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De los muchos temas que tanto los países como las instituciones internacionales son
cada vez más consientes, los derechos de las mujeres y cuestiones de género probablemente
ocupan un lugar importante en la lista. Así, países como Suecia, Canadá, y México han
tomado la iniciativa en realizar y oficializar lo que se podría llamar una política exterior
feminista. Sin embargo, mientras esto puede marcar un inicio de cambio de pensamiento
exterior feminista que está siendo implementada por estos países solo es la superficie de lo
que realmente sería y podría llegar a ser. Por esto, gran parte de la política exterior con
enfoque feminista que se ve, son -en su mayoría- compromisos aún vacíos que caben en el
Ahora, hay diversas maneras bajo las cuales se podría analizar el por qué existe
aquella aparente disonancia cognitiva entre la política de estado y la practica real. Pero para
decisiones y algunas interpretaciones de la política exterior feminista que pueden dar luz a
aquellas razones que impiden que un estado pueda ejercer una versión más ideal de una
Para comenzar, es importante entender el tipo de disonancia del que se habla. Para
esto se mirarán dos casos en particular, de países que oficialmente han declarado su política
exterior como feminista. Así, viendo las falencias de las mismas podremos analizar lo que
podría estar fallando desde el punto de vista de los procesos de toma de decisión y de
algunas interpretaciones teóricas de la política exterior feminista ideal, para así poder
entender el por qué sucede esto y por qué el feminismo -en estos casos particulares- se ha
convertido una marca o disfraz, en lugar de una brújula moral para tomar decisiones en
política exterior.
Para basar este análisis, hablaremos de dos ejemplos de política exterior que han
“oficializado” su enfoque feminista, escogiendo dos países tanto del Sur como el Norte
Global. Ahora, mientras que ambas políticas son similares, es importante entender que los
contextos son diferentes, y por ende las problemáticas con cada una son emblemáticas de
cómo se ven las relaciones de poder entre el Norte y el Sur. Dicho esto, el presente ensayo
no se enfocará en estas diferencias ya que lo que se intenta hacer es ver lo que sucede con
ambas que no permite que ambas políticas sean completamente feministas según las
dicha política debía ser guiada por la ética, independiente y a pesar de la controversia que
pudiera ocasionar. Uno de los aspectos clave es que la ministra sueca Margot Wallstöm
“pintó la acción feminista no solo como una problemática singular dentro de una agenda
general, sino como un enfoque hacia toda la política exterior” (Conway, 2017). Esto es
crucial porque, como veremos más Adelante, uno de los problemas con tener una política
universalmente. Teniendo esto en cuenta, hay bastantes puntos dentro de esta política que
son importantes de ver y que van desde temas de seguridad hasta desarrollo. Así las cosas,
la política sí ha sido exitosa en una variedad de estas áreas, con uno de sus logros más
relevantes el haber incluido las violencias basadas en género como una causa legítima para
aplicar sanciones, al momento en que Suecia presidió el Consejo de Seguridad de las
Naciones Unidas.
exterior feminista, no es el único país que tiene una, o que vaya encaminada a este objetivo
la implementación de políticas con enfoque de género y/o para mujeres y niñas, a través de
asistencia al desarrollo y otras acciones. Sin embargo, estos países no nos hablan de la
esta región, es por eso por lo que hablaremos de lo que se puede llamar como el Sur global.
Dicho esto, antes que anunciara oficialmente su política exterior feminista, México ya
adelantaba esfuerzos en torno a lo que significaría una política exterior con enfoque
cruciales, México ha sido uno de los países líderes en asuntos de igualdad de género y
derechos de las mujeres; con avances en ámbitos como el Plan de Acción con Enfoque de
Initiative”, que fue creada en cooperación con las Naciones Unidas y cuyo objetivo es la
eliminación de todas las formas de violencia en contra de las mujeres y niñas en África,
con uno de sus objetivos principales siendo lograr igualdad de género dentro de todo su
considerando que muchos de los datos y la información que hay hasta el momento se
pueden considerar como neutrales de género. Esto significa que gran parte de los datos caen
en un vacío, dejando lo que para el Centro para el Desarrollo Global (CGD por sus siglas en
inglés) es una brecha de datos de género (Mitchell, 2020). Por ejemplo, Alemania, que es
uno de los países en el top 5 en aspectos como el comercio, inversión y migración, está así
mismo mucho más abajo cuando se utilizan indicadores de género; mientras que Argentina,
aunque no se encuentra en el top 5, está en una posición mucho más alta que Alemania
hipocresías dentro de las acciones que los países consideran que incluyen el género en su
comercio, y otras no implica que el impacto sea el mismo al momento de mirarlas con
hay una política exterior feminista oficial. Cuando miramos más a fondo los ejemplos
anteriores -Suecia y México- se comienzan a ver que algunas de las políticas son
simplemente discurso; predicar una cosa y hacer algo diferente que incluso en algunos
casos va en la dirección opuesta. Entonces, para poder realizar una crítica de esto es
importante primero entender qué podría significar una política exterior feminista, o al
menos lo que deberíamos buscar en una, y así, ver en qué momento se pierde durante el
empezar, existen varias corrientes feministas con puntos de vista distintos en el análisis de
las relaciones internacionales. Es por esto que para propósitos del presente ensayo no nos
escenario internacional- ni en la idea de que las mujeres pueden ser caracterizadas como
más maternales y pacíficas que los hombres, ya que niega estudios donde muestra que en
el concepto biológico de género (Northrup, 1994). Es por eso que, a pesar de estas
caracterizaciones o incluso tal vez a razón de estas mismas, la política exterior feminista ha
sido marcada como ética; o como lo exponen Aggestam, Rosamond, y Kronsell (2019)
“Una contención clave es que la política exterior feminista es ética en sí misma ya que pone
Todo esto va de la mano con el argumento de Acker (1990) que el método feminista no es
solamente agregar mujeres al Sistema sino revelar cómo el concepto de género se incorpora
en el mismo.
tema únicamente de empoderamiento y derechos de las mujeres. Es por esto que Scheyer y
gobierno. No puede ser equivalente a una política exterior que simplemente busca asegurar
representación no es lo único que debería definir una política exterior con enfoque
feminista.
Ahora, esto no quiere decir que sea algo negativo, sino que no puede ocurrir en un
uno de los niveles más altos de violencia contra las mujeres, es particularmente paradójico
hablar de igualdad de género cuando se estima que, en promedio, once mujeres son
asesinadas cada día (Soto Espinosa, 2020). Con esto, y el hecho de que la violencia contra
cuestionamos sobre ¿Cómo puede México tener una política exterior feminista cuando la
dura realidad es que las mujeres no han dejado de ser violentadas en el país?
se quiere decir con una política exterior feminista. Sin importar la cantidad de
representación no puede ser el único aspecto a tener en cuenta, puede hacer que estas
políticas no solo sean mejores, sino que a futuro sean más viables para ser implementadas
por otros países. Sin embargo, hay una gran variedad de obstáculos que hasta el momento
han prevenido una política exterior feminista completamente realizada, como la proponen
Scheyer y Kumskova y otros académicos. Una de ellas es Cynthia Enloe (2014) que en su
libro “Bananas, Beaches, and Bases: Making feminist sense of international relations”
expresa que una de las lecciones aprendidas de la teoría feminista de las relaciones
internacionales es que incrustar a la mujer dentro del sistema patriarcal no desafía las
los cuales se podría llegar a ver una política exterior feminista, los cuales son: un enfoque
través del dialogo y comunidades con empatía (Scheyer & Kumskova, 2019). Es importante
notar que, aunque esta es una propuesta de principios por parte de estas autoras que aún
requiere verificación, es por medio de estos que se pueden ver los vacíos en las políticas de
los dos países que se han tomado como ejemplo para este ensayo. Incluso se puede
comenzar a entender que, aunque ambas políticas tienes buenas intenciones, aún requieren
vastas mejoras para superar las normas y puntos de vista que perpetúan el sistema
internacional.
Por ejemplo, una de las acciones de Suecia más criticadas y que además contradice
anteriormente- es el hecho de que Suecia aún continúa vendiendo armamento a países como
militarismo y seguridad, los países aún dependen de un punto de vista neo-realista para
mantener las relaciones en materia de seguridad con otros estados. El problema con estas es
peligro y sin considerar sus afectaciones como consecuencia de las decisiones que toman
los estados. En otras palabras, no se está repensando o reinventando las estructuras, sino
que, se está utilizando el discurso para esconder acciones que de otra forma no se
considerarían “feministas”, dejándonos con un sinsabor amargo de que el feminismo y la
igualdad de género son solamente marcas sin mucho compromiso detrás de ellas.
puede decir que aún hay un largo camino que recorrer para un compromiso complete por
parte de los países hacia políticas con enfoque de género. En este sentido, uno de los temas
de los que más se hablan es el de mujer y seguridad -incluso así lo es, es difícil encontrar
documentación adicional en la materia- ya que puede ser percibido como uno de los ítems
más complejos de aceptar la idea de seguridad y bienestar de los individuos por encima de
problema de representación ya que esta no garantiza que las normas y el Sistema mismo sea
desafiado. Sin embargo, simplemente decir que es una cuestión de retar el Sistema, sería
desafiamos este Sistema? ¿En qué parte del proceso? Tiene que haber una razón por la cual
el centro de una política exterior feminista y holística pierde su sentido a mitad de camino.
Es aquí donde sería interesante ver si el problema yace en el proceso de toma de decisiones.
Para esto, Podemos empezar por ver las herramientas que nos da Allison (1988)
para entender la disonancia entre lo que se había estipulado y las acciones y resultados de
los dos ejemplos de política exterior feminista. Iniciando con el modelo de procesos
organizacionales Allison nos dice que los gobiernos perciben los problemas a través de los
lentes de las organizaciones particulares, lo que significa que no solamente las prioridades
son diferentes, sino que las responsabilidades también lo son. Así, cuando se piensa en una
política exterior feminista, cualesquiera que sean los principios aplicados, deben ser
incluidos dentro de todas las organizaciones que toman decisiones en política exterior. Lo
que quiere decir que, si no todas las organizaciones tienen un enfoque de género o incluso
políticas feministas particulares, existirá una disonancia entre la política exterior y las
decisiones que se toman en la práctica, porque se pierde el eje central de los principios de
concierne a toma de decisiones en materia de seguridad, pero así mismo ofrece una mirada
mujeres tiende a ser orientado hacia el consenso y el estilo colaborativo. Esto puede ser
visto de dos maneras; en primera instancia da un entendimiento del por qué cuando es
política exterior feminista el modelo organizacional puede tener una mayor incidencia y por
lo cual la política exterior aparenta ser superficial y no cumple con los principios
propuestos por Scheyer y Kumskova para una política exterior feminista ideal. En Segundo
lugar, es que la naturaleza misma de los estilos de administración y liderazgo puede ser la
característica que abra camino a una futura implementación de una política exterior
Aunque esto solo responde a un par de preguntas sobre este tema en particular, es
importante notar que debido a que la hora de la toma de decisiones sobre política exterior
siguen siendo como primera instancia en materia de seguridad en lugar construcción de paz,
dicho enfoque aún recurre a alternativas y soluciones militaristas, que como ya se había
planteado anteriormente, dejan a un lado las afectaciones con las que viven mujeres y otros
Seguridad sobre Mujer, Paz y Seguridad; porque el análisis de género aún queda por fuera
repensar y reinventar estas prácticas, es que nos encontramos con un feminismo fácil de
digerir que en conclusión tiene poco efecto en el sistema como tal. Así, al analizar la
toma de decisiones de Allison, se puede entender que el compromiso no puede ser dentro
Poco se sabe aún sobre una verdadera viabilidad de una política exterior feminista
con los principios propuestos anteriormente mencionados, o cuánto tiempo nos tomará
llegar a ese punto, pero eso no quita que valga la pena hacer el esfuerzo. Vale la pena
considerar un enfoque nuevo hacia la política exterior y de una manera más práctica que
el avance de dichas políticas, aún con mucho camino por recorrer, y siempre considerando
las lecciones aprendidas, existe la posibilidad de estar mejor preparados para tomar los
pasos necesarios e implementar por complete una política exterior feminista en más que
Referencias:
Acker, J. (1990) “Hierarchies, Jobs, Bodies: A Theory of Gendered Organizations,”
Aggestam, K., Bergman Rosamond, A., & Kronsell, A. (2019). Theorising feminist
https://doi.org/10.1177/0047117818811892
Conway, M. (2017, August 23). Hiding Behind the F-Word: The Failures of Sweden's
https://centreforfeministforeignpolicy.org/journal/2017/8/21/hiding-behind-the-f-
word-the-failures-of-swedens-feminist-foreign-policy
feminist-foreign-policy-one-year-in/
Enloe, C. (2014). Bananas, Beaches and Bases: Making Feminist Sense of International
http://www.jstor.org/stable/10.1525/j.ctt6wqbn6
Mitchell, B. (2020, September 30). Gender and the CDI: How Committed Are Countries to
Gender Equality in Their International Policies "Beyond Aid"? Retrieved January 22,
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Northrup, T. (1994). One of the Boys?: Women, Military Force, and Foreign Policy
doi:10.2307/222723
Soto Espinosa, A. (2020, June 18). En México, al día son asesinadas 11 mujeres. Retrieved
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Scheyer, V., & Kumskova, M. (2019). FEMINIST FOREIGN POLICY: A FINE LINE
https://www.jstor.org/stable/26760832
Poh-Janrell, J. (2017). How Feminist is Sweden's Foreign Policy (pp. 1-6, Rep.). Sweden:
CONCORD.