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Análisis de texto

En este texto el autor trata de explicar cuál es el valor que tiene una persona
a través de sus distintos ámbitos en la vida: la inmanencia, la intimidad y el cuerpo.
Como idea principal y con la cual se comienza el texto cabe destacar la idea de que
todos los individuos son seres personales. Siendo esto así la inmanencia es algo
que todos poseemos, sin embargo el ser humano llega a adquirirla en su máximo
grado, la interioridad, algo que las plantas y los animales nunca llegarán a tener. La
inmanencia es importante ya que es la manera en la que podemos llegar a “medir”
el conocimiento intelectual y el querer, a través del cual damos a aquellos que están
a nuestro alrededor. A su vez, al dar a otro individuo también estamos manifestando
parte de nuestra intimidad al exterior, convirtiendose así el dar en el núcleo de lo
personal.

Seguidamente, el autor habla de la intimidad, la cual podría ser sinónimo de


un pequeño santuario que todas las personas poseemos. En nuestro pequeño
santuario guardamos nuestros más profundos sentimientos, aquello que pensamos
y no mostramos al exterior e incluso aquello con lo que soñamos. A través de este
santuario podemos llegar a autoconocernos, hacer un gran viaje introspectivo en la
medida que uno se atreva a conocerse. Es el sitio más íntimo y privado que uno
puede tener y al que no se suele dejar paso a nadie, puedes darle a otra persona en
la cual confías mucho algo que forme parte de este, pero nunca llegarás a
desvelarlo por completo. Como resultado de nuestra gran intimidad nace la
vergüenza, sentimiento que sale a la luz a la vez que lo hace una pequeña o gran
parte de nuestro santuario, nuestra intimidad, y el cual da origen al concepto de
privacidad. La privacidad podría ser definida como aquello que protege nuestra
intimidad, donde no está permitido que entren extraños.

Otra de las características más destacables de la intimidad es que es algo


cambiante, nunca es completamente fijo o estático puesto que nace de tu interior y,
al igual que todas las personas, vas cambiando con el paso el paso del tiempo y tu
interior contigo. A su vez, cada persona es distinta, nadie es igual y por lo tanto cada
mundo interior es distinto.
La manifestación de la intimidad se realiza a través del cuerpo, las acciones y
la forma de hablar. Las personas somos nuestro cuerpo y a la vez los poseemos, lo
manejamos desde nuestro interior. Tal y como decían los antiguos filósofos griegos
se trata de un dualismo ontológico, somos cuerpo e interioridad. De esta manera, el
cuerpo es la forma que tenemos de comunicarnos con el mundo, siendo el principal
partícipe de esto el propio rostro. Mediante el rostro podemos expresar diversas
emociones, sentimientos. Otra forma que tenemos de manifestarnos es mediante el
habla, el cual tiene un mayor impacto que el gesto y el lenguaje corporal.

Sin embargo, el cuerpo no es solo un mecanismo que el ser humano usa


para manifestarse, sino que también es parte de nuestra intimidad. Para proteger
esta parte de nuestra intimidad el ser humano recurre a la ropa, nos vestimos para
poder ocultar nuestro cuerpo de los demás y así preservarlo en nuestra intimidad. A
su vez, la ropa sirve para expresar cómo somos, cómo nos identificamos, a dónde
vamos y de dónde venimos, qué queremos expresar al mundo y cómo queremos
que nos vean.

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