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ECUADOR

Debate

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DIAGRAMACION
Martha Vinueza

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I ISSN-1012-1498 I
" caap
ECUADOR
DEBATE 67
Quito-Ecuador, abril del 2006

PRESENTAClON / 3-6

COYUNTURA

Gobierno y democracia entre pruebas de fuerza, debilidades extremas/ 7-14


l.Sénchez Parga
Rentismo o vivir a costa de los demás /15-30
José Va/enzue/a Feij60
Conflictividad socio - política / 31-36
Noviembre 2005 - Febrero 2006

TEMA CENTRAL

Entre la oposición y la colaboración: El Partido Socialista Ecuatoriano


durante el gobierno de Galo Plaza (1948-1952) / 37-60
Hernán /barra
¡Alfaro vive caraja! y la lucha por el olvido /61-76
Juan Fernando Terán
De la "traición aprista" al "gesto heroico": Luis de la Puente Uceda
y la guerrilla del MIR i 77-98
José Luis Rénique
Apuntes dispersos sobre la izquierda boliviana en su relación
con los intelectuales y el movimiento étnico / 99-106
H. C. F. Mansil/a
Guerrilla rural en Chile: La Batalla del Fundo San Miguel (1968) /107-132
Cristián Pérez

DEBATE AGRARIO

Impactos locales de un cluster globalizado lEn el sendero


de una potencia acui-industrial de carácter glocal? /133-154
Rodrigo White/aw
Sostenibilidad de los usos de subsistencia de la biodiversidad
en un área protegida de la Amazonía ecuatoriana: un análisis biofísico / 155-164
Francisco Neira, Santiago G6mez y Gloria Pérez

ANÁLISIS

La identidad ,y la representación: elementos


para una reflexión crítica sobre la idea de región / 165-184
Pierre Bourdieu

RESEÑAS

A 35 años de "relaciones interétnicas en Riobamba" / 185-194


Gina Chávez Vallejo
De la "traici6n aprista" al "gesto heroico":
Luis de la Puente Uceda y la guerrilla del MI R
José Luis Rénique
"No me importa lo que digan los traidores,
hemos cerrado el pasado con gruesas lágrimas de acero. "

Javier HeraucJI

ctubre de 1965. Un escueto dedicaría nada más que una mención al

O parte militar da cuenta del ani­


quilamiento -en la zona de Me­
sa Pelada, parte oriental del departa­
paso.s Desde la perspectiva de la histo­
ria peruana, sin embargo, los miristas
dejarían un legado importante: (a) como
mento del Cuzco- de la llamada guerri­ factor catalizador de la "revolución mi­
lla Pachacutec. Luis de la Puente Uceda litar" velasquista; (b) como antecedente
está entre las bajas. Caía con él la direc­ de una "nueva izquierda" surgida al
ción del movimiento. Menos de seis margen de los grandes partidos popula­
meses le tomaría al ejército peruano su­ res de los años 20, el APRA y el PC que
primir el alzamiento protagonizado por entre fines de los 70 y los 90 sería pro­
el Movimiento de Izquierda Revolucio­ tagonista principal de la política nacio­
naria (MI R). nal y (e) como punto de inicio de un de­
Una mera nota a pie de página de bate dentro de la izquierda sobre el ca­
la guerra fría latinoamericana.· En su mino armado que desembocaría en el
¿Revolución en la Revolución?, Regis MRTA y el PC-SL de los años 80.
Debray -reconocido analista de la expe­ Diversos trabajos han explorado el
riencia guerrillera de la era castrista- le vanguardismo latinoamericano de los

Del poema «Palabra de guerrillero» en Javier Heraud, Poesías completas y cartas, Lima:

Bibl ioteca Peruana Peisa, 1976. .

2 Regis Debray, ¿Revolución en la Revolución?, La Habana: Cuadernos de la revista Casa de

las Américas, 1967.

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60 en el que surgieron proyectos como toria, Luis de la Puente Uceda emerge


el representado por el MIR.3 Queda por como eslabón entre las tradiciones insu­
explorar la dimensión nacional. Peque­ rreccionales novecentistas -rearticula­
ños grupos -lindantes muchas veces con das en el aprismo primigenio- y el gue­
la marginalidad- compensan sus debili­ rríllerismo contemporáneo.
dades con una intensa elaboración
mental: conciben campesinos revolu­ 1948
cionarios y "largas marchas" del campo
a la ciudad; extrapolan categorías y dis­
cursos "internacionalistas" para pintar
escenarios locales de confrontación ab­
soluta. Para aspirar a ser el gran catali­
zador vanguardista deben construir una
identidad capaz de proyectarlos al país,
capaz de resonar en la memoria de la
gente; entretejiendo para ello lo nuevo y
lo cosmopolita con lo tradicional y lo
local. El fenómeno insurgente es un fe­
nómeno sincrético cuya comprensión
requiere un esfuerzo de contextualiza­
ción. En el caso del MIR, esa historia
desde dentro conduce, retrospectiva­
mente, a la experiencia insurreccional
aprista. Es en referencia a ésta que el
MIR define su ethos revolucionario.
Este trabajo explora la construcción
de una nueva identidad política -mili­
tante, guerrillera, subversiva- en un con­
texto particular de la historia peruana:
de emergencia del Perú rural, de un la­
do, y de revisión y renuncia por parte
del APRA de aspectos fundamentales de
su propia tradición de lucha. En esta his­

3 Richard Gott, Guerrilla Movements in Latin America, New York: Anchor Books, 1972; Jo­
sé Rodríguez Elizondo, La crisis de las izquierdas en América Latina, Caracas: Instituto de
Cooperación Iberoamericana/Editorial Nueva Sociedad, 1990; Timothy Wickham-Crow­
ley, Guerrillas and Revolution in Latin America: a compara ti ve study of insurgents and re­
gimes since 1956, Princeton, Nj: Princeton University Press, 1992 y Luis Mercier Vega,
editor, Guerrillas in Latin America, New York: Praeger, 1969.
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vencia del PAP a la persecución. A su nal para amistarse con los Estados Uni­
capacidad, en particular, para construir dos de los tiempos del "buen vecino".
una organización cohesionada y una Abandonar el recurso insurreccional,
identidad fuerte, avaladas por la disci­ reafirmando su vocación de partido de­
plina partidaria y por el mito de su pro­ mocrático, sería la otra punta de la es­
pia indestructibilidad; por la certeza, trategia hayista para contrarrestar el ve­
más aún, de que tras la larga noche re­ to de la oligarquía y los militares. Los
presiva emergerían de las "catacumbas" militantes de base, sin embargo, siguie­
para cumplir con su destino de "salvar ran siendo afines al estilo primigenio,
al Perú". Unos cinco mil mártires recla­ "defensista" y "vanguardista", modela­
maría el aprismo de aquella primera era do tras el ejemplo de la revolución po­
en la clandestinidad. Heroísmo, lealtad, pular aprista de Trujillo de 1932. Tras su
consecuencia, fueron algunos de los.va­ áspero debelamiento, Haya de la Torre
lores que hicieron del APRA subterrá­ había desalentado el recurso al alza­
neo una verdadera "comunidad emo­ miento de masas; favoreciendo, más
cional". Psicológicamente -observaría bien, el de una revolución incruenta en
uno de sus más cercanos colaborado­ alianza con militares nacionalistas co­
res- "nada afectaba más a Haya que la mo vía hacia el poder.> La fe en su pa­
"traición" al partido que, en las atribula­ labra, el desgaste natural de la era de las
das circunstancias de aquellos años, es­ catacumbas, la secreta promesa de que
taba "personalizado en él".4 El "jefe má­ el retorno a la legalidad sería nada me­
ximo" había desdeñado la seguridad del nos que la antesala de la "revolución
exilio, purgando carcelería como sus aprista", fueron algunos de los factores
más humildes compañeros. La memoria que coadyuvaron a la aceptación del vi­
aprista, en tales circunstancias, fue es­ raje partidario que derivó en su partici­
tructurándose como una sucesión de pación en la "primavera democrática"
héroes y mártires -y también renegados­ de 1945. Con su inicio, "vanguardistas"
articulados todos ellos por la genialidad y "defensistas" quedaron en compás de
y entrega del indiscutido "hermano ma­ espera, hasta aquella madrugada del 3
yor" Víctor Raúl. . de octubre de 1948 en que, las contra­
De sus orígenes marxistas, durante dicciones engendradas por los cambios
los 30, el APRA se había deslizado ha­ en el perfil partidario saldrían a la super­
cia el centro, optando, eventualmente, ficie en las calles del Callao, donde ba­
por revisar su "antiimperialismo" origi- ses del PAP y personal de la Armada ini­

4 Luis Alberto Sánchez, Apuntes para una Biografía del APRA (Una larga guerra civi/), Lima:
Ediciones Mosca Azul Editores, 1979, p. 114.
5 Para una historia del insurreccionalismo aprista véase: Luis Chanduví Torres, El APRA por
dentro: lo que hice, lo que vi, y lo que sé, 1931-1957, Lima: Tall. Gráf. Copias e Impre­
siones, 1988.
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ciaban, supuestamente, el camino hacia curso en diversos países latinoamerica­


la verdadera "revolución aprista"." Tres nos incentivó el debate. ¿Por qué el
semanas después era el propio Ejército APRA, mejor organizado y con una
el que se encargaba de derrocar a Bus­ ideología bastante más sólida, no había
tamante y Rivero, marcando el inicio de logrado alcanzar el poder? ¿Por qué se
ocho años de régimen militar bajo la persistía en un alineamiento con el
conducción del General Manuel Odría. Washington de la "doctrina Truman"? La
El APRA entraba con ello a su segunda necesidad de una recuperación del
era de clandestinidad. "aprismo primigenio" fue la fórmula
que sintetizó las esperanzas de los sec­
APRA: crisis y exilio tores más radicalizados del exilio apris­
ta; de quiénes, como Héctor Cordero
La ausencia de Haya de la Torre Guevara, aspiraban a "un replantea­
-exilado por cinco años en la Embajada miento revolucionario" del partido: re­
de Colombia en Lima- marcó la diferen­ tomar el marxismo e incorporar a la cia­
cia fundamental entre los dos grandes se obrera y al campesinado, fundamen­
ciclos de la clandestinidad aprista. Por talmente indígena, como factores acti­
primera vez desde 1931 el Jefe no esta­ vos y conscientes frente al predominio
ba al frente de la organización. En su pequeño burgués en el gran frente de
ausencia, el debate Interno se desplega­ "trabajadores manuales e Intelectuales"
ría incontenible, al punto de colocar al propuesto por Haya de la Torre en los
PAP al borde de la ruptura." De las res­ años 20 frente al "clasismo" comunis­
ponsabilidades por el 3 de octubre pasó ta. 8 Siguiendo de cerca la crítica de iz­
el debate a la crítica de la actuación quierda al peronismo argentino como
partidaria en la recién cancelada aper­ participante de los círculos de estudio
tura democrática y, por extensión, a los del marxismo encabezados por Silvio
cambios introducidos por Haya en la Frondizi'', Cordero Guevara concluyó
orientación doctrinaría del partido des­ que, lejos de romper con el APRA, lo
de fines de los 30. El contacto con las correcto era trabajar desde dentro con
experiencias populistas-nacionalistas en el fin de consolidar un aprismo de iz­

6 Versiones antagónicas de este movimiento pueden encontrarse en Víctor Villanueva, La


Sublevaci6n Aprista del 48. Tragedia de un Pueblo y un Partido, Lima: Editorial Milla Ba­
tres, 1973 y Armando Villanueva del Campo, «LaOtra Revolución» (Entrevista) en Domin­
go Tamariz Lúcar, La ronda del general, Lima: Jaime Campodónico/Editor, 1998, pp. 116­
125.
7 AndrésTownsend Ezcurra, 50 Años de Aprismo. Memorias, ensayos y discursos de un Mi­
litante, Lima: Editorial e Imprenta Desa, 1989, p. 84.
8 Héctor Cordero Guevara, "El Apra y la Revolución (Tesis para un replanteamiento revolu­
cionario)" [1952], en Del Apra al Apra Rebelde (Documentos para la Historia de la Revo­
lución Peruana), Lima, 1980, pp. 1-35.
9 Horacio Tarcus, El marxismo olvidado en la Argentina: Silvio Frondizi y Milcíades Peña,
Ediciones El Cielo por Asalto, 1996, pp. 26 Y 141.
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quierda que gradualmente se convirtie­ abocó a consolidar su control del parti­


se en una opción distinta. Con esa pers­ do, desalentando cualquier intento que
pectiva retornó al Perú en 1957. entorpeciera la posibilidad de una ne­
Desde Trujillo, simultáneamente, gociación política tendiente a conseguir
Luis de la Puente Uceda había encon­ la legalización del partido en la transi­
trado su propio camino hacia el exilio. ción democrática ad portas, como el
Era un hombre de acción. Un producto desgaste del régimen odriísta lo anun­
típico de la tradición "deíensista" del ciaba. El plan insurreccional, en esas
partido. Pariente lejano del "jefe máxi­ circunstancias, perdía viabilidad. De la
mo", militante desde la edad escolar, Puente y sus compañeros quedaron
había sufrido a los 16 años -en 1944­ atrapados en el medio. Entraron al Perú
su primera carcelería. Preso nuevamen­ sólo para encontrar que sus propios
te en 1948 a raíz de la toma de la Uni­ compañeros facilitaron su detención. La
versidad de Trujillo, sería finalmente de­ traición y las torturas marcarían el espí­
portado en 1953, tras organizar una ritu del joven dirigente.
huelga en el valle azucarero de Chica­ Libre nuevamente, De la Puente
ma. Un testimonio lo ubica en México Uceda se reincorporó a su base en Tru­
hacia septiembre de 1954, receloso de jillo, reconocido ya como cabeza visi­
la línea conciliatoria que su partido to­ ble de la izquierda del aprismo. A me­
maría con la salida de Haya de la emba­ diados de 1957 se encontró con Héctor
jada colombiana. Se rumoreaba que "se Cordero Guevara por primera vez. Me
fraguaba una conciliación entre el dejó -recordaría este año después-una
APRA y las fuerzas reaccionarias repre­ "extraordinaria impresión", un hombre
sentadas por la familia Prado, gran ba­ con ideas definidas; con la fuerza espi­
luarte financiero en el país". Ante ello, ritual y la voluntad que presagiaban "a
De la Puente creía que "era necesario un verdadero dirigente".lO Juntos harían
rechazar las consignas del Partido" pro­ la etapa final de su infructuoso esfuerzo
cediendo más biena "hacer la revolu­ por reorientar al APRA, que habría de
ción". Se comprometió, con ese fin, con culminar en su expulsión.
un proyecto subversivo que coordinaba Con la salida de Haya de la emba­
desde Argentina Manuel Seoane y que jada colombiana el debate interno lle­
contaba con el respaldo del General Pe­ gaba a su fin y se entraba en el curso fi­
rón y del MNR boliviano. nal de la negociación del apoyo aprista
Desde el Ecuador -con el apoyo de a la candidatura de Manuel Prado, en lo
un general peruano residente en ese que los líderes apristas bautizarían co­
país- entrarían al Perú. Otro grupo haría mo "régimen de la convivencia", de cu­
lo propio por Bolivia. La liberación de ya estabilidad supuestamente dependía
Haya se interpuso en sus planes. En que, en 1962, las Fuerzas Armadas y la
cuanto estuvo libre, el líder aprista se oligarquía -los grandes enemigos del

10 Juan Cristóbal, ¡Disciplina Compañeros!, Lima: Debate Socialista, 1985, p. 153.


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aprismo-- permitiesen su llegada al po­ naciendo entre ellos un vínculo intelec­


der. Desde el Caribe, entretanto, prove­ tual y político. El 8 de enero de 1959
nían reverberaciones que terminarían -en el avión que trasladaba a exilados
ejerciendo una influencia decisiva sobre cubanos y a los propios familiares de
el curso de esa transición. Guevara- arribó al "primer territorio li­
berado" de América, conociendo al co­
El embrujo cubano mandante argentino cuando "vestía aún
ropa de campaña, con algo de barro en
Veinte años tenía Ricardo Gadea sus pantalones y zapatos" .12
cuando arribó a Cuba, procedente de Pronto, el tema del Perú salió en las
Argentina, en enero de 1960. Del Cole­ conversaciones Napurí-Che. Al impulso
gio Militar l.eoncio Prado de Lima a la a la revolución en ese país, según el pe­
Universidad de La Plata, había ido des­ ruano, concedía el comandante impor­
cubriendo su identidad aprista. Le venía tancia particular. Por consejo suyo -re­
por tradición familiar: de su padre, un cordaría éste- viajaría al Perú tras casi
modesto trabajador aprista, como de su una década de ausencia, con el fin de
hermana Hilda, exilada en Guatemala establecer contacto con Luisde la Puen­
desde 1949. Invitado por ella, precisa­ te Uceda, de cuya existencia el Che sa­
mente, Ricardo había llegado a la tierra bía a través de Hllda.l '
de Martí. Esta, a su vez, se encontraba
ahí a raíz de su vínculo con el Che, a Del APRA Rebelde al MIR
quien había desposado en México antes
del Granma y con quien compartía una En la IVConvención del PAP, de oc­
hija. Una vez en Cuba -a pesar de la tubre de 1958, la "izquierda aprista"
ruptura de su vínculo marital con el trujillana había hecho su último intento
Che- Hilda seguiría siendo un conduc­ de reencauzar la vida del viejo partido.
to privilegiado de los revolucionarios Las concesiones de la llamada "convi­
peruanos con su célebre ex esposo." . vencia" -sostenían- terminarían cam­
Así lo pudo comprobar Ricardo Na­ biando la naturaleza misma del partido.
purí, un ex aviador militar deportado No una legítima transición sino un ser­
por haberse negado "a bombardear a vicio a los intereses de la oligarquía era
marinos y militantes de la izquierda el resultado neto -según ellos- de la op­
aprista en la insurrección de octubre de ción del 56. Su "normalización", su me­
1948". En Argentina, el abogado Silvio tamorfosis a la "condición de cualquier
Frondizi lo ayudó a salir de la cárcel, partido tradicional" que hacía del "si­

11 Entrevista del autor con Ricardo Gadea. Lima, agosto 23, 2003.
12 José Bermúdez y LuisCastelli, ."Treinta años del Che" (Entrevista a Ricardo Napurí), en Re­
vista Herramienta, N° 4, http://www.inisoe.org/che.htm.
13 Sobre la vida de la compañera peruana del Che véase, Hilda Gadea, Ernesto: a memoir of
Che Guevara, Garden City, N.Y., Doubleday, 1972.
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lencio o la concesión" instrumento para miento de la Constitución y las leyes".


llegar al poder era lo que los herederos Un camino evolutivo perfectamente en­
del espíritu "vanguardista" del aprismo cuadrado dentro del "ideal indo-ameri­
se negaban a aceptar.l " canista" expresado por el aprismo que la
Expulsados en aquella Convención, revolución boliviana había adoptado co­
el núcleo norteño se constituyó en Co­ mo propio.t? Conservaba en buena me­
mité de Defensa de los Principios y, pos­ dida esa visión al momento de su primer
teriormente, en APRA Rebelde, como viaje a Cuba, en julio de 1959. Así lo de­
"organización autónoma para la realiza­ jó saber en un foro sobre la Reforma
ción del ideario aprista" abandonado Agraria cubana donde se pronunció en
por "los actuales dirigentes convivien­ favor del respeto a la propiedad privada,
tes", estableciendo como objetivo fun­ del "derecho a una parcela" del campe­
damental la creación de una "concien­ sino cubano en aras de una transforma­
cia revolucionaria para organizar y ace­ ción con justicia y libertad.If
lerar el proceso de la revolución nacio­ En noviembre de 1960, con la
nal".15 "Miserables -comentaría Luis de transformación del APRA Rebelde en
la Puente- no saben que ahora somos MIR, el proceso hacia la construcción
más apristas que nunca".16 de una identidad nueva entraba en una
A mediados de 1959, De la Puente nueva fase. La influencia de los pupilos
se mantenía aún dentro de los marcos de de Silvia Frondizi -Napurí y Cordero­
una perspectiva nacionalista radical. Tras se dejaba sentir en la partida de naci­
su carcelería de 1955 se había abocado miento de una "nueva izquierda" en el
al tema agrario. Abogaba por una fórmu­ Perú. A mediados de los 50, el argenti­
la de "anti-feudalismo realista" equidis­ no había fundado la primera de varias
tante de los planteamientos imperialistas organizaciones con este nombre en La­
como de aquellos "intoxicados de mar­ tinoamérica: el MIR-Praxis.'9 Siete me­
xismo". Reforma Agraria, sí. Pero no por ses antes de la decisión de ,los peruanos,
el "camino revolucionario", sino como un flamante MIR venezolano se había
"acto legítimo de promoción del desa­ pronunciado por el camino armado. En­
rrollo", ejecutado en "estricto cumplí- tre el ímpetu guevarista y la crítica filo­

14 "La Realidad Nacional y la línea política de la Convivencia". Moción presentada en la IV


Convención del Partido Aprista ellO de octubre de 1958 en Del Apra al Apra Rebelde,
pp. 56-108.
15 Ibid.
16 M. J. Orbegoso, "Luis de la Puente Uceda: Rebelde con Causa", en MJO-Entrevistas, Lima,
1989, pp. 46-53.
17 Luis de la Puente, La Reforma del Agro Peruano, prólogo de Marco Antonio Malpica, Li­
ma, s/f.
18 Marco Antonio Malpica, Biografía de la Revolución. Historia y Anrologfa del Pensamien­
to Socialista, Lima: Ediciones Ensayos Sociales, 1967, pp. 503-504.
19 H. Tarcus, El marxismo olvidado, p. 149
84 ECUADOR DEBATE

trotskista del comunismo pro-soviético del PAP -atrapado en su dañino pacto


se delineaba una vía intermedia. Apun­ con la oligarquía- permitiría sumar a
tando en esa dirección, los peruanos as­ "miles de trabajadores y jóvenes al pro­
piraban a superar el "camino evolucio­ yecto revolucionario" del MIR,21 situa­
nista" del "compromiso y la componen­ ción que permitiría un esquema organi­
da" para vincularse directamente con la zativo más amplio y complejo que
movilidad social de un país en erup­ aquel delineado por el foco. Era el co­
ción. La defección del PAP coadyuvaba mienzo de una discusión entre De la
a crear un escenario de polarización en Puente y el Che que se prolongaría a lo
el que "la solución oligarco-imperialis­ largo de los siguientes dos años. En el
ta" contendería con la "solución popu­ Perú, mientras tanto, el estallido campe­
lar, revolucionaria" por definir al ya in­ sino a través de la sierra aceleraba aún
sostenible impasse que entrampaba el más el tiempo político.
desarrollo nacional. Una Reforma Agra­
ria "radical y profunda" era, en este sen­ La hora de la vanguardia
tido, la medida prioritaria. De ahí que la
organización del campesinado en el Como Cordero y Napurí, Hugo
plano nacional fuese "la tarea imperati­ Blanco Galdós había pasado por los cír­
va del momento actual".2ü culos de Silvio Frondizi para recalar,
El cambio de perspectiva reflejaba posteriormente, en el grupo trotskista de
una relación cada vez más intensa con Nahuel Moreno. Volvió al Perú con el
Cuba. En julio de 1960 una delegación inicio del régimen de la "convivencia".
del APRA Rebelde había viajado a lais­ Pretendía insertarse en el movimiento
la. El propio De la Puente permaneció obrero, terminó como organizador carn­
ahí por algunos meses. Eran tiempos de­ .pesino al "descubrir" en la cárcel del
cisivos. Los peruanos pudieron escu­ Cuzco a los dirigentes del valle de la
char a Castro vaticinar la transforma­ Convención, quienes sostenían una ás­
ción de la cordillera de los Andes en pera confrontación con los hacendados
una "Sierra Maestra hemisférica". Por de su localidad. En ella, Blanco jugaría
ese entonces comenzó a concebirse el un importante papel radicalizador. Su fi­
plan insurreccional del MIR. Ante el gura creció a niveles míticos durante
planteamiento del Che "del foco guerri­ 1960. "Por primera vez en nuestra histo­
llero como la herramienta primera y ria republicana -editorializaba un diario
fundamental de la revolución", De la trotskista- somos testigos de una movili­
Puente habría respondido con su visión zación similar". En tales circunstancias,
de que, "la alianza del APRA Rebelde ¿qué peso podía tener un proceso elec­
con Cuba se convertiría en un formida­ toral que dejaba al margen a más de seis
ble catalizador"; que una rápida crisis millones de campesinos?

20 MIR. "Manifiesto de Chiclayo", lima: Ediciones Voz Rebelde, 1963, p. 13


21 J. Bermúdez y L. Castelli, "Treinta años del Che", p. 4.
TEMA CENTRAL 85

Los sindicatos campesinos eran, se­ población peruana a cuyas espaldas


gún Blanco, las bases de un "partido re­ operaban los partidos". En diciembre de
volucionario su; generis de masas" al 1961 arribaron a La Habana.
que el trabajo de los militantes urbanos En febrero de 1962, en la segunda
no tenía sino que amoldarse. No serían declaración de La Habana, lo que hasta
en el Perú los focos guerrilleros a la cu­ entonces había sido una empresa secre­
bana los que arrastrarían a las masas ta devino abierta y desafiante: el apoyo
campesinas a la revolución, sino que es­ cubano a las luchas revolucionarias lati­
tas mismas, en su desarrollo, a partir de noamericanas. El escalamiento del
sus propios sindicatos, llegarían a la "continentalismo" conllevaba desplazar
"defensa armada de las ocupaciones de a los viejos comunistas: imponer la pri­
tierras a través de la formación de mili­ macía de la "sierra" sobre el "llano", de
cias".22 Varios proyectos comenzaron a la acción directa sobre la teoría. En
armarse en torno a los logros de Blanco 1963, en una nueva versión de su céle­
en La Convención. El del Secretariado bre manual guerrillero, Guevara dejó de
Latinoamericano del Trotskismo Orto­ lado la idea previa de que el origen de­
doxo (SLATO) fue uno de ellos. Derivó mocrático de un gobierno imponía res­
en una serie de asaltos a bancos que, tricciones a la posibilidad de lanzar ac­
supuestamente, proveerían los fondos ciones armadas. El destino de los Béjar
necesarios para montar el aparato polí­ y los De la Puente dependía del curso
tico de apoyo al movimiento campesi­ de aquellos debates.
no. Todo terminó en un fracaso especta­
cular. A esa "desviación putchista" atri­ De la Sierra Maestra a los Andes
buiría Blanco la frustración del movi­
miento convenciano.O En 1962 había en la isla dos grupos
A vincularse directamente con Cu­ de peruanos que habían partido con el
ba, apuntó otro grupo de ex militantes fin de recibir entrenamiento guerrillero:
comunistas (Héctor Béjar y Guillermo uno vinculado al APRA-Rebelde/MIR
Lobatón) y apristas disidentes (luan Pa­ que había negociado directamente con
blo Chang). Lo suyo era vanguardismo el Che -con intermediación de Napurí­
puro: buscar en la isla caribeña los me­ su arribo a Cuba y otro, más pequeño,
dios para lanzarse a la. acción directa. encabezado por Héctor Béjar, al que
Investidos del "contlnentalisrno" gueva­ "amigos" del régimen revolucionario,
rista, saltarían las "vallas partidarias" com() el escritor Luis Felipe Angell "So­
para conectarse con aquella "inmensa focleto" y Violeta Carnero Hocke, les

22 los planteamientos de Hugo Blanco se encuentran en Tierra o Muerte, México: Siglo XXI
Editores, 1974 y El camino de nuestra revolución, Lima: Ediciones Revolución Peruana,
1963.
23 Para una historia detallada de este episodio, véase: Gonzalo Añí Castillo, El secreto de las
guerrillas, Lima: Ediciones Más Allá, 1967.
86 ECUADOR DEBATE

habían servido de puente para llegar al cionaria". Ricardo Gadea se integró a


"territorio liberado".24 Los instructores ellos. Un extenso tour por la Sierra
cubanos se aseguraron de mantenerlos Maestra fue parte de ese aprendizaje.
separados. De manera casual, sin em­ Era evidente -recordaría Gadea- que,
bargo, los primeros sabrían de la exis­ "entre los cuadros abocados al área in­
tencia de los segundos. Béjar recordaría ternacional había una posición clara de
que su subrepticia salida de Lima quedó favorecer la expansión de la Revolución
expuesta cuando, recién llegado a La Cubana para romper el aislamiento",
Habana, se tropezó con un dirigente del pero su propio destino era todavía una
PC peruano en el lobby del Hotel Rivie­ incógnita. 26
ra, en el .que su grupo se encontraba Hecho el deslinde, los comprometi­
alojado. Siguieron las quejas correspon­ dos con el proyecto armado fueron pre­
dientes que, por cierto, poco efecto ten­ sentados a los "aprorebeldes" y al grupo
drían en el ánimo cuestionador de los de Béjar. El encuentro reprodujo los
conflictos que impedían la unidad de la
partidos comunistas promovido por el
izquierda en el Perú. Pesaban las tradi­
propio Che. Desde el inicio, por otro la­
ciones: por más críticos que fueran con
do, Béjar había sospechado que algo
sus partidos de procedencia, apristas y
mayor se tramaba puesto que, como el
comunistas no se miraban bien. Estos
propio Fidel le había dicho en la prime­
últimos llevaban hasta el extremo la ló­
ra entrevista que sostuvieron, "son uste­
gica anti-partido y de acción directa: no
des demasiado pocos, 150 como míni­
querían "un partido más" sino construir,
mo es lo que se necesita". Ellos, no pa­ más bien, "una asociación libre de revo­
saban de la media docena.J> lucionarios", un "equipo militar disci­
Un tercer contingente de peruanos plinado" que fuera el núcleo del "ejérci­
estaba integrado por unos 80 "becarios" to revolucionario" de todo el pueblo, de
que habían llegado a Cuba -según le la masa sin partido. Era la única manera
expresaron a Fidel Castro en su primer de ir al fondo del problema, de superar
encuentro-con el deseo de "aprender complejos y acortar distancias. Sólo
de las experiencias de la revolución cu­ desde "el seno de las masas" podía sur­
bana". Cuba tiene toda la voluntad de gir el partido. Y sólo un partido en que
ayudarles -habría respondido el coman­ "revolucionarios y explotados" se unie­
dante- sea que buscaran una profesión sen "en un solo haz" podría funcionar
o conocer "nuestra experiencia revolu­ COmo "auténtica vanguardia" popular.V

24 Entrevista del autor con Héctor Béjar. Lima, agosto 20, 2003. "Sofocleto" era un conoci­
do militante comunista peruano y Violeta Carnero Hocke era una militante aprista deve­
nida izquierdista en los años 50. Su hermano Willy había participado con Luisde la Puen­
te Uceda en el plan insurreccional de 1954, lanzado con apoyo peronista.
25 Ibid.
26 Entrevista con el autor.
27 Héctor Béjar, Lasguerríflasde 1965: Balance y Perspectivas, Lima: PEISA, 1973, pp. 17­
18.
TEMA CENTRAL 87

Era su manera de superar su frustración ración Nacional) lo habían adquirido en


con el inveterado fraccionalismo de la Cuba. Para cuando Luis de la Puente
izquierda local. Los miristas, en cambio, Uceda regresara a Cuba, el flamante
se veían como el muñón de un partido ELN sería ya una irrebatible realidad:
de gran tradición, el cual eventualmen­ acrecido con miembros del grupo de los
te se convertiría en su núcleo reconstitu­ "becados", con 40 combatientes, partie­
tivo. Se veían, por lo tanto, como mili­ ron hacia el Perú en el segundo semes­
tantes de un proyecto mayor claramen­ tre del 63.
te identificable en la historia del radica­ Su objetivo era alcanzar, desde la
lismo de su país. No estaban ahí como frontera boliviano-peruana, la zona de
militantes dispersos que podían, por vo­ La Convención. Trescientos kilómetros
luntad propia, suscribir un proyecto dis­ de territorio agreste separaban a dicho
tinto. Una figura importante del gr~po valle de la frontera boliviano-peruana.
de Béjar como era Guillermo Lobatón Un obstáculo menor para su voluntad
Milla optó, en esa oportunidad, por in­ de lucha. Del propio Fidel Castro ha­
corporarse al proyecto MIR. bían recibido las orientaciones que les
En esas tratativas se extrañaba la impulsarían hasta la localidad de Chau­
presencia de De la Puente, mal cubierta pimayo donde, en abril de 1962, Blan­
por su belicoso lugarteniente, Gonzalo co -en lo que fue el punto culminante
Fernández Gasco. En un confuso inci­ de su carrera como organizador- había
dente ocurrido en la ciudad de Trujillo sido elegido secretario general de la Fe­
-en febrero de 1961-, Luis había empu­ deración Provincial de Campesinos de
ñado su arma supuestamente para de­ La Convención y Lares.
fenderse de una agresión de susex com­ Del otro lado de la frontera, la si­
pañeros apristas, ocasionando la muerte tuación política en que el ELN esperaba
de uno de ellos. Por ello, purgaría car­ insertarse se desvanecía aceleradamen­
celería hasta agosto de 1962. Su ausen­ te. En julio del año anterior un golpe mi­
cia coadyuvó a que el grupo de Béjar, a litar había puesto fin a la "convivencia".
pesar de su precariedad, pasara a ser la El nuevo régimen comenzó a contener
prioridad de los anfitriones. Se acomo­ al movimiento campesino. En enero del
daban perfectamente a la impaciencia 63, una gran redada nacional llevó a la
cubana de esa hora. cárcel a miles de militantes y sindicalis­
Los miristas se veían retornando al tas. Tras una escaramuza -ocurrida a
Perú individualmente, para ir filtrándose mediados de diciembre de 1962- en
luego hacia las "zonas guerrilleras" tras que se produjo la muerte de dos poli­
haber asegurado vínculos políticos y cías, Blanco pasó a la defensiva. En fe­
respaldo de masas. Imposible conciliar brero, un decreto-ley ordenaba el inicio
tal visión con el modelo del grupo de de la Reforma Agraria en los valles de
Béjar: una columna de guerrilleros en­ Lares y La Convención. Blanco quedó
trando por la frontera con Bolivia, con . aislado. El 29 de mayo de 1963 caería
una organización preestablecida; fide­ en manos de sus perseguidores.
digna reproducción del modelo del Luis de la Puente había alcanzado a
Che, hasta el nombre (Ejército de Libe- reunirse con Blanco en La Convención
pocos días después de culminar su pe­ te". Lo que ponía en duda el esquema
ríodo de carcelería por el incidente en del "foco puro", pues De la Puente le
Trujillo. Pero no hubo acuerdo posible. decía que en el Perú había "organiza­
Prevaleció la desconfianza. No volve­ ciones campesinas concretas", con las
rían a encontrarse. De La Convención, cuales había que hacer un trabajo pre­
vía Lima, el líder mirista se dirigió a Cu­ vio, pues el campesino no iba" a aban­
ba, donde le esperaban nuevos proble­ donar sus organizaciones porque yo le
mas. ponga una guerrilla". Entonces -según
La preferencia del Che por el ELN Napurí- "el Che comprendió que debía
reflejaba no sólo su gusto por un esque­ 'matizar' su idea del foco pensando que
ma foquista típico, sino las dificultades lo que se prometía en Perú era mucho
entre aquel y el MIR. De la Puente se más". A tal punto que "por un tiempo
había resistido a la impaciencia del ar­ consideró que Perú era una punta de
gentino-cubano. Acaso tenía Guevara lanza en sus afanes internacionalistas de
una visión tan pobre del liderazgo apris­ exportar la revolución". De ahí que
ta que pensaba que el mero acto insu­ "muy convincentemente nos dijo que si
rreccional ejercería un influjo magnéti­ la insurrección 'prendía,' lo tendríamos ­
co sobre una masa como la aprista tan­ a nuestro lado en las sierras perua­
tas veces engañada. Por ello habría que­ nas".28
rido presionar al MIR a alinearse con su En esa discusión, Napurí formulaba
"modelo". En consecuencia, mientras una pregunta bastante pertinente: si
De la Puente purgaba prisión, las solici­ existía "un núcleo probado de militan­
tudes de sus compañeros para regresar a tes y activistas, si quedaban aún relacio­
combatir al Perú habían sido desoídas, nes con el campo, si se habían mejora­
enviándolos más bien a cazar bandidos do los vínculos con estudiantes y la cIa­
en el Escambray. Terminado el entrena­ se obrera", tal como sostenía De la
miento militar -recordaría Ricardo Ga­ Puente, entonces: "lPor qué no cons­
dea- "nos sentíamos desesperados por truir al MIR como un partido obrero y
regresar y no entendíamos por qué no socialista?", lo cual "no negaba los
nos lo permitían". Testigo de esas trata­ compromisos con el Che, ni el interna­
tivas, Ricardo Napurí nos acerca al con­ cionalismo, sino que los inscribía sobre
tenido de las mismas. De la Puente "era una nueva base". Se desató entonces
un experto en el problema agrario y -segun Napurí- "una discusión decisi­
campesino" y "lo desarmaba al Che va". lEra el foco "necesariamente con­
cuando le explicaba la composición or­ tradictorio con la existencia del parti­
gánica del campo en el Perú". Le había do"? Napurí opinaba que no en tanto
explicado la importancia de la sindicali­ que la guerrilla se sujetara al partido re­
zación rural y el peso de las "miles de volucionario. Así lo demostraban expe­
comunidades campesinas" y "su tradi­ riencias como Ja leninista y la maoísta.
ción de disciplina interna y de comba­ Analizando el caso cubano, "De la

28 J. Bermúdez y L. Castelli, "A treinta años del Che"


TEMA CENTRAL 89

Puente y quienes lo seguían afirmaban mundo campesino, solamente tenía la


que el factor determinante de la victoria "influencia marginal que tenía De la
era la lucha guerrillera". ~I, por su par­ Puente mismo por su condición de abo­
te, subrayaba el papel jugado por el gado laboralista". No tenía pues, el tru­
"llano", por "el gran aparato urbano" jillano, "lo que había dicho al Che que
del Movimiento 26 de Julio que, con la tenía")' Sin la ruta de un aprismo de iz­
huelga general del 1º de enero del 59, quierda post-hayista disponible, con sus
"había impedido los intentos del gene­ vínculos dentro del APRA prácticamen­
ral [Eulogio] Cantillo de formar una jun­ te colapsados tras la "deuda de sangre"
ta militar que impidiera el acceso al po­ adquirida a raíz del asesinato del "de­
der de Fidel y los suyos".29 fensista" aprista en Trujillo, De la Puen­
Es posible imaginar la confusión: el te y el proyecto MIR habían llegado a
choque entre la sofisticación teórica de un punto crítico.
Ricardo Napurí y el ímpetu de Luis de la Rodeado por estos dilemas, De la
Puente. ¿Podía el Che arbitrar entre am­ Puente optó por una suerte de fuga ha­
bos? Había, para ello, importantes "fac­ cia adelante. Con su distintiva pasión,
tores adversos: la distancia, los proble­ buscó en el mundo revolucionario la
mas de comunicación". Como también síntesis ideológica que avalara su pro­
"el hecho de que el Che concentraba yecto. Así, mientras el Perú marchaba
las decisiones sobre Perú a pesar de es~ hacia su segunda elección presidencial
tar abrumado de tareas y de sus frecuen­ en dos años, en procesos que habían in­
tes viajes al exterior".3D cluido campañas con creciente partici­
El elemento militante capaz de or­ pación y en los cuales la Reforma Agra­
ganizar ese enorme potencial proven­ ria apareció como tema principal,32
dría de la juventud aprista que -según mientras el estallido campesino entraba
De la Puente- respondería al llamado en repliegue al compás de una mezcla
del MIR a la luz de la evidente traición de concesiones y represión, el líder del
de la dirección del pApo Por eso, Cueva­ MIR recorría la geografía del este comu­
ra se había avenido a esperar. El tiempo nista llegando a entrevistarse con Mao
pasaba, sin embargo, y lo prometido no Tse Tu~g, con Ha Chi Minh y Klrn 11
se materializaba. La realidad era que no Sung. De retorno a Cuba, acordó con el
solamente el MIR no había logrado Che un diseño táctico basado "en un su­
constituirse "en un polo de atracción puesto modelo único cubano" consis­
para la juventud aprista" sino que, en el tente en varios focos guerrilleros apoya­

29 tbid.
30 Ibid.
31 Ibid.
32 En las elecciones presidenciales de 1962, Haya de la Torre había derrotado por escasísi­
mo margen a Fernando Belaúnde Terry, Esoscomicios, sin embargo, fueron declarados nu­
los por la Junta Militar en el poder. En el nuevo sufragio de 1963, Belaúnde alcanzó el por­
centaje necesario para convertirse en Presidente de la República
90 ECUADOR DEBATE

dos por "un mínimo de partido" que en­ En las condiciones de censura pre­
trarían en acción "a la brevedad posi­ valecientes bajo Odrta, la literatura se
ble". Convencido de que ese proyecto convirtió en un refugio intelectual, en
no funcionaría, Napurí escribió una car­ un "recurso para conocer mejor esta
ta al Che anunciándole que renunciaba realidad social y también para tratar de
al M/R. Éste, por su parte, anunciaría influir sobre ella y cambiarla."35 De las
públicamente que había "zanjado" con obras de Ciro Alegría, José María Argue­
el trotstkisrno.U das y Manuel Scorza, muchos de los as­
pirantes a militantes campesinistas ha­
El gesto heroico bían extraído sus imágenes del campo.
Su apreciación de esa realidad, de tal
No había, sido propicio para la iz­ suerte, era tan apasionada como poco
quierda local el largo año entre la entre­ informada de sus estructuras y procesos
vista de Luis de la Puente con Hugo internos.
Blanco y el último -y definitivo- retorno En ese contexto de "señores feuda­
de aquel al Perú. El movimiento campe­ les" y "siervos indígenas", De la Puente
sino -simbolizado por las luchas de La y los suyos se vieron como el gran cata­
Convención- había sido contenido, la lizador. En vísperas de su último retorno
izquierda duramente golpeada y en ju­ al Perú, Adolfo Gilly se encontró con el
1io del 63, con apoyo del PC y con un líder del MIR en La Habana. "Hablaba
inédito respaldo regional, Fernando Be­ con pasión de la guerrilla que su movi­
laúnde Terry fue electo presidente. Un miento había comenzado a organizar
arquitecto de 51 años, mezcla de tecnó­ en el Perú", recordaría el argentino. Con
crata y caudillo, hizo campaña desde la polémica chino-soviética a todo va­
1956 a través de los "pueblos olvida­ por, el peruano "apoyaba sin duda la lí­
dos" del Perú ofreciendo Reforma Agra­ nea de Pekín". Más preocupado por los
ria, descentralización, caminos, ayuda aspectos prácticos de la guerrilla, sin
técnica para las comunidades: una ver­ embargo, prefería "no expresar pública­
dadera "conquista del Perú por los pe­ mente sus reservas para evitar roces".
ruanos", en surna.v' ¿Representaba éste De la Puente -recordó Gilly- había lle­
una alternativa viable de transición gado al socialismo "por el camino em­
post-oligárquica? El PAP, la izquierda, la pírico de los cubanos" y por ese camino
derecha odriísta, todo el espectro políti­ iba "para adelante desde la ruptura con
co se encargaría, en todo caso, de que el APRA (...) hasta su aplicación concre­
tal cosa no sucediera. ta en la lucha armada".36 Con ese ímpe­

33 ). Bermúdez y L. Castelli, "A treinta años del Che"

34 Fernando Belaúnde Terry, La conquista del Perú por los peruanos, Lima: Ediciones Tawan­

tinsuyu, 1959.
35 "Entrevista a Mario Vargas Llosa", en Primera Mesa Redonda sobre Literatura Peruana y
Sociología del 26 de mayo de 1965, Lima: IEp, 2003, pp. 70-87.
36 Adolfo Gilly, La senda de la guerrilla, México: Editorial Nueva Imagen, 1986, p. 150.
TEMA CENTRAL 91

tu retornó al Perú. En febrero de 1964, probaba que "si los campesinos no se


delineó ante unas 30.000 personas reu­ organizan, se unen y se arman, son ma­
nidas en la Plaza San Martín el escena­ sacrados" y que en esas circunstancias
rio que justificaba la opción armada: la "el único poder valedero y real es el que
visión de un país sin salida, con partidos se sostiene en los fusiles". Por eso, el
burgueses que sólo podían ofrecer "trai­ campesinado requería de "su propia
ción y escepticismo"; con una izquierda fuerza armada", cuyo embrión no era
erróneamente ilusionada con "los carni­ otro que la guerrilla. Era la clave de su
nos electoralistas y politiqueros", en la "esquema insurreccional".
que hasta "inmundos traidores" prosti­ Negaba el "esquema citadino" de
tuían la palabra "revolución". En el la Revolución de Octubre, inadecuado
mundo y en América, mientras tanto, -según el MIR- para la realidad perua­
"la revolución avanzaba incontenible". na, y delineaba, más bien, varios focos
y si en el Perú la izquierda aún no ac­ guerrilleros protegidos por una "zona de
tuaba era porque pasaba por una grave seguridad" que, por su topografía y ve­
"crisis de fe")7 El entrampe del belaun­ getación, eran virtualmente inaccesi­
dismo, en los próximos meses, avalaría bles. 38 Desde ahí, la guerrilla irradiaría
ese diagnóstico inicial: la prueba de la su mensaje, erosionando gradualmente
necesidad histórica de una vanguardia al "ejército mercenario", persuadiendo
capaz de romper, armas en mano, el im­ a sus soldados-campesinos de no atacar
passe semicolonial. a sus hermanos del pueblo y desencade­
El mismo día de la inauguración de nando, en fin, "todas las potencias he­
su régimen, en efecto, miles de campe­ roicas de las masas".39 Ya instalado en
sinos comenzaron a tomar haciendas en su base de Mesa Pelada, provincia de La
varias provincias de la sierra del país. Convención, De la Puente compartiría
Tras varios meses de pasividad, con un con Adolfo Gilly su visión del proceso
nuevo Ministro de Gobierno, a inicios armado a punto de iniciarse: en "corto
del 64 comenzó la" represión. El PAP, plazo" las acciones guerrilleras se tradu­
mientras tanto, suscribía con la Unión cirían en "una revolución agraria, serra­
Nacional Odriísta del ex dictador Odrfa na, campesina". En ese marco, dirigidos
una alianza parlamentaria abocada, en por el partido revolucionario, los grupos
los meses subsiguientes, a bloquear y campesinos invadirían las tierras de los
mediatizar la aprobación de la ley de re­ latifundios "como ya lo hicieron espon­
forma agraria. La violencia en ese con­ táneamente en 1963 en todo el territo­
texto aparecía como un elemento inevi­ rio". En un "momento posterior" saltaría
table. La experiencia de las recupera­ "la bomba de tiempo de las barriadas
ciones de tierras -según De la Puente- marginales", donde vivía el 30% de la

37 Luis de la Puente Uceda, "El camino de la revolución" [Febrero, 1964), en Obras de Luis
de la Puente Ucede, Lima: Voz Rebelde Ediciones, 1980, pp. 3-19. En adelante, OLPU.
38 Adolfo Gilly, La senda de la guerrilla, México: Editorial Nueva Imagen, 1986, p. 150
39 L. de la Puente, "Nuestra posición" [Marzo 1964] en OLPU, pp. 23-27.
92 ECUADOR DEBATE

población de Lima, en ese "cinturón de ria",a los partidos de izquierda sólo les
resentimiento y miseria que en momen­ quedaba "asumir su papel".42
to dado va a apretar". A esa dinámica se Aprobar el esquema insurreccional
sumarían los estudiantes de "las dieci­ significó un importante desgarramiento,
séis universidades que hay en el Perú", puesto que no todos dentro del MIR
doce de las cuales estaban "controladas compartían la visión de Luis de la.Puen­
por la izquierda", [uventud que se en­ te de un escenario con una sola salida
contraba "muy radicalizada" y cuya de corte insurreccional. Así, cuando en
"vocación de lucha es muy grande".4o marzo de 1964 se decide "ir hacia la
.Sintomáticamente, a continuación de captura del poder por la vía armada",
los estudiantes, el flamante comandante dicha propuesta debe imponerse a las
guerrillero añadió: "Pienso, me olvida­ de Carlos Malpica, quien prefería "lu­
ba, que la clase obrera participará con char por la construcción del partido", y
posterioridad, primero con sus propias a la de Héctor Cordero Guevara, quien
formas de lucha y en un momento dado, abogó por una combinación de lucha
directamente dentro del proceso insu­ armada y lucha electoral.O
rreccional". Y en ese rumbo, los mine­ Convertido en la "sierra" de la ver­
ros serían "los más avanzados", segui­ sión peruana de la revolución castrista.
dos por "los braceros agrícolas de la ¿cuánto podía esperar el MIR del "lla­
Costa" y, en último lugar, los obreros fa­ no" local? De hecho, hacia abril del 65,
briles".41 a Ricardo Gadea se le encargóestable­
Era más que un simple lapsus. La cer contacto con la izquierda capitalina.
prédica del MIR desdeñaba no sólo el Al respecto, no fue mucho lo que pudo
papel de los partidos "tradicionales" si­ lograr. De los "moscovitas" del PCP, re­
no los sindicatos y otros elementos "po­ cuerda, recibió "una cautelosa solidari­
líticos". dad". Con la facción "pekinesa" fue una
El Partido de la Revolución Perua­ reunión difícil. Los acusaron de presio­
na, en todo caso, surgiría de la lucha. nar a su gente para incorporarse a la
Nos llaman "comunistas" -escribiría De guerrilla. En general -concluye Gadea­
la Puente en su misiva a Gilly-, pero la nunca se diluyeron del todo los prejui­
verdad cruda es "que se trata de un mo­ cios de que "seguíamos siendo apristas,
vimiento que por ahora corresponde ab­ que ignorábamos el papel histórico del
solutamente al MIR". El proceso se ha­ PCP". A las fracciones pekinesas -co­
bía iniciado "de forma irreversible". Si mentaría De la Puente- no se les podía
no querían "perder el tren de la histo­ pedir que se sacudieran "de la noche a

40 De Luis de la Puente Uceda a Adolfo Gilly, l1Iarec Ch'aska (Estrella del Amanecer), 15 de
agosto de 1965, en La senda de la guerrilla, pp. 152-156
41 lbtd., p. 155
42 De L. de la Puente a A. Gilly, pp. 155-56.
43 J. Cristóbal, "Máximo Velando: el optimismo frente a la vida", p. 12
TEMA CENTRAL 93

la mañana de todas sus taras revisionis­ a calcular las enormes 'debilidades en


tas". El apoyo recibido de los trotskistas ese plano. En comunicaciones, por
y del Frente de liberación Nacional te­ ejemplo, estábamos separados por in­
mensas distancias. De 5 Ó 6 núcleos que
nía, lamentablemente, pocas conse­
se planearon originalmente solamente
cuencias prácticas, pues "ellos carecían
dos llegaron a tener real conformación.
de aparato". En tanto que, con el recién
Otro quedó a medias. Estábamos a cien­
fundado Vanguardia Revolucionaria no tos de kilómetros de distancia, y la úni­
conversamos orgánicamente, "aunque ca comunicación era un sistema de
ellos se aprovecharon de la simpatía por chasquis que pasaban por Lima. No te­
la guerrilla para atraer gente hacia sus fi­ níamos cómo establecer esta relación
las". En el caso del MSP, en el plano directa, de haber contado con equipos
personal, algunos como Sebastián Sala­ de radio transmisor hubiésemos podido
zar Bondy nos dieron su apoyo perso­ .evitar muchísimos errores. Hubo una
sobrevaloración de nuestras capacida­
nal. En el fondo -concluye Gadea­
des políticas, se dio por descontado que
"creíamos que nuestras capacidades mi­
lo militar era Una actitud heroica" 44
litares iban a ser suficientes para iniciar
un proceso similar al cubano". Reflejo la respuesta del "comandante" De
de esa falsa seguridad, no sólo no actua­ la Puente a un cuestionario que le en­
ron para prevenir la infiltración sino que viara la revista Caretas refleja el estado
sus dirigentes comentaron públicamen­ de ánimo con que estos hombres habían
te sus planes, el esquema táctico y aun marchado al combate. las preguntas in­
la posible ubicación de sus zonas gue­ ciden en los puntos críticos del experi­
rrilleras. Al respecto -como lo recono­ mento armado. ¿Qué posibilidad tienen
cería Ricardo Gadea años después-, ha­ de "ampliar su acción" partiendo de un
bía un grave problema de fondo: "sector tan remoto"? ¿Cómo tener éxito
en una zona como el valle de la Con­
"Sobre el diseño de las acciones care­
ciamos de información o reflexión espe­
vención con "los efectivos apreciables
cffica. Ninguno de nosotros era un com­ con que cuenta el Ejército" en esa zona
batiente experimentado, no contábamos y "todos los trabajos que viene realizan­
con ningún militar de verdad, ni extran­ do allí la fuerza armada"? Puesto que di­
jero ni peruano. Sobre las Fuerzas Ar­ cho valle se conecta con el resto del
madas nunca se analizó que los EE.UU. país a través de un desfiladero, ¿no po­
habían adoptado una línea contra la drían lasFuerzas Armadas embotellarlos
subversión continental y que estaba en­ con facilidad?
trenando cuadros del Ejército Peruano; . Subrayando la flexibilidad de la
no sabíamos tampoco que el Perú era el
guerrilla, respondió el jefe del MIR alu­
segundo país en número de oficiales en­
diendo a los caminos de herradura a tra­
trenados en la Escuela de las Américas.
Jamás se trabajó ese aspecto sistemáti­ vés de los cuales "caminamos a cual­
camente. De ahí que nadie se detuviera . quier hora, con cualquier clima y en

44 Entrevista con el autor.


94 ECUADOR DEBATE

cualquier dirección". Acaso un cuarte­ da peruana", porque "nuestra dirección


lazo o un motín -continuó el líder truji­ es joven, incontaminada, decidida y
llano- podía ser "embotellado", pero no consecuente", como lo demostraba que
una revolución. De ahí, entonces, que hubiesen abandonado los métodos clá­
no les preocuparan "los efectivos del sicos que habían desprestigiado y con­
Ejército, de Rangers, de la Policía o de tribuido a la desintegración de numero­
los Cuerpos de Paz" si lo que estaba en sos partidos de izquierda. Viejo y nue­
curso bajo la dirección del MIR era un vo, aprista ~. izquierdista, el propio enfo­
"hecho social, un sentimiento de rebel­ que político' de la insurrección vacilaba
día colectiva, una bandera ideológica", en las vísperas mismas de la entrega fi­
eventos imposibles de embotellar "cua­ nal.
lesquiera fuesen el número de efectivos En mayo del 64, De la Puente se
de las fuerzas represivas". Por algo había entrevistado con el Ministro de
-añadió- nuestra zona guerrillera se lla­ Gobierno responsable de la represión
ma "lIarecCh'asca" o "Estrella del Ama­ del movimiento campesino inflingida a
necer", centro orientador de concien­ comienzos de año, a quien le propuso
cias, anuncio del nuevo día. Dada su que, frente al obstruccionismo del blo­
precariedad material y logística, de su que apro-odriísta en el Parlamento, el
"fe en el pueblo y la revolución" depen­ Presidente Belaúnde debía "disolver"
día, en última instancia, la victoria de la ese organismo y "convocar un plebisci­
revolución.sf to nacional para romper el círculo vicio­
Una pregunta final incidiría en el so", denunciando a los obstruccionistas
problema de identidad qyé el movi­ "ante el pueblo en un mitin que sería gi­
miento revelaba. ¿Más aira de la retóri­ gantesco e histórico". Continuar con la
ca, no es el suyo un "gesto desespera­ pasividad -advirtió el revolucionario al
do" más que el inicio de "un proceso jefe de la policía del régimen- "estaba
real y coherente hacia un Perú mejór?" madurando las condiciones para la lu­
"No somos revolucionarios por acci­ cha armada en el país". Un año des­
dente", respondió el trujillano, hacien­ pués, estando ya en el monté, las con­
do recuerdo -en esa hora crítica- de su signas inmediatas del MIR seguían sugi­
trayectoria aprista, remontándose a riendo la posibilidad de una salida polí­
1954, a su entrada clandestina al Perú tica a la insurrección:
"desde nuestro destierro en México". Si
no hubiéramos sido consecuentes con Disolución inmediata del Parlamento.
nuestros principios -contlnuó-, estaría­ Amnistía general y sanción a todos los
mos en el Parlamento o en cualquier responsables civiles o militares de las
masacres contra el pueblo.
posición de poder. Y sin embargo, al
Reforma Agraria auténtica, sin excep­
mismo tiempo, el MIR era "algo com­
ciones de ninguna clase.
pletamente nuevo dentro de la izquier­

45 L. de' la Puente, "Respuesta al cuestionario presentado por la revista Caretas', en OLPU,


pp. 101-07. .
TEMA CENTRAL 95

Salario vital-familiar y móvil de acuerdo


cada. "Un día, a la hora del desayuno,
al costode vida.
nos enteramos por la radio que en el
Reforma Urbana.
centro habían comenzado su cadena de
Recuperación inmediata del petróleo
operaciones. Fue una situación terri­
peruano y denuncia de los contratos
ble".47
con empresas imperialistas sobre nues­

Eran los primeros días de junio de


tras riquezas.

Recuperación de la plena soberanía na­


1965. En el Parlamento, la coalición
cional.4 6
apro-odriísta demandó mano dura,
mientras se ordenaba la emisión de "bo­
El Parlamento -bastión de la oligar­ nos en defensa de la soberanía nacio­
quía y sus aliados apristas-, y no el Eje­ nal" para apoyar la liquidación del bro­
cutivo encabezado por Belaúnde Terry, te insurgente. A fines de mes tiene lugar
aparecía en ese momento como el blan­ la "batalla de Yahuarina". Nueve poli­
co del MIR. El destino de la guerrilla, sin cías muertos, entre el/os un oficial. El
embargo, estaba para ese entonces defi­ gobierno ordenó entonces al Comando
nido. En diciembre de 1964 habían Conjunto de las Fuerzas Armadas hacer­
acordado que, a partir de entonces, de se cargo de la situación. A fines de sep­
ser detectados, debían defenderse e im­ tiembre, apresurado por el sorpresivo
pedir su captura. En abril siguiente, en inicio de las acciones, el reconstituido
una reunión celebrada en lea, la base ELN de Héctor Béjar entró en acción
del sur informó que un destacamento de ajusticiando a dos latifundistas en la sie­
unos 200 policías había entrado al área rra de Ayacucho; por algunas semanas
de Mesa Pelada, "interrogando campe­ actuarían en la zona oriental de ese de­
sinos mostrando una foto de Luis de la partamento en el límite con Cuzco. En
Puente, pidiendo información sobre él". octubre, con de la Puente Uceda, cayó
La dirección local había acordado la dirección. Gadea, enviado a Lima a
"montar una emboscada en tal punto e reconstruir la red de apoyo urbano, es­
iniciar las acciones". Solicitaba, en con­ capa de la muerte pero no de la cárcel.
secuencia, el respaldo de las otras ba­ En el norte, el frente encabezado por
ses. El delegado del comité regional del Gonzalo Fernández Gaseo no entra en
centro -la guerrilla Túpac Amaru- vol­ combate optando por dispersarse. A ini­
vió a su base con ese acuerdo en mano. cios de enero del 66, con la caída de
"Ya no volveríamos a comunicarnos", Guillermo Lobatón, el gesto heroico del
recuerda Gadea. Al retornar a Mesa Pe­ MIR quedaba completamente debelado.
lada, sin embargo, comprobó que la si­ Algunas explosiones dinamiteras inten­
tuación de emergencia ahí se había ate­ taron hacer resonar en la capital el ini­
nuado y que se había retomado el traba­ cio de la lucha armada. "Hasta los más
jo campesino. La policía estaba replega­ escépticos en la izquierda --escribiría Ri­
da antes de llegar al punto de la embos­ cardo Letts- se alinearon momentánea­

46 lbíd., p. 107
47 Entrevista con el autor
96 ECUADOR DEBATE

mente, con admiración y respeto". No antiguo compañero era consciente que


se produjeron, sin embargo, actosmasi­ el sentido último de su grave decisión
vos de respaldo a los alzados: "el país era reivindicar para el movimiento revo­
parecía como anonadado". lucionario "la consecuencia y la digni­
dad tan venida a menos". Aquel impera­
Epílogo tivo moral era motivo por demás sufi­
ciente para quien -según Mercado-, co­
Su abrumadora derrota dramatiza mo líder político, aparecía como "el
la notable precariedad del proyecto ar­ vínculo, hacia atrás, con las tradiciones
mado del MIR. Entendieron que su mi­ insurreccionales del APRA y, por exten­
sión era proveer el elemento subjetivo sión, de los caudillos civiles del siglo
en una situación, en términos objetivos, XIX".48
definidamente revolucionaria. El cami­ Para la generación de De la Puente,
no elegido, sin embargo, los empujó ha­ la historia del aprismo podía ser vista
cia el más completo aislamiento. Ni una como una sucesión de gestos audaces y
evaluación cabal de las causas del triun­ heroicos que, a través del tiempo, ha­
fo cubano ni una lectura adecuada de la bían sedimentado una tradición de lu­
realidad rural andina estuvieron a mano cha genuinamente popular. La figura del
en el 65. Ya en el monte, a semanas es­ Jefe anudaba el proceso y le otorgaba su
casas de su combate final, De la Puente sello particular. En Haya, como indivi­
escribiría: "este país es quizá el más duo, anclaban las amarras de la más dis­
contradictorio de América Latina", pa­ tinguible identidad política forjada en el
sando a examinar en detalle la enorme Perú.
complejidad de la sociedad peruana. En En octubre de 1948, sin embargo,
su visión, sin embargo, a mayor corn­ había comenzado una historia distinta.
plejidad, mayor fe en que la fuerza del Con la mística horadada, de entonces al
pueblo concurriría al llamado insurrec­ 59,· De la Puente viviría el complicado
ciona!. Era ese el ethos mismo del pro­ alejamiento de su alma mater política.
yecto guerrillero: nada sino la insurrec­ Entre el 60 y el 62 la ruptura tocó fibras
ción podía desatar las fuerzas capaces más profundas en torno a su encarcela­
de barrer con la dominaciónoJigárquica miento, a causa de su confrontación
y el consiguiente colonialismo interno. con activistas de su ex partido. En las lu­
Conocedor de primera mano del proce­ chas revolucionarias latinoamericanas y
so del MIR, Roger Mercado conversó asiáticas, del 63 en adelante, el trujilla­
con él poco antes de su partida a Mesa no buscó el marco teórico alternativo
Pelada. Concluyó que sobreestimaba para la revolución que el PAP había trai­
"la capacidad del MIR para lograr, con cionado. Derivó de ese aprendizaje una
su heroico gesto, la unidad indispensa­ visión polarizada que acentuó el senti­
ble para la victoria", sugiriendo que su do trágico y heroico de la política que

48 Roger Mercado, Las guerrillas del MIR, 1965, Lima: Editorial de Cultura Popular, 1982, p.
81.
TEMA CENTRAL 97

de su formación aprista provenía. En un roleo" aparece como un acto de justicia


país de "vicios, corrupción, peculados" y clarificación histórica. No es gratuito
-había sostenido Haya en los años 30-, que no se haya valorado la acción polí­
para ser digno de la victoria, el APRA tica de Luis de la Puente -según Eduar-·
debía lavarse "con la sangre de su san­ do Bueno León- en un partido en el
gre", tomando conciencia de que la cual los errores políticos suelen ser
"muerte no puede ser obstáculo't.t? De transformados en ocasiones perdidas o
la "traición aprista" era de lo que había traiciones a la figura del jefe. "Cuando
que lavarse en los 60 para rescatar lo enfrentemos el pasado político-militar
auténtico de aquella historia heroica del APRA, que en última instancia era
que amenazaba perderse. Fue ese gesto expresión de su vocación revoluciona­
-por encima del fracaso político e ideo­ ria --concluye Bueno León- muchos mi­
lógico de su proyecto- lo que convirtió tos se derrumbarán".Sl
a De la Puente Uceda en símbolo vi­ Desaparecida la generación funda­
brante de una nueva identidad política. dora, la tradición aprista se refuerza y
"Hablar sobre la nueva izquierda reincorpora en su firmamento simbólico
en su fase fundadora -escribiría Jorge a sus más prestigiosos disidentes, reco­
Nieto Montesinos en 1990- es en extre­ brando así --de manos de los herederos
mo delicado" pues "hablamos de nues­ de la "nueva izquierda"- el legado de
tros héroes, de aquellos que murieron una lucha dirigida contra ella. Cerrado,
para realizar sus sueños", Siendo así, con la derrota de Sendero Luminoso, el
"¿qué derecho nos asiste para intentar ciclo de la violencia insurreccional
entrever sus circunstancias y reclamar­ abierto con el MIR en el 65, la imagen
les sus ausencias?"so Declaraciones co­ del guerrillero puro y justiciero -frente
mo esa reconocerían la preeminencia al vesánico y fundamentalista encarna­
del "gesto heroico". En el terreno de los do por Abimael Guzmán-aparece más
símbolos, De la Puente conseguía la nítida y acomodable. Frente al despres­
victoria que su debil idad le negaba en tigio actual de la política y de los políti­
el terreno de los hechos. Para bien o pa­ cos, uno se pregunta si esa cultura polí­
ra mal, la memoria de su trágico fin se­ tica de héroes y traidores pudiera seguir
ria para la nueva izquierda un referente teniendo vigencia hoy. Y si, de ser esto
identitario fundamental. posible, coadyuvaría a reproducir el
Entre algunos apristas, la recupera­ culto a la violencia que históricamente
ción de la figura del "comandante he- la acompañó.

49 Victor Raúl Haya de la Torre, "Discurso del 12 de noviembrede 1933", en O. c., vol. 5,
pp. 153-160.
50 Jorge Nieto Montesinos, "¿Vieja o Nueva Izquierda?", en Pensamiento polttlco peruano
J 930- J 968, pp 381-410.
51 Eduardo Bueno León, "El regreso de la memoria histórica (¿Y si De la Puente hubiese per­
manecido en el APRA?)", en, http:úbalcon1.tripod.com/eduardo20nov-0l.htm
PUBLICACION CAAP

CAPITAL SOCIAL
Y ETNODESARROLLO
EN LOS ANDES
Víctor Bretón

Muchos estudios y sobre todo


diagnósticos, introducen el
termino "Capital Social", como
una noción unívoca, asumida y
entendida por todos de la misma
manera y con igual valor
descriptivo. Sin embargo, se trata
de una especie de "cajón de
sastre", en el que entra de todo y
del que cada cual puede extraer
las herramientas que mas le
convengan.
A través del estudio de la expreciencia del PRODEPINE, proyecto
originado en el Banco Mundial, el autor examina no sólo las
inadecuaciones y aucencia de pertinencia de este concepto, sino además
el hecho de que tal proyecto tuvo una serie de incoherencias en su
diseño y ejecución; y que, sobre todo, como en toda iniciativa externa
en la que hay un donante y un "beneficiado" receptor, hizo abstracción
de la relación de poder siempre presente en este tipo de programas.
La lectura de lo ejecutado por PRODEPINE, deja una serie de
cuestionamientos tanto hacia acciones similares, al uso del concepto de
captial social, como a la razón misma del anelado desarrollo de una vía:
la del capitalismo imperante.

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