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¿QUÉ ES UN PARO?

El término paro tiene múltiples usos. Puede aludir al acto y el resultado


de parar: suspender una acción o un desplazamiento.

Se llama paro a la suspensión de actividades colectivas dispuesta por


una autoridad o por un cierto grupo. En este sentido suele emplearse
como sinónimo de huelga, una situación que se produce cuando los
trabajadores toman la decisión de interrumpir sus tareas en reclamo de
mejoras en las condiciones laborales.

Por ejemplo: “No pude viajar porque los trabajadores aeroportuarios


están de paro”, “La central sindical anunció un paro general para el
próximo martes”, “El gobierno negocia con el sindicato para evitar el
paro”.

De la misma manera, se puede producir un paro o huelga en el ámbito


educativo. Esto sucede cuando los maestros y profesores deciden no
acudir a clase como demostración de protesta por las condiciones
laborales que tienen.

¿PARA QUE SIRVE UN PARO?

Cuando los trabajadores deciden abandonar su puesto de trabajo se


produce un paro laboral, también conocido como huelga. Esta decisión se
adopta como un mecanismo de protesta frente a algún tipo de situación
negativa, como los bajos salarios o las malas condiciones de trabajo.
Si un colectivo de trabajadores paraliza su actividad como forma de
protesta, su acción tiene dos consecuencias inmediatas:

1) la actividad de la empresa deja de funcionar y esto implica una pérdida de


beneficios y

2) el abandono del puesto de trabajo supone que los trabajadores no reciben


su salario.

Este doble perjuicio produce una situación conflictiva en muchos sentidos,


pues se genera incertidumbre, malestar y tensiones entre los trabajadores y
la empresa. En este clima de tensión hay un tira y afloja por ambas partes.

Las propuestas iniciales de los trabajadores sobre el aumento salarial o las


condiciones laborales suelen ser rechazadas por los responsables de las
empresas. Después del rechazo inicial, los empresarios suelen presentar
una contraoferta a los representantes de los trabajadores. El conflicto entre
unos y otros puede requerir de algún mediador que intente poner de acuerdo
a las dos partes.

EL DERECHO A LA PROTESTA

Existen muchos tipos de huelgas: parciales, indefinidas, de brazos caídos o


la huelga de celo, entre otras. Como medida complementaria, la huelga
puede ir acompañada de algún elemento de presión, como por ejemplo
la participación de piquetes o los actos de bloqueo. Independientemente de
sus modalidades, la huelga es un derecho fundamental para los
trabajadores. Se considera fundamental porque sin él los trabajadores
renunciarían a la defensa legítima de sus intereses económicos y sociales.
En la mayoría de países la legislación reconoce el derecho de huelga y,
además, se reconoce que en ningún caso una huelga de trabajadores puede
ir acompañada de algún tipo de sanción.
La huelga general es la modalidad más radical de paro. En ella se propone
que toda la población en su conjunto abandone su actividad laboral como
forma enérgica de protesta. Como las consecuencias de una huelga general
pueden ser muy negativas, este tipo de protesta se realiza en situaciones
excepcionales.

Para que el derecho a la huelga tenga el menor impacto posible, la


legislación laboral contempla algunas limitaciones y se imponen unos
servicios mínimos en ciertos sectores estratégicos de la sociedad.

EJEMPLOS EN LOS QUE ‘’PARAR’’ LES HA FUNCIONADO A ESOS


PAÍSES

ECUADOR (2019): Las manifestaciones en Ecuador de 2019 fueron una ola de


movilizaciones a nivel nacional realizadas a partir del 2 de octubre hasta el 13 de
octubre de 2019, tras el anuncio de ciertas medidas económicas parte del gobierno de Lenín
Moreno, y se desarrollaron como protestas en contra de las medidas y en contra del gobierno
ecuatoriano. Desde el exterior, grupos de ecuatorianos se movilizaron a las embajadas y
consulados del Ecuador en los respectivos países de residencia para sumarse a los eventos
convocados por las distintas organizaciones sociales durante el tiempo señalado.
Tanto el Frente Unitario de Trabajadores (FUT), la Confederación de Nacionalidades
Indígenas (CONAIE), y el Frente Popular (FP); que formaron la oposición al gobierno de
Rafael Correa; así como también la Federación de Cooperativas de Transporte Público de
Pasajeros (FENACOTIP) y grupos vinculados al Movimiento Revolución Ciudadana (MRC)
declararon su adhesión y respaldo a las protestas contra Lenín Moreno; donde el grupo de
opositores de Rafael Correa no aceptaron ninguna vinculación con el grupo liderado por el
expresidente.141516171819
Mientras sucedieron las protestas, con intervención de la policía, en el país se suscitaron
actos delictivos, similares a los acontecidos el 30 de septiembre de 2010, y con esa
justificación, el gobierno declaró el estado de excepción.20 El 4 de octubre, la FENACOTIP
abandono el paro.21 Mientras la CONAIE, FUT y FP continuaron con las marchas que se
intensificaron en Quito mientras las fuerzas armadas comenzaban a resguardar la ciudad y
el palacio de Carondelet, llegando en los últimos dos días al nivel de instaurase el toque de
queda total sobre la capital.22
Finalmente, el día 13 de octubre la reunión entre la CONAIE y el gobierno, mediada por
las Naciones Unidas (ONU), consiguió la derogatoria del decreto 883 sobre la eliminación del
subsidio a la gasolina. El Ministerio de Gobierno reportó que se aprehendieron 1330 personas,
435 policías resultaron heridos y se suscitaron 132 bloqueos de carreteras.

CHILE (2019): Estallido social es el nombren 2 que recibe una serie de masivas
manifestaciones y graves disturbios originados en Santiago y propagados a todas las regiones
de Chile, con mayor impacto en las principales ciudades, como el Gran Valparaíso, Gran
Concepción, Arica, Iquique, Antofagasta, La
Serena, Rancagua, Chillán, Temuco, Valdivia, Osorno, Puerto Montt y Punta Arenas,
desarrolladas principalmente entre octubre de 2019 y marzo de 2020. 19
El factor detonante de estos sucesos fue el alza en la tarifa del sistema de transporte público
de Santiago, que entró en vigor el domingo 6 de octubre de 2019. Tras el aumento de las
tarifas, centenares de estudiantes se organizaron para realizar actos de evasión masiva en
el Metro de Santiago.20 Con el paso de los días, el número de evasores aumentó
registrándose incidentes dentro de las estaciones del ferrocarril subterráneo. La situación se
agravó el día viernes 18 de octubre de 2019,16 cuando progresivamente fueron cesadas las
operaciones de toda la red subterránea por el enfrentamiento de la multitud con Carabineros,
lo cual llevó al entonces ministro del Interior, Andrés Chadwick, a interponer querellas por
delitos contemplados en la Ley de Seguridad del Estado contra quienes hubieren cometido
daños, saqueos e incendios.
Como consecuencia de ello, la noche del viernes 18 de octubre comenzaron a aparecer varios
focos de protestas, saqueos y disturbios violentos a lo largo del país, por lo cual, en la
madrugada del día sábado 19 de octubre, el presidente Sebastián Piñera decretó estado de
emergencia en las comunas del Gran Santiago y toque de queda a partir de la noche del
sábado 19.2122 La situación se extendió pocas horas después a otras cinco regiones del país y
ya para el día 23, el estado de emergencia había sido declarado en quince de las dieciséis
capitales regionales.23
De acuerdo a varios analistas, las protestas se caracterizaron por la ausencia de líderes y la
incorporación, en distintos niveles, de un amplio espectro social, desde la clase baja a la
media alta.24 Aunque la causa inmediata puede atribuirse al alza tarifaria del transporte
público, las concentraciones populares pronto expusieron sus causas mediatas: el alto costo
de la vida (hasta 2019 Santiago era la segunda ciudad más onerosa de Latinoamérica), 25
bajas pensiones, precios elevados de fármacos y tratamientos de salud, y un rechazo
generalizado a toda la clase política y al descrédito institucional acumulado durante los últimos
años, incluyendo a la propia Constitución del país.324
Tanto por el nivel de daño a la infraestructura pública, el número de manifestantes, cuanto por
las medidas adoptadas por el gobierno, las protestas fueron catalogadas como el «peor
malestar civil» ocurrido en Chile desde el fin de la dictadura de Augusto Pinochet.26 Al mes de
octubre del 2019 y según el propio gobierno, se han confirmado 32 fallecidos, principalmente
asociados a incendios (15 casos), enfrentamientos entre ciudadanos (7 casos), o con
uniformados (5 casos);27 además hay más de 3400 civiles hospitalizados producto de los
enfrentamientos,11 y 2000 carabineros lesionados en distintos grados. 2829 Amnistía
Internacional informa, al 30 de noviembre del 2020, los siguientes números causados por el
uso indebido de la fuerza por parte de Carabineros: 12547 heridos que pasaron por urgencia
hospitalaria. 1980 heridos por armas de fuego y 347 heridos con lesiones oculares. 30
El Instituto Nacional de Derechos Humanos identificó más de 3400 civiles hospitalizados
durante el movimiento, mientras que cifró en 8812 los detenidos que lograron visitar; 11
además, denunciaron casos de torturas y otras vejaciones por parte de las Fuerzas Armadas y
de Orden.31 Las investigaciones realizadas por organizaciones como Amnistía Internacional,
la Comisión Interamericana de Derechos Humanos, Human Rights Watch y la Oficina del Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos determinaron la ocurrencia
de graves violaciones a los derechos humanos cometidas por funcionarios del Estado
chileno;323334 el gobierno, en tanto, reconoció la existencia de algunos casos puntuales de
exceso policial, pero descartó la ocurrencia sistemática de estos. 3536
Las pérdidas económicas de estas protestas se estimaron en 3300 millones de dólares,
considerando daños a la propiedad pública y privada, incluido el Metro de Santiago. 3738
mientras 100 000 a 300 000 puestos de trabajo se habrían perdido. 383940 El peso chileno sufrió
una fuerte devaluación, pasando de CL$ 710 previo a la crisis a un máximo histórico
de CL$ 838,33 por dólar a mediados de noviembre de 2019.414243 También se estimó que las
protestas restarían un punto porcentual de crecimiento económico para el país entre 2019 y
2020.40
En respuesta a las manifestaciones, el gobierno de Sebastián Piñera anunció una serie de
medidas, denominada «Nueva Agenda Social», que incluye medidas relacionadas con las
pensiones, la salud, los salarios y la administración pública. 44 De igual forma, ha promovido
una agenda de seguridad que incluye proyectos antivandalismo y de reconstrucción. El 15 de
noviembre, un acuerdo transversal entre Gobierno y Congreso, y firmado por la mayoría de los
partidos políticos con representación parlamentaria, acordó la convocatoria a un plebiscito
nacional en abril de 2020, posteriormente reprogramado para octubre, 45 para definir si se
redactaría una nueva Constitución Política y qué mecanismo sería utilizado.

EJEMPLOS EN LOS QUE ‘’PARAR’’ NO HA FUNCIONADO COMO SE


ESPERABA

LIBIA (2011): La Guerra de Libia de 2011,80 llamada también en algunos medios de


comunicación Guerra Civil libia,81828384 Revolución Libia85 o Revuelta del 17 de Febrero,86
fue un conflicto bélico internacional en territorio libio que comenzó en febrero de 2011.
Enfrentó al gobierno libio de Muamar el Gadafi contra diferentes grupos opositores
organizados en el llamado Consejo Nacional de Transición apoyados estos por diferentes
países extranjeros, principalmente Francia y los países de la OTAN, y tuvo como contexto
histórico la llamada Primavera Árabe.
El conflicto comenzó mediante manifestaciones y protestas populares contra el gobierno de
Muamar el Gadafi, poco después de los conflictos que se habían producido en el
vecino Túnez. Los grupos sublevados armados llegaron a tomar el control de algunas
ciudades haciendo que el gobierno libio, llamado ‘’yamahiriya’’, perdiera el control sobre áreas
importantes del país lo que derivó en un enfrentamiento armado. La respuesta, armada que
dio la ‘’yamahiriya’’ fue calificada por algunos países como un atentado contra los derechos
civiles y la seguridad de la población civil.87 Esos países, principalmente pertenecientes a
la OTAN y liderados por Francia, poniendo como argumento una resolución de las Naciones
Unidas, decidieron realizar una intervención que calificaron de intervención humanitaria. El 31
de octubre de 2011, el Consejo de Seguridad de la ONU determinó por unanimidad anular la
resolución que había permitido la intervención debido a la victoria rebelde. 88
En los primeros cuatro meses de guerra civil, según el jefe de una delegación del Consejo de
Derechos Humanos de la ONU, se habrían producido entre diez y quince mil muertos en
ambos bandos, constatándose casos de violencia sexual y crímenes de guerra cometidos
principalmente, según fuentes de los gobiernos que apoyaban a los opositores, por las fuerzas
leales a Gadafi.89
La guerra finalizó con la derrota de los partidarios de Muamar el Gadafi, su muerte, y el control
total del país por parte de los rebeldes del Consejo Nacional de Transición. En agosto de 2012
se disuelve el Consejo Nacional de Transición, iniciando la transición democrática con
el Congreso General de la Nación y la fundación de la República Libia. En 2014 estalla un
nuevo conflicto quedando el país dividido en diferentes zonas de influencia y sumido en la
violencia en la cual los grupos yihadistas tienen una relevancia creciente.

SIRIA (2011): La guerra civil siria (en árabe, ‫الحرب األهلية السورية‬ al-Ḥarb al-ahliyya al-sūriyya) es


un conflicto armado que se inició en Siria tras las protestas antigubernamentales de 2011.
Dichas protestas derivaron en enfrentamientos entre las Fuerzas Armadas del país y la
denominada oposición siria, la cual incluye varios grupos terroristas.89 Posteriormente, se
transformó en un conflicto internacional entre varios países, incluidos las dos mayores
potencias nucleares, así como otras regionales.9091
La denominada «oposición siria» está integrada por diversos grupos:
 El Consejo Nacional Sirio (SNC), con base en Estambul, incluía en 2011 a los
principales grupos de la oposición.92
 Las fuerzas kurdas, las cuales han creado su propia agrupación y su brazo
armado llamado Unidad de Protección Popular (YPG en kurdo).
 Varios grupos islamistas, como el ex-Frente Al Nusra y del Estado Islámico (EI),
los cuales adquirieron un mayor protagonismo. Así, numerosos grupos y
combatientes rebeldes se unieron al EI,n 2 lo que les permitió invadir vastas
extensiones de Siria desde Irak.93 Ya en 2017, el Gobierno sirio emprendió una
gran campaña contra el EI recuperando los territorios al oeste del Éufrates. El 6 de
diciembre, tanto autoridades sirias como rusas, proclamaron el final de la
operación contra el Estado Islámico.949596
Al principio, los rebeldes contaban con asistencia no letal; pero más tarde, Estados
Unidos empezó a procurar financiamiento, armas y entrenamiento. Después, acabó
admitiendo que parte de dicha ayuda terminó en manos de terroristas que la usaron tanto
contra el Gobierno y los civiles como contra la oposición. Además, Arabia
Saudita, Catar, Kuwait y Turquía habrían proporcionado «millones de dólares» a los «grupos
terroristas» (incluido el Frente Al-Nusra y el EI), según declaró en marzo de 2014 David
Cohen, secretario adjunto del Departamento del Tesoro especializado en Terrorismo e
Inteligencia Financiera de EE. UU.90 Hasta 2016 se estimaba que los grupos armados ilegales
recibieron unos 2450 sistemas portátiles de defensa aérea, 1750 sistemas antitanque, 650
lanzacohetes múltiples, más de 24 000 proyectiles de distintos tipos y más de 600 toneladas
de explosivos.97
La Coalición Internacional liderada por los EE. UU. (Central Join Task Force) en su operación
«Resolución Inherente» inició ataques aéreos contra el Estado Islámico en Siria el 10 de
septiembre de 2014, todo sin la aprobación del Gobierno sirio. Si bien el objetivo principal de
la coalición era luchar contra el EI, sus ataques no siempre fueron precisos, habiéndose
cobrado la vida de centenares de civiles y atacado posiciones e infraestructuras
gubernamentales bajo el pretexto de un ataque defensivo o de represalia por el uso de armas
químicas.90
Rusia, Irán y agrupaciones chiitas, como Hezbolá, apoyan al Gobierno sirio que combate al
Estado Islámico, grupos islamistas, el ejército libre sirio apoyado por Turquía y las fuerzas
democráticas de Siria, (estas últimas apoyadas por los Estados Unidos). Desde el 30 de
septiembre de 2015, Rusia llevó a cabo una operación antiterrorista en Siria después de que
el presidente del país solicitara ayuda militar. En los cinco meses y medio que duró el
operativo, las Fuerzas Aéreas rusas destruyeron más de 12 000 blancos de infraestructura.
Según el ministro de Defensa ruso, Serguéi Shoigú, unos 35 000 radicales fueron abatidos
durante ese primer año.90
Además de acabar con la vida de entre 300 000 y 470 000 personas, el conflicto ha
desencadenado una crisis humanitaria. Para 2016, de los 22 millones de habitantes del país
más de la mitad se vieron obligados a huir (13 millones y medio de estos desplazados internos
necesitan ayuda urgente en la actualidad). Además, 4,8 millones llegaron a huir a países
vecinos; Turquía acogió a 2,7 millones de sirios; Líbano a cerca de un millón y otros 650 000
fueron a Jordania. Tres cuartas partes de los refugiados son mujeres y niños. Según cifras
de Unicef, al menos 652 de estos últimos fueron asesinados: un 20 % más que en 2015.
Además, han sido reclutados casi mil niños soldados para luchar directamente en primera
línea. Los más vulnerables son los 2,8 millones que se encuentran en zonas de difícil acceso.
De ellos, 280 000 vivieron bajo asedio, casi completamente aislados de la ayuda humanitaria.
Por otra parte, 338 centros médicos fueron devastados en 2016. 98
Debido a la participación de numerosas potencias extranjeras, esta guerra civil ha sido
designada como una guerra subsidiaria. El Gobierno sirio cuenta con el apoyo de Rusia —lo
considera un país aliado desde tiempos de la Unión Soviética—, la República Islámica de
Irán y la organización libanesa Hezbolá.99 Todos ellos defienden que las manifestaciones y
primeras revueltas armadas fueron organizadas y financiadas por Occidente (así como por
algunos grupos yihadistas), para precipitar la caída del gobierno y controlar el país, 100101
opinión por otra parte respaldada por algunos analistas. 102 La "oposición siria" se encuentra
apoyada por los Estados Unidos,103 Turquía, Arabia Saudí y otros países aliados occidentales
y del golfo Pérsico.104105106 Las organizaciones internacionales han acusado al gobierno sirio, al
Estado Islámico y a los grupos rebeldes de violaciones graves de los derechos humanos y de
muchas matanzas.107108109110111
En el verano de 2018, el ejército sirio, tras la liberación de la campiña de Damasco, logró
recuperar la gobernación de Dar'a con ayuda de los bombardeos rusos, así como la capital del
mismo nombre: la ciudad de Daraa.112 Tras nueve años de conflictos y la participación de
EE.UU, desde 2014, en octubre de 2019 Donald Trump mandó retirar sus tropas
replegándose solo a proteger sus zonas petroleras

VENEZUELA (2014): Una serie de protestas en Venezuela se dieron inicio el 12 de febrero


de 2014 contra el gobierno presidido por Nicolás Maduro. Sin embargo, las mismas ya tenían
varias semanas de haber comenzado en la ciudad de Mérida desde el 5 de enero848586 tras la
muerte del bachiller Héctor Moreno de la Universidad de los Andes-Mérida, para luego
intensificarse el 4 de febrero87 en San Cristóbal estado Táchira tras el intento de violación de
una estudiante de la ULA-Táchira88 y el 12 de febrero en la capital, Caracas, y el resto del
país, como consecuencia de la delincuencia, alta inflación y escasez de productos básicos. 8990
91
Los manifestantes alegan que estos problemas han sido causados por políticas económicas
adoptadas por el Gobierno venezolano —entre ellas los estrictos controles de precios—, que
han ocasionado en el país la inflación más alta del mundo. 9293 A esto se le suma el alto índice
de inseguridad, que deja un saldo de 206 59294 venezolanos asesinados durante el periodo de
gobierno de la revolución bolivariana hasta 2013.
El 12 de febrero de 2014, la ciudad de Caracas se sumó a las protestas convocadas por los
líderes de la oposición venezolana Antonio Ledezma, María Corina Machado y Leopoldo
López9596 y organizadas en conjunto con movimientos estudiantiles.9597 Se realizan en varias
ciudades del país, y entre las motivaciones alegadas por los manifestantes opositores figuran
el descontento ante la vulneración de los derechos civiles («suspensión de garantías»), 98 la
escasez crónica de productos básicos, altos niveles de violencia delictiva 99 e injerencia
de Cuba en la política de Venezuela.100
A la par de las manifestaciones de oposición, el Gobierno convocó marchas a su favor en
Caracas y en otras ciudades.101 El Ejecutivo afirma que no se han suspendido garantías y que
en Venezuela se vive el pleno ejercicio de las libertades civiles constitucionales. 99 El gobierno
de Maduro identifica a los manifestantes y líderes opositores que, según el discurso oficial,
promueven violencia y odio como «fascistas».102
Las manifestaciones y disturbios dejaron solo en el año 2014 un saldo de 43 fallecidos
(oficialistas, opositores, funcionarios de la Guardia Nacional Bolivariana entre otros), más de
486 heridos y 1854 detenidos, según informe de la Fiscalía General de la República, 103
mientras el Foro Penal Venezolano documentó 33 casos de tortura.104
Se han registrado actos vandálicos contra bienes públicos en medio de las manifestaciones,
que el Gobierno venezolano atribuye a opositores, así como la existencia de bandas armadas
motorizadas o «colectivos», formadas por simpatizantes del gobierno, que atacan a los
manifestantes de la oposición y que habrían causado varias muertes y agresiones. 105
El 21 de febrero de 2014, el gobierno venezolano retiró el permiso de funcionamiento y la
señal dentro de Venezuela al canal colombiano NTN24 y al canal estadounidense CNN en
Español,106107108109 retractándose de su decisión el 22 de febrero y posteriormente agregando
un bloqueo adicional de la señal en Internet,110111 emitiendo nuevas credenciales para los
periodistas de la cadena estadounidense.112Twitter ha denunciado el bloqueo de mensajes en
Venezuela, señalamientos rechazadas por la operadora estatal. 113114

REVUELTAS COMO EXPRESIÓN SOCIAL


Una revuelta es un movimiento social espontáneo, de carácter agresivo y opuesto a alguna
figura de poder, aunque a veces el objetivo contra el que se hace una revuelta puede poseer
una minoría étnica, religiosa o social (judíos, gitanos, inmigrantes).
Como forma de lucha social es expresión de algún tipo de conflicto (conflicto social, político,
económico). Se produce cuando una multitud, o al menos un numeroso grupo de personas se
juntan para cometer actos de violencia, por lo general como una reacción contra una
sensación de injusticia o injuria, o como un acto de disenso. También es muy habitual emplear
el término revuelta para designar acciones más organizadas, más prolongadas en el tiempo o
con proyección en el futuro, y con objetivos más generales o un propósito más claro
de transformación social u otro tipo de cambio (político, económico, de orden institucional, de
la identidad nacional o religiosa, etc.).
Muchos términos se utilizan prácticamente como sinónimos,
como alboroto,1 insurrección, sublevación, subversión, alzamiento o levantamiento; y otros
del mismo campo semántico tienen connotaciones ligeramente diferentes,
como motín, sedición y rebelión; o marcadamente distintas, como revolución (si tiene mayor
importancia o éxito), o disturbios (si los tiene menores).
Es habitual el uso peyorativo de todos estos términos, que incluso en sus definiciones
académicas se cargan de contenidos negativos, asociados al desorden y al delito, lo que
contribuye a su percepción adversa y a la criminalización de la lucha social. Lo mismo ocurre
con los términos con los que se designa a sus participantes: revoltoso, alborotador, insurrecto,
sublevado, amotinado, sedicioso, rebelde o revolucionario.
Otros términos del vocabulario político con los que revuelta suele tener vinculación, pero que
son opuestos conceptualmente, son los de pronunciamiento militar y golpe de Estado, hechos
o procesos en los que la iniciativa no es popular ni espontánea y que están específicamente
dirigidos a la sustitución de las personas, partidos o facciones que ocupan el poder, sin alterar
las estructuras económicas, sociales o políticas, aunque como medios pueden provocar,
manipular o emplear revueltas, motines o rebeliones.

¿POR QUÉ SE PARA EN COLOMBIA?

- Acabar con las reformas tributarias, de salud y pensional


- Reforma de entes como la Policía y el Ejército
- Una economía más igualitaria
- Agotamiento hacia la corrupción
- Mejor implementación del proceso de paz

¿SE HA PARADO EN ALGUNA OTRA OCASIÓN EN COLOMBIA?

Las protestas de 1909 que tumbaron por primera vez a


un presidente
Los excesos del general Rafael Reyes (por entonces presidente de la república),
la persecución a la oposición política, su intento de perpetuarse en el poder y las
intenciones de firmar un tratado con los Estados Unidos para poner punto final a
la separación de Panamá, desembocaron, el 13 de marzo de 1909, en una
multitudinaria marcha en Bogotá, encabezada por los estudiantes. Reyes declaró
el estado de sitio. Hubo detenciones arbitrarias y la suspensión de las libertades y
garantías constitucionales. Pese a la represión, las manifestaciones no pararon y a
él no le quedó más remedio  que renunciar, pero la Asamblea Constituyente no
aceptó. Esas protestas fueron el inicio del fin de Reyes en la presidencia, de ahí
en adelante su gobierno perdió la legitimidad y en junio tuvo que dimitir.

Las movilizaciones que culminaron en una masacre


Hacia 1928 los trabajadores, jornaleros y campesinos de la zona bananera del
departamento del Magdalena estaban cansados de las duras condiciones laborales
que les imponía la United Fruit Company, empresa encargada de comercializar el
banano en Estados Unidos. El 11 de noviembre, miles de trabajadores,
congregados en sindicatos y apoyados por el Partido Socialista Revolucionario de
Colombia, protestaron en Santa Marta para pedir el mejoramiento de las
condiciones económicas. El Gobierno creyó que esas manifestaciones eran el
inicio de una revolución comunista y a los pocos días militarizó la zona. En
respuesta, los trabajadores acordaron un paro general que se concentró en la
población de Ciénaga.

El 5 de diciembre, la situación empeoró. Las partes en conflicto no llegaron a un


acuerdo, y la United y el Gobierno tomaron la decisión de disolver el paro a
cualquier precio. Esa noche fue declarado el estado de sitio y más de 300
soldados rodearon a los trabajadores que se encontraban en el plaza de
Ciénaga. En la madrugada del día siguiente, el general Carlos Cortés Vargas
exhortó a los trabajadores a abandonar la huelga. Ellos no hicieron caso y los
soldados abrieron fuego. Miles de humildes colombianos murieron en esas
protestas.

Marcha del Silencio


Hacia 1948 la violencia entre liberales y conservadores había escalado a niveles
inimaginables. En regiones como Caldas, Tolima y Popayán, los asesinatos de
seguidores de uno y otro partido eran el pan de cada día y miles de campesinos
tenían que abandonar sus tierras para huir de la muerte. En ese contexto, Jorge
Eliécer Gaitán, que en esa época era el jefe único de liberalismo, organizó, el 7
de febrero de 1948, la Marcha del Silencio con el propósito de denunciar la
muerte y persecución de sus partidarios. A la convocatoria asistieron más de
100.000 bogotanos que coparon la plaza de Bolívar y sus alrededores. Tres meses
después el caudillo del pueblo fue asesinado.

Paros y marchas durante la dictadura


En el Gobierno dictatorial de Gustavo Rojas Pinilla (1953-1957) hubo varias
jornadas de protestas que debilitaron el poder del general y lo llevaron a
renunciar a la presidencia. Los primeros en alzar la voz fueron los
estudiantes, quienes protagonizaron las marchas del 8 y 9 de junio de 1954, en las
que murieron 10 estudiantes y hubo más de 20 heridos. Uriel Gutiérrez, la
primera víctima de estas jornadas, murió el 8 de junio, en medio de una protesta
causada por la entrada de la Policía a los predios de la Universidad Nacional. Los
testigos de los hechos aseguraron que los responsables del asesinato fue la fuerza
pública. Al día siguiente, miles de estudiantes salieron a repudiar la muerte de
Gutiérrez, pero en la carrera séptima con calle 13, el Ejército abrió fuego
causando el resto de muertos y heridos.

Luego de estos hechos, la oposición al gobierno de Rojas creció. En respuesta, él


recurrió a la censura y la persecución a sus contradictores políticos, incluso cerró
los diarios El Tiempo y El Espectador. Esa situación, sumada a la decisión del
30 de abril de 1957 de la Asamblea Nacional Constituyente de prolongarle al
general el periodo presidencial hasta 1962, desató un paro nacional que inició en
los primeros días de mayo con las manifestaciones de los universitarios. Entre el
5 y 8 de mayo, la mayoría de colombianos comenzaron a sumarse al paro: los
trabajadores, las banqueros, los industriales, los profesores... hasta que el 10 de
mayo a Rojas le tocó renunciar e irse al exilio.

La protesta más grande que ha vivido Colombia


Buena parte de los historiadores coinciden en que el paro cívico del 14 de
septiembre de 1977 fue el más importante de la historia de las movilizaciones
sociales y a su vez unas de las más violentas. Algunos de los sectores populares
de Bogotá parecían verdaderos campos de batalla con barricadas, llantas y autos
quemados. La jornada de protesta fue convocada por la CTC, UTC, CSTC y la
CGT, en contra de el aumento del costo de vida y la renuencia del presidente
López Michelsen de mejorar los sueldos de los trabajadores.

En medio de calles bloqueadas, ese día salieron a marchar trabajadores,


profesores, estudiantes universitarios y de secundaria, militantes de los partidos
de izquierda y algunos sectores del liberalismo y el conservatismo. Por su parte el
Gobierno, consideró la multitudinaria marcha como un complot del comunismo y
recurrió a la represión, mientras que unos sectores radicales de izquierda
creyeron que era el inicio de la revolución. Ambas posiciones fuera de contexto,
volvieron el paro en un auténtico campo de batalla. Locales comerciales
destruidos, carros incendiados y otros daños materiales fueron el saldo de las
protestas, además de los más de 20 muertos, 500 heridos y centenares de
capturados que fueron trasladados al Estadio El Campín y la Plaza de Toros.

Finalizada la jornada, López incrementó el salario, lo que se consideró un triunfo


de los trabajadores. Sin embargo, los historiadores, consideran que este paro
significó, por un lado, el aumento de la represión en contra de los movimientos
sociales y de la izquierda que quedó consagrado en el Estatuto de Seguridad
Nacional del Gobierno de Julio César Turbay Ayala. Y por el otro el lado
movimiento guerrillero, en una mala lectura de la realidad, creyó que el paro era
el preámbulo de la revolución.

Un millón de voces contra las Farc


El 4 de febrero de 2008, millones de ciudadanos en las principales ciudades del
país se movilizaron en contra de las acciones de las Farc. La idea de una marcha
en contra de la organización guerrillera fue de un grupo de jóvenes que crearon
en enero un grupo en Facebook. A los pocos días la cuenta tenía más de 10.000
seguidores. Al poco tiempo ellos llamaron a los colombianos a salir a las calles.
Llamado que contó con el apoyo del gobierno nacional, de los medios de
comunicación y de reconocidas personalidades del país.

El renacer del movimiento estudiantil


A los pocos meses, de haber llegado a la presidencia de la república, Juan
Manuel Santos radicó en el Congreso un proyecto de ley que buscaba reformar la
educación superior en Colombia. Ese acto desató el descontento y logró formar
un movimiento estudiantil de grandes magnitudes que no se había visto desde
1971. En marzo de 2011, los jóvenes formaron la Mesa Amplia Nacional
Estudiantil, para entablar diálogos con el Gobierno y así evitar el trámite del
proyecto. Tras meses de conversaciones no se llegó a un acuerdo y en octubre se
lanzaron al paro. Entre ese mes y noviembre realizaron tumultuosas
manifestaciones, entre las que se destacó la del 24 de noviembre, que se hizo en
sincronía con los estudiantes de Chile. Ese día miles de estudiantes de todas las
partes del país coparon la plaza de Bolívar de Bogotá y lograron que el Gobierno
retirara el proyecto del Congreso.  

¿QUÉ SIGUE?

OPCIÓN 1: Negocian algo, en el fondo todo sigue


igual y las protestas se terminan desgastando

El escenario más probable, según las fuentes consultadas, es que todo siga más o
menos igual con una lenta tendencia hacia el desescalamiento de la violencia.
"Yo creo que vamos a ver una combinación de represión con pañitos de agua
tibia", dice la politóloga Sandra Borda.

"Cuando usted no tiene tejido social, cuando usted tiene partes tan
estructuralmente diferentes que no confían entre sí y que nunca se han sentado a
dialogar, lo mejor que usted puede sacar de una negociación es una solución
temporal", añade la autora de Parar para avanzar, un libro sobre el Paro.
"Pero, como esto no permite soluciones de fondo, pronto volverá la gente a
la calle", concluye la analista y columnista.

El petitorio del comité del Paro es largo, ambicioso y costoso. Implica cambios en
la estructura del Estado y en el plan de gobierno de Duque. Eso parece imposible
de concretarse.
Pero existen "pañitos de agua tibia", o soluciones temporales. Por ejemplo:
bajarles el costo a peajes y regularizar tarifas de contratación para camioneros;
crear incentivos para el ingreso a la universidad privada; lanzar subsidios a
microempresas y campesinos; promover mecanismos de transparencia para
investigar abusos policiales.

En lo que se refiere a la reforma tributaria los economistas esperan que se


apruebe una ley poco ambiciosa, pero que contente a una mayoría suficiente
para aprobarla y salir del embrollo fiscal que asusta a los mercados.
Con anuncios que vayan en esta línea no se atacan, al menos con ambición, los
problemas que inspiran la protesta social: la desigualdad económica y social, la
militarización de la policía y la falta de resultados del acuerdo de paz con la
guerrilla.

Y la protesta, en este escenario, se reduce por el mero desgaste: "Lo más


probable es que la negociación no se dé sobre la mesa, sino en la calle y bajo
parámetros como el abastecimiento de alimentos y gasolina", dice Jorge Restrepo,
director del CERAC, un centro de estudios sobre violencia.

Un escenario en el que Colombia sigue siendo el mismo país, pero con una herida
más profunda que en cualquier momento vuelve a generar dolor.

OPCIÓN 2: No logran consensos y se profundiza la


violencia
Hay un escenario peor que el anterior: que Colombia entra en una espiral más
violenta que la actual en la que el abuso de la autoridad de las fuerza pública se
conjuga con pequeños ejércitos civiles que luchan por sus intereses ante un
Estado ausente.

Enzo Álvarez, un líder social que ha vivido esta crisis de primera mano, cree que
esto es un escenario factible: "La derecha y los empresarios se empiezan a armar,
consiguen reservistas y aumentan aún más las contradicciones en base a
cuestiones de raza, de estigmatización, de odio".

En algunas zonas de Cali, la resistencia ya se ha convertido en una forma de vida:


organizan el abastecimiento, tienen articulación con pandillas, son apoyados por
población local y deciden quién pasa o no por tal calle. Para evitar eso, coinciden
los expertos, se necesita de políticos creíbles y creativos.
Pero Álvaro Leyva, un veterano político conservador experto en resolución de
conflictos, lo duda: "No veo que estén las figuras necesarias actuando con esa
diligencia. No están en la calle, con la gente. Van a terminar usando a la fuerza
pública para reprimir y vamos a quedar ante una colisión de violencia".

El exministro añade: "Cuando se desborda una situación como esta, las


necesidades se satisfacen través de la violencia, no solo matando sino también
saqueando".

El también excandidato presidencial, que ha participado en varias mesas de


negociación del Estado con grupos armados, ha llegado a promover un adelanto
de las elecciones para evitar este escenario.

"La situación es muy grave y estamos en manos de figuras menores",


concluye.

OPCIÓN 3: Negocian lo fundamental y baja la


tensión
El menos probable de los escenarios, según los analistas, es el más positivo para
el país: uno en el que los diferentes sectores logran llegar a consensos sobre lo
fundamental, generan confianza entre la población y la violencia pasa a ser
cuestión del pasado.

Álvarez, que conoce las demandas de los manifestantes, explica: "Para que se
detenga de verdad la violencia tendría que haber un diálogo abierto en los lugares
más afectados por la crisis y por la violencia policial".

"El gobierno tendría que pedir perdón, sacar a las fuerzas armadas de las
calles y ofrecer programas de inclusión social, sobre todo en el tema de
educación (…) Así creo que le gente le bajaría un poco a la rabia desatada que
tienen porque les mataron al vecino o al amigo", indica.

Restrepo asegura que este sería un escenario en el que el gobierno da un giro,


sorprende y gana la partida: "Que se aceptan los abusos, que se lancen
investigaciones transparentes, que se estructure mejor la respuesta de la policía a
las protestas y que se renuncie a adelantar reformas propias para abrir un
diálogo nacional que genere consensos sobre otras reformas".

El analista le da a este escenario una "probabilidad media, porque el gobierno es


propenso a cometer errores, sobre todo a través del uso de la fuerza, y el comité
del paro es demasiado radical y eso impide los consensos".

A Duque le queda poco más de un año de gobierno. Las elecciones son en mayo
de 2022. De aquí allá el país puede seguir como va, hundirse en una violencia
peor o entrar en una campaña de concertación sobre lo fundamental que impida la
violencia y cambie el país.

Probablemente nadie habría podido imaginarse que eso iba a estar en juego en el
último año de Iván Duque como presidente.

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