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Origen del apellido Manrique

Linaje de la nobleza castellana, que se constituyó como una rama desgajada de la poderosa familia
de los Lara. "Este linaje de los Manrique es uno de los mayores y más antiguos de Castilla, vienen
del conde Don Manrique", dice Fernán Pérez de Guzmán. En efecto, el fundador del linaje,
RODRIGO PÉREZ Manrique, señor de Amusco y merino mayor en tiempo de Alfonso VIII, era nieto
del famoso conde Manrique de Lara. A diferencia de los sucedido con otras familias de la "nobleza
vieja", los Manrique resistieron bien la crisis del s. XIV, convirtiéndose en uno de los linajes más
sólidos en la época de los Trastámaras. Incluso surgieron de su tronco nuevas y poderosas ramas,
que prolongaron el prestigio de la familia en la edad moderna. El centro básico de los dominios
territoriales de los Manrique estaba en las comarcas palentinas de la tierra de Campos (Amusco,
Paredes de Navas, etc.), pero su influencia se extendió posteriormente a la región septentrional de
la meseta N (Aguilar de Campoo, Castañeda) y al alto Ebro (Treviño, Nájera). Del linaje salieron
grandes dignatarios (el cargo de adelantado mayor de Castilla lo monopolizaron por algún tiempo),
arzobispos y hombres de letras. En el S. XIII, la familia estuvo representada por PEDRO y RODRIGO
RODRÍGUEZ, hijos ambos del fundador del linaje. Se sabe que estuvieron un tanto alejados de la
corte, no constando su intervención en las campañas de Andalucía. Pedro Rodríguez († 1284) fue
padre de GARCÍA FERNÁNDEZ Manrique, primero de este nombre, personaje de principios del S.
XIV que tuvo la condición de ricohombre. Hijos de éste fueron JUAN GARCÍA Manrique, el
segundogénito, adelantado mayor de Castilla y combatiente en el Salado y PEDRO MANRIQUE, el
primogénito. La sucesión del linaje pasó a mediados del S. XIV a GARCI FERNÁNDEZ Manrique II (†
1362), también adelantado de Castilla. La fortaleza de este magnate, y por lo tanto del linaje,
queda atestiguada en el hecho de que en el Libro de las behetrías los Manrique aparezcan con
posesiones en diez merindades, siendo, después de los Lara, la familia con mayor número de
señoríos. Le sucedió en la titularidad del linaje PEDRO Manrique, hijo de su primer matrimonio. De
los hijos del segundo matrimonio de Garci Fernández Manrique derivaron las importantes casas de
Castañeda-Aguilar de Campoo y Treviño-Nájera. Pedro Manrique fue un ardiente partidario de
Enrique II en la guerra contra Pedro I. Ostentó igualmente el cargo de adelantado mayor de
Castilla, que pudo transmitir a su hijo GÓMEZ Manrique. Pero después de éste se quebró la
descendencia masculina de la rama troncal de los Manrique. La heredera, MENCIA Manrique, casó
con Juan de Padilla, camarero mayor de Juan II. Una de las ramas por las que prosiguió con más
brillantez la estirpe fue la de Castañeda-Aguilar de Campoo. Deriva de uno de los hijos del
adelantado Garci Fernández Manrique, llamado igual que su padre. El sucesor recibió el título de
conde de Castañeda, y un descendiente del linaje, un nuevo GARCI FENÁNDEZ Manrique, soldado
notable de la guerra de Granada en tiempos de los reyes Católicos, fue hecho marqués de Aguilar
de Campoo. En los siglos. XVI y XVII, la familia tuvo destacadas figuras, por ejemplo JUAN
FERNÁNDEZ Manrique, embajador de Carlos Quinto en Roma. DIEGO GÓMEZ Manrique, hijo
también del adelantado de León, y destacada personaje en tiempo de Juan II. Su hijo, DIEGO
GÓMEZ Manrique († 1490), recibió el título de conde de Treviño, y el sucesor, PEDRO Manrique
(nacido en 1443), el de duque de Nájera. A principios del s. XVII, la herencia la recibió LUISA
Manrique, quien casó con el duque de Maqueda, pasando a esta casa los títulos de Treviño-Nájera.
La rama de los condes de Paredes de Nava fue fundada por RODRIGO Manrique (1406-1472),
segundo hijo del adelantado de León, Pedro Manrique, y padre del poeta JORGE Manrique.

su lema:  "Nos non venimos de 


 Reyes, que Reyes vienen de Nos". 
"Nosotros no venimos de Reyes, y Reyes vienen de nosotros".

Escudo de Armas del Apellido Manrique


En campo de gules dos calderas jaqueladas de oro y sable puestas en palo con seis sierpes de
sinople salientes, tres de cada lado de las asas. Bordura jaquelada de seis leones de gules en
campo de oro, alternando con seis castillos de oro en campo de gules.

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