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Cerebro ,
y libre albed rIO
En la investigación del cerebro y la conciencia,
las ciencias neurológicas y cognitivas avanzan de forma manifiesta.
Ese progreso aporta nuevos planteamientos
a cuestiOnes filosóficas de larga historia

Mlchael Pauen problema de alma y cuerpo . En su for- consciente "dolor"? ¿Substituirán las
mulación actual: ¿cómo se relacionan ciencias neurológicas con investigacio-

C
omOC3d3 mañana, el señor Pé- con nuestra conciencia las actividades nes rigurosas los interminables debates
Tez sale de casa hacia el traba· de las neuronas cerebrales y otros pro- de la filosofía? Vistas más de cerca, sin
jo. En esta época el aire es frío, cesos corporales similares? embargo. las cosas aparecen más com-
pero hay un par de rayos de sol Desde hace algunos decenios y de plicadas. En vez de tornar superflua la
que acarician su cara. "¡Qué agradable forma creciente. una nueva disciplina filosofía, las ciencias neurol6gicas sus-
calorcillo''', piensa para sr. mientras se viene ocupándose de estas cuestiones. citan , ellas mismas, una serie de cues-
encamina caBe abajo. Hoy decide ir a pie , Abarca las ciencias neurológicas ycogni- tiones filos6ficas fundamentales .
aun cuando tardará diez minutos más. Do- tivas. Sus logros son impresionantes. Si De entrada. conviene definir con exac-
bla a la derecha porla calle de la Muralla. ya se sabía que los procesos conscien- titud los conceptos. Cuando el señor
El señor Pérez olvida en seguida el tes se basan sobre todo en actividades Pérez habla de conciencia, puede refe-
acontecimiento, pese a haberle ocurri- que tienen lugar en la corteza cerebral, rirse a algo completamente distinto de
do al,o tan excepcional. que los filóso- ahora nos estamos formando una idea lo que por tal entiende su vecino . Pérez
fos llevan dos milenios largos dándole cada vez más detallada. Así. conocemos podría pensar en una "conciencia eco·
vueltas. La radiación solar provoca en ya que las sensaciones de dolor com- lógica" ,esto es, en un saber general sobre
su rostro una sensación, vehiculada por prenden dos elementos independientes, un tema; podría identificarla con "no
neuronas, que él percibe como "agrada- que se elaboran en áreas del cerebro dis- estar desmayado" o podría expresar con
ble". Todos sabemos lo que es eso: el calor tintas. Uno de los elementos hace que ese término que posee conocimiento
del sol sobre la piel. Pero. todav!a hoy. sintamos el dolor como molesto; se ela- sobre sí mismo y sus estados anímicos.
nadie conoce la relación exacta entre la bora en el cíngulo anterior. en un área Pronto ampliaremos este punto.
actividad de las neuronas y nuestras sen- cercana a la frente. Por otro lado. las Compete tambi6n a la filosocra dis-
saciones subjetivas. Expresado de una sensaciones dolorosas tambi~n dicen tinguir netamente del saber cierto las
manera directa: ¿es la actividad de las algo sobre el tipo y lugar del dolor en suposiciones inciertas. para después des-
células nerviosas. en último término. cuestión. De ello es responsable la cor- cribir las cuestiones restantes del modo
uno y lo mismo que la sensación "noto teza somatosensorial. región sita tras el más exacto posible. Esto vale especial-
calor en la piel"? ¿O se produce la sen- surco central del cerebro. mente para el problema de alma y cuerpo.
sación consciente como ~lgo añadido a ¿Quiere ello decir que está próxima Aquí nos enfrentamos con las limita-
la actividad nerviosa? Estas preguntas la solución del problema de alma y ciones de nuestro lenguaje y corremos
apuntan a uno de los problemas de más cuerpo? ¿Sabremos pronto cómo se pro- por ello el peligro de enmaraftarelasunto
dilatada historia en filosocra, el célebre duce neurofisiológicamente el contenido con formulaciones poco nítidas.

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Puede aquí la filosofía hacer UDa apor- En lo que sigue presentaré tres pro- 1. EN NUESTRO CEREBRO trabalan
tación importanle, Por su capacidad para blemas del complejo temático que gira mirladas de células nerviosas; pero qué
e'a plar y estructurar con rigor los pro- en torno al cerebro y la conciencia. De reladón auardan los procesos neuronales
blemas, puede poner de manifiesto posi- singular importancia los tres, mostraré con nuesero ser humano slaue siendo un
bilidades de solución que sirvan de punto cómo los trata la filosofía.
enlama.
de arranque de la investigación experi- Cuestión 1: ¿Cómo se relacionan mutua-
mental. Pero también pertenece a las mente los procesos en el cerebro y la
tareas del pensamiento filosófico el man- conciencia? (el problema clásico de alma un hombre, que "observa" a la vez las
tener ante la vista las consecuencias de y cuerpo) actividades del cerebro. Hoy suele de-
largo alcance de los nuevos resultados. Cuestión 2,' ¿Hay una explicación cien- signarse con el término " conciencia"
En el supuesto de que los biólogos des- tífica cabal de la conciencia? un conjunto de fenómenos espirituales
cubrieran que las convicciones, juicios Cuestión 3: ¿Qué efectos tienen los resul- - convicciones, actos de deseo o senti-
y decisiones se realizan a través de pro- tados de las ciencias neurológicas sobre mientos de temor, etc. - , que son vivi-
cesos neuronales del cerebro que tienen nuestra imagen de nosotros mismos como dos de forma totalmenle inmediata desde
lugar de modo determinístieo, ¿podría sujetos libres y responsables en el obrar? la perspecliva de la primera persona.
eso significar que el señor Pérez no ha Aquí "inmediato" significa que nos da-
decidido libremente ir a pie. sino que ¿De verdad sólo neuronas? mos cuenta de esos estados sin necesi-
depende loralmente, igual que un robot, Algunos filósofos de la antigüedad, lo dad de percepciones de nuestros senti-
del "cableado" de su órgano del pensa- mismo que viejas mhologfas y religio- dos, ni lampoco de razonamientos.
miento? Vemos, pues, que la investiga- nes, consideraban el espíritu una subs- El señor Pérez, por ejemplo, ha de
ción del cerebro y la conciencia afecta tancia autónoma; en ocasiones incluso hacer conjeturas acerca de lo que pien-
directamente a la autocomprensión del se le representó como un "homúnculo" , san o sienten otros transeúntes. En el
hombre. o sea, como una edición en miniatura de mejor de los casos,lo deduce de la expre-

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I
El dolor es algo más que un grito
Estas dificultades pueden superarse, si
s.e consideran los hechos espirituales un
tipo nuevo de procesos del mundo ma-
terial; como "campos mentales eons.
cientes", por ejemplo. Podrran éstos com-
portarse, respecto a las actividades
neuronales. como los campos magnéti-
cos respecto a las corrientes eléctricas en
un solenoide . Se trata de una presenta-
-ción que apenas tiene nada en común con
las variantes tradicionales del dualismo.
que hablattde substancias no materiales.
Coincide. sin embargo,en distinguir entre
procesos espirituales y neuronales.
Aunque este planteamiento es com-
patible con una imagen del mundo cien-
tífica, habrra que probar primero emprri-
camente una nueva clase de interacciones,
concernientes por ejemplo a "campos
sión de su rostro o de otras informacio. conduce a reacciones corporales ulte- mentales conscientes" . No hayde momen-
nes. De manera mediata también -a tra· riores. Ahora bien. tal explicación no to indicio alguno de tal cosa.
vés de los órganos de los sentidos - se resulta muy convincente. Cuando el señor ¿Qué decir de la tesis monista? Sus
entera de lo Que ocurre incluso a su mismo Pérez opta por no tomar el tranvía y sí defensores ven aquí un tipo ún;code pro-
alrededor. Muy distinto. sin embargo. doblar por la calle de la Muralla, en la cesos, hablemos de actividad espiritual
de lo que concierne a sus propios pen- decisión parece que tal sensación pla- o de operación neuronal. En su favor
samientos y deseos: para llegar a ellos centera ha desempeñado un papel deter- cuenta la simplificación. No necesitan
dispone del acceso más directo imagi· minante. De mayor consistencia que el introducir los procesos espirituales como
nable: sólo él tiene ese acceso. epifenomenalismo se nos ofrece el dua- una magnitud nueva ademds de los pro-
Estable'cido lo anterior. podemos abor- lismo ;nteraccionisfa. propuesto, entre cesos materiales. Con los procesos ya
dar la primera cuestión: ¿cómo se rela· otros, por Descartes, Karl Popper o John conocidos y descriptibles en el marco de
cionan mutuamente los procesos en el Eccles. Según la opinión de estos auto- las ciencias de la naturaleza. el monismo
cerebro y la conciencia? El planteamiento res.conciencia y cerebro se influyen recí- tiene bastante.
riguroso de un problema exige conocer procamente: los hechos espirituales pue- En su expresión radical. el monismo
de antemano las posibles alternativas de den obrar (los actos de voluntad) sobre restringe la investigación científica a la
solución básicas. En este caso son dos: los hechos neuronales (las sensaciones fisiología. De acuerdo con esta posición
la tesis dualista y la le!>is monista. De del señor Pérez conducen a impulsos ner- extrema. cuando en la vida cotidiana
acuerdo con los dualistas nos encontra- viosos que le inducen a doblar). A la in- hablamos de conciencia, s610 nos re·
mos aquí ante dos tipos distintos de pro- versa. los procesos neuronales influyen ferimos a un determinado comporta-
cesos: opinan los monistas que en el cere- en la percepción de hechos espirituales: miento o una tendencia al mismo. Si
bro y en la conciencia no hay más que la calle de la Muralla es sombrfa y el decimos sentir dolor. nos estamos re-
un tipo de procesos . Admiten los segun- señor Pérez se arrepiente de su decisión. firiendo sólo a la tendencia a gritar o a
dos. por supuesto. que la experiencia Las concepciones dualisias se encuen- comprar un analgésico. Claro que esta
consciente y la actividad de las simples tran ya en mitos y textos religiosos remo· explicación -materialista- no resulta
células nerviosas se perciben como fenó- tísimos. Nada tiene de extraño, dada la convincente. Hoy desempeña un papel
menos radicalmente distintos. Sin manifiesta diferencia radical que se pre- secundario. pues no hace justicia a la
embargo. atribuyen esa impresión común senta a primera vista entre los hechos realidad de la conciencia. Cuando nos
a que J'0seemos dos vías de acceso a una espirituales y materiales. Desde una pers- quejamos de dolor. hablamos de una sen-
y la misma actividad: la perspectiva de pectiva científica. sin embargo. esa sación subjetiva, como todos la co-
la primera persona (lo "subjetivo") y la tajante oposición presenta puntos pro- nocemos.
perspectiva de la tercera persona (10 blemáticos. Por un lado. resulta harto Por eso la mayoría de las formas de
"objetivo"). Volveremos sobre esto. diffcil explicar el modo en que hechos monismo que merecen atención toman
El dualismo no es una posición unita· no materiales ejercerían un influjo sobre ya en cuenta los aspectos espirituales y
ria. Sus formas variantes discrepan en actividades materiales. Por otro lado. no materiales. Así.la teoría de la identidad .
torno a la capacidad causativa del domi- sólo se atentaría contra el principio de Desarrollada a mediados del siglo XtX por
nio de loespiritual . Así.el dualismo epi· conservación de la energía. sino que se Gustav Theodor Fechner, defiende que
!enonrerralista sostiene que los hechos resentiría también la idea de la "clausura los hechos de conciencia son ;d¿nt;cos
espirituales se limitan a acompañar a las causal" del mundo material. según la a los procesos frsitos. Esta teorra explica
actividades materiales .~;1I inflrt;ren ellas. cual algo no material no puede tener las diferencias entre cerebro y concien-
Cuando el señor Pérez siente el sol en su influjo sobre los procesos materiales. En cia a partir de la existencia de dos for-
cara como algo agradable. tal percep- el marco de esa concepción se excluye mas de acceso distintas. Cuando el acceso
ción es sólo un fenómeno concomitante que un ángel mueva al señor Pérez a se da desde la perspectiva interna de la
(epi fenómeno) de los procesos físicos. doblar hacia la calle de la Muralla y se primera persona -se experimenta el
Según los epifenomenalistas. pues. no rechaza la acción de una substancia espi- calor del sol sobre la piel-, entonces
puede ser esta sensación misma la que ritual autónoma. hablamos de hechos de conciencia. Pero

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r

si, respecto a la misma aclividad, nos tíficamente más respetable que la otra. zado a propósito del seísmo. Ahora bien,
silUamos en la perspectiva externa de la Desde el punto de vista de la teoría de la semejante constatación no nos informa
tercera persona, enlOncc:s la podemos identidad, resulta, por último, fácil de en~ si un determinado acontecimiento se ha
describir como proceso neuronal o, en tender por qué los hechos espirituales producido sólo fortuitamente al tiempo
general, material. pueden causar algo: al fin y al cabo son que el t~rremolO o si ha contribuido
Aunque esta teoría pueda parecer un idénticos a procesos cerebrales, y éstos causalmente al desencadenamiento del
(anlO artificiosa, en la vida cotidiana se están capacitados para influir en otros terremoto. Por otro lado, de una lista de
comprueba una y otra vez. que dos fenó- procesos materiales. observaciones no puede extraerse una
menos aparcmememe distintos no son, generalización que permita establecer
a la postre, sino dos caras de la misma Comprensible y previsible que en el futuro se producirán también
moneda. Aconlece: así cuando escucha- Aun cuando consiguiéramos determinar, terremotos en otras condiciones . Incluso
mas. y vemos, un violoncelo en un con- en todos sus pormenores. los procesos en el caso de repetirse todas las dr·
cierto. Manifiestamente disponemos de neuronales que están en la base de un cunstancias observadas podrí" no darse
dos accesos distintos a uno y el mismo cierro tipo de actividades conscientes, el terremoto, si habíamos pasado por alto
proceso. a saber, la percepción acústica persistiría un problema todavía: ni un factor importante.
y la visual. Una y Olra se distinguen entce siquiera en esa situación entenderíamos Por el contrario. hablamos de Una expli-
sí, pero en cuanto coinciden completa- de qué forma real se relaciona la activi· ,,"cióJJ cuando podemos enunciar reglas
menle espacial y temporalmente, a nadie dad de las neuronas con nuestra expe· uni versales o leyes que, en el caso ideal,
se le ocurriría distinguir un violoncelo riencia consciente. determinan exactamente en qué cir-
"acústico" y orro "óptico". Cumple de nuevo al filósofo delimi- cunstancias debe producirse el aconte·
Si la diferencia entre cerebro y con· tar el problema en sus justos términos. cimiento en cuestión. Ese razonamiento
ciencia se reduce a que usamos dos acce· En esa tarea encierra un significado cen· ofrece dos ventajas inmediatas: por un
sos o descripcipnes distintas, resulla tralla distinción entre mera cOlIstatació/1 lado, nos hace comprensible por qué se
comprensible pdr qué los partidarios de de que la conciencia aparece bajo cier· ha producido el terremoto precisamente
la teoría de la identidad - a diferencia tas condiciones neuronales y la expli· en esas condiciones; por el Otro, nos per-
de los monistas radicales- no pueden caci6n de por qué se produce bajo esas mite generalizar, es decir, afirmar, por
afirmar que "en realidad" sólo nos las condiciones. Mas, ¿qué distingue a una
habemos con procesos materiales y que explicación de una mera constatación?
1iólo esos procesos materiales son objeto Supongamos que llegáramos a conslll·
de una disquisición científica seria. Para lar las circunstancias en las que se ha 3. AUN QUIEN LO HA ESTUDIADO
el teórico de la identidad, ambas des· producido un terremoto. Podríamos, así, (oda sobre la percepción de los colores,
cripciones poseen el mismo rango; nin~ enumerar una cifra elevada de observa· no sabe en qué consiste eso de ver
guna de las dos es "más verdadera" ocien· ciones y mediciones que hemos reali· colores.
célebres experimentos mentales. Prota- Muchos autores aducen que el origen
goniza el primero María , una neurobió- del problema no reside en la insuficien-
loga "genial. que posee todos. absoluta- cia de nuestros conocimientos cient(fi-
mente todos los conocimientos científicos coso Antes bien . el saber sobre procesos
pensables sobre la percepción humana n~u.ronales sería inadecuado, por prin.
de los colores. Pero María no ha visto OptO, para proporcionar explicaciones
jamás un color por sí misma: toda su d~ los hec~os conscientes. A primera
vida ha transcurrido hasta el presente en vista. este diagnóstico pesimista no sólo
un entorno completamente incoloro. parece plau$ible. sino que también lo
Incluso el mundo ex terior lo conoce sólo apoyan los d,)s experimentos mentales:
a través de un monitoren blanco y negro. en ambos casos se supuso que. en cuanto
Pues bien,la pregunta decisiva es: ¿sabe al plano neuronal. se disponía de todo el
María. gracias a su perfecto conocimien- saber pensaWe.
to neurobiológico . en qué consiste tener Si de la primera impresión pasamos a
sensaciones de color en la conciencia? una consideración más atenta, se nos
¿Experimentaría entonces ella algo revela que uns tal manera de ver las cosas
nuevo, si se la liberara de su prisión y infrava!oraría los cambios a que puede
viera por primera vez un color por sí condUCir el progreso científico. No se
misma? Con toda evidencia. éste sería limita éste a amontonar hechos; puede
el caso. De ello se desprende que los promover que nuestra comprensión de
conocimientos neurobiológicos no nos un determinado orden de cosas cambie
permiten conclusiones generales acerca de un modo radical.
de los procesos de conciencia; en cohe- Para poner de manifiesto la manera en
rencia. nuestras perspectivas de hallar una que los nuevos conocimientos alteran
explicación para la relación entre cere- nuestra visión de cosas cotidianas, trai-
bro y conciencia serían malas. gamos a colación cómo se han venido
entendiendo las propiedades de la luz.
En el cerebro del murciélago Para muchos ilustrados del siglo XVIII
Mayor claridad aporta un segundo ex- resultaba inaceptable que la blanca se
perimento mental. Lo propuso. hace algún descompu~iera en colores; el propio
tiempo. Thomas Nagel. El protagonismo Goethe y Schopenhauer rechazaron el
se le cede ahora a un murciélago . Admi- principio newtoniano. Hoy. sin embargo.
tamos la tesis monista y aceptemos, por se entiende de suyo la descomposición
ende. que la conciencia se reduce a un de la luz blanca en colores. merced a
proceso encefálico. Imaginemos , ade- haber incorporado conocimientos cien-
4. ¿QUE SE SIENTE, siendo un
más, que lo sabemos todo sobre los pro- tíficos en nuestro saber común. Sólo así
murdélago? Qulza la investigación cesos ffsicos que se desarrollan en el hemos conseguido acceso a explicacio-
neurobiológica pueda llevarnos alguna vez cerebro del murci~lago , desde los más nes científicas plausibles de muchos
a esa experiencia. mínimos detalles de biología molecular fenómenos 6pticos.
hasta la interacción de los distintos gru- Esa página de la hisloria de la ciencia
pos de neuronas. ¿Alcanzaríamos con nos invita a pensar cuánto podrían cam-
ejemplo. que van a producirse terremo- ello claridad suficiente sobre la con- biar nuestras ideas sobre los procesos
tos de ese tipo también en condiciones ciencia del murciélago. tal como éste la cerebrales y los procesos conscientes.
nuevas y aún no observadas. experimenta desde la perspectiva de Mientras que hoy partimos, pues.deque
Algo ¡nuy semejanle puede propo- la primera persona? ¿Acaso descubri- la conciencia es algo que escapa por prin-
nerse en el caso del problema de alma y ríamos así "qué se siente al ser murci~­ cipio a una explicación en categor(as
cuerpo. Si conocemos incluso con toda lago"? ¡Evidentemente, no! De nuevo la neurobiológicas. los progresos científi-
exactitud qué ocurre en las células ner- razón de eHo es que nos falta la necesa- cos podrían alterar tanto nuestras repre-
viosas de nuestro cerebro durante un ria explicación. Podemos aceptar la cons- sentaciones y nuestros conceptos acerca
determinado hechode la conciencia. ello tatación de que determinados procesos de lo que constituye la conciencia, que
sólo nos sirve para una constatación: a neuronales acompañan a ciertos proce- pudiéramos aceptar alguna vez una expli-
saber: que en las condiciones descritas sos mentales. Pero lo mismo que no cación de ese tipo. Aunque no puedo en-
aparecen en la conciencia esos hechos. entendemos por qué son esos y no otros trar en detalles. sería determinante des-
Pero la constatación no proporciona- procesos neuronales completamente dis- cubrir características objetivas de la
ría ninguna explicación de por qué pre- tintos. ignoramos también qué pasaría en conciencia. externamente cognoscibles.
cisamente ésos y no otros distintos. Tam- el plano subjetivo . si se alteraran los pro- Hemos avanzado bastante en el ca-
bién en este punlo hemos de contar con cesos neuronales. Las consecuencias no mino de la identificación de las carac-
una doble consecuencia: por un lado. la son difíciles de reconocer: no sabemos terísticas objetivas de los estados de con-
relación entre cerebro y conciencia que- siquiera si los murciélagos tienen con- ciencia. En los últimos años , la psicología
daría en definitiva incomprensible para ciencia -o las lagartijas, o las lombri- ha profundizado en los componentes em-
nosotros; por el otro. no podríamos for- ces - . ¿Ya partir de cuándo se puede píricamente aprehensibles de lasemocio-
mular predicciones sobre la aparición de decir que un niño en formación tiene nes. Hay, por ejemplo. reacciones bien
conciencia en condiciones distintas. conciencia y. por tanto, puede ser con- determinadas y externamente constata-
Para entender mejor el significado de siderado sujeto capaz de experiencia y bies. que son constitutivas de nuestros
esta exposición. detengámonos en dos de sufrimiento? sentimientos de miedo: entre otras cosas.

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se produce una aceleración del pulso y
la respiración; además, aparece una ten-
dencia hacia el comportamiento evasivo
y defensivo. Sabemos que la amígd~la,
un centro imporlante en el sistema 11m-
bico del encéfalo, realiza muchas de las
características distintivas del miedo. Así
pues, si la aceleración del pulso y la res-
piración, por un lado, son componentes
de la experiencia subjetiva del miedo y
si, por airo lado, poseemos una expli-
cación neurofisiológica de esos compo-
nentes , habremos explicado con ello una
parte de la experiencia subjetiva misma.
Claro que nuestro conocimiento es
todavía del todo insuficiente; la lista de
las características objetivas resulta exce-
sivamente corta. Y lo que reviste mayor
alcance, ese conocimiento no ha tenido
influencia de peso alguno en nuestros
conceptos y representaciones cotidia-
nas. Con tales primeros esbozos no basta
para asegurar que: podamos algún día
enhebrar una explicación completa,aun-
que tampoco debe excluirse la posibili-
dad de alcanzar tal explicación .

¿Cuánta libertad
nos deja el cerebro?
Supongamos que hubiéramos podido
demostrar que la conciencia se identifi-
ca con determinada actividad cerebral.
Asimismo, que hubiéramos logrado
explicar mediante teorías neurobiológi-
cas los hechos de la conciencia.
En el marco de tales presupuestos se
plantearía la cuestión número 3, la que
vincula los resultados de la neurología
con la autocomprensión humana. Para
abordar el lema me serviré de un ejem- 5. SI TODAS NUESTRAS DECISIONES
plo que muestra muy directamente la a una persona. Por lo tanto, a la libertad dependen de nociones de valor que se
necesidad de colaboración entre filoso- pertenece también la autorla. Podemos encuentran determinadas en el cerebro,
fía y ciencias neurológicas. Me refiero hacer justicia a ambos crilerios si tradu- ¿somos hombres libres o marionetas?
al libre albedrío y la responsabilidad que cimos "libertad" por "autodetermina-
lleva asociada. ción". Esta traducción es mucho más que
Si hay que identificar nuestras acti- un juego con las palabras; pone en claro un papel decisivo las dos condiciones
vidades espirituales con procesos cere- algo que frecuentemente se pasa por alto nombradas: una decisión libre no debe
brales,que siguen las leyes de la naturale~ en la discusión sobre la libertad de la haber surgido ni por una coacción externa
za, no cabe hablar de libertad. Nuestras voluntad: la libertad requiere una per- ni por mero azar; por el contrario , tiene
acciones no vendrían decididas por no- sona, un "yo" que Se detenninaa sí mismo. que depender de los intereses y deseos
sotros mismos, sino determinadas por Pero no toda forma de determinación de los ciudadanos representados. Si el
leyes neurológicas. puede menoscabar la libertad. Si ese "yo" parlamento no se orientara por estos inte-
Antes de asentir a esta argumentación, se determina a sí mismo, no queda limi- reses , ya no se hablaría de libertad, sino
conviene saber que la libertad está liga- tada la libertad: la determinación por de pura arbitrariedad .
da a dos condiciones. Primera, nunca parte del "yo" el precisamente lo que Volvamos a los aclos de voluntad in-
llamaríamos libre al obrar obligado; es distingue una acción libre de una activi~ dividuales. ¿Qué es el "yo" del que es-
decir, si se nos fuerz,a a ello desde fuera. dad que surge por mero azar. tamos hablando'? No debemos con-
La libertad presupone autonom(a, Se- Ilustrémoslo mediante una compara- fundirlo con una suerte de geniecillo
gunda,la libertad ha de delimitarse frente ción con una democracia parlamentaria. interno, un homúnculo,que dirige nues·
al mero azar. Si una descarga puramente Los intereses y costumbres de los ciu- {ras facultades. Pensamos en un núcleo
casual de las neuronas mueve al señor dadanos corresponderfan a los motivos de convicciones y rasgos de personali-
Pécez a ir a pie. no hablamos de una acción y carácter de la persona; los acuerdos del dad importantes que caracterizan a un ser
libre, sino de un acontecimiento azaroso. parlamento, a los actos de voluntad. humano . Por consiguiente, si yo estoy
Lo que manifiestamente esperamos de ¿Cuándo llamaríamos libres a las deci- plenamente convencido de que el hurto
una acción libre es que pueda atribuirse siones del parlamento? Desempeñan aquí es reprobable y, paniendo de esa con-

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vicc1Ón. pago todas las mercancías en la cientes dependieran. a su vez . de rasgos
caja. esta acción es el producto de un acto personales importantes. También por
de voluntad libre. este motivo, las muy discutidas inves-
Este planteamiento se halla en oposi- tigaciones de Benjamin Libe! no con-
ción a una concepción difundida. no sólo tradicen radicalmente el punto de vista
en la tradición filosófica, según la cual de que hay acciones autodeterminadas.
libertad y determinación son inconci- Libet ha descubierto que al menos las
liables. Pero esta concepción carece de acciones simples (movimiento de una
FISICA
plausibilidad. toda vez que una acción mano) son preparadas ya con procesos
DEL ESTADO SOLIDO
simplemente no determinada no puede neuronales antes de que la persona que
depender tampoco de las convicciones, actúa se decida conscientemente a la
deseos y demás propiedades del autor. acción. Aunque es objeto de controversia
Entonces no se podría hablar ya de una qué conclusiones permiten los experi-
acción autodeterminada, sino sólo de mentos de Libel, no se detecta ninguna
una acci6n indeterminada y, por ello, en refutación de la autodeterminación.
definitiva, azarosa. Posiblemente esos experimentos modi-
ficarán nuestra imagen del papel de la
¿Es la libertad una ilusión? conciencia en las decisiones.
Tras estas reflexiones fundamentales, Las cuestiones abordadas aquí mues-
retornemos a la cuestión de partida: ¿qué tran por qué tienen un significado tan cen-
significa. para la libertad de nuestra tral, par¡t nuestra comprensión del mundo
voluntad, la posibilidad de que las con- y propia. los problemas de la concien-
vicciones y con ello los móviles de nues- cia y sus fundamentos neurobiológicos.
tra acción se basen en las actividades Primero, sin conciencia no sabríamos
• AVANCES EN SEMICONDUCTORES cerebrales? nada de nuestra propia realidad ni de la
DE ARSENIURO DE GALIO, Cuando una convicción es el funda- del mundo que nos rodea. A la inversa,
Mare H. Brodsky mento de un acto de voluntad libre, la el conocimiento sobre la conciencia y sus
• ELECTRONES 8ALlSTICOS libertad de la voluntad no puede estar bases físicas nos puede informar algún
EN SEMICONDUCTORES, amenazada por el hecho de que e$a con- punto sobre cómo se engendra nuestra
Mordehai Heiblum vicción tenga un fundamento neuronal. imagen de la realidad. A su vez, la con-
y Lester F. Eastman El caso es lo contrario: en tanto que el ciencia y la autodeterminación desem-
• EL DISPOSITIVO DE EFECTO proceso neuronal realiza un rasgo cen- peñan un papel central en cuestiones
CUANTICO, ¿TRANSISTOR tral de la personalidad, proporciona a jurídicas y éticas fundamentales. Todo
DEL MAÑANA?, Robert T. 8ate nuestros deseos y convicciones efecti- nuestro sistema de derecho se basa en el
vidad sobre la realidad física; es decir, presupuesto de que podemos responder
• EL EFECTO HALL CUANTICO, constituye una condición del obrar auto- de nuestros actos. Si no fuera verdad, esta-
Klaus von KI¡tzing ríamos obligado$ a realizar cambios fun-
determinado.
• APLICACIONES ¿A qué resultado nos han conducido, damentales en dicho sistema.
DEL EFECTO HALL CUANTICO. por fin , las reflexiones filosóficas? El La conciencia y la facultad de acción
Bertrand l. Halperin que las convicciones y valoraciones se autodeterminada, empero. tienen tam-
realicen neuronalmente no contradice, bién una significación central para el
• CUASI CRISTALES. David R. Nelson
en principio. nuestra autodetermina- concepto de persona. Este, por su parte,
• ESTRUCTURA ción. Lamentablemente, esto no signi- desempeña un papel decisivo en algu-
DE LOS CUASICRISTALES. fica que una intensiva investigación nos de los más importantes debates actua-
Peter W. Stephens y Alan 1. Goldman filosófica, sin movemos de la butaca, nos les, por ejemplo, sobre el aborto y la in-
• VIDRIOS DE ESPINES. haya obsequiado con la libertad. Si exis- vestigación en embriones. Cuanto más
Daniel L. Stein ten o no tales decisiones autodetermi- sepamos de qué dependen la conciencia
nadas, no pueden aclararlo los filóso- y la libertad de la voluntad, y cuanto
• SUPERCONDUCTORES mejor comprendamos los mecanismos
ALLENDE EL 1-2-3. Robert J. Cava
fos. En este punto serán decisivas, ante
todo, las ciencias neurológicas. Compe- implicados, antes podremos determinar
• PEROVSKITAS. Robert M. Hazen te a éstas mostrar si las acciones singu- qué seres vivos cumplen estos criterios.
• TRANSICIONES DE FASE lares efectivamente son determinadas
EN LAS PEROVSKITAS. por rasgos centrales de la personalidad
Juan Bartclomé Sanjoaquin o si dependen, pese a todo, de factores
MICHAEL PAUEN es catedrático d.llnstltu,o
y Rafael Navarro linares externos. de Fllosofla de la Universidad Otto von
Sigamos sobre la relación entre con-
• MICROAGREGADOS. Gueridce de Magdeburgo.
ciencia y libre albedrfo. De acuerdo con
Michael A. Dunean
y Dennis H. Rouvray
nuestra definición de autodetermina- Bibllografla complemen tarla
ción, los rasgos de personalidad cen-
ANAl.YT15CHE PHIlO5OlHlE DES GEJrns.2' edl-
• PROPIEDADES DE LOS trales no tienen por qué obrar en todos
MICROAGREGADOS METALlCOS. cl6n. A. 8eckerman. Wal'.r d. Gruyter¡
los casos de modo consciente. Cuando
M. Pilar lñiguez y Julio A. Alonso Berlln-Nueva York, 2000.
se trate de acciones promovidas por pro-
ce!\os preconscientes. nuestro obrar DA" U ml DES 8EWUSSTSElNS. 2' edlcl6n.
• FULLERENOS.
Robert F. Curl y Richard F. Smalley podría seguir siendo autodeterminado; t1.Pauen.Mends¡Paderborn,2OCM,
a saber: cuando esoS procesos precons-

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