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El Masón 𝗲𝘀 𝗘𝘀𝘁𝗿𝗮𝘁𝗲𝗴𝗮, no asoma la cabeza para discutir con necios, 𝗲𝘀 𝗰𝗲𝗹𝗼𝘀𝗼, y no entrega el

Conocimiento a un vulgar para impresionarlo.

𝗟𝗮 𝘀𝗼𝗯𝗿𝗶𝗮 𝗱𝗶𝘀𝗰𝗿𝗲𝗰𝗶𝗼́𝗻 con la que debe proceder el Masón, no se relaciona con un tema
aspiracional de 𝑓𝑎𝑚𝑎 𝑦 𝑓𝑜𝑟𝑡𝑢𝑛𝑎, sino con el 𝗕𝗮𝗷𝗼 𝗣𝗲𝗿𝗳𝗶𝗹 𝗾𝘂𝗲 𝘀𝗲 𝗺𝗮𝗻𝘁𝗶𝗲𝗻𝗲 𝗽𝗮𝗿𝗮 𝘀𝗼́𝗹𝗼
𝗺𝗼𝘀𝘁𝗿𝗮𝗿𝘀𝗲 𝗲𝗻𝘁𝗿𝗲 𝗜𝗴𝘂𝗮𝗹𝗲𝘀.

Muchos creen que por el hecho de ser Masón les confiere cualidades especiales, pero en realidad
nuestras cualidades no distintas a las de cualquier ser humano: no levitoamos ni hablamos con los
dioses, tampoco tenemos poderes sobrenaturales, mucho menos somos perfectos ni un
evasores del error.

Ser maestro mason conlleva una gran responsabilidad ,somos el ejemplo para nuestros
compañeros y aprendices pero sobretodo el mundo porfano nos tiene enfocados, quizá creamos o
se nos olvide que están pendientes de nosotros, y a veces no nos damos cuenta porque nuestro
ego es tan grande que borra nuestro pensamiento haciéndonos arrogantes,egocéntricos
,mentirosos con el único fin de alimentar esas ganas de querer ser aceptado como el que brilla
pero en realidad lo único que estamos logrando es esclavizarnos cada ves mas a nuestro ego,

En el cuarto de reflexiones nos despojamos de todos esos enemigos del verdadero mason, ahí
debe morir elego ,ahí es donde hacemos un viaje al interior de nuestra conciencias para renacer
como un nuevo hombre, un hombre que se ha despojado de los vicios y que empieza a edificar el
edificio personal a las virtudes, que significa esto, pues que todo mason debe tener bien claro que
significan los vicios como el ego, y que significan las virtudes cardinales como la
prudencia,justicia,fortaleza,templanza asi como las teologales fe, esperanza, y caridad pero aquí
esta el problema muchos inciclopedistas conocemos bien lo que significan pero una cosa es
conocer y otra muy difícil es hacer, si hermanos el mason no solo debe conocer el mason debe
hacer, debe de coincidir lo que decimos con nuestra manera de actuar .

Les aseguro que jamás habrá un masón perfecto, se que El camino es largo, con escollos, pero
nunca he escuchado por ahí y que se dice que los masones somos eternos aprendices pues
entonces no perdamos de vista nuestro verdadero objetivo al asistir a logia ,no debemos de dejar
de pulir nuestra piedra .

Conozco la Tradición y la manera en que el hombre debe perpetuar su legado, y reconozco a todos
mi hermanos como tales. Lucho por ser mejor y buena persona, pero también sé manejar el lado
oscuro de mi pensar y sentir con la sutileza con la que una aguja se clava en la tela. Soy un ser
dual. No me asusta lo moral ni lo inmoral. Y puedo morir o vivir, pero jamás arrodillarme. Escucho
los gritos de la parafernalia religiosa que nos tacha de illuminatis, satanistas, come-curas,
sectarios, reptilianos y hasta extraterrestres. Sonrió tiernamente y mientras me acurruco en la
mecedera, mejor me hecho a dormir.

Soy masón, y nada más. Solo vine a este mundo a existir.

La disciplina del silencio es una de las enseñanzas fundamentales de la masonería. Quien habla
mucho piensa poco, ligera y superficialmente, y la masonería quiere que sus adeptos se hagan más
bien pensadores que habladores. No se llega a la verdad con muchas palabras ni discusiones, si no
más bien con el estudio, la reflexión y la meditación silenciosa. Por consiguiente, aprender a callar
es aprender a pensar y meditar. Por esta razón la disciplina del silencio tenía una importancia tan
grande en la escuela pitagórica, en donde a ninguno de los discípulos se les permitía hablar, bajo
ningún pretexto, antes de que hubiesen transcurrido los tres años de su noviciado, período que
corresponde exactamente al del aprendizaje masónico. Saber callar no es menos importante que
saber hablar, y este último arte no puede aprenderse a la perfección antes de habernos adiestrado
en el primero, rectificando por medio de la escuadra de la reflexión todas nuestras expresiones
verbales instintivas. En el silencio las ideas se maduran y clarifican, y la verdad aparece como la
Verdadera Palabra que se le comunica en el secreto del alma a cada ser. El Arte del Silencio es,
pues, un arte complejo, que no consiste únicamente en callar la palabra exterior, sino que se hace
realmente complejo con el silencio interior del pensamiento: cuando sepamos acallar el
pensamiento es cuando la verdad puede íntimamente revelarse y manifestarse a nuestra
conciencia.

El masón que llega en verdad a ser un Maestro, debe de tener un control sobre su ego. Recuerdo
un cuento de Antony de Mello, donde el Maestro le pidió a su discípulo que fuera al cementerio, y
dijera a los muertos alabanzas, piropos y cosas agradables en general, al siguiente día le pidió que
fuera de nuevo al cementerio, pero esta vez les dijera a los muertos insultos y groserías, luego le
preguntó a su discípulo “¿cómo reaccionaron los muertos con tus alabanzas y cómo con tus
insultos?”, “no reaccionaron ni respondieron”, contestó el discípulo, “pues bien” – le dijo el
Maestro – “así has de ser tú cuando alguien te alabe o te insulte”.

La parafernalia masónica es parte del ritual, los mandiles, las joyas, las jerarquías dentro de los
ceremoniales, todo eso tiene una razón de ser, el mal masón lo interpreta como ego, como algo
que lo hace sentir grande, poderoso en el mal sentido (porque una persona realmente poderosa,
lo es porque tiene poder sobre sí mismo) y superior a los demás. El masón que conoce el lenguaje
de la masonería, ve todos esos adornos como símbolos que le indican la experiencia del hermano
que los porta.

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