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La producción en la prehistoria: era de manera manual. No existían maquinas.

Se trabajó
desde la piedra la forja de metales. Por otro lado, apareció la alfarería y se aprendieron
técnicas de mezclas de diferentes arcillas para el cocido de barro fuera más resistentes. En
agricultura se incorpora el arado y la rueda, y muy posteriormente los cultivos rotativos. En la
ganadería se seleccionan las especies más aptas y dóctiles y se realizan un proceso selectivo de
los individuos más reproductivos. También comienzan las primeras edificaciones religiosas y las
primeras estructuras comunales.

El modo de producción esclavista: fue el componente esencial de la formación económico


social de la civilización greco-romana y lo que le proporcionó la base tanto de su éxito como de
su crisis. La historiografía materialista insiste en la originalidad de ese hecho y su
trascendencia.

La esclavitud ya había existido en formas diferentes en las civilizaciones del antiguo Oriente,
pero siempre había sido una condición jurídicamente impura, que con frecuencia tomaba la
forma de servidumbre por deudas o de trabajo forzado, entre otros tipos mixtos de
servidumbre, y formando sólo una categoría muy reducida en un continuo de dependencia y
falta de libertad que llegaba hasta muy arriba en la escala social. La esclavitud nunca fue el tipo
predominante de extracción de excedente, sino un fenómeno que existía al margen de la
principal mano de obra rural. Los imperios fluviales (Mesopotamia, Egipto), basados en una
agricultura intensiva y de regadío que contrasta con el cultivo de secano de la civilización
mediterránea grecorromana, no fueron economías esclavistas, y sus sistemas legales carecían
de una concepción estrictamente definida de la propiedad de bienes muebles.

Características del modo de producción feudal

El modo de producción feudal era esencialmente un modelo de explotación agropecuaria. Era


sostenido por una masa campesina encargada de la producción de bienes y gobernada por un
señor feudal: un terrateniente que les imponía su orden particular, ejerciendo a la vez el poder
político y legal, aunque en esto último intervenía también la Iglesia (el clero).

Los campesinos o siervos pagaban a sus respectivos señores feudales una porción mayoritaria
de lo producido con su trabajo, a cambio de seguridad militar, orden y jurisprudencia. Además,
obtenían el permiso para habitar porciones minúsculas de terreno en donde se asentaban sus
familias.

En dicha relación de explotación del campesinado por la aristocracia, sin embargo, no existían
las leyes de esclavitud, aunque las condiciones de vida de los primeros podían en muchas
ocasiones parecérsele. En su lugar, se establecían relaciones de vasallaje, que vinculaban
políticamente al campesino con el feudo que habitaba.
Los feudos eran la unidad productiva mínima del sistema (de allí su nombre: feudal). Se
dividían territorialmente en:

Reservas señoriales o dominicales. Su producción estaba destinada al pago del tributo al señor
feudal.
Mansos. En ellos el campesinado llevaba adelante la producción de sus propios bienes y se
garantizaba así la subsistencia.
No existía en este modelo tipo alguno de moneda o de sistema económico unificado. Por otro
lado, las ciudades eran poco desarrolladas en comparación con el campo.

La Revolución Industrial: fue un proceso de profundas transformaciones económicas, sociales,


culturales y tecnológicas que se desarrolló entre 1760 y 1840, y tuvo su origen en Inglaterra.

La Revolución Industrial marcó un antes y un después en la historia de la humanidad.


Especialmente porque su impacto se extendió a todos los ámbitos de la sociedad.

Ejemplos de ello son los importantes avances en el transporte, la mejora de la productividad y


el aumento de la renta per cápita.

En resumen, significó la creación de innovaciones tecnológicas y científicas que supusieron una


ruptura con las estructuras socioeconómicas existentes hasta el momento.

Se le conoce como Primera Revolución Industrial después de que años más tarde se produjera
una nueva revolución industrial, conocida como Segunda Revolución Industrial. En los siglos XX
y XXI se produjeron la Tercera Revolución Industrial y la Cuarta Revolución Industrial,
respectivamente.

Antes de continuar y como dato curioso, cabe destacar que en esta fecha tuvo su origen la
publicidad como disciplina.

La Revolución Industrial o Primera Revolución Industrial es el proceso de transformación


económica, social y tecnológica que se inició en la segunda mitad del siglo XVIII en el Reino de
Gran Bretaña, que se extendió unas décadas después a gran parte de Europa occidental y
América Anglosajona, y que concluyó entre 1820 y 1840. Durante este periodo se vivió el
mayor conjunto de transformaciones económicas, tecnológicas y sociales de la historia de la
humanidad desde el Neolítico, que vio el paso desde una economía rural basada
fundamentalmente en la agricultura y el comercio a una economía de carácter urbano,
industrializada y mecanizada.

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