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La avaricia

(del latín, avaritia), es el afán o deseo desordenado de poseer riquezas, bienes,


posesiones u objetos de valor abstracto con la intención de atesorarlos para uno
mismo, mucho más allá de las cantidades requeridas para la supervivencia básica
y la comodidad personal. Se le aplica el término a un deseo excesivo por la
búsqueda de riquezas, estatus y poder. La codicia, por su parte, es el afán
excesivo de riquezas, sin necesidad de querer atesorarlas. La codicia (o a veces la
avaricia) se considera un pecado capital.

Como concepto psicológico y secular, la avaricia es un deseo desordenado de


adquirir o poseer más de lo que uno necesita. El grado de alteración mental está
relacionado con la incapacidad de controlar la reformulación de "deseos" en el
momento que las "necesidades" son eliminadas. Erich Fromm describe la avaricia
como "un pozo sin fondo que agota a la persona en un esfuerzo interminable de
satisfacer la necesidad sin alcanzar nunca la satisfacción." Por lo general el
término se utiliza para criticar a aquellos que buscan la riqueza material excesiva,
pero también es aplicable en situaciones donde la persona siente la necesidad de
sentirse por encima de los demás desde un punto de vista moral, social, o de otra
manera.

El síndrome de acumulación compulsiva o disposofobia1 es un trastorno


psicológico caracterizado por la tendencia a la acumulación de artículos u objetos
en forma excesiva en referencia a cantidades socialmente aceptadas y la
incapacidad para deshacerse de ellos, incluso si los objetos no tienen valor, son
peligrosos o insalubres. Este acaparamiento compulsivo puede afectar la
movilidad en la vivienda e interfiere con las actividades básicas, como cocinar,
limpiar, reposo, dormir y el uso de instalaciones sanitarias. El síndrome representa
un apego excesivo a tales posesiones al punto que se incomodan si otros tocan
sus cosas, o les angustia la idea de desechar o separarse de éstas debido a una
necesidad percibida de guardarlas o rescatarlas. Una persona con trastorno de
acumulación experimenta angustia ante tal idea y como resultado se produce una
acumulación excesiva de artículos, independientemente de su valor real o
sentimental.

No está del todo claro si el síndrome de acaparador compulsivo es un trastorno


aislado o se combina con otros problemas, como el trastorno obsesivo-compulsivo
o el síndrome de Diógenes. La presencia de este trastorno se estima del orden del
2 al 5 % en adultos, aunque es probable que se eleve con los reportes de
paranoicos, esquizofrénicos, obsesivo-compulsivos.

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