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Por lo que al control de la actividad corporal se refiere alguno de los cambios más
importantes afectan a lo que podríamos denominar PSICOMOTICIDAD
INVISIBLE, se trata de aspectos no observables a primera vista pero afectan a
aspectos cruciales del desarrollo psicomotor (control del tono, del equilibrio, al
control respiratorio, y a la estructuración del espacio y tiempo). La tonicidad
muscular (grado de control en el interior de nuestros músculos) es muy
importante, parte del control tónico es involuntario y tiene que ver con la actividad
intramuscular espontanea y su control neurológico, por otra parte esa tonicidad es
susceptible de control voluntario. A través de las experiencias con que se
relacionan niños y niñas van aprendiendo a ajustar el tono muscular a las
exigencias de cada situación de manera que no utilizan la misma tensión muscular
para correr su cama que para levantar un globo. Este ajuste es importante porque
además de garantizar una mayor adecuación n la acción a su objetivo, tiene una
vertiente de representación y control voluntario de su propio cuerpo. El tono
repercute en el control postural y en la mayor o menor extensibilidad de las
extremidades. Además el tono se relaciona con el mantenimiento de la atención y
con el mundo de las emociones y la personalidad. Po lo que a la atención se
refiere, la hipertonía muscular dificulta el mantenimiento de atención, mientras que
la relajación tiende a facilitarlo.
La respiración en una función corporal sujeta a un control anatómico, por parte del
sistema nervioso, lo que no implica que la respiración no pueda ser sometida
también a un control voluntario, dicho control es muy importante, este también se
relaciona con los procesos emocionales y de atención.
3 – 4 años: Subir escaleras sin apoyo, poniendo un solo pie en cada escalón.
Andar unos pasos a la pata coja. (saltar en un pie). Saltar entre 40 y 60 cm de
longitud. Montar en triciclo. Usar tijeras. Cepillarse los dientes. Ponerse una
camiseta. Abrochar y desabrochar botones. Dibujar líneas y hacer dibujos con
contornos. Copiar un círculo.
4 – 5 años: Bajar escaleras con soltura y sin apoyo, poniendo un pie en cada
escalón. Correr a la pata coja ( 5 saltos aproximadamente). Saltar entre 60 y 80
cm de longitud. Mayor control para comenzar a correr, pararse y girar. Cortar una
línea con tijeras. Doblar papel, usar punzón para picar, colorear formas simples.
Utilizar el tenedor para comer. Vestirse sin ayuda. Copiar un cuadrado.
La experiencia social de los niños antes de los dos años gira fundamentalmente
en torno a las relaciones con los adultos, a este tipo de relaciones las llamamos
VERTICALES y están definidos por la asimetría entre los protagonistas (por ej.: la
madre y el niño) son relaciones basadas en la complementariedad entre personas.
A partir de los dos años y en la medida en que el niño o niña asista a entornos de
cuidado o de educación extra familiar empiezan a tener una presencia estable y
creciente en su vida. LAS RELACIONES HORIZONTALES, se trata de relaciones
simétricas (niño-niño) basadas en la igualdad, la reciprocidad y la cooperación.
Las relaciones entre hermanos de los 2 a los 6 años, son relaciones horizontales y
verticales con elementos de complementariedad y reciprocidad. Celos, rivalidad,
figuras socializadoras, emociones, posibilidades de aprendizaje. Los hermanos
son figuras socializadoras muy importantes porque promueven el conocimiento
interpersonal, se establecen relaciones de apego, sirven de modelos sociales y
aprenden juntos.
Los niños de estas edades acuden al lenguaje como recurso comunicativo, son
más hábiles en la combinación de herramientas expresivas (gesto, habla) en hacer
entender sus intenciones y deseos, en compartir significados con otro, todo ello en
contradicción con la vieja idea del egocentrismo pre operatorio.
+ Juego simbólico (usar la mano como si fuera un plato del que se toma comida)
+ Juego solitario (jugar solo, a menudo con juguetes, pero sin esfuerzo por
relacionarse con los otros)
+ Juego paralelo (jugar junto a, pero no con otros aunque se imite su conducta)
Por lo que refiere a los juegos en función de las destrezas sociales implicadas.
Las conductas mas inmaduras siguen estando presentes en los niños mayores,
por otro lado, es necesario tener en cuenta la complejidad cognitiva de las
actividades que realizan. En estos juegos se observan distintas conductas que se
despliegan mientras los niños juegan solos o en paralelo.
La agresividad:
Las rabietas van disminuyendo y son poco frecuentes después de los 4 años.
Cambian los protagonistas que originan la agresión: a los 2 3 años los niños
muestran agresión con los padres frente a la autoridad, la agresividad de los
mayores suelen darse en las relaciones horizontales, hermanos o iguales.
Inicio de ruidos con su aparato buco fonador (laringe, faringe, boca), gritos, llanto.
Cuando se alcanza esa cifra (las cincuenta palabras) se pueden apreciar ciertas
estrategias fonológicas: una primera estrategia da como resultado una
SIMPLIFICACION de las palabras adultas. En general dentro del repertorio de las
primeras 50 palabras son frecuentes ciertos fonemas como p, b, t, m, n, d, b, l. k,
a, i, o e, como mama, papa, pete (chupete) lela (abuela), nene, papa (comida)
pato (plátano) pipi (pájaro) keka (muñeca). Es muy frecuente en este periodo el
uso de REDUPLICACIONES se producen también ASIMILACIONES de un sonido
a otro, es decir transformaciones de un sonido en otro, como ti en lugar de si, los
niños pueden producir patrones de sonidos determinados para varias palabras,
así, un mismo niño puede producir tete para referirse a leche, peine, puerta.
Después de que el repertorio de los niños supera las 50 palabras hacia los 18
meses y hasta los 4 años, sus producciones se hacen más complejas.
DESARROLLO SEMANTICO:
¿Cómo adquieren el significado de las palabras? El desarrollo del lenguaje está
íntimamente relacionado con el desarrollo conceptual y cognitivo.
PRIMER PERIODO: las palabras que producen los niños aparecen en contextos
determinados creados por los adultos, son situaciones rutinarias, como bañarse,
comer, saludar, jugar, en formas de juego de acción conjunta.
Durante este periodo en que el repertorio léxico de los niños alcanza las 50
palabras. Algunos refieren a animales o a personas (papa, mama, nene, gato,
perro) alimentos (leche, pan) partes del cuerpo (mano, boca, nariz) vehículos (tren,
coche) también se refieren al espacio (aquí) a acciones (dar, comer, abrir, tirar)
rutinas (hola, adiós, por favor) y cualidades de los objetos (malo, feo, bonito,
grande, mío)
Cuando las palabras que ha producido un niño llega a 50, se produce un salto
cualitativo en el proceso de adquisición de nuevas palabras, la velocidad de
adquisición comienza a acelerarse. El salto cualitativo está relacionado con el
avance en el desarrollo conceptual y el descubrimiento de las palabras que
representa conceptos o clases de objetos, acciones, cualidades, acontecimientos
y relaciones.
Objeto completo: cuando el niño escucha una palabra desconocida para él, tiende
a referirla a su totalidad.
Restricción taxonómica: los niños tienden a referir los nuevos términos a entidades
de la misma clase (la palabra pato referirá también a otros animales que vea)
El contexto tanto lingüístico como social en que una palabra es usada permite al
niño realizar inferencias acerca de la intención del hablante. La adquisición de
significado de las palabras depende del contexto social y discursivo en que
ocurren. A medida que la categorización de los niños se va desarrollando estos
van organizando estructuras semánticas jerarquizadas. Alimentos: Lácteos
(queso, yogurt), carne (pollo, pescado), verdura (zanahoria, tomate) frutas
(manzana banana).
DESARROLLO PRAGMATICO: entre los dos y los cuatro años los niños
desarrollan la habilidad para conversar.
Poco a poco van aprendiendo a expresar más y más complicadas intenciones con
su lenguaje: establecen contacto comunicativo, expresan sus sentimientos,
realizan preguntas, dan información, describen, responden, etc.
Los niños entre 12 y 32 meses pueden conversar con adultos pero se les dificulta
esta actividad con otros niños, ya que las estrategias comunicativas de los padres
(peticiones de clarificación, imitación interrogativa, enriquecer las emisiones del
pequeño con extensiones o reformulaciones, etc.) crean contextos con rutinas o
formatos de interacción comunicativa que facilitan los inicios de comunicación
infantil.
Eje psicoanalítico
El complejo de Edipo tiene gran significación como fenómeno central del periodo
sexual en la primera infancia. Después cae sepultado, sucumbe a la represión y es
seguido por el periodo de latencia.
La niña quiere considerarse la amada predilecta del padre, forzosamente tendrá
que vivencia alguna reprimenda de él y se verá arrojada a los celos.
Cuando el varón ha volcado su interés por los genitales, los deja translucir por su
ocupación manual en ellos y después tiene que hacer la experiencia de que los
adultos no están de acuerdo con ese obrar. Así, sobreviene la amenaza de
castración, la mayoría de las veces la amenaza de castración proviene de las
mujeres, ellas buscan reforzar su autoridad, invocando al padre o al doctor,
quienes invocaran castigo.
En cierto número de casos las mujeres no amenazan con quitarles el pene, sino
con la eliminación de la mano, a consecuencia de la persistencia de mojarse en la
cama, ha de equiparle con la polución del adulto.
El proceso salvo los genitales, alejo de ellos el peligro de la perdida y los paralizo.
Con este proceso se inicia al periodo de latencia que viene a interrumpir el
desarrollo sexual del niño.
El caso del niño varón; en época temprana desarrolla una investidura de objeto
hacia la madre, que tiene su punto de arranque en el pecho materno y muestra el
ejemplo arquetípico de elección de objeto según el tipo de apuntalamiento; del
padre, el varón se apodera por identificación. Ambos vínculos marchan un tiempo
uno junto al otro, hasta que por el refuerzo de los deseos sexuales hacia la madre
y por la percepción de que el pare es un obstáculo para estos deseos, nace el
complejo de Edipo.
El varón no posee solo una actitud ambivalente con el padre, y una elección tierna
de objeto en favor de la madre, si no que comporta simultáneamente como una
niña: muestra la actitud femenina tierna hacia el padre y la correspondiente actitud
celosa y hostil hacia la madre.
A raíz del sepultamiento del complejo de Edipo, las cuatro aspiraciones contenidas
en él se desmontan y desdoblan de tal manera que de ellas surge una
identificación-padre y madre; la i-padre retendrá el objeto-madre del complejo
positivo y el objeto-padre del complejo invertido.
Así, como resultado más universal de la fase sexual gobernada por el complejo de
Edipo, surge una sedimentación del Yo, que consiste en el establecimiento de dos
identificaciones unificadas de alguna manera entre sí. Esa alteración del Yo recibe
su posición especial: Se enfrenta al otro contenido del yo como ideal del yo y
superyó.
El superyó conservará el carácter del padre, y cuanto más intenso fue el complejo
de Edipo y más rápido se produjo su represión, tanto más riguroso devendrá
después el imperio del superyó como conciencia moral, quizá también como
sentimiento inconsciente de culpa sobre el yo.
El ideal del yo es la herencia del complejo de Edipo y así, su expresión de las más
potentes mociones y los más importantes destinos libidinales del ello. Mediante su
institución, el yo se apodera del complejo de Edipo y se somete al ello. Mientras
que el yo es representante del mundo exterior, el superyó se enfrenta como
subrogado del mundo interior, del ello. Conflictos entre el yo i el ideal espejarán,
reflejarán la oposición entre lo real y lo psíquico, entre el mundo exterior y el
interior.
La historia genética del superyó permite comprender que conflictos anteriores del
yo con las investiduras del objeto del ello pueden continuarse en conflictos con su
heredero, el superyó. Si el yo logró dominar bien el CdE, la investidura de este,
proveniente del ello, retomará su acción eficaz en la formación reactiva del ideal
del yo.
El niño cree que las niñas, culpables de las mismas mociones prohibidas en que el
mismo incurrió, habían perdido el genital.
Mudanzas durante el desarrollo sexual infantil:
Está formado por el ideal del yo que refuerza las identificaciones y supone la
resignación narcisista en función del sentimientos elevados, y la conciencia moral
que manifiesta la censura, prohibición, moral, el sentimiento inconsciente de culpa
sobre el yo. (Oral)
Freud indico dos hipótesis, la primera, se basa en la teoría del apoyo de las
pulsiones sexuales sobre las pulsiones de auto conservación. A través de estas
vías debería realizarse la atracción de las fuerzas de la pulsión sexual hacia fines
no sexuales, es decir, la sublimación de la sexualidad. La transformación de una
actividad sexual en una actividad sublimada requerirá de la retirada de la libido
sobre el yo que hará posible la desexualización. Freud habla de la energía del yo
como de una energía del yo como de una energía desexualizada y sublimada
susceptible de ser desplazada sobre actividades no sexuales.
Al declinar el Cde Edipo los diques se configuran con fuerza de las contra
investiduras respecto a la sexualidad infantil, la represión de los deseos sexuales
deriva en un predominio de la corriente tierna en las relaciones objétales, los
vínculos con las figuras parentales mutan de sexuales a tiernas.
Freud le atribuye al superyó las funciones de la conciencia moral y del ideal del yo.
Mediante la función del ideal del yo, el superyó ofrece una orientación al yo, hacia
donde dirigir las sublimaciones. El ideal del yo al introducir en el psiquismo la
dimensión de lo familiar y lo cultural, implica al sometimiento de poder.
Tiempos de instalación:
A partir de los 8 años van logrando una mayor concentración cuando trabajan de
manera individual y mayor colaboración cuando participan en actividades
grupales. Cuando la experiencia subjetiva se corresponde con la obtención de
logros y se despliega en condiciones ambientales favorables, se observa una
expansión de las potencialidades y del disfrute en el medio extra familiar. En eso
consisten las posibilidades sublimatorias, en poder encontrar placer adquiriendo
un saber.
Freud en psicología del colegial afirma que las actitudes afectivas se establecen
de forma definitiva en los primeros seis años. La forma y el tono afectivo se ha
fijado en relación con los padres y hermanos que van a ser transferidos a todas las
relaciones que establezca en un futuro. Todos los hombres que vaya a conocer
posteriormente serán sustitutivos de estos primeros objetos afectivos. Estas
relaciones son de herencia afectiva, todas las amistades y vínculos amorosos
ulteriores son seleccionados sobre la base de las huellas mnémicas que cada uno
de aquellos modelos primitivos haya dejado.
La ocupación preferida y más intensa del niño es el juego, emplea en los grandes
montos de afecto. Lo apuesto al juego es la realidad afectiva. El niño es capaz de
diferenciar la realidad del juego, a pesar de toda su investidura afectiva, y tiene a
apuntalar sus objetos y situaciones imaginadas en casos palpables y visibles del
mundo real. Este apuntalamiento es el que diferencia su jugar del fantasear. El
adulto, deja de jugar, renuncia a la ganancia de placer que extraña del juego, pero
permuta una cosa por otra, lo que parece una renuncia es en realidad una
formación de sustituto o subrogado. Así, el adulto cuando cesa de jugar, solo
resigna el apuntalamiento en objetos reales en vez de jugar, ahora fantasea.
El fantasear de los hombres es más difícil de observar que el jugar de los niños, el
niño juega solo o forma con otros un sistema psíquico centrado en los fines del
juego. En cambio, el adulto se avergüenza de sus fantasías la guarda como a sus
intimidades, su fantasear lo avergüenza por infantil y por no permitido. El jugar del
niño está dirigido por un deseo <<ser grande>> juega a ser grande, imita en el
juego lo que ha devenido familiar, la vida de los mayores.
Los deseos insatisfechos son las fuerzas pulsionales de la fantasía y cada fantasía
es un cumplimiento de deseo. El trabajo anímico se anuda a una impresión actual,
del presente que fue capaz de despertar los grandes deseos de la persona, desde
ahí se remonta al recuerdo de una vivencia anterior, infantil, en que el deseo se
amplia, entonces, crea una situación referida al futuro que se figura como el
cumplimiento de ese deseo justamente en el sueño diurno o la fantasía se verán
impresas las huellas de su origen. Entonces, el deseo aprovecha una ocasión del
presenta para proyectarse en el cuadro del futuro siguiendo el modelo del pasado.
Freud “Más allá del principio del placer” Juego como elaboración psíquica.
Juego “fort-da” Freud observo a su nieto jugar con un carretel, el fort (se fue) da
(acá esta) representando la partida y la llegada de la madre. Se trataba de la
elaboración de las categorías, hito fundamental para la constitución subjetiva. La
expresión de júbilo era igual de intensa en ambas representaciones lúdicas. Esto
contradecía el supuesto de que el reencuentro seria mas placentero porque la
partida de la madre es lo que provoca angustia. Lo displacentero no es la ausencia
sino la perdida de dominio frente al sometimiento de una realidad externa. El juego
coloca al niño en una posición activa frente a la pasividad de la dependencia. El
niño estructura el fortda para dominar lo displacentero, le permite ligar la angustia
y simbolizar la perdida y ausencia.
Se ve que los niños repiten en sus juegos todo aquello que en sus vidas les ha
causado una intensa impresión y que de este modo procuran un exutorio a la
energía de la misma haciéndose, por decirlo así, dueños de la situación. El juego
es un modo de ligar la angustia y de simbolizar el trauma. El niño juega
activamente lo sufrido pasivamente.
Por placer, los niños gozan con las experiencias físicas y emocionales del juego.
Para expresar agresión, liberan odio y agresión en el juego. Los impulsos de odio
y agresión pueden expresarse en un ambiente conocido, sin que ese ambiente le
devuelva odio y violencia.
Para establecer contractos sociales (al principio juegan solos o con la madre) el
juego proporciona una organización para iniciar relaciones emocionales y permite
que se desarrollen contactos sociales.
Comunicación con la gente, exhibir parte del mundo exterior, como el interior a
personas elegidas del ambiente, tiene la función de autor revelación y
comunicación.
Winnicott toma al juego como entidad en sí mismo, y le atribuye una función
estructurante para la constitución psíquica. Planteando tres objetivos con los que
el niño se relaciona de distinto modo.
Fusión del niño y los objetos, continuidad sensorial entre el bebe y la madre.
Osterrieth:
Garabateo (1-3 años): trazos por mera actividad motora, sin intención figurativa.
Lo satisfactorio es dejar la propia huella, un efecto, en el exterior. Este garabateo
significa afirmar la existencia de uno. El placer funcional se liga con el movimiento.
Aparición de elementos representativos, hechos patentes por la verbalización –
función simbólica. Trazados: lanzados, barrido, circulares, variados. Plano motor,
plano representativo. Trazo valor signo y símbolo.
Trazos angulares, cortados y arabescos (tres años aprox) aparecen cuando el niño
logra interrumpir y retomar voluntariamente el trazado.
A los dos años el niño descubre la conexión entre el movimiento y el trazado, entra
en juego el elemento perceptivo, la atención y el placer se superponen con la
simple actividad motora. Hacia los tres años el grafismo toma valor de símbolo,
representa “algo”. Sin embargo, se reconocen las diferencias (dibuje x pero es y)
A los siete o nueve años existe un desdoblamiento del esquema hacia una
representación más flexible y realista. El esquematismo alcanza su apogeo, se
ven indicios de una creciente atención a los datos visuales, a los detalles.
Hacia los ocho años predominan las historias, las narraciones en imágenes. Varios
dibujos en recuadros que representan episodios.
Luquet: El infantil
El dibujo es como cualquier juego. Una finalidad sin fin. La interpretación, objeto
denominativo. Modelo interno del objeto. Cuando el recuerdo de la intención es
intrínsecamente fuerte, esta triunfa y el niño la defiende contra todos aunque sea
indefendible. El modelo interno corresponde a una representación psíquica, una
imagen visual. Es una reconstrucción original que resulta de una elaboración
compleja a pesar de su espontaneidad. El realismo, el dibujo infantil es realista:
por la naturaleza de los temas que trata y por el rol esencial que tiene para el niño
de representar “algo”, lo es también por sus resultados y puede serlo por la
intención del dibujante.
Eje Psicogenético
Juego:
Juego: existen 4 categorías de juego. Las primeras tres son las principales (juego
de ejercicio, simbólico o de ficción, juego reglado) la cuarta categoría representa la
transición entre juego simbólico y actividades no lúdicas.
Desarrollo evolutivo de las categorías del juego:
Condiciones para el paso del plano reflexivo: aumento de la velocidad que permita
la fusión de sucesos en un conjunto y la aplicación de conocimientos en el mismo,
conciencia del resultado de una acción y de los pasos para lograrla (la
comprobación mental incrementa el éxito de la acción) y la multiplicación de las
distancias al prolongar acciones de la realidad con acciones simbólicas.
Dibujo: realismo fortuito (2-3), frustrado (3-4), intelectual (4-7), y visual (8-9)
Etapa pre conceptual: el relato acompaña a la acción. No solo evoca sino que
descubre (representación en el acto). No hay noción de generalidad ni de
individualidad. Un individuo se compone por varios personajes, y la clase es una
especie de individuo tipo que se repite. Los preconceptos son esquemas
semigenerales - semi individuales, proceden de la asimilación directa por
percepción. El razonamiento transductivo supone asimilación egocéntrica, va de lo
particular a lo particular y se enfoca en un solo aspecto que capta el interés, ese
aspecto se pasa a la conclusión por analogía inmediata. La asimilación es
deformadora y centra en un objeto tipo y la acomodación es parcial.
Clasificación
Rojas: “Familia”
Modelizaciones diversificadas.
Múltiples dimensiones del análisis ellos son: las funciones del lazo familiar, la
renuncia pulsional – incesto, violencia- el apuntalamiento intersubjetivo del
psiquismo, la creación de lugares nuevos, la transmisión entre generaciones. Las
operaciones ligadas al corte y al sostén, sustentan la constitución subjetiva como
el apuntalamiento del psiquismo y la renuncia pulsional (función materna y
paterna). Apuntalamiento intersubjetivo del psiquismo, las funciones de la familia
continúan ofreciendo apuntalamiento, el paso del tiempo amplia los circuitos
vinculares que soportan al sujeto. Intervención en la clínica: opera sobre los
niveles de lazo y fusión, estimulando el lazo como apoyo, constitución y sostén.
Entre el cuarto y el octavo mes el niño va desplazando su interés del rostro visto al
rostro familiar y a los objetos manipulables del entorno. Entre el sexto y el octavo
mes, la aparición de la “angustia ante el rostro extraño” da cuenta de una nueva
complejizacion: entre todos les rostros se ha privilegiado el de la madre. Los
rostros humanes, pre-juguetes hasta ahora, se ven evitados por haberse
convertido en fuentes de angustia. Sólo al rostro familiar (rostro materno) se le
concede ahora el atributo de pre-juguete, estableciéndose un vínculo indisoluble
entre este y la madre. A diferencia del autoerotismo en el cual el cuerpo del propio
niño está siempre disponible, el pre-objeto (o pre juguete) puede estar ausente del
campo perceptivo. Se pone de manifiesto en ello una disminución de la
omnipotencia infantil inicial. En este momento, la actividad pre lúdica depende
directamente del don maternal y de la continuidad y calidad de sus aportes para
sostén del niño y de la actividad. Toda disrupción de la relación entre el niño y su
madre, provoca cambios profundos en la actividad pre lúdica; sólo puede
desplazar a cualquier objeto del entorno el interés que tiene por su madre, si ella o
quien cumple su función, está presente y se interesa por todo aquello con lo cual
se relaciona el niño, mientras rodea a su cuerpo con cuidados privilegiados.
● Juego y vulnerabilidad.