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Estructura social según Marx

es una forma de estratificación social en la cual un grupo de individuos comparten una


característica común que los vincula social o económicamente, sea por su función
productiva o "social", poder adquisitivo o "económico" o por la posición dentro de
la burocracia en una organización destinada a tales fines. Estos vínculos pueden
generar o ser generados por intereses u objetivos que se consideren comunes y que
refuercen la solidaridad interpersonal. La sociedad de clases constituye una división
jerárquica basada principalmente en las diferencias de ingresos, riquezas y acceso a los
recursos materiales. Aunque las clases no son grupos cerrados y un individuo puede
moverse de una clase a otra.1 Este sistema está muy relacionado con el sistema
productivo y es el típico sistema de estratificación de las sociedades de Europa en los
siglos XVII y XIX, hoy extendido a casi todo el orbe, así como en gran medida de las
sociedades mercantiles de la Antigüedad.
La clase social a la que pertenece un individuo determina sus oportunidades, y se
define por aspectos que no se limitan a la situación económica. También proveen al
mismo de ciertas pautas de comportamiento habituales: los gustos, el lenguaje y las
opiniones. Incluso las creencias éticas y religiosas suelen corresponderse con las de
un estatus social que deviene de una posición socio-económica compartida por
similares hábitos de consumo y cierta vida en común.
Un sistema de clases es, por tanto, una jerarquización colectiva, donde el criterio de
pertenencia lo determina la relación del individuo con la actividad económica, y
principalmente, su lugar respecto de los medios de producción y dicha condición
puede estar estrechamente correlacionada con la herencia familiar.

Una mirada a la estructura social y las desigualdades


El interés por las desigualdades es uno de los elementos constitutivos de las ciencias
sociales desde su inicio, inseparable del advenimiento de la modernidad. En ese
momento, las desigualdades pasaron a verse como resultado no de la providencia
divina sino de la voluntad y las acciones humanas, y desde este nuevo punto de vista
empezó a tener sentido analizar y discutir cuáles son las desigualdades que nos afectan
y, también, cómo se generan y mantienen en el tiempo. Esto es, en gran parte, lo que
han hecho las ciencias sociales y la sociología durante dos siglos, y también lo que
hacemos en esta asignatura sobre Estructura social y desigualdades.
A partir de aportaciones teóricas clásicas y contemporáneas discutiremos diferentes
maneras de pensar y analizar la estructura social y las desigualdades y, también, los
principales retos teóricos y empíricos que plantea este análisis. Para construir una
mirada amplia y pasar por diferentes puntos que han configurado la comprensión de la
estructura social hasta nuestros días, tendremos que indagar en numerosos conceptos.
Algunos de ellos son conceptos clásicos, como el de clase social; otros son más
novedosos, como el de interseccionalidad; algunos han entrado en crisis, como el de
clases medias; y otros se reconstruyen constantemente como parte de la dinámica
social acelerada en que vivimos, como el de diversidad. Pero todos ellos tienen en
común que se han modelado en diferentes contextos y épocas y nos ayudan a
entender y analizar de forma certera nuestras realidades sociales.
La interpretación de los aspectos estructurales de lo social indica que las posiciones
que habitamos y las relaciones que mantenemos son desiguales, pero analizar la
producción de esta desigualdad no es tarea fácil, por lo que a lo largo de la asignatura
tendremos en cuenta la complejidad de los diagnósticos y la existencia de cambios
sociales. Para ello, estaremos alerta a la actualización de los debates, de los términos y
de las metodologías, dialogando de forma constante con los materiales y planteando
las dudas, ideas, planteamientos y aplicaciones que configuremos en el aprendizaje de
la asignatura.

Junior Alberto M. P. matricula: 2019-0479

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