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Guía de lectura Nº 2
1. Introducción. Marx es, sin dudas, uno de los pensadores más influyentes en la
modernidad. Se lo lee como filósofo, como pensador político, como referente de una
corriente revolucionaria, y también como uno de los fundadores de la sociología, en tanto
disciplina científica. El pensamiento sobre la sociedad, por supuesto, tiene antecedentes
muy anteriores, pero fue recién en la modernidad cuando se empezó a pensar en la
construcción de un conocimiento científico de la sociedad. El nombre de “Sociología” para
ese tipo de conocimiento fue utilizado por primera vez por Augusto Comte (1798 – 1857),
el padre del positivismo, quien pretendía descubrir “leyes” del funcionamiento social a
partir de datos empíricos. Y Emile Durkheim (1858 – 1917), continuador de esa tendencia,
plantearía la necesidad de estudiar los hechos sociales como fuerzas y estructuras externas
al individuo, estructuras que se le imponen con un carácter coercitivo.
En ese clima desarrolla Marx su pensamiento. Sin embargo en Alemania, en la etapa de
formación de Marx, había un pensador extremadamente influyente, que sería una referencia
inmediata de su pensamiento: Georg Wilhelm Friedrich Hegel (1770 – 1831). Hegel fue la
figura excluyente en su época en Alemania, y tuvo gran influencia sobre un grupo de
pensadores contemporáneos de Marx, los neohegelianos, entre los que se destacaba Ludwig
Feurebach (1804 – 1872), con quien polemizaría fuertemente. ¿A qué se debe esa
polémica? Hegel y los neohegelianos desarrollaron una concepción del mundo, de la
humanidad y de la historia que suele conocerse como idealismo. A esa concepción, Marx le
opone otra de carácter materialista. Toda su manera de entender el sistema de relaciones
sociales, las relaciones de poder y el modo de existencia de las ideas (desde nuestro punto
de vista podríamos decir de los discursos), se deriva de esa concepción materialista.
Veamos, entonces de qué se trata.
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Para el desarrollo de este tema les recomendamos particularmente la lectura de las páginas seleccionadas
de “La ideología alemana”, texto escrito en colaboración con Engels entre 1845 y 1846.
contradicciones y luchas de la historia llevan en esa dirección por un proceso de superación
continua. Ahora bien, todo ese desarrollo se concibe como el desenvolvimiento de una
totalidad que Hegel piensa en términos de Espíritu. Todo el mundo material es
manifestación de ese espíritu.
2) Por otro lado, piensa ese proceso en forma Dialéctica. Esto es, la dinámica de la historia
está hecha conflictos, contradicciones y síntesis sucesivas que superan las contradicciones.
Esto puede pensarse, por ejemplo, en la historia de los estilos artísticos. Unos se
contradicen con otros, pero eso da lugar a síntesis que los superan y de algún modo
conservan a los anteriores. Lo importante es que en esas contradicciones cada polo se
define en función del otro. La dialéctica, así, es un modo de pensar que le adjudica gran
importancia a los procesos y las relaciones. Lo que hay en la realidad más que estructuras
estáticas, son procesos y relaciones. Se trata de una manera de pensar relacional. Pero para
Hegel, todo lo real, con sus contradicciones y síntesis, es resultado del desarrollo del
Espíritu.
Si buscan en internet, se pueden encontrar algunos materiales explicativos, claro que muy
simplificados, sobre este modo de pensar. No se trata de herramientas para estudiar a
Hegel, pero pueden ayudar a comprender esto del idealismo y la dialéctica. Aquí van un par
de links.
https://www.youtube.com/watch?v=hRrTsHmNTS8
https://www.youtube.com/watch?v=_n3cyZl8cpY
2
No se nos escapa el lenguaje patriarcal que implica decir “hombre” para designar a toda la humanidad. Ese
androcentrismo está no sólo en el lenguaje sino en todo el pensamiento de Marx, en sintonía con lo que
ocurría en su época. Ese androcentrismo será sometido a crítica por el pensamiento feminista como
tendremos oportunidad de ver con los textos de Silvia Federici que abordaremos en la última unidad.
Es un pasaje muy significativo en el que expresan con claridad su concepción materialista
del ser humano. Cabe destacar algunos puntos: a) el hombre se distingue de los demás
animales por su producción. Más específicamente, porque su naturaleza corpórea lo obliga
a producir. Sin producir no sobrevive b) la manera de producir está determinada por las
condiciones con que se encuentra. De hecho, los propios hombres van modificando esas
condiciones, de manera que las diferentes generaciones se encuentran con condiciones
diferentes producto de la práctica de sus antepasados. c) el modo de producción determina
el modo de vida. Es decir, lo que un determinado grupo produce, y la manera como
organizan la producción es lo que explica su modo de vida: las maneras de pensar, de
construir las viviendas, las relaciones de parentesco, las maneras de pensar y de sentir. d)
Por lo tanto los hombres no son lo que imaginan o se representan. Los hombres son lo que
producen y cómo producen. Lo que se imaginan o se representan es resultado de su modo
de producción. Los egipcios no se dedicaban a la agricultura en las márgenes del Nilo
porque creían que era sagrado. Más bien, se lo representaban como sagrado porque
practicaban la agricultura en sus márgenes y dependían del ciclo de sus crecientes.
Según esta concepción, la historia es producto del hacer de los hombres. Los hombres al
producir su vida material van haciendo la historia y se van haciendo a sí mismos en la
historia. El sujeto no es un en sí, ni un alma, ni espíritu, ni razón que preexiste a su
existencia material/corporal, sino que se va haciendo a sí mismo en la práctica, pero
condicionado por sus condiciones materiales de existencia. ¿Y qué pasa en esta concepción
con las ideas, o, en nuestros términos, con los discursos?
Lo primero a destacar es que cuando se habla del discurso político, jurídico, religioso,
filosófico o literario, es decir, del plano de lo que podríamos llamar las ideas o lo
espiritual, o, en lenguaje marxiano las ideologías3 o reflejos ideológicos, Marx y Engels lo
piensan también como producción humana. Es decir, los hombres producen toda su vida
material (vivienda, alimento, vestido, defensa, etc.) y también producen las ideas. Pero no
los hombres en abstracto, sino un grupo condicionado, incluso en lo que puede producir
como ideas, por el desarrollo de las fuerzas productivas4. Pero en esto que estamos
diciendo está el meollo de la concepción materialista y su oposición al idealismo. El
idealismo parte de las ideas, de lo espiritual, para explicar la vida material. El materialismo
parte de la vida material para explicar las ideas. La conciencia, entonces no es lo
determinante, sino lo determinado. A esto se refiere esa famosa afirmación de tono burlón
sobre el idealismo: El idealismo va del cielo a la tierra. El materialismo va de la tierra al
cielo. Y con esto tiene que ver esa frase archifamosa que aparece aquí y volverá a aparecer
en otros textos de Marx: No es la conciencia la que determina el ser, sino el ser social el
que determina la conciencia.
Lxs invitamos a leer el párrafo de la Ideología alemana que empieza al final de la pág.
33 y termina al principio de la 34.
Aquí aparecen dos cuestiones sustantivas: a) La división del trabajo está asociada a formas
de propiedad de los productos del trabajo y de los mismos medios de producción. La
propiedad, es el derecho que algunos tienen a disponer de la fuerza de trabajo de otros. Y,
aunque parece obvio, no está mal resaltar esta idea: la propiedad es resultado de un proceso
3
Más adelante volveremos largamente sobre la noción de ideología.
4
Presten atención a esa frase, que también recuperaremos más adelante.
5
Para el estudio de este tema, además de La Ideología alemana, recomendamos leer el texto de Balibar
"Sobre los conceptos fundamentales del materialismo histórico", y las partes seleccionadas del Manifiesto
comunista de Marx y Engels.
6
De hecho, vamos a ver que Marx, principalmente en El capital, habla de “las robinsonadas” cuando se burla
de las ideas individualistas de los economistas burgueses.
de apropiación. Es decir, de un proceso histórico, no de la naturaleza de las cosas. b) Marx
y Engels dicen, como al pasar, que la primera forma de propiedad (y por lo tanto de
dominación) está en la propia familia, donde la mujer y los hijos son esclavos del marido.
Aunque es algo que no desarrollan mucho más, sino que profundizan el tema de la
dominación entre clases sociales7.
Entonces, podemos decir que las relaciones de producción son a su vez relaciones de
explotación en la medida en que son resultado de la distribución desigual del trabajo y de
los productos del trabajo.
7
Y esa es, justamente, una de las líneas de crítica de las lecturas feministas, como veremos en la última
unidad.
dialéctica materialista. No se trata de contradicción entre ideas, sino de lucha entre clases
con intereses opuestos.
Para entender mejor lo que son las clases sociales y su lucha, conviene aproximarse al
concepto de modo de producción. Modo de producción es un concepto que permite pensar
esa complejidad de las relaciones sociales como sistema de luchas entre posiciones e
intereses contradictorios. Marx habla, por ejemplo del Modo de producción Feudal, o del
Modo de producción Capitalista. Un modo de producción es el sistema general de la
estructura social en un momento determinado del desarrollo de las fuerzas productivas.
Pero ojo: recuerden que es una estructura inestable porque es el resultado de la lucha y el
conflicto, que nunca se detienen. Es decir, el modo de producción feudal, por ejemplo, se
caracteriza porque hay señores y siervos, pero no conviven en armonía sino en tensión y
lucha porque entre ellos hay una contradicción objetiva de intereses. Y no nos olvidemos
que para Marx el modo de producción determina el modo de vida, las costumbres, la
política, las leyes y también las ideas o, en nuestros términos, los discursos. Según Etienne
Balibar, hay un conjunto de factores invariantes, que aparecen en todo modo de producción.
Según las diferentes combinaciones de esos factores se puede dar cuenta de los distintos
modos de producción históricos. Veamos el siguiente esquema:
Para entender una sociedad, hay que preguntarse por su modo de producción. Esto es, hay
que preguntarse por las relaciones de producción. Relaciones que existen entre las fuerzas
productivas y los grupos que, sin hacer ellos mismos la tarea, se apropian de alguna manera
del trabajo y de los productos del trabajo de los trabajadores, es decir la fuerza de trabajo.
Pero los trabajadores, para producir, necesitan herramientas, máquinas, insumos, materias
primas, caminos, medios de transporte, es decir, medios de producción. La pregunta crucial
es: en un determinado Modo de producción, ¿Quiénes son los dueños de los medios de
producción y de la fuerza de trabajo? ¿Qué tipo de relación de propiedad define esa
sociedad? Pensemos, por ejemplo en una sociedad agraria y esclavista. En ese caso la tierra
(objeto de trabajo), las herramientas, semillas, lugares de almacenamiento y transportes
(medios de producción) y los trabajadores mismos (esclavos) son propiedad de los amos.
En un tipo de sociedad con esa forma de propiedad, es razonable que en el nivel de las
ideas/discursos (literatura, filosofía, religión) aparezcan relatos y reflexiones que
“naturalizan” la esclavitud: mitos sobre el origen, literatura épica que narra en términos
heroicos cómo un pueblo sometió a otro (la Ilíada, por ejemplo), reflexiones que justifican
la esclavitud por la naturaleza inferior de los esclavos, teologías que le adjudican un origen
divino a los amos, etc.
En una sociedad capitalista, en cambio, la relación de propiedad de la clase dominante es
sobre los medios de producción (fábricas, materias primas, tecnología, transporte, etc.) pero
no sobre la fuerza de trabajo (los trabajadores). Los trabajadores son “libres”, y la clase
dominante les compra “libremente” la fuerza de trabajo a cambio de un salario. En ese
marco, la literatura, la filosofía etc. desarrollan ideas acerca de la libertad de elección, del
libre mercado, del espíritu de empresa, del éxito según el mérito, etc. dejando de lado del
detalle de que los trabajadores son obligados a vender su fuerza de trabajo porque han sido
despojados de los medios de producción.
Entonces, para Marx, la cuestión de la propiedad es el principio a partir del cual se definen
las clases sociales. Es decir, las clases se definen a partir de un principio económico: Los
propietarios vs. Los no propietarios. Entre esos dos grupos hay contradicción objetiva y por
lo tanto lucha. En el caso del modo de la producción capitalista, según dice el Manifiesto, la
contradicción principal es entre Burgueses (dueños de los medios de producción) y
proletarios (obligados a vender su fuerza de trabajo en el mercado) 8. Por eso las clases
sociales y las relaciones de clase son hechos objetivos independientes de la voluntad o la
subjetividad de los individuos.
4. Conciencia, ideología, discursos. ¿Qué pasa en esta concepción con las distintas formas
de conciencia, con la producción de ideas? Esto es fundamental para nosotros porque nos
interesa la relación discurso/sociedad. Si suponemos que los discursos de algún modo
encarnan y expresan las ideas de una sociedad, hay que interrogar el pensamiento
materialista para ver qué lugar ocupa allí esta dimensión. Y podemos recuperar lo que
dijimos antes. En oposición al idealismo, Marx dice que el ser social determina la
conciencia. Pero ahora ya sabemos que la sociedad es antes que nada un sistema de
relaciones. Más específicamente relaciones de lucha entre clases sociales como
consecuencia de la contradicción objetiva de intereses entre propietarios y no propietarios.
Entonces, las ideas/discursos están determinadas por la sociedad entendida como ese
sistema de luchas. Toda producción discursiva, podríamos decir, está atravesada por las
luchas sociales. Eso explica, además que haya diversidad de discursos que expresan ideas y
visones diferentes. Sin embargo no todos los discursos consiguen la misma aceptación. Hay
algunos que se imponen sobre otros, que parecen tener más pregnancia social. Veamos qué
dice sobre esto La ideología Alemana.
Lxs invitamos a leer con atención el último párrafo de la pág. 50 y la pág 51.
8
No es que sean las únicas clases sociales, pero son las principales fuerzas en conflicto.
De este texto podemos destacar algunos aspectos: a) las ideas dominantes no son las únicas
ideas, pero son dominantes porque se imponen b) no se imponen porque estén mejor
elaboradas o sean más “verdaderas” en un sentido abstracto. c) se imponen más bien porque
son las ideas de la clase dominante, que controla los medios de producción material y
también los de producción espiritual. d) la clase dominante dispone de los medios y
también de una fracción de clase que se especializa en elaborar ideas. e) En nuestra
sociedad los “medios de producción espiritual” son muy amplios y diversos: la prensa, la
publicidad, el cine, la literatura, las religiones la filosofía, las ciencias, las universidades,
las escuelas. Piensen ustedes en la importancia crucial que hoy tiene en el mundo el control
de los medios masivos, pero también de las redes y el tráfico de información por internet, la
bigdata, etc.
Entonces, la clase dominante tiene muchas ventajas relativas para que sus ideas vayan
penetrando en todos los grupos sociales, que las van aceptando como evidentes, naturales, y
las hacen propias. En esa medida llegan a formar parte del sentido común, y adquieren,
propiamente, el carácter de ideología.
Hay ciertos mecanismos ideológicos muy difundidos que operan permanentemente en la
construcción de ese sentido común, es decir el reino de lo que no se cuestiona porque es
obvio. Algunos de ellos son:
A) Presentar el interés propio de la clase dominante como si fuera el interés general.
Por ejemplo, el discurso de ciertos economistas que afirman que “el país necesita
que crezca la economía”. Dicho así parece como si el crecimiento fuera de interés
de todos. Y hasta cierto punto lo es. Pero puede darse el caso de un período de
crecimiento económico (aumento del PBI) pero sin aumento de salarios y con
aumento del desempleo (como ocurrió en la década del 90). De tal modo, lo que
parece de interés general en realidad es de interés del grupo que se beneficia con ese
crecimiento con exclusión de los demás.
B) Adjudicar a la naturaleza lo que es producto de la historia. En nuestra sociedad, tan
atravesada por el prestigio de la ciencia, lo que se presenta como “natural” tiene
altas posibilidades de aceptación. Así por ejemplo, en el siglo XIX se presentaba a
los indios, mestizos e inmigrantes como “naturalmente inferiores”. Con lo cual su
relegamiento a los peores trabajos y las formas más duras de explotación, resultaba
aceptable porque era acorde a la naturaleza 9. Lo que oculta ese tipo de discurso es
que la posición de esos sujetos en la jerarquía sociales obedece a procesos históricos
específicos.
C) Presentar algo que es particular como universal. Esto es muy común con un
conjunto muy amplio de ideas generadas en Europa y que se presentan como
universales. Algunas han tenido mucho peso en el desarrollo de nuestra sociedad,
como por ejemplo la oposición sarmientina entre civilización (todo lo que es blanco
y europeo) y barbarie (todo lo que es americano, principalemente lo vinculado a los
pueblos originarios, y lo de origen afro).
Estos mecanismos tienen en común el ocultamiento, el velo que se extiende sobre los
procesos sociales (recordemos que son procesos de lucha) que subyacen a los fenómenos a
9
Del mismo modo durante siglos se justificó el relegamiento de las mujeres a la vida doméstica, la
maternidad y las tareas de cuidado. Piensen por ejemplo en la amplia aceptación social y la penetración
ideológica de los discursos alrededor del día de la madre.
los que alude el discurso. Pensemos en un enunciado muy difundido y que nos atraviesa a
todos de algún modo: “El trabajo dignifica”. Ese enunciado descansa sobre una serie de
supuestos que, vistos de cerca revelan su carácter ideológico. a) supone que el trabajo es
algo bueno b) que ser un buen trabajador, estar comprometido con el trabajo habla bien de
un sujeto c) supone que quienes no trabajan tienen alguna falla moral: son vagos,
deshonestos e) supone que lo único que se entiende por trabajo es tener un empleo y f)
finalmente supone que las personas que ocupan una posición elevada es porque han
trabajado mucho y bien, y por eso son dignas. Pues bien, resulta que este es un enunciado
ampliamente difundido en una sociedad en la que: a) las personas que ocupan las jerarquías
más altas son las propietarias de los medios de producción que se apropian de la fuerza de
trabajo de los trabajadores. b) Los trabajadores venden su fuerza de trabajo a cambio de
salarios cada vez más bajos, que no les garantizan condiciones dignas de vida c) la tasa de
desempleo, es decir de personas que quieren un empleo y no lo consiguen, supera el 10%.
d) el 40% de la fuerza de trabajo está en negro, o sea sin derechos ni garantías laborales e)
una gran cantidad de mujeres hace un trabajo doméstico y de cuidado que no es reconocido
como trabajo. Entonces… ¿Dignifica el trabajo? En realidad lo que hace ese enunciado, y
por eso es ideológico, es legitimar las relaciones de producción/explotación dominantes.
El análisis del discurso, desde una perspectiva materialista, entonces, no consiste en discutir
las ideas/discursos, sino en ponerlas en relación con los procesos sociales de los que
emergen. ¿Por qué? Porque no es la conciencia la que determina el ser, sino el ser social el
que determina la conciencia.
Esta misma idea dio lugar años más tarde al célebre texto que está en el prefacio a la
Contribución a la crítica de la economía política, de 1859.
Lxs invitamos a ver también el fragmento del video de Zizek sobre la ideología que les
subimos al drive.
Después de ver el video pregúntense a) ¿Cuál es el sentido de esos anteojos que descubrió
el personaje? b) ¿estamos dentro o fuera de la ideología? ¿Por qué cuesta salir? c) ¿Por qué
dice Zizek que “la libertad duele”?
Si para Marx los discursos ideológicos son Falsa Conciencia, entonces lo que se hace con
los discursos, desde una perspectiva materialista es, justamente, un “Crítica de la
ideología”.
7. Los Aparatos Ideológicos de Estado (AIE). En 1970 Louis Altthusser publicó un texto
muy influyente para el estudio de la ideología. Se trata de Ideología y Aparatos Ideológicos
de Estado. En la bibliografía les incluimos una versión en forma de artículo que se publicó
originalmente en la revista La Pensée, como avance de la investigación y que Slavoj Zizek
incluyó en su Ideologia. Un mapa de la cuestión. El trabajo de Althusser fue muy
influyente entre los años 60 y 80 del siglo XX, principalmente en Francia. Influyó, entre
otros a Pierre Bourdieu y Michel Foucault, dos autores que abordaremos en esta materia.
Lo más característico de su pensamiento es el diálogo fecundo que establece con el
estructuralismo y el psicoanálisis. Y eso le permite reelaborar en algunos aspectos la teoría
de la ideología. Nosotros vamos a tomarlo muy brevemente para mostrar algunos aspectos
del concepto de ideología que aparecen bajo una luz diferente.
Althusser afirma que para existir, toda formación social debe producir y reproducir. No
basta con la producción de mercancías, sino que también hace falta la permanente
reproducción. ¿Pero qué es lo que hay que reproducir? Veámoslo en un esquema:
La reproducción de la fuerza de
trabajo y las mujeres.
Así pues, es necesario reproducir dos cosas: a) El salario cumple esa función. Es lo
por un lado las fuerzas productivas. Ya vimos que permite que los trabajadores se
antes que eso incluye los medios de producción alimenten, tengan vivienda, se vistan,
(desde las materias primas hasta las descansen… para poder volver al
herramientas, medios tecnológicos, etc.) y trabajo cada día. La reproducción de
también la fuerza de trabajo, es decir los la fuerza de trabajo requiere también
trabajadores mismos. b) Pero por otro lado, dice la reproducción biológica de los
Althusser, deben reproducirse también las trabajadores. Y ahí aparece un
relaciones de producción. ¿Qué quiere decir con problema que Althusser no
esto? Recordemos que para Marx, las relaciones profundiza, pero que será retomado
de producción capitalistas son relaciones de desde una perspectiva de género: el
explotación. Así pues, para que los obreros problema del trabajo no remunerado
vayan a trabajar cada día, no basta con que estén de las mujeres, tanto en las tareas
alimentados, que estén vestidos, que estén domésticas como en la crianza de los
descansados porque tuvieron dónde dormir. hijos y demás tareas de cuidado.
Hace falta además que estén capacitados, que Volveremos sobre esto en la última
tengan los conocimientos para hacer su trabajo. unidad.
Pero también, y esto es lo fundamental…que
quieran hacerlo, que vayan voluntariamente
porque están convencidos, entre otras cosas, de
que…el trabajo dignifica!!!
Es decir, la producción no podría sostenerse si
hubiera que llevar a los trabajadores a la fuerza a trabajar. Si hubiera que mantenerlos
trabajando a punta de bayonetas. Hay que conseguir que los trabajadores deseen hacerlo.
Que piensen que las cosas están bien como están. Que con su salario conseguirán mejorar y
progresar y darles una vida mejor a sus hijos. Ese decir, que crean en la legitimidad de esta
forma de vida.
Y así, las relaciones de producción (de explotación) se reproducen, ya la formación social
se sostiene.
Para eso introduce una distinción que es bien importante. La distinción entre lo que llama el
Aparato Represivo del Estado (ARE) y los Aparatos Ideológicos del estado (AIE). ¿Cuál es
la diferencia?
Veámoslo sintéticamente:
¿Qué quiere decir que la ideología no tiene historia? Básicamente, que, al igual que el
inconsciente freudiano, siempre está ya ahí. Desde el nacimiento de los sujetos, más aún
desde antes del nacimiento de los sujetos. Desde que se espera el nacimiento de alguien ya
se le pone un nombre, se lo relaciona con una familia, se le habla en una lengua. Es decir, la
ideología forma parte de su subjetividad desde siempre, en forma inconsciente.
Y por eso, en la segunda tesis, Althusser afirma que la relación de los sujetos con sus
condiciones de existencia es imaginaria. Fíjense, no se trata de la representación de la
relación. Se trata de la relación misma con sus condiciones de existencia. Eso es lo
imaginario ¿Porqué? Porque toda relación de los sujetos con el mundo está mediada por la
ideología que está ya incorporada a la subjetividad de forma inconsciente. Por eso es que en
el fragmento de película que vimos Zizek afirma que no es tan sencillo como ponerse o
sacarse anteojos de ver la ideología. La ideología forma parte de la subjetividad.
Y eso nos lleva a la tercera tesis. La ideología no se incorpora a la subjetividad sólo con
discursos razonados, con ideas explícitamente desarrolladas. Se incorpora en la
materialidad de los rituales. ¿Cómo se forman subjetividades liberales? No es haciendo que
los niños lean a Adam Smith. Es organizando juegos institucionales en los que deben
competir unos contra otros. Sólo los que ganan “pasan”. Así funciona la serie 3%. ¿Cómo
se consigue la adhesión a una creencia religiosa. Participando de los rituales, la misa, los
bautismos, los casamientos. En todos esos rituales religiosos, culturales, deportivos,
militares es donde existe materialmente, la ideología. No sólo en los discursos.
Y eso nos lleva directamente a la cuarta tesis. Justamente porque se incorpora de modo
inconsciente, a través de multiplicidad de rituales incluso desde antes del nacimiento, la
ideología nos interpela, nos llama, nos nombra, nos atribuye un género, una raza una
condición. Es decir nos constituye como sujetos y a la vez nos sujeta. De tal manera los
trabajadores, en su propia subjetividad, incorporan preceptos como “El trabajo dignifica” y,
sin que nadie los obligue, se presentan cada mañana a trabajar. Y si el trabajo de la
ideología falla, si un sujeto o un grupo muestra rebeldía en alguna forma, para esas
eventualidades está el ARE.
Bien. Este texto, tal como dijimos al principio, sólo pretende ser una guía para la lectura de
los textos seleccionados para este segmento del programa. Les proponemos ahora algunas
preguntas orientadoras específicas para la lectura de cada texto:
La ideología Alemana: