Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Texto de Planificacion
Texto de Planificacion
PASADO
■■PRESENTE
FUTURO
UNIVERSIDAD
N A C IO N A L
DE COLOMBIA
SEDE B OGOTÁ
FACULTAD DE MEDICINA
D E P A R T A M E N T O DE O B S T E T R IC IA Y G IN E C O L O G ÍA
PÍO IVÁN GÓMEZ SÁNCHEZ, nacido en Bogotá D. C. (Co
lombia), es médico cirujano y especialista en Epidemiología
de la Universidad del Rosario; especialista en Obstetricia y
Ginecología de la Universidad Nacional de Colombia. Realizó
entrenamiento en Salud Sexual y Reproductiva en la Clinique
de Planificaron des Naissances de la Universidad de Laval,
Québec (Canadá) como fellow de la Sociedad Canadiense de
Obstetricia y Ginecología. Actualmente profesor titular y por
más de 20 años vinculado a la docencia en el Departamento
de Obstetricia y Ginecología de la Facultad de Medicina de
la Universidad Nacional de Colombia, en donde además de
docente de Salud Sexual y Reproductiva, se ha desempeñado
como Director del Departamento de Ginecología y Obstetri
cia, Director de Gestión Académica, Director de Posgrados,
Director de la Unidad de Gestión de Proyectos, Vicedecano
(E.) y Decano (E.) y actualmente es Director de Extensión y
lidera el grupo de investigación en salud sexual y reproduc
tiva de la Facultad de Medicina de la Universidad Nacional
de Colombia, categoría A1 de Colciencias.
Anticoncepción:
pasado, presente y futuro
UNIVERSIDAD N A C I O N A L DE C O L O M B I A
30 2 p., il.
C D D -2 1 6 13 .9 4 / 2010
G R U P O D E IN V E S T IG A C IÓ N E N S A L U D S E X U A L Y R E P R O D U C T IV A ,
C A T E G O R ÍA S C IE N T I C O L O M B IA A l
F O T O G R A F ÍA D E L A P O R T A D A :
detalle de fotografía correspondiente a la colección: Madres de barro de la fotógrafa Liliana Lamata.
Liliana Lamata nace en M adrid, España y se cria en Venezuela en el seno de una fam ilia de personajes destacados en
el cine y la televisión, ambiente que ejerció notable influencia en el desarrollo de su vocación profesional, por lo cual
cursa estudios de dirección y producción de televisión. Trabajó en la realización de comerciales, videoclips y cine, y
bajo la experim entada óptica del maestro Ricardo Arm as, recibe clases de fotografía.
Posteriormente hace foto fija para largometrajes con los m ejores directores venezolanos: Desnudo con naranjas de
Luis Alberto Lamata, Una vida y dos mandados de Alberto Arvelo, Pandemónium de Román Chalbaud, Probado en
fu ego de Enrique Lares, entre otras.
Desde siempre se sintió atraída por la estética corporal femenina en las etapas de maternidad y lactancia, pero es
a partir de 1991 que decide explorar, con disciplina, la imagen de la m ujer embarazada, interés que se eleva cuando
Liliana se hace madre.
El m édico colom biano Carlos M artínez, quien ha dedicado parte de su vida a la hum anización de los servicios de
salud, escribió sobre Liliana Lamata:
Liliana es madre, y este sutil detalle la hace sensible a la maternidad. Y disfruta su arte, el arte de la cosecha,
cosecha de im ágenes, imágenes de madres, madres gestantes.
Liliana con su trabajo contribuye a “ hum anizar la gestación humana”. Nos permite el disfrute de cuanto na
turalmente bello hay en la figura de una mujer gestante. Este es su proyecto infinito, inacabable, deslindado,
com o el ser humano, porque el ser hum ano no tiene fronteras es infinito...
Contenido
Prólogo 9
Nota introductoria 13
Parte I
Aspectos generales, normativos e históricos
1 Salud sexual y reproductiva integral, conceptos,
legislación y prioridades 17
2 Historia de la anticoncepción 39
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia 49
4 Consejería, elección informada y consentim iento informado 83
5 Eficacia y adherencia anticonceptiva 95
6 Criterios de elegibilidad en anticoncepción
basados en evidencia 99
Parte II
Anticoncepción no hormonal
7 M étodos de barrera 125
8 M étodos de anticoncepción natural 131
9 Dispositivo intrauterino (DIU) 135
Parte III
Anticoncepción hormonal combinada
10 Anovulatorios orales com binados 143
11 Inyectables m ensuales 15 1
12 Anticoncepción transdérmica 155
13 Anillo mensual anticonceptivo com binado 159
[7]
Parte IV
A n tico n ce p ció n de solo p rogestinas
14 Anticoncepción inyectable trimestral 165
15 Implantes subdérmicos anticonceptivos y píldora
de solo progestina 175
16 D ispositivo intrauterino hormonal (endocepción) 193
Parte V
A n tico n ce p ció n horm onal: im pacto en peso y cán cer
17 ¿La anticoncepción hormonal produce aumento de peso? 199
18 ¿La anticoncepción hormonal tiene efecto oncogénico? 205
Parte VI
A n tico n ce p ció n perm anente
19 Esterilización quirúrgica fem enina 215
20 Anticoncepción m asculina, presente y futuro 223
Parte VII
A n tico n ce p ció n en situ acio n es especiales
21 Anticoncepción de em ergencia 233
22 Anticoncepción posparto 243
23 Anticoncepción posaborto 253
24 Anticoncepción en la adolescencia 259
25 Anticoncepción en la mujer prem enopáusica 267
26 Anticoncepción en mujeres con desórdenes médicos 271
27 Capacitación al personal de salud 281
[8]
Prólogo
[9l
Anticoncepción: p asado, presente y futuro
El libro cuenta, adem ás, con siete grandes secciones: aspectos generales
y norm ativos, anticoncepción no horm onal, anticoncepción horm onal com
binada, anticoncepción solo con progestinas, anticoncepción horm onal y su
im pacto en peso y potencial oncogénico, esterilización quirúrgica y anticon
cepción en situaciones especiales.
En la prim era sección sobre aspectos generales em pieza definiendo la sa
lud sexual y reproductiva, así com o sexo y género y las prioridades en este
cam po, dentro de las cuales identifica la m ortalidad m aterna, la salud sexual
y reproductiva de adolescentes, violencia contra la mujer, la salud sexual y
reproductiva en hom bres, cáncer reproductivo, calidad de servicios; desta
cando en todo m om ento la concepción integral (bio-psico-social) que tiene
de la salud sexual y reproductiva. En esta sección aborda tam bién los aspectos
históricos de la anticoncepción, los diferentes m étodos anticonceptivos exis
tentes, los derechos de las usuarias, la eficacia y adherencia anticonceptiva y
los criterios de elegibilidad basados en evidencias. D estaca la necesidad de
que los m étodos anticonceptivos deben ser ofertados en todos los niveles de
atención com o una form a eficiente de evitar los em barazos no deseados y las
graves consecuencias que de estos se derivan.
La segunda sección sobre anticoncepción no horm onal discute los m é
todos de barrera, entre los cuales describe algunas nuevas m etodologías en
ensayo; los llam ados m étodos anticonceptivos naturales y los dispositivos in
trauterinos. Sobre estos últim os precisa sus m ecanism os de acción y deja m uy
en claro que los D IU no son abortifacientes.
En la tercera sección sobre anticonceptivos horm onales com binados nos
recuerda que son m uy variados, que su com ponente estrogénico es el etinil
estradiol o el m estranol en dosis cada vez m enores y que existen disponibles
una cantidad im portante de progestágenos. Estos anticonceptivos h orm o
nales com binados pueden ser de adm in istración oral, inyectables m ensua
les, de aplicación tran sdérm ica y en form a de anillos vaginales mensuales.
A firm a con razón que estos fárm acos constituyen uno de los m ás grandes
adelantos de la historia m édica en el siglo X X . A parte de los excelentes efec
tos anticonceptivos de los anticonceptivos h orm onales com binados, son re
conocidos sus m uchos efectos benéficos no anticonceptivos, que protegen
la salud de las m ujeres.
La cuarta sección sobre anticoncepción solo a base de progestinas em pie
za discutiendo el inyectable trim estral con m edroxiprogesterona de depósi
to, fárm aco m uy difundido y que la F D A de los Estados Unidos de A m érica
tardó en aceptar su registro, cuando ya existía abundante experiencia de uso
en m uchos países del mundo. Tam bién describe los im plantes subdérm icos,
los m ism os que em pezaron com o un set de 6 barras con levonorgestrel para
aplicación debajo de la piel hasta la disponibilidad de solo una de ellas, cuyo
efecto se prolonga durante tres años. A sí m ism o, describe las píldoras de solo
[10 ]
Prólogo
progestinas a bajas dosis. Sobre estas últim as, ha podido verificarse que las
píldoras con solo desogestrel ofrecen m ás ventajas que aquellas con levonor-
gestrel. Com pleta este grupo de anticonceptivos con el dispositivo intrauteri
no horm onal o endoceptivo, altamente eficaz, con pocos efectos colaterales y
alta satisfacción entre las usuarias.
En la quinta sección deja m uy claram ente establecido que no existen argu
mentos serios que sustenten la relación de la anticoncepción horm onal con
el aumento de peso de las usuarias. En todo caso, solo los anticonceptivos in
yectables pudieran tener alguna relación. Igualm ente discute inform ación ac
tualizada acerca de la relación existente entre el consum o de anticonceptivos
horm onales y el cáncer de m am a, llegando a la conclusión que esta es con fu
sa; pero cuando se evalúa la relación riesgo-beneficio, la balanza se inclina a
favor del uso de los anticonceptivos. En el caso del cáncer de cérvix, existe un
riesgo relativo ligeram ente m ayor en las usuarias de anticonceptivos h orm o
nales. A l m ism o tiempo, queda m uy bien establecido que la anticoncepción
horm onal com binada reduce la frecuencia de cáncer de ovario y endom etrio.
Respecto al cáncer hepático no se ha dem ostrado su relación con su uso.
La sexta sección aborda la esterilización quirúrgica fem enina y la m ascu
lina. Indudablem ente, la esterilización fem enina es uno de los m étodos más
usados en todo el m undo y su m etodología h oy es simple, aún con las técnicas
m odernas, com o es el uso de prótesis a nivel de las trom pas, las m ism as que
pueden ser rem ovidas cuando la m ujer requiere recuperar su fertilidad. M ás
simple es la esterilización m asculina m ediante el uso de la técnica de Li, que
utiliza solo anestesia local y no necesita de incisión. La esterilización m ascu
lina no tiene relación con daños cardiovasculares ni cáncer urológico. Según
el autor, las posibilidades futuras para la anticoncepción m asculina son lim i
tadas y es un área en la que se deberá im pulsar la investigación.
En la séptim a sección sobre anticoncepción en situaciones especiales se
elabora una cuidadosa actualización en anticoncepción de em ergencia, des
pejando toda duda de que este tipo de anticoncepción es abortiva; m uy por
el contrario, protege contra el em barazo no deseado a través de alteraciones
del proceso previo a la fecundación. A sí m ism o, en esta sección trata la an
ticoncepción posparto y posaborto com o un recurso adicional para am pliar
las coberturas y para evitar el em barazo que no se ha planeado. E l uso de
la am enorrea de la lactancia es otro m étodo anticonceptivo que cuando es
correctam ente usado ofrece a la m ujer una excelente protección. Espacio im
portante ocupa lo relativo a la anticoncepción en la adolescencia, la m ism a
que debe am eritar un program a de educación y de servicios de salud sexual
y reproductiva específico. En esta últim a sección se aborda la anticoncepción
en la m ujer prem enopáusica, etapa crucial y de riesgo de em barazo para las
mujeres; anticoncepción en m ujeres con desórdenes m édicos en que destaca
Anticoncepción: pasado, presente y futuro
[12 ]
Nota introductoria
[13]
Anticoncepción: p asado, p resente y futuro
[14 ]
Parte I
[15]
1.
[17]
Parte I A spectos gen erales, norm ativos e históricos
[18 ]
1 Salud sexual y reproductiva integral,
conceptos, legislación y prioridades
Mortalidad materna
En Latinoam érica y el Caribe, de cada 130 m ujeres em barazadas, una m o
rirá por eventos evitables. Se calcula más de m edio m illón de m uertes m ater
nas anuales, de las cuales el 99% suceden en nuestros países em ergentes y tan
sólo el 1% en países industrializados. Las metas en salud (com o po r ejemplo,
la reducción a la m itad de la m ortalidad materna) que se tenían para el año
2000 no se cum plieron y hoy en pleno siglo X X I las m ujeres em barazadas
siguen m uriéndose.
El aborto inseguro ocasiona globalm ente el 13% de las m uertes m aternas.
Se sabe que 46 m illones de m ujeres en todo el m undo presentan abortos cada
año. De estas m ujeres, 78% viven en países en desarrollo y 22% en países desa
rrollados. La O rganización M undial de la Salud y otras instituciones estim an
que en A m érica Latina existen las tasas m ás altas de aborto inseguro en el
m undo: 4.6 m illones de abortos inseguros tienen lugar anualmente, es decir,
que 40 de cada m il m ujeres en edad reproductiva tienen abortos inseguros. El
aborto inseguro causa un cuarto de las m ujeres m aternas en la región, 6.000
cada año.
[19 ]
Parte I A spectos gen erales, norm ativos e históricos
D esde 1990, el núm ero estim ado al año de muertes maternas en el m undo
prácticam ente no ha variado. Globalm ente la m ortalidad m aterna ha dism i
nuido m enos del 1% anualm ente entre 1990 y 2005, m uy por debajo del 5,5%
de reducción anual necesaria para cum plir con el quinto objetivo de desarro
llo del m ilenio.
C olom bia ocupa el cuarto lugar entre los países de Suram érica con índices
m ás altos de m ortalidad m aterna, después de Bolivia, Perú y Paraguay, con
una tasa de 73,1 por cada 10 0 .0 0 0 nacidos vivos; pero al desagregar por regio
nes, encontram os cifras com o las de G uainía (386), C hocó (250), La Guajira
(131) o C auca (125). Es un dato paradójico cuando para el año 2005 nuestro
país tenía una cobertura de control prenatal del 93,5% y el 95,8% de los con
troles los realizan profesionales de la m edicina y enferm ería en las ciudades y
87,5% en zonas rurales. A dem ás, el parto es 97,5% institucional en las ciudades
y 78% en la zona rural, y quien atiende los partos es personal idóneo en el 97,1
y 76,6%, respectivam ente.
La m ortalidad m aterna es apenas la punta del iceberg que representa una
problem ática m ucho m ás com pleja. C om o profesionales de la salud, nos ha
tom ado m ucho tiem po com prender la epidem iología de la enferm edad y
la m uerte - a s í com o grabarn os las fallas en presencia de los servicios de
sa lu d - dentro de un contexto m ucho m ás am plio de derechos hum anos y
cam bio social.
Problemática de adolescentes
El 29,6% de la población colom biana es m enor de 15 años y el 45% vive bajo
línea de pobreza. Se ha reportado cada vez una actividad sexual más tem pra
na pero lam entablem ente con una baja prevalencia de uso anticonceptivo (en
gran parte por m itos hacia los m étodos del personal de salud). M ientras en el
país la necesidad insatisfecha en anticoncepción es de 6%, en las adolescentes
es casi tres veces m ayor (16%).
En Colom bia, a pesar de haber cada vez m ás opciones anticonceptivas, 210
de cada 100 m ujeres adolescentes han tenido hijos(as) o están em barazadas,
y 6 de cada 10 em barazos son no planeados. El em barazo en adolescentes
especialm ente se ve en las m ujeres m ás vulnerables: pobres, de zonas rurales,
con el m enor nivel educativo y en las zonas de conflicto.
C o m o se sabe, el em barazo en la adolescencia se relaciona con la pobreza
y, a su vez, engendra más pobreza. M uchas adolescentes dejan sus estudios,
reciben castigos sociales, tienen m enor autonom ía económ ica y aumenta la
posibilidad de m orbim ortalidad. En gran parte refleja la cultura m achista y
confesional predom inante en nuestro país, donde la m aternidad es el único
y m ás válido proyecto de vid a, lim itándose el acceso a la anticoncepción m o
derna y a proyectos de vida sin hijos(as).
[2 0 ]
1 Salud sexual y reproductiva integral,
conceptos, legislación y prioridades
Violencia
La violencia intrafam iliar, y dentro de esta la violencia contra la m ujer,
ha estado presente en toda la historia de la hum anidad, pero solam ente se
consideró com o un problem a colectivo desde hace cerca de tres décadas. En
1993, las Naciones Unidas adoptaron la prim era definición internacional de
violencia en contra de la mujer, la cual incluye “cualquier acto de violencia b a
sada en género que tenga com o consecuencia, o posibilidades de tener com o
consecuencia, perjuicio o sufrim iento en la salud física, sexual o psicológica
de la mujer, incluyendo am enazas de dichos actos, coerción o privaciones
arbitrarias de su libertad, tanto si se producen en la vida pública com o en la
privada”.
Se estima que la prevalencia m undial de m altrato a la m ujer oscila entre
16 y 30%. En C anadá, 29% de las m ujeres de 18 a 40 años afirm an haber sido
agredidas físicam ente por su com pañero actual o anterior desde los 16 años
de edad. En A m érica Latina hay datos de m altrato conyugal en Chile, donde
el 26% de las m ujeres entre 22 y 55 años inform aron ser víctim as de al m enos
un episodio de violencia por parte de su com pañero, y el 15% reportaron un
episodio de violencia de m ayor gravedad.
En Colom bia, según cifras del Instituto N acional de M edicina Legal y
Ciencias Forenses, en el 2003 se presentaron 8677 casos de violencia contra la
m ujer y 2580 delitos sexuales. Para el año 2005 se reportó en C olom bia que
el 39% de las m ujeres alguna vez sufrieron agresiones físicas po r parte de su
com pañero; el 85% de las m ujeres que alguna vez fueron objeto de violencia
física se quejaron de secuelas físicas o psicológicas y la m itad de los casos de
violencia intrafam iliar ocurre en adolescentes.
En la actualidad, la violencia contra las m ujeres se presenta en todos los
países y grupos sociales, culturales, económ icos y religiosos. Según un in
forme del Banco M undial, las violaciones y la violencia contra las m ujeres
suponen una pérdida del 5% de los años de vid a saludables en edad reproduc
tiva. En Canadá, este tipo de violencia conlleva un gasto de 1.600 m illones de
dólares anuales, incluyendo atención m édica de las víctim as y pérdida de la
productividad. En Estados U nidos se han calculado pérdidas anuales entre
10.000 y 67.000 m illones de dólares por estas m ism as razones.
[21]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
Problemática en hombres
E n C olom bia, la cultura m achista no solo afecta a las m ujeres sino también
a los hom bres. Baste m encionar las siguientes estadísticas nacionales:
• La relación de muertes violentas hom bre-m ujer es de 14 a 1.
• En nuestro país, el 88% de las víctim as de muertes violentas son h om
bres entre 25 y 34 años.
• El 79% de los suicidios se da en hombres (relación 4:1).
• El 79% de los accidentes de tránsito con víctim as fatales son ocasiona
dos por hombres.
[22]
1 Salud sexual y reproductiva integral,
conceptos, legislación y prioridades
Otras prioridades
Cáncer reproductivo
H ay que resaltar la im portancia del diagnóstico precoz del cáncer de seno
y cérvix en la mujer, así com o el cáncer de próstata y testículo en el hombre.
Se debe trabajar en la concienciación de la población y personal de salud
sobre la im portancia de diagnóstico precoz y tratam iento oportuno de estas
entidades.
[23]
Parte I A sp ectos gen erales, norm ativos e históricos
Prevención de infecciones
A unque hace parte de servicios de calidad, querem os tratarlo com o un
punto aparte para enfatizar que las prácticas inadecuadas de prevención de
infecciones son causantes de tasas inaceptablem ente altas de m orbilidad y
m ortalidad de las m ujeres. La iniciativa de M aternidad Segura sugiere que
actualm ente el 15% de la m ortalidad m aterna global se atribuye a infecciones
nosocom iales.
M uchos de los triunfos de la salud pública del siglo pasado se debieron
directam ente a las prácticas efectivas de prevención de infecciones. M edidas
tan simples com o el lavado de m anos, uso de soluciones de cloro y m ane
jo adecuado de los desperdicios redujeron significativam ente la m ortalidad
materna, enferm edades infecciosas en los niños y enferm edades adquiridas
en hospitales. Por ejem plo, en Estados Unidos se produjo una reducción del
98% en la m ortalidad m aterna y un 70% en las muertes m aternas atribuibles a
infecciones com o resultado del m ejoram iento en las prácticas de prevención
de infecciones. ¿Som os conscientes de la im portancia de prácticas adecuadas
de prevención de infecciones para proteger a nuestras usuarias y a nosotros
m ism os? Si es así, ¿entonces por qué en m uchas de nuestras instituciones no
lo hacem os, si adem ás son m edidas poco costosas?
Reflexionem os sobre nuestro quehacer diario:
¿Nos lavam os las m anos antes y después de atender una usuaria? ¿Usamos
soluciones de cloro para descontam inar los elementos que han tenido contac
to con secreciones o sangre? ¿Usam os anteojos protectores?
O jalá todas las respuestas fueran afirm ativas, pero lam entablem ente este
tem a de prevención de infecciones debe estar perm anentem ente en la agenda
de cada institución para hacer un trabajo continuo de sensibilización, capaci
tación y supervisión del personal de salud.
Atención integral
D ebem os aunar esfuerzos para que la atención en salud sexual y repro
ductiva sea verdaderam ente integral, es decir, que se vea a la persona en sus
com ponentes biológicos, psicológicos, sociales y am bientales. Por desgracia,
el enfoque desde la m edicina ha sido convencionalm ente m uy biologista y es
necesario replantearlo.
Las instituciones y los(as) prestadores(as) de servicios de salud debemos
esforzarnos por brindar una atención de alta calidad hum ana y profesional,
aprovechando los m om entos de contacto con las usuarias para darles aseso
ría integral en salud sexual y reproductiva. A sim ism o, debemos trabajar en
[24 ]
1 Salud sexual y reproductiva integral,
conceptos, legislación y prioridades
Legislación internacional
En el ámbito internacional podem os m encionar resum idam ente el aporte
de algunas de las principales reuniones m undiales que nos aportan conceptos
im portantes en salud sexual y reproductiva:
1 La D eclaración Universal de los Derechos H um anos en 1948, que entre
otras cosas proclam a: “ Toda persona, sin distinción de sexo, es titular
de todos los derechos y libertades que fija esta declaración ..
2 La O rganización de las Naciones Unidas decreta entre 1975 y 1985, la
Década Internacional de la Mujer, recom endando a los países integrar
a las m ujeres de m anera form al al desarrollo a través de la educación,
planificación fam iliar y de m ayor atención a sus condiciones de vu ln e
rabilidad.
3 La Prim era Conferencia M undial sobre la Mujer, realizada en M éxico
en 1975, aprueba el plan de acción para el m ejoram iento de la condición
de las mujeres.
4 La Asam blea General de las N aciones Unidas aprueba en 1979 la C o n
vención sobre la elim inación de todas las form as de discrim inación
contra la mujer, la cual fue firm ada por la m ayor parte de nuestros
países latinoam ericanos. Esta relaciona directam ente la planificación
fam iliar con el derecho a la salud, reconoce el papel protagónico de la
m ujer en la reproducción hum ana y social, hace explícito el derecho
específico a la elección reproductiva y considera que mientras las m uje
res no logren una igualdad dentro del m atrim onio, en la vida fam iliar y
social, se verán limitadas en el ejercicio de sus derechos reproductivos.
5 En la ciudad de C openhague se reúne la Segunda conferencia m undial
sobre la m ujer en 1980, para revisar los logros de la prim era m itad de
la década de la mujer.
6 La Tercera Conferencia m undial sobre la m ujer se realiza en Nairobi
para hacer el balance de los logros alcanzados en la década de la mujer.
[25]
Parte I A sp ectos gen erales, norm ativos e históricos
[26]
1 Salud sexual y reproductiva integral,
conceptos, legislación y prioridades
[27]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
Legislación nacional
Refiriéndonos en concreto a Colom bia, resum irem os una serie de eventos
que m uestran el desarrollo norm ativo en salud sexual y reproductiva del país.
• Ley 28 /1932. Concede a la m ujer capacidad jurídica, pudiendo m anejar
con autonom ía los bienes del m atrim onio.
• Decreto 1972 de 1933. Permite el ingreso de la m ujer a la universidad y
la posibilidad de trabajo remunerado.
• Ley 45 de Filiación Natural de 1936. Se faculta a la madre para ejercer
patria potestad sobre sus hijos naturales y solicitar alimento. Se estable
ce sistema de investigación de paternidad.
• Reform a Constitucional de 1945. Se otorga la ciudadanía a la m ujer a
los 21 años y el derecho a ser elegida en cargos de responsabilidad p o
lítica.
• Plebiscito de 1954. O torga el derecho de la m ujer al voto y ratifica la
igualdad de derechos políticos; sin embargo, hasta 1957 ejercen su de
recho. (En Latinoam érica es de anotar que, excepto Perú, que otorgó el
derecho al voto a la m ujer en 1979, N icaragua (1955) y Paraguay (1961),
los dem ás países lo habían hecho m ucho antes que Colom bia: Ecuador
(1929), Brasil y U ruguay (1932), C uba (1934), República D om inicana
(1942), Panam á (1946), Argentina y Venezuela (1947), C hile y Costa
Rica (1949), El Salvador (1950), Bolivia (1952) y M éxico (1953).
• Ley 54 de 1962. A m para el principio de igual rem uneración por igual
trabajo.
• Decreto 2820 de 1974, dictado por el presidente A lfonso López M ichel-
sen, denom inado el “ Estatuto de la igualdad de derechos entre el h om
bre y la m ujer”. Establece iguales derechos para hombres y mujeres, se
otorga la dirección conjunta de la patria potestad y en general de los
derechos sobre los bienes.
• Ley ía de divorcio de 1976, por la cual se establece el divorcio en el
m atrim onio civil y se regula la separación de cuerpos y de bienes en
el m atrim onio civil y en el canónico, y se m odifican algunas dispo
siciones de los códigos civiles y de procedim iento civil en materia de
derecho de familia. Perm ite a la m ujer suspender la vida en com ún por
maltrato, infidelidad, etc.
• 1980. Se crea el C onsejo colom biano de integración de la mujer.
• Ley 51 de 1981. Reglam entada po r el Decreto Nacional 1398 de 1990,
por m edio de la cual se aprueba la “Convención sobre la elim inación
de todas las form as de discrim inación contra la m ujer”, adoptada por la
[2 8 ]
1 Salud sexual y reproductiva integral,
conceptos, legislación y prioridades
[29]
Parte I A spectos gen erales, norm ativos e históricos
• Ser inform ada acerca de los procedim ientos legales que se deriven del
hecho punible.
• Ser inform ada de los servicios disponibles para atender sus necesidades.
• Tener acceso a un servicio de orientación y consejería gratuito para ella
y su fam ilia, y con personal calificado.
• Tener acceso gratuito a los siguientes servicios:
1 Exam en y tratam iento para la prevención de infecciones transm i
tidas sexualmente, incluido el V IH /SID A .
2 Exam en y tratam iento para traum a físico y emocional.
3 Recopilación de evidencia médico-legal.
4 Ser inform ada sobre la posibilidad de acceder a la indemnización
de los perjuicios ocasionados por el delito”.
[30 ]
1 Salud sexual y reproductiva integral,
conceptos, legislación y prioridades
[31I
Parte I A spectos gen erales, norm ativos e históricos
[32]
1 Salud sexual y reproductiva Integral,
conceptos, legislación y prioridades
[33]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
b Buena calidad
Para que un program a de salud sexual y reproductiva sea de buena calidad
debe contar con un profundo respeto po r el(la) usuario(a), y debe haber un
seguim iento apropiado.
[34 ]
1 Salud sexual y reproductiva integral,
conceptos, legislación y prioridades
Estas metas pueden ser com plem entarias pero no siem pre com patibles;
por ejemplo, la equidad puede llevar a buscar increm entar el acceso a servi
cios básicos de cuidado obstétrico o de anticoncepción a poblaciones del área
rural más lejana y m enos favorecida de un país, pero esto puede ser m enos
eficiente en térm inos de costo por persona, si com param os con las m ism as ac
tividades en poblaciones m ás densas, con m ayor nivel educativo y que asisten
[35]
Parte I A spectos gen erales, norm ativos e históricos
m ás a los servicios. Existen diferentes estrategias que cada país puede desa
rrollar para alcanzar estas m etas, las cuales no analiza este capítulo.
Uno de los puntos m ás críticos en la reform a del sector salud es que usual
m ente afecta los intereses de profesionales de la m edicina, la enferm ería,
com pañías de seguros e incluso O N G , ya que puede afectar entre otros:
• Los ingresos del personal de salud
• D ónde y cóm o se brindan los servicios
• La cantidad de dinero que las personas gastarán en cuidado de la salud
• Qué proveedores(as) pueden ofrecer cuáles servicios
• Qué O N G tendrán m ayor o m enor papel
• Com petencia entre sector público y privado
[36 ]
1 Salud sexual y reproductiva integral,
conceptos, legislación y prioridades
[37]
2.
[39]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[4 0 ]
2 Historia de la anticoncepción
bario en form a de “ T ” ideado por Tatum, decide agregarle cobre con el fin de
obtener m ayor efectividad y así se inicia la era de la segunda generación de
dispositivos, los llam ados bioactivos.
Los peligros que representa para la sociedad el ilim itado aum ento de la
población fue vagam ente reconocido por escritores antiguos, hasta que el clé
rigo y econom ista inglés Thomas M althus hizo la prim era form ulación clara
del problem a en su obra: “ Un ensayo sobre el principio de población y cóm o
afecta el futuro m ejoram iento de la sociedad”.
[4 1]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[4 2 ]
2 Historia de la anticoncepción
[43]
Parte I A sp ectos gen erales, norm ativos e históricos
[4 4 ]
2 Historia de la anticoncepción
2 Posteriormente la sigla AVSC significaba Access for Voluntary and Safe Con
traception, y desde marzo de 1998 la institución cambió su nombre a Engender
Health. La oficina de Bogotá se cerró en el año 2003.
[45]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[4 6 ]
2 Historia de la anticoncepción
[47]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[4 8 ]
3.
[49]
Parte I A spectos gen erales, norm ativos e históricos
Ley 10 de 1990
Por m andato presidencial se ordena reorganizar el Sistema N acional de
Salud, trazando nuevas políticas para este sector, cuya m eta es el bienestar de
la población colom biana, im pulsando una cultura de la salud que prom ueva
cam bios en el estilo de vida y en los com portam ientos individuales y colecti
vos, de tal form a que contribuyan a m antener la población sana, por lo que se
iniciaron program as com o:
1 D escentralización de los servicios: transfiriendo a las entidades territo
riales el control de las instituciones del sector, ampliando la cobertura
de los servicios de salud para que respondan a las expectativas y nece
sidades de cada com unidad.
2 M oralización administrativa.
3 Reform a institucional y reestructuración del M inisterio de Salud.
4 A lta calidad y hum anización en los servicios.
5 Creación de la Red N acional de Urgencias.
6 Protección de la m aternidad, lactancia natural y salud infantil.
7 Cam pañas especiales para com batir el cólera, prevención y control del
SID A , y control y erradicación de las enferm edades tropicales com o la
malaria.
[50]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
[51]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[52]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
[53]
Parte 1 Aspectos generales, normativos e históricos
[54]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
CONSIDERANDO:
Que con base en el “Estudio sobre el ajuste y costeo de la oferta anticon
ceptiva en el Plan Obligatorio de Salud” presentado por la Dirección Genera
de Salud Pública del Ministerio de la Protección Social, el Comité de Medi-,
camentos y Evaluación de Tecnología encontró que la inclusión en el Plan
Obligatorio de Salud de medicamentos anticonceptivos hormonales, desde el
punto de vista médico y económico contribuye al desarrollo de la Política
Nacional de Salud Sexual y Reproductiva y ahorra costos al Sistema, por lo
cual el Comité recomendó al Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud,
aprobar su inclusión en el Plan de Beneficios del Régimen Contributivo y del
Régimen Subsidiado sin incrementar la UPC;
Que el Consejo Nacional de Seguridad Social en Salud, mediante Acuerdo
380 de diciembre 14 de 2007, aprobó la inclusión de algunos métodos tempo
rales de anticoncepción en el Plan de Beneficios del Régimen Contributivo y
del Régimen Subsidiado;
[55]
Parte I A spectos gen erales, norm ativos e históricos
RESUELVE:
Artículo i°. Adóptese la actualización de la Norma Técnica para la Aten
ción en Planificación Familiar a Hombres y Mujeres, la cual tiene por objetivo
brindar a estos y a las parejas en edad fértil, la información, educación y mé
todos necesarios para dar respuesta a sus derechos reproductivos y ampliar el
abanico de opciones anticonceptivas apropiadas para sus necesidades y pre
ferencias, así como contribuir a la disminución de gestaciones no deseadas, la
cual hace parte integral de la presente resolución.
Artículo 2o. La actualización de la Norma Técnica para la Atención en
Planificación Familiar a Hombres y Mujeres, que se adopta a través de la pre
sente resolución establece las actividades, procedimientos e intervenciones
costo-efectivas de obligatorio cumplimiento a desarrollar en forma secuencial
y sistemática en la población afiliada. Igualmente, determina las frecuencias
mínimas anuales de atención y los profesionales de la salud responsables y
debidamente capacitados para el desarrollo de las mismas.
Artículos 3°. La presente resolución rige a partir de la fecha de su publica
ción y deroga las disposiciones que le sean contrarias.
Publíquese y cúmplase.
Dada en Bogotá, D. C., a 3 de marzo de 2008.
El Ministro de la Protección Social,
Diego Palacio Betancourt.
Anexo técnico
1. Justificación
Colombia ha sido considerado uno de los países latinoamericanos más exi
tosos en lograr un descenso rápido en su tasa de natalidad. A este hecho han
contribuido entre otros: la rápida urbanización, el aumento de la escolaridad
y la gran aceptación de la planificación familiar por parte de la comunidad.
Sin embargo, a pesar de la alta prevalencia en el uso de métodos mostrada
en la última Encuesta de Demografía y Salud (ENDS, 2005) [1], existe una
[56]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
2. Objetivos
• Ofrecer a hombres, mujeres y parejas en edad fértil la información, edu
cación y opciones anticonceptivas apropiadas para una elección y uso infor
mado del método que más se ajuste a sus necesidades y preferencias, contri
buyendo a la disminución de gestaciones no deseadas, mortalidad materna y
demás complicaciones.
[ 57 ]
Parte I A sp ectos gen erales, norm ativos e históricos
3. Población beneficiaría
Los beneficiarios de esta norma son todos los hombres y mujeres en edad
fértil afiliados a los regímenes contributivo y subsidiado. Esta norma podrá
servir de marco de referencia y aplicación de métodos de planificación para
aquellos proveedores que dispensen atención a la población no asegurada.
4. Definición
Esta norma técnica se refiere al conjunto de actividades, procedimientos
e intervenciones dirigidas a hombres y mujeres en edad fértil, dentro de los
cuales se encuentra la información, educación, consejería en anticoncepción
y el suministro del método, para que las personas o parejas ejerzan el derecho
a decidir libre y responsablemente, si quieren o no tener hijos, así como su
número y el espaciamiento entre ellos.
5. Características de la atención
Las siguientes actividades, procedimientos e intervenciones conforman las
normas básicas mínimas que deben ser realizadas por las instituciones res
ponsables de la atención en planificación familiar a hombres y mujeres, las
cuales deben tener capacidad resolutiva y un equipo de salud capacitado para
brindar atención integral humanizada y de calidad, que garantice la informa
ción, educación, consejería y oferta anticonceptiva a libre elección informada
al hombre, mujer o pareja, así como su seguimiento.
Además de la obligación administrativa y técnica, estas normas implican
por parte de sus ejecutores un compromiso ético para garantizar los derechos
reproductivos y la protección anticonceptiva de hombres y mujeres en edad
reproductiva.
Las actividades, procedimientos e intervenciones incluidos son:
• Consulta de primera vez de planificación familiar.
• Elección y suministro de métodos de planificación familiar.
• Consulta de control o seguimiento en planificación familiar.
[ 58 ]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
[5 9 ]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[6 0 ]
3 Antlconcepción y su legislación en Colom bia
Cuadro 2. C ategorías para antico n cep ció n q uirú rgica m ascu lina y fem enina - O M S
A Aceptar No hay razones médicas para negar la esterilización
a una persona en esta condición.
[6 1]
I A sp ectos gen erales, norm ativos e históricos
Clase B: Tiene sentido médico en algunos casos para uso seguro de planificación
familiar, pero no puede ser apropiado para todos los clientes en todos los casos.
Clase C: Puede ser apropiado como una acción preventiva en salud, pero no está
relacionado directamente con el uso seguro de métodos de planificación familiar.
H orm onales
Im plantes
com binados Inyectables M étodos
subdérm i- Esterilización Esterilización
Procedim ientos (anovulatorios trim estrales de D IU -C u
fem enina m asculina
orales e inyecta (A M P D ) barrera
píldora
bles m ensuales)
Clase A para diafragmas. 7. La consulta es una buena idea, pero no siempre puede ser
Búsqueda de antecedentes de ITS. Por antecedentes es Clase A. posible con ventas libres de condones y espermicidas. Sin
Pruebas para determinar hemoglobina, así como glucosuria, embargo, Clase A para diafragmas.
son Clase B. 8. Puntos a incluir: comportamiento con alto riesgo; uso de
Clase A es para ajuste del diafragma. condones para doble protección.
Incluye instrucciones para píldoras olvidadas. 9. Para orales D e inyectables A.
Puntos a incluir, método permanente, antes de la operación y
recuperación e instrucciones para después de la cirugía.
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
[63]
Parte I A sp ectos gen erales, norm ativos e históricos
[6 4 ]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
[65]
Parte I A sp ectos gen erales, norm ativos e históricos
[6 6 ]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
[67]
Parte I A sp ectos gen erales, norm ativos e históricos
Eficacia de la AE
La eficacia comparativa de los dos regímenes hormonales (combinado y de
solo progestinas) ha mostrado que el uso de Levonorgestrel solo, evitó el 85%
de los embarazos que hubieran ocurrido sin A E, mientras que el régimen de
Yuzpe solo había evitado el 57% [10].
[6 8 ]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
[69]
Parte I A sp ectos g en erales, norm ativos e históricos
C O N D ICIÓ N CATEGORÍA
EMBARAZO* NA
LACTANCIA 1
ANTECEDENTE DE EM BARAZO ECTÓ PICO 1
HISTO RIA DE CO M PLICACIO N ES CARDIACAS SEVERAS (enfermedad 2
isquémica cardiaca, ACV, otras condiciones tromboembólicas)
ANGINA DE PECHO 2
M IGRAÑA 2
ENFERMEDAD HEPÁTICA SEVERA (INCLUYE ICTERICIA) 2
USO REPETITIVO DE AE** 1
V IO LA C IÓ N 1
* A u n q u e este m é to d o no se in dica para una m ujer con un em barazo conocido o con sospecha, no hay ningún
* * El uso de AE re p etitiva m e nte es una indicación para llevar a cabo una adecuada consejería y recurrir a otras
opciones anticonceptivas. El uso de AE frecue n te m e nte puede ser dañino para las mujeres con condiciones
[7 0 ]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
[7 1]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[72]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
Period icidad de los co n tro les según m étodo antico n cep tivo
M ÉTO DO PERIODICIDAD
Naturales Cada año
Amenorrea de la lactancia: A los tres meses posparto
Hormonales A los tres meses y luego cada año
Implante subdérmico Al mes y luego cada año
DIU de intervalo: Al mes y luego cada año
En la consulta de puerperio, al tercer
DIU intracesárea 0 posparto inmediato
mes del posparto y luego cada año
DIU posaborto: Al mes y luego cada año
Esterilización quirúrgica A la semana y luego a los tres meses
masculina: (vasectomía) con recuento espermático
Esterilización quirúrgica femenina
A la semana
(oclusión tubárica bilateral)
[73]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
5.5.2 Derechos
Los derechos sexuales y reproductivos se basan en los derechos humanos
que se describen a continuación.
• Información: Todas las personas tienen derecho a solicitar, recibir e im
partir información. En el caso de planificación familiar, la(el) usuaria(o) tiene
derecho a recibir información completa sobre todos los métodos de planifi
cación familiar.
• Libertad: Es la capacidad de hacer elecciones básicas sobre la vida y la
atención en salud en general, que incluye la salud sexual y reproductiva.
• Privacidad: En la vida personal y familiar. Las decisiones sobre la salud
sexual y reproductiva, incluido el tamaño de la familia son de carácter pri
vado, pues estas se toman teniendo en cuenta los valores, las necesidades, la
familia, el bienestar social, la religión y las circunstancias personales relacio
nadas con la salud.
• Vida libre de daño: Vivir exento de daño proviene del derecho a la se
guridad que tiene el usuario en todos los procedimientos que se le realicen
como el caso de los métodos de planificación familiar definitivos sin excluir
los demás métodos.
• Igualdad: Sin discriminación de raza, color, sexo, idioma, religión, políti
ca, opiniones, origen nacional, origen geográfico, nivel socioeconómico u otra
condición, es decir, se le brinda un trato digno. Los métodos de planificación
familiar deben ser dados a conocer en todos los ámbitos para que de esta m a
nera sean accesibles a todas las personas que los soliciten.
• Justicia sanitaria: Se garantiza el derecho al nivel más alto de salud física
y mental que se pueda obtener. La usuaria(o) ejerce este derecho cuando puede
[74]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
[75 ]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[76]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
[7 7 ]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[7 8 ]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
8. Indicadores de seguimiento
Los indicadores definidos para el monitoreo de esta norma técnica son:
- Cobertura de la consulta de planificación de primera vez para hombres
y mujeres.
- Cumplimiento de la consulta de control de planificación familiar según
método elegido.
- Cumplimiento en la realización de esterilización femenina.
- Cumplimiento en la realización de esterilización masculina.
- Prevalencias de uso según método escogido y suministrado por pobla
ción beneficiaría según sexo y edad.
Referencias bibliográficas
[1] Encuesta Nacional de Demografía y Salud. Profamilia. Ed: Printex im
presores. Bogotá, Colombia. 2000: 53-70.
[2] Política Nacional de Salud Sexual y Reproductiva. Minprotección Social.
Colombia, 2003.
[3] World Health Organization. Medical elegibility Criteria for contracepti
ve use. 3d Edition. Geneva, 2004.
[4] Gómez PI. Capítulo 165: Anticoncepción de emergencia. En Texto de
obstetricia y ginecología. Sociedad Colombiana de Obstetricia y Gine
cología. Primera edición. Ed. Distribuna. 2004: 844-847.
[5] Recomendaciones sobre prácticas seleccionadas para el uso de anticon
ceptivos. Segunda edición. Organización Mundial de la Salud. Ginebra,
Suiza. 2005.
[6] Gómez Sánchez PI. Autonomía de los cuerpos. Anticoncepción, una he
rramienta. Bogotá D. C. Colombia. 2007.
[79]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[7] Raymond E., Trussell J., Polis C. Population effect o f increased access to
emergency contraceptive pills. A systematic review. Obstetrics and Gy
necology. 2007; 109:181-188.
[8] Polis CB, Schaffer K, Blanchard K, Glasier A, Harper CC, Grimes DA.
Advance provision o f emergency contraception for pregnancy preven
tion (full review). Cochrane Database o f Systematic Reviews 2007, Issue
2. Art. No.: CD005497. DOI: 10.1002/14651858.CDoo54497.pub2.
[9] Profamilia, Oficina asesora de derechos sexuales y reproductivos. Octu
bre 26 de 2005.
[10] World Health Organization. Randomized controlled trail o f levonorges-
trel versus yuzpe regimen o f combined oral contraceptive for emergency
contraception. Lancet 1998; 352:428-33.
[11] Medical and service delivery guidelines for sexual and reproductive
health services. Third edition. International Planned Parenthood Fede
ration. United Kingdom. 2004.
[12] Guía para la atención en planificación familiar a hombres y mujeres. M i
nisterio de la Protección Social. Mayo de 2007. Colombia. 2007:524-535.
[13] EngenderHealth. Currículo de Consejería. New York, 2004.
[14] EngenderHealth. Elección Informada. New York, 2002.
[15] Lisann Redimo A, Pinkerton S, Cohen D, Farley T. Condom distribu
tion: a cost-utility analysis. International Journal o f STD & AIDS. 2002;
13: 384- 392-
(C.F.)
NOTA: Publicada en el Diario Oficial 46.923 de marzo 06 de 2008.
[8 0 ]
3 Anticoncepción y su legislación en Colom bia
[ 8 l]
4.
[83]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
evitar que esto suceda y quien finalm ente elija y tom e su propia decisión sea
la persona interesada, se desarrolló un concepto que aunque em erge para ser
aplicado en situaciones especiales de salud, com o la anticoncepción, debe
aplicarse en todas las situaciones de salud, y se refiere a la consejería.
A sí m ism o, el(la) profesional de la salud siem pre ha tenido la preocupa
ción de saber cóm o establecer una adecuada relación entre el proveedor de la
salud y el(la) usuario(a) que solicita atención y tiene que tom ar una decisión
acerca de su bienestar. Para ello partirem os de dos preguntas que brindan
elem entos im portantes para analizar algunas de las inquietudes, estas son:
¿C óm o actuar? ¿Q ué conocim ientos poseer?
Los interrogantes pueden surgir cuando el profesional de la salud com o
individuo se cuestiona acerca de: ¿cóm o quisiera que le hablaran, le respon
dieran, cóm o quisiera ser atendido(a)? Esto es válido para todos los m om en
tos en las relaciones con los demás: en el ámbito de la salud, en una reunión
científica, social, en la casa, en el trabajo, en el sitio donde se com parte. C on
esto se quiere decir que la relación se convierte en buena o m ala en el m ism o
m om ento en que la actitud sea positiva o negativa. D e esta serie de inquietu
des surgió lo que hoy llam am os consejería.
El térm ino consejería proveniente del inglés counseling que significa aseso
rar, orientar, apoyar, encam inar a la persona o pareja en la tom a de la decisión
m ás adecuada relacionada con un tem a de su interés, en este caso la anti
concepción. N o debe confundirse con aconsejar a la mujer, hom bre o pareja
sobre qué hacer.
La consejería, en anticoncepción se hizo evidente en los años setenta con
el tem a de la esterilización quirúrgica, en la que se necesitaba una asesoría
profunda por parte del personal de salud que brindaba atención a la m ujer
o al hom bre, para tom ar una decisión perm anente en su vida reproductiva,
com o era la de no tener m ás hijos(as).
La consejería entonces, puede darse en diferentes m om entos o situacio
nes de la vid a de las personas con alto, m ediano o bajo riesgo de decisión.
Esta decisión debe estar fortalecida y acom pañada por una inform ación clara,
confiable, donde haya verificación posterior a esta inform ación, para tener
la seguridad de que la persona entendió y asim iló sus interrogantes y puede
elegir voluntariam ente lo que más le convenga.
Entonces podem os decir que es un proceso de com unicación interper
sonal y directa, mediante la cual un m iem bro del equipo de salud orienta,
asesora, apoya a otra persona o pareja, a identificar sus necesidades, a tomar
decisiones, inform adas, libres, responsables y voluntarias acerca de su salud.
C uando hablam os de consejería en anticoncepción, se hace referencia a la
asesoría y orientación que se le brinda a una persona que solicita el servicio,
que tiene o no inform ación sobre lo que él o ella desea saber, y a quien hay
que apoyar para que defina la situación que lo(la) tiene indeciso(a), con el
[84]
4 Consejería, elección informada y consentimiento informado
ánim o de que sea él o ella, en últim a instancia, quien decida qué es lo que más
le conviene.
En el caso de la anticoncepción, el objetivo de la consejería es apoyar, en
cam inar al hom bre y/o a la mujer, después de haberle im partido una in form a
ción m uy clara sobre todos los m étodos anticonceptivos, para decidir cuál es
el de su m ayor preferencia.
La consejería tiene tres com ponentes fundam entales:
1 Com unicación: m otivación, prom oción, inform ación y educación
2 Elección inform ada
3 Derechos sexuales y reproductivos y los derechos de los(as) usuarios(as)
Estos son la base para que el(la) profesional de la salud que trabaja en sa
lud sexual y reproductiva, específicam ente en anticoncepción, establezca una
relación exitosa con el(la) usuario(a).
Motivación:
Se logra a través de mensajes escritos o hablados dirigidos a las personas
en general o en particular, se orienta a un objetivo específico, en este caso a
la anticoncepción. En esta m odalidad solo se da a conocer el producto o el
servicio que se está brindando.
Promoción:
Incluye todas aquellas actividades que alientan a las personas a practicar
anticoncepción. Se realiza en form a escrita o hablada y utilizando m edios
m asivos o interpersonales, para prom over un m étodo en particular o todos
los métodos. La prom oción hace énfasis en los beneficios de lo que se está
prom oviendo sin presentar características, riesgos o efectos secundarios de
lo que se oferta.
Información:
Proporciona a la persona o a la población en general datos precisos acerca
de los m étodos anticonceptivos. Es unidireccional, lo que hace que no o ca
sione debate. La inform ación es com pleta y concisa, sin im portar que esté
enfocada hacia todos los m étodos o hacia uno en particular, porque presenta
las características que cada uno posee, y contrarresta los tem ores que pueden
existir acerca de los m étodos.
[85]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
Educación:
Es un proceso m etodológico donde hay una transm isión ordenada de los
conocim ientos y retroalim entación de los m ism os, lo que lleva a cam bios de
com portam iento en el(la) receptor(a).
L a consejería se diferencia de todas las anteriores porque se centra en cir
cunstancias individuales y en la tom a de decisiones.
La com unicación entre el(la) proveedor(a) de servicios y el(la) usuario(a)
durante las sesiones de consejería, es esencial para que él o ella tome una
adecuada decisión. Esta com unicación debe ser abierta para propiciar el in
tercam bio de inform ación, donde la persona pueda expresar sus em ociones,
se generen preguntas y se brinde la posibilidad de responder libremente.
Asim ism o, una com unicación cerrada donde se evidencien las expresiones
corporales en form a positiva, es decir, que brinden confianza, respeto y se
guridad en la interrelación con el(la) usuario(a) para lograr una adecuada
atención.
Elección informada
Es una decisión voluntaria e individual que se tom a con base en la infor
m ación, el entendim iento, la com prensión y verificación de lo que se está
inform ando sobre las diferentes opciones.
Las opciones que se ofrecen deben estar disponibles y deben ser accesibles.
La elección inform ada tiene una significativa im portancia para todo el
personal de salud, pues cuando se habla de elección, se entiende que, para
elegir hay que conocer sobre el hecho, elemento, sujeto propio de la elección;
por eso a una elección le debe preceder una inform ación confiable, segura y
veraz para saber qué elegir y p or qué elegir.
La expresión “elección inform ada” data de los años setenta, y se asocia a
la anticoncepción. A unque el tem a se ha venido tratando desde el año 1700,
es en los años ochenta cuando se protocoliza su introducción en esta área,
específicam ente en anticoncepción quirúrgica voluntaria.
D icho térm ino vin o a fortalecer aún m ás la consejería que ya se realizaba
en la consulta de anticoncepción, para analizar y verificar la decisión que to
m aban las personas sobre los m étodos perm anentes y sobre diferentes aspec
tos de la salud sexual y reproductiva.
La elección, adem ás de inform ada, debe ser acertada, para que cuando la
persona tom e una decisión, sea porque se dieron las condiciones de tiem po y
libertad para pensarla, para com partirla con los seres m ás cercanos a su vida
personal, y porque ante todo se han podido evaluar los riesgos y beneficios
que esta elección puede representar, para llegar por último, de una m anera
responsable y voluntaria, a la aceptación de lo m ejor para su bienestar.
A l hacer referencia a elección inform ada, querem os decir que la elección
no se im pone, que es la persona bajo su responsabilidad, en estrecha relación
[ 86]
4 Consejería, elección informada y consentimiento informado
y com unicación con su pareja (si lo desea), con su fam ilia y con la asesoría
del personal de salud, quien está decidiendo por la m ejor opción para su b ie
nestar.
El individuo al elegir debe conocer tam bién que lo que eligió esté d isp o
nible, es accesible, que tiene opciones para lograr el beneficio de esa elección.
Es de suponer que no todas las personas tendrán las m ism as posibilidades al
tom ar una elección debido a que cada persona tiene diferentes necesidades,
condiciones económ icas, culturales y sociales, entre otras.
La atención en salud sexual y reproductiva y en particular en anticoncep
ción debe estar centrada en la persona. Para que esta atención sea de calidad,
debe darse en un ambiente de respeto, com prensión, equidad, com petencia,
conveniencia, con inform ación precisa y con resultados. C uando se asesora
adecuadam ente, la persona puede tom ar la m ejor decisión, seguirá el trata
miento y las indicaciones que le haya brindado el personal de salud, lo cual
tendrá com o resultado una persona satisfecha en el logro de sus m etas sexua
les y reproductivas.
En el proceso de atención al(a) usuario(a), se debe contar con una red de
servicios disponibles, con m ecanism os adm inistrativos ágiles y seguros, con
sum inistros adecuados e instalaciones cálidas y apropiadas para el servicio
que se presta.
[87]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[8 8 ]
4 Consejería, elección informada y consentimiento informado
[89]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
Por lo tanto, el consentim iento inform ado solo se logra com o resultado del
proceso de diálogo y de colaboración en el que se deben tener en cuenta los
anteriores puntos. D e esta m anera, es evidente que el consentim iento infor
m ado no puede reducirse a la recitación m ecánica de los hechos estadísticos,
ni a la firm a de un form ulario de autorización.
Todo este proceso debe ser apoyado por la consejería y la elección infor
m ada donde la com unicación y los derechos hum anos son principios funda
m entales para verificar el cum plim iento de los derechos que tiene la persona
a una elección libre, responsable, voluntaria e inform ada.
[9 0 ]
4 Consejería, elección informada y consentimiento informado
Fundamentos de la consejería
Los(las) proveedores(as) de salud en los diferentes servicios son los(as)
responsables de facilitar que cada usuario(a) tom e una decisión libre e in for
m ada sobre las necesidades que tiene, y el principal m edio para asegurar que
esto se cum pla es a través de la consejería.
C uando se cum plen los requisitos inherentes a la consejería, el(la)
usuario(a) cree en los(las) proveedores(as), en los servicios y, lo más im p or
tante, se siente seguro(a) de la elección que ha tomado.
Al brindar a los(las) usuarios(as) consejería sobre las inquietudes que tie
nen, saben lo que deben hacer, reconocen la im portancia del seguim iento y
solicitan atención cuando realmente la necesitan.
La consejería en cualquier m étodo anticonceptivo es m uy im portante
porque no solo asegura que el(la) usuario(a) sea consciente de las opciones
anticonceptivas, sino que proporciona inform ación acerca de los beneficios,
riesgos y efectos secundarios com unes de los diferentes m étodos. C uando
el(la) usuario(a) sabe con anterioridad que algunos de los m étodos causan
alteraciones en la m enstruación, malestares físicos, psicológicos, es m enos
probable que se alarm e al presentar esos efectos secundarios. C o n ocer con
anticipación estos efectos reduce la ansiedad y aum enta las probabilidades de
que continúe utilizando el m étodo elegido y logre una protección para evitar
un em barazo no deseado.
Existen experiencias que docum entan los resultados positivos de im partir
al(la) usuario(a), inform ación clara y efectiva acerca del m étodo que haya ele
gido. Esta inform ación se ha apoyado con ilustraciones, m aterial audiovisual
y material im preso que se entrega al(a) usuario(a), lo que aum enta su capaci
dad para com prender, aceptar el m étodo y seguir las instrucciones respecto
al mismo.
Elementos de la consejería
La consejería en anticoncepción incorpora seis elem entos, que pueden ne
cesitarse algunas veces en form a continua o ser adaptables a las necesidades
de cada usuario. Estos elem entos se agrupan en la sigla A C C E D A que se des
cribe a continuación:
[9 1]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
A: A tender al(a) usuario(a) con amabilidad. Esto quiere decir que el per
sonal de salud le debe prestar atención desde el principio. Debe saludar,
presentarse y ofrecer asiento. Preguntarle en qué lo(la) puede ayudar.
C: Conversar con el(la) usuario(a) sobre sus expectativas, sus necesidades,
deseos, cualquier preocupación que tenga. En este m om ento se va ha
ciendo la historia clínica con el fin de obtener la inform ación m édica
básica, explicándole el m otivo por el cual se necesita esta inform ación.
Lo anterior describe los com ponentes desarrollados para lograr una ade
cuada atención, utilizando para ello el térm ino denom inado consejería, que
significa la tom a de decisiones libres, responsables e inform adas sobre un de
term inado evento.
[92]
4 Consejería, elección informada y consentimiento informado
Examen físico. El exam en físico rara vez es necesario, excepto para des
cartar un em barazo de m ás de seis (6) sem anas cuando el agrandam iento
uterino com ienza a hacerse evidente. M ás tarde (cerca de las 18 sem anas), es
posible escuchar el latido cardíaco del feto con un estetoscopio y se pueden
percibir los m ovim ientos fetales.
Laboratorio. En algunos lugares, las pruebas de em barazo no son de m u
cha ayuda ni prácticas debido a que aquéllas que tienen una sensibilidad
elevada (positivas +/- 10 días después de la concepción), po r lo general son
costosas. N o obstante, en casos donde la posibilidad de em barazo sea difícil
de descartar, una prueba de em barazo de alta sensibilidad po dría ser útil,
siem pre que se tenga acceso fácil a la m ism a, que no sea dem asiado costosa y
que form e parte de la práctica clínica de rutina.
Dependencia de la amenorrea de la lactancia. El m étodo de la am enorrea
de la lactancia (M E L A ) es un m étodo anticonceptivo de eficacia elevada (pro
tección del 98% durante los prim eros seis meses del posparto en m ujeres que
[9 3]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
estén lactando en form a com pleta o casi com pleta y que estén en amenorrea).
La eficacia del M E L A en el segundo sem estre del posparto está bajo estudio,
pero se requiere investigación posterior.
Se puede estar razonablem ente seguro(a) de que una m ujer no está em
barazada si se encuentra aún en am enorrea, está dentro de los prim eros seis
meses del posparto, está lactando en form a com pleta o casi com pleta3 y no
tiene síntom as clínicos de em barazo. A un cuando las pruebas de alta sensi
bilidad para determ inar el em barazo no estén disponibles o sean costosas, y
una m ujer que haya cum plido los seis meses del posparto solicite D IU 4 o m é
todos horm onales, se puede estar razonablem ente seguro(a) de que no está
em barazada si la m ujer m antuvo la lactancia a una frecuencia elevada* y está
aún en am enorrea.
D ebe señalarse que en las m ujeres lactantes en form a com pleta o casi com
pleta, el sangrado durante las prim eras ocho sem anas (56 días) del posparto
no se considera com o un sangrado “m enstrual”.
[94]
5.
[95]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[9 6]
5 Eficacia y adherencia anticonceptiva
Las nuevas tecnologías anticonceptivas deben ayudar para que las personas
ejerzan su sexualidad plenamente, pero con responsabilidad. La vida sexual
es y debe ser satisfactoria, pero debe tenerse en cuenta que las consecuencias
de una relación sexual no protegida pueden ser un em barazo (deseado o no),
así com o una infección de transm isión sexual / V IH / SID A . Por lo tanto, se
recom ienda lo que se ha denom inado doble protección, es decir protegerse si
multáneam ente de IT S / V IH / S ID A y gestaciones no deseadas (abstinencia,
[97]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
condón o el uso del m étodo anticonceptivo que la m ujer o el hom bre elijan, y
adicionalm ente condón para evitar el riesgo de ITS / V IH / SID A ).
[98]
6.
[9 9 ]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[ 10 0 ]
6 Criterios de elegibilidad en anticoncepción basados en evidencia
Tabla 3. Categorías para antico n cep ció n quirú rgica m ascu lina y fem enina
No hay razones médicas para negar la esterilización
A Aceptar
a una persona en esta condición.
El procedimiento normalmente se realiza en facilidades de
C Cuidado
rutina, pero con preparación y precauciones adicionales.
El procedimiento debe retrasarse hasta que la condición
R Retrasar sea evaluada y/o corregida. Deben proveerse métodos
temporales alternativos de anticoncepción.
El procedimiento debe llevarse a cabo en lugares que cuenten con
cirujanos/as y personal experimentado, y el equipo necesario para proveer
anestesia general y demás apoyo médico de respaldo. Estas condiciones
E Especial requieren además la capacidad de decidir sobre el procedimiento más
apropiado y el régimen de anestesia. Se deben ofrecer métodos temporales
alternos de anticoncepción; si es necesario, referir al paciente o si hay
cualquier otro retraso.
[1 0 1 ]
Parte I
[roí]
EMBARAZO NA NA NA NA NA 4 4
EDAD Menarquia a < 40 = 1 Menarquia a Menarquia Menarquia Menarquia Menarquia Menarquia
>40 = 2 <40 = 1 a < 18 = 1 a < 18 = 2 a < 18 = 1 a < 20 = 2 a < 20 = 2
>40 = 2 18-45 = 1 18-45 = 1 18-45 = 1 >20 = 1 >20 = 1
>45 = 1 >45 = 2 >45 = 1
PARIDAD
a) Nulíparas 1 1 1 1 1 2 2
b) Multíparas 1 1 1 1 1 1 1
POSPARTO CO N LACTANCIA
a) < 6 semanas posparto 4 4
b) 6 semanas a < 6 meses posparto 3 3 1 1 1
c) > 6 meses posparto 2 2 1 1 1
POSPARTO SIN LACTANCIA
a) < 21 días 3 3 1 1 1
b) > 21 días 1 1 1 1 1
POSPARTO' (lactancia o no, incluye operación cesárea)
a) < 48 horas 1 31
b) > 48 horas a < 4 semanas 3 3
c) > 4 semanas 1 1
d) Sepsis puerperal 4 4
l= Iniciación, C= Continuación
POSABORTO
a) Primer trimestre 1 1 1 1 1 1 1
b) Segundo trimestre 1 1 1 1 1 2 2
c) Inmediatamente posaborto séptico 1 1 1 1 1 4 4
ANTECEDENTE DE 1 1 2 1 1 1 1
EMBARAZO ECTÓPICO
HISTORIA DE CIRUGÍA PÉLVICA
1 1 1 1 1 1 1
Iniciación, C= Continuación
Parte I
[104 ]
b) Adecuado control de la 3 3 1 2 1 1 1
presión arterial cuando el
control puede evaluarse
d) Enfermedad vascular 4 4 2 3 2 1 2
HISTORIA DE PRESIÓN ALTA
DURANTE EL EM BARAZO (cuando 2 2 1 1 1 1 1
la presión arterial actual es normal)
l= Iniciación, C= Continuación
Contin uación Tabla 4. Resum en de categorías de elegibilid ad m étodos tem porales
Anovulatorios orales Inyectables Píldora de solo Inyectable Implantes DIU-Cu DIU-LNC
CONDICION baja dosis/Parches/ mensuales progestinas trimestral subdérmicos
Anillos mensuales combinados (AMPO)
TROM BOSIS VENOSA PROFUNDA (TVP)/ TRO M BOEM BOU SM O PULM ONAR (TEP)
a) Historia de TVP/TEP 4 4 2 2 2 1 2
b) TVP/TEP actual 4 4 3 3 3 1 3
c) TVP/EP y recibe tratamiento 4 4 2 2 2 1 2
anticoagulante
d) Historia familiar de TVP/ 2 2 1 1 1 1 <TN
Parte I
C on tin uación Tabla 4. R esu m en de catego rías de e le g ib ilid a d m éto d o s te m p o rales
Anovulatorios orales Inyectables Píldora de solo Inyectable Implantes D IU -C u D IU -LN G
C O N D IC IÓ N baja dosis/Parches/ mensuales progestinas trimestral subdérmicos
EN FERM ED AD V A LV U LA R C A R D IA C A
a) No com plicada 2 2 1 1 1
b) Com plicada (hipertensión 4 4 1 2 2
pulmonar, riesgo de fibrilación
auricular, historia de
endocarditis subaguda)
C O N D IC IO N E S N E U R O L Ó G IC A S
CEFALEAS 1 C I C I C 1 C I C I C
a) No m igrañosas (leves o severas) 1 2 1 2 1 1 1 1 1 1 1 1 1
b) M igraña sin aura
Edad < 35 2 3 2 3 1 2 2 2 2 2 1 2 2
Edad > 35 3 4 3 4 1 2 2 2 2 2 1 2 2
(ii) con aura, a cualquier edad 4 4 4 4 2 3 2 3 2 3 1 2 3
EPILEPSIA 1 1 1 1 1 1 1
D ESÓ R D EN ES D EP RESIV O S 1 1 1 1 1 1 1
IN FE C C IO N E S Y D ESÓ R D EN ES D EL T R A C T O R E P R O D U C T IV O
b) Sangrado prolongado o 1 2 2 2 2 1 2
excesivo (incluye sangrados
regulares o irregulares)
1= Iniciación, C= Continuación
C o n tin u ació n Tabla 4. R esu m en de catego rías de e le g ib ilid a d m éto d o s te m p o rales
Anovulatorios orales Inyectables Píldora de solo Inyectable Implantes DIU -C u D IU -LN C
CONDICIÓN baja dosis/Parches/ mensuales progestinas trimestral subdérmicos
A nillos mensuales combinados (A M PD)
SA N G R A D O G EN ITA L IN E X P LIC A D O I C I C
EN D O M ETR IO SIS 1 1 1 1 1 2 1
TU M O R ES B EN IG N O S DE O V A R IO
(incluye quistes)
EN FERM ED AD T R O F O B L Á S T IC A
EC T R O P IÓ N C E R V IC A L 1 1 1 1 1 1 1
N EO P LA SIA C E R V IC A L
IN TR A EPITELIA L (N IC )
CÁ N C ER C E R V IC A L I C I C
(esperando ser tratado)
4 2 4 2
EN FERM ED AD DE LA M A M A
a) M asa no diagnosticada 2 2 2 2 1 2
b) Enfermedad benigna de la mama 1 1 1 1 1 1 1
c) H istoria fam iliar de cáncer 1 1 1 1 1 • 1
d) Cáncer de mama
(i) actualmente 4 4 4 4 4 4
(ii) sin evidencia de enfermedad 3 3 3 3 3 3
actual o pasada por 5 años
[¿ 0 1 ]
1= Iniciación, C= Continuación
Parte I
[8 0 1 ]
I C I C
C A N C ER EN D O M ETR IA L 1 1 1 1 1
4 2 4 2
I C I C
C A N C ER O V A R IC O 1 1 1 1 1
3 2 3 2
M IO M A S U TER IN O S
A N O R M A LID A D E S A N A T Ó M IC A S
ITS I C I C
V IH /SID A
R IESG O A LTO DE V IH I C I C
1 1 1 1 1
2 2 2 2
IN FE C C IÓ N P O R VIH 1 1 1 1 1 2 2 2 2
o\
I C 1 C
O T R A S IN FE C C IO N E S
ESQ U IS TO S O M IA S IS
a) No com plicada 1 1 1 1 1 1 1
b) Con fibrosis hepática (si 1 1 1 1 1 1 1
es severa, ver cirrosis)
T U B E R C U LO S IS I C 1 C
No pélvica 1 1 1 1 1 1 1 1 1
Pélvica 1 1 1 1 1 4 3 4 3
M A LA R IA 1 1 1 1 1 1 1
1= Iniciación, C = Continuación
[6oi]
Parte I
[lio]
HEPATITIS V IR A L 1 C 1 C
CIR R O SIS
TU M O R ES H EP Á TICO S
a) Benignos (adenom a)
i) Hiperplasia nodular 2 2 2 2 1 2
ii) Adenom a hepatocelular 4 3 3 3 3 1 3
b) M alignos (hepatom a) 4 4 3 3 3 1 3
AN EM IAS
TA LASEM IA 1 1 1 i 1 2 1
EN FERM ED AD DE CÉLU LA S 2 1 i 1 2 1
FA LCIFO R M ES
1= Iniciación, C = C ontinuación
2 D ependiendo de la severidad
Parte I
Co n tin u ació n Tab la 4. Resu m en de cate go rías de e le g ib ilid a d m éto d o s te m p o rales
Anovulatorios orales Inyectables Píldora de solo Inyectable Implantes DIU-Cu DIU-LNG
CONDICIÓN baja dosis/Parches/ mensuales progestinas trimestral subdérmicos
C Cuidado El procedimiento normalmente se realiza en facilidades de rutina, pero con preparación y precauciones adicionales.
El procedimiento debe retrasarse hasta que la condición sea evaluada y/o corregida.
R Retrasar
Deben proveerse métodos temporales alternativos de anticoncepción.
El procedimiento debe llevarse a cabo en lugares que cuenten con cirujanos/as y personal experimentado, y el equipo necesario
Tab la 5. C ate g o rías para e ste riliza ció n q u irú rgica fem e n in a
CO N D IC IÓ N CATEGORÍA ACLARACIO NES/EVIDENCIA
CARACTERÍSTICAS PERSONALES E HISTO RIA REPRODUCTIVA
EM BARAZO R
EDAD JOVEN Aclaración: todas las mujeres deben ser
informadas acerca de la permanencia
de la esterilización y la disponibilidad de
métodos alternos, de largo plazo y gran
efectividad. Este es un aspecto de especial
importancia en las mujeres jóvenes.
Evidencia: los estudios demuestran que
C hasta un 20% de las mujeres esterilizadas
a una edad joven, posteriormente se
arrepintieron de esta decisión y que la edad
temprana es el predictor de arrepentimiento
más significativo que puede identificarse
antes de la esterilización. Sin embargo es
una decisión personal y debe ser tomada
después de un proceso de consejería.
PARIDAD
a) Nulípara A
b) Mujeres que han tenido
A
uno 0 más partos
LACTANCIA MATERNA A
POSPARTO
a) < 7 días A
7 a < 42 días R
>_42 días A
b) Preeclampsia/eclampsia
(i) preeclampsia no severa A
(i¡) preeclampsia severa/ eclampsia R
c) Ruptura prolongada de las
R
membranas : 24 horas 0 más
d) Sepsis puerperal, fiebre
R
intraparto 0 puerperal
e) Hemorragia abundante
R
antes 0 después del parto
f) Traumatismo grave del tracto
genital: desgarro cervical 0 R
vaginal durante el parto
g) Ruptura 0 perforación del útero Aclaración: si se efectúa cirugía
exploratoria 0 laparoscopia y la mujer
está estable, puede repararse el
E
problema y proseguir con la esterilización
tubárica al mismo tiempo si no hay
riesgo adicional involucrado.
[ 114 ]
6 Criterios de elegibilidad en anticoncepción basados en evidencia
C o n tin u ació n Tabla 5. C ate go rías para e ste riliza ció n q u irú rgica fe m e n in a
CO N DICIÓ N CATEGORÍA ACLARACIO N ES/EVIDENCIA
PO SABORTO
a) Sin complicaciones A
f) Hematometra aguda R
TABAQUISM O
a) Edad < 35 años A
OBESIDAD
Aclaración: el procedimiento puede
resultar más difícil. Existe un m ayor riesgo
de infección y dehiscencia de la herida.
Indice de masa corporal La condición podría requerir anestesia
C
(IM C ) >_30 kg/m 2 general y limitar la función respiratoria.
Evidencia: las mujeres obesas son más
propensas a complicaciones cuando se
les practica esterilización quirúrgica.
MÚLTIPLES FACTORES DE
RIESGO PARA ENFERMEDAD
CARDIO VASCU LAR ARTERIAL E
(como edad mayor, fumar, tener
diabetes e hipertensión)
HIPERTENSIÓN
Para todas las categorías de hipertensión, las clasificaciones se basan en la presunción de que no
existen otros riesgos de enfermedad cardiovascular. Cuando existen múltiples factores de riesgo,
el riesgo de enfermedad cardiovascular puede aumentar considerablemente. Una lectura aislada
de los niveles de la presión arterial no es suficiente para clasificar a una mujer com o hipertensa.
a) Hipertensión controlada
C Aclaración: la presión arterial debe
correctamente
ser controlada antes de la cirugía.
b) Niveles elevados de presión Existen mayores riesgos relacionados
arterial (bien medidos) con la anestesia y un riesgo m ayor de
arritmia cardiaca cuando la presión
(i) sistólica 1 4 0 -1 5 9 0
C no está controlada. La vigilancia
diastólica 9 0 -9 9
cuidadosa de la presión arterial
(ii) sistólica >_160 0 diastólica > 100 E durante la cirugía es particularmente
necesaria en esta situación.
c) Enfermedad vascular E
[115 ]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
C o ntin uación Tabla 5. Catego rías para esterilizació n quirúrgica fem enina
C O N D ICIÓ N CATEGORÍA ACLARACIONES/EVIDENCIA
HISTO RIA DE PRESIÓN ARTERIAL
ALTA DURANTE EL EM BARAZO
A
(cuando la presión arterial actual
se puede medir y es normal)
TRO M BOSIS VENO SA PROFUNDA (TVP) / EM BOLIA PULM ONAR (EP)
a) Historia de TVP/EP A Aclaración: para reducir el riesgo
de TVP/EP, se recomienda iniciar
b) TVP/EP actual R pronto la deambulación.
c) Historia familiar de TVP/EP
A
(familiares de primer grado)
d) Cirugía mayor
(i) con inmovilización prolongada R
(ii) sin inmovilización prolongada A
e) Cirugía menor sin inmovilización A
M UTACIONES TRO M BOG ÉN ICAS
Aclaración: no son apropiadas las
C O N O C ID A S (por ejemplo,
exploraciones de rutina, dada la
factor V de Leíden; mutación de A
poca frecuencia de las afecciones
protrombina; deficiencias de proteína
y el alto costo de los exámenes.
S, proteína C y antitrombina)
TRO M BO SIS VENOSA SUPERFICIAL
a) Venas varicosas A
b) Tromboflebitis superficial A
CARDIOPATÍA ISQUÉM ICA (enfermedad actual 0 historia)
a) Cardiopatía isquémica actual R
b) Historia de cardiopatía isquémica C
ACCIDENTE CEREBROVASCULAR
C
(historia de accidente cerebrovascular)
Aclaración: los estudios de lípidos
de rutina no son necesarios dada la
HIPERLIPIDEM IAS C O N O C ID A S
poca frecuencia de las afecciones
y el alto costo de los exámenes.
VALVULOPATÍA CARD IACA
Aclaración: la mujer requiere
a) Sin complicaciones c antibióticos profilácticos.
Aclaración: la mujer se encuentra en
b) Con complicaciones (hipertensión alto riesgo de complicaciones asociadas
pulmonar, riesgo de fibrilación con la anestesia y la cirugía. Deberá
E
auricular, antecedentes de retrasarse el procedimiento ante un
endocarditis bacteriana subaguda) caso de fibrilación auricular inestable 0
endocarditis bacteriana subaguda actual.
[116 ]
6 Criterios de elegibilidad en anticoncepción basados en evidencia
C o n tin u ació n Tabla 5. C ate go rías para e ste riliza ció n q u irú rgica fe m e n in a
CON DICIÓ N CATEGORÍA ACLARACIO N ES/EVIDENCIA
TRASTORNO S NEU RO LÓ GICO S
CEFALEAS
a) No migrañosas (leves 0 Intensas) A
b) M igraña
Edad i . 3 5 años A
EPILEPSIA C
TRASTORNO S DEPRESIVOS C
b) Sangrado abundante 0
prolongado (Incluye patrones A
regulares e irregulares)
SANGRADO GENITAL DE ETIO LO GÍA D ESCO N O CID A (sospecha de una condición grave).
H Aclaración: El cuadro clínico debe evaluarse
Antes de la evaluación
antes de efectuar el procedimiento.
ENDOMETRIOSIS E
DISMENORREA SEVERA A
b) Enfermedad trofoblástlca
R
gestacional m aligna
ECTROPIÓN CERVICAL A
NEOPLASIA INTRAEPITELIAL
A
CERVICAL (NIC)
CÁNCER CERVICAL (en
R
espera de tratamiento)
ENFERMEDADES DE LA MAMA
a) Nodulo sin diagnóstico A
d) Cáncer de mama
(i) actual C
(ii) pasado y sin evidencia de
A
enfermedad actual durante 5 años
CÁNCER DE ENDOM ETRIO R
CÁNCER DE O VARIO R
[1 1 7 ]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
C o n tin u a ció n Tabla 5. C a te g o ría s para e ste riliza ció n q u irú rgica fem e n in a
C O N D ICIÓ N CATEGORÍA ACLARACIONES/EVIDENCIA
FIBROM AS UTERINOS
a) Sin distorsión de la
C
cavidad uterina
b) Con distorsión de la
C
cavidad uterina
ENFERMEDAD PÉLVICA INFLAM ATORIA (EPI)
Aclaración: debe realizarse un cuidadoso
a) Historia de EPI (se
examen pélvico para descartar infección
presupone la ausencia de
recurrente 0 persistente y para
factores de riesgo de ITS)
determinar la movilidad del útero.
(i) con embarazo posterior A
(ii) sin embarazo posterior C
b) EPI - actual R
INFECCIONES DE TRANSM ISIÓN SEXUAL
Aclaración: sí no persisten los síntomas
a) Cervicitis purulenta 0 infección
R después del tratamiento, se puede
actual por clamidia 0 gonococo
llevar a cabo la esterilización.
b) Otras ITS (menos VIH y hepatitis) A
c) Vaginitis (Incluidos trichomonas
A
vaginalis y vaginosis bacteriana)
d) Mayor riesgo de ITS A
Aclaración: No son necesarias
exploraciones de rutina. Deben
observarse cuidadosamente los
procedimientos apropiados para la
VIH/SIDA prevención de infecciones, incluidas
las precauciones universales en
todo procedimiento quirúrgico. Se
recomienda el uso de condones
después de la esterilización.
ALTO RIESGO DE VIH A
IN FECCIÓ N POR VIH A
Aclaración: Si la mujer tiene actualmente
SIDA E una enfermedad relacionada con sida,
el procedimiento debe ser retrasado.
O TRAS INFECCIONES
ESQUISTOSOM IASIS
a) Sin complicaciones A
Aclaración: puede ser necesario
b) Fibrosis del hígado C
evaluar la función hepática.
TUBERCULOSIS
a) No pélvica A
b) Pélvica conocida E
PALUDISMO A
[118 ]
6 Criterios de elegibilidad en anticoncepción basados en evidencia
C o n tin u ació n Tabla 5. C ate g o rías p ara e ste riliza ció n q u irú rgica fem e n in a
CO N DICIÓ N CATEGORÍA ACLARACIO N ES/EVIDENCIA
TRASTORNO S ENDO CRINO S
Aclaración: si la glicem ia no está
DIABETES bien controlada, se recomienda la
referencia a un centro de m ayor nivel.
(i) no insulino-dependiente C
(ii) insulino-dependiente c
c) Neuropatía / retinopatía
E
/ neuropatía
TRASTORNO S TIROID EO S
a) Bocio simple A
b) Hipertiroidismo E
c) Hipotiroidismo C
(iii) actual R
b) Asintom ática A
HISTORIA DE COLESTASIS
a) Relacionada con el embarazo A
HEPATITIS VIRAL
a) Activa R Aclaración: deben observarse
cuidadosamente los procedimientos
apropiados para la prevención
b) Portadora A de infecciones, incluidas las
precauciones universales en todo
procedimiento quirúrgico.
CIRROSIS
a) Leve (compensada) C Aclaración: la función hepática y la
coagulación podrían resultar afectadas.
b) Grave (descompensada) E Debe evaluarse la función hepática.
[1 1 9 ]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
C o n tin u ació n Tab la 5. C a te g o ría s p ara e ste riliza ció n q u irú rg ica fem e n in a
C O N D ICIÓ N CATEGORÍA ACLARACIONES/EVIDENCIA
TUM ORES DEL HIGADO
a) Benigno (adenoma) C Aclaración: la función hepática y la
coagulación podrían resultar afectadas.
b) Maligno (hepatoma) C Debe evaluarse la función hepática.
ANEMIAS
TALASEMIA C
ANEMIA DREPANO CÍTICA C
ANEMIA FERROPÉNICA
a) Hb < 7g/dl R Aclaración: debería identificarse la
enfermedad subyacente. Tanto el
nivel preoperatorio de Hb, como la
pérdida de sangre en la operación,
b) Hb >_7 a < 10g/dl C son factores importantes en mujeres
con anemia. Si la perfusión periférica
es inadecuada, esto podría retrasar
la cicatrización de la herida.
TRASTO RN O S RELEVANTES SO LO PARA LA ESTERILIZACIÓN Q U IRÚ RGICA FEMENINA
IN FECCIÓ N LO C A L Infección Aclaración: existe un riesgo mayor
R
de la piel abdominal de infección posoperatoria.
TRASTO RN O S DE LA
E
C O A G U LA C IÓ N
ENFERMEDADES RESPIRATORIAS
Aclaración: el procedimiento debería
ser retrasado hasta que se corrija
a) Agudas (bronquitis, neumonía) R la condición. Mayores riesgos
relacionados con la anestesia y
otros riesgos perioperatorios.
b) Crónicas
(i) asma E
(ii) bronquitis E
(iii) enfisema E
(iv) infección pulmonar E
INFECCIÓN SISTÉM ICA O
R
GASTROENTERITIS
ÚTERO FIJO DEBIDO A CIRUGÍA
E
PREVIA O INFECCIÓN
Aclaración: de ser posible, la reparación
HERNIA DE LA PARED
E de la hernia y la esterilización tubárica
ABDO M IN AL O UM BILICAL
deberían hacerse simultáneamente.
HERNIA DEL DIAFRAGM A C
NEFROPATÍA C
DEFICIENCIAS NUTRICIONALES
c
SEVERAS
[1 2 0 ]
6 Criterios de elegibilidad en anticoncepción basados en evidencia
C o n tin u ació n Tab la S. C ate g o rías p ara e ste riliza ció n q u irú rgica fe m e n in a
CO N DICIÓ N CATEGORÍA ACLARACIO N ES/EVIDENCIA
Evidencia: las mujeres con cirugía
CIRUGÍA ABDO M INAL abdominal 0 pélvica anterior fueron
C
O PÉLVICA PREVIA más propensas a complicaciones
al realizarse la esterilización.
b) Emergencia (sin
R
asesoramiento previo)
ESTERILIZACIÓN CONCURRENTE
A
CO N UNA CESÁREA
Tabla 6 . C ate go rías p ara e ste riliza ció n q u irú rg ica m ascu lin a
CO N D ICIÓ N CATEGORÍA ACLARACIO N ES/EVIDENCIA
CARACTERÍSTICAS PERSONALES Y ANTECEDENTES REPROD UCTIVO S
EDAD JOVEN Aclaración: todos los hombres deben ser
informados acerca de la permanencia
de la esterilización y la disponibilidad
de métodos alternos, de largo plazo
y gran efectividad. Esto es de m ayor
C importancia entre los hombres jóvenes.
Evidencia: los hombres sometidos a
vasectomía a edad tem prana son más
propensos a revertir el procedimiento
que aquellos que se someten a
vasectomía a una edad más avanzada.
TRASTORNO S DEPRESIVOS C
VIH/SIDA
ALTO RIESGO DE VIH Aclaración: no es necesario el examen de
A rutina. Deben observarse cuidadosamente
los procedimientos apropiados para la
INFECCIÓN POR VIH prevención de Infecciones, incluidas
las precauciones universales en todo
A
procedimiento quirúrgico. Se recomienda el
uso de condones después de la esterilización.
A N EM IA S
A N E M IA D R E P A N O C ÍT IC A A
[1 2 1 ]
Parte I Aspectos generales, normativos e históricos
[ 122 ]
Parte II
[12 3 ]
7.
M é t o d o s de barrera
Son aquellos que m ecánica y/o quím icam ente im piden la fecundación evitan
do la unión del óvulo y el esperm atozoide. Son m étodos de barrera el condón
m asculino y fem enino, el diafragm a, capuchón cervical y los esperm icidas.
A lgunos tienen la ventaja de dism inuir ITS, el condón previene entre otras
infecciones: virus del herpes, viru s de la inm unodeficiencia hum ana, Clam i-
dia Trachomatis y gonococo.
Varias investigaciones m uestran que el condón y diafragm a protegen con
tra la gonococcia. A lgunos estudios con m ujeres infértiles debido a factor
tubo peritoneal han encontrado cierta protección al daño tubárico en las
usuarias de m étodos de barrera. La incidencia de neoplasia cervical tam bién
se encuentra dism inuida con el uso de estos m étodos de barrera al proteger
de la transm isión del virus del papilom a hum ano.
Diafragma
Es un dispositivo vaginal conform ado por una copa ancha de caucho del
gado, sobre un resorte m etálico que m antiene la form a del m ism o y queda
colocado oblicuam ente en la vagina entre el borde superior de la sínfisis pú-
bica y el fondo del saco posterior, aislando el c é r v ix . V iene en varios tam años
y debe ser escogido de acuerdo con la valoración m édica al tacto vaginal.
H oy se están desarrollando diafragm as de colágeno. En C olom bia han sido
de m uy poco uso.
Indicaciones a la usuaria
C olocar con algún esperm icida antes del coito, revisando que el cérvix esté
detrás del diafragm a y que el anillo del diafragm a se encuentre en contacto
con las paredes laterales de la vagina.
• Por cada contacto sexual, colocar nueva dosis de esperm icida
• No retirarlo antes de 6 horas del últim o contacto sexual
• No efectuar duchas vaginales poscoito (inactiva esperm icidas)
• N o dejarlo por más de 24 horas
[12 5 ]
Parte II Anticoncepción no hormonal
siem pre se ha recom endado su uso con esperm icidas no se ha com probado
que esto aum ente su efectividad.
C on el diafragm a algunos autores han descrito m ayor cantidad de infec
ciones urinarias, quizás po r obstrucción m ecánica, por lo cual debe el(la)
profesional de salud recom endar el tam año adecuado, que no sea m uy peque
ño porque se puede desplazar, ni m uy grande para evitar com presión uretral.
Se considera que los m étodos de barrera son más efectivos en m ujeres por
encim a de los 30 años, en el uso de diafragm a entre los 35 a 39 años se observa
falla de 1.1. x 10 0 años-m ujer y entre los 25 a 29 años: 4.1 x 10 0 años-mujer.
Esto quizás dem uestre la necesidad de m otivación y entrenamiento en el uso
de estos m étodos.
Condón masculino
En nuestros países se ha m itificado el uso de condón y m uchas personas
consideran que se debe utilizar solo en riesgo de IT S o en relaciones ocasio
nales. En países com o Japón, el 42% de las parejas unidas utiliza condón com o
m étodo anticonceptivo, m ás que cualquier otro método. Igualm ente en m u
chos países europeos su uso com o anticonceptivo es alto. Es una excelente o p
ción que brinda doble protección: protege de IT S /V IH /S ID A y de embarazos.
C om ercialm ente, el de m ayor difusión es el de látex, aunque hay de poliu-
retano. Si bien es cierto el látex transm ite m enos el calor, hoy se pueden fabri
car m em branas hasta de 0,03 m m de espesor (la m ayoría fluctúan entre 0,04
y/o 0,07 m m ) y no dism inuyen la sensibilidad. Se pueden conseguir secos o
lubricados, sencillos o term inados en receptáculo, rectos o m oldeados, lisos o
de superficie rugosa, coloreados o de tono natural del látex. H ay dos tamaños,
principalm ente los de clase I, de 180 m m de largo x 52 m m de ancho y los de
clase II, de 160 m m x 49 m m .
Indicaciones al usuario
N o lo infle, ni lo pruebe estirándolo.
• Alm acénese en un sitio fresco, nunca lo porte en contacto con el calor
corporal (por ejemplo, billetera) pues se puede alterar el látex. Los de
poliuretano son más resistentes al calor.
• N o lo desenrolle antes de usarlo. Para desenrollarlo, colóquelo sobre el
pene erecto con la parte enrollada hacia afuera, oprim a el receptáculo
de la punta entre dos dedos para no dejar aire y luego desenróllelo so
bre el pene hasta la base del mismo.
• No use condones que estén secos, m uy pegajosos o quebradizos.
• Si desea lubricar, use lubricantes con base de agua o glicerina líquida,
saliva o sim plem ente agua.
• A lgunas sustancias degradan el látex, com o vaselina, lociones cremas,
mantequilla, m argarinas, m antequilla de cacao. Puede usarse cualquier
[ 12 6]
7 Métodos de barrera
Condón femenino
Consta de una funda holgada de poliuretano con dos anillos, uno queda
sobre el cérvix y el otro recubre la vulva de la mujer, protegiéndola de IT S
aún m ás que el condón m asculino por recubrir la vulva. Viene lubricado con
silicona y es desechable (figura i).
Figu ra 1. C o n d ó n fem e n in o
[12 7 ]
Parte II Anticoncepción no hormonal
Copa cervical
D e p oco uso en C olom bia, pero en otros países ha habido un resurgim ien
to hacia el interés de este antiguo m étodo, consistente en un dispositivo a m a
nera de dedal que se coloca ocluyendo el cérvix, con dim ensiones entre 22-31
m m , m ás confortable pero m ás difícil de aplicar que el diafragm a y se puede
usar por m ayor tiempo. Debe, al igual que en el diafragm a, entrenarse a la
m ujer e indicar su uso concom itante con esperm icidas. N unca debe dejarse
colocado in situ po r m ás de 48 horas. A dem ás de las precauciones para el dia
fragm a que com parten, se agrega para la copa cervical las lesiones cervicales
tipo cervicitis. Se recom ienda citología cérvico-vaginal de control, 3 meses
luego de iniciar su uso. El prom edio de em barazos para uno y dos años está
entre 8-17 y 14-38% , respectivam ente.
Se desarrollaron dos m étodos de barrera vaginales de silicona: el Femcap
y el Leas Shield, am bos se han diseñado para usar con esperm icidas y se pue
den dejar in situ por dos días. El Femcap cubre el cuello, teniendo un contor
no ancho que crea un sello protector. Se consigue en tres tam años: pequeño
para nuligestantes, m ediano para nulíparas y grande para m ujeres que han
tenido partos vaginales. En un ensayo con 106 m ujeres la tasa de falla al año
de uso fue de 4,8%. El Lea’s Shield es una copa cervical dotada de una válvula
unidireccional que perm ite el paso de secreciones cervicales m ás no el ascen
so de esperm atozoides.
Esperm icidas
Se presentan en form a de jaleas, crem as, espum as, tabletas espumantes,
óvulos espum antes, óvulos que se derriten y películas solubles. Contienen
diferentes ingredientes esperm icidas, entre los cuales el N onoxinol 9, Fenil-
m ercurio, O ctoxinol 9, C lorhexidina, D ocusato Sódico y el M enfegol son los
más utilizados.
Deben usarse 15 a 20 m inutos antes del coito en el caso de las jaleas, óvulos
y crem as, y en el caso de espum as y tabletas, 25 m inutos antes y no m ás de 30
m inutos. D ebe descartarse alergia a sus com ponentes.
En el pasado hubo tem or en cuanto a la posibilidad de m alform aciones
fetales en usuarias de esperm icidas; sin em bargo, los estudios más recientes
[12 8]
7 M étodos de barrera
Esponja vaginal
Hecha de poliuretano e im pregnada en un m iligram o de nonoxinol 9, ac
túa por tener múltiples acciones:
1 Bloqueo m ecánico
2 Atrapa espermatozoides
3 A cción esperm icida
Puede dejarse in situ por 24 horas. La eficacia es sim ilar a la del diafragm a
aunque algunos estudios refieren dism inución de la m ism a a m ayor paridad
de la mujer, siendo m ás efectiva en nulíparas.
Cuando se usa por más de 24 horas han reportado choque tóxico po r Es-
tafilococcus aureus, especialm ente en puérperas (1 infección x 2 m illones de
esponjas).
El prom edio de falla luego de 1 año de uso en nulíparas es de 13% y en
multíparas es 28%.
Una esponja denom inada Protectaid se diseñó para brindar protección
contra IT S sin provocar irritación vaginal, contiene un gel llam ado F-5 que tie
ne bajas dosis de nonoxinol 9, cloruro de benzalconio y colato de sodio; los dos
prim eros son esperm icidas y m icrobicidas y el tercero tiene acción antiviral.
En general, la principal preocupación con la m ayoría de los m étodos de
barrera es la tasa de fracaso po r m al uso y los m itos que rodean su uso
com o pensar que “ hacen m u y consciente el hecho de planificar, restándole
espontaneidad al acto sexu al”, “dism inuyen la sensibilidad en el pene”, “son
solo para usar con trabajadoras sexuales”, “tienen m uy baja efectivid ad”, “se
rom pen m uy fácil”, lo cual lim ita el adecuado uso y con cien ciación hacia el
m étodo. Recordém osles a nuestros(as) usuarios(as) que la activid ad sexual
es com andada por el cerebro y el bloqueo a la sensación en el acto sexual
no es en los genitales sino a nivel central, el orgasm o es una activid ad cere
bral que com o tal puede ser influenciada por el entorno que se haya creado
alrededor y ahí es donde el rol nuestro com o educadores de la com unidad
debe retom arse.
[12 9 ]
8.
Son los m étodos basados en evitar relaciones sexuales en los días potencial
mente fértiles del ciclo m enstrual.
m étodo calendario
La abstinencia periódica con fines de anticoncepción basada en criterios
científicos com ienza en 1929 cuando, en A ustria, Knaus observa que la o vu
lación se presenta 12-16 días antes de la m enstruación siguiente, en Japón se
hacían en 1930 observaciones sim ilares po r Ogino.
C on base en el conocim iento de la época se tenía en cuenta que el prom e
dio de sobrevida del esperm atozoide en ambiente favorable era de tres días y
que el óvulo podía ser fecundado durante 12-24 horas, y sabiendo la duración
de por lo m enos los últim os seis ciclos de la mujer, se restaban 18 días al ciclo
más corto y 11 días del ciclo m ás largo, dando respectivam ente el prim ero y
últim o día fértil del ciclo donde se debe tener abstinencia. H oy se sabe que
la fecundación puede darse hasta 5 días antes de la ovulación (ver figura 2).
A da p ta d o de W ilco x A y cols. Tim ing o f Sexual Intercourse in Relation to O vu la tio n . Effects on th e P ro ba bility o f
C onception, Survival o f the Pregnancy, and Sex o f th e Baby. NEJM. 1995: 2 3 (3 3 3 ): 1 5 1 7-15 2 1.
[13 1]
Parte II Anticoncepción no hormonal
M étodo sintotérmico
Es la conjunción de los tres anteriores. En dos estudios en Estados Unidos
y G ran Bretaña, com parando los diversos m étodos, se encontró que el prom e
dio de em barazo al final de un año de uso luego de la fase de entrenamiento
fue de 10,9 y 19,8% para el m étodo sintotérm ico, com parado con 20 y 24%
[13 2 ]
8 M étodos de anticoncepción natural
[ 133]
9.
M ecanismo de acción
Ha existido rechazo por algún sector del personal de salud al suponer que
el D IU im pedía la im plantación del óvulo fecundado; sin em bargo ninguna
investigación ha logrado dem ostrar ese m ecanism o de acción. A l contrario,
indican que el D IU actúa im pidiendo que los esperm atozoides fecunden el
óvulo. Lo anterior se ha deducido al estudiar la fracción Beta de G onadotro-
pina C oriónica hum ana durante varios ciclos de m ujeres usuarias del D IU ,
dem ostrando positividad de la m ism a en m enos del 1% de los ciclos m en s
truales. Igualmente, se han recuperado óvulos de las usuarias que tuvieron
relaciones sexuales alrededor de la fecha de ovulación sin encontrar óvulos
fecundados. A dem ás, el núm ero de esperm atozoides en las trom pas de Falo-
pio son m enores en las usuarias del D IU , al com pararlas con grupos control.
Se han realizado m ediciones de factores tem pranos de gestación, que son
horm onas producidas por el blastocisto antes de la im plantación y no se ha
evidenciado positividad. Su principal m ecanism o de acción es evitar la fecun
dación, im pidiendo el ascenso de esperm atozoides al tracto genital superior
por diversos efectos, com o producir alteraciones histobioquím icas en el en-
dom etrio por inflam ación crónica aséptica; h ay invasión de polim orfonuclea-
res y linfocitos, se observa edem a, fibrosis del estrom a y aum ento de vascula-
ridad en los tejidos inm ediatam ente adyacentes al D IU . Se ha inform ado que
la m aduración del endom etrio puede ser asincrónica. N o hay evidencia de
que se produzca aborto preclínico o que se im pida la im plantación. La libera
ción de los iones de cobre producen reacciones biológicas, quizás hay antago
nism o catiónico con el cinc de la anhidrasa carbónica del tracto reproductivo.
O tras evidencias sugieren que los iones de cobre bloquean el A D N celular
del endom etrio, im pidiendo el m etabolism o del glucógeno y a la vez alteran
la tom a de estrógenos por la m ucosa uterina. La sum atoria de lo anterior
[13 5 ]
Parte II Antlconcepción no hormonal
Técnica de aplicación
1 Elección del m étodo por la usuaria luego de la consejería, examen fí
sico general y anam nesis, firm a de consentim iento inform ado (revisar
para cada caso en particular los criterios de elegibilidad OM S).
[13 6 ]
9 Dispositivo intrauterino (DIU )
2 Exam en genital para valorar posición, tam año uterino y anexos. D es
cartar gestación en curso.
3 Especuloscopia, descartar infecciones cérvico-vaginales o cáncer gine
cológico.
4 Lim pieza de vagina y cérvix con solución antiséptica (dejar actuar la
solución en cérvix y vagina por lo menos dos minutos).
5 Pinzamiento del labio anterior del cérvix con tenáculo, para horizonta-
lizar útero y corregir anteversoflexión o retroversoflexión (enm ascarar
dolor haciendo toser a la paciente simultáneamente).
6 Histerometría com parativa con guía plástica del aplicador. Si la perso
na que lo aplica tiene gran experiencia, a veces se omite este paso, pues
reconoce en la aplicación el fondo uterino y en ese m om ento detiene la
introducción del aplicador.
7 D oblar ramas horizontales del D IU dentro del aplicador usando técni
ca de no tocar (inmediatam ente antes de insertarlo para evitar defor
maciones del D IU ).
8 Aplicación intrauterina. U sar técnica de retracción dejando quieta la
m ano que tiene la guía del aplicador y retraer la porción tubular para
no perforar el útero.
9 C ortar hilos D IU i , o - 1,5 cms por fuera del cérvix.
10 Retirar espéculo. D ar indicaciones a la usuaria.
[13 7 ]
Parte II Anticoncepción no hormonal
Tasa EPI
(p o r 1 .0 0 0 m ujeres/año)
8-
6- - 6
2-
1
lllllllllll
i i
2 3
i
4
r~i
5 6
i
7
i
8
i— i
9
i— i— i i— i— i— i— i— i— r
10 11 12 2 3 4 5 6 7
■
8+
Meses (primer año) Años
[ 138 ]
9 Dispositivo intrauterino (DIU )
una gestación en curso y colocando dentro del útero algún elem ento que con
traste com o un histeróm etro u, otro D IU , con el fin de hacer com paración
entre las dos im ágenes y ver su localización. Si el D IU está intrauterino, se
puede extraer con cureta de N ovack o una pinza especial para extraer D IU
en el consultorio. O casionalm ente, si no fue fácil, se puede extraer bajo his-
teroscopia oficinal y rara vez se requiere hacerlo con anestesia general. Si el
D IU está intrabdom inal, se puede retirar por video laparoscopia o por m in i
laparotomía.
Instrucciones posinserción
Es im portante sum inistrar instrucciones claras a la usuaria del D IU , que
le perm itan utilizar el m étodo con seguridad, eficazm ente y a satisfacción. Se
recom ienda proporcionar las instrucciones verbalm ente y por escrito utili
zando un lenguaje sencillo y de fácil com prensión para la usuaria.
El procedim iento para las instrucciones verbales es el siguiente:
• A veriguar el conocim iento que tiene la usuaria acerca de los dispositi
vos intrauterinos.
• Inform arle qué tipo de D IU se le colocó. M ostrarle un dispositivo o una
ilustración del m ism o para que pueda apreciar su aspecto y tamaño.
• Explicar durante cuánto tiem po la protegerá el D IU del embarazo.
• Inform ar acerca de la posibilidad de expulsión del DIU, especialmente
durante las prim eras sem anas siguientes a la inserción. C on frecuencia,
la expulsión ocurre después de un cólico abdom inal. Inform arle que
ella puede encontrar el D IU si lo expulsa. Explicarle que se podrá in
sertar un nuevo dispositivo si ella así lo desea.
• Explicar la form a de verificar la posición de los hilos, lo cual debe hacer
por lo menos una vez al mes, después de la m enstruación, pero no an
tes de seis sem anas después del parto. Subrayar la necesidad de que la
usuaria regrese a la institución de salud si no siente los hilos.
• C om unicar que algunas usuarias del D IU sienten cólico y sangrado
más abundante durante la m enstruación.
• Aclarar que el D IU no la protegerá a ella ni a su cónyuge contra la in
fección por V IH u otras ITS. Aparte de la abstinencia, los condones de
látex ofrecen la m ejor protección contra la infección por V IH y otras
ITS (doble protección).
• D escribir las señales de com plicaciones potenciales: retrasos m ens
truales y otros síntomas de em barazo, sangrado o m anchas interm ens
truales, sangrado poscoital, severo dolor en el abdom en, relaciones
sexuales dolorosas, presencia de flujo vaginal inusual, hilos ausentes,
más cortos o más largos.
• D ecir dónde acudir en caso de que se presente alguna duda o com pli
cación.
[13 9 ]
Parte II Anticoncepción no hormonal
[ 14 1]
10.
A n o v u la to rio s orales c o m b in a d o s
Los anovulatorios secuenciales han salido del m ercado y hoy los m ás usa
dos son los com binados m onofásicos o trifásicos. La tendencia desde hace
varias décadas ha sido dism inuir la dosis de com ponentes horm onales para
m inim izar los efectos adversos y es así com o desde 1975 la m ayoría de prepa
rados tienen m enos de 50 |ig de Etinilestradiol (denom inados de baja dosis).
Para 1987, solo el 3% de las prescripciones tenían m ás de 50 (ig.
Su principal m ecanism o de acción es inhibir la secreción de gonadotrofi-
nas en la hipófisis, pero tam bién el com ponente progestacional produce cam
bios en el m oco cervical que lo hace m ás denso, hipercelular y escaso, lo que
impide el ascenso de esperm atozoides. Se han postulado algunos m ecanis
mos secundarios que no parecen contribuir de m anera im portante a la efica
cia anticonceptiva com o alteraciones endom etriales y en el trofism o ovárico,
así com o alteraciones en la m otilidad tubárica.
[14 3 ]
Parte 111 Anticoncepción hormonal combinada
[14 4 ]
10 Anovulatorios orales combinados
[14 5 ]
Parte III Anticoncepción hormonal combinada
Dismenorrea primaria
Por lo m enos la m itad de las m ujeres han tenido en su vida dism enorrea y
en la décim a parte esta ha sido severa e incapacitante. En Estados Unidos se
pierden cerca de 600 m illones de horas laborales por esta condición.
En la m ayoría de revisiones al respecto, cerca del 90% de las m ujeres que
han recibido A O C para el tratam iento de la dism enorrea han m ejorado, de tal
form a que en algunos protocolos de estudio de dolor pélvico, cuando no hay
m ejoría con anovulatorios, se sugiere endoscopia para descartar patologías
orgánicas.
E l m ecanism o propuesto quizás tenga que ver con la supresión de la ovula
ción, que evitaría la form ación de endom etrio secretor, el cual se sabe es rico
en ácido araquidónico, precursor de prostaglandinas causantes no solo de la
dism enorrea sino tam bién de los efectos gastrointestinales.
[146]
10 Anovulatorios orales combinados
ováricos. Varios estudios han dem ostrado que las usuarias de A O C tienen re
ducción del riesgo entre 50-75% de presentar enferm edad m am aria benigna.
En la literatura inglesa hay inform es de que este efecto protector está d i
rectamente relacionado con la dosis de progestágeno, aum entando a m edida
que este se incrementa.
A l igual que los A O C m ejoran la dism enorrea, en la p ráctica clín ica tam
bién se encuentra m ejoría de la sintom atología dolorosa de la en ferm edad
m am aria benigna.
Anemia ferropénica
Especialm ente en países com o el nuestro donde los factores nutricionales
juegan un papel m uy im portante en la etiología de la anem ia ferropénica,
sum ados a infestaciones parasitarias, los A O C adem ás de cum plir su función
anticonceptiva pueden dism inuir en alrededor del 70% la pérdida m ensual
de sangre. Es usual entonces que la usuaria vea dism inuida la cantidad de
sangrado mensual, por lo cual se requiere en la consejería previa a su form u
lación explicar que éste es un efecto esperado y que no presenta riesgo para la
salud, sino que, por el contrario, se considera un efecto benéfico; esto es es
pecialm ente im portante en grupos de nivel sociocultural bajo, donde existen
m itos alrededor de la m enstruación, creyendo falsam ente que la m enstrua
ción se puede “retener” y p roducir “ intoxicación” u obesidad.
[1 4 7 ]
Parte ill Anticoncepción hormonal combinada
Efectos reproductivos
N o se ha encontrado aum ento de incidencia de anorm alidades crom osó-
m icas en abortos, cuando el em barazo ocurrió en los prim eros meses luego
de descontinuar los A O C . Si se tom an durante los prim eros meses de em bara
zo, no se aum enta significativam ente el riesgo de m alform aciones ni de abor
to, a m enos que sean pacientes fum adoras donde sí se ha dem ostrado riesgo.
Los estrógenos inhiben la acción de la prolactina en los receptores del te
jid o m am ario, dism inuyendo la cantidad de leche; por eso en el puerperio se
indican preparados que solo contengan progestágenos.
Cefalea
Las m ujeres que utilizan actualm ente o utilizaron en el pasado A O C están
en elevado riesgo de cefalea y m igraña, sugieren los resultados de un gran
estudio de base poblacional. El H ead -H U N T fue un subestudio del Nord-
T rondelag H ealth Study, un estudio de corte tran sversal llevado a cabo en
N oru ega entre 1995 y 1997. E n total, 27.700 m ujeres respondieron preguntas
sobre cefalea y 13.944 inform aro n uso de anticonceptivos. E l análisis, d iri
gid o p o r K aren A egid iu s (del H ospital U n iversitario G lostrup, en D in am ar
ca), m ostró que la prevalen cia de cefalea, y de m igraña en particular, era
elevada entre las usuarias tanto actuales com o pasadas de anticonceptivos
orales O R = 1.4, IC 95% = 1.2-1.7
Entre las usuarias actuales, la prevalencia aum entó solam ente entre las
m ujeres que usaron píldoras con estrógeno. Sin em bargo, no hubo relación
[148]
10 Anovulatorios orales com binados
[14 9 ]
Parte III Anticoncepción hormonal combinada
[150]
11.
Inyectables m ensuales
Tiempo de aplicación
El uso de los A IC puede iniciarse en cualquier m om ento que estem os ra
zonablemente seguros(as) que la m ujer no está em barazada.
Si los A IC se aplican durante los prim eros 5 días del ciclo m enstrual, se
considera que hay protección en ese ciclo. D e otro m odo, si se em piezan los
A IC posteriorm ente o cuando la m ujer no está m enstruando, se recom ienda
el uso de un m étodo de respaldo por 7 días. E l m ejor m om ento para aplicar
la próxim a inyección es en la m ism a fecha cada mes. Esto se debe recalcar al
orientar las usuarias. El período de gracia para los A IC se considera de 3 días.
[151]
Parte III Anticoncepción hormonal combinada
C uando la usuaria llega después del período de gracia (33 días después de la
inyección previa), se debe orientar para que sepa que esta dem ora aum enta el
riesgo de em barazo. E s razonable ofrecer otra inyección a una m ujer que llega
después de este tiem po, siem pre y cuando esté segura que se ha abstenido
sexualm ente o ha utilizado adecuadam ente un m étodo de respaldo, o si el
(la) proveedor(a) puede estar razonablem ente seguro(a) de que esta no está
em barazada.
Efectos esperados
H ay que recalcar en la consejería que puede aparecer sangrado a los 15-
20 días de haberse aplicado la prim era inyección, lo cual es esperable y no
altera la segunda aplicación (al mes de la prim era inyección). Si una m ujer se
queja de una m enstruación prolongada o de un sangrado m uy profuso, por
lo general no existe una razón m édica para descontinuar el uso de los A IC .
El sangrado profuso (superior al sangrado m enstrual norm al) puede verse en
cerca del 20% de las usuarias durante los prim eros 3 meses de uso y, por lo
general, no requiere descontinuarse. H ay que explicarle a la usuaria que por
lo general estos desarreglos m enstruales no conllevan ningún riesgo a la salud
y que tienden a dism inuir con el tiem po de uso.
Si la m ujer no puede tolerar el sangrado pero desea continuar el uso de los
A IC , puede intentarse la adm inistración de inhibidores de prostaglandinas.
Los efectos benéficos y adversos de los inyectables en general son similares
a los de A O C (capítulo anterior), pero teniendo en cuenta que los estrógenos
en los A IC pueden ser m ás fisiológicos y m enos potentes en com paración con
los estrógenos sintéticos de los A O C . El tipo y la m agnitud de los efectos se
cundarios relacionados con los estrógenos asociados a los A IC pueden diferir
de los que experim entan las usuarias de A O C . De hecho, estudios de corto
plazo sobre los A IC han dem ostrado poco efecto en la presión arterial, la he
m ostasis y la coagulación, el m etabolism o de los lípidos y la función hepática,
en com paración con los A O C . A dem ás, la adm inistración por vía parenteral
de los A IC elim ina los efectos de prim er paso hepático de las horm onas. Por
otra parte, las tasas de descontinuación son m enores con A IC que con A O C .
En 1998 publicam os los resultados de un estudio prospectivo, abierto, mul-
ticéntrico realizado en Colom bia, que evaluó en total 743 ciclos, de pacientes
que luego de consejería escogieron anticoncepción inyectable mensual. El ob
jetivo fue evaluar en m ujeres colom bianas la eficacia, tolerancia, control del
ciclo y efectos sobre m etabolism o lipídico del inyectable m ensual anticoncep
tivo de 50 m g de enantato de noretisterona y 5 m g de valerato de estradiol, du
rante 12 meses de uso. Se realizó evaluación clínica m ensual y control de perfil
lipídico antes y cada 3 m eses durante el uso del inyectable. Para recolección de
la inform ación se utilizó un form ulario-historia precodificado, la cual se pro
cesó m ediante el program a estadístico SPSS/PC , con pruebas estadísticas de
[152]
11 Inyectables mensuales
[15 3 ]
12.
Los sistemas transdérm icos para adm inistrar m edicam entos se han utilizado
para control del dolor, dejar de fum ar, en el tratam iento de enferm edades
cardiovasculares, terapias de reem plazo horm onal, control de problem as de
m otricidad, tratam iento de hipertensión arterial, prevención del dolor angi
noso y ahora com o anticonceptivos.
Inicialm ente se utilizó progesterona disuelta en un gel de hidroalcohol
para el tratam iento local de la m astodinia. Esta terapia no tenía efectos sisté-
m icos, pues la enzim a 5 alfa reductasa localizada en la piel convierte la pro
gesterona en 5 alfa dehidroprogesterona que es un m etabolito inactivo. Las
progestinas utilizadas en terapia de reem plazo horm onal y en anticoncepción
no son m etabolizadas por esta enzima.
La opción de anticoncepción transdérm ica no requiere para su aplicación
de proveedor(a) de salud, sino una usuaria m otivada para colocar un parche
sem anal durante tres sem anas.
El parche con 20 cm 2 de área que contiene 6 m g de norelgestrom i-
na (N G M N ) y 0,60 m g de etinilestradiol (EE), libera 150 m icrogram os de
N G M N y 20 m icrogram os de E E en el torrente sanguíneo cada 24 horas. A l
igual que los A O C tienen efectos sobre FSH , LH , endom etrio, m oco cervical
y m otilidad tubaria, evitando el em barazo.
[155]
Parte III Anticoncepción hormonal combinada
[156]
12 Anticoncepción transdérmica
Adhesividad
La adhesividad se evaluó indirectam ente p o r las tasas de reem plazo debi
do al desprendim iento parcial o total del parche. La experiencia con más de
70.000 parches em pleados com o anticonceptivos por 6 a 13 ciclos, m ostró
que 4,7% de los parches fueron reem plazados, ya sea porque se cayeron (1,8%)
o por desprendim iento parcial (2,9%). De m anera sim ilar en un pequeño
[15 7 ]
Parte III Anticoncepción hormonal combinada
estudio sobre el uso del parche en condiciones de ejercicio físico, de tem pera
tura y hum edad variables, m enos del 2% de los parches se reemplazaron por
desprendim iento total o parcial.
[158]
13.
[159 ]
Parte III Anticoncepción hormonal com binada
[161]
Parte III Anticoncepción hormonal combinada
m ujeres colom bianas por su alta eficacia, pocos efectos secundarios, excelen
te control del ciclo y fácil uso.
D eseo Satisfacción
AM A
AMA
AOC
AOC
41 41 Aumentó 33 27
□ Sin cambio
I I Disminuyó
41 32 33 26
(en porcentajes)
C iclo s
6 12 6 12 6 12 12
[162]
Parte IV
Forma de uso
La inyección contiene 150 m gr de A M P D en una suspensión acuosa para
aplicación cada tres meses. C onvencionalm ente se ha sugerido la prim era d o
sis durante los prim eros días del ciclo con el fin de lograr inhibir la ovulación
desde el prim er mes; sin em bargo, si por alguna razón no se puede, en ese
m om ento no es necesario esperar hasta la próxim a m enstruación, solo debe
m os estar razonablem ente seguros de que no h ay una gestación en curso y se
puede aplicar.
[165]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
Beneficios no anticonceptivos
A lgun o s beneficios son sim ilares a los encontrados con preparaciones
com binadas horm onales orales, transdérm icas, vaginales o inyectables, pero
al no tener el inyectable trim estral estrógenos hay algunas diferencias. Sim ilar
a los anovulatorios com binados, el A M P D protege contra anem ia ferropéni-
ca, dism enorrea y cáncer endom etrial. La dism inución del riesgo de cáncer
endom etrial ha sido hasta del 80%, protección que perdura aun después de
suspender el m edicam ento. U no de los m ecanism os de acción anticonceptiva
del A M P D es producir espesam iento del m oco cervical que im pide el ascenso
de esperm atozoides y de bacterias, dism inuyendo el riesgo de em barazo ectó-
pico y de enferm edad pélvica inflam atoria.
Es una excelente opción anticonceptiva para m ujeres con anem ia de célu
las falciform es, pues experim entos in vitro en 1967 dem ostraban que la pro-
gesterona, testosterona y norandrosterolona inhibían el desarrollo de hem a
tíes falciform es en la sangre, posiblem ente gracias a una acción estabilizadora
de la m em brana eritrocitaria. Así, el A M P D , adem ás de servir com o método
anticonceptivo, dism inuye el núm ero de crisis falciform es en estas pacientes.
La gestación en m ujeres con síndrom es convulsivos puede tener riesgos
com o traum atism os m aternos o fetales, así com o sufrim iento fetal. El uso de
m edicam entos anticonvulsivantes com o el ácido valproico y la fenitoína se
ha asociado con m ayor incidencia de m alform aciones congénitas; po r ende,
la anticoncepción juega un papel im portante en este tipo de pacientes. Se ha
sugerido que el A M P D tiene per se acción anticonvulsivante y, a diferencia de
otras opciones horm onales anticonceptivas, su eficacia anticonceptiva no se
ve dism inuida por el uso de algunos anticonvulsivantes.
Se ha encontrado que el uso prolongado de A M P D puede dism inuir la
incidencia de m iom as, así com o la necesidad de histerectom ía p or esta causa.
La ausencia m enstrual tan frecuente con el uso de D M PA m ejora con d i
ciones asociadas al ciclo m enstrual com o dism enorrea, síndrom e de tensión
[166]
14 Anticoncepción inyectable trimestral
prem enstrual, cefalea catam enial, m enorragia, epilepsia catam enial, dolor
asociado a endom etriosis, dolor pélvico o dispareunia de origen ovárico en
mujeres histerectomizadas.
Efectos esperados
Por ser un m étodo de solo progestina puede tener efectos im portantes en
el control del ciclo y al ser de depósito tam bién puede retrasar el retorno de
la fertilidad, lo que discutirem os a continuación junto a las evidencias sobre
efectos cardiovasculares, potencial oncogénico, peso corporal, estado de án i
mo y osteopenia.
Cambios menstruales
C on inyectables trim estrales al igual que con otros anticonceptivos de solo
progestina (m inipíldora, implantes subdérm icos), hay que aclarar durante la
consejería cóm o pueden ser los ciclos m enstruales, pues hay gran diferencia
sociocultural en la aceptación de los cam bios en los patrones de sangrado.
Desde los com ienzos de la hum anidad, la m enstruación ha estado rodeada de
mitos; por eso, para algunas culturas es m uy aceptada, pues da a las m ujeres la
idea de norm alidad y fertilidad; a veces su ausencia las enferm a, ya que creen
que la m enstruación elim ina toxinas o grasas y al “no salir”, pueden “enfer
marse o aum entar de peso”. Sin em bargo, para otras culturas es indeseable,
pues la asocian a la idea de “suciedad”, “enferm edad”, “ im pureza” o “castigo
m enstrual”, por lo cual a veces se les prohíbe participar en cerem onias reli
giosas. Recordem os cóm o se expresaba Plinio el Joven de la m enstruación: “Si
una m ujer m enstruando se sienta bajo un árbol, la fruta caerá, un espejo de
colorará su brillo si lo m ira y un cuchillo se tornará rom o, las abejas m orirán
y los perros que saboreen su sangre se volverán rabiosos. D ifícilm ente podrá
encontrarse algo m ás m onstruoso que el flujo de ellas”.
Durante la m enstruación, la religión prohíbe a las m usulm anas que oren,
ayunen, toquen ciertos libros sagrados o realicen algunos rituales de p ere
grinaje. A menudo, las m usulm anas consideran que la sangre m enstrual es
contaminante y que su suciedad es contagiosa. C uando están m enstruando,
tienden a evitar acercarse a lactantes pequeños o a m ujeres em barazadas.
En Egipto, las toallas y la ropa m anchada de sangre m enstrual no se lavan
con otros artículos del hogar. Y, aunque la religión no prohíbe a las m ujeres
que se duchen cuando están m enstruando, algunas m usulm anas creen que
no es saludable hacerlo. En los países de la antigua Yugoslavia, a veces se pro
híbe a las cristianas que asistan a festivales de la iglesia y que realicen tareas
dom ésticas cuando están m enstruando.
Para m uchas mujeres, otros m étodos de solo progestinas que tiene alta
incidencia de m anchado com o los im plantes subdérm icos no son tolerables
y prefieren aquellos que producen hipom enorrea o am enorrea (sistemas
[ 167 ]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
Retorno de fertilidad
No existe la posibilidad de infertilidad perm anente asociada a este método,
lo que sucede es que al ser un m étodo de larga duración, puede dem orarse el
retorno de la fertilidad después de suspenderlo. Se ha encontrado ovulación
en usuarias desde el cuarto m es de la últim a inyección, pero algunas pueden
dem orar unos pocos m eses m ás en ovular.
En un estudio a gran escala en Estados U nidos con m ujeres que suspen
dieron el inyectable trim estral buscando gestación, se obtuvo inform ación del
61% de ellas, encontrando que desde la últim a inyección habían concebido
el 68% en los prim eros 12 meses, el 83% dentro de los prim eros 15 meses y el
93% en los prim eros 18 meses. E l tiem po prom edio de concepción luego de la
últim a inyección fue de 10 meses.
[168]
14 Anticoncepción inyectable trimestral
Estado de ánimo
La m ayor parte de las publicaciones no reportan asociación entre depre
sión y uso de A M PD . En un ensayo clínico con 3.857 m ujeres, m enos del 2%
reportaron síntomas depresivos. O tros seis estudios m encionados po r W es
th off realizados en varios ámbitos, incluyendo práctica privada, clínicas de
adolescentes, hospitales siquiátricos y clínicas de planificación fam iliar no
encontraron relación con depresión.
Existe la creencia de asociación entre preparados horm onales solos o co m
binados (anovulatorios orales, A M P D ) con depresión, pero no hay clara evi
dencia de su asociación, p o r lo que hoy se acepta que aunque el antecedente
de depresión puede predisponer a que con terapia horm onal anticonceptiva
se exacerben los síntom as en un pequeño subgrupo de usuarias, el riesgo-
beneficio de la anticoncepción es mayor, por lo que incluso m ujeres con sín
tomas depresivos previos a la anticoncepción horm onal pueden tolerarla sin
exacerbación de los síntomas.
Enfermedad cardiovascular
La O M S publicó los resultados de un gran estudio de casos y controles
m ulticéntrico en varios países que evaluó el riesgo de enferm edades card io
vasculares con el inyectable trim estral de A M P D , no encontrando aum ento
significativo de riesgo cardiovascular (tabla 9).
Tabla 9. Riesgo card iovascular en usuarias de A M P D y an o vulatorio s com b in ad o s
(< 5 0 pg estrógenos)*
Evento Casos(n) Controles (n) O R ajustado IC 95%
Accidente cerebrovascular
AMPD 25 81 0,89 0,53-1,49
AOC 2198 6068 1,41 0,90-2,20
Infarto agudo miocardio
AMPD 1 7 0,66 0,07-6,00
AOC 28 33 4,69 2,02-10,9
Tromboembolismo venoso
AMPD 11 34 2,19 0,66-7,26
AOC 132 198 4,32 2,88-6,49
OR: O dds Ratio.
A M P D : A ce ta to de m edroxiprogesterona de depósito.
* A daptada de W e sth o ff C. D epot-m e d ro xyprog este ro ne acetate injection (D ep o-P rove ra ® ): a h ig h ly effe ctive
Osteopenia
H ay diversos resultados en la literatura relacionados con la posibilidad
de osteopenia y uso de A M PD . En dos estudios diferentes, el prim ero de
O rr-W alker y cois en m ujeres posm enopáusicas, y el segundo de Petiti D B y
[169]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
[J7 0 ]
14 Anticoncepción inyectable trimestral
[1 7 1 ]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
[1 72]
14 Anticoncepción inyectable trimestral
Futuro de preparados de AM PD
En diciem bre de 2004, la F D A de Estados U nidos aprobó el preparado de
A M P D para uso subcutáneo que contiene 30% m enos preparado que el inyec
table trim estral (104 m gr vs. 150 m gr). Su uso es exclusivam ente subcutáneo y
se aplica de igual form a cada tres meses. Se ha reportado sim ilar efectividad
pero menores efectos secundarios. Recientem ente tam bién fue aprobada esta
presentación en el Reino Unido. Viene en jerin gas precargadas con aguja co r
ta, así que la m ujer puede aplicarse por sí m ism a la dosis trim estral. E s posible
que en los próxim os 5 años esté am pliam ente disponible en nuestra región y
en particular en C olom bia ya está disponible desde el 2010.
(173]
15 .
Actualm ente existe una gran variedad de m étodos anticonceptivos, com o los
implantes subdérm icos, que constituyen uno de los más im portantes avances
tecnológicos en las últim as tres décadas. D entro de sus ventajas se incluyen:
larga duración, alta efectividad con bajas dosis de progestina, ausencia de es
trógenos, confidencialidad y pronta reversibilidad.
Existen varios tipos de im plantes no absorbibles que utilizan algún p ro
gestágeno, los hay de una, dos y seis barras, así com o no biodegradables y
biodegradables. En C olom bia están disponibles los no biodegradables de le
vonorgestrel de dos y seis barras, y el de una barra de etonogestrel. Son tan
efectivos com o la esterilización y los D IU , más eficaces que la anticoncepción
oral y los m étodos de barrera. Una razón para explicar esta alta eficacia es la
naturaleza de los sistemas de liberación, que no dependen del cum plim iento
de la usuaria. D esde su aplicación no son necesarias revisiones frecuentes o
instrucciones de uso, com o ocurre con otros tipos de m étodos; adem ás, la
efectividad teórica está m uy ajustada a la real.
Los implantes requieren un procedim iento quirúrgico m enor para su co
locación y retiro, pero se necesita pericia por parte de personal entrenado.
Son m étodos seguros, altamente eficaces y rápidam ente reversibles. D ebido a
que es un m étodo de solo progestágeno, lo pueden utilizar m ujeres que pre
sentan alguna contraindicación para el em pleo de estrógenos. La liberación
mantenida de bajas dosis de progestágeno evita las altas tasas iniciales que
se alcanzan al em plear anticonceptivos inyectables o las variaciones diarias
asociadas con anticonceptivos orales. N o se relaciona con el coito y su efi
cacia real de uso se correlaciona bien con la tasa de expectativa teórica. Los
implantes son una excelente elección durante la lactancia m aterna, pues no la
afectan. Se puede aplicar a partir de la tercera a sexta sem ana después del p ar
to, o durante la m enstruación. A las 24 horas de aplicación ejercen su acción
anticonceptiva, con una tasa de eficacia del 99%. Se puede tam bién insertar
en cualquier momento, siem pre y cuando estem os seguros de que la m ujer no
está embarazada, pero se requiere en este caso protección adicional durante
una semana.
[17 5 ]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
Implantes no biodegradables
Son aquellos que requieren un procedim iento quirúrgico para su extrac
ción.
[176]
15 Implantes subdérmicos anticonceptivos y píldora de sólo progestina
Mecanismo de acción
La tasa de liberación de la barra está determ inada por el área total de su
perficie y espesor de la pared de la mism a. El L N G se difunde a través de la
pared de la barra hacia los tejidos lim ítrofes, donde es absorbido por el sis
tema circulatorio y distribuido sistém icam ente. A las 24 horas después de la
inserción, la concentración plasm ática de L N G está entre 0.4 a 0.5 ng/ml, lo
suficientemente alta para prevenir la concepción.
Las barras liberan aproxim adam ente 80 |ig de L N G cada 24 horas durante
los prim eros 6 a 12 m eses de uso. Esta tasa dism inuye gradualm ente hasta 50
|ig al día durante 9 meses y llega a 30 ¡ag diarios en el resto de tiem po de uso.
Los 80 |ig de horm ona liberada p o r los im plantes durante los prim eros meses
de empleo son aproxim adam ente equivalentes a la dosis diaria de L N G lib e
rada por la m inipíldora, y el 25% - 50% de la dosis activa en los casos de em
pleo de anticonceptivos orales com binados de bajas dosis. C oncentraciones
por debajo de 0.20 ng/ml están asociadas con un increm ento en las tasas de
em barazos. Tras 6 meses de uso, las concentraciones diarias de L N G están al
rededor de o.35ng/ml, a los 2 años y m edio los niveles decrecen hasta o.i^ng/
ml, m anteniéndose alrededor de esta cifra hasta los 5 años.
Inhiben la actividad de la FSH parcialm ente; por lo tanto, perm iten el
desarrollo folicular y la secreción de estradiol endógeno. La ventaja es que
no se requieren estrógenos exógenos pero se presenta un san grado genital
im predecible dado po r la secreción de estradiol fluctuante junto con la ano-
vulación [que se presenta com o resultado de la inhibición de la LH por la
interferencia con retroalim entación positiva (feedback +) de los estrógenos].
El principal tipo de sangrado es el goteo (spotting), pero es m uy rara la an e
m ia por esta causa.
Los niveles circulantes de L N G pueden afectarse en función de los valores
de las globulinas trasportadoras de horm onas sexuales (G T H S). El L N G tiene
una alta afinidad por las G T H S. Después de la segunda sem ana de la inser
ción los niveles de G T H S bajan rápidam ente para luego alcanzar la m itad de
los valores previos a la colocación del im plante alrededor del año de uso.
Dentro de los m ecanism os de acción se describen:
x Los niveles constantes del L N G tienen un m arcado efecto sobre el
m oco cervical; este se espesa y dism inuye en cantidad, form ando una
barrera que dificulta la penetración esperm ática (principal m ecanism o
de acción).
2 El L N G inhibe en hipotálam o e hipófisis la form ación de la h orm o
na luteinizante y, por lo tanto, el pico preovulatorio necesario para la
[1 7 7 ]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
[178]
15 Implantes subdérmicos anticonceptivos y píldora de sólo progestina
Eficacia
Es un m étodo altam ente efectivo. E n estudios realizados en 11 países con
12.133 m ujeres por año de uso, la tasa de em barazos fue de 0,2 p o r cada 10 0
m ujeres por año de uso. Todos m enos uno de los em barazos que o cu rrieron
durante esta evaluación, se presentaron en las horas siguientes a la co lo ca
ción del implante. Si se excluye del análisis esta fase lútea de inserción, la
tasa de em barazos en el prim er año fue de 0 ,0 1 p o r cada 10 0 m ujeres p o r año
de uso. La tasa de em barazos total tras dos años de uso en nueve países fue
de 0,2% por cada 10 0 m ujeres año de uso. La tasa de em barazos obtenidos
en los ensayos clínicos en Estados U nidos durante el segundo año de em pleo
fue más alta (2.1 po r cada 10 0 m ujeres y año de uso). D os factores pueden
explicar esta diferencia. En p rim er lugar, el peso corp oral prom edio de las
usuarias norteam ericanas era m ayor que en los estudios realizados en otros
países. E nsayos clínicos han dem ostrado una directa correlación entre un
peso m ayor de 70 kg y un increm ento en el riesgo de em barazo, pero incluso
para m ujeres obesas el em barazo es m enos frecuente si se com para con la
anticoncepción oral. Por otra parte, se han utilizado dos tipos distintos de
barras de silastic para la fabricación de los im plantes. El p rim er tipo conte
nía una gran proporción de m aterial inerte y era m ás denso; con el otro o cu
rre lo contrario, observán dose una m ayor tasa de em barazos en pacientes
que utilizaron el prim er tipo. H oy se utiliza el segundo tipo. Sin em bargo, las
usuarias que pesen m ás de 80 kg deben saber que tanto los im plantes de dos
com o de seis barras dism inuyen su eficacia después del cuarto año de uso
y las que están entre 70 y 79 kg de peso deben saber que el im plante de seis
barras dism inuye su eficacia después del quinto año. Estas u suarias pueden
desear cam biar sus im plantes m ás tem pranam ente.
La tasa de em barazo ectópico en usuarias de im plantes se ha estim ado en
0,28 por cada 1.000 m ujeres al año. A pesar de que el riesgo de em barazo en
[17 9 ]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
usuarias de im plantes es bajo, cuando se produce hay que sospechar que este
sea ectópico.
Efectos metabólicos
La exposición a la liberación m antenida de bajas dosis de L N G por parte
de los im plantes no se ha asociado a cam bios m etabólicos significativos. Los
estudios realizados sobre el efecto en el m etabolism o de los carbohidratos,
función hepática, coagulación sanguínea, niveles de inm unoglobulina, nive
les séricos del cortisol y bioquím ica sanguínea no han encontrado cambios
significativos. No se ha dem ostrado un m ayor im pacto sobre el perfil de las
lipoproteínas.
Efectos secundarios
L a aparición de efectos secundarios serios es m uy rara y no m uy diferente
a la observada en la población general. A dem ás de los cam bios menstruales,
se han descrito los siguientes: acné, cefalea, variaciones del peso corporal,
m astodinia, hiperpigm entación sobre los implantes, hirsutism o, depresión,
cam bios en el estado de ánim o, ansiedad, nerviosism o, form ación de quistes
ováricos y galactorrea.
N o es fácil saber cuál de estos efectos secundarios se debe a la acción del
LN G . La usuaria puede encontrar estos efectos tolerables tras ser inform ada
[180]
15 Implantes subdérmicos anticonceptivos y píldora de sólo progestina
que no suponen un grave riesgo para su salud. M uchas de las quejas se solu
cionan tranquilizando a la paciente.
Técnica de aplicación
La inserción se lleva a cabo bajo anestesia local p o r personal profesional
de m edicina o de enferm ería debidam ente capacitado en consejería y en la
técnica tanto de inserción com o de extracción. Se debe inform ar detallada
mente a la paciente, dando una descripción del m étodo, incluyendo su efec
tividad, efectos secundarios, riesgos, beneficios, procedim ientos de inserción
y extracción. Debe incluir un repaso de las com plicaciones potenciales, com o
reacción local al anestésico, infección, expulsión de los im plantes, hem atom a
y posibilidad de aparición de dificultades para su extracción.
El procedim iento de inserción dura de 5 a 10 m inutos y es im portante la
adecuada colocación para que la extracción sea fácil. Si los im plantes se colo
can justo bajo la piel y paralela a la m ism a (subdérm icam ente), con un extre
mo cerca del lugar de incisión, y el opuesto distribuido en form a de abanico
(seis barras) o en form a de “ V ” (dos barras), la extracción será m ás fácil.
Se coloca la paciente en posición supina, con la parte interna del brazo no
dom inante expuesta. Para m inim izar el riesgo de infección, se m antendrá una
estricta asepsia desde el com ienzo del procedim iento. Se infiltra la piel con
anestésico local y en la dirección de colocación de los im plantes en el tejido
subcutáneo, requiriéndose entre 1 a 5 c.c. de solución anestésica. El sitio de
incisión usualmente es sobre la línea m edia axilar y 8 a 10 cm por encim a del
pliegue del codo. Se requiere un trocar para la colocación, que presenta tres
m arcas a lo largo de su superficie. La prim era m arca está junto al biselado e
indica hasta dónde se debe retirar antes de dirigir el m ism o para colocar el si
guiente implante. La segunda m arca es para el de seis barras y la tercera -m á s
d istal- para el de dos barras) e indica el lugar hasta donde se debe penetrar
bajo la piel antes de cargar los im plantes para su colocación.
En la figura 10 se observa secuencialm ente: 1) el trocar insertado hasta la
tercer m arca y cóm o se carga la cápsula; 2) la form a en que se retrae el trocar
manteniendo fija la guía; 3) se m uestra la prim era m arca que indica hasta
dónde se retira el trocar antes de cargar la otra cápsula.
El implante debe quedar com o m ínim o a 0,5 cm de la incisión y en form a
de abanico o “V ”, m anteniendo + / - 1 5 grados entre un im plante y otro.
Después de insertar todos los implantes, la piel se cubre con un vendaje
adhesivo; la sutura de la incisión no es necesaria.
El riesgo de infección tras la inserción está alrededor del 0,8% y ocurre
generalm ente durante la prim era semana.
[181]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
[182]
15 Implantes subdérmlcos anticonceptivos y píldora de sólo progestina
Técnicas de extracción
Aunque la extracción es un procedim iento que requiere pocos instrum en
tos es necesario que la persona tenga entrenam iento y experiencia en la téc
nica.
Una adecuada colocación y posicionam iento de los implantes en el m o
mento de la inserción es el factor más im portante para una fácil extracción
en el futuro.
El tiem po necesario para la extracción fluctúa entre 5 y 20 m inutos para
el de seis barras. Para el de dos barras, el tiem po está entre 3 a 10 m inutos. La
causa más frecuente de m olestia durante el procedim iento es la inyección del
anestésico local.
Para la extracción se coloca a la paciente en posición supina con el brazo
extendido de tal form a que se sienta cóm oda. Se realiza asepsia y antisepsia
de la zona, se deben palpar los implantes antes de em pezar; si alguna parte o
algún implante no puede ser localizado, a veces es necesario utilizar ecografía
o R X para localizarlos, lo cual es m uy raro.
Previo lavado de m anos y con guantes estériles, se presiona selectivam ente
hacia abajo en el extrem o proxim al de las barras, palpando su extrem o dis
tal con un dedo, se localiza un lugar para realizar la incisión. La adecuada
selección del sitio para realizar la incisión es un paso im portante para que la
extracción sea fácil. El m ejor lugar es justo en el extrem o distal de las barras
a mitad de cam ino entre el implante más m edial y el más lateral, pero prefe
riblemente la incisión debe practicarse en el m ism o lugar donde se realizó
la inserción. La colocación de la anestesia se realiza en piel y tejido celular
subcutáneo por debajo de cada uno de los implantes, se requiere 0,5 a 2 c.c. de
la solución. La inyección de dem asiado anestésico sobre los im plantes puede
ocultarlos. Se practica una incisión de 2-4 m m justo en el punto m edio del
lugar donde se agrupan los extrem os de los dos o seis implantes. Por lo gene
ral, no es necesaria una incisión excesivam ente am plia, ya que un sangrado
profuso puede dificultar la observación de los implantes. El im plante más
cercano y superficial a la incisión es el prim ero en retirarse. Esta barra se em
puja hacia la incisión con los dedos hasta que se hace visible y se m antienen
fija mientras abrim os la zona fibrosa con bisturí, teniendo cuidado de no sec
cionar los implantes (técnica de pop-out). Si hay dificultad con esta técnica,
se puede tom ar la punta del im plante con una pinza hem ostática curva. Las
áreas de fibrosis que recubren los im plantes se liberan em pleando la hoja del
bisturí, teniendo cuidado de no seccionar los implantes. A l abrir la banda
fibrosa, se visualiza la barra del im plante pudiendo de esta form a ser tom ado
[183]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
con una pinza para traccionarlo y retirarlo. Este procedim iento se repite con
los im plantes restantes.
Si el im plante no puede ser guiado hasta la incisión, las ram as de la pinza
hem ostática se introducen en el interior de la incisión y se abren bajo la piel,
disecando los planos tisulares. La pinza se introduce con las ramas abiertas y
al m ism o tiem po se guía el im plante entre am bas ram as con presión digital
externa sobre la piel que recubre la zona. Esta presión sobre los implantes y
con la pinza introducida es la parte más dolorosa del procedim iento, si no se
ha colocado adecuadam ente la anestesia. Cuando el implante es em pujado
entre las ram as de la pinza, ésta se fija, teniendo precaución de no pinzar ex
cesivam ente fuerte la barra de silastic, ya que puede fracturarse y hacer más
difícil la extracción. Si el im plante no puede verse tras una ligera tracción, se
m anipula la pinza de m anera que se produzca un giro de 180 grados quedan
do en dirección opuesta, hacia la cabeza de la paciente. La parte visible del
im plante se tom a con una pinza recta previo corte de la zona fibrosa, se retira
la pinza cu rva y se extrae el im plante con una suave tracción. Este procedi
m iento se realiza con todos los implantes.
Para o clu ir la incisión, se utiliza un vendaje adhesivo aproxim ando los
bordes de la h erid a (tipo m ariposa), se coloca un vendaje com presivo que
se retira al día siguiente (no colocar vendajes circulares sobre el brazo). La
fibrosis de la zona puede perm an ecer algunos m eses, causando a la paciente
la sensación de que algún im plante pueda perm an ecer dentro. Por esta ra
zón, es im portante m ostrarle la totalidad de los m ism os en el m om ento de
la extracción.
Si la extracción es m u y d ifícil, dolorosa o prolongada se puede in terru m
pir el procedim iento y la paciente vo lver en pocas sem anas para com pletar
la m ism a.
Implantes de etonogestrel
Los nuevos progestágenos (desogestrel, gestodeno, nestorona, nomegestrel
y norgestim ato) son m enos androgénicos que el levonorgestrel y pueden ser
útiles com o im plantes anticonceptivos. Un ejem plo es el implante de etono
gestrel, disponible recientemente en Colom bia. Es un implante único de 4
cm de largo y 2 m m de diám etro, que contiene 68 m g de 3 cetodesogestrel
(etonogestrel) en un núcleo de acetato de etinilvinilo, envuelto en una m em
brana del m ism o material. La horm ona es liberada en una cantidad de 60 pg
diarios. Está diseñado para ser anovulatorio hasta por 3 años, tras los cuales
debe retirarse el implante. El desarrollo farm acéutico de este implante ocurre
entre 1983 y 1988, y el desarrollo clínico entre 1988 y 1996.
[184]
15 Implantes subdérmicos anticonceptivos y píldora de sólo progestina
Mecanismo de acción
Este implante se ha desarrollado específicam ente para inhibir la ovulación
durante el periodo total de uso. La ocurrencia de am enorrea durante el uso es
cerca del 20% y la posibilidad de que sea causada por em barazo es m uy baja.
Esto es confirm ado por la eficacia reportada para el nuevo implante.
Ventajas
Los m etaanálisis han tenido en cuenta la farm acocinética, farm acodina-
mia, eficacia, sangrado irregular, efectos colaterales, inserción y extracción en
estudios com parativos con implantes de LN G .
Los resultados de esos m etaanálisis pueden resum irse en los siguientes d a
tos:
• Inserción más fácil y rápida.
• Anticoncepción inmediata cuando se inserta en los días 1-5 del ciclo.
• Eficacia anticonceptiva por un período de tres años.
• Los niveles endógenos de estradiol son adecuados.
• N o se han observado cambios en los signos vitales o el peso corporal.
• No ocurren anorm alidades endometriales.
• La tolerancia es igual a la de los otros implantes de solo progestágeno
en relación con los trastornos del ciclo.
• El endom etrio no es atrófico y m uestra escasa proliferación que puede
m edirse ecográficamente.
• N o ocurren alteraciones clínicas y m etabólicas relevantes en relación
con metabolismo lipídico, de carbohidratos, función hepática y órga
nos endocrinos.
• Rem over el implante es fácil y rápido, seguido por un retorno rápido a
los ciclos ovulatorios. La prim era ovulación puede o cu rrir pocos días
después de removerlo.
Inserción y extracción
Este implante requiere inserción y rem oción por personal calificado, es
esencial una consejería adecuada antes de la inserción y debe incluir eficacia
anticonceptiva, el procedim iento de inserción y rem oción adem ás de posibles
efectos adversos.
El tiempo de inserción y rem oción han sido evaluados en seis estudios
abiertos com parándolo con im plantes de LN G . En los estudios com parativos,
el tiem po m edio requerido para su inserción es de 1,1 m in., y para rem overlo,
de 2,6 m in, cuatro veces m ás rápido que con los de LN G .
Se inserta en la parte superior del brazo no dom inante, 6-8 cm arriba del
codo bajo condiciones asépticas. La aguja es introducida directam ente bajo
la piel después de que el obturador se gira 90 grados. La cánula es em pujada
[185]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
Los resultados de los estudios con un total de 1.716 mujeres, indican que la
inserción y rem oción son procedim ientos de bajas com plicaciones.
E l tiem po de inserción y rem oción difiere significativam ente con respecto
a los de L N G en estudios com parativos; en este último, el tiem po m edio de
inserción fue de 4,3 m in, y para retirarlo de 10 ,2 min. El tiem po m edio de
inserción del de E T N G fue de 1,1 m in, y su extracción de 2,6 m in, lo cual re
presenta cuatro veces m enor tiempo.
Farmacocinética
Tiene una rata de absorción de 60 (j.g/ día después de tres meses, la cual
decrece lentam ente a 30 |ig/ día al final del segundo año. La depuración per
m aneció alrededor de 7,5 L/h. C on una biodisponibilidad y depuración que
[186]
15 Implantes subdérmicos anticonceptivos y píldora de sólo progestina
Eficacia
La eficacia fue del 100% en 53.530 ciclos (4.103 m ujeres/año). N o se repor
taron em barazos (índice de Pearl de 0,0 [IC 95%, 0 ,00-0,09 ]). L a ovulación
fue inhibida pero se m antuvieron otras funciones del ovario (crecim iento fo
licular, síntesis de estrógenos). Las concentraciones séricas de FSH fueron
ligeram ente m enores en relación con los niveles de preinserción y se inhibie
ron los picos de LH . Se increm enta la viscosidad del m oco cervical, el en d o
m etrio se hace delgado pero no atrófico, esto m uestra inactividad prim aria y
pobre proliferación. El retorno a la ovulación después de rem over el implante
es rápido.
Las usuarias del im plante de E T N G tienen m ás am enorrea y sangrado
prolongado, pero la diferencia es solo estadísticam ente significativa para la
amenorrea.
N o se encuentra una diferencia significativa en la aceptabilidad en los dos
productos.
El acné es frecuentem ente reportado com o un evento adverso con am bos
implantes (18,5% para E T N G y 23,3% para LN G ).
Implantes de nomegestrol
A ún no disponible en C o lom bia, es un im plante sim ple de silastic que
contiene acetato de nom egestrol (38 mg) con una tasa de liberación diaria
[187]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
[188]
15 Implantes subdérmicos anticonceptivos y píldora de sólo progestina
Implantes biodegradables
Son aquellos que no requieren procedim iento de extracción, pues se bio-
degradan después de un tiempo.
[189]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
Capronor
Es una barra biodegradable hecha del polím ero poli-epsilon-caprolactona
que contiene L-N orgestrel, m ide m enos de 0,24 cm de diám etro por 2,5 a 4
cm de largo. La barra más pequeña tiene 26 m g L-Norgestrel. Esta progestina
viene suspendida en la barra en una solución oleosa de oleato de etilo. Sirve
por 18 m eses y, por ser biodegradable, no hay necesidad de retirarlo com o
sucede con los no biodegradables; se inserta bajo la piel del brazo o muslo
con una cánula especial. Se ha reportado que produce m enor cantidad de
alteraciones m enstruales.
Gránulos de noretindrona
Traen 85% de noretindrona y 15% de colesterol puro, y cada gránulo contie
ne 35 m g de noretindrona, son gránulos un poco más grandes que un grano
de arroz, se pueden colocar en form a sim ilar que el capronor, introduciendo
de 2-4 gránulos, generalm ente 4, que producen anticoncepción por un año.
Microesferas-microcápsulas
Están hechas de un copolím ero biodegradable con una o dos horm onas,
tienen com o portador el poli dl-lactida-co-glucólido, pasando las horm onas
por lixiviación o difusión a través del portador y luego por desgaste del m is
mo. Su tam año varía de 0,06 a o ,i m m . En m icroesferas se han usado para
adm inistrar testosterona, antagonistas de LH R H y se podrían en el futuro
usar para terapia de suplencia en m ujeres posm enopáusicas. Una inyección
de 3 m eses con 10 0 m g de noretindrona libera 0,66 mg/día. Se pueden colocar
sencillam ente con una aguja hipodérm ica. C o m o efectos secundarios se refie
ren sangrados irregulares y a veces am enorrea. Se han investigado m icroesfe
ras con otras horm onas com o progesterona y norgestimato, produciendo esta
últim a m enos sangrado.
[19 0 ]
15 Implantes subdérmicos anticonceptivos y píldora de sólo progestína
desogestrel que son anovulatorias) al com parar con usuarias de otros m éto
dos horm onales y no horm onales.
Las PSP se deben tom ar continuam ente por lo que, a diferencia de los A O C ,
no hay sangrado cíclico y los m anchados o ausencias m enstruales suelen ser
impredecibles tanto en el m om ento de aparición com o en la m agnitud del
sangrado, lo que debe aclararse en la consejería para evitar falta de adherencia
al método, lo cual es sim ilar a lo que pasa con los im plantes subdérm icos.
Un nicho im portante de uso es en el posparto; si hay lactancia, se puede
usar a partir de la sexta sem ana; si no hay lactancia, a partir de la tercera se
mana. En posaborto debe iniciarse inm ediatam ente.
E n nuestra región hay preparados de 30 ¡ag/día de levonorgestrel y 75 (_ig/
día de desogestrel. La posibilidad de anovulación es alta con el segundo pre
parado (97%).
Se está estudiando la posibilidad de utilizar la drospirenona, progestina
derivada de la 17 a-espirolactona com o PSP. Se ha reportado inhibición en el
91% de los ciclos estudiados con dosis de 3 mg/día.
Los efectos secundarios más com unes son:
• Sangrado intermenstrual
• M anchado
• Ciclos irregulares
Las PSP de Desogestrel tienen m ucho m ejor control del ciclo que las de
Levonorgestrel (figura 11).
Se ha encontrado m ejor eficacia anticonceptiva de la PSP de Desogestrel
com parando con las de L N G , incluso cuando se excluye su uso durante la
lactancia (figura 12).
En conclusión, la PSP de Desogestrel es la prim era píldora sin estrógeno
con inhibición casi total de la ovulación (97%), de excelente confiabilidad,
con m ejor control del ciclo com parada con otras PSP, con baja incidencia de
efectos secundarios y m ínim o sobre los parám etros m etabólicos, que adem ás
no ejerce efecto sobre la lactancia ni sobre el crecim iento de recién nacidos.
[ 1 9 1]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
■ 75 pg. Desogestrel
starters/switchers
E l 30 pg LNG
starters/switchers
C ollaborative Study G roup. Eur J C o ntrace pt Reprod H ealth Care 1 9 9 8;3 :16 9-78 .
C ollaborative S tudy G roup. Eur J C o ntrace pt Reprod H ealth Care 1998; 3 :1 6 9-78 .
[ 192]
16 .
[19 3]
Parte IV Anticoncepción de solo progestinas
[194]
16 Dispositivo intrauterino hormonal (endocepción)
las m ujeres dejan de m enstruar pero es posible que sigan teniendo m anchado
de vez en cuando. La form a de insertar el D IU puede afectar la cantidad de
sangrado. Si el D IU de L N G se coloca correctam ente en el fondo del útero, se
reduce la posibilidad de m anchado.
Las tasas de extracción por trastornos del sangrado parecen ser las m ism as
respecto a los dispositivos liberadores de L N G y de cobre durante el prim er
año (8,7 y 7,5%, respectivam ente). A l cabo de 5 años de uso, las tasas de extrac
ción por sangrado fueron considerablem ente m ás bajas entre las usuarias de
LN G com paradas con las usuarias del D IU de cobre.
El levonorgestrel espesa el m oco cervical lo que lo hace m enos penetrable
para los esperm atozoides o las bacterias. Por ende, la enferm edad pélvica in
flam atoria (EPI) puede reducirse. Un estudio de 3 años encontró una in ciden
cia de 0,5 casos de E P I por 100 usuarias de L N G , com paradas con 2,0 po r 100
usuarias de N ova T. O tros estudios indican que las tasas de E P I entre distintos
D IU m odernos no son diferentes. El dispositivo de L N G tam bién reduce el
riesgo de m iom as. Las tasas de em barazo ectópico y de expulsión parecen ser
iguales en el D IU T 380 de cobre y el de LN G .
Efectos secundarios h orm onales raros, com o acné, caída del cabello,
cam bio de peso, cefalea, m astodinia y depresión figuran entre las otras ra
zones por las que las m ujeres dejan de usar los D IU de L N G . Sin em bargo,
estos efectos secundarios infrecuentes representan solo 2,7% de las extrac
ciones. En un estudio m ulticéntrico realizado en Fin lan dia y B rasil con 484
m ujeres, no se detectó cam bio alguno en el peso de las usuarias de L N G al
cabo de un año.
Entre las usuarias de D IU de L N G tam bién se han detectado folículos per
sistentes, fenóm eno com únm ente relacionado con otros anticonceptivos de
solo progestina, com o im plantes subdérm icos de levonorgestrel y píldoras de
solo progestina. Si bien es cierto que los folículos persistentes son m ás co
munes entre las usuarias del D IU de L N G que entre las del D IU de cobre, los
efectos en la salud son leves. Los folículos m otivaron solo tres extracciones
entre las 1.821 m ujeres que habían usado el D IU de L N G po r un año. O tros es
tudios han dem ostrado que este dispositivo no tiene efectos detectables en la
presión arterial, el m etabolism o de hidratos de carbono ni en la coagulación.
Una vez que se extrae el D IU de L N G , la fertilidad regresa rápidam ente,
com o ocurre con la T de cobre 380 A . El 90% de las m ujeres que usan cual
quiera de estos dispositivos recuperan la fertilidad en el transcurso del prim er
año después de la extracción del DIU.
[19 5 ]
Parte V
[197]
V
17 .
[19 9 ]
Parte V Anticoncepción hormonal: impacto en peso y cáncer
[2 0 0 ]
17 ¿La anticoncepción hormonal produce aumento de peso?
[201]
Parte V Anticoncepción hormonal: impacto en peso y cáncer
[202]
17 ¿La anticoncepción hormonal produce aumento de peso?
[203]
18 .
Leiomiom as
Es bien conocida la relación de los m iom as con los estrógenos, razón po r
la cual durante la gestación aum entan de tam año para después del puerperio
dism inuir, así com o la dism inución y hasta desaparición de los m ism os en la
m enopausia; sin em bargo, en algunos trabajos com o en el de la A sociación
para estudio de la Planificación Fam iliar de O xford, se encontró que las m u
jeres que habían usado A O C por m ás de 10 años tenían un riesgo de un tercio
m enor de presentar m iom as al com pararlas con otras m ujeres no usuarias de
A O C.
Las evidencias parecen indicar que al igual que el cáncer de endom etrio,
los m iom as pueden ser consecuencia de estim ulación estrogénica no anta-
gonizada, pudiendo ser entonces el com ponente progestágeno de la píldora
el responsable de esta dism inución del riesgo de aparición de m iom as; sin
embargo, se necesita m ayor evidencia científica para dilucidar los hallazgos
de este estudio. A lgo sim ilar se ha m encionado con el inyectable trim estral.
Adenoma hipofisiario
Datos de varios estudios indican que la incidencia de adenom a de h ip ó
fisis en relación con grupos controles no se aum enta en la anticoncepción
horm onal.
[205]
Parte V Anticoncepción hormonal: impacto en peso y cáncer
Melanom a maligno
El consenso general es que los anticonceptivos horm onales no son un fac
tor de riesgo im portante.
Mama
Todos conocem os que los esteroides sexuales tienen acciones intracelula-
res que potencialm ente pueden desencadenar procesos mitóticos, lo cual se
sustenta en que la aparición de m enarquia tem prana se asocia con m ayor ries
go de cáncer de ovario, útero y de m am a, y la m enopausia precoz dism inuye
sustancialm ente estos riesgos. La m ujer con m enarquia después de los 12 años
tiene la m itad de riesgo de cáncer m am ario, si se com para con la m ujer que
tuvo su m enarquia antes de los 11 años. Las m ujeres con m enopausia después
de los 55 años tienen 203% m ás riesgo de cáncer m am ario que la m ujer que la
tuvo antes de los 44 años, sea por causas naturales o quirúrgicas. También se
ha dem ostrado la m itad de riesgo de cáncer m am ario en las m ujeres atletas
com paradas con las que no lo son.
Los estudios en m odelos anim ales tienen grandes inconvenientes por la d i
versidad de respuestas según el m odelo utilizado (es m uy diferente la respues
ta en perras Beagle, ratas o m onos Rhesus). La especie hum ana es quizás la
única en la que la glándula m am aria se desarrolla en la pubertad a diferencia
del resto de especies, donde lo hace en la prim era gestación. A ún si pudiéra
m os obviar el inconveniente de diferentes respuestas en las especies animales,
altas dosis de horm onas a corto térm ino en anim ales de experim entación no
necesariam ente van a producir iguales efectos que las bajas dosis en hum anos
por largo término.
H ay un m odelo anim al m u y interesante, el m arsupial Antichnus Stuartii,
que nace en prim avera y se aparea en otoño, las hem bras solo tienen un ciclo
estrogénico en la vid a y los m achos copulan con 16 o más hem bras en suce
sión y todos ellos m ueren luego de la estación de apaream iento po r perfora
ciones intestinales, infección po r parásitos e hiperplasia adrenal. Las hembras
en cam bio sobreviven a la siguiente prim avera cuando tienen el parto, si estos
m achos se castran sobreviven el segundo año y cuanto m ás precoz sea la cas
tración m ayor efecto.
In vitro se ha encontrado que algunas progestinas sintéticas inhiben el cre
cim iento de células tum orales m am arias de m anera dosis-dependiente.
Por lo anterior, la inform ación al respecto de cáncer m am ario es confusa.
La gran m ayoría de estudios no m uestran ni aum ento ni dism inución de car
cinom a de m am a, y hay conclusiones diversas. A lgunos muestran que no hay
aum ento entre los 25 y 39 años, otros m uestran aum ento si el uso fue m ayor
de 4-8 años en pacientes m enores de 25 años o antes de tener un em barazo a
térm ino; otros, aum ento en m ujeres con factores de riesgo com o nuliparidad
o con m enarquia antes de los 13 años; sin em bargo, la m ayoría no muestran
[206]
18 ¿La anticoncepción hormonal tiene efecto oncogénico?
[207]
Parte V Anticoncepción hormonal: impacto en peso y cáncer
y m elatonina del día prim ero al 21 del ciclo, con la hipótesis de que la melato-
nina potenciaría el efecto de la progesterona.
Cérvix
Varios investigadores han sugerido que el uso prolongado de A O C podría
asociarse a m ayor riesgo de cáncer cervical; sin em bargo, no es fácil con
ducir estudios al respecto, pues el cáncer de cérvix se asocia a la infección
persistente por viru s del papilom a hum ano, es difícil aislar variables com o
el núm ero de com pañeros sexuales, núm ero de contactos del com pañero, de
igual form a muchas de las usuarias pueden tener diagnóstico más precoz al
asistir a controles.
En estudios realizados en países industrializados han encontrado asocia
ción, m ientras que estudios en C osta Rica no. Los estudios de la O M S refieren
un leve aum ento en el riesgo relativo (1,3 a 1,8). N o está claro si esto refleja una
relación biológica o la influencia de factores de confusión.
Los estudios de Brinton, N egrin i y Schiffm an no muestran interacción en
tre el uso de anticonceptivos orales y el estado de virus del papilom a humano,
m ientras que una asociación estadísticam ente significativa fue observada por
Bosch y colaboradores entre m ujeres con cáncer invasivo de cérvix, uso de
A O C y estado virus del papilom a h um an o -A D N positivo (Odds Ratio: 6,5; p
< 0,05), que aum entó proporcionalm ente con el tiem po de uso. El defecto de
este estudio radica en que solo dos controles fueron positivos para virus del
papilom a h um an o-A D N .
Experim entalm ente el estrógeno y en particular los receptores de proges
terona pueden actuar com o cofactores en la prom oción de neoplasia cervical
en presencia de infección por el virus del papilom a hum ano. El estrógeno
increm enta la transcriptasa de proteínas transform adoras de la cepa 16 del
viru s, en la línea celular SiHa, adem ás es capaz de inm ortalizar células de la
zona de trasform ación del cérvix, m ostrando un aum ento de la hidroxilación
del estradiol en el C arbono 16, vía m etabólica que ha sido propuesta para un
m odelo de carcinogénesis que com bina efectos del viru s y estrógenos.
La progesterona y el viru s cepa 16 en presencia de oncogen ras, induce
trasform ación oncogénica.
Existen publicaciones desde 1990 que asocian el uso prolongado de A O C
con un leve increm ento en el riesgo de carcinom a in situ e invasivo de cérvix
(RR: 1,2). Se considera que hay un riesgo de 2-4 m ayor con persistencia de
virus del papilom a hum ano y largo uso de A O C (5 o m ás años). El riesgo dura
hasta 15 años.
Faltan estudios prospectivos controlados que aclaren la verdadera relación
entre cáncer cervical y el uso de A O C . Por lo pronto, en el balance riesgo-
beneficio, no se debe lim itar el uso de estos en la población general, por el
tem or a oncogénesis, la cual no ha sido dem ostrada. Se debe insistir en el
[208]
18 ¿La anticoncepción hormonal tiene efecto oncogénico?
Ovario y endometrio
En prim er lugar, revisem os lo relacionado con quistes funcionales ováricos
en los que la verdadera frecuencia de aparición no es fácil de docum entar,
pero lo que sí es cierto es que en países em ergentes com o los nuestros donde
han proliferado centros ecográficos con personal no necesariam ente califica
do, a diario se realizan diagnósticos de quistes ováricos; y cuando el profe
sional de la salud no tiene criterios claros decide explorar quirúrgicam ente
a la paciente con el consabido riesgo de una cirugía y la gran posibilidad de
alterar su fertilidad futura y m uchas veces con m orbilidad alta, al hacer cuñas
ováricas puede lesionar definitivam ente estos órganos con la consecuencia de
una insuficiencia ovárica prem atura.
Los anovulatorios orales com binados (A O C ) han m ostrado dism inución
de la aparición de quistes funcionales ováricos así: 50% para los quistes fo li
culares y 80% para los quistes del cuerpo lúteo.
Si bien lo anterior es cierto y a pesar de la conducta frecuente de usar A O C
para su tratam iento, no hay evidencia de que sirvan com o tratam iento de
quistes simples de ovario ya establecidos. C ontrario a esta práctica clínica co
m ún, los A O C no ayudan a que desaparezcan m ás rápido los quistes ováricos
funcionales, según una revisión de C ochrane publicada en octubre de 2009 y
llevada a cabo por Fam ily Health International con financiam iento parcial de
la U SA ID . Desde principios de los años setenta, los clínicos han creído que
los A O C pueden usarse para tratar estos quistes ováricos benignos porque el
uso de píldoras ha estado asociado a la incidencia inferior de tales quistes. Sin
embargo, la revisión C ochrane de cuatro ensayos controlados aleatorizados
que incluía anticonceptivos A O C usados para el tratam iento de quistes o vári
cos funcionales no encontró ningún dato probatorio que indique que tengan
algún efecto en su desaparición. D e hecho, la m ayoría de quistes desaparecie
ron sin tratam iento dentro de unos pocos ciclos. Los autores desalientan el
uso de A O C com o tratam iento para los quistes ováricos funcionales, y reco
m iendan com o m ejor enfoque observación estrecha por varios ciclos.
C on relación a cáncer de ovario y endom etrio, los prim eros estudios de ca
sos controles que dem ostraron prevención de cáncer de endom etrio y ovario
fueron llevados a cabo por algunos de los autores quienes habían dem ostrado
inicialm ente efectos adversos cardiovasculares. M ás adelante esto fue con
firm ado por un gran estudio realizado po r el C entro para Control de E n fer
m edades de Estados Unidos, denom inado C A S H (Contraceptive an d Steroid
Hormones), que dem ostró que el uso de 1 a 5 años de anovulatorios orales d is
m inuía en un 50-75% el riesgo de cáncer ovárico. Este efecto protector crece
proporcionalm ente al tiem po de uso y se extiende por lo m enos hasta 10 años
[2 0 9 ]
Parte V Anticoncepción hormonal: impacto en peso y cáncer
Hígado
El desarrollo de adenom a b enigno es raro y se puede ob servar en usua
rias que p o r largo tiem po utilizaron anovulatorios orales de altas dosis. En
los años noventa hubo algunos estudios británicos y am ericanos que re
portaron aum ento del riesgo de cáncer hepático asociado con el tiem po de
uso, pero el núm ero de pacientes fue pequeño y hubo diversos factores de
confusión. Los estudios de la O M S no han m ostrado dicho increm ento y se
asum e que los horm on ales no orales (anillos vaginales, parches, im plantes
subdérm icos, inyectables, etc.), pueden dism in uir o elim inar el posible ries
go de tum ores hepáticos.
[210]
18 ¿La anticoncepción hormonal tiene efecto oncogénico?
* A daptada de W e sth o ff C. D epot-m e d ro xyprog este ro ne acetate injection (D ep o-P rove ra ® ): a h ig h ly effe ctive
Conclusiones de la OM S
Respecto a este controvertido tema, la O M S concluye en resumen:
• Los efectos protectores de los A O C contra el cáncer de ovario y en
dom etrio son de igual m agnitud en los países en desarrollo y en los
desarrollados.
• Los a o c , com o han venido utilizándose no parecen haber producido
ningún efecto en el riesgo de cáncer m am ario en los países en desarro
llo, la posibilidad de un increm ento en dichos países debe investigarse
más antes de cualquier acción de salud pública. D e igual m anera, la
posibilidad de que su uso a tem prana edad pueda aum entar el ries
go o que el riesgo aum ente en ciertos subgrupos de m ujeres, requiere
más estudios antes de que se considere cam biar las recom endaciones
actuales.
• El uso de A O C puede increm entar el riesgo de cáncer cervical, parti
cularmente el riesgo de cáncer invasor, por otra parte, el aum ento de
riesgo observado puede deberse a características del com portam iento
de las usuarias o de sus com pañeros sexuales, las cuales aum entan la
probabilidad de exposición a ITS. C ualquier increm ento en el riesgo
de cáncer cervical no es m ayor en países en desarrollo. Lo aconseja
ble es que al igual que todas las m ujeres sexualm ente activas, aquellas
usuarias de A O C deben someterse a citologías cérvico-vaginales con
regularidad.
• Aunque los tumores hepáticos benignos y m alignos son com plicacio
nes raras con el uso de A O C en los países desarrollados, actualmente
Parte V Anticoncepción hormonal: impacto en peso y cáncer
[2 12 ]
Parte VI
Anticoncepción permanente
[ 2 13 ]
V
19 .
Técnicas
D e las técnicas quirúrgicas hechas por m inilaparotom ía, en nuestro país
la técnica de Pom eroy (data de 1930) con sus m odificaciones y la de Uchida
(data de 1935), son las m ás difundidas; sin em bargo, realm ente la m ayor parte
de profesionales realizan variaciones de la clásica técnica de Pom eroy y no la
original descrita com o una sim ple lazada de catgut sim ple en la región ístm i
ca de la trom pa y posterior corte.
D e las técnicas por laparoscopia, la electrocoagulación unipolar ya no se
usa, pues dañaba entre el 20-50% de la trom pa y aum entaba los riesgos de
lesión de otros órganos intraabdom inales. Los anillos tubáricos desarrollados
por el doctor In Bae Yoon en 1973, se usaron por varias décadas en el país y
han entrado en desuso. O tro m étodo oclusivo es el uso de clips, que dañan
incluso m enos porción de trom pa que el anillo de Yoon. Existen varios com o
el desarrollado por H ulka en 1972, dotado de resorte, el desarrollado por Fils-
hie en 1973 hecho de titanio y revestido internam ente por silicon. O tros com o
el H em oclip de tantalium y el de Bleier, han sido retirados por la alta tasa de
em barazos; sin em bargo, en nuestro país los clips oclusivos son pocos utiliza
dos en general. Actualm ente la técnica m ás utilizada es usando electrocoagu
lación bipolar y term ocoagulación que lesionan m enos tejido tubárico.
La EQ F siem pre debe realizarse con m ateriales de sutura absorbibles p o r
que con m ateriales inabsorbibles (seda, por ejem plo) hay m ayor riesgo de
recanalización en el futuro.
C ualquiera que sea la técnica usada, debe hacerse a nivel ístm ico, pues allí
el diám etro de la trom pa es uniform e, y si en el futuro hay necesidad de reca
nalización es técnicamente más sencilla.
[2 15 ]
Parte VI Antlconcepción permanente
[216]
19 Esterilización quirúrgica femenina
[217]
Parte VI Anticoncepción permanente
Selección de la usuaria
Se deben seguir los siguientes pasos:
• Elección inform ada p o r parte de la usuaria.
• Autorización escrita previo conocim iento de im plicaciones y repercu
siones (consentim iento inform ado).
• En el caso de la m ujer m ayor de edad, solamente se requiere adecuada
consejería y la firm a del consentim iento inform ado, el cual no requiere
la firm a del com pañero de la paciente ni la firm a de testigos; solamente
si la m ujer es analfabeta, se necesita un testigo para certificar que el
texto del consentim iento inform ado que se le explicó a la paciente es el
m ism o donde pone la paciente su huella digital (ver ejemplo de form a
to a continuación).
• En la m ujer m enor o m ayor de edad donde se requiera EQF por en
ferm edades mentales que afecten su m aternidad, debemos tener valo
ración psiquiátrica que nos aclare el verdadero diagnóstico del estado
m ental y poder definir si hay o no lim itación para cum plir su rol de
madre, si hay concepto psiquiátrico a favor de la esterilización quirúr
gica, puede llevarse a cabo la cirugía luego de que un juez ratifique la
condición de inim putabilidad de la m ujer y asigne los tutores, quienes
serán los que autoricen la cirugía.
[218]
19 Esterilización quirúrgica femenina
[2 19 ]
Parte VI Anticoncepción permanente
Histeroscopia
D esde hace varios años se ha intentado obstruir las trom pas por esta vía,
introduciendo tapones de silicona en los ostium tubáricos o destruyéndo
los con criocirugía, radiofrecuencia, láser o cualquier form a de energía. R e
cientem ente los dispositivos Essure® han sido diseñados para producir una
obstrucción perm anente en la trom pa m ediante histeroscopia. El dispositivo
consiste en un muelle expansible de 4 cm de largo, com puesto de titanio. Por
su interior transcurren unas fibras de dacrón, las cuales inducen el proceso
de fibrosis que ocluye por com pleto el interior de la trom pa (figura 14). Tarda
3 m eses en ser efectivo, por ello es necesario que durante este periodo se u ti
licen m étodos tem porales. Pasado este tiem po, es necesario com probar que
efectivam ente las trom pas han quedado obstruidas y para confirm arlo se hace
histerosalpingografía y/o una ecografía transvaginal con infusión salina para
ver si ha habido fibrosis y no hay paso del líquido.
D esde hace 2 años se reporta el uso de El A d ia n a ® (Hologic, Inc., Bedford,
M A ), m étodo de esterilización que es una com binación de daño térm ico con
trolado para el revestim iento de la trom pa de Falopio seguido por la inser
ción de una m atriz biocom patible no reabsorbible de elastóm ero de silicona
dentro de la luz de las trom pas. Bajo histeroscopia se introduce en los ostium
tubáricos un catéter. Una vez se confirm a la colocación dentro de la sección
intram ural de la trom pa de Falopio, el extrem o distal del catéter proporciona
radiofrecuencia, causando una lesión dentro de la trom pa de Falopio. Tras
la lesión térm ica, la m atriz de silicona se desplega en la región del tubo don
de la lesión se form ó. D urante las próxim as sem anas, la oclusión se logra
por crecim iento de fibroblastos, que sirve com o un andam io perm anente y
[220]
19 Esterilización quirúrgica femenina
larcador distal
Punta atraumática
Métodos químicos
Consisten en la introducción, por m edio de cánula endouterina, de sus
tancias que producen daño en las trom pas; los investigados son fenol (ácido
carbólico), la quinacrina y el m etil-cianoacrilato que al entrar en contacto
con el fluido de las trom pas pasa de líquido a sólido.
En 1973, el doctor Jaim e Z ipp er (inventor de los D IU bioactivos), dem ostró
los efectos esclerosantes de la aplicación intrauterina de quinacrina en ostium
tubáricos de ratas. A partir de estos experim entos prelim inares con anim ales
y la aplicación clínica aceptada de quinacrina para la inducción de la escle
rosis pleural, procedió a investigar el posible uso de quinacrina transcervical
com o un m étodo de esterilización fem enina. A pesar de los resultados pro
metedores este m étodo fue abandonado después de tres muertes. En 1977 el
Dr. Zipper y colaboradores m ejoraron la técnica y aplicaban 7 pellets de 36
m g de quinacrina (252 m g en total) intrauterinos m ediante un tubo sim ilar al
aplicador de la T de cobre, aplicando de 2 a 3 dosis con un mes de intervalo.
En un estudio de 2.592 m ujeres chilenas seguidas po r m ás de 25 años, en
contraron una tasa de em barazo acum ulada de 4,6%, lo que es sim ilar a lo
reportado en Indonesia, donde un estudio de 200 m ujeres seguidas durante
10 años reveló una tasa de em barazo del 4,3%. Sin em bargo, un reciente estu
dio en Vietnam ha puesto en duda estos datos m ostrando tasas de em barazo
del 12,1%.
[2 2 1]
Parte VI Anticoncepción permanente
A unque la esterilización quím ica parece ser una opción no quirúrgica pro
m etedora, la m ayoría de organizaciones internacionales de salud reproducti
va han recom endado que no se use para la esterilización de mujeres antes de
que se evalúe su seguridad mediante estudios realizados en anim ales para de
term inar la carcinogenicidad, teratogenicidad y otros aspectos toxicológicos,
así com o ensayos clínicos en personas cuidadosam ente controlados.
Prótesis
En m onas y conejas se han desarrollado prótesis de silicona para las fim
brias (tapas o capuchones) que son colocadas y retiradas por m inilaparoto
m ía, haciéndolo un m étodo reversible, que aún no ha sido ensayado en hu
m anos.
[222]
20.
Vasectomía
Es un m étodo que ha venido cobrando im portancia por su sim plicidad,
seguridad, econom ía, pocas com plicaciones y efectos secundarios. N o altera
la libido, la capacidad de erección ni de eyaculación.
Entre las técnicas tenem os la vasectom ía convencional, en la cual, a través
de dos incisiones escrotales, se expone, aísla y secciona de i a 1.5 cm de con
ducto deferente a cada lado, ligándolos con sutura no absorbible y cerrando
finalmente la incisión escrotal. Es un m étodo que se ha usado en los últim os
50 años, el cual es sencillo y seguro; sin em bargo, la incisión quirúrgica con
lleva com plicaciones com o sangrado, hem atom a e infección, y aunque toda
vía se realiza en Colom bia, hoy la técnica que m ás se utiliza es la ideada por
el doctor Li Shunquiang, denom inada vasectom ía sin bisturí, que se realiza
en pocos m inutos con anestesia local y con una pequeña punción en el rafé
m ediano escrotal usando una pinza especial y no con incisión. C on esta téc
nica se dism inuye la posibilidad de hem orragia, hay cicatrización m ás rápida
por ser m enos traum ática y no necesita suturas en la piel escrotal. Produce
m enos dolor y com plicaciones, adem ás el grado de satisfacción del usuario es
más alto. En esta técnica se utilizan com o instrum entos una pinza de anillo
que sirve para fijar el deferente y una pinza de disección que es sim ilar a una
pinza m osquito curva puntiaguda que se utiliza para puncionar el escroto y
disecar los deferentes. Finalm ente, en esta técnica, después de seccionar de
1 a 1,5 cm de conducto deferente, se liga con seda y se interpone fascia entre
los dos extrem os de los deferentes seccionados y ligados. E l avance de esta
técnica es la utilización de los instrum entos diseñados por el Li Shunquiang
y las ventajas son, adem ás de la facilidad de la técnica, el bajo índice de com
plicaciones com o hem atom as, sangrado o infección. Por todo esto, hoy es la
técnica de elección.
[2 2 3]
Parte VI Antlconcepción permanente
[224]
20 Anticoncepción masculina, presente y futuro
[225]
Parte VI Anticoncepción permanente
Anticoncepción hormonal
En los últim os años la atención se ha centrado especialm ente en la segunda
opción, teniendo en cuenta que la esperm atogénesis es controlada por la LH
y FSH . Estas horm onas tam bién regulan la producción de testosterona de tal
form a que se podría alterar la función sexual. Se ha usado testosterona sola
o com binada con progestágenos análogos de G N R H en form a de aplicación
oral, intram uscular, parches, implantes, etc.
En 1990, los m edios de inform ación m édica retom an la anticoncepción
m asculina, especialm ente por dos puntos:
1 La publicación en “ The Lancet” del resultado del prim er estudio m un
dial sobre anticoncepción horm onal en el hombre.
2 La esperanza de que la aplicación a través de la piel escrotal de silicona
líquida en los deferentes fuera un m étodo más fácilmente reversible
que la vasectom ía quirúrgica.
[226]
20 Anticoncepción masculina, presente y futuro
Anticoncepción no hormonal
En este cam po describirem os una variedad de alternativas que se han en
sayado, desde el aum ento de tem peratura testicular hasta el uso de una gran
cantidad de extractos de plantas.
Nifedipina
Se han hecho investigaciones experim entales vía oral y parenteral con n i
fedipina que actúa produciendo alteraciones enzim áticas esperm áticas afec
tando la capacidad de fecundación.
[2 2 7 ]
Parte VI Anticoncepción permanente
Mifepristone
E l M ifepristone se ha usado desde su descripción en Francia y C hina desde
1988 para interrum pir em barazos en las prim eras 8 sem anas de gestación aso
ciado a prostaglandinas con efectividad cercana al 95%. Se ha descrito en anti
concepción m asculina, pues inm oviliza tem poralm ente los espermatozoides.
Gossipol
En 1970 se describió la baja fertilidad en los cultivadores de arroz en la
C hina, quienes usaban el aceite no refinado de la sem illa del algodón que con
tenía gossipol. En estudios en la década de los setenta y ochenta se encontró
que ingerido por vía oral suprim ía la esperm atogénesis, pero causaba hipo-
calem ia e infertilidad irreversible en cerca del 10% de los hombres. A lgunos
grupos han insistido en que el gossipol no altera la secreción de testosterona
y han seguido estudiándolo dando dosis de 15 m g/día por 12 sem anas, seguida
de 7,5 m g/día por 40 sem anas com o sustituto de la esterilización m asculina.
Tripterygium wilffordi
Es una planta originaria del sur de C hin a que ha generado interés desde
que se descubrió en 1986 por su capacidad de producir infertilidad reversible
en el hom bre. Se han descrito por lo m enos seis com ponentes con esta propie
dad. Los estudios en anim ales han sugerido que interfiere con la m aduración
esperm ática resultando en un increm ento del porcentaje de espermatozoides
anorm ales y dism inuyendo la m otilidad. Lo anterior es una esperanza de un
m étodo que actúa a nivel epididim ario no produciendo im balance horm onal,
sin alterar el buen funcionam iento sexual. Los estudios prelim inares de eva
luación toxicológica indican que estos com puestos a dosis de 5-12 veces las
usadas con fines anticonceptivos producen inm unosupresión; sin embargo,
la evaluación de su seguridad no ha sido aún determ inada totalmente. Inves
tigadores chinos han conducido trabajos en anim ales com binando el Tryp-
terigyum W ilffordi con G ossipol y los estudios prelim inares indican que el
efecto aditivo de los dos puede hacer posible dism inuir las dosis de cada uno
m inim izando los efectos secundarios de cada uno de ellos.
[2 2 8 ]
20 Anticoncepción masculina, presente y futuro
Cobre
El efecto del cobre sobre los esperm atozoides fue estudiado desde 1956 por
Quatrefages y después num erosos estudios al respecto se han realizado con
considerables diferencias individuales, lo cual aún no es bien entendido. P a
rece ser que actúa en la m ovilidad esperm ática y tam bién en los receptores
hipofisiarios que controlarían la liberación de LH . En los esperm atozoides,
el cobre reduce los procesos oxidativos y el consum o de glucosa, lo cual d is
m inuye o elim ina la m otilidad, propiedad bien conocida en los dispositivos
intrauterinos. Experim entalm ente el uso de cobre ha sido en im plantes en el
lum en deferencial, epididim ario, vesículas sem inales y escroto, dism inuyen
do en todos los casos la m otilidad esperm ática.
Inmunocontracepción
El uso de vacunas para neutralizar las horm onas requeridas para pro d u
cción o m aduración esperm ática están aún en su inicio. E l Population C o u n
cil ha venido trabajando en una vacuna que interfiera con la G N R H y, por
ende, con la esperm atogénesis. Esta vacuna debe com binarse con un implante
de M E N T para proveer reemplazo horm onal androgénico para no alterar la
adecuada función sexual. Otras investigaciones en India se han dirigido a
producir anticuerpos anti-FSH , lo cual tiene la ventaja de no necesitar suple
mento androgénico. Otro acercam iento a la inm unocontracepción m ascu li
na es la inm unización pasiva contra el péptido inhibina prostática que hasta
ahora se ha realizado en hámsteres, lo cual ha producido en ellos alteraciones
en la FSH , dism inución de esperm atogénesis e infertilidad.
[22 9 ]
Parte VII
[2 33]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
[2 3 4 ]
21 Anticoncepción de emergencia
Régimen combinado
También conocido com o de “Yuzpe”, consiste en la tom a vía oral de dos
tabletas de A O C de altas dosis (cada una con 250 pg de levonorgestrel y 50 pg
de etinilestradiol) dentro de las 72 horas (tres días) siguientes de una relación
sexual sin protección, seguidas de dos tabletas 12 horas más tarde.
También se pueden utilizar anticonceptivos horm onales de m enores dosis;
por ejemplo, de 30-35 pg de etinilestradiol, proporcionando cuatro tabletas
iniciales y cuatro a las 12 horas. D e usar los nuevos A O C de 20 pg de etiniles
tradiol serán cinco tabletas iniciales y otras cinco a las doce horas.
Lo importante es asegurar una dosis inicial de 100 pg de etinilestradiol y
500 pg de levonorgestrel, seguida por una dosis igual 12 horas después.
Otras opciones son:
Etinilestradiol 10 0 (ig y norgestrel 10 0 0 (ig cada 12 horas (2 dosis).
Etinilestradiol 10 0 (ig y noretindrona 2000 (ig cada 12 horas (2 dosis).
En C olom bia en la norm a de planificación fam iliar de la Resolución 412
del año 2000 fue el esquem a que se dejó, pues no existía com ercialm ente
aún en C olom bia la presentación de levonorgestrel de 750 (ig. A partir de la
actualización de esta norm a en el año 2005 (vigente desde m arzo de 2008), se
incluyó el esquem a de solo progestinas que verem os a continuación.
[235]
Parte Vil Anticoncepción en situaciones especiales
En este se com paró el régim en com binado con el de solo progestina en las p ri
m eras 72 horas del coito sin protección. Se reclutaron 1.998 m ujeres en 21 cen
tros de 14 países, asignadas aleatoriam ente al grupo de régim en com binado
979 y al de solo progestina 976 (43 se excluyeron por diversas razones). Hubo
31 gestaciones en el prim er grupo (3,2%) contra solo 11 (1,1%) en el segundo.
Se calculó que el uso del esquem a de solo Levonorgestrel evitó el 85% de los
em barazos que hubieran ocurrido sin A E , m ientras que el régim en de Yuzpe
solo había evitado el 57% (tabla 13).
El estudio de O M S m uestra claram ente que tanto para el m étodo com bi
nado com o el de progestinas, la m ayor eficacia de la A E se da especialmente
cuando esta se utiliza en las prim eras 24 horas (figura 16). Por lo tanto, la re
com endación es usarla inm ediatam ente p osterior al coito sin protección para
aum entar la eficacia; es po r eso que, com o ya se m encionó previamente, no
se debe denom inar a la A E com o “píldora del día siguiente”, pues le da la falsa
seguridad a la m ujer que debe esperarse hasta el otro día.
P O R C EN TA JE D E G E ST A C IO N E S EV ITA D A S
M ecanismo de acción
D ependiendo del periodo del ciclo m enstrual en que la m ujer utilice A E
horm onal, se puede inhibir o retrasar la ovulación, m odificar el endom etrio
[236]
21 Anticoncepción de emergencia
[237]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
que una vez se da la ovulación, puede haber fecundación m áxim o en las si
guientes 24 horas.
Entonces un coito único puede producir em barazo solamente si se da en
el día en que se presenta la ovulación o en los 5 días precedentes. Estos seis
días son el período fértil de la m ujer y su distribución asim étrica alrededor
del día de la ovulación obedece a que los esperm atozoides tienen capacidad
fecundante hasta por 5 días y a que el óvulo necesita ser fecundado pocas
horas después de la ovulación para generar un blastocisto sano. Prácticam en
te cerca del 85% de los días fértiles del ciclo son preovulatorios, y cuando el
coito es antes de la ovulación los esperm atozoides esperarán entre 1 y 5 días
en el tracto genital de la m ujer hasta la ovulación. Esto nos da una opor
tunidad inm ensa para que con la anticoncepción de em ergencia podam os
actuar en varios puntos: capacitación y m igración esperm ática, así com o en
la ovulación para evitar la fecundación. Se han reconocido varios m ecanis
m os de acción de la anticoncepción horm onal de em ergencia. Ya en 1973 el
doctor K esseru reportaba que tan solo tres horas después del uso de levon-
orgestrel había dism inución del núm ero de esperm atozoides recuperados de
la cavidad uterina, alcalinización del m edio uterino desde las 5 horas, lo que
inm oviliza los esperm atozoides y aum ento de la viscosidad del m oco cervical
a las 9 horas, lo que im pide el paso de los esperm atozoides al útero. En el
año 2002, el doctor Yeung reportó que el levonorgestrel producía una in h i
bición dosis-dependiente de la unión esperm atozoide-óvulo. En el año 2003,
el doctor Baham ondes encuentra que el levonorgestrel tiene acción directa
do sis-d ep en d ien te sobre la reacción acrosom al del esperm atozoide. Algunas
personas postulaban com o posible m ecanism o de acción algún efecto sobre
la receptividad uterina, creyendo entonces que se im pedía la implantación
del blastocisto fecundado, pero las biopsias obtenidas en periodo periovula-
torio en m ujeres que han utilizado anticoncepción de em ergencia horm onal
m uestran un endom etrio norm al o con cam bios m ínim os en los parám etros
m orfológicos y m oleculares en com paración con m ujeres que no la utilizaron.
Por lo anterior, el consenso actual es que no existe posibilidad que la anticon
cepción de em ergencia horm onal sea abortiva.
El principal m ecanism o de acción reconocido es sobre la ovulación. Se ha
dem ostrado en varias investigaciones tanto en m odelos anim ales com o en
mujeres que el levonorgestrel sum inistrado en la fase folicular y, dependiendo
del m om ento de uso, interfiere con el proceso ovulatorio, bien sea suprim ien
do el pico de LH , la ruptura folicular o la luteinización. Para explorar algún
posible m ecanism o de acción luego de la fecundación, el grupo del doctor
H oracio C roxatto en C hile publicó en cabeza de M aría Elena O rtiz en el año
2004 en la prestigiosa revista H um an Reproduction, los hallazgos de un inte
resante estudio realizado en la m ona Cebus apella. Se partía de la base de que
si el coito ocurre el m ism o día de la ovulación, había dos posibilidades:
[2 38 ]
21 Anticoncepción de emergencia
[2 39 ]
Parte VII Antlconcepción en situaciones especiales
inadvertidam ente siguieron tom ando anovulatorios orales com binados, sin
saber que estaban em barazadas, no han dem ostrado aum ento en el riesgo
de defectos congénitos.
E l régim en com binado causa náusea en aproxim adam ente el 46% de las
usuarias y vóm ito en cerca del 22%, m ientras que el régim en de solo proges-
tinas causa m enos efectos adversos, con náusea en el 16% y vóm ito en el 3%
de las usuarias. O tros efectos adversos asociados a am bos regím enes incluyen
m areos, fatiga, retención de líquidos, hipersensibilidad m am aria y cefalea.
Estos efectos generalm ente no duran más de 24 horas. N o hay diferencias
entre am bos regím enes en cuanto al efecto sobre el m om ento del próxim o
periodo m enstrual, en am bos grupos hubo dem ora de m ás de 7 días en el 13%,
de 3-7 días en el 15%, sangrado tem prano en 15% y en el 57% la m enstruación
sucedió cuando se esperaba.
A lgun os recom iendan que si una paciente vom ita dentro de las 2 horas
siguientes a la ingesta, deberá tom ar una dosis adicional. Otros aseguran que
la dosis extra no es necesaria debido a que la náusea y el vóm ito indican que
el m edicam ento se ha absorbido. Para reducir las náuseas y el vóm ito algunas
personas recom iendan usar antiem éticos profilácticos, pero se ha reportado
que, a pesar de la adm inistración de estos con el régim en com binado, el 24%
de las pacientes presentaron náuseas y el 8,8% vom itaron.
M ecanismo de acción
E l m ecan ism o p rin c ip a l del D IU es ev itar la fecu n d ació n evitan d o el
ascen so de esperm atozoid es al tracto genital su p erio r p o r d iverso s fac to
res com o alteracion es h isto b io q u ím icas en el en d o m etrio p o r in flam ació n
[2 4 0 ]
21 Anticoncepción de emergencia
Criterios de elegibilidad
El uso del D IU com o anticoncepción de em ergencia tiene alta efectividad
hasta el quinto día. En el caso de uso en m ujeres violadas, se considera cate
goría de elegibilidad 3 (condición donde resulta m ayor el riesgo po r usar este
m étodo que el beneficio), por lo cual se reserva para cuando no hay otra o p
ción disponible, se adm inistran antibióticos profilácticos y se debe retirar en
la siguiente m enstruación. En casos que no sean de violación puede dejarse el
D IU in situ por el tiem po que la m ujer desee utilizarlo. En caso de sospechar
se em barazo o estar la m ujer ya em barazada es categoría de elegibilidad 4, en
consecuencia, no debe usarse por su alto riesgo.
Consejería y seguimiento
C om o con cualquier m étodo anticonceptivo, se debe proveer de una m a
nera respetuosa y que responda a las necesidades de inform ación y conse
jería. En general, dando la adecuada inform ación y consejería, ayudam os a
m ejorar el cum plim iento y afianza las bases para que la m ujer en un futuro
utilice los servicios de los program as de anticoncepción. Las m ujeres deben
recibir inform ación sobre cóm o utilizar el m étodo, así com o tam bién su efec
tividad, efectos adversos m ás com unes y las necesidades de seguim iento. P re
feriblemente deben recibir instrucciones escritas de una m anera entendible.
D ebido a la naturaleza urgente de la anticoncepción de em ergencia, se de
ben aplicar un núm ero de consideraciones durante la consejería. M uchas de
las m ujeres que consultan en búsqueda de la anticoncepción de em ergencia
pueden estar apenadas por no utilizar ningún m étodo o po r haber tenido un
“accidente” con el m étodo anticonceptivo que ella utiliza. D ebido a esto, es
necesario que el proveedor(a) atienda respetuosa y abiertam ente las inquie
tudes y experiencias de la paciente, y evite aparecer com o un juez m ientras
discute la A E.
D ebido a que la consulta en búsqueda de A E no está planeada, m uchas
pacientes pueden tener otras obligaciones que no perm itan que se extiendan
en prolongadas consejerías o sesiones inform ativas sobre la anticoncepción
[ 2 4 1]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
[242]
22.
DIU posparto
El D IU se puede colocar en posparto o intracesárea, sin tem or a aum entar
la incidencia de m orbilidad febril u otras com plicaciones. Si se inicia el p ro
gram a de D IU posevento obstétrico, se puede iniciar la consejería desde el
m ism o control prenatal y la m ujer podrá decidir antes del parto si desea utili
zar el DIU. Existen m uchas evidencias en la literatura m édica que favorecen el
uso del D IU posevento obstétrico, dem ostrando m ayor aceptación po r parte
de estas usuarias, al com pararlas con las usuarias de inserción de D IU clásica.
En el posparto existen cuatro form as de aplicación de D IU :
1 Inserción posplacenta: es la que se realiza dentro de los prim eros 10
m inutos que siguen al alumbramiento, bien sea después de un parto
vaginal o después de cesárea.
2 Inserción en posparto inmediato: cuando se inserta el D IU en la p ri
m era sem ana del puerperio usualmente en las prim eras 48 horas.
[2 4 3 ]
Parte VI! Anticoncepción en situaciones especiales
3 Inserción puerperal o tardía: entre la 1-6 sem ana del puerperio, en este
tipo de inserción el riesgo de perforación uterina es más acentuado.
4 Inserción pospuerperal (o de intervalo): es cuando se realiza entre las
6-8 sem anas, luego del parto.
El uso del D IU entre los 10 prim eros m inutos después del alum bram ien
to y las p rim eras 48 horas después del parto, ha tenido lugar en diversos
centros alrededor del m undo desde hace unas cuatro décadas; aunque los
resultados iniciales no fueron alentadores en térm inos de perforaciones y
expulsiones, el desarrollo de nuevas y m ejores técnicas de inserción ha h e
cho de esta una práctica que puede considerarse actualm ente com o segura
y eficaz que adem ás de las ventajas m encionadas de la aplicación puerperal,
no interfiere con la lactancia, la cual debe ser una prioridad en nuestro país.
Las perforaciones uterinas durante la inserción, que resultaron en principio
escandalosam ente altas, en particu lar con el uso de D IU inertes com o el A sa
de Lippes, han descendido en estudios recientes a tasas de m enos de una por
1.0 0 0 inserciones. Los retiros po r sangrado o dolor son alrededor de un 5%
m enor que la inserción de intervalo (10-15% ), quizás por el enm ascaram ien
to de estos síntom as con el proceso norm al de involución uterina durante
el puerperio.
Las tasas de infección son sim ilares en los diferentes períodos, y ha sido
repetidam ente dem ostrada su relación con factores dependientes de la inser
ción m ism a y el ascenso bacteriano a la cavidad endom etrial, y con los hábitos
sexuales y consecuente prevalencia de ITS en las poblaciones seleccionadas.
O tro aspecto a destacar es la m ayor prevalencia anticonceptiva entre pacien
tes a quienes les fue insertado antes de su salida de la institución de salud, en
com paración con aquellas que deben regresar posteriorm ente por el método
anticonceptivo elegido. Para algunas m ujeres las dificultades en m ovilización
y disponibilidad de servicios de salud resultan a veces en obstáculos insal
vables y en em barazos no planeados, por lo que es de particular utilidad la
disponibilidad inm ediata del m étodo en el posparto.
El lunar en el desem peño clínico de los D IU insertados en el período pos
parto ha sido clásicam ente la tasa de expulsión, favorecida por el proceso
de involución uterina con fuertes contracciones con el cuello abierto, y que
se traduce en una m enor tasa de continuidad y eventualmente en una dis
m inución de la efectividad de uso. La expulsión ha sido correlacionada con
factores com o la técnica de inserción, siendo m enor con inserción manual, la
ubicación del D IU contra el fondo uterino, la experiencia del(a) proveedor(a)
y el tiem po de inserción, siendo las expulsiones m enores conform e más cer
cana es la inserción al alum bram iento. En Ecuador, Perú, Brasil, Bolivia y
C olom bia ha habido gran experiencia con el uso de D IU posparto.
[2 4 4 ]
22 Anticoncepción posparto
Técnicas de inserción
La inserción requiere el uso de guantes e instrum ental estériles. En las dos
técnicas descritas a continuación, los hilos no se recortan y deben quedar
dentro del útero. Por lo general, los hilos descienden al cérvix espontánea
mente durante el período posparto. N o se recom iendan antibióticos profilác
ticos para este procedim iento, com o tam poco anestesia o analgesia diferente
a la que se utilice para el parto.
La técnica con pinza de anillo larga es adecuada para la inserción pospla
centa o en cualquier m om ento durante las 48 horas siguientes al parto, m ien
tras el cérvix todavía está abierto. Para su aplicación posplacenta se confirm a
la expulsión com pleta de la placenta. Se realiza m asaje uterino hasta que este
recupere su consistencia y haya cedido el sangrado. Si se trata de un parto
vaginal y la m ujer ha tenido una cesárea previa, es necesario hacer revisión
manual y palpar la cicatriz para identificar cualquier posible dehiscencia. Se
exam ina el tracto genital para descartar desgarros cervicales.
Figura 17. Form a de to m ar el DIU con pin za W inter placenta o m anualm ente
[245]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
[246]
22 Anticoncepción posparto
de flujo vaginal inusual después de las 6 sem anas posparto, hilos ausentes,
más cortos o más largos. Se debe inform ar sobre dónde acudir en caso de
que se presente algún problem a o duda. Se garantizará que el D IU se le puede
retirar en caso de que cam bie de parecer acerca del m étodo y se recom endará
que no es aconsejable que ella trate de retirar el dispositivo.
Se inform a acerca de la fecha en que debe regresar al control periódico
para el retiro del DIU. Por lo general, el prim er control se hace a las seis se
m anas, durante la visita de seguim iento posparto. A partir de entonces se
recom ienda un exam en pélvico anual. D ebe entregarse inform ación escrita
en un lenguaje sencillo, si la usuaria no lee, recom endarle que solicite a algún
fam iliar o vecino(a) que le lea las instrucciones.
Si la usuaria expulsa el D IU después de salir del hospital, es necesario o fre
cerle otro m étodo anticonceptivo. La reinserción del D IU debe posponerse
hasta seis sem anas después del parto.
Durante la visita de seguim iento, se hace un exam en físico que incluye
especuloscopia para inspeccionar visualm ente el cérvix. Se verificará la pre
sencia de los hilos y si estos sobresalen del introito se recortan, dejándolos de
3 cm. En los controles periódicos siem pre debe revisarse con la usuaria el tipo
de D IU que está usando, cuándo y dónde acudir para las visitas de control,
cuándo se retira el DIU, síntomas de com plicaciones, instrucciones en caso de
la expulsión o com plicaciones; recordarle que este no la protege de IT S/V IH /
SID A (recom endar doble protección).
Si en el control los hilos no están visibles, puede deberse a expulsión in ad
vertida o a que el D IU esté en su sitio pero los hilos no hayan descendido
espontáneamente. A corde con la literatura, el 25% de los hilos no han descen
dido al mes, el 13% a los seis m eses y el 4% a los dos años. A lgun as veces es
posible encontrar los hilos m ediante un sondeo suave del canal endocervical
con un aplicador (hisopo). Si no se localizan, la presencia del D IU por lo
general puede determ inarse usando ecografía o en su defecto utilizando una
cánula endouterina (si no hay em barazo). Es indispensable seguir una técnica
estéril con el fin de reducir al m ínim o la contam inación del útero durante la
instrum entación. Se puede suponer que esta técnica es segura hasta las seis
sem anas después del parto, cuando probablem ente la usuaria no está em ba
razada. A las seis sem anas posparto, si la m ujer no está m enstruando ni lac-
tando, se debe prim ero descartar una gestación. Si se localiza el dispositivo,
se puede dejar en su lugar.
Experiencia en Bogotá
En el C ongreso M undial de O bstetricia y G inecología, realizado en D i
nam arca en 1997, se m ostró la experiencia del Instituto M aterno Infantil de
Bogotá con D IU posparto. A llí se realizaron 315 inserciones en el periodo
de m arzo de 1994 a diciem bre de 1996. Se incluyeron m ujeres cuyos partos
[2 4 7 ]
Parte VII Antlconcepclón en situaciones especiales
[248]
22 Anticoncepción posparto
Tabla 14. Eventos finales y tasas brutas acum ulativas en tabla de vida con el uso
de la T Cu 3 8 0 A en período posparto. Instituto M aterno Infantil de Bogotá
EVENTO Número acumulativo Tasa (n = 163)* Usuarias en riesgo0
EM B A R A ZO
1 mes 0 0 163
3 meses 0 0 151
EX PU LSIÓ N
R ETIR O P O R S A N G R A D O /D O L O R
1 mes 3 1.84 163
IN FE C C IO N E S
'1 mes 2 1.22 163
[2 4 9 ]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
proporciona una protección contra el em barazo m ayor del 98% en los prim e
ros 6 meses del posparto”.
E l riesgo de em barazo se aum enta si la lactancia se com plem enta con otros
alim entos, si reaparece la m enstruación y después de 6 meses posparto.
El Instituto para Estudios Internacionales de Planificación Fam iliar N a
tural recom ienda que cuando se sum inistren alim entos suplem entarios, se
ofrezca leche m aterna previam ente, que el am am antam iento se dé cada vez
que el lactante tenga ham bre, tanto de día com o de noche y que no se ofrezca
leche en biberón u otro tipo de pezón artificial.
Si no se cum plen todos los criterios anotados, la m ujer debe utilizar un
m étodo anticonceptivo com plem entario, que no interfiera con la lactancia
m aterna.
El gru po C och ran e m ediante una revisión sistemática de la literatura eva
luó la eficacia del M étodo de A m en orrea de la Lactancia (M E L A ), com o m é
todo anticonceptivo en m ujeres am enorreicas con lactancia m aterna com ple
ta. Se com paró la eficacia del M E L A , definido en 1988 en Bellagio, con defini
ciones alternativas de M E L A ; los resultados se m idieron mediante tablas de
vida de em barazo y m enstruación. La estrategia de búsqueda utilizada tomó
com o fuentes de datos: búsquedas en M E D L IN E desde 1966 hasta 2002 y en
E M B A S E desde 1988 hasta 2002; listas de referencias de estudios y artículos
de revisión; libros relacionados con el M E L A ; resúm enes publicados de con
gresos sobre lactancia m aterna, salud reproductiva, anticoncepción y com u
nicaciones por correo electrónico con los(as) coordinadores(as) de esos es
tudios. D e 454 estudios potencialm ente relevantes, 154 investigaron el riesgo
de em barazo durante la am enorrea de la lactancia. Los puntos finales fueron
las tasas de m enstruación y las tasas de em barazo de las tablas de vida. Trece
publicaciones, que inform aban sobre nueve grupos intervención y dos gru
pos control, cum plieron con los criterios de inclusión y se incluyeron en esta
revisión sistemática. Se evaluó su calidad. D os revisores extrajeron los datos
independientem ente; los desacuerdos se resolvieron por discusión. D ebido
a la heterogeneidad de los estudios incluidos, estos se analizaron con m éto
dos narrativos. Los resultados principales fueron dos estudios controlados de
usuarias del M E L A que inform aron tasas de em barazo a los 6 meses del 0,45
y 2,45% y cinco estudios no controlados de usuarias del M E L A inform aron
del o al 7,5%. Las tasas de em barazo de las m ujeres am enorreicas con lactancia
m aterna com pleta, pero que no utilizaban un m étodo anticonceptivo, eran
de 0,88 en un estudio y del 0,9 al 1,2 por ciento (IC del 95%: 0,0; 2,4) en un
segundo estudio, y dependían de la definición de m enstruación utilizada. La
tasa de m enstruación a los 6 meses en todos los estudios osciló entre el 11,1 y
el 39.4%-
Se concluye que no se encontró una diferencia clara en las tasas de em barazo
entre las m ujeres que utilizaban el M E L A con apoyo y m ujeres am enorreicas
[250]
22 Anticoncepción posparto
con lactancia m aterna com pleta que no utilizaban un método. D ebido a que
la duración de la am enorrea de la lactancia en las m ujeres que utilizaban el
M E L A es m uy distinta en las poblaciones estudiadas, no está claro si el M E L A
prolonga la am enorrea de la lactancia.
Anticoncepción hormonal
N o se deben usar preparados que contengan estrógenos (anovulatorios
orales, parches, inyectables m ensuales, anillo m ensual) en la m ujer que lacta,
pues estos inhiben la lactancia al alterar los receptores de prolactina en las
glándulas m am arias. Únicam ente pueden utilizarse horm onales de solo pro
gestina (m inipíldora, im plantes subdérm icos, D IU de levonorgestrel) a partir
de la sexta sem ana y solo en caso de no haber lactancia se pueden utilizar a
partir de la tercera sem ana (ver capítulos correspondientes).
[2 5 1]
23.
[253]
Parte VII Antlconcepclón en situaciones especiales
[2 5 4 ]
23 Anticoncepción posaborto
haya sido un aborto espontáneo o inducido). Por ende, no debem os perm itir
que egrese de la institución sin haberle explicado sobre su retorno de la fer
tilidad, opciones anticonceptivas y ojalá salga con un m étodo anticonceptivo
m oderno. El período posaborto después del tratam iento de em ergencia o fre
ce una im portante oportunidad a los(as) profesionales de la salud para ayudar
a las m ujeres a resolver los problem as que conllevan al em barazo no planea
do. C om o m ínim o necesitam os asegurar que todas las pacientes en posaborto
reciban la siguiente inform ación esencial:
• El pronto retorno de la ovulación puede llevar a la posibilidad de un
em barazo no planeado poco después de un aborto (incluso antes de la
prim era m enstruación posaborto). En abortos espontáneos o induci
dos en el prim er trimestre, la ovulación usualm ente sucede entre el día
9 a 11, luego de la evacuación uterina.
• La disponibilidad en la m ism a institución o a través de referencia, de
métodos anticonceptivos seguros y eficaces para evitar futuros em ba
razos no planeados.
• La disponibilidad y el lugar de recursos locales de servicios de anti
concepción para un reabastecim iento del método, provisión de otros
métodos y atención relacionada permanente.
El tratam iento de condiciones agudas y graves debe ser la prim era p rio ri
dad de los (las) proveedores(as) que atienden a las m ujeres con com plicaciones
del aborto. La orientación sobre las necesidades y m étodos anticonceptivos
[255]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
[256]
23 Anticoncepción posaborto
[2 57 ]
24 .
M O R T A LID A D M A T ER N A P O R M ILLÓ N
o
ir
n
uj
0>
■O
o
x-
<Ü
E
'3
Z
ED A D
[2 59 ]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
[2 6 0 ]
24 Anticoncepción en la adolescencia
[261]
Parte Vil Anticoncepción en situaciones especiales
Anticoncepción en adolescencia
N o existe un m étodo ideal en la adolescencia, el m ejor m étodo es el que
la persona elija una vez haya recibido consejería com pleta sobre todos y
cada uno de los m étodos disponibles, conociendo eficacia, efectos secu n
darios, contraindicaciones y com plicaciones de acuerdo con el riesgo re
p roductivo específico. En la siguiente tabla adaptada de “C onsideraciones
de anticoncepción para adolescentes” de Fam ily Health International, se re
sum en todos los m étodos con ventajas, desventajas así com o inquietudes y
aspectos de asesoram iento.
[262]
24 Anticoncepción en la adolescencia
Coito *Lo puede usar el hombre •Requiere un alto “Es importante hablar
Interrumpido en cualquier edad, si grado de motivación, con los(as) jóvenes que
este puede prever la control y compromiso, tienen vida sexual activa,
eyaculación y cerciorarse tanto del hombre porque tal vez sea el
que el eyaculado no como de la mujer. único método disponible
entra en contacto con la *No protege contra •Recomendar el uso
zona genital de la pareja VIH ni ITS del condón como
doble protección
Espermicidas •Las mujeres pueden *Se deben usar •No se recomienda el uso
iniciar el uso correctamente en de espermicidas solos,
*No requieren un cada acto sexual ni su uso frecuente
régimen diario *No protegen contra •Recomendar el uso
VIH e ITS (algunos del condón como
aumentan el riesgo) doble protección
[263]
t
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
[264]
24 Anticoncepción en la adolescencia
[265]
25 .
[2 6 7 ]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
M étodos de barrera
En nuestro país son de poco uso el diafragm a, esponja vaginal y capuchón
cervical, quedando en este grupo solo disponibles, el condón m asculino (el
fem enino aún de m uy bajo uso en Colom bia) y los esperm icidas.
La eficacia depende del uso correcto, debiendo indicarse a la mujer, el
tiem po requerido previo a la relación para el uso de esperm icidas, el no uso
de duchas vaginales poscoito hasta 6 horas luego del últim o contacto sexual.
Igualm ente se debe indicar al com pañero sexual el uso correcto del condón,
recordándole su aplicación en m áxim a erección, su retiro inm ediatam ente
después de eyaculación, y el evitar lubricación con sustancias com o vaselina
que, al degradar el látex, perm ite más fácilm ente que se rom pa el condón en
el coito. N o se debe olvidar recom endaciones sobre fecha de vencim iento y de
alm acenar los condones en un sitio fresco y no en sitios poco ventilados, pues
el calor degrada el látex.
Los m étodos de barrera ven aum entada su efectividad con el incremento
de la edad y pueden ser una buena opción (si se utilizan adecuadam ente) en
la prem enopausia al no tener efectos sistém icos.
C on adecuada m otivación por parte de la pareja, buena consejería de su
adecuado uso, puede ser eficaces y ser vistos con optim ism o, especialmente si
la vid a sexual activa es esporádica y no requiere anticoncepción permanente.
Dispositivo intrauterino
En la m ujer prem enopáusica que ha com pletado su fam ilia, pero que tiene
contraindicaciones para uso de anticonceptivos horm onales o esterilización
quirúrgica, el D IU está indicado, al igual que en la m ujer que ha venido utili
zándolo sin com plicaciones. A lgun os estudios reportan m enor riesgo de en
ferm edad pélvica inflam atoria (EPI) en la m ujer m ultípara mayor.
Los dispositivos horm onales han m ostrado que pueden revertir algunas
hiperplasias endom etriales, dism inuir el sangrado y m inim izar el riesgo de
E P I en la perim enopausia.
Anticoncepción hormonal
El avance en anticoncepción perm ite el uso de horm onas para tal fin en
preparados para uso oral, intram uscular, im plantes subdérm icos, anillos v a
ginales, en dispositivo intrauterino y parches.
En C olom bia disponem os actualm ente de m étodos com binados com o
anovulatorios orales de bajas dosis, inyectables m ensuales, parches transdér-
m icos y anillo m ensual. En cuanto a m étodos de solo progestinas tenemos
[26 8 ]
25 Anticoncepción en la mujer premenopáusica
Esterilización quirúrgica
Los m étodos perm anentes (vasectom ía, ligadura de trom pas) en este gru
po etáreo son m uy utilizados. En la m ujer perim enopáusica con alto riesgo
quirúrgico la m ejor opción es la vasectom ía al com pañero, pero en caso de
que no se acepte, puede optarse por la ligadura de trom pas con anestesia lo
cal, m étodo que está al alcance de cualquier institución; po r requerir equipos
sencillos y con entrenam iento adecuado puede hacerse en escasos m inutos
con la paciente despierta, obviando riesgos por anestesia o por un proced i
miento mayor.
La vasectom ía sin bisturí es una técnica que ha dism inuido la m orbilidad
de la técnica clásica y por su sencillez, bajo costo y uso de anestesia local se
convierte en una excelente opción (capítulos 19 y 20).
[2 6 9 ]
r
26 .
Aspectos generales
Existen muchos m itos alrededor de la anticoncepción y desórdenes car
diovasculares, neurológicos, endocrinológicos, hem atológicos y enferm eda
des crónicas, por lo que se requiere una consejería idónea que ayude a la
usuaria, pues la inform ación errónea y la ignorancia pondrán en peligro la
vida de la mujer.
Debe valorarse cóm o se afectaría el curso de la enferm edad con una gesta
ción, así com o el efecto de determ inado m étodo anticonceptivo en la m ism a.
Para las pacientes con desórdenes m édicos, usualm ente el D IU de cobre
es un m étodo m uy efectivo y prácticam ente exento de efectos sistém icos. Los
m étodos horm onales pueden afectar algunas enferm edades e interactuar con
algunos fárm acos utilizados en su tratam iento. El vóm ito que puede ser parte
del curso clínico de alguna enferm edad interferirá con el uso de anticoncep
ción oral y si no hay contraindicación de horm onales se deberán preferir los
preparados inyectables.
En general, el uso de la anticoncepción de em ergencia no tiene contraindi
caciones (capítulo 21) y en el caso de D IU son válidas las m ism as precaucio
nes que en su uso regular.
C on relación a los m étodos de barrera, no tienen contraindicación con los
desórdenes m édicos generales, pero por la tasa de falla debe valorarse m uy
bien su uso ante el riesgo de una gestación con la enferm edad subyacente.
La vasectom ía o la ligadura de trom pas son una opción para la pareja que
no desea más hijos(as), pues se evita el riesgo de una gestación en form a per
manente. En estos casos, si la m ujer tiene un desorden m édico im portan
te, la m ejor alternativa será la vasectom ía, pero en algunos casos se decide
la esterilización fem enina, la cual debe hacerse previa valoración de riesgo
[1 7 1 ]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
Desórdenes convulsivos
La gestación en m ujeres con síndrom e convulsivo puede tener riesgos
com o traum atism os m aternos o fetales, así com o sufrim iento fetal.
El uso de m edicam entos anticonvulsivantes com o el ácido valproico y la
fenitoína se ha asociado con m ayor incidencia de m alform aciones congéni-
tas; por ende, la anticoncepción juega un papel im portante en este tipo de
pacientes.
El consenso general actual es que las m ujeres con desórdenes convulsi
vos pueden utilizar cualquier anticonceptivo. C on relación a los horm onales,
debem os tener en cuenta que algunos anticonvulsivantes pueden dism inuir
la eficacia de los anovulatorios com binados (píldora, inyectable mensual,
parche, anillo vaginal), píldoras de solo progestina e im plantes subdérm icos.
M edicam entos com o Fenobarbital, Fenitoína, Carbam azepina, O xcarbam a-
zepina Etosuxim ida y Prim idona, pueden acelerar el m etabolism o tanto es-
trogénico com o progestacional. Uno de los problem as graves con esto es que
al fallar el m étodo, se expone la m ujer a una gestación indeseada con el riesgo
de exposición a los anticonvulsivantes, siendo m uchos de ellos teratógenos.
La recom endación con relación a anovulatorios orales com binados es no
utilizar aquellos con contenido m enor a 35 m cg de etinilestradiol, es preferi
ble usar dosis m ayores (si no hay contraindicación). E l contenido estrogénico
de estos puede alterar el m etabolism o de algunos anticonvulsivantes, por lo
cual se deben evaluar sus niveles séricos.
[272]
26 Anticoncepción en mujeres con desórdenes médicos
Cefalea
Siendo la cefalea una condición m édica tan frecuente, ha existido siem pre
controversia alrededor de la anticoncepción con los horm onales que poten
cialmente pudieran tener participación en su génesis o exacerbación.
H ay que valorar el tipo de cefalea, es así com o aquellas m ujeres con cefa
leas tensionales, asociadas a estrés, usualm ente presentan un dolor sordo y
constante y pueden utilizar cualquier m edicam ento horm onal sin restricción.
Cerca del 15% de las m ujeres m anifiestan haber tenido m igrañas las que
con frecuencia se asocian a náuseas, vóm ito y/o anorexia. Puede ser con aura
o sin ella. La prim era tiene aura y síntom as com o trastornos visuales, mareo,
etc., usualmente seguida de dolor tipo pulsátil unilateral, la segunda no se
asocia a síntomas neurológicos y es usualm ente bilateral. La O M S recom ien
da que las m ujeres que presentan m igraña con aura no utilicen anovulatorios
orales com binados, parche, anillo o inyectables com binados.
En m ujeres con m igraña sin aura, se prefieren los horm onales de m enor
dosis y se hará observación, si se exacerba el dolor o aparece un nuevo patrón
que es recurrente, se suspenderá la m edicación y se evaluará la etiología del
dolor.
Existe preocupación por la posible asociación entre jaqueca y accidente
cerebrovascular (A C V ) en usuarias de A O C . Las m ujeres que utilizan actual
mente o utilizaron en el pasado A O C están en elevado riesgo de cefalea y
m igraña, sugieren los resultados de un gran estudio de base poblacional. El
H ead-H U N T fue un subestudio del N ord-Trondelag Health Study, un estu
dio de corte transversal llevado a cabo en N oruega entre 1995 y 1997. En to
tal, 27.700 m ujeres respondieron preguntas sobre cefalea y 13.944 inform aron
uso de anticonceptivos. E l análisis, dirigido po r Karen A egidius (del Hospital
Universitario Glostrup, en D inam arca), m ostró que la prevalencia de cefalea,
y de m igraña en particular, era elevada entre las usuarias tanto actuales com o
pasadas de anticonceptivos orales O R = 1,4 (IC 95% = 1,2-1,7)
[273]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
Entre las usuarias actuales, la prevalencia aum entó solamente entre las
m ujeres que usaron píldoras con estrógeno. Sin embargo, no hubo relación
de respuesta a la dosis. En los preparados de sólo progestina no hubo asocia
ción con cefalea.
A pesar de todo, la opción de que las m igrañas se increm enten con el
uso de h orm onales com binados a baja dosis es discutible, ya que aunque
m uchos reportes así lo indican, otros han reportado m ejoría de los sínto
m as hasta en una tercera parte de las u suarias de horm onales com binados.
A dem ás, hasta el 60% de las m ujeres que padecen m igraña, la presentan
prem enstrual o m enstrual y pueden m ejorar con el uso de preparados h or
m onales com binados.
Discapacidades psiquiátricas
En p rim er lugar, debem os m encionar que la gestación puede en algunos
casos exacerbar los trastornos m entales, com o el caso de la depresión po s
parto, la cual, aunque puede aparecer en m ujeres sanas, se presenta con fre
cuencia en pacientes con antecedentes de alteraciones m entales; así m ism o, la
esquizofrenia tiene gran posibilidad de exacerbación posparto.
Las gestantes con antecedente de trastorno m ental tienen m ayor tenden
cia al uso de alcohol o drogas con efectos deletéreos para el feto. De igual
m anera, algunos m edicam entos psiquiátricos pueden causar efectos sobre el
feto, com o el caso del litio que aunque en el balance riesgo beneficio, se re
com ienda su uso, puede atravesar la barrera placentaria y causar toxicidad y
teratogénesis.
Los anovulatorios orales com binados no se recom iendan para uso en p a
cientes am bulatorias, porque existe el riesgo de no cum plir con las indicaciones
de uso. Las pacientes hospitalizadas con tratam ientos a largo plazo, pueden
tener m ás opción de cum plir con el régim en de uso.
[274]
26 Anticoncepción en mujeres con desórdenes médicos
Retraso mental
A excepción de la discapacidad m ental grave, la m ayoría de personas con
discapacidad m ental tienen deseo sexual sim ilar a la población en general, la
fertilidad no está alterada y existe alto riesgo de abuso sexual.
La consejería es m uy im portante en este grupo de pacientes y debe ser
individualizada, con m aterial de ayuda concreto y basada en la repetición y
paciencia.
El uso de preparados com binados aunque tiene la ventaja de dism inuir
el sangrado m enstrual en m ujeres con dificultades en su aseo genital, en al
gunas pacientes se presenta dificultad para la deglución. Si se usan, debe su
pervisarse su uso continuo y tener precaución con la interacción con otros
medicam entos.
Los inyectables ya sean com binados o de solo progestina son adecuados,
especialmente este últim o que, al tener alta incidencia de am enorrea, ofrece
ventajas para la m ujer con dificultades para el aseo genital, lo que no sucede
con los implantes subdérm icos.
Existen múltiples barreras que im piden el acceso de pacientes con retraso
mental a servicios anticonceptivos. D entro de las principales tenem os b arre
ras m édicas, económ icas, culturales y legales.
[2 75 ]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
Diabetes
Las m ujeres diabéticas en general deben ser aconsejadas para que, si de
sean concebir, lo hagan a la edad m ás tem prana posible, porque las com pli
caciones vasculares, si se presentan, progresan con la edad, de igual form a la
m ujer antes de la concepción debe esperar que su m édico (a) confirm e que la
enferm edad está controlada para luego suspender la anticoncepción.
La m ujer diabética que no tiene daño vascular puede utilizar cualquier
m étodo horm onal, teniendo en cuenta que se deben sugerir en caso de ora
les com binados, los preparados de m enores dosis. En m ujeres diabéticas con
com plicaciones vasculares com o nefropatía, retinopatía o neuropatía no de
ben recibir preparados orales ni inyectables que contengan estrógenos, pero
sí pueden usar m inipíldora o implantes subdérm icos, los inyectables de solo
progestágeno pueden tenerse en mente pero com o últim a opción.
E l D IU puede ser una buena alternativa, pero teniendo en cuenta que las
m ujeres diabéticas tienen predisposición a infectarse p o r lo que se requiere
un exam en previo com pleto para descartar y tratar si es el caso infecciones
locales, sobra decir la im portan cia de guardar m edidas de asepsia y anti
sepsia en la aplicación del D IU y pueden tenerse en m ente los antibióticos
profilácticos.
[276]
26 Anticoncepción en mujeres con desórdenes médicos
Enfermedades cardiovasculares
Existe una gran variedad de enferm edades cardiovasculares, incluso algu
nas que por su gran com prom iso es preferible pensar en un m étodo p erm a
nente por el riesgo de una gestación.
En algunos casos puede utilizarse anticoncepción horm onal, especialm en
te los m étodos de solo progestágeno (m inipíldora, im plantes, trim estrales in
yectables). En m ujeres con hipertensión severa o com plicada con enferm edad
vascular, enferm edad coronaria o cerebrovascular y desórdenes trom boem -
bólicos no deben usarse horm onales com binados e inyectables trim estrales.
En m ujeres con hipertensión no severa (< 16 0 /10 0 ), sin factores de riesgo
adicionales pueden utilizar inyectable trim estral, pero controlando p erió d i
camente las cifras de tensión arterial. En ellas no se recom iendan m étodos
com binados.
Si hay antecedente de fenóm enos trom boem bólicos, no se debe utilizar
ningún m étodo horm onal com binado.
Si una m ujer con enferm edad cardiovascular elige un m étodo horm onal,
debe estar en control m édico perm anente y preferir los preparados de más
bajas dosis.
El D IU es una buena alternativa para estas m ujeres con desórdenes car
diovasculares y que no desean un m étodo perm anente, aquellas que tienen
valvulopatía cardíaca y, por ende, riesgo de endocarditis bacteriana, deben
recibir antibióticos profilácticos en el m om ento de la inserción. Las usuarias
que utilizan anticoagulantes al utilizar D IU tienen m ayor tendencia a hiper-
m enorreas y una m ejor opción si está disponible, es el D IU horm onal.
Hepatopatías
En general, la prim era opción no debe ser un anticonceptivo horm onal;
sin embargo, en casos no severos pueden utilizarse horm onales de solo p ro
gestágeno, bajo control médico.
Los m étodos de barrera pueden utilizarse e incluso si la paciente es p o rta
dora de hepatitis B, el com pañero debe utilizar condón así tengan otro m éto
do anticonceptivo en uso para evitar el contagio.
El D IU puede usarse tranquilam ente. En algunos casos severos se optará
por un m étodo permanente.
[2 7 7 ]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
Tuberculosis
N ingún m étodo tiene contraindicación específica en las mujeres afectadas
por esta enferm edad, pero debem os recordar en las usuarias de orales com bi
nados, parches, anillo, píldoras de solo progestinas e implantes subdérm icos,
que la Rifam picina o Rifam butina utilizadas en el tratam iento de la tubercu
losis, dism inuyen la efectividad de estos preparados, por lo cual se recom ien
da utilizar un m étodo de apoyo m ientras esté bajo esta m edicación e incluso
hasta dos sem anas después de suspenderla.
Enfermedades malignas
En la m ujer que está siendo estudiada por posible enferm edad m aligna o
prem aligna en el tracto genital, debe continuar con el m étodo que esté utili
zando m ientras se aclara el diagnóstico, pues en caso de positividad es más
com plicado el m anejo estando em barazada.
Las pacientes con enferm edad prem aligna cervical tratadas satisfactoria
mente por lo general conservan la capacidad reproductiva y pueden seguir
utilizando el m étodo que usaban, incluso horm onales.
En caso de enferm edad trofoblástica gestacional, incluso coriocarcinom a
debe evitarse em barazo durante el tratam iento y, a excepción del DIU, puede
utilizarse cualquier método.
E n m ujeres con cáncer m am ario o hepático la prim era opción debe ser no
horm onal. El antecedente fam iliar de cáncer de seno no contraindica ningún
m étodo horm onal.
En caso de enferm edades m alignas no genitales se puede utilizar cualquier
m étodo, m ientras no haya com prom iso hepático severo o problem as trom bo-
em bólicos, que contraindicarían los horm onales.
[2 7 8 ]
26 Anticoncepción en mujeres con desórdenes médicos
[2 7 9 ]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
desarrollan SID A . Solam ente no se debe usar para inicio en m ujeres que ya
llegan con SID A .
En países donde el aborto es legal, se puede dar esta opción cuando la m u
je r V IH positiva lo desea.
Los antirretrovirales pueden dism inuir o aum entar la biodisponibilidad
de las horm onas esteroides en los anticonceptivos horm onales. H ay escasa
inform ación que sugiera probables interacciones farm acológicas con muchos
antirretrovirales (especialm ente algunos inhibidores no nucleósidos de la
transcriptasa reversa y los inhibidores de la proteasa reforzados con ritonavir)
y los anticonceptivos orales. Estas interacciones pueden alterar la seguridad y
eficacia del anticonceptivo horm onal y el antirretroviral. Por lo tanto, si una
m ujer que está en tratam iento antirretroviral, decide iniciar o continuar an
ticonceptivos horm onales, se recom ienda el uso sistemático de condones. El
objetivo es prevenir la transm isión del V IH y com pensar cualquier reducción
posible en la eficacia del anticonceptivo horm onal. Si se opta por un anti
conceptivo oral com binado, se debe usar una preparación que contenga un
m ínim o de 30 pg de etinil estradiol.
[2 8 0 ]
27 .
“ Im agine que usted es un paciente consultando por dolor abdom inal en 1890
y su doctor dice que es necesario extraer su vesícula. Es llevado a la sala de
operaciones donde varios jóvenes están alrededor del cuarto, m irando atenta
mente al cirujano preparar su equipo. Ellos son los residentes. O tro residente,
evidentemente m ás avanzado que los otros, está ayudando al cirujano con
los preparativos. C uando usted em pieza a dorm irse, oye al doctor que da las
instrucciones al ayudante sobre dónde hacer la incisión y qué buscar. Si el re
sidente (y usted) tienen suerte, quizás él ya ha observado varios procedim ien
tos y probablem ente ha ayudado en uno o dos casos sim ilares. A h ora él tiene
la oportunidad de estar ‘en el asiento del chofer’ por prim era vez, con usted en
el otro extrem o de los instrum entos”. Esta anécdota se extrajo de: “ R em in is
cences from the Turn o f the C en tu ry”, escrito por Floyd Burroughs, M D en el
N ew York State Journ al o f M edicine, 66 (23), 1 D ec 1966, p: 3072-5, quien narra
experiencias reales de la época en que inició su residencia en ju n io de 1897.
Esta lectura trajo a m i m em oria las revistas por el servicio de ciru gía en
el Hospital San José de Bogotá cuando era estudiante a com ienzos de la dé
cada de los ochenta. En esta revista el gran m aestro estaba al lado de la cam a
del(a) enferm o(a), cerca de él los residentes de tercer año, detrás de ellos el
de segundo año, en un círculo más externo los de prim er año, m ás afuera los
internos y los estudiantes, últim os en prioridad apenas alcanzábam os a oír
susurros del caso.
Recordam os cóm o tradicionalm ente aprendim os a realizar procedim ien
tos quirúrgicos y cóm o han aprendido a su vez nuestros(as) estudiantes: “vea
uno, haga uno, enseñe uno”.
Pareciera que no ha habido m ucho cam bio desde los años en que el doctor
Burroughs iniciaba su residencia y ahora, cuando han pasado m ás de 100
años.
Este m étodo de enseñar: “ensayo y error”, se ha utilizado po r cientos de
años, siem pre con la esperanza que no haya dem asiados del último.
[281]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
[2 8 2 ]
27 Capacitación al personal de salud
H ipócrates, vio lar este prin cipio acarreaba, entre otras, pérdida del respeto
público y profesional.
Un principio de calidad bien conocido es hacer las cosas bien desde la p ri
m era vez, en la enseñanza de la m edicina esto es que el(la) estudiante tenga la
destreza necesaria suficiente para tratar pacientes desde la prim era vez.
N adie quiere com eter un error, pero es parte de nuestra responsabilidad
com o docentes m ostrar a los(as) estudiantes de h oy (quienes serán p ro fe
sionales del m añana), lo que pueden hacer para evitar com eter errores y
para esto tenem os una herram ienta excelente que es la sim ulación clínica
en M edicina.
Uso de simuladores
Desde hace varios años se ha venido cuestionando el entrenam iento m é
dico-quirúrgico realizado directam ente en los(as) pacientes, por las im plica
ciones m édico-legales que esto pueda conllevar. N o es lógico que el(la) estu
diante de M edicina, bien sea de pregrado o posgrado, inicie el entrenamiento,
especialm ente de habilidades m anuales (procedim ientos invasivos diagnósti
cos o terapéuticos) directam ente con pacientes. A pesar de que el(la) docente
esté supervisando, hay situaciones im previsibles que no se pueden corregir
tan solo con supervisión po r estricta que sea.
¿Qué no decir de la práctica que p o r m uchos años seguim os de perm itir se
hicieran prácticas m édico-quirúrgicas sin supervisión? El argum ento era que
deberían aprender a “desenvolverse por su cuenta”.
M uchos países em pezaron a utilizar m edios sofisticados com o la realidad
virtual, que ha perm itido en las Fuerzas M ilitares desarrollar habilidades en el
manejo de equipos de aviación sin exponer aviones costosos y especialm ente
la vida de aprendices e instructores(as).
La realidad virtual está adquiriendo un lugar im portante en la enseñan
za de nuevas técnicas quirúrgicas com o la vid eo endoscopia operatoria, la
cual por el alto riesgo que conlleva en m anos inexpertas puede ocasionar al
aprenderse directam ente en pacientes, lesiones m uy graves e incluso la m uer
te. H oy la tecnología ha habilitado la com unidad m édica (y otras profesiones
también) para aprender en un ambiente protegido. Pacientes sim ulados están
reem plazando a los reales en el com ienzo del aprendizaje. El(la) estudiante
puede hacer sus prim eras prácticas en objetos inanim ados, donde en el peor
de los casos al com eter un error grave, lo único que hay que hacer es reiniciar
la práctica para m ejorar la destreza y evitar los errores.
El m anejo apropiado de una condición de em ergencia es m uy difícil de
enseñar durante la em ergencia real. D urante una situación de em ergencia,
no hay tiem po para detenerse y pensar sobre el próxim o paso. Las acciones
y protocolos deben fluir naturalmente. La única m anera de practicar en una
[283]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
por las restricciones a la práctica de estudiantes que han impuesto los nuevos
sistemas de salud la creación de intermediarias, que prohíben la intervención
en sus afiliados de estudiantes de pregrado, e incluso de residentes.
El investigador Patrick Suppes, afirmaba refiriéndose al computador, "que
en unos cuantos años sería posible que millones de niños pudieran tener lo
que Alejandro Magno consideraba una prerrogativa de los reyes: contar con
un tutor personal tan bien informado como Aristóteles': Es así como el com-
putador y los modelos introducen cambios en las dimensiones de espacio y
tiempo, para conseguir los objetivos de aprendizaje por descubrimiento.
La enseñanza a nuestros(as) estudiantes utilizando la simulación es ne-
cesaria en las facultades de Medicina, más ahora con la crisis hospitalaria
nacional. Sin embargo, debe complementarse con un mejoramiento conti-
nuo de la calidad en la educación médica. Al respecto, el doctor Hernando
Matiz Camacho, de la Universidad El Bosque, escribió: "La simulación ci-
bernética es un algo más en la educación del estudiante, que debe fortalecer
la relación paciente-médico y no debilitarla. La simulación cibernética en
Medicina basa la concepción pedagógica de la enseñanza en el alumno y no
en el profesor, desarrolla en el alumno su capacidad de descubrimiento y
autoaprendizaje y autoinstrucción de sus propios objetivos de conocimiento
y no en la tradicional y vetusta pedagogía magisterial paternalista basada
en la instrucción. De esta manera el estudiante desarrolla su propia manera
de pensar y de aprender. Debe pensarse también que las preocupaciones
planteadas generalmente por los profesores, obedecen a la posibilidad y al
temor que ellos tienen de ser desplazados en su ocupación por los docen-
tes más aventajados en la informática académica. Tampoco se debe aceptar
que el uso de simulación cibernética haga posible la "deshumanización de
la enseñanza de la Medicina" y la disociación entre la necesaria relación
paciente-médico. Así mismo, se debe tener en cuenta que esto implica en
las facultades de medicina una erogación considerable en la obtención de
recursos materiales o de equipo y que junto con estos recursos materiales,
debe haber una formación de recurso humano o de docentes adecuada, que
afronte los nuevos desafíos de las tecnologías de la informática académica y
de la simulación. Aunque la incorporación de nuevas tecnologías aumenta
sin lugar a dudas la complejidad del currículo y de los planes de estudio,
crea nuevas exigencias al docente y podría recargar naturalmente su trabajo.
Ciertamente no es lo mismo "analizar un libro de texto para incorporarlo a
una nueva asignatura, que analizar un paquete computacional para cambiar
la metodología de enseñanza de la asignatura. La informática y la simula-
ción, son un nuevo medio de instrucción para el docente y nuevo medio de
aprendizaje al servicio del estudiante. Esto implica que las universidades
deben tener su departamento de informática académica que permita desa-
rrollar estas tecnologías".
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
[2 8 6 ]
27 Capacitación al personal de salud
[287]
Parte VII Anticoncepción en situaciones especiales
[288 ]
Bibliografía
[289]
Anticoncepción pasado, presente y futuro
[2 9 0 ]
Bibliografía
[291]
Anticoncepción pasado, presente y futuro
[2 9 2 ]
Bibliografía
[29 3]
Anticoncepción pasado, presente y futuro
[2 9 4 ]
Bibliografía
[295]
Anticoncepción pasado, presente y futuro
[2 9 6 ]
Bibliografía
Raine TR, Epstein LB, Harper CC, Brown BA, Boyer CB. Attitudes toward
the vaginal ring and transdermal patch among adolescents and
young women. Journal o f adolescent health. 2009; 45(3): 262-267
Reglamento técnico para el abordaje integral forense de la víctima en la
investigación del delito sexual -Instituto Nacional de Medicina Legal
y Ciencias Forenses, Establecimiento público adscrito a la Fiscalía
General de la Nación, noviembre de 2002.
Reintroducing the IUD, Family Health International (FHI). 2005.
República de Colombia. Ley 28 de 1932, (12 de noviembre).
República de Colombia. Decreto 1972 de 1933 (1 de diciembre).
República de Colombia. Ley 45 de 1936 (21 de febrero).
República de Colombia. Reforma Constitucional de 1945.
República de Colombia. Plebiscito de 1954 (3 de septiembre).
República de Colombia. Ley 54 de 1962.
República de Colombia. Decreto 2820 de 1974 (20 de diciembre).
República de Colombia. Ley 1 de 1976 (enero 19).
República de Colombia. Ley 51 de 1981 (junio 2).
República de Colombia. Decreto 1398 de 1990 (3 de julio).
República de Colombia. Constitución Política de 1991.
República de Colombia. Sentencia n.° T-494 de 1992 (17 de marzo).
República de Colombia. Ley 100 de 1993 (23 de diciembre).
República de Colombia. Ley 360 de 1997 (7 de febrero).
República de Colombia. Resolución 412 de 2000 (25 de febrero).
República de Colombia. Política nacional de salud sexual y reproductiva,
2003.
República de Colombia. Ministerio de la Protección Social: Plan de choque
para la reducción de la mortalidad materna. 2004.
República de Colombia. Sentencia C-355 de 2006 (11 de mayo).
República de Colombia. Ley 1098 de 2006 (8 de noviembre).
República de Colombia. Ley 1146 de 2007 (10 de julio).
República de Colombia. Decreto 3039 de 2007 (10 de agosto).
República de Colombia Resolución 0769 de 2008 (3 de marzo).
Revisión del programa y desarrollo de estrategias en Población. Ayuda de
Memoria. Fondo de población de las Naciones Unidas. 2004.
Rosenbaum P, et ál. Inhibition of ovulation by a novel progestogen
(drospirenone) alone or in combination with ethinylestradiol. Eur. J.
Contracept. Reprod. Health. Care. 2000; 5:16-24.
Rowlands S. Newer Progestogens. Journal o f Family Planning and
Reproductive Health Care. 2003; 29(i):i3-i6.
Ruiz J, Gómez PI, Early Postpartum IUD Insertion with Ring Forceps. Acta
Obst. Gynecol. Scandinavica, 1997; (76)167.
[2 9 7 ]
Anticoncepción pasado, presente y futuro
Ruiz J, Gómez PI. Minilaparotomy under local anesthesia for tubal ligation,
Acta Obst. Gynecol. Scandinavica, 1997; (76)167.
Saleh WA, et ál. A randomized trial of three oral contraceptives; comparison
o f bleeding patterns by contraceptive types and steroid levels. Am. J.
Obstet. Gynecol. 1993; 168(6 Pt i):i74o-45-
Sánchez-Guerrero J, et ál. A trial o f contraceptive methods in women with
systemic lupus erythematosus. New England Journal o f Medicine,
2005; 3 5 3 :2 5 3 9 - 2 5 4 9 -
Sánchez-Torres E Ciencia y reproducción humana, Empresa Editorial
Universidad Nacional, Bogotá. 1991.
Sánchez-Torres F. Historia de la Ginecobstetricia en Colombia. 1.a edición,
Bogotá. 1993.
Satisfacción de las necesidades de los clientes jóvenes: una guía para prestar
servicios de salud reproductiva a los adolescentes. Family health
Internacional, 2005.
Shapiro S, Dinger J. Risk o f venous thromboembolism among users of oral
contraceptives: a review of two recently published studies. J. Fam.
Plann. Reprod. Health Care. 2010; 36(i):33-8.
Scholes D, Lacroix A Z, Ichikawa LE, et ál. Injectable hormone contraception
and bone mineral density: result from a prospective study.
Epidemiology 2002; 13:581-587.
Scholten P, van Eykeren M, Christiaens G, et ál. Menstrual blood loss with
the levonorgestrel intrauterine device Nova T and Multiload CU 250
intrauterine devices. Thesis. Utrecht: University Hospital, 1989.
Shea in RB. Adolescent Sexuallity and Gynecology. 2.1 Ed. Norwalk,
Connecticut, Appleton and Lange, 1989.
Sitruk-Warte R. New Methods o f Progestin Delivery. Contemporary Clinical
Gynecol and Obstet. 2002; 2(4):287-298.
Sivin I, Stern J. Health during prolonged use o f levonorgestrel 20 fig/d
and the Copper TCu 38oAg intrauterine contraceptive devices: A
multicenter study. Fértil. Steril. 1994; 6i(i)¡72.
Speroff L, et ál. Clinical Gynecologic Endoc and Infert, 6th Ed. 1999; 867-945.
Stone KM, Grimes DA. Personal protection against sexually transmitted
diseases Am. J. Obstet. Gynec. 1986; 155:1808.
Taéron C. The vaginal contraceptive ring. Rev. Infirm. 2009; (i5o):45-7.
Tang OS, et ál. Long-term depot medroxyprogesterone acetate use and bone
mineral density. Contraception. 1999; 59:25-29.
Tang OS, Tang G, Yip PSF, Li B. Further evaluation on long-term depot
medroxyprogesterone acetate use and bone mineral density: a
longitudinal cohort study. Contraception 2000; 62:161-164.
Távara L. Mecanismos de acción de la anticoncepción oral de emergencia.
Documento Comité de Derechos Sexuales y Reproductivos de
[298 ]
Bibliografía
[2 9 9 ]
Anticoncepción pasado, presente y futuro
[3 0 0 ]
A n tico n ce p ció n : pasado , presente y futuro
Se imprimieron 7 00 ejemplares en
Bogotá, Colom bia
El grupo de Salud Sexual y Reproductiva de la Facultad
de Medicina de la Universidad Nacional de Colombia, ca
tegoría A1 de Colciencias, se creó en marzo de 19 9 6 y se
ha consolidado como el de mayor producción dentro de
los grupos colombianos dedicados al tema de salud sexual
y reproductiva; actualm ente cuenta con las siguientes lí
neas de investigación:
Adolescencia
Anticoncepción
Atención integral a la mujer en posaborto
Dolor pélvico crónico
Endocrinología ginecológica
Enf e rme da d e y n f e c c i o s a ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^ ^
Infertilidad
Guias de práctica clínica
Mortalidad materna
Oncología ginecológica
Piso pélvico y sus alteraciones
Violencia de género
Este libro está dirigido a profesionales de enfermería, medicina general, especialistas y estu
diantes del área de la salud y presenta de manera resumida la normatividad nacional e inter
nacional relevante, así como el pasado, el presente y el futuro de la anticoncepción, teniendo
en cuenta las evidencias más representativas y los derechos sexuales y reproductivos, pues el
desconocimiento del verdadero alcance de la anticoncepción y los mitos creados alrededor de
DISEÑO DE CARATULA: PÍO IVAN GÓMEZ SÁNCHEZ
9 N7 8 9 5 8 7 " 1 9 5 3 4 7