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Nehemías 1:4b-11
Introducción
Una visión es concebida por una ‘carga’. Pero la gestación de la visión se cumple por
medio de la oración. Esto es de vital importancia. Hay muchas visiones que nacen de
pensamientos humanos, pero no son de Dios. Si queremos que nuestra visión sea de
Dios, tenemos que dejar que la visión sea gestada en oración.
¡Todos oramos! Pero no todos oramos bien. Uno de los más grandes desafíos en la
vida cristiana es aprender a orar bien. Una forma de profundizar nuestra vida de
oración es estudiando las oraciones de los grandes siervos de Dios, que hallamos en la
Biblia. Cuando comparamos nuestra forma de orar con las oraciones de la Biblia,
sentiremos una gran vergüenza, y un tremendo desafío a aprender a orar mejor.
Primero debemos notar la frase al fin del v.4, “oré delante1 del Dios de los cielos”. No
siempre oramos así nosotros. No siempre oramos, conscientes de estar en la
presencia de Dios; ante Su mirada. Si fuéramos más conscientes de ello, nuestras
oraciones serían diferentes.
Nehemías estaba acostumbrado a estar en la presencia del rey de Persia. Sabía cómo
comportarse delante de Artajerjes. Sabía que no era asunto de ser chistoso, o
confianzudo, o relajado, o nada por el estilo. La gran dignidad y el poder del rey de
Persia requería un comportamiento adecuado (ver Neh 2:1-2), que incluía la forma de
hablar (ver Neh 2:3, 5, 7). ¿Merecía Dios algo menos?
Su Título: “Dios de los cielos” (v.4b, 5b). Hallamos este título en Jonás 1:9; Dan
2:18; Esdras 5:11-12; Neh 2:4. Estas palabras hablan de la grandeza de Jehová. No
es solo un dios, de una parte de la tierra; sino que es el Dios de los cielos y la tierra.
Sus Atributos: “fuerte, grande, temible, que guarda el pacto y la misericordia” (v.5c).
La primera palabra en hebreo es ‘el’, que generalmente se traduce ‘Dios’; aunque la
palabra en sí significa ‘fuerte’. La RV traduce la palabra literalmente, mientras que
otras versiones traducen, ‘Dios grande y temible’. La combinación de “grande y
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Literalmente, ‘ante el rostro de’.
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temible”, se repite en Neh 4:14. Estos adjetivos nos hacen pensar en la revelación de
Dios en el monte Sinaí, y textos como Deut 10:17; Sal 66:3-5; Nah 1:2-8. Nehemías
habría estudiado pasajes como estos, y su concepto de Dios estaba formado por ellos.
iii. Nehemías detalló los pecados: “En extremo nos hemos corrompido contra ti, y
no hemos guardado los mandamientos, estatutos y preceptos que diste a
Moisés tu siervo” (v.7). Él no trató de excusar los pecados, o disminuirlos; sino
que fue muy honesto, y habló fuertemente.
Esto es tan importante. Al Señor le encanta que le hagamos ‘recordar’ lo que ha dicho
en las Escrituras. Eso muestra una buena actitud de nuestra parte. Indica que
nuestras peticiones no surgen de nuestras propias ideas, sino que surgen de las
mismas promesas que Dios ha hecho.
Peligro: Hoy en día se escucha mucho de líderes visionarios. Lo que preocupa es que
esos líderes visionarios no siempre manifiestan un gran interés en estudiar la Palabra
de Dios, o una disposición de someterse a las instrucciones bíblicas. Pero, si no
tenemos una buena base bíblica, corremos el riesgo de inventar visiones humanistas,
que no siempre serán edificantes para el pueblo de Dios, o realistas.
Dado a que Nehemías conocía bien las Escrituras, él sabía lo que Dios había prometido
hacer – restaurar a Su pueblo (Dan 9:25). Como Dios aun no lo estaba haciendo,
Nehemías se animó a clamar a Dios en oración por ello.
ii. Por todo el prestigio que tenía como copero del rey, Nehemías al fin y al cabo
era simplemente un hombre. Él no podía hacer nada a favor de Jerusalén.
Pero meditó en lo que Dios había hecho por Israel en tiempos pasados (v.10), y
pidió ayuda para dirigirse al rey Artajerjes (v.11). Si algo iba a pasar, era solo
porque Dios, en Su soberanía, lo iba a hacer; no Nehemías.
Aunque Nehemías estaba por hablar con el rey Artajerjes, su confianza no estaba en el
rey de Persia, sino en Jehová, el Rey de reyes. ¿Será por eso que Nehemías describe a
Artajerjes, como “aquel varón” (v.11)?
Conclusión
Nehemías pasó mucho tiempo orando. Necesitamos líderes que sepan orar así. Que
conozcan a Dios profundamente. Necesitamos líderes cuya visión de la obra se geste
en un ambiente de oración.