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Escritura de Textos

académicos
ESPECIALIZACIÓN EN EDUCACIÓN Y NUEVAS TECNOLOGÍAS
¿Qué son los textos académicos?
Los textos académicos son aquellas elaboraciones intelectuales que abordan un
tema particular o profundizan en él, y lo hacen de una manera formal. El ámbito
donde se emplean es la academia, es decir, aquellos espacios donde se adquiere
y difunde conocimiento formal sobre determinada disciplina o área del
conocimiento. El objetivo de estos es comunicar, difundir e intercambiar
conocimiento y discutirlo. Los autores de este tipo de textos suelen ser
estudiantes, profesores e investigadores.

Estos textos comparten el mismo género, esto es, una serie de rasgos de forma,
ya que utilizan formas lingüísticas comunes, y de contenido, además de que se
usan convencionalmente en las mismas situaciones comunicativas.

Además, un texto académico es el resultado de la realización de un trabajo


intelectual llevado a cabo de forma sistemática. Para su creación, no bastará con
las ideas que el autor tenga acerca del tema sobre el que quiera escribir, sino que
necesariamente tendrá que consultar diversas fuentes, las cuales deben ser
confiables y académicas, por lo que es muy probable que se tenga que presentar
opiniones de los distintos autores a los que se hayan leído. Ahora bien, el trabajo
no consistirá únicamente en la presentación de dichas opiniones, sino que habrá
que sustentar de la manera más razonable y rigurosa posible.

Por tanto, para la creación de este tipo de textos se necesita, además de contar
con información para el desarrollo del tema, poner en prácticas ciertas
habilidades discursivas tales como la síntesis, el análisis, la evaluación y,
especialmente, la argumentación. A continuación, se presentan las características
que debe reunir todo texto académico, estos deben ser:

• Pertinentes y oportunos
• Programáticos, es decir, debe seguir un orden para su realización
• Perspicaz, es decir, debe analizar las ideas con agudeza y profundidad
• Argumentativos, es decir, explicar y dar razón del porqué de las
afirmaciones que se hacen
• Basarse en la consulta de fuentes académicas y confiables para el
tratamiento de los temas sobre los que se escribe
• Precisos, es decir, debe ser claro, conciso y emplear el lenguaje formal en
su redacción

Quizá una de las mayores complicaciones que se enfrentan quienes son


principiantes en la redacción académica es saber redactar una argumentación. En
ese sentido es necesario entender que la argumentación consiste en defender una
idea, tesis o conclusión basándose en ciertas razones conocidas como premisas a
partir de sustentos, fundamentos, teorías, aportes de uno o varios autores.

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Es importante destacar que, dependiendo del tipo de texto académico que se
necesite elaborar, se hará uso en la propia redacción de citas textuales, citas
directas y citas indirectas, así como de notas a pie de página. Y una parte
importante que en muchas ocasiones se deberá que incluir es una bibliografía en
la cual registraremos todas las fuentes empleadas en la redacción del texto.

Para referir fuentes, existen varios sistemas de referencia, ¿cuál se debe emplear?
Se debe utilizar el que la Universidad Andina Simón Bolívar a designado para tal
fin; es decir, el manual de estilo Chicago-Deusto 1 y particularmente para el caso
del área de educación el subsistema de autor-año.

Estructura de un texto académico


Ahora bien, en líneas generales, los textos académicos suelen compartir la misma
estructura, con algunas diferencias según la tipología a la que correspondan y
sobre la cual se abordarán en el siguiente acápite. A continuación, se presentan
las partes que conforman la estructura de un texto académico y el orden en el
cual se presentan.
Introducción
En la introducción, el autor presenta el tema sobre el cual va a tratar, hace su
declaración de intenciones, etcétera. Es a partir de esta primera parte del
documento que el lector se forma una idea del texto que tiene en las manos y
puede decidir si le interesa o no, si debe leerlo o no, si debe leerlo completo o no.
Por lo general, esta parte es la última que se redacta, pues en ella se decide sobre
qué se va a hablar. Por tanto, para hacerlo correctamente, será necesario que el
texto esté terminado.
Cuerpo
En el cuerpo, el autor desarrolla propiamente el tema; para este desarrollo, se
vale de la información que ha obtenido de las distintas fuentes que ha consultado.
No solo expone lo hallado en las fuentes, sino que trabaja esa información, ya sea
comparando posturas de distintos autores, mostrando sus propias opiniones,
etcétera. Es aquí donde el lector podrá encontrar el desarrollo del núcleo
argumental de la exposición.

1
Disponible en:
https://www.uasb.edu.ec/documents/1864533/2087591/Manual_de_estilo_5taed/ea2019b0-245a-
42c2-9778-8c8764f5d265

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Cierre
En el cierre, el autor presenta las conclusiones a las que ha arribado en su trabajo.
Asimismo, puede presentar recomendaciones, sugerencias, etcétera. En esta
parte, se dejan sentados los resultados de los análisis que se hayan hecho y es
donde se consignan los conocimientos nuevos a los que se haya podido llegar en
la investigación realizada. Ya que esta parte representa, en alguna medida, un
balance de la investigación, podrían también dejarse abiertos nuevos temas que
desarrollar en un futuro.
Tipología
Los textos académicos pueden tener objetivos diferentes, pueden presentar
características particulares, así como pueden necesitar extensiones diferentes
para exponer y desarrollar las ideas que se quieren transmitir. Es en vista de esto
que existen diferentes tipos de textos académicos y cada uno cumple funciones
también distintas. Se consideran textos académicos a los siguientes documentos:

I. Resumen
II. Informe
III. Reseña
IV. Ensayo
V. Monografía
VI. Tesis
VII. Libro

En este documento, solo se abordarán los cuatro primeros, es decir, el resumen,


el informe, la reseña y el ensayo, ya que la intensión de documento está orientada
a ejemplificar aquellos que son posibles trabajar en cualquier asignatura del
programa de posgrado al que usted está adscrito.

I. El resumen

El resumen es un documento en el que se trata de reducir el tamaño de una


redacción más extensa. Para elaborar un buen resumen, será necesario que
hayamos comprendido plenamente el texto que vamos a resumir, así como que
expresemos su contenido con las propias palabras, a la vez que se ordenen la
información según el propio criterio. Es decir, no tiene por qué seguir al pie de la
letra la estructura que el autor del texto leído maneja. Los estudiantes y deben
recrear esa estructura mediante la agrupación de los conceptos que el texto
presenta. No pierde de vista que aun cuando para redactar el resumen lo haga
empleando sus propias palabras, debe cuidar de hacer uso del lenguaje formal,
tal como lo exige la redacción de todo texto académico. Las siguientes pautas le
permitirán escribir un buen resumen:

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• Consigne los datos bibliográficos del documento que va a resumir.
• Descubra la idea principal de cada párrafo.
• Elimine el material secundario: los ejemplos, las aclaraciones, las
digresiones, las citas textuales, etcétera. El objetivo del resumen es precisar
la idea del texto, no generalizarla.
• Prescinda de la información redundante.
• Agrupe aquello que tenga características comunes y que pueda
identificarse con un mismo término.
• Exponga las ideas por orden de importancia, desde la principal a las
secundarias, aunque el autor haya seguido otro orden.
• Respete la terminología empleada por el autor del texto, sobre todo si el
resumen es para que lo lea otra persona.
• No incluya ningún dato o información que no esté en el original. Tampoco
añada opiniones personales.

II. El informe

El informe es un documento que pertenece a los textos de tipo expositivo o


informativo. En él, se expone algún aspecto de la realidad de la manera más
objetiva y veraz posible. Puede elaborar un informe sobre algún evento o sobre
algún proceso que haya observado, así como sobre alguna lectura que haya
realizado.

El informe suele presentar la siguiente estructura: introducción, cuerpo y cierre.


En la introducción, se consigna el tema sobre el cual versa el informe, así como el
objetivo u objetivos que este tiene. La introducción puede estar compuesta por
un único párrafo. En el cuerpo, se hace un análisis objetivo de los hechos,
procesos, datos o ideas importantes que hayamos recogido de la observación de
algún hecho o de la lectura que haya realizado. Y, finalmente, en el cierre, quien
elabora el informe, presenta comentarios, críticas, sugerencias, recomendaciones
o alternativas de solución, partes que si bien son de carácter personal deben estar
debidamente justificadas. Es decir, el cierre del informe no debe reducirse a hacer
únicamente una síntesis de lo expuesto. Las siguientes pautas nos permitirán
escribir un buen informe:

• Cuente con un registro de datos de lo observado, ya que la redacción del


informe se basará en dichos datos. Este registro puede hacerse mediante
fichas.
• Los datos que registre deberán considerar aspectos particulares de lo
observado; no haga anotaciones generales sobre este.
• Elabore un esquema de redacción antes de redactar el informe.

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• Indique en el esquema de redacción, de la manera más precisa posible,
cuál es el objetivo del informe y qué idea o ideas centrales expondrá en él.

III. La reseña
La reseña es un documento crítico; en ella evaluamos y juzgamos la información
que recogemos de otras fuentes tales como libros, artículos de revistas,
enciclopedias, entrevistas, películas, videos, conferencias, etcétera.

Existen diferentes tipos de críticas. Por ejemplo, podemos hacer una crítica de
una obra literaria o un docente puede hacer una crítica del trabajo que un alumno
le presenta. Los criterios para realizar cada una de estas críticas serán,
definitivamente, distintos. En el primer caso, seguramente se centrará en el
argumento de la obra, en su originalidad, en el estilo y la forma literaria que
presenta, etcétera. En cambio, en el segundo caso, seguramente se centrará en
qué tanto dominio del tema tiene el alumno, si expone sus ideas con claridad y
precisión, si realiza un adecuado trabajo de argumentación, etcétera.

¿Qué caracteriza a una reseña? Al ser la reseña un texto crítico que implica una
valoración incluirá partes informativas, así como partes argumentativas. Las
partes informativas presentarán la información sobre la cual se emitirá la crítica;
las partes argumentativas presentarán los argumentos con los que sustentarán y
justificarán los comentarios, opiniones y críticas que expresemos en la reseña.

Existen diversos tipos de reseñas, por ejemplo, de películas, libros, etc., mediante
las cuales se cuestionan la información depositada en estos materiales; sin
embargo, en el caso que nos compete se utilizará la reseña académica.

Mediante la reseña académica criticamos otro texto; y el objetivo de esta crítica


es cuestionar la validez de dicha fuente de información. La elaboración de una
reseña de este tipo nos permite aproximarnos a la fuente de información como
lectores activos y críticos que cuestionan la validez y el valor que puedan tener
las fuentes de información que se consulten. Toda reseña académica debe incluir
los siguientes datos:

• Referencia bibliográfica: debe incluirse la referencia bibliográfica


completa de la obra reseñada.
• Presentación del autor del texto que se reseña: quién es, de qué
especialidad proviene, a qué se dedica en la actualidad. Esta información
puede resultar útil para determinar el valor de autoridad de la obra.
• Presentación del contexto de la obra: en esta parte, se informa a qué género
pertenece la obra o dentro de qué disciplina se encuentra, si la obra fue
escrita en el marco de un proyecto de investigación, con qué finalidad se
hizo.

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• Objetivo e hipótesis de la obra reseñada: si bien los textos no siempre
presentan una hipótesis, sí que presentan algún objetivo. Si la obra
reseñada presenta hipótesis y objetivos, en la reseña, se deben señalar
ambos.
• Resumen de los contenidos: la reseña debe presentar una síntesis de las
ideas más importantes que desarrolla la obra reseñada; es decir, las ideas
vienen a ser las afirmaciones, los datos, las opiniones y los argumentos
que aparecen en la obra. La presentación de estos contenidos puede
hacerse solo informando sobre ellos o, además de su presentación, se
pueden hacer críticas, comentarios y evaluaciones de ellos.
• Comentarios críticos: mediante la crítica, la reseña evalúa qué puntos
positivos o negativos tiene la fuente reseñada; asimismo, evalúa la
utilidad que esta puede tener, la validez de sus argumentos, la pertinencia
de las fuentes que se han empleado, la claridad de sus contenidos, la
verdad de sus afirmaciones, la objetividad o subjetividad con que se
abordan los temas, etcétera. La crítica consiste, entonces, en una opinión
debidamente fundamentada.
• El orden en el que deben aparecer estos datos puede variar, el que
proponemos es el que se suele seguir. Si se decide variar el orden de
aparición de estos datos, se puede hacer, pero habrá que vigilar que la
información guarde un orden interno.

IV. El ensayo
El ensayo es un texto en el que su autor presenta un comentario personal o libre.
En este tipo de texto, se defiende una tesis personal, y la defensa de esta tesis
personal se hace mediante un trabajo de argumentación. En el ensayo, se
encuentran presentes las siguientes características:

• Suele ser de poca extensión, aunque esto es relativo. Hay ensayos de una
página o menos, de cinco o de veinte páginas a más.
• Su estructura es libre, en el sentido de que no tiene contenidos
predefinidos, como los de una monografía o una tesis, por ejemplo. Pero
sí es cierto que, como todo texto bien estructurado, un ensayo debe tener
una parte introductoria, un cuerpo y un cierre.
• Los temas que se pueden abordar en un ensayo son diversos. Así, hay
ensayos sobre literatura, sobre temas periodísticos, científicos, políticos,
etcétera.
• El estilo con que se escribe un ensayo es formal. Esto significa que la
expresión debe ser cuidadosa.

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• El tono puede ser científico, irónico, satírico, poético, didáctico, etcétera.
Ello dependerá de los propósitos con los cuales se escribe un ensayo y de
la intención comunicativa del autor.
• Lo usual es que el tema o la problemática no se agote en el ensayo, pues
su pretensión no es el rigor científico demostrativo. Por ello, suele haber
ensayos que terminan con interrogantes nuevas que surgieron a partir de
los argumentos expuestos.
• Al ser el ensayo un medio de expresión con una estructura libre, la
exposición debe ser, en lo posible, amena, y esta amenidad debe
prevalecer sobre el rigor sistemático que podría caracterizar a una tesis o
una monografía.

Pasos para la escritura de un texto académico


Escribir es posible, incluso con las múltiples obligaciones que tenemos en
nuestras vidas diarias. Es necesario que quede en claro lo siguiente: Lo que hace
falta no es más tiempo, sino pensar la escritura de otra manera y organizarse para poder
hacerlo. Y para explicarlo es necesario considerar varios aspectos.

Lo primero que se debe evitar es, como señala Becker (1984), la pretensión de
escribir “de un plumazo”. Es común escuchar a los estudiantes decir que dejaron
para el día anterior o el fin de semana anterior a la entrega la tarea de la escritura
de sus trabajos académicos.

Este es el primer gran error y por lo general, la principal causa de las experiencias
negativas que suelen tener porque implica que el trabajo escrito tuvo que poder
hacerse de forma completa y correcta en las pocas horas disponibles.

Desde la experiencia como docente hemos escuchado afirmaciones como “no


importa el cansancio o si surgen otras responsabilidades, hay que escribir para
entregar”. Esto es falso, pues la mayoría de los académicos más experimentados
tampoco podrían escribir cómodamente en estas circunstancias y quedar
conformes con el resultado.

Otro de los puntos de partida para comenzar a escribir es saber que, si el texto no
es comprendido de la manera que quisiéramos, lo más seguro es que sea por
fallas en su redacción y composición. Por tanto, es mejor conocer que la escritura
académica tiene ciertas particularidades que se necesitan conocer antes de
ponerse a escribir. En forma breve, estas particularidades son:

a) Evitar la composición oscura o la retórica en la escritura: una redacción


que usa reiteradas veces grandes y rimbombantes palabras no es un texto
más inteligente, ni expresa necesariamente una gran idea. Cuando la prosa
es ambigua o confusa, no se advierte de inmediato lo que se quiso decir y

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los lectores hacen sus propias interpretaciones, a veces, contradictorias. La
claridad del texto y la inteligencia de sus argumentos no mejoran por usar
palabras rebuscadas ni argumentos confusos. La inteligencia de las ideas
está dada por la complejidad del tema y la profundidad del pensamiento.

b) Disminuir el uso de adjetivos. Si usted los utiliza mucho, haga el siguiente


ejercicio: quite todos los adjetivos dejando sólo los estrictamente
necesarios (por ejemplo, si hablamos de clases sociales y es preciso señalar
que estamos trabajando con clases bajas), luego revise el texto y vea qué
queda. Puede pasar que quede poco y que a su texto le esté faltando
revisar las ideas o argumentos. Ahora si considera que los argumentos y
exposiciones están presentados de la manera que usted desea, en ese caso
los adjetivos tampoco agregan claridad al texto.

c) Minimizar las construcciones pasivas. En gramática, el sujeto de una


oración puede ser quien ejerce la acción (su parte activa) o quien la recibe
(su parte pasiva), a este conjunto de posibilidades se le llama voz
gramatical. Esta se construye con el empleo del verbo ser en funciones de
verbo auxiliar, y con el participio del verbo correspondiente. Así, por
ejemplo, comer se transforma en ser comido, visitar en ser visitado, y pensar
en ser pensado.

d) Emplear oraciones cortas: las oraciones largas, por lo general, son más
difíciles de entender que las cortas. Esto se debe a que en oraciones largas:
I) el sujeto suele estar más apartado del verbo, lo que genera confusión
u obliga a releer;
II) las oraciones largas contienen tanta información que dificulta al
lector extraer el material importante.

Nota: No hay un número máximo de palabras establecido, pero en los textos


académicos suelen empelarse oraciones menores a 25 palabras.

¿Cómo iniciar un texto académico?


Es bueno saber que lo primero que se escriba será un borrador y sólo eso, al cual
se deberá revisar, editar y reescribir por lo general varias veces hasta obtener el
resultado final.

Para la redacción del borrador es preciso revisar si lo que usted quiere escribir ya
lo ha escrito; es decir, si ha escrito algo para alguna materia o el trabajo. En este
caso, contar con algo previo siempre ayuda. Las actividades para obtener este
primer borrador son:

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• Seleccionar el texto o la idea para desarrollar.
• Organizar el lugar para escribir y reescribir.
• Documentar cómo usted usa actualmente su tiempo.
• Diseñar un horario para escribir anticipando obstáculos e interrupciones.
• Poner una fecha límite para la escritura del borrador.

El borrador tiene que ser un texto al que le pueda quitar expectativas. Lo más
seguro es que será sólo un conjunto de ideas, incluso un diagrama u organización
confusa de pensamientos. Eso es perfecto. Cada etapa tiene su propio criterio de
excelencia y en esta etapa es lo que se busca, es decir, tener una idea clara de qué
se quiere escribir, pues no hay nada más difícil que escribir un texto cuando no
se sabe sobre qué se quiere escribir. Una vez que tenga ese primer escrito:

• Distinguir del caos, las ideas que consideremos interesantes para


desarrollar.
• Buscar conexiones entre las ideas.
• Pensar en las referencias bibliográficas que nos podrán ser útiles.
• Buscar repeticiones y rodeos.
• Identificar posibles comparaciones.
• Trazar las líneas para el segundo borrador.

Desarrollo de ideas y construcción de argumentos


Conocer cómo se organizan habitualmente estos textos, cómo se incluye la voz
del que presenta o escribe, y las demás voces que decide incluir, qué formatos o
secuencias discursivas se prefieren en la redacción, facilitará tanto las actividades
de comprensión y lectura como las de escritura. Montolío (2000) afirma que la
vinculación entre géneros y situaciones comunicativas es esencial, dado que los
géneros funcionan como algo similar a manuales o instrucciones que explican
cómo actuar en cada contexto social.

Cuando se hace uso del lenguaje se construye una versión de nosotros como
escritores, del referente que presentamos y de nuestro interlocutor, por lo que
escribir supone una verdadera puesta en escena. El escritor académico adopta
una serie de rasgos según la situación en que se encuentra y el rol que
desempeña, e igual ocurre con el destinatario que el emisor construye. O Ducrot
(1990) dice que el lenguaje nunca describe, sino que siempre valora, aun cuando
se muestre en una aparente objetividad y neutralidad discursiva. El lenguaje no
es una transparencia, a través de la cual accedemos a lo real, sino una materia a
través de la cual construimos versiones del mundo.

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El escritor académico debe ser muy preciso en el uso de la terminología y en la
definición y presentación de conceptos. Debe ser fiel a las fuentes que cita,
fundamentar sus aserciones con argumentos aceptables y respaldados por una
comunidad científica. Además, debe usar correctamente el lenguaje en su
gramática y normativa, y debe ofrecer fuentes bibliográficas de relevancia
respecto de los conceptos a los que se refiere.

La actividad lectora debe encausarse en caracterizar al escritor académico y al


destinatario, constatar desde “donde” o desde qué ideología, creencia presenta
los hechos el escritor, el modo en el que se presentan; esto implica deducir el
medio en el que circula el texto.

Respecto de la construcción del referente, importa cómo se presentan los eventos:


aseverar, dudar, preguntar estas formas de escribir dan distinta relevancia a los
datos que se enuncian. El uso de términos más o menos específicos puede dar
sensación de certeza o de expresividad y significan algo distinto.

El trabajo intelectual requerido tiene que ver con la síntesis y escritura de


distintas posturas sobre el tema o contrastación de fuentes. Esta estrategia
escrituraria no supone el resumen de cada texto, sino que retoma aspectos que
en cada uno sean pertinentes con el problema a dilucidar en ese escrito
contrastivo, recabando en coincidencias, diferencias y puntos de acuerdo. No
descuidar la interpretación de los escritores según su visión ideológica o su
compromiso con el tema.

Al final puede dar lugar a una fundamentación de la opinión personal sobre el


tema, donde el escritor opine y justifique con argumentos su adhesión a uno u
otro texto. Debe formular la hipótesis propia acompañada de al menos dos
argumentos que demuestren que es verdadera. Puede incluir otras fuentes,
ejemplos, analogías, historia ilustrativa como refuerzo.

Discursos explicativos y argumentativos

El discurso expositivo parte del supuesto de la existencia de información,


procedente de la reflexión y la experiencia, adquiridos en forma directa o
indirecta. Se constituye en un discurso orientado a proporcionar información, lo
cual implica que usa el lenguaje con función referencial, de manera objetiva y
neutra.

La explicación o exposición se propone hacer saber, hacer comprender y aclarar


y presupone conocimientos como punto de partida. Es una relación asimétrica
entre experto y lego. El propósito no es influir sino cambiar el estado epistémico
del interlocutor, logrando la comprensión de temas dificultosos o confusos.

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El discurso explicativo supone la posesión de un conocimiento, otorga prestigio,
autoridad y poder a quien lo emite y consecuentemente genera poder de
convencer y obtener adhesión.

Debe escribirse como un discurso ordenado y claro por lo que recurre a


marcadores orientados a la enunciación y a la concatenación lógica. El léxico
recurre a aclaraciones, perífrasis 2 -siempre y cuando estén bien justificadas-, y
construcciones comparativas según el grado de abstracción propuesto.

La explicación en el conocimiento científico exige descripción, demostración


basada en conceptos abstractos y en razonamientos deductivos, a partir de la
formulación de hipótesis, para dar cuenta de la realidad con la presentación de
pruebas y verificaciones. En otras palabras, se propone explicar por qué las cosas
son como son. Sus partes son:

• Presentación de una situación inicial


• Planteamiento del problema a explicar
• Explicación – respuestas
• Evaluación – conclusión

Para explicar se puede recurrir a varias estrategias:

a) Los Enunciados generales, una ley, teoría o principio general que lo


explica.
b) La narración o presentación sucesiva de hechos causales, donde los hechos
se presentan como consecuencias de acontecimientos anteriores o de
motivos, razonamientos o disposiciones de los sujetos, como ocurre en el
caso de relato histórico.
c) La reformulación en donde algunos marcadores de esta son: es decir, a
saber, o sea, en otras palabras.
d) La definición (de denominación, de equivalencia, descriptiva, funcional).
e) La analogía donde se presenta una situación semejante, un caso de
características similares a las que se desea explicar.
f) El ejemplo proporciona un caso concreto, particular del concepto que se
explica

Por su parte, el discurso argumentativo como secuencia textual tiene por fin
convencer o persuadir de algo a una audiencia, para logra su adhesión. Este está
ligado a un mundo de valores y de creencias, a una ideología, que depende de la
cultura de cada comunidad de hablantes y que cobra valor de verosimilitud en
el marco de cada grupo sociocultural.

Los componentes fundamentales del discurso argumentativo son:

2
Expresión, por medio de un rodeo verbal, de algo que se habría podido decir con menos palabras o con
una sola, como en los eventos consuetudinarios que acontecen en la rúa por lo que pasa en la calle.

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• Objeto, problema o tema controvertido. Se puede formular como
pregunta.
• El locutor expone una opinión a través de expresiones modelizadas y
axiológicas.
• Carácter, polémico, dialógico, basado en la contraposición de dos o más
posturas. Los enunciados se formulan en relación con otros enunciados.
• El objetivo es provocar adhesión, convencer, persuadir de la aceptabilidad
de una idea, de una forma de ver el tema, hacer creer o incitar a hacer.
También puede pretender provocar una reacción, incentivar.

Dentro de este discurso queda clara la postura del escritor frente a lo que predica,
a partir de la primera persona, las modalizaciones, el uso de subjetivemas
(valoraciones y juicios). El escritor argumentativo desarrollará su discurso desde
el lugar del experto, del experimentador, del testigo, entre muchas otras
posibilidades, en función de la situación comunicativa y de su finalidad.
Construye su autoridad o poder para opinar sobre el tema. Así como construye
una imagen de sí mismo y de la realidad, el referente, se posiciona frente a los
hechos que plantea. El receptor o lector construido por escritor tiene funciones y
roles sociales relacionados con la temática, por lo que el punto de partida o la
temática siempre es polémico, con valoraciones divergentes, con subtemas para
el debate.
Arnoux (1999) entiende la argumentación y la exposición como polos de un
continuum de significado y elabora un paralelo como referencia de los bordes,
entre los que se inclinan los textos.

Polo expositivo Polo argumentativo


Se presenta como un saber construido en Se presenta como la construcción de
otro lado, legitimado ya socialmente o como nuevos conceptos a partir del propio
un saber teórico. desarrollo discursivo.
Tiende a borrar las huellas del sujeto y a El sujeto se manifiesta y confronta su
instaurar una distancia que genere el efecto opinión con la de otros.
de objetividad.
Las fronteras entre discurso citante y citado Aparecen distintas formas de integrar la
son nítidas. voces.
Se propone informar. Se propone persuadir.
La dimensión cognitiva es central (racional). A la dimensión cognitiva se le suma la
emocional.
La dimensión dialógica del discurso se
pone en evidencia en el uso de
concesiones, ironías, etc.
Sus objetos son fenómenos, acciones o
acontecimientos pasados, presentes o
futuros que se consideran desde un ángulo
valorativo o normativo.

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El uso de citas y la inclusión de otras voces en la exposición de un tema tienen
por finalidad ampliar o aclarar la información o respaldar el saber que se
transmite a través de una autoridad científicamente legitimada.

La exposición recurre a la cita textual en estilo directo o indirecto que siempre


remite a fuentes pertinentes.

En el discurso argumentativo aparecen otras voces, palabras de otra procedencia,


en forma fragmentada, con comentarios del mismo autor, como discurso
indirecto, integración de voces o discurso indirecto libre.

Revisión textual
La revisión del texto debe contribuir a su mejora general con el fin de que se
aproxime lo más posible a los objetivos previstos. Un escritor experto sabe que
constituye uno de los momentos clave del proceso. En cambio, muchos
aprendices creen erróneamente que en esta fase se persigue solo corregir errores
manifiestos y pulir estilísticamente el texto, dando un alcance muy limitado a la
tarea.

La tarea entonces es analizar fragmentos más amplios y tener siempre presente


el texto en su conjunto. A menudo, ello supone la redistribución de párrafos
enteros, su supresión o modificación profunda, pues es preciso que todos y cada
uno de los elementos se integre perfectamente en la estructura y se ajuste al
objetivo fijado por el autor.

A la luz de estos principios generales, es posible afirmar que una revisión debe
estar marcada por estas tres características:

a) Debe afectar no solo a ciertas palabras o frases cortas, sino también a


fragmentos mayores, como párrafos o secciones del trabajo, y, en última
instancia, al texto en su conjunto.
b) Debe realizarse de forma sistemática empleando diversas técnicas, que
permitan marcar, diagnosticar y resolver toda clase de problemas.
c) Debe llevarse a cabo, en consecuencia, por niveles, revisando aspectos
concernientes a los objetivos generales del texto, a su cohesión estructural,
a su coherencia y progresión temática, a su terminología, a las formas de
citación, etc.

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Técnicas de revisión textual

Los escritores expertos disponen de distintos recursos para marcar el texto, los
cuales son indicativos del tipo de problema detectado. Así, los interrogantes
suelen emplearse para detectar párrafos o ideas confusas que requieren
aclaraciones, los asteriscos pueden remitir a otras partes del texto o a
ampliaciones ad hoc, las cruces indican redundancia, etc.

Si bien cada escritor adquiere y usa un repertorio diferente y personal de


recursos, todos se sirven de estas marcas para dar un primer paso en el proceso
de revisión. Así, los problemas detectados son rápidamente categorizados
gracias a alguna marca indicativa. El paso siguiente consiste en diagnosticar de
forma precisa el problema detectado. Dependiendo de la pericia del escritor y de
la dificultad del problema en cuestión, este paso puede realizarse casi de forma
simultánea con el anterior, aunque supone un tipo de actividad cognitiva
diferente. El tercer paso representa ya la efectiva solución del problema mediante
la enmienda del texto.

Corrección por niveles

Nivel 1. El texto

La jerarquización en el nivel de revisión es otro rasgo de los escritores, quienes


primero focalizan su atención en el nivel textual, revisando los aspectos
estructurales y de contenido de todo el texto. Han de preguntarse entonces:

• Buscando la unidad de sentido: ¿satisface el texto los objetivos


propuestos?, ¿es este objetivo el eje estructural de todo el contenido?, ¿las
distintas partes se orientan a satisfacer este objetivo?
• Buscando el equilibrio estructural: ¿es pertinente cada una de las partes a
la luz del conjunto?, ¿la extensión de cada apartado es proporcional a su
importancia dentro del conjunto?
• Buscando la coherencia y cohesión estructural: ¿es clara y explícita la
conexión lógica entre las partes?, ¿el tema progresa adecuadamente de
principio a fin?
• Buscando una voz propia: ¿he expuesto adecuadamente los principios
teóricos y metodológicos en los que se apoya mi estudio?, ¿mi voz se
escucha clara y distintamente frente a la de los autores u otros
investigadores?
• Buscando la claridad expositiva: ¿el título del trabajo da cuenta cabal del
contenido?, ¿he dividido el texto gráficamente en secciones para señalar
cada una de sus partes?, ¿son suficientes los ejemplos traídos a colación
para ilustrar la exposición?, ¿he recurrido al metadiscurso para orientar al
receptor en cada una de las secciones?, etc.

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Nivel 2. El párrafo

En un segundo nivel, los escritores se ocupan del análisis y revisión de los


párrafos a nivel sintáctico (oraciones, frases, conectores, etc.). Así, es preciso
preguntarse:

• cohesión: ¿aborda cada párrafo un asunto concreto que da unidad a cada


una de sus frases?
• coherencia: ¿he jerarquizado y ordenado bien las ideas dentro del
párrafo?, ¿cada párrafo progresa adecuadamente manifestándose con
claridad la relación lógica entre sus partes por medio de conectores?
• claridad: ¿he utilizado con rigor y precisión la sintaxis conforme a la
norma lingüística?, ¿la sintaxis empleada dificulta la comprensión de la
explicación y la argumentación debido a su complejidad?, o, por el
contrario, ¿he utilizado una sintaxis demasiado simple y pobre, impropia
de un texto académico?
• economía lingüística: ¿son los párrafos demasiado largos y redundantes?,
¿el ritmo al que avanza la exposición es demasiado lento y pesado?, ¿sería
posible decir lo mismo con menos palabras?, ¿son realmente
imprescindibles todas y cada una de las frases?

Nivel 3. El léxico, la ortografía y la presentación

Por último, en el nivel inferior, se realiza la corrección léxica y ortográfica, al


tiempo que se introducen correcciones destinadas a lograr la homogeneidad del
texto y su adecuada presentación.

• En lo que respecta al léxico: ¿he utilizado una terminología científica


precisa?, ¿he recurrido a los conceptos propios de la tradición académica
a la que mi texto se adscribe?, ¿en general, el léxico es rico y variado, culto
y elegante, nunca coloquial ni vulgar, como es propio de la escritura
académica?
• En lo que respecta a la ortografía y la puntuación: ¿he respetado las
normas ortográficas?, ¿la puntuación del texto facilita la claridad
expositiva y argumentativa?
• En cuanto a las citas: ¿he seguido un criterio homogéneo y objetivo en la
selección de citas?, ¿han sido introducidas en el texto principal
manteniendo un mismo estilo?, ¿las referencias bibliográficas respetan un
mismo criterio editorial?
• En cuanto a la presentación, finalmente: ¿he utilizado el mismo tipo de
letra y tamaño para los párrafos de semejante jerarquía dentro del texto?,
¿el sangrado y el interlineado son homogéneos?, ¿en general, la
disposición material del texto facilita la recepción del contenido?

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En conclusión, resulta clave para el escritor corregir por niveles y utilizar técnicas
de ayuda que sistematicen la tarea de revisión. Y es que respetando estas pautas,
que inciden de forma muy positiva en la reflexión y en la regulación del proceso
de composición, mejorará notablemente la factura final del texto académico.

Uso de gestores de herramientas bibliográficas


Los gestores de referencias bibliográficas son programas que permiten crear,
mantener, organizar y dar forma a referencias bibliográficas de artículos de
revistas o libros; obtenidas automáticamente de una o de varias fuentes de
información (bases de datos, revistas, páginas web…), y que añaden a esta
función básica su versatilidad para generar cientos de formatos de entrada y
salida, utilizados para citar referencias bibliográficas en los trabajos de
investigación. Esto es fundamentalmente lo que les diferencia de cualquier otro
programa de bases de datos, por una parte, la capacidad para compilar
información desde la mayoría de las fuentes de información, y por otra la
integración en los programas de proceso de textos (Word, OpenOffice) para
facilitar a los investigadores, estudiantes y académicos la inclusión de citas en los
trabajos de académicos o de investigación (Alonso- Arévalo., et al., 2010).

A continuación, se presentan algunos gestores que pueden ser de utilidad para


los trabajos académicos:

Gestor de Referencia Descripción Guía


Es de acceso libre y gratuito desarrollado por el “Roy
Rosenzweig Center for History and New Media” de la
Universidad George Mason. Trabaja como una
extensión del navegador Firefox que permite a los
Guía de
usuarios crear su propia base de datos (biblioteca)
(da clic en la imagen para ir al inicio
donde puede: guardar, manejar, buscar, organizar y
enlace)
citar fuentes de todo tipo. Zotero reside en el rápido
navegador Firefox, aunque la versión Standalone
Alpha (desktop) funciona con los navegadores Safari
y Chrome mediante un plugin.
Es gratuito y es una red social académica con sede en
Londres creado por Jan Reichelt, Victor Henning y
Paul Foeckler, que fuera adquirido en abril de 2013
por Elsevier. Con Mendeley podrá: Generar
automáticamente bibliografías. Colaborar fácilmente Guía de
con otros investigadores en línea. Importar fácilmente inicio
documentos de otro software de investigación. rápido
Localizar los documentos pertinentes de acuerdo con
lo que está leyendo. Leer artículos con aplicación para
iPhone. Acceder a sus documentos en línea desde
cualquier lugar.

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Gestor de Referencia Descripción Guía
Está diseñado para agilizar la redacción de trabajos de
investigación. Con EndNote, puede: Recopilar, de una
forma rápida y sencilla, la información de referencia
procedente de una amplia variedad de fuentes de
datos en línea, como, por ejemplo, PubMed, Google
Scholar y Web of Science. Almacenar las referencias en
su propia biblioteca protegida con contraseña y a la
que puede acceder desde cualquier sitio en el que Guía de
disponga de acceso a Internet. Compartir referencias inicio
con otros usuarios de EndNote para facilitar la rápido
colaboración. Dar formato de cita al texto en Microsoft
Word con la herramienta Cite While You Write (Citar
mientras escribe), que le permite introducir
referencias y aplicar formato a los trabajos al instante.
Desde la base de datos Web of Science puede acceder
en forma gratuita seleccionando EndNote en la parte
superior de la pantalla

Consideraciones Finales
Dentro del proceso de redacción de un trabajo académico deberá considerar las
siguientes recomendaciones.
Compromiso para escribir de forma continua
En este punto la mayoría de los estudiantes de posgrado, como usted, estará
pensando que esto es imposible trabajar un texto de forma continua dada las
diferentes responsabilidades y quehaceres en sus vidas diarias ya que el trabajo,
el posgrado, los hijos, la familia o los múltiples compromisos que tienen hacen
imposible que se puedan dar el lujo de escribir un texto, revisarlo, editarlo y
reescribirlo varias veces.

Al respecto hay que indicar que, debe existir y un compromiso y la dedicación a


para escribir, pues es más probable que en la complejidad de sus agendas diarias
encuentren estos ratos para escribir y revisar sus textos a que puedan encontrar
dos o tres horas seguidas donde puedan hacerlo todo.

En tal caso, si el problema es que no pueden concentrarse, ello mismo ocurrirá


cuando tengan más tiempo, con lo cual no es problema del tiempo sino de usted
mismo.

Es importante mantener la escritura fresca, es decir, trabajarlo constantemente,


pues si lo deja por varios días sin trabajar, cuando retome la escritura le llevará
varios minutos, incluso media hora, ponerse en sintonía con las ideas que quiere
desarrollar.

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Generar hábitos de lectura y escritura
Los seres humanos debemos enfrentar dos grandes fantasmas: la tendencia a
procrastinar y la falta de concentración. Claro que estos cambios requieren un
cambio de hábitos. Escribir, como la mayoría de las acciones cotidianas, para que
resulte efectivo tiene que transformarse en hábito (al menos mientras dure el
posgrado o el trabajo donde nos pidan escribir informes). Para ello es necesario
repetir la misma acción cada vez que se quiera escribir, los mismos rituales. De
esta manera, la mente sabe que tiene que escribir (suena muy conductistas, pero
no por ello menos efectivo). El otro punto importante es encontrar el lugar donde
escribir. Por tanto, habrá que buscar un lugar tranquilo donde se pueda llevar a
cabo esta práctica.
Compartir los trabajos en las diferentes etapas de construcción
Los académicos que escriben asiduamente saben que escribir es un trabajo de
colaboración. Por ello suelen organizar encuentros y hacer circular sus ideas y
escritos para recibir comentarios, sugerencias y críticas que ayuden a mejorarlo.
El caso de los alumnos de posgrado es igual.

Por eso es bueno reunirse con otros compañeros para escribir, comprometerse
con algún compañero a revisarse los textos mutuamente o compartir la escritura
y ser coautores. Todo esto hará del trabajo de escribir una actividad más fácil e
incluso placentera.

Lo que se debe evitar es pensar que para enviar el texto a alguien es preciso que
el texto esté listo, porque nunca lo estará hasta que termine el proceso y debamos
enviarlo. En ese momento la lectura ya es tarde. Es preferible aprender a
compartir el texto en todas las etapas del proceso.

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Referencias
Alonso-Arévalo, J., Cordón-García, J. A., & Martín-Rodero, H. (2010). CiteULike
y Connotea: herramientas 2.0 para el descubrimiento de la información
científica. El profesional de la información, 19(1), 86-93.

Arnoux, E. (2002). La lectura y la escritura en la universidad. Buenos Aires.


Eudeba. Cap 11 y 12.

Arnoux, E., et al. (1999) Talleres de lectura y escritura. Textos y actividades.


Buenos Aires. Eudeba.

Becker, H. (1984). Manual de escritura para científicos sociales. Buenos Aires:


Siglo XXI Editores. Disponible en:
http://www.derechoshumanos.unlp.edu.ar/assets/files/documentos/m
anual-de-escritura-paracientificos-sociales.pdf

Belcher, L. (2010). Cómo escribir un artículo académico en 12 semanas. México:


Editorial FLACSO.

Ducrot, O. (1990). Polifonia y argumentacion: conferencias del seminario Teoría


de la Argumentación y Análisis del Discurso, Universidad del Valle-Cali,
1988. Universidad del Valle.

Montolío, E. (coord.) (2000) Manual práctico de escritura académica II. Barcelona.


Ariel.

Navarro, F. (2014). Manual de escritura para carrera de humanidades. Buenos


Aires: Editorial FILO-UBA. Disponible en:
https://discurso.files.wordpress.com/2014/08/navarro_2014_manual-de-
escritura-para-carrera s-de-humanidades.pdf

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