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Cantar del Mio Cid: análisis de los versos I,II y III

Introducción:
El Cantar de Mio Cid es la primera manifestación épica en lengua
castellana. Ha llegado hasta nosotros gracias a una copia manuscrita de
3.730 versos, realizada por Per Abbat. Este no fue el autor del texto,
sino un simple copista. Se considera el cantar una obra anónima. El
Poema se divide en tres partes o cantares: Cantar del destierro, Cantar
de las bodas y Cantar de la afrenta de Corpes

Análisis:
Se dice que el cantar de Mio Cid tiene un comienzo In media res, es
decir que la narración comienza en la mitad de la historia y no en el
inicio, mostrando al Cid campeador ya inserto en la historia que
transcurre, se lo ubica ya en el momento del destierro. Suponemos que
tiene dicho comienzo a causa de que las primeras páginas del
manuscrito de Per Abbat se perdieron. A modo de introducción aparece
la llamada Crónica de veinte reyes que nos sitúa en el contexto y
expone la situación que vive el Cid antes de ser desterrado.
El primer verso ya introduce al protagonista de una manera muy
particular, describe la acción que él está desarrollando en ese momento
mediante una figura retórica como lo es el pleonasmo "De los sos ojos
tan fuertemientre llorando". El uso de esta figura tiene como fin el
enfatizar esa sensación de angustia y tristeza que atraviesa el personaje
al tener que dejar su tierra y a sus seres amados. Utiliza el adverbio
"fuertemientre" para mostrarnos la magnitud de su dolor. Es un hombre
que está sufriendo y no se lo guarda para él, sino que de una manera
muy humana deja que sus sentimientos afloren y se muestra tal cual se
siente en ese momento.
Continúa narrando la acción en un tiempo corto pero que sin embargo
tiene un ritmo lento,"tornava la cabeça e estávalos catando", muestra
cómo vive sus últimos momentos, el hecho de mirar hacia atrás con
añoranza, observar todo lentamente, sabiendo todo lo que deja atrás.
Todo lo que observa es contado en el texto y por medio del uso de el
polisíndeton logra trasmitir la sensación de abandono y de soledad que
produce el destierro del personaje "Vio puertas abiertas e uços sin
cañados,alcándaras vazías, sin pielles e sin mantos, e sin falcones e sin
adtores mudados." Todas las cosas nombradas crean un contraste
mostrando como donde hasta hace poco hubo prestigio y tranquilidad
ahora ya no hay nada, solo un profundo vacío, que crece conforme el
Cid se va alejando.
Antes de marcharse el personaje hace su primera intervención hablada
en donde vemos una de sus virtudes características que es la mesura al
hablar, tiene un orden y sabe perfectamente lo que va a decir y como lo
va a hacer. En primer lugar observamos cómo sigue el prototipo de
filosofía cristiana en donde siempre que pasa algo malo es porque algo
mejor vendrá "- ¡Grado a ti, Señor, Padre que estás en ados!". Agradece
a Dios, y podemos notar otra cualidad de este personaje, una de sus
bases para afrontar la vida y el destierro es la fe. Por tanto al vivir bajo
ese pensamiento cristiano piensa y según él, asegura y sabe que el
viaje para recuperar su honra va a ser fructífero y que va a regresar
seguramente, no solo con la honra perdida sino con más.La otra parte
de su pequeño discurso hace referencia al conocimiento que tiene sobre
las personas que colaboraron en su destierro "¡Esto me an buelto mios
enemigos mados!-". No observamos muestras de rencor, sino que
simplemente lo cuenta, es conocedor del porque y de quiénes logran su
destierro sin embargo no se dirige a ellos de ninguna forma particular, ni
siquiera los nombra, solo los encasilla en la generalidad de "enemigos".
El segundo verso ya sitúa al Cid emprendiendo su camino hacia las
afueras de Vivar. Nos genera una sensación en cuanto a lo temporal de
un período muy corto de tiempo en cuanto a su partida, es inmediata no
se demora al irse. "Allí" actúa como un adverbio de lugar y su función es
la de marcar una continuidad, la idea del ahora, de un presente en
movimiento. Nombra luego a la corneja, que en esa época tenía un
simbolismo particular, mostrando lo que presienten dejando Vivar y
adentrándose en Burgos. El hecho de que la corneja pasara volando por
la derecha cuando estaban aún en sus tierras significaba un buen
augurio "A la exida de Bivar ovieron la corneja diestra", sin embargo, si
pasaba por el lado izquierdo (como pasa cuando entran en Burgos), eso
significaba lo opuesto, algo negativo "e entrando a Burgos oviéronla
siniestra." A pesar de este posible mal augurio el Cid adopta una
posición indiferente "Meció mio Cid los ombros e engrameó la tiesta". Él,
sabe y es consciente de que le va a pasar de todo en el viaje, pero se
sostiene en la fe para afrontar cada uno de los inconvenientes que le
surjan conforme avance en su camino. No se sugestiona al ver la
corneja, sino que dirigiéndose a un personaje que lo acompaña dice
"Albricia Alvar Fañez, ca echados somos de tierra! mas a grand ondra
tornaremos a Castiella." Le propicia ánimos a su acompañante
diciéndole que a pesar de haber sido corridos de su tierra ellos van a
volver y lo van a hacer cubiertos de honra. En definitiva, el no opta por
tomar ese destierro como algo malo sino como un camino de
aprendizaje que en su desarrollo traerá recompensas inmensas, en este
caso la recuperación de la honra a gran escala.
Llegando al verso tres nos encontramos con la entrada de Mio Cid a
Burgos. Se hace alusión a que va en compañía de "sessaenta
pendones", que serían sesenta caballeros. Podemos observar aquí el
uso de otro recurso que es la metonimia. Aquí damos cuenta de la
cantidad de personas que acompañaban al Cid hasta ese momento.
Observamos luego un paralelismo sintáctico y sinonímico "Exiénlo ver
mugieres e varones,burgeses e burgesas por las finiestras son". Es un
recurso que ayuda a mostrar y enfatizar la cantidad numérica de
personas que quieren ver al Cid, observando ahí el respeto o la
distinción que el pueblo hace en relación a su persona, hasta el punto
de ver como algunas personas lloraban al verlo y sentían hasta dolor al
observar su paso "plorando de los ojos, tanto avién el dolor".
Este verso cierra mostrando la opinión que el pueblo tenía en relación a
la nobleza y al Cid. Dice "...de las sus bocas todos dizían una razón: -
¡Dios, qué buen vassallo, si oviesse buen señor!-".En primer lugar el
autor hace pronunciar al pueblo una especie de admiración por el héroe
y a la vez intencionalmente se hace una no tan sutil alusión al Rey
Alfonso, dejándolo como un mal señor que cometió el error de desterrar
a uno de sus mejores caballeros por razones inentendibles. Se observa
una especie de favoritismo de parte de la gente hacia el caballero antes
que al noble.

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