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ESTUDIO BIBLICO 1 2020

LAS ENSEÑANZAS DE JESÚS

No te lo reveló carne ni sangre. Mateo 16:17


_ Dios el Padre había abierto los ojos de Pedro al significado completo de
las declaraciones mesiánicas del AT y le reveló quién era Jesús en realidad.
_ En otras palabras, Pedro no estaba solamente expresando una opinión
sobre la identidad de Jesús; esta era una confesión de la fe personal de
Pedro, hecha posible por un corazón regenerado.

Sobre esta roca. 16:18


_ La palabra para «Pedro», Petros, significa roca pequeña (Jn. 1:42).
_ Jesús usó aquí un juego de palabras con petra, que significa piedra de
fundación (Cp. 7:24, 25).
_ Puesto que el NT expresa claramente que Cristo es tanto la piedra de
fundación (Hch. 4:11, 12; 1 Co. 3:11) como la cabeza (Ef. 5:23) de la
iglesia, es un error pensar que alguno de los apóstoles pudiera cumplir una
función fundacional en la iglesia (Ef. 2:20), ya que el rol de primacía es
reservado únicamente para Cristo y no se le asigna a Pedro.
_ Pedro mismo explica la figura del lenguaje en su primera epístola: la
iglesia está formada por «piedras vivas» (1 P. 2:5) quienes, al igual que
Pedro, confiesan que Jesús es el Cristo, el Hijo del Dios viviente.
_ Cristo mismo es la «piedra del ángulo» (1 P. 2:6, 7).

Iglesia. 16:18
_ El Evangelio de Mateo es el único donde se menciona este término (cp.
Mt. 18:17).
_ Cristo la llama «mi iglesia», enfatizando que él es su único arquitecto,
constructor, dueño y Señor.
_ La palabra griega para «iglesia» significa «llamados fuera».
_ Mientras que Dios estuvo reuniendo desde el principio de la historia
redentora a los que habrían de ser redimidos por gracia, la única iglesia que
prometió construir comenzó en Pentecostés con la venida del Espíritu
Santo, con el cual el Señor bautizó a los creyentes pertenecientes a su
cuerpo, es decir, su iglesia (cp. Hch. 2:1–4; 1 Co. 12:12, 13).
Las puertas del Hades. 16:18
_ El Hades es el lugar de castigo para los espíritus de los incrédulos ya
muertos.
_ Se llega a él a través de la muerte.
_ Por lo tanto, esta es una frase judía para referirse a la muerte.
_ Incluso la muerte, la última arma de Satanás (cp. Heb. 2:14, 15), no tiene
poder para detener a la iglesia.
_ La sangre de los mártires ha avivado, de hecho, el crecimiento de la
iglesia en tamaño y poder espiritual.

Las llaves del reino de los cielos. 16:19


_ Esto representa autoridad.
_ Aquí Cristo le da a Pedro (y por extensión, a todos los creyentes)
autoridad para declarar lo que será sujetado y desatado en los cielos.
_ Atar (prohibir que se haga) y desatar (permitir que se haga).
_ Jesús no dijo que Dios obedecería lo que ellos hicieran en la tierra, sino
que ellos harían en la tierra lo que Dios ya había dispuesto.
_ La iglesia no consigue que se haga en el cielo la voluntad del hombre;
obedece en la tierra la voluntad de Dios.

¡Quítate de delante de mí, Satanás! 16:23


_ La aspereza de estas palabras contrasta grandemente con las de alabanza
de Mateo 16:17-19.
_ Jesús sugiere que Pedro estaba siendo portavoz de Satanás.
_ La muerte de Jesús era parte del plan soberano de Dios (Hch. 2:23; 4:27,
28).
«Jehová quiso quebrantarlo» (Is. 53:10).
_ Cristo vino con el expreso propósito de morir en expiación por el pecado
(Jn. 12:27).
_ Todos aquellos que quisieran frustrar su misión estarían trabajando para
Satanás.

Niéguese a sí mismo. 16:24


_ Nadie que se oponga a negarse a sí mismo puede legítimamente decir que
es un discípulo de Jesucristo.

Tome su cruz. 16:24


_ Esto revela el alcance de la autonegación, al punto de llegar a la muerte si
es necesario.
_ La magnitud de la desesperación por parte del pecador que es consciente
de que no puede salvarse a sí mismo alcanza el lugar donde ya nada puede
ser retenido (cp. Mt. 19:21, 22).

Cruz. 16:24
_ La abnegación fue un hilo común en la enseñanza de Cristo a sus
discípulos (cp. Mt. 10:38; 16:24; Mr. 8:34; Lc. 14:26, 27; Jn. 12:24–26).
_ La clase de abnegación que buscaba no era un ascetismo recluido, sino
una disposición firme a obedecer sus mandamientos, servirse unos a otros y
sufrir, quizá hasta el punto de morir, por su causa.

El que pierda su vida […] la hallará. 16:25


_ Esta paradoja revela una importante verdad espiritual: aquellos que
persiguen una vida fácil, llena de comodidades, y buscan la aceptación del
mundo, no encontrarán la vida eterna.
_ Por otra parte, aquellos que rinden su vida a Cristo y el evangelio la
encontrarán. Cp. Juan 12:25.
_ Exceptuando el mandamiento «sígueme», la frase «el que pierda su vida
por causa de mí» se repite más veces en los Evangelios que cualquier otro
dicho de Cristo. Cp. Mt. 10:39; 16:25; Mr. 8:35; Lc. 17:33; Jn. 12:25.

Alma. 16:26
_ La persona real, que vivirá por siempre en el cielo o en el infierno.
_ Tener todo lo que ofrece el mundo, pero no a Cristo, es estar eternamente
en bancarrota.
_ Todos los bienes del mundo no pueden compensar la pérdida eterna del
alma.

El que se avergonzare de mí y de mis palabras. Marcos 8:38


_ Todos aquellos que rechazan las demandas del discipulado prueban que
están avergonzados de Jesucristo y la verdad que él enseñó, por lo tanto, no
están redimidos verdaderamente.

Pagará. 16:27
_ Vendrá un tiempo de recompensa en el futuro para los creyentes (1 Co.
4:5; 2 Co. 5:8–10; Ap. 22:12).
_ Aquí, sin embargo, el Señor se ocupa de la recompensa que dará a los
impíos, el juicio final y eterno (Ro. 2:5–11; 2 Ts. 1:6–10).

No gustarán la muerte, hasta que hayan visto [...] el reino. 16:28


_ El suceso que Jesús tenía en mente ha sido interpretado de diversas
formas, como su resurrección y ascensión, como la venida del Espíritu
Santo en Pentecostés, como la expansión de la cristiandad o la destrucción
de Jerusalén en el año 70 A.D.
_ La más exacta interpretación, sin embargo, sería relacionar la promesa de
Cristo con la transfiguración en el contexto, la cual es una prefiguración de
su Segunda Venida.
_ Los tres Evangelios sinópticos enuncian esta promesa inmediatamente
antes de la transfiguración, apoyando esta interpretación, así como el hecho
de que «reino» puede referirse a esplendor real.
Hasta que el Hijo del Hombre resucite de los muertos. Mateo 17:9
_ Se refiere al tiempo cuando la verdadera naturaleza del propósito
mesiánico de Jesús sea evidente a todos y todos sepan que él vino para
vencer al pecado y la muerte, no a los romanos.

Elías viene primero. Mateo 17:11


_ Jesús confirma la correcta interpretación de los escribas de Malaquías
3:1; 4:5, lo cual debió haber confundido aun más a los discípulos.

Elías ya vino. Mateo 17:12


_ Jesús respondió directamente la pregunta de los discípulos: las profecías
acerca de la venida de Elías se habían cumplido en Juan el Bautista.
_ Ciertamente no era una reencarnación del profeta (Jn. 1:21), Juan vino en
«el espíritu y el poder de Elías» y pudo haberles dado cumplimiento a las
profecías si los líderes judíos le hubieran creído (Mt 11:14; Lc. 1:17).
_ Debido a que ellos rechazaron tanto a Juan el Bautista como a Jesús, otro
vendría en el espíritu y el poder de Elías antes de la Segunda Venida de
Cristo (Ap. 11:5,6).
_ A pesar de que Juan vino en el espíritu y el poder de Elías, los líderes
judíos lo mataron.
_ El Mesías estaba a punto de sufrir de manera similar.

Todo le es posible. Marcos 9:23


_ El asunto no era la falta de poder, sino la falta de fe del padre.
_ Aunque Jesús sanaba frecuentemente sin tomar en cuenta la fe del
sanado, aquí escoge enfatizar el poder de la fe (Mt. 17:20; Lc. 17:6).
_ Jesús sanó a multitudes, pero muchos, sino la mayoría, no creían en él.
Lucas 17:15–19.

Fe como un grano de mostaza. Mateo 17:20


_ La verdadera fe, según la definición de Cristo, siempre envuelve
sumisión a la voluntad de Dios.
_ Lo que estaba enseñándoles aquí no tiene nada que ver con la psicología
de la mente positiva.
_ Les estaba diciendo que la fuente y el objeto de una fe genuina, incluso
aquella tan pequeña como un grano de mostaza, es Dios.
_ «Porque nada hay imposible para Dios» (Lucas 1:37).

Nada os será imposible. Mateo 17:20


_ Aquí, Cristo expresa la idea añadida luego explícitamente en 1 Juan
5:14.
_ Lo que debemos desear es vivir «conforme a su voluntad».

Este género. Mateo 17:21


_ Algunos demonios son más poderosos, obstinados y resistentes a ser
expulsados que otros (Mt. 12:45).

Sino con oración. Marcos 9:29


_ Quizás el exceso de confianza producido por sus anteriores éxitos
(Marcos 6:13) hizo que los discípulos quedaran encantados con el don que
habían recibido y fueran negligentes en la utilización del poder divino.
Ayuno.
_ Los manuscritos más antiguos de Marcos omiten esta palabra.
_ Los manuscritos más antiguos de Mateo omiten Mt. 17:21 por entero.

JESÚS PREDICE SU RESURRECCIÓN POR SEGUNDA VEZ


Lucas 9:43b–45
Haced que [...] estas palabras. Lucas 9:44
_ Jesús continúa su enseñanza sobre su pronta muerte y resurrección, un
tema que los discípulos aún no entendían.
Será entregado. Lucas 9:44
_ Por Judas Iscariote. Cp. Mt. 26:47, 50.

JESÚS CONFRONTA LA RIVALIDAD DE LOS DISCÍPULOS


Marcos 9:33b–37

Si alguno quiere ser el primero. Marcos 9:35


_ Lo que los discípulos deseaban sin lugar a dudas (cp. Mr. 10:35–37).
El postrero de todos, y el servidor de todos. Marcos 9:35
_ El concepto que tenían los discípulos acerca del liderazgo y la grandeza,
derivado de su cultura, debía cambiar completamente.
_ Quienes buscan dominar sobre otros no serán los más grandes en el reino
de Dios, sino aquellos que humildemente sirvan a otros (cp. Mt. 23:11, 12;
Mr. 10:31, 43–45; Lc. 13:30; 14:8–11; 18:14; 22:24–27).
Os hacéis como niños. Mateo 18:3
_ Esta es la manera en la que Jesús describe la conversión.
_ Como en las Bienaventuranzas, presenta la fe como la dependencia
absoluta, sencilla y confiada de aquellos que no poseen recursos propios de
qué valerse.
_ Como los niños, ellos no tienen ningún logro o realización en los cuales
estar confiados.
Cualquiera que reciba en mi nombre a un niño como éste. Mateo 18:5
_ No se refiere a niños en el sentido estricto, sino a los creyentes
verdaderos, aquellos que se han humillado a sí mismos haciéndose como
niños pequeños.
El que es más pequeño […] ése es el más grande. Lucas 9:48
_ La forma de alcanzar preeminencia en el reino de Cristo es por medio del
sacrificio y la abnegación.

JESÚS ADVIERTE CONTRA LAS PIEDRAS DE TROPIEZO


Mr. 9:38–50

No se lo prohibáis. Marcos 9:39


_ Jesús les ordenó que no detuvieran al exorcista, puntualizando el hecho
lógico de que, si alguien actuaba sinceramente en su nombre, no estaba
entonces en contra suyo.
_ No existe un punto neutral con respecto a Cristo; todo aquel que «no
[está] contra [él], por [él está]».
_ Y siguiendo el mismo pensamiento: «El que no es conmigo [Jesús],
contra mí es; y el que conmigo no recoge, desparrama» (Mt. 12:30).
El que no es contra nosotros, por nosotros es. Marcos 9:40
_ No existe terreno medio ni neutralidad.
_ Cristo establece aquí una prueba de la conducta externa que se debe
utilizar al medir a los demás.
Porque sois de Cristo. Marcos 9:41
_ Jesús considera que los actos de caridad hechos a sus seguidores son
acciones hechas a él mismo (cp. Mt. 25:37–40).
Su recompensa. Marcos 9:41
_ Es decir, su lugar y servicio únicos en el reino celestial.
Cualquiera que haga tropezar. Mateo 18:6
_ Incitar, entrampar o llevar a un creyente a pecar es un asunto muy serio.
Piedra de molino. Mateo 18:6
_ Una piedra usada para moler el grano.
_ Era tan grande que se necesitaba un asno para darle la vuelta.
_ Los gentiles usaban esta forma de ejecución, por lo que era
particularmente repulsiva para los judíos.
_ Incluso una muerte tan horrible es preferible a causar que un cristiano
caiga en el pecado.
Ay del mundo. Mateo 18:7
_ Aquellos del mundo que hagan tropezar, pecar o causen mal alguno a los
cristianos serán juzgados por eso.
_ Pero los hermanos creyentes no deben conducir a otros a caer en pecado,
directa o indirectamente.
_ Sería mejor estar muerto. Cp. Romanos 14:13, 19, 21; 15:2; 1 Corintios
8:13.
Córtalo. Mateo 18:8
_ Las palabras de Jesús deben ser tomadas figurativamente.
_ El Señor enfatiza la seriedad del pecado y la necesidad de hacer lo que
sea necesario para enfrentarlo.
Infierno. Marcos 9:43
La palabra griega se refiere al valle de Hinom, cerca de Jerusalén, un
vertedero de basura donde ardía constantemente el fuego, siendo así una
ilustración simbólica del tormento eterno (cp. Mt. 5:22).
No puede ser apagado. Marcos 9:43
_ Cp. Mateo 25:46.
_ La eternidad del castigo del infierno es la inequívoca enseñanza de las
Escrituras (cp. Dn. 12:2; Mt. 25:41; 2 Ts. 1:9; Ap. 14:10, 11; 20:10).
Todos serán salados con fuego. Marcos 9:49
_ El significado de este versículo parece ser que los creyentes son
purificados mediante el sufrimiento y la persecución.
_ El nexo entre la sal y el fuego parece venir de los sacrificios del AT, que
eran acompañados de sal (Lv. 2:13).
Tened sal en vosotros mismos. Marcos 9:50
_ La Palabra de Dios (Col. 3:16) y el Espíritu Santo (Gá. 5:22, 23)
producen un carácter piadoso que capacita a la persona para actuar como
un conservante dentro de la sociedad. Cp. Mateo 5:13.
JESÚS ADVIERTE CONTRA LAS PIEDRAS DE TROPIEZO
Mateo 18:6-14

No menospreciéis. Mateo 18:10


_ Es decir, despreciar o empequeñecer a otro creyente tratándolo rudamente
o con indiferencia.
Sus ángeles. Mateo 18:10
_ Esto no sugiere que cada creyente tiene un ángel guardián personal.
_ El pronombre utilizado aquí es colectivo y se refiere al hecho de que los
ángeles sirven de manera general a los creyentes.
_ De estos ángeles se dice que están «siempre» mirando el rostro de Dios
para oír sus órdenes de ayudar a los creyentes cuando lo necesiten.
_ Es extremadamente grave tratar a un hermano creyente con desprecio,
puesto que Dios y los santos ángeles se preocupan mucho por el bienestar
de ese hermano.

JESÚS ENSEÑA SOBRE EL PERDÓN


Mateo 18:15–35

Si dos de vosotros se pusieren de acuerdo en la tierra. Mateo 18:19


_ Esta promesa se aplica al tema discutido por los discípulos en Mateo
18:15–17.
_ Los «dos de vosotros» se refiere a poner atención a los dos o tres testigos
envueltos en el paso dos del proceso de disciplina.
Dos o tres. Mateo 18:20
_ Aquí, Cristo promete estar presente en medio de un grupo incluso más
pequeño, «dos o tres» reunidos en su nombre para el propósito de la
disciplina (cp. Mt. 18:15).
Diez mil talentos. Mateo 18:24
_ Esto representa una cantidad incomprensible de dinero.
_ El talento era la denominación monetaria más grande, y «diez mil» en el
hablar común significaba un número infinito.
Cien denarios. Mateo 18:28
_ Aproximadamente el salario de tres meses.
_ Esta no era una cantidad despreciable para la mayoría de las personas,
pero sí insignificante en comparación con la cantidad que le había sido
perdonada al siervo.

LOS MEDIOS HERMANOS DE JESÚS LO RIDICULIZAN


Juan 7:2–10

Mi tiempo aún no ha llegado. Mateo 7:6


_ Esto revela la primera razón por la que Jesús no fue a la fiesta de la forma
en que sus hermanos querían: no era el tiempo perfecto de Dios.
_ La alocución revela una dependencia y un compromiso completos por
parte de Jesús con respecto al plan soberano del Padre para su vida (cp. Jn.
8:20; Hch. 1:7; 17:26).
_ Además, Jesús nunca fue impulsado a actuar por la incredulidad de las
personas, ni siquiera la de sus propios medios hermanos.
Vuestro tiempo siempre está presto. Juan 7:6
_ Debido a que los hermanos de Jesús no creyeron en él, eran del mundo y
en consecuencia desconocían por completo a Dios y sus propósitos.
_ A causa de la incredulidad, no escucharon su Palabra, no reconocieron el
plan y el tiempo de Dios, ni pudieron percibir al Verbo encarnado con sus
propios ojos.
_ Como resultado, cualquier oportunidad era propicia para ellos,
preferiblemente ese mismo momento.
No puede el mundo aborreceros. Juan 7:7
_ El mundo no podía aborrecer a los hermanos de Jesús, porque ellos
pertenecían al mundo y el mundo ama lo suyo (cp. Juan 15:18, 19).
_ El sistema maligno del mundo y todos los que rechazan al Verbo e Hijo
de Dios yace sometido al control del mismo autor del mal (1 Jn. 5:19).
Yo testifico de él, que sus obras son malas. Juan 7:7
_ Un creyente verdadero que ha nacido de nuevo y vive para la gloria de
Dios debería experimentar el odio y el antagonismo del mundo (cp. Juan
15:18–25; 16:1–3; 2 Ti. 3:12).

JESÚS ENSEÑA EN LA FIESTA DE LOS TABERNÁCULOS


Juan 7:11–36

El que quiera hacer la voluntad de Dios, conocerá. Juan 7:17


_ Aquellos que de forma genuina buscan hacer la voluntad de Dios serán
guiados por él en la afirmación de su verdad.
_ La verdad de Dios es su propia fuente de autenticación mediante el
ministerio de enseñanza del Espíritu Santo (cp. Juan 16:13; 1 Jn. 2:20,
27).
Matarme. Juan 7:19
_ Si Jesús fuera otro farsante religioso, el mundo nunca habría reaccionado
con tal odio.
_ Puesto que el sistema del mundo ama lo suyo, su aborrecimiento hacia
Jesús demuestra que él vino de Dios (Juan 15:18, 19).
A quien vosotros no conocéis. Juan 7:28
_ Aunque creían tener una percepción correcta de las cosas de Dios, su
rechazo de Jesús reveló su ruina espiritual (Ro. 2:17–19).
A donde yo estaré, vosotros no podréis venir. Juan 7:36
_ Jesús se refirió aquí a su regreso a su origen celestial con su Padre
después de su crucifixión y resurrección (vea Juan 17:15).

LOS LÍDERES JUDÍOS TRATAN DE ARRESTAR A JESÚS


Juan 7:37–52

Tiene sed [. . .] venga [. . .] beba. Juan 7:37


_ Estas tres palabras resumen la invitación del evangelio.
_ Si uno reconoce su necesidad, siente el deseo de acercarse a la fuente de
provisión y estará dispuesto a recibir lo que necesita.
_ El alma sedienta y necesitada siente el impulso incontenible de acercarse
al Salvador y beberá sin reservas, es decir, recibirá la salvación que él
ofrece.
Esto dijo del Espíritu. Juan 7:39
_ El Espíritu Santo es la fuente de vida eterna y espiritual.

JESÚS ES LA LUZ DEL MUNDO


Juan 8:12–30

Yo soy la luz del mundo. Juan 8:12


_ Esta es la segunda declaración «Yo soy» (vea Jn. 6:35).
_ Juan ya empleó la metáfora de la luz para hablar de Jesús (Jn. 1:4, cp. 1
Jn 1:5).
_ La analogía de Jesús aquí se inspira en las alusiones del AT (Éx. 13:21,
22; 14:19–25; Sal. 27:1; 119:105; Pr. 6:23; Ez. 1:4, 13, 26–28; Hab. 3:3,
4).
_ La frase resalta la identidad de Jesús como Mesías e Hijo de Dios (Sal.
27:1; Mal. 4:2).
_ El AT señala que, en el tiempo de la venida del Mesías, el Señor sería
una luz para su pueblo (Is. 60:19–22; cp. Ap. 21:23, 24) y para toda la
tierra (Is. 42:6, 49:6).
_ Zacarías 14:5b–8 señala a Dios como la luz del mundo que ofrece aguas
vivas a su pueblo.
El que me sigue. Juan 8:12
_ La palabra «sigue» comunica la idea de alguien que se entrega por
completo a la persona que sigue.
_ Para Jesús no existen seguidores a medias (cp. Mt. 8:18–22; 10:38, 39).
JESÚS ES LA LUZ DEL MUNDO
Juan 8:12–30

En vuestro pecado moriréis. Juan 8:21


_ Jesús reveló las consecuencias de rechazarlo como Mesías e Hijo de
Dios, es decir, la muerte espiritual (v. 24; cp. He. 10:26–31).
_ Estos versículos (Jn. 8:21–30) muestran cuatro características de una
persona que morirá en sus pecados y experimentará así la muerte espiritual:
(1) apelar a la propia justicia (vv. 20–22);
(2) estar apegado a las cosas terrenales (vv. 23, 24);
(3) ser incrédulo (v. 24); y
(4) obstinarse en la ignorancia (vv. 25–29).
_ Los judíos que rechazaron a Jesús cumplían con todas las características
anteriores.
Vosotros sois de abajo. Juan 8:23
_ Aquí la diferencia radica entre el reino de Dios y el mundo caído y
pecaminoso (i. e. «de abajo»).
_ En este contexto el mundo se refiere al sistema espiritual invisible
dominado por Satanás, así como a todo lo que ofrece y se opone a Dios, su
Palabra y su pueblo (vea Jn. 1:9; 1 Jn. 5:19).
_ Jesús declaró que sus opositores estaban unidos a Satanás y su reino.
_ Ellos fueron cegados espiritualmente debido a esta dominación (vea 2
Co. 4:4; Ef. 2:1–3).
Si no creéis. Juan 8:24
_ Jesús subrayó que el pecado imperdonable, eterno y mortal es no creer en
él como Mesías y como Hijo de Dios.
_ A la verdad, si hay arrepentimiento de este pecado, todos los demás
pueden ser perdonados. Vea Jn. 16:8, 9.
Conoceréis que yo soy. Juan 8:28
_ Después de haberse rehusado a aceptarlo por fe y haberlo clavado en una
cruz, algún día se despertarían con horror al descubrir que menospreciaron
al único a quien debieron rendir adoración (cp. Fil. 2:9–11; Ap. 1:7).
_ Muchos judíos creyeron en Jesús después de su muerte y ascensión, al
darse cuenta de que aquel al que habían rechazado era el verdadero Mesías
(Hch. 2:36, 37, 41).

LA RELACIÓN DE JESÚS CON ABRAHAM


Juan 8:31-59

Si vosotros permaneciereis en mi palabra, seréis verdaderamente mis


discípulos. Juan 8:31
_ Aquí se revela el segundo paso para avanzar en el verdadero discipulado.
_ La perseverancia en obedecer las Escrituras (cp. Mt. 28:19, 20) es el
fruto o la evidencia de la fe verdadera (vea Ef. 2:10).
_ La palabra permanecer significa persistir de continuo en las palabras de
Jesús.
_ Un verdadero creyente se aferra a las enseñanzas de Jesús, las obedece y
las pone en práctica.
_ El que permanece en sus enseñanzas tiene al Padre y al Hijo (2 Jn. 9, cp.
He. 3:14, Ap. 2:26).
_ Los verdaderos discípulos son aprendices (que es el significado básico
del término) y seguidores fieles.
La verdad. Juan 8:32
_ «Verdad» se refiere aquí no solo a los hechos que acompañaron a Jesús
como Mesías e Hijo de Dios, sino también a la enseñanza que impartió.
_ Un auténtico seguidor del Señor Jesús conocerá la verdad divina, así
como la libertad del pecado y el reconocimiento de la realidad.
_ Esta verdad divina no solo viene como resultado de una aceptación
intelectual (1 Co. 2:14), sino de un compromiso con Cristo (cp. Tit. 1:1,
2).
Todo aquel que hace pecado. Juan 8:34
_ No era la esclavitud física la que Jesús tenía en mente, sino la esclavitud
del pecado (cp. Ro. 6:17, 18).
_ La idea de «hacer pecado» significa practicarlo como un hábito (1 Jn.
3:4, 8, 9).
_ La mayor atadura no es la esclavitud política o económica, sino estar
sometido al yugo espiritual del pecado y la rebelión contra Dios.
_ Esto también explica la razón por la cual Jesús no permitió que lo
limitaran a ser un simple Mesías político (6:14, 15).
Las obras de Abraham. Juan 8:39
_ La fe de Abraham se demostró mediante su obediencia a Dios (Stg. 2:21–
24).
_ Lo que Jesús quería señalar era que el comportamiento de los judíos
incrédulos era diametralmente opuesto al de Abraham, que llevó una vida
de obediencia a todos los mandatos de Dios.
_ La actitud que tuvieron hacia Jesús demostró que su verdadero padre era
Satanás (Juan 8:41, 44).
Si vuestro padre fuese Dios, ciertamente me amaríais. Juan 8:42
_ Esta frase niega que Dios fuera el verdadero Padre de ellos. Aunque el
AT llama a Israel «mi hijo, mi primogénito» (Éx. 4:22) y afirma que Dios
es el Padre de Israel por creación y separación (Jer. 31:9), la incredulidad
de los judíos hacia Jesús puso en evidencia que Dios no era para ellos el
Padre espiritual.
_ Jesús resaltó la señal explícita que identifica a un hijo de Dios, que es el
amor por su Hijo, Jesús.
_ Ya que Dios es amor, los que aman a su Hijo también demuestran su
misma naturaleza (1 Jn. 4:7–11; 5:1).
Vuestro padre el diablo. Juan 8:44
_ La conducta es lo que realmente evidencia la condición de hijo.
_ Un hijo exhibirá las características de su padre (cp. Ef. 5:1, 2).
_ Puesto que los judíos incrédulos siguieron el ejemplo de conducta de
Satanás con su enemistad hacia Jesús y su incapacidad para creer en él
como Mesías, la paternidad de ellos era precisamente lo contrario a lo que
reclamaban (i. e., pertenecían a Satanás).
Él ha sido homicida desde el principio. Juan 8:44
_ Las palabras de Jesús se refieren a la caída, el momento en el cual
Satanás tentó a Adán y Eva y logró destruir la vida espiritual que Dios les
había dado (Gn. 2:17; 3:17–24; Ro. 5:12; He. 2:14).
_ Algunos piensan que también podría referirse a la ocasión en la cual Caín
asesinó a Abel (Gn. 4:1–9; 1 Jn. 3:12).
Me redarguye de pecado. Juan 8:46
_ Solo alguien perfectamente santo y que goza de la más íntima comunión
con el Padre podría pronunciar tales palabras.
_ Los judíos no podrían presentar evidencia alguna para acusarlo de pecado
ante la corte celestial.
Yo soy. Juan 8:58
_ Aquí Jesús declaró ser el mismo Yahweh (i. e., el Señor del AT).
_ Algunos de los pasajes más conocidos que emplean esta expresión son
Éxodo 3:14, Deuteronomio 32:39 e Isaías 41:4, 43:10, en los cuales Dios
declara que él mismo es el Dios eterno que se reveló a los judíos en el AT.

JESÚS COMISIONA A LOS SETENTA


Lucas 10:1-16

Como corderos en medio de lobos. Lucas 10:3


_ Es decir, ellos enfrentarían hostilidad (cp. Ez. 2:3–6; Jn. 15:20) y peligro
espiritual (cp. Mt. 7:15; Jn. 10:12).
El que a vosotros oye, a mí me oye. Lucas 10:16
_ Estas palabras elevan el oficio de un ministro fiel de Cristo y amplifican
la culpa y la condenación de aquellos que rechazan el mensaje.

LOS SETENTA REGRESAN


Lucas 10:17-24
Yo veía a Satanás caer. Lucas 10:18
_ En este contexto, parece que Jesús quiso decir:
_ «No se sorprendan de que los demonios se les sujeten, porque yo vi cómo
su comandante fue expulsado del cielo, por eso no es extraño que sus
lacayos sean arrojados sobre la tierra. Después de todo, yo soy la fuente de
la autoridad que los hace sujetarse a ustedes» (Lucas 10:19).
_ También es posible que haya querido prevenirlos en contra del orgullo y
recordarles con sutileza cuál fue la razón para la caída de Satanás (cp. 1 Ti.
3:6).
No os regocijéis de que los espíritus se os sujetan. Lucas 10:20
_ En lugar de quedar maravillados con las manifestaciones extraordinarias
como el poder sobre los demonios y la capacidad de obrar milagros, debían
darse cuenta de que la maravilla más grande de todas es la realidad de la
salvación, que es el propósito mismo del mensaje del evangelio y el asunto
central al que apuntaban todos los milagros.

JESÚS ADVIERTE CONTRA LA HIPOCRESÍA


Lucas 12:1-12

El que me negare delante de los hombres. Lucas 12:9


_ Esto describe una negación de Cristo que puede condenar el alma y no el
tipo de dubitación temporal del que se hizo culpable Pedro (Lucas 22:56–
62).
_ Se trata del pecado que cometen aquellos que, por motivo del temor, la
vergüenza, el descuido, la tardanza o el amor al mundo rechazan toda
evidencia y revelación, sin confesar a Cristo como Salvador y Rey hasta
que ya es demasiado tarde.
Al que blasfemare contra el Espíritu Santo. Lucas 12:10
_ Cp. Mateo 12:31, 32.
_ No era un pecado de ignorancia, sino una hostilidad deliberada,
voluntariosa e inconmovible hacia Cristo, la cual ejemplificaron los
fariseos en Mateo 12, donde le atribuyeron a Satanás la obra de Cristo (cp.
Lucas 11:15).

JESÚS ES EL BUEN PASTOR


Juan 10:1-21
Yo soy la puerta. Juan 10:7
_ Esta es la tercera declaración «Yo soy» hecha por Jesús (vea Juan 6:35;
8:12).
_ En este caso él cambia la metáfora en detalles mínimos.
_ Mientras que en Juan 10:1–5 era el pastor, aquí es la puerta.
_ Mientras que en los vv. 1–5 el pastor conducía a las ovejas fuera del redil,
aquí él es la puerta de entrada al redil (v. 9) que las guía a buenos pastos.
_ Este pasaje evoca las palabras de Jesús en 14:6 al afirmar que él es el
único camino al Padre.
_ Con esto, Jesús afirma que es el único medio de acercarse al Padre y
disfrutar la salvación prometida por él.
_ Como algunos pastores del Cercano Oriente solían dormir a la entrada del
redil para cuidar el rebaño, Jesús aquí se describe a sí mismo como la
puerta.
El que por mí entrare. Juan 10:9
_ Estos dos versículos constituyen una forma proverbial de recalcar que la
fe en Jesús como el Mesías y el Hijo de Dios es el único camino para ser
«salvo» del pecado y el infierno y recibir la vida eterna.
_ Solo Jesucristo es la verdadera fuente de conocimiento de Dios y la única
base para obtener seguridad espiritual.
Yo soy el buen pastor. Juan 10:11
_ Jesús tomó otra expresión de Juan 10:1–5, es decir, él es el «Buen
Pastor», muy diferente al malvado liderazgo actual que está al frente de
Israel (Juan 9:40, 41).
_ Constituye la cuarta de las siete declaraciones «Yo soy» de Jesús (vea
Juan 6:35; 8:12; 10:7, 9).
_ La palabra «buen» sugiere el concepto de alguien «noble» y que difiere
del «asalariado», quien solo vela por sus propios intereses.
Su vida da por las ovejas. Juan 10:11
_ Esta es una referencia a la muerte de Jesús en la cruz en la cual tomó el
lugar de los pecadores.
_ Cp. Juan 6:51; 10:15; 11:50, 51; 17:19; 18:14.
Volverla a tomar. Juan 10:17
_ Jesús repitió dos veces esta frase en los dos versículos para señalar que su
muerte en sacrificio no era el fin.
_ Él resucitó como evidencia de su deidad y de que era el Mesías (Ro. 1:4).
_ Su muerte y resurrección trajeron como resultado su glorificación (Juan
12:23; 17:5) y el derramamiento del Espíritu Santo (cp. Juan 7:37–39;
Hch. 2:16–39).

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