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REPÙBLICA BOLIVARIANA DE VENEZUELA

MINISTERIO DEL PODER POPULAR PARA LA EDUCACIÒN

UNIVERSIDAD BICENTENARIA DE ARAGUA

INTERVENCION PSICOEDUCATIVA

Presentado por:

Nadira Boufajreldin
C.I: 28.183.803
“La educación, no se circunscribe a las cuatro paredes de un edificio…”
Edgar Ulises García Núñez. Partiremos de esta frase para adentrarnos en
alcance de la psicología a nivel educativo y cómo influye en el método de
enseñanza a nivel escolar, que papel desarrolla el psicólogo educativo en el
sistema de aprendizaje actual, cual relativo es, y como se ha perfeccionado a
través de las diferentes teorías, haciendo énfasis en cumplir con los puntos
planteados para la siguiente asignación. Esto refiere que el psicólogo educativo
no solo se centra en las cuatro paredes de su oficina sino se adentra más a
solucionar o minimizar los problemas de aprendizaje de cada niño;
asesorándolo de manera profesional tanto al estudiante como a sus
representantes, previniendo muchas veces el bullying y otros conflictos que se
puedan presentar en el aula fijando sesiones tanto individuales como grupales.

De la misma manera la intervención psicoeducativa conlleva un conjunto de


técnicas y estrategias de acompañamiento, basadas en las teorías del
aprendizaje y el desarrollo evolutivo, cuyo objetivo fundamental es facilitar y
optimizar ambos procesos dando impulso a las habilidades cognitivas y
sociales. La psicología educativa es una subdisciplina de la psicología que se
encarga de estudiar las formas en que se lleva a cabo el aprendizaje humano,
especialmente en el contexto de los centros educativos. La psicología
educativa analiza los modos en que se aprende y enseña y trata de aumentar
la efectividad de las distintas intervenciones educativas a fin de optimizar el
proceso. También trata de aplicar los principios y leyes de la psicología social a
las instituciones y organizaciones educativas. Dicho de otro modo, el objeto de
estudio de la psicología educativa es el aprendizaje de los estudiantes y los
distintos aspectos que modulan su desarrollo cognitivo.

Sin embargo, los psicólogos educativos proporcionan estrategias para el


desarrollo de las habilidades sociales y de comunicación de los niños y niñas,
la resolución de problemas, el manejo de la ira, el auto-control, La auto-
determinación y el optimismo. Se dedica al estudio del comportamiento
humano y los procesos cognitivos en el contexto de la educación y a la
aplicación derivada de ese estudio. Este profesional debe estar titulado en
psicología y formado específicamente en educación, para así desarrollar su
trabajo a cabalidad.
El comienzo de los años ochenta marca el paso de una psicología educativa
muy relacionada con modelos clínicos y de psicología escolar tradicional a una
progresiva especialización y concreción en el objeto del trabajo. En esos años
se produce, tardíamente, el descubrimiento de Vygotski y de la psicología
cognitiva en relación con el contexto educativo. Desde entonces el
constructivismo se ha hecho dominante, esencialmente en el medio
universitario relacionado con la Psicología de la Educación desde el que se ha
extendido a la práctica profesional. Ha llegado a ser el modelo psicopedagógico
subyacente a las propuestas curriculares del proceso de reforma educativo.
Este modelo alcanzó niveles extremos y más allá de la teoría constructivista de
base se introduce una perspectiva pedagógico-curricular que parte de
propuestas para sacar la intervención psicopedagógica de la periferia del
sistema educativo llevándola hacia su nivel central como es el docente, la
didáctica y el currículo educativo. En conjunto se observa como la intervención
psicopedagógica adopta un carácter "funcional" respecto a las necesidades de
implantación de la reforma educativa, priorizando las actuaciones de
asesoramiento curricular sobre las demás, formuladas, desarrolladas y
realizadas con mejor o peor fortuna por los psicólogos educativos.

Para apoyar esta necesidad de reforma educativa se basa en el estudio de los


diferentes modelos de sistematización como el conductismo que propone la
sistematización de la enseñanza y análisis conductual del contenido que
genera objetivos conductuales, enseñanza programada, análisis conductual de
tareas, método de modificación de conducta en educación, sistema de
reforzamiento a través de incentivos, castigos y economía de fichas, instrucción
asistida por computadoras y evaluación objetiva de los aprendizajes.

El modelo humanista se basa en un aprendizaje significativo vivencial


rogeriano, educación en un ambiente de libertad orientado a la autorrealización
y a promover la autoestima, propuesta de desarrollo del pensamiento creativo,
trabajo auto iniciado de investigación y por proyectos, autoevaluación y
celebración de contratos y planes personales, tutoría docente y entre
compañeros.
El constructivismo psicogenético es un currículo de investigación por ciclos de
enseñanza, método de aprendizaje por descubrimiento autónomo, currículo de
orientación cognitiva, estrategias de conflicto cognitivo y desajuste óptimo,
evaluación clínico-crítica, lenguaje LOGO, programas para promover
pensamiento formal, enfoque de educación moral basado en estadios de
razonamiento y solución de dilemas.

El modelo cognoscitivo se basa en el aprendizaje significativo ausubeliano,


estrategias instruccionales, programas de enseñar a pensar, de aprender a
aprender y de motivación intrínseca, modelos y estrategias para la
comprensión, composición y solución de problemas, tutores inteligentes,
simuladores y sistemas expertos, análisis cognitivos de tareas.

En conjunto los psicólogos educativos representan aproximadamente un 38%


del total de los profesionales de la psicología que ejercen como tales, lo cual se
sitúa como una de las áreas más numerosas del colectivo profesional. (2011)
En el sector público educativo se ha pasado en los últimos veinte años de la
práctica inexistencia de psicólogos a los más de 3000 que pueden calcularse
en la actualidad en las diversas administraciones municipales, autonómicas y
centrales. Las principales dificultades han venido por una doble vía, por un lado
las relativas al estatus administrativo-laboral, en algunos casos por las formas
de reclutamiento, en otros por problemas de reconocimiento profesional y en
bastantes, sobre todo en los que la intervención profesional es más reciente,
por puros problemas laborales y socioeconómicos. Otra fuente de dificultades,
que además se hace más importante conforme se resuelven en mayor o menor
grado los problemas de estatus, es la referida a la definición del rol, perfil y
funciones; la progresiva superación de prácticas tradicionales y el surgimiento
de la demanda social de intervención en distintos ámbitos produce la necesidad
de un debate constante sobre las cuestiones referidas al rol del psicólogo
educativo, a todo ello se unen unos desarrollos científicos y técnicos que
obligan a un permanente esfuerzo de actualización y de definición de líneas
nuevas de actuación psicoeducativa que sin abandonar, como a veces se
pretende, las grandes líneas de confluencia citadas en el apartado anterior,
incorporen aspectos tales como los nuevos conceptos dinámicos del
aprendizaje y de las formas de aprender, una evaluación formativa, analítica y
basada en criterios, la respuesta a las necesidades derivadas de la integración
de las diferencias tanto personales, como sociales y culturales, una orientación
educativa y profesional de tipo educativo, el análisis del contexto educativo, etc.
Finalmente se observa un tercer grupo de dificultades que van a ser clave para
nuestro desarrollo profesional, se trata de los aspectos deontológicos y éticos;
así los problemas de estatus y rol, la delicada frontera entre interdisciplinaridad
e intrusismo, la dinámica entre funciones profesionales y funciones asignadas,
la presencia de un rol mediador y una posición administrativa concreta, y
finalmente los dilemas éticos y deontológicos del psicólogo en contextos
educativos: las dificultades derivadas de los procesos de etiquetaje y
consiguiente estigmatización, los temas de confidencialidad y secreto
profesional, los requerimientos emanados del consentimiento para la
intervención y en última instancia, y como tema clave, la necesaria posición
crítica del psicólogo ante el reforzamiento de un perfil institucionalmente
deseable del alumno. La planeación y aplicación de programas educativos, la
orientación vocacional y educativa y la elaboración de materiales didácticos se
hacen necesario para que el profesional en psicología educativa mejore su
proceso evolutivo y se vincule al aprendizaje y desarrollo humano en los
escenarios educativos y su intervención en ellos. Así mismo este puede realizar
prevención, evaluación, entrenamiento, investigación, investigación o
consultoría sobre su proceso.

El grado en el cual las evaluaciones de los estudiantes reflejan únicamente la


ejecución del profesor en el aula es un tema de extenso debate, tanto entre
expertos como entre los recién llegados al escenario de la docencia. Sin
embargo, un aspecto que no se ha investigado es la percepción de los
estudiantes acerca de la importancia relativa de diferentes aproximaciones a la
enseñanza. Se determina la concepción sobre la enseñanza que tienen los
estudiantes de diferentes carreras en una institución de educación superior,
sobre las aplicaciones prácticas en el aula de tres diferentes aproximaciones
psicológicas. De manera más precisa, está dirigido a determinar la importancia
relativa de los enfoques humanista, conductista y constructivista para la
enseñanza en el aula. Los resultados muestran que existen diferentes
percepciones sobre una variedad de aspectos significativos entre los diferentes
enfoques. Un resultado notable es que los estudiantes de las diferentes
escuelas identifican el enfoque constructivista como el más importante, seguido
del humanista y el conductista. La interrogante es si deberá hacerse hincapié
en un enfoque particular para cada disciplina, así como en cuanto al problema
de la validez de las escalas de evaluación de profesores.

Para el constructivismo, el aprendizaje es la creación de significados a partir de


experiencias. Aun cuando el constructivismo se considera una rama del
cognitivismo; ambas teorías conciben el aprendizaje como una actividad
mental, se diferencia de las teorías cognitivas tradicionales en varias formas.
La mayoría de los psicólogos cognitivos consideran que la mente es una
herramienta de referencia para el mundo real; los constructivistas creen que la
mente filtra lo que nos llega del mundo para producir su propia y única realidad.
Así como los racionalistas de la época de Platón, se considera a la mente como
la fuente de todo significado, sin embargo, tal como con los empiristas, se
considera que las experiencias individuales y directas con el medio ambiente
son críticas. Los constructivistas cruzan ambas categorías enfatizando la
interacción entre estas dos variables. El constructivismo no es un enfoque
totalmente nuevo del aprendizaje. Sus presupuestos teóricos son afines al
enfoque cognitivo y socio-histórico del aprendizaje pues considera que el
conocimiento es una función de cómo el individuo crea significados a partir de
sus propias experiencias. De aquí que la problemática del constructivismo es
fundamentalmente epistémica. Trata de explicar cómo el estudiante construye
el conocimiento y cuál es el rol del contexto en esta construcción. Este enfoque
defiende la necesidad de formar habilidades en el estudiante para que sea
capaz de interpretar, construir y reconstruir las exigencias de los contextos
formativos. Se asume que el individuo procesa la información que recibe del
contexto en el que se encuentra en función de su estructura cognitiva, sus
experiencias y de las actitudes y creencias que tenga hacia los contenidos,
medios, materiales y mensajes con los que interacciona. El constructivismo es
un enfoque del aprendizaje fundamentado en la premisa de que cada uno de
nosotros tiene sus reglas y modelos mentales los cuales permiten dar sentido a
nuestras experiencias y es la forma de comprender dichas experiencias las que
determinan la eficiencia y profundidad del aprendizaje. El humanismo es un
complejo mosaico de facciones, dadas las diferencias existentes entre los
diversos autores adictos a él, pero todos tienen una línea común en sus
estudios: el desarrollo integral de la personalidad. Consideran que la
personalidad es una totalidad en constante desarrollo y que para ser
comprendida debe ser estudiada dentro del contexto social en el cual se
desarrolla. Su principal problemática es el estudio de los procesos integrales de
la persona. Para ello parte de un enfoque holista de la persona que,
consideran, tiende naturalmente a su autorrealización formativa de forma
consciente. Ello supone que el alumno es un ser activo, intencional. En el
marco educativo, el enfoque humanista se preocupa por encontrar las vías para
ayudar al alumno a decidir lo que son y lo que quieren llegar a ser. El
humanismo en la psicología hace hincapié en el dominio socio-afectivo y las
relaciones interpersonales. La persona para ser explicada y comprendida debe
ser estudiada en su contexto interpersonal y social. No obstante pone al sujeto,
a la persona, como fuente del desarrollo integral. Este enfoque plantea que el
ser humano va creando su personalidad a través de las elecciones y las
decisiones que continuamente asume frente a las situaciones y problemas que
van presentándosele en el transcurso de su vida. La conducta humana es
considerada como un todo armónico en el cual se mezclan las emociones, las
relaciones interpersonales, los valores y el contexto en el que se inserta el
individuo. De acuerdo con esa perspectiva, el humanismo se apoya en que: el
ser humano es electivo, por ende, capaz de elegir su propio destino; el ser
humano es libre para establecer sus propias metas de vida; y el ser humano es
responsable de sus propias decisiones. Según éste enfoque, la educación debe
proporcionar al estudiante opciones válidas de autoconocimiento, crecimiento y
autodecisión personal. El conductismo surge en las primeras décadas del siglo
XX como resultado de las críticas a la Psicología dominante en la época.
Determinó la psicología norteamericana de inicio del siglo pasado y transformó
radicalmente la concepción de la psiquis que había hasta ese momento. Según
los conductistas, la psicología no debe ocuparse del estudio de la conciencia,
sino de la conducta en base a patrones de estímulo-respuesta. Para ello
emplea el método de observación externa, fundamentalmente el experimento
objetivo, a la vez que rechazó la introspección y los datos subjetivos.
Según Watson, la Psicología para alcanzar un estatuto científico debía
dejar de ocuparse del estudio de la conciencia y nombrar a la conducta como
su objeto de estudio. El desarrollo del enfoque conductista alcanzó su máxima
expresión en la teoría del conductismo operante de B. F. Skinner. Esta teoría
explica que la conducta es determinada por contingencias ambientales,
negando toda posibilidad causal a los procesos internos de naturaleza mental.
Skinner sigue rigurosamente la tradición conductista y excluye del lenguaje
psicológico todos los conceptos "psíquicos" o "mentales" como imágenes,
deseos y emociones y considera inútil recurrir a la fisiología.

Por tanto la problemática del conductismo es el estudio descriptivo de la


conducta definida en términos observables, medibles y cuantificables. El
estudio de la conducta debe ser mediante métodos experimentales y su fin es
descubrir los principios y leyes por los cuales el medio ambiente controla el
comportamiento de los organismos. Como enfoque psicológico se dedicó al
descubrimiento de las leyes de la conducta, sean éstas determinadas
genéticamente o sean el resultado de aprendizajes individuales.

Los estudios conductistas se basan en los fenómenos observables o, cuanto


menos, que puedan ser cuantificados y analizados en condiciones objetivas.
Según los conductistas todas las conductas, por más complejas que estas
sean, pueden ser analizadas en sus partes más elementales, es decir, a través
de estímulos y respuestas.

Sin embargo, la teoría cognoscitiva ha elaborado una teoría del ser humano
como un activo constructor del conocimiento; describe los cambios en el
conocimiento como resultado de la automodificaciòn que hacen los estudiantes
de sus propios procesos de pensamiento y estructuras de conocimiento.

Por el momento la psicología educativa se ha caracterizado como una ciencia


muy descriptiva, que analiza la ejecución, pero que no produce sugerencias
para mejorarlas. El fin de la mayoría de los psicólogos educativos es de
convertirla en una ciencia descriptiva capaz de guiar procesos de enseñanza
asì como de describir procesos de aprendizaje.
REFERENCIAS BIBLIOGRÀFICAS

https://www.gestiopolis.com/paradigmas-de-la-psicologia-educativa/
https://psicologiaymente.com/desarrollo/psicologia-educativa
https://prezi.com/nrzl0d1gdqdr/modelos-de-intervencion-psicoeducativa

http://www.scielo.org.mx/scielo.php?script=sci_arttext&pid=S0185-
26982002000200003

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