Venimos entendiendo por Comunidad Internacional (CI) a “la representación, aunque sea hipotética o virtual, de una moralidad universal mayoritariamente compartida por los gobiernos y ciudadanos del mundo”. Concepto etéreo en sí mismo, que precisa apoyarse en, al menos dos principios inamovibles, bastante complicados y no totalmente aceptados por todos los Estados: la existencia de una moralidad internacional encargada de mover o dominar la política internacional y la idea de que una opinión mayoritaria y generalizada es legítima, moralmente justa absoluta y necesariamente superior a las intenciones de los Estados, aunque estas se manifiesten en formato de alianzas o coaliciones. En este sentido, la comunidad internacional es un conjunto de sujetos de Derecho Internacional Público que se encuentran unidos debido un hecho, compartir un espacio físico, por lo que, ésta se encuentra regulada por las normas y tratados internacionales, es decir, los sujetos pasivos del Derecho internacional. La realidad es que la CI no constituye nada tangible en sí misma a pesar del uso a veces excesivo que los medios de comunicación, los dirigentes políticos y el público en general solemos hacer de este término. La invocación a ella surge por lo general en momentos de crisis; cuando se la cita o trata de introducir, se hace para dar a entender que una mayoría de Estados o de individuos en el mundo condenan o apoyan una acción particular o una política contraria a los pasos dados por otros que aparentemente no presentan una actitud social, económica o aceptada por el resto. El Derecho se presenta como una realidad orientada a regular las relaciones que los individuos establecen entre sí dentro del marco de una sociedad o comunidad organizada. La sociedad aparece, así como la base sobre la que opera y se asienta el Derecho. Esta estrecha vinculación no es ajena al Derecho Internacional Público y es que al igual que cualquier ordenamiento jurídico el Derecho Internacional va a operar sobre una base social, la comunidad internacional.
La comunidad internacional es un conjunto de sujetos de Derecho Internacional
Público, unidos por un objetivo común en razón de intereses similares, es decir, es el grupo de comunidades políticas independientes que no forman simplemente un sistema, sino que, además, han establecido, a través del diálogo y del consentimiento, reglas e instituciones comunes para organizar sus relaciones y han reconocido tener intereses comunes para mantener dichos acuerdos. El término comunidad internacional se utiliza en las relaciones internacionales y "constituye, por tanto, una sociedad de sociedades, o macro sociedad, en cuyo seno surgen y se desenvuelven los grupos humanos, desde la familia hasta las organizaciones intergubernamentales, pasando por los estados. Al tratar sobre la comunidad internacional, se alude a la asociación de personas o entidades con intereses u objetivos comunes enfocados a un punto de vista político; de allí que se refleje su relación con la sociedad, pues esta no es más que un conjunto organizado de personas o instituciones que actúan unidas para conseguir un mismo fin. 2. ¿Quiénes la conforman? En este sentido, la comunidad internacional es un conjunto de sujetos de Derecho Internacional Público que se encuentran unidos debido un hecho, compartir un espacio físico, por lo que, esta se encuentra regulada por las normas y tratados internacionales, es decir, los sujetos pasivos del Derecho internacional; la cual, se establece entre Estados soberanos, independientes y jurídicamente iguales, es decir, aquellos que no están sometidos a un poder político superior.
3. ¿Cuál es el origen y la evolución de la Comunidad Internacional?
La historia de la comunidad internacional tiene sus bases en el tratado de Westfalia, generado tras la firma de los acuerdos de Osabruk y Munster en 1648, que dieron fin a la Guerra de los Treinta Años en Alemania y a la Guerra de los 80 Años entre España y los Países Bajos.
A partir de este punto se instauró un nuevo orden internacional con las
siguientes características:
El Estado con una organización política delimitada por fronteras.
Ningún Estado debía tener poder sobre otro. Rechazo general a la injerencia en asuntos internos de cada nación. Cada Estado podía adoptar la religión que deseara.
Con la Paz de Westfalia se dio inicio a la costumbre diplomática de discutir el
futuro de las naciones en asambleas y resolver conflictos por medio de tratados.
Tras los catastróficos resultados de las dos Grandes Guerras
Mundiales (preferentemente la II), ciertos países decidieron juntarse para, con determinada fuerza y capacidad, erigirse en los creadores o impulsores de un sistema de arbitraje ante los conflictos aprovechando las ventajas que propiciaba aquel momento sobre los grandes vencidos y el garantizado silencio del resto ante iniciativas de los vencedores, que “aparentemente” solo buscaban la Paz.
Pronto se vio la necesidad de dotarse de suficientes medios, foros, textos y herramientas
con capacidad de discusión y también de disuasión mediante la posibilidad de implantación de determinados tipos de sanciones e incluso, en caso de ser preciso, de fuerzas de interposición entre facciones en lucha o para la imposición de la Paz si los beligerantes no se avienen a ella por sí mismos tras una mediación externa.
Así, durante y tras la I Guerra; es justo hacer referencia y resaltar como un
primer paso hacia ello la creación de la Cruz Roja. Una organización que, nacida incipientemente a mediados del siglo XIX, que basa su misión y labor en la protección, trato y cuidados de los enfermos y heridos de guerra en todo tipo de conflictos mediante una serie Convenciones o Convenios que son reconocidos mundialmente y cumplidos por todos los países firmantes de los mismos. Como consecuencia de los muchos abusos sufridos durante dicha contienda, surgió la necesidad de proclamar el conocido como el Tercer Convenio de Ginebra, relativo exclusivamente al trato que deben recibir los prisioneros de guerra heridos o no, y que se firmó en dicha ciudad el 27 de julio de 1929. Como hecho más relevante en el proceso para tratar de buscar la paz en el mundo tras la II Gran Guerra debe resaltarse la creación de la Organización de las Naciones Unidas (ONU). Nacida oficialmente el 24 de octubre de 1945, después de que la ratificaran -la mayoría de los 51 Estados Miembros signatarios del documento fundacional de la misma- la Carta de la ONU. Todos sus principales organismos dependientes (UNICEF; UNESCO; ACNUR; OMS; WFP; OIEA; UNEP; ILO y FAO) -sobre los que descansa y se construyen los aspectos político, social, educacional, sanitario, medio ambiental, el control de armamentos y militar de la CI- y los estamentos de dirección y coordinación como la mencionada Asamblea General y el Consejo de Seguridad de la misma (CSNU) cuentan con la suficiente autoridad, capacidad de legislación, fondos, medios y, en algunos casos con fuerzas puestas a su disposición -por los Estados miembros- para el desarrollo de sus funciones.
Para el control, monitorización y la ayuda puramente económica, monetaria y
comercial entre países, la CI cuenta con elementos fuera de la ONU como son el Fondo Monetario Internacional -FMI- quien además de seguir y analizar las evoluciones económicas de todos los países, toma un papel preponderante ante aquellos en fase de desarrollo y en las crisis financieras con influencias internacionales; el Banco Mundial cuyo propósito es reducir la pobreza mediante préstamos de bajo interés, créditos sin intereses a nivel bancario y apoyos económicos a las naciones en desarrollo y su sucursal especializada el Banco Internacional de Reconstrucción y Fomento –BIRF- cuya finalidad se centra en tres ejes: contribuir a la reconstrucción de los países, ayudar a elevar el nivel de vida de los habitantes de los países miembros mediante el crecimiento equilibrado y cooperar en la transición de una economía de situaciones de guerra en una economía de paz.
Pese a las críticas, la existencia de una comunidad internacional organizada se
ha convertido en algo esencial para evitar el caos generado por el desorden de un distópico mundo de naciones sin interrelación, representación diplomática o acuerdos preestablecidos en función de la paz mundial.