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Inserción Laboral.

Profesor Bartolomé Silva

Por desamor al arte.


Cuando la realidad supera la ficción.

Fernanda Ortega Lambruchini


Introducción

A partir del año 2019, en Chile, los que ejercen el oficio del teatro han vivido grandes
dificultades. La oferta y el desempleo en el mundo artístico se ha convertido en una
realidad, el contexto actual, desde el estallido social, hasta la pandemia a la cual nos
enfrentamos actualmente, no nos ha permitido desarrollar nuestro camino artístico, ni vivir
de este rubro, lo que genera grandes frustraciones, estrés, y desencanto artístico.

En el siguiente documento reflexionaremos acerca del trabajo desde la vereda del arte,
tomando como referencia los textos de Jürgen Weller y la política del fomento del teatro
2010-2015 del consejo nacional de la cultura y las artes, quienes analizan el mundo laboral
teatral.

¿Cómo escenificar problemas sociales, cuando los mismos problemas sociales nos
impiden escenificar?

Si bien el teatro en Chile surgió mayoritariamente a partir de problemáticas sociales, hoy en


día, la problemática social no nos permite ejercer en teatro. Esto produce, como bien
declara el consejo nacional de la cultura y las artes, un desencanto en el núcleo artístico.

El teatro no es considerado una actividad profesional, no hay una solidez laboral que nos
permita encontrar espacios y condiciones para ejercer.

A pesar de que sin duda el teatro ha ido encontrando su lugar, fomentando la


institucionalidad que encontramos hoy en día, al menos en Santiago de Chile, estos
espacios no son suficientes, ya que no todas las instituciones universitarias o
independientes, cuentan con las condiciones necesarias para llevar a cabo este estudio. La
mayoría de las escuelas, no cuentan con las herramientas necesarias, ya que si bien,
podemos acceder a las y los mejores profesores, muchas universidades no cuentan con las
mejores condiciones en salas de ensayos, e incluso, las salas de ensayos son insuficientes
para la cantidad de alumnos y alumnas dentro de la carrera. Lo que nos hace ensayar en
espacios precarios, como plazas, camarines, baños, casas, etc.
A pesar de que existen distintas visiones sobre el cómo hacer teatro, y que muchos actores
puedan considerar que desde la precariedad se puede construir un buen material artístico,
esto nos limita a desarrollarnos solo desde una arista, y sin poder aplicarnos ni en lo uno, ni
en lo otro.

Fuentes de ingreso e identidad personal

“Se observa otra tensión entre la alta valoración que los jóvenes dan al trabajo en
sí y las experiencias, frecuentemente frustrantes, con empleos concretos. A pesar de
la creciente percepción funcional del trabajo, principalmente como fuente de
ingreso que en algunos casos tiene que competir con otras que prometen ganancias
mayores y más fáciles, para muchos jóvenes el trabajo sigue siendo piedra angular
para el desarrollo de su identidad personal.” (Weller, 2006, p.3)

En este sentido, el obtener un título profesional se ha convertido en un sacrificio y una


condición clave para la inserción laboral, pero a su vez, el título universitario no garantiza
el acceso a la ocupación, lo que produce mayor frustración laboral, ocupacional y personal,
obligándonos a buscar opciones complementarias que satisfagan por un lado nuestras
necesidades económicas y por otro lado, nos permita tener el tiempo de poder producir
teatro, o inclusive, dejar el teatro a un lado, generando más estrés y frustraciones, que se
ven reflejados en nuestra identidad personal, por no lograr alcanzar nuestras metas y
sentirnos insuficientes e insatisfechos con lo que hacemos.
Conclusión

Es claro que en cualquier ámbito laboral se presentan dificultades al momento de buscar


opciones laborales, pero es aún más difícil buscar trabajo en el ámbito artístico.

He llamado a este trabajo “Por desamor al arte” porque si en algún momento el amor al arte
era suficiente para satisfacer mis necesidades –y no hablo de necesidades económicas- sino
más bien de necesidades personales y sociales, en este contexto, se vuelve aún más real el
desamor al arte, y no solo al arte, si no a la vida, por la frustración de hacer grandes
esfuerzos personales para sobrevivir con todas las pasiones retenidas por no encontrar
tiempo ni razones para hacer teatro, luchando constantemente con uno mismo y con un
discurso meritocrático para poder cumplir con las necesidades económicas y artísticas,
restándole importancia a los conflictos sociales, porque éstos conflictos nos alcanzaron y
nos inundaron de rabia y desesperación.
Bibliografía

Weller, J. (2006). Insercion laboral de jovenes: expectativas, demanda laboral y


trayectorias. redEtis.

Consejo nacional de la cultura y las artes. Política de fomento del teatro (2010-2015)

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