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Se cree que nació en Cinocéfalos, Beocia, hacia el 518 a. C. y que, según la tradición,
pertenecía a una familia aristocrática. Pasa su infancia y primera juventud en Tebas y en
Atenas, donde fue discípulo de Agatocles. La primera oda pindárica es la Xª Pítica y fue
compuesta cuando el autor apenas contaba veinte años. Pronto se convierte en un
renombrado poeta. Como tal, recorre las principales cortes aristocráticas de Grecia. Ante la
invasión de los persas, adoptó una actitud de transigencia con el enemigo que era la
interesada política de su patria tebana. En esta cuestión, Píndaro chocó con otro importante
poeta, Baquílides, que había adoptado un punto de vista panhelénico y propugnaba la
resistencia enconada ante los persas, que ve como una amenaza sobre el conjunto de toda
la Hélade. Píndaro muere en Argos en 438 a. C.
Obras
- EPINICIOS:
Algunos de los epinicios más destacados de Píndaro son:
• Los de los juegos Olímpicos celebrados en Olimpia que se hacían cada cuatro años; por
ejemplo…
Píndaro (521-441 a. de C.) es el poeta lírico griego, de origen tebano, que destaca, en
forma extraordinaria, por la riqueza y profundidad de sus Odas, dedicadas a los vencedores
de los Juegos Panhelénicos.
Durante su época el mundo griego (aristocrático primero y luego democrático) está inmerso
dentro de la poesía mítica. Esto es, poesía y pueblo se entretejen, corresponden y
comprenden. La poesía es, así, accesible a todo heleno (más allá de cualquier clase social),
pues este está plenamente compenetrado de las historias o leyendas homéricas. De tal
manera que el heleno sabe perfectamente quién es Zeus, Prometeo, Apolo, Dionisos,
Afrodita, Artemisa. Del mismo modo, conoce las leyendas de Edipo, Agamenón, Orestes,
Aquileo, Odiseo, Héctor, Helena, Clitemnestra, Electra, Medea, Antígona, etc., figuras de
relieve en la historia mítica de Grecia, que nutre religión, educación, filosofía, costumbres,
ética.
Tanto lo que canta y cuenta Homero, como lo que más adelante va a cantar Píndaro, así
como aquello que los trágicos y cómicos van a poner en escena, constituyen un material
comprensible no solo para una clase privilegiada, sino para todo un pueblo que fundamenta
su educación en la infinita fuente homérica, de la cual ningún poeta podría estar fuera.
Primeramente, la poesía épica con Homero, luego la lírica coral con Píndaro y, por último, la
tragedia con Esquilo, Sófocles y Eurípides, y la comedia antigua con Aristófanes,
constituyen los cimientos sobre los que se levanta una paideia excepcional y única que
dirige la conducta de un pueblo.
Pero esta paideia que se ha iniciado con Homero empieza a desaparecer con las tragedias
de Eurípides y las comedias de Aristófanes, cuando la figura de Sócrates comienza a
ensombrecer todo el esplendor artístico heleno, de un pasado glorioso, lo cual da origen a
una nueva paideia y a nueva aretai, educación y virtudes completamente opuestas y
contradictorias a las de la auténtica tradición helena de índole homérica.
Por los siglos VII y VI a. de C., primero en Jonia y luego en Grecia continental, se producen
dos clases de poesía lírica. Una colectiva o coral y otra de índole personal, subjetiva o
individual. A la primera se le llama mélica coral y a la segunda, mélica monódica. En lugar
de la palabra lírica (de lyra, instrumento musical griego), se usa la palabra melos (que
significa canto, en griego).
El más alto representante de la mélica coral es Píndaro. Como representantes de la mélica
monódica sobresalen Safo y Anacreonte, entre otros muchos poetas insignes.
Es así como Píndaro canta, no los sentimientos personales, sino los sentimientos de toda
una colectividad; mientras que Safo y Anacreonte, los sentimientos propios del poeta.
Ambas mélicas se acompañan de música y danza.
Los dialectos de la lírica son: para la mélica coral, el dorio; para la mélica monódica, el eolio.
En sus Odas, Píndaro se manifiesta como devoto creyente de la religión homérica; sin
embargo, característica principal de su obra es la relevancia a los dioses, de quienes piensa
que solo se deben relatar “acciones bellas”, cuando, así, las violentas pasiones que de ellos
narra la mitología homérica. De esta manera, su “ideal religioso” ya altera y modifica el mito.
En la era romana, Horacio describe el estilo de Píndaro como inimitable y Quintiliano le
llama el gran maestro de los poetas líricos.
El dialecto poético de Píndaro es un producto literario nacido del resultado de la
combinación de la lengua de la época homérica, con elementos dóricos y eólicos, siendo el
dialecto dórico el predominante.
Muchas veces lo que se calla causa más impresión de lo que se dice.