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tomado de antes.-
foja: 33
CUIJ: 13-04295522-6/1((010302-54056))
*104952749*
En Mendoza, a treinta días del mes de Abril del año dos mil veinte, reunida la Sala
Primera de la Excma. Suprema Corte de Justicia, tomó en consideración para dictar
sentencia definitiva la causa n° 13-04295522-6/1 (010302-54056), caratulada:
“PRATICI IRIS DELIA EN J° 257269 / 13-04295522-6 (010302-54056) PRATICI
IRIS DELIA C/ SANCOR COOPERATIVA DE SEGUROS LTDA. P/
PROCESOS DE CONSUMO P/ RECURSO EXTRAORDINARIO
PROVINCIAL”.
ANTECEDENTES:
II.- AGRAVIOS DE LA RECURRENTE.
Solicita la eximición de las costas a la actora y que las mismas sean
impuestas a la demandada.
Invoca además el abuso de posición a la luz del art. 10 del CCyC, que
entiende traducido en el párrafo de la sentencia que cita (transcripto en los antecedentes
del caso en el apartado I de este fallo).
Añade que aún cuando no se desconozca lo previsto por el art. 204 del
CPCCyTM no corresponde en el presente caso imponer las costas a la impugnante
vencida, sino imponerlas en el orden causado, por lo que aconseja el acogimiento del
Recurso Extraordinario Provincial planteado.
IV.- SOLUCION AL CASO.
a.- Cuestión formal.
En este aspecto cabe recordar la doctrina de esta sede por la cual se sostuvo
que la circunstancia de que el remedio en estudio haya sido admitido formalmente, no
empece a que en esta oportunidad se proceda nuevamente a verificar el cumplimiento de
las exigencias de aquella etapa preliminar. Ello así, desde que conforme doctrina
invariable de este Tribunal, la admisión formal de un recurso extraordinario no obsta
para que al examinar el aspecto sustancial de la cuestión, se vuelva sobre los requisitos
o presupuestos que hacen a la procedibilidad del remedio (LS 169-68; 188-237; 186-1;
191-341).
Así se sostuvo que corresponde imponer las costas por su orden en un caso
en el que se han dado las siguientes circunstancias: 1) es aplicable el estatuto especial
del consumidor y el principio de gratuidad procesal, que atempera necesariamente el
rigor de la teoría chiovendana de la derrota, al que adhiere nuestro Código Procesal; 2)
se ha invocado la violación de una garantía constitucional y convencionalmente
protegida, como la igualdad; 3) el rechazo de la demanda se debe a una insuficiencia
probatoria pero no importa una falta de razón probable para litigar, por lo que cabe
apartarse de rígidas reglas procesales que cargan al vencido con el costo económico del
litigio y dificultan el acceso a la justicia (N°13-02093825-5/1, “Nuevo Plaza Hotel
Mendoza S.A.”, 19/10/2017).
Por su parte, y en torno a la razón fundada para litigar que sustrae del pago
de las costas al vencido, -conforme la regla general del art. 36 inc. I del CPCCyTM-, la
Sala Segunda ha sostenido que “conforme al principio general chiovendano de la
derrota, la parte que resulta vencida debe soportar las costas del proceso; sin embargo,
corresponde su exención cuando existe buena fe y "razón probable para litigar",
entendiéndose por tal cuando la parte vencida actúa sobre la base de una convicción
razonable acerca del derecho que le asiste, aún cuando no haya obtenido sentencia
favorable, pues comprende un sinnúmero de casos particulares que deben ser apreciados
libremente por el juzgador” (N° 45.491, “Siracusa” 23/10/2014).-
Cabe señalar que entiendo aplicable el régimen tuitivo del consumidor a los
efectos de la tramitación del proceso, en su implicancia en punto a la gratuidad. Ello
pues si bien no hay definición de la sustancia del asunto (los daños reclamados) en que
se basa el pleito, pues se consideró no configurado el siniestro, esto es incapacidad total
laborativa, no ha sido controvertido que la materia es subsumible en el microsistema
consumeril.
Por otra parte, y en el marco de la norma procesal específica, art. 204 inc. II,
se avizora que la parte accionante tenía razones para litigar y buena fe. Ello desde que
acompañó un certificado médico que le constató 91,57% de incapacidad total y
permanente, tuvo un contrato de seguro de vida acordado, en el ámbito de su empleo,
con la recurrida respecto de lo cual la actora, docente no versada en temas de derecho ni
de medicina, podía válidamente considerar que luego del pago del seguro por descuento
de su bono de sueldo a lo largo de varios años, tenía algún derecho basado en el vínculo
contractual que la contraprestación dineraria descontada suponía al ser determinada su
incapacidad por un profesional médico. Todo ello en un contexto en el cual por la labor
probatoria desplegada en autos, el juez de primera instancia tuvo por acreditada la
existencia de una incapacidad pero por el 40% y no superior al 66% como exige la
norma para considerarla total.
Así voto.
Así voto.
Así voto.
S E N T E N C I A:
Y VISTOS:
R E S U E L V E:
Notifíquese.