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Como punto previo, antes de pasarlo por alto, es deber ineludible hacer
referencia al contenido de los dispuesto en la parte in fine del artículo 300 del
mismo Código, el cual señala que “en caso de duda razonable sobre la
naturaleza del hecho denunciado, el Fiscal del Ministerio Público procederá
conforme a lo establecido en el encabezado del artículo 301 del Código
Orgánico Procesal Penal”, es decir, procederá a desestimar la denuncia o
querella. Es de observar el desatino en que incurre el legislador en la redacción
de la norma. Recordemos que la desestimación de la denuncia comporta un
impedimento para el comienzo de la fase de investigación penal, por lo que no
se comprende como la «duda razonable»pudiese considerarse fundamento
suficiente para que el Ministerio Pública solicite la desestimación y el juez
proceda a acordarla. Por el contrario, la solicitud y su declaración deben estar
acompañadas de un análisis de lo denunciado o expresado en la querella, que
conlleve al convencimiento de que el hecho sea atípico o que exista,
ciertamente, un obstáculo para el desarrollo del proceso. Ante la duda es
preferible indagar sobre el caso aunque al término de la investigación se
determine su improcedencia o irrelevancia para el proceso penal, y no
desestimar a priori un hecho que en el fondo pudiere esconder un delito sin
castigo. Cabe advertir, que ese convencimiento que debe existir, por parte del
Fiscal y el Juez, con respecto a la desestimación, no necesita de plena prueba
o elementos de certeza sino que nace una vez realizado el estudio de la
denuncia o querella, es decir, como apunta ERIC SARMIENTO [3], no se somete
a ninguna comprobación sustancial del hecho.
El primer motivo que enuncia el Código Orgánico Procesal Penal para proceder
a la desestimación, se refiere cuando el hecho expuesto en la denuncia o
querella no revista carácter penal, sirva decir, el suceso de que se trata no esta
establecido en la ley como delito. Es este supuesto la materia es irrelevante
para el proceso penal, pues su existencia supone la ejecución de un hecho
previsto en la ley concretamente como delito o como falta.
Otro caso muy común es en los hechos relacionados con suicidios. Aunque
generalmente el Ministerio Público no tiene conocimiento a través de denuncia
o querella, para los efectos prácticos el ejemplo nos sirve. En principio, ese tipo
de sucesos no revisten carácter penal pues el suicidio no es delito (salvo que
se haya inducido). Pudiera pensarse, en consecuencia, que el Ministerio
Público no podrá iniciar la investigación penal. Pues no. En los casos de
suicidio, como cualquier otro, cuando no exista la certeza de que los hechos
ocurrieron tal como se presentan, es imperativo que el representante fiscal
ordene el inicio a la averiguación penal, máxime cuando se trata de hechos
violentos (homicidio, accidente, suicidio) donde existe la muerte de una
persona. Por ello, arriba referíamos que la desestimación debe llevar el
convencimiento del quien la invoca, y ante la duda se deberá realizar la
investigación. Erróneamente, la parte final del artículo 300 del COPP prevé lo
contrario.
Este obstáculo que presenta el Estado con respecto al ejercicio la acción penal
de los Delitos de Acción Dependiente de parte agraviada, a través del
Ministerio Público, tiene su razón de ser en vista del carácter reservado y
personal de algunos delitos en las que el ofendido tiene la discrecionalidad de
presentar cargos o no, como sucede en el caso de los delitos de Difamación o
lesiones personales culposas de menor entidad.
Así lo dispone el artículo 24 del COPP al señalar que “la acción penal deberá
ser ejercida por el Ministerio Público, salvo que sólo pueda ejercerse por la
víctima o a su requerimiento”.
SOLICITUD Y LAPSO
EFECTOS
NOTAS FINALES
Para finalizar, debido al vacío legal, queda sugerir a los involucrados dar una
solución idónea a cada caso y conforme a los principios procesales
determinados en el Código Procesal Penal, máxime al referido al límite del
Estado en el ejercicio de la acción penal.
CONSIDERACIONES PARA DECIDIR