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Toda entidad debería complementar su organigrama con un manual de organización

actualizado en el que se tienen que conceder responsabilidades, actividades y cargos, a la


vez que debería entablar los niveles jerárquicos y funcionalidades para todos sus
servidoras y servidores.

La asignación de responsabilidad, la delegación de autoridad y el establecimiento de


políticas conexas, ofrecen una base para el seguimiento de las ocupaciones, fines,
funcionalidades operativas y requisitos regulatorios, incluyendo la responsabilidad sobre
los sistemas de información y autorizaciones para realizar cambios; la delegación de
funcionalidades o labores debería conllevar no únicamente la exigencia de la
responsabilidad por el cumplimiento de los procesos y ocupaciones que corresponden,
sino además la asignación de la autoridad elemental, con el objetivo de que los servidores
logren emprender las actividades más oportunas para realizar su cometido de forma
expedita y eficaz, las soluciones administrativas que se adopten por delegación van a ser
consideradas como dictadas por la autoridad delegante; el encargado va a ser
personalmente responsable de las elecciones y omisiones con interacción al cumplimiento
de la delegación.

La máxima autoridad y los directivos de cada entidad pública reconocerán como


componente sustancial, las competencias expertos de las servidoras y servidores, acordes
con las funcionalidades y responsabilidades asignadas; la competencia incluye el
entendimiento y capacidades primordiales para contribuir a garantizar una actuación
ordenada, ética, eficaz y eficiente, al igual que un óptimo conocimiento de las
responsabilidades personales en relación con el control interno.

Las servidoras y servidores de los organismos, entidades, dependencias del sector público e
individuos jurídicas de derecho privado que dispongan de recursos públicos, mantendrán
un grado de competencia que les posibilite entender el valor del desarrollo, fijación y
mantenimiento de un óptimo control interno y hacer sus funcionalidades para lograr
conseguir las metas y la tarea de la entidad, los directivos de la entidad, especificarán en
los requerimientos de personal, el grado de competencias primordial para los diversos
puestos y labores a realizarse en las zonas que corresponden; del mismo modo, los
programas de capacitación estarán dirigidos a conservar los niveles de competencia
requeridos.
La máxima autoridad de cada entidad, en coordinación con los directivos, establecerá las
medidas propicias, con el fin de que todas las servidoras y servidores reconozca la
responsabilidad que les compete para el correcto desempeño del control interno, tal cual,
las servidoras y servidores participarán activamente en la aplicación y el mejoramiento de
las medidas ya implantadas, así como en el diseño de controles efectivos para las
superficies de la organización donde desempeñan sus tareas, de consenso con sus
competencias y responsabilidades.

La autoridad y el personal de la entidad, dentro de sus competencias, son causantes de la


aplicación y mejoramiento constante del control interno así como establecerá los
mecanismos de interacción entre la gestión primordial y las que operen en localizaciones
geográficamente apartadas.

El control interno debería contemplar los mecanismos y posiciones requeridas a impacto


que las servidoras y servidores de las unidades competidores en la ejecución de los
procesos, ocupaciones y transacciones de la organización, desarrollen sus actividades de
forma coordinada y coherente, con miras a la implementación positiva de la táctica
organizacional para el logro de las metas.

Las servidoras y servidores de las entidades, observarán las políticas institucionales y las
concretas aplicables a sus respectivas zonas de trabajo en el desarrollo y

cumplimiento de sus funcionalidades, las servidoras y servidores observarán las políticas


en general y las concretas aplicables a sus respectivas superficies de trabajo, que hayan
sido emitidas y divulgadas por la máxima autoridad y directivos de la entidad, quienes
además instaurarán medidas y mecanismos propicios para impulsar la integración a las
políticas por ellos emitidas, los niveles de dirección y jefatura se garantizarán de la
incorporación a las políticas institucionales, por medio de el establecimiento de controles
y componentes motivadores adecuados.

La auditoría interna es una actividad libre y objetiva de aseguramiento y asesoría,


concebida para añadir costo y mejorar las operaciones de una organización; evalúa el
sistema de control, los procesos administrativos, técnicos, del medio ambiente, financiero,
legal, operativo, estratégico y administración de peligros.

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