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PSICOLOGIA FORENSE

INTRODUCCION
Un acto criminal suscita diversos interrogantes no solo en el discurso penal que
lo tiene por objeto de juzgamiento, sino también en el hombre común y por
supuesto en los discursos de lo humano que se ocupan de tratar de explicar
por que un sujeto toma la vía de la transgresión de la norma para cometer un
acto delictivo. Entre estos discursos, la psicología forense busca producir una
verdad científica que pueda ayudar al juez a establecer las motivaciones y los
factores determinantes que llevaron a la realización del acto criminal.
Desde lo forense, el delito es entendido como producto de una debilidad
biológica o psicológica, o como alteraciones del comportamiento que resultan
de un ambiente social que impide la formación en el criminal de las barreras
que garantizan la sujeción a las normas sociales que rigen cada cultura
humana; la psicología forense trata entonces de entender tanto el delito como a
quien delinque.
Esperamos que este trabajo sea de su agrado, como así también esperamos
críticas constructivas hacia nuestras personas para así poder mejorar y
aprender de nuestros errores.
CAPÍTULO I:
CONCEPTO
En Perú podemos afirmar que la violencia es una de las causas más
relacionada con pérdida de vidas humanas y consecuencias sociales. La
consecuencia más extrema de la violencia, pero probablemente la menos
notoria, es el homicidio, según base institucional, en el Perú se comete 442
delitos y 8 homicidios diarios en el Perú1 La tasa de homicidios dolosos
(registrados) por cada 100,000 habitantes en Perú fue de 5.13 en 2003, 5.82 en
el 2004, y casi duplico para el 2006 (10.4).2, pero hasta la actualidad la tasas
de homicidios disminuyo, quedando bajo una encuesta, con estos resultados
Honduras - 72,8 x cada 100.000, El Salvador - 66 x cada 100.000, Venezuela -
60 x cada 100.000, Jamaica - 58 x cada 100.000, Guatemala - 45 x cada
100.000, Sudáfrica - 40 x cada 100.000, Belice - 35,2 x cada 100.000, Trinidad
y Tobago - 32,4 x cada 100.000, Colombia - 31 x cada 100.000, Brasil - 25 x
cada 100.000, Republica Dominicana - 23,5 x cada 100.000, Ecuador - 20 x
cada 100.000, México - 15 x cada 100.000, Rusia - 13,5 x cada 100.000
Nicaragua - 13 x cada 100.000, Panamá - 12 x cada 100.000, Perú - 6 x cada
100.000, Argentina - 5,8 x cada 100.000, Estados Unidos - 5,5 x cada 100.000,
Uruguay - 4,7 x cada 100.000, Bolivia - 3 x cada 100.000 Chile - 2 x cada
100.000; entonces, podríamos decir que nos encontramos en el Top de los
países más peligrosos en el Mundo.
Podemos admitir que pese a la abrumadora realidad cotidiana nutrida de
hechos de violencia de todo orden, entendemos poco de esa violencia y lo
poco que entendemos no lo entendemos bien.
Sin embargo, este incremento de la violencia global, así como de los delitos y
actos criminales, recibe ya atención prioritaria. Es así como la Convención
Anual de Psiquiatría, realizada en Pennsilvania en el 2002, estudio la relación
de los trastornos mentales con la violencia y la conducta agresiva. Otras
profesiones, gobiernos, países y organizaciones como la Organización Mundial
de la Salud, se han visto obligados a atender de manera urgente el fenómeno
debido a su amenazante y constante incremento.
En todo esto, la psicología jurídica cobra especial importancia. La psicología
jurídica es una rama de la psicología que aplica los conocimientos psicológicos
a las leyes y a la justicia; así la psicología jurídica abarca varias áreas de
especialización dentro de las cuales se encuentra la Psicología Forense.

Esta última es la rama de la psicología jurídica que auxilia a los órganos de la


justicia en su toma de decisiones. Esta rama se dedica al peritaje, es decir, a
responder las peticiones del juzgado, la capacidad psíquica, la perturbación
psíquica, la veracidad del testimonio, la peligrosidad y la reincidencia y de la
psicología, y la determinación de circunstancias de atenuación o agravación
punitiva.

IMPORTANCIA
La Psicología es la ciencia que estudia la conducta humana y los procesos
mentales (en un amplio sentido), entendiendo conducta como la interacción del
ser humano con su ambiente; y en cuanto a eso, en palabras de Munné (1987)
el Derecho y la Psicología “son ciencias llamadas a entenderse como ciencias
humanas y sociales”.
Por ello, un campo en el que con los años la Psicología está más presente, es
el marco legal. La psicología Forense cobra el papel de “ayudar al tribunal a
conocer – apreciar la realidad- de una conducta social humana, sus
motivaciones y sus consecuencias sociales” (Ortuño, 1998).

Al igual que en otros países, en España se le otorgó mayor importancia a la


Psicología forense a partir de una sentencia del Tribunal Supremo de 1992,
donde incide en la importancia de la actuación de los psicólogos en los
Tribunales de Justicia, al afirmar que: “la Psicología permite aportar medios de
conocimiento, que el Tribunal no podría ignorar en su juicio sobre la credibilidad
del testigo y que, por sí mismo no podría obtener en razón del carácter
científico especializado de los mismos”, de la Torre (1999)
Con todo ello, y ya introducidos algunos aspectos sobre la importancia que la
psicología forense ha ido cobrando durante los últimos años, nos centraremos
ahora en detallar el porqué de tal importancia y qué necesidad cubre esta rama
de la psicología en el marco judicial.

Como ya hemos visto, debido a la necesidad de explicar determinados hechos


desde la perspectiva del estudio de la conducta, el psicólogo en el marco
jurídico trata de asesorar a los tribunales dando una explicación detallada y
objetiva, con el fin de aportar conocimientos y herramientas adicionales para
cada caso.
No hay que olvidar que el papel del psicólogo en los Tribunales de Justicia no
es ningún caso el de juzgar, o valorar si un hecho es real o no lo es; tan solo
aplicará los conocimientos propios de su disciplina, como experto en conducta
humana relacionada con aspectos legales.

Es por ello, que el psicólogo forense, además de los conocimientos propios de


la psicología ha de conocer, en cierto modo, aspectos del Derecho para
comprender el funcionamiento del proceso y poder así ofrecer un servicio más
profesional al Tribunal.
En este sentido, también son importantes los conocimientos de Derecho para
poder asesorar de forma satisfactoria a los profesionales del Derecho cuando
estos requieran nuestra ayuda, además de conocer el proceso en el que están
inmersas las partes. Un aspecto a tener en cuenta, por ejemplo, en casos de
victimización.

La labor principal del psicólogo forense en los Tribunales de Justicia es la


realización del peritaje propio de su área, en diferentes procesos judiciales.
El peritaje psicológico ha de ser ante todo objetivo, sin acceder en ningún caso
a favorecer de forma consciente y voluntaria a alguna de las partes. No
podemos olvidar que la pericial psicológica es un medio de prueba en el
proceso judicial.

Es por ello que el psicólogo ha de actuar con exigencia ética y profesional


debido a que su actuación puede tener cierta incidencia en el caso; tal y como
algunos profesionales del entorno judicial admiten “no faltan ocasiones en que
el contenido de la Sentencia sobre la guarda y custodia de los hijos se decide
con una mera remisión a lo dicho en el informe” Montero (2001).

El perito psicólogo utilizará instrumentos validados para la práctica forense y


llevará a cabo entrevistas semi-estructuradas con el fin de realizar la
evaluación de la forma más profesional y objetiva.

Además, el psicólogo forense ha de tener en cuenta que en este área de la


psicología, el porcentaje de simulación es alto. Contará por ello, con medios
validados para controlar la simulación en los peritados.

Como último detalle a destacar, es importante tener en cuenta que el perito que
de forma deliberada actué favoreciendo a alguna de las partes, manipulando
información o realizando la pericial de forma no objetiva ni profesional, se podrá
ver sometido a procesos judiciales de orden penal, civil y/o laboral.

CAPÍTULO II:
CAMPOS DE ACCIÓN DEL PSICÓLOGO FORENSE
Psicología Jurídica y del Menor: como dice Casolari (2003) este es un campo
muy delicado, donde se usan la pericia psicológica y otros factores
extremadamente complejos. Aquí, el psicólogo debe informar sobre la situación
del menor y cuáles son sus posibilidades de reeducación y tratamiento.

En los juzgados de menores, las funciones del psicólogo son emitir informes
técnicos solicitados por el juez o el fiscal, asesorar las medidas que deben ser
aplicadas, y el seguimiento de las intervenciones.

En otras instituciones, las funciones son aplicación de tratamientos individuales


y colectivos, elaboración y aplicación de programas en medio abierto, y aplicar
técnicas de mediación.

· Psicología aplicada al Derecho de Familia: los psicólogos deben asesorar al


juez en los procesos de separación y divorcio, en las medidas a tomar respecto
a los hijos, y en otras situaciones tales como los casos sobre acogimientos y
adopciones. El psicólogo en el juzgado de familia debe evaluar cómo afecta a
los hijos el hecho de la separación y diseñar programas que ayuden a que la
actitud del niño, frente a algunas situaciones con respecto al divorcio, sea
positiva.

Además dentro de sus funciones está la de emitir informes técnicos solicitados


por el juzgado en los procesos de rupturas de parejas con hijos; emitir informes
que se necesitan en otras situaciones como las tutelas, acogimiento,
adopciones, autorizaciones para contraer matrimonio; realizar seguimiento a
los casos; y asesorar a los jueces y fiscales.

En otras instituciones, sus funciones son de mediación familiar y peritajes


privados.

En el ámbito privado tiene funciones de perito, de asesor y colaborador del


abogado.

· Psicología aplicada al Derecho Civil: se enfoca en asesorar y evaluar la


capacidad civil en la toma de decisiones; en casos como contratos,
testamentos tutelares, cambio de sexo, etc.

En el ámbito privado tiene funciones de perito, de asesor del abogado y de


mediador.

· Psicología aplicada al Derecho Laboral: aquí el psicólogo es requerido para


asesorar a los juzgados en cuestiones de secuelas psicológicas dejadas por
accidentes laborales, simulación y problemas psicofisiológicos que impidan el
buen desarrollo laboral.

En el ámbito privado es perito, asesor del abogado y de comités de seguridad e


higiene.

· La psicología aplicada al Derecho Penal: el psicólogo tiene la función de


diagnosticar y evaluar a las personas implicadas en procedimientos penales; lo
cual servirá de asesoramiento a jueces y tribunales, y así podrán determinar las
circunstancias que puedan modificar la responsabilidad criminal, daño moral,
secuelas psíquicas, etc.

En los juzgados, estos psicólogos tienen funciones como emitir informes sobre
psicología del testimonio, seleccionar los jurados, y asesorar y mediar en
asuntos de vigilancia penitenciaria.

Psicología Penitenciaria: los psicólogos en el ámbito penitenciario tienen


funciones dirigidas al ámbito criminal de los actores jurídicos que habitan las
cárceles. Estas funciones son:

– Estudiar la personalidad de los internos desde la perspectiva de la ciencia de


la psicología, para entender e interpretar el ser y el actuar de éstos.

– Definir la aplicación y corrección de los métodos psicológicos más adecuados


para el estudio de cada uno de los internos.
Psicología del Testimonio y del Jurado: se encarga de estudiar el conjunto de
conocimientos basados en resultados de investigación de los campos de la
Psicología Experimental y Social; que intentan determinar la calidad (exactitud
y credibilidad) de los testimonios sobre los delitos, accidentes o sucesos
cotidianos, que prestan los testigos presenciales.

En cuanto al jurado, el psicólogo trabaja en la valoración de éstos; y en la


investigación de los procesos de toma de decisiones, influencia social, etc.

Psicología Policial y de las Fuerzas Armadas: el psicólogo jurídico, en esta


parte de los campos de acción, tiene como función la selección y formación de
los policías en temas como criminología, delincuencia, dinámica de grupos,
habilidades sociales, manejo de situaciones críticas, psicopatología, etc.
También tiene funciones de estudio de clima social y laboral; y análisis de
puestos de trabajo.

TRASTORNOS PSICOPATOLÓGICOS
Ideas delirantes agudas vs crónicas: Esto tiene una relevancia clínica
inmediata, puesto que las ideas delirantes agudas a menudo responden al
tratamiento neuroléptido en días o a las pocas semanas y suelen partir de un
estado de animo delirante, que se caracteriza por una mezcla de ansiedad,
hiperactividad y “sobrepreocupación” sobre cosas o acontecimientos ordinarios;
mientras, por otro lado, las crónicas, tienden a ser muy resistentes al
tratamiento neuroléptido, suelen estar muy arraigadas en el sujeto quien es
incapaz de cuestionar su veracidad, extendiéndose sobre ellas, dando lugar al
desarrollo de un gran sistema personal delirante (trabajo delirante).
Ideas delirantes congruentes vs incongruentes: Relación de la idea delirante
con el estado anímico y/o afectivo del paciente. Las congruentes son aquellas
cuyo contenido es totalmente consistente con los temas típicos de un estado
maníaco o depresivo, es decir, si el estado de animo es deprimido, el contenido
de las ideas delirantes entrañara temas de inadecuación personal, culpa,
enfermedad, muerte, nihilismo, castigo merecido. Por otro lado las
incongruentes, son aquellas cuyo contenido no es consistente con los temas
típicos de un estado maníaco o depresivo, es decir, el estado anímico del
paciente no corresponde con la idea delirante vivida.
Primarias vs secundarias: La ideas delirantes primarias hacen referencia a un
fenómeno primario, inderivable, incomprensible y autónomo. Las secundarias
son aquellas que surgen de otros procesos como alteraciones de la
personalidad, conflictos individuales, etc. Son las llamadas ideas deliroides.
Relevancia para la vida del paciente: Nivel o grado en que las ideas delirantes
interfieren en la vida del sujeto. Puede que solo afecte a determinadas
situaciones o interferir en todo el sistema personal del sujeto (valores,
creencias, relaciones sociales...).
Nivel de elaboración: Se sabe que la inteligencia del sujeto puede jugar en su
contra, porque le permite desarrollar una mayor elaboración y complejidad del
sistema delirante.
Grado de certeza: es una característica descriptiva importante de las ideas
delirantes. La “doble contabilidad” se refiere a la peculiar actitud del paciente
hacia la realidad de sus ideas delirantes, en la que, su fuerte convicción hacia
las mismas no se corresponde siempre con algunas acciones del paciente.
TRASTORNOS DE PERSONALIDAD
Un trastorno de la personalidad es un patrón permanente e inflexible de
experiencia interna y de comportamiento que se aparta acusadamente de las
expectativas de la cultura del sujeto, tiene su inicio en la adolescencia o
principio de la edad adulta, es estable a lo largo del tiempo y comporta malestar
o perjuicios para el sujeto.

Los trastornos de la personalidad están reunidos en tres grupos que se basan


en las similitudes de sus características. El grupo A incluye los trastornos
paranoide, esquizoide y esquizotípico de la personalidad. Los sujetos con estos
trastornos suelen parecer raros o excéntricos. El grupo B incluye los trastornos
antisocial, límite, histriónico y narcisista de la personalidad. Los sujetos con
estos trastornos suelen parecer dramáticos, emotivos o inestables. El grupo C
incluye los trastornos por evitación, por dependencia y obsesivo-compulsivo de
la personalidad. Los sujetos con estos trastornos suelen parecer ansiosos o
temerosos. Es frecuente que los individuos presenten al mismo tiempo varios
trastornos de la personalidad pertenecientes a grupos distintos.

Características diagnósticas. Los rasgos de personalidad son patrones


persistentes de formas de percibir, relacionarse y pensar sobre el entorno y
sobre uno mismo que se ponen de manifiesto en una amplia gama de
contextos sociales y personales. Los rasgos de personalidad sólo constituyen
trastornos de la personalidad cuando son inflexibles y desadaptativos y cuando
causan un deterioro funcional significativo o un malestar subjetivo. La
característica principal de un trastorno de la personalidad es un patrón
permanente de experiencia interna y de comportamiento que se aparta
acusadamente de las expectativas de la cultura del sujeto y que se manifiesta
en al menos dos de las siguientes áreas: cognoscitiva, afectiva, de la actividad
interpersonal o del control de los impulsos. Este patrón persistente es inflexible
y se extiende a una amplia gama de situaciones personales y sociales y
provoca malestar clínicamente significativo o deterioro social, laboral o de otras
áreas importantes de la actividad del individuo. El patrón es estable y de larga
duración y se puede descubrir que su inicio se remonta al menos a la
adolescencia o al principio de la edad adulta. El patrón no es atribuible a una
manifestación o una consecuencia de otro trastorno mental y no es debido a los
efectos fisiológicos directos de una sustancia (por ejemplo: una droga, una
medicación o la exposición a un tóxico) ni a una enfermedad médica (por
ejemplo, traumatismo craneal). Los ítems en cada grupo de criterios para cada
uno de los trastornos de la personalidad específicos son enumerados en orden
de importancia diagnóstica decreciente según los datos relevantes sobre
eficiencia diagnóstica (cuando existen).
PERSONALIDAD PSICOPÁTICA O ANTISOCIAL

El Psicópata, posee una personalidad, que sin llegar a ser una enfermedad
mental, es anormal. Se la diagnostica, según el DSMIV (Manual de diagnóstico
de Psiquiatría) dentro de los Trastornos de Personalidad, como un
TRASTORNO ANTISOCIAL DE LA PERSONALIDAD.

Dentro de esta categorización, podemos encontrar un amplio espectro y por lo


tanto, grados diferentes de manifestación, desde “el criminal”, hasta una
persona aparentemente integrada al entramado social, que trabaja, estudia,
tiene hijos, familia. Pueden ser compañeros de trabajo, de estudio y esto los
hace especialmente peligrosos ya que el otro, posible víctima, se encuentra
más vulnerable porque no hay señales externas que alerten y permitan una
actitud defensiva.

La característica principal de estas personas es que tienen anestesia afectiva,


no sienten culpa, por lo tanto, ellos no son los que sufren, pero sí las personas
de su entorno. Las emociones que sí pueden sentir son cólera, ira o tristeza,
cuando las cosas no son como ellos quieren.
Solo los mueve su propio interés y para llegar a ello, que es obtener dominio y
poder sobre su ambiente, pueden llegar a simular, “no a sentir”, amor,
compasión, solidaridad, ternura, sentimientos de amistad, sólo hasta conseguir
sus objetivos. Cualquier estrategia es válida para llegar al máximo placer del
psicópata que es anular la voluntad del otro para explotarlo, atacarlo y
demostrar su superioridad y su desprecio hacia su víctima, ya sea en el área
laboral, de sus relaciones personales, sexual, etc. Esta es su esencia.

Algunos actúan su psicopatía en ciertos lugares más que en otros. Por ejemplo:
Manifiestan toda su patología dentro del ámbito familiar, donde sus parejas y
sus hijos son las víctimas, siendo para el afuera, personas encantadoras.

Al psicópata, se lo ha denominado “loco moral” o “loco sin delirio”, poseen


capacidad de juicio conservada, saben la diferencia entre lo que está bien o
mal, pero no les importa, esos límites no son para ellos.

A continuación, transcribo una serie de criterios para catalogar al Trastorno


Psicopático de la Personalidad (Hare, Hart y Harper 1991)

1) Locuacidad y encanto superficial


2) Autovaloración exagerada – Arrogancia
3) Ausencia total de remordimiento o culpa
4) Manipulación ajena y utilización de la mentira y el engaño como recurso
5) Ausencia de empatia en las relaciones interpersonales
6) Problemas de conducta en la infancia
7) Conducta antisocial en la vida adulta
8) Impulsividad
9) Ausencia de autocontrol
10) Irresponsabilidad
11) Estilo de vida parásito
12) Conducta sexual promiscua
13) Falta de objetivos realistas y a largo plazo
14) Necesidad de estimulación constante y tendencia al aburrimiento.
15) Diversas relaciones matrimoniales de corta duración.
16) Conductas delictivas

Este cuadro como todos los Trastornos de Personalidad se caracteriza por ser
sus rasgos inflexibles y crónicos, no es modificable ni por experiencia ni por
aprendizaje, puede disminuir en la adultez a partir de la cuarta década de la
vida. Para realizar un diagnóstico preciso es necesario diferenciarlo de otros
cuadros como Esquizofrenia o Episodio Maníaco, Trastorno Narcisista, Límite o
Histriónico de la Personalidad.

Estas personas no suelen concurrir al tratamiento por voluntad propia, sí los


familiares o personas del entorno que lo padecen y que son los que pueden
lograr beneficiarse, solicitando ayuda terapéutica.

CAPÍTULO III:
TÉCNICAS QUE UTILIZA EL PSICÓLOGO
CRIMINALÍSTICA
Durante los últimos cien años, la Psicología Forense ha adquirido
progresivamente cada vez mayor protagonismo en los tribunales de justicia. Su
actividad se ha centrado en valorar daños, capacidades, competencias e
imputabilidades, desde un punto de vista psicológico, en lo que se ha
denominado como la Psicología Forense Clínica. Pero además,
tradicionalmente ha asesorado en la obtención y valoración de las pruebas
testificales, en la especialidad de Psicología Forense Experimental. A lo largo
de este capítulo se analizan los antecedentes históricos de la Psicología
Forense y su situación actual, se desarrollan sus aplicaciones más relevantes,
los aspectos clave de la especialización en Psicología Forense, las limitaciones
y admisibilidad de los informes periciales, y las principales técnicas utilizadas
en el área.

En la Psicología Forense Clínica las principales técnicas utilizadas consisten en


las propias de la psicología clínica, esto es, de la metodología de entrevistas y
de los instrumentos de evaluación utilizados habitualmente en esta área para la
valoración de estado mental o de la personalidad. No obstante, para algunas
actuaciones no existen instrumentos que midan las variables específicas
consideradas en psicología forense, como ocurre en los casos de custodias
disputadas, donde no existe por el momento un instrumento que permita
concluir
quién es el progenitor más adecuado para ostentar la custodia de los hijos. En
estos casos, la combinación de varias técnicas y procedimientos facilitarán la
labor del psicólogo forense. En cualquier caso, no debe olvidarse que los
informes periciales no tienen un objetivo terapéutico sino jurídico, y que el
origen de la petición pericial no es el sujeto evaluado sino la necesidad del
sistema.

Una evaluación adecuada implica ineludiblemente considerar para qué se


va a evaluar, qué se va a evaluar y cómo se va a evaluar.

La respuesta a la primera pregunta procede de la petición realizada en el


ámbito jurídico, que puede proceder del juez o de cualquiera de las partes
(acusación y
defensa). Por ello, será fundamental una primera entrevista con los actores
origen de la demanda (jueces o abogados) para especificar la petición, recoger
la información necesaria para la planificación de la actuación y poder contestar
a qué y cómo, y solicitar los medios necesarios para llevarla a la práctica. Así,
por ejemplo, será el propio juez quien facilite el acceso a los sujetos objeto de
la pericia, fundamentalmente si la petición se realiza de una parte e implica la
valoración de un sujeto de la otra.

PRUEBAS PSICOMÉTRICAS QUE APLICA


EL PERITAJE PSICOLÓGICO
Es casi imposible separar la Psicología de las pruebas o test
psicológicos, lo mismo ocurre en la Psicología Forense, al realizar una
evaluación psicológica el perito debe tener amplios conocimientos de
psicometría y tests psicológicos. Al momento de planear las estrategias a
seguir durante las sesiones se debe ya tener claro y preparado cuales son las
pruebas que se aplicaran y sobre todo cual es su finalidad.
Sin embargo, se debe tener muy presente que las pruebas son solo un
elemento más en la evaluación a realizar, no el objetivo principal. Querer
fundamentar las conclusiones de un dictamen en los resultados de
determinada prueba o test psicológico es un error, pues el psicólogo debe unir
todos los elementos obtenidos durante la entrevista, la observación, las
reacciones emocionales y conductuales y los datos encontrados en el
expediente, todo eso se debe analizar en conjunto para poder tener los
elementos necesarios al momento de emitir una conclusión.
Ahora bien, las pruebas o tests psicológicos se deben seleccionar de
acuerdo a las características del individuo a evaluar, su edad, su escolaridad,
sexo, condición sociocultural, etcétera.
Definitivamente no se puede hacer una evaluación psicológica como si se
siguiera una receta de cocina. Es un error metodológico querer aplicar siempre
la misma batería de pruebas a todos los sujetos a evaluar.
Cada prueba va a tener siempre un constructo teórico, en el cual basa su
medición, y por lo tanto se deben tener las bases para poder aplicar
determinado test.
Al momento de determinar la batería psicológica que se va aplicar se
debe tener presente qué se pretende analizar, como mínimo se aplicará un test
de inteligencia, otro de personalidad, uno más para determinar el desarrollo
neurológico. Y en el caso de la Psicología Forense algún inventario o
cuestionario de psicopatología, el cual será de enorme apoyo para sustentar
las conclusiones a emitir.
Existe mucha bibliografía sobre test psicológicos, sus nombres y lo que
miden y ahondar en eso ocuparía realizar un blog exclusivo para test
psicológicos. Solo basta mencionar a modo de orientación cuales son algunos
de los más aplicados:
Para medir capacidad intelectual: Raven, Beta, WAIS, WISC, Terman.
Para detectar posibles disfunciones neurológicas se puede aplicar el test de
Bender.
Para analizar rasgos de personalidad se tienen las proyectivas las pruebas de
lápiz y papel como Machover, H.T.P, Familia, Bajo la lluvia, las proyectivas
verbales de percepción TAT, o tras como las de frases incompletas,
Desiderativa y Autobiografía.
Se pueden aplicar también inventarios como el MMPI-2 o el 16FP y
además existe una cantidad considerable de cuestionarios que miden
trastornos psicopatológicos.
Finalmente se hace la aclaración que los mencionados anteriormente
son solo como ejemplo, que pueden o no aplicarse y se puede aplicar algunos
otros que no se hayan mencionado. Aquí lo importante es que se conozca muy
bien el constructo teórico que hay detrás de la prueba y que se maneje con
total profesionalismo los resultados obtenidos de la misma.

CAPÍTULO IV
LA PSICOLOGÍA FORENSE EN EL MINISTERIO
PUBLICO
Se busca orientar el proceso de la evaluación psicológica adecuando su
metodología a los nuevos requerimientos de la Ley con los mejores estándares
de calidad, respeto a la dignidad de los evaluados y eficiencia pericial. La
Primera parte se divide en tres capítulos los cuales tratan sobre Aspectos
Generales referidos a los objetivos de la guía y la población objetivo; el Marco
Legal, hace mención a los principios, marco normativo y enfoques; y
posteriormente el Marco Conceptual.

La Segunda Parte se divide también en tres capítulos que tratan sobre los
Procedimientos Administrativos (admisión, recepción, identificación y registro),
el Procedimiento Pericial Psicológico Forense y finalmente la Metodología de la
Evaluación Psicológica Forense.La aplicación de la presente Guía permitirá al
psicólogo forense señalar las siguientes conclusiones:

1. El diagnóstico psicológico forense que señalará la afectación psicológica


u otra
2. alteración que presente el evaluado.

3. El hecho o evento violento que generó el diagnóstico psicológico


forense.

4. La personalidad o características comportamentales del evaluado.


5. La vulnerabilidad y riesgo del evaluado.

6. En caso se solicite la valoración del Daño Psíquico se deberá señalar si


reúne los criterios para dicha valoración y de ser así, se programará las
evaluaciones correspondientes.

Las recomendaciones o sugerencias que estime pertinente el evaluador. Este


instrumento constituye un avance en el desarrollo de la Psicología Forense en
nuestro país y una contribución en la búsqueda permanente de alcanzar la
verdad y la justicia.

LA PSICOLOGÍA FORENSE EL EL RÉGIMEN


PENITENCIARIO
La “Guía de evaluación psicológica forense en casos de Violencia contra la
mujer y los integrantes del grupo familiar” Fomentar la construcción de
conocimiento sobre la realidad forense y penitenciaria de nuestro país. Ellos
con miras a contribuir en la comprensión de la misma y en la construcción de
propuestas de acción pertinentes para nuestra sociedad, con énfasis en la
comprensión de la conducta delictiva y el tratamiento penitenciario. Además,
generar debate sobre la realidad del ámbito forense y penitenciario en nuestro
país, a partir del desarrollo de publicaciones, eventos académicos, visita de
profesores internacionales, etc

LA PSICOLOGÍA FORENSE EN LA PNP Y FFAA


Vivimos en una ‘sociedad’ cambiante, una sociedad que día a día se desarrolla
y crece; en consecuencia, el ser humano al vivir en una sociedad debe seguir
su ritmo y adaptarse a sus cambios.

De esta perspectiva, surgen quienes se adaptan al cambio, aceptando y


comprometiéndose a las nuevas creencias y valores sociales. Estos individuos
en su proceso de adaptación al cambio dispondrán de mecanismos y
estrategias para asimilar, identificar y/o respetar las normas, deberes u
obligaciones que la sociedad considera oportunas y normalizadas para la
convivencia entre sus miembros.
Por otro lado, surgen individuos que NO se adaptan; quienes serán
probablemente los que ofrezcan como respuesta ‘conductas delictivas’;
aquellos que no disponen de habilidades sociales o no saben utilizarlas para
introducirse en el proceso de adaptación y asimilación de los cambios
producidos en la sociedad.

El delito es una conducta no deseable en el seno de toda sociedad, pero


es propia de cada individuo, es un hecho perfectamente normal en la vida de
cualquier grupo. Es una estrategia de supervivencia la que se desenvuelve
porque la Sociedad no provee las condiciones necesarias para la seguridad de
los individuos. Esta relacionado con el Estado, ya que éste genera inseguridad,
corrupción y violencia. Es el “Estado” el organizador de la violencia, es la
“Sociedad” que lo hace violento al hombre; por la distribución desigual de la
información, la escuela, las oportunidades y el grupo social donde el individuo
nace.

CAPITULO V
CONCLUSIONES
Hoy en día la psicología juega un rol importante en el derecho, esto se debe a
varios motivos: Por ejemplo el abogado puede conocer el estado en el que se
encuentre su cliente, el juez, la otra parte, otro motivo es que ayude a ejercer el
derecho como fuente jurisdiccional de Poder, y pues efectivamente eso hace la
psicología forense estudia a los actores jurídicos, su relación, su
comportamiento y sobre todo ayuda a discernir e bien jurídico.
Consiste en ayudar al juez a emitir una decisión, asesorar, si estos actores se
encuentran con problemas, ayudarlos, busca la paz psicológica, que esté libre
de perjuicio y pueda vivir en un planeta donde menos se practica la paz.
Desde lo forense, el delito es entendido como producto de una debilidad
biológica o psicológica, o como alteraciones del comportamiento que resultan
de un ambiente social que impide la formación en el criminal de las barreras
que garantizan la sujeción a las normas sociales que rigen cada cultura
humana; la psicología forense trata entonces de entender tanto el delito como a
quien delinque.

BIBLIOGRAFÍA DE CONSULTA
Libros:

- Psicología Forense – Estudio de la mente criminal por Edith Aristizabal y José


Andrés
- Psicología Forense – Principios fundamentales por Ronald Ling Ching
Céspedes
- Psicología Forense – Manual de técnicas y aplicaciones por Juan Carlos
Sierra
Páginas de internet:

- http://www.cbp-psicologos.com/psicologia-forense.html
- http://www.centroguiadepsicoterapia.com/psicologia-juridica.php
- http://www.psicomed.net/juridica.html
- http://www.proyectopv.org/2-verdad/secuelasagres.htm
- http://www.dudalegal.cl/dano-moral.html
- http://www.relaciones-humanas.net/situaciones.html
- http://www.psicologiacientifica.com/bv/psicologiapdf-305-la-prueba-
psicologica-en-asuntos-de-incapacidad.pdf
- http://www.mailxmail.com/curso-entrevistar-nuevos-candidatos-
seleccion/valoracion-inteligencia-emocional

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