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Resumen capitulo 11 enfoques psicoanalíticos contemporáneos sobre el narcisismo

Los tres principales enfoques del narcisismo normal y patológico parten de la teoría de
Freud basados en el concepto mental tripartita, este capítulo busca describir el narcisismo
a partir de distintos puntos de vista partiendo por el Kleiniano posteriormente el
postulado de Kohut pasando al enfoque de la psicología del yo junto con los aspectos
generales.

El primer enfoque es el Kleiniano:

El cual está basado en la teoría de las relaciones objetales, y está representado por el
autor Rosenfeld, en donde detalla las características estructurales de las personalidades
narcisistas y sus desarrollos de transferencia en el curso de psicoanálisis.

Rosenfeld liga el enfoque Kleiniano del tratamiento con un análisis descriptivo y


caracterológico de un grupo específico de pacientes y desarrolla entonces la primera
teoría contemporánea del narcisismo patológico, propone que las personalidades
narcisistas han introyectado en forma omnipotente un objeto parcial primitivo totalmente
bueno o han proyectado una forma omnipotente su propio sí mismo, de tal forma que
niega cualquier diferencia o separación entre sí mismo y el objeto, lo que permite que los
pacientes negaran de cualquier forma una dependencia a un objeto externo.

Ya que la dependencia de este objeto implicaría LA NECESIDAD DE UN OBJETO AMADO


QUE A LA VEZ PUEDE GENERAR FRUSTRACIÓN Y QUE AL MISMO TIEMPO ES
INTENSAMENTE ODIADO, pero la envidia es una expresión primaria del instinto de
muerte, consideró que la envidia era el principal factor en las identificaciones
omnipotentes y en el desarrollo del narcisismo libidinal y destructivo. En sus trabajos
finales Rosenfeld hace referencias más explícitas a la contribución de factores ambientales
como el trauma y el fracaso en la contención en el desarrollo del narcisismo patológico.

Rosenfeld vincula el predominio del narcisismo destructivo a una envidia más violenta que
aparece como un deseo de destruir al objeto, como representante de la fuente de vida en
la transferencia. En algunos pacientes el predominio del narcisismo destructivo los
impulsa a desprenderse de su preocupación y su amor por los objetos, llevando así a que
el paciente quiera aprender del psicoanalista con propósitos defensivos.

Segundo enfoque Kohut y la psicología del sí mismo

Kohut propuso una metapsicología completamente diferente, explicaciones clínicas y


procedimientos terapéuticos, Kohut argumentaba que había un intermedio entre la
psicosis y los trastornos límites, y por otro lado la psiconeurosis y los trastornos más leves
del carácter, el grupo de los narcisistas que él considera analizable, puede diferenciarse
según las manifestaciones de transferencia y no solo por un modelo clínico descriptivo.
Reconoce dos tipos de transferencia, la idealización y el reflejo, representan en la
situación psicoanalítica de una etapa detenida en el desarrollo de un sí mismo grandioso
arcaico, la fragilidad de ese requiere empatía y la funciones normales del reflejo de la
madre como auto objeto cuyo amor y cuidado, permite la consolidación del sí mismo
grandioso y luego su desarrollo gradual a formas más maduras de autoestima y confianza
a través de tipos de reflejos cada vez menos arcaicos

la activación la transferencia de idealización muestra la activación terapéutica de una


imagen paternal idealizada y deriva de un auto objeto, el paciente se siente vacío e
impotente cuando se separa de este objeto, la intensidad de la dependencia de estos auto
objetos idealizados se debe al deseo del paciente de sustituir un segmento faltante de la
estructura psíquica, el equilibrio narcisista del paciente está salvaguardado solo mediante
el interés y aprobación de réplicas actuales de auto objetos del pasado dramáticamente
faltantes.

El paciente también desarrolla una propensión hacia la reactivación de un sí mismo


grandioso en la situación psicoanalítica, de esta activación surge la transferencia por
reflejo y se diferencian en tres niveles de regresión.

1-El más arcaico que es una transferencia de fusión en la que la amplitud del sí mismo
grandioso envuelve al analista, representa una resurrección de una etapa temprana de
identidad primaria del sí mismo y del objeto.

2- Menos arcaico que es una transferencia del alter yo o de gemelo, muestra la suposición
del paciente de que el analista es igual o similar a él.

3- Aún menos arcaica que es la transferencia de reflejo, en este caso el paciente siente al
analista separado pero significante sólo al grado en que es necesario al sí mismo
grandioso reactivado para sus propios propósitos.

Así el paciente vive esta relación transferencial cuyo objeto idealizado es el terapeuta, irá
interiorizando dicha representación mediante el proceso que llamó “internalización
transmutativa” del objeto idealizado. El psicoanalista ha de ser muy empático, focalizando
en la comprensión de las necesidades y frustraciones narcisistas del paciente. No ha de
centrarse tanto en los conflictos consiguientes al fracaso de la satisfacción de esas
necesidades sino en ellas mismas. Así terapeuta y paciente van viendo en donde el
analista ha fallado y le ha hecho desencadenar las reacciones infantiles relacionadas con
fracasos del pasado. Kohut insiste en un cambio de actitud y no en el cambio de la
técnica: se trata de ser mucho más empático en contraste con la idea de neutralidad
objetiva como marca el psicoanálisis propiamente dicho, y de centrarse en las debilidades
del yo presente y no en los impulsos y conflictos estructurales pasados que ya no existen.
Tercer enfoque El enfoque de la psicología del yo sobre las relaciones objetales

En este caso difiere del punto de vista psicoanalítico tradicional que nace de Freud, en
donde existe una libido narcisista y la objetar, que empiezan juntas y luego evolucionan
por separado, en donde la agresión en las personalidades narcisistas es secundaria a sus
lesiones narcisistas, para Kemberg el desarrollo del narcisismo normal y patológico
siempre implica la relación de las representaciones del sí mismo, con las objetales y con
los objetos externos; así como conflictos de la libido y la agresión.
El concepto del sí mismo que propone es bastante cercano al original de Freud del Ich (yo)
y el ego, permanece relacionado con, y dependiente del inconsciente dinámico como una
corriente que influye en el funcionamiento psíquico.
Kemberg propone para entender al sí mismo como una suma total de representaciones
integradas del sí mismo de todas las etapas del desarrollo que otorga organización y
estructura, la importancia de diferenciar el sí mismo normal y patológico (grandioso) del
narcisismo y del sí mismo disociado, trata al concepto del sí mismo como una entidad
netamente psicológica.

Dentro de la metapsicología Freudiana, analizar genéticamente y desde el punto de vista


del desarrollo, la relación entre varios tipos y grados de psicopatología y la falla en lograr
etapas normales de integración de las relaciones objetales interiorizadas y del sí mismo.

1-el trastorno psicótico está relacionado con falta de representaciones objetales y del sí
mismo diferenciadas y con un consecuente empañamiento no solo de los límites entre las
representaciones del sí mismo y de los objetos, sino de los límites del yo igualmente. La
pérdida de la prueba de realidad es una característica en la psicosis

2- los trastornos límites se caracterizan por la diferenciación de las representaciones


objetales y del sí mismo, por tanto, por el mantenimiento de la prueba de realidad, pero
también por una incapacidad de sintetizar al sí mismo como un concepto integrado, una
predominancia de los mecanismos de escisión de representaciones múltiples disociadas
del sí mismo u objetales. Caracteriza la estructura del yo de estos trastornos, y explica la
fijación defensiva a un nivel de falta de integración del sí mismo y falla en la integración
del super yo

3- El narcisismo normal refleja la carga libidinal del sí mismo que integra aspectos
agresivos y para lograr la capacidad de amor normal requiere de la integración de amor y
odio.

Las defensas en narcisistas patológicos se ven reflejados en el sí mismo idealizado y las


representaciones objetales ideales, las representaciones del sí mismo están escindidas o
disociadas, reprimidas o proyectadas. Estas transferencias son proyectadas con conflictos
edípicos muy parecidos a pacientes con organizaciones limite de personalidad.
El tratamiento psicoanalítico de las transferencias primitivas y conflictos inconscientes
permite la integración gradual de representaciones objetales y del sí mismo que se
contradicen con cargas libidinales y agresivas para consolidar un sí mismo normal, al
mismo tiempo las relaciones objetales evolucionan de parciales a totales.

El narcisismo patológico se ve reflejado no solo en la carga libidinal sino también en una


estructura patológica del sí mismo, no podemos determinar las estructuras narcisistas por
fijaciones o falta de desarrollo a etapas tempranas, es una consecuencia del desarrollo
patológico del sí mismo.

4- El tener un concepto de sí mismo bien integrado que no presenta controversias y ser


capaz de tener relaciones objetales profundas abarca el grupo más sano de la patología.
Estos pacientes tienen una estructura de personalidad neurótica la cual puede llegar a
tener problemas graves en los aspectos inconscientes pero tiene un sí mismo bien
constituido que permite razonar y ser cooperativo.

5- El sí mismo normal nace de la estructura tripartita del ello-yo-superyo. Es una


estructura integrada con componentes afectivos y cognitivos mediada por el yo pero en el
cual existe la presencia del ello influyendo de manera inconsciente.

Aspectos Clínicos

Podemos clasificar el narcisismo en adulto normal, infantil normal y patológico.

Narcisismo Adulto Normal: Existe si la autoestima está controlada por el sí mismo normal
con representaciones objetales normales o totales interiorizadas, individualizado,
ensimismado en una gratificación en base a las necesidades del instinto de la relaciones
objetales.

Narcisismo Infantil Normal: Tiene una estructura del sí mismo normal excesivamente
infantil, relaciones objetales normales. Su importancia recae en la fijación o regresión a
objetivos infantiles narcisistas rasgo importante en patología del carácter.

Narcisismo Patológico: Estructura anormal del sí mismo, existen de dos tipos.

-Narcisismo Primario por Freud (1914): Aquí el sí mismo del paciente se identifica con un
objeto donde una representación del sí mismo infantil del paciente se proyecta sobre este
objeto, se produce un intercambio de manera inconsciente.

-Narcisismo Secundario: Más distorsionado, es la personalidad narcisista como tal que


presenta un sí mismo grandioso patológico. Presentan mucha autorreferencia, necesidad
de ser amados y admirados, sienten poca empatía por otros, discapacidad de integrar el
concepto de los demás. Son muy envidiosos, idealizan a algunos y menosprecian a otros
que solían ser sus ídolos anteriores. Tienen una máscara de simpatía pero debajo de eso
hay crueldad y frialdad, se sienten inquietos y se aburren ante la falta de adoración.

Al nivel más alto de pacientes narcisistas encontramos pacientes con síntomas neuróticos,
buena adaptación superficial, y se dan muy poco cuenta de cualquier enfermedad
emocional a menos que sean síntomas narcisistas como reconocimiento del éxito o vacío y
aburrimiento, pocos de estos pacientes van a terapia y con el paso del tiempo al envejecer
tienden a consultar con agravaciones en sus cuadros pero paradójicamente mejora el
pronóstico de tratamiento al ser mayores.

En el nivel más grave de la psicopatología narcisista presentan rasgos límites abiertos, son
pacientes con falta de control de impulsos y tolerancia, agresivos, se recomienda un
enfoque de apoyo para estos pacientes.
Se puede explorar el grado que ha sido integrado la agresión en el si mismo grandioso
patologico, tambien existe la posibilidad que pueda estar reprimido o disociado. Existe
una secuencia la cual parte de la disociación o escisión primitiva de las relaciones
objetales. Sigue con la condensación de las relaciones objetales primitivas agresivas hasta
la canalización de la agresión en una estructura narcisista. Esta secuencia la encontramos
en las personalidades narcisistas cada una direccionando a características clínicas
diferentes.

Cuando las relaciones objetales parciales disociadas, cargadas agresivamente con


funcionamiento límite hablamos de narcisismo maligno, se caracteriza por el deseo de
infringir temor y sufrimiento de los demás, presenta grandiosidad y auto idealización
patológica. Existe placer sádico por la agresión física y un aumento del autoestima.

No todos los narcisistas tienen un sí mismo grandioso agresivo, muchos funcionan con
defensas que condensan la agresión y las pulsiones sexuales al tener estructuras de
funcionamiento narcisistas más altas o neuróticas.

Un aspecto importante a considerar es el grado de conductas antisociales que tenga el


paciente las cuales están ligadas a relaciones objetales, mientras mayores sean peor es el
pronóstico, si está presente junto con conductas sádicas o conductas sexuales sádicas el
pronóstico empeora significativamente.

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