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La libertad, tesoro preciado

Naoko Wini Valer García

La libertad es tan importante en nuestras vidas para poder realizar las actividades que debemos nosotros

como ciudadano, debemos de valorar este don tan preciado que tenemos, se dice que el derecho va de la

mano con el deber y para poder ganarse es importante cumplir una serie de normas que tenemos en

nuestra sociedad.

Libertad es un concepto construido por la sociedad para alcanzar una convivencia plena y constructiva.

En este sentido, se encuentra consagrada en la Declaración Universal de los Derechos Humanos.

La palabra deriva del latín libertas y libertātis, que significa ‘el que jurídica y políticamente es libre’.

Antiguamente, el término aludía al que había nacido libre o al que había obtenido la libertad, tras haber

nacido bajo esclavitud.

la libertad se caracteriza por oponerse a los sistemas de opresión creados por los seres humanos para

controlar e instrumentalizar a sus iguales. Se opone a la esclavitud, la servidumbre forzada, la coacción,

la manipulación, el chantaje, la amenaza y la vigilancia constante.

Implica autodeterminación: la libertad implica el derecho a decidir por sí mismo acerca de sus intereses,

creencias, opiniones y acciones.

Como un derecho humano fundamental en la medida en que respetarla es garantía de paz, bien común y

progreso individual y social.

La persona libre es responsable de sus propios actos y necesidades, pero también de la consecuencia de

sus acciones ante la sociedad.

Como valor, el ideal de la libertad orienta las acciones humanas hacia el diálogo, la comprensión, el

respeto y la tolerancia. La libertad inspira la construcción de un modelo de sociedad abierta y

democrática, que aspira a la paz.


Una persona encuentra sus límites en el derecho a la libertad de los otros. El ejercicio de la libertad no

nos exime de la obligación de atender nuestras necesidades básicas.

Un buen ejercicio de la libertad pasa por tener a mano toda la información necesaria para hacer las

mejores elecciones. Mientras más informada está la persona, más elementos tiene para evaluar la toma

de decisiones.

En conclusión, el valor de la libertad reside en que, gracias a ella, podemos expresar nuestras ideas y

opiniones en público, tener la educación que deseamos o seguir las creencias con que nos

identifiquemos, por nombrar algunos ejemplos. Sin libertad, ninguna de estas cosas sería posible.

Pero no hay una libertad absoluta. Ejercemos la libertad teniendo siempre en cuenta otros valores

también importantes para vivir en sociedad, como el respeto y la responsabilidad.

Nuestra libertad no puede pasar por encima de la libertad de los demás. Por eso, el respeto a las

opiniones y creencias de las otras personas es fundamental a la hora de practicar nuestra libertad.

Por ejemplo, tenemos la libertad de ser ateos, pero eso no significa despreciar a quienes sigan una

religión, o impedir a otras personas que practiquen sus cultos.

Tener libertad también implica usarla con responsabilidad. La libertad no consiste en hacer lo que nos

apetezca, sino en elegir actos razonados y responsables frente a las consecuencias que tengan para

nosotros y para los demás. Una libertad sin responsabilidad es libertinaje.

Por ejemplo, podemos entender que tenemos la libertad de llegar a una clase a la hora que nos apetezca.

Pero lo cierto es que las clases se fijan con antelación para que todos puedan asistir. Llegar tarde afecta

nuestro rendimiento personal, nos hace ver irresponsables y causa distracción en los compañeros. Asistir

a la hora marcada es un acto de libertad responsable, pues asegura a todos el derecho a una enseñanza de

calidad.

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