclusión, entonces, implica la imposibilidad de aceptar la castración y
de simbolizarla en si misma a través de poder aceptar la falta de pene en la mujer.
Una falta no aceptada, al no poder simbolizarse (castración, falo) no permite fundar
el inconsciente como tal, ni reprimir, ni levantar la represión, ya que la falta no
tolerada aparece como presencia (alucinatoria) aparente en el lugar de esa falta.
Así, a la realidad del psicótico “no le falta nada”, y por eso mismo esta
psicótico. Dicho significante fálico es básico en el deseo y, a su vez, da sentido y
organización a los otros significantes. En cuanto al cumplimiento del deseo en el
psicótico, decimos que, porque los cumple, los pierde.

FREUD, Sigmund. (1980). Introducción al Narcisismo. En Obras completas.


(Tomo XIV) Buenos Aires: Amorrortu editores

Introducción al narcisismo 1914:

Apartado I: 4 preguntas claves.

® ¿Qué diferencias se pueden encontrar entre el concepto de narcisismo de


Näcke y el de Freud?

Näcke usa el término narcisismo para designar aquella conducta por la cual un individuo da
a su cuerpo propio un trato parecido al que daría al cuerpo de un objeto sexual; lo mira con
complacencia sexual, lo acaricia, lo mima, hasta que gracias a estos manejos alcanza la
satisfacción plena. Es decir, el narcisismo cobra el significado de una perversión que
ha absorbido toda la vida sexual de la persona; su estudio se aborda entonces con
las mismas expectativas que el de cualquiera otra de las perversiones.
Gracias a las dificultades que ofrecía el trabajo psicoanalítico en los neuróticos, Freud
concluye en que el narcisismo en este sentido ya no sería una perversión, sino el
complemento libidinoso del egoísmo inherente a la pulsión de autoconservación y
que aparece en distintas dosis en todo ser vivo.

® ¿Qué plantea Freud con respecto al narcisismo? ¿Qué es necesario para que
se constituya? ¿Cómo relaciona el autoerotismo y el narcisismo?

Diferencia: desde el comienzo en el individuo no está presente una unidad como el yo; el yo
se desarrolla. Las pulsiones autoeróticas son iniciales, primordiales; una nueva acción
psíquica tiene que agregarse para que el narcisismo se constituya (en el autoerotismo las
pulsiones son parciales, cada una se autosatisface en su zona erógena; en cambio en el
Narcisismo se necesita una unidad hacia la cual la libido pueda dirigirse y en la cual pueda
satisfacerse. Por ello se constituirá el YO como primer objeto a investir libidinalmente). El
narcisismo que nace por replegamiento de las investiduras de objeto como un
narcisismo secundario que se edifica sobre la base de otro, primario, oscurecido por
múltiples influencias.
Daira Aguilera.

® ¿Cómo podría diferenciar narcisismo primario del secundario?

Narcisismo primario: se sitúa entre el autoerotismo y el amor de objeto. El narcisismo


primario es una libidinización primaria del yo por parte de un Otro. A partir de esta carga
libidinal el yo puede investir a los objetos. De esto se hace una distinción entre libido yoica y
libido objetal. Cuanto más se gasta una, más se empobrece la otra. Tomando como ejemplo
la esquizofrenia se muestran dos rasgos: el delirio de grandeza y el extrañamiento de su
interés con respecto al mundo exterior. La etapa del narcisismo primario termina cuando
una parte importante de la libido yoica, debido a la intensidad que adquiere, se transforma
en libido objetal, es decir, cuando el niño puede empezar a amar a las figuras de su entorno.

Narcisismo secundario: Designa la constitución del yo, hay un yo uniforme, ya no


fragmentado ni fusionado, además de que reconoce a los demás también como yoes
diferenciados. Los enfermos retiran la libido de las personas y cosas del mundo exterior,
pero no las sustituyen por fantasías. La libido sustraída del mundo exterior fue conducida al
yo, y así surgió una conducta narcisista. El narcisismo nace por replegamiento de las
investiduras de objeto.

® ¿Cómo piensa Freud en este momento de su obra a la libido yoica y la


libido de objeto?

Freud introduce una diferenciación en la libido de acuerdo a la localización: si está en el yo


es libido yoica o narcisista, si está en el objeto es libido objetal. La separación de la
libido en una que es propia del yo y una que se le atribuye a los objetos es la prolongación
que dividió las pulsiones yoicas, de las sexuales. La separación entre las pulsiones sirve
para fines teóricos y por la utilidad en el análisis de las neurosis de transferencia.
Esta diferenciación corresponde al distingo entre hambre y amor. La biología aboga a su
favor. Sólo con la investidura de objeto se vuelve posible diferenciar una energía sexual, la
libido, de una energía de las pulsiones yoicas.

Apartado II: 9 preguntas claves.

® ¿Cuáles son las vías de acceso que encuentra Freud para estudiar el
narcisismo?

La principal vía de acceso al narcisismo es el análisis de las parafrenias; la demencia


precoz y la paranoia nos permitirán entender la psicología del yo. También podemos
estudiar al narcisismo estudiando la consideración de la enfermedad orgánica, de la
hipocondría y de la vida amorosa de los sexos.

Enfermedad orgánica: mientras el enfermo sufre, retira de sus objetos de amor el interés
libidinal, cesa de amar. Retira sobre su yo sus investiduras libidinales para volver a
enviarlas después de curarse. Libido e interés yoico tienen aquí el mismo destino y se
vuelven otra vez indiferenciables.

Hipocondría: el hipocondríaco retira interés y libido de los objetos del mundo exterior y los
concentra sobre el órgano que le preocupa. Las sensaciones penosas no tienen su
fundamento en alteraciones comprobables. La hipocondría tiene que ver con la libido yoica,
mientras que las demas neurosis de angustia tiene que ver con la libido de objeto. Y dira
Daira Aguilera.

tambien que la hipocondría esta mas relacionada con la psicosis, y las neurosis de angustia
con las neurosis.

La vida amorosa de los sexos: los seres humanos tienen abiertos frente a sí dos caminos
para la elección de objeto: elección de objeto del apuntalamiento y elección de objeto
narcisista; tiene dos objetos sexuales originarios: él mismo y la mujer que lo crió; y, además,
se presupone en cada ser humano el narcisismo primario.

® ¿Qué plantea respecto de las zonas erógenas?

La erogenidad es la actividad por la cual un lugar del cuerpo envía a la vida anímica
estímulos de excitación sexual, es una propiedad general de todos los órganos y puede
aumentar o disminuir en una determinada parte del cuerpo.

® ¿Cómo lo vincula a la hipocondría?

A cada una de las alteraciones de la erogenidad en los órganos podría serle paralela una
alteración de la investidura libidinal dentro del yo. Se puede hablar entonces de buscar
aquello que está en la base de la hipocondría y puede ejercer, sobre la distribución de la
libido, un efecto idéntico que la contracción de una enfermedad material de los órganos.

® ¿Cómo podemos diferenciar el proceso de introversión de la libido del de


retracción?

INTROVERSIÓN: consiste en el paso de la catexis de un objeto real a la catexis de un


objeto imaginario intrapsíquico; Precisamente introversión es típico de las psicosis
esquizofrénicas.

RETRACCIÓN: Designa una vuelta de la libido sobre el yo, retirada de sus catexias
objetales. Es el fenómeno definitorio del narcisismo secundario.

® ¿Cómo diferencia Freud lo que sucede en el caso de las neurosis de


transferencia respecto de las parafrenias?

NEUROSIS DE PARAFRENIA
TRANSFERENCIA

Destino de la Introversión de la libido, sobre La libido liberada por


libido las formaciones de la frustración se retrae sobre el
fantasía. yo (megalomanía)
Daira Aguilera.

Fracaso de esta Ante la frustración nace la Ante la frustración nace la


función psíquica angustia hipocondría

Elaboración ® Conversión (histeria de Intento de restitución:


psíquica conv.)
® Parafrenia
® Formación reactiva (N.
obsesiva) ® Paranoia

® Formación protectora
(fobia)

● Freud utiliza el concepto de parafrenia para referirse al grupo constituido por


la paranoia y la demencia precoz.

● Considera que los enfermos de parafrenia presentan dos características principales:


el delirio de grandeza y la falta de interés por el mundo exterior.

● Compara el mecanismo de la parafrenia con el mecanismo de las neurosis y


considera que en estas últimas también se produce una retirada del interés hacia las
personas y objetos del mundo exterior, que posteriormente se redirige hacia
representaciones imaginarias, dando lugar a la producción de las fantasías.
Pero en la parafrenia, la libido retrotraída del exterior, libido objetal, se emplea para
investir el propio yo, lo que se entiende por narcisismo, dando lugar al delirio de
grandeza.

● La enfermedad en la parafrenia, por tanto, consiste en el intento de restitución de la


libido retirada de los objetos del mundo exterior. Al igual que ocurre en la neurosis
con la angustia resultante del fallo de la represión, que se intenta cancelar mediante
los mecanismos inconscientes que dan lugar a los distintos tipos de neurosis (la
histeria por medio de la conversión, la neurosis obsesiva por medio de las
formaciones reactivas, o la fobia por medio de la adhesión de la angustia a un objeto
fobígeno), en la parafrenia la pérdida de la libido objetal se resuelve mediante tres
alternativas:

1. La permanencia en un estado de aparente normalidad o neurosis, cuando a


pesar de que una parte de la libido se retiró de los objetos del mundo exterior quedó otra
parte importante ligada a ellos.
Daira Aguilera.

2. La megalomanía, cuando el yo se convierte en el objeto principal de amor e


interés (dando lugar a los trastornos narcisistas).

3. La restitución de la libido a los objetos, ya sea en forma de delirio


(esquizofrenia) o de proyección (paranoia).

® ¿Por qué Freud afirma que una tercera vía de acceso al narcisismo es la
vida erótica humana?

Así como al comienzo la libido yoica quedó oculta tras la libido de objeto, reparamos
primero en que el niño (y el adolescente) elige sus objetos sexuales tomándolos de sus
vivencias de satisfacción. Las primeras satisfacciones sexuales autoeróticas son
vivenciadas en relación con funciones vitales de autoconservación.

® ¿Por qué afirma que las pulsiones parciales se apuntalan a las pulsiones
yoicas?

Las pulsiones sexuales se apuntalan al principio en la satisfacción de las pulsiones yoicas, y


sólo más tarde se independizan de ellas; ese apuntalamiento se evidencia en el hecho de
que las personas encargadas de la nutrición, el cuidado y la protección del niño devienen
los primeros objetos sexuales: son la madre o su sustituto.

® ¿Cuál es la diferencia entre la elección de objeto anaclítica/apuntalamiento


y la narcisista?

La elección de objeto anaclítica (apuntalamiento) se basa en el apoyo sobre los primeros


objetos sexuales, que pueden ser la madre o un sustituto. El objeto de amor se elige
sobre el modelo de las figuras parentales, ya que éstas aseguran al niño alimento,
cuidados y protección. Tiene su fundamento en el hecho de que, en un principio, las
pulsiones sexuales se apoyan en las pulsiones de autoconservación. El mejor ejemplo es
cuando la madre le da la teta al bebe, y el niño se satisface tanto sexualmente
(gracias al chupeteo como modelo de la sexualidad infantil, tomando como objeto de
amor a la teta de la madre) como nutricionalmente (gracias a la leche materna). Por
esto, dice Freud, que se ama a:

® La madre nutricia (que es la madre que nutre);

® El padre protector.

En la elección de objeto narcisista, el objeto de amor es el yo propio. Dice Freud que esta
elección es típica de aquellas personas cuyo desarrollo libidinal experimentó una
perturbación (caso de perversos y homosexuales). La elección de objeto se hace según
la relación que tenga la persona consigo misma. Es la idea de que un sujeto pueda
elegir un objeto de amor y de deseo según el modelo de su propia persona. La
persona elige su objeto según el modelo del niño o del adolescente que ha sido, y además
se identifica con la madre que lo cuidaba. Entonces, Freud va a distinguir distintos tipos de
amor narcisista. Según él, se ama a:

® Lo que uno mismo es (o sea, a sí mismo)


Daira Aguilera.

® Lo que uno fue

® Lo que uno querría ser

® La persona que fue parte de uno mismo.

Todo ser humano tiene abierto ambos caminos para la elección de objeto, pudiendo
preferir uno o el otro. Al principio, la persona tiene dos objetos sexuales (él mismo y
la mujer que lo crió).

Elección de objeto en el hombre : es típico del hombre elegir el tipo de objeto por
apuntalamiento o apoyo. Hace la transferencia del narcisismo originario (es decir, el
narcisismo del principio, de los comienzos) sobre el objeto sexual (o sea, la madre). Esto da
origen al enamoramiento, es decir, se produce un empobrecimiento libidinal del yo (el yo
“queda con poca libido”) en beneficio del objeto.

Elección de objeto en la mujer: La mujer posee un tipo de elección de objeto


narcisista, a diferencia del hombre que elige su objeto por apoyo. Con el desarrollo de la
pubertad en la mujer, “crece” su narcisismo originario. Su necesidad no se satisface
amando, sino siendo amada. Este tipo de mujeres deben ser las más deseadas por el
hombre, ya que el narcisismo de una persona produce gran atracción sobre aquellas otras
personas que no se enfocaron tanto en su narcisismo propio y andan en busca de un amor
de objeto (como es el caso del hombre).

® ¿Por qué Freud habla de una reviviscencia del narcisismo de los padres
con sus hijos?

Si consideramos la actitud de padres tiernos hacia sus hijos, se la puede pensar


como el renacimiento del narcisismo propio. Así prevalece una compulsión a atribuir al
niño toda clase de perfecciones y a encubrir y olvidar todos sus defectos (lo cual mantiene
estrecha relación con la desmentida de la sexualidad infantil). Deben cumplir los sueños
irrealizados de sus padres; el varón será un gran hombre y un héroe en lugar del padre, y la
niña se casará con un príncipe como tardía recompensa para la madre. El narcisismo
alguna vez fue primario en los padres y con el paso del tiempo va dejando de ser
narcisismo, dejando de ser libido yoica para empezar a ser libido de objeto, que puede
cargar o investir a los objetos del mundo. Así, el niño bebé se convierte para los padres en
el objeto fundamental del mundo, en Su Majestad.

Apartado III:

Según Freud, es imposible colocar la génesis de la neurosis sobre la base del complejo de
castración. La observación del adulto normal muestra amortiguado el delirio de grandeza
que una vez tuvo, y borrados los caracteres psíquicos desde los cuales distinguimos su
narcisismo infantil. ¿Qué se hizo con su libido yoica? Las mociones pulsionales libidinosas
sucumben al destino de la represión cuando entran en conflicto con las representaciones
culturales y éticas del individuo. Las mismas impresiones y vivencias, los mismos
impulsos y mociones de deseo que un hombre tolera, son desaprobados por otro con
indignación total. La formación de ideal sería, de parte del yo, la condición de la
represión.
Daira Aguilera.

El yo ideal remite al amor de sí mismo de que en la infancia gozó el yo real (su majestad el
bebé: convocar y poner a todos los demás a disposición de sus necesidades). El narcisismo
aparece desplazado a este nuevo yo ideal que, como el infantil, se encuentra en posesión
de todas las perfecciones valiosas. Aquí el hombre se muestra incapaz de renunciar a la
satisfacción de que gozó una vez.

La sublimación es un proceso que incumbe a la libido de objeto y consiste en que la


pulsión se lanza a otra meta, distante de la satisfacción sexual; el acento recae entonces en
la desviación respecto de lo sexual. La sublimación constituye aquella vía de escape que
permite cumplir esa exigencia sin dar lugar a la represión.

La idealización es un proceso que envuelve al objeto; este es engrandecido y realzado


psíquicamente. La idealización es posible tanto en el campo de la libido yoica cuanto en el
de la libido de objeto. Por ejemplo, la sobrestimación sexual del objeto es una
idealización de este.

El sentimiento de sí (autoestimación) es un «grandor del yo», como tal. Todo lo que uno
posee o ha alcanzado, cada resto del primitivo sentimiento de omnipotencia contribuye a
incrementar el sentimiento de sí. El sentimiento de sí depende de manera estrecha de la
libido narcisista. En las parafrenias el sentimiento de si aumenta, mientras que en las
neurosis de trasferencia se rebaja; y en la vida amorosa, el no-ser-amado deprime el
sentimiento de sí, mientras que el ser-amado lo realza. El ser-amado constituye la meta y
la satisfacción en la elección narcisista de objeto.

Relación del sentimiento de sí con el erotismo (con las investiduras libidinosas de


objeto)

® Aplicación de la libido de manera acorde con el yo: el amar es apreciado como


cualquier otra función del yo. El amar en sí, como ansia y privación, rebaja la
autoestima, mientras que ser-amado, hallar un objeto de amor, poseer al objeto
amado, vuelven a elevarla.

® Aplicación de la libido reprimida: la investidura de amor es sentida como grave


reducción del yo, la satisfacción de amor es imposible, y el re-enriquecimiento
del yo sólo se vuelve posible por el retiro de la libido de los objetos. El retroceso
de la libido de objeto al yo, su mudanza en narcisismo, vuelve, por así decir, a
figurar un amor dichoso, y por otra parte un amor dichoso real responde al
estado primordial en que libido de objeto y libido yoica no eran diferenciables.

El desarrollo del yo consiste en un distanciamiento respecto del narcisismo primario y


engendra una aspiración a recobrarlo. Este distanciamiento acontece por medio del
desplazamiento de la libido a un ideal del yo impuesto desde fuera; la satisfacción se
obtiene mediante el cumplimiento de este ideal.

El enamoramiento consiste en un desborde de la libido yoica sobre el objeto. Tiene la


virtud de cancelar represiones y de restablecer perversiones. Eleva el objeto sexual a ideal
sexual. Este ideal del yo tiene un componente social; es también el ideal común de una
familia, de un estamento, de una nación.
Daira Aguilera.

MILLER, Jacques A (2005) El saber delirante. Capítulos: “Fenómenos elementales y


delirio en la tesis doctoral de Jacques Lacan” de Roberto Cueva y “Automatismo,
fenómeno elemental y delirio” de Claudio Godoy.

● Lacan hizo sus tesis de “la paranoia en sus relaciones con la personalidad” donde
toca y habla del caso AIMÉ.

● Caso Aimee (Emé) (Margarite Panataine). Paranoia de auto punición la llamaba


LACAN: Un poco de su biografia:
- 1917 – se casa con Rene Anzieu
- 1921 – Estando embarazada tiene síntomas persecutorios. Nace una
nena muerta y culpa a su mejor amiga
- 1922 – segundo embarazo
- 1923 - Nace Didier (hijo) y empieza a tener otros síntomas
- 1924 – internación (Pareciera ser que todo lo que implique sostener
ESA función materna la desestabiliza a Aimé.)
- 1930 – escribe novelas. Conoce al príncipe de Gáles
- 10 de abril con un cuchillo agrede a la actriz Huguette Dulfes. Va a la cárcel y
después al hospital
- 1931 – hospital de Santaine (Lacan la conoce)
- 1932 – Tesis doctoral de Lacan

● Hay una critica de Lacan a la doctrina clásica con respecto a los FENÓMENOS
ELEMENTALES.

● Fenómenos elementales: (DOCTRINA CLÁSICA) síntomas en los que se


expresarían primitivamente o primariamente los factores determinantes de la
psicosis. A partir de ellos el delirio se construirá según reacciones afectivas
secundarias y deducciones racionales del pensamiento. La interpretación
delirante se cumple según mecanismos normales del pensamiento y el delirio se
presenta como un desarrollo lógico que parte de premisas falsas.
RELACIONAR CON EL POSTULADO(de Clerambault): El postulado es un
núcleo ideo - afectivo inicial generado por la pasión, no a partir de la razón
como decían Sérieux y Capgras en las locuras razonantes.

● Fenómenos elementales: (LACAN) La interpretación es una perturbación


primaria de la percepción, que no difiere de los fenómenos pseudo-
alucinatorios. (No habla de lo ideico sino de la percepción) Lacan acentúa el
carácter de convicción e inmediatez de la interpretación delirante (no como la
doctrina clásica cuando habla de la razón y el pensamiento, refiriendose mas a
lo MEDIATO). (Los antiguos autores hablaban de fenómenos de significación
Daira Aguilera.

personal). Lacan resalta en la tesis, las características disruptivas,(produce una


interrupción súbita de algo) fragmentarias, (propio del delirio) inmediatas e
intuitivas de la interpretación delirante. Niega el desarrollo lógico del delirio,(ya
no mas por la razón, pensamiento y la lógica) dice que más bien, es el resultado de
mecanismos elementales que lo generan y regulan su acrecentamiento.
● Construcción delirante
- 1er momento: aparición de un fenómeno elemental que va desde la alusión (alude
a algo pero no esta especificado de manera explicita) hasta la interpretación
delirante propiamente dicha. Sesgo enigmático: significa que no sabe bien qué.

- 2do momento: un trabajo del sujeto sobre el enigma que se traducen en diferentes
preguntas de carácter acuciante. (urgente)

- 3er momento: surgimiento abrupto de una interpretación delirante como respuesta


que fija un sentido respecto del enigma inicial.En el caso de aime se vincula con una
cuestion paranoica de querer la muerte de sus hijos.

® Delirio de Aimee

1er lugar: la localización del perjuicio que padece el sujeto (hablan mal de ella y la
critican en el trabajo, en la calle, en los periódicos). Son fenómenos elementales: “¿Por
qué me hacen todo esto? Quieren la muerte de mi hijo”. La respuesta queda fijada a lo
largo del delirio.

2do lugar: la localización del agente del perjuicio, o sea, los perseguidores. EJEMPLOS
DEL CASO: AGENTES

· Da a luz a una niña muerta y atribuye la desgracia a sus enemigos


(caracterizados de manera difusa, sin localización precisa). Poco después del parto,
recibe la llamada de una amiga, cosa que le resulta extraña. Y bruscamente, Aimee
concentra toda la responsabilidad del infortunio en esta mujer. Tiempo después,
cuando ya había nacido su hijo, lacan indica que persiste en ella un estado de
profunda inquietud acerca de sus perseguidores. Para buscar una respuesta,
decide trasladarse a parís.

· Introducción en el delirio de la Sra. Z: escucho a sus compañeros hablar de ella y


dedujo que era ella quien estaba en contra suyo.

. Mujer a la que ataca con un cuchillo (actriz).

● Del historial de Aimee surge claramente que el delirio no progresa mediante


deducciones racionales; sino por una suerte de precipitación de elementos
Daira Aguilera.

significativos que recae en incidentes cuyo alcance se encuentra abruptamente


transfigurado.

● Contrariamente a la doctrina clásica, Lacan instaura la interpretación delirante


con las mismas características del fenómeno elemental.

● Estructura conceptual particular de la psicosis paranoica: formas de


pensamiento paranoico.

1. Claridad significativa del contenido del delirio, da la impresión de un


“presunto orden lógico”

2. Imprecisión lógica y espacio temporal en el desarrollo del delirio

3. Valor de realidad de los temas delirantes

4. Identificación iterativa: definida como un modo de organización pre lógico, que


se refleja en las perturbaciones de la percepción por la repetición, multiplicidad y
extensión de los temas delirantes. Queda establecida una identidad estructural entre
los fenómenos elementales del delirio y su organización general.

LO MAS IMPORTANTE: Para Lacan los fenómenos elementales y la interpretación


delirante tienen la misma estructura (distinto a lo que plantea la doctrina clásica).

AUTOMATISMO, FENÓMENO ELEMENTAL Y DELIRIO

Automatismo y delirio

Lacan toma de Clerambault el termino de fenómeno elemental y lo va a diferenciar con:

® Cualquier formación ideica situada en el terreno de lo comprensible. Para Lacan no


se trata de lo comprensible, ya que esto hace mal.

® El fenómeno elemental es un punto parasitario alrededor de lo cual el sujeto


haría una construcción que permita enquistarlo y explicarlo.

Concepción de delirio para la psiquiatria: El delirio es una superestructura. Sería la


respuesta de la personalidad sana a fenómenos intrusivos. La ideación es un producto
psicológico, mientras que el núcleo del automatismo mental corresponde, según la
concepción etiológica de De Clerambault, a un orden histológico.

Clerambault: Va cambiando su teoría, agregando cosas, y en este punto (1925) lo que


plantea se asemeja a lo planteado por Lacan.
Daira Aguilera.

1925 - “Una buena parte de la ideación no es construida por la reflexión del sujeto,
sino que se elabora mecánicamente en el subconsciente (ideación neoplásica)”.

¿La crítica de lacan es válida aquí? Dado que parece que le da al automatismo mental y
al delirio una estructura común. Es decir que lo que era puesto en disyunción pasa a
ubicarse en conjunción.

· Disyunción: infraestructura – superestructura

· Conjunción: en una misma estructura.

1934 – plantea dos niveles de pensamiento: el que denomina extrapersonal (el automático,
intrusivo) y califica de inferior con respecto al de la ideación personal, que refleja las
cualidades intelectuales normales del sujeto. “Toda psicosis alucinatoria es una suerte
de delirio de dos”. El delirio automático es más constructivo que explicativo, más absurdo,
nos muestra como la personalidad parasitaria invade la personalidad primitiva hasta
terminar sustituyéndola.

Las nervaduras de la hoja/Anélido. (una suerte de lombriz)

Lacan destaca la relación estructural entre los fenómenos elementales y la


construcción-organización del delirio.

El modo en que se imbrican e insertan las nervaduras de una hoja reproduce una
estructura análoga a la de las formas que componen la totalidad de la planta. Del
mismo modo, la composición del delirio y el fenómeno elemental mostrarían
estructuras análogas, la misma fuerza estructurante.

Los anélidos no transmiten la idea de estructura. No hay una relación parte-todo, ni


sumatoria de elementos análogos, sino que la misma estructura está presente, de diversos
modos, en cualquiera de los componentes de la planta, hasta el fragmento más pequeño es
índice de su estructura. El elemento no es la parte del todo, sino que resume la
estructura misma.

LACAN, Jacques. (1984). El Seminario de Jacques Lacan, libro 3: Las Psicosis.


Buenos Aires: Paidós.

Cap. I: “Introducción a la cuestión de las psicosis”

PUNTO 1:

Lacan en este seminario comienza hablando de la CUESTION, porque como dice el, no
puede hablarse del tratamiento de la psicosis de entrada, menos del tratamiento de la
psicosis desde Freud, teniendo en cuenta que él nunca hablo de ella, salvo de manera
alusiva.

Por otro lado, deja en claro los puntos que desarrollara: Los problemas que la
psicosis plantea hoy, los problemas clínicos y nosográficos y fundamentalmente,
problemas de tratamientos.
Daira Aguilera.

Lacan resalta que, en el pasado, en el presente, y en lo que se esta haciendo, en lo tocante


al tratamiento de las psicosis, se aborda mucho mas fácilmente las esquizofrenias que las
paranoias, se evidencia por ellas un interés mucho mas vivaz.

Sin embargo, habria que preguntarse ¿Por que en cambio en la doctrina freudiana la
paranoia es la que tiene una situacion mas privilegiada? Freud no ignoraba la
esquizofrenia, incluso, la elaboración del concepto le era contemporaneo y relaciono la
teoría analítica con los aportes de Bleuler, pero sin embargo, permaneció bastante alejado.
Se intereso de entrada y esencialmente en la paranoia.

Al final de la observación del caso Schreber, que es el texto principal de su doctrina en lo


concerniente a las psicosis, Freud traza una linea de división de aguas, entre, por un
lado la paranoia, y por el otro, todo lo que le gustaría que se llamase parafrenia, que
corresponde al campo de las esquizofrenias. Para Freud, el campo de las psicosis se
divide en 2.

¿Que recubre el termino psicosis en el ámbito psiquiátrico? Psicosis no es demencia. Las


psicosis son, las locuras. (Comienzos siglo XIX) La paranoia en la psiquiatria alemana,
recubria casi íntegramente todo el campo de las locuras: el 60% de los enfermos que
estaban en asilos llevaban la etiqueta de paranoia, todo lo que llamamos psicosis o locura
era paranoia.

Hace más o menos unos cincuenta años, en Francia, la palabra paranoia fue
identificada con algo totalmente diferente. Un paranoico era un malvado, un
intolerante, un tipo con mal humor, orgullo, desconfianza, susceptibilidad,
sobrestimación de sí mismo. Esta característica era el fundamento de la paranoia;
cuando el paranoico era demasiado paranoico, llegaba a delirar.

Luego de la difusión de la obra de Génil-Perrin sobre la Constitución paranoica, que


había hecho prevalecer la noción caracterológica de la anomalía de la personalidad,
constituida esencialmente por lo que puede muy bien calificarse de estructura
perversa del carácter. Como todo perverso, podía ocurrir que el paranoico pasara los
límites, y cayese en esa horrenda locura, exageración desmesurada de los rasgos de su
enojoso carácter. El progreso principal de la psiquiatría desde la introducción del
psicoanálisis, consistió en restituir el sentido en la cadena de los fenómenos.

La noción de comprensión tiene una significación muy neta. Es un resorte del que Jaspers
hizo, bajo el nombre de relación de comprensión, el pivote de toda su psicopatología
llamada general. Consiste en pensar que hay cosas que son obvias, que, por ejemplo,
cuando alguien está triste se debe a que no tiene lo que su corazón anhela. Nada más
falso: hay personas que tienen todo lo que anhela su corazón y que están tristes de todos
modos. La tristeza es una pasión de naturaleza muy diferente. La comprensión, en cuanto
nos acercamos a ella, es inasible. (incapturable)

El gran secreto del psicoanálisis es que NO HAY PSICOGÉNESIS. Si la psicogénesis


es esto, es precisamente aquello de lo que el psicoanálisis está más alejado, por todo
su movimiento, por toda su inspiración, por todos sus resortes, por todo lo que
introdujo, por todo aquello hacia lo que nos conduce, por todo aquello en que debe
mantenernos.
Daira Aguilera.

La enseñanza freudiana hace intervenir recursos que están más allá de la experiencia
inmediata, y que en modo alguno pueden ser captados de manera sensible. Allí, como en
física, no es el color lo que retenemos, en su carácter sentido y diferenciado por la
experiencia directa, es algo que está detrás, y que lo condiciona. La experiencia freudiana
no es para nada pre-conceptual. No es una experiencia pura. Es una experiencia
verdaderamente estructurada por algo artificial que es la relación analítica, tal como
la constituye la confesión que el sujeto hace al médico, y por lo que el médico hace
con ella. Todo se elabora a partir de este modo operatorio primero.

¿Qué diferencia hay entre lo que es del orden imaginario o real y lo que es del orden
simbólico? En el orden imaginario, o real, siempre un más y un menos, un umbral, un
margen, una continuidad. En el orden simbólico todo elemento vale en tanto opuesto
a otro.

PUNTO 2:

Hay por parte de Freud una verdadera genialidad que nada debe a penetración
intuitiva alguna: es la genialidad del lingüista que ve aparecer varias veces en un
texto el mismo signo, parte de la idea de que debe querer decir algo, y logra
restablecer el uso de todos los signos de esa lengua. PENSAR EN LA PECULIAR
LECTURA QUE HACE FREUD A LAS MEMORIAS DE SCHREBER.

La identificación prodigiosa que hace Freud de los pájaros del cielo con las
jovencitas, participa de este fenómeno: es una hipótesis sensacional que permite
reconstituir toda la cadena del texto, comprender no sólo el material significante en juego,
sino, más aún, reconstituir esa famosa lengua fundamental de la que habla Schreber. Más
claramente que en cualquier otra parte, la interpretación analítica se demuestra aquí
simbólica.

Esta traducción es, en efecto, sensacional. Pero, cuidado; deja en el mismo plano el
campo de las psicosis y el de las neurosis. Si la aplicación del método analítico sólo
proporcionara una lectura de orden simbólico, se mostraría incapaz de dar cuenta de
la distinción entre ambos campos.

Ya que se trata del discurso, del discurso impreso del alienado, es manifiesto
entonces que estamos en el orden simbólico. El material, es el propio cuerpo. La
relación con el propio cuerpo caracteriza en el hombre el campo de lo imaginario. Si algo
corresponde en el hombre a la función imaginaria tal como ella opera en el animal, es todo
lo que lo relaciona de modo electivo, pero siempre muy difícil de asir, con la forma general
de su cuerpo, donde tal o cual punto es llamado zona erógena. Esta relación, siempre en el
límite de lo simbólico, sólo la experiencia analítica permitió captarla en sus mecanismos
últimos. Esto es lo que el análisis simbólico del caso Schreber demuestra. Es tan sólo
a través de la puerta de entrada de lo simbólico como se llega a penetrarlo.

PUNTO 3:

Es clásico decir que, en la psicosis, el inconsciente está en la superficie, es


consciente. El inconsciente es un lenguaje. Que esté articulado, no implica empero
que esté reconocido. Si es que alguien puede hablar una lengua que ignora por
Daira Aguilera.

completo, diremos que el sujeto psicótico ignora la lengua que habla.El asunto no es
tanto saber por qué el inconsciente que está ahí, articulado a ras de tierra, queda excluido
para el sujeto, sino saber por qué aparece en lo real.

Jean Hyppolite (filosofo frances) destacaba que, en lo inconsciente, todo no está tan
sólo reprimido, es decir desconocido por el sujeto luego de haber sido verbalizado,
sino que hay que admitir, detrás del proceso de verbalización, una Bejahung
primordial (be·yaa·ung palabra alemana que significa AFIRMACION) ,una admisión en
el sentido de lo simbólico, que puede a su vez faltar.

Freud admite un fenómeno de exclusión para el cual el término Verwerfung parece


válido, y que se distingue de la Verneinung, la cual se produce en una etapa muy
ulterior. Puede ocurrir que un sujeto rehúse el acceso, a su mundo simbólico, de algo que
sin embargo experimentó, y que en esta oportunidad no es ni más ni menos que la
amenaza de castración. Toda la continuación del desarrollo del sujeto muestra que
nada quiere saber de ella, Freud lo dice textualmente, en el sentido reprimido.

Lo que cae bajo la acción de la represión retorna, pues la represión y el retorno de lo


reprimido no son sino el derecho y el revés de una misma cosa. Lo reprimido siempre
está ahí, y se expresa de modo perfectamente articulado en los síntomas y en
multitud de otros fenómenos. En cambio, lo que cae bajo la acción de la Verwerfung
tiene un destino totalmente diferente. Todo lo rehusado en el orden simbólico, en el
sentido de la Verwerfung, reaparece en lo real. ¡¡¡SUPER IMPORTANTE!!!

La relación que Freud establece entre este fenómeno y ese muy especial no saber
nada de la cosa, ni siquiera en el sentido de lo reprimido, expresado en su texto, se
traduce así: lo que es rehusado en el orden simbólico, vuelve a surgir en lo real. Hay
una estrecha relación entre, por un lado, la denegación y la reaparición en el orden
puramente intelectual de lo que no está integrado por el sujeto; y, por otro lado, la
Verwerfung y la alucinación, vale decir la reaparición en lo real de lo rehusado por el
sujeto.

¿Qué está en juego en un fenómeno alucinatorio? Ese fenómeno tiene su fuente en lo


que provisoriamente llamaremos la historia del sujeto en lo simbólico. La distinción
esencial es esta: el origen de lo reprimido neurótico no se sitúa en el mismo nivel de
historia en lo simbólico que lo reprimido en juego en la psicosis, aun cuando hay entre
los contenidos una muy estrecha relación. Esta distinción introduce, por sí sola, una clave
que permite formular el problema de modo mucho más sencillo de lo que se ha hecho hasta
ahora.

El manejo actual de la relación de objeto en el marco de una relación analítica concebida


como dual, está fundado en el desconocimiento de la autonomía del orden simbólico, que
acarrea automáticamente una confusión del plano imaginario y del plano real. El resultado
de este desconocimiento es que lo que en el sujeto pide ser reconocido en el plano propio
del intercambio simbólico auténtico es reemplazado por un reconocimiento de lo imaginario,
del fantasma. Para ser loco, es necesaria alguna predisposición, si no alguna
condición.

Cap. II: “La significación del delirio”


Daira Aguilera.

Kraepelin en 1899 incluye las antiguas paranoias en el marco de la demencia precoz,


creando en ellas el sector paranoide y emite entonces una definición muy interesante de la
paranoia, que la diferencia de los otros modos de delirios paranoicos con los que hasta
entonces se la confundía.

La paranoia se distingue de las demás psicosis porque se caracteriza por el


desarrollo insidioso de causas internas, y, según una evolución continua de un
sistema delirante, duradero e imposible de quebrantar, que se instala con una
conservación completa de la claridad y el orden en el pensamiento, la volición y la
acción.

Esta definición fruto de la pluma de un clínico eminente tiene algo llamativo, y es que
contradice punto por punto todos los datos de la clínica. Nada en ella es cierto.

· El desarrollo no es insidioso (cauteloso), siempre hay brotes, fases.

· No se puede limitar la evolución de una paranoia a las causas internas.


Cuando se buscan las causas desencadenantes de una paranoia, siempre se pone de
manifiesto, un elemento emocional en la vida del sujeto, una crisis vital que tiene que
ver efectivamente con sus relaciones externas. El delirio se caracteriza
esencialmente como delirio de relaciones.

· El sistema delirante varía, hayámoslo o no quebrantado. La variación se debe


a la interpsicología, a las intervenciones del exterior, al mantenimiento o a la
perturbación de lo que suceda en el mundo que rodea al enfermo.

Lo importante del fenómeno elemental no es entonces que sea un núcleo inicial, un punto
parasitario, como decía Clérambault, en el seno de la personalidad. El delirio no es
deducido, reproduce la misma fuerza constituyente, es también un fenómeno elemental.

La dificultad de abordar el problema de la paranoia se debe precisamente al hecho de


situarla en el plano de la comprensión. Aquí el fenómeno elemental, irreductible, está
a nivel de la interpretación.

¿A fin de cuentas, qué dice el sujeto sobre todo en cierto período de su delirio? Que
hay significación. Cuál no sabe, pero ocupa el primer plano, se impone y para él es
perfectamente comprensible. Y justamente porque se sitúa en el plano de la comprensión
como un fenómeno incomprensible, por así decirlo, la paranoia es tan difícil de captar, y
tiene también un interés primordial.

El momento en que han comprendido, en que se han precipitado a tapar el caso con
una comprensión, siempre es el momento en que han dejado pasar la interpretación
que convenía hacer o no hacer. Por ejemplo: El sujeto quiso decir tal cosa. ¿Qué saben
ustedes? Lo cierto es que no lo dijo. Y en la mayoría de los casos, si se escucha lo que ha
dicho, por lo menos se descubre que se hubiera podido hacer una pregunta, y que esta
quizá habría bastado para constituir la interpretación válida, o al menos para
esbozarla.
Daira Aguilera.

Se hace notar la integridad de las facultades del sujeto paranoico. La volición, la


acción, como decía Krápelin, parecen homogéneas en él con todo lo que esperamos
de los seres normales, no hay déficit en ningún lado, ni falle, ni trastorno de las
funciones.

Tras una breve enfermedad, entre 1884 y 1885, enfermedad mental que consistió en un
delirio hipocondríaco, Schreber que ocupaba entonces un puesto bastante importante en la
magistratura alemana, sale del sanatorio del profesor Flechsig, curado, según parece de
manera completa, sin secuelas aparentes.Lleva durante unos ocho años una vida que
parece normal, y él mismo señala que su felicidad domestica sólo se vio ensombrecida
por la pena de no haber tenido hijos. Al cabo de esos ocho años, es nombrado
Presidente de la Corte de apelaciones en la ciudad de Leipzig. Habiendo recibido antes del
período de vacaciones el anuncio de esta muy importante promoción, asume sus funciones
en octubre. Parece estar, como ocurre muy a menudo en muchas crisis mentales, un
poco sobrepasado por sus funciones. Es joven para presidir una corte de apelaciones de
esa importancia, y esta promoción le hace perder un poco la cabeza. Está en medio de
personas mucho más experimentadas, mucho más entrenadas en el manejo de
asuntos delicados, y durante un mes trabaja excesivamente, como el mismo lo dice, y
aparecen sus trastornos: insomnio, mentismo, aparición en su pensamiento de temas
cada vez más perturbadores que le llevan a consultar de nuevo.De nuevo se lo interna.
Primero en el mismo sanatorio, el del profesor Flechsig, luego, tras una breve estadía en el
sanatorio del doctor Pierson en Dresde, en la clínica de Sonnenstein, donde permanecerá
hasta 1901. Ahí es donde su delirio pasara por toda una serie de fases de las que da un
relato extremadamente seguro, y extraordinariamente compuesto, escrito en los últimos
meses de su internación.

Cap. VI: “El psicótico y su mecanismo”

Los psicólogos, por no frecuentar de verdad al loco, se formulan el falso problema de


saber por qué cree en la realidad de su alucinación. Ellos, ven bien que hay algo que no
encaja, y se rompen la cabeza armando una génesis de la creencia. Antes habría que
precisar esa creencia, pues, a decir verdad, en la realidad de su alucinación, el loco no cree.

Lo que está en juego no es la realidad. El sujeto admite, por todos los rodeos
explicativos verbalmente desarrollados que están a su alcance, que esos fenómenos
son de un orden distinto a lo real. Pero, a diferencia del sujeto normal para quien la
realidad está bien ubicada, él tiene una certeza: que lo que está en juego le
concierne.En él, no está en juego la realidad, sino la certeza. Esta certeza es radical,
significa para él algo inquebrantable.Esto constituye lo que se llama, con o sin razón,
fenómeno elemental, o también- la creencia delirante.

Un fenómeno central del delirio de Schreber, que puede considerarse incluso inicial en la
concepción que se hace de esa transformación del mundo que constituye su delirio, es lo
que llama la Seelenmord, el asesinato del alma. Ahora bien, él mismo lo presenta
como completamente enigmático. Considera este asesinato del alma como un resorte
cierto, que a pesar de su certeza conserva por sí mismo un carácter enigmático.
Daira Aguilera.

A medida que el delirante asciende la escala de los delirios, está cada vez más seguro
de cosas planteadas como cada vez más irreales. La paranoia se distingue en este
punto de la demencia precoz: el delirante articula con una abundancia, una riqueza,
que es precisamente una de sus características clínicas esenciales. Las
producciones discursivas que caracterizan el registro de las paranoias florecen, casi
siempre, en producciones literarias, en el sentido en que literarias quiere decir
sencillamente hojas de papel cubiertas de escritura.

Si Schreber escribe esa enorme obra es realmente para que nadie ignore lo que
experimentó, e incluso para que, eventualmente, los sabios verifiquen la presencia de los
nervios femeninos que penetran progresivamente en su cuerpo, objetivando así la relación
única que ha sido la suya con la realidad divina. Es algo que de hecho se propone como un
esfuerzo por ser reconocido. Tratándose de un discurso publicado, surge el interrogante
acerca de qué querrá decir realmente, en ese personaje tan aislado por su experiencia que
es el loco, la necesidad de reconocimiento. El loco parece distinguirse a primera vista
por el hecho de no tener necesidad de ser reconocido.

Confirmo el acting-out como equivalente a un fenómeno alucinatorio de tipo delirante


que se produce cuando uno simboliza prematuramente, cuando uno aborda algo en el
orden de la realidad, y no en el seno del registro simbólico. La verdadera pregunta es: si el
símbolo es de todos, ¿por qué las cosas del orden del símbolo adquirieron ese matiz, ese
peso para el sujeto? El analista debe esperar frente a eso lo que el sujeto le
proporcionara, antes de hacer intervenir su interpretación.

Previa a toda simbolización hay una etapa, lo demuestran las psicosis, donde puede
suceder que parte de la simbolización no se lleve a cabo. En la neurosis hay una
palabra que se articula, en tanto lo reprimido y el retorno de lo reprimido son una sola
y única cosa. Puede entonces suceder que algo primordial en lo tocante al ser del
sujeto no entre en la simbolización, y sea, no reprimido, sino rechazado. Esto no está
demostrado. Tampoco es una hipótesis. Es una articulación del problema.

A nivel de esa Bejahung, pura, primitiva, que puede o no llevarse a cabo, se establece
una primera dicotomía: aquello que haya estado sometido a la Bejahung, a la
simbolización primitiva, sufrirá diversos destinos; lo afectado por la Verwerfung
primitiva sufrirá otro.

· La Verdichtung es simplemente la ley del malentendido, gracias a la cual


sobrevivimos.

· La Verdrängung, la represión, es lo que sucede cuando algo no encaja a nivel


de la cadena simbólica. Cada cadena simbólica a la que estamos ligados entraña una
coherencia interna, que nos fuerza en un momento a devolver lo que recibimos a otro.
Ahora bien, puede ocurrir que no nos sea posible devolver en todos los planos a la vez,
y que, en otros términos, la ley nos sea intolerable. No porque lo sea en sí misma, sino
porque la posición en que estamos implica un sacrificio que resulta imposible en el plano
de las significaciones. Entonces reprimimos: nuestros actos, nuestro discurso, nuestro
comportamiento. Pero la cadena, de todos modos, sigue circulando por lo bajo,
expresando sus exigencias, haciendo valer su crédito, y lo hace por intermedio del
síntoma neurótico. En esto es que la represión es el mecanismo de la neurosis.
Daira Aguilera.

· La Verneinung es del orden del discurso. El así llamado principio de realidad


interviene estrictamente a este nivel. Se trata de la atribución, no del valor de símbolo,
Bejahung, sino del valor de existencia. A este nivel, que Freud sitúa en su vocabulario
como el de juicio de existencia, le asigna, con una profundidad que se adelanta mil
veces a lo que se decía en su época, la siguiente característica: siempre se trata de
volver a encontrar un objeto.

Pero desconocen en su esencia al principio de realidad, que expresa exactamente lo


siguiente: el sujeto no tiene que encontrar al objeto de su deseo, debe en cambio
volver a encontrar el objeto, cuyo surgimiento es fundamentalmente alucinado. Por
supuesto, nunca lo vuelve a encontrar, y en esto consiste precisamente el principio de
realidad. El sujeto nunca vuelve a encontrar, escribe Freud, más que otro objeto. Nunca
encuentra sino un objeto distinto, porque, por definición, debe volver a encontrar algo que
es prestado. Este es el punto esencial en torno al cual gira la introducción, en la dialéctica
freudiana, del principio de realidad.

PUNTO 4:

¿Qué es el fenómeno psicótico? El fenómeno psicótico es el retorno, la emergencia


en la realidad, de un elemento que es forcluido en lo simbólico a partir de la
emergencia en uno de sus registros que es el registro de lo real. SE PODRÍA PENSAR
QUE ESA EMERGENCIA EN LO REAL, TIENE EL EFECTO DE DESORGANIZACIÓN
SUBJETIVA.

Manifiestamente, hay en el caso del presidente Schreber una significación que


concierne al sujeto, pero que es rechazada, y que sólo asoma de la manera más
desdibujada en su horizonte y en su ética, y cuyo surgimiento determina la invasión
psicótica. En el caso del presidente Schreber, esa significación rechazada tiene la más
estrecha relación con la bisexualidad primitiva.

Resulta difícil pensar cómo la represión pura y simple de tal o cual tendencia, el rechazo o
la represión de tal o cual pulsión, en mayor o menor grado transferencial, experimentada
respecto al doctor Flechsig, habría llevado al presidente Schreber a construir su enorme
delirio. Se trata de la función femenina en su significación simbólica esencial, y sólo la
podemos volver a encontrar en la procreación. En un momento cumbre de su existencia, no
en un momento deficitario, esto se le manifiesta bajo la forma de la irrupción en lo real de
algo que jamás conoció, de un surgimiento totalmente extraño, que va a provocar
progresivamente una sumersión radical de todas sus categorías, hasta forzarlo a un
verdadero reordenamiento de su mundo.

¿Qué sucede pues en el momento en que lo que no está simbolizado reaparece en lo


real? Es claro que lo que aparece, aparece bajo el registro de la significación, y de una
significación que no viene de ninguna parte, que no remite a nada, pero que es una
significación esencial, que afecta al sujeto. En ese momento se pone en movimiento sin
duda lo que interviene cada vez que hay conflicto de órdenes, a saber, la represión. Pero,
¿porque en este caso la represión no encaja, vale decir, no tiene como resultado lo que se
produce en el caso de una neurosis?En el caso de las neurosis, lo reprimido se expresa de
todos modos, siendo la represión y el retorno de lo reprimido una sola y única cosa. El
sujeto, en el seno de la represión, tiene la posibilidad de arreglárselas con lo que vuelve a
Daira Aguilera.

aparecer. Hay compromiso. Esto caracteriza a la neurosis, es a la vez lo más evidente del
mundo y lo que menos se quiere ver.

La Verwerfung no pertenece al mismo nivel que la Verneinung. Cuando, al comienzo de la


psicosis, lo no simbolizado reaparece en lo real, hay respuestas, del lado del mecanismo de
la Verneinung, pero son inadecuadas.

¿Qué es el comienzo de una psicosis? ¿Acaso una psicosis tiene prehistoria, como
una neurosis? ¿Hay una psicosis infantil? Todo parece indicar que la psicosis no tiene
prehistoria. Aparece bajo la forma de un desencadenamiento, de una ruptura,
discontinuidad, eclosión, A diferencia de los neuróticos que tienen padecimientos
desde siempre, infinitos.

El estudio del delirio de Schreber presenta el interés eminente de permitirnos captar de


manera desarrollada la dialéctica imaginaria. Si se distingue manifiestamente de todo lo que
podemos presumir de la relación instintiva, natural, se debe a una estructura genérica que
hemos indicado en el origen, y que es la del estadio del espejo.

Lo importante es ver como esto responde a la demanda, indirectamente realizada de


integrar lo que surgió en lo real, que representa para el sujeto ese algo propio que
nunca simbolizó. Una exigencia del orden simbólico, al no poder ser integrada en lo que ya
fue puesto en juego en el movimiento dialéctico en que vivió el sujeto, acarrea una
desagregación en cadena, una sustracción de la trama en el tapiz, que se llama delirio. Un
delirio no carece forzosamente de relación con el discurso normal, y el sujeto es harto capaz
de comunicárnoslo, y de satisfacerse con él, dentro de un mundo donde toda comunicación
no está interrumpida.

Freud, S. Duelo y melancolía

DUELO MELANCOLIA

Es la reacción frente a la pérdida de Se presenta en múltiples formas clínicas y


una persona amada o de una de ellas, algunas sugieren afecciones más
abstracción como la patria, la somáticas que psicógenas. Puede
libertad, un ideal, etc. No es reconocerse que esa pérdida es de
considerado un estado patológico. naturaleza más ideal. El objeto tal vez no
Confiamos en que pasado cierto está realmente muerto, pero se perdió
tiempo se lo superará, y juzgamos como objeto de amor (p. ej., el caso de una
inoportuno y aun dañino perturbarlo. novia abandonada). Hay un a perdida
“desconocida”.

El duelo muestra los mismos rasgos, Manifiesta una desazón profundamente


excepto uno; falta en él la dolida, una cancelación del interés por el
perturbación del sentimiento de sí. mundo exterior, la pérdida de la capacidad
Pero en todo lo demás es lo mismo. de amar, la inhibición de toda
Daira Aguilera.

El duelo pesaroso contiene idéntico productividad y una rebaja en el


talante dolido, la pérdida del interés sentimiento de sí que se exterioriza en
por el mundo exterior, la pérdida de autorreproches y auto denigraciones y se
la capacidad de escoger algún extrema hasta una delirante expectativa de
nuevo objeto de amor, el castigo. Quebranto físico, fealdad,
extrañamiento respecto de debilidad, inferioridad social, rara vez son
cualquier trabajo productivo que no objeto de esa apreciación que el enfermo
tenga relación con la memoria del hace de sí mismo; sólo el empobrecimiento
muerto. Esta inhibición y este ocupa un lugar privilegiado entre sus
angostamiento del yo expresan una temores o aseveraciones. El cuadro de este
entrega incondicional al duelo que delirio de insignificancia se completa con el
nada deja para otros propósitos y insomnio, la repulsa del alimento y un
otros intereses. desfallecimiento, en extremo asombroso
psicológicamente, de la pulsión que compele a
todos los seres vivos a aferrarse a la vida.

¿En qué consiste el trabajo que el Hubo una elección de objeto; por obra de una
duelo opera? El examen de realidad afrenta real o un desengaño de parte de la
muestra que el objeto amado ya no persona amada sobrevino un sacudimiento de
existe más, y es necesario ahora ese vínculo de objeto. La investidura de
quitar toda libido de sus enlaces con objeto fue cancelada, pero la libido libre no
ese objeto. Lo normal es que se desplazó a otro objeto, sino que se
prevalezca el acatamiento a la retiró sobre el yo. Ahí sirvió para establecer
realidad, dado que uno no resigna una una identificación del yo con el objeto
posición libidinal tan fácilmente. Se resignado. La sombra del objeto cayó
ejecuta pieza por pieza con un gran sobre el yo, quien pudo ser juzgado como
gasto de tiempo y de energía de el objeto abandonado. Tiene que haber
investidura, y entretanto la existido, por un lado, una fuerte fijación en el
existencia del objeto perdido objeto de amor y, por el otro y en
continúa en lo psíquico. Cada uno contradicción a ello, una escasa resistencia de
de los recuerdos y cada una de las la investidura de objeto.
expectativas en que la libido se
anudaba al objeto son clausurados, La identificación narcisista con el objeto se
sobreinvestidos y en ellos se convierte entonces en el sustituto de la
consuma el desasimiento de la investidura de amor, lo cual trae por
libido. resultado que el vínculo de amor no deba
resignarse a pesar del conflicto con la
Una vez cumplido el trabajo del persona amada. NO ENTIENDO.
duelo, el yo se vuelve otra vez libre
y desinhibido.

El mundo se ha hecho pobre y vacío. El yo se ha hecho pobre y vacío. Ha sufrido


una pérdida en el objeto; pero de sus
Daira Aguilera.

declaraciones surge una pérdida en su yo.

No hay nada inconciente en lo que El objeto que se pierde en la melancolia es


atañe a la pérdida. inconciente. El sujeto sabe a quien perdió
pero no lo que perdió en el.

Vergüenza en presencia de otros. Comunica sus dolencias/defectos a todo el


mundo, falta de pudor, como si en tal
rebajamiento hallara una satisfacción. Todo
eso rebajante que dicen de sí mismos en el
fondo lo dicen de otro.

MANIA La melancolía toma prestados una parte de


sus caracteres al duelo, y la otra parte a la
regresión desde la elección narcisista de
objeto hasta el narcisismo.
La manía no tiene un contenido
diverso de la melancolía, y ambas
afecciones pugnan con el mismo
«complejo», al que el yo
probablemente sucumbe en la
melancolía, mientras que en la manía
lo ha dominado o lo ha hecho a un
Si el amor por el objeto se refugia en la
lado.
identificación narcisista, el odio se ensaña
con ese objeto sustitutivo insultándolo,
En la manía, el yo tiene que haber
denigrándolo, haciéndolo sufrir y ganando
vencido a la pérdida del objeto (o al
en este sufrimiento una satisfacción
duelo por la pérdida, o quizás al objeto
sádica. Así, la investidura de amor del
mismo), y entonces queda disponible
melancólico en relación con su objeto ha
todo el monto de contrainvestidura
experimentado un destino doble; en una parte
que el sufrimiento dolido de la
ha regresado a la identificación, pero, en otra
melancolía había atraído sobre sí
parte, bajo la influencia del conflicto de
desde el yo y había ligado. Cuando
ambivalencia, fue trasladada hacia atrás,
parte, voraz, a la búsqueda de nuevas
hacia la etapa del sadismo más próxima a ese
investiduras de objeto, el maníaco nos
conflicto.
demuestra también inequívocamente
su emancipación del objeto que le
hacía penar (control, triunfo y El yo sólo puede darse muerte si en virtud del
desprecio en relación al objeto). retroceso de la investidura de objeto puede
tratarse a sí mismo como un objeto, sí le es
permitido dirigir contra sí mismo esa hostilidad
que recae sobre un objeto y subroga la
reacción originaria del yo hacia objetos del
mundo exterior.
Daira Aguilera.

La peculiaridad mas notable de la melancolia,


es su tendencia a volverse del revés en la
manía, un estado que presenta los síntomas
opuestos.

La ejecución pieza por pieza del desasimiento de la libido es adscribible a la


melancolía de igual modo que al duelo; probablemente se apoya en las mismas
proporciones económicas y sirve a idénticas tendencias. Pero en la melancolía la
relación con el objeto no es simple; la complica el conflicto de ambivalencia. En la
melancolía se urde una multitud de batallas parciales por el objeto; en ellas se
enfrentan el odio y el amor, el primero pugna por desatar la libido del objeto, y el otro
por salvar del asalto esa posición libidinal. A estas batallas parciales no podemos
situarlas en otro sistema que el Icc.

La ambivalencia constitucional pertenece en sí y por sí a lo reprimido, mientras que las


vivencias traumáticas con el objeto pueden haber activado otro material reprimido. Así, de
estas batallas de ambivalencia, todo se sustrae de la conciencia hasta que sobreviene el
desenlace característico de la melancolía. Este consiste en que la investidura libidinal
amenazada abandona finalmente al objeto, pero sólo para retirarse al lugar del yo del cual
había partido. De este modo el amor se sustrae de la cancelación por su huida al interior del
yo.

Así como el duelo mueve al yo a renunciar al objeto declarándoselo muerto y ofreciéndole


como premio el permanecer con vida, de igual modo cada batalla parcial de ambivalencia
afloja la fijación de la libido al objeto desvalorizando este, rebajándolo; también
victimándolo.

De las tres premisas de la melancolía: pérdida del objeto, ambivalencia y regresión de la


libido al yo (única eficaz). Aquella acumulación de investidura antes ligada que se libera al
término del trabajo melancólico y posibilita la manía tiene que estar en trabazón estrecha
con la regresión de la libido al narcisismo. El conflicto en el interior del yo, que la melancolía
recibe a canje de la lucha por el objeto, tiene que operar a modo de una herida dolorosa
que exige una contrainvestidura grande en extremo.

Freud estudia la manía en este escrito por dos razones: por un lado, menciona que es
posible pasar de la melancolía a la manía. Por el otro, hace alusión a una cuestión
económica, que consiste en Intoxicación alcohólica: elación. Por toxinas suspensión del
gasto de energía de la represión.

SOLER, Colette. (1991). Estudios sobre la psicosis. Buenos Aires: Manantial. Cap.
“Pérdida y culpa en la melancolía”.

La depresión está de moda y su noción, tiende a absorber a la de melancolía. En francia, a


mediados del siglo XIX, hubo un gran debate en la clínica clásica, en donde el interés se
Daira Aguilera.

volcaba especialmente hacia la paradójica culpabilidad del melancólico, hacia el hecho


de que se dirigiese a sí mismo tan feroces acusaciones. En la paranoia el sujeto
dirige sus reproches más bien al otro.

Los progresos de la farmacología tienen incidencias sobre la nosografía y a la vez sobre la


concepción misma de la enfermedad, pues la tendencia general es reducir la melancolía a
los trastornos así llamados del humor.

Lacan hizo de la forclusión, en tanto ella es “rechazo del inconsciente", la causa primera de
la psicosis.

La autora va a dividir a la melancolia en dos grupos; los que pertenecen a la categoría de la


mortificación y otros, distintos, que podemos ubicar bajo el título de delirio de indignidad.

¿Cómo se desencadena el episodio melancólico? hay una pérdida, invocada u


observable en los hechos. ¿Pérdida de qué? Freud la sitúa de manera diferente según los
textos. El “Manuscrito G" dice primero “pérdida” e incluso "hemorragia" de libido.
Después, en ¿1914?, “Duelo y melancolía" introduce la famosa pérdida del objeto. No
es lo mismo, en absoluto: la libido es lo que funda a la apetencia; el objeto, lo que sería
susceptible de satisfacerla. Puede tratarse de la pérdida de un ser querido —hijo,
esposo, amante— pero asimismo la de una pertenencia material —dinero, fortuna— o
incluso de un ideal, de un valor ético. Sea cual fuere la diversidad de contextos, lo que
domina el cuadro clínico es una vivencia de pérdida tan fundamental para el sujeto,
que a menudo hará desaparecer toda idea de defensa.

Sin embargo, el repliegue de la libido no es patrimonio exclusivo de la melancolía. Se


lo observa también en la hipocondría, por ejemplo, donde se fija sobre el órgano
elegido para un beneficio de goce. En la melancolía se le añade algo más, un daño que
se extiende más allá de lo que habitualmente llamamos libido de objeto y que involucra a la
vida misma y a la conservación del organismo. Por ejemplo, el insomnio y la anorexia
melancólicos, muy diferentes de sus homólogos neuróticos, participan de una
mortificación que afecta incluso a la homeostasis vital y conduce al sujeto a diversas
formas de petrificación. El problema es saber cómo referiremos estos fenómenos a la
causa de lenguaje del sujeto, y al mecanismo de la forclusión.

Hay que partir de lo que Lacan enfatizó: la negatividad esencial del lenguaje, que
procede al asesinato de la cosa. El nombre de esta negativización, tal como es
revelada por la neurosis, es castración, que se significa como renuncia al goce
masturbatorio. Se trata de una mutilación de goce, pero de una mutilación parcial y,
además, compensada: es una pérdida que reclama una “condición de complementariedad”,
promoviendo ésta al objeto en su valor compensatorio. No entiendo lo que esta subrayado.

En la melancolía se observa que la instancia de la sola pérdida se ha desencadenado


y absolutizado. La inercia estuporosa del melancólico no es sino el estado de un sujeto
para quien ya no opera la condición de complementariedad y que cae bajo la exclusiva
acción de la negatividad del lenguaje. El lazo con la forclusión se deja adivinar: lo que
retorna en lo real es la castración forcluida.
Daira Aguilera.

La melancolia nos permite distinguir que, la forclusión del falo condiciona una doble
serie de fenómenos: de negativización y de positivización del goce. La función fálica
tiene precisamente el efecto de articularlas, de combinarlas, mientras que la psicosis
las disocia. La instancia negativa del lenguaje y la positividad del goce, por más
disociadas que estén, aun así están presentes las dos.

El melancólico subjetiviza la pérdida como “dolor moral". No es sólo un sujeto que se


vive desposeído, mutilado de la libido, y que cree carecer de todo lo que puede dar
valor a la vida, amor, fortuna, fuerza, coraje, etc. Es un sujeto para quien la falta
adopta la significación de la culpa, y por eso me parece adecuada la expresión
“delirio de indignidad". Es más que “delirio de pequeñez", pues se le suma una idea de
responsabilidad delirante. El sujeto eleva la falta a la culpa y toma la culpa a su cargo.

El dolor de existir no es patrimonio del sujeto melancólico, pues este dolor reside en
el hablanteser, pero casi nunca se encuentra en estado puro sino mixto o dividido, y
ello por una razón estructural concreta; el Falo, significante del goce, que no va sin la
castración, hace también las veces de significante de la vida, y al constituir una
mediación entre la falta del Otro y el ser del sujeto, alivia a éste, por lo menos en
parte, del pathos de su dasein.

El sujeto no sólo sitúa al mal en posición de causa, reduciendo todo el registro del sentido al
de la culpa, culpa casi siempre oscura, primordial y que él cree encarnar, sino que no duda
de que se trata también de una culpa de excepción, inmensa y única, que a veces lo
convierte en el más grande culpable de todos los tiempos. El delirio melancólico no es
florido. Carece de la fantasía intuitiva del parafrénico y de la lógica sutil del
paranoico.El melancólico no se feminiza como Schreber, pero se difama. Esta es su
propia versión del empuje-a-la-mujer. En la difamación hay un goce, sin duda, pero
reducido a un goce como masoquista con el cual no hay Otro, divino o no, que haga
pareja.

La melancolía hace patente el fenómeno de la mortificación. Pero este fenómeno está


también presente en la paranoia, sólo que con frecuencia pasa desapercibido. Al
menos es el término que utiliza Freud refiriéndose a lo que él juzga la enfermedad
propiamente dicha de Schreber, aquella que desde su punto de vista precede al delirio
como tentativa de curación; esto es, la “catástrofe libidinal”, que es el fenómeno
primario de su psicosis.

Lo dañado es la relación de objeto; hay un repliegue sobre la propia persona que


puede tomar formas diversas según los casos y que confirman en Schreber ciertos
episodios un tanto imprecisos, de fatiga excesiva atribuida al sumrmenage y de cierta
hipocondría. Schreber mismo habla de un doíus indeterminatus, para designar un daño que
se parece a la pérdida del melancólico. Según Freud, este fenómeno pasa desapercibido
porque se le da toda la importancia al delirio, pero el clínico tiene que saber distinguir los
preliminares de un desencadenamiento, pues la mortificación, como retorno en lo real de
la instancia negativa del lenguaje, de hecho, jamás está ausente en la psicosis.

La diferencia entre melancolía y paranoia se impone en la etapa siguiente, en la


subjetivación de este daño primario. El melancólico asume la culpa, el paranoico la
carga sobre el Otro. El primero se difama, el segundo dice, por ejemplo, “asesinato
Daira Aguilera.

del alma”. En los dos casos juega la hipótesis causal, pero aquí se detiene la simetría,
pues el sujeto paranoico está del lado del buen derecho, del lado del orden. Esto en
Schreber es muy claro: es Dios el que quiere gozar, en efracción con el orden del universo,
y es la víctima la que, a falta de ley paterna, toma a su cargo la legalización del goce y
quien, en su delirio, construye un orden nuevo en el que el goce se torna justificable.

Acentuemos esta oposición: si el paranoico identifica el goce en el lugar del Otro según
la expresión que proponía Lacan en 1966, ¿no deberemos decir que el melancólico lo
localiza, o más bien lo encarna, fuera del lugar del Otro? Schreber identifica el goce en
el lugar del Otro en forma triple y no homogénea: porque se lo imputa al partenaire, Dios;
porque lo correlaciona con el significante, puesto que su pensamiento es la condición del
goce divino; finalmente, porque cuando ese goce irrumpe en el cuerpo, que por este hecho
cesa de ser “desierto de goce", él intenta componer su cartografía y su nomenclatura
mediante su lucubración sobre la acción y el efecto de los rayos. Nada parecido ocurre en el
melancólico, quien cree encarnar lo inmundo y lo innombrable; él no se alcanza por el
verbo sino en el límite de lo simbólico, por el insulto, y no se realiza sino en el
silencio del acto, por el suicidio.

A nivel descriptivo, la manía se presenta exactamente como lo inverso de la


melancolía, y sin embargo las dos corresponden a la misma causa (forclusión) y al
mismo mecanismo (retorno en lo real). Lacan reduce aquí (en su tesis) la manía a la
excitación mortal, y la tiene por un retorno en lo real de lo que él llama “el filo mortal
del lenguaje". Así pues, en los dos casos la que triunfa es la instancia negativa del
lenguaje, y triunfa, o bien en forma de excitación mortal, o bien en forma de
abatimiento mortífero y de pasaje al acto.

El goce es pensado como un mal, Lacan mencionaba que el goce perjudica al lazo
social y también a la homeostasis del viviente. En este aspecto, el goce sexual, con
su componente de placer, no es representativo; es un goce acomodado ya al lazo
social. En sí mismo, el goce primario es goce del cuerpo propio, autístico. Hace falta
toda una elaboración de discurso para hacerlo compatible con el otro. Dicho de otra
manera, la barbarie es natural al hablanteser, por lo mismo que, debido a que habla,
está más allá del principio de placer.

Eje Temático 6: Esquizofrenia

VIGANÓ, C; FISCHER, H. (1976). Esquizofrenia. Buenos Aires: Ed. Bonum. (pág. 5 a


22; 61 a 104)

La locura es inherente al hombre. Es una capacidad de ser del hombre, qué está en
íntima relación con las determinadas condiciones en las que se forma y desarrolla. En
el transcurso del tiempo, la locura ha sido conceptualizada de muy diferentes
maneras:

En la antigüedad se le daba un carácter mítico, religioso. Era la manifestación de la


voluntad divina o de poderes demoníacos, expresados por un hombre poseído en una
forma de hablar y de actuar incomprensible, que provocaban pánico, temor, admiración,
recogimiento religioso, según los casos. La causa de este proceder era extraña y
Daira Aguilera.

exterior al hombre, eran fuerzas desconocidas que se apoderaban de él sin que nadie
pudiera evitarlo.

En el siglo XVII sus víctimas recibían castigos, persecución, hoguera, flagelación, etc,
hasta la creación del hospital general, que fue la institución destinada a albergar a los
transgresores de las normas sociales vigentes, para resguardo de la comunidad. Así se
incluían a los individuos que no eran delincuentes, pero que transgreden las buenas
costumbres de la época. Por lo tanto, tanto los enfermos mentales como los
delincuentes eran hospitalizados. Es importante destacar que en esta época ya se
empezaba a vislumbrar “lo enfermo” que comienza a perder la connotación de pecado.

En el siglo XIX aparece, con Bleuler, el término psicosis, que marcó una evolución en
el pensamiento con respecto a la enfermedad mental. Ésta se diferencia de las
enfermedades del cuerpo y de las enfermedades del alma (pecado y delincuencia). Se
fundan asilos donde se recluye a los locos con la intención de cuidarlos, castigarlos o
domesticarlos para poder preservar a la sociedad del peligro.

La familia del enfermo era la víctima inocente que padecía el estigma de tener un
loco en su seno. Empiezan a especializarse medicos en este área, como por ejemplo Pinel
que fue quien pudo arriesgarse a quitarles las cadenas. Se establece tambien la
cuestión del vínculo humano con el paciente; sin embargo, el enfermo mental seguía
segregado. Su locura era algo que le pasaba a él. Su medio era inocente y lo apartaba. No
tenia ninguna posibilidad de curación.

El enfermo pasaba a ser propiedad del médico, se sometía a una observación sistemática y
se convertía en su campo de exploración. De esta modalidad de vínculo y de estas
observaciones surgió la nosografía. Esta relación médico paciente se caracterizaba por
una gran distancia, sin empatía y sin compromiso, actitud que alienaba doblemente al
enfermo.

A partir de Freud la comprensión del enfermo mental incluye la historia del sujeto y
fundamentalmente la relación con los padres. El enfermar era algo que se iba
gestando en el tiempo y en lo que tiene que ver la relación con otros. A partir de la
Segunda Guerra Mundial se dan otras características en el tratamiento: se rompe el
monopolio medico incluyendose, enfermeros, asistentes sociales, psicólogos,
medicos clínicos y fundamentalmente se empieza a incluir a la familia.

Más tarde aparece el concepto de que el elemento patógeno es la familia. En eso se


encontraría localizada la causa fundamental de la enfermedad mental, siendo victimaria del
enfermo, quién resultaría el depositario inocente de la patología de cada una de sus
miembros. Una corriente psiquiátrica amplía aún más el contexto responsable,
considerando la sociedad como agente patógeno.

Actualmente, el enfermo mental no sería considerado ya como un pasivo depósito de la


patología de la familia, sino como un sujeto activo que elige enfermarse en ejercicio de su
libertad, escapando a una destrucción mayor.

Cada vez en mayor o menor grado, la locura sigue envuelta en temores y prejuicios.
Fácilmente se puede reconocer que la reacción de los familiares ante una enfermedad
Daira Aguilera.

orgánica es muy distinta a la reacción ante una enfermedad mental. Por otro lado, existe
otro factor muy importante; algunos elementos de la enfermedad mental forman parte de
nuestra vida cotidiana, con la diferencia de que lo hacen en forma parcial y temporaria.
Todos tenemos experiencias enfermas, aunque sin percatarnos de ello y sin enfermarnos
realmente.

Según Bellak, (teoría unificada de la esquizofrenia) la esquizofrenia es un síndrome


psiquiátrico, no una enfermedad única. Los síntomas asociados a este diagnóstico
deben interpretarse como una etapa final común a cierto número de estados
patológicos que pueden conducir a o manifestarse por una grave perturbación del yo.

Factores para la etiología y patogenia de la esquizofrenia:

1. Herencia: Enfermedad familiar no es sinónimo de enfermedad hereditaria; la


extensión familiar de una enfermedad puede basarse en la contagiosidad infecciosa,
la transmisión por herencia, y la transmisión por convivencia; en la esquizofrenia
queda descartado el primer mecanismo. La predisposición hereditaria es condición
necesaria pero no suficiente para la eclosión de la enfermedad.
2. Edad y sexo: la esquizofrenia es una enfermedad de la edad juvenil; su incidencia
mayor es entre los 15 y los 35 años. Se presentó por igual en ambos sexos.
3. Biotipo-psicotipo: desde Kretschmer se acepta que la constitución longilínea,
leptosómica o asténica, que se corresponde en la caracterológico al psicotipo
introvertido o esquizotímico, tiene una especial predisposición a la esquizofrenia.
Aproximadamente la mitad de los esquizofrénicos mostraban antes de la
enfermedad rasgos esquizotimicos. El carácter esquizotímico designa a individuos
normales de apariencia fría, humor retraído, hipersensibles, con tendencia a la
inhibición, pero expuestos a las cargas impulsivas-irritativas. De la esquizotimia se
puede pasar a la esquizoidia la cual es en sí patológica, en la que el humor retraído
se convierte en aislamiento, mientras que la inhibición y la impulsividad llegan a la
inadaptación social y a la meditación profunda.

Descripción clínica

Formas de comienzo:

1. Lenta y progresiva, pudiendo adoptar distintos matices evolutivos: distímico,


neurasténico, hipocondríaco, obsesivo-compulsivo, histérico. En todos los casos se
instala de manera progresiva el delirio, el cual puede aparecer de manera débil
(cambios leves de actitud, excesivas racionalizaciones, cambios de trabajo, etcétera)
o bien con una tonalidad más estrepitosa (como alucinaciones, sentimientos de
despersonalización, de influencia, etcétera).
2. Aguda: la enfermedad se instala abruptamente, bajo cualquiera de las siguientes
manifestaciones: estados catatónicos, estados delirantes y alucinaciones,
estados hipomaniacos, estados melancólicos, estados confusionales.
3. Cíclica: sobre un terreno esquizoide y esquizotípico se instalan brotes agudos,
generalmente en los dos o tres primeros años de la evolución esquizofrénica.
4. Monosintomatico: entre las más conocidas figuran los llamados crímenes
inmotivados, donde el esquizofrénico comete un crimen sin poder dar una
Daira Aguilera.

explicación del mismo; fugas, agresiones, tentativas de suicidio, desenfrenos


sexuales, etcétera.

Periodo de estado:

En este periodo la enfermedad se instala con su respectivo cortejo sintomatológico:

Existen en la esquizofrenia y con un fondo básico, características que está dado por los
siguientes rasgos particulares: (Henry Ey)

● La ambivalencia, qué consiste en la vivencia de un antagonismo simultáneo o


sucesivo de 2 sentimientos, de dos expresiones, de dos actos contradictorios:
deseo-temor, amor-odio, afirmación-negación, etcétera.
● La extravagancia, el disloque de la vida psíquica conduce a las actitudes extrañas o
fantásticas, que dan la impresión de una búsqueda ostentosa y paradojal,
encadenadas caprichosamente.
● La impenetrabilidad, característica y consecuencia de la introversión esquizofrénica.
● El desapego, también objetivación de su vuelta al mundo interior.

SÍNTOMAS DEFICITARIOS

1. Alteraciones de la conciencia de sí mismo o de la conciencia del yo

Alteraciones de la conciencia del yo corporal en la esquizofrenia: la conciencia de la


corporalidad tiene una participación relevante en la estructuración y delimitación de la
interrelación yo-mundo externo. Las alteraciones que se dan en el área corporal en la
esquizofrenia son:

® Alucinaciones musculares de Cramer: el enfermo vivencia que se hunde en la


cama o que ésta se levanta, se siente ligero, liviano, capaz de volar, o bien pesado con
dificultad para moverse, a veces cree trasladarse permaneciendo inmóvil, etcétera.

® Pseudopercepciones vestibulares, donde experimentan mareos, pérdida del


equilibrio, flota en el aire, sienten que el piso se mueve, etcétera.

® Pseudopercepciones corporales, se generan vivencias de petrificación,


encogimiento, alargamiento, se sienten llenos o vacíos, sienten una fortaleza
extraordinaria o lo inverso, hinchazón en algún segmento corporal, manipuleo y
desaparición de órganos viscerales.

® Imagen del doble, consiste en la visión de la propia imagen corporal la cual se ve


en un espejo, es decir, en la súbita aparición de un doble verdadero que puede ser
total o parcial. Al individuo no sólo le parece ver su propia imagen corpórea, sino
que también tienen la sensación de hallarse en íntima relación material y espiritual
con la misma.

Alteraciones de la conciencia del yo psíquico en la esquizofrenia:

Características que Jaspers atribuye al yo psíquico:


Daira Aguilera.

® Conciencia de la actividad del yo: normalmente el hombre vivencia que su yo


actúa, que de él emanan sus ideas, sus recuerdos, sus emociones, y por eso los
considera suyos.

Las alteraciones de esta conciencia implican una despersonalización, que se


genera cuando estos elementos psíquicos (pensamientos, emociones, sensaciones,
recuerdos, etc) aparecen realizados con la conciencia de la no pertenencia, de ser
extraños a uno, de ser automáticos, de surgir de otra parte. Tal situación genera en el
individuo la vivencia atormentadora de la pérdida de su libertad, de determinación, de su
libertad para pensar, para sentir, para desear, para actuar. Evidentemente, el sujeto
actuará de manera extraña e incomprensible, locamente para los que lo observamos,
pero su comportamiento tiene hasta cierto punto un sentido para él. Según Jaspers,
existe un subtipo denominado alteración de la conciencia de la propia existencia,
el cual se describe como un fenómeno en el cual el hombre no puede sentir más su
existir.

® Conciencia de la unidad del yo: en la esquizofrenia se genera un


desdoblamiento, escisión, disolución del yo, la cual implica un sentimiento de
partición del yo, en dos o más fracciones que, aun coexistiendo, actuaran cada una por
su lado sin que entre ellas exista correlación y armonía de ninguna especie. Esta
escisión es vivenciada por el esquizofrénico, quién se manifiesta perplejo al notar la
contraposición de sus yo, su incapacidad para sincronizar sus deseos y afectos, como si
coexistieran dos o más personas con opiniones contrapuestas. Esté yo lleva al
enfermo a dialogar consigo mismo como si fueran dos personas distintas; esta es
la razón por la cual estos enfermos hablan solos, pero no con las características
de un monólogo, sino de un diálogo. Puede decirse que el esquizofrénico presiente la
disolución su yo.

® Conciencia de la identidad del yo: es la vivencia de ser idéntico, de ser el mismo


a través del tiempo. La alteración de esta conciencia implica en el enfermo la vivencia
de su yo transformado, distinto de su anterior. En estados terminales, con intenso
deterioro de la personalidad, llegan a hablar de sí mismos en tercera persona, pues
realmente se vivencian como otros.

® Conciencia del yo en oposición a lo externo: características que nos permite la


separación entre nuestro yo y el mundo exterior. La alteración en esta conciencia es
el efecto de los anteriormente descriptos, que conducen a esta vivencia de fusión
del yo con el mundo externo, a la unificación con los objetos que le rodean. Lo que le
sucede a un objeto o a otra persona, el esquizofrénico lo experimenta como si le
sucediera a él. Se trata de esa penetración que experimenta el esquizofrénico: la
irrupción del mundo exterior en su propio yo.

Alteraciones de la conciencia del yo personal en la esquizofrenia. Esta conciencia


surge como consecuencia de la integración indisoluble de la conciencia del yo psíquico y
del yo corporal, en virtud de la cual nos sentimos una verdadera unidad de cuerpo y de
alma, permitiéndonos vivenciar nuestro cuerpo y nuestra psique como unidad personal,
como persona. El trastorno de esta conciencia conduce al enfermo a vivenciar que
todo lo que emana de su yo no es tal, sino que proviene de afuera; es decir, se siente
influido o manejado desde el exterior.
Daira Aguilera.

● Este estado de marioneta


● Hay una vivencia del yo como no encarnado o sintiendo el yo como carente de alma,
o bien, experimentando el yo personal totalmente escindido, como si el cuerpo
y la psique fueran dos yo distintos, actuando cada uno por su cuenta sin
ninguna interrelación ni armonía entre ambos.
● El esquizofrénico se siente, en ese caso, vacío, falto de sentimientos, incapaz de
pensar, de actuar, con inercia psíquica y ausencia total de interioridad. Sólo siente
su cuerpo, pudiendo decir que su Yo sólo es cuerpo.

2. Alteraciones sensoperceptivas y del pensamiento:

El mundo de los esquizofrénicos es cualitativamente distinto de cómo era antes; es un


mundo nuevo y diferente en el que tienen que vivir juntos. Esta es la razón por la que su
pensamiento, más o menos lógico, capaz de abstracciones y de establecer conceptos, no
les sirva para existir en ese nuevo mundo en que por la acción del proceso esquizofrénico
tienen que vivir junto al ser un mundo lleno de magia de fantasía, ha de retrogradar a este
enfermo a otra forma de pensamiento que aquel requiere, más primitivas y menos
evolucionadas. Por eso el esquizofrénico tiene que pensar y piensa en modo
sincrético, concreto y mágico.

® Alucinaciones: entre las alucinaciones auditivas (son las mas frecuentes)


parecen ser específicamente procesuales los fonemas imperativos, los fonemas
dialogados y el eco del pensamiento. Las alucinaciones auditivas tienen una
significación especial para el esquizofrénico, ya que éste tiene el convencimiento
de que las voces se disponen deliberadamente de forma que él no tenga más
remedio que escucharlos.

Las alucinaciones cenestésicas o corporales son las principales contribuyentes


de la despersonalización de los enfermos, ya que éstos sienten que los tocan,
que los pinchan, que los sujetan, que sus órganos son retorcidos, mordidos o
destrozados.

Las alucinaciones extracampinas escapan del campo sensorial, surge el


fenómeno productor de falsas percepciones, puesto que en ellas las fuentes
sensoriales se presenten hasta tal punto, que el enfermo pretende ver lo que se
encuentra por detrás o lo que escapa del campo sensorial del sentido.

® Rigidez del pensamiento: es una alteración del curso del pensamiento que
consiste en la fijación inmutable, persistente e inmodificable de una idea directriz;
es decir, el pensamiento aparece canalizado en un determinado sentido del que
es imposible desviarlo.

® Perseveración del pensamiento: se trata de la repetición automática y


frecuente de representaciones.

® Estereotipia del pensamiento: se caracteriza por la repetición continua de


frases o palabras, que se intercalan en cualquier momento del curso del
pensamiento con la particularidad de que no participan ni tienen relación alguna
con el tema, por lo que no interfieren ni desvían el pensamiento.
Daira Aguilera.

® Interceptación del pensamiento: consiste en la interrupción brusca del curso


del pensamiento, y no afecta solo al pensar, sino también a la acción y a toda la
psique en general.

® Robo del pensamiento: “me ponen y me quitan las ideas”.

® Disgregación del pensamiento: Falta la idea directriz, el pensamiento toma


un curso irregular.

® Incoherencia del pensamiento: este pensamiento incoherente, totalmente


ininteligible y caótico, es expresión de la profunda alteración de toda la
personalidad.

3. Alteraciones de la afectividad

No hay perdida de afectividad, sino que se produce una alteración cualitativa de la


afectividad (déficit, exageración y transformación), no solamente en las vivencias afectivas
sino en sus relaciones con el resto de las actividades psíquicas, como por ejemplo
intelectivas, conativas, motrices.

Alteraciones afectivas mas frecuentes:

● Ambivalencia afectiva: el enfermo experimenta en un mismo momento


sentimientos opuestos, como por ejemplo el amor y el odio, la alegría y la pena,
etcétera, Lo que conduce a una inestabilidad constante de la afectividad que oscila
entre ambos polos.
● Autismo: Hasta entonces, no hay consenso general en cuanto a incluirlo como una
alteración de la afectividad, de la actividad de la ideación.
● Rigidez afectiva: consiste en la falta de elasticidad, modulación y gracia en las
expresiones y actitudes del enfermo esquizofrénico. En estos enfermos existe un
estado de ánimo básico, que puede ser eufórico, triste, ansioso, etcétera, pero tal
efecto fundamental carece de resonancia y modulación afectivas y por ello no se
exterioriza de manera adecuada.
● Indiferencia afectiva: se manifiesta por la falta de cariño a padres y amigos,
insensibilidad ante la felicidad y la desgracia, falta de interés por relaciones sociales,
deportes, viajes, placeres, etcétera. “Todo me es completamente igual”, dice el
esquizofrénico escogiendose de hombros.
● Paratimias: La reacción afectiva es contraria al afecto desencadenado. Reaccionan
con alegria a sentimientos tristes y viceversa, un cordial saludo saca de quicio al
sujeto y agrede o insulta. Se produce una falta de adecuación en los movimientos de
la expresión de tal manera que placer y displacer no se manifiestan con adecuados
tonos de voz, gesticulación o actitudes, sino muchas veces con los contrarios.
● Perplejidad: Surge como un sentimiento complejo para cuya estructuración
concurren varios estados afectivos, como ser sentimientos de extrañeza, de
desconcierto, de asombro, de duda y desconfianza, que revelan que el enfermo no
sabe o no acierta a entender cuál es su situación.
Daira Aguilera.

● Neotimias: el enfermo experimenta una sensación de cambio, de transformación en


su mismidad; se siente diferente a cómo era antes. Los más frecuentes de estos
sentimientos son: sentimiento de cambio de transformación, de despersonalización,
de muerte y reencarnación, de transformación del mundo circundante. Todos ellos
ocasionan estados emocionales complejos y turbulentos que traducen la exaltación
en las fuentes instintivas, fuertemente estimuladas por la impresión de la amenaza al
yo. Así aparecen reacciones como la desesperación, angustia, ansiedad, temores
inciertos, desencadenando todo por la ruptura de los lazos entre los mundos
externos e internos, con la sensación de separación y alejamiento irremediable y
definitivo.

4. Alteraciones conativo-motrices

Los trastornos conativo-motrices de los esquizofrénicos son, los que llaman la atención del
observador profano. Sirven para caracterizar a una forma clínica esquizofrénica: la
catatonía. Sus alteraciones son:

® Hipobulia: significa disminución de la actividad voluntaria. Es más aparente


que real, pues a pesar de que esta disminución es bien evidente en lo referente
a las relaciones con el medio ambiente, no ocurre así en lo que respecta a las
demandas de la vida interior del enfermo.

® Manerismo: consiste en la realización de movimientos amanerados, es decir,


faltos de espontaneidad y de soltura, de carácter artificial y teatral. Esta
alteración es la consecuencia del ejercicio de un control descontrolado de todos
los actos.

® Extravagancias y estereotipias: se trata de una exageración del manerismo.


Cuando las extravagancias se repiten en forma perseverante reciben la
denominación de estereotipias; estás pueden ser de actitud o de movimiento.

® Ecopraxia: Se trata de la imitación de actos realizados por otras personas.


Puede ser expresión de una sugestibilidad patológica, de un aumento del
automatismo o de una intención de juego o de aprendizaje.

® Interceptación cinética: Consiste en la interrupción brusca de una acción ya


empezada conservando entonces el enfermo la posición adquirida.

® Negativismo: puede ser pasivo: desobediencia sistemática y resistencia los


movimientos sugeridos, o activo: ejecución de actos contrarios a los solicitados.

® Obediencia automática: manifestación opuesta al negativismo, consistente en


que el enfermo ejecuta inmediatamente y sin reparo todas las órdenes que
recibe, por absurdas y molestas que ellos sean; es fundamentalmente una
obediencia pasiva.

® Flexibilidad cérea o catalepsia: manifestación propia de la catatonía que


consiste en la exageración del tono postural, a raíz de lo cual las masas
musculares adquieren cierta plasticidad y los miembros y segmentos corporales
Daira Aguilera.

pueden conservar largo tiempo las actitudes impresas, manteniéndose en


posiciones inverosímiles, hasta que cede el tono muscular por agotamiento físico
y caen los miembros por acción de la gravedad.

® Alteraciones del lenguaje: el lenguaje está desviado de su función


primordial. Se transforma en un simbolismo personal, reducido o
proliferante; emanación de un mundo de imágenes que el enfermo parafrasea
sin expresarlo, como nos sucede en el sueño. Con la diferencia de que aquí el
lenguaje metafórico, es el de un ser que no duerme o qué tan sólo está
adormecido, pero que se desvía del mundo real para volverse hacia un mundo
imaginario. Las alteraciones del lenguaje en sus formas diversas son variadas en
la esquizofrenia, y pueden obedecer a diversas patogenias, pero en general
deben ser consideradas como síntomas secundarios es decir derivados de otras
preexistentes. Entre ellos se encuentran las alteraciones de la forma y el
estilo, los neologismos, las estereotipias verbales, la esquizofasia, el
mutismo, las pararrespuestas, las musitaciones y los monólogos y las
alteraciones de la escritura.

SÍNTOMAS PRODUCTIVOS

1. El delirio

Actualmente, ya no se concibe las ideas delirantes o el delirio como una


perturbación, total o parcial, de las funciones intelectuales, sino como el resultado
final de la acción de influencias patógenas sobre la totalidad de la actividad psíquica
personal.

El delirio esquizofrénico, que tiene su más genuina expresión en la forma paranoide, se


caracteriza fundamentalmente por arrancar de una vivencia delirante primaria, más
exactamente de una percepción delirante, aunque a veces lo pueda hacer de las
ocurrencias delirantes.

En primer término el delirio esquizofrénico, precisamente por arrancar de una vivencia


delirante primaria, posee un sentido autorreferencial, ya que su direccionalidad es
centrípeta (busca el centro) con respecto al yo del hombre enfermo; es decir, a este
todo le parece venir de afuera, del mundo externo.

En segundo término, el carácter disgregado del delirio esquizofrénico es la expresión de


esa disgregación y escisión psíquica. De ahí que el delirio esquizofrénico se nos muestre
siempre disgregado y, por lo tanto, deficientemente sistematizado.

2. El autismo

Consiste en la interiorización o reversión (vuelta) de la atención y el interés: el


individuo se repliega sobre sí, se aísla de la realidad objetiva para vivir en un mundo de
representaciones fantásticas. Conjuntamente con la pérdida de contacto vital con la realidad
y como consecuencia de la ruptura de las relaciones con el medio ambiente, el sujeto traza
una vida interior propia, en la que se encapsula relativa o absolutamente, y vive
sumergido en ella, satisfecho o atormentado por sus propias creaciones autísticas.
Daira Aguilera.

En el autismo intervienen simultáneamente dos factores: construcción de una vida


interior propia y ruptura de las relaciones con el medio ambiente real.

El grado de autismo depende del grado de gravedad de la esquizofrenia. El mundo


autístico es para el enfermo tan real como la verdadera realidad; tiene por verdaderas sus
creencias fantásticas y considera, en cambio, falsa la realidad.

Periodo terminal

Si la esquizofrenia, por el curso de su progreso, o por la acentuación de su estado


defectual con cada nuevo brote, alcanza un estado de invalidez psíquica, la cual
permanece estabilizada durante un periodo prolongado, se dice que ha alcanzado un
período o estado terminal. Bleuler ordena los estados finales en:

● Demenciados; son incapaces de mantener una conversación.


● Defectuosos graves: capaces de conversar, pero incapaces de opinar sobre
problemas abstractos.
● Defectuosos leves: con algunos residuos en ciertos sectores aislados y son
capaces de vivir en la sociedad, si no sé roza su contenido patológico, por ejemplo,
el tema de su delirio.
● Remisiones: el defecto es tan leve que el paciente puede hacer vida normal sin
necesidad de concesiones especiales.

Formas clínicas

Krápelin señaló la frecuencia con que cambia una determinada forma clínica en el curso de
un mismo proceso en un mismo enfermo; pero a pesar de ello, en general, en cada
esquizofrénico predomina un determinado tipo de síntomas sobre los demás, lo que permite
diagnosticar una u otra forma clínica.

1. Esquizofrenia simple: se caracteriza por la ausencia de síntomas activos


(alucinaciones, ideas delirantes, síntomas catatónicos), consistiendo
fundamentalmente en un empobrecimiento progresivo de la vida afectiva
primero, y luego de toda actividad psíquica el general. Es crónica, insidiosa y
lentamente progresiva. En todos los casos se van acentuando los rasgos del
carácter esquizoide, el individuo se hace más retraído y extravagante y
paulatinamente abandona sus actividades evolucionando hacia un estado de
apatía y perplejidad, que caracterizan a esta forma clínica, conjuntamente con
el empobrecimiento afectivo. Al cabo de un tiempo, más o menos prolongado
entre 20 y 30 años, el enfermo está tan dominado por su apatía e indiferencia total
que es incapaz de valerse por sí mismo. La destrucción de la personalidad
evoluciona silenciosamente, observándose tan solo la progresiva incapacidad del
enfermo para con sus obligaciones sociales.
2. Esquizofrenia paranoide: comienza a una edad más avanzada que las otras
formas clínicas (entre 21 y 35 años), y se caracteriza por la presencia de ideas
delirantes primarias, que conjuntamente con las ideas delirantes secundarias y
las alucinaciones forman el trípode de esta variedad clínica. El delirio, en los
estados precoces puede presentar una sistematización tal que plantee el diagnóstico
diferencial con la paranoia. Los autores consideran que todo enfermo que sobre
Daira Aguilera.

un delirio presenta alucinaciones, por este solo hecho padece no ya de una


paranoia, sino de una esquizofrenia paranoide. En general, al progresar la
enfermedad, se acentúa la falta de sistematización del delirio, que puede llegar
a tornarse totalmente disgregado e incoherente. En los últimos periodos
aparecen progresivamente otros síntomas esquizofrénicos, como los trastornos del
pensamiento, del lenguaje, del esquema corporal, del gobierno del yo, etcétera.
3. Esquizofrenia hebefrénica: es la forma clínica de aparición más precoz
(pubertad). Sus características son: falta de síntomas productivos, frecuencia
de brotes sin progresión del proceso destructivo de la personalidad y la
alternancia periódica de hipo e hiperactividad, generalmente acompañados de un
cambio del humor, que oscila entre la distimia hipocondríaca y la euforia insulsa,
estúpida, impertinente. No obstante, llama la atención la falta de emoción con qué
afirman las más peregrinas y absurdas ideas hipocondriacas, y de otra parte, en las
fases de agitación, la jocosidad o bobería qué revelan sus amanerados gestos, sus
extravagantes payasadas, sus petulantes y disgregadas disertaciones, en las que
casi siempre pueden sorprenderse las formas verbales características del
pensamiento esquizofrénico.
4. Esquizofrenia catatónica: predominan las perturbaciones psicomotoras. En esta
esfera alternan los periodos de hipocondría y estupor, con los de agitación motriz
violento. Henri ey describe sus variedades clínicas de la catatonía:

® Estupor catatónico: estado de inercia, inactividad, en el que predominan los


signos negativistas y sobre los cuales sobrevienen bruscos accesos de
agitación, que pueden durar semanas o meses.

® Agitación catatónica: caracterizada por una violencia extrema.

® Catatonismo: forma mínima de catatonía.

® Catatonía periódica: episodios catatónicos separados por remisiones.

Eje Temático 7: Profundización teórica de la Psicosis y Psicosis no desencadenadas

LOMBARDI, Gabriel y otros (2009) La clínica del psicoanálisis. Las psicosis 3. Buenos
Aires: Atuel. Cap. 4: “La realidad y su perdida” y Cap. 5: “La cuestión preliminar de
Jacques Lacan”

Cap. 4: “La realidad y su pérdida”

Ø El autor comienza su teorización hablando del SUJETO DE LA ALUCINACIÓN,


afirma que la psicología en el caso de este sujeto, mantiene el estatuto de individuo
y a su vez, define a la alucinación como percepción SIN objeto.

Ø La individualidad del percipiens (sujeto individual que es activo en la percepción)


termina siendo ilusoria (pensar al sujeto como individuo es siempre ilusorio), se debería
mejor hablar de la distribución del sujeto en la psicosis.
Daira Aguilera.

Ø En un psicoanálisis de orientación lacaniana no pensamos en la diferencia entre


percipiens y perceptum, porque pensarlo asi implica pensar al percipiens (sujeto que
percibe) como una unidad, y como dice Lombardi eso siempre tiene algo ilusorio. La
concepción de sujeto barrado en Lacan, viene a sustituir la idea de una unidad yoica
inquebrantable.

Ø Síntoma: Demuestra ser aquella parte del sujeto que rechaza los ideales, que no se
adapta a los ideales de la felicidad, que se niega a esperar el encuentro con dios, y que
no se contenta con el encuentro satisfactorio con una mujer.

Ø Considerar a la alucinación como una percepción sin objeto es una afirmación


que al psicólogo y al psiquiatra les resulta cómoda. Como el psicólogo no ve nada
de lo que realmente le interesa en el núcleo libidinal del sujeto, concluye: SIN
OBJETO. La alucinación: sin objeto. La angustia: sin objeto.

Ø El autor concluye esta primera parte del texto afirmando que la clínica del
psicoanálisis debe interrogar los puntos ciegos de la psicología, por ejemplo,
partiendo de la idea freudiana de que la angustia es angustia ante algo.

La realidad del esquema

® En 1959, Lacan no había elaborado aún su teoría del objeto a(Una cuestion
preliminar a todo tratamiento posible de la psicosis). Cuando el escribe esto todavía no
estaba formalizado el concepto de objeto a minúscula. La invención del concepto del
objeto a: A partir del seminario X DE LA ANGUSTIA 1963, pero los ESCRITOS
FUERON PUBLICADOS RECIÉN EN 1966.

Ø Lombardi señala que será de mucha importancia conocer la elaboración del esquema
R para entender de que manera Lacan plantea la transformación de la realidad en el
caso Schreber, como pasa del esquema R al esquema L (lambda).

Ø El esquema R es una extensión a su vez del esquema L. En el L, Lacan muestra


la supremacía de lo simbólico sobre lo imaginario, la preponderancia de la
relación del sujeto S con el Otro A en el eje de lo simbólico, sobre la relación del
yo a ́ con el otro imaginario a. La diferencia mas importante entre el esquema L y
el R es que en este ultimo se incluye la realidad.

Ø En el R están incluidos los mismos términos que en el L, pero distribuidos en


tres zonas que son las de lo imaginario, lo simbólico y la realidad entre ambas. P,
el significante paterno, es el significante que regula al Otro A como lugar del
lenguaje, proporcionándole una legalidad: se puede decir también que, por la
metáfora paterna, P sustituye a A. El esquema R nos sirve para dar cuenta de la
construcción de la realidad.

La realidad NO es lo real. La realidad es lo que está en lugar de lo real por la textura que lo
simbólico y sus efectos imaginarios imponen a la percepción. Hay otro objeto en cambio que
es decisivo que permanezca afuera de la realidad limitada de lo perceptible. Una
característica fundamental de ese objeto es que no pertenece a la realidad, no es un objeto
de la percepción, está fuera del alcance de los sentidos. OBJETO a.
Daira Aguilera.

El objeto a, el fantasma y la realidad

"Situar en este esquema R al objeto a es interesante por esclarecer lo que él aporta sobre el
campo de la realidad". El objeto a aporta a ese campo la constitución de la realidad
misma, a partir de que él se extrae de ella. "El campo de la realidad no se sostiene sin
la extracción del objeto a, que sin embargo lo enmarca''. La realidad, lo que se percibe,
no es un caos informe, sino que es algo estructurado.

● Lacan propone que la realidad en la neurosis es una realidad que esta determinada
por el marco fantasmático y que este fantasma es un fantasma incc.
● La alucinación psicótica es ante un objeto y es ante el objeto a. Es ante el objeto
mirada y ante el objeto voz SIN INTERMEDIACIÓN DE FANTASMAS.
● El deseo, en la neurosis, esta determinado por la instauración del ste del
nombre del padre y por la inscripción de la significación fálica.
● En la psicosis, la NO instauración del significante del nombre del padre en el
campo de lo simbólico y por ende su consecuencia en el campo de lo
imaginario que es la forclusión del significante fálico, es lo que hace que
claramente que el comportamiento del deseo neurótico y el comportamiento
del deseo psicótico NO TENGAN LA MISMA LÓGICA. Se trata de un deseo
que no esta ordenado por la significación fálica
● La mirada tomada como objeto libidinal, como a, necesariamente queda afuera
del campo visual así delimitado; mientras vemos, no podemos ver a nuestro
propio ojo mirando. Para ver nuestro propio ojo necesitarnos del Otro -que
eventualmente puede ser reemplazado por un espejo-, pero entonces ya no se trata
de la misma mirada, porque ahora la mirada es del Otro -lo que nos aleja de lo
pulsional de la mirada-. La mirada como objeto pulsional no es visible en las
condiciones habituales.

● En el R lo imaginario no incluye solamente la relación especular como en el


esquema L. sino que amplía su espectro -viene al caso decirlo así- para incluir el
fantasma que es lo imaginario inconsciente. La fórmula $ O a designa la
identificación en lo inconsciente del sujeto con el objeto a imaginado en el
Otro, identificación que le permite desconocer la pérdida del objeto a, su
pérdida de la captura de los sentidos. Cuando hablamos de pérdida del objeto
no decimos que falta, o que no está. Puede estar, pero fuera de la captura de
los sentidos.

● Extraído de la realidad perceptiva el a puede funcionar como causa del deseo, y


precisamente porque donde está es irremediablemente irrecuperable. El fantasma lo
sustituye por objetos "truchos", visibles. Por eso Lacan dice que es la pantalla del
fantasma lo que permite funcionar a la realidad. Sin esa pantalla que vela el
agujero dejado por la extracción del objeto, no hay realidad.La manera típica del
neurótico de recuperar ese objeto perdido de la realidad consiste en suponer que
está en el Otro. Sacrifica su vida a la mirada que supone en el Otro.
Daira Aguilera.

El objeto voz

El superyó y la necesidad de castigo que caracterizan a la neurosis se revelan como


una versión fantasmática del objeto voz, se revelan como la puesta del sujeto al
servicio de la voz del Otro. El neurótico no es un perverso, sino que su fantasía
inconsciente reproduce imaginariamente algo parecido a lo que el perverso realiza.
Por eso hablamos de masoquismo moral en el neurótico, y no de perversión. “Lo que
el neurótico fantasea, el perverso lo lleva a cabo”.

Podemos escuchar los significantes que estructuran nuestro mundo a condición de


que la voz se silencie. La voz como objeto pulsional no es sonoro, es silencioso, no
es audible. La voz es ese marco de silencio que estructura la realidad auditiva.

El objeto de la alucinación

¿Qué sucede cuando ese objeto silencioso o invisible, pulsional y no fantasmático, la


voz o la mirada, excluido de la realidad, retorna a ella? Eso da lo que llamarnos
alucinación: la desorganización de la realidad por la intrusión del objeto que no debía
ser percibido. La alucinación no es entonces percepción sin objeto, sino la
percepción del objeto que no debería ser percibido.

® Baillarger, en 1846 describió lo que llamó "alucinaciones psíquicas", en las que


el enfermo se ve invadido por voces interiores, voces secretas, voces sin ruido, palabras
intelectuales que se le imponen con la mayor extrañeza.

® Algunas décadas después Séglas llamó "alucinaciones psicomotrices verbales"


a la variedad en que el sujeto no escucha palabras, sino que las emite en voz baja o en
voz alta, a veces sólo con movimientos esbozados de los labios, apenas perceptibles,
pero en todos los casos sin que el sujeto se reconozca en la enunciación.

® De Clérambault por su parte describió numerosos fenómenos en que la


alucinación no es estésica: eco del pensamiento, intrusión de pensamientos extraños,
absurdos, adivinación del pensamiento, intromisión de sentimientos intelectuales o de
veleidades vacías, etc.

Si añadimos a éstas la amplia variedad de alucinaciones en que el sensorium interviene


más claramente, porque el sujeto las escucha, las ve, las huele, podemos ver que lo que
retorna lo puede hacer por cualquiera de los bordes de la realidad. Schreber pone en
evidencia la necesidad de una topología para explicar la relación del sujeto con el
objeto en la psicosis. Allí explica que las expresiones, preguntas y giros que se le
imponían (tales como "los malditos jugueteos con los hombres". O "¿qué será esta maldita
historia?"), no surgían en su cabeza, sino que se los pronunciaba dentro de ella desde
afuera.

Schreber explica que estamos acostumbrados a pensar que todas las impresiones que
recibimos del mundo externo se nos transmiten por los así llamados "cinco sentidos". Pero
resulta ser que él recibe sensaciones lumínicas y sonoras proyectadas en su interior por los
Rayos (que para Lacan son los significantes), por una vía distinta de los cinco sentidos, vía
Daira Aguilera.

a la que llama sus "ojos espirituales". La voz es audible y la mirada es visible aun
cuando sus orejas y sus ojos estén completamente obturados.

Es la realidad misma la que se desdibuja, se desarma, se pierde, cuando el verdadero


objeto libidinal retorna a ella.

Eso no sucede en la psicosis, donde lo alucinatorio traza el trayecto de retorno del


objeto, y desarma más bien la realidad. Suele ser el trabajo del delirio el que con el
tiempo logra crear una realidad nueva, completamente diferente de la anterior al
desencadenamiento.

Lejos de poder afirmar entonces que la alucinación es una percepción sin objeto,
concluimos en primer lugar que la alucinación suele no ser una percepción, y en
segundo que es difícil sostener que es sin objeto, porque la alucinación es la
presencia misma en el campo de la realidad del objeto no perceptible, que condiciona
la subsistencia de la realidad. En cierto sentido la alucinación es la percepción del
auténtico objeto, del que no es ilusorio, del verdadero efecto del significante en lo
real.

El fenómeno de franja

Es un fenómeno en que se hace visible o audible lo que linda justo con borde de la
realidad, pero que está fuera de ella. La alucinación suele instalarse en el centro de la
realidad, desorganizándola. El fenómeno de franja, en cambio, es un efecto que
ocurre en su borde.

¿Por qué dice que los fenómenos de franja son mucho más alucinatorios que las
alucinaciones mismas? Porque dan cuenta de una condición estructural anterior a las
alucinaciones, y es que lo real se estructura antes de toda dualización de los fenómenos del
lenguaje, antes del surgimiento del Otro.

Los fenómenos de franja son situados por Lacan con toda precisión en dos
momentos estructuralmente definibles: el de la prepsicosis y el del alejamiento o la
desaparición del Otro durante la psicosis ya desencadenada.

Esos fenómenos en el caso de Schreber son el milagro del aullido que surge de sus
entrañas, los gritos de socorro que "surgen de la totalidad de la masa de los nervios
divinos que se desprenden". Los más evidentes fenómenos de franja son las
creaciones milagrosas que se producen, dice Schreber, “cerca de mi": moscas.
arañas, mosquitos y otros insectos, también pájaros. Esas creaciones milagrosas se
producen justo por fuera de su campo visual. IMPORTANTE!!!

Ese cerca de mí, pero fuera de la captura de los sentidos que caracteriza a los
fenómenos de franja, se traduce en las psicosis en una rica fenomenología que
comprende las alucinaciones llamadas extracampinas (el sujeto "ve" algo por detrás
suyo, fuera del campo visual), y que para Lacan incluye también las "perturbaciones" de las
que hablaba Schreber, "eclosiones próximas en la zona oculta del campo perceptivo, en la
habitación vecina, en el pasillo, y otras manifestaciones que, sin ser extraordinarias, se le
imponen al sujeto como concerniéndole'', como producidas a propósito suyo.
Daira Aguilera.

CALLIGARIS, Contardo. (1991). Introducción a una clínica diferencial de las psicosis.


Buenos Aires: Ediciones Nueva Visión. Cap. I: “La estructura psicótica fuera de la
crisis”; Cap. II: “Desencadenamiento y evolución de la crisis”

1 LA ESTRUCTURA FUERA DE LA CRISIS

Calligaris fue un psicoanalista italiano que decía que todo psicoanalista debería pasar por la
experiencia de trabajar con la psicosis. Poder identificar un psicótico fuera de la crisis es
todo un desafio, siendo que una psicosis desencadenada es mas facil de verla.

El diagnóstico de la estructura psicótica

Para la clínica clásica, si no hay fenómenos elementales de crisis (delirios,


alucinaciones, alteraciones), no hay categoría nosográfica de psicosis. Sin embargo,
la clínica psicoanalítica puede hablar de estructura psicótica en ausencia de cualquier
crisis psicótica y de sus manifestaciones.

CASO CLÍNICO: Paciente que estuvo en analisis mas o menos 1 año en Italia. Fue la 1ra°
vez que el autor llego a un diagnostico de psicosis en ausencia fenoménica de
manifestaciones de psicosis. Se trataba de un paciente norteamericano. El autor relata que
este paciente fue “traído”, pero no traido fisicamente por alguien, traído en el sentido en que
su mujer frecuentaba los medios analiticos y le decía que tal vez tuviese que hacer un
analisis. Se trataba de un muchacho de mas o menos 30 años con una historia bastante
extraordinaria. Antecedentes del muchacho: Fue militar combatiente y dejo el ejercito
americano al finalizar su periodo. Él había regresado a los Estados Unidos de una manera
interesante. El regresaba, pero no había llegado a los Estados Unidos, porque se había
quedado en India. Se quedo allí durante mucho tiempo y en ese entonces se había
relacionado con las drogas hasta llegar a Europa. Allí encontro a la mujer con la que se
caso. Como la mujer era de Paris y dueña de una empresa, vuelven a Francia donde el
muchacho ocupa un cargo en dicha empresa. El hombre había terminado siendo amante de
su suegra, lo que le traía problema a su mujer o tal vez a su suegra, pero a el no, no le
planteaba ningún problema. Luego de un tiempo, Calligaris comenta que no asistió mas a
terapia y el supo enterarse que, una noche en un bar, un grupo de bandidos le habían
ofrecido participar de un asalto y el aceptó. El asalto había salido mal, uno había muerto y el
fue preso.

● El 1er indicador que alerta a Calligaris de esta psicosis es el hecho que no el


muchacho no llega a analisis por cuenta propia, sino que es llevado por su
mujer. Por lo general es lo que sucede en las psicosis, el sujeto no va por
cuenta propia sino que es el de afuera el que ver “la locura” y sugiere arrancar.
● El 2do indicador tiene que ver con la EXAGERADA PLASTICIDAD por parte del
sujeto al lograr adaptarse a situaciones muy distintas.
● El 3er indicador que se le presenta es que todo le daba lo mismo, no se le
presentaba como un problema el hecho de estar con su mujer y suegra a la
vez.
● Es un sujeto que no manifestaba culpa ni angustia por haber estado con su
suegra, por haber robado un banco, y aca es donde se piensa en aquello que
Daira Aguilera.

tambien sucede con el perverso, pero lo fundamental es ver como se


manifiesta. En este ejemplo, Calligaris menciona que no estaba ese beneficio
secundario o esa posición gozosa del perverso en estar con su mujer y suegra
a la vez.
● Lo que era extraordinario para esta persona es que estaba disponible para
CUALQUIER COSA. Cualquier camino y dirección eran para el direcciones
posibles, caminos posibles.
● Todo esto se relaciona con su historia de vida, de haber sido combatiente de
Viet Nam, con una historia pesada como la de cualquier combatiente, a pasar a
ser hippie en la India, y finalmente llegar a Paris e insertarse en lo mejor de la
alta sociedad.
● Todo esto lo hacia perfectamente sin poder medir la diferencia de valor y
significación que había entre esas cosas.
● El acepto en su momento formar parte del asalto, el que nunca había cometido
un acto criminal, y acepto porque ellos se lo pidieron. Acepto porque ¿Por que
no?...
● El muchacho le había hablado de su infancia: una infancia ligada a una secta
protestante bastante cerrada.
● El ocupaba un lugar de mensajero entre sus padres. La posición de una
persona que llevaba mensajes ida y vuelta, sin querer saber nada de los
mensajes. Como si la tarea fuera mantener, tejer redes de lazos, de recorrerla
sin tener que privilegiar una dirección, un sentido e incluso uno de los dos
polos. Había tambien algo de eso en la circulación de el, entre su esposa y su
suegra.
● Su analista tenia la sensación de que su infancia estaba situada en un espacio
infinito que no era ideologizado. por ejemplo: Nada de lo que hablaba se presentaba
como una forma de significación electiva, pero todo tenia significación.
● Calligaris comenta en el texto que al principio de la cura la cuestion
diagnóstica para el era diferenciar entre una perversión y una psicosis.
● Si pensamos en el diagnostico que pudo haberle dado la psiquiatria a este
muchacho hubiese sido el siguiente: psicópata logrado.
● Calligaris menciona que el analisis para este sujeto había sido un recorrido mas,
como podía hacer sido su recorrido por la India, o su recorrido por la alta burguesía
en Paris, en el asalto al banco o en la guerra de Vietnam.
● Para un neurótico una elección asi seria dramática, son elecciones de gran
consecuencia y de gran importancia para la neurosis normal, en cambio, para
este sujeto, eran triviales.

Lectura del caso por Calligaris:

● Es un sujeto eminentemente errante, en el sentido de errancia, no de error.


Pero, por otro lado, ¿por qué errar? Porque justamente hay algo más. Se trata de
un horizonte de significaciones que no se organiza alrededor de una
significación central que organizaría todas las otras; como consecuencia de
esta posición, el sujeto tiene que errar.
Daira Aguilera.

● Errar porque no existe un lugar a partir del cual podemos medir la


significación de lo que estamos haciendo. En esta medida es evidente que la
única cosa que queda es recorrer todos los caminos. Lo que queda es un recorrido
infinito, un recorrido sin parada. Es un recorrido infinito, pero un infinito no
idealizado. Errar en el sentido de atravesar el mundo y sus caminos. “Todos los
caminos llevan a Roma”, para el no.

La estructura psicótica

Cualquier tipo de estructuración del sujeto es una estructuración de defensa, en la


medida en que subjetivarse, existir como sujeto, obtener algún estatuto simbólico,
alguna significación, es necesario para que el sujeto sea algo distinto de lo Real en
su cuerpo. ¿Defensa contra qué? Contra lo que sería imaginariamente su destino si no
se defendiese estructurándose: ser el objeto de una demanda imaginaria del Otro,
perderse como objeto de gozo del Otro.

SABER NEURÓTICO VS. SABER PSICÓTICO:

El saber con el cual el sujeto se defiende no es el mismo en la neurosis que en la


psicosis.

● La apuesta neurótica es que haya "por lo menos uno" que sepa lidiar con la
demanda del otro, entonces el saber va a tener un sujeto supuesto, y la problemática
de defensa se va a jugar en relación de cada sujeto con "por lo menos uno" que
sabe. Es en esta relación que el sujeto se constituye y obtiene una significación.

● La elección psicótica es otra: no pasa por la referencia a un sujeto supuesto saber.


Si para el sujeto psicótico no hay un amarre de un punto de capitón, tampoco habrá
organización centralizada de su saber y de su mundo. Él no está midiendo su
significación del mismo modo que cualquier neurótico mide continuamente su
significación respecto de un lugar central.

La vida del neurótico es un rumbo en el cual la significación está dada por una
orientación en relación con la cual hay yerros (hay una dirección por la cual ir nos
podemos equivocar pero hay orientación), pero no errancia, siendo esta orientación
ejemplarmente la necesidad, el servicio de la deuda paterna. La vida misma del
psicótico es una errancia, pero no por ello sin significación.

¿Que produce la necesidad de la errancia en cuanto tal? PREGUNTA DE AGUSTINA


EN LOS FINALES

El neurótico se defiende con un saber sobre la demanda del otro, que él supone a un sujeto,
al padre como detentor supuesto de un saber esencialmente sexual. Este saber le permite
al neurótico descansar depositando la confianza en el padre.

Si para el psicótico el saber de defensa es sin sujeto, entonces este saber no puede
ser parcial, pues no vale por el dominio que un sujeto supuesto ejercería sobre la
demanda del otro, sino que debe por sí mismo tejer una red total e idealmente
Daira Aguilera.

completa que proteja de la demanda del sujeto. Aparte de eso, sí ese saber no tiene
sujeto supuesto en quién confiar, la tarea de sustentar o de producir la red de este
saber le corresponde al sujeto mismo. De allí la necesidad de una errancia infinita.

Otra diferencia significativa reside en el lugar donde se sitúa el saber de defensa.

● Para el neurótico es un saber supuesto al padre.


● Para el psicótico no puede ser supuesto y debe ser producido. Hay errancia.
● La errancia psicótica no es necesariamente una operación motriz. Puede ser una
errancia intelectual. Se trata de un pensamiento que tiene un horizonte de
totalidad, que no se autoriza a partir de una filiación, o sea, de una transmisión, sino
que se sustenta en sus propios recorridos, y por eso sólo puede emanar de la cosa
misma, como si aflorase en su superficie.

La forclusión como concepto negativo

Calligaris le hace una critica a Lacan, porque este ultimo postula que la forclusión es
lo propio de la psicosis. Calligaris en este punto dice “como podes decir que lo propia de
la psicosis es justamente algo que no tiene”... Teniendo en cuenta que en la psicosis el
nombre del padre esta forcluido, no esta. Desde este punto de vita, este concepto se
posiciona como un universal negativo de la psicosis, pero no necesariamente constituye
el centro de la misma.

Saber y significación en estructura psicótica

Cuando un analista encuentra un paciente en el camino de la errancia nunca es


interpelado como un sujeto supuesto saber del paciente, sino como una red y lateral
del saber, como un pedazo de saber total a través del cual o por el cual el sujeto va a
pasar.

La Constitución de un delirio después de una crisis psicótica es una metáfora, una metáfora
delirante, en la misma medida en que es una metáfora fracasada. La metáfora es una
operación que supone una primacía de la significación sobre el significante. El sujeto
psicótico no dispone de esa referencia.

De cualquier modo, cuando el sujeto psicótico encuentra la necesidad o una


imposición al referirse a una metáfora paterna, que no está simbolizada por él, qué es
una referencia a lo imposible, lo que ocurre es que ese lugar organizador vuelve para
él, pero no vuelve en lo simbólico, porque en ese simbólico no hay esa función,
entonces vuelve en lo real confrontando lo con la tarea de construir una metáfora
homóloga a lo que es una metáfora neurótica de filiación.

Un delirio es eso: el trabajo de construir una metáfora paterna, entonces una filiación
y su relativa significación, lidiando con una función paterna no simbolizada, pero si
en lo real. Es con un delirio que un sujeto psicótico trata de armar para el mismo una
significación que no le sería garantizada por una filiación simbólica. El sujeto psicótico
tiene que sustentar el mismo, con su certeza yoica, un saber infinito. De allí su
errancia infinita.
Daira Aguilera.

¿Qué es el saber psicótico más acá de cualquier tipo de problemática delirante? Para este
sujeto, que parece estar en una errancia no hay relación fundante a un significante paterno.

2. DESENCADENAMIENTO Y EVOLUCIÓN DE LA CRISIS

Sobre el desencadenamiento de la crisis

El desencadenamiento de una crisis es relativo a una imposición. Alguna cosa llega a


imponer al sujeto referirse a una función paterna, organizarse como sujeto y obtener su
significación de sujeto en relación con un amarre fijo, central, que organizaría su saber.
Imposición a referirse a un amarre fijo, a una función paterna, una imposición a sustentarse
en un saber organizado como el saber neurótico. Ejemplo de Schreber.

● El desencadenamiento es super subjetivo: En algunos casos el debut puede


tener que ver con empezar a estudiar una carrera, otros con el debut sexual,
otros con el hecho de sr madre, etc.
● Desde nuestra posición como analistas: Indagar sobre el momento de
desencadenamiento de la psicosis, es ofrecerle al sujeto la posibilidad de
armar una metáfora delirante o bien, un momento de socialización de la misma
(Pensar en la presentación de enfermos).

El orden de la crisis

La crisis es pensada como imposición, crepúsculo, alucinación auditiva, intento de


constitución de delirio o fracaso del delirio, o sea, intento más o menos logrado de
constitución de un delirio. El crepúsculo es el hecho de que, a partir del momento en el que
llega la imposición, lo que era saber del sujeto entra en estado crepuscular, queda sin
ningún tipo de significación.

1. El saber del sujeto psicótico fuera de crisis está organizado de una forma
específica, sin un amarre central homólogo a la función paterna en la neurosis.
2. Una imposición no negociable golpea al sujeto exigiéndole que se refiera a una
función paterna.
3. De pronto su saber se crepusculariza (se pone en jaque) y la forma específica de
ese saber aparece como falta en lo simbólico de la instancia evocada por la
imposición: forclusión de la función paterna.
4. Los significantes evocados por la imposición hablan en la real, porque la función
misma que están llamados a ocupar no está simbolizada por el sujeto. No estar
simbolizada significa que su saber no se orientaba alrededor de una función
paterna central. LA FUNCIÓN PATERNA MISMA ES LO QUE HABLA EN LO
REAL.
5. Intento de constitución de una metáfora delirante, con el objetivo de armar el
mismo una significación que no le seria garantizada por la filiación simbólica. Intento
de compensación.

Posición del analista:


Daira Aguilera.

Los analistas debemos tener cuidado de NO ocupar el rol de desencadenamiento de la


psicosis con nuestras intervenciones. La mejor posición que se puede tomar ante estos
sujetos es la escucha, ser pasivos en las intervenciones.

Calligaris dice que el profesional debe ocupar el rol de secretario para el paciente
psicótico. El análisis va a ser algo más que va a formar parte de la errancia de ese sujeto,
por lo tanto, se tiene que acompañar y estar a la par del paciente en ese recorrido, aunque
desde la lógica neurótica podemos pensar que ese acompañamiento no le sirve, o no tiene
ninguna utilidad para esa persona, en el sentido de que tal vez para ese sujeto no tenga
nadie (por ejemplo, de su familia) que escuche su delirio y poder explayarse en eso que le
pasa o siente. En la clínica con el paciente también tenemos que tener en cuenta que
al psicótico todo le hace signo, todo quiere decir algo para él. Como no maneja la
cuestión metafórica, entienden todo de forma literal.

El autor también va decir que el desencadenamiento de la psicosis va a ser relativo a


una imposición, al sujeto se le impone desde afuera tener que dar respuestas
en relación a algo; y al no contar con determinado saber o referencias para responder
a eso es donde se produce el desencadenamiento.

En el caso Schreber, por ejemplo, en Lombardi se dice que en estos puestos para los que este
concursaba eran puestos que le demandaban posicionarse en un lugar de autoridad y eso
automáticamente lo hacía remitirse a una función paterna de la cual no disponía, y fue eso lo que
produjo el desencadenamiento ≠ Freud.

Imposición y forclusión

Lo que está forcluido no son los significantes relativos al padre, al marco edípico,
sino que lo que está forcluido es la función organizadora del nombre del padre. Lo
que está forcluido es el amarre en cuanto tal. No es que el paciente psicótico no
disponga de significantes para hablar de su padre, de su familia, sino que el problema
es que estos significantes no tienen la función de amarre central como en una
metáfora neurótica.Se trata de la forclusión de una función. Lo que va a hablar en lo real,
porque no está simbolizada, es la función. Va a hablar con significantes que ya estaban en
el saber del sujeto.

La metáfora delirante es una metáfora paterna pero delirante, en la medida en que la


posición paterna queda en lo real. La metáfora no paterna se genera si existe una
significación en el sujeto psicótico fuera de la crisis, entonces debe haber una metáfora, una
metáfora diferente de la metáfora paterna, sin un amarre fijo, porque si hay amarre fijo
hay función paterna. Cualquier metáfora delirante es paterna. Una metáfora delirante
responde a la necesidad del sujeto psicótico de estructurarse como neurótico. Por lo tanto
responde a una imposición.

La proposición entre delirio y alucinación

La alucinación auditiva tiene un estatuto muy diferente de las otras alucinaciones. Esa es la
vuelta en lo real de la función paterna que, solicitada y forcluida, habla. Y es por eso que
podemos decir que siempre hay por lo menos una alucinación auditiva en cada crisis, pues
en cada crisis la función paterna vuelve en lo real. Si, a partir de una situación
Daira Aguilera.

crepuscular, el trabajo del delirio es construir un tipo de defensa homóloga a la metáfora


neurótica, sí ese trabajo no logra la posición objetal del sujeto, aparece en los real mismo
bajo la forma de alucinación, por ejemplo, visual. Cuando el trabajo del delirio se logra, la
defensa misma del sujeto se logra, su estatuto queda eminentemente simbólico con la
diferencia de que el sujeto se refiere a un padre real, el cual habla en lo real a través de la
alucinación auditiva.

Transferencia en la crisis psicótica

Se trata de que el paciente interpela al analista cuando la crisis está desencadenada,


cuando la imposición ya fue recibida y el mecanismo de la crisis ya comenzó. El interpela al
analista para poder constituir con él, o tratar, algo así como una metáfora delirante que
responde la situación de crisis que está haciendo anticipada.

Manifestaciones psicóticas en la neurosis

En el marco de una estructura neurótica, puede ocurrir que algunos significantes del
registro paterno amarrados en la metáfora, hayan producido por lo menos una vez en
el historial del paciente un efecto traumático, o sea producían otra cosa que un efecto
de significación y filiación, un efecto propiamente traumático. De allí que cuando el
sujeto neurótico, en una referencia cualquiera a la función paterna, evoca este significante
específico que fue traumático, sucede que este significante vuelve en lo real.

En efecto, se puede pensar que un significante paterno que no produjo significación, que
golpeó traumaticamente en el sujeto, no fue simbolizado. Si se trata de sujetos neuróticos,
un mínimo de elaboración bastará para que rápidamente el significante traumático sea
simbolizado, vuelva a producir significación. Desde este punto de vista, no pueden
considerarse crisis psicóticas, se trata de episodios de apariencia psicótica y producidos por
un mecanismo homólogo a la psicosis en el marco de una neurosis.

FREUD, Sigmund. (1980). Fetichismo. En Obras completas. (Tomo XXI) Buenos Aires:
Amorrortu editores.

El fetiche es un sustituto del pene, pero no es el sustituto de uno cualquiera, sino de un


pene determinado, muy particular, que ha tenido gran significatividad en la primera infancia,
pero se perdió más tarde: normalmente debiera ser resignado, pero justamente el fetiche
está destinado a preservarlo de su sepultamiento. El fetiche es el sustituto del falo de la
mujer (de la madre) en que el varoncito ha creído y al que no quiere renunciar. El varoncito
rehusó darse por enterado de que la mujer no posee pene. Pues si la mujer está castrada,
su propia posesión de pene corre peligro, y en contra de ello se revuelve la porción de
narcisismo con que la naturaleza ha dotado justa mente a ese órgano. El adulto vivenciará
luego un pánico semejante si se proclama que el trono y el altar peligran, y lo llevará a
parecidas consecuencias ilógicas.

La percepción permanece y se emprendió una acción muy enérgica para sustentar su


desmentida. Tras su observación de la mujer el niño salva para sí su creencia en el falo de
aquella. La ha conservado, pero también la ha resignado; en lo psíquico la mujer sigue
teniendo un pene, pero este pene ya no es el mismo que antes era. Fue designado su
sustituto, por así decir, que entonces hereda el interés que se había dirigido al primero. Ese
Daira Aguilera.

interés experimenta un extraordinario aumento porque el horror a la castración se ha erigido


un monumento recordatorio con la creación de este sustituto. Permanece, además, la
enajenación respecto de los reales genitales femeninos, que no falta en ningún fetichista.
Perdura como el signo del triunfo sobre la amenaza de castración y de la protección contra
ella, y le ahorra al fetichista el devenir homosexual, en tanto presta a la mujer aquel carácter
por el cual se vuelve soportable como objeto sexual.

Cabría esperar que, en sustitución del falo femenino que se echó de menos, se escogieran
aquellos órganos u objetos que también en otros casos subrogan al pene en calidad de
símbolos. Acaso ello ocurra con bastante frecuencia, pero sin duda no es lo decisivo. En la
instauración del fetiche parece serlo, más bien, la suspensión de un proceso, semejante a la
detención del recuerdo en la amnesia traumática. También en aquella el interés se detiene
como a mitad de camino; acaso se retenga como fetiche la última impresión anterior a la
traumática, la ominosa. Entonces, el pie o el zapato —o una parte de ellos— deben su
preferencia como fetiches a la circunstancia de que la curiosidad del varoncito fisgoneó los
genitales femeninos desde abajo, desde las piernas; pieles y terciopelo fijan la visión del
vello pubiano, a la que habría debido seguir la ansiada visión del miembro femenino; las
prendas interiores, que tan a menudo se escogen como fetiche, detienen el momento del
desvestido, el último en que todavía se pudo considerar fálica a la mujer. Es lícito formular
que el modelo normal del fetiche es el pene del varón, así como ese órgano inferior, el
pequeño pene real de la mujer, el clítoris.

1- Explique cuáles son las exteriorizaciones (conductas) del fetichismo: Los varones
que poseen un fetiche rara vez lo sienten como un síntoma; las más de las veces están
contentos con él y hasta alaban las facilidades que les brinda en su vida amorosa. El
fetichista venera su fetiche, lo trata de una manera que equivale a la figuración de la
castración. Esto acontece cuando se ha desarrollado una fuerte identificación con el padre.
El fetichismo desempeña entonces el papel del padre, a quien el niño, había atribuido la
castración de la mujer. La ternura y hostilidad en el tratamiento del fetiche, que
respectivamente corren en igual sentido que la desmentida y la admisión de castración, se
mezclan en diferentes casos en proporciones desiguales.

2- ¿Cuál es la función del fetiche para el psicoanálisis? El fetiche es un sustitutivo del


pene, y no de uno cualquiera, sino de un pene que ha tenido gran significatividad en la
primera infancia, pero que se perdió más tarde. Esto es: normalmente debiera ser
resignado, pero justamente el fetiche está designado a preservarlo de su sepultamiento.

El fetiche es el sustituto del falo de la mujer (de la madre) en que el varoncito ha creído y al
que no quiere renunciar. El modelo del fetiche es el pene del varón, así como ese órgano
inferior, el pequeño pene real de la mujer, el clítoris

FREUD, Sigmund. (1980). La escisión del yo en el proceso defensivo. En Obras


completas. (Tomo XXIII) Buenos Aires: Amorrortu editores.

El yo del niño se encuentra, pues, al servicio de una poderosa exigencia pulsional que está
habituado a satisfacer, y es de pronto aterrorizado por una vivencia que le enseña que
proseguir con esa satisfacción le traería por resultado un peligro real-objetivo difícil de
Daira Aguilera.

soportar. Y entonces debe decidirse: reconocer el peligro real, inclinarse ante él y renunciar
a la satisfacción pulsional, o desmentir la realidad objetiva, instilarse la creencia de que no
hay razón alguna para tener miedo, a fin de perseverar así en la satisfacción. Es, por tanto,
un conflicto entre la exigencia de la pulsión y el veto de la realidad objetiva. Ahora bien, el
niño no hace ninguna de esas dos cosas, o mejor dicho, las hace a las dos
simultáneamente, lo que equivale a lo mismo. Responde al conflicto con dos reacciones
contrapuestas, ambas válidas y eficaces. Por un lado, rechaza la realidad objetiva con
ayuda de ciertos mecanismos, y no se deja prohibir nada; por el otro, y a renglón seguido,
reconoce el peligro de la realidad objetiva, asume la angustia ante él como un síntoma de
padecer y luego busca defenderse de él.

Las dos reacciones contrapuestas frente al conflicto subsistirán como núcleo de una
escisión del yo. La función sintética del yo, que posee una importancia tan extraordinaria,
tiene sus condiciones particulares y sucumbe a toda una serie de perturbaciones.

La Estructura de la perversión – Angélica Marchesini

La autora inicia su teorización planteando la idea de que es importante hacer objeciones a


la idea de que los perversos no acuden a una consulta analítica. Asi, si queda en analisis es
porque no resulto ser un verdadero perverso.

La autora propone pensar en la diferencia entre la estructura perversa y los rasgos


perversos en la neurosis.

¿Cuáles son las condiciones necesarias, desde el psicoanálisis, para definir a un


verdadero perverso?

La aproximación freudiana.

La perversión es una de las 3 grandes estructuras clínicas. Es un concepto clínico que


Freud describió como una desviación con respecto al acto sexual haciendo referencia
a la practica sexual y a su condición erótica. Freud al elaborar su teoría de la
sexualidad, encuentra en la perversión la persistencia o reaparición de un
componente parcial de la sexualidad en la manera perversa de consecución de la
gratificación sexual.

Negación de la castración del Otro.

Freud creyó encontrar el mecanismo específico que opera en la estructura perversa,


la Verleugnung, que podemos diferenciar de la Verdrangung y la Verwerfung. A causa
que la represión opera también en la estructura perversa y la renegación está
presente en la psicosis, no resulta por sí sola la Verleugnung apropiada para definir la
perversión.

La renegación de la castración tendría para Freud un origen edípico, el perverso estaría


fijado a fines sexuales pregenitales. El paso a la plena organización genital que supone la
superación del complejo de Edipo y la asunción de la castración, en la perversión no
tendría una salida normal, debido a una fijación libidinal patógena, en la etapa
pregenital.
Daira Aguilera.

Lacan en el Seminario La angustia, para referirse a la perversión propiamente dicha recurre


al objeto de la pulsión. El objeto en la perversión, afirma, está construido sobre la base
del intento de negar la castración de la madre, constituye una desmentida de la
castración materna. Por lo tanto, la perversión es un modo de respuesta del sujeto a
la falta del Otro y un intento de cubrir la falta materna. Más tarde dirá que, más que
negación del Otro, el perverso necesita que el Otro exista.

Perversión a nivel del comportamiento relacional.

En el Seminario La identificación cuando Lacan se refiere a la perversión sostiene que


no habría que limitarse al plano “sexual” para definirla. La perversión está a nivel del
goce, y poco importa la parte corporal puesta en juego para obtenerlo. “Si quieren
reservar el diagnóstico de perversión sólo a las perversiones sexuales, no sólo esto no
conducirá a nada… La única manera de aproximar la perversión es intentar definirla ahí
donde está, o sea a nivel de un comportamiento relacional”.

El perverso sabe que la razón de ser es el goce.

Lacan, en la dirección de la cura dice que al neurótico le falta una razón para ser, para
justificar su existencia. Es así como buscará lo que le falta, el complemento de ser en el
Otro. En cambio, el perverso que llega a análisis no viene por ninguna falta, él ya ha
encontrado el objeto de la libido que le procura un goce. Él tiene esta certidumbre
sobre el goce, que sabe a dónde buscarlo. En principio no se implica en ninguna
pregunta, ya que tiene la respuesta, sabe que la razón de su ser es el goce y poco
espera del análisis.

Más bien es el perverso quien hace sentir a su partenaire la falta, causando angustia
en el Otro. La paradoja del perverso analizante es que en un cierto nivel tiene una
respuesta segura, pero trabaja para el Otro todo el tiempo. El perverso lo hace todo
por el Otro, trabaja para que el Otro goce. Pero no es cierto que el goce en juego sea
el suyo.

Es instrumento de goce del Otro, la inversión del fantasma.

Si bien en apariencia es como si los otros no le importaran, él se ofrece al Otro para


que goce de él. Eso es lo que Lacan llama hacerse instrumento del goce del Otro, se
trata de un valor instrumental. El fantasma se invierte y eso define la posición
perversa, si no hay inversión estamos frente a una neurosis. Desde su posición
certera y firme se sitúa en el lugar de la causa. Él se convierte en objeto de goce del
Otro, por eso él está en posición de objeto.

El objeto está velado y representado por un fetiche.

Freud en 1905, en el apartado sobre el fetichismo de su artículo Tres ensayos para


una teoría sexual, sostiene que el fetiche es un sustituto del falo materno, sustituto
inapropiado del objeto sexual. Mientras que años más tarde, en 1927, agrega que lo
que el fetichista hace no es reprimir el falo femenino, sino desmentirlo. Aún más, el
fetiche lo protege de la amenaza de castración.
Daira Aguilera.

Miller comenta un ejemplo en el que el objeto de la elección puede ser una mujer de
tacones altos. Si bien el objeto elegido es la mujer de tacones altos, si luego son necesarios
sólo los tacones altos para producir satisfacción, serán éstos un objeto fetiche. Es una
sustitución, y ese fetiche es condición de goce sexual del objeto de la elección.

El perverso encarna el objeto

Entonces la tesis de Lacan es que el perverso encarna el objeto por la vía de un fetiche,
siendo la condición que encarne el objeto, y ante la pregunta ¿Qué es en el deseo? Un
objeto fetiche, que se encuentre en el lugar de la causa, el fetiche tiene que estar, y es lo
que le permite ser el amo de esa posición.

Ya en la psiquiatría al describir las anomalías sexuales, se presenta al fetichista como


alguien que cuenta con uno o varios objetos fijos que hacen a la condición erótica. Lacan
hace una salvedad, afirma que, si bien el fetiche es fijo, el partenaire puede no serlo,
puesto que cuando no logra que el Otro goce en la escena, comienza con la
búsqueda de otro, lo cambia.

El acto perverso y la voluntad de goce.

En el acto perverso el objeto está de su lado y el Otro en posición de sujeto. El perverso no


es un transgresor, porque el acto perverso no es la consecuencia de lo prohibido. En
el acto causa goce en el partenaire, quiere finalmente que el Otro goce. El concepto
de voluntad de goce implica la imposición de la ley de goce en la escena. Sus actos no
son libres, sino que algo lo empuja, algo lo determina y se le impone como una voluntad. El
perverso no se opone a ese empuje, no contraria esa voluntad, sino que desea eso.

El perverso produce la división en el Otro.

De este modo, al ejercer la voluntad de goce en el partenaire trata de producirle su


división subjetiva. Él en posición de objeto causa la división a partir de ser el objeto,
él encarna el objeto. Se trata de una posición excepcional en el deseo, una posición
que ningún neurótico consigue, unir el deseo a la voluntad. Por ello no necesita ni la
aprobación, ni el acuerdo del Otro, él anda solo, funciona bien, no tiene razones para
cambiar. Él es como una roca dice Lacan, ya que no se avergüenza, no se ruboriza, ni
tiene sentimiento de culpa. No tenemos más que recordar que el neurótico no tiene
una respuesta al goce, le resulta siempre faltante, en déficit y produce síntomas por
doquier.

Ruptura con los pares sadismo-masoquismo, exhibicionismo-voyeurismo.

Dando vueltas por lo ya dicho advertimos que Lacan rompe con la idea de pares. El
masoquismo no es la posición del partenaire del sádico. Son dos posiciones
heterogéneas, que Lacan propone estudiar a nivel del objeto y del sujeto barrado. Uno
no es el reverso del otro, porque un perverso, por todo lo antes dicho, no puede ser
partenaire de otro perverso, ya que no puede producir su división subjetiva, es indivisible.
Diríamos que son relaciones asimétricas o en términos freudianos: ninguna pulsión
comporta el recorrido inverso de la otra. El sádico no es partenaire del masoquista, ni el
Daira Aguilera.

exhibicionista del voyeurista. Por tanto, los perversos no se dividen, y necesitan


producir en el Otro la división subjetiva, causando angustia en el compañero.

Lo que tienen en común las distintas perversiones.

El esfuerzo de Lacan, radica en encontrar en las distintas posiciones perversas,


sadismo, masoquismo, exhibicionismo y voyeurismo, las mismas condiciones: que el
objeto sea representado por un fetiche y la imposición de la voluntad de goce. A la
variación de estas distintas presentaciones, las encontrará en los distintos recorridos
fantasmáticos. Lacan plantea que el perverso pretende fundar la relación sexual que no hay
con la ayuda de su fantasma, que utiliza para captar el goce de su compañero sexual, y así
verduguea al Otro, lo somete, se exhibe, etc. El tipo de perversión será el modo en el que
busca hacerse instrumento del goce del compañero sexual.

Resulta que el neurótico también puede llegar a decir te hago lo que quiero, pero una
vez en la escena se angustia, se inhibe, a diferencia del perverso, que decididamente
se sostiene en eso, sin detenerse en justificaciones como el neurótico. Miller opone la
voluntad de justificación del neurótico a la voluntad de goce del perverso.
Precisamente éste no escucha lo que el Otro le demanda, no hay más que lo que él
impone, esa es su pasión, su voluntad de goce.

Sadismo.

A la altura del Seminario La angustia Lacan sostiene que no es tanto el sufrimiento


del Otro lo que se busca en la intención sádica como su angustia. El sádico intenta
completar al Otro quitándole la palabra e imponiéndole su voz y tanto más cuando
ese Otro tiene menos autoridad.

Los personajes de Sade muestran cómo el sufrimiento causado al Otro es para producir la
división subjetiva. Como el juez sádico que, con sus fetiches a mano, recibe la demanda de
la joven para que salve a su padre condenado a la ejecución. El juez acepta evitar la muerte
del padre de ésta a condición que la joven virgen se preste.

Bruscamente, la ubica frente a un problema ético, ella está dividida entre salvar su honor o
salvar la vida de su padre. El juez opera como objeto, ella queda en posición de sujeto
dividido, mientras el sádico aspira a que la joven se angustie. El deseo sádico es un
experto en hacer vibrar la angustia del otro. El sádico no es más que el instrumento
del suplemento dado al Otro, pero que en este caso el Otro no quiere. No quiere, pero
obedece de todos modos.

Masoquismo.

El hecho que el masoquista perverso requiera de un fetiche es, en este caso aún más
claro el intento de ser un objeto. Así lo exclama Leopold Von Sacher Masoch en La
venus de las pieles; estaba enamorado de Wanda a la que extorsiona para que lo trate
como un esclavo, en formas cada vez más humillantes, ese es el deseo. Y acerca de su
condición erótica: “El dolor posee en mi un encanto raro, nada enciende en mí más la
pasión que la tiranía, la crueldad y sobre todo la infidelidad”. Y el Otro está concernido en
tanto el perverso desde esa posición hace angustiar al Otro.
Daira Aguilera.

En el caso de Sacher Masoch, un detalle crucial es que Wanda se compromete a usar


pieles que están ubicadas en el lugar de fetiche. Wanda como objeto de elección - y las
pieles ubicadas en el lugar de fetiche, fetiche causa, como elemento fijo -, se compromete
con Masoch a llevar pieles a la escena.

Voyeurismo.

Muestra una vez más que el Otro es necesario en la perversión, trata de ver a la mujer
dedicada al goce de su propio cuerpo. De alguna manera procura interrogar en el Otro
aquello que no se puede ver, él aporta su mirada. Además, su reducción a la posición
humillada, hasta ridícula…obedece según Lacan a que Otro pueda atraparlo. Cabe afirmar
que él se convierte en mirada oculta, que no tiene nada de íntima, es éxtima. De ahí
que, siguiendo el razonamiento de Miller, el perverso es aquel a quien el deseo no le
impide tener voluntad de goce. El perverso para realizar la pulsión escópica, necesita
alguien a quien mirar o alguien que lo pueda mirar, necesita un objeto en el mundo
externo.

Exhibicionismo.

También aquí trata de obtener la presencia, la aparición del Otro. El deseo apunta al
Otro, ya que los efectos de una exhibición, provocando miedo o no al testigo provoca
ese pudor y vergüenza que divide al sujeto. Él es quien ofrece a ver, trata de hacer
surgir en el Otro la mirada.

El exhibicionista queda atrapado por el goce del Otro, y como en el resto de las
perversiones el goce en juego es el del Otro, esa es la condición.

Condición que divide al partenaire pasajero, lo fuerza a llevar su mirada ahí, si se abre la
bragueta del pantalón, ante la puerta de una Escuela y alguna de las estudiantes no
parpadea, ni se ruboriza, sino que en su lugar es recriminado por la mujer o bien ella ante
presenciar su acción larga una carcajada, el acto perverso no tiene efecto. El fantasma
perverso tiene que armar un lugar donde el sujeto quede dividido, y sólo el acto es
logrado si causa goce en el partenaire.

En términos generales, la perversión es una prueba al analista para que suprima toda
contratransferencia, - como sugiere Miller en Los fundamentos de la perversión - ya
que esta estructura clínica pone en cuestión los juicios más íntimos del analista.

Psicosis Ordinarias – Artículos sugeridos por el equipo de cátedra (se subirán a


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Lo que hemos llamado “clínica estructural” toma como referencia la estructura del lenguaje.
Ella supone partir de algo ya estructurado cuya célula fundamental da cuenta de la cadena
significante y su significación retroactiva.

Es el “trastorno” de esta célula lo que ordena y clasifica las diferentes estructuras clínicas.
También es la ruptura lo que se pone en juego en distintos fenómenos clínicos: los
desencadenamientos, la desestabilización del fantasma, la aparición del síntoma, la
irrupción de la angustia, etc. En este sentido entendemos una clínica de la discontinuidad.
Daira Aguilera.

El nombre del padre, al ser una forma particular de sinthome -la más común- sirve para
anudar.

La psicosis ordinaria es una propuesta de definición clínica de Jacques-Alain Miller: “la


psicosis ordinaria no tiene una definición estricta. Todo el mundo es alentado a dar su
opinión y su definición de la psicosis ordinaria. No he inventado un concepto con la psicosis
ordinaria. He inventado una palabra, he inventado una expresión, he inventado un
significante, al dar un apunte de definición para atraer a los diferentes sentidos”.

Formalización de las psicosis ordinarias

Lacan: “Tratemos de concebir ahora una circunstancia de la posición subjetiva en que, al


llamado del Nombre-del-Padre responda, no la ausencia del padre real, pues esta ausencia
es más que compatible con la presencia del significante, sino la carencia del significante
mismo […]. En el punto donde, ya veremos cómo, es llamado el Nombre-del-Padre, puede
pues responder en el Otro un puro y simple agujero, el cual por la carencia del efecto
metafórico provocará un agujero correspondiente en el lugar de la significación fálica. […]
Está claro que se trata aquí de un desorden provocado en la juntura más íntima de
sentimiento de la vida en el sujeto”.

Las clasificaciones basadas en la discontinuidad, en las estructuras, plantean problemas


actualmente al clínico. La clínica de las psicosis admite una temporalidad que no es solo la
de la sincronía (gobernada por el desencadenamiento y su coyuntura particular) que está
presente en las psicosis extraordinarias. También debemos contemplar la temporalidad
diacrónica en aquellos casos donde no encontramos un momento claro de ruptura.

Esto nos lleva de una clínica discontinuista (que permite fundar clases) a otra que posibilita
la última enseñanza de Lacan.

Miller sitúa la invención de este sintagma como un intento de esquivar la rigidez de la


clínica binaria (neurosis o psicosis). Pero aclara que, si bien la psicosis ordinaria es una
manera de introducir el tercero excluido por la rigidez binaria, debemos introducirla en el
campo de las psicosis.

La neurosis es una estructura muy precisa, si durante mucho tiempo (incluso años) no
encontramos elementos evidentes para reconocerla claramente en un paciente, deberíamos
pensar en la posibilidad de una psicosis velada que debería poder deducirse de pequeños
indicios, de signos discretos. Una neurosis es una formación estable, que se organiza por
medio de la constancia en la repetición. Si no encontramos esto, debemos buscar los signos
discretos de “desorden en la juntura más íntima del sentimiento de la vida en el sujeto. El
desorden se sitúa en la forma en la que se siente el mundo que nos rodea, en la forma que
se siente el cuerpo y en la forma de referirse a nuestras propias ideas. ¿Cuál es, pues, este
desorden que llega a la juntura más íntima del sentimiento de la vida en el sujeto”?

Miller propone reconocer ese desorden en base a una triple externalidad: una externalidad
social, una externalidad corporal y una externalidad subjetiva.

Respecto a la externalidad social, la pregunta es por la función de la identificación social


que nos da un lugar, un sostén (una identificación profesional, por ejemplo). Miller precisa
Daira Aguilera.

que “el más claro indicio se encuentra en la relación negativa que el sujeto tiene con su
identificación social. Cuando hay que admitir que el sujeto es incapaz de conquistar su lugar
al sol, asumir su función social. Cuando se observa un desamparo misterioso, una
impotencia en la relación con esta función. Cuando el sujeto no se ajusta, no en el sentido
de la rebelión histérica o de la manera autónoma del obsesivo, sino cuando existe una
especie de foso que constituye de forma misteriosa una barrera invisible. Cuando se
observa lo que yo llamo una desconexión, una desunión”

La segunda externalidad que establece Miller es la externalidad corporal. Lacan afirma


que “no somos un cuerpo, sino que tenemos un cuerpo”. Esto sitúa al cuerpo como Otro
para el sujeto. Es algo que percibimos de modo claro en la histeria, donde “el cuerpo hace
lo que quiere”. También, en el cuerpo masculino, una parte no siempre obedece. Pero, a
diferencia de lo que ocurre en las neurosis, Miller señala que “En la psicosis ordinaria hay
que tener algo más, un desajuste. El desorden más íntimo es una brecha en la que el
cuerpo se deshace y donde le sujeto es inducido a inventarse vínculos artificiales para
apropiarse de nuevo de su cuerpo, para “estrechar” su cuerpo contra el mismo. Para decirlo
en términos de mecánica, necesita una abrazadera para aguantar con su cuerpo”.

La tercera externalidad que sitúa Miller es la subjetiva. Cuando se trata de la dimensión


del Otro subjetivo: “La mayoría de las veces esto lo encontramos en la experiencia del
vacío, de la vacuidad, de lo vago, en el psicótico ordinario. Podemos encontrarlo en
diferentes casos de neurosis, pero en la psicosis ordinaria se busca un indicio del vacío o de
lo vago de una naturaleza no dialéctica. Existe una fijeza especial de este indicio. […]
También debemos buscar la fijación de la identificación con el objeto a como desecho. La
identificación no es simbólica, sino muy real, porque no utiliza la metáfora. […] Digo que es
una identificación real ya que el sujeto va en la misma dirección a realizar el desecho en su
persona”. Otra dimensión de la externalidad subjetiva es que, en las psicosis ordinarias, “las
identificaciones se construyen con un batiburrillo”, no son identificaciones que tienen un
centro sólido y claro.

Estas tres externalidades, nos permiten un marco donde encuadrar las particularidades de
la psicosis ordinaria. Los detalles clínicos remiten a un desorden central. A diferencia de los
casos llamados borderline, no se plantea que se trate de sujetos que no son ni psicóticos ni
neuróticos. La psicosis ordinaria es una clínica de los pequeños indicios de la
forclusión, es una clínica de la psicosis, por lo tanto. Tampoco es reductible a la
categoría de psicosis no desencadenada, que se sitúa en el horizonte temporal de un
posible desencadenamiento, ya que “[…] algunas psicosis no llevan a un
desencadenamiento: son psicosis, con un desorden en la juntura más íntima, que
evolucionan sin hacer ruido, sin explosionar, pero con un agujero, una desviación o una
desconexión que se perpetúa”.

Fenomenología clínica de las psicosis ordinarias

La clínica de la psicosis ordinaria se presenta bajo la forma de pequeños indicios que


pueden pasar inadvertidos. Ansermet señala los siguientes: “[…] Puede tratarse de
extravagancias, de un manejo particular del lenguaje, de disturbios del pensamiento, de
ataques de angustia no reconocidos como tales, que surgen como acontecimientos del
cuerpo. El sujeto puede también encontrarse socialmente desinsertado, con obstáculos en
las relaciones, un brusco rechazo al otro, sin premisas, sin historia, desconectado del
Daira Aguilera.

tiempo de los otros”. Ansermet aclara que debemos distinguir el signo discreto de la
solución que engendra precisamente porque “[…] El signo puede volverse discreto debido a
la solución puesta en juego. Del mismo modo que podría decirse que hay signos discretos
que no detectamos. Y hay soluciones que resisten y soluciones que no resisten”.

Gustavo Dessal precisa diferentes fenómenos clínicos que deben ser tomados en cuenta
para pensar un posible diagnóstico de psicosis ordinaria. Enumera los siguientes: “[…] se
trata de sujetos que suelen carecer de discurso en lo que se refiere a su historia. Se apoyan
en un limitado ramillete de frases más o menos coaguladas en su significación para referirse
a su pasado y a las circunstancias relevantes, pero en las que se destaca muchas veces
con gran nitidez la ausencia de implicación subjetiva. […] es frecuente que se trate de
personas cuya vida sexual es o bien inexistente, o que muestran signos a veces sutiles y
otros más marcados de una relación lábil con la identidad sexual. Las dificultades en el lazo
social suelen ser también manifiestas, aunque también nos encontramos con muchas
excepciones en este plano, especialmente en aquellos sujetos que son exitosos en alguna
actividad profesional, artística o comercial. Pero incluso en estos casos percibimos que con
frecuencia el vínculo social está atravesado en distintos grados por signos de agresividad,
desconfianza paranoide, o pasajes al acto generalmente discretos, pero que muestran
puntos de forclusión inequívocos. Otro aspecto interesante, es el hecho de que muchos
sujetos a los que consideramos psicóticos ordinarios suelen manifestar de forma
espontánea una extraordinaria tendencia a recrear en su discurso una novela “edípica” poco
filtrada por la censura”. “Las psicosis ordinarias, como cualquier otra entidad clínica,
presentan muy distintas fenomenologías. Desde el exceso de normalidad, hasta la
apariencia de una neurosis caracteropática grave. En cualquier caso, nunca falta el núcleo
delirante, evidentemente encapsulado, apenas un atisbo de ideación que el paciente
confiesa de forma subrepticia, o que mantiene a resguardo mediante circunloquios o elipsis
del discurso. También podemos añadir que en ocasiones se aprecia una fijeza muy
particular en la significación, son aquellos casos en los que el paciente es capaz de
mantener un discurso fabricado a partir de sintagmas que ha ido seleccionando aquí y allá,
que suplen su imposibilidad de metaforizar lo real, pero que le sirven como una forma de
nominación. Lo advertimos en el uso constante de tópicos, refranes, frases hechas, giros
retóricos, citas, incluso chistes, que conforman una suerte de “ideología” verbal que el
paciente repite para encuadrar el vacío de la enunciación”.

Igualmente, la dificultad incomprensible para realizar tareas o actividades,


supuestamente al alcance de la capacidad del sujeto, y que con frecuencia desempeñaba
con normalidad en el pasado, puede ser el signo de una ruptura psicótica no evidente. La
relación al lenguaje también está alterada. A menudo hablan a partir de refranes, o lugares
comunes, que recubren el vacío de una enunciación propia. También podemos observar,
como ha señalado Eric Laurent, un “uso casi neológico de palabras comunes”.

Estamos hablando de una clínica que, al menos en su expresión formal, podemos


reconocer todos, y cuyas manifestaciones no responden a la lógica de los síntomas
neuróticos.

Civilización, discurso y psicosis

En las psicosis ordinarias los signos no son espectaculares, son discretos. Tampoco los
déficits son espectaculares. Por esto podemos hablar en estos casos de la locura
Daira Aguilera.

normalizada tal como la denomina José María Álvarez. Desde su perspectiva, la locura
normalizada describe un conjunto de psicosis en las que las manifestaciones son discretas
pero que deben contemplarse como formas achicadas, subclínicas o atenuadas, de
paranoia, esquizofrenia o melancolía-excitación. José María Álvarez destaca que “con la
psicosis enloquecida, la normalizada comparte las experiencias genuinas que la identifican
como psicosis o locura y la separan de la neurosis. Se trata de experiencias que se
caracterizan, en lo tocante al saber y la verdad, por la certeza, la revelación y el rigor; en lo
que atañe a las relaciones con los otros, por la autoreferencia, la extrañeza, la intrusión
xenopática, la soledad por excelencia y el perjuicio; en cuanto a la satisfacción, el placer y el
goce, por la plenitud, el exceso y la intensidad insoportable; con respecto al cuerpo, por la
fragmentación y la desunión”. Para José María Álvarez la gravedad, o la adecuación a la
realidad común, no es lo determinante para el diagnóstico de psicosis sino compartir
experiencias genuinas como las referidas.

Los psicóticos ordinarios son psicóticos que se confunden con lo común, mientras los
extraordinarios siempre son excepcionales. Es algo constatable en la clínica: el sujeto de la
persecución, el del delirio mesiánico o el de la erotomanía, no se piensan a sí mismos en el
registro de lo común sino en el registro de la excepción.

Marie-Hélène Brousse, sostiene que el campo de las psicosis parece desarrollarse y


modificarse en la actualidad. Lo relaciona con que el declive de la función paterna, del poder
del Nombre-del-Padre, va acompañado de la pluralización de su función. Así, sí en las
psicosis extraordinarias (de las que el caso Schreber sería un paradigma), el sujeto tiene
que encarnar la excepción que falta (Schreber tiene que encarnar la mujer que le falta a
Dios), “[…] En la psicosis ordinaria los pacientes no se dedican a encarnar ellos mismos la
función de la excepción que falta en la organización simbólica. “Ordinaria” en la psicosis
ordinaria significa pues no excepcional, común, banal”.

Al lugar de la evaporación del padre vienen las normas sociales. Ante el declive de la Ley
proliferan las normas, el sentido común (ordinario). Por eso, dice Marie-Hélène Brousse,
“Cuando hablamos de psicosis ordinaria se trata de comportamiento supersocial, de
sumisión absoluta, metonímica sin duda y no metafórica, a los usos comunes, a la
banalidad tal como se define por la mediana de la curva.

SCHEJTMAN, Fabián. (2013) Psicopatología: clínica y ética. De la psiquiatría al


psicoanálisis. Buenos Aires: Ed. Grama. Cap. “La liquidación de las perversiones”.

Liquidaciones

Liquidación de las perversiones, efectivamente, a modular de modo triple. Uno, liquidación


de la practica perversa; dos, liquidación de la perversión del fantasma; tres, liquidación de la
perversión como categoría nosológica. Sostenidas esas tres, seguramente, por la
liquidación actual del pére-vers, liquidacion del "hacia el padre", o de la p'ere-version, de la
versión del padre.

La fauna extinta del doctor Krafft-Ebing

Comienzo por la liquidación de la practica perversa. Parafraseando al Lacan de Palabras


sobre la histeria, que se interroga por el paradero de las desaparecidas histéricas de la
Daira Aguilera.

época de Freud, podría preguntarse ¿a dónde se han ido los perversos de antaño?, esa
rara fauna clasificada minuciosamente antes de Freud por Richard Von Krafft-Ebing la que
sin duda constituyó la base misma del desarrollo freudiano sobre el asunto. Se encuentra
bien conservado el bello zoológico del doctor Krafft-Ebing, perfectamente inexistente en la
actualidad. Se trata, en efecto, de la compilación de cientos de observaciones muy cuidadas
de una fauna extinta ¡imposible de clonar en nuestros días! Eso está liquidado. Vale la pena
corroborarlo y asomarse, cuando mas no sea un poco, a esas páginas de la Psycopathia
sexualis, deteniéndose brevemente en algunas de esas observaciones, una especie de
viaje a un tiempo que se fue.

® Los cortadores de trenzas: Tómese el fetichismo, que es paradigmático en este


sentido, por ejemplo, el de los cortadores de trenzas, ciertamente muy frecuente sobre
fines del siglo xix. Estos casos de fetichismo de las trenzas, que conducen a atentados
sobre esos atributos de mujeres, se producen de vez en cuando en todos los países. En
noviembre de 1890, ciudades enteras de Estados Unidos estaban, según los diarios
norteamericanos, conmovidas por algún cortador de trenzas.

® Bombachas y pañuelos: Avanzo ahora con un segundo tipo de fetichismo, el de la


ropa interior.

El derecho al goce, el deber de gozar

Efectivamente, en la actualidad no hay ya más fetichistas de trenzas, bombachas o


pañuelos. Verdaderamente si queda alguno es excepcional, y el fetichismo que resta y se
extiende en nuestra época nada tiene que ver con las descripciones clásicas. En efecto, las
perversiones prosperan por doquier como transgresión allí donde el religioso indica con
precisión por dónde anda el pecado, el moralista lo que es censurable, o el médico lo que
debe ser curado.

Perversiones liquidas, perversiones en liquidación

Debe subrayarse la aparente paradoja antes aludida: el empuje contemporáneo al goce


conduciendo a la liquidación de las practicas perversas tradicionales. Si hay consentimiento
mutuo y somos adultos, adelante. Entreguémonos pues a estas nuevas y democráticas
perversiones liquidas. Más bien, perversiones lavadas, pasadas por agua, diluidas,
perversiones wash and wear.

Paidofilia

Quizás solo la paidofilia se exceptúa de la exuberante promoción de las perversiones


liquidas ofrecidas por el mercado... legalmente. En efecto, si la paidofilia se preserva de la
más generalizada liquidación de las perversiones, ello lo consigue al precio de conservarse
propiamente en la esfera del delito. Ahora bien, es notorio que, a la vera de su
circunscripción asegurada como delito, se ve a la paidofilia florecer, no obstante, más o
menos oculta, más o menos disfrazada, pero difundida sin más, en el nivel del "turismo
sexual", en el del contrabando de imágenes por internet y en la promoción de las "lolitas" al
foco de la escena televisiva.
Daira Aguilera.

La paidofilia condenada como delito, a partir de la promoción de los derechos del niño y la
niña, claro está. Pero también, entonces, su reverso: el usufructo solapado del niño-gadget.

Versatilidad

Paso ahora de la liquidacion de la practica perversa a la liquidacion de la perversión del


fantasma.

En tiempos de declive o desbaratamiento de la función del padre, encontremos bastante


extendida la debilidad, cuando no la inoperancia del fantasma, lo que da por resultado este
sorprendente polimorfismo desbrujulado. Compatible, además, con el empuje al goce
propuesto por el mercado: ¿Que... no has experimentado por ese lado aun? ¡Cómo es
posible! ¿Consecuencias? Uno, depresión. ¿Que nos queda una vez que lo hemos
probado todo... o casi todo? Dos, cinismo. La ostensible posición cínica es correlativa de la
liquidacion de la padre-versión fantasmática, soporte en última instancia de cualquier
posición creyente. Tres, franca perversión polimorfa infantil.

De las perversiones a las parafilias

Liquidacion de la perversión como categoría nosológica. El término "perversión" en el


DSM ha sido reemplazado allí ya desde los años '70 por el mas neutro y aséptico, de
"parafilia". Se trata propiamente de la medicalización del pecado, por la cual, desde el fin del
siglo xix, los antes denominados "degenerados", "sodomitas", "pederastas", "depravados"
pasaron a ser los "perversos" en el discurso científico médico-psiquiátrico. De modo que el
término "perversión", ahora condenado por la fuerte carga moral y valorativa que conlleva, y
por ello expulsado de las páginas del DSM, otrora era justamente la novedad que permitía
al psiquiatra clásico desprender de su ciencia "neutral" los juicios morales y religiosos.

Homosexualidad, gerontofilia y sentido común progresista

Desde que fue creado en los años '70, el conjunto de las parafilias fue perdiendo
integrantes de entre sus filas. Seguramente, el retiro más rimbombante lo constituyo la
separación de la homosexualidad en 1973. En efecto, la homosexualidad llamada
egosintonica desaparece de las páginas del manual en ese año.

Sin manifestación alguna la gerontofilia fue retirada del grupo de las parafilias. Es que su
condición de miembro de esta tropa solo se justifica, solo tiene sentido, en épocas en las
que el goce sexual del anciano -o de la anciana- no este contemplado... ¡o se lo difame! El
joven "desviado" ("graofilia" en este caso -e s decir, la atracción que se siente por mujeres
ancianas-) que eventualmente "abusa" de la mujer madura, la que hace tiempo se ha
retirado de la acción... pero eso es historia.

No se trata solamente de que la diferencia de edad en las parejas, permitida socialmente,


vaya ampliándose progresivamente. Es que hoy en día, la gerontofilia, no solo no es una
perversión, sino que hablar de gerontofilia supone ya, incluso, una discriminación contra las
personas de edad.

Señalo entonces que el famoso Manual Diagnóstico y Estadístico de los Trastornos


Mentales recoge así los efectos del capitalismo y de la promoción universal de los derechos
Daira Aguilera.

del hombre sobre... el sentido común, siempre tan bien repartido. Y el DSM, con sus
categorías también democráticamente consensuadas, recibe el impacto de esa
propagación: de la decadencia de la medicalización o patologización del pecado, a la
liquidación, a la dilución de la perversión como categoría nosológica en "modos de vida",
"orientaciones sexuales", "decisiones personales", "elecciones íntimas".

El psicoanalista queer: rechazo de la perversión, de la psicopatología y de la clínica

En efecto, asoma desde hace unos años -aunque remedando expresiones contestatarias de
otras épocas una versión del psicoanalista, políticamente correcto, que cierra filas con l@s
universitari@s de los gender studies y la queer theory, y anuncia que él también rechaza la
categoría clínica de la perversión, rémora de la moralina del pasado que habría que
erradicar del campo analítico. El "psicoanalista queer” llega todavía mas allá: un
psicoanálisis que se precie de tal, no lo seria de un sujeto neurótico, psicótico o perverso, y
menos todavía de uno hombre o mujer. No es solo la perversión, es el uso de las categorías
nosológicas y los tipos clínicos lo que este "psicoanálisis poslacaniano"- echa por la borda
para descontaminar el barco analítico de sus residuos médico-psiquiátricos.

Hay tipos de síntoma

Hay anudamientos sintomáticos particulares. Y estos síntomas particulares tienen tipos, y el


síntoma del obsesivo no es el síntoma de la histérica. El psicoanálisis, es otra cosa que el
progresismo-queer-nominalista, con el que lo quiere lustrar el poslacaniano, para ponerlo "a
la altura de la epoca".

La perversión y la psicopatología

¿Y que, de la perversión, finalmente? Por supuesto que se constata en la actualidad la


liquidacion más generalizada de las practicas perversas, tanto como el declive de la
perversión monomorfa del fantasma, así como la expulsión de la perversión de las páginas
de los modernos manuales de diagnóstico, su excomunión de las categorías nosológicas.
Pero hay que señalar que lo que llamamos psicopatología no se restringe a la construcción
de tales categorías.

Para hacer psicopatología hay que dar el paso que supone por ejemplo la introducción de
hipótesis sobre los mecanismos de formación de síntomas, es decir, hay que poder avanzar
de la clasificación al interrogante por la causa.

Las perversiones por mas escandalosas, exóticas, riesgosas, obscenas, desviadas o lo que
fuere que sean, no garantizan la perversión en el nivel de la estructura. Diversas prácticas
"perversas" en el plano descriptivo, son perfectamente compatibles, en efecto, con
estructuras neuróticas, psicóticas, o perversas. Y, a la inversa, la ausencia de prácticas
"perversas" ostensibles, o la presencia de las perversiones liquidas ofertadas por el
mercado, a las que antes hice referencia, no aseguran que no pueda constatarse allí la
posición de instrumento del goce del Otro, que da cuenta de la perversión en un sentido
estructural. De modo que la perversión resta, persevera, mientras las perversiones se
liquidan al ritmo que fija la época.

Zac, Joel. (1973). “Psicopatía”


Daira Aguilera.

Las psicopatías podrían ser descritas como una específica estructura de la personalidad, no
sólo en su comportamiento en general, sino asimismo en la modalidad especial de sus
valores éticos, de sus intereses sociales y de la estructura familiar o grupal, que está al
servicio de ideales vindicatorios.

REDEFINICIÓN DE LA PSICOPATÍA

Consideraciones generales

Schneider: la personalidad psicopática era definida como una estructura caracterológica:


son pacientes que sufren y hacen sufrir a los demás.

Actualmente esta cualidad no es nítida ni suficientemente definitoria, pues se considera que


corresponde prácticamente a todos los cuadros psicopatológicos.

En los períodos del ordenamiento nosográfico inicial, las personalidades sociopáticas fueron
consideradas como anomalías constitucionales del carácter. En realidad, se los ubicaba
como variaciones cuantitativas de la denominada personalidad normal. A estos factores se
agregaban aquellos otros de carácter hereditario, constitucional o disposicional.

Históricamente el concepto de personalidad psicopática fue utilizado durante mucho tiempo


para la designación de un conjunto de cuadros clínicos proteiformes, que carecían de una
Clara delimitación de otras estructuras de la personalidad.

Paulatinamente, mediante el esclarecimiento de la dinámica de la conducta objetiva y de las


motivaciones y los conflictos básicos inconscientes de las psicopatías, se pudo agrupar una
serie de elementos coincidentes, abiertamente predominantes. De tal modo, se constituyen
en los aspectos clínicos definitorios de la organización psicopática de la personalidad.

Pero a la vez que en la secuencia temporal se llegaba a una profundización en el


conocimiento de la dinámica de los conflictos inconscientes, en las últimas décadas se
advirtió que los acontecimientos sociales tenían una significación trascendente en la
causación de las enfermedades mentales.

La pauta de la conducta

Se presenta una actitud básicamente antisocial y agresiva. Su conducta no se modifica por


ejemplo por premios, es recurrente y refractaria al castigo. Tampoco cambia por la
experiencia, que no es aprovechable en el aprendizaje de la psicopatía. Éste no respeta las
leyes y siente un fuerte antagonismo hacia la autoridad, siendo su conducta imprevisible e
irresponsable. La conducta de acción tiene un carácter definitorio. El comportamiento es
aloplástico, concreto, no simbólico y tiene generalmente un secreto significado vindicatorio y
talionico. Tiende a provocar sorpresa y miedo en el otro, y asimismo hacer explosivo en
intervalos irregulares.

Su comportamiento revela una incapacidad casi absoluta para hacerse cargo y cumplir con
una tarea útil con características estables. Se presenta un exceso de agresión. Tiene
intolerancia a las restricciones de la sociedad y a la frustración, y es incapaz de aceptar la
demora de una gratificación. Presenta una grave perturbación en los sentimientos de amor y
de culpa, y por lo tanto fracasa en lograr cierto grado de insight.
Daira Aguilera.

Externaliza el afecto a través de actos concretos y tiene falla en los intentos de control
interno de sus conflictos intrapsíquicos. Su enfermedad consiste en buena parte en sus
dificultades para pensar y comunicarse y también para manejar las situaciones
interpersonales. A su vez padece una marcada incapacidad para concentrarse y para
cualquier esfuerzo sostenido.

Tiene una dificultad para articularse en la relación grupal más amplia, pues esto implica una
necesidad de mayor control sobre los otros. La situación grupal amplia se convierte en
peligrosa cuando excede sus posibilidades máximas de control sobre el grupo.

No tiene un sentido adecuado de la realidad y por lo tanto no se puede adaptar al medio ni


a la sociedad o a la cultura en la que vive por qué su interpretación de la realidad es
incorrecta o falsa. Abusa de la racionalización.

El punto de vista psicopatológico, dinámico y de las relaciones interpersonales

El psicópata posee una estructura narcisista, cuyas ansiedades básicas primarias son de
características francamente persecutorias, que pueden alcanzar gran intensidad. La
Fantasía inconsciente básica predominante está caracterizada por ansiedades
persecutorias y confusionales, con un tipo de relación objetal específica y defensas como la
omnipotencia, la identificación proyectiva, etcétera, que pueden llegar a un cierto equilibrio
inestable, cuya descomposición llega a desembocar en la psicosis o la criminalidad.

Trastornos psicopatológicos:

● Perturbaciones de distinta índole en la estructura de la identidad, que conducen a la


mutilación funcional del yo
● Alteraciones en el desarrollo de la simbolización que afectan en consecuencia la
aparición de la capacidad de pensar, y por lo tanto la posibilidad de formular el
pensamiento verbalizado
● Una patología característica referente al juego de roles adjudicados y asumidos en la
sociedad, que se traduce en una distorsión e inadecuación de las relaciones sociales
● Ciertas alteraciones de la comunicación basadas en perturbaciones de la relación
entre meta comunicación y comunicación, cuyas incongruencias expresan aspectos
patológicos

El parlamento puede ser directo o tangencial, a veces imperativo y con exigencias


continuas. La acción y la inoculación fuerza al otro para que actúe el rol que el psicópata
necesita hacerle actuar.

El punto de vista de las características básicas de la personalidad

1. Por sus características el psicópata podría ser incluido en la denominada


personalidad autoritaria, con la configuración que dicha estructura posee. Quizás los
rasgos más específicos son los referentes a la sumisividad autoritaria, la
estereotipia, el cinismo. El primer factor se refiere a la incapacidad para criticar,
rechazar o rebelarse activamente contra figuras y los valores del endogrupo más
importante, la familia por ejemplo, que necesita identificar proyecto tivamente en el
depositario que desempeñará ese rol.
Daira Aguilera.

2. La conducta es aloplástica.

Estas dos cualidades facilitan la inserción del psicópata, desde el punto de vista general, en
instituciones autocráticas, discriminatorias, raciales, etcétera. De esta manera encuentra
una salida institucionalizada para su hostilidad, o sea para la necesidad antisocial, algo que
se agrega la posibilidad de desempeñar el rol de otro (impostor)

Esta estructuración básica de roles asumidos y adjudicados se origina en la identificación


proyectiva en el otro de ciertos roles que necesita excluir de sí mismo y controlar en el otro
con técnicas adecuadas

Factores sociales determinantes de la sociopatía

● Los económicos
● La ideología
● Los factores socioeconómicos y políticos

Propuesta de definición

La psicopatía es una organización de la personalidad históricamente determinada por una


distorsión infantil de la evolución yoica, con una estructura narcisista egosintonica, con
intolerancia a la frustración y una irresistibilidad impulsiva psicopatologicamente
caracterizada por el predominio intrapsíquico de una situación básica que estructura la
neurosis grave de la infancia (psicosis) con deterioro de la identidad como la simbolización,
la socialización, el control de la agresión, la comunicación, con conductas aloplásticas
concretas resultantes de la interacción inicial del niño con su ámbito familiar y grupal, con un
superyo lacunar deficitario.

En el adulto estos actualiza como comportamiento estereotipado, hostil, antisocial, cruel,


con carencia aparente de angustia, de sentimientos de culpa, de insight, de capacidad de
amar, con una ideología autocrática y sumisividad, con ataques a los objetos y a las
relaciones interpersonales. También se evidencian en el psicópata adulto trastornos de la
identidad (aspectos confusionales), en el pensamiento (perturbación en la simbolización), en
la socialización (capacidad de adjudicar y asumir roles; de adquirir experiencia), de la
comunicación (lenguaje de acción), con técnicas defensivas centradas en la omnipotencia,
la identificación proyectiva y otros mecanismos tempranos.

Posee un modelo estereotipado de conducta de acción aloplástica, con características


sádicas vindicatorias (tendientes al robo, al engaño, al crimen o a la impostura).

Notas definitorias mínimas: incapacidad para tolerar la frustración; conducta aloplástica y


antisocial; incapacidad para instrumentar la angustia; gran dificultad para usar el
pensamiento como acción de ensayo.

Problemas diagnósticos

® Psicopatía:

Para un diagnóstico general de la psicopatía hay que considerar inicialmente la precocidad


y cronicidad de las perturbaciones; la sintomatología, la dinámica intrapsíquica, la conducta,
Daira Aguilera.

las relaciones interpersonales, que generalmente pueden convertirse en los elementos


básicos primarios que a nuestro juicio determinan el diagnóstico. La personalidad
psicopática, es puesta en evidencia porque su historial está plagado de conflictos
significativos, notoriamente manifiestos desde los primeros años de vida. Son remanentes
de la conducta de acción que es normal durante las etapas evolutivas infantil, puberal y aun
adolescente, que no fueron elaboradas en el proceso vital general.

Estos remanentes suelen reaparecer en el segundo periodo de la adolescencia como


estereotipos, como pautas de conducta patológica. Se podría diagnosticar la psicopatía en
la época escolar, a través de dos vertientes del comportamiento infantil. Una de esas se
refiere a la escolaridad y a las dificultades en el desarrollo del aprendizaje. Pero
generalmente el centro de gravedad del conflicto no está en el proceso del conocimiento,
sino en el plano de la conducta. En este nivel encontramos niños que son expulsados y que
en el ciclo primario pasan de escuela. Su conducta se organiza en general en torno a
situaciones de agresión contra otros niños, o bien rompen vidrios, o bien agreden
sádicamente animales hogareños, etcétera.

En el comienzo de la adolescencia afloran ya las características básicas de los futuros


psicópatas cuando emergen los aspectos caracterológicos y de conducta. La característica
afectiva en la organización patológica de la personalidad del psicópata es la singularidad de
su temperamento, relacionada con su intolerancia a la frustración, con la dificultad para
sentir amor y culpa, responsabilidad o cualquier otro sentimiento del área depresiva, con
una hostilidad y conducta antisocial que suele sobrepasar los límites de tolerancia
aceptados por la comunidad, pero que se distingue de la rebeldía porque carece de una
capacidad mínima de elaboración.

Otras características significativas se refieren al predominio de la proyección del mundo


interno sobre el mundo externo, no obstante, lo cual las psicopatías pueden, aunque con
dificultad, diferenciar la fantasía de la realidad. Así mismo es ostensible una perturbación
del pensar por la dificultad para simbolizar; de la identidad por ciertos aspectos
confusionales en los procesos de identificación; de la socialización por su incapacidad para
desempeñar el rol del otro, y de la comunicación.

La independencia del psicópata es solamente aparente, necesita transformar a los otros en


dependientes de él. Considera y toma a los otros como una prolongación de sí mismo. Esta
personalidad básicamente narcisista centra sus mecanismos defensivos
predominantemente en la omnipotencia, en la identificación proyectiva en un depositario de
los contenidos persecutorios, controlándolos a través de un intento de fusionar lo
depositado con el depositario. La ruptura de esa simbiosis o la pérdida del control sobre el
depositario y lo depositado, crea situaciones de pánico ante el temor de la reintroyección
violenta y masiva de lo proyectado.

La psicopatía, como entidad nosográfica, tiene una estructura y organización de la


personalidad tendiente a la manifestación de acción aloplástica con una modalidad
antisocial para el logro vindicatorio del engaño, la estafa, la impostura.

Diagnósticos diferenciales

® Neurosis
Daira Aguilera.

En las psiconeurosis, consideradas como una entidad en general, el conflicto básico se


estructura y se expresa a través de los síntomas, de una manera simbólica y autoplastica.
Hay una clara delimitación entre el mundo de fantasía y la realidad externa, con excepción
de la función o las partes del yo y los objetos cuya alteración es la característica que
distingue cada cuadro en particular. La angustia suele estar presente como señal
anticipatoria pero ligada en cada cuadro en particular a cierto aspecto básico de la
organización de la personalidad. El sentimiento de culpa configura un sufrimiento yoico qué
es producto de distintos conflictos según cada constelación nosográfica.

® Caracteropatias

La angustia es poco evidente, ya que el acorazamiento caracterológico funciona como


obstáculo para su emergencia, y asimismo para el surgimiento de los conflictos
subyacentes. A veces el equilibrio se rompe cuando cede la defensa caracterológica y
emergen ansiedades que deben ser controladas por otros sistemas de defensas. El
sentimiento de culpa y la responsabilidad suelen estar interferidos por su acorazamiento.
Aparecen como personas con gran indiferencia y con frialdad afectiva. La conducta es
racional, autoplástica y con un bajo nivel de simbolización. El conflicto patógeno es
asimilado al yo y aparece externamente como un rasgo característico de acuerdo con el tipo
clínico. La agresión es reducida por el efecto de contención que ofrece la coraza
caracterológica. Las defensas aparecen rígidamente consolidadas, hecho que determina un
grado relativamente alto de estereotipia en la conducta.

® Psicosis

El grado de angustia está en función del predominio ejercido, tanto en intensidad como en
calidad como por los aspectos psicóticos de la personalidad sobre los neuróticos. La culpa
puede ser negada y proyectada como en los esquizoides, pero también puede crear una
situación dificultosa en los melancólicos, ya que su autoestima es precaria y puede
producirse una descompensación. La conducta racional es defectuosa, ya que la objetividad
es muy pobre para algunos tipos de pacientes. La diferenciación entre fantasía y realidad es
escasa o nula. La reversibilidad de este fenómeno puede ser lenta o muy rápida. El
comportamiento suele ser imprevisible y generalmente no resulta adecuado a la realidad,
aunque puede ser regulado en ciertos casos clínicos por la autoestima.

UNA VISIÓN DE LOS PROCESOS DINÁMICOS EN LA ORGANIZACIÓN PSICOPÁTICA

Relaciones intrapsíquicas interpersonales

Las experiencias tempranas de abandono se pueden observar en la etiología de todos los


cuadros nosográficos, pero adquieren una cualidad específica en las personalidades
psicopáticas. Si la madre no puede tolerar las depositaciones de miedo y terror, el bebé se
ve obligado a reintroyectar esos sentimientos, que entonces se incrementan y originan en el
lactante vivencias más persecutorias. Puede ocurrir otra situación más grave cuando la
madre no sólo rechaza o no recibe los sentimientos del bebé, sino que el lactante tiene que
ser un continente pasivo de las identificaciones proyectivas de los contenidos persecutorios
propios de la madre.
Daira Aguilera.

El cuadro se agrava cuando el círculo repetitivo de la agresión proveniente de los objetos


externos e internos aumenta; por lo tanto, se hace cada vez más confusa la distinción entre
el yo y el objeto; se confundan las partes del yo entré si, del yo con los objetos, con
diferentes formas e intensidades. Cuando el primitivo yo del bebé no encuentra en sus
padres un continente adecuado, se aleja de ellos con intensa hostilidad en busca de otros
depositarios con los cuales tenderá a actuar vindicatoriamente.

En la estructura de los psicópatas hay una prevalencia de aspectos persecutorios y


confusionales, que a veces no pueden ser discriminados, aunque por otra parte la
omnipotencia tiene por objeto evitar Y proteger al yo de lo catastrófico: la destrucción del
propio yo y los objetos.

En la adolescencia uno de los instrumentos más de un nuevo equilibrio, es el grupo de


pares, con su dinámica particular y con identificaciones proyectivas que van desde la más
general, hasta las cruzadas y complementarias, que pueden funcionar a veces como un
proceso de aprendizaje, pero que generalmente implican un tipo de control de la confusión
psicopática.

El sistema superyó-ideal del yo del psicópata puse una ética que está consustanciada con
los impulsos destructivos, y que por lo tanto el yo resulta inducido a actuar sin trabas
internas contra la agresión.

Psicopatía en la adolescencia

La trascendencia de la psicopatía en el adolescente radica en el hecho de que son los


casos que podemos diagnosticar clínicamente y tratar con alguna posibilidad de éxito. Se ha
señalado que en toda adolescente hay una tendencia a la actuación, pero debemos aclarar
que no toda actuación tiene un carácter psicopático, es decir un sentido vindicatorio, sino
que también hay actuaciones con una finalidad de aprendizaje, o bien de rebeldía contra la
forma de convivencia social y motivada por la necesidad de introducir cambios básicos en
su estructura. El adolescente psicópata tiene una especial perturbación en el vínculo con su
cuerpo, ya que no logra integrar los distintos momentos por los que está atravesando. Así
mismo no logra diferenciarse sexualmente.

Ante la falta de padres que limitan hasta cierto punto las actitudes y conductas del
adolescente, este puede transformarse, bajo el impacto de las ansiedades primarias, en el
más intensamente antisocial del grupo, Como índice de su conducta vindicatoria. La falta de
cierta contención favorece la omnipotencia y perturba los límites de la personalidad, o sea la
relación self-no self.

Por otra parte, el adolescente psicópata suele encontrar en sus grupos de pares los
depositarios para llevar a cabo conductas con una finalidad vindicatoria.

Inserción del psicópata en los grupos

El psicópata está fijado en un tipo estereotipado de rol actuador frente al grupo familiar
externo y posteriormente internalizado (superyó lacunar). Ello explica la peculiar necesidad
del psicópata de mantener un fuerte control sobre las relaciones interpersonales con un alto
grado de rigidez en la distribución de roles. Con este fin el psicópata recurre a su capacidad
Daira Aguilera.

para convertirse en el ideal del yo de sus depositarios, y a partir de allí puede inocular en
secreto una serie de mensajes inductores que los demás no perciben como tales, sino como
propios. Por ello se vuelven especialmente peligrosos cuando pasan a ocupar el papel de
líderes.

Entre los distintos cuadros nosológicos, el psicópata es uno de los que tienen menos
capacidad para estar solo. Requiere constantemente depositarios en quiénes proyectar sus
propios aspectos sufrientes Y ante quiénes asumir un papel omnipotente y mágico,
contraparte de su miedo a ser aniquilado.

Periodos de la estructura defensiva del psicópata

Aunque predomina lo que se conoce como la pauta psicopática básica, es necesario


señalar que coexisten simultáneamente en distintos aspectos funcionales, que a la vez,
interactuando entre sí, determinan su conducta. Se puede describir a la psicopatología de
un psicópata como una estructura de la personalidad que constituye una configuración
inestable y que puede sufrir diferentes evoluciones deteriorantes.

Aspectos funcionales interactuantes en la organización psicopático de la personalidad

Existen tres áreas funcionales de expresión en la estructura psíquica de un psicópata que


condicionan la perturbación básica de la identidad, la simbolización y la socialización.

● Psicótica: con núcleos autistas y criminosos, cuya patología reactivada determina la


iniciación de la desintegración yoica (del yo y de los objetos internalizados)
● Psicopática: cuya patología implica el descontrol y la brusca irrupción con violencia
y masividad, en el objeto y en las partes yoicas, de aquellos objetos y partes del yo
invasores, sádicos y destructivos, cuyas técnicas básicas son las defensas
maníacas omnipotentes y la identificación proyectiva. La delimitación de esta función
depende del monto de frustración inicial del yo, repetido en el crecimiento, y del
grado de epileptoidia.
● Neurótica: donde se visualiza el proceso de perturbación básica de la simbolización
(pensamiento) especifica en el psicópata, con el de la identidad y la socialización.
Implica la utilización de ciertas técnicas histéricas, fóbicas y obsesivas, con lo cual
logra una determinada y parcial adecuación a la realidad.

El resultado de la interacción de las funciones en el psicópata da como resultante un déficit


estructural del yo, con perturbaciones en sus funciones globales para la adecuación a la
realidad.

Cuando los objetos se instalan paulatinamente en el yo en el proceso de integración normal


se estructuran como objetos buenos a través de su relación gratificante con el pecho
alimenticio, se constituyen en el núcleo básico del proceso de maduración, crecimiento y
aprendizaje, por una parte, y de una adecuada organización de la personalidad por la otra.
Pero cuando este proceso se altera porque aparece en un grado mayor el abandono precoz
qué es vivenciado como un ataque sádico y cruel al yo y a los vínculos con los objetos
externos e internos entonces, ante este rechazo del objeto para con él yo, el yo se aleja del
objeto primario con hostilidad y resentimiento, y comienza una lucha entre las distintas
Daira Aguilera.

partes del yo por el liderazgo, para determinar cuál será el fragmento que estará en
contacto y gozará del pecho alimenticio, objeto idealizado.

En el período inicial de la psicopatía, después de la fase identificatoria, se instala el


equilibrio intrapsíquico inestable resultante de una modalidad de relación objetal y defensas
específicas. Si el incremento de las frustraciones moviliza aún más el área psicopática
encapsulada, esta sedesencapsula y pasaríamos al periodo de estado. Aparece entonces la
relación específica entre las partes del yo; omnipotente-destructiva, y los objetos y partes
yoicas dañados, que con técnicas oral-anal sádicas son identificados intrapsíquicamente en
el aspecto yoico que se somete al yo omnipotente. De acuerdo con el predominio respectivo
de la patología de las áreas descritas, la desintegración del yo puede llevar a la psicosis, al
crimen o al suicidio.

SINTOMATOLOGÍA GENERAL

Características de la conducta

El elemento más evidente en las personalidades psicopáticas es su conducta antisocial, es


decir que su actitud básica es agresivamente antisocial. El psicópata tiene frecuentemente
una genuina y muy seria perturbación de las estructuras básicas de su personalidad. Sin
embargo, esto no resulta fácilmente evidente, y en ello reside uno de los rasgos más
patológicos de su personalidad, sea que se trata de sujetos que encubren su enfermedad
con una convincente máscara de salud. Eso ocurre porque los psicópatas tienen una aguda
sensibilidad para captar las necesidades narcisistas de sus interlocutores y una gran
capacidad para aparentar satisfacerlas en la medida en que ellos lo requieran.

Por lo general son irresponsables y llaman la atención por su despreocupación total por las
consecuencias de sus actos. Es notoria su falta de consideración real de la dimensión
temporal, ya sea del presente, del vínculo con el pasado o de la progresión hacia el futuro.
En general poseen una característica muy importante en su conducta, que es la de no
modificarse por el ejemplo, ni siquiera por ciertos premios o castigos. También impactan por
su versatilidad, por su incapacidad casi absoluta para hacerse cargo de un rol y cumplir con
una tarea útil, con características estables en cuanto a tiempo y rendimiento. Cuanto más
impulsivo es el comportamiento de un sujeto, más probabilidades hay de que el trabajo
refleje esta impulsividad. A su vez, su conducta suele ser irreversible y carece de toda
planificación.

La motivación básica que organiza todos los episodios psicopáticos, en los cuales otras
personas siempre terminan resultando las víctimas, consiste en la satisfacción de los
deseos de venganza.

La actitud del psicópata, de colisión y choque con las leyes y normas habituales del
contexto en que está inserto, tiene su origen en un sistema de valores y una visión del
mundo y de sí mismo totalmente distintos de los del resto de las personas que lo rodean.
Debido a que su ética se basa en una consumación de fantasías vindicatorias, en que la
víctima aparece como un sustituto de las figuras parentales narcisistas que a su vez fueron
frustrados en la niñez del sujeto, el psicópata puede representar una apariencia y una ética
determinadas, cuya finalidad última es alcanzar el objetivo propuesto: el de venganza. Al
Daira Aguilera.

mismo tiempo, por identificación proyectiva el psicópata supone que los demás poseen una
ética vindicatoria similar a la suya.

Desde el punto de vista del interjuego de roles, podemos decir que los psicópatas no son
leales ni a las personas, ni a los grupos, ni a las leyes; muestran una oposición constante
hacia la autoridad, promoviendo ansiedad en los demás por las probables consecuencias
que su actitud puede acarrear para todos.

En algunos tipos psicopáticos se destaca una suerte de cálida simpatía, propia de una
personalidad atractiva y hasta subyugante, que puede inducir al equívoco muy fácilmente.

Por otra parte, cuando por determinadas circunstancias ellos perciben que corren el riesgo
de que las verdaderas motivaciones de su conducta puedan ser descubiertas, suelen utilizar
como recurso la apelación a la piedad. Es decir, procuran despertar, mediante una
verdadera teatralización, una suerte de compasión en la otra persona, como un modo de
escamotear algo, y simultáneamente para ratificar su narcisismo de sentir que la otra
persona se preocupa intensamente por ellos. Procuran así movilizar también los aspectos
narcisistas de esa persona (omnipotencia reparatoria) para que quede subordinada a ellos.
Todo esto está motivado por la desconfianza y el pánico que les provoca sentirse
descubiertos, cuyo significado en última instancia es caer bajo el dominio de la
omnipotencia del otro.

Aparentemente poseen astucia, con aspectos y actitudes normales y comunes, pero que en
el fondo demuestran la carencia de un sentido adecuado de la realidad. Su falta de
adaptación al medio, como a la sociedad y a la cultura en que viven puede ser considerada
como seria y grave. En consecuencia, su lectura e interpretación de la realidad, es
incorrecta o inadecuada, y resulta a veces inconsistente. Se puede llegar a percibir el
encanto con el cual algunos psicópatas fascinan a sus interlocutores, ocultando su real
asociabilidad, ya que ese rol seductor representa la posesión de la omnipotencia y la
negación del miedo.

En los psicópatas más evolucionados, su apetito por el prestigio y el reconocimiento social


es insaciable, pues en su fantasía viven en un mundo que los agravia y los trata con suma
injusticia. Esto nos explica en parte su actitud desafiante con todo el mundo y su grave
dificultad para convivir con los demás. Asimismo, nos revela su carencia de una armonía
adecuada en sus relaciones con el ambiente. Su dificultad para soportar las frustraciones
inherentes a toda convivencia eclosiona brusca y repentinamente y en consecuencia
cuando el psicópata actúa lo hace sin pensar. Con frecuencia su comportamiento puede
adquirir entonces un matiz de tonto y sin sentido. Además, suelen ser muy mentirosos.

El psicópata se caracteriza en buena parte por sus graves dificultades para pensar y
comunicarse. De la misma manera diríamos que el progreso hacia la curación se acompaña
siempre de una capacidad para internalizar un objeto, con una mayor posibilidad y
capacidad en sus modos expresivos, y asimismo en su capacidad de pensar.

Cabe destacar que no poseen la capacidad para deprimirse profundamente ante los
fracasos en su vida, depresión que podría conducirlos al suicidio, tal como sucede con
enfermos depresivos, por ejemplo.
Daira Aguilera.

Tolerancia a la frustración

El psicópata tiene una gran incapacidad para soportar el incremento de la tensión


intrapsíquica; como consecuencia de esto, una privación o frustración, por pequeña que
sea, les produce un intenso sufrimiento yoico. Esto determina que la incapacidad para
postergar la gratificación se vuelva dolorosa de un modo tal que el psicópata no pueda
valorar en su grado real una demora en la gratificación.

Para el psicópata se conserva la situación primaria de unión entre lo nutricio y lo sensual, al


confundir ambas necesidades. De tal manera, una necesidad insatisfecha es rápidamente
transformada en una vivencia de extrema urgencia vital, que además se convierte en una
injuria narcisista intolerable. Por todo ello, frente a este estímulo el sujeto debe alcanzar una
urgente gratificación que implique una solución de la necesidad, pero a la vez una
satisfacción vindicatoria.

Emociones y relaciones afectivas

El superyó queda consustanciado con las conductas vindicatoria del yo, por lo cual estas
son de carácter egosintonico. Por eso, el psicópata tiene dificultades para exteriorizar
ansiedades depresivas y las emociones ligadas a esa área, como ser la culpa y la
vergüenza.

Uno de los sentimientos más característicos de la psicopatía es la crisis de tedio, hastío o


aburrimiento. A partir de esta emoción surgen los episodios psicopáticos que tienen por
finalidad salir de esta situación y recuperar el equilibrio psicopático.

Las relaciones genitales son frecuentemente pasajeras y el abandono de los objetos


sexuales resulta una característica bastante repetida, ya que el espejismo de encontrar el
objeto idealizado, se vuelve rápidamente una desilusión. En general la vida sexual, tanto del
hombre como de la mujer son bien promiscuas.

El psicópata establece lazos emocionales superficiales, falsos, impersonales y poco


duraderos, ya que teme quedar dependiente y esclavizado con el objeto de amor. Esto
redunda en una incapacidad para amar y una falta de profundidad y permanencia en los
afectos. Tratan de imponerse a los demás y mantienen una superficialidad emocional, para
que su autoestima no se derrumbe ante la percepción de su dependencia del otro. Utilizan
la función genital para una gratificación narcisista, para probar la capacidad de un órgano
genital ilusorio. En general dan la impresión de una organización sexual perversa polimorfa
en que casi no hay una relación de objeto.

Patología del pensamiento y la comunicación

Su enfermedad consistiría en una serie de dificultades que se iniciarían por la alteración del
pensar y también del comunicarse, distorsiones estás que suelen llamar la atención ya en
un período temprano de la evolución. De tal modo podríamos decir que estos pacientes
piensan con actos. El juicio del psicópata está en desconexión con la realidad, y esto
posibilita el incremento de fantasías y ansiedades persecutorias. Su característica está dada
por la calidad y cantidad de la hostilidad, que se originan la intensa envidia y la voracidad.
En líneas generales diríamos que utiliza el pensar como un hacer, como una acción, a
Daira Aguilera.

través de la identificación proyectiva en distintos grados de una situación persecutoria


interna de la cual no puede desprenderse, en un depositario especializado como continente.

El yo puede tolerar la adaptación a la realidad, como no puede soportar la espera de la


gratificación. Cuando aparece esta demora insoportable, surge todo el sadismo oral, anal y
uretral del psicópata, y si no puede evacuarlo sobre un objeto externo, no tiene más
solución que volcarlo sobre el mismo yo. En consecuencia, es el yo el que corre peligro de
ser destruido, y este riesgo aumenta su desesperación y su urgencia evacuativa y
vindicatoria.

El psicópata típico es una persona con un nivel variable de inteligencia, que puede ser bajo,
medio y hasta inclusive frecuentemente alto.

Sintomatología según los distintos tipos de psicopatía

● En el caso del psicópata esquizoide la carencia de expresión emocional es más


evidente que en los otros; por otra parte, su disposición a elegir depositarios
víctimas, caracterizadas también por una organización esquizoide de la
personalidad, puede ser considerada un indicio que permite ubicarlo en este grupo.
Su falta de empatía con los demás se expresa en la tendencia a inducir las acciones
más crueles en sus depositarios, o inclusive en la realización de conductas
criminosas extremadamente sádicas. En estos casos, las fugas, por ejemplo, tienen
como motivación el deseo de venganza contra objetos primitivos abandonantes,
sobre todo en momentos de cambio.
● El psicópata depresivo puede intentar inocular estados de humor y, en el grado de
extremo, inclusive de sus propias tendencias suicidas. Para regular su autoestima,
en los momentos de peligro tiende a despertar compasión, para lo cual puede
recurrir inclusive a falsas tentativa suicidas que, por torpeza, pueden acarrearle
graves consecuencias, hasta llegar realmente a la muerte.
● El psicópata paranoide, en cambio, procura constantemente armar un contexto con
la finalidad de justificar sus propias convicciones delirantes secretas, que tiene que
evitar afloren y lo descubran. Existe en él una fuerte tendencia a la utilización de las
racionalizaciones para encontrar adeptos a un modo peculiar y extremadamente
arbitrario de descifrar la realidad.
● El psicópata obsesivo tiene disposiciones a inocular sus propios sistemas éticos o
bien a utilizar los escrúpulos de los depositarios, explotando determinadas escalas
de valores y tendencias compulsivas en sus víctimas. Su retórica tiende a crear este
tipo de resonancias en sus depositarios, a través de un lenguaje instrumentado
cuidadosamente en todos sus niveles expresivos. A ello se une una cierta tendencia
a controlar la descarga motora inmediata que restablece la autoestima, con el fin de
esperar el momento más oportuno para llevar a cabo sus fantasías de venganza.
● El psicópata fóbico tiende a inocular tendencias a desafiar peligros como solución
atractiva para la angustia que detecta en los otros. Evita determinadas situaciones
de riesgo y tentación, e induce a los otros a enfrentarlas. Generalmente la encara
como un acto ilusoriamente aventurero o de libertad.
● El psicópata histérico tiende a inocular en una persona del sexo opuesto sus
propios sueños diurnos de contenido edípico, incluyendo como punto final el
equivalente de una castración (defraudación amorosa, estafa, embaucamiento,
Daira Aguilera.

impostura). Tiene una gran ductilidad para representar múltiples papeles según las
circunstancias y para simular una gama de afectos con la finalidad de ganar la
confianza de la futura víctima. Busca gratificaciones a través del aplauso a sus
actitudes teatrales. En estos casos suele emerger también una característica que, a
menor escala, es propia de otros tipos de psicópatas: la novela familiar.

TOXICOMANÍAS:

TRIMBOLI: Cap.3 “Términos asociados al consumo de sustancias”.

DROGA: Proviene del francés antiguo “Drogue” y significa HIERVA SECA. Dicho nombre
se emplea a toda sustancia mineral, vegetal o animal que se emplee con fines
terapeuticos.
A partir del siglo XV (año 1.400) ese termino empieza a ser utilizado para referirse a los
MEDICAMENTOS.
Para la Real Academia el termino droga es mas amplio, ya que se utiliza para nombrar a
cualquier sustancia animal, vegetal o mineral que se utilice en medicina, en la industria o en
bellas artes.
El termino droga tambien alude al efecto estimulante, deprimente, narcótico o alucinógeno
de un medicamento.
EL CONCEPTO DE DROGA TIENE QUE VER CON LAS CREENCIAS Y EL CONTEXTO
SOCIAL EN EL QUE ESTAMOS INSERTOS/PREDOMINA.

NARCÓTICO: Proviene del griego “Narkoin” y significa adormecer, entumecer, sedar, es


por eso que se utilizaba en sustancias inductoras del sueño o sedación.
A partir del siglo XX (año 1.900) se empieza a hablar de un concepto MORAL Y
JURÍDICO. Los narcóticos fueron perdiendo la concepción farmacológica y pasaron a incluir
las drogas consideradas ilegales. (aunque no produzcan sueño o sedación.)
El termino ingles “narcotics” fue traducido al francés como “estupefacientes”.

Diferentes acepciones de la droga: Glosario de drogas de la OMS


● MEDICINA: Toda sustancia que sirve para prevenir o curar una enfermedad
o aumentar la salud física o mental.

● FARMACOLOGIA: Es toda sustancia química que modifica los procesos


fisiológicos o bioquímicos de los tejidos o los organismos.

● OMS: Hace referencia a teorías donde la cafeína, el tabaco y el alcohol tambien


son drogas, en tanto se consumen en parte, por sus efectos psicoactivos.

Pharmakon: significa tanto veneno como remedio.

ESTUPEFACIENTES: En lo legal a las sustancias psicoactivas tambien se las llama


estupefacientes porque ponen el acento en el perjuicio para la familia y la sociedad.
Daira Aguilera.

Droga en la actualidad: Actualmente, el termino droga se utiliza para hacer referencia a


sustancias de origen vegetal o sintético, que producen efectos sobre el psiquismo y
son objeto de comercio ilegal porque estan prohibidas por la ley. Genera
mecanismos estigmatizadores que rehacen sobre las personas que utilizan estas
sustancias. Pensar como entran en juego en este sentido los medios de comunicación, en
la mayoría de casos culpabilizan a la pobreza y al delito por ese consumo. “El adicto,
el narco, el drogadicto…”.

Fernandez Ana Maria: “Droga es toda sustancia química que es usada sin mediar
autorización medica con el objetivo de conseguir una modificación inmediata del
estado mental o de la conducta y es capaz de generar una adicción a las mismas.” Esta
autora pone el acento en EL MOTIVO DEL CONSUMO. (Según doc. Marisa,como
psicólogos, nos interesa el motivo que llevo a esa persona a consumir).

¿Por que se habla de sustancias psicoactivas o psicotrópicos? Porque esas sustancias


MODIFICAN EL ESTADO MENTAL DE LAS PERSONAS, algunas de las funciones del
estado mental terminan siendo influidas.

Niveles de consumo:
● USO: No requiere intervención profesional alguna. Significa simplemente
consumo.

● HÁBITO: Costumbre de consumir una sustancia. Hay un deseo de consumo y


reencontrar su efecto.

● ABUSO: Consumo NO REGLADO de un toxico o de cualquier medicamento sin


prescripción médica. Por ejemplo, uso ilegal de marihuana o cocaína, o uso no
terapéutico de algún medicamento.

● DEPENDENCIA: Implica una necesidad de consumir dosis repetidas de drogas


para sentirse bien o para no sentirse mal. Esta dependencia genera:
- Deseo dominante de seguir tomando la droga y de obtenerla por cualquier medio.
- Aumentar la dosis.
- Abstinencia al momento del retiro de la sustancia.

● INTOXICACIÓN: Es un estado de ALTERACIÓN IMPORTANTE del nivel de la


conciencia, las funciones vitales y el comportamiento.

● SÍNDROME DE ABSTINENCIA: Conjunto de síntomas con intensidad variables, que


aparecen al suspender o reducir el consumo de una sustancia psicoactiva que ha
estado siendo consumida de forma repetida, de manera habitual, y en dosis altas.
Por ejemplo: alcohol, anfetaminas, ansiolíticos, sedantes.
¿Cuando aparece la denominación de síndrome de abstinencia? Cuando se
comienza a hablar de la TOXICOMANÍA, cuando entra la medicina al campo.
Daira Aguilera.

● TOLERANCIA: “Cultura alcohólica”. Según la OMS es la disminución de la


respuesta a una dosis concreta de una droga o un medicamento que se produce con
el uso continuado. La persona va a incrementar por esto la misma dosis.

NAPARSTEK: “Introducción a la clínica con toxicomanías y alcoholismo”.


3 momentos históricos de toxicomanías.

El autor inicia su teorización interrogándose si: ¿vamos a realizar un abordaje que tenga
en cuenta al sujeto, o por el contrario, lo va a dejar de lado? ¿vamos a tratar de
adaptar a la gente un estilo de conducta, o vamos a tener en cuenta la singularidad de
cada sujeto?

● Naparstek va a decir que la historia de las drogas es mas amplia que las
toxicomanías, teniendo en cuenta que la relación del individuo con la droga es
milenaria, en cambio, la toxicomanía y el alcoholismo tienen poco tiempo. Pensar en
el yuyito, el té, mate, en este sentido, todo ser humano tuvo contacto con las
drogas (en sentido genérico, sustancias que generan cambios en el cuerpo y
mente). (Mientras que cuando hablamos de toxicomanías o alcoholismo, nos
estamos refirieron a la relación que tiene el sujeto con una determinada
sustancia.)

CAPITULO I: “EL SUJETO Y LAS DROGAS:

Relación de las drogas con la religión: En el budismo está muy presente desde el
comienzo. El budismo tiene una práctica específica, que es la práctica de la meditación y en
muchos casos está acompañada por consumo, o al menos antiguamente, estaba
acompañada por el consumo de cáñamo. (Hoy marihuana)
En el antiguo testamento - lo que podemos llamar la cultura judeocristiana- la cuestión del
consumo de alcohol está mencionada de diferentes formas. Por un lado, tomando recaudos
de lo que puede producir el consumo de alcohol, pero, por otro lado, recomendándolo como
un analgésico.

Cultura Greco-Romana: En la etimología del término Pharmakon, de donde proviene


'fármaco', había, un doble sentido: remedio y veneno. Tenía las dos características, la
tóxica y la benéfica. Desde ese momento comienza una discusión en la cultura
grecorromana, en cuanto al modo de utilizar el fármaco o el pharmakon, que es a lo que hoy
llamamos el uso, o no, indebido de drogas.

China y el Opio: El opio es una sustancia que existía en China desde mucho tiempo antes
que los ingleses comenzaran a vendérsela. Cuando éstos se la empiezan a vender, se
prohíbe el opio en China, pasando a ser un negocio entre los traficantes y los ingleses.
Cuando se prohíbe, pasa a ser un problema para ellos, se transforma en el opio de los
pueblos. La cuestión parece estar en la relación entre la ley y el deseo; cuando algo es
prohibido es, a la vez, más deseado. Es el estado el que se hace cargo de cómo se
consume o si cada cual se hace responsable de su propio consumo.

Las drogas en el 1500: Esta época tiene que ver con las relaciones entre las drogas y las
brujerías y es donde existen las llamadas "cazas de brujas", donde la droga no era el
Daira Aguilera.

centro de la cuestión, no se perseguía la droga misma, sino que se perseguía a las brujas.
Eso luego va variando, continúa en la actualidad, y se empieza a perseguir a las drogas,
como si fueran el mismo demonio.

La época del liberalismo y el laissez faire: Estas ideologías están en relación con el
concepto de democracia de esa época, que supone que los derechos de cada quién
permiten relacionarse libremente, entre otras cosas, con estas sustancias. Una idea
muy fuerte de la época se fundaba en la creencia de que, consumiendo ciertas drogas, se
podía llegar más fácilmente al inconsciente.
Este momento está en íntima relación con la guerra de los EEUU que es cuando se
empieza a usar de manera sistemática la morfina, un derivado del opio,
fundamentalmente en los hospitales de campaña para calmar los dolores y, cuando
termina la guerra comienzan a aparecer las adicciones a la morfina; a esto se lo llamó
"mal militar".
Entonces, históricamente es allí donde se ubica la toxicomanía, la droga-dependencia, la
adicción, depende cómo se la llame.
OMS: la adicción es un estado de intoxicación crónica y periódica originada por el
consumo excesivo de una droga, natural o sintética.
Las cantidades y las sustancias no hacen al toxicómano. Hay gente en ciertas culturas que
consume dentro del marco de la definición de adicción y, no obstante, viven muchísimos
años con un estado de salud impecable.

CAPITULO II: LA DROGA EN LA CULTURA DE HOY Y DE AYER

No hay cultura sin malestar. En todo caso, según Freud, el malestar no es una contingencia
de un momento dado o una coyuntura especial, sino que es un dato estructural.

"Tal como nos ha sido impuesta, la vida nos resulta demasiado pesada, nos depara
excesivos sufrimientos, decepciones, empresas imposibles." Para Freud hay un malestar
inevitable y, a la vez, hay diferentes formas de intentar paliar ese malestar. Freud le da a los
narcóticos un valor de remedio frente a enfermedad de la existencia humana. Lo dice en los
siguientes términos: "Para soportarla, no podemos pasarnos sin lenitivos. Las hay quizá de
tres especies: distracciones poderosas que nos hacen parecer pequeña nuestra miseria;
satisfacciones sustitutivas que la reducen; narcóticos que nos tornan insensibles a ella."

Todas las estrategias pueden dividir en dos grandes grupos. Están aquellas que se
enfrentan al malestar con un negativo y las otras con un fin positivo. Las de fin negativo las
entiende como estrategias que tienden a evitar el malestar o el sufrimiento, en este caso
alcanza con no sufrir, aunque eso no implica encontrar una gran felicidad. Por el contrario, a
las de fin positivo las enuncia como aquellas que apuntan a lograr grandes o intensas
sensaciones placenteras.

"El más crudo, pero también el más efectivo de los métodos destinados a producir tal
modificación, es el químico: la intoxicación”. La intoxicación no es un método simbólico, sino
más bien es un método que apunta a lo real, una operación real. No intenta resolver el
malestar desde el campo de la palabra, desde la sublimación.
Daira Aguilera.

"Se atribuye tal carácter benéfico a la acción de los estupefacientes en la lucha de la


felicidad y en la prevención de la miseria. Los hombres saben que con ese 'quitapenas'
siempre podrán escapar al peso de la realidad, refugiándose en un mundo propio que
ofrezca mejores condiciones para su sensibilidad. También se sabe que es precisamente
esta cualidad de los estupefacientes la que entraña su peligro y su nocividad."

Él sitúa el beneficio del efecto químico en términos de independencia frente al mundo


exterior; pero, lo más interesante que señala es que aquello que funciona como paliativo se
puede volver su contrario.

Hay un punto en todo toxicómano en que esta muleta que comandaba y servía para paliar el
malestar se transforma en siniestra, ya que la puede manejar y lo deja por fuera de la
relación con el Otro. Lo que en un principio era un bienestar y podían manejar, luego se les
transforma en insoportable e inmanejable a la vez. Es decir, que a muleta que respondía a
los mandos de quien la lleva puesta empieza a caminar sola y lleva al sujeto a un infierno
difícil de detener. El desencadenamiento hacia la toxicomanía como un desenganche del
Otro.

En la actualidad, hay una tendencia que lleva a una respuesta única y globalizada, se trata
de un goce unitario y para todos por igual, intentando barrer con todas las diferencias. El
consumo de narcóticos empieza a perfilarse como un modo más para enfrentarse a lo real
y, en todo caso, como síntoma aislado. Es una época donde prima n los ideales y hay cierta
preponderancia del Nombre del Padre, por eso la droga se ubica como posible partenaire.
Pero, a su vez, tenemos otro momento que responde a la época, llamada por J.-A. Miller, de
la inexistencia del Otro, en donde ya se trata de la "toxicomanía generalizada", como un
modo único y globalizado. Es el tiempo del consumo generalizado como supuesta y única
respuesta al malestar, lo cual hace que las cosas queden divididas en términos de
consumidores y deprimidos.

En lo que respecta al uso de drogas, se perfilan tres momentos históricos. Un primer tiempo
en donde el uso de las drogas no se presentaba como posible patología; donde pudimos
observar que miles de años de uso de drogas no implicaban la existencia de la toxicomanía.
De este modo, la problemática de la toxicomanía o drogadependencia o adicción, o como se
la llamara en cada momento y lugar, llega a establecerse con claridad sólo en el momento
de la aparición del síndrome de abstinencia. A partir de allí se constituye en un problema,
del cual se ocupan hasta los estados; por supuesto, con una preponderancia de la
presencia de Estados Unidos en el asunto que, desde un principio, se la pasó buscando
acuerdos internacionales para enfrentar se con el problema.

Hay un segundo momento que se inicia a fines del siglo XIX y comienzos del XX, en donde
se empieza a insta lar la droga como pudiendo procurar una dependencia. Este es el
periodo del malestar en la cultura, en donde Freud muestra al alcohólico y al consumidor de
narcóticos como un síntoma acotado. Finalmente, tenemos la época contemporánea de la
inexistencia del Otro -anticipada por J. Lacan y nombrada así por J.-A. Miller-, en donde se
perfila una toxicomanía generalizada. Una época donde prima el goce del consumo
propuesto por el mercado, para todos por igual, borrando todas las diferencias. En este
caso sería una solución universal, lo cual lo quita del lugar de respuesta singular, ya que si
algo caracteriza a la época de Freud es la singularidad y su lazo con el Otro.
Daira Aguilera.

CAPITULO VI: LA FUNCIÓN PATERNA EN LAS TOXICOMANÍAS Y EL ALCOHOLISMO

El acto es tomado por Lacan como un paso que conlleva el atravesar un umbral. No es un
paso cualquiera y propone separar acto de acción, ya que no toda acción es un acto, hace
falta -para que lo sea- que atraviese dicho umbral; el cual es siempre simbólico. Entiendo
que es lícito, a su vez, distinguir dos tipos de umbrales. Los primeros son internos a campo
del Otro. En este tipo de umbral, el atravesarlo lo deja al sujeto en el mismo terreno, es
más, generalmente confirma el campo mismo. Atravesar estos umbrales está del lado de
actos que uno puede llamar rituales: casamientos, ordalías, bautismos, no hay que olvidar
los actos obsesivos (rituales que implican la repetición). Es decir, que para el sujeto no es lo
mismo estar o no casado, pero ambas posiciones están dentro del campo del Otro. Se
precisa de ese Otro simbólico para producir ese acto y es dentro de dicho campo donde se
realiza; pero, lo que define al acto es la característica de atravesamiento de un umbral.
Porque lo que implica atravesar el umbral es que el sujeto, a partir de ese acto, ya no queda
en la misma posición.

Hay otros actos donde el umbral que se atraviesa es el límite mismo del Otro, la frontera del
Otro, y el atravesarlo implica salirse del campo del-Otro En un caso, uno atraviesa un límite,
pero es interno al Otro, y es más: ese acto sostiene al Otro, porque uno tiene que recurrir a
ese Otro.

En cambio, en este tipo de actos que atraviesan ese umbral, que es el límite mismo del
Otro, se sale del campo del Otro y salir del campo del Otro implica, además, dejar al Otro
atrás por lo menos en este acto. En ambos casos el acto está en el lugar donde no alcanzan
las palabras. Salvo que, en el primero, ese acto está sostenido por un andamiaje simbólico
muy fuerte para avalar ese andamiaje mismo.

La práctica de consumo - sea la que sea- es una operación sobre lo real que no va por la
vía de la palabra. En el primer caso es un intento de atrapar lo real por lo real, aunque está
sostenido desde cierto andamiaje simbólico. En el segundo, cuando se atraviesa todo límite;
es un intento de atrapar lo real por lo real sin ningún andamiaje, y eso lo deja a uno fuera
del campo del Otro. En todo caso, el consumo siempre tiene esta característica.

Consumiendo algo se produce un efecto real, elimina la angustia, no importan las causas,
no importan las razones, no importa nada. Y los efectos del consumo son unos, en tanto y
en cuanto están sostenidos por la función paterna, y son otros radicalmente diferentes, en
tanto y en cuanto no están sostenidos por esta función y producen diferentes consecuencias
para el sujeto.

El Nombre del Padre es independiente de si es encarnado o no y cómo está encarnado.


Eso funciona, es un aparatito, por decirlo así, que funciona en una estructura. No obstante,
cómo eso esté encarnado tiene consecuencias para quien lo padece. Hay que tener en
cuenta que ese Nombre del Padre así planteado tiene todas las características de un ideal.
Lacan dice que es un significante equivalente a una función abstracta, a dios. Es el padre
que todo lo puede, pero este padre ideal es fundamentalmente, un padre muerto.
Daira Aguilera.

Entonces, mientras más ideal es el padre, aunque el padre esté vivo, mientras más
idealizado está ese padre menos relación con el padre de la realidad. El Nombre del Padre
va en contra del padre de la realidad, para decirlo de alguna forma, ausentifica al padre de
la realidad. No implica que el padre ideal puede prescindir del padre de la realidad, sino
que, lo que hace el Nombre del Padre es ausentificar al padre de la realidad. Sostener a
ultranza al padre ideal tiene como contrapartida un retomo feroz de goce, que es la
contracara el padre ideal.

Cuando Lacan habla del padre de la perversión piensa en una versión del padre, que ya no
tiene que ver con el padre gozador, con el protopadre, aquél que gozaba ilimitadamente,
sino que goza de algo puntual. Mientras más ideal es el padre, mucho más difícil es ir más
allá de él. Si el padre es dios, ¿cómo uno va a ir más allá de ese dios? Mientras más de
carne y hueso es, más allá del padre se puede ir, por eso Lacan habla de la sublimación y
de la creación.

Es entonces el padre que puede transmitir al hijo un pequeño goce, una versión de cómo él
se las arregló con el Otro sexo; que es una, no la única ni tampoco universal. Ante la
dificultad del encuentro con el Otro sexo el padre tuvo una versión de cómo arreglárselas
con ese Otro sexo. O sea, no es tanto el padre del no, el que prohíbe, sino, más bien, lo que
Lacan en un momento llamó un padre dador, es lo que habilita, al menos, una forma de
gozar, una versión del goce.

CAPITULO VIII: TOXICOMANÍA Y PSICOSIS I

Desde la perspectiva de Lacan se debe ubicar cierta sustitución: el lugar del tóxico viene al
lugar del autoerotismo. Ni la psicosis ni la toxicomanía han sido sencillas para el
psicoanálisis. En principio, la hipótesis a seguir allí es cierta relación compleja respecto de
lo simbólico, es decir, respecto de la vía de la palabra como cura. El adicto es alguien con
quien verdaderamente, lleva todo un trabajo conseguir que algo de su adicción se empiece
a poner en palabras, que se empiece a formalizar una demanda de tratamiento. Hay algo de
la relación directa a la sustancia que implica también, una detención de la asociación no en
el sentido de las psicosis; pero, en ambos casos se ve que resisten a la cura por la palabra.

La pregunta por el modo en que un sujeto inicia el consumo, en qué coyuntura, cómo se
viene a articular en su economía psíquica, también va a ser la posibilidad de pescar su
estructura.

La formación de ruptura seria la propuesta de Lacan. Laurent dice directamente que es una
tesis de ruptura, dar ese lugar a la droga como lo que permite romper el matrimonio, con el
hace pipi, con el falo, Es una tesis de ruptura, ya que en principio la droga no viene al lugar
de hacer lazo de engancharse al falo, ni siquiera en el sentido de una formación de
compromiso. Éric Laurent plantea allí que, en los casos de psicóticos que consumen, esta
ruptura con el Otro no se verifica. No se verifica que la droga venga a romper con el falo, a
romper con el Otro, sino lo contrario. Él ha encontrado casos donde los psicóticos
consumen, pero más bien, como un modo de enlazarse al Otro y no de romper con el Otro.
Por excelencia, en la psicosis se ve que no hay inscripción del falo, no hay falla sino
Daira Aguilera.

ausencia de inscripción fálica, a consecuencia de la ausencia del significante del Nombre


del Padre. En la psicosis hay una ruptura radical con el falo.

El uso del falo es eso, hacer de ese órgano algo en el campo del Otro, hacerlo pasar por el
discurso. Es ese el problema en la psicosis, cuando a falta del falo no se puede hacer pasar
ese órgano al campo del Otro.

¿O sea que en la psicosis no se requiere de la droga para que haya una ruptura?
Exactamente, ese es el planteo de Éric Laurent. Es decir que la ruptura está de antemano,
con lo cual queda jaqueada la idea de la droga como la ruptura con el falo. En la psicosis la
droga viene más bien, al lugar de intentar restituir esa ruptura, no se presenta como en la
neurosis. En la neurosis se ve bien cómo el tóxico va al lugar de no querer saber nada del
Otro, al lugar del autoerotismo. Es un modo de cortocircuitar la pregunta por el deseo del
Otro, el pasaje por la castración del Otro. Se instala con un punto de certidumbre en vez del
¿qué desea? o ¿qué quiere el Otro? Para situar algo de la certidumbre del goce, hay una
"certeza', que no es del orden de Ja de certeza psicótica, pero ha lila convicción de que esa
sustancia otorga un goce. Hay un saber sobre el goce que da la ingesta. En ese punto hay
ruptura con el falo, hay ruptura con el Otro. En cambio, en la psicosis podríamos decir que
esta ruptura es estructural.En el campo de las psicosis es el falo el que permite localizar un
goce, es el falo el que permite regular el goce y todo el problema es cómo se las arregla el
psicótico para regular o lograr hacer algo con ese goce, sin el instrumento fálico. Muchas
veces la relación a una sustancia es un intento más de regular, sin el falo, ese goce que lo
invade.

Está muy bien ubicar la cuestión del goce real en la neurosis, algo que escapa a la medida
fálica, incluso en la neurosis. Esto llevaría un tiempo de desarrollo y se podría tomar desde
diferentes ángulos. Uno de ellos: la cuestión de la manía, es eso lo que podría hacer
confundir un toxicómano neurótico con un psicótico. Porque la manía está en el polo
opuesto del falo. Si el falo limita, la manía es lo que barre al falo.

No es lo mismo la perplejidad del psicótico a suponer que es adicto a una droga, como
tantos otros. No es lo mismo la perplejidad más absoluta, el estar fuera del campo del Otro
más radical, a suponer una significación en relación a una droga que puede entrar en un
discurso, el ser adicto, que enlaza: hay un Jugar que se dedica a eso. Se ve allí que el
tóxico no va un lugar de ruptura, sino más bien a tratar de solucionar esa ruptura.

La adicción para un psicótico podría ser perfectamente una respuesta, un modo de


nombrarse, un modo de otorgarse un ser. Estos son modos de enlazarse al Otro, tomando
tu pregunta, la identificación es un modo de enlazarse al Otro. No es igual que en la manía
en un neurótico que consume y que rompe con esa significación, con esa inscripción fálica,
pero que en el horizonte está presente y que es esa la chance de un análisis, encontrar de
qué modo esa significación fálica ha sido detenida, o suspendida.

Éric Laurent sostiene que el adicto no es un perverso porque la droga permite romper
con las particularidades del fantasma. En todo caso, él ubica cómo la relación a la
droga permite cortocircuitar el fantasma, gozar por fuera del fantasma, y el perverso
goza con el fantasma. VINCULACIÓN DE LA TOXICOMANÍA CON LA PERVERSIÓN.

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