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Elí Evangelista Martínez

Coordinador

Fundamentos
Metodológicos para el
Trabajo Social
Institucional.
Tomo 1.

Ediciones Entorno Social


Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Evangelista Martínez, Elí. Coordinador


Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional. Tomo 1.
1ª Edición
Editorial Entorno Social. Sello Editorial de la Red de Investigaciones y Estudios
Avanzados en Trabajo Social A.C.
Ciudad de México, 2018. 204 páginas.
ISBN 978-607-8597-01-7
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional (Colección)
ISBN 978-607-8597-00-0

Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional. Tomo 1.


Primera Edición, Mayo 2018
DR. Todos los derechos reservados, Elí Evangelista Martínez y Ediciones Entorno Social,
Sello Editorial de la Red de Investigaciones y Estudios Avanzados en Trabajo Social A.C.
E mail: eli_mexicomx@yahoo.com y red.estudios.avanzados.ts@gmail.com
Impreso en México/Printed in México
Diseño de Portada: Oscar Muñoz Pérez
Corrección de estilo: Deborah C. Segura Díaz.
Se permite la reproducción total o parcial de este documento, dando el crédito respectivo.
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Esta ambiciosa e innovadora colección de breves


escritos denominada “Fundamentos Metodológicos
para el Trabajo Social Institucional”, está dedicada a
todas y todos los estudiantes y colegas de Trabajo
Social que día a día buscan desde sus trincheras
académicas y laborales, transformar desde abajo y
desde dentro los complejos y difíciles mundos
institucionales, esperando que su lectura crítica y
propositiva les ayude a ubicar a nuestra profesión más
allá de actividades aisladas, prediseñadas, burocráticas,
auxiliares y rutinarias, y les permita contextualizarla
como una filosofía de la acción, un arte-científico y un
proceso social, político, educativo, estratégico, creativo
y propositivo, necesario para reencantar y transformar
nuestras instituciones sociales. Estos libros también
están dedicados de manera muy especial a mis queridas
colegas: Mary Carmen Mendoza, Aída Valero y Nelia
Tello, maestras de vida, por las enseñanzas esenciales y
las discrepancias sutiles, pero principalmente por los
aportes, alianzas y acciones en conjunto para construir
un nuevo y mejor Trabajo Social. Finalmente, esta
colección es también para mis dualidades familiares: mi
hija Julia Isadora, y mi compañera Claudia Isabel, con
amor, razón, lucha, pasión, creatividad, resistencia y
compromiso infinitos.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

ÍNDICE

Introducción ......................................................................................................7

1.- El Trabajo Social Institucional.


Elí Evangelista Martínez y Jennifer Pimentel García………………………….11

2.- Las Instituciones Sociales.


Cielo María Martínez Arévalo y Alma Nohemí Neri Coronado ........................... 23

3.-Metodologías para el Análisis Institucional.


Ángeles Rocha Abundis, Juan Alberto Salazar Mendoza y Silvia
Clemente Gutiérrez ...................................................................................................... 33

4.-Planeación Social y Planeación Estratégica.


Elí Evangelista Martínez y Alejandro Alcalde Rosales ............................................ 47

5.-Elaboración de Modelos de Intervención en Trabajo Social


César Augusto Luna Alonzo ....................................................................................... 61

6.- Fortalecimiento Institucional, Gerencia Social y Trabajo Social.


María Graciela Ruiz Ávila y Katia Alejandra Díaz Rangel……….…….………81

7.-Gestión del Cambio Institucional.


Ulises Torres Sánchez…….....………………………………………………..97

8.-Alianzas Estratégicas para el Desarrollo Institucional.


Mónica Laura Segura Díaz……………………………..……………………105

9.- Procuración de Fondos para el Desarrollo Social.


Claudia Isabel Achell Santoyo.……………………………….…………….121

10.- Perspectiva de Género en el Trabajo Social Institucional.


Mayra Niño Zúñiga……………………………………………….……….147

11.- Los Procesos de Comunicación en el Trabajo Institucional.


Angélica Hernández Yáñez…… ……..……..…………………………….159

12.-Supervisión en Trabajo Social.


Irma Leticia Canela Zambrano….……….…………………………………169

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

13.-Evaluación Social de Programas y Proyectos.


Norma Angélica Gómez Ríos….…………………………………………183

14.- Sistematización en Trabajo Social.


María Elena García Mendoza…...………………………………………...193

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Introducción

Hablar de Instituciones Sociales es hacer referencia a los espacios históricos,


articuladores, estructurados y permanentes, orientados a la cohesión e inclusión
social, mismos que se generan en la intersección de la estructura social, las políticas
públicas, las necesidades-problemáticas sociales y principalmente con los intereses y
demandas de sujetos sociales o sectores de la población de referencia.

Las instituciones son espacios organizativos establecidos dentro de una sociedad


determinada que funcionan con una serie de normas, roles y pautas de
comportamiento instituidas, es decir, que han sido aceptadas por una determinada
sociedad o parte de ella. Por lo que siempre tienen por finalidad regular las
actividades y relaciones de los individuos para asegurar la satisfacción de
necesidades y problemas de carácter colectivo, por lo que siempre estarán asociadas
a organismos, organizaciones, agrupaciones o grupos sociales.

Por eso, el aspecto más relevante para las instituciones u organizaciones que actúan
en las diferentes esferas de la sociedad, será justamente el conjunto de necesidades,
problemas, intereses y demandas de los sujetos sociales a los que van dirigidas sus
misiones, visiones valores, acciones y objetivos. Es decir, las personas, los grupos,
las familias, las comunidades, son quienes en primera instancia deben ser los más
importantes para el funcionamiento institucional.

Pero es importante entender que las instituciones sociales no son entes sociales
aislados de los procesos, posturas, cosmovisiones y modelos de sociedad, por lo
que siempre se conforman como la dimensión organizativa de las políticas públicas;
es decir, todo sistema de políticas públicas siempre se traduce en redes de
instituciones-organizaciones que permiten que los grandes lineamientos sociales
públicos sean concretizados en una realidad social determinada con miras al
beneficio de los sujetos sociales vinculados con ella. Por lo que podemos afirmar
que es a partir de las instituciones-organizaciones que se materializan y concretizan
las políticas públicas y en esa conexión encontraremos también los campos
fundamentales del quehacer profesional del Trabajo Social.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

En ese sentido, la colección de los libros “Fundamentos Metodológicos para el


Trabajo Social Institucional” busca establecer diferentes obras de divulgación
pensadas como manuales teórico-metodológicos dirigidos a los estudiantes y
profesionales del Trabajo Social, pero en general, también a los servidores públicos
insertos en las instituciones-organizaciones sociales, vinculados a procesos de
análisis, formulación y desarrollo de programas y proyectos orientados al bienestar
social.

A la par de los elementos mencionados, es importante resaltar la tesis central que


enmarca el desarrollo de la colección: “Los procesos de investigación-análisis,
planeación-coordinación, dirección-gestión, desarrollo-orientación y
evaluación-sistematización de las Instituciones u Organizaciones, no son
exclusivamente cuestiones administrativas, técnicas o instrumentales, sino
que requieren un abordaje teórico- metodológico, y también necesitan
tomar en cuenta aspectos contextuales, políticos y societales.

Por lo que la articulación de esos aspectos señalados, determina significativamente


el rumbo, logros, alcances, resultados e impactos de los mismos espacios
institucionales u organizacionales, y dentro de ellos, la misión, visión, opinión,
acción y propuestas desde el Trabajo Social será sustantiva para el funcionamiento
eficiente, eficaz y con calidad de los mismos, pero, tomando en cuenta que lo
central es que el funcionamiento debe ser adecuado para dar capacidad respuesta y
solución a las necesidades y problemas de los sujetos sociales y de su entorno.

Por eso, cada libro de la colección aborda de manera sucinta pero consistente y
desde una perspectiva multidimensional, el funcionamiento de las instituciones
retomando cuatro gran dimensiones:

1. La dimensión teórica nos permitirá adentrarnos en el significado, en la


forma y en el fondo de distintas categorías de análisis y en los diversos
conceptos elementales para el Trabajo Social Institucional.
2. La dimensión política hace referencia a las diferentes expresiones,
enfoques, orientaciones ideológicas y perspectivas para entender el Trabajo
Social Institucional, en su relación con el poder, las alianzas y la toma de
decisiones en los ámbitos de la institucionalidad de lo social.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

3. La dimensión societal hace referencia a las formas de articulación,


organización y movilización de sujetos, actores, sectores y estratos que
protagonizan los procesos sociales, y a quienes van dirigidos los servicios y
beneficios de las instituciones.
4. La dimensión metodológica se estructura a partir de la identificación de
métodos, procedimientos, estrategias, instrumentos, y técnicas utilizadas en
todo el proceso de diseño y funcionamiento institucional, que permitan
mayor eficiencia, eficacia y calidad en la generación del bienestar social.

Asimismo, los libros, en un principio el tomo 1, 2 y 3, sintetizan incontables años


de experiencias profesionales en Trabajo Social y áreas afines, desarrolladas en
diversas instituciones u organizaciones sociales y se integra con capítulos de
diferentes profesionales, que cuentan con una amplia experiencia en la práctica
institucional, pero también con procesos formativos y visiones académicas
importantes. Este hecho logra que los libros sean resultado palpable de una
construcción interdisciplinar, de reflexión académica contrastada con práctica social
científica sistematizada. Por ello, mi agradecimiento imperecedero a las autoras y
autores de los capítulos, así como al equipo de la Red de Investigaciones y Estudios
Avanzados en Trabajo Social A.C. que colaboró en hacer realidad esta colección:
Laura Segura, Elsy Cortés, Elizabeth Patricio, Karla Albarrán y Angélica Yáñez, así
como a nuestro creador del diseño de portadas: Oscar Muñoz Pérez, a la encargada
de corrección de estilo: Deborah Segura, y a nuestros impresores: Antonio y
Gerardo Romero.

Finalmente, consideramos relevante mencionar que los libros buscan ser manuales
básicos de consulta, útiles en la construcción de nuevos enfoques y claves que
reconfiguren y redimensionen a las propias instituciones y organizaciones sociales,
insistiendo tajantemente que los mundos institucionales si pueden ser trincheras de
transformación social, por lo que no debe existir un Trabajo Social Institucional que
privilegie solamente las cuestiones técnicas del funcionamiento institucional, sino
que busque incidir, con visión de derechos, para que las mismas instituciones
puedan generar capacidad de respuesta a las necesidades y problemas de los sujetos
de atención institucional.

Ciudad de México, mayo del 2018.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

1.- El Trabajo Social Institucional

Elí Evangelista Martínez. Licenciado en Trabajo Social por la ENTS-UNAM, Maestro


en Trabajo Social y Políticas Sociales por la Universidad de Concepción, Chile y
Doctorando en Ciencias Sociales por la UAM-Xochimilco. Profesor de la ENTS y de la
Facultad de Ciencias Políticas y Sociales-UNAM. Presidente de la Red de Investigaciones y
Estudios Avanzados en Trabajo Social A.C. Actualmente es Director de Desarrollo
Comunitario de la Secretaría de Cultura de la ciudad de México.
Jennifer Pimentel García. Licenciada en Trabajo Social por la ENTS-UNAM con
Diplomado en Atención a las Adicciones. Fue Coordinadora de Atención Ciudadana en el
Instituto de Asistencia e Integración Social del Distrito Federal, laboró en la Subsecretaría
del Sistema Penitenciario del Gobierno de la Ciudad de México y en el Sistema DIF de
Ecatepec, Estado de México.

I.- A manera de Introducción: Conceptualización del Trabajo Social.

El Trabajo Social es una Filosofía de la Acción y un Arte-Científico cuyos


propósitos son promover, articular y realizar procesos de: 1) Investigación,
diagnóstico, planeación, gestión, desarrollo, evaluación, sistematización y
comunicación de planes, programas y proyectos, modelos o iniciativas sociales.
(Ciclo de vida del Trabajo Social); 2) Gestión de los servicios sociales; 3) Relación
con los Sujetos Sociales; 4) Incidencia en el campo de las Políticas Públicas; y 5)
Gerencia Social. Los aspectos anteriores, forman parte de los pilares profesionales
del Trabajo Social que sintetizan el Actuar Social, es decir, el trabajo que se realiza
en la realidad social para transformar positivamente la forma y el fondo de
problemas, necesidades, demandas e intereses sociales.

II.- Trabajo Social: Objeto, sujetos, espacios y metodologías.

Para aproximarnos conceptualmente al Trabajo Social, es un requisito determinar


los siguientes elementos, que sintetizan sus lineamientos centrales:
1) El objeto de estudio del Trabajo Social, que se sintetiza en el conjunto de
Problemas, Necesidades, Intereses y Demandas Sociales que se construyen
en un campo disciplinar específico, en un espacio y tiempo determinado y
que tienen relación con lo esencial del Trabajo Social.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

2) Los sujetos de la praxis, que se traducen en aquellos actores, personas,


sujetos, sectores, grupos o colectivos humanos concretos, que se articulan a
partir de necesidades-problemas-demandas-intereses sociales.
3) Los espacios para la praxis, que son las Instituciones, Organizaciones o
Espacios Públicos, Sociales, Privados y Micro-Sociales desde donde se
generan iniciativas para la acción, la práctica social o el bienestar social.
4) Las Metodologías para la praxis, conjunto de lineamientos, rutas,
procesos, enfoques, métodos, técnicas, recursos, insumos e instrumentos que
se utilizan para incidir en la realidad desde los espacios institucionales o
sociales, y son medios para dar capacidad de respuesta a retos y desafíos
presentes y futuros, vivenciados y proyectados por sujetos colectivos, que
buscan cambiar positivamente sus condiciones de vida.

En ese sentido, podemos afirmar que en el Trabajo Social la interrelación entre


Objeto de Estudio, Sujetos de la Praxis, los Espacios Institucionales o Sociales para
la Praxis y las Metodologías para Praxis, es lo que concretiza el campo disciplinar,
profesional y formativo del Trabajo Social y sirve de punto de encuentro para
delinear la visión, misión y su misma práctica científica.

Las necesidades, problemáticas, intereses y demandas sociales dan contenido al


Trabajo Social, y constituyen su Objeto de Estudio; pero las personas, colectivos,
sectores o grupos sociales constituyen los Sujetos de su Praxis, en tanto son
protagonistas en permanente construcción social; y los Espacios Sociales o
Institucionales son las plataformas donde se definen y ejecutan iniciativas de acción
social, siempre de la mano de las metodologías, que son indispensables para realizar
el Trabajo Social, con la idea de generar bienestar social para todos los actores
vinculados a los procesos sociales.

Asimismo, los Espacios Institucionales o Sociales para la Praxis serán también


dispositivos de orden social, político, simbólico y sobre todo de articulación,
organización y cooperación de actores, que generan espacios que rebasan a las
iniciativas o voluntades personales, y por eso siempre implican espacios colectivos
complejos, que destacan por funcionar en la sociedad, a partir de lineamientos,
reglamentaciones, normas, decisiones y acciones construidos sobre el entorno de los
sujetos sociales de referencia.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Por lo anteriormente mencionado, no puede existir una perspectiva del Trabajo


Social sin el reconocimiento de los espacios institucionales para la praxis, que van a
fundamentar, reconocer y validar lo que denominaremos el Trabajo Social
Institucional, mismo que como dijimos anteriormente, se convierte en parte
fundamental de las políticas públicas.

III.- Políticas Públicas, Políticas Sociales y Trabajo Social

Las Políticas Públicas son los diferentes cursos de decisión y actuación delimitados,
legalizados e institucionalizados por el Estado, mismos que se traducen en
directrices y proyecciones estratégicas, explícitas, permanentes, sistemáticas,
integradas y consensadas socialmente, que los actores estatales y socio-civiles
generan para transformar o modificar una situación determinada, dando capacidad
de respuesta a los intereses de los distintos segmentos de la sociedad y al mismo
Estado. Pero lo Público no necesariamente es sinónimo de lo Estatal, ni de lo
gubernamental, por eso las políticas públicas si bien deben ser validadas y
legalizadas por los poderes del Estado y aplicadas por el gobierno, esto no significa
que solamente la estructura estatal y/o gubernamental tenga en sus manos su
diseño e implementación, por lo que los actores que se encuentran más allá del
Estado son también importantes en su definición. Por lo tanto, lo público es una
construcción social y un hecho histórico que involucra al Estado pero también a
otros actores, privados, pero también socio-civiles y micro sociales. Es necesario
indicar que las políticas públicas en tanto dispositivos de planeación y
racionalización de las decisiones y las acciones del gobierno en torno a asuntos
públicos, deben tener forzosamente la validación del aparato estatal, y se aplican en
una realidad social a través de leyes, reglamentaciones, marcos jurídicos y
normativos, los cuáles posteriormente se concretizan en instituciones, planes,
políticas y programas gubernamentales o de alguna organización no gubernamental
–civil o social.

En este caso, la expresión de políticas públicas, además de que implica la definición


de ciertos lineamientos, designa también las estrategias de acción y proyección que
le son generadas por actores diversos de la sociedad en su quehacer frente a la gran
pluralidad de áreas, problemas y situaciones que enfrentan en cada coyuntura. La
validez, legalidad y legitimidad de tales definiciones y estrategias, acciones y
proyecciones, están supeditadas al sentido público que las subyace, es decir, serán
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

adecuados en tanto sirvan al interés público y respondan a las demandas y


necesidades de las voluntades individuales y sociales de los ciudadanos.

Por lo anteriormente explicado, las políticas públicas siempre se constituyen como


un conjunto articulado de planteamientos proyectivos integrados, aunque para fines
analíticos, así como para lograr su desarrollo adecuado en una realidad social, se
desagregan en los siguientes rubros:
 Políticas Económicas, que hacen referencia a procesos de producción,
distribución, consumo de bienes y servicios a nivel micro, meso y macro, así
como a todo lo concerniente al financiamiento y presupuesto del Estado.
 Políticas Interiores y Exteriores, hacen referencia a las formas de gobierno, al
sistema político, a la organización y seguridad interior y exterior.
 Políticas Sociales, que hacen referencia a las orientaciones, contextos,
mecanismos, directrices y acciones relacionadas con la cuestión social, es decir,
con la idea de generación de bienestar social entre la población.
 Políticas Culturales, que hacen referencia a las orientaciones, contextos,
mecanismos y directrices relacionadas con la cuestión cultural, que buscan
construir identidad, cohesión e inclusión social.
 Políticas Medio Ambientales, que hacen referencia a la relación entre el ser
humano y el medio ambiente, para utilizarlo, aprovecharlo y conservarlo.

IV.- Las Políticas Sociales.

Las Políticas Sociales constituyen la Dimensión Social de las Políticas Públicas, y


son el puente de comunicación que desde los ámbitos estatales, sociales y/o civiles,
buscan modificar o transformar las cuestiones sociales. De acuerdo con lo anterior,
podemos entenderlas como el proceso articulado de lineamientos, decisiones,
normas, cursos de acción y proyecciones estratégicas, explícitas, permanentes,
sistemáticas y conflictuadas/consensadas socialmente, definidas y validadas desde
los espacios estatales, privados, socio-civiles y micro-sociales, tendientes a modificar
o transformar positivamente el fondo y la forma de cuestiones sociales específicas y
priorizadas social y políticamente.

Todas las políticas sociales además de servir como medio de reproducción,


asistencia, hegemonía, control y cohesión social, puede servir, de acuerdo al

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

contexto determinado donde se desarrolle, como medio y fin para elevar las
condiciones sociales de la población, a partir, no solamente del acceso a servicios o
beneficios sociales ofertados a sectores en desventaja social, sino a partir de medios
o vehículos para el reconocimiento y ejercicio de los derechos sociales. Las políticas
sociales por eso, tienen relación con los siguientes temas: Derechos Sociales,
Servicios y beneficios Sociales, Calidad de Vida Atención Social, Organización y
Participación Social, Lucha contra la Pobreza, Gestión Social, Construcción de
Ciudadanía y Democracia, Desarrollo sustentable, Desarrollo local, Capital social,
entre otros.

Asimismo, es necesario advertir que la construcción de las políticas sociales, más


que una modalidad técnica, es un proceso histórico y político, y por ello, adquiere
un perfil específico a partir de los siguientes aspectos:
 Situación Económica y Socio Política local e internacional
 Movilización y Participación Social, Identidad Comunitaria o local
 Tipo de Estado, Sistema político y Tipo de Gobierno
 Protagonismo de la Sociedad Civil y Tipo de Pacto Social
 Formas e identidades culturales y expresiones locales y regionales
 Formas de Negociación y Concertación entre actores sociales
 Elementos educativos y culturales de la población
 Cuestiones geopolíticas y diferenciación Regional
 Legislación Nacional y local

V.- Las Políticas Sociales, el Trabajo Social y la Dimensión Institucional.

Existe un nivel de relación estratégica entre Trabajo Social y Políticas Sociales, que
hace referencia a las dimensiones de las Políticas Sociales, es decir a los niveles o
puentes de comunicación que se construyen para que las políticas sociales se
vinculen del nivel abstracto al operativo:

 Políticas Sociales como Ideas, conceptos o discursos. Esta dimensión


involucra al conjunto de ideas, conceptos, discursos, argumentos y
proyecciones sobre lo que es (presente) y se propone puede ser el tema de la
política social en específico (futuro). El discurso nos permite tener
argumentos, concepciones, principios, visiones, definiciones o enfoques
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

sobre lo social y/o sobre el tema, sector y área social específica.

 Políticas sociales como marco jurídico. Toda política social siempre se


transforma leyes, normas, marcos jurídicos o reglamentaciones que sirven de
apoyo a lo social. Desde este punto de vista el marco jurídico forma parte de
una política social como el instrumento de legalidad que enmarca, norma y
delimita derechos y obligaciones para los actores de la política social, además
de que define las formas y los medios para asegurar el cumplimiento de los
lineamientos y de sus horizontes proyectivos.

 Políticas Sociales como nivel de legitimidad. La legitimidad es el nivel de


reconocimiento de los actores sociales a las ideas y legalidades de la política
social, y no solo se relaciona con consensos, sino con confrontación para
llegar a acuerdos o pacto sociales. La legitimidad es un mecanismo de
participación y organización cuando los acuerdos son excluyentes y la idea de
legitimidad está en el mismo nivel de la legalidad, al ser eje equilibrador del
marco jurídico con respecto su propio reconocimiento por la población.

 Políticas sociales como marco institucional. La dimensión de la


institucionalidad tiene relación con la creación, funcionamiento,
administración y operación de redes de organismos o instituciones definidas
para actuar en los diferentes ámbitos de lo social. Desde esta perspectiva, la
política social requiere de espacios institucionales que articulen el discurso, el
marco jurídico, los objetivos y metas que busca un sistema de política social,
con respecto los grupos de la sociedad.

 Políticas sociales como marco programático Esta dimensión busca


traducir ideas, discursos, argumentos, procesos y propuestas, para
convertirlos en planes, programas y proyectos públicos que vinculen a la
institucionalidad social con los sectores de una sociedad. En este caso, la
esencia de mirar a la política social como un conjunto de formulaciones,
planteamientos e instrumentos operativos, es lograr que los sectores sociales
tengan acceso, atención o beneficios a una diversidad de medios y/o fines
para lograr el bienestar social.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

 Políticas sociales como marco operativo. Esta dimensión es la operativa


de la política social y se relaciona con procedimientos, métodos, técnicas e
instrumentos que hacen viable que los planes, programas o proyectos sociales
se concreticen en la realidad social. Lo operativo siempre se transforma en un
puente para que las ideas de política social se conviertan en acciones,
prácticas, servicios o beneficios sociales.

Es importante reconocer que la relación entre Trabajo Social y el campo de las


políticas sociales se da a nivel de una participación mayoritaria en las dimensiones
operativas y programáticas, pero es importante considerar la participación del
Trabajo Social en otras dimensiones que se ubican en la toma de decisiones, y
principalmente en el marco institucional, tanto a nivel de dirección de instituciones,
como de funcionamiento y operatividad, y justo en este nivel podemos vislumbrar
el denominado Trabajo Social Institucional.

Por eso, el Trabajo Social Institucional es quién organiza y concretiza dentro de los
espacios institucionales, los servicios, atención, apoyos o beneficios en el ámbito del
bienestar social, buscando siempre el funcionamiento institucional centrado en dar
capacidad de respuesta a las necesidades y problemas de los sujetos sociales, para su
incorporación a la vida cotidiana en sociedad.

Asimismo, es importante mencionar que para el Trabajo Social Institucional, tanto


las instituciones u organizaciones públicas, del Estado o del Gobierno en todos sus
niveles, son relevantes al mismo nivel que las organizaciones de la sociedad civil, las
instituciones privadas, del sector social, comunitario o micro-social. Si bien tienen
diferentes construcciones históricas, perfiles u orientaciones, siempre deben
reconocerse y articularse para actuar en lo Social, por lo que todas las anteriores son
consideradas instituciones u organizaciones, más allá de sus diferencias y
concordancias.

VI.- Principios del Trabajo Social Institucional (TSI).

El Trabajo Social Institucional, en tanto profesión, disciplina, carrera y gremio


prioritario en estos momentos contemporáneos, donde lo Social es central y
estratégico para el funcionamiento de los espacios institucionales, conlleva una
serie que principios que guían su acción estratégica, que impactan necesariamente
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

en los lineamientos, reglamentaciones, normas, decisiones y acciones institucionales


Los valores del Trabajo Social Institucional serán entonces, un conjunto de
principios que guían la acción institucional u organizacional; que definen por donde
deben realizarse todos los procesos institucionales; que indican el código de
conducta y el marco ético dentro del que la organización o institución se
compromete a actuar para conseguir su misión, visión, objetivos y metas. A
continuación los sintetizamos:
Participación: El TSI impulsa que las y los sujetos sociales, de una forma integral,
sean protagonistas en la construcción de proceso de planeación social y no sólo
receptores de la información o de la visión de su desarrollo. Por eso, esta
perspectiva promueve la participación solidaria, voluntaria, activa, consciente, libre
y reflexiva de los sujetos vinculados con las realidades sociales y los actores institucionales
correspondientes.

Diversidad. El TSI siempre debe poner énfasis a las múltiples formas de


pensamiento y acción que tienen las y los sujetos sociales beneficiarios de lo social.
En lo que respecta al pensamiento nos referimos a la forma de expresarse, de
imaginar el presente y el futuro; y en cuanto a la acción a priorizar, problematizar, y
dar capacidad de respuesta a cualquier situación o necesidad social. Además, esto
debe ser realizado a partir de un respeto a las decisiones de los sujetos participantes,
es decir, es necesario respetar la autonomía y la libre determinación de las decisiones
y acciones que tomen y asuman.

Pluriculturalidad. EL TSI debe respetar la diferencia de las distintas culturas e


identidades que se manifiestan en los sectores sociales. Esto, si bien representa una
diversidad, es mucho más complejo, porque una cultura está conformada por
elementos materiales, simbólicos, históricos, ideológicos y coyunturales, que
generalmente reconocen diferencias entre los diferentes grupos sociales.

Espacialidad. El TSI estará muy vinculado a los espacios sociales, que están
divididos generalmente en dos niveles: físicos e imaginarios, o simbólicos, que se
concretan en territorios que son una fuerte marca de identidad, en tanto
representación, de los sujetos beneficiarios de lo social.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Transversalidad. El TSI debe retomar el enfoque transversal, entendido como la


posibilidad de buscar en todas las instancias públicas y civiles, independientemente
de áreas, sectores o rubros de atención, lineamientos dirigidos al Bienestar Social, a
partir de un ente que delinea las formulaciones generales, estratégicas y que sea una
instancia normativa y supervisora de los programas sociales. Asimismo, la
transversalidad es una acción encaminada a lograr que las temáticas de interés para
la generación del Bienestar Social, crucen el hacer y quehacer de todas las instituciones
públicas y civiles.

Perspectiva inter e intrageneracional. El TSI debe impulsar acciones que


desencadenen procesos y relaciones intergeneracionales, construir, promover y
fortalecer espacios de encuentro y comunicación horizontal entre la juventud y
otros sectores: niños y niñas, adultos y adultos mayores, así como entre los mismos
grupos de edad y entre las muy diversas identidades sociales y culturales.

Enfoque educativo. El TSI debe impulsar todo tipo de acción encaminada a elevar
la calidad de vida social debe ser considerado un proceso de análisis y significación
de conocimiento entre las y los participantes. Por ello, en todo proceso orientado a
la planeación social se debe buscar la promoción de procesos educativos y
organizativos entre los sujetos beneficiarios de lo social, simultáneamente al
desarrollo de servicios o acciones, potenciando con ello, aprendizajes y fomentando
la construcción de conocimiento.

Visión estratégica. El TSI debe centrarse en visiones que retomen el largo


alcance, que permite imaginar entornos sociales más justos y equitativos, pero
siempre tomando en cuenta lo realizable en el corto y mediano plazo. Es decir, es
aquella visión que nos permite proyectar los escenarios de largo plazo tomando
decisiones y desarrollando acciones en el presente mismo.

Alianzas estratégicas/gestiones asociadas. El TSI es un constructor de


acuerdos, articulaciones, convenios, alianzas o redes que permitan acciones
conjuntas de diferentes sectores de la comunidad, que permiten alcanzar más
fácilmente el logro de los objetivos comunes, potenciando el resultado y el impacto
de dichas acciones.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Inclusión y consenso social. El TSI reconoce que todo grupo social se


caracteriza por tener cuestiones en común, pero también por tener diferentes
temáticas, objetivos, inquietudes, intereses, expresiones, reivindicaciones,
identidades, códigos de comunicación, normas, problemáticas, modos y formas de
vida, por los que las acciones que se realicen en el marco de procesos de planeación
social deben tender a incluir socialmente todas esas expresiones y condiciones, a
partir de sus diferencias, pero también a lograr consensos específicos en el abordaje
de sus temáticas diferenciadas.

Perspectiva de Género. El TSI siempre apela a las diferencias sociales y culturales


de lo que significa ser mujer y ser hombre en una sociedad, sabiendo que existe una
división genérica del mundo que se manifiesta en una situación de dominio de la
construcción social del ser hombre sobre el ser mujer. Toda acción orientada a la
planeación social debe ser construida y desarrollada con un enfoque de género,
aunque ahora también la categoría de género incorpora temas de la diversidad
sexual.

Horizontalidad y Visión Integral. Todo proceso de TSI debe establecer


relaciones horizontales de intercambio y construcción de conocimientos, ideas y
proyecciones, con el fin de promover diálogos conscientes, libres y reflexivos de los
sujetos sociales vinculados con la realidad local donde se va a planear. Asimismo,
debe considerar todos los aspectos, necesidades, situaciones, problemas y
potencialidades de sectores sociales y, además, imprimir importancia a todas las
miradas y opiniones de los actores sociales e institucionales participantes.

Intencionalidad transformadora. EL TSI siempre tiene la intención de lograr


cambios positivos y progresivos, desde dentro y debajo de las Instituciones
Sociales. Un reto importante recae en entender todo proceso de transformación
orientado al bienestar social como una construcción histórica y colectiva a partir de
aproximaciones sucesivas: transformación de circunstancias–instante inmediato;
transformación de acciones-corta duración; transformación de coyunturas–mediana
duración y transformación de estructuras–larga duración.

Visión Universal y Análisis Focalizado. Dentro de todo planteamiento de TSI


es importante definir específicamente los sectores sociales y poblacionales con los
que hay que trabajar. Focalizar no sólo tiene que ver con una estrategia política para
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

seleccionar arbitrariamente a los beneficiarios de lo social, sino que debe ser visto
como un planteamiento político de acceso universal, y que se convierte en un
concepto técnico para identificar o seleccionar rigurosamente sectores sociales y
para definir y dar prioridad al desarrollo de acciones sociales a la población en
desventaja social.

Capacidad de resolución emergente y estratégica. El entorno del TSI siempre


exige una mirada estratégica, pero a la vez requiere una capacidad de dar solución
inmediata a las demandas, necesidades y situaciones o problemáticas que los
sectores o grupos sociales asumen como suyas. Las mismas realidades sociales
efectivamente exigen respuestas a largo y mediano plazo, pero sin dejar de tomar en
cuenta que el cumplimiento de sus aspiraciones y demandas de manera inmediata,
urgente o emergente es crucial para los mismos sectores sociales.

Fortalecimiento institucional. El TSI siempre es un mecanismo para generar


acciones de formación, capacitación y apoyo de las instituciones u organizaciones
que posibilitan su desarrollo y mejoran su eficiencia en el cumplimiento de sus
objetivos. Por ello siempre deben existir procesos de fortalecimiento para que los
ejercicios de planeación sean realizados con Eficiencia, que es el proceso que le da
forma a la planeación, desarrollando adecuadamente acciones y optimizando de
tiempos y recursos, con Eficacia que es el fondo del proceso, ya que tiene que ver
con el cumplimiento de objetivos y metas y con Calidad que tiene que con el
cumplimiento de normas o estándares adecuados de funcionamiento.

VII. Conclusiones:

Cotidianamente identificamos fenómenos, problemas y necesidades sociales que día


a día se redimensionan y complejizan y, ante esto, uno de los retos sustantivos y de
las prioridades en nuestras sociedades es la posibilidad de generar innovadoras
respuestas para mejorar la calidad de vida de las mayorías, cuestión que pasa
necesariamente por transformar positivamente el sistema de políticas públicas de
una sociedad, pero específicamente el funcionamiento de nuestros espacios
institucionales.

Y a partir de ese escenario, podemos ubicar al Trabajo Social como una de las
profesiones estratégicas, prioritarias y de mayor relevancia en el marco de los
21
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

ámbitos institucionales, ya que es un quehacer cuyo objetivo su inserción en los


mundos institucionales para promover y construir respuestas sociales necesarias
para enfrentar de manera eficaz y eficiente las nuevas y viejas formas en que se
presentan las necesidades y problemas sociales.

En específico, el Trabajo Social Institucional es indispensable, porque el fin último


de los espacios institucionales es justamente, generar y brindar servicios, atención,
apoyos, asesoría y beneficios sociales requeridos por los sujetos sociales
mayoritarios en una sociedad, para que estos logren mejorar sus niveles y
condiciones de vida cotidiana.

Y desde una perspectiva actual, el Trabajo Social Institucional requiere de elementos


teóricos-conceptuales, metodológicos, contextuales, y por supuesto, técnicos e
instrumentales, mismos que desde una perspectiva actual permiten ver a los
espacios institucionales como mecanismos no sálo de control, dominio y
conservación del status quo, sino como trincheras de lucha, resistencia, cambio,
construcción y transformación social.

Bibliografía
Ander Egg, Ezequiel (1990). Diccionario de Trabajo Social. Ed El Ateneo, México
D F.

Alayón, N. (1996) Asistencia y Asistencialismo. Ed. Humanitas, Buenos Aires.

Carballeda, A. (2007) La Intervención en lo Social. Ed. Paidós, Buenos Aires.


Deslauriers, J.P. y Yves H. (2005). El Trabajo Social Internacional: Elementos de
Comparación. Ed Lumen-Humanitas. Buenos Aires.
Evangelista Martínez, Elí (2011). Aproximaciones al Trabajo Social
Contemporáneo. Ed. RIEATS, México.
Karsz Saúl (2007). Problematizar el Trabajo Social: Definición, figuras, clínica. Ed.
GEDISA. Barcelona.

Tello, Nelia. (2008) Apuntes de Trabajo Social. Ed. Estudios de Opinión y


Participación A.C. México.

22
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

2.- Las Instituciones Sociales

Cielo María Martínez Arévalo. Técnica en Enfermería y Cuidado Integral al Adulto


Mayor y Licenciada en Gerontología por la Universidad de San Buenaventura Cali,
Colombia, con Estudios de Maestría en Trabajo Social por la ENTS-UNAM. Consultora
de la Red de Investigaciones y Estudios Avanzados en Trabajo Social A.C.
Alma Nohemi Neri Coronado. Licenciada en Trabajo Social por la Universidad
Potosina y Maestra en Trabajo Social por la Escuela Nacional de Trabajo Social de la
UNAM. Es Diplomada en Trabajo Social y Fortalecimiento Institucional por la RIEATS y
Maestra en Trabajo Social por la UNAM y profesora de la licenciatura en Trabajo Social
del Instituto de Ciencias y Estudios Superiores de Tamaulipas A.C.
I
El ser humano está compuesto por billones de células en todo su cuerpo, lo que
hace a estas el constituyente primordial para la vida. El funcionamiento de estas
partículas microscópicas resulta primariamente ejemplar para la comprensión del
concepto de “organización” desde la disposición de su composición interna como
un conjunto de órganos que funcionan con independencia y hacia fines
determinados que le permiten ser reconocida como sistema.
Usualmente los conceptos de organización, funciones y estructuras son abordados
desde una orientación administrativa, sin embargo dentro del desarrollo del texto
quisimos considerar una forma natural y evidente de organización desde una ligera
mirada a nuestra anatomía. En el abordaje del tema La Institución y el Trabajo
Social aspiramos rescatar el concepto de organización teniendo como premisa que
“Trabajo Social desde su labor interna institucional fortalece el sentido de
organización social”. Quisimos realizar una reflexión metafórica asociando la
estructura, funciones y organización de la célula eucariota, con el contexto
institucional y el trabajador y la trabajadora social como orgánulos de la institución.
Nuestra intención es sin duda destacar el papel VITAL del Trabajo Social en las
instituciones en donde se tiene como fin atender a las necesidades de diversos
sectores. Esta resulta la primera correspondencia en la comparación entre célula e
institución, ambas pueden reconocerse como sistema.
Proponer esta reflexión puede parecer inapropiada para aquellos quienes desde las
ciencias sociales tienen una postura irreconciliable con lo biológico y viceversa, no

23
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

obstante a nuestra parecer dichas posturas son contradictorias con el contexto


propio profesional de gran mayoría de trabajadores sociales dado que un
considerable número de trabajadoras y trabajadores sociales se desarrolla
laboralmente en el ámbito público y con gran porcentaje en el sector de la salud, lo
que sugiere una dependencia mutua entre el sector salud y el Trabajo Social y
plantea nuestra segunda correspondencia metafórica, una relación estrecha entre lo
biológico y lo social, una relación sistémica, correlativamente celular, una relación
de unidad.

Para nuestro propósito la institución es en sí misma una célula, una de las tantas
pequeñas proporciones estructurales, funcionales y organizacionales del sistema
político social, el cuerpo político social; dependiente del conjunto de individuos u
orgánulos independientes que operan en su interior, o sea del trabajador y la
trabajadora social quienes pueden garantizar el funcionamiento de la institución
como unidad.

II
Bajo la lógica de este ejercicio reflexivo al trabajador social lo ubicamos en el
citoplasma institucional que alberga a los diferentes organelos e idealmente
contribuye al movimiento de estos, desde este nivel el trabajador social opera,
interviene, evalúa, sistematiza e investiga. Tareas propias en el espacio de
movimiento de la acción social. Entonces estamos entre la membrana institucional, un
marco legal y administrativo que nos rige y entre el núcleo institucional que atiende las
necesidades de la institución. De ahí nuestra tercera correspondencia metafórica,
que el trabajador social como orgánulo se ubica en el referido citoplasma y es parte
estructural de la institución porque no solo le da forma a ella sino que también la
comunica con el exterior, conservando la capacidad de reproducir la práctica.

Una esencial comparación es que en la célula podemos reconocer un conjunto de


relaciones importantes entre sus orgánulos. En la institución por su parte las
relaciones en las que participa Trabajo Social son principalmente tres: la relación
usuario y trabajador/as social, la relación de otras áreas con Trabajo Social y la
relación trabajador/as social con trabajador/as social en esta última contemplamos
algunas consideraciones que planteamos más adelante sobre la apropiación y
aceptación de nuestros aciertos y también de nuestras problemáticas relacionales a
nivel institucional.

24
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Antes de profundizar en las dinámicas de relación entre trabajadores y trabajadoras


sociales dentro de la institución, pretendemos destacar que el espacio que ocupa el
trabajador y trabajadora social a nivel institucional, ha sido a manera de hecho
científico y como lo planteara G. Bachelard: conquistado, construido y comprobado. Los
espacios institucionales se han ganado por mérito propio, por incidencia positiva en
procesos de intervención y por la necesidad generada desde la institución debida a
una labor comprometida con resultados de un duro trabajo. Sin embargo, pese a la
conquista de ciertos espacios, aún falta conquistar uno estratégico, el espacio de la
política pública, sin duda el espacio de la esfera de decisiones mayúsculas
concernientes a la sociedad y por ende a sus instituciones.

Quizá la no incursión al espacio de la política pública se deba a que


“paradójicamente, si hay algo que caracteriza a la disciplina del Trabajo Social y que
pone de acuerdo a todos los autores de las diferentes épocas que reflexionan sobre
la misma, es su carácter eminentemente práctico y la necesidad de generar su propia
base epistemológica”. (Viscarret. J. 2007). A esto agregamos: Las ciencias sociales
tienen un cúmulo de cánones para definir una disciplina como tal, considera tres
aspectos: a) articular teorías y métodos, b) reproducir y producir conocimiento, y c)
la relación de diálogo con otras disciplinas de las ciencias sociales (Bautista, 2013).
Trabajo Social ha reproducido en mayor medida conocimiento vinculado al Trabajo
Social pero no del Trabajo Social.
Esta pudiera ser una razón del abstencionismo a la política pública por parte de
Trabajo Social, tal afirmación descansa en que la política pública es una esfera social
de poder, por lo que significa tener la condición “legitimada” para tomar decisiones;
recordemos que “las relaciones entre el saber y el poder se consolidan a partir de
que las disciplinas son inventadas en el S. XVIII”
Trabajo Social en su posición citoplasmática se mueve en la acción, en la atención
inmediata, en la intervención oportuna y pertinente, en la cercanía con la gente, y
cada vez mucho más distantes del asistencialismo. Tales razones han comprometido
al trabajador y trabajadora social con lo comunitario, en donde el poder no es una
urgencia que se persiga. Para el trabajador social lo comunitario no es sinónimo de
populismo.
Sin embargo aunque situados en la práctica, esto no puede significar un obstáculo
para participar activamente en la política pública y cualquiera de sus ámbitos: social,

25
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

económico, interior, exterior, cultural, etc., puesto que el carácter práctico también
genera conocimientos; en este sentido:
La dificultad estriba principalmente en que cuando se valora la importancia de un
determinado conocimiento para el Trabajo Social, no solo hay que tener en cuenta
su validez teórica, según la cual en términos epistemológicos y metodológicos una
forma de conocimiento es válida, sino que también se debe de tener en cuenta su
validez práctica. Con este término, <<validez práctica>>, se refiere a la
consistencia y cobertura del objetivo y de los propósitos del Trabajo Social.
(Sheppard 1995). Es decir, Trabajo Social obligatoriamente debe incidir en las
políticas públicas, pues allí se encuentra su razón de ser. “Intervenir para contribuir
al conocimiento y transformación de procesos, e incidir en la participación de los
sujetos y el desarrollo social”.

III
El Trabajo Social ha tenido una “construcción” importante desde lo teórico, lo que
ha desembocado en cada vez más programas formativos en el área, al igual que en el
fortalecimiento de su carácter epistemológico, como lo señalábamos en el párrafo
anterior. Tal construcción para el trabajador y trabajadora social en la institución se
ha generado desde las bases de la práctica, convirtiéndolos en piezas claves dentro
de toda institución, indispensables para su funcionamiento; por ende ante la
inminente necesidad del trabajador social en la institución, es indefectible rescatar el
trabajo de carácter independiente a otras áreas que debe desarrollar este.
Bajo esta lógica y como en el caso de la célula, el funcionamiento de sus orgánulos
no puede ser perturbado porque esto haría de la célula un sistema defectuoso que
en masa resultarían cancerígenas. En la institución la posibilidad de perturbar el
accionar del trabajador social, resultaría catastrófico para el área de trabajo social y
la institución. Así como la vida depende de la célula y la célula depende del
funcionamiento de sus orgánulos, entonces la vida social depende de sus
instituciones y estas del funcionamiento de sus trabajadores y trabajadoras sociales.
La célula es una sistema de unidad, cuando se da un correcto funcionamiento de sus
orgánulos que trabajan independientemente; en este sentido la institución podrá
considerarse unidad, cuando esté cohesionada con el trabajo independiente de los
trabajadores y trabajadoras sociales, pero esta labor se dificulta cuando se gesta el
conflicto en el seno del área de Trabajo Social. Acerca de las relaciones entre
26
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

trabajadoras/es sociales coloquialmente dentro del gremio se afirma “no hay peor
enemigo de un trabajador social que otro trabajador social”. Muchas pueden ser las
causas de que esta sea una realidad; no obstante no pretendemos centrarnos en
estas, como si en planteamientos que puedan convertir el conflicto en la posibilidad
del consenso.
Ubicamos los siguientes conflictos entre trabajadores/as sociales por solo retomar
algunos dentro de todo el universo de posibilidades:

 Entre la colaboración interinstitucional existen obstáculos para la


construcción de redes: en la búsqueda de apoyo, en la persecución de
alternativas, se inician en muchas ocasiones lo que pareciera un juego de
responsabilidad aleatoria: “no nos compete atender esos casos, busca otro
lugar”, enlenteciendo los procesos de atención.
 Otra situación son las rivalidades de causa ambivalente: Uno: “No le da
permiso para asistir al diplomado porque no quiere que se capacite, podría
quitarle el puesto”, fundamentos para reducir las posibilidades e iniciativas de
las y los colegas para capacitarse por procurar no ser removidas o removidos
de sus cargos. Dos: Pretender aplicar nuevas prácticas cuando se llega a una
coordinación o dirección de área, resulta dificultoso bajo la circunstancia de
contar con un equipo de compañeros/as que han realizado las mismas
labores por largo tiempo, entonces toda propuesta novedosa pudiera llegar a
ser considerada una imposición mal fundada, o gestada en un
desconocimiento de la realidad institucional por falta de experiencia,
ocasionando un mal funcionamiento en toda la organización, un naufragio
institucional.
 No existe sine qua non absoluto. Caos, conflicto y crisis son conceptos de
connotaciones típicamente negativas, sin embargo, la tendencia de apreciar
las debilidades como puntos de partida para la construcción positiva brinda
una alternativa paradigmática: Kisnerman plantea que la crisis es la
dialectización de todos los componentes que intervienen, internos y externos.
Su carácter ambiguo e incierto constituye su riqueza, pero también determina
la incertidumbre y el carácter aleatorio, regresivo y progresivo de sus
resultados. La crisis es, simultáneamente, reveladora y operadora; revela lo
latente y lo virtual: los antagonismos fundamentales, las rupturas sísmicas
subterráneas, el avance oculto de nuevas realidades, la capacidad de

27
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

supervivencia o de transformación. La crisis pone en funcionamiento todo lo


que puede aportar cambio, transformación. (Kisnerman, 1998).
 Retomando nuestra propuesta metafórica, denotamos que aunque la célula es
un buen ejemplo de unidad organizacional, la metáfora con respecto a Trabajo
Social e institución, no puede abarcar lo relacional, pues, aunque el
trabajador/a social realice un trabajo independiente, muchas veces este no
puede cohesionarse con el resto del trabajo de sus colegas, lo que genera
desintegración, y recae finalmente en un trabajo desvirtuado de lo
independiente al individualismo, situación que puede llegar a concluir en un
mal funcionamiento del área y por tanto con afectaciones para la institución.

Ahora bien, podemos considerar a una institución social como una organización,
constituida formal y racionalmente entorno a intereses específicos que han sido
legitimados y, a través de ellas, se nos imponen esquemas de comportamiento,
siendo así, debemos tener claro que son susceptibles a desconvocar en formas de
dominación1 e incluso de normalización, es decir, se vuelven instrumentos para
homogeneizar a la sociedad2. Homogeneizar implica ajustar las diferencias unas con
otras, sin un respeto auténtico a la diferencia individual, haciéndoles perder su razón
de ser, lo cual resultaría, como vimos antes, en un sistema masa cancerígeno.
Saber hacía donde puede tender la institución, nos asigna una responsabilidad y
corresponsabilidad social, pues trabajo social al desenvolverse en la institución,
cualquiera que esta sea, tienen una posición privilegiada entra la ciudadanía y la
institución, al tener contacto directo con las demandas ciudadanas, por eso, una
condición fundamental previa para el fortalecimiento institucional, es que cada
trabajador y trabajadora social, realice una reflexión introspectiva que nos permita
lograr el fortalecimiento gremial3.

IV. Proposiciones
Existe un conflicto evidente entre quienes egresan de una universidad y pasan a ser
parte de una institución social coadyuvando con quienes por años han laborado
para la institución, tal conflicto está inserto en medio de una dinámica

1
Cfr. Max Weber. Economía y sociedad. España: Fondo de cultura económica, 2002. (66, 173, 256).
2
Cfr. Michel Foucault. Vigilar y castigar. Argentina: Siglo XXI, 2002. (171, 285).
3
Cfr. López B. de Carvalho, María Irene. & Pinto, Carla. Historia del Trabajo Social en Portugal. 307-332 (307) &
Fernández García, Tomás. & Ponce de León, Laura. Historia del Trabajo Social en España. 137-183, (158). En Fernández
García, Tomás. & De Lorenzo García, Rafael. (coord.) (2014). Trabajo Social. Una historia global. España: McGraw Hill.
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

preestablecida que difícilmente acepta cambios dado el reconocimiento a las


posibles transformaciones que se han podido generar desde la práctica tradicional
que se adapta a nuestros días. Y por otro lado la dicotomía de lo novedoso, que
desconoce el aprendizaje que se genera de la experiencia de quienes han
permanecido en la misma labor, experiencia que incluso puede llegar a proporcionar
más allá de lo que se aprendió que se debía hacer. Es así que este conflicto es clave
dentro de un primer postulado de consenso: Comprender que los cambios tienen
que darse en pro del bienestar del servicio, y que estos son un proceso paulatino.

Es indispensable conocer nuestros antecedentes para sobrepasar la perspectiva


tradicional, es valioso reconocer las trayectorias precedentes, ejemplos de conquista
y construcción, dándonos la oportunidad des-potencializar las fortalezas del área, y
de igual manera es innegable que el dinamismo social exige a los profesionales
evolucionar, reformarse, para poder dar respuesta a las exigencias sociales
emergentes, el mundo está en constante cambio esto nos impone una renovación
continua de nuestro trabajo y de nuestra educación (Dodds, 2001).

Transitamos por un Trabajo Social con un lastre de conflicto interno –a Trabajo


Social– en Instituciones Sociales, resultado del enfrentamiento de valores-intereses
–aparentemente– contradictorios, sin embargo esto no es un obstáculo, sino la
oportunidad de nuevas alternativas, como señaló Diego Palma, no puede intentarse
la construcción de lo social sino recogiendo y dimensionando las experiencias, las
angustias y las búsquedas que surgen desde lo cotidiano. Necesitamos aprehender y
asimilar nuestra identidad como Trabajadoras y Trabajadores Sociales, permitiendo
al gremio fortalecerse; así la discusión disciplinar será a base de argumentos con
referente teórico, volviéndose propositiva, útil, creadora; reconocer nuestra
identidad como expertos en lo social y esa identidad se construye desde nuestra
cotidianidad laboral.
Para lidiar con las contradicciones debemos cambiar la forma en que abordamos el
conflicto, reemplazar el buscar la prevalencia de un superior, por la búsqueda de la
construcción de equipo, la complementariedad de aparentes contrarios, un orden
social de cooperación. Porque los criterios de verdad son obra nuestra, y esto
significa que los hemos construido nosotros mismos mediante nuestras prácticas
colectivas, y que son por lo tanto relativos a dichas prácticas y a las características de
sus agentes. Existen diversas realidades contextuales por lo tanto hay distintas
formas de interpretar “la verdad” a partir de cada contexto particular, si

29
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

comprendemos esta premisa, será posible lograr una coherente y armónica


interacción entre ellas para permitir la construcción de nuevas prácticas, útiles y
estar en paralelo con los cambios estructurales de lo social.
Reflexionar y resignificar ese aparente conflicto para ver en él las oportunidades de
aprendizaje y construcción de consensos para fortalecer la práctica profesional nos
llevará a construir una academia más integral, un sector laboral más “científico”, y
una profesión, es decir, un trabajo social, más útil para nuestras sociedades, lo cual,
hará posible la conquista de más espacios laborales, de más espacios en la
comunidad científica y más espacios en las esferas de toma de decisiones.
Sobre todo, reflexionar cada día en nuestro quehacer profesional, es decir,
preguntarnos y tratar de respondernos, ¿por qué hago lo que hago como lo hago y
no de otra manera?, ¿es posible hacerlo de otra forma?, ¿cuál? Y en esta reflexión,
esforzarnos por dejar de lado aquellas nociones que nos hacer pensar que hay un
mejor, superior o deber ser del trabajo social, para así, acercarnos a comprender que
las distintas perspectivas de él hacen una gama de posibilidades, todas enfocadas a
llamémosle: un “mejor vivir”, “mejor desarrollo” o “solución de problemas”4.
Quizá esto pueda sernos más llevadero si entendemos que en ocasiones, nos
aferramos a nuestras sin cuestionarlas, pues como Tolstoi (2003;17) escribió:
“generalmente los individuos, hasta los más inteligentes, difícilmente reconocen una verdad, incluso
la más sencilla y evidente, si ésta los obliga a tener por falsas ideas a las que están aferrados, que
han enseñado a otros y sobre las cuales han formado su vida”. Entonces, planteamos la
invitación y exigencia a participar en actos de humildad desde nuestro accionar en la
institución y nuestro pensar académico, reformando no sólo a nivel práctico sino a
nivel paradigmático. La exigencia es con una reforma deconstructora y
reconstructora de nuestra actitud frente al conocimiento, la constante actualización
para nuestro quehacer es fundamental porque ahí están las herramientas para
convertir el conflicto en consenso. Aunque jamás llegaremos a respuestas
definitivas, simplemente porque no existen preguntas finales, el reto es seguir
construyéndonos en el camino del consenso para el fortalecimiento como gremio.

4
Alma Nohemi Neri Coronado (2018). Teoría reflexiva para el trabajo social o trabajo social reflexivo, en Tesis:
Construcción de ciudadanía a través del arte, disponible en Tesiunam. (98).
30
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Fuentes
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Viscarret, J. J. (2007). Modelos y métodos de intervención en Trabajo Social.
Alianza

Weber, Max. (2002). Economía y sociedad. España: Fondo de cultura económica.

31
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

32
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

3.- Metodologías para el Análisis


Institucional: Una Propuesta de Modelo
de Análisis Institucional desde la visión
de Trabajo Social.
María de los Angeles Rocha Abundis. Licenciada y Maestra en Trabajo Social por la
ENTS-UNAM, Diplomada en Trabajo Social y Fortalecimiento Institucional por la
RIEATS, ha sido profesora de Práctica de Especialización e impartido la asignatura de
Análisis Institucional, actualmente es profesora de Práctica Comunitaria en la ENTS-
UNAM, integrante de la Red de Investigaciones y Estudios Avanzados en Trabajo Social
A.C. fue Coordinadora Regional del Instituto de la Juventud de la Ciudad de México y
actualmente es Coordinadora del Proyecto Intercultural “Niños del Viento Triqui”.
Juan Alberto Salazar Mendoza. Licenciado en Trabajo Social por la ENTS-UNAM,
Diplomado en Trabajo Social y Fortalecimiento Institucional por la RIEATS y Diplomado
en peritaje Social por la ENTS-UNAM: Ha laborado en la Clínica San Rafael, el Instituto
de la Juventud, el Instituto de Atención a las Adicciones de Distrito Federal y en
Oceánica. Actualmente es Coordinador del Programa de Vigilancia y Supervisión para las
Casas Hogar, Instituciones de Asistencia y Albergues para Niños y Niñas del Instituto de
Asistencia e Integración Social, de la SEDESO-CDMX.
Silvia Clemente Gutiérrez. Licenciada en Trabajo Social por la ENTS-UNAM. Trabajó
en Atención Ciudadana de la H. Cámara de Diputados, fue Directora de la Unidad de
Atención y Prevención de la Violencia Familiar en la Delegación Miguel Hidalgo, de la
Secretaría de Desarrollo Social de la Ciudad de México y actualmente se desempeña en la
Secretaría del Trabajo y Fomento al Empleo de la Ciudad de México.

Introducción
No cabe duda que las instituciones han estado siempre presentes en la historia de la
humanidad; actualmente cuando nos referimos al término Institución
inmediatamente pensamos en las Instituciones Públicas del Estado, es decir
Secretarias, Hospitales, Universidades, Gobierno Local, Estatal, Federal y por lo
tanto, en la gran cantidad de instituciones que componen o se generan para cada
uno de estos campos en sus distintos rubros, esto es, mujeres, salud, educación,
empleo, vivienda, jóvenes, infancia, entre otros.

33
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Las instituciones públicas indudablemente están ligadas con las políticas públicas
que el gobierno implementa para gobernar un país. Sea el régimen que sea, siempre
se va a valer de las instituciones para satisfacer en la medida de lo posible las
necesidades de la población y de la misma forma buscar su legitimación en la
sociedad, utilizando a las Instituciones en el mejor de los casos para intentar
satisfacer necesidades y en el extremo para controlar sectores de la sociedad que
generalmente son opositores al Estado gobernante.
No obstante, aun cuando se sabe de la existencia de las instituciones, poco se
conoce de cómo se estudian o analizan estas, y menos aún desde la perspectiva de
Trabajo Social. Lo que se intenta realizar en el presente artículo, es llevar al alumno
de la mano para entender y comprender la importancia que la profesión en Trabajo
social puede tener en el estudio y análisis de las Instituciones, y máxime en las
Instituciones de Bienestar Social, por lo que un grupo de Trabajadores Sociales de
la RIEATS nos dimos a la tarea de presentar un modelo de análisis donde se logre
escudriñar y entender el funcionamiento de las Instituciones para con la sociedad, la
cual es la base de nuestro quehacer profesional.

Hablar de instituciones

¿Qué es una Institución?


Son organismos establecidos que funcionan en una sociedad cualquiera (North,
1993) es decir, siempre han existido dado que la mayor institución es la familia, en
ella los asuntos de organización han sido fundamentales para su crecimiento y
desarrollo. Gallino (1995) menciona que las instituciones estructuran una sociedad
humana o bien, la sociedad las recrea para el buen funcionamiento que busca para
sí.
El tema de las instituciones ha sido estudiado por diversas profesiones como la
Sociología principalmente, Antropología y Ciencia Política. Para la Sociología “las
Instituciones son las reglas del juego establecidas en una sociedad que dan forma a la interacción
humana.”; desde la Ciencia Política se define como “las instituciones que anudan la
sociedad civil con la sociedad política.”. Por su parte, los antropólogos consideran a “las
instituciones como la respuesta cultural de una sociedad y de una época particular a necesidades
universales” (Ibíd., 1995).
En cualquiera que sea la profesión, las instituciones fungen como aquellos entes
rectores que ayudaran a llevar una vida estable y organizada en la sociedad. Todas
34
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

las definiciones destacan la gran importancia que las instituciones tienen en la vida
en sociedad debido a que rigen la convivencia humana.
De acuerdo a Gallino (Ibídem, 1995), existen varias definiciones de institución, sin
embargo todas coinciden básicamente en algunos puntos:

 Son conjuntos normativos que regulan, prescriben las formas de actuar de


una sociedad”, es decir, en toda sociedad existen reglamentos, horarios,
normas las cuales harán una convivencia más sana.

 “Estos comportamientos y conductas regidas se refieren a problemas relevantes de la


existencia social.”

 “Cada individuo desde su nacimiento se encuentra frente a las instituciones de su sociedad


como una realidad pre construida totalmente independiente de su presencia y voluntad”,
por lo que, cuando un ser humano nace se va a encontrar con que ya existe
todo un mundo organizado en donde él se acoplará no importando que
nazca en cualquier país; dependiendo de su entorno, el ser humano
encontrará un espacio predeterminado, lo cual no quiere decir que sea
estático, pues se va transformando con el tiempo, sin embargo,
inevitablemente contará con ciertas instituciones que regularán su
funcionamiento en la sociedad.

 “Las instituciones tienen una duración, permanencia y estabilidad superiores a la vida de


una vida individual, de modo que una institución puede permanecer inmutable por siglos”,
en ocasiones algunas instituciones llegan, se crean y sencillamente
desaparecen, pues nunca logran legitimarse en la sociedad, sin embargo,
instituciones como la familia, la iglesia o la escuela han permanecido
históricamente, pues son necesarias para la convivencia humana, es decir, no
se concibe vivir sin ellas.

 “Las instituciones son objetos de valoraciones positivas y de fuertes invenciones afectivas, de


modo que cuando éstas llegan a fallar muy pronto se habla de crisis de las instituciones”
Tipologías de las Instituciones Sociales.

Para la profesión de Trabajo Social, es fundamental hacer hincapié en este tipo de


instituciones, cabe recordar que las instituciones de Bienestar Social, son todas
aquellas que satisfacen las necesidades básicas del ser humano; alimentación,
35
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

trabajo, salud, vivienda, educación, cultura, recreación, calzado y vestido. Para la


Red de Investigaciones y Estudios Avanzados en Trabajo Social A.C. (RIEATS)
existen diferentes tipos de Instituciones de Bienestar Social:

 Las Estatales (estado, gobiernos y sociedad política) se conforman por el


aparato estatal, las administraciones públicas nacionales y locales, por los
organismos, instituciones y empresas públicas, además de la sociedad
política, es decir, los poderes del Estado concretizados en instituciones
legislativas, judiciales, partidos de oposición y agrupaciones políticas. Es
decir, dependen directamente del Estado, ya sea desde el gobierno Federal,
Estatal, Local o Municipal, o bien, en el caso de la Ciudad de México, de las
Delegaciones Políticas hoy llamadas Alcaldías. También se incluyen aquellas
instituciones que emanan de las Secretarías de Estado, por ejemplo, los
Institutos, cuyo margen de acción depende del objeto social que atienda cada
Secretaría.

 Instituciones privadas (Mercado e instituciones de asistencia privada,): son


aquellas entidades que desarrollan actividad a partir del mercado, es decir,
tomando en cuenta mecanismos que generan la producción, distribución y
consumo de bienes y servicios sociales dentro de una sociedad determinada.
Existen dos vertientes, una con fines de lucro, moviéndose por la dinámica
empresarial del mercado, servicios y prestaciones que se cobran, con la finalidad de
obtener beneficios o ganancias. La otra vertiente, tiene que ver con iniciativas
privadas sin fines de lucro, en este caso, son instituciones que, aprovechando el
excedente de las relaciones empresariales, estructuran y promueven programas de
apoyo social.

 Las instituciones socio-civiles (Organizaciones de la Sociedad Civil OSCs,


Movimientos Ciudadanos ) se integran con el conjunto organizaciones e
instituciones sociopolíticas que fuera de los ámbitos estrictamente estatales,
gubernamentales y privados y dentro de los ámbitos civiles o sociales
definen propuestas y proyectos de la sociedad alternativas las cuales, inciden
en determinar el rumbo de las iniciativas estatales y privadas sin fines de
lucro, con la finalidad de beneficio social resultado de una falta de políticas
públicas y sociales como la atención a niños de la calle por parte de
asociaciones civiles.

36
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

 Las instituciones de naturaleza social (familia, comunidad y barrios) son


componentes de naturaleza social del ser humano y generalmente son
considerados catalizadores y potenciadores de las políticas sociales en tanto
forman células sociales que reproducen lineamientos y acciones
determinadas y operados por otros actores de la política social; estos actores
representan la parte micro social que a la vez que reproduce y diversifica
lineamientos y proyectos macro sociales. También pueden convertirse en
elementos de asistencia, construcción, cambio y transformación de las
esferas sociales o privadas.
De tal forma que: 1) Las instituciones satisfacen las necesidades de la población; 2)
Están totalmente ligadas a las políticas públicas y los programas sociales; 3) Ayudan
a la legitimación del gobierno en turno.
Por lo tanto, es una institución la Familia, el Gobierno, la Iglesia, un banco, una ley,
una sociedad cultural (Campos, 1980). Es un organismo principalmente de interés
público, es decir, atiende a necesidades básicas públicas o privadas, tiene que estar
reglamentada, debe tener normas establecidas, y por supuesto debe estar
constituida. “La Constitución es la máxima institución de México”.

Relación entre el Análisis Institucional y el Trabajo Social


Dada la importancia de las instituciones en nuestra sociedad surge entonces la
necesidad de poner énfasis al análisis institucional para el mejor funcionamiento de
éstas y de la estructura que hace que cumpla sus objetivos, sin embargo,
específicamente para el Trabajo Social no existe aún un modelo que responda a las
características que nuestra formación demanda: “Es así que el análisis institucional para
el Trabajo Social es un proceso estructurado que busca dar respuestas vitales para el diseño,
organización o dirección de una institución de bienestar social que nos orienta a tener una visión
clara de hacia dónde dirigir nuestras acciones. En esta etapa se busca la identificación de las
fuerzas impulsoras y restrictivas que influyen en la capacidad de respuesta de la dependencia, a
partir de las percepciones actuales de sus titulares. (Evangelista, 2000).

Los objetivos del análisis institucional son:


1. Identificar la visión y la misión.
2. Concordancia entre objetivos, principios y acciones.
3. Articulación entre ejes estratégicos, programas desarrollados.
37
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

4. Proceso de desarrollo y mejora continua.


5. Mejoramiento del funcionamiento de la institución.

El trabajador social debe ser un analista de las instituciones de bienestar social. Y a


partir de este planteamiento, presentamos la Propuesta del modelo para el
análisis de las instituciones de bienestar social desde la visión del Trabajo
Social.

Dentro de la relación que existe entre Trabajo Social y Análisis Institucional se


puede encontrar poca bibliografía ya no teórica sino metodológica; el tema es
estudiado principalmente por la sociología y otras disciplinas, las cuales hacen
propuestas de análisis, que no necesariamente encajan con el contexto mexicano y
mucho menos con las funciones en las Instituciones de Bienestar Social, donde la
profesión en Trabajo Social es fundamental. Por lo cual, dentro de la RIEATS se
ha discutido y analizado una propuesta de Análisis Institucional, pues debe contar
con una metodología propia, la cual podrá dar la oportunidad de tomar decisiones
dentro de las instituciones analizadas con la finalidad de mejorar interna y
externamente.

38
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Propuesta de Modelo de Análisis de las Instituciones de Bienestar Social.


(Una aproximación)

COMENTARIOS O
PROCESO DESCRIPCIÓN RECOMENDACIONE
METODOLÓGICO
S
Coincide el nombre con la
Se registra el nombre oficial razón social, población
Nombre de la (razón social) de la Institución a atendida (perfil de
1 analizar.
Institución atención), registrada en el
acta constitutiva o
documentación oficial.
Debe estar muy claro el
Identificar si es estatal, no tipo de institución en la
2 Perfil gubernamental (social, civil o documentación necesaria.
de asistencia privada) (Acta constitutiva, Objeto
Asistencial)
Se describen brevemente los
antecedentes, la situación actual
de la institución en ámbito Si no existe la información
económico, político y social, requerida se investiga y se
Antecedentes y además de su vinculación con realiza marco histórico.
3
Contexto la Política Social. (Ver manual de
(contextualizar en espacio y procedimientos o modelo
tiempo) de atención)

Los valores deben ser


Se refiere a los preceptos, adecuados a los principios
lineamientos y valores que rigen de la institución. (Ver
el funcionamiento de la manual de procedimientos
4 Principios
organización, deben de influir o modelo de atención)
en la forma en que ésta trabaja
y logra sus objetivos.
39
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

La misión es un enunciado
breve y sencillo que describe la Observar si cumple con
razón de ser o el fin último de los siguientes
una organización dentro de su cuestionamientos:
entorno y en la sociedad en ¿Quiénes somos? ¿Cuál es
general, los objetivos o metas nuestra función principal?
son los estados intermedios que ¿Qué hace y cómo lo
5 Misión se desean alcanzar. hace? ¿Transmite algún
Características: Debe expresar sentimiento o emoción?
el quehacer fundamental, se No debe ser demasiado
recomienda iniciar con un extensa.
verbo en infinitivo, que sea (Ver manual de
inspiradora, que sea sencilla y procedimientos o modelo
comprensible, que indique la de atención)
repercusión o beneficio social.
Observar si la visión es
actual y va de acuerdo
con los objetivos de la
institución y debe
contener debe
La Visión es un sueño puesto contener:¿qué queremos
en acción, tienen que ver con llegar a ser? impactos,
mirar el escenario o los beneficios para la
escenarios futuros e ideales que comunidad, los
la institución, a través de sus trabajadores o la propia
6 Visión
acciones y funciones, busca institución como tal,
hacer realidad. Que oriente la competitividad.
transición de que es a lo que ¿Motiva e inspira a la
debe llegar a ser una acción? ¿Está alineada con
institución. los valores? ¿Permite la
flexibilidad y creatividad?
¿Se transforma en un
desafío del equipo de
trabajo?

40
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Concepto que establece lo que


se debe hacer (actividades) o lo
que se debe tener (medios) para Observar
cumplir con la misión de la la operacionalización de
Objetivos a
institución. Se delimita a la las definiciones
7 corto plazo o
operación. Medios o acciones a formuladas en la misión y
Propósitos
corto plazo. (servicios que visión organizacional. (Ver
proporciona) modelo de Atención)

Establece lo que se debe hacer


para lograr el fin último de una
organización mediante la
definición de esfuerzos que son
vitales y trascendentes para
lograr la visión de la institución. Observar que debe
Objetivos
contener que hacer para
mediano y Una finalidad va más allá de la
8 lograr el fin último de una
largo plazo o simple operación. Lo
organización. (Ver modelo
Finalidades operacional es lo cotidiano, el
de Atención)
mediano y largo plazo requiere
mirar lo estratégico y orientarse
a lo que es vital para su
supervivencia de la institución.

Dar respuesta a la
pregunta ¿Qué líneas
principales de acción se
Se dependen de las grandes
ejecutan en la institución?
líneas de acción dentro del
(Ver modelo de Atención)
9 Funciones quehacer institucional, más no
las actividades o acciones que
provienen de las funciones.

41
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Grandes líneas, ejes o temas de Analizar las acciones que


Ejes o Líneas trabajo mediante los cuales se se realizan para el
10
Estratégicas estructura el funcionamiento de cumplimento adecuado de
la institución. los objetivos.

Programas y Se realiza una breve descripción De esta forma se tendrá


Proyectos por de los programas o proyectos un panorama más amplio
11 existentes. sobre el cumplimiento de
cada eje
los objetivos de la
estratégico
institución.
En caso de no existir un
organigrama institucional
en el manual de
procedimientos o
Se solicita o realiza si es que no documentos de la
Estructura
12 existe en documentos el Institución, se observa,
Organizativa
Organigrama de la Institución. investiga y recopila la
información para la
realización del
organigrama.(Ver Manual
Técnico Administrativo)
Revisar el manual de
Se refiere a los enfoques, procedimientos
procedimientos, métodos y institucional. Si no se
Metodologías
13 técnicas que utiliza la cuenta con el hacer
de trabajo
institución en su trabajo, por observaciones para la
área y programa. realización de este
importante documento.
Revisar todos aquellos
documentos de
Son las formas y supervisión y evaluación,
Mecanismos
procedimientos para dar el bitácoras, manual de
14 de Supervisión
seguimiento y evaluar el procedimientos,
y Evaluación
funcionamiento institucional. seguimiento del buzón de
quejas sugerencias y
felicitaciones, si no existe
42
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

invitar a la colocación de
este, para la
retroalimentación del
equipo. (supervisión
interna y externa, control)
Generalidades sobre la Revisar el manual de
Perfil del formación profesional y procedimientos, perfiles,
Equipo experiencia de los equipos de funciones, manual técnico
15
Técnico- trabajo de la institución. administrativo. (Ver
profesional Manual Técnico
Administrativo)
Capacidad para brindar
servicio, usuarios actuales.
Delimitación en espacio y Población beneficiada
número de los beneficiarios, directa e indirectamente.
Beneficiarios y (en relación a los servicios que
16 (Estadísticas de acuerdo al
Cobertura proporciona) contexto social; nota: muy
importante para la gestión
de recursos y proyectos
sociales.)
¿Qué relación hay con
otras instituciones para
Identificación de las cumplir con los objetivos?
Red Instituciones amigas que Enlace institucional, redes
17 Institucional coadyuvan en el cumplimiento de apoyo, directorio de
de apoyo de sus objetivos. (enlace instituciones amigas. Para
interinstitucional) el fortalecimiento integral
y cumplimiento de
objetivos.
Desde la Visión de
Análisis de Referentes
Trabajo Social, se realiza
Específicos: Contexto,
Análisis Análisis general de todo lo
18 Recursos, Objetivos,
Institucional 1 observado en el proceso,
Funciones, Funcionamiento,
es importante realizar las
Proceso, Recursos e Impacto
anotaciones y comentarios
43
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Social. en cada visita que se


realice. (cédula de
identificación, fichas
técnicas, diario de campo)

Análisis FODA: identificación


de Fortalezas, Oportunidades,
Análisis Debilidades y Amenazas, por
Ser siempre objetivo en
19 Institucional 2 cada eje estratégico o área de la
todo momento.
FODA institución. Identificación de
fuerzas impulsoras y restrictivas
de la institución.
Se propone modificar,
actualizar o rediseñar todo
La finalidad del Análisis
aquello que debilita a la
Conclusiones y Institucional es mejorar el
20 institución, manuales,
Propuestas funcionamiento
documentos, bitácoras,
institucional.
expedientes de los
colaboradores etcétera.

Cabe mencionar que la Propuesta de Modelo de Análisis de las Instituciones de


Bienestar Social, siempre tiene que estar fundada en la normatividad vigente,
dependiendo el rubro de atención a analizar. (Salud, asistencia social, desarrollo
social, cultura ) y es importante decir que la aportación que se hace por parte de la
RIEATS, es un esfuerzo común de varios colegas Trabajadores Sociales que a lo
largo de los años hemos buscado dar respuesta a nuestras inquietudes respecto al
binomio Trabajo Social/Análisis Institucional, encontrando que
desafortunadamente no existen teorías acordes a la realidad que tenemos en
Latinoamérica y por supuesto en México con respecto a Estados Unidos y Europa,
pues las condiciones económicas, políticas y sociales, son distintas.

Ser profesional del Trabajo Social nos permite observar que las Instituciones
invariablemente se encuentran ligadas con las políticas públicas y por tanto, con el
gobierno. El problema surge cuando en el caso de México, el Gobierno no

44
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

necesariamente plantea políticas públicas que se vean fortalecidas por sus


Instituciones.

Hay que recordar que la población es fundamental para la legitimación de las


instituciones, cuando una institución funciona, se mantiene y perdura es decir
cuenta con legitimidad y por lo tanto ha tomado en cuenta las necesidades de la
población a la que van dirigidas sus actividades o simplemente se preocupan por
apoyar de alguna manera a los vecinos del espacio geográfico donde se instalan,
buscan tener buena relación. Las instituciones que generalmente fracasan son
aquellas donde los supuestos expertos las generan sin tomar en lo más mínimo a la
sociedad.

Tiene que existir una correlación directa entre políticas públicas, gobierno,
instituciones y sociedad. Sin duda, las instituciones, la política pública, y la
sociedad, no funcionan si actúan de manera aislada, necesariamente se requieren las
unas con las otras. Sabemos que los casos de mayor éxito en los gobiernos es
cuando se palpa esa clara relación, entonces existe una especie de armonía en la vida
cotidiana, aunque es verdad que no es fácil lograrlo.

Es cierto que cada sociedad es distinta y que los gobiernos no necesariamente


tendrán los mismos objetivos que la sociedad, pero sin duda, las cosas en nuestro
país y en el mundo entero pueden cambiar en la medida en que exista correlación
entre los distintos ámbitos de poder y sociedad, no importando el partido político
gobernante. Para el caso de nuestro país, las prioridades deberían estar en función
de los intereses y necesidades de la sociedad y no al revés.

No obstante, a lo largo de nuestra historia, hemos visto cómo se han formado


nuevas instituciones que afortunada o desafortunadamente surgen no ya del
Gobierno, sino de la Sociedad Civil, Instituciones que dan un respiro a los
múltiples problemas existentes en nuestra sociedad. Pero cabe destacar que sean
instituciones públicas o privadas, del gobierno o de la Sociedad Civil, el
profesionista en Trabajo Social sigue siendo parte fundamental en su constitución,
funcionamiento y permanencia.

Independientemente del tipo de institución, en una gran cantidad de casos el


profesionista en Trabajo Social llega a ser determinante, ya que por nuestra
45
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

formación tenemos las herramientas necesarias para determinar las necesidades


mediatas e inmediatas de la población, permitiendo cambios y procesos más allá de
la propia Institución. Por lo que debemos aprovechar esta situación y aventurarnos
a investigar más sobre el análisis institucional, a escribir a proponer. El modelo
presentado en este artículo, es un pequeño esfuerzo donde se pretende que los
nuevos profesionistas, tengan una base metodológica desde la visión de Trabajo
Social y puedan enriquecerla, transformarla, con la única finalidad de desarrollarse
como profesionistas, pero así también de generar con nuestro análisis un mejor
funcionamiento de la Institución y por lo tanto mejores resultados que se vean
reflejados directamente en el bienestar de la población objetivo de dicha Institución.

Referencias
Campos, P. X. (1980) Historia de las Instituciones mexicanas, desviaciones, engaños y abusos,
Editores Asociados Mexicanos, S.A., México.
Evangelista, M. E. y Hernández V.S. (2000) Construyendo la ciudad para las y los jóvenes.
Elementos metodológicos para la organización, Edit. Dirección de Programas para la
Juventud-GDF, México.
Gallino, L. (1995), Diccionario de Sociología, Siglo XXI, México.
Noth, D., (1993) Instituciones, cambio institucional y desempeño económico,FCE, México.

46
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

4.- Planeación Social y Planeación


Estratégica.
Elí Evangelista Martínez. Licenciado en Trabajo Social por la ENTS-UNAM, Maestro
en Trabajo Social y Políticas Sociales por la Universidad de Concepción, Chile y
Doctorando en Ciencias Sociales por la UAM-Xochimilco. Profesor de la Escuela
Nacional de Trabajo Social y de la Facultad de Ciencias Políticas y Sociales-UNAM y
Presidente de la Red de Investigaciones y Estudios Avanzados en Trabajo Social A.C.
Actualmente es Director de Desarrollo Comunitario en la Secretaría de Cultura de la
Ciudad de México.

Alejandro Alcalde Rosales. Licenciado en Trabajo Social de la ENTS-UNAM con


Diplomado en Trabajo Social y Fortalecimiento Institucional y Diplomado en
Administración de Servicios de Salud, Gerencia Social y Fortalecimiento Institucional por
la RIEATS. Es integrante del Movimiento Internacional ATD-Cuarto Mundo de Lucha
contra la Pobreza, fue Coordinador de Proyectos de la Fundación Pro México Indígena y
actualmente labora en el Programa Universitario de Estudios de la Diversidad Cultural e
Interculturalidad de la UNAM.

I.-A manera de Introducción: Conceptualización de la Planeación Social.

La Planeación Social es un proceso social, educativo, político y metodológico; es


proceso SOCIAL, dado que siempre busca la transformación de situaciones
sociales, busca un impacto social; es EDUCATIVO porque implica la
construcción de conocimientos y saberes a partir procesos de enseñanza-
aprendizaje; es POLITICO porque implica definir opciones y tomar decisiones; y
METODOLOGICO porque se compone de un ciclo de vida, de enfoques,
métodos, técnicas instrumentos para realizarse.

Todo proceso de Planeación Social define una situación inicial para llegar a una
situación deseada o final, por lo que siempre busca proyectar o incidir en el futuro,
definiendo objetivos y metas, tomando decisiones y desarrollando acciones en
tiempos y espacios delimitados y retomando metodologías para el logro de lo
planteado. Por eso, la Planeación Social siempre toma en cuenta, al menos, las
siguientes interrogantes:

47
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

 ¿Qué quiero lograr? OBJETIVOS


 ¿Cuánto quiero lograr? METAS
 ¿Cómo voy a lograrlo? METODOLOGIA
 ¿Qué hacer? ACCIONES
 ¿En qué momento? TIEMPO
 ¿En qué lugar? ESPACIO
 ¿Qué necesito? RECURSOS

La Planeación Social se basa en la elaboración de PLANES, que son los


instrumentos de la planeación más generales , amplios, de largo plazo y se orientan a
los espacios globales y son multitemáticos; los PROGRAMAS, que son los
instrumentos intermedios, de mediano plazo, operan en espacios regionales y son
temáticos; y los PROYECTOS, que son los instrumentos más específicos,
concretos u operativos de la planeación, son de corto plazo, operan en espacios
locales y son micro-temáticos.

En tal sentido, la Planeación Social podemos entenderla como un Proceso social,


educativo, político y metodológico que tiene como objetivo la definición de
objetivos y metas, de tiempos y espacios, recursos y estrategias,
procedimientos y potencialidades requeridas para el desarrollo de acciones y
actividades orientadas a transformar el fondo y la forma de una situación o
problema social. Todo proceso de Planeación se basa en la elaboración de
Planes, Programas o Proyectos Sociales.

El proceso de planeación a la vez que debe ser sistemático, articulado, coherente,


viable, gestionable, participativo, democrático, sustentable, eficiente y eficaz, es
algo que siempre se ubica en dos grandes dimensiones; entre lo que se plantea
realizar y lo que está en marcha; por lo tanto, la planeación es una actividad
recurrente, un proceso dinámico y continuo que articula también actores sociales,
institucionales u organizacionales. Por eso, podemos afirmar que las características
de la Planeación Social son las siguientes:

 Es Científica. La Planeación Social no es un ejercicio de sentido común, es


considerado un proceso científico que se basa en teorías, categorías,
conceptos y metodologías científicas que le permiten ser una actividad que se
vincula a diferentes disciplinas sociales y humanas.
48
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

 Es Explícita. Todo proceso de Planeación debe de ser explícito, tiene que


darse a conocer y debe de ser traducido a un documento escrito. Debe de ser
público. Por ejemplo el Plan Nacional de Desarrollo, es un Plan que está
plasmado en un documento y es público.

 Es Flexible.- La Planeación debe ser precisa, pero de acuerdo a la situación


puede estar sujeta a cambios, innovaciones o modificaciones, para ir
adaptando procedimientos y acciones con respecto a los objetivos, ya que
definir acciones y procedimientos precisos no significa que dichos
procedimientos y objetivos deban ser inmutables. Siempre es importante
considerar cambios en función de las circunstancias que se presenten ya que
la flexibilidad tiene como fin obtener mejores resultados.

 Es Incluyente o participativa.- Todo proceso de Planeación debe de ser


construido con todos los actores e instituciones que promueven o
intervienen en el proceso. En el cual tanto los beneficiarios como los
técnicos que provengan de una institución u organización deben de
involucrarse por igual en el proceso de planeación generando organización,
colectividad y participación.

 Es Estratégica.- Todo proceso de Planeación debe tener una visión de largo


alcance que se transforme en acciones a mediano y corto plazo. La estrategia
consiste en definir escenarios futuros, es construir una imagen objetivo del
Plan al que se aspira y de la trayectoria que se va a seguir para acercarse a
dicha imagen. Se refiere a la construcción de alternativas.

 Es Coordinada.- Todo proceso de Planeación debe de ser coordinado, es


necesario contar con el respaldo de una institución u organización que
permita que esas ideas, acciones y procedimientos se concreticen en la
realidad. Habrá más capacidad de organización y por lo tanto mayor
capacidad de impacto y de recursos.

Asimismo, cuando hacemos referencia a la Planeación Social como proceso social


complejo, es necesario ubicar una primer dimensión teórico-conceptual, pero por
otra parte, es importante mencionar que se requiere también de una dimensión

49
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Metodológica, es decir, de enfoques, etapas, procedimientos métodos, técnicas e


instrumento que nos permiten conocer el “COMO HACER” la Planeación Social.

II.- El Ciclo de Vida de la Planeación Social. (CVPS)

Un aspecto fundamental de la parte metodológica de la planeación social es el


denominado CICLO DE VIDA integrado por distintas etapas que conforman un
esquema flexible y adaptativo cuyo tránsito nos permite conocer-actuar-evaluar un
tema, problema o fenómeno de la realidad social. Esto es de enorme importancia ya
que este ciclo de ninguna manera debe verse como una serie de pasos
predeterminados o como una receta mecánica, inflexible. Las etapas del CVPS son
las siguientes:

1.- Construcción de la Agenda Social. Su objetivo es el posicionamiento,


definición o reconocimiento de una serie de temas o tópicos de lo social que se
problematizan y que posteriormente serán retomados para convertirlos en planes,
programas, proyectos, modelos o iniciativas sociales. Implica tomar en cuenta a
todos los actores vinculados a esos temas para introducirlos a la discusión y a la
toma de decisiones y a realizar acciones en tal cuestión.

2.- Inserción, vinculación y coordinación social. La inserción social es el primer


contacto con un espacio social y tiene como objetivo visualizar la naturaleza y las
caracterizaciones de los espacios sociales, delimitando socialmente el espacio donde
se intentan realizar o desarrollar procesos de planeación social. La vinculación social
busca crear espacios de encuentro o puentes de comunicación entre actores,
agentes, instituciones y organizaciones de un espacio social, , siendo un vinculo
estratégico para las sucesivas acciones y actividades de planeación social. La
coordinación social es una etapa para consolidar espacios de diálogo y puntos de
encuentro entre los actores sociales y los profesionales que buscan transformarse en
parte integrante del entorno social, para lograr consensos para la toma de
decisiones.

3.- La Investigación. Es el procedimiento científico que consiste en indagar,


ordenar y analizar información bibliográfica, hemerográfica, archivológica, social,
etc. para obtener conocimientos y saberes acerca del tema o problemática de la
realidad que deseamos conocer. La investigación social es un proceso sistemático,
50
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

ordenado y reflexivo que tiene como objetivo la construcción de conocimientos


sobre algún tema, problema, necesidad o demanda social, para así posteriormente
actuar en ella.

4.- El Diagnóstico. Es un momento de ordenamiento, interpretación y


jerarquización de la información generada a partir de un proceso de investigación
social. Es un procedimiento técnico que nos sirve para identificar y jerarquizar
problemas y necesidades al igual que recursos humanos, materiales y naturales de la
realidad en que vamos a trabajar. Nos sirve para determinar que problemas y
necesidades son más urgentes para la comunidad; aporta los elementos suficientes y
necesarios para la explicación de la realidad social de cara a la acción y
transformación de los problemas y necesidades que presentan individuos, grupos y
comunidades

5.- Formulación. Lo que se busca en este momento es explicitar propuestas de


largo, mediano y corto alcance que buscan solucionar problemas, demandas o
intereses, determinando objetivos y metas y articulando procedimientos, iniciativas,
tiempos, espacios y recursos. En esta fase construimos las respuestas y después las
plasmamos en los instrumentos de la Planeación como los Planes, Programas y
Proyectos. (PPP).

6.- Gestión. Es el conjunto de pasos a seguir y de las acciones necesarias para


concretar los objetivos definidos en un proceso vinculado a la planeación social, es
decir, la gestión desde una perspectiva de Trabajo Social sugiere movilizar y
articular necesidades, prioridades, ideas, contactos, recursos y apoyos necesarios
para la concreción de “ppp”. Es la acción y efecto de obtener lo necesario para un
proceso de planeación. Entre lo que se requiere para realizar un proceso de
planeación principalmente se encuentran los recursos materiales, humanos, de
infraestructura y económicos-financieros, entre otros.

7.-Desarrollo. En esta etapa del CVPS se desarrollan las iniciativas, acciones y


actividades indispensables para lograr los objetivos y las metas propuestas en un
proceso de planeación. El desarrollo de “ppp” tiene como principal función poner
en marcha las estrategias acordadas para dar capacidad de respuesta a las
necesidades y problemas expresados en el diseño de los “ppp”. Tiene varias etapas:

51
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Implementación: Se refiere al impulso inicial de nuestras acción; Ejecución: Es


cuando hay un desarrollo pleno de las acciones que vamos a realizar hasta su
conclusión; Administración, que permite crear, diseñar, mantener y coordinar
esquemas de funcionamiento para que los “ppp” logren los objetivos y metas
seleccionadas inicialmente; Supervisión, dar seguimiento y acompañamiento, a las
acciones, actividades, servicios o beneficios que brindan los “PPP” con la finalidad
de que estos se desarrollen adecuadamente en el marco de los principios de
eficiencia y eficacia.

8.- Evaluación.- se pretende contrastar y analizar lo planeado y lo realizado. Con


la evaluación social se intentan construir respuestas sobre los “ppp” en desarrollo o
desarrollados, a través de discusiones y reflexiones colectivas, al menos en el marco
de las siguientes interrogantes: ¿ Qué se planeó? ¿Qué se realizó? ¿Cómo se planeó
lo realizado? ¿Cómo se realizó lo planeado? ¿Qué se logró con lo planeado?
Es la contrastación entre lo formulado y lo realizado. Medir y analizar los resultados
e impactos de los Programas, Planes o Proyectos que ejecute en determinada
población. Si se cumplieron mis objetivos, si logré más de lo esperado, etc.

9.- Sistematización.- Es la etapa reflexiva de todo proceso de Planeación su


característica es que nos permite extraer lo esencial o lo más sustantivo de lo que
conseguimos con nuestra práctica. es un ejercicio de ordenamiento, reconstrucción,
análisis, categorización y conceptualización de una experiencia concreta de praxis
social que sirve de base o como marco de acción y perfeccionamiento a otras
experiencias sociales de otros entornos realizadas en otros tiempos, es a la vez un
ejercicio permanente para la construcción de conocimientos y saberes.

10.- Comunicación.- Esta etapa se busca hacer del conocimiento público las
experiencias de planeación social sistematizadas, así como tender puentes de
comunicación entre sectores, espacios e instituciones involucrados al mismo. Esta
fase tiene como objetivo dar a conocer avances y resultados del proceso de
desarrollo de “ppp”, a lo interno y a la externo de una institución, y se puede
desarrollar en diferentes momentos del ciclo de vida de la Planeación Social,
siempre tomando en cuenta que pueden considerarse las dos variantes: la difusión y
la divulgación social.

52
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

11.- Retroalimentación.- Está etapa servirá de reflexión final para mejorar futuras
experiencias, propuestas e iniciativas, a través de la práctica realizada.

Es importante indicar que cada etapa de la Planeación Social estará dada


predominantemente por la situación, el tiempo, el lugar y el contexto donde se
realizan los mismos procesos de praxis social y por ello, es necesario referir que en
términos absolutos dentro del CVPS no existe una propuesta teórico-metodológica
única que pueda ser generalizable y que por ello pueda dar respuesta a todas las
situaciones, problemas o necesidades de todos los lugares y en todos los tiempos.

Además este CVPS constituye una metodología-base que debe adaptarse a la


realidad social donde se pretendan desarrollar los procesos de planeación social,
siempre entendiendo las fases como dimensiones histórico-sociales que en
ocasiones pueden ser transformadas, ser simultáneas, invertirse en su orden o
incluso dejar de realizarse, ya que la misma dinámica social permite que varíe su
ordenamiento. En este caso, la implementación de este esquema de Planeación
Social tiene como requisito ubicar el espacio y el tiempo determinado, además de
conocer el contexto socio-político donde se desarrollarán las acciones sociales, para
innovar o transformar de acuerdo a las características, requerimientos y necesidades
de los espacios sociales donde se lleva a cabo la mencionada planeación social, por
ello es preciso profundizar sobre las fases o momentos del ciclo de vida.

III.- La Planeación Estratégica

Uno de los temas más relevantes de la planeación social contemporánea tiene que
ver justamente con la Planeación Estratégica, sus fundamentos e instrumentos,
mismos que conllevan también elementos teóricos y metodológicos requeridos para
la elaboración de un Plan Estratégico, instrumento que es de utilidad para el
funcionamiento adecuado, eficaz y eficiente de las instituciones donde se inserta el
profesional del Trabajo Social. Por eso, al igual que un proceso de planeación
convencional, la Planeación Estratégica necesariamente toma en cuenta cuatro
grandes aspectos, a saber: entenderla como proceso social, proceso educativo,
proceso administrativo y proceso metodológico.

Es un Proceso Social porque el impacto que busca un ejercicio de planeación


estratégica será mejorar el funcionamiento de las instituciones, servicios y
53
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

programas sociales y con ello, lograr que se beneficie a los sujetos que tienen
acceso a ellos. Es un Proceso Educativo porque siempre va a aplicar un proceso de
adquisición de conocimientos y saberes, que lógicamente buscan mejorar el
funcionamiento de las instituciones, servicios y programas sociales. Es un Proceso
Administrativo porque tiene que ver con el funcionamiento de las instituciones, que
sea óptimo y de calidad, pero muy vinculado a los tiempos y a los recursos que se
van a requerir para que los objetivos institucionales se lleven a cabo. Y es un
proceso metodológico porque tendrá fundamentos teóricos-conceptuales y también
rutas, ciclos, etapas, procedimientos, métodos, técnicas e instrumentos.

Un segundo punto es que este proceso social, educativo, administrativo y


metodológico, busca:
 Determinar rigurosamente Objetivos y Metas a cumplir por una institución u
organización;
 Delimitar estratégicamente objetivos y metas;
 Definir estrategias o caminos y lineamientos para cumplir esos objetivos y
metas.

Un tercer aspecto de relevancia es que la Planeación Estratégica en general se


vincula a la Misión, Visión y Valores de una institución, y además va a tomar en
cuenta el contexto y el entorno para poder definir esos objetivos y esas metas. Es
decir, siempre tomará en cuenta las condiciones internas e externas a la institución,
por lo que todo proceso de la planeación estratégica establece objetivos estratégicos,
metas generales y estrategias que se llegan a sintetizar en planes o iniciativas, que
son necesarios para lograrlos.

En cuarto punto, es importante ubicar que todo proceso de planeación estratégica


siempre va a estar determinado y regulado por dos grandes dimensiones que van a
existir en toda institución: el Control de Gestión y el Control de Actividades; que
implican dos grandes niveles de funcionamiento institucional: el de la toma de
decisiones y de la operación. El control de gestión tiene relación con el nivel
directivo, los mandos que dirigen una institución, y el control de actividades tiene
que ver con el nivel del personal que ejecuta los programas y las iniciativas de esa
institución. La planeación estratégica implicaría la relación entre control de gestión,
control de actividades y las propuestas que surgen de la relación entre esos niveles.

54
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Es muy importante aclarar que históricamente se habla de planeación estratégica


haciendo referencia a un proceso de proyección, organización y orden de nuestros
objetivos y procedimientos para lograr ciertas finalidades, pero sin perder de vista
que la historia de la planeación estratégica inicia en el mundo de lo privado, el
universo de las empresas, es decir, realizándose este tipo de planeación para que las
empresas produjeran más, con mayor calidad, en el menor tiempo y con los
menores recursos. Pero cuando el tema de la planeación estratégica, se relaciona
con las instituciones públicas, entonces este esquema se tiene que modificar, ya que
en la planeación estratégica tradicional la alta dirección es quien va a definir los
grandes lineamientos, mientras que a nivel dirección se van a retomar para
convertirlos en programas, y el nivel operativo los va a desarrollar, implementar,
concretizar.

Sin embargo vemos que la complejidad de las instituciones contemporáneas


implica muchas veces cuestionar este esquema más vertical de la planeación
estratégica, donde pueden existir enfoques más horizontales, más circulares donde,
por ejemplo, las decisiones se toman con la participación de las sujetos vinculados a
la institución, con la población beneficiaria, con la participación de los
profesionales, no necesariamente en un esquema que implica una verticalidad,
aunque lo que si podemos decir es, que la planeación estratégica siempre vincula la
toma de decisiones, con lo directivo, con lo programático y con lo operativo.

Elemento básicos de la Planeación Estratégica: Son los siguientes:

 La Misión. Es el conjunto de objetivos, principios y orientaciones que rigen


el funcionamiento de una institución, mismo que se expresa por medio de
una sola frase, con el objetivo de comunicarlo a los integrantes de la misma.
Es un planteamiento que le da perfil constitutivo a la institución u
organización, a las acciones que desarrolla y establece su mandato. Fija los
propósitos, fines, y límites que la institución busca, y también orienta y señala
la dirección de las acciones a seguir. Es una declaración de principios que
incorpora el carácter de la institución, sus objetivos, sus características,
elementos integradores, a quién va dirigida y cuáles son los principios
fundamentales que orientan la acción de una institución. Ejemplo de
Misión, en una Institución de Defensoría Pública.

55
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

“Proporcionar defensa penal de alta calidad profesional a las personas


vinculadas a procesos, que carezcan de abogado por cualquier
circunstancia, velando siempre por la igualdad ante la ley, por el
debido proceso y actuando con profundo respeto por la dignidad
humana de nuestros representados”.

 La Visión. Es la imagen futura de nuestra institución, siempre permite ver


donde estamos, pero principalmente donde queremos estar en el futuro,
orientando la prospectiva de la institución. Por eso, la visión es una imagen
objetivo, es la mirada en el largo plazo, el modelo a lograr institucionalmente
para así poder lograr su misión, retomando valores, oportunidades y
proyecciones. La vision implica por tanto proyección, principios,
características y el futuro de nuestra institución, por lo que siempre estará
vinculada también con la misión. La Misión es la declaración de principios de
lo que esencialmente busca una institución, y la Visión será el escenario a
dónde quiere, puede y debe llegar la institución en el largo plazo. Ejemplo de
Misión: En una Institución de Seguridad Social.
“Ser la mejor institución de Seguridad Social del Estado, ágil,
eficiente, eficaz y proactiva, focalizada y especializada en la atención
de sus usuarios y con una presencia destacada en la comunidad local y
nacional”

 Los Valores, son el conjunto de principios que guían la acción de la


institución, es la ruta de funcionamiento institucional que delimita lo que está
permitido y que no está permitido para que esa institución consiga sus
objetivos. Es una especie de código de conducta y acción dentro del cual la
institución se compromete a lograr su misión y obtener su visión. Los
principios o los valores son los grandes lineamientos que nos permiten actuar
adecuadamente y lograr nuestros objetivos en el marco de ciertos parámetros,
que son las grandes guías éticas, políticas e institucionales.

 Análisis FODA. (Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas) Es un


tipo de análisis diagnóstico que, en un primer momento, identifica los
procesos, dinámicas y actores internos y externos que tienen relación con una
institución, pero se complementa cuando se ve también los aspectos que
hacen fuerte o débil a una institución. Por eso, el análisis FODA retoma el
56
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

cruce o relación de Fortalezas, Oportunidades, Debilidades y Amenazas.

 Las Fortalezas, tienen relación con la mirada interna a la institución, pero


relacionándola con sus atributos positivos; es decir, resalta lo fuerte,
consistente, positivo;

 Las Oportunidades son aspectos del contexto externo a la institución que


tiene que ver con atributos positivos, con cuestiones de logro, de fortaleza,
de apoyos para un mejor funcionamiento institucional;

 Las Debilidades, son todos los puntos rojos, vacíos o elementos de


fragilidad que puede tener la institución, pero desde una perspectiva interna

 Las Amenazas, es todo aquello que puede afectar el funcionamiento de una


institución, pero que son vinculadas al contexto externo.

El análisis FODA nos plantea, que en toda institución hay Fortalezas,


Oportunidades, Debilidades, y Amenazas y es necesario identificarlas y
principalmente relacionarlas, para así tener un diagnóstico estratégico con una
perspectiva institucional más amplia y compleja para así llegar a formular objetivos y
metas pertinentes y viables. Es importante mencionar que existe un análisis FODA
básico, que relaciona Fortalezas con Debilidades y Oportunidades con Amenazas,
pero también hay otro más complejo donde el cruce puede darse entre las diferentes
dimensiones, por ejemplo Fortalezas con Amenazas y Oportunidades con
Debilidades, y todas las otras relaciones que puedan existir entre esas dimensiones.

 Objetivos Estratégicos Los objetivos estratégicos son los logros que


persigue la institución, definiendo tiempos o plazos determinados para
cumplirlos, y lógicamente estos tienen que estar cuadrados con la misión y la
visión institucional. Por eso, la Planeación estratégica es una cadena muy
articulada, entre misión, visión, principios y objetivos estratégicos. Los
objeticos estratégicos son los logros que perseguimos pero estructurados en
tres grandes dimensiones de tiempo: lo que queremos lograr en el Corto,
Mediano y Largo plazo.

57
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Por eso, los objetivos estratégicos siempre se dividen en:


 Propósitos, que van a ser objetivos de corto y mediano plazo;
 Finalidades, que son los objetivos de largo plazo.

 Metas estratégicas. Las metas estratégicas tienen que ver con la


cuantificación de lo que se quiere lograr, es decir, buscan parámetros de
medición de los objetivos estratégicos a través de indicadores, que serán los
instrumentos que permitan medir el logro de los que plantea una institución.
Por eso las metas y objetivos estratégicos van a ser dos criterios de la
planeación estratégica que van de la mano, que no se separan, que tienen que
ver con cuestiones cualitativas, los objetivos, y cuantitativas, las metas, pero
que siempre van articulados.

 Estrategias. Son un conjunto de acciones planeadas y ordenadas, definidas


sistemáticamente y realizadas temporalmente para lograr un determinado fin
o misión. Son los ejes o caminos que nos van a llevar a cumplir nuestros
objetivos y nuestras metas estratégicas, que incluyen rutas, decisiones,
acciones que nos permiten obtener mejores resultados en el largo plazo. La
estrategia retoma lo que queremos lograr en el corto o mediano plazo, pero
pone énfasis en el largo plazo. Las Estrategias implican siempre opciones u
alternativas, no solamente una sola opción, ya que se puede contar con
estrategias diferentes para lograr nuestros objetivos, pero que están
previamente diseñadas y priorizadas. Por ejemplo, podemos tener Estrategias
A, B, C y D y todas nos dirigen al logro de los objetivos, por lo que se tienen
plurales y diversas opciones, por eso las Estrategias significan diferentes
horizontes y escenarios, para lograr nuestros objetivos institucionales,
además de que conllevan medios, procedimientos, métodos, técnicas,
instrumentos, etcétera.

 Plan Estratégico. El Plan Estratégico es un instrumento que registra una


serie de criterios que nos van a permitir definir y desarrollar un proceso de
planeación estratégica. Se traduce en un documento donde destacamos las
grandes decisiones que se toman en el marco de la planeación estratégica,
cuales son los elementos que incorpora un plan estratégico, como objetivo,
trazar un mapa de la organización, señalar los pasos para lograr nuestra
misión, un plan implica todo lo que requerimos para lograr nuestra misión,
58
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

trata de convertir los proyectos en acciones, será un documento que nos


permite identificar nuestra proyección, nuestra misión, y como vamos lograr
la misma. Los criterios para elaborar un Plan Estratégico son los siguientes:
 Nombre o título del Plan.
 Introducción
 Generalidades o Presentación general del tema,
 Institución: Perfil, antecedentes, estructura y actualidades.
 Misión
 Visión
 Valores
 Análisis FODA,
 Objetivos y metas estratégicas e indicadores.
 Estrategias
 Plan operativo (Cronograma)

Conclusiones.

Para el Trabajo Social Institucional, la Planeación Estratégica es un enfoque que


debe ser retomado para fortalecer nuestra acción institucional, al menos en los
siguientes aspectos:

1) Nos permite insertar la perspectiva de corto, mediano y largo plazo en todos los
procesos institucionales.

2) Nos orienta a tomar en cuenta el análisis de lo Interno y Externo y lo Débil y lo


Fuerte de la institución.

3) Nos permite construir las Estrategias que serán las rutas y acciones planeadas y
ordenadas, definidas sistemáticamente y realizadas temporalmente para lograr un
determinado fin o misión.

4) Nos orienta a realizar el Plan Estratégico que será el instrumento que articula el
conjunto de lineamientos de actuación para definir y aclarar lo que pretendemos
conseguir como institución y cómo proponemos conseguirlo

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

5) Nos permite ordenar, estructurar y plasmar nuestras acciones estratégicas en un


documento de consenso donde concretamos las grandes decisiones que van a
orientar nuestra marcha institucional hacia una gestión de excelencia y calidad.

Referencias.

Castro, A. y Evangelista, E. (1998) “Investigación en Políticas Sociales” en, Revista


Trabajo Social, , Revista de la ENTS-UNAM, Número 21 Desarrollo Social,
septiembre diciembre..
Fred, D. (2003). Conceptos de administración estratégica. Estado de México, edit.
Pearson educación

Franco, R. (1981). Planificación Social en America Latina y el Caribe Ed. Calderon


y Cia. Santiago.
Franco, R. (1996). “Significado y Contenidos del Desarrollo Social y las Políticas
Sociales” en, Documentos de Trabajo. Maestría en Trabajo Social y Políticas
Sociales, Universidad de Concepción.
Gustavo, M. (2006). “Emprenda en equipo” en Emprensate sin miedo al éxito,
núm. 34

Jesús, G. C. (2009). Administración estratégica, Durango, México

Marianela, A. (2009). Manual de Planificación Estratégica e Indicadores de Desempeño en el


Sector Público, ILPES7CEPAL

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

5.- Elaboración de Modelos de


Intervención para el Trabajo Social
Institucional.
César Augusto Luna Alonzo. Licenciado en Trabajo Social por la Universidad de
Guadalajara. Maestro en Ciencias de la Educación Familiar por el Centro de Desarrollo
Humano y Familiar, Enlace de Occidente. Diplomado Iberoamericano en Administración
de Servicios de Salud, Gerencia Social y Fortalecimiento Institucional por RIEATS.
Profesor-Investigador y académico en la Licenciatura en Trabajo Social del Centro
Universitario UTEG. Asesor de Proyectos de Investigación e Intervención en Proscavi,
Proyecto, Salud y Calidad de Vida A.C.

Introducción
El apuntalamiento del quehacer profesional del Trabajador Social, se ve beneficiado
a partir de una serie de procesos metodológicos, que le permita intervenciones
mucho más flexibles, optimizando sus recursos tanto personales como
institucionales partiendo desde su experiencia profesional dentro de la institución,
para ello se requiere que a esta tendencia se le ponga un nombre, “Modelo”.
Pareciese que al abordar esta temática, encontramos un muro, teórico-protocolario-
operativo, el cual nos obstaculiza al momento de querer proponer alguna mejora
desde nuestro lugar de trabajo al pensar que las pautas ya están marcadas, que ya
existe un protocolo de atención, programas, modelos institucionales, que
determinan las tareas a realizar con base a objetivos prestablecidos. Lo cierto, es que
de alguna manera existe, pero se pueden utilizar estos elementos ya establecidos,
para la creación de modelos de intervención institucionales, departamentales
meramente de trabajo social, partiendo del binomio teoría/práctica institucional,
que pueden ser incluidos en los programas, proyectos institucionales,
potencializando el quehacer profesional; sin importar el tipo de tarea que sea
realizada, a la población que es atendida, el nivel de atención, diagnóstico, etcétera.

Todo este principio, se plantea desde la transdisciplinariedad y el pensamiento


complejo, dándole un sentido práctico, a la resolución de la “situación-problema”
dentro de la institución. Es preciso mencionar que con esta propuesta, no se alienta
a olvidar la génesis de los valores de actuación del trabajo social, sino que estos

61
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

mismos deben estar presentes para que este modelo tenga un funcionamiento
idóneo, según las necesidades del propio trabajador social inserto en una institución.
En la configuración del modelo de trabajo social institucional, se debe tener
presente que se constituye, por teorías tributarias del trabajo social, paradigmas
sociales, investigación, sistematización, e instrumentos metodológicos, propios de la
disciplina, (métodos, técnicas, instrumentos, entre otros).
A lo largo de este apartado, iremos desglosando paso por paso, cómo se puede
llegar a la configuración de un modelo de intervención, que aporte soluciones
óptimas a las necesidades que hayan sido detectadas y que sea imperante su
intervención en la solución de tal conflicto.
Donde primeramente hablaremos sobre las teorías tributarias del trabajo social, así
como los paradigmas sociales, implementados por los profesionistas de las ciencias
sociales y humanidades, posteriormente sobre la utilización de la investigación o la
sistematización, en la búsqueda de problemáticas o necesidades a tratar, después se
hará un acercamiento teórico sobre la elaboración del modelo de intervención a
partir de la investigación o sistematización, para finalizar con la creación del modelo
de intervención en el trabajo social institucional, retomando todos los elementos
teóricos vistos previamente y darle un uso práctico.

Teorías tributarias en el trabajo social.


Las teorías tributarias en este sentido, son todas aquellas que aportan elementos
constitutivos en la comprensión de la realidad social que se pretende analizar
“las teorías tributarias del trabajo social son, entre otras la psicología y la sociología, las cuales
interpretan o describen la conducta personal social, y se dedican a sistematizar las teorías del
trabajo social en lo relativo a las explicaciones de las ciencia social general y a proporcionar
evidencia que respalde las preceptos de la teoría del trabajo social” (Payne, 1991).
Estas, pueden ser la teoría general de sistemas, teoría de roles, teoría del estrés,
teoría constructivista, por mencionar algunas, las cuales aportan elementos
sustanciosos en la comprensión de la dinámica social; en este caso, la sinergia
institucional, que es un reflejo fidedigno de la realidad social, en donde, las teorías
del trabajo social explican la naturaleza y el papel del profesionista en la institución,
estas a su vez describen qué actividades constituyen al trabajador social, establecen
sus líneas de actuación y explican por qué son adecuadas y efectivas para la
consecución de los fines; con ello justifica el accionar práctico institucional,
62
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

cimentado en las teorías, sociológicas, económicas, psicológicas, médicas, dentro de


la institución a la cual se pertenece o se desea trabajar. Estos son los aspectos
teóricos de la práctica y método en trabajo social; plantean los puntos
detalladamente, del cómo. Las demás teorías pueden ser aplicadas en la interacción
entre trabajadores sociales, administrativos, sujetos, clientes, pacientes, consultantes,
según sea el caso, en este sentido, teniendo como marco metodológico, los
postulados de los método clásicos del trabajo social; caso, grupo y comunidad,
encontrando la simbiosis teoría/praxis, surge la cuestión, de si el trabajo social, debe
tener un carácter empírico (pragmático) o científico (teórico), a veces esta cuestión
se ejemplifica, en la dicotomía, si hay que utilizar la experimentación o los
postulados teóricos:
“el interés por conseguir la implementación eficaz de la teoría a partir de fuentes especificas por
los que varios autores desean que se haga un uso mayor o menor de ideas y conocimientos
procedentes de las ciencias sociales en general, de la psicología del psicoanálisis o de una teoría
marxista, hay la creencia de que la practica puede ser parcial o incompleta; es decir, no tener en
cuenta toda la gama disponible de información. La inquietud de los trabajadores sociales se las
vean y se las desean para darle facultad operativa a la teorías y a los conocimientos que ellos
posen y comprende; el problema reside en las ideas no puedan ser convertidas en acciones
prácticas.” (Payne, 1991).
En los casos de la práctica del trabajador social, el médico, el psicólogo, el
sociólogo, etc., las prácticas se vinculan inevitablemente a su intervención, es decir,
su quehacer profesional se construyendo lenta y paulatinamente en torno a sus
acciones y actividades diarias, en respuestas a los problemas que enfrentan los
sujetos en su cotidianidad. En los orígenes característicos de la intervención en los
aspectos sociales existe una permanente construcción discursiva del “otro”, ese otro
que distintas etapas de la historia de acción social fue constituido como sujeto; en
tanto la intervención debe de buscar en una teoría que lo fundamente, en métodos y
técnicas que le permitan ser eficiente a la hora de solucionar problemas o satisfacer
necesidades sociales, con esto, se pretenden cambios en lo social, solucionar
problemas en las relaciones humanas, así como el fortalecimiento y liberación de las
personas,, para incrementar el bienestar social través de redes. Por ello es de suma
importancia no caer en la discrepancia entre el que es mejor, teoría o práctica, sino
concientizarse y re-pensar, que este binomio es lo que dará la estructura
teórico/práctica a nuestro modelo, lo cual comenzaremos a analizar más adelante.

63
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Enfoques Paradigmáticos en el Trabajo Social


Primeramente debemos especificar qué es un paradigma y su importancia en las
ciencias sociales, así como su implementación en estas, en cuyo caso, el poder
identificarlo en la estructura institucional, correlacionada con la atención al usuario y
las tareas administrativas desempeñadas, puesto que este elemento es de suma
importancia para la creación de nuestro modelo de intervención en el trabajo social
institucional.
Retomando la definición de paradigma de Ezequiel Ander-Egg (1995) en su libro
“Diccionario de Trabajo Social” apunta lo siguiente; a partir de T. Kuhn, el término
comenzó a ser ampliamente utilizado en la filosofía de la ciencia y en la
metodología, aunque con problemas derivados de los diferentes alcances con que el
mismo Kuhn utilizó esta palabra. Los paradigmas, según este autor “son relaciones
científicas universalmente reconocidas que durante cierto tiempo, proporcionan
modelos de problemas y soluciones a una comunidad científica”, posteriormente
para dar una mayor precisión al concepto, introduce la idea de matrices
disciplinarias dentro de las cuales se consideran 3 tipos de componentes: los
generacionales simbólicos, utilizados en cada comunidad científica y en particular
por los componentes formales y fácilmente formalizables de dicho concepto: los
modelos, en su vertiente ontológica y heurística (ontológico, estudia la
particularidad de las cosas/heurístico, el estudio de los procedimientos para resolver
problemas) y los ejemplos que aluden a las soluciones de problemas concretos que
introducen a un determinado paradigma.
Actualmente en las ciencias sociales y en las ciencias naturales, cuando se habla de
paradigmas se hace referencia al conjunto de factores o principios supra cognitivos
que subyacen a la lógica y de los que depende toda organización o discurso teórico.
Se trata del modelo teórico subyacente configurado por una constelación de valores,
creencias, problemas y técnicas, que sirven para dirigir y ordenar el pensamiento en
relación con la interpretación o lectura que se hace de un conjunto de hechos o
fenómenos.
Después de esta definición es preciso develar ¿qué es en sí un paradigma para el
trabajo social? supongamos que estamos insertos en una realidad social, analizando
una problemática o necesidad de la misma índole, para lo que es necesario objetivar
el fenómeno, al cual le podemos dar una interpretación a partir de una teoría social,
psicológica o cualquiera que sea requerida; en este sentido, el paradigma facilita la
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

comprensión de esa realidad social es decir, nos muestra una visión estructurada del
fenómeno el cual, denota sus características para ser estudiado, evitando así hacer
una lectura somera carente de las particularidades del problema, evitando con esto,
caer en meros análisis empíricos de la situación.
A continuación se mostraran algunos ejemplos de paradigmas en el trabajo social,
los cuales son utilizados por los profesionistas de las ciencias sociales, para dar una
explicación científica a los fenómenos sociales.
Paradigma positivista. Entiende a la sociedad como un todo orgánico integrado
por el conjunto de hombres e instituciones que se relacionan armónicamente y
normativamente para llegar al estado positivo (estado armónico, normado
jurídicamente, ordenado, racional científico), aunque antes debe de transitar por
otros dos estadios: teológico y metafísico, es decir, mantiene una postura evolutiva,
mecánica y predeterminada de lo social dando importancia original al contexto
histórico-social que rodea a la sociedad conllevado como consecuencia a una
postura histórica. Entiende el cambio social a partir del tránsito continuo hacia ese
estado positivo considerado como meta ultima. Con respecto a la estructura de la
sociedad el funcionalismo concibe la división social con individuos y grupos sociales
“normales” y otros “patológicos”, por ello los problemas sociales son causa de los
individuos, son “hechos sociales patológicos”; y la solución a ellos radica en
diagnosticarlos y darles tratamiento, es decir, convertir los “hechos sociales
patológicos” en “hechos sociales normales”.

Para este paradigma la comprensión de la actividad humana está fundamentada en


los métodos de las ciencias naturales, es decir, plantea una postura cientificista que
busca construir métodos de investigación de las ciencias sociales a partir de retomar
los de las ciencias naturales. Se caracteriza por su unidad metodológica, explicación
causal como característica de la explicación científica, el predominio del método
experimental y el perfil predictivo de conocimiento; se plantea la experimentación
como medio de predicción altamente confiable. Plantea que el conocimiento es
dado por la experiencia buscando con ello identificar las leyes que regulan la vida
social.
Este paradigma orienta el estudio de la realidad social a partir de una postura
objetivista, neutralizante y aséptica. De acuerdo con la intención de hacer científica
el que hacer de lo social, plantea la incidencia en la problemática social partir de
métodos de las ciencias naturales-biológicas: propone la realización de un
65
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

diagnóstico de patologías sociales como fundamento para dar tratamiento o


rehabilitar socialmente lo requerido. Para el positivismo, el trabajador social es aquel
profesional técnico, neutro y objetivista, que a partir de procedimientos científicos,
incide a la normalización de individuos o grupos anormales o patológicos, para
enmarcarlos al camino que guía el estado del orden y el progreso. Todo ello sin
analizar las causas de los problemas, patologías o anormalidades, individuales,
grupales y sociales.
Paradigma clínico-individualista. Entre las teorías psicosociales que conforman
este paradigma podemos mencionar, entre otras, la fenomenología, el
interaccionismo simbólico, el método clínico de la medicina, método clínico de la
psiquiatría, teoría del psicoanálisis, teoría de análisis transaccional, modelo de
intervención en crisis, teoría del condicionamiento y las teorías cognitivas. Para este
paradigma los problemas sociales no existen como tales, solo existen problemas que
se reflejan en la sociedad pero que son principalmente intrapersonales, es decir,
fundados en desviaciones de la conducta o en los funcionamientos intra-psíquicos
perturbados. Concibe los fenómenos sociales como meras expresiones de lo que
sucede en la conciencia del hombre, es decir, da prioridad a la vida interior sobre la
exterior, a lo individual sobre lo social, plantea una interdependencia de factores
internos con los externos, pero dando preminencia a los primeros.
Aunque es evidente que esto puede ser desarrollado a partir de identificar las
relaciones del individuo con su médico; plantea un camino para lograr el
conocimiento de las formas funcionales de la vida interior del der humano, como
medio para plantear claves de alivio inmediato de las tensiones a nivel individual,
propone una guía metodológica que incide en los problemas del comportamiento
humano de forma aislado o individual, sin tomar en cuenta el contexto socio
histórico, sus objetivos están dados para lograr la comprensión de la personalidad
(rasgos innatos), del carácter (rasgos adquiridos socialmente) y de los recursos,
peligros e influencias del medio familiar sobre el individuo; propone por lo que la
individualidad es concentrada como el único procedimiento de distinción entre los
seres humanos.
Paradigma Funcionalista. Las teorías sociales que orientan este paradigma entre
otras, la teoría funcionalista desde la perspectiva social, las teorías del rol, la teoría
de sistemas generales, la teoría sistemas generales, la teoría de sistemas ecológicos y
la teoría conductista de los sistemas familiares. Por ello dentro de este paradigma se

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

concibe a la sociedad como una unidad funcional, es decir como un sistema social
armónico y con la adecuada congruencia interna en el funcionamiento de las partes
sociales, para con ello lograr un equilibrio de las relaciones sociales. Es decir, un
todo (sistema) donde cada parte (subsistemas, instituciones, grupos e individuo)
tienen una función y un rol específico y determinante para el cabal funcionamiento
del primero. El funcionalismo postula que todo estudio social debe ser cientificista y
objetivista, ello le otorga una visión, histórica, atomística y fragmentada de la
sociedad. Da énfasis a la utilización de métodos y técnicas y en el trabajo de
rehabilitación individualizado y grupal, todo ello con una postura neutralizante con
objetivos de ajuste, adaptación social y principalmente la integración social.

Paradigma crítico. Este paradigma se nutre esencialmente de la teoría marxista y


de sus sucesivas vertientes o ramas; para este paradigma la sociedad es considerada
un espacio social contradictorio, dialéctico e históricamente determinado, dividido
en clases sociales o en sectores dominantes y subalternos. En este sentido dentro de
la sociedad clasista, el motor de la historia es el enfrentamiento permanente entre las
clases como forma para solventar sus intereses y lograr sus objetivos: clases
dominantes (preservar el sistema de explotación) y clases subalternas (transformar
las estructuras socio-económicas del sistema). Así mismo desde la perspectiva
crítica, la desigualdad social y los problemas sociales son generados por las
contradicciones inherentes al sistema de explotación capitalista, es decir, involucra y
prioriza la dimensión económica como elemento determinante en la problemática
social, por encima de los aspectos individuales, aunque reconociendo la incidencia
de estos últimos en determinadas situaciones.
En el plano metodológico el paradigma crítico conlleva una postura cientificista,
dialéctica, objetiva y racional, además de una visión histórica causal, holística e
integral de los problemas sociales a estudiar, propone el desarrollo de una postura
investigativa comprometida y militante a través de la praxis: acción, reflexión, dando
énfasis a los procesos colectivos de movilización y organización social. (Evangelista
Martinez, 2012).
Paradigma Ecléctico. No se centra en un paradigma o un conjunto de supuestos,
sino que aborda a varias teorías, estilos, “la teoría, que se utiliza una sola escuela del
pensamiento pero añadiendo unas determinadas técnicas de otras escuelas, según son los propósitos
de la teoría principal utilizada” (Payne, 1991), por consiguiente se pueden identificar
varias formas de eclecticismo por ejemplo:

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

 Estructural, que evalúa las circunstancias de los “sujetos” de acuerdo con


varias categorías de información seleccionando consecuentemente técnicas
pertenecientes a varias teorías.
 Combinatoria, que trata de combinar dos o más enfoques a nivel teórico y a
otros niveles.
 Existencial, que sigue un conjunto general de principios existenciales, tales
como la idea de que luchando y haciéndole frente a las dificultades de la vida
se descubre los dilemas básicos de la existencia de los sujetos; y que se utiliza
cualquiera de las técnicas disponibles para abordar estas dificultades de forma
que lo que hacen los “trabajadores sociales”, está condicionado, por una
parte, por la creencia en los principios y por otra, por los dilemas revelados.
 Técnica, que utiliza una serie de principios tomados de varias teorías sin
establecer compromiso alguno con estas teorías.
 Integracionistas, que identifica los aspectos comunes de muchas teorías,
defendiéndoles y utilizándolas.
 Evolucionista, que concibe la terapia como una serie de estratos para los
cuales la teoría es secundaria.
 Causal, que escoge una teoría cualquiera en función del atractivo que ejerza
sobre el trabajador social (Payne, 1991).
El concepto de paradigma, se puede interpretar como un patrón o estructura, que se
ve reflejado en las actividades. El paradigma ofrece una vista general de la
naturaleza del fenómeno, sean físicos, naturales, o que interactúan en las ciencias. El
paradigma dentro de trabajo social, se constituye socialmente y es capaz de acoplar
la teoría y la práctica, según el fenómeno que se analiza y se interviene, en este
sentido el paradigma básico del trabajo social, proviene de la teoría psicoanalítica
cuando este se lleva a cabo dentro de la ética humanista, que actualmente, existe un
distanciamiento del psicoanálisis como del humanismo, al abordar o plantear, el
contexto básico del trabajo social. Varios de sus cimientos originales se centran en
la teoría psicoanalítica, que a su vez se ubica en un paradigma clínico-individualista,
lo cual se ve reflejado en varios enfoques sobre la praxis del trabajo social;
conforme las problemáticas sociales, comenzaron a tener mayor complejidad, fue
necesario plantear nuevos paradigmas, alimentados por las teorías de aquel tiempo,
así como las teorías contemporáneas, lo cual, al existir un margen más amplio
paradigmático para el profesionistas , y este sea capaz de analizar la realidad social
desde varias perspectivas .
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Cabe mencionar que, al analizar una realidad social, sólo se puede realizar por
medio de un solo paradigma, es decir, no pueden coexistir dos paradigmas en el
análisis social, puesto que este ejercicio, crearía una “paradoja epistemológica”,
generando que el análisis se pierda y esté en constante redundancia y contradicción
teórica.
Ahora bien, en el caso de las instituciones, es preciso, que el paradigma sea
primeramente “descubierto”, puesto, que este ya está “ahí”, el asunto es que
conforme los elementos prácticos y administrativas, llega a generar una simbiosis
con estas tareas, pasando desapercibido, recordando que, para identificar este
paradigma hay que tener en cuenta, bajo que teoría estamos analizando e
interviniendo ante esta realidad social institucional, dependiendo del enfoque que
nosotros necesitemos para este análisis, será el “tipo” de paradigma que
utilizaremos para analizar la realidad, y a la población que es atendida a partir del
tipo de institución y sus características administrativas.

Critico

Realidad social

Institución
Clínico/individualista Positivista

Funcionalista

Población atendida por la


institución

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Investigación - Sistematización en la elaboración de modelos de intervención


en el trabajo social institucional.
El siguiente paso para la configuración de nuestro propio modelo es investigar o
sistematizar, obviamente esto depende de las necesidades institucionales o
departamentales, esto con la finalidad de identificar los puntos de mejora,
interpretándolos con los elementos paradigmáticos y las teorías tributarias,
entendiendo así, el por qué y los aspectos provenientes de las problemáticas
analizadas, a continuación explicaremos el proceso de análisis que se platea, para la
elaboración del modelo.

La investigación y los aspectos paradigmáticos de las ciencias sociales.


Para poder identificar estas características de mejora, se inician o se realizan a partir
de los procesos de investigación, a continuación denotaremos los tipos de
investigación que se aplican dentro del trabajo social, los cuales pueden rendir
frutos idóneos, para el proceso de elaboración del modelo.

 La investigación individualizada o familiar (estudio de caso), esta


investigación es la que tiene más arraigo dentro del que hacer del
profesionista de las ciencias sociales, desde su creación hasta la fecha la cual
se sigue implementando en diferentes campos de acción del trabajo social,
como lo son, el campo de la salud, jurídico, educación, (hospitales,
penitenciarias, escuelas), este tipo de investigación, creada por Mary E.
Richmond, propuesto en social diagnosis en 1917. Que hace alusión a los
elementos tangibles e intangibles del estudio de los casos, proporcionando
los primeros pasos científicos del método de caso. La aplicación de este tipo
de investigación dentro de las instituciones, es constante y de gran peso,
puesto que la atención “primaria”, se realiza con base en una entrevista de
gran peso de connotaciones clínicas, que a pesar de esta designación o mote
de la propia entrevista el interés primordial que persigue es la recolección de
datos, para generar en primera instancia el principio de la investigación, para
posteriormente generar un diagnostico situacional del sujeto, para concluir
con un tratamiento social; esto se puede rescatar, en la búsqueda de una
interacción más eficaz y eficiente a partir de las tareas y actividades realizadas
dentro de un programa o proyecto de atención individualizada, dentro de un
departamento de trabajo social.

70
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

 Investigación participante, este tipo de investigación se presenta


generalmente en situaciones particulares, a nivel de grupos, comunidad, en las
que se considera perteneciente que sea la propia población involucrada en la
situación social, problema, la que proporciona la información de las personas
que pertenecen a la comunidad o grupo afectado, se trata de una
investigación a nivel meramente descriptivo y es una información empírica
tamizada por los intereses de las personas involucradas en ella. Se utiliza
frente a situaciones sociales de alta politización y conflicto, constituye la base
para emprender un proceso de investigación – acción si el profesional logra
la confianza del grupo participante y acepta que este se involucre con un
mayor compromiso y aparte de su conocimiento metodológico y técnico en
la indagación de las condiciones sociales y culturales de sus miembros
(Bautista, 2009).

 Investigación – acción, esta propuesta de investigación es una alternativa


frente a la investigación tradicional o clásica porque no sigue un método o
proceso prestablecido, ni es su objetivo obtener datos estadísticos de la
población en cuanto número, edad, sexo, nivel de estudios, ocupación
(Bautista, 2009). Este tipo de investigación, se aplica tanto en ámbitos
comunitarios como institucionales, los cuales nos dan la oportunidad de
recolectar la información a nivel cuantitativo/cualitativo, al igual que la
implementación de un proyecto de intervención, estos datos registrados son
importantes en la detección de los problemas para posteriormente
implementarlo en la elaboración del modelo.

 Investigación social clásica, aquella que plantea el conocimiento desde el


paradigma del descubrimiento de leyes o procesos generales en el
comportamiento social, un tanto o semejanza de las ciencias exactas que
descubren las leyes naturales que rigen el movimiento del universo físico y
natural. Esta invariablemente dentro de la variabilidad, es la que le interesa a
la ciencia, a fin de convertir en leyes científicas las leyes naturales que rigen
en el mundo social y natural para poder explicar y predecir los fenómenos
objeto de su preocupación (Bautista, 2009).

 Investigación cualitativa, la investigación es fundamentalmente una


alternativa que permite la organización del proceso de investigación social de
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

forma libre e imperativa; la investigación cualitativa se parte del análisis de la


realidad en torno a un tema o problemática seleccionada por el interés del
investigador o del grupo participante. Se trata de una observación dirigida
que consigna los datos que revela la realidad en estudio, pero además permite
el contacto directo del investigador con los sujetos de estudio y acción. El
planteamiento de la investigación cualitativa en ocasiones aparece
desvinculado del proceso general de la investigación se le concibe como una
forma meramente instrumental que solamente da cuenta de los técnicas a
utilizar. No obstante, además de que incorpora paradigmas teóricos desde el
momento mismo de la selección del objeto-sujeto de la investigación,
también evidencia una posición epistemológica (para qué o para quién) que
naturalmente se relacionan con el nivel técnico-metodológico (el cómo y por
qué) podemos destacar que una de las fortalezas de la investigación
cualitativa radica en el nivel epistemológico que permite una relación
horizontal con el o los sujetos de estudio (Bautista, 2009).
Dependiendo las características de la necesidad institucional se determinara que tipo
de investigación se utilizará, podemos encontrar un proceso complejo en la
adaptación del proceso de investigación con la identificación del paradigma, esta
situación se presenta la vieja disyuntiva entre las ciencias exactas y las sociales, para
las primeras a las cuales hacemos alusión, el paradigma radica en establecer
relaciones y conexiones lógicas, que precisa en el objeto y el mundo real que se
analiza y esta correlación en la estabilidad del objeto en estudio, es por ello que en
las ciencias sociales el paradigma está en constante fluctuación puesto que el objeto
de estudio el hombre, la sociedad es inestable y no es posible establecer
correlaciones entre el comportamiento del hombre, la sociedad o la institución.
En este sentido del objeto de estudio del trabajo social, son los sujetos insertos en
su contexto social y sus constantes dinámicas y sinergias de sus tareas cotidianas y
estas como generan diferentes posibilidades de fenómenos de índoles sociales,
psicosociales, familiares, socioeconómicas, por mencionar alguna de ellas. Visto
desde los cuatro paradigmas de la ciencia, el epistemológico, que es el estudio del
conocimiento, el paradigma axiológico que estudia la naturaleza de los valores y los
juicios valorativos, el heurístico que es el estudio del procedimiento para resolver
problemas y por último, el ontológico, que estudia la particularidad de los objetos
“esencia”, a partir de esto, el trabajador social es capaz de analizar la realidad social

72
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

de la población sobre la cual genera su estudio, esto visto desde la perspectiva de los
paradigmas de las ciencias sociales.
Cabe mencionar que el proceso de la sistematización, es de gran utilidad para
identificar las necesidades institucionales así como departamentales, puesto que este
proceso permite la interacción entre la recuperación de la información empírica, la
correlación con los aspectos teóricos del fenómeno estudiado, produciendo nueva
información, que está en contante evaluación y retroalimentación, lo cual permite la
entrada de nueva información y flexibilidad en la elaboración del modelo que supla
la necesidad detectada, esto, con sus diferentes enfoques al momento de
sistematizar, histórico-dialectico, dialógico interactivo, hermenéutico, reflexivo y de
la construcción de la experiencia humana, así como el deconstructivo.

Creación de modelo a partir de la investigación.


Como ya lo habíamos planteado, los paradigmas juegan un papel determinante para
el entendimiento de la configuración de la realidad, que posteriormente nos servirá
en la interpretación de los fenómenos sociales analizados, es importante remarcar
que el principio básico para la elaboración del modelo en trabajo social, es que
primeramente debemos comprender que está íntimamente ligado a la investigación
social, así como el análisis de las teorías sociales, psicológicas, económicas, políticas,
antropológicas, ya existentes, las cuales nos dan una parte de la realidad social en la
cual queremos trabajar donde volvemos a encontrar la parte central de todo objeto
de estudio en las metodologías del trabajo social, tanto de intervención como de
investigación, el sujeto-objeto, o bien el objeto de estudio, en el cual, se debe de
decidir cuál será la postura o paradigma para analizar el fenómeno social,
problemática social, institucional, necesidad social, etcétera, ya sea desde los
paradigmas utilizados por excelencia por muchos trabajadores sociales, el ecléctico,
fenomenología y paliativo, dejando de logro las otras posturas de los paradigmas
epistemológicos del trabajo social para el análisis de la realidad social con un
enfoque: positivista, funcionalista, con base en la teoría critica, etno-metodológico,
bajo el análisis del interaccionismo simbólico, con la teoría de sistemas o con el
materialismo histórico, los cuales nos dan las herramientas idóneas para la
comprensión de los modelos y su interacción con el objeto de estudio, el hombre.

73
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Realidad Fenómenos sociales

Interpretación del fenómeno


Teoría:
Paradigma:
Sociales.
Ecléctico.
Psicología. Comprensión de la teoría
Fenomenológico.
Económicas.
Clínico.
Políticas.
Paliativo.
Antropológicas.
Interpretación/investigación

Modelo y su objeto de estudio


(Castro, 2010)

Vista primeramente la importancia de la investigación social y su articulación con


los paradigmas de las ciencias sociales para la comprensión de los fenómenos
culturales, políticos, sociales, económicos, institucionales, entraremos de lleno a la
definición del modelo en trabajo social:
“el termino modelo, se emplea mucho actualmente en las ciencias empíricas y formarles. A él se
le atribuyen diferentes significados, conforme con la función a que se anteponga. En las creencias
sociales se utiliza generalmente el término modelo entendiéndolo como esquema de referencia, es
decir, un conjunto de asuntos fundamentales necesarias para delimitar y determinar lo que es
más relevante en una ciencia o en una teoría o se define como un cuadro mental acerca del modo
en el que tal realidad (la percibida a través del modelo)” (Ponticelli, 1998).
Es decir, el modelo interactúa con la realidad social, como un caleidoscopio que nos
permite ver desde una perspectiva heurísticas cercana o más lejana, una necesidad o
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

una problemática social, esto también revoluciona con el contexto socio histórico
del momento, anexando las visiones teóricas que tratan de dar una explicación
elocuente, los cuales surgen para satisfacer las necesidades que existieron, existen y
existirán en las interrelaciones sociales institucionales.
“Los modelos constituyen auxiliares efectivos y útiles para hacer avanzar el pensamiento con na
estrategia cognitiva más segura y precisa. También para orientar las estrategias de acción a fin de
actuar sobre la realidad. Los modelos son muy útiles para facilitar la explicación de
determinadas situaciones, ya sea mediante el uso de analogías o bien estableciendo un conjunto de
interrelaciones dentro de un sistema determinado, a pesar de su gran utilidad, nunca son
sustituidos de la tarea de analizar e interpretar. Ayudan a la reflexión teórica en la medida en
que, son sistemas conceptuales que intentan representar aspectos, interrelacionados de sistemas
reales.” (Ander-Egg, 1995).

Realidad Social
Sectores sociales: Conjunto de teorías:
Problema o Necesidad
Niños. Psicoanalítica, del estrés,
de la crisis, del
Mujeres. aprendizaje, sistemas, de
Pequeñas empresas. roles, institucionales,
Modelo 1
administrativas.
Instituciones.
Paradigmas:
Campesinos.
Positivistas, funcionalista,
Metodología – Intervención critico, clínico-
individualista.

Problema o necesidad

(Castro, 2010) Modelo 2 Realidad Social

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Planteamos que el modelo es una aproximación teórica a lo real, por medio de


postulados y suposiciones conceptuales que pueden aplicarse a la realidad,
intentando sistematizar y dar una interpretación de lo real en función de lo teórico,
al caracterizar el modelo como un paradigma o prototipo de actuación en que el
objetivo, contenidos, métodos, y procedimientos o estrategias se encuentran
relacionadas e interconectadas en un todo significativo, así mismo plantea que el
sentido o significado de este todo constituye el referente último para la justificación
y la fundamentación del modelo, ”es imprescindible hablar de teoría y realidad como dos
elementos inseparables y esenciales para su construcción del conocimiento, tiene por objetivo indagar
sobre los problemas, reflexionar, sobre los principios del conocimiento y el pensamiento y sobre todo,
en la acción humana.” (Castro, 2010).
Elaboración de modelos de intervención en el ámbito del trabajo social
institucional.
Una vez que ya desglosamos lo que debe de contener un modelo en un ejercicio
analítico-sintético, ensamblamos, los contenidos de las teorías tributarias en trabajo
social, paradigmas, investigación y sistematización, en la búsqueda de necesidades
institucionales y centralizarlo en la elaboración de nuestro modelo. Los puntos que
se deben tener presentes son los siguientes:

 Para que todo el ejercicio anterior comience adquirir la nomenclatura, de un


modelo en trabajo social, debe primeramente abordar los principios y valores
de este, por ejemplo, la ayuda para el desarrollo de la personalidad, igualdad
de oportunidades, injusticia social, humanización y personalización de los
servicios, el respeto de la persona humana, etcétera.
 Se trata de utilizar los valores, como ideas-guías, que puedan delimitar la
selección de las teorías, los paradigmas, estrategias, que lleven el curso de la
acción, para implementar sus propios instrumentos y los términos para su
praxis, en este caso, se puede reformar la misión y visión institucionales, o de
los propios departamentos de trabajo social.
La primera fase en la elaboración del modelo para la práctica del trabajo social
consiste en la confrontación entre los principios y valores del trabajo social y las
teorías de las ciencias sociales (teorías tributarias), generando hipótesis obtenidas del
análisis, arrojadas del análisis del proceso de investigación o sistematización de la
información, esto, de igual manera confrontado con los principios y valores del
trabajo social; ésta parte es la fase más delicada, puesto, que es el momento de la
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

mediación entre ciencias sociales y trabajo social: “no se trata de aceptar sin criticar ciertos
enunciados de las ciencias sociales, sino que es preciso hacer primero una acción de confrontación
ante estos y los principios y valores de trabajo social para ver la congruencia entre lo que afirmara,
por ejemplo acerca de la personalidad humana y su desarrollo, las diferentes teorías de las ciencias
sociales y el concepto de persona como valor que el trabajo social ha establecido como fundamento de
su acción.” (Ponticelli, 1998).
Otro de los elementos a considerar y tener presente es la posibilidad de utilizar las
teorías tributarias oresultados de la investigación y sistematización para generar los
objetivos del modelo, esto se refiere a la búsqueda de la aplicabilidad de los
diferentes conceptos de las ciencias sociales al trabajo social. A continuación se
procede a la recopilación de los datos de la realidad, lo que conforme la fase
descriptiva del modelo; se llega así a delinear un modelo, generando un esquema de
referencia deductivo/inductivo, llevándolo a ser un instrumento conceptual para
aplicar a la práctica.

1.- Principios y valores del trabajo social

2.- Teorías de las ciencias 3.-Teorizacion de las praxis a través


sociales. del uso del proceso metodológico
unitario particular (investigación /
Teorías generales, aplicadas,
paradigmas sistematización)

4.- Modelos teóricos para la práctica del


trabajo social

5.- Operatividad: proceso metodológico, curso


de adecuación, instrumentos, técnicas.

(Ponticelli, 1998)
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

1.- Respeto de la persona humana, la ayuda para el desarrollo de la personalidad y su


autonomía, igualdad de oportunidades, cohesión social, igualdad de género, equidad
social, etc.
2.- Teorías sociales, (teoría general de sistemas, teorías
institucionales/administrativas), teoría psicológica (psicoanalista, del estrés, de la
crisis, de roles); paradigmas (positivista, funcionalista, crítico, clínico-individualista,
funcionalista).
3.- Investigación (individualizada o familiar/estudio de caso, participante,
investigación -acción, clásica, cualitativa); sistematización –enfoques (histórico
dialectico, dialógico-interactivo, hermenéutico, reflexivo y de la construcción de la
experiencia humana, deconstructivo).
4.- Modelos de Trabajo Social, individualizado (psicosocial, funcional, modificador
del comportamiento, intervención en crisis, socialización de los adultos), Grupal
(metas sociales, metas remediales, metas recíprocas), Comunitario (acción social,
desarrollo de la localidad, planificación social), Alternativos (sistémico, ecológico,
generalista, existencial, humanista, comunicación).
5.- Metodología, Método (caso, grupo, comunidad, animación socio cultural), técnica
(entrevista, observación, narrativa), instrumento (cuestionarios , escala lickert,
Genograma, APGAR)

Los modelos de trabajo social, no son algo estático, sino que están en constante
cambio, ya sea en relación con las transformaciones que experimentan la práctica
profesional, en este caso, la práctica institucional, los cambios
teóricos/administrativos, y en la evaluación constante de las personas atendidas
dentro de las instituciones.
El proceso de elaboración de un modelo debe ser coherente y válido entre teorías
nomotéticas y teorías ideográficas (descriptivas y operativas) de las ciencias sociales,
respetando el plano operacional que posee el modelo creado o en construcción, esto
primeramente sustentado en los principios y valores del trabajo social. (Ponticelli,
1998). Es importante, que una vez desarrollado nuestro modelo, es preciso
identificar a que categoría pertenece. A continuación delimitaremos a qué tipo de
modelo pertenecen los modelos de trabajo social.
“Distinguir entre modelos de investigación y modelos de orientación de los pertenecientes a la
categoría de modelos teóricos, para lo cual es importante distinguirlos de la mayoría de la
información escrita sobre modelos de intervención, recoge la definición de modelos de investigación,
sin que exista una clara diferencia entre los dos. Dentro de las ciencias sociales los modelos son
78
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

clasificados como modelos de intervención ya que los encuadres teóricos y metodológicos deben
tener una actuación directa en la realidad que se busca intervenir, su función consiste en proponer
líneas de actuación práctica en relación con un fenómeno concreto. Dentro de esta tipología se
encuentran los modelos de orientación, los cuales se definen como una representación simbólica de
la realidad que refleja el diseño; sirve de guía para la acción y su papel consiste en proponer
líneas de actuación práctica.” (Castro, 2010).
Entre estos modelos se encuentran los enfocados a la orientación
psicopedagógica, los clínicos, de servicios, de programas, de consulta,
tecnológicos. Estas características en los modelos son de suma aplicabilidad para
cualquier institución, lo cual, debe analizarse, según las necesidades, tanto de la
institución, como del personal que labora en ella, la población que es atendida, así
como su interrelación con otras instituciones, según (Castro, 2010)., clasifica
estas características de los modelos de la siguiente manera:

 Modelo clínico, el cual recurre a la entrevista como el procedimiento


característico para afrontar la intervención directa individualizada. Se
concreta sobre todo en la relación personal, orientado - orientador, tutor-
alumno, orientador-padres y tutor-padres. Esta relación de ayuda tiene como
objetivo prioritario satisfacer las necesidades de carácter personal, educativo
y socio-profesional del individuo. Esta relación, si bien es eminentemente
terapéutica, puede también tener una dimensión preventiva y de desarrollo
personal.
 Modelo de servicios, corresponde al cliente la iniciativa de pedir ayuda, en
respuesta a su problemática. Este modelo se halla en gran medida vinculado a
las instituciones predominantes públicas de carácter social y educativo; una
de las características de este modelo, es que se debe adecuar a la situación
actual y saber alternar con los demás modelos.
 Modelo de programas, se estructura a partir de las siguientes fases, análisis de
contacto para detectar necesidades, formular objetivos, planificar actividades,
realizar actividades y evaluaciones de programa, ya que sólo mediante la
intervención para programas es posible asumir los principios de prevención,
desarrollo e intervención social y proporcionar un sesgo educativo y social a
la orientación.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

 Modelo de consulta, el cual se define como la relación entre dos o más


personas del mismo estatus que plantean una serie de actividades con el fin
de ayudar o bien asesorar a una tercera, dos objetivos de las funciones de
consulta son: la función de consulta como actividad profesional de ayuda a
los diferentes agentes y a la propia institución u organización; la función de
consulta como una estrategia de intervención y formación, entre los que
destacan tres campos de estudio; el de la salud mental, el de organizaciones y
el educativo.
 Modelos tecnológicos, éstos tienen una connotación esencialmente de
intervención a través de la tecnología que se encuentra en una fase de
desarrollo inicial. En ese proceso de desarrollo y aplicación de las nuevas
tecnologías de la educación y a la orientación podrán destacar 3 fases, en la
primera, los medios tecnológicos se utilizaban como ayuda para medir y
evaluar pruebas psicotécnicas (potencialización de cálculo), en la segunda, los
medios se construirán en verdaderas bases de datos actualizadas, de tipo
educativo ocupacional y en tercera, se crearán auténticos sistemas para
accesar y orientar a la gente con la aparición de programas interactivos por
computadoras.
En conclusión, las ventajas de elaborar, teorizando la práctica, confrontándola con
aspectos teóricos y paradigmáticos, dentro de la práctica institucional, nos da
elementos para crear modelos que ayuden a la mejor atención de la población que
es atendida, abordar las necesidades que se presenten dentro y fuera de la
institución, así como en los departamentos, jefaturas, gerencias de trabajo social.

Referencias

Ander-Egg, E. (1995). Diccionario del Trabajo Social. Argentina: Lumen.


Bautista, L. E. (2009). La investigación en trabajo social. En R. M. Sánchez,
Manual de trabajo social (págs. 101,102). México: UNAM.
Castro, G. M. (2010). Modelos de intervencion teoría y método en trabajo social. Mexico:
UNAM.
Evangelista Martinez, E. (2012). Aproximaciones al Trabajo Social Contemporaneo.
Mexico: Red de Investigaciones y Estudios Avanzados en Trabajo Social
A.C.
Payne, M. (1991). Teorías contemporáneas del trabajo social. México: Paidós.
Ponticelli, M. D. (1998). Modelos teóricos del trabajo social. Argentina: Lumen-
Hvmanitas.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

6.- Fortalecimiento Institucional,


Gerencia Social y Trabajo Social.

María Graciela Ruiz Ávila. Licenciada en Trabajo Social con estudios de Maestría
en Planeación y Gerencia Social por el Instituto Tepeyac de León, Guanajuato.
Diplomada Iberoamericana en Administración de Servicios de Salud, Gerencia Social
y Fortalecimiento Institucional de la RIEATS. Actualmente es Subdirectora de
Atención Ciudadana en la Dirección General de Desarrollo Rural del Municipio de
León, Guanajuato

Katya Alejandra Díaz Rangel. Licenciada en Trabajo Social con estudios de Maestría en
Planeación y Gerencia Social por el Instituto Tepeyac de León, Guanajuato, donde es
académica. Es Diplomada Iberoamericana en Administración de Servicios de Salud,
Gerencia Social y Fortalecimiento Institucional de la RIEATS. Actualmente se
desempeña profesionalmente en la Secretaría de Salud del Estado de Guanajuato.

Introducción.

En la evolución del Trabajo Social contemporáneo que emerge sobre la búsqueda


de la cientificidad del quehacer profesional del trabajador social, algunos
profesionales nos hemos dado a la tarea de construir documentos informativos que
incluyan recomendaciones dirigidas a optimizar los procesos teórico-metodológicos
con principios de fortalecimiento institucional desarrollados con miradas desde la
dimensión más operativa del trabajador social en las instituciones.

En el presente trabajo se realiza una propuesta a manera de “Guía práctica” basada


en los elementos de Gerencia Social pero desde la óptica del trabajador social que
ejecuta y operacionaliza las políticas sociales dentro del marco de las instituciones
públicas. Cabe mencionar esta guía es desarrollada con base en la experiencia
práctica, específicamente en el área de salud dentro del primer nivel de atención de
acuerdo al sistema nacional de salud pública en México. Sin embargo, esta breve
“Guía práctica” puede ser utilizada en las demás áreas de intervención de trabajo
social, gracias a la flexibilidad que ofrecen los elementos que se puntualizan en ella.
La idea de realizar una “Guía práctica” surgió al observar la experiencia exitosa de
otros profesionales que han tenido el uso de éstas como herramienta científica que
81
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

le proporciona recomendaciones de forma sistemática para tomar las decisiones más


adecuadas y acertadas que den respuestas resolutivas a las diversas necesidades de
toda índole a los actores para los que van dirigidas.

Según el diccionario de la Real Academia de la Lengua Española, una “Guía” es un


tratado en que se dan preceptos para encaminar o dirigir cosas. Por lo que
una guía es algo que tutela, rige u orienta. A partir de ésta definición, el término
puede hacer referencia a múltiples significados de acuerdo a un contexto. Una guía
puede ser el documento que incluye los principios o procedimientos para encauzar
una cosa o el listado con informaciones que se refieren a un asunto específico.

Ahora bien, el término práctica, es un concepto con varios usos y significados, pero
finalmente es la acción que se desarrolla con la aplicación de ciertos conocimientos.
Por ejemplo: “Tengo todos los conocimientos teóricos necesarios, pero aún no he logrado llevaros a
la práctica con éxito”. Una persona práctica, por otra parte, es aquélla que piensa y
actúa de acuerdo a la realidad y que persigue un fin útil. Se puede decir que alguien
posee esta cualidad cuando es capaz de resolver situaciones imprevistas sin perder
el control, basándose en los recursos de los cuales dispone e ideando soluciones sin
necesidad de un conocimiento previo.

Siguiendo con esa lógica, una “Guía práctica” es el instrumento traducido en un


documento, el cual aportará algunos elementos teórico–metodológicos para
utilizarlos de una manera muy flexible y estratégica dependiendo de los escenarios a
los que se enfrente, en este caso, el trabajador social a quien le será útil en su labor
dentro del contexto institucional donde se desenvuelve.

Fundamentos para desarrollo de la Guía práctica

En el escenario actual de los servicios sociales dentro de las instituciones


gubernamentales en México, la demanda sobrepasa la oferta en los mismos, lo que
denota la incongruencia entre la eficiencia y la eficacia para los procesos de calidad
en la atención. Dicha situación, no es ajena a los departamentos de Trabajo Social.
La agenda particular de problemas a resolver a los que se enfrentan los actores que
operan las políticas públicas y sus programas sociales dentro del marco institucional
que a su vez exigen presentar respuestas favorables a los mismos, son diversos y de
diferente índole (Kliksberg, 2004). Estos problemas suceden frecuentemente al
82
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

trabajador social sobre todo al que labora en la dimensión más operativa de las
políticas. Por mencionar algunos de éstos problemas con los que se enfrenta:

a) Sobrecarga de trabajo en su escritorio y una generosa cantidad de personas


en espera a quienes debe resolver ciertas necesidades, lo que denota la
limitada intervención profesional que realmente pueda ejercer sobre todo en
lo que concierne a llevar procesos de calidad y de satisfacción total del
individuo, sin contar que en el limitado tiempo con el que cuenta, no le es
posible fomentar el desarrollo de competencias que le otorguen al usuario
respuestas no sólo inmediatas a la determinada necesidad que presenta, sino
resultados que se generen en un proceso de largo plazo.

b) Por la misma sobrecarga de trabajo e indicadores que rigen y miden


cuantitativamente sus deberes, se ve obligado a dar respuestas de manera
muy inmediata a los individuos probablemente lejos del cumplimiento de los
objetivos y la misión institucional. Y con la imposibilidad de poder dar un
seguimiento posterior a los que requerían una atención más holística e
integral en respuesta a sus necesidades, lo que es igual a no poder realizar
estudios de caso y mucho menos sistematización de la práctica.

c) En la ejecución efectiva de los programas sociales intervienen múltiples


actores y niveles jerárquicos, y aunque son varios los involucrados no todos
están contextualizados con las reglas de operación de los programas o
departamentos de la institución, por lo tanto desconocen su propio límite o
facultad resolutiva lo que imposibilita ofrecer respuestas acertadas finales al
beneficiario. Lo que es igual a burocratizar los servicios.

d) El trabajador social debe alcanzar sus objetivos y metas organizacionales en


medio de múltiples presiones de diferente índole, por lo que debe gestionar en
“un campo de fuerzas”.

De esta agenda de problemáticas surge la prioridad de implementar estrategias que


nos permitan dar una mejor respuesta en primer lugar a las necesidades y
expectativas de los individuos y de la sociedad en su conjunto a través de mejores
alternativas que fortalezcan la calidad en el servicio como principio fundamental de
las instituciones. Y en segundo lugar, fomentar estrategias que permitan fortalecer la
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

esencia de los trabajadores sociales, como aquel profesional de las ciencias sociales
“indispensable” en las instituciones, capaz de dar atención y respuestas de manera
integral a los beneficiarios, utilizando metodologías muy acordes científicamente, y
no como un actor que sea considerado como que “cualquier individuo” puede
desarrollar sus acciones.

Justamente el departamento de Trabajo Social es el principal espacio y actores


involucrados que constituyen el “fortalecimiento institucional” basándose siempre
en la calidad de los servicios y la atención holística y humanamente posible a los
individuos; para ello se requiere de definir los medios que establezcan el
procedimiento a seguir. Por lo que la “guía práctica” provee una descripción de
elementos que el profesional de trabajo social puede utilizar flexiblemente en la
atención a los sujetos con los que trabaja, donde el principio primordial de su
intervención es concebir a la persona como “lo más importante” para un
verdadero cambio en la realidad.

Antes de avanzar a puntualizar los elementos que componen nuestra “Guía


práctica” como metodología sustentada por la experiencia laboral de sus servidoras,
cabe definir algunas pinceladas teóricas del principio básico por la que va estar
regida que es el logro de un verdadero “fortalecimiento institucional” tomando
como referente algunos de los retos de trabajo social contemporáneo y la
construcción del paradigma “Gerencia Social”. Para motivos de la Guía práctica, el
fortalecimiento institucional es visto en dos ejes: el primero que tiene que ver con
“fortalecer” la profesionalización y cientificidad del Trabajo Social como esencial en
las instituciones tanto público como privadas, ya que como se pintó en algunos de
los escenarios de la agenda de problemas con los que se enfrenta, en cierta manera y
en algunas ocasiones se pierde el uso adecuado de las técnicas y metodologías
propias de Trabajo Social, todo ello ocasionado por tratar de cumplir los procesos
implantados por la institución donde se está inmerso, limitando así su real quehacer
ético y profesional en el que fue preparado académicamente. El segundo eje se
refiere a “fortalecer” y coadyuvar en los procesos de calidad de los servicios que
oferta la institución de manera que no pierda de vista su misión, visión, valores y
objetivos planteados en el marco de los programas sociales que maneja.

La conceptualización de “fortalecimiento institucional” es nueva en su


construcción, además es una expresión que en las últimas décadas ha alcanzado un
84
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

amplio renombre en los programas sociales coadyuvantes al desarrollo, pero además


con un uso abusivo y una precisión escasa en su aplicación práctica, en las
intervenciones en terreno:
Más allá de la expresión, el sentido que encierra el concepto se refiere a una concepción del
desarrollo no como aquellos bienes materiales de que dispone una sociedad para sobrevivir, sino
como su capacidad para dotarse de unos mecanismos que le permiten progresar, que le permitan
mejorar la calidad de vida de sus habitantes a medio y largo plazo, que le permitan adaptarse
mejor a las nuevas coyuntura. (Bedoya, 2012).

Siguiendo con Bedoya, a quien es natural mencionar en el tema, por la gran cantidad
de experiencia y trayectoria que fundamentan los principios y componentes de
“Fortalecimiento Institucional”, nos ofrece una definición muy acorde y específica:
Aquellas acciones destinadas a apoyar procesos de asimilación y práctica social de valores y
principios inscritos en normas y reglas, formales e informales (instituciones) que rigen el
comportamiento de los agentes y actores sociales (organizaciones) más influyentes para encauzar
el desarrollo, tanto en su propio funcionamiento, de modo que les permita aumentar sus
capacidades organizacionales (estructurales), así como también en sus relaciones cotidianas con el
resto de la sociedad, concebida como aquel conjunto de personas (ciudadanos) sujetos de derechos y
deberes públicos” (Bedoya, 2011).

En este sentido, se pueden deducir dichas premisas en una escala de intervención


más concreta mediante acciones vinculadas al refuerzo de valores, principios,
normas y procedimientos como fundamento de las capacidades del desarrollo.
Todo proyecto para el fortalecimiento institucional debe ser basado en los procesos
y no en sus resultados; debe tenerse en cuenta que el desarrollo institucional no
debe convertirse en un fin en sí mismo, sino en un mecanismo de intervención para
pasar de las concepciones ideales de las instituciones a la realidad de las prácticas
cotidianas, es decir, de manera muy concreta cambiar esas acciones que merman el
acceso de las poblaciones más vulnerables a una mejor calidad de vida, como por
ejemplo no corrupción, no nepotismo, no burocratización de los servicios, no a los
abusos de poder, etcétera. Alternando esa realidad perversa (Bedoya, 2012).
Hasta este momento, no se han abordado los aspectos de “Gerencia Social”
paradigma que también está aún en construcción, y que se interrelaciona de manera
muy estrecha a los proyectos de fortalecimiento institucional: La gerencia social es un
proceso que libera e integra las energías y recursos de la organización social con la finalidad de
sondear las oportunidades, facilitar el cambio, fomentar la innovación y alcanzan la máxima
85
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

eficiencia y eficacia en la resolución de las necesidades sociales. A través de este enfoque se


manifiesta la capacidad para lograr finalmente la excelencia organizacional en las instituciones de
bienestar social, asegurando su proyección en el futuro con espíritu empresarial (Jaramillo, 1994).

La gerencia social es un concepto que se deriva de la gerencia en general


proveniente del mundo empresarial (actores privados), que de ello retoma ciertos
elementos y principios los cuales traslada a la gestión y administración de las
instituciones públicas, es obvio que no de manera directa, mimética y sistemática
sino con una gran dosis de creatividad aplicable al terreno. Para muchos autores, la
gerencia social es un área de oportunidad para las ciencias sociales que trata la alta
dirección de las organizaciones (Evangelista, 2011). Sin embargo, desde la propia
experiencia que se ha tenido de manera operativa dentro de las instituciones, la
óptica da un pequeño giro, que consiste en que la gerencia social no se encuentra
divorciado de los agentes de desarrollo que emergen en las dimensiones más
operativas de las políticas sociales.

La Gerencia Social va actuar en un eje horizontal y estratégico, grupal, fluida y


heterogéneamente, es importante definir que la labor de la “Gerencia Social” se va a
centrar en tres esferas primordiales: la maso gestión, la meso gestión y la micro
gestión. La primera en un nivel de normas de gobernabilidad, la segunda en un nivel
de gestión inter e intra organizacional, y la tercera en un nivel de gestión de las
operaciones al interior de la organización (Mokate y Saavedra, 2006). Se trata de
una mayor apertura a la inclusión de cualquier agente que trabaje dentro de las
políticas sociales, programas o proyectos en todos sus niveles jerárquicos. Como
afirma Kliksberg, se trata de captar y construir un saber gerencial de lo social
apoyados en la ciencia gerencial “global”. Mientras el agente capture este saber, se
considera un gerente social.

Considerar a un agente operativo de un programa social como gerente social, es


decir lejos de ser el que lo dirige, es establecer una analogía válida aceptando el
imperativo gerencial de la complejidad sin olvidar la especificidad de sus acciones en
un espacio público relevante, en el cual también despliega procesos metodológicos,
científicos, políticos, educativos y administrativos propios de la Gerencia Social.
Entonces, es correcto decir que el trabajador social que se encuentra inmerso
dentro de un departamento de la organización (una fracción del todo), también
ejerce Gerencia Social haciendo uso de las herramientas y metodologías que ésta
86
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

ofrece. El trabajador social es un trabajador cultural e intelectual transformativo que


ejerce el liderazgo público, que construye ciudadanía en sus comunidades y
poblaciones que atiende y promueve el desarrollo social integral.

Algunos elementos del perfil de un “gerente social” que ayudarán a encontrar


elementos clave del fortalecimiento institucional son los siguientes:

1. El gerente del sector social, es un gerente de políticas, programas y proyectos


sociales, que debe contar con los conocimientos, herramientas, destrezas y
habilidades políticas y técnicas que le permitan elevar la productividad de los
recursos inteligentes de su organización para mejorar el desempeño de las políticas
que dirige en términos de más y mejores resultados, de un mayor impacto en las
poblaciones meta.

2. El perfil de gerente social debe ser el de un profesional comprometido con la


solución de los problemas, con amplio conocimiento del sector social,
preferiblemente con formación profesional de base en el área de ciencias sociales y
con amplio dominio de las nuevas técnicas del management en general y del
management en particular (Navarro, 2010).

3. Para responder a un ambiente tan complejo y dinámico, el gerente social, debe


conocer y aplicar los nuevos conocimientos organizativos de diseño organizacional
y reingeniería de procesos, así como dominar las técnicas y metodologías de gestión
de proyectos, ya que las organizaciones tienden a gestionarse mediante equipos de
proyectos dirigidos por líderes. Los nuevos gerentes sociales deben desarrollar
capacidades y habilidades de liderazgo y crear condiciones para que en su
organización surjan líderes en todos los niveles organizacionales desde la cima
estratégica hasta el núcleo operativo.

4. El Gerente Social es un actor social que debe considerar el desafío gerencial de


manera sistémica y sinérgica, retomando tanto el encuentro entre la comprensión
teórica y crítica de la realidad y la sistematización e innovación de metodologías
para su transformación, así como la gestión de los diferentes aspectos
administrativos para la inversión en el capital social y la identidad cultural. También
considera habilidades para realizar procesos de investigación, planeación, gestión,
evaluación, concertación, negociación, cooperación y aprendizaje continuo.
87
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

5. El gerente social, debe ligarse inteligentemente con la realidad mediante el


desarrollo del pensamiento estratégico y el dominio de las técnicas de la
planificación y gerencia estratégica.

6. El gerente social no sólo debe aprovechar el potencial de todos los actores


sociales en el desarrollo de las políticas, sino diseñar instrumentos y procedimientos
que le permitan a todos los actores convenirse en sujetos políticos activos en la
definición, gestión y control de las políticas sociales. Muchos de los programas y
proyectos de desarrollo social fracasan por “la incapacidad de reconocer los factores sociales
y de visualizar a las personas como seres que contribuyen a su propio desarrollo”. Este reto
tiene que ver primordialmente en saber ejercer el “empoderamiento social”, ya que el
gerente social como actor con un perfil empático con la comunidad, tratará de
retomar siempre las riquezas, las oportunidades y las potencialidades de la
colectividad, derivado tanto de su propia historia, como de algunas cuestiones de
cultura, sus valores, y su entidad social.

7. El Gerente Social debe crear “valor público” a través de un proceso político, como
elemento central de las organizaciones que promueven el desarrollo en los ámbitos
públicos, que enfatizan trabajar con la multiplicidad de actores que tienen en común
intereses para alcanzar la misión y visión de la entidad, sujeto al carácter y alcance
del mandato organizacional y las dinámicas del entorno (Mokate y Saavedra, 2006).

8. El Gerente social debe actuar bajo un enfoque “Heurístico” (Kliksberg, 1997)


explorar más acerca de la realidad social y la agenda de todos los temas sociales que
requiera, para llevar a cabo una Gerencia Social más científica y eficiente. Por lo
tanto, el gerente social debe estar empapado de las formas de hacer Investigación
como punto de partida para la creación, análisis o incidencia de políticas públicas.

9. El gerente social también es un agente que crea formas de participación social,


(cuyo tema está abierto a profundizar dentro de la Gerencia Social), ya que es un
concepto amplio y complejo que toma en cuenta diversas consideraciones para
crear participación social, como el hecho de que la sociedad es dinámica y no
siempre se va a construir ciudadanía de la misma forma, ni en el mismo contexto de
cultura, valores y cohesión.

88
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

10. El gerente social como actor dotado de los conocimientos teórico–


metodológicos en su actuar profesional, actuará bajo un marco de honestidad y
ética, vista como el compromiso social que existe con los objetivos, misión, visión y
valores tanto de su organización donde opera como de los valores universales.
Asimismo, actuará bajo el concepto de “confianza”, que destaca como “el trabajador
se abre al aprendizaje, se atreve a innovar, acepta cometer errores y confrontar sus ignorancias e
incompetencias” (Echeverría, 2000). De modo que estará en una disposición de
constante aprendizaje.

Elementos que componen la “Guía Práctica” para el Fortalecimiento


Institucional y la Gerencia Social.

Los siguientes son algunos aspectos que deben tenerse siempre en cuenta al trabajar
en proyectos e intervenciones de fortalecimiento institucional, los cuales no deben
trabajarse de manera sistemática o jerárquica como se describen punto por punto,
sino que se presentan para ser combinados, interrelacionados y en diferente orden,
según la óptica de quién los utilice, para los fines qué los utilice, los escenarios en
los que se observa y el contexto en general. Ya que la descripción de éstas
herramientas se presta de tal modo para ser usadas en concretas experiencias
permitiendo valorar la idoneidad en su utilidad.

 Contextualización del entorno donde se trabaja:


¿Cuántas veces el trabajador social se da la oportunidad de realizar diagnóstico
social (en todas las dimensiones que lo integran como tal) por voluntad propia, para
descubrir el perfil y la fisionomía de las poblaciones que atiende la institución donde
labora? La respuesta a esta cuestión varía dependiendo de la ética profesional a la
que se está comprometido. Desafortunadamente, no todos tienen como exigencia
esta actividad en su contrato laboral y/o en sus funciones dentro de las
instituciones, por lo tanto implica un esfuerzo extraordinario personalmente, de
tiempo y de recursos económicos propios. Pero finalmente el no hacerlo afecta
gravemente al gremio y a la cientificidad y profesionalidad del trabajador social para
trascender como disciplina científica reconocida y diferenciada de otras profesiones
de las ciencias sociales. Ningún actor que se encuentra inmerso en los espacios
públicos, de deliberación, o cualquier índole organizativa trabaja en un entorno
cerrado, estático y plano, porque naturalmente, la sociedad es abierta, dinámica y
plural, lo que significa que se juega en un entorno de relaciones profundas, muchas
89
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

veces desconocidas por la oscuridad de sus raíces históricas, culturales y de


diferente cohesión social en cada micro región. Lo que implica la necesidad de un
amplio y exhaustivo conocimiento de la realidad y de la trayectoria de la sociedad
local con la que se interviene, de una altísima capacidad de análisis comparativa con
otras experiencias o con otras regiones y al mismo tiempo con una amable y notable
empatía con la población del lugar (Bedoya, 2012).Esta búsqueda de conocimiento
será de carácter multidimensional. Ya que se pretende sea en dos ejes diferentes: el
primero que se refiere al perfil y la búsqueda de la fisionomía a grandes rasgos de la
población a la que van dirigidos los programas sociales que maneja. Y el segundo
eje que trata de empaparse con la información del marco institucional. En ese
sentido, se deben identificar los procesos previamente que suscriben la intervención
tanto en el ámbito local, estatal y nacional. Identificar institucionalmente la misión,
visión, valores, objetivos, normas, reglas y sus políticas que la rigen, así como todas
las dimensiones de la política social que enmarcan el quehacer de la institución. Y
finalmente la agenda de temas sociales que se relacionan.

 Trato digno:
Una de las premisas que actualmente hace referencia las instituciones
gubernamentales dentro de los estándares de calidad y su fortalecimiento
institucional es “trato digno”, el cual se define como el derecho que tiene todo
usuario a ser tratado como persona; involucra el respeto a su privacidad y el ser
tratado cordialmente por cualquier trabajador de la institución (Sánchez, 2009).
Este principio no es ajeno al Trabajo Social, ya que durante la formación académica
explícitamente es un eje fundamental que se hace siempre hincapié en el recorrido
de aprendizaje en la profesión, además de que las cualidades y aptitudes de empatía,
amabilidad, capacidad de escucha y solidaridad que son propias del trabajador, se
enfrenta a los campos de fuerzas en los que se está inmerso, esto es algo que se va
mermando y que impide llevar a cabo en su plenitud.
Por ello, es necesario retomar como principio básico “el trato digno” al ser humano,
que debe estar fundamentado en el respeto, ver al sujeto en su plenitud como
digno y valioso, que tan sólo por ser humano, tiene inherentemente derechos y que
nuestra profesión por ética tiene la obligación de protegerlos y garantizarlos, pese a
los obstáculos a los que se enfrente y a los dogmas que se tengan que romper con
los diferentes actores y jerarquías involucradas. Este principio se debe enfatizar
con aquellos individuos con los que se interviene que por su situación tengan una
desventaja por el contexto al que pertenecen. Por lo mismo, en la actualidad se
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

habla del trato diferenciado que apunta tratar igual a los iguales y desigual a los
desiguales, esto fundamentado en que los seres humanos por naturaleza somos
entes diferentes.

El principio de “trato digno”, tiene que ver también con evitar juicios y prejuicios a
los individuos en la primera impresión, ya que se trata que desde un inicio en que se
le atiende se corrijan esas desigualdades, por evitar una fractura social, tapando las
brechas de la separación de poderes, jerarquías, clases sociales y régimen de
incompatibilidades, por respeto a las libertades públicas y garantía de derechos
humanos. Éste elemento que pareciera tan simple ejercer, trasciende y provee
viabilidad y sostenibilidad a las políticas sociales en su operación, sobre todo en los
países con mayor población de pobreza y que mayor influencia pueden llegar a tener
para el desarrollo, con una estabilidad política libre de violencia en sus servicios y
cero autocráticos, con una efectividad y control de la corrupción, despotismo,
predictibilidad y abuso de autoridad.

 Oferta de Bienes Intangibles:


Uno de los principales fines de “Fortalecer” las instituciones como estructura que
compone a las sociedades en general es coadyuvar al desarrollo social del país,
apostando por la creación de capital humano. Por eso mismo, abordamos en la
Guía práctica este elemento tan indispensable en la labor del Trabajo Social para el
fortalecimiento institucional. Ofrecer bienes intangibles es dar el “plus” a los
individuos que se atiende pese al gran número de personas que hay por atender y en
tan acortados tiempos, no quedando en la labor de sólo dar “orientaciones
sociales” a los sujetos. Las personas emergen de diferentes contextos o dimensiones
de acuerdo a sus problemas y necesidades: individual, familiar, comunitaria e
institucional. Las tres primeras hacen índole a su contexto social y la última al ente
como usuario de los servicios públicos o privados, por lo tanto presenta dos
realidades. Cuando un sujeto se acerca a una institución y a su departamento de
trabajo social, se deben identificar sus dos realidades, la primera que indica su
problemática personal que tiene mucho antes de acercarse a los servicios o
beneficios que ofrece la institución y la segunda los problemas con los que se
encuentra dentro de la institución, lo que le genera una completa desorientación. En
ese momento el trabajador social ofrece mediatamente una “orientación social” que
consiste en “sólo informaciones” sin saber si a futuro le servirán o lo olvidará. La
creación de capacidades sociales se ha revelado como un espejo para sustentar el
91
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

desarrollo (Bedoya, 2012). Él habla sobre la incidencia en las capacidades


endógenas, que consiste en incidir en el comportamiento de las personas dentro de
las organizaciones y en todos sus niveles de relación con sus propios miembros y
con el resto de la sociedad en general, de modo que puedan articular y proyectar
auto respuestas a sus necesidades gracias a la creación y fomento de capacidades
humanas que mejoran su calidad de vida a un mediano y largo plazo. Tampoco se
trata de limitarse a la adquisición de un nuevo conocimiento teórico, ni se reduce a
un mero entrenamiento práctico, sino que se produzcan efectos de manera integral
para afrontar el cambio, de manera que esos efectos sean acumulables o se generen
en cadena hasta generar impactos directa o indirectamente en la calidad de vida de
las personas en condición de pobreza extrema, bien de generar una mayor igualdad
de oportunidades en el acceso a los servicios públicos esenciales.

Para ofrecer bienes intangibles, como poder ser fomento de valores, desarrollo de
competencias, habilidades para la vida o promoción de las capacidades humanas, el
trabajador social debe siempre buscar la manera más idónea de otorgarlo, incluso si
en determinado momento no es posible por los escenarios que se dibujaron en un
inicio, debe desarrollar el compromiso de dar seguimiento a ciertos grupos
focalizados, o en un momento inmediato escuchar y dar herramientas factibles
donde desarrolle siempre la autogestión en los usuarios, el cual posteriormente
intercambie y replique los conocimientos con otros. Las etapas que podemos
identificar al otorgar bienes intangibles a las personas en torno a la promoción de
capacidades o habilidades para la vida son: 1) observación y reflexión más o menos
analítica, que puede ser una vivencia personal o un problema social; 2) formulación
de hipótesis de trabajo en entornos organizacionales, o planteamientos de solución
en casos personales; 3) aplicación, puesta en marcha de la solución planteada, o
elaboración de un plan de acción en el caso de organizaciones; 4) decisión de llevar
a las últimas consecuencias la decisión inicial renovando y/o cambiando las pautas
iniciales tantas veces como fuera necesario (Bedoya, 2012).

 Dialogar con todos los actores involucrados y negociar con los agentes
que impulsan el desarrollo:
Pudiera pensarse que ese diálogo y negociación debiera reservarse a los actores
gubernamentales o a los altos niveles de las pirámides jerárquicas, pero lo cierto es
que si queremos pasar de los enunciados (visión, misión, objetivos, reglas, normas y
políticas implantados por la institución) a los comportamientos y a las conductas de
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

fortalecimiento institucional deben asumir un desempeño menos mecánico y más


dinámico dentro de todo el contexto y con todos los actores involucrados a las
políticas, programas y proyectos sociales. Se trata de un cambio radical de actitud en
las intervenciones que quieren cambiar una realidad, que debe integrar tanto a los
actores gubernamentales, actores privados, académicos, como a los grupos de la
sociedad civil interesados en el desarrollo social en general. No resulta nada fácil
articular los procesos de comunicación, diálogo y concertación, porque muchas
veces se ve limitado a ciertos actores pero son herramientas básicas propias de
gerencia social que afronta estructuras mentales y que se llevan a cabo en todos los
niveles de las intervenciones, a nivel estratégico, ejecutivo, técnico, que tienen que
ver con ese intercambio de información, documentación, juicios de valor, etcétera.
En definitiva, diálogo y negociación se conciben como la preparación y promoción
del cambio institucional, así como las herramientas necesarias para mejor afrontar
las resistencias al cambio.

 Flexibilidad en las líneas Jerárquicas:


Una situación muy común que se presenta en las organizaciones se refiere a que las
áreas operativas se ven limitadas en ocasiones en la ejecución de ciertas acciones y
toma de decisiones, no porque desconozca la ruta para dar respuestas resolutivas,
sino por aquello del diseño en la injerencia facultativa que tiene cada la jerarquía, ya
que se debe consultar a los superiores que controlan determinados procesos en la
institución, pero qué a su vez impiden minimizar la burocratización de la prestación
de los servicios públicos. Lejos de sugerir sobrepasar las jerarquías o quitar dicho
régimen, ya que es parte inherente de la naturaleza de toda organización, con este
elemento se propone que el trabajador social debe ser capaz de agotar primero
todos sus recursos disponibles para dar respuestas resolutivas a las poblaciones que
atiende, acortando tiempos que generen satisfacción al usuario. Esto se puede lograr
gracias a la construcción de redes y alianzas estratégicas con las jerarquías, la buena
comunicación con otros actores involucrados e incluso con otras instituciones.
Además el trabajador social es el mediador ideal que vertical y naturalmente se
moviliza entre todas las líneas jerárquicas, rescatando aspectos positivos de cada
pirámide organizacional en la que se encuentre.

Otro objetivo que se quiere señalar al puntualizar este elemento se refiere a


fortalecer y fomentar el análisis valorativo por iniciativa del profesional en Trabajo
Social, acerca de los procesos que se llevan a cabo dentro de la institución, observar
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

sí son adecuados para dar respuestas a las necesidades que se presentan a todos los
actores involucrados: no sólo el usuario, sino a integrantes del equipo de trabajo y
entre otros actores externos. Con el fin de incidir desde abajo, ofertando
conocimiento y “sensibilizando” a las altas jerarquías para resaltar aquellos aspectos
positivos, y aquellos otros aspectos no tan positivos, porque ilustran de igual modo
la realidad cotidiana de una intervención para lograr cambios que interesan a todos,
por el compromiso social que se tiene hacia la misión y visión de los programas,
departamentos e instituciones, lográndolo a través de las evaluaciones internas y
haciendo uso de la metodología que ofrece el marco lógico.

De esa manera se vuelve a validar que los actores más operativos también ejercen
“Gerencia Social”, al utilizar herramientas que permiten cambios positivos para la
calidad de los servicios. Porque estos agentes son los que están inmersos
directamente en los procesos operativos y pueden observar fácilmente el impacto
exitoso o no de las políticas sociales. Este conocimiento permitirá también realizar
un análisis progresivo de las debilidades institucionales de un territorio
predeterminado para el desarrollo de un proyecto. Debilidades reconocidas como
falta de institucionalidad en ese territorio. Éste elemento es el complemento de
todos los anteriores en la guía práctica para el fortalecimiento institucional.

 Acondicionamiento del espacio de trabajo:


Hemos señalado en este texto, que en la actualidad dentro de las instituciones
públicas de cualquier índole, la carga de trabajo sobrepasa la oferta de la
organización, por lo que es necesario buscar aquellas estrategias que generen
recortar tiempos innecesarios en el quehacer de nuestras actividades diarias, siendo
la propuesta: Tomar como principio el “Orden”; todo espacio apilado por los
diferentes formatos que se deben utilizar en el quehacer diario y la falta de tiempo
para acomodarlos, crea un bloqueo mental, que ocasiona diversos escenarios: a)
genera en el espacio saturación de papelería innecesaria, esperando encontrar el
momento adecuado para poder retirarlos del escritorio, b) la tensión de no poderlo
hacer lo que genera el estrés y por ende un degaste laboral y c) se pueden perder
documentos, datos e información importante que trae como consecuencia a su vez
más pérdida de tiempo buscarlos o en su defecto volver hacerlos. Por lo que es
básico y de suma ayuda el ejercer un acondicionamiento de espacios de trabajo, que
coadyuvarán a aprovechar también los tiempos como recurso indispensable.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

El trabajador social debe desarrollar “pequeñas acciones” y crear hábitos saludables


y entornos favorables para poder organizar y ordenar pese a las múltiples
actividades en la agenda laboral, pero que permitan tener sólo “lo necesario” para
desempeñar eficazmente cada acción. Dos características importantes como la
disciplina y la constancia deben ser implementadas por el profesional de trabajo
social que le coadyuva a eliminar lo que sea innecesario, excesivo y que no sirva. De
igual manera el poder acondicionar dentro del espacio de trabajo formatos que
continuamente se utilizan y que se deben tener a la mano, evita la generación de
“tiempos muertos”, esto es por el traslado innecesario a otros espacios para
conseguir los insumos. Este elemento de la Guía práctica, por muy sencillo que
parezca contribuye a aquella idea que se tiene de los proyectos que coadyuvan a la
obtención de fortalecimiento institucional donde su logro debe ser basado en la
continuidad y trayectoria de los procesos, se debe en gran medida a la consideración
de un entorno social favorable, a los espacios organizados físicamente, al menos no
adverso en su totalidad a los resultados de las iniciativas de la intervención
planteada, pero el entorno marcará éxito social de los resultados.

Conclusiones: El fortalecimiento institucional va a tener que ver con la idea de


generar procesos, que implican resaltar la dimensión temporal a medio y largo plazo
en la manera de trabajar institucionalmente, es decir trascender en nuestro propio
análisis y en las micro intervenciones, de manera más puntual que contribuyan a
resultados de más largo plazo con carácter instrumental que se inscriba en una
trayectoria de dimensiones sociales mucho más amplias. Siendo las personas nuestra
luz en el camino, para la identificación, formulación y ejecución de las políticas,
programas y proyectos sociales que cooperen con el desarrollo.

Esos resultados se deben identificar en una aproximación del método deductivo, de


los procesos generales que se llevan a cabo en el plano de los altos niveles
jerárquicos a una escala más micro en torno a tres grupos de personas: 1) las que
toman las decisiones en cualquier aspecto de la vida, en relación a comportamientos
sociales 2) las que deben ejecutar esas decisiones en un plano inter personal o social
y 3) y los que asumen o son afectados por esas decisiones de manera directa o
indirecta para generar un consenso social en relación al contenido de esas
decisiones. Finalmente el trabajador social está inmerso en los tres grupos, por lo
que participa pro activamente en todo el proceso de fortalecer y crear cambios en la
realidad de las instituciones. El trabajador social como actor altamente involucrado
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

va a realizar una serie de acciones que implícita o explícitamente pretenden


encontrar la mayor coherencia y armonía posible entre los enunciados planteados y
los hechos para el logro de los objetivos, metas, misión y concretizar visión a través
de un proceso social, educativo, metodológico y administrativo. Procesos que son
propios de la Gerencia Social.

Referencias

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aproximación metodológica al concepto desde la cooperación internacional al desarrollo.
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Bedoya Chocán, E. J., Urgate Ubilla, A. (2012). Experiencias prácticas de fortalecimiento
institucional. H + D, Comunidad de Madrid, España.
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D’Eramo, D.E. (2002). “Gerencia educativa como ámbito de la gerencia social”.
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México, D.F: Red de Investigaciones y Estudios Avanzados en Trabajo
Social, A.C.
Kliksberg, B. (1997). “Hacia una gerencia social eficiente. Algunas cuestiones claves”.
Caracas, Venezuela: en Revista Venezolana de Ciencias Sociales.
Licha, I. (1999). “El Enfoque de la Gerencia Social”. Banco Interamericano de
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(INDES) D.C. Junio 2000.
Licha. I. (Ed). (2002). “Gerencia Social en América Latina. Enfoques y Experiencias
Innovadoras”. Washington, D.C: Banco Interamericano de Desarrollo.
Mokate, K. Y Saavedra, J. J. (2006). “Gerencia Social: Un enfoque Integral para la Gestión
de Políticas y Programas”. Instituto Interamericano para el Desarrollo Social.
Banco Interamericano de Desarrollo Social (INDES).
Sánchez Chiñas, M.E. (2009). “Evaluacion del trato: perspectiva de los usuarios de consulta
externa de especialidades del Hospital General de Zona 11 del IMSS” Xalapa,
Veracruz: Tesis de Maestría en Salud Publica. Universidad Veracruzana.
Definición de guía, Qué es, Significado y Concepto. Disponible en:
http://definicion.de/guia/#ixzz30rf8xtCh
Definición de práctica. Qué es, Significado y Concepto. Diponible
en: http://definicion.de/practica/#ixzz30rhQSBET

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

7.- Gestión del Cambio Institucional.


Ulises Torres Sánchez. Licenciado y Maestro en Trabajo Social por la ENTS-UNAM,
Doctor en Ciencias de la Educación. Es académico de la licenciatura en Trabajo Social en
la ENTS-UNAM, y actualmente es Coordinador de Cooperación Académica en la
Dirección General de Cooperación e Internacionalización de la UNAM.

Introducción

Los profesionales de trabajo social insertos en el mercado laboral, suelen resistirse a


aceptar los cambios dentro de las dependencias porque lo ubican como una forma
agresiva de atentar contra el trabajo que actualmente se desempeña, contra la forma
tradicional de hacer o el rechazo a implementar nuevas metodologías en un mundo
que exige cada vez más a los trabajadores sociales. Este profesionista se enfrenta
cotidianamente a la ejecución directa de nuevos programas y proyectos de los cuales
tienen que reportar resultados casi de manera inmediata sin que nadie los haya
consultado sobre la pertinencia de las estrategias a implementar. Así, la forma de
operar los programas a los cuales hay que dar respuesta carecen de una introyección
por parte del personal y los profesionistas retroceden al preguntarse ¿Cuál es el
objeto de estudio de trabajo social? Este objeto es dinámico y cambiante, se
actualiza conforme cambia la realidad social, nada es permanente, ni las personas, ni
los funcionarios, pacientes, programas y tampoco las instituciones.

El objetivo de este documento entonces es identificar los elementos teóricos en


materia de gestión del cambio para el personal de las instituciones de salud en sus
tres niveles de atención a partir del liderazgo que ejerce el profesionista de Trabajo
Social. Como objetivos específicos se busca profundizar en el concepto, necesidad
y proceso de cambio además de mostrar las diversas etapas del proceso de cambio y
los elementos teóricos en materia de gestión del cambio para las áreas de trabajo
social en las diversas instituciones. Los trabajadores sociales pocas veces son
partícipes durante la etapa de planeación, requieren considerar tres rasgos: 1)
Innovación tecnológica, 2) altos niveles de competencia con otras instituciones
públicas privadas, sociales y de asistencia privada y 3) internacionalización
económica.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

1.- Innovación tecnológica.


Este aspecto se integra con mayor rapidez a la atención médica, por ejemplo; hacer
uso del expediente electrónico, pero no ha sido posible debido a las limitaciones
presupuestales pero sobre todo a la resistencia que presenta el equipo
multidisciplinario; medicina, psicología, enfermería, trabajo social y nutriología. Con
esta herramienta disponible dentro del sistema nacional de salud todo integrante de
este equipo podría ingresar a este expediente para nutrir la información de manera
inmediata y así obtener los datos de un paciente a cualquier hora, en cualquier lugar
y sobre todo al momento de una emergencia. Además se podrían elaborar
estadísticas, dirigir programas específicos a población clave y campañas de salud por
características de: sexo, grupo de edad, área geográfica, padecimiento, enfermedad,
nivel educativo, etc. De manera clara y oportuna se podrían establecer los
parámetros de atención a las personas e incluso llevar a cabo la promoción
adecuada a la población correcta optimizando los recursos técnicos, humanos y
financieros. Los problemas que presentan los usuarios de los servicios de salud son
cambiantes, los propios usuarios de los servicios públicos de salud cuentan cada vez
con mayor información, desean conocerla de manera clara, concreta y sobretodo
breve, desean saberlo en tan solo tres pasos, cada vez más rápido, más preciso, más
sencillo, olvidando un poco que el trabajador social coordina un gran número de
programas.

2.- Altos niveles de competencia con otras instituciones públicas privadas,


sociales y de asistencia privada.
Las instituciones tanto públicas como privadas, sociales y de asistencia cada vez son
más exigentes ya que los usuarios son altamente demandantes, requieren que el
personal se encuentre capacitado para enfrentar las necesidades de la población
demandante, profundizar en el conocimiento de las enfermedades y de la propia
combinación de distintas enfermedades, toda esa información que desean la debe
poseer una sola persona, su forma de prevenirla, diagnosticarla, detectarla,
atenderla y apegarse al tratamiento que se establece desde el equipo
multidisciplinario, lo cual dificulta la intervención profesional.

3.- Internacionalización económica.


El tercer rasgo es la internacionalización económica, hoy se exige una mayor calidad
en la prestación de los servicios de salud para ofrecer a los derechohabientes
atención de calidad, algo que imposibilita dicha calidad es la infraestructura de las
98
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

instituciones y la carencia de sistematización de los procedimientos o procesos que


se ejecutan, ya que no se han desarrollado para garantizar la atención universal. Una
conflicto dentro de los tres niveles es la referencia y contra referencia de pacientes
que podrían establecerse en el expediente clínico, cada institución resolvería los
problemas en el nivel que le corresponde y habría un seguimiento a los mismos,
disminuirían el número de quejas y se elevaría la calidad en el servicio.

En materia de Trabajo Social el área de la salud a diferencia del resto de las áreas de
interacción cuenta con el mejor marco teórico metodológico para su labor,
actualmente ya no es posible trabajar de manera aislada. La función de liderazgo del
trabajador social se concentra en desarrollar habilidades para jugar un papel
fundamentado al operar campañas de salud, además de incluir cada día un mayor
número de programas, procedimientos, contactos y relaciones al interior de las
instituciones, como por ejemplo dirigir un centro de salud, hospital o instituto que
tradicionalmente ha sido por parte del equipo de médico y sueño del trabajador
social para organizar aquello que no comprende cómo se encuentra organizado.

El papel del trabajador social como líder es que todos los empleados puedan
cambiar de manera significativa, de forma gradual pero permanente para influir
entre todos los empleados. El promedio de rotación de un director de un centro de
salud u hospital es de dos años, esta persona al frente de la dirección no termina de
conocer a las personas, cuando de repente continúan de manera inesperada los
cambios, estos afectan a la parte más sensible de la institución: la persona. Así los
equipos cambian, las personas cambian, por su parte el trabajador social tiene
menor rotación al interior de la institución por el tipo de contratación, por lo que
esa es una fortaleza ya que opera el mayor número de programas, posee mucho más
información y conoce los procesos al interior de las instituciones, por ello debiese
de aprovechar ese potencial y generar los cambios, hacer sugerencias y empoderarse
de su espacio. Al dominar los programas se establece un conocimiento de los
mismos, se detectan las incongruencias de los mismos, fortalezas y posibles mejorías
ya que también es el principal responsable hasta donde tenemos entendido y se
prepara dentro de las aulas para evaluarlas.

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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Desarrollo Temático

La gestión del cambio se define como el proceso deliberadamente diseñado para


mitigar los efectos no deseados de este y potencie a su vez las posibilidades de crear
un futuro innovador en la organización que beneficie a sus empleados y produzca
como resultado la efectividad del servicio prestado a sus beneficiarios. En todas las
instituciones de salud nos solicitarán un servicio de calidad y un gran número de
personas atendidas, el tiempo necesario para brindar una atención de calidad para el
cada paciente es de 30 a 45 minutos para entrevistar (Torres, 2013) establecidas
también en las normas oficiales, al momento de aplicar cédulas sociales, registro,
recolectar información y atender a una persona, aunque el tiempo real es de cinco
minutos por las exigencias que se tienen dentro del servicio y que imposibilita en la
mayoría de ocasiones el servicio prestado. ¿Qué requieren las instituciones del
trabajador social?:

a) Mejorar la capacidad competitiva de sus recursos humanos. Actualmente le


piden un mayor número de conocimientos, habilidades, destrezas y actitudes
para dar respuesta a los problemas que se presentan.
b) Mejorar la calidad de los servicios prestados, donde aparecen constantemente
evaluaciones de la calidad del servicio y que el derechohabiente identifique al
trabajador social que le ofrece el servicio.
c) Poder desarrollar el sentido de pertenencia en los empleados. Trabajo Social
no se siente ni parte de los espacios, de los centros, hospitales o institutos
porque no son considerados en los equipos de trabajo lo cual debilita su
identidad al interior de los centros de trabajo.
d) Mejorar la productividad. Actualmente el trabajador social opera un gran
número de programas, tampoco se atreve programar la prevención para la
atención de las personas, poder realizar una programación para atender de
manera preventiva por ejemplo, lunes para adultos mayores, martes para
jóvenes, miércoles para hombres, jueves para mujeres y viernes para niños,
con ellos se garantizan las metas y los programas de actividades y más
productivo o la misma institución demanda la atención de todo aquel que se
presente por urgencia o necesidad, lo cual desdibuja el servicio.
e) Ampliar los servicios. Llegar a una meta, cubrir indicadores, atender
personas, afiliar, orientar, canalizar, ofrecer platicas, todo con relación a los
servicio.
100
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

f) Mejorar los procedimientos. Se solicita un servicio más rápido, reducir la


cantidad de información que se ofrece, modificar los formatos que utiliza,
realizar cédulas, estudios sociales y diagnósticos de forma más efectiva, por
citar algunos de los más importantes.
g) Ampliar la estructura física. Los espacios del hospital, instituciones, oficinas
no son suficientes, por ello es complicado ofrecer los servicios. El 75 por
ciento de los programas que se aplican fracasan porque los recursos no se
aplican para lo que eran y los resultados se diluyen.

¿Cuál es el principal problema al que se enfrenta un trabajador social al momento


del cambio? Todo cambio produce miedo, el cambio de instrumentos; por
ejemplo, un formato que ha sido utilizado por más de 20 años, se llega a omitir que
en todo cambio se gana algo o se pierde otro tanto, el cambio del jefe, cambio de
espacios, la llegada de un nuevo integrante al equipo multidisciplinario sin sentirse
parte de la institución del programa o del proyecto. Las estructuras mentales se
organizan en la medida en que se modifican las situaciones externas, falta hacer un
trabajo programado para mejorar los procesos al interior de las instituciones.

La trasformación del personal sólo es posible a partir de ubicar los índices de


personas que necesitan estar al servicio de las personas, planificar la gestión del
cambio por etapas y por último la gente no se resiste al cambio, se resiste a ser
cambiada, el cambio provoca resistencia cuando se aplica un nuevo programa se
impone pero no se pregunta sobre la forma en que se deba de aplicar, es aquí donde
debe haber acompañamiento, por eso existen tres etapas para gestionar el cambio:

I. Descongelamiento.- a las personas se le otorgan pequeños ejemplos que


den cuenta de los beneficios que puede traer modificar hábitos, formas de
hacer o procedimientos de mejoría en espacios laborales, eso contribuye a
sentirse acompañados en los procesos de modificación, integrar a las
personas del equipo multidisciplinario para su desarrollo y las personas
deben mostrar apertura para que se logre el objetivo.

II. Desajuste.- En esta etapa es inherente el cambio por las modificaciones


que se realizan en las instituciones, lo que se tiene que hacer es adaptarse a
las nuevas modificaciones, jerarquizar los problemas que se presentan al
interior de las áreas de trabajo social, especializar a los recursos humanos
101
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

brindándoles capacitación en las áreas o temas donde se deseen realizar


las adecuaciones o modificaciones. Crear una visión convincente de las
modificaciones acompañado a los recursos humanos, la función es
informar, platicar con las personas e ir insertando poco a poco las
modificaciones a realizar, preguntar las sugerencias para insertarlas y
convencer que el cambio es inherente. Con ello se logra potencializar los
beneficios que traerá para los profesionistas, comunicar la visión
ampliamente de manera oral y escrita, involucrar al equipo en los procesos
retomando sus aportaciones para la mejoría de los mismos. Facultar a los
empleados para que actúen de acuerdo a su visión, capacitar a los recursos
humanos e implementar estrategias para desarrollar los nuevos procesos.

III. Crear una visión convincente.- Los cambios benefician a las personas,
los procesos se modifican y tienen el objetivo de realizar los procesos de
mejor manera más eficaz, el cambio se desarrollará persona a persona,
empezando por los jóvenes, platicar con las personas acerca de los
avances de estas modificaciones y comunicar la visión ampliamente,
mejorar conocimientos, habilidades y aptitudes en el personal
involucrado. Acompañar en la implementación de acciones de cambio a
través de la observación de cada área o zona de trabajo para determinar la
acciones y por último desarrollar las acciones encaminadas al cambio,
ejecutar las estrategias para modificar las existentes, si se logra el objetivo
será el personal o los trabajadores los que realizarán los aportes necesarios
para las modificaciones al trabajo, es aquí donde se institucionaliza el
cambio porque las personas son las creadoras del cambio y realizan los
aportes desde sus espacios y sienten la identidad hacía la institución.

Conclusiones.

El cambio genera miedo, pero se gana siempre algo nuevo, la principal forma de
generar el cambio es informar de manera acompañada a lo largo de todo el proceso,
desde el inicial desconocimiento, después viene la negociación sobre la mejor forma
de planear los procesos y las acciones, así se pasará por el regateo que es la parte de
identificar si funciona o no un nuevo procedimiento al interior de las instituciones;
la etapa de prueba permitirá integrar a las personas y ubicar los beneficios en el
102
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

proceso del cambio, si existen resultados tangibles entonces el recurso humano


toma como aceptación los procesos de cambio y se logra entonces el compromiso
en las personas al momento que lo internaliza, así es como se logra el cambio.

Referencias

Kinksberg B. (1994). Las perspectivas de la gerencia empresarial en los años 90. Buenos
Aires: Editorial Tesis; 1994.

Lussier. N. (2011). Liderazgo desarrollo de habilidades. México.

Pascale R. (1998). Cambo Continuo. FCE. México.

Torres. U. (2013). Responsabilidad Social Universitaria. Tesis de Doctorado. México.

103
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

104
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

8.- Alianzas Estratégicas para el


Desarrollo Social.
Mónica Laura Segura Díaz. Licenciada en Sociología por la FCPyS-UNAM y Maestra
en Trabajo Social por la ENTS-UNAM. Diplomada Iberoamericana en en Trabajo Social
y Fortalecimiento Institucional. Actualmente es académica de la ENTS-UNAM, del
IMPO, Vicepresidenta de la Red de Investigaciones y Estudios Avanzados en Trabajo
Social, RIEATS, A.C. y Coordinadora del Programa de Apoyo a las Culturas Municipales
y Comunitarias de la Ciudad de México, de la Secretaría de Cultura de la CDMX.

A manera de introducción: Algunas reflexiones acerca de la cuestión social

El presente trabajo presenta una breve revisión acerca de la importancia de las


Alianzas Estratégicas para el Desarrollo Social en un contexto donde podemos ver
claramente, que la distribución inequitativa de la riqueza ha profundizado la brecha
entre ricos y pobres, haciendo más latente el problema de la desigualdad social.
Esto puede constatarse, al observar algunos datos referentes al número de personas
en situación de pobreza que hay en México, presentados por el Consejo Nacional
de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (CONEVAL), pues vemos como
las cifras lejos de disminuir, aumentan.

Para clarificar lo anterior, se destacan los datos de 2008 a 2016, en los cuales se
refleja dicho incremento, ya que en el año 2008 se contaban 49.5 millones de
personas en situación de pobreza, aumentado a 52.8 millones en 2010, 53.3 millones
en 2012, 55.3 millones en 2014, la cifra más alta que menciona el CONEVAL,
mismo que hace una proyección en 2016 de 53.4 millones de personas en situación
de pobreza. Dichos datos ponen de manifiesto las condiciones de desigualdad y
desventaja social en las que se encuentra gran parte de la población del país. 5
Por otra parte, según datos de la Organización para la Cooperación y Desarrollo
Económicos (OCDE) presentados a través de su estudio “Todos a bordo: haciendo

5
Debemos considerar que las cifras mencionadas son determinadas de acuerdo a la Ley General de Desarrollo
Social, que establece las siguientes dimensiones para la medición de la pobreza: Ingreso corriente per cápita,
rezago educativo promedio en el hogar, acceso a servicios de salud, acceso a seguridad social, calidad y espacios
de la vivienda, acceso a servicios básicos en la vivienda, acceso a la alimentación, y grado de cohesión social. Sin
embargo, sí se revisan otras fuentes de medición se puede observar un incremento en el número de personas
en condiciones de pobreza.
105
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

el crecimiento incluyente” México es el país miembro de dicho organismo con más


población trabajadora en condición de pobreza, es decir que aunque trabajan son
pobres, lo cual representa un problema de desigualdad, que de acuerdo con dicho
informe (OCDE, 2013) se encuentra en el nivel más alto en décadas, lo cual debilita
el crecimiento económico y el bienestar, especificando que en nuestro país el 10 %
de las personas más ricas ganan 27 veces más que el 10% más pobre.

Si a lo anterior le agregamos datos referentes al poder adquisitivo de las familias


mexicanas, presentados por el Centro de Análisis Multidisciplinario (CAM) de la
Universidad Nacional Autónoma de México, a través del reporte de investigación
116 (2014), del salario mínimo: El salario mínimo general para 2014 es de $ 67.29 pesos,
sin embargo el ingreso que se requiere para adquirir solamente los alimentos nutricionalmente
recomendados -y que constituyen la Canasta Alimentaria Recomendable- para una familia tendría
que ser de $184.96 pesos por día, por tanto, habría que aumentar $117.67 pesos al salario
mínimo diario.

Es muy claro, el salario mínimo actual refleja la caída del poder adquisitivo de las
familias mexicanas. Eso, sin mencionar aquellas personas que conforman la
Población Económicamente Activa y que se encuentran en la economía informal o
el subempleo, sin ninguna garantía de seguridad social o laboral y peor aún, aquellos
que no cuentan con algún tipo de empleo o subempleo.

Dicha desigualdad social presentada a través de datos cuantitativos, también puede


observarse en la vida cotidiana en todos los sectores de la sociedad, pues crece la
demanda a la vez que disminuye la oferta, generando diversas problemáticas que
permean la interacción social entre los distintos actores. En ese sentido, la
situación económica, política, social y cultural, en nuestro país obliga a la reflexión
respecto a la responsabilidad como profesionales y como seres humanos
interesados en disminuir la pobreza y desigualdad social, para generar acciones y
crear sinergias que propicien cambios orientados hacia la construcción de
alternativas para el desarrollo.

Para lograr lo anterior, es necesario tener claro, dónde nos encontramos situados,
cómo llegamos ahí y cómo pretendemos encontrar otra salida; es un ejercicio de
tener en cuenta el presente y el pasado para proyectar alternativas de futuro. En ese
sentido, hablar de desarrollo social, implica necesariamente hacer una revisión
106
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

acerca de la forma en la cual el Estado ha atendido lo social, hacer esto implica un


trabajo exhaustivo de investigación, pues no sólo se trata de la política social, esto
tiene que ver con toda la política pública implementada, pues sabemos que ésta
conforma un marco de referencia en el cual se encuentran las bases de la política
social así como las directrices de la política económica.

En otras palabras, es sabido que la política económica tiene un impacto


determinante en el tipo de política social que se implementa en el país. Por lo que,
no podemos separar una de la otra, sin embargo para efectos de este trabajo
únicamente se menciona para tenerse en cuenta, pues implica un trabajo profundo.
De ahí, que esta presentación se realiza en tres momentos; en el primero se
mencionan brevemente los principales instrumentos de la política social en el marco
del modelo de desarrollo neoliberal, a fin de contextualizar las Alianzas Estratégicas
como instrumentos alternativos para el Desarrollo Social. Lo anterior, nos da la
pauta para presentar el segundo momento, dando cuenta brevemente de los
aspectos más relevantes a través, de la respuesta específica de las siguientes
interrogantes: ¿Qué son las Alianzas Estratégicas? ¿Quién las integra? ¿Cuáles son
los rasgos característicos? y ¿Qué requieren? Y en un tercer momento, ya se
presenta una breve reflexión acerca de la importancia de la búsqueda de alternativas
para el desarrollo social, desde la perspectiva de construcción de una política social
alternativa, que implique además la inclusión de las personas a las cuales se pretende
beneficiar, no sólo como receptores sino como participantes activos en la toma de
decisiones, lo cual nos va implicar un cambio de paradigma, y se pugne por el
reconocimiento del valor del conocimiento de las personas como sujetos de
derecho y actores determinantes del éxito o fracaso de cualquier iniciativa social.
Finalmente, se concluye con algunos puntos a considerar para llevar a cabo una
Alianza Estratégica como una herramienta alternativa para el desarrollo social,
considerando que para trabajar el tema social, se requiere entender que la realidad
social no es estática, por lo que el trabajo ahí no se termina, por esto la importancia
de considerar la evaluación como aspecto fundamental para re-direccionar las
políticas públicas y/o las practicas institucionales, según sea el caso.

La Política Social en el Modelo de Desarrollo Neoliberal

La mayor parte de los estudios respecto a la política social, parten de la distinción


entre dos paradigmas con diferentes modalidades e instrumentos que determinan la
107
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

forma en que el Estado atiende o no lo social, por lo que uno de los paradigmas es
el que hace referencia a la etapa de sustitución de importaciones, mientras que el
otro refiere al modelo económico neoliberal. Al respecto, Ocampo (2008) hace la
distinción entre estas dos concepciones de las políticas sociales, destacando que
mientras la política social que pondera la participación del mercado ha servido
como base fundamental para la reforma de la política social en las últimas décadas;
al poner énfasis en la focalización de los subsidios del Estado hacia los sectores más
pobres y al diseño de esquemas público-privados, encontraremos en contraposición
la defensa por la necesidad de cimentar firmemente la política social sobre diversos
principios, entre los que destacan los de universalidad y solidaridad.

Esta última concepción recupera las raíces sobre las cuales se desarrolló la política social en
la posguerra -y en algunos casos desde antes-, política que, sin embargo, tuvo un avance
limitado en América Latina, debido fundamentalmente al alcance restringido del empleo
formal al cual se asoció su desarrollo. (37)

De tal modo, el alcance de la seguridad social tanto en materia de pensiones, como


de salud, estuvo limitado por el empleo asalariado formal, por lo que se propició un
Estado de bienestar con segmentación en los beneficios, manifestado en un avance
parcial de la política social, pues de esa forma los beneficios únicamente se dirigían
a sectores con ingresos medios de la población, dejando al margen a la población
que no contase con empleo formal. De ahí que, se pueda decir que pese a que en el
Estado de bienestar gracias a la aplicación de políticas económicas cuya
intervención estatal (vía acciones redistributivas) se compensaban los desequilibrios
sociales originados por la modernización capitalista, -centralizando para ello la
política social como una expresión materializada, destinada a garantizar los derechos
sociales-, aun así, las políticas sociales no fueron equitativas para todos los sectores
de la población.

Pues, a pesar de que se dio un crecimiento de las instituciones destinadas para el


bienestar social, éstas no fueron suficientes para brindar cobertura a toda la
población, ya que además de que la atención se otorgaba únicamente a las personas
vinculadas con el empleo formal y el crecimiento demográfico, Warman (1994)
rebasó la capacidad institucional ocasionando que el acceso se volviera cada vez más
selectivo y diferenciado en la práctica. Desde esta postura, Ocampo (2008) hace
mención a la trasformación de la política social pasando de un modelo
108
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

principalmente redistributivo a un modelo focalizador, lo cual se atribuye al impacto


que tuvieron las reformas económicas de los años ochenta y noventa en los países
de América Latina, mismas que respondieron a la influencia del Banco Mundial, en
el marco de la penuria fiscal que se desató con la crisis de la deuda, y que
condujeron a una visión alternativa cimentada en tres instrumentos básicos: la
focalización, la participación privada apoyada con subsidios a la demanda y
descentralización.

Las diferencias sustanciales de estos paradigmas son muy claras, en tanto la


participación del Estado en la definición de las políticas públicas fue muy distinta,
pues mientras en el paradigma dominante o de sustitución de importaciones, se
mostró un monopolio estatal en tanto era el Estado el encargado de diseñar,
financiar, implementar, y controlar toda la política social, desde una lógica
centralista, universalista y de subsidio a la oferta.

Por el contrario, en el paradigma emergente o neoliberal, se da una reducción de los


recursos destinados a los programas sociales, mostrando como principales criterios
económicos: alcanzar y/o respetar los equilibrios macroeconómicos, reducir la tasa
de inflación, retirar al Estado de ciertas áreas, bajo la premisa de que serían más
eficientes los actores privados, además de que con el aumento de las exportaciones,
se lograría un motor de crecimiento de estas economías en el mercado
internacional, para lo cual era necesario elevar la competitividad de los productores
nacionales, incluso eliminando la protección arancelaria, modernizar el aparato
público, para que los recursos sobre todo financieros fuesen usados de un modo
más eficiente, con lo que se facilitaría el logro de sus objetivos.

Vemos como, en el modelo neoliberal se da un subsidio a la demanda a través de la


focalización de las políticas sociales, por lo que es claro el adelgazamiento del
Estado con lo cual comienza a otorgarle gran fuerza al mercado. Ahora bien,
respecto a los instrumentos de la política social implementados en el modelo del
Estado neoliberal, pueden agruparse a través de los siguientes conceptos: Sottoli
(2000), compensación, entendida como la acción de introducir medidas destinadas a
amortiguar los costos sociales y políticos de los programas de ajuste estructural;
selectividad y focalización, por lo que no pretenden aportar de manera universal y
homogénea servicios y beneficios; asimismo, buscan concentrarlos en grupos
previamente definidos, priorizando el combate a la pobreza; privatización de los
109
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

servicios sociales y descentralización (o ambas) mediante la transferencia total o


parcial de las tareas sociales estatales a actores privados o estatales regionales y
locales. Desde ahí, la política social, se caracteriza por modelos estratificados y
excluyentes que priorizan grupos específicos de la población, con acciones
asistencialistas y fragmentadas, en concordancia con los criterios de racionalidad
económica, competencia y eficacia.

En suma, vemos como la selectividad, descentralización, compensación social y


fondos de inversión social, constituyen algunos de los ejes rectores de la política
social implementada en el modelo de desarrollo neoliberal, lo que se traduce en la
determinación de cuál será la población a la que serán dirigidas las políticas de
asistencia social y el tiempo en el que se brindará la asistencia. Lo anterior,
necesariamente excluye al resto de la población pues, la selectividad (Almeida,
2002) buscaba la implementación de estrategias de discriminación positiva para los
más pobres, de tal manera que los recursos se concentraran en los más necesitados.
La descentralización, fue también una herramienta utilizada bajo el supuesto de
impulsar la eficiencia de la política social, en tanto el traspaso de atribuciones y
responsabilidades a otros actores sociales, tal es el caso de la iniciativa privada, que
mediante las empresas particulares brindara servicios públicos. Y la compensación
social como instrumento de la política social en el modelo de desarrollo neoliberal,
refiere a la manifestación de acciones gubernamentales caracterizadas por la
focalización, es decir, por la selección de grupos a los cuales serán dirigidos los
beneficios, en modalidad de combate a la pobreza. Con lo cual, se asiste a la
población en condiciones de pobreza en elementos básicos, principalmente en lo
referente a la alimentación, vivienda, educación y salud.

En ese caso, se encuentran diversos programas de política social implementados de


acuerdo a cada periodo administrativo que prioriza temáticas e instrumentos de
acuerdo a cada orientación ideológica-política.6 Otro de los instrumentos
implementados a partir de la política social en el modelo de desarrollo neoliberal,
son los denominados Fondos de Inversión Social, los cuales hacen referencia
principalmente a la obtención de financiamiento externo para pequeños proyectos

6
Damián (2011) menciona al Programa Nacional de Solidaridad PRONASOL (1988-1994) como el
primer programa representante de dicha transformación, pues dio paso a los primeros programas de
lucha contra la pobreza. Siguiendo con la misma perspectiva, en posteriores administraciones; el
Programa de Educación, Salud y Alimentación PROGRESA (1994-2000) y OPORTUNIDADES (2000-
2006 y 2006-2012).
110
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

implementados en zonas de alta marginación o pobreza. El modelo original de


fondo de inversión social FIS (Siri,2003) fue iniciado en Bolivia en 1986,
replicándose en América Latina en la década de los noventa, con la asistencia
financiera del Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM) y
un conjunto de países donantes (Pilotti, 2001). Dicha iniciativa surge como
respuesta de emergencia ante la creciente pobreza provocada por la crisis
económica, así como por las políticas de ajuste estructural implementadas.

Bajo esa perspectiva, los FIS son definidos como mecanismos de financiamiento
para realizar inversiones públicas en proyectos pequeños identificados, solicitados y
ejecutados, parcial o totalmente, por grupos locales en situación de pobreza.
Dichos mecanismos cuentan con la participación de distintos actores para su
implementación, tal es el caso de las comunidades, gobiernos locales y diferentes
Organizaciones de la Sociedad Civil.

Los FIS no responden necesariamente a políticas para combatir los aspectos estructurales
de la pobreza, siendo más bien instrumentos para aliviar el impacto social negativo del
ajuste macroeconómico. En general, la mayoría de los FIS fueron creados por los gobiernos
nacionales, en colaboración con donantes bilaterales y multilaterales, bajo condiciones de
emergencia económica, y con la finalidad de atender a las poblaciones vulnerables en forma
rápida y eficiente. (Ibíd, 2001: 8)

Los FIS desarrollan relaciones de trabajo entre gobiernos locales, comunales y


organizaciones de la sociedad civil, al participar tanto en la identificación, ejecución
y mantenimiento de los proyectos. Este tipo de instrumento de política social,
responde a la demanda en el marco de esquemas institucionalizados de protección
social, que pueden ser ejecutados por el Estado, por el mercado o por las
organizaciones de la sociedad civil, según sea el caso. De acuerdo con Pilotti (2001)
los FIS pueden manifestarse en las siguientes acciones formales:

 Servicios sociales públicos; ofrecidos por organismos estatales actuando


solos o en combinación con acciones del sector privado, en temas de:
Educación, Salud, Fondos de Seguro, Retiro y Pensiones.
 Servicios de crédito de intermediarios financieros para pequeños
productores: la banca y los seguros.

111
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

 Servicios de seguridad social ofrecidos por el sector privado ofrecidos a


través del mercado, tales como los fondos privados de pensión y los
seguros privados de salud.
 Los programas de asistencia social mixtos que incluyen acciones tales
como programas de nutrición escolar, subsidios alimenticios, construcción
de infraestructura social y económica, programas de capacitación,
programas de apoyo a la mujer, transferencias de dinero, programas de
empleo de emergencia, micro financiamiento, y programas de pequeños
proyectos productivos.

Desde esta perspectiva, los FIS pueden denotar la participación de actores


nacionales e internacionales, con una fuerte participación gubernamental, sin
embargo, es en este punto donde me parece relevante mencionar la importancia de
introducir una perspectiva de FIS que se implemente desde lo local con actores
locales, donde no necesariamente sea el sector gubernamental el que detone dichos
fondos, sino los propios grupos locales organizados. Bajo el supuesto, que los
FIS tienen el propósito de ayudar a las personas en situación de pobreza mediante
proyectos productivos, creación de infraestructura, creación de empleos y
reactivación de la economía en lugares con alto índice de personas en situación de
pobreza y alta marginalidad.

En ese sentido, Guevara (2008) destaca dentro de los aspectos más importantes:
La participación de los beneficiarios en la toma de decisiones durante todas las etapas del
proyecto constituye un importante factor en la ejecución y sostenibilidad de proyectos de
desarrollo en pequeña escala. Cuando los beneficiarios contraen compromisos a partir de
la identificación del proyecto y participan en la toma de decisiones, es más probable que los
proyectos se asemejen a lo que ellos quieren y a lo que están dispuestos a mantener. Sin
embargo, para incrementar la participación de los beneficiarios en proyectos financiados
por los fondos es importante ajustarlos a las necesidades de los beneficiarios.

Así, que se reconoce la importancia de incluir la participación de los beneficiarios en


todo el proyecto, ya que en la medida que se logren las sinergias se obtendrán
mejores resultados. Y de este modo, los FIS van a constituir un instrumento de
política social mediante la cual se facilita la participación de otros actores sociales
para su implementación, pues la iniciativa puede ser por la vía gubernamental,
empresarial o civil, con la aportación financiera de recursos internacionales.
112
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Bajo esa perspectiva podemos concluir que en el Estado de Neoliberal, la política


social se transforma básicamente a partir del abandono del Estado en diversas áreas
en materia de lo social, resultado de la propuesta de adelgazamiento y ajuste del
Estado donde el acento se coloca en el incremento del mercado, dando paso a la
privatización de programas sociales, a la aparición de programas de carácter
compensatorio y asistencialistas, en la modalidad de combate a la pobreza e
inversión social, destinando los recursos y apoyos a los grupos vulnerables, con
criterios de focalización y racionalización.

Además de incluir, la participación de las organizaciones de la sociedad civil como


un actor importante para la implementación de la política social, estipulado desde el
Plan Nacional de Desarrollo del Gobierno de la República como documento rector
de las políticas públicas, a través del cual se establece la directriz de la política social
incluyendo la corresponsabilidad entre sociedad y gobierno, así como la
participación de las organizaciones de la sociedad civil en el eje rector de la política
social.
La corresponsabilidad entre sociedad y gobierno es un mecanismo indispensable para
mejorar las condiciones de vida de quienes se encuentran en situación de pobreza. La
participación de las organizaciones de la sociedad civil permite que sean los propios
ciudadanos y las mismas comunidades las que decidan qué hacer, cómo y cuándo, a través
de la conformación de asociaciones y redes sociales fundadas en la confianza y la
cooperación, elementos esenciales para un desarrollo sustentable, social y humano (PND
2007-2012, Eje 3.1).

De tal manera, se establece la directriz normativa, programática e institucional de la


política social, implementada en el marco del modelo de desarrollo neoliberal, con
el objetivo de combatir la pobreza, además de cumplir con los requerimientos
estipulados por los organismos internacionales para la obtención de financiamiento
para los Fondos de Inversión Social.

Así, los instrumentos de política social mencionados se encuentran enmarcados en


un modelo de desarrollo específico, y representan la forma en la cual el Estado hace
frente al problema de la pobreza y desigualdad social. Donde, salta a la vista la
desvinculación que ha existido entre la política social y la política económica de
nuestro país, al ponderarse el crecimiento frente al desarrollo social, situación que
ha traído graves consecuencias en detrimento de un gran porcentaje de la población.
113
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Pese a ello, es importante tener en cuenta que se puede construir otro tipo de
políticas sociales, considerando el contexto para su creación, así como el
reconocimiento de la importancia de la participación de los actores a quienes va
dirigida la acción y esas iniciativas pueden ser generadas por los distintos actores de
la sociedad.

Con todo lo anterior, se brinda un marco de referencia para poder introducir el


tema de las Alianzas Estratégicas para el Desarrollo Social, como una herramienta
alternativa para contrarrestar las condiciones de desigualdad y pobreza en las cuales
se encuentra inmersa más de la mitad de la población de nuestro país.

De las Alianzas Estratégicas para el Desarrollo Social.

¿A qué nos referimos cuando hablamos de Alianzas Estratégicas?: A una


asociación entre dos o más actores que unen experiencias, recursos materiales,
técnicos, financieros y humanos; entre otros, con el objetivo de propiciar el
desarrollo a través de alguna actividad específica. Se valen de la creación de
sinergias de grupo para generar opciones estratégicas para el desarrollo, por lo que
requieren de la participación de distintos actores con un interés común.

¿Cuáles son los rasgos característicos de las AE?

114
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Las AE requieren principalmente de seis elementos interrelacionados, para llevarse a


cabo en el mejor de los términos:

1. La visión integral, que implica comprender la complejidad de lo social


2. La construcción de liderazgos, que implica partir de un paradigma en el cual
se pondera el trabajo con los otros, por lo que la relación con los actores
sociales involucrados debe darse de manera horizontal.
3. Trabajo en equipo con perspectiva transdiciplinar, lo cual nos coloca en la
posición de construcción de conocimiento, a través del trabajo colegiado
entre distintas disciplinas con el fin de obtener mejores resultados.
4. La proyección de largo plazo, que implica una mirada estratégica en la
planeación.
5. La adaptabilidad, reconociendo que el realizar prácticas específicas para el
desarrollo social, no es cosa sencilla pues lo social no está dado de una vez y
para siempre, debe tomarse en cuenta la especificidad de cada problemática
social, así como de los actores sociales inmersos en dicha problemática, lo
cual se vuelve sumamente relevante para considerar en el desarrollo de los
objetivos de las AE
6. La cooperación, reconociendo la importancia de tomar en cuenta no sólo la
actuación de diversos actores sociales que por su naturaleza puedan
coadyuvar en el desarrollo estrategias para el desarrollo social, sino también
se deben considerar las voces de los actores sociales a quienes pretenden
orientar sus prácticas, a fin de obtener resultados positivos. Es decir, en las
AE la importancia de la participación de todos los actores es fundamental
para garantizar su éxito en la búsqueda de alternativas para el desarrollo
social.

115
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

¿Quién integra las AA? Las AE, pueden ser conformadas por cualquiera de los
siguientes actores sociales:

Es importante destacar que para desarrollar una AE, se pueden incluir dos o más de
los actores sociales mencionados; dicha elección dependerá de la naturaleza y
objetivo de la alianza que se proponga.

¿Qué requieren las AE?


 Participación de los actores sociales involucrados, a través de modelos de
gestión con perspectiva de inclusión.
 Espacio de concertación en el que participen los actores involucrados
 Creación de redes

Entonces, debemos considerar a las AE, como iniciativas conjuntas y coordinadas


entre los actores gubernamentales, privados, académicos y civiles, en los que cada
uno contribuye con recursos esenciales (financieros, humanos, técnicos,
informativos y políticos) y participa en el proceso de toma de decisión, optimizando
los recursos.

Hacia la construcción de una política social alternativa

Para un adecuado funcionamiento de las AE, se requiere considerar además de los


rasgos característicos mencionados anteriormente, la participación activa de todos
116
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

los actores sociales, tanto en la elaboración de los proyectos como en la evaluación


de los mismos, a fin de mejorar las prácticas. Esto es, la participación y
corresponsabilidad, que implican un proceso de construcción de ciudadanía,
búsqueda de alternativas, sujetos de derechos, y participación de los distintos
actores. Por lo que dentro de los retos de las AE, encontramos en primera instancia,
la necesidad de re-direccionar las políticas públicas y/o institucionales, enfatizando
la necesidad de incluir en la elaboración de las políticas sociales (planes, programas
y/o proyectos) las voces de las personas a quienes se dirige la política social o bien
la política institucional, según sea el caso.

Por lo que, se requiere del fomento de la participación ciudadana, a través de la


interacción del gobierno con la ciudadanía, lo cual necesariamente se vincula con la
necesidad de generar un proceso de construcción de ciudadanía, a fin de generar un
cambio en la relación entre gobernantes y gobernados, donde los sujetos pasivos
pasen a ser sujetos activos en la toma de decisiones.

A partir de lo anterior, se podrán generar iniciativas donde la participación y la


corresponsabilidad formen parte esencial tanto para el diseño como para la
implementación. Pues, la corresponsabilidad entre los distintos actores sociales,
requiere un proceso de construcción de ciudadanía consiente de constituirse como
sujetos de derechos y obligaciones. Desde ahí, se considera fundamental la
corresponsabilidad de los distintos actores sociales para la búsqueda de soluciones a
problemáticas específicas de acuerdo las particularidades de cada contexto. Lo cual
no quiere decir que el Estado no tenga responsabilidades, ni que se pierda de vista
que las problemáticas de orden estructural, hacen más compleja la intervención,
sino que es importante no permanecer inmóvil esperando las soluciones desde
arriba, ante la situación actual de nuestro país, es menester que se busquen
alternativas para coadyuvar en los temas que afectan a los distintos actores sociales.
De tal modo que en la alianza estratégica se debe incluir a todos los involucrados,
desde una perspectiva de democracia participativa.

Algunos puntos a considerar para llevar a cabo una Alianza Estratégica para
el Desarrollo Social.

Si bien, las AE están constituidas por la articulación de distintos actores para la


incidencia en el diseño e implementación de políticas públicas y/o institucionales, a
117
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

través de la realización de planes y/o proyectos que coadyuven a la solución de


problemáticas sociales. Éstas, requieren considerar los siguientes puntos para su
adecuada implementación:

 Considerar las Alianzas Estratégicas como herramientas alternativas para el


desarrollo social.
 Identificar oportunidades para la alianza.
 Participación de dos o más actores sociales, con un fin común.
 La iniciativa para la creación de la AE puede ser de cualquier actor social
(público, privado, organización de la sociedad civil, academia)
 Formular e implementar las estrategias ubicando el contexto histórico,
político, social y cultural.
 Autonomía de los actores involucrados.
 Trabajo coordinado, interinstitucional e interdisciplinario.
 Trabajar en la reducción de las posibles asimetrías entre los actores.
 Búsqueda de consensos para lograr impacto a mediano y largo plazo.
 Utilización y potenciación de los recursos endógenos.
 Evaluación constante de la práctica, para posibles adecuaciones.

Estos puntos mencionados, son algunas sugerencias para lograr una adecuada AE,
partiendo de la perspectiva que la unión hace la fuerza, pues compartir objetivos
para apuntar hacia el desarrollo social, obliga a generar estrategias en coordinación
con otros actores para lograr mejores resultados en el desarrollo de proyectos
multidisciplinarios, interdisciplinarios e interinstitucionales, con el objetivo de
generar sinergias a nivel regional, nacional e internacional, con el fin de coadyuvar al
desarrollo social. En ese sentido, nuestra participación como profesionales en el
ámbito de lo social puede ser desde la incidencia en política pública a nivel local,
como organizaciones de la sociedad civil o bien, desde la práctica institucional, la
cual también puede valerse de AE, para hacer más eficiente los servicios, para
ampliar cobertura, o para ofrecer alternativas a los distintos actores sociales.

Referencias

Coneval (2016) Datos pobreza en México. En Coneval. En Línea. Recuperado el


día 8 de abril 2018 de:
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Warman, A. (1994). La política social en México 1989-1994. (1ra. ed.) México: Fondo
de Cultura Económica.

119
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

120
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

9.- Procuración de Fondos para


Proyectos e Instituciones Sociales.

Claudia Isabel Achell Santoyo. Licenciada en Relaciones Internacionales por la FCPyS-


UNAM. Diplomada en Administración de Instituciones de Asistencia Privada por la
Universidad Anáhuac; en Fortalecimiento Institucional de las Organizaciones de la
Sociedad Civil por el Instituto Mora y el Instituto Nacional de Desarrollo Social; y en
Gestión del Patrimonio Cultural por la Universidad Iberoamericana. Fue Directora
Ejecutiva de la Fundación Pro Zona Mazahua y actualmente es Coordinadora de
Responsabilidad Social de la Fundación CIE.

Introducción
La Procuración de Fondos para instituciones y proyectos sociales es una función
intrínseca dentro del ciclo de planeación. Se trata de obtener los recursos necesarios
para que las actividades planeadas puedan llevarse a cabo, de tal manera que la
edificación de alianzas para el desarrollo se convierte en un medio para la obtención
de recursos, así como un fin para la articulación de acciones a largo plazo. En
México tanto la obtención de financiamiento, como la asignación del mismo se
encuentran en una etapa de maduración en la que los procedimientos comienzan a
institucionalizarse hacia la consolidación de modelos de gestión con elementos de
mayor objetividad para lograr un mayor impacto social. De tal manera que los
gobiernos, las empresas, las fundaciones internacionales, y el ciudadano de a pie,
ante una importante demanda de recursos para la implementación de proyectos
sociales, comienzan a generar más y mayores mecanismos para poder tomar la
decisión final de elegir a la instancia apoyada. Exigiendo un riguroso orden
institucional para poder efectuar cualquier proyecto social.

Este artículo trata de desarrollar algunas ideas sobre la situación actual del tema,
para dar paso a algunas reflexiones las mejores estrategias para su realización.
Finalmente, para ilustrar el flujo de diagrama de este proceso retoma de diversos
autores el Circulo Virtuoso de la Procuración de Fondos, en el que por medio de
sus siete momentos se trata de incluir consejos prácticos durante nuestro esfuerzo
de la obtención de recursos.

121
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

1.- Desarrollo del tema


Las instituciones, las organizaciones de la sociedad civil, los colectivos, las
cooperativas, cualquier núcleo de personas que tiene la finalidad poner en marcha
algún proyecto social, sin importar la magnitud del mismo, siempre, llegará en
algún momento en el que habrá de referirse a la necesidad de tener fondos para
poder llevarlo a cabo.

Es innegable el rol que ha venido teniendo la ciudadanía para la solución de los


problemas en los distintos ámbitos hasta cubrir la integralidad de la vida
comunitaria, espacios en lo cultural, asistencial, ecológico, cívico, económico, etc.
De este modo es que se hace vigente la idea de que un proyecto social no se define
por la presencia o ausencia de inversión, sino por ser una unidad organizada de
gestión que busca solucionar un problema determinado Cohen, E. y Martínez, R.
(2005: 6), es decir que en la práctica social existe un sin número de proyectos
formulados con la participación de diversos actores, más allá del Estado, que
proponen soluciones a las problemáticas comunes, pero que requieren
financiamiento, lo que inevitablemente nos conducirá a una búsqueda del mismo.

Así que esta “pesquisa de recursos” es una actividad taxativa del ciclo de los
proyectos sociales, la cual se sugiere realizar con ciertos instrumentos y técnicas que
permitirán la puesta en marcha del mismo. Siempre es difícil iniciar, pero hay que
hacerlo. Muchas instituciones comienzan sin conocimiento de alguna técnica o
método, pero en el camino, conforme a la madurez institucional que van teniendo,
sin duda, han obtenido mayores elementos para poder consolidar una estrategia que
les da sustentabilidad en el tiempo y la contundencia en su actuar. Existe abundante
literatura para poder consultar los cómos, los secretos, los tips, y las técnicas, para
la obtención de recursos para los proyectos sociales, sin embrago, la práctica es lo
que nos dará las pautas particulares de la estrategia que cada proyecto e institución
necesita. Los referentes más citados en las guías, o artículos son de origen
estadounidense, pues se liga directamente con la “tradición filantrópica” o de la
cultura de la donación de este país, en donde si bien es cierto que se ubican las
grandes fortunas destinadas para causas sociales, también evidencia que le modelo
económico es ineficiente para poder generar bienestar en su población, pues por
ello existen proyectos sociales privados, que desde luego facilitan la cohesión social
e intervención que se requiere para mantener el statu quo.

122
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

De tal manera que, observamos por un lado, la concentración de los grandes


capitales en unas manos y por otro el destino de grandes porcentajes de éstos a
causas sociales, realizadas de manera institucionalizada que se dice que conforman
el “mercado de los donantes”, teniendo sus reglas del juego. Así que a nivel
mundial encontramos el caso más representativo de este esquema: la Fundación
Bill & Melinda Gates, que en el año 2010 destinó 1, 646, 624,977 dólares en
ayuda internacional para apoyar 553 iniciativas Foundation Center (2012:3).

Es muy tentador pensar en una cantidad de dinero como esta fortuna para llevar a
cabo acciones de desarrollo social, si promediáramos el monto estas subvenciones
estaríamos hablando de casi tres millones de dólares por iniciativa, cantidad nada
desdeñable si de financiamiento para proyectos sociales se trata. De pronto lo
seductor se transforma en también algo irrisorio como institución poder obtener
algún monto de éste. Sin embargo, cuando se decide realizar una estrategia para la
recaudación de fondos se debe de tener en el radar la existencia de fuentes como
esta de grande así como la más pequeña que sería el plano individual.

Si nuestra fundación decidiera, una vez implementado su diagnóstico situacional,


en el que se ve la compatibilidad esta fuente casi es seguro que nos cuestionaríamos:
¿Es posible acceder a un financiamiento de ellos? Probablemente nos
responderíamos de inmediato que no, por considerarla muy lejana a la realidad
mexicana, incluso a la latina pues tradicionalmente las fundaciones privadas
estadounidenses enfocan su trabajo en las regiones más pobres en los continentes
africano y asiático.

La importancia de realizar esta actividad con ciertas técnicas es reducir el tiempo, la


energía y los recursos institucionales que se tienen destinados a esta actividad, pero
también existe la Ley 80/20 en este proceso en el que sabemos que de ese número
de intentos sólo veinte o su equivalencia de manera proporcional podrán ser
aceptadas. Así que antes de descalificar alguna posibilidad para nuestro proyecto, se
recomienda analizar otras experiencias similares a los nuestros que ya han sido
sujetos de este financiamiento, en el caso de la Fundación Bill & Melinda Gates, si
existen propuestas mexicanas que han logrado obtener recursos de esta fuentes.

Otra consideración que debemos de tomar en cuenta, es que además de los


mecanismos para la asignación de donativos en México, también dependen de
ciertos “influyentísimos” en el ámbito público o privado. Esto desalentará nuestra
123
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

labor, al no encontrar objetividad en varios de los procesos, pero también alentará a


desarrollar aquellos elementos subjetivos que nos darán fortaleza, teniendo
entonces la oportunidad de tejer con le tiempo esta red de aliados que determinen
el rumbo de nuestras propuestas recordando que es “un proceso humano”, flexible,
que requiere también de elementos relativos para poder tener resultados tangibles,
por lo que la credibilidad y confianza son tan necesarias como una buena estrategia
elaborada.

Cuando se inicia en esta actividad, sabiendo que de ella depende la posibilidad de


poder transformar las condiciones de cierta comunidad o personas, hay
coincidencia en que la mayoría surgen con recursos tangibles muy limitados pero
con recursos intangibles ilimitados (buenas ideas, personas comprometidas) , por lo
cual es muy importante tener claro que será una actividad que impulsar de manera
inmediata y paralela para ir construyendo una mejor estrategia, porque de lo
contrario se estaría retardando la posibilidad de poder lograr nuestra misión de
cambiar una realidad. Por lo general un buen recaudador es una persona
directamente relacionada con el proyecto, por que tiene la pasión y el conocimiento
del tema, pues este es proceso de varios años irá mejorando en función de ciertas
medidas que vayamos tomando, lo que implica sistematizar información , y formar a
los colaboradores. De tal manera que en lo subsecuente quisiéramos resaltar
algunos pasos para lograr una primera propuesta para poder obtener recursos para
nuestro proyectos. Recordando que a medida de la complejidad de las acciones, y
del desarrollo organizacional las propuesta de financiamiento podrán transformarse
en estrategias institucionales de recaudación a largo plazo.

2. ¿Quiénes somos y para qué queremos procurar fondos?

Al emprender iniciativas sociales, éstas estarán permeadas por los integrantes del
núcleo de personas que pretende poner en marcha ciertas actividades, generando
una identidad específica al grupo que definirá el rumbo de sus acciones; evidenciarlo
facilitará los criterios para la búsqueda recursos así como la selección de la fuentes
de financiamiento. Igualmente seamos un grupo que busca transformaciones desde
un ámbito acrítico al sistema económico actual, o bien grupos con posturas
opuestas a éste, ya sea en la parte autogestiva, o simplemente en la parte de la
gestión, para poder llevar a cabo nuestra propuesta requiere de ciertos recursos
para poder funcionar. De aquí partirá la base nuestra proposición. Pensemos
entonces en: ¿Cómo se financia el Kilombo Galáctico?, ¿Cómo se financia la casa
124
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

hogar de la Divina Providencia?, o ¿Cómo se financia Teletón? Los tres


planteamientos son legítimos para sus grupos, cada uno se ha valido de sus
principios para hacerse de los elementos que les han permitido poner en marcha su
proyecto. También los tres, en sus portales de internet coinciden con espacio para
las donaciones de ciudadanos. Un poco más adelante hablaremos sobre estos
criterios que son necesarios para la formulación de nuestra propuesta.

Es muy fácil caer en la impulso de hacer un planteamiento en función de la oferta


del mercado de donantes, pero esto no nos dará ni sustentabilidad, ni credibilidad
en el tiempo. Es decir que, si nuestro proyecto surge para atender la desnutrición
infantil de nuestra colonia, y tenemos una fuente cercana cuyo objetivo es el
mejoramiento del entorno urbano, como recaudadores tal vez hagamos la
propuesta; la ganemos por la proximidad con el donante, pero la captación de
fondos implica también la construcción de una trayectoria institucional que
queremos tenga credibilidad, e incidencia en el tema. Esto, no significa que como
organizaciones no podamos cambiar de objeto social en algún momento, pero pasar
de un objeto a otro debe de obedecer más a las necesidades comunitarias que a la
existencia de una oferta financiera. Dando pie al punto de conocer qué y para qué
necesitamos los recursos, ambos cuestionamientos están relacionados con la
estrategia institucional, perfilando el financiamiento hacia el cumplimiento de
nuestra misión y visión.

Se recomienda: nunca pedir menos de lo necesario, porque se captarán recursos


insuficientes para los proyectos, pero tampoco hay que pedir más de lo requerido
porque se forzarán las capacidades institucionales para su cumplimiento.
Relacionado con esto, estará el momento de la revisión del presupuesto, y un buen
resultado en este proceso, dependerá en gran medida del buen diseño del proyecto,
en el que el cálculo de éste corresponda a las metas planteadas, además de la
existencia de una planeación estratégica de la institución. Por ello, se debe
considerar la pertinencia de los recursos materiales, humanos y los tiempos en los
que se planea. En todo momento en las solicitudes debe de estar el sentido de la
prudencia y también la intención de sensibilizar a la fuente de la necesidad de este
recurso para poder llevar a cabo nuestra actividad.

Los gastos operativos y administrativos, resultan ser un tema controversial casi con
todas las fuentes, siendo esto un reto para la puesta en marcha de los proyectos. En
nuestro país, en 2003 según García los recursos autogenerados (por ejemplo, cuotas,
125
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

venta de productos y bienes) constituían el 85% de los recursos de las


organizaciones no lucrativas, mientras que el financiamiento público era de
alrededor del 8.5% y los donativos solamente representaban el 6.5% de sus
recursos. Si bien este dato es de hace diez años, al no contar otra referencia
documentada similar, sólo podemos mencionar que en la actualidad las
organizaciones de la sociedad civil, siguen con esta lucha del día a día, las políticas
públicas no hacen de este sector una prioridad, no se ve reflejado como un ente
necesario para poder lograr avances en la sociedad. Incluso, existe la percepción en
el sector de que hay un retroceso a todo lo logrado al inicio del siglo. De tal manera
que se puede caer en un círculo vicioso por no contar con programas de
capacitación constantes, personal especializado para cada área o condiciones
laborales que alienten la permanencia.

Especialmente, la parte de recursos humanos es un renglón difícil de impulsar con


las fuentes. Se recomienda entonces informarse sobre las tendencias salariales, que
puede ser por medio de las bolsas de trabajo especializado en organizaciones de la
sociedad civil, las convocatorias de las vacantes de los organismos públicos o
privados con temas a fin.

Se trata de ir construyendo una estrategia institucional que permita por un lado


cubrir las actividades que darán un beneficio de manera directa a la población, sin
detrimento también de la remuneración y derechos laborales de los profesionales a
cargo. Usualmente un buen proyecto no debe de rebasar cierto porcentaje en estos
dos rubros, el cinco para administración y quince para la operación. Como
organizaciones sociales, nos da escalofríos pensar en ser equiparadas en nuestro
funcionamiento como el de una empresa, pero fiscalmente en México también
tenemos este tope que cumplir en los gastos administrativos del 5% según el Art.
10 del Reglamento de la Ley del ISR 2014.

A propósito de este tema, vale la pena hacer un paréntesis, a medida de que la


fuente está más institucionalizada, a que el tamaño de los montos de los recursos
que se solicitan es son más significativos, a la complejidad de los proyectos; los
requisitos legales y fiscales, serán proporcionales, por lo que también se recomienda
definir hacia dónde va el núcleo de personas a cargo del proyecto, sin son
colectivos, organizaciones constituidas legalmente etc. para que así puedan tener
todos los requisitos en un plazo de tiempo aceptable. En estos temas tanto el
Centro Mexicano de Filantropía (CEMEFI), como el Instituto Nacional de
126
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Desarrollo Social (INDESOL) tienen abundante material de consulta de gran


utilidad en sus páginas web.

Lo mismo sucede al momento de mostrar nuestros resultados, los cuales serán


analizados costo-beneficio o “rentabilidad social”, por lo tanto debemos de estar
preparados a este tipo de respuestas. Por ejemplo, cuánto nos cuesta un tratamiento
para un niño con cáncer durante un año, la estancia de un adulto mayor en una casa
de los abuelos, un curso de producción de hortalizas, un tratamiento para un niño
en desnutrición en el campo o en la ciudad, una campaña contra el racismo, etc.
Igualmente lo que pareciera evidente, se convierte en todo un reto como
profesionales sociales el mostrar cual es impacto o el cambio que le producirá esta
intervención, cual es la diferencia entre estar o no estar, luego que seremos
comparados con otras propuestas que también están solicitando el recurso.
Organizacionalmente esto se analiza colectivamente en forma de evaluación. Por lo
que habrá que invertir dinero y tiempo en esta labor.

Desde una perspectiva financiera, podemos hacer un listado que puede ser muy
básico, con objetivos, actividades, y costos, dado que es la información que se
requiere para visibilizar la vialidad del proyecto (Ver Cuadro 1). Al principio
siempre nuestras actividades requerirán un mayor presupuesto, suponiendo que
iniciamos con esa gran idea que ya es proyecto, pero que aún no tiene recursos.
Cuando es el nacimiento de un proyecto nos encontramos en situación de
desventaja frente a otras intuiciones que llevan más años , porque se han hecho de
cierto equipo, incluso patrimonio, pero la razón de nuestra existencia se centra en
que sabemos que no existe grupo alguno que trabaje esta idea ene le espacio que
hemos detectado la necesidad. La ventaja de propuestas nuevas, es que tal vez exista
un equilibrio en los costos porque seguramente habrá horas hombre- invertidas de
manera voluntaria, que se cuenta con toda la pasión que implica el nacimiento de
una propuesta. Como hemos mencionado líneas arriba, es un proceso a largo
plazo, las primeras actividades son la base de una institución que se pretende
perdure en el tiempo, lo cual no significa que siempre siga igual, porque eso
podría ir de la institucionalización a la burocratización de nuestros procesos.

En México, existen organizaciones especializadas en captar un porcentaje


importante de los donativos de los ciudadanos, pero, pocas veces dan a conocer la
totalidad de su funcionamiento. Pensemos, en la última vez que nos pidieron
fondos en la calle en los famosos boteos, en los redondeos de los supermercados o
127
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

el uso de espacios en los medios masivos de comunicación para promover una


“causa social”, seguramente nos vendrán cuatro o cinco instituciones a la mente.
Ahora bien, de ellas, reflexionemos si la solicitud trae consigo el retorno de
información de en qué y cómo gastaron sus recursos. Esto no les resta su valor o
la veracidad de sus actividades, sin embargo queda inconcluso el proceso de
informar a sus donantes. Entonces, se suma otro componente sustancial, la forma
de transparentar nuestra actividad como parte ahora del círculo virtuoso de la
procuración de fondos.

Direccionemos nuestras energías hacia el tipo de organización que queremos ser.


Así como existen organizaciones que han fallado en su función social, el cual está
relacionado directamente con el manejo de sus recursos, como lo es el caso de
Vamos México de Martha Sahagún de Fox, o Pro Vida con Jorge Serrano Limón,
por citar los escándalos más sonados. Existen también, las instituciones que han
podido perdurar, transformarse, ser irremplazables en el ámbito por su función.
Sólo como breviario ético, hay que tener presente que lo que hagamos como
institución, impacta no sólo a nuestro curriculum vitae organizacional, también le
suma o resta al conjunto. Entonces lo que parece una labor tediosa si lo hacemos
hábito, será un banco de información institucional que nos ahorrará en algún
momento recursos, además de que nos brindará herramientas para ofrecer
transparencia tanto como al interior como al exterior. Aquí un formato para
realizar la lista de costos de nuestras actividades, considerando los recursos que
contamos dado que a la fuente le gusta saber en qué etapa de éstas participará.

Objetivo Costo para llevarlo acabo MONTO Monto Monto


/Actividades TOTAL con el Faltante
que
contamos
Recursos Recursos Otros
Humanos Materiales

Cuadro 1: Presupuesto de Objetivos y Actividades. T E A R F U N D (2004)

128
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Los formatos para almacenar la información financiera del proyecto pueden ser
tomados de los manuales existentes o de los solicitados por las fuentes. Abajo se
muestra el de la Agencia Española de Cooperación (AEC), en el que organiza las
actividades en costes directos e indirectos, nos pide la equivalencia en euros, pero
lo más importante a resaltar, es que la existencia de un recuadro para poner a otros
aportantes, la tendencia en general sea una fuente pública o privada, es motivar la
concurrencia de otras financiadoras para estos fines. Esto les significa solidez,
confianza, por la capacidad de articulación de nuestra institución, y también mayor
“rendimiento social” al focalizar los esfuerzos de varios en un mismo rumbo.

PARTIDAS

COSTE APORTACIÓN OTRAS APORTACIÓN


TOTAL DE ENTIDAD APORTACIONES SGCID
LA SOLICITANTE
ACTIVIDAD
Euros Euros Euros
Euros
A. COSTES
DIRECTOS
B. COSTES
INDIRECTOS*
*Gastos propios
del
funcionamiento
regular de la
Fundación,
imputándose los
incurridos dentro
del periodo de
ejecución de las
actividades hasta
un importe
máximo del 12 %
del total de la
subvención
concedida
TOTAL
GENERAL.
EUROS

Cuadro 2: Presupuesto programado para la presentación de propuestas de la


convocatoria de subvenciones para la celebración de congresos, seminarios y jornadas
relacionadas con la cooperación al desarrollo de la AEC.

129
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Para cerrar este apartado, podemos reflexionar que existe una relación simbiótica
entre el cumplimiento de la misión y la necesidad de fortalecer los aspectos
institucionales, de tal manera que para poder implementar proyectos eficaces se
requiere de fondos; para recaudar los recursos financieros necesarios hay que
instituir una buena administración y credibilidad.

Recordemos que la aprobación o aceptación de nuestro proyecto, ya sea por medio


de una convocatoria abierta, la presentación a solicitud de la fuente, o apoyo del
público en general, en su mayoría de las ocasiones, se hace de manera colegiada y
multidisciplinaria, por lo que habrá de ir ubicando esos aspectos que son de interés
para cada uno de ellos, además de que a un procurador de fondos también en
ocasiones le tocará el papel de evaluador de proyectos por lo que debemos de ir
colectando los elementos institucionales que sumen a su organización con un
sentido autocrítico.

3. Sobre el Círculo Virtuoso de la Procuración de Fondos

Hemos mencionado que conseguir el financiamiento de proyectos sociales y


actividades institucionales es el resultado de la articulación de diversos actores, fuera
como dentro de la organización, así como de la coincidencia de elementos técnicos
pero también de elementos subjetivos dentro del proceso. De igual manera que los
proyectos sociales tienen un ciclo, éste por ser un proceso también lo tiene.
Autores como Nina Booting, Elizabeth Westman, o Ernesto Rowe, hablan de una
u otra forma del Círculo Virtuoso de la Procuración de Fondos, en el que existen
ciertos eventos que se repiten como causa y efecto para generar los resultados
deseados en la captación de recursos. En este caso mencionaremos siete momentos
que conforman el círculo virtuoso, el cual si se practica será ineludible el regreso al
principio para repetir la secuencia y reforzar el resultado. Éstos son:

I) La identificación de los prospectos;


II) La investigación;
III)La cultivación;
IV)La solicitud;
V) El agradecimiento e información;
VI) nuevamente la cultivación
VII) La Renovación.

130
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Recordemos que casi ninguna institución cuenta con Los recursos necesarios para
poder dedicarse sólo a su objeto social, por lo que se tiene que destinar tiempo y
personal para poder hacerse de dinero para sus proyectos. La actividad de
recuadrar va mejorando a medida de que la institución va madurando porque se
irá profesionalizando. Contemplar los siete momentos del ciclo, son una buena
pauta para poder realizar nuestra estrategia de recaudación.

Diagrama 1: Círculo Virtuoso de la Procuración de Fondos. Rowe (2010)

I. Identificar Prospectos

Cuando nos encontramos en el mapeo de los actores en el diseño de nuestro


proyecto, comienzan a perfilarse aquéllos que podrían participar con recursos
materiales, humanos, y financieros, así que son nuestros prospectos. Construir
alianzas que generen beneficios mutuos es lo que le dará mayor potencial a nuestra
propuesta para ser apoyados. Realizar una especie de análisis de quién es quién en
nuestro proyecto contribuirá a hacer planteamientos más certeros. De pronto varios
de los actores de nuestro proyecto se transformarán en potenciales proveedores de
financiamiento. Se recomienda iniciar por los más cercanos a nosotros o nuestra
institución. Proponemos trabajar en otra lista derivada de la matriz de actores
sociales, pensemos en cuáles son sus intereses y en su potencial de financiamiento.
Solicitemos las visiones del personal operativo, directivo, órgano de gobierno, y
destinatarios de nuestros proyectos para poder tener distintas perspectivas.

131
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Seguramente, este inventario estará conformado por nombres de personas ligadas


al tema que tienen capacidad de aportar recursos en pequeñas cantidades, de
nombres de personas que tienen capacidad de aportar cantidades grandes, gobierno
(en su ámbito local, estatal y nacional) , empresas, universidades, fondos privados
nacionales , y financiamiento internacional de gobiernos, u otras Organizaciones No
Gubernamentales. Existen diversas tipologías de los donantes, pero la mayoría
coincide que están conformados por estos actores.

Actor Intereses Potencial de


Financiamiento

Cuadro3: Listado de identificación de prospectos.

Analicemos entonces tres momentos diferentes para su identificación:

I) Quiénes pensamos que deberían de financiarnos,


II) Qué interés podrían tener en financiarnos
III) Quienes queremos que nos financien.

Es importante reflexionar en estos puntos, pues no siempre los que pensamos


estarán dispuestos a financiarnos, ni siempre es posible trabajar con los que están
interesados en apoyarnos. Por un lado, lo que pensamos tal vez ya ese hayan
comprometido con otras causas, y los que están interesados en apoyarnos pueden
generar un dilema ético que influya en el rumbo de nuestro proyecto. Por ejemplo,
la presencia de un partido político, o bien procedencia de un recurso ilícito. Por
consiguiente un lugar intermedio de este análisis se encuentra la fase de detectar
que interés podrían tener para descartar a los prospectos que tuvieran otra
intencionalidad fuera del objetivo del proyecto.

Una vez definidas personas e instituciones “meta” nos enfrentaremos a la realidad


de La ley 80/20, esto quiere decir que del número del total de intentos habrá un
porcentaje reducido de aceptaciones. Esto no significa que nunca lo lograremos, ni
tampoco que sea un aliciente para que el la actividad de procuración se paralice,

132
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

todo lo contrario, debemos de tener la capacidad de poder ir monitoreando hasta


qué grado hemos avanzado, y luego también de evaluarnos.

En un sentido muy práctico y tangible para esta actividad resulta muy útil
desarrollar una base central de datos de donantes y asegurarnos de que se mantenga
actualizada. Esto quizás implique el uso de una hoja de cálculo computarizada para
organizaciones pequeñas. Las organizaciones más grandes quizás tengan una base
de datos más compleja. La información importante que debe guardarse incluye
nombres, datos de los contactos y de las donaciones.

Realicemos también un archivo de donantes, con este formato:

Nombre del donante


Cuánto apoyo solicitamos
Nombre y posición de la persona a
quien
Contactamos
Fecha en que se envió la solicitud o
que se tuvo el
Fecha esperada de decisión
Acción de seguimiento necesaria
Acción de seguimiento realizada

Cuadro 5: Archivo de Donantes. T E A R F U N D 2 0 0 4

A mejor y mayor información almacenada, el seguimiento y la continuidad será


mayor sin importar algún cambio de personal.

II. Investigar

Para la procuración de fondos necesitamos averiguar qué financiamiento está


disponible, cuál es el contexto de las instituciones en general, la situación de la
problemática a atender en sus distintos niveles, y la oferta institucional de los
donantes. Si de lo que se trata es ampliar nuestra capacidad de financiamiento,
puede ser de ayuda observar cuál es la actitud hacia el dinero en nuestra región. Por
ejemplo: ¿Qué concepto tienen del dinero las instituciones y los individuos? ¿Dar

133
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

dinero forma parte de la cultura local? ¿Qué actitudes tiene la gente hacia el trabajo
de las organizaciones sociales?

El Instituto Tecnológico de México realizó en el 2005 realizó la “ Encuesta


Nacional de Filantropía y Sociedad Civil (ENAFI)”, en el que se analizan las
actitudes que tiene la población mexicana hacia el trabajo de las organizaciones de
desarrollo y la donación de dinero, evidenciando que el 67% de los mexicanos no
realizó donación alguna en el último año, cifra nada desalentadora si se considera
que existe un 33% que si lo hizo, lo que significan alrededor de 34 millones de
personas. Sin embargo quienes sí contribuyeron con dinero en efectivo, el 77% lo
hizo a través de limosnas a los indigentes y no a través de alguna organización, es
decir que las mayorías de los mexicanos que hacen donativos prefieren hacerlo de
manera directa, dejando de lado la oportunidad que implica tener organizaciones
que atiendan las necesidades de la población. De manera que nos enfrentaremos a
una sociedad solidaria pero no organizada, en el que la desconfianza (poca
transparencia), la debilidad organizacional (bajo nivel de profesionalismo), la
escasez de fondos (en parte por no hacer una labor correcta de procuración de
fondos), la situación económica del país, pero también política, son factores que
inhiben esta actividad, por lo que a mayor información del contexto en le que nos
encontramos tengamos, más certeros serán nuestros planteamientos.

La “Cuenta Satélite de las Instituciones Sin Fines de Lucro de México” (CSISFLM)


serie 2008-2011 elaborada por el INEGI, también es una fuente de información
muy útil para sensibilizar al donante hablando en los mismos términos que el sector
económico del país, pues es un esfuerzo para visibilizarse la participación del sector
en la economía. Así que durante 2011, el PIB de las Instituciones Sin Fines de
Lucro (ISFL) alcanzó un monto de 316 mil 394 millones de pesos. Al añadir el valor
económico del trabajo no voluntario de las organizaciones no lucrativas se observa
que el PIB ampliado ascendió a 365 mil 951 millones de pesos (lo que representó el
2.6% del PIB total del país), es decir que más de dos pesos de cada 100 de la
riqueza producida en dicho año, correspondería a las organizaciones privadas sin
ánimo de lucro y a la valoración económica del trabajo de sus voluntarios.

Otro aspecto que puede ser de gran ayuda, de este censo, se refiere al de observar
cuales son las organizaciones sociales que más están aportando a la producción de la
riqueza del país, encontrando que las que se enfocan a la enseñanza y la
134
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

investigación concentran el 51.7% del PIB generado; en el impulso al desarrollo y


la vivienda 11.8%, y en las congregaciones y organizaciones religiosas 10.1%. Por lo
cual si nos dedicamos a la enseñanza e investigación, será importante mencionar
este dato al momento de contextualizar el planteamiento con la fuente. En cambio,
si nos dedicamos a la salud y a los servicios sociales, haciendo uso de esta misma
fuente, reivindicaremos que son los dos sectores con mayor capacidad de generar
trabajo voluntario, contabilizado ya como parte del PIB ampliado en el que se
valoriza , representando el 22% y 16.5 %.

Datos como estos son la base de la defensa de nuestra propuesta, apoyándonos para
realizar enunciados como por ejemplo: somos una de las 2072 organizaciones que
trabajan en el D.F o bien una de las 51 que existen en Baja California.

Para llegar a un simple enunciado, pero con potencia para sensibilizar, es


importante haber hecho toda una labor de investigación. Esto en cuanto a la
justificación de nuestra existencia como institución. Lo mismo sucede cuando
debemos de dar los antecedentes de nuestra causa. Cómo se encuentra la situación a
nivel internacional, nacional, estatal, municipal, y local según las estadísticas
formales, para complementarlo con nuestros diagnósticos comunitarios.

Para ello, se puede consultar estudios como lo son el Informe sobre Desarrollo
Humano del Programa de las Naciones Unidas para el Desarrollo (PNUD),
publicaciones del Banco Mundial (BM), publicaciones de la Comisión Económica
para América Latina y el Caribe (CEPAL), publicaciones de la Organización para la
Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE), Publicaciones de la
Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura
(UNESCO), entre otras. Por ejemplo, si nuestro tema es cambio climático,
movilidad humana, pobreza y cooperación internacional, podremos hacer uso de los
reportes del informe sobre Desarrollo Humano de Naciones Unidas.

Específicamente, para la averiguación de nuestros prospectos, una forma muy


práctica de hacernos de información en este tema es unirse a una red de
recaudación de fondos. Las redes proveen la oportunidad para que los recaudadores
de fondos y las organizaciones de desarrollo de compartan sus ideas y la
información acerca de posibilidades de financiamiento. Pueden ser nacionales como

135
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

CEMEFI, Fondos a la Vista, Procura A.C., o internacionales. Portales como el de


Foundation Center tienen directorios gratuitos de donantes globales.
Tapia Cuellar y Carrillo (2010:35) desarrollaron un cuadro muy útil de Fuentes de
consulta y capacitación en procuración de fondos:

 Association of Fundraising Professionals, www.afpnet.org (Bajo chapters


se encuentran los distintos capítulos que existen en México)
• Centro Mexicano para la Filantropía, www.cemefi.org
En Línea

• Foundation Center, www.foundationcenter.org


• Grassroots Institute for Fundraising Training, www.grassrootsfundraising.org
• The Fund Raising School, Indiana University,
www.iupui.edu/TheFundRaisingSchool
• The Grantsmanship Center, www.tgci.com
• Association of Fundraising Professionals, www.afpnet.org
Talleres y
Cursos

• Centro para el Fortalecimiento de la Sociedad Civil, www.fortalecimiento.org


• Fundación Murrieta, A.C., www.fundacionmurrieta.org.mx
• Procura, A.C. www.procura.org.mx
 Elizabeth Westman Wilson, Building structures and skills for fundraising.
Elizabeth Wilson and KIT, Publishers, Canada, 2001.
• Jane C. Geever, Guía para escribir propuestas. Colección Guías para la
Recaudación de Fondos.
Bibliografía

Foundation Center. EUA, 2008.


• Nina Botting y Michael Norton , The complete fundraising handbook.
Directory of social change in
association with The Institute of Fundraising, Londres, 2004.
• Procura, Procuración de fondos. Colección Experiencias Significativas.
Procura A.C. México, 2004.
Aunque la oferta de información en línea es cuantiosa, se recomienda siempre estar
en eventos del sector por lo general también asisten los donantes.

III. Cultivar

A medida de que vamos tendiendo claridad en qué se quiere, para qué y quién
podrían ser los posibles aliados, debemos de ir direccionado nuestra labor para dar a
conocer nuestro proyecto. Y como mencionamos anteriormente por ser un proceso
sobre todo humano, la captación de fondos establece que hay que desarrollar y
mantener relaciones a largo plazo con los donantes, sin banalizar el esfuerzo a una
serie de transacciones monetarias, porque de hecho difícilmente se daría.
136
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Inicia entonces el proceso de friends raising before fund raising (captar amigos antes de
captar fondos), como se ha mencionado las aportaciones no son exclusivas en
dinero, hay colaboraciones en especie y en tiempo. El contar con un aliado que se
ha comprometido con la causa sobre todo a título personal, significa que impulsará
al proyecto de desde el ámbito en el que se encuentre, un comentario a favor, en
algún momentos se traducirá en algún fondo, a medida de que nuestra red sea
mayor se incrementan las posibilidades de acercamiento con más y nuevas fuentes. .

Sobre el trato con los donantes, se sugiere abordarlos de forma individual,


considerando que cada uno de ellos es único en su historial de apoyo, su motivación
para contribuir y sus expectativas hacia la organización. Las decisiones en materia
de captación de fondos deben ser adoptadas teniendo en cuenta el valor percibido
por el donante en su relación global con la organización. Se trata de ofrecer la
libertad de elección del donante. A menudo se consultan sus preferencias sobre el
contenido, el medio y la frecuencia de las comunicaciones que se le dirigirán. De
este modo, el donante se siente más importante.

Aunque la atención es individualizada, un principio que funciona es el de tratar a


todos los donantes por igual, refiriendo en el buen sentido a darle una atención no
diferenciada en función de sus aportaciones, técnicamente es un sistema más caro,
pero a la larga incrementa la lealtad, con lo que la fuente de ingresos se mantiene
durante más tiempo. El cultivar implica dedicación con el donante para encaminar
a que éste se sienta satisfecho con su experiencia de donación y desee repetirla e
incluso incrementarla. Esto implica que pueden realizarse comunicaciones que no
tienen como fin recaudar fondos, sino tan sólo informar e intercambiar visiones.

Para iniciar demos por sentado que el donante no sabe nada acerca de nuestra
organización ni de nuestro trabajo. Al desarrollar material visual de apoyo podemos
realizar las siguientes pregunta guía como son: ¿Qué es lo que el donante necesita y
no necesita saber?, y, ¿Qué queremos que sepan que podría afectar su decisión de
donar dinero? Sobre los impulsos en los que podemos caer es exagerar la verdad
con el fin de que el llamado a proveer fondos parezca más urgente. El riesgo es que
la deshonestidad puede afectar más que ayudar a la imagen de nuestra organización.
Pensar con cuidado cuándo dirigirse a los donantes beneficia al proceso. Por
ejemplo, así como donantes tienen una fecha límite para recibir solicitudes, existen
otros que estén buscando una organización a la cual darle dinero casi al cierre del
137
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

año fiscal, en uno u otro caso, habría que haber hecho ya una labor de acercamiento
para conocer estos tiempos.

Para alimentar la comunicación con ellos, podríamos aprovechar ocasiones


importantes en la historia de nuestra organización, como un aniversario o bien
pensar en usar celebraciones del calendario cultural de nuestro país para recaudar
fondos (esta también es una actividad de buen tino), propiciar el encuentro entre los
donantes de la institución permite mostrar que es un proyecto de valorado por
muchos, además de lo significativo que es la confluencia de diversas visiones para la
solución de ciertos problemas.

Debemos de planearnos que queremos significarle a nuestro donante, si somos una


más de las organizaciones a las que apoyará durante su trayectoria o habremos
marcado alguna diferencia, como por ejemplo haberle brindado una experiencia
distinta y valiosa. Démosle la confianza de acercarse a la institución, sin que
necesariamente recibamos un donativo, también el intercambio profesional
enriquece a la organización. Aprovechemos las oportunidades que se nos presentan,
también las instituciones donantes por muy sólidas y fuertes que parezcan, en algún
momento se les presentan emergencias en las que necesitan visibilizar sus
resultados, estemos listos con nuestro proyecto, hagamos de su urgencia la nuestra
respondiendo lo antes posible. Algunas fuentes aseguran que una vez realizado el
depósito de la ayuda resulta difícil o muy fría la comunicación con las instituciones
apoyadas, pensemos en las particularidades de su institución, de qué manera
nosotros podemos sumarle a su organización ya a su espacio laboral.

Trabajar con diversos actores para la colaboración en un proyecto social, implica


también ampliar la capacidad de adaptación de nuestro proceso, lo que para un
gobierno puede ser importante, para una empresa puede no serlo, aunque existen
líneas en las que la mayoría si coincide. La mejor recomendación es la que se hace
de persona a persona, mantengamos abierto el proyecto a personas sin que
necesariamente aporten algún recurso, asistamos a congresos, conferencias cursos,
haciendo siempre presencia.

En la práctica los paquetes de bienvenida están pensados para estimular al nuevo


donante a que profundice en el conocimiento de la organización, que puede ser muy
superficial. En este tema también un buen número de guías para desarrollar este
138
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

material como por ejemplo: Smart Chart 3.0 (Gráfico Inteligente) es una
herramienta gratuita para organizaciones no lucrativas en el desarrollo de planes de
comunicación estratégica, diseñada para profesionales del ramo pero sin experiencia
en el área de la comunicación. Es un formato interactivo que está disponible en
www.smartchart.org . Mención especial merecen las estrategias de recaudación de
fondos de organizaciones como Greenpeace o Amnistía Internacional, quienes
tienen una comunicación constante con sus socios durante. Se dice que los
primeros dos años, son determinantes para poder conservar a nuestras fuentes,
porque estiman que al término de una primera etapa de “enamoramiento” muchos
se enfrían y abandonan la organización. Observemos nuestro entorno que
instituciones están más presentes en los distintitos espacios públicos. Imaginemos o
mejor aún averigüemos los caminos que trazaron para estar ahí. Casi el inicio fue
porque un conocido le comentó que un amigo está buscando una causa que apoyar,
un proyecto social que atiende de manera efectiva ciertas necesidades etc.

La comunicación de los programas de desarrollo de donantes se realiza a través de


uno o varios de estos canales: cartas, e-mails, llamadas telefónicas, boletines o
revistas impresas, e-boletines, reuniones o invitación a eventos abiertos al público y
conversaciones cara a cara. Las propuestas de incentivación pueden ser muy
variadas: formar parte de un club de grandes donantes, dar contribuciones no
finalistas (para los donantes vinculados proyectos), patrocinar un área de trabajo o
un beneficiario. Pensemos en que si queremos tener sustentabilidad en el tiempo,
esta depende en gran medida de los soportes que tengamos, si logramos hacer
vínculos sólidos seguramente por varios años estarán presentes en nuestra
institución.

Solicitar

Uno de los momentos más complicados para poder captar el recurso para nuestro
proyecto es el de hacer la solicitud. En la mayoría de las ocasiones a la hora de
realizarlo se encuentra el temor de que la respuesta sea no, asumamos que esta
variable estará siempre implícita, pero hagamos planteamientos que les permitan
tener la información que necesitarán para poder decidir si financiarnos. Las
maneras en que habremos de hacer las solicitudes están en función de la estrategias
que elegimos para hacerlo como por ejemplo: propuestas a proyectos a fundaciones,
gobierno o empresas; solicitudes en persona, por teléfono, por correo electrónico,

139
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

por radio o televisión, solicitudes y donaciones en el lugar del trabajo vía


deducciones, por nómina; campañas de redondeo, mercadotecnia con causa,
eventos especiales; venta de productos, bazares colectas, cuotas por servicios,
membrecías, o apadrinamientos.

Una vez que hemos identificado nuestra variedad de financiamiento, necesitamos


pensar en la información que necesitarán tener para poder decidir si financiarnos o
no. Tendremos que compartir la información con diferentes donantes de maneras
diferentes. El tipo y la cantidad de información que necesitarán también variará. Por
ejemplo, un folleto quizás sea adecuado para donantes particulares, mientras que los
donantes institucionales por lo general exigirán que se complete un detallado
formulario a modo de solicitud. Es valioso escribir un documento que contenga
toda la información que se pueda necesitar para nuestro trabajo de recaudación de
fondos. Una vez que esté escrito este documento, nuestro trabajo de recaudación se
hace más fácil. Cuando queremos abordar una clase específica de donante, podemos
utilizar las porciones de la información que necesitemos. Es una labor ardua, de
alto entendimiento de nuestro proyecto, que seguramente se irá logrando con el
paso de los años.

Idealmente deben de cubrir los siguientes puntos:


 Fecha de última actualización de documento.
 Información sobre la organización ( cuándo, para qué y por quién fue
fundada, lugar, datos para ponerse en contacto, cantidad de personal,
incluyendo empleados a tiempo completo, tiempo parcial y voluntarios,
ingreso anual, y de dónde proviene, declaración de misión, logros
importantes durante los últimos cinco años, conexiones con otras
organizaciones).
 Información acerca del trabajo de la organización (prioridades y actividades
actuales, a quién sirve la organización, por qué es importante el trabajo de la
organización, qué sucederá si la situación continúa sin contar con nuestra
ayuda, crecimiento reciente en la organización y en las demandas de sus
servicios, información acerca de proyectos pasados, actuales y futuros,
incluyendo: la necesidad a la que se está respondiendo, por qué se necesita el
proyecto, por qué la organización debe involucrarse, los objetivos del
proyecto, cómo se lograrán los objetivos, personal que participará y su

140
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

experiencia beneficiarios (quiénes, dónde, cómo, cuántos),presupuesto,


impacto, firmantes.
 Lista de personas que podrían firmar la solicitud, como por ejemplo:
coordinador del proyecto, recaudador de fondos, director, presidente de la
directiva.
Es importante guardar el documento en una carpeta, junto con otra
información, como informes anuales, cuentas, estudios de caso, resúmenes
ejecutivos para proyectos y recortes recientes de diarios y revistas.

Contando con esta información, consideremos que llegará la hora también de la


entrevista personal, en varias de las modalidades de las estrategias de procuración.
Hay herramientas que podemos usar para ayudarnos a hacerlo:
1) Escriban una descripción en pocas palabras de lo que hace nuestra
organización. Este es un muy buen ejercicio y es muy útil cuando la gente
pregunta, ¿Qué hace su organización?
2) Recuerden y compartan los argumentos que han entusiasmo a los donantes.

IV. Agradecer e Informar

Todos los proyectos deben contemplar la aplicación de un programa de


agradecimiento a los donantes, que sea parte de las funciones operativas ordinarias.
El ingreso por aportaciones de donantes podrá no ser el sustento de una
organización, pero aun así el agradecimiento se convertirá en la conclusión de la
tarea de captación. Es decir, el trabajo de obtener recursos no termina con la
recepción del dinero del benefactor, tal vez es allí donde comienza; porque el
verdadero esfuerzo implica un seguimiento tenaz y persistente que logre convertir al
donante en un miembro activo de la institución. Esto significa que aunque una
persona no se haya decidido todavía a donar su apoyo, merece un reconocimiento
por el tiempo brindado al procurador.

Agradecer es una actitud, no una retribución. Por eso, los agradecimientos deben
ser sinceros, y no servibles. Dar las gracias no conlleva grandes gastos, porque la
mayoría de las veces la ostentación genera desconfianza en los bienhechores; se
trata de tenerlos presentes con detalles mínimos que reflejen lo importantes que son
para el proyecto.

141
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Dentro de la teoría de la procuración de fondos, como una herramienta se


encuentra el: Dar 7
veces
gracias
“que
consiste
en:
agradecer
en
un
periodo
de

365
días, en el que se estableces
3
momentos
de
agradecimiento (cartas),
informar
en
2
ocasiones
 (informe
anual y
 Comprobación
 del
 Donativo), 

reconocer
 una 
 vez
 y
 la
 séptima a
 creatividad
de
cada
Institución. Cuando
los resultados son visibles, es decir que cuando el proyecto ha funcionado para
transformar una realidad significativamente, entonces el agradecimiento de pronto
se torna aún más genuino. También nosotros hagamos a la inversa un buen
comentario por parte de nosotros de esa institución en distintos espacios también
es una manera de retribuir su colaboración. Aunque actualmente a medida de que
también se institucionaliza la manera de asignar donativos, la labor de informar
como parte del monitoreo debemos de estar pendientes de la operación del
proyecto. A continuación enlistamos alguno de estos instrumentos, que tienen que
ver con el proceso de informar:

• Informes de actividades: La organización informa sobre las actividades realizadas


en el periodo, en relación a lo propuesto por el proyecto.
• Informes financieros: La organización informa el avance de gastos del proyecto.
Esto puede incluir un breve reporte de rubros del presupuesto del proyecto y los
gastos realizados a la fecha, o una relación de todos los gastos con copia de facturas,
por ejemplo.
• Informes parciales: Tomando como base la información asentada en el proyecto
original, la organización informa sobre sus avances. Si los proyectos duran varios
años, se pueden pedir varios informes parciales, para observar el ritmo con que se
alcanzan los logros. Una vez recibidos estos informes, es recomendable analizarlos y
emitir una opinión, de manera que si hay rubros atrasados el donante pueda pedir
más información a la donataria.
• Informe final: La donataria da cuenta de todos los logros del proyecto financiado.
Se sugiere pedir alguna evidencia gráfica y documental del proyecto (fotografías,
folletos/ libros editados con el financiamiento recibido, por ejemplo).
• Visitas de campo: Las visitas al sitio donde se realiza el proyecto son útiles para
recabar información y estrechar la relación entre el donante y las donatarias. Se
sugiere preparar la visita con una guía. Las visitas pueden ser anunciadas y no
anunciadas.

142
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Un punto a considerar es que los donantes mexicanos se enfocan más a las


revisiones administrativas, por lo que impide utilizar el monitoreo y la evaluación
para estos otros fines de cercanía. Comparando las respuestas de OSCs mexicanas
con las de una encuesta publicada por la revista Alliance for Philanthropy and Social
Investment Worldwide, puede verse que las OSCs mexicanas perciben que los
donantes utilizan los informes sobre todo para ver cómo se usaron los recursos
(79%, contra 59% en el caso internacional), y menos para ver los resultados del
proyecto (63%), el progreso hacia cambios de largo plazo (42%) y los aprendizajes
(31%) que sus contrapartes internacionales (76%, 62% y 51%, respectivamente)
(Verduzco et al., 2009), pero es algo que no debemos de perder en nuestro espectro.

V. Cultivar

¿Qué sucede cuando nuestro periodo de financiamiento a concluido o cuándo ya


nos han apoyados por varios periodos? Así como hemos preparado una estrategia
de ingreso, también es importante generar una estrategia de desprendimiento, se
recomienda cerrar conforme a sus lineamientos, entrega de documentación,
reportes que el proyecto ya está concluido. Cerrar una colaboración de recursos, no
implica clausurar la relación con la fuente, por lo general le gusta continuar
recibiendo noticias nuestras, pues fueron parte del proceso, también como una
forma de cultivar un posible aliado futuro. Si el donante quedó satisfecho con el
manejo de su donativo, aunque institucionalmente tenga la limitante de apoyarnos
por varios periodos, es muy frecuente recibir ayuda a la organización o prepararla
para conseguir fuentes de fondos alternativas, ya sea sirviéndole como referencia, o
asesorándola para acercarse a ellos. Existen niveles de relaciones y perspectivas tan
diversas que el haber dado de frutos también puede conducirnos a que el donante
esté interesado en ayudar a otras organizaciones a replicar un modelo o método
que desarrollamos, o bien hacernos sus futuras dictaminadoras de otros donativos.
Por ello, cultivar implica la perspectiva de largas y duraderas relaciones.

VI. Renovar

Cuando hablamos de renovar, se entiende que es el fin del ciclo de la procuración,


la aplicación del donativo habrá concluido, el proyecto está cerrado cuando
ninguna parte tiene una actividad pendiente de los compromisos adquiridos.
Entonces nos encontramos en la fase del círculo de volver a empezar, para
refrendar nuestros vínculos. Como institución bonificada por lo general la
143
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

expectativa es contar con el apoyo permanente de esta fuente, hacer de la relación


un matrimonio durable, en el que se convierta en nuestro proveedor perpetuo.

Sin embargo, por ser la tendencia en los proyectos sociales la búsqueda de la


sustentabilidad y auto sustentabilidad, habrá un momento en el que se concluya la
relación. Por lo que la renovación se refiere más a una revisión constante de nuestra
estrategia, para poder tener detectados prospectos a manera de que en nuestra
planeación no se deje de realizar esta función. Revisar, replantear, recapitular habrán
de ser las actividades para poder renovar e innovar en nuestro proceso de
procuración de fondos.

Consideraciones Finales

El proceso de procuración de fondos es una actividad planeada, profesional,


constante, ineludible a la búsqueda de posibilidades de poder emprender
actividades que busquen equilibrar, compensar, transformar lo que no nos gusta
como sociedades. Reivindicar los derechos sociales, económicos, ambientales, y
culturales, implica un serie de acciones que si se conoce lo que ya han hecho otros y
cómo lo han hecho reducen el camino para poder efectuarlo.

Al ser sujetos de financiamiento, significa que hemos logrado cierto grado de orden
institucional, una estructura humana comprometida, un proyecto valioso y un
manejo económico sano. Invirtamos nuestro trabajo hacia la construcción de
proyectos valiosos, infaliblemente nos conducirá a oportunidades de
financiamiento, pero sobre todo a realizar acciones en cadena que irradian otros
ámbitos.

Los obstáculos a los que habremos de enfrentarnos es a la desconfianza


interpersonal y en las instituciones (poca transparencia), falta de capacidad para
recaudar fondos, pobre capacidad para reclutar voluntario, debilidad organizacional
(bajo nivel de profesionalismo), a una sociedad solidaria pero no organizada y la
situación económica del país.

La procuración de recursos y fondos se sustenta en un incesante trabajo de


relaciones públicas. Es imprescindible que logremos que los que aportan no se
sientan solo “donantes” sino aliados estratégicos de nuestros proyectos y parte
importante de los mismos. Si bien es cierto que a nivel macro las donaciones no
144
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

representan un monto significativo de la riqueza mundial, pensemos que este


también es un mecanismo de lucha contra las desigualdades sociales, es una
transferencia en la búsqueda de la tan anhelada equidad social.

BIBLIOGRAFÍA

 Carrillo , P y Tapia, M. (2010). 11 Pasos para Profesionalizar al Donante. Manual


para invertir recursos con mayor impacto social. Alternativas y Capacidades A.C.
D.F., México.
 Cohen, E y Martínez, R. (2005) Manual de Formulación, Evaluación y
Monitoreo de Proyectos Sociales. CEPAL
 España. Ministerio de Relaciones exteriores y Secretaría de Cooperación
Internacional. Boletín Oficial del Estado. (Lunes 3 de marzo de 2014)
 Foundation Center. (2012). International Grantmaking Updat. NY, Estados
Unidos.
Para su consulta en:
http://foundationcenter.org/gainknowledge/research/pdf/intl_update_2012.pd
f
 INEGI. (2011). La “Cuenta Satélite de las Instituciones Sin Fines de Lucro de
México” (CSISFLM) serie 2008-2011.
 ITAM (2005). “Encuesta Nacional de Filantropía y Sociedad Civil (ENAFI)”.
 Tear Fund. (2004). Roots 6 – Recaudación de Fondos. Teddington, Reino
Unido.
 Verduzco Verduzco, María Isabel, Jesús Leal Trujillo y Mónica Tapia Álvarez
(2009): El Programa de Coinversión Social como modelo de coinversión en
política social. México, Alternativas y Capacidades, A.C.

145
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

146
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

10.- Perspectiva de Género en el Trabajo


Social Institucional.
Mayra Guadalupe Niño Zuñiga. Licenciada y Maestra en Trabajo Social egresada de la
Escuela Nacional de Trabajo Social-UNAM, Diplomada en Trabajo Social y
Fortalecimiento Institucional por la RIEATS, Diplomada en Peritaje Social por el Colegio
de Trabajadores Sociales de México, y Especialista en Género y Derecho por la Facultad
de Derecho de la UNAM. Cuenta con experiencia en la Administración Pública en la
CDMX y como asesora en los espacios Legislativos. Actualmente es Consultora
independiente, profesora de la Universidad Iberoamericana e integrante de la Red de
Investigaciones y Estudios Avanzados en Trabajo Social A.C.

Introducción
Este conjunto de ideas en tanto al quehacer institucional del Trabajo Social y la
perspectiva de Género acarrea al punto de recordar desde la práctica personal al
quehacer de la profesión del Trabajo Social desde la perspectiva de género.
Pretenderé expresar lo que se hace y lo que se observa desde la disciplina del
Trabajo Social en su incorporación a los marcos que legitiman la equidad de género
en el ámbito de las políticas públicas y la implementación de las mismas hacia el
fortalecimiento de la participación equitativa en las mujeres en la actual CDMX
antes Distrito Federal. La descripción de los quehaceres desde la práctica
profesional ponen en re configuración constante la intervención de la Disciplina
de Trabajo Social en el complejo escenario del servicio público en este caso en
particular desde hace más de 20 años.
El punto de partida es el de la experiencia, las vivencias y el recorrido realizado
durante los años comprendidos desde 1999 hasta el 2008, a través del Programa
para la participación Equitativa de la Mujer (PROMUJER), actualmente Instituto de
las Mujeres del Gobierno de la Ciudad de México. No omito señalar que quedarán
periodos por describir y que será un documento inacabado por los requerimientos
del espacio, más muestro el interés en un futuro no distante de continuar con la
recuperación de la experiencia que permita al ejercicio profesional de la Disciplina
del Trabajo Social. Considerar la anexión de la perspectiva de género en la práctica

147
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

profesional no solo desde la teorización del conocimiento, sino como una


manifestación del quehacer sentido y correspondido de la experiencia en el
quehacer institucional, la intervención comunitaria y la incidencia política.
Legitimación y profesionalización del Trabajo Social hacia una intervención
desde la perspectiva de género.
El acto de legitimación de la intervención de la disciplina del Trabajo Social en las
Instituciones Públicas, es mostrado aquí como un breve recorrido histórico, que
parte desde el campo de la profesionalización en la experiencia y nos sitúa hacia la
búsqueda de nuevas intervenciones.
Para este punto, es indispensable considerar los aportes de Elí Evangelista (2013)
revelados en el “Desarrollo Histórico del Trabajo Social en México” en relación al
surgimiento de la “Legitimación profesional del Trabajo Social en México. 1934-
1940”7 donde da cuenta de que el ejercicio “profesional” se da al interior de las
políticas sociales especificas en respuesta a los acontecimientos históricos de
nuestro país y al “Estado Social” en la evolución y restablecimiento de las
condiciones políticas, económicas, sociales, culturales y estructurales de mujeres y
hombres en el país.
Nos dice Evangelista, que en el periodo Cardenista se conformaron diversas
Escuelas Regionales Campesinas y Agrícolas en atención a regiones distantes que en
su quehacer consideraban acciones “socio-educativas, agrícolas y técnicas” desde la
estrategia combinada del servicio social y la interacción con la población en
beneficio, además de un “programa de trabajo social” que pugnaba por la reforma
social que en esos momentos era indispensable.
A lo largo de este desarrollo histórico profesional se logra ubicar que el “campo de
profesionalización”, siguiendo con Evangelista; se ubica en lo que actualmente
conocemos como Ciudad de México y se forjan dos enfoques tradicionales
(Ibíd.,2013) de la práctica del quehacer profesional de la presencia comunitaria con
sus procedimientos específicos en respuesta al momento histórico-social y el de la
práctica institucional “basado en el trabajo social de caso y generado desde las aulas
es decir en la formación escolar” (Op. Cit., 2013) y en réplica a la instrumentación
de las políticas sociales a través de la creación de las instituciones que dentro de sus

7
Cial de la Evangelista, Elí. (2013). Desarrollo Histórico del Trabajo Social en México. Red de Investigaciones y
Estudios Avanzados en Trabajo Social, A.C. México.
148
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

objetivos demandaban la presencia de esta profesión para desarrollar e implementar


acciones en respuesta a realidades en demanda constante en un principio en los
ámbitos de la Salud, la Educación y la Asistencia Social.
En este conjunto de ideas, las Instituciones del Estado obedecen en su creación
desde el marco de los derechos sociales como vías para garantizar el acceso básico
de la población a los servicios de salud, de educación así como a los servicios
sociales, culturales y de acercamiento a la justicia social y ciudadana. La legitimación
del ejercicio profesional es cuanto por parte del Estado, mismo que incorpora a sus
estructuras institucionales en esta labor como una práctica especializada del
quehacer social por así definirla. Reconociendo el conjunto de saberes a nivel
técnico, práctico, comunitario- territorial, en atención específica de casos ahora
relacionado con el tema de la intervención social con grupos y comunidades en lo
específico.

La legitimidad en el actuar profesional.


Max Weber (1984) en su clásica obra “Economía y Sociedad”(Weber, 1984)
entendía por “dominación” la apariencia de encontrar obediencia dentro de un
grupo determinado para mandatos específicos (o para toda clase de mandatos). Esta
“dominación”, entendida en el sinónimo de “autoridad”, reposa en los más diversos
motivos de sumisión: desde el acostumbramiento inconsciente hasta los motivos
que se consideran puramente racionales con arreglo a fines. En todo caso, como el
mismo Weber encarna, un determinado mínimo de voluntad de obediencia, o sea de
interés (externo o interno) en obedecer, es esencial en toda relación auténtica de
autoridad.

Exponíamos que los motivos de sumisión ante la “autoridad” son espejeos


constantes de las cotidianidades, de las costumbres y de los intereses en juego que
se muestran cercanos a motivos afectivos y arreglo a valores, desde Weber la
creencia en la “legitimidad”, es una declaración a partir del conjunto de capacidades
del Gobierno para el ejercicio de las políticas sociales.
Weber define al derecho como una de las formas de garantizar la legitimidad de un
orden.
“…Los que actúan socialmente pueden dar validez legitima a un orden dado: (…) en virtud de
lo establecido positivamente, en cuya legalidad se cree. Esta legalidad puede valer como legitima

149
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

a) en razón de un acuerdo de los interesados, b) en razón de su sanción por una autoridad


concebida como legítima y del sometimiento correlativo…” (Ibíd., 1984).
En manifestación anterior, desde la profesionalización del Trabajo Social, en el
contexto del año de 1934 se reconoce la posibilidad de intervención, en la
legitimidad del reordenamiento del Estado Mexicano a través de las instituciones
públicas se muestra así el aparato formal y normativo de su poder ante la población
territorializada.
Principales políticas y acciones hacia la participación equitativa de la mujer
en el Distrito Federal.
El contexto de la experiencia

En cuanto a las políticas y estrategias de gobierno para el Distrito Federal en el


marco del periodo del 1998-20008, las actuaciones administrativas daban cuenta de
la plena vigencia al Estado de Derecho y de la transparencia en el ejercicio de sus
funciones en el ámbito político, los compromisos de primer orden recaían en la
descentralización y la promoción de la participación ciudadana hacia la edificación
de la democracia en la esfera de lo social. Así es como se promueven condiciones
para reducir la inequidad social en frontera con el ámbito económico destacando
acciones y diseños de leyes de adopción de medidas relevantes como respuesta y
aprobación de la I Legislatura de la Asamblea Legislativa del Distrito Federal (DF).
La Ley de Participación Ciudadana del DF, incluía figuras como la de Iniciativa
popular, referéndum, plebiscito, así como el proceso de planeación del gobierno,
mismo que se logra más tarde a partir de la Ley de planeación del Desarrollo del DF
(publicada en enero de 2000) la misma que permitió el puente eficaz y permanente
para el desarrollo social, político, cultural, económico del DF. Es importante
mencionar este marco jurídico porque en este se incluyen demandas y propuestas
en específico del movimiento amplio de mujeres en el sentido estricto de incorporar
a las mujeres en un ejercicio más amplio de la ciudadanía, de hacer más visible su
participación social en el diseño de políticas públicas y acciones desde la equidad en
el gobierno del Distrito Federal. En este conjunto de acciones los retos consistían
desde el Inmujeres ( INSTITUTO DE LA MUJERES DEL DISTRITO
FEDERAL) a través del sistema de unidades y del área de Cultura Ciudadana de los

8
La Política Social del Gobierno del Distrito Federal 2000-2006 (2006). Una Valoración General. Versión para
discusión en el Consejo Consultivo de Desarrollo Social del D.F.
150
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

CIAM (CENTRO INTEGRAL DE APOYO A LA MUJER) reorganizar los


recursos para enfrentar las profundas desigualdades en el territorio de la Ciudad.
Diseñar modelos de atención e intervención desde el Trabajo Social con el objeto
de propiciar estrategias dirigidas al acceso de la seguridad básica para las familias,
ante los escenarios del desempleo, la pobreza, las eventualidades naturales y el
envejecimiento en la población.
Una sociedad incluyente y solidaria, la política social del Distrito Federal
1998-20009.
Es importante señalar que la Ciudad de México en sus geo referencias económicas,
políticas y sociales responde al diseño de estrategias sociales que arropan los
cambios manifestados en las estructuras familiares, en los esquemas culturales, en
los modelos de prevención y atención social caracterizados por las incertidumbres
sociales en confín constante con el reconocimiento a las diversidades y la
complejidad de la sociedad y necesidades de nuevas convivencias en envolventes
sociales de respeto, tolerancia y corresponsabilidad, que propician escenarios de
acceso a las oportunidades de desarrollo para mujeres y hombres y ciudadanía en el
amplio espectro de las consideraciones sociales en transformación.
Bajo esta perspectiva en el marco histórico referenciado se ubican grupos
poblacionales que por sus condiciones determinadas, por razones estructurales o
por las visiones estereotipadas y culturales existentes demandan en específico de
políticas sociales incluyentes de acciones afirmativas y programas que den respuesta
a sus necesidades y principalmente, a la generación de espacios para su
incorporación y participación en la dinámica social de la Ciudad.

Las mujeres como grupo mayoritario en los distintos ciclos de edades; niñez,
juventud, madurez y personas mayores, se enfrentan, confrontan y afrontan
obstáculos explícitos y velados que limitan su acceso en condiciones equitativas a la
educación, a los servicios públicos, a las instancias de salud, al empleo y
capacitación, a la impartición de la justicia, etcétera, impidiendo acceder de manera
equitativa a los avances del desarrollo social, político, cultural y económico de su
entorno y en pleno ejercicio de los derechos humanos.

9
Ídem

151
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Por este conjunto de razones en el ejercicio de las memorias desde la militancia y el


servicio público, coadyuvamos desde el movimiento de mujeres a la generación,
diseño, implementación, evaluación y seguimiento de la política social del Gobierno
del Distrito Federal que para las mujeres tuvo en principio como objetivo inicial:
propiciar la equidad a través de la igualdad de oportunidades específicas y reales que
posibilitaran la atención de sus problemas prioritarios en los ámbitos de
participación social, cultural y económica, en la búsqueda de promover el desarrollo
de políticas de equidad que impulsaran la participación de las mujeres en el ámbito
público de manera integral, incluyente y participativa, garantizando con ello, el
pleno ejercicio de sus derechos.

En este orden de ideas la política social para las mujeres de la Ciudad de México,
instrumenta a partir de 1998, a través de políticas de integralidad ahora reconocidas
como políticas públicas de transversalidad de género; en la administración del
gobierno el sistema de unidades en representación delegacional reconocidos como
CIAM (Centros Integrales de Apoyo a la Mujer) ahora Unidades de
Atención del actual Instituto de las Mujeres del Distrito Federal, que dentro de sus
acciones a favor de las mujeres destaca la formulación, fomento, coordinación y
ejecución de políticas y programas que promueven la equidad y la igualdad de
oportunidades hacia la disminución de las brechas existentes estructurales de
exclusión social situadas en la condición de las mujeres, en congruencia con este
compromiso el 11 de agosto del 2000, el Gobierno del DF, emite en el reglamento
de la Administración Pública del DF, el Articulo 129, con el cual se crea el Instituto
de la Mujer como órgano desconcentrado de la Secretaria de Gobierno, donde en
acompañamiento de la sociedad civil organizada inicia un proceso de transición en
el que se establecen readecuaciones administrativas orgánicas y funcionales para dar
cumplimiento a las atribuciones establecidas en la publicación de la nuevas
atribuciones del INMUJER quedando así el 14 de agosto del 2000, donde se señala
que el compromiso de una sociedad con equidad entre los géneros y con justicia
social será la constante en respuesta a esta política pública y en el cual prevalecerán
las relaciones y ejercicio democráticos de poder donde la distribución de los
recursos presupuestales serán estrategias significativas para que el avance de las
situaciones y condiciones de las mujeres, donde se muestren adelantos y se acerquen
de manera significativa al ejercicio de sus derechos tanto en el ámbito público como
en el privado, así como la incorporación en la toma de decisiones en el mismo

152
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

marco de referencia público-privado, desde la conciencia del “ser” y del “deber ser”
en cuanto a la participación ciudadana y de incidencia en los ámbitos colectivos.
Damos cuenta así de los cambios y las formas de organización, diseño e
implementación y concepción de las políticas del Estado en este periodo en
descripción, haciendo mención de que faltan aún situaciones por mencionar y otras
por descubrir y aludir, más en satisfacción de estas líneas en cuanto a las políticas
sociales y públicas de atención e intervención profesional nos acercamos a la
descripción oportuna del quehacer desde la experiencia y practica del Trabajo
Social, donde fuimos convocadas desde el ámbito de formación profesional a
incursionar en el diseño, transformación, implementación, seguimiento y
adecuación constante en el ejercicio del servicio público a favor de la integración de
la perspectiva y transversalización de la equidad de género en la Administración
pública del Distrito Federal (Lagarde, 2003).
A partir de este campo de referencias normativas, jurídicas e institucionales
¿desde dónde intervenimos?
En la estructura orgánica del INMUJERES en el 2000 en el sistema de atención y
operación de la política pública de equidad en la Ciudad se consideraron a diversas
disciplinas de las Ciencias Sociales en el quehacer de la institución para lograr el
objetivo del diseño e instrumentación de políticas de equidad de género y acciones
afirmativas tendientes a garantizar el ejercicio de los derechos de las mujeres;
considero reflexionar aquí la experiencia del ejercicio disciplinar aun y cuando la
profesión como tal no se encontraba convocada por su objeto de intervención en
los ejercicios de su servicio.

El interés se centraba entonces desde el servicio público, en interesarnos en la


historia de las mujeres así como de los hombres, que no deberíamos trabajar
solamente sobre el sexo oprimido, del mismo modo que para atender, entender y
comprender las brechas de desigualdad era obligatorio un trabajo de campo en el
marco diagnóstico que diera cuenta de la situación, condición y posición de las
mujeres en los ámbitos delegacionales. Nuestro propósito era entonces percibir el
significado de los sexos, de los grupos de género, en el pasado histórico, a través de
la recuperación de historias y de la capacitación constante y permanente, es aquí
donde el herramentaje de la formación disciplinaria en mi experiencia adquiere la
especialización en los temas de género, planeación estratégica, diseño e
implementación de estrategias locales en respuesta a demandas específicas de un
153
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Trabajo Social con enfoque de género, es decir formada desde la administración


pública y la intervención comunitaria en respuesta de la formación universitaria
desde la profesión situada a través del contacto permanente con las mujeres en la
Ciudad de México.
El propósito era descubrir el alcance de los roles sexuales y del simbolismo sexual
en las diferentes colonias y contextos rurales, urbanos y semi rurales; conocer la
historia de las cotidianidades para motivar la búsqueda del significado que tuvieron
las mujeres y cómo funcionaron para mantener el orden social funcional y
promover su cambio hacia el objetivo planteado desde la política de equidad.
Además, y quizá con mención en lo más importante, "género" fue un término
propuesto por precursoras de la política de equidad desde la perspectiva de género
quienes afirmaban que el saber de las mujeres transformaría fundamentalmente los
paradigmas de la situación social de las mismas sin obviar mencionar a la gran
maestra Itziar Lozano quien cercana al trabajo comunitario consideraba a la
disciplina de Trabajo Social en una posición de intervención en la transformación
cultural y política de la población en beneficio. “Las estudiosas feministas pronto
indicaron que el estudio de las mujeres no sólo alumbraría temas nuevos, sino que
forzaría también a una reconsideración crítica de las premisas y normas de la obra
académica existente" (INMUJERES, 2004). Así es como se empezaron a
profesionalizar las áreas de intervención de la institución y en donde se exaltaba que
la inclusión de las mujeres en la implementación de esta política implicaba
necesariamente la redefinición y ampliación de nociones sobre los roles
tradicionales y el significado histórico del ser mujer, los talleres, pláticas y métodos
de sensibilización se configuraban de modo tal que evocativamente consideraran la
experiencia personal y subjetiva lo mismo que las actividades públicas y políticas.
El área de intervención desde la disciplina que me congratula compartir es en el
diseño del área de Construcción de Cultura Ciudadana que tenía en esos entonces el
objetivo de: fomentar la auto organización y participación ciudadana de las mujeres
de las demarcaciones territoriales para así estimular el liderazgo y participación en
los procesos de toma de decisiones a través de las siguientes funciones:
1) Realizar un diagnóstico de las condiciones de la participación ciudadana de
las mujeres del territorio, así como el mapeo de las organizaciones en las que
participaban y sus propios niveles de intervención.

154
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

2) Elaborar un directorio de las organizaciones existentes en la demarcación


territorial y considerar el tipo de participación que las mujeres tenían en ellas.
3) Apoyar a la construcción y el fortalecimiento de redes de organizaciones de
mujeres de la demarcación, así como su participación comunitaria,
vinculándolas a las actividades propias de los Centros Integrales de Apoyo a
la Mujer ahora denominados Unidades de Atención a las Mujeres en el
Distrito Federal.
No está por demás apuntar que, por muy titubeantes que fueron los comienzos
reales, una metodología como ésta implicaba no sólo una nueva historia de las
mujeres en cuanto a dar respuesta a las políticas de equidad, sino también una nueva
historia en el ejercicio profesional y en materia de intervención desde el Trabajo
Social.
La forma en que esta nueva historia formativa debería incluir y dar cuenta de la
experiencia de las mujeres dependía de la amplitud con que pudiera desarrollarse el
género como categoría de análisis, es entonces en donde convocaba con seria y
profunda convicción la formación recibida en las aulas desde los conocimientos
adquiridos en metodologías de intervención comunitaria bajo la dirección de las
prácticas compartidas en escenarios dirigidos meritoriamente por el Profesor
Vicente Infante Gama y la inolvidable Mtra. Esther Zuñiga. Aquí, las analogías con
el diseño de estrategia de intervención desde la institución me llevaban al recuerdo
de las propuestas novedosas de Ma. Del Carmen Mendoza Rangel que no
mencionaba el tema del género como tal pero que en la aplicación metodológica
eran explícitas la situaciones de las mujeres en los ámbitos comunitarios; claro está
que las especialistas en aquel momento histórico consideraban que en los estudios
en torno a la mujer tendrían que considerarse con mayores provechos políticos.

El interés por comprender y entender las categorías de clase social, raza (ahora
desde la pertenencia étnico-racial) y género apuntaba, en primer lugar, el
compromiso de dar respuesta a situaciones específicas de la Ciudad de México y a la
elaboración de un análisis del significado y naturaleza de su opresión, y, en segundo
lugar, la comprensión hacia el ámbito académico de que las desigualdades del poder
están organizadas en obediencia de intereses estratégicos y prácticos que no
consideraban la interacción para y con las mujeres.

En el caso de la categoría de género en estos comienzos, implicaba un conjunto de


posiciones teóricas como también de meras referencias descriptivas a las relaciones
155
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

entre sexos y el acercamiento a un tema prioritario desde el ejercicio profesional, el


trabajo comunitario.
Ya ahora en la distancia del quehacer institucional y en cuanto a la participación de
las mujeres, aclaro y comparto que mi comprensión de la situación, condición y
posición de las mujeres en la Ciudad de México no cambia solo por el ingreso de las
mujeres a la participación pública, el desafío aun consiste en plantear alternativas de
respuesta entrelazadas en un interés mínimo en la correspondencia de la
institucionalidad de la perspectiva de género y las sujetas sociales en los territorios.
Requiere entonces todo esto no solo una recuperación de la experiencia desde la
mirada social y feminista sino propiciar indagaciones que den cuenta de ¿Cómo
actúan la políticas de equidad de género en las relaciones sociales humanas situadas
en contextos territorializados y politizados? ¿Cómo da significado la construcción
social de género en la Ciudad de México a la organización y percepción de propiciar
cambios en la situación, condición y posición de las mujeres en su desarrollo social-
histórico, político y ciudadano? Las respuestas dependen del género en tanto que
como categoría analítica que se sumerge en agencia del habitus profesional de la
Disciplina de un Trabajo Social Contemporáneo (Evangelista, 2012).
A arzón de lo vivido propongo el siguiente concepto:

Definiendo al Trabajo Social Contemporáneo (Niño, 2011). El Trabajo


Social Contemporáneo, concebido como un saber con distintas vertientes
desde las ciencias sociales en las que el interés fundamental es proyectar
orientaciones teóricas y metodológicas que contribuyan a transformar la
realidad y deconstruir lo tradicional, considerando, comprendiendo,
analizando y entendiendo las dimensiones de las realidades de mujeres y
hombres pertenecientes a un contexto, con derechos y deberes; es decir,
pensar y concebir a los sujetos sociales en sus distintas y diversas
dimensiones: niñez, adolescencias, juventudes, mujeres, hombres, personas
mayores, dentro de sus espacios relacionales, espacios públicos y privados,
grupales, comunitarios, culturales, sectoriales, regionales y las múltiples
diversidades en la composición social actual y las complejas relaciones que
guardan entre sí y sus ambientes de interacción social; para así, promover el
ejercicio ciudadano en aras a la resolución de problemas en las relaciones
humanas y el fortalecimiento de la población intervenida para potencializar
su desarrollo humano.

156
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Planteo una mirada reflexiva ante estas consideraciones, sin perder de vista que la
práctica profesional es un constante ejercicio de política, aunque su encomienda
natural no sea la acumulación de simpatías en los procesos electorales locales y las
coincidencias en las representaciones políticas. La intervención profesional desde mi
particular punto de vista y ejercicio profesional considera una acción política,
“entendida como capacidad colectiva de actuar sobre el curso de las cosas; es la instancia capaz de
inventar, crear, fundar nuevas formas de organización –no de gestión- de lo social, nuevos objetivos
y contenidos (…) que recreen las condiciones para que la vida sea posible para todos…” (Heler,
2002), en donde se conjugan también principios feministas que acompañan este
andar y donde para quienes toman decisiones en su práctica cotidiana y en sus
órdenes de poder queda el eco claro de que “cuerpo de mujer no garantiza conciencia de
género” en las representaciones institucionalizadas, estructuradas y estructurantes,
desde los actores, desde las agencias, el propósito disciplinario es transitar en la
legitimación de la intervención profesional y la demanda entre especificidades
contextuales ha rebasado la practica institucional sin ánimo de ofensa hacia los
servicios institucionales quienes quedan sometidos entre las burocracias,
jerarquizados disciplinariamente por brechas de desigualdad propias en el desarrollo
de incidencias en respuesta al actuar disciplinar, la domesticación del ejercicio en el
entorno institucional desalienta el espíritu esencial del quehacer al que hemos sido
convocados desde las reconfiguraciones de un Estado en constante transformación,
entonces es tiempo de actuar.
La “otredad” (Beauvoir, 2011) para quien se debe en su “ser” la disciplina contiene
en las instituciones de manera tardía consideraciones ciudadanas por el ausentismo
del acceso a la misma ciudadanía y que en otras latitudes del mundo situaciones
como las que se viven y se señalan conformarían profundas transiciones en la
respuesta de la institucionalización del Estado.

Conclusiones parciales
Como concluir ante el descubrimiento tal del llamado de la transición disciplinar, la
revisión crítica de esta experiencia me permite esbozar las siguientes opiniones para
la motivación en la reconfiguración de métodos y técnicas interdisciplinares que
conlleven la búsqueda y explicación de los elementos y sentidos de la acción, de la
intervención. La actualización constante, salir del área de confort institucional.
Considerar los aportes desde la experiencia práctica, ejercicios de documentación,
espacios de discusión, colaboración en la conformación de grupos específicos de la

157
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

disciplina e interactuar en espacios de la labor interdisciplinar. Desde otras ideas;


moverse, pensarse y sentirse en renovación ante las dinámicas y complejas
realidades sociales desde el ámbito institucional donde es importante actualizar las
reglas del juego en los campos institucionales para así transformar las formas y los
modos e impacientarse de vez en vez mediante la acción.

Referencias

Beauvoir, S. de (2011) El segundo sexo- 5ª edición- Buenos Aires- De bolsillo.


México.
Conferencia la política pública de equidad e igualdad de oportunidades en el
Distrito Federa. (2004) INMUJERES DF.
Evangelista, E. (2013). Desarrollo Histórico del Trabajo Social en México. Red de
Investigaciones y Estudios Avanzados en Trabajo Social, A.C. México.
------------------. (2012) Aproximaciones al Trabajo Social Contemporáneo, 3º edición. Red
de Investigaciones y Estudios Avanzados en Trabajo Social, A.C. México.
Heler, M., (2002). Filosofía Social & Trabajo Social, (coord), Buenos Aires, Biblos.
Lagarde, M. (2012) El feminismo en mi vida. Hitos, calves y topías. Inmujeres DF.
------------------Coord. (2003) Política y Género. Grupo parlamentario del PRD.
Cámara de Diputados. Congreso de la Unión LIX Legislatura.
La Política Social del Gobierno del Distrito Federal 2000-2006 (2006). Una Valoración
General. Versión para discusión en el Consejo Consultivo de Desarrollo Social del
D.F.
Niño Z. M. G. (2011) Definiendo al Trabajo Social Contemporáneo.
WEBER, M., (1984) Economía y sociedad. Cap. III y IX. – Fondo de Cultura
Económica. México.

158
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

11.- Los Procesos de Comunicación en


el Trabajo Social Institucional.
Angélica Hernández Yáñez. Licenciada en Pedagogía por la Universidad Pedagógica
Nacional y Maestra en Trabajo Social por la ENTS-UNAM. Diplomada en Estudios sobre
la Juventud por la FCPyS-UNAM y Diplomada en Trabajo Social y Fortalecimiento
Institucional por la RIEATS. Es Coordinadora General de la Sociedad Educativa
Multidisciplinaria ROSAJ A.C. y consultora de la Red de Investigaciones y Estudios
Avanzados en Trabajo Social A.C

El bien común debe tener estrategia.


La solidaridad debe tener estrategia.
Ariel Torti, 2006

Este artículo está elaborado con la intención de dar cuenta la importancia de la


comunicación para el Trabajo Social Institucional. Hablar de este asunto es
importante porque la comunicación como una acción humana que percibimos
“natural y cotidiana” es un tema del que difícilmente nos complicamos o nos
preguntamos de manera formal, científica. Se soslaya su importancia, sin embargo
debemos ver a la comunicación como algo que también requiere pensarse teórica y
metodológicamente además de revisar su ejercicio de cuando en cuando.
Sabiendo entonces que en las instituciones como en la vida cotidiana, la
comunicación es un proceso esencial para poder transmitir todo tipo de sentir y/o
demanda y que, el Trabajo Social es:
“una disciplina social cuya intervención se sitúa en una transición de la búsqueda de solución de
necesidades y que, en esta situación de tránsito se establecen y articulan relaciones que se tejen a
partir de convocar a sujetos a la participación, la reflexión, la organización y la toma de
decisiones para enfrentar las diversas problemáticas que convergen dentro de cualquier núcleo
social.”(Mendoza, 2009).
Se puede observar la trascendental correspondencia entre la labor del trabajador
social y la comunicación interna y externa de una institución para fortalecer y crear
políticas públicas que respondan a sus desafíos. En este sentido, resulta necesario
aclarar que las instituciones y las políticas públicas se fundaron como instrumentos
para responder a las demandas sociales, el Estado mexicano como lo concebimos
159
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

hoy y desde el siglo XX se convirtió entonces en el garante de la educación, salud,


cultura, previsión y asistencia social y para ello creó infraestructura y equipamiento.
Las instituciones como organizaciones destinadas a servir a algún fin socialmente
reconocido y autorizado (Contreras, 2002:93) son espacios en constante
movimiento y transformación que crecen y se desarrollan en la misma magnitud que
lo hace la población y el Estado; por ello es necesario reflexionar sobre los distintos
desafíos que enfrentan estas organizaciones y de qué manera los están solventando.
Parte de esta reflexión tiene que ver con revisar su estructura organizativa y con la
forma de dividir organizar y coordinar sus actividades. La coordinación consiste en
establecer mecanismos para integrar las actividades de los departamentos en un
todo congruente, para vigilar la eficacia de dicha integración y en todo ello está
implicada la comunicación (Piñuel, 1997: 63).
Retomando: “La comunicación no es simplemente un fenómeno más que tiene lugar en las
organizaciones, la comunicación es la célula de que están hechos los sistemas sociales. Si no hay
comunicación, no hay tampoco un sistema social. Y las instituciones son sistemas que, como todo
sistema social están constituidas por comunicaciones” (Rodríguez y Opazo, 2009, 15).
La intervención de Trabajo Social parte dentro de la comunicación como un eje
sistémico que a través de la aplicación y la creación de redes sociales harán en la
institución un proceso de mejora no solo interna sino externa. De esta manera se
sugiere que la institución se objetiva como realidad social porque existe una
organización de roles que preexiste y perdura sobre los individuos, y estos roles
preexisten por la fijación de tareas y funciones internas. Se sabe que los programas y
actividades de comunicación que se realizan en la institución independientemente
del público al que se dirijan, de los objetivos específicos por cumplir o de los
canales utilizados deben responder a una estrategia común cuya finalidad última será
ayudar a la organización a alcanzar sus metas. Así pues, el siguiente apartado está
destinado a conocer en qué consiste la comunicación institucional, sus tipos y
formas, los ejes que la construyen, así como las problemáticas, desafíos y
habilidades que es necesario tomar en cuenta.

Comunicación Institucional. Tipos y formas:


La comunicación Organizacional o Institucional definida por Fernández (2002) es:
“El conjunto total de mensajes que se intercambian entre los integrantes de una organización y
entre esta y su medio.” (p.30). Las interacciones comunicativas, resultan mediadas por
160
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

condicionamientos sociales ligados a la política de las organizaciones y por


condicionamientos psicobiológicos impuestos por la naturaleza de las circunstancias
personales de los miembros de las organizaciones y la de sus interlocutores.
La instalación y uso de medios y rutinas de comunicación por parte de las
organizaciones deben hacerse tomando en cuenta las mediaciones impuestas por
estos dos sistemas. El psicobiológico y el socioeconómico y sabiendo que la propia
comunicación puede servir en las mediaciones sociales y psicobiológicas para
facilitar el trabajo en la institución. El trabajador social, siendo un agente de gestión,
acción y vinculación tiene por objeto generar y aplicar sus saberes a partir de
mediaciones no sólo con un equipo interdisciplinario que labora en la institución
sino con el personal y la sociedad que requiere de los servicios que la institución
cubre, un claro ejemplo de ello, es el estudio de caso o el manejo de grupo en
talleres que puede implementar, el trabajador social para construir una ambiente
apropiado que plantee la rutinas y los medios instrumentales de comunicación
La interacción social que sostiene la práctica de gestión de la comunidad social al
servicio de las organizaciones es la que estratégicamente permite a las instituciones
organizar tanto las relaciones internas como las relaciones con el entorno social.
Entonces como percibimos, existe comunicación entre los integrantes de la
institución y también comunicación de la institución hacia su entorno esto es
comunicación interna y externa.

Comunicación interna
La comunicación Interna, Fernández Collado (2002) la define como:
“El conjunto de actividades efectuadas por cualquier organización para la creación y
mantenimiento de buenas relaciones con y entre sus miembros a través del uso de diferentes
medios de comunicación que los mantenga bien informados, integrados y motivados para
contribuir con su trabajo al logro de los objetivos organizacionales” (p.12).
Cualquier plan de comunicación interna en una institución no debe ser
consecuencia de rutinas largamente implantadas debe arrancar de una jerarquización
de objetivos y una atribución clara de responsabilidades. Por lo tanto es sustancial
construir una identidad institucional que consiste en una interacción comunicativa
que involucre a todos los componentes del sistema para consensar las actividades a
llevar a cabo, el cómo se van a llevar a cabo y la actitud ante dichas actividades.

161
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Esto es importante porque la identidad como interacción comunicativa al interior


de la organización surge desde dentro pero es proyectada hacia lo externo y se
construye una imagen. Por lo anterior es necesario tener en cuenta tres ejes que la
comunicación institucional integra:

 Las relaciones profesionales: que son las relaciones formales entre los
departamentos de la organización, es la interacción entre las personas
especialistas en su área que unen sus esfuerzos para lograr el resultado
esperado.
 Las relaciones de convivencia: Es la comunicación de tipo informal que
puede resultar positiva o negativa al objetivo de la institución y la finalidad de
tomarla en cuenta no es para erradicarla sino para prestarle atención, para
trabajar para que sea positiva en lo posible y mantener un ambiente de
trabajo agradable.
 Las relaciones de identidad: Se trata de llegar a un acuerdo en cuanto a
valores compartidos, mediando los desacuerdos para encaminar las
actividades de la institución.

Lo ideal para cada institución es que su identidad se encuentre estructurada,


formalizada e internalizada para que de esta forma los integrantes de la institución la
conozcan la acepten y se convierta en un hábito desempeñar sus actividades con
base en ella. Con un diagnóstico donde revisemos estos puntos podemos explorar
las debilidades en cuanto a comunicación e integración organizacional y repensar
estrategias en todo sentido; por ejemplo:
 Crear un manual de procedimientos.
 Dinámicas de cohesión institucional.
 Construir un manual como herramienta base que establezca las normativas
para actuar en materia de comunicación.
 Revisar y enriquecer las herramientas de comunicación interna.
 Programas de capacitación y actualización. Para que todas las personas
utilicen las herramientas al 100 por ciento, etcétera.

Comunicación externa:
La comunicación externa según Fernández (2002) “Es el conjunto de mensajes emitidos
por la organización hacia sus diferentes públicos externos, encaminados a mantener o mejorar sus
relaciones con ellos y a proyectar una imagen favorable y clara” (p.32).

162
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Las organizaciones son sistemas que implican la producción y reproducción de


decisiones en un flujo comunicativo interno permanente; sin embargo, no sólo
involucran decisiones comunicativas al interior de la institución ya que cuenta
también, con edificios y presencia física que tienen un impacto en el entorno. Las
comunicaciones de la organización con su ambiente también buscan conseguir
que dicho entorno y ella estén en armonía. (Rodríguez y Opazo, 2009: 539).
Ampliando un poco, la comunicación externa, son todas aquellas actividades
realizadas por la organización cuyo propósito es mantener relaciones con el exterior
no solo para dar a conocer la institución sino también como una herramienta para
interactuar con otras instituciones, compartir experiencias, estrategias, compararse
para mejorar y a partir de la gestión y la práctica lograr la formación de redes.
Dadas estas circunstancias la comunicación interna y externa deben tener
coherencia y armonía para no generar confusión tanto en el ambiente cotidiano de
la organización como con el público usuario que es a quien nos dirigimos, por ello
es importante y prioritario trabajar con la comunicación interna para construir
consenso en:¿Qué queremos hacer?;¿Por qué?; ¿A qué público se pretende dirigir?;
¿Qué mensaje queremos transmitir?; ¿Por qué medio y con qué argumentos? Sólo
coordinando la comunicación interna se puede establecer una comunicación clara
con el exterior.

Comunicación informal:
Dentro del servicio de Trabajo Social en cualquier institución se observará alguna
función administrativa en la que es indispensable participar y determinar
intercambios comunicativos ubicados en alguno de los sub contextos. Dentro de
estos intercambios comunicacionales se construyen las conversaciones informales
que se llevan a cabo dentro del proceso de la comunicación y es preciso tomar en
cuenta este hecho.
Cuando una persona o grupo de personas participa en una interacción como
miembro de la organización lo hace la mayoría de las veces en sub contextos
comunicativos como almuerzos, descansos, intercambios, a la salida de juntas, entre
otros; y este intercambio sirve de marco referencial para la comunicación formal.
Al estudiar las comunicaciones informales en la institución surgen fenómenos que
nos ayudan a descubrir rasgos de liderazgo en algunos colaboradores, tips de
persuasión y apoyo para alineación de objetivos y metas organizacionales.
163
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

En síntesis, el análisis de redes sociales informales aplicado a la organización


permite describir con mayor claridad los flujos e intercambios, que ocurren al
interior de la organización, junto con las conexiones y comunicaciones que van más
allá del organigrama formalmente estipulado, identifica la posición que cada
individuo tiene en la organización y su rol en la transferencia de información al
interior de ella. En este sentido el estudio de las redes abre un nuevo camino para
distinguir los distintos grados de conectividad, los actores claves en la organización,
las desconexiones, etcétera (Rodríguez y Opazo, 2009: 335).

De los flujos de comunicación en la institución:


Es preciso acotar que la comunicación institucional fluye en distintas vías; desde un
nivel jerárquico de arriba hacia abajo o viceversa y de manera horizontal. La
comunicación descendente es la información que fluye de los niveles más altos en la
jerarquía organizacional hacia abajo, una de las características de este tipo de
información es que se vuelve difusa y dispersa conforme va descendiendo en la
línea. Ante estas circunstancias es indispensable la existencia de un sistema que
permita retroalimentar la información.
Comunicación ascendente es cuando el personal operativo transmite información a
los niveles de mayor jerarquía. Desafortunadamente el flujo de información en esta
vía no siempre llega de forma completa y objetiva a los receptores porque a medida
que se va transmitiendo la información de forma ascendente se va mediando el
impacto del contenido, sobre todo si se trata de informes o noticias negativas pues
equivocadamente se tratan de ocultar los desaciertos.
Comunicación cruzada es la información de dirección horizontal y su finalidad
principal es incrementar la velocidad en la transmisión de la información, mejorar la
comprensión mediante el compartir y la coordinación de esfuerzos entre
colaboradores cercanos para lograr cumplir con el objetivo que se fijó.

De comunicar la información:
Para poder comunicar la información que se posee en la institución ya sea como
sujeto social o como una identidad institucional usualmente se realiza de tres
formas: por medio de la comunicación escrita, verbal y no verbal. La información
escrita se caracteriza por contar con mensajes claros, precisos, concretos y su
ventaja es que proporciona un registro y protección legal de lo que se comunica.

164
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

La comunicación oral se puede presentar de manera formal e informal y puede estar


sujeta a planeación o puede ser espontánea, su ventaja es que permite la
retroalimentación para aclarar o enriquecer la información, la desventaja es que está
sujeta a interpretaciones y malos entendidos que después no hay como contrastar.
Y como tercer elemento la comunicación no verbal, la cual es importante porque
complementa las anteriores y se manifiesta por medio de expresiones faciales y
corporales del expositor, también se consideran dentro de éstas los murales o
mamparas donde se maneja información por medio de gráficas, mapas y cuadros.

Habilidades de la comunicación
El trabajador social dentro de su cúmulo de conocimientos teórico-metodológicos y
prácticos posee habilidades que permiten la comunicación institucional y para
desarrollarlas de manera óptima Fernández (1995) nos propone estimular las
siguientes habilidades:
Primera habilidad: Escuchar; escuchar es el acto consciente de poner atención a lo
que alguien dice. ¿Cómo escuchar? Existen dos clases de obstáculos para quien
escucha: los físicos y los psicológicos. Las barreras físicas son a veces muy
numerosas pero con un poco de atención pueden ser rápidamente descubiertas y
superadas en la mayoría de los casos. Las barreras psicológicas son más difíciles de
superar, estas se pueden presentar tanto en quien habla como en quien escucha y el
individuo puede manifestarse reacio a cualquier esfuerzo por superar este obstáculo.
El primer requisito para superar dichas barreras es tener disposición para hacerlo.
Segunda habilidad: ¿Cómo hablar mejor? En una Institución hablamos para
transmitir órdenes, opiniones, decisiones, para evaluar, planear, programar, solicitar,
felicitar, reconvenir, establecer normas procedimientos, realizar correcciones,
coordinar actividades etcétera. Así que viendo la importancia de realizar estas
actividades correctamente y que de ellas depende el adecuado uso del lenguaje hay
que tener ciertas consideraciones al hablar.

 Cuidar el estilo de lenguaje empleado al dirigirse a personas distintas con


características educativas y culturales diferentes.
 Subjetividad; cuando hablamos conviene tener en cuenta que no poseemos
verdades absolutas para que nuestra propia visión del mundo no se refleje

165
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

excesivamente en nuestras palabras, lo cual nos aparta del nivel de


objetividad que los demás esperan encontrar en lo que decimos.
 Verborrea, dispersión en el mensaje, exceso de información.
Tercera habilidad: ¿Cómo escribir mejor? Al escribir se tiene la desventaja de no
tener retroalimentación inmediata que permita corregir el mensaje conforme se
emite para aclarar o profundizar si es necesario, tampoco tenemos la ventaja de la
comunicación no verbal que respalde lo que se quiere comunicar; por lo tanto, para
una mejor comprensión debemos poner especial atención en el vocabulario,
ortografía, sintaxis, estilo y presentación pues son los aspectos relevantes de la
palabra escrita. Es importante darse a la tarea de encontrar las palabras que
transmitan mejor lo que se pretende decir con un estilo apropiado a las
características de las personas que nos leerán poniendo especial énfasis al final con
frases que resuman las ideas centrales que se quieran comunicar.
Cuarta habilidad: ¿Cómo identificar la comunicación no verbal?. La
comunicación no verbal que Fernández (1995) nos ejemplifica con una tipología
básica de los comportamientos simbólicos que la conforman:

1.-Kinésica, relativa a los movimientos corporales.


2.-Gestual, formada por las expresiones faciales.
3.-Vocálica, vinculada con los aspectos fonéticos como son el tono, volumen,
ritmo etc.
4.-Táctil, constituida por los contactos piel a piel.
5.-Proxémica, referente al manejo de la distancia física entre los interactuantes.
6.-Olfativa, relacionada con los olores perceptibles.
7.- Cronémica, que abarca los comportamientos del uso del tiempo, puntualidad,
hacer esperar, etc.
8.-Artefactual, del uso y disposición espacial de objetos, muebles, tamaño de la
oficina, ropa que se usa, etcétera.

Todo ello puede contribuir a dar una imagen que puede:


a) Suplir la comunicación verbal
b) Repetirla
c) Contradecirla
d) Complementarla
e) Acentuarla
f) Regularla
166
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Cabe destacar que se puede lograr decir muchas cosas sólo utilizando la
comunicación no verbal, y esta comunicación puede ser activa y consciente y
utilizarla a nuestro favor o casual e involuntaria y al no controlarla o tomarla en
cuenta decimos sin querer cosas que escapan de nuestras manos (Fernández, 1995:
235).

Conclusiones:
Podemos afirmar que las instituciones son un sistema que produce y reproduce su
propio modelo de comunicaciones, las comunicaciones son la vida de la
organización pero no por ello se dan de manera automática y sencilla. La
comunicación organizacional es importante y reconocida porque no sólo se
concentra en las herramientas utilizadas para el flujo efectivo del proceso
comunicacional sino además refuerza aspectos relacionados con la conformación de
la organización como un sistema engrasando el engranaje de la red y preocupándose
por el adecuado funcionamiento de la institución.
Esto ha sido reconocido por los profesionales de las ciencias de la comunicación y
nuestro propósito es invitar a que sea reconocido también por los que
conformamos las instituciones para que lo utilicemos a nuestro favor. ¿Por qué
tanto énfasis en la correcta utilización de la comunicación como herramienta
facilitadora de procesos de cooperación social? Porque queremos dejar claro que en
las instituciones si no hay procesos comunicativos planificados, conscientes y
metódicos y si no hay retroalimentación, no hay comunicación.

Comunicar no sólo es hablar, es también ser entendido y es también escuchar. De


manera que se sugiere que el valor que se le da a la comunicación organizacional no
sólo se concentre en reconocerle como una herramienta necesaria para el flujo
cotidiano del proceso administrativo, sino además distinguir que ayuda en aspectos
relacionados con la conformación de la misma institución.

El quehacer profesional en la institución deviene del hablar de vínculos y la


conformación, como ya se dijo antes, de redes, lo que implica necesariamente
pensar en las personas y en su capacidad de verse junto a las demás, en la
generación de nuevas estrategias en búsqueda de mejores resultados. En esta lógica
de vinculaciones, las personas y su capacidad de comunicarse siguen siendo la clave
de exitosos proyectos y procesos sociales.
167
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Referencias:
Contreras, A. (2002). Análisis institucional. México: UNAM-ENTS
Fernández, C. (1995). La comunicación en las organizaciones. México: Trillas
Mendoza, C. (2009) La intervención del Trabajo Social. Una intervención en cuatro
planos. Pag. 5. Recuperada de:
http://issuu.com/oscarlimeta/docs/mar_a_del_carmen_mendoza_rangel
Piñuel, J. (1997) Teoría de la comunicación y gestión de las organizaciones.
Madrid: Sintesis
Rodríguez, D. Opazo, M. (2009). Comunicaciones de la organización. México:
Alfaomega
Torti, A. (2006). Comunicar para cooperar. Buenos Aires: Instituto para la Cultura,
la Innovación y el Desarrollo

168
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

12.- Supervisión para el Trabajo Social


Institucional.
Irma Leticia Canela Zambrano. Técnica Profesional en Trabajo Social del CETIS
No.5, Licenciada en Trabajo Social por la Universidad de Guadalajara y Maestra en
Trabajo Social por la ENTS-UNAM. Es Diplomada Iberoamericana en Trabajo Social y
Fortalecimiento Institucional por la RIEATS; en Gerencia Estratégica en las Instituciones
de Salud por la Health Care; y en Docencia por la Fundación LAMB. Es académica de la
ENTS-UNAM, conferencista Nacional e Internacional, actualmente es Jefa del
Departamento de Trabajo Social y Admisión del Instituto Nacional de Cardiología
“Ignacio Chávez”.

Introducción
La Supervisión en el Trabajo Social Institucional, es el eje central de la conducción
de la práctica operativa que se tiene actualmente en las Instituciones de Salud
Pública, y en específico en los Institutos Nacionales de Salud, misma práctica que
requiere de tener especialistas en el campo de acción para desarrollar un proceso
dinámico y permanente, educativo, técnico y administrativo, supervisor-
supervisado, para la resolución problemas y estrategias de intervención, lo que
pretende poner en marcha las objetivos, técnicas y funciones propias de la
supervisión, que permitan obtener resultados adecuados del equipo de profesionales
de trabajo social, que intervienen en los casos institucionales y en beneficio de la
población usuaria, otorgando un servicio de calidad, calidez y trato humano en
conjunto con el equipo interdisciplinario.

El tema de la supervisión en trabajo social tiene un desarrollo histórico, si bien ha


sido reconocido como inherente a la formación profesional, para ello se ha tenido
que entrenar a los o las supervisoras en el campo de acción, de acuerdo a las
necesidades de la población usuaria y su familia e incluso las del propio
supervisado.

Las instituciones de salud al paso del tiempo han reconocido el servicio que ofrece
el trabajador social, siendo parte de un equipo integral de salud para el paciente y su
familia, con técnicas y métodos propios de la profesión, asimismo ha sido necesario
la implementación de la supervisión para la conducción adecuada de los y las
trabajadoras sociales, mediante una posición formal y específica de la profesión,
169
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

manejando el talento humano y destacando sus potencialidades de cada uno de


estos profesionales, con el fin de poner en práctica la teoría recibida en las
instituciones educativas. La formación que como profesionistas se recibe en la
instituciones educativas, no solo ha sido el conocimiento teórico, sino en el trabajo
de campo que se ejecuta en las prácticas profesionales y de que aquí surge el primer
acercamiento a las instituciones en donde finalmente se inserta el trabajador social
para su proceso de intervención profesional.
Para que se desarrolle adecuadamente, se requiere de una supervisión apropiada
que cumpla con los requerimientos de la práctica profesional, de las necesidades de
la población y de la normatividad o políticas institucionales.
Es menester enfatizar que la separación que existe entre las universidades y los
espacios donde se ejerce la acción profesional, es la misma distancia que se tiene
entre él o la supervisora y él o la supervisada. Es por ello que el tipo y calidad de
orientación recibida en las prácticas de parte de los o las supervisoras de campo
marca la acción profesional futura. Para ello en la actualidad se requiere que la
supervisión en trabajo social institucional, cuente con herramientas y conocimientos
de planeación estratégica para poder desarrollar con los equipos de trabajo planes,
programas y proyectos institucionales.

La supervisión es un proceso dialéctico y un binomio perfecto entre él o la


supervisora y él o la supervisada para el logro de los objetivos institucionales. De
acuerdo a los avances que actualmente se tiene de la supervisión en Trabajo Social
Institucional y específicamente en los Institutos Nacionales de Salud, es de vital
relevancia tener un perfil adecuado de los o las supervisoras en base a
conocimientos, procesos y administración de los recursos humanos y materiales
que se requieren institucionalmente.

Sin perder de vista que la supervisión es un proceso técnico metodológico complejo


en su aplicabilidad, dependiendo de un desempeño profesional e intervención
social adecuado de los o las supervisadas acorde a las necesidades de la población
usuaria y de la calidad que se tenga en la operatividad de los procesos de trabajo,
teniendo como principal objetivo el resaltar áreas de oportunidad para lograr llegar
a la Sistematización de la Práctica Profesional del equipo de trabajo y se logren los
resultados deseados.

170
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Por lo anterior describiremos un método de la Supervisión en el Trabajo Social


Institucional, sin dejar de mencionar que el tema requiere de conocer como se fue
dando la supervisión en el transcurso del tiempo, y para ello se describe brevemente
su desarrollo histórico y la conceptualización del tema abordado en este artículo.
Históricamente la supervisión en trabajo social: surgió como un modo de
entrenamiento del personal (pagado o voluntario), que trabajaba en las
organizaciones de caridad y que debía de ser instruido en los principios y métodos
de las mismas. Para enfrentar estas necesidades de orientación, coordinación,
formación y administración, surgió y se desarrolló la administración.
Después de fundadas las primeras escuelas de trabajo social (a comienzos del siglo
XX), las agencias surgieron siendo el principal campo de entrenamiento para el
personal de trabajo social.
Por aquel entonces, la enseñanza sistemática, que se realizaba principalmente por
medio de la supervisión, se hacía partiendo de situaciones simples a otras más
complejas.
A partir de los años veinte, la supervisión de trabajo social refleja la impronta del
psicoanálisis se comienza a considerar las actitudes del asistente social en la medida
en que afectan a las relaciones con los asistidos. El supervisor, por otra parte,
asumió tareas de terapeuta respecto de los supervisados para posibilitar a éstos
funcionar más eficazmente en relación con los casos que debían atender.
Debido a la gran depresión económica producida después de la crisis de 1929, y a
los efectos de la segunda guerra mundial, la tarea de supervisión exigió atender
mayor número de personas, y la preocupación terapéutica cedió a las exigencias
administrativas y formativas.
El marco teórico referencial de la supervisión está dado por la confluencia de tres
disciplinas: la pedagógica de la supervisión; la concepción que se tiene del método el
trabajo social, y la interpretación de las situaciones contextuales en que se realiza la
labor. De este modo, la supervisión en trabajo social constituye un proceso
mediante el cual un asistente, trabajador social, o un estudiante que realiza una
práctica, recibe individualmente y/o grupalmente la orientación y guía de otro
profesional designado a fin, de modo que pueda provechar lo mejor posible sus
conocimientos, habilidades y perfeccionar sus aptitudes, para que realice sus tareas
de la manera más eficientemente posible.
171
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Existe en la Supervisión una doble función: administrativa y dialéctica, y el énfasis


en uno u otro aspecto vendrá dado, si la supervisión se realiza dentro de una
institución por los trabajadores sociales de la misma, o si se realiza desde una
escuela a estudiantes que realizan una práctica con fines de formación, en cuyo caso
constituye fundamentalmente un aspecto del proceso de enseñanza aprendizaje. A
partir de esta doble función, la supervisión pretende alcanzar cuatro objetivos:

 Enseñanza y formación permanente


 Asegurar servicios de calidad
 Socialización con el supervisado de los conocimientos y actitudes propias de
la profesión
 Elevar el nivel teórico político. (1) (Ander-Egg, 2012. p.330).
Institución: casa establecida o fundada palabra antigua o ambivalente por la
variedad de sentidos y referentes con que se utiliza y por los diferentes alcances que
tienen en distintas disciplinas. En sociología y derecho público se utiliza para
designar tanto una acción como un estado, o sea, hace referencia tanto a
procedimientos como a asociaciones, organismos establecidos dentro de una
sociedad determinada. En general se trata de un concepto polisémico cuyo alcance y
significado varía en las diversas disciplinas. Conforme a este doble alcance con que
se utiliza este concepto, por una parte consigna un conjunto de normas, roles y
pautas de comportamiento socialmente sancionadas. Aceptadas por una
determinada sociedad o parte de ella, las instituciones tienen por finalidad regular
las actividades de los individuos para asegurar la satisfacción de alguna necesidad
básica de carácter colectivo fundamentalmente en todo lo concerniente a las
costumbres o formar de proceder en las relaciones sociales. Cada individuo está
presionado, en mayor o menor medida a cumplir con las pautas institucionalizadas,
cristalizadas en organizaciones formales que persiguen objetivos específicos. (1)
(Ander-Egg, 2012. p.182).

La supervisión: viene a ser un proceso dinámico y permanente, educativo


administrativo, teórico, que permite al supervisor y supervisado visualizar los
problemas en el área de trabajo e implementar estrategias de intervención
profesional. (2) (Arteaga, 2004 p.1).

172
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Concepto de Supervisión en Trabajo Social del Departamento de Trabajo


Social del Instituto Nacional de Cardiología:
Es un proceso técnico metodológico aplicado por un supervisor (a) a las y los
trabajadores sociales, para el buen cumplimiento de sus desempeño profesional con
responsabilidad, buen trato, eficiencia y efectividad en beneficio del paciente, la
familia y la institución de salud.

¿Que es un servicio?
Es el conjunto de prestaciones reservadas en cada estado a la órbita de las
administraciones públicas y que tienen como finalidad ayudar a las personas que lo
necesiten. Suelen tener un carácter gratuito, que corre a cargo del Estado, los
recursos son propios de los países con un Estado de bienestar. (3)
(http://html.rincondelvago.com/los-desafios-de-la-economia-mundial-en-el-siglo-
xxi_carlos-berzosa.htm).
Derivado de este último concepto toda institución pública ofrece un servicio, cómo
prestación creado para cubrir las necesidades de la población de un Estado, este
tipo de servicio en el área de la Salud, el papel del trabajador social es de suma
importancia, porque es uno de los profesionales que tiene un contacto permanente
con la población usuaria y su familia, su actuar profesional va encaminado a
resolver problemáticas relacionadas con el contexto socioeconómico, familiar,
cultural y social del paciente, en su proceso hospitalario y hasta su reinserción a su
vida cotidiana.
Existe un paradigma en la Supervisión de Trabajo Social en las Instituciones de
Salud, en donde se cree que el papel de la o del supervisor, es un cometido de
vigilancia, que ejercer algún poder de autoridad, vigilantes de tareas e imposiciones
verbales sobre los supervisados.
Precisamente por tener esta mirada de la supervisión de trabajo social en las
instituciones, se vuelve compleja la ejecución adecuada de un abordaje profesional
específico de las funciones de de los supervisores (as), sobre los supervisados (as)
sin que se manifiesten actitudes inapropiadas en la práctica profesional.
Derivado de la necesidad de cambiar esta visión en la profesión es necesario que la
o él trabajador social conozca del proceso de la supervisión; cuáles son sus
funciones y objetivos de la o él supervisor mismas que tienen una razón de ser,
173
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

permitiendo un intercambio de conocimientos y retroalimentación del supervisor-


supervisado. Por lo que es necesario que exista un método de trabajo adecuado,
guiado o conducido por un supervisor y que este método tenga una estándar de
acciones y prácticas diarias específicas de la propia profesión, para cumplir
adecuadamente con eficiencia, eficacia y efectividad. Para ello se requiere conocer a
la institución en donde se labora, su misión, visión, valores éticos, tipo de población
usuaria, el nivel de atención que ofrece la institución de salud, especialidad y con
estricto apego a la normatividad institucional.

A continuación en el proceso de la supervisión, se describirán las etapas que se


aplica en la supervisión de trabajo social institucional en el área de la salud:
El proceso Dinámico-permanente, Educativo, Administrativo, Técnico, supervisor-
supervisado, visualizar problemas e implementar estrategias de intervención
profesional; este proceso es relevante porque se parte de un hecho o necesidad que
tiene un usuario y/o familiar, el supervisor y supervisado están en constante
proceso de enseñanza aprendizaje, durante el seguimiento del caso, el desarrollo de
la enfermedad y tratamiento médico del paciente.
Desde lo administrativo la o el supervisor trabaja de cerca con la o el supervisado,
para llevar adecuadamente los procesos y el seguimiento del caso del paciente desde
el ingreso hospitalario y hasta la alta médica o defunción del paciente, observando
de cerca que se cumplan adecuadamente las funciones y actividades de cada uno de
las o los supervisados.
En la parte técnica la o el supervisor debe de proveer a los o las supervisadas, con
los instrumentos necesarios, para que les permitan organizar adecuadamente su
quehacer profesional alcanzar los objetivos y metas establecidas.
En la supervisión la investigación es muy importante, tiene la finalidad de conocer
quién es el objeto de estudio, para describir y abordar en los hecho, problemas
económicos, realidades sociales, familiares y que conozca cuáles son sus redes
sociales de apoyo, para que se tenga un referente y orientar con mayor claridad a los
o las supervisadas, para la toma de decisiones en el proceso hospitalario del
paciente.
De acuerdo a la realidad del paciente y su familia en el proceso hospitalario se
desarrollan estrategias de intervención, profesional, mediante un método eficaz y
sistematizado, para el logro del bienestar del paciente y su familia.
174
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Durante el proceso de la supervisión en trabajo social institucional, es necesario


saber que él o la supervisora tiene principios básicos en su abordaje profesional,
mismos que representan la parte integral de su actuar profesional, es muy
importante en él o la supervisora su conducción y orientación hacia los o las
supervisadas teniendo una visión objetiva, que conozca las capacidades profesional
de él o la supervisada con una comunicación efectiva, motivándolos mediante el
reconocimiento de sus aptitudes y actitudes, para que realicen adecuadamente sus
funciones y actividades laborales.

Es importante que la información en el proceso fluya adecuadamente en una línea


jerárquica, clara, veraz, oportuna y proactiva, para que el desarrollo personal se siga
dando mediante la mejora continua haciendo participe al equipo de supervisados
(as), con una conducta ética de respeto, conocimiento, responsabilidad y orden en el
actuar profesional del o la supervisada.
Por lo tanto la supervisión en trabajo social institucional, requiere de tener una
organización administrativa, en instrumentación soporte de la práctica profesional,
manuales de procedimientos elaborados y actualizados, procesos de trabajo claros,
específicos y medidos de acuerdo a las cargas de trabajo, estandarización de los
procesos operativos y el diseño de documentos de control cómo: bases de datos,
formatos, instrumentos de control de supervisión y evaluación.

Dentro de la supervisión se deben de desarrollar destrezas profesionales y


personales a beneficio de realizar eficientemente en tiempo y forma los procesos de
trabajo, la orientación y solución de los problemas de los pacientes y de la propia
institución.Es muy importante que él o la supervisora, cuando haga una
observación o dé una indicación a él o la supervisada, se conduzca con ética
profesional, respetuosa (o), lenguaje claro, sin prejuicios y con trato humano.

Los objetivos de la supervisión en trabajo social en las instituciones de salud,


van encaminados a:

 Mejorar la calidad del quehacer profesional y elevar la productividad de


trabajo del talento humano.
 Mejorar los procesos mediante la estandarización y sistematizar la práctica
profesional.
 Desarrollar al máximo en los supervisadas (os), las habilidades y cualidades,
para estimular la creatividad que cada una tiene.
175
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

 Facilitarle a los trabajadores (as) sociales mediante programas o planes,


procesos de trabajo claros e involucrarlos en los cambios necesarios.
 Fomentar en los o las supervisadas actitudes positivas, de cambio y con la
finalidad de hacer trabajo en equipo.
 Orientar adecuadamente a él o la supervisada para solución de las
problemáticas del paciente y su familia.
 Realizar un proceso de Enseñanza y mejora continua con el equipo de
trabajadores sociales.
 Destacar el talento humano mediante asesorías y acompañamiento en los
procesos de trabajo.
En deseable que el supervisor en trabajo social en las instituciones de salud,
tenga actitudes de:
 Amabilidad y trato cordial sin diferencias de jerarquías
 Empatía y escuchar a los supervisados
 Tomar en cuenta los comentarios u opiniones en relación al trabajo cotidiano
 Poseer un amplio criterio al respecto de las problemáticas detectadas con el
grupo de trabajo.
 Respetar las capacidades individuales e ideología de los profesionales
 Saber auto-evaluarse o tener auto critica
 Dominar sus sentimientos y ser sensible ante los demás
 Saber aceptar las críticas que le señalen con respeto y lenguaje propositivo.
 Trasmitir sus conocimientos sin superioridad
 No manifestar molestias si surgen cambios en su trabajo por situaciones
imprevistas.

Es significativo como se debe desarrollar la supervisión, perfeccionar el método de


trabajo utilizado en el proceso con el equipo de trabajo, tener siempre presente
principios básicos, actitudes y las responsabilidades que debe de ejercer él o la
supervisora en su práctica operativa con los o las supervisadas.

Responsabilidades Administrativas:

 Instrumentos de control, elaborar programas de trabajo o proyectos


institucionales, es muy importante el conocimiento de las normas, leyes o
reglamentos que se que aplican inherentemente en el área laboral.
176
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

 Es tener comunicación efectiva con el Jefe inmediato para la toma de


decisiones en la resolución de las problemáticas de los pacientes y sus
familias.
 Coordinarse interna y externamente en su ambiente laboral, la reubicación
del personal, manejo de incidencias, y obtener información o instrucción de
su superior jerárquico.
En el proceso administrativo de la supervisión a continuación se describirán cada
una de las etapas que se requieren:

 Investigación: en esta función se debe de conocer el área de trabajo el


escenario que tiene la supervisora y los y las supervisadas, en lo que respecta
a los Institutos Nacionales de Salud, se debe de conocer el tipo de
especialidad que se ofrece como unida médica e involucrarse en el
conocimiento de los diversos tipos de diagnósticos médicos, lo que le
permite tener un criterio más amplio en el manejo del caso médico-social. Se
requiere establecer un método de trabajo, para poder así llevar a cabo la
sistematización de la práctica diaria.
 Diagnóstico: él o la supervisora hace un análisis de las situaciones
problemas del área de trabajo social, del grupo de trabajo en su
operatividad, tipo de funciones y actividades ejecutadas si son o no
adecuadas a las necesidades de la población usuaria y por último en
coordinación con el equipo interdisciplinario de las diferentes áreas de
atención para los pacientes.
 Programación: derivado del análisis e interpretación que arroja el
diagnóstico, se procede a implementar líneas de acción o algún plan o
programa que solvente las necesidades de los servicios para la resolución de
problemáticas existentes y el buen desempeño profesional de los o las
supervisadas.
 Organización: en esta etapa del proceso el supervisor es guiar al equipo de
trabajo de una manera sistemática, mediante sus roles establecidos,
actividades y funciones propias de la profesión, lo que permite evitar
duplicidad de acciones, para llevar a cabo con eficiencia los objetivos de la
propia supervisión.
 Control: es una de las etapas más importantes, porque en esta se establece
una comunicación muy cercana entre el supervisor-supervisado, para lograr el
177
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

cumplimiento de sus actividades y funciones y todo esto se describe en la


instrumentación de control basado en evidencia documental.
 Evaluación: en esta última etapa del proceso administrativo, se requiere que
él o la supervisora integre toda la evidencia documental de control basada en
resultados de todo el proceso administrativo, haciendo un comparativo de lo
realizado por el equipo de trabajo y mediante evaluaciones semestrales para
ver la productividad del equipo de trabajo lo que conlleva a un área de
oportunidad para retroalimentar y realizar acciones de mejora en los procesos
sociales.
El Perfil del Supervisor de Trabajo Social de los Institutos Nacionales de
Salud:
Se requiere de un perfil profesional de licenciados, conocimientos de la
administración, planeación estratégica, contar con competencias profesionales para
le ejecución de su intervención.
Es necesario que conozca la institución en donde labora, sus clientes internos y
externos, políticas institucionales y las que aplican a los servidores públicos,
manuales de procedimientos del área laboral. Conocimiento del Sistema Nacional
de Salud, las políticas sociales que se tiene en el país y el impacto institucional en la
población usuaria, y sobre todo las que se relacionan con salud.

Aplicar teorías con un enfoque sistémico y multidisciplinar, para un trabajo integral


con el equipo de salud.
El Supervisor tiene el compromiso de tener conocimientos y experiencias
institucionales que transmita al grupo de trabajo, para una mejor retroalimentación y
se desarrolle el proceso enseñanza-aprendizaje, mediante técnicas didácticas y
métodos apropiados.
Técnicas de la Supervisión de Trabajo Social en Salud
1. La observación: lo que respecta a esta técnica es muy necesaria en la
Supervisión en Trabajo Social de los Institutos Nacionales de Salud, es de gran
apoyo la observación en el momento de la retroalimentación con los o las
supervisadas, le sirve para conocer mejor su actuar profesional, en el momento
de la evaluación del quehacer profesional, del análisis de los casos, de su
desempeño profesional del los o las supervisadas, está técnica también la aplica
178
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

a través de la entrevista cara a cara el equipo de trabajo, el paciente y su familia,


o a través de los instrumentos como el diario de campo, bitácoras, notas
subsecuentes de los estudios socioeconómicos de los casos presentados de los
pacientes hospitalizados y de consulta externa.

2. La Entrevista: es utilizada para recolectar toda la información que se requiere,


para el buen manejo de los casos médico-sociales y sus posibles estrategias de
intervención profesional.

Por tanto la supervisión de trabajo social en los Institutos Nacionales de Salud,


pretende lograr la Sistematización de la Práctica Profesional en Trabajo Social
como nuevos retos de la disciplina y del actuar profesional, de cada uno de los
trabajadores sociales que vienen a ser la parte estructural de la institución.

Sistematización de la Supervisión:
Sistematizar equivale a ordenar, organizar, clasificar, y producir. La
sistematización es insuficiente si solo da cuenta del sentido y los objetivos.
Desde la perspectiva de la promoción de desarrollo, pretende producir
conocimientos, por lo que para ser alternativa en la profesionalidad habrá que
seguir un método y avalarlo teóricamente. (4) (Anguiano, 2008 p.29).
Por lo tanto para qué la sistematización se construya y se implemente, en los
Institutos Nacionales de Salud, es necesario que la supervisión se fortalezca y
cumpla muy bien con sus funciones que son:

 Planeación: permite que el supervisor construya los objetivos que se


requiere de acuerdo a las necesidades del área de trabajo, para que elabore
el programa trabajo operativo que ejecutará a través de sus supervisados.
El supervisor debe de orientar, adecuadamente a su equipo de trabajo,
con eficacia y eficiencia, programarse en sus actividades y tiempos de
abordaje profesional con cada uno de sus supervisados, tener los
instrumentos o documentos de la práctica diaria en tiempo y forma, para
cuando el supervisado lo requiera o alguna autoridad inmediata.
Debe de tener listo su cronograma de actividades de manera mensual.
Elaboración de instrumentos de control y de evaluación
 Organización: él o la supervisor es el encargado, de dar seguimiento al
programa operativo, llevará la información necesaria y da instrucciones a
179
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

los o las supervisadas de las funciones y actividades de cada área de


atención en donde se encuentre.
Administra los recursos humanos y materiales del área de trabajo social,
moviliza al equipo de trabajo de acuerdo a las necesidades, propone
alternativas de solución cuando existan inconsistencias con el equipo de
trabajo.
 Coordinación: él o la supervisora se coordina con su jefe inmediato,
directores o demás personal involucrado en los procesos hospitalarios.
Determina en conjunto con los o las supervisadas las alternativas de
solución de las problemáticas médico-sociales.
Debe de tener una comunicación efectiva con los supervisados, jefe
inmediato y directores institucionales.
 Información: él o la supervisora debe ser claro en su lenguaje cuando de
una instrucción, tiene el compromiso de transmitirle a los o las
supervisadas y/o jefe inmediato lo que se requiere para el buen
funcionamiento de los procesos de trabajo.
Informar en tiempo y forma cuando exista un cambio o modificación de
la práctica diaria para una buena programación de lo realizado.
Elaborar reportes de controles de bases de datos de los pacientes y de los
procesos de trabajo cuando su jefe inmediato se lo solicite.
 Dirección: él o la supervisora, debe de saber guiar a los o las
supervisadas, dar instrucciones precisa de lo realizado, de acuerdo a sus
competencias profesionales.
Distribuir adecuadamente el recurso material a cada uno de los
supervisados, para el buen funcionamiento de su práctica profesional.
Debe conocer y operar manuales de procedimientos del área de trabajo
social, y tener conocimientos de los procedimientos que apliquen en los
procesos de sus supervisados.
Hacer énfasis en sus los o las supervisadas sobre la importancia de su
intervención profesional en los casos de los pacientes y sus familias.
Establecer todo tipo de estrategias y mecanismos de acción para la toma
de decisiones.
 Control: él o la supervisora, debe de medir lo programado ante lo
realizado del desempeño de su equipo de trabajo.
Tener la documentación soporte clasificada y en orden de las bases de
datos de todas sus actividades.
180
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Verificar que cada uno de los o las supervisadas permanezca en sus áreas
de atención y cumplan con sus horarios de trabajo para la ejecución de
sus actividades diarias.
Debe de hacer cruce de información de sus instrumentos de control con
el reporte mensual de los supervisados.
Actualización de los instrumentos de control (libretas, bitácoras, formatos
generales).
Cuando se tenga que hacer una observación correctiva de su quehacer
profesional a los o las supervisadas debe de ser con respeto y en el lugar
apropiado.
Reportar todo tipo de incidencias y documentarlas.
 Evaluación: él o la supervisora en esta última función, es necesario que
se lleve a cabo un reporte de la productividad de cada uno de los
supervisados, mediante los instrumentos de control, las entrevistas y el
cumplimiento de los objetivos y metas que se plantearon en el programa
de trabajo. Las evaluaciones deben programarse periódicamente para el
buen cumplimiento de las metas y objetivos, puede ser la evaluación
cualitativa y cuantitativa todo depende que instrumentos de evaluación
que se aplica a los o las supervisadas. Debe de explicarle a los o las
supervisadas el método de trabajo a seguir para la evaluación y se debe
hacer del conocimiento de los o las supervisadas de los aciertos o fallas
detectadas en la evaluación para poder tener áreas de oportunidad y
fortalecer al equipo de trabajo. Finalmente la etapa de evaluación le
permite al supervisor buscar nuevas estrategias de acción, rediseñar
procesos de trabajo en beneficio de los supervisados, del paciente la
familia y de la propia institución.

Metodología de la Supervisión:

1. Método
 Investigación Diagnóstica.
 Interpretación del Diagnóstico
 Planeación
 Programación
 Ejecución
 Evaluación
181
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

2. Técnicas
 Entrevista individual o grupal
 Reuniones Complementarias
 Observación
 Revisión de Material Escrito
 Evaluación

3. Instrumentos
 Crónicas
 Diario de Campo
 Cronograma
 Informes sociales
 Programa
Conclusiones
La Supervisión de Trabajo Social Institucional en Salud, como se observa viene a
abrir brecha en su actuar profesional, fortaleciendo a los equipos de trabajo,
ofreciendo una intervención específica que permita dar una pauta de crecimiento
del trabajador (a) social, ofreciendo una interacción de enseñanza-aprendizaje y
desarrollando potencialidades profesionales con el talento humano con el que
cuentan, para elevar la calidad de la atención y la reincorporación del paciente a su
vida cotidiana como se hace en el Instituto Nacional de Cardiología Ignacio Chávez.

Bibliografía

1.- Ander-Egg, Ezequiel (2012), “Diccionario de Trabajo Social”, 25° Edición Ed.
Brujas, Argentina.
2.-Arteaga, Carlos (2004), Manual básico para trabajadores sociales de áreas
institucionales, Escuela Nacional de Trabajo Social UNAM, México.
3.-http://html.rincondelvago.com/los-desafios-de-la-economia-mundial-en-el-
siglo-xxi_carlos-berzosa.htm.
4.- Anguiano Molina Ana María, Plascencia C, Reynoso M, Jiménez S, López S,
Gómez Lorena, (2008) “Sistematización de la Práctica Profesional en Trabajo
Social” Ed. Amate, Guadalajara Jalisco.
5.- Código de Ética de los Institutos Nacionales de Salud.

182
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

13.- Evaluación Social de Programas y


Proyectos.
Norma Angélica Gómez Ríos. Licenciada en Trabajo Social egresada de la ENTS-
UNAM, con estudios de Maestría en Sociología por la Facultad de Ciencias Políticas y
Sociales de la UNAM. Es académica de la ENTS-UNAM, integrante del Consejo
Directivo de la Asociación de Trabajadores Social de México A.C (ATSMAC),
conferencista nacional e internacional, actualmente es Supervisora Institucional en el
Consejo Nacional contra las Adicciones. (CONADIC).

Introducción

El tema de la evaluación desde un marco social es importante en estos momentos


en particular como lo plantea Zibechi cuando los movimientos sociales en las dos
últimas décadas, configuran una nueva coyuntura que tuvo como una de sus
consecuencias indirectas la instalación de varios gobiernos progresistas en
Sudamérica. En un marco donde la acción pública no institucionalizada tiende a
ampliarse al mismo tiempo que asistimos al desgaste del modelo neoliberal por la
incidencia de los sujetos populares resultó determinante a la hora de cerrar una
etapa en relación a las políticas sociales estableciendo nuevos modos de relación
sociedad-Estado que influyen en el tipo de gobernabilidad que, de algún modo,
inauguran los gobiernos llamados progresistas de la región.

Los movimientos que protagonizaron la década de 1990 son de base territorial,


representan a los excluidos por el neoliberalismo, a los desocupados, los sin techo,
sin tierra y sin derechos, en suma a los que habitan el sótano de las sociedades,
tienen una fuerte impronta cultural e identitaria, y un papel protagónico de las
mujeres y las familias. Profundizando en esta etapa a través de la minería
transnacional a cielo abierto, los monocultivos de soja, caña de azúcar y palma.
Estos emprendimientos, conducidos siempre por grandes multinacionales, se
apropian de los bienes comunes -en particular agua y territorios- para convertir la
naturaleza en mercancías (commodities) exportadas a los países centrales o emergentes
como China e India. En esta nueva gobernabilidad es que la acumulación por
desposesión debe ser compensada, necesariamente, por políticas sociales, porque
estructuralmente la hegemonía del capital financiero genera exclusión y marginación
de la fuerza de trabajo (Harvey, 2003: 1).
183
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Los emprendimientos mineros andinos, los cincuenta millones de hectáreas


sembradas con soja y los cultivos forestales, casi no necesitan mano de obra, pero sí
mucha agua que es devuelta contaminada con mercurio y agro-tóxicos. El modelo
extractivista, a diferencia del modelo industrial que necesita obreros en la
producción y obreros en el consumo (o sea en la producción y en la realización del
plus valor), puede funcionar con máquinas automatizadas y robots. El modelo
extractivista debe ser pilotado por gobiernos progresistas, que son los más aptos
para lidiar con la resistencia social ya que provienen de ella. Harvey señala, con
total acierto, que los movimientos que se levantaron contra la acumulación por
desposesión “emprendieron por lo general una vía política propia, en algunos casos
muy hostil a la política socialista” (Harvey, 2003: 130).

La privatización, concluye Roy, consiste esencialmente en “la transferencia de activos públicos


productivos a empresas privadas. Entre estos activos productivos se encuentran los recursos
naturales: tierra, bosques, agua, aire. Éstos son activos que el Estado posee en nombre del
pueblo al que representa (…) Arrebatárselos para venderlos a empresas privadas representa un
proceso de desposesión bárbaro, a una escala sin precedentes en la historia” (Rivera, 2002:17-
30).

Como las necesidades de los más pobres no se calman con discursos, por más
radicales que sean, parece necesario indagar cómo se fueron construyendo los
mecanismos capaces de aplacar la conflictividad social de carácter territorial, clave
para lubricar las nuevas gobernabilidades (Zibechi, 2003:95). La herencia colonial
en la que el Estado fue construido desde arriba, y sostenido en una relación de ajena
y exterior respecto a la sociedad, fue actualizada y profundizada por el
neoliberalismo, lo que equivale a decir que la crisis y desmonte de los Estados de
Bienestar volvió a colocar algunos temas planteados por el colonialismo en lugar
destacado. Entre ellos, la cuestión de quiénes son ciudadanos con plenos derechos y
quiénes no (Zibechi, 2003:93-97).

Evaluación Social.

La evaluación se define por Cohen y Franco como “fijar el valor de una cosa” para
hacerlo se requiere un procedimiento mediante el cual se compara aquello a evaluar
respecto de un criterio o patrón determinado. Briones define el termino evaluación
cuando se refiere al acto de juzgar o apreciar la importancia de un determinado
184
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

objeto, situación o proceso en relación con ciertas funciones que deberían


cumplirse o con ciertos criterios o valores, explicitados o no. H.S. Bhola, plantea
que la evaluación significa asignación de valores para juzgar la cantidad, el grado, la
condición, valor, calidad o efectividad de algo. Desde la perspectiva de Roy Rivera
Araya la evaluación aporta una ayuda a la gestión de políticas públicas, enriquece el
diálogo democrático que la sociedad mantiene sobre estas políticas, mejora la
relación entre el Estado y los ciudadanos.

Para lograr un concepto que pueda dar cuenta de la realidad existente en el marco
de la evaluación, es importante considerar el dinamismo de la acción pública, la
complejidad ética que implican los procesos de toma de decisiones y la puesta en
obra de proyectos. No solo como control de las acciones públicas, sino analizar los
efectos de una intervención y de estimar el alcance o la calidad.

En la definición de Nioche y Poinsard (1984), la evaluación puede tener dos


virtudes: aporta una ayuda a la gestión de políticas públicas, enriquece el diálogo
democrático que la sociedad mantiene sobre estas políticas. Se propone entonces la
contribución operativa en la gestión de las políticas y plantea la relación entre acción
pública, evaluación y democracias. El estado social se desvanece, dando lugar a
múltiples dinámicas de apropiación privada de los bienes y recursos públicos, a la
impunidad generalizada de la corrupción política y al no compromiso social.

En otro lugar está la mayor demanda de los ciudadanos para que las actuaciones
públicas o políticas se ajusten a un criterio ético y de transparencia que la sociedad
valide. Recientemente la evaluación se plantea como instrumento fundamental del
proceso de promoción y puesta en práctica de las actividades de reestructuración del
Estado (Rivera, 2003:17).

En el contenido de ciclo de vida de los proyectos sociales, el proceso de evaluación,


es de gran relevancia para diversas gamas de fondos sociales que permiten la
posibilidad de inversión e intervención social, vía proyectos y programas sociales,
que concursen o no. En la propuesta neoliberal las decisiones políticas de una élite
están por encima de lo social, la eficacia y la eficiencia por encima del impacto. La
tendencia creciente hacia la desconcentración y descentralización de los fondos
sociales ha provocado modificaciones en la modalidad de la asignación de los
recursos.
185
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

En lo pequeños espacios que aparecen como fisura de este modelo el efecto de la


focalización de los fondos de inversión y el incremento de los recursos sociales
destinados a los gobiernos locales, ha facilitado el desarrollo de la inserción y
participación comunitaria en la gestión social y adicionalmente ha contribuido al
desarrollo del proceso de evaluación en el contexto general del ciclo de vida de un
programa y/o proyecto en tanto ha establecido la necesidad de su evaluación.

En la experiencia internacional, la evaluación por ejemplo en Estados Unidos, en


Japón y en Suecia subraya la necesidad de disponer de una estructura especializada,
que se inscriba de manera coherente en su ambiente político y administrativo
(Crozier y Baverez, 1993, p.268, en Rivera, 2003).

En los países subdesarrollados el rendimiento de cuentas no ha sido la norma, han


predominado las prácticas de depredación de los bienes públicos y el manejo no
controlado de las acciones técnico políticas, las estructuras institucionalizadas de
evaluación no han tenido impacto positivo para estos fines.

En la visión ético-política de la evaluación, la ética estaría reflejada en la


responsabilidad social, la idea de favorecer espacios de liberación y reflexión. Es
importante poner énfasis en el reto que supone pensar la evaluación como una
actividad social con consecuencias éticas. Una mala evaluación puede afectar
profundamente un programa social y a la sociedad entera. Se tendrían que cumplir
tres fines centrales: La acción pública, la evaluación y la democracia.

El tema de la evaluación se mira casi siempre al final de los procesos o como un


mecanismo para lograr la eficiencia básicamente en los recursos materiales. En el
contexto actual toda acción social requiere de un piso teórico que permita observar
una posición ético-política de intervención. Finalmente la evaluación como
elemento central en la transformación del estado en particular la democracia
deliberativa.

En México, los programas o proyectos sociales tienen su origen desde tres


instancias: la institucional que responde a la política pública, la privada que responde
a un interés de particulares y la comunitaria que responde a las necesidades una o
varias comunidades y que contribuyen en la concreción de sus propuestas.

186
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

En un marco básico de planeación las diferencias entre programa y proyecto desde


el ámbito de la planeación es que el primero se construye a mediano plazo e incluye
diversos proyectos como expresión de la ejecución de los objetivos del programa, el
segundo se diseña a corto plazo, integra acciones concretas que a partir de su
implementación afecta directamente el cumplimiento de los objetivos del programa.

Analicemos entonces los diversos paradigmas en particular cuatro que se unen y


separan desde su filosofía y contenido teórico que finalmente se traduce en las
acciones que toman cada uno.

El Racional Instrumental: Deja de lado el dinamismo de la acción pública, la


complejidad ética que implican los procesos de toma de decisiones y de la puesta en
obra de los proyectos. Llamado también paradigma clásico o positivista que sigue
las reglas de las ciencias exactas, donde su método es el experimento controlado y
sus variaciones (cuasi experimento), cuyas partes pueden ser separadas para
estudiarlas, el uso de muestras aleatorias, etc. Su pretensión es llegar a conclusiones
generalizables.

Fórmula de Control: El control se basa en la conformidad de lo que es evaluado


en relación con un cierto número de reglas o de normas, no está presente analizar
los efectos de la intervención y de estimar el alcance o la calidad. Su frecuencia y
continuidad son las mismas, los responsables de la evaluación no deben ser
perpetuados: el recurso a los profesionales exteriores deber ser promovido
(Stoffaës, 1993, p.331 en Rivera, 2002).

Políticas Públicas y Diálogo Democrático: La evaluación aporta una ayuda a la


gestión de políticas públicas, enriquece el diálogo democrático que la sociedad
mantiene sobre estas políticas, mejora la relación entre el Estado y los ciudadanos.

Tipos de Evaluación.

Ex ante: Mide la potencial eficiencia y eficacia, utiliza los modelos de análisis de


costo-beneficio o costo-efectividad, donde el análisis costo-beneficio es el más
adecuado para analizar proyectos económicos. El modelo costo-efectividad
presenta mayores potencialidades para la evaluación de proyectos sociales.

187
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Ex post: La eficacia, constituye la última de las etapas del ciclo de vida de los
proyectos sociales, y permite generar conclusiones y correcciones para los proyectos
nuevos, que persigan fines semejantes, naturalmente, a partir de la información
generada.

Por lo tanto, en la evaluación ex post se confrontan los resultados del proceso de


transformación de la realidad, productos y resultados, con parámetros de juicio que
responden a los objetivos planteados inicialmente, con el fin de obtener
conclusiones sobre el margen de logro o fracaso alcanzado por la ejecución del
proyecto.

Transcurrente: Este tipo de evaluación involucra a las evaluaciones ex-ante y ex


post, ya que el proceso de evaluación, se realiza en tres distintos momentos: antes
que inicie un programa social, en su propio desarrollo y cuando concluye buscando
identificar los impactos sociales del mismo.
.

Ex-Ante

Ex-Post

Gestión de
Políticas Impacto
Públicas

En el contexto mundial, la experiencia de evaluación ex post está presente en la


mayoría de las organizaciones internacionales que financian proyectos y programas,
en ellas la tendencia general es establecer las metas de los estudios o evaluaciones
para sobrepasar la evaluación económica-financiera.

188
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Dada la necesidad y preocupación por la evaluación ex post, diversas instituciones


como el Banco Interamericano de Desarrollo (BID), el Banco Mundial (BM), y la
Comunidad Europea (CE) han desarrollado distintos mecanismos e instrumentos
de evaluación.

La evaluación de Impacto mide la efectividad del proyecto que se implementó,


eficiencia operacional de tal modo que se pueda programar o reprogramar de
acuerdo a los resultados del análisis. Su énfasis se centra en los procesos que forman
su dinámica global y también en los factores que facilitan o dificultan el desarrollo y
funcionamiento del proyecto.

Se debe contar con considerables recursos, tanto para el monitoreo como para
modificar el proyecto inicial y por otro lado, suele suceder que el proyecto final
resulta muy distinto del proyecto inicial en general, y que no es posible cuantificar
sus resultados, pero por otro lado, no es posible hacer ningún tipo de apreciación
que no sea que el proyecto implementado respondió a las necesidades detectadas en
la población objetivo.

Busca entregar información para aumentar la racionalidad con que se toman las
decisiones y asignan los recursos, jerarquizando los proyectos, proporcionando
instrumentos para escoger la mejor alternativa de ejecución y mejorando los
procesos de implementación y ejecución.

La evaluación de proyectos sociales utiliza la metodología de investigación social


como instrumento para medir el impacto o para determinar en qué medida los
programas/proyectos sociales alcanzan sus objetivos. En estas visiones
encontramos una oposición por un lado se encuentra la ciencia administrativa y por
el otro la evaluación como instrumento para la preparación de políticas públicas y
discusión colectiva.

En la definición de estos paradigmas las miradas se colocan desde Quién las


propone, Quién las financia y Quién las evalúa. No es lo mismo que la evaluación la
haga la sociedad a que la haga un organismo internacional. Desde las organizaciones
sociales por ejemplo requieren de una mayor capacitación técnica e información
suficiente para participar.

189
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

De manera operativa la evaluación de los proyectos sociales se centra en: La


coherencia que haya en el proyecto, la relación entre el nombre, la introducción, los
objetivos, metas y todos aquellos elementos que lo contienen, no se separan cada
uno de ellos necesita estar en una relación y coherencia estrechas, hasta los recursos
que se requieran.

Considerar el nivel de impacto social que generarán a corto, mediano y largo plazo;
la relación entre objetivos e impacto social debe ser estrecha, para la verificación del
cumplimiento de los objetivos será importante y relacionar los instrumentos
utilizados para la evaluación con las fuentes de verificación que permitan observar
de forma directa ese impacto que se menciona en los objetivos, la solicitud de los
recursos necesariamente responde a la propuesta de los objetivos planteados, la
trayectoria financiera y la organización será una base para obtener nuevos recursos
o recursos adicionales a los logrados con antelación, proponer claramente la
población a la que va dirigido el programa o proyecto es central para la definición
de los recursos.

Con todos estos puntos para revisar lo que queda fuera es el fondo del proyecto y
programa, que cuando viene de la sociedad civil requiere una evaluación de
coherencia y lógica de principio a fin del proyecto o programa, pero cuando estos
son propuestos por el Estado no tienen mayor revisión y no se entregan cuentas
con respecto a los resultados, solo vemos en la práctica que los problemas que
tratan de atender no ser atienden y al contrario se complican.

Conclusiones

Estas reflexiones con respecto al contexto y las diversas formas de definir la


evaluación nos exhortan para pensar una evaluación cercana a la democracia
deliberativa, a enfrentar la visión respecto de la ética de la acción pública que tiende
a ponerle retenes a la participación de los actores en la gestión y a impedir que los
intereses particulares o grupales desplacen los intereses colectivos. Lo que se pone
en juego es la discusión sobre la relación entre la ética y la política y la economía.

· La diferenciación entre los roles de los políticos por un lado y de los


funcionarios por el otro.

190
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

· Repartición clara y coherente de roles, de objetivos y de medios teniendo


como principio difundir lo más abajo posible las responsabilidades.
· Dar espacio a la diversidad, igualdad de trato y participación, por ejemplo los
foros ciudadanos.
· Será entonces la evaluación como elemento central en la transformación del
Estado, la evaluación sistemática una fórmula de persuasión en el marco de
una visión inter dialógica y democrática.

Referencias

-Bhola H. S. (1992), La Evaluación de Proyectos, Programas y Campaña de Alfabetización


para el desarrollo. Planificación, diseño y ejecución de la evaluación y utilización de sus
resultados.IUE-DSE.
-Briones, Guillermo. (1991), Evaluación de Programas Sociales. Editorial Trillas, México.
-Cannac, Yves. El contexto de la Evaluación de Proyectos Sociales en Roy Rivera Araya,
(2002), El contexto de la Evaluación de Proyectos Sociales en el Marco de una
Democracia Deliberativa. Francia.
-Cohen Ernesto y Franco Rolando. (1991), Evaluación de proyectos sociales. Ed. Siglo
XXI, Chile.
-Marcos Valdés, (1999), La evaluación de proyectos sociales, definiciones y tipologías, Chile,
www.mapunet.org/.../evaluacion_proyectos_sociales.pdf, consultado
Noviembre 10 2012, 12:30
-Rivera, Anaya Roy (2002), El contexto de la Evaluación de Proyectos Sociales en el Marco de
una Democracia Deliberativa en Revista de Ciencias Sociales, año/vol.III,
número 097, Universidad de Costa Rica.

191
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

192
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

14.- El Hacer Científico en lo Social: la


Sistematización.
María Elena García Mendoza. Licenciada en Trabajo Social por la ENTS-UNAM y
Maestra en Ciencias en Metodología de la Ciencia por el Instituto Politécnico Nacional. Es
Profesora de Práctica Comunitaria de la licenciatura en Trabajo Social de la UNAM.
Especialista en Prevención y Tratamiento a las Farmacodependencias. Es Coordinadora de
Proyectos en Hogar Integral de Juventud IAP y es responsable del proyecto de
Emprendimiento con Mujeres Sexoservidoras en la Merced-CDMX: “Lady Meche”.

I. Introducción
Al reflexionar sobre fenómenos sociales, vida cotidiana y dinámicas locales,
comunitarias o grupales, es posible enfrentarse al hecho de que en éstos existen
especificidades relacionadas al contexto, a la época histórica y a otra serie de sucesos
que se relacionan entre sí; por lo tanto, quienes nos dedicamos al trabajo social,
entendemos que la realidad, las relaciones humanas, las prácticas cotidianas y la
cultura son procesos complejos cuyo abordaje implica pensar en formas alternativas
a la formulación de leyes, reglas y patrones.
De modo que, si pensamos la realidad como una imbricación de sistemas
complejos, las propuestas para su abordaje serán, a su vez un conjunto de prácticas
concretas del que se derivan aprendizajes específicos, que representan un
aprendizaje susceptible a ser replicado y puesto en práctica en otros contextos.
Es así como el aprendizaje que se transforma en prácticas replicables abre paso a un
ejercicio vital para la evolución disciplinar del Trabajo Social: La Sistematización.
La sistematización es una práctica metodológica de las disciplinas sociales, cuyo
objetivo es entender y reflexionar sobre el hacer en el campo de acción; así como
para construir un análisis que rescate aquellas prácticas exitosas que favorecen el
buen desempeño de la tarea.

Ante este escenario, la sistematización se vuelve un tema fundamental en la práctica


del Trabajo Social porque implica la oportunidad de reflexionar en nuestro hacer y
en el impacto de éste en la dinámica del campo de intervención.

193
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Por lo tanto, en este espacio se compartirán algunos elementos de reflexión que


permitan que los profesionales del Trabajo Social continúen repensando y
construyendo material que rescate sus prácticas cotidianas y, sobre todo, que se
contribuya en la construcción de la memoria de la disciplina, a través del rescate de
prácticas y aprendizajes.
Se inicia la reflexión con la pregunta ¿De dónde surge la opción de sistematizar?
¿Por qué creemos que sistematizar contribuye a la construcción del conocimiento?
Y en un segundo momento, se expondrán algunos apuntes sobre la definición de
sistematización; seguido del proceso metodológico que implica, por último, se
expondrán algunas notas operativas sobre cómo empezar ejercicios de
sistematización en el campo de trabajo y en el hacer cotidiano.

II. Reflexiones previas


Cuando se ejecuta un proyecto en una comunidad, región, institución, con grupos o
familias, por mencionar algunas posibilidades, inmediatamente se tienen
incorporadas prácticas metodológicas como la programación o la evaluación y
pareciera que éstas son inherentes a la ejecución de proyectos sociales; es decir, no
se cuestiona la naturaleza de estas prácticas ni se pone en duda si se deben llevar a
cabo o no, ya que es sabido el riesgo metodológico que se corre al omitirlas.
Así mismo, cuando se habla de sistematizar, eventualmente, es posible pensar que
se está ante una práctica metodológica importante para el Trabajo Social pero que
no necesariamente se realiza en todos nuestros proyectos. Por lo tanto, la decisión
de sistematizar o no, queda sujeta a los responsables de los proyectos y depende en
gran medida, de los intereses organizacionales e institucionales.
En un segundo orden de reflexión, podemos preguntarnos ¿De dónde surge la
intención de sistematizar? ¿Por qué pensamos que esta práctica puede favorecer el
trabajo de lo social? ¿Por qué pensamos que podemos construir una memoria de
nuestra disciplina y que de ella podemos obtener lecciones y reflexiones que
retroalimenten nuestro hacer en campo?
Ahora bien, para intentar hacer algunos apuntes en torno a esta pregunta,
necesitamos dar un salto mental y trasladar nuestras ideas al terreno de la historia de
la Ciencia.

194
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Hasta el siglo XIX algunos conocimientos científicos se habían construido bajo la


idea Causa-Efecto; las ciencias como las matemáticas, la física y la astronomía
habían logrado responder problemas propios de sus disciplinas mediante un
método científico respaldado en supuestos como el principio causa-efecto (Pérez,
1990).
Este principio encuentra su sustento en la doctrina filosófica del Determinismo del
siglo XVIII propuesta por Pierre-Simon Laplace, quien pensaba que todo
acontecimiento físico, el pensamiento y las acciones humanas están regidas por el
principio Causa-Efecto. (Reale y Antiseri, 2005)
Este principio hace referencia a que en todo fenómeno existe una relación entre dos
variables, la dependiente y la independiente, y que cuando la segunda es sometida a
cualquier tipo de perturbación, se produce un efecto directamente proporcional en
la variable dependiente. (Aldana-Franco, 2011)
Este tipo de supuestos han favorecido la construcción de conocimientos y han dado
respuesta a problemas matemáticos, físicos, astronómicos, entre otros; sin embargo,
el avance de las preguntas y de los problemas de estas mismas ciencias llegaron a un
punto en el que este supuesto dejó de aportar respuestas y soluciones a problemas
concretos; por lo tanto, la construcción de un supuesto diferente, aportó nuevas
condiciones epistemológicas para la construcción de nuevos paradigmas. (Aldana-
Franco, 2011)
Pensar entonces, en que efectivamente existen, en los fenómenos de la naturaleza,
dos variables relacionadas, es el punto de partida; sin embargo ¿Por qué pensar que
cuando se perturba la variable independiente ésta genera un efecto directamente
proporcional en la dependiente?
¿Podemos pensar en que este efecto no necesariamente debe ser directamente
proporcional?
Este cambio en el paradigma favoreció la construcción de nuevas reflexiones
teóricas, de las cuales las ciencias sociales hemos sido muy favorecidas, dado que, en
nuestro campo del conocimiento, difícilmente podemos construir generalidades
tales como “leyes, principios o reglas” que rijan los fenómenos sociales.

Ahora bien, ¿Qué ideas influyeron en este cambio de paradigma?

195
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

En el siglo XIX Jules Henry Poincaré (1854-1912) fue un científico y filósofo de la


ciencia francés cuya formación estuvo relacionada con las matemáticas.
Retomando a Pérez Tamayo (1990), Poicaré coincidió con la idea de Kant de que
solo es posible conocer mediante las categorías Espacio y Tiempo y que por lo
tanto, no somos capaces de conocer las cosas en sí mismas, sino que se conoce solo
la interpretación que mediante dichas categorías hacemos de las cosas.
Basó su método científico en la idea de que existe un orden general en el universo,
independiente de la humanidad y de lo que podamos conocer. Esta idea será muy
importante en la construcción de la Teoría de las estructuras disipativas y en la idea
de Caos. De hecho, es en esta idea en donde podemos ubicar un elemento en el
cambio de paradigma. (Aldana-Franco, 2011)
A su vez, Poicaré pensaba que el científico debe conocer, descubrir y entender lo
posible de este orden universal, aceptando que solo podrá conocer aquello que
pueda ser conocido con las herramientas científicas con las que se cuenta en la
época. Es decir, lo no resuelto o no entendible lo es porque no puede ser
comprendido con las herramientas científicas con las que se cuenta en el momento.
(Pérez, 1990)
Y como parte de este entendimiento, consideraba que la ciencia nos muestra las
relaciones que existen entre los elementos de la naturaleza mas no la realidad en sí
de las cosas. Esta idea también influyó directamente en la construcción de la Teoría
del Caos, sobre todo en la definición de sistema no lineal.
Tal como Aldana-Franco explica, Henri Poincaré intentó resolver “el problema de
los tres cuerpos” (determinar la posición relativa de tres cuerpos celestes en
cualquier instante) y a pesar de que no resolvió dicho problema, fue el primer
científico en considerar el Caos en un sistema determinista.
Por lo tanto, es preciso esclarecer que Caos no significa desorden absoluto sino un
comportamiento regido por factores determinísticos pero con un nivel significativo
de complejidad; es determinable y no aleatorio, tiene un orden subyacente. (Aldana-
Franco, 2011)
Se centra en la noción de que el análisis de lo aparentemente impredecible conduce
al esclarecimiento de un orden.

196
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

Se cree falsamente que los fenómenos ordenados son aquellos que siguen relaciones
lineales.
Es así como las principales características de los sistemas caóticos según Aldana-
Franco (2011) son las siguientes:

1. Son deterministas, no azarosos.


2. Sensibles a condiciones iniciales, porque un cambio muy pequeño produce
resultados totalmente diferentes al final.

3. Parecen desordenados, pero no lo son, hay reglas que determinan su


comportamiento.
4. Son autoorganizados. Un sistema complejo cambia su estructura interna para
permanecer.
5. Son intermitentes; es decir, tienen intervalos regulares en los que alternan
orden y caos.
6. Resonancia: Su comportamiento es como ondas que adquieren mayor fuerza
cada vez
Por lo tanto y continuando con la reflexión de los autores, el caos, al ser un orden
diferente, posibilita el surgimiento nuevas formas de organización, así como de
fenómenos, incluidos los sociales, a los que podemos considerar con un
comportamiento no lineal.
Regresando a lo social, retomamos la idea de que la realidad es un sistema caótico,
es decir, que es un complejo relacional con un orden subyacente, el cual tal vez no
sea comprendido en cierto tiempo histórico, sin embargo, el avance del
conocimiento científico irá proporcionando las herramientas necesarias para su
comprensión.

La idea de que la realidad pueda tener un orden subyacente aún no comprendido


permite pensar en que podemos ir recuperando experiencias derivadas del ejercicio
de las intervenciones sociales en contextos específicos y de dichos aprendizajes,
podemos ir construyendo una memoria metodológica que permita replicar
experiencias.

197
Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

La sistematización es entonces una de estas herramientas metodológicas que nos


permiten ir construyendo el conocimiento en el terreno de lo social.
Por lo tanto, en lo social hacemos uso de herramientas metodológicas que nos
permiten recuperar el trabajo directo en el campo de acción, reflexionar sobre el
desarrollo de éste y los resultados que pueden derivar de la implementación de una
perturbación específica, en otras palabras, los efectos de una intervención; la
sistematización es entonces una de estas herramientas metodológicas que nos
permiten ir construyendo el conocimiento en el terreno de lo social.

III. Del significado de la Sistematización


Ahora bien, ¿Qué entendemos por sistematización? Desde la óptica de los
principios del Metamodelo ECO210, la sistematización es un proceso de
construcción de conocimiento en materia de las ciencias sociales, que implica
recuperar la experiencia concreta respecto de la aplicación de una estrategia de
intervención en un campo específico y con grupos, tiempos y espacios definidos.
Esta experiencia se recupera para ser analizada-reflexionada y de este proceso
concluir aprendizajes susceptibles a la replicabilidad.
Es una herramienta disciplinar del Trabajo Social, aunque no exclusiva de éste, cuya
finalidad es recuperar las experiencias derivadas de la intervención directa en campo
con sujetos, grupos, comunidades o regiones consideradas como vulnerables, en
riesgo o que manifiestan diversos problemas o necesidades que deterioran la calidad
de vida de sus habitantes; y rescatar de dichas experiencias las prácticas exitosas
susceptibles de ser replicadas en otros escenarios con un similar grado de éxito e
impacto. (Jara, 1994)
La tarea de análisis del material cultural derivado de la experiencia es el elemento
más importante para realizar una sistematización exitosa, ya que ésta debe
trascender el terreno descriptivo, tanto de la tarea, del contexto y de los resultaos,
para pasar al terreno de la reflexión crítica sobre lo planeado, lo realizado y lo
logrado; así como el impacto que tuvieron en la ejecución de la intervención, otros
10
El Metamodelo ECO2 (1995) es un ejemplo del conocimiento derivado de la sistematización, pues es un
sistema de supuestos y principios teóricos organizados de manera que permiten comprender (diagnosticar)
fenómenos de sufrimiento social tales como la violencia, farmacodependencia, exclusión social, entre otros y
repensar formas de abordaje alternativas que permitan la creación de estrategias innovadoras en los ámbitos
grupales, comunitarios y regionales. Surge de la iniciativa de Efrem Milanesse, Roberto Merlo, Juan Machín y
Manuel Velazco, entre otros autores de recuperar prácticas de diversas organizaciones de la sociedad civil, a fin
de depurar principios, prácticas y propuestas de intervención.
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

elementos como el contexto propio del lugar en el que se intervino, las relaciones
humanas, la respuesta de los actores participantes, los procesos políticos o cualquier
circunstancia que se haya relacionado directamente con nuestra tarea.
La sistematización implica dos dimensiones importantes, una postura ética que
permite que los equipos de trabajo sean sensibles y críticos frente a su propio hacer
y ante los resultados obtenidos; la sistematización no es solo una oportunidad para
saber y mostrar lo que hemos hecho muy bien; sino que también es una
oportunidad de aprender de la experiencia tal cual ésta se desarrolló.
La segunda dimensión que implica es que la sistematización permite conocer de
nuestra experiencia de manera metodológica, es decir, transformamos nuestro hacer
en un material de análisis que permite construir supuestos de partida para nuevas
experiencias y aportar reflexiones para ser discutidas, sometidas a la verificación y a
la replicabilidad en otros contextos. Por lo tanto, la recuperación de la experiencia
concreta rebasa el terreno de aprendizaje interno y particular de las organizaciones o
instancias que aplican una estrategia.
Ahora bien, desde una aproximación del metamodelo ECO2 (1995), para llevar a
cabo una sistematización, existen algunos elementos importantes a considerar:

 La sistematización debe ser parte de los objetivos de la institución u


organización que está ejecutando el hacer social. Cuando una organización o
institución incorpora desde su planeación el ejercicio de la sistematización,
favorecerá tiempos, recursos, espacios y sobre todo la disposición para
someterse a un análisis crítico.
 La sistematización requiere que los equipos de trabajo tengan claridad del
soporte teórico y conceptual mediante el cual interpretan la realidad y
analizan el impacto de su hacer.
 La sistematización requiere de una planeación en donde se especifiquen los
objetivos de por qué quiero sistematizar, qué productos quiero obtener de
este ejercicio y hacia quiénes van a ir dirigidos dichos productos.

IV. De la Sistematización como fundamento de construcciones teóricas
Para Cadena (1987) se considera que la sistematización como modalidad educativa y
social es un medio que guía los procesos de práctica social científica en torno a los
siguientes propósitos:

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 Ser base para un mejor conocimiento de la metodología y/o del quehacer


promocional y a la apropiación colectiva por parte de los participantes.
 Contribuir al establecimiento de los consensos básicos entre los miembros de un
equipo de profesionales del Trabajo Social o de una organización que favorezca
su cohesión o su unidad de acción.
 Instrumentar aspectos constitutivos de los procesos de autoevaluación y de
autodiagnóstico.
 Ser instrumento para un intercambio crítico y analítico de experiencias
promocionales
 Favorecer una mayor capacidad para crear y manejar herramientas
metodológicas para la comprensión y reconstrucción articulada de la realidad
social.
 Ser base para la creación de teoría sobre la práctica realizada.
 Ser base para la preparación pertinente de reportes a agentes externos al trabajo
promocional. (Cadena, 1987)

Así mismo, el proceso de sistematización se compone de diversas fases, entre ellas


destacan las siguientes por imprescindibles en el proceso (Cadena, 1987):

 Caracterización de las necesidades y/ interrogantes a cuya resolución debe


contribuir la sistematización
 Especificación de los ámbitos y aspectos del trabajo promocional que serán
objeto de la sistematización
 Proyección o prefiguración de los productos o resultados.
 Construcción y/o adopción de los esquemas metodológicos, categorías e
indicadores que permitirán la reconstrucción del ámbito y del proceso
especificado.
 Especificación de la información relevante en los ámbitos y procesos que
puedan contribuir a dar respuesta a la necesidad-interrogante planteada.
 Elaboración de los instrumentos para la identificación y registro de la
información significativa, preferentemente sobre la base del perfil de los
productos o resultados.
 Obtención, registro y ordenación primaria de la información a nivel de la
descripción de hechos y actividades.
 Construcción colectiva de los productos o resultados buscados a nivel de
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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

explicación e inteligibilidad de los hechos y actividades, mediante el análisis,


articulación y reflexión de las prácticas realizadas.
 Socialización de los productos o resultados para su retroalimentación por los
sujetos que participaron en su elaboración.
 Instrumentación de resultados para su adopción en prácticas futuras.

V. Del proceso metodológico de sistematización


Para llevar a cabo un ejercicio de sistematización, podemos apreciar que, en la
literatura sobre el tema, los autores coinciden en varios momentos para llevarla a
cabo:
1. Planear el propio ejercicio de sistematización.
2. Recuperar el marco teórico y conceptual mediante el cual el equipo de trabajo
analiza la realidad.
3. Describir el contexto social e histórico en el que se llevó a cabo la
intervención.
4. Describir la estrategia que se aplicó: en qué consistió el proyecto, cuáles
fueron los objetivos, los propósitos, las metas, a quiénes iba dirigido, las
acciones realizadas, los tiempos planeados y los tiempos reales de la
ejecución, los resultados, cuáles fueron los mecanismos para evaluar.
5. Recuperación del material cultural en el que se capturó la experiencia de la
estrategia aplicada (diarios de campo, expedientes, entrevistas, entre muchos
otros).
6. Analizar los elementos anteriormente mencionados. Para la realización de un
análisis de calidad se sugiere a los equipos de trabajo que elijan un método de
análisis de contenido que les permia ir orientando su análisis de manera
metódica.
7. Conclusiones. Se trata de recuperar en un producto final los elementos
producidos en el análisis, los cuales pueden implicar diversas dimensiones:

 Teórica y conceptual

 Sobre el contexto de la intervención


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Fundamentos Metodológicos para el Trabajo Social Institucional

 Sobre la estrategia aplicada

 Sobre los resultados obtenidos de la estrategia

 Sobre los aprendizajes derivado del trabajo directo en campo


8. Difusión de los hallazgos. Ésta debe responder a los intereses de las
organizaciones responsables de los proyectos.

Referencias
• Aldana-Franco, R; et al, (2011); “¿Es tan caótico el caos?” En: Ciencia.
Revista de la Academia Mexicana de Ciencias, Abril-Junio, Vol. 62, No.
2. México

• Cadena, Félix, (1987); La Sistematización como creación del Saber de Liberación. Ed.
AIPE-CEAL, La Paz, Bolivia.

• Gray, Jeremy (2013) Henry Poincaré: a scientific biography; Princeton University


Press; Princeton.

• Hernández Samperi, Roberto, et al (1998); Metodología de la investigación; 3ra.


ed.; Ed. Mc Graw Hill; México

• Jara, Antonio, (1994). Para sistematizar experiencias. Una experiencia teórica y


práctica. Alforja. Programa Regional Coordinado de Educación Popular /
Instituto Mexicano para el desarrollo comunitario. 1ra. Edición en San José,
Costa Rica. Reedición. México.

• Pérez Tamayo, Ruy (1990) ¿Existe el método científico?; FCE, México.

• Reale, Giovanni y Antiseri, Dario; (2005) Historia del pensamiento filosófico y


científico (Tomo III Del Romanticismo hasta hoy); Ed. Herder, España.

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de estilo Deborah C. Segura Díaz; y la
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