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DERECHO CIVIL III

UNIDAD I TEORÍA GENERAL DE LAS OBLIGACIONES.

1. LA OBLIGACIÓN EN GENERAL.
Origen etimológico de la palabra obligación:

Figura en el latín como obligatio, y se forma combinando dos


elementos: ob-, que remite a la idea de enfrentar y, por otro
lado, ligare, en alusión a una atadura o vínculo. En su sentido
primigenio una obligación es algo relacionado a una imposición.

Concepto general:

Tradicionalmente se ha definido a la obligación como un vínculo


jurídico por virtud del cual una persona denominada deudor, se
encuentra constreñida jurídicamente a ejecutar algo en favor de
otra persona llamada acreedor.

Jurisprudencia local:
Para empezar a comprender mejor el concepto de obligación en
sentido jurídico se recomienda consultar la siguiente tesis,
publicada en fecha 19 de Marzo de 2021:

CONTRATO DE SEGURO. LA LEY ESTABLECE LA OBLIGACIÓN DE LA


ASEGURADORA DE ENTREGAR LAS CONDICIONES GENERALES QUE LO RIGEN Y
ESTA CUMPLE CUANDO LAS COMUNICA FEHACIENTEMENTE AL ASEGURADO.
TESIS PC.XI. J/3 C (10ª)Plenos de circuito. Semanario Judicial de
la Federación Publicación: Viernes 19 de Marzo 2021 10:22 horas,
Décima Época, 2022849 4 de 5 Jurisprudencia Civil.

1.1 DIVERSOS CONCEPTOS DE LA OBLIGACIÓN:

DOCTOR ERNESTO GUTIERREZ Y GONZALEZ.


“En sentido estricto: Es la necesidad jurídica de mantenerse en
aptitud de cumplir voluntariamente una prestación, de carácter
patrimonial, (pecuniario o moral), a favor de un sujeto que
eventualmente pueda llegar a existir y si existe, aceptar”.
DOCTOR RAFAEL ROJINA VILLEGAS:
"ObligaciÓn es la relaciÓn jurídica entre dos personas en virtud
de la cual una de ellas, llamada deudor, queda sujeta para con
otra, llamada acreedor, a una prestación O una abstención de
carácter patrimonial, que el acreedor puede exigir al deudor".
DOCTOR BORJA SORIANO:
“La relación jurídica establecida entre dos personas, por la cual
una de ellas (llamada deudor), queda sujeta para otra (llamada
acreedor), a una prestación o a una abstención de carácter
patrimonial, que el acreedor puede exigir del deudor.” (Borja
Soriano).

1.2 ELEMENTOS DE LA OBLIGACIÓN:

Tres son los elementos constitutivos de la obligación civil:


a) Los sujetos.
b) El objeto
c) y la relación jurídica.

A) LOS SUJETOS:

Sujeto activo: Es el acreedor, es decir el que tiene la facultad


de exigir el cumplimiento.

Sujeto pasivo: Es el deudor, o sea aquella persona que tiene la


carga de cumplir la prestación convenida.

B) EL OBJETO
El objeto es lo que se debe. Responde a la pregunta ¿qué se debe?.
Este debe ser jurídicamente posible, por ejemplo el pago de una
suma de dinero.

C) LA RELACIÓN JURÍDICA:
Es el vínculo que se establece entre los sujetos que intervienen
en la obligación, es decir, el acreedor está facultado para acudir
al juez con el objeto de hacer cumplir por parte del deudor la
prestación. La relación jurídica se reduce a la facultad que tiene
el acreedor de poder exigir al deudor que cumpla, y la situación
del deudor de debe cumplir con la prestación de su acreedor.

1.3 DIFERENCIAS ENTRE EL DERECHO REAL Y EL PERSONAL DE LAS


OBLIGACIONES
La diferencia ente estos dos tipos de derechos es que en el
Derecho personal el acreedor no ejerce su facultad sobre un
objeto, sino que lo hace contra un deudor, y en el Derecho Real la
facultad se ejerce sobre una cosa sin intermediarios.

Obligación real (Concepto):

Es la que afecta a la cosa y obra contra cualquier poseedor de


esta. Se dirige en primera línea hacia la cosa que es el objeto
del derecho pretendido. El demandado es un obstáculo que se
interpone entre el actor y la cosa. En la acción real se desconoce
contra quien se utilizara dicho accionar real, el deudor puede ser
cualquiera. Todo es en respecto o dirección de alguna cosa.

Características de las obligaciones reales.

No ligan al deudor en cuanto a su persona, sino que es determinada


por ser titular del derecho real.

Puede transmitirse por el solo hecho de transmitir la cosa o


liberarse de ella por el abandono del bien.

El obligado responde de esas obligaciones con cosa o el bien y no


con todo su patrimonio.

Obligación personal:
Es la que solamente liga a la persona que la contrae y a sus
herederos. No puede concebirse sino en función del deber jurídico
del deudor hacia el acreedor. El que tiene la acción personal
sabe, que si se ve precisado a utilizarla, el demandado se una
persona determinada.

Características de las obligaciones personales.


Compromete al deudor en lo personal, siendo siempre obligaciones
determinadas.
Compromete el patrimonio del deudor, pues si no cumple podría
demandarse el cumplimiento en ejecución forzosa, pues el principio
que rige es que el deudor responde de sus obligaciones de crédito
con sus bienes.
El derecho personal puede ser transmitido por contrato o cesión.

Diferencias entre obligación real y personal.

En las obligaciones reales se reclama lo que se pertenece y en las


personales lo que se le debe.
En las obligaciones reales el deudor puede ser cualquiera siempre
y cuando afecte al objeto y en las personales el deudor está
determinado.

1.4 OBLIGACIONES CIVILES Y MERCANTILES.

La Obligación civil es la que se genera por una obligación entre


personas, que deben regir su conducta conforme a lo dispuesto en
el Código Civil. Dan derecho a exigir su cumplimiento por la vía
legal, así, será civil la obligación derivada de un contrato de
los que tipifica el código; la derivada de una declaración
unilateral de voluntad, la surgida de una gestión de negocios,
etc.
La Obligación mercantil o comercial es la que se genera por una
relación entre personas que deben regir su conducta conforme a lo
dispuesto en las leyes mercantiles, o aquella conducta que
intrínsecamente la considera la ley como mercantil o comercial sin
importar la persona que la realiza.
Este es sin duda, un criterio un tanto arbitrario, pues resulta en
ocasiones difícil distinguir una obligación civil de una
mercantil. Tanto las obligaciones civiles como las mercantiles,
participan de los mismos elementos estructurales como son: 1)
sujetos (acreedor y deudor); 2) relación jurídica; y 3) objeto.
Las obligaciones mercantiles se rigen por las mismas disposiciones
que las obligaciones civiles, en consecuencia al tratarse de las
obligaciones mercantiles solamente se consideran aquellos aspectos
diferentes por la naturaleza propia del derecho mercantil.

DIFERENCIAS:

Todas las obligaciones Mercantiles son onerosas y las obligaciones


civiles, pueden ser gratuitas u onerosas esto es debido a que los
contratos mercantiles existe un esfuerzo patrimonial por ambas
partes, y que ambos contratantes han dispuesto una parte de su
patrimonio sacrificándolo para originar el vínculo jurídico en
cambio las obligaciones civiles pueden ser onerosas o gratuitas; y
son gratuitas las obligaciones en donde una de las partes no
realiza ningún esfuerzo económico. El crédito mercantil siempre
produce intereses, el mandato mercantil siempre da derecho al
mandatario a cobrar el pago correspondiente. Esta característica
nace de la naturaleza misma del comercio que es una actividad
económica que tiene por objeto rendir utilidades a quien la
preste.

En materia de comercio, los contratos no requieren de solemnidades


propiamente tales, salvo excepciones que la misma ley determina,
esto se debe a la agilidad con que se ejecuta el comercio.

Esta característica se debe a que el derecho mercantil es más ágil


y por lo tanto se intenta dotar al empresario de las más mínimas
solemnidades para la concreción de sus negocios, se diferencian de
las obligaciones civiles ya que los contratos civiles están
dotados de muchas solemnidades y rigurosidades las cuales están
expresas en la ley civil. Esto es incluso importante en materia
probatoria, porque las obligaciones mercantiles se pueden probar
por testigos, no así las obligaciones civiles que en algunos casos
no pueden ser probadas por testigos cuando la obligación debió
haber constado por escrito.
En el derecho Mercantil solamente deben de ser solemnes los
contratos que el mismo Código de Comercio y las leyes Especiales
establezcan y en los contratos civiles los contratos pueden ser
reales, solemnes y consensuales, de conformidad con lo q establece
el código civil.

2. HECHOS Y ACTOS JURÍDICOS.

2.1 NOCIÓN DE LOS HECHOS JURÍDICOS EN GENERAL.


2.2 NATURALEZA DE LOS HECHOS Y LOS ACTOS JURÍDICOS.
Existe una gran confusión entre los alumnos respecto a distinguir
la diferencia entre hecho jurídico y acto jurídico, ya que en la
vida diaria las personas realizan tanto hechos jurídicos como
actos jurídicos, de ahí que sea importante identificar la
diferencia entre uno y otro.

Puesto que tanto el hecho jurídico como el acto jurídico, producen


consecuencias jurídicas, que a la postre se convierten en
obligaciones y derechos.

Estas obligaciones y derechos son aquellos que se van a dilucidar


en un juicio, en donde se va a decidir a quién le asiste la razón
en un determinado litigio o problema jurídico.

De ahí la importancia de identificar plenamente la diferencia


entre acto jurídico y hecho jurídico.

Luego entonces el acto jurídico, está revestido de ciertas


características como la voluntad bilateral o unilateral de las
partes, el objeto del negocio, con los puntos bien definidos como
el precio, la cosa, el lugar, el tiempo y otros detalles que las
partes le otorguen al acto jurídico.

Por su parte el hecho jurídico, se produce por la voluntad humana,


en ocasiones de manera unilateral, pero que carece de los
elementos anteriores, y reviste una característica de fortuitidad,
es decir no existe una voluntad concreta sobre el precio, la cosa,
el lugar, el tiempo y en ocasiones la voluntad es también
fortuita, es decir, no se quería la realización del hecho pero se
hizo.

Un ejemplo de acto seria el contrato; un ejemplo de hecho


jurídico, sería un atropellamiento.

3. FUENTES DE LAS OBLIGACIONES.


Dos personas se encuentran en la situación de deudor y acreedor
uno del otro. Solo pueden quedar obligados cuando ocurren los
supuestos de hechos previstos en la ley, y son estos mismos
ordenamientos jurídicos los que indican cuáles serán las fuentes
de las obligaciones.
Las fuentes de las obligaciones son:
El contrato. Produce obligaciones porque tanto el acreedor como
el deudor han manifestado su voluntad de contratar.
El pago de lo indebido. Este se presenta cuando una persona
(deudor) paga a quien no es su acreedor. La ley obliga a aquel
que ha recibido el pago tiene la obligación de repetirlo.
La gestión de negocios. Consiste en la obligación que adquiere
aquel que sin estar obligado, asume la gestión de negocios
ajenos, de continuar la gestión comenzada y de llevarla a
término hasta que el dueño se halle en estado de proveer a sí
mismo a ellas, debiendo también someterse a las consecuencias
del negocio y a las obligaciones derivadas de un mandato.
Enriquecimiento sin causa. Se dan ciertos supuestos en donde
todo aquel que se enriquece sin justa causa a expensas de otro,
está obligado a indemnizar dentro de los límites de su propio
enriquecimiento, de todo lo que aquel se hubiese empobrecido.
Hecho ilícito. En el cual se agrupan las obligaciones
provenientes del daño causado con intención por el agente a la
persona o al patrimonio de la víctima, o cuando se causa el daño
sin intención por imprudencia, negligencia, impericia, se
responde por el daño causado por un hecho propio, o bien por los
hechos de una persona sometida a nuestra guarda, o de una cosa o
animal sobre los cuales debíamos haber ejercido una vigilancia
correcta
3.1 LOS ACTOS JURÍDICOS Y LA LEY.
La ley es el acto de voluntad también estatal por el que se crea
una situación jurídica permanente, general, abstracta,
impersonal y coercible. En cambio, la conducta de los
particulares se despliega libremente y puede constituir o no un
supuesto normativo para la producción de consecuencias de
derecho.
3.2 LOS HECHOS JURÍDICOS Y LA LEY.
Un hecho jurídico en sentido estricto no tiene por qué ser
voluntario ni controlable por la persona, mientras que en un
acto jurídico, la voluntad de la persona es esencial.

UNIDAD II EL CONTRATO.

1.- CONCEPTO.

DOCTOR RAFAEL ROJINA VILLEGAS:

“Acuerdo de las voluntades para crear o transmitir derechos y


obligaciones es una especie dentro de del género de convenios. El
convenio es un acuerdo de voluntades para crear, transmitir,
modificar y extinguir obligaciones y derechos reales o personales.

Por tanto el CONVENIO tiene dos funciones una positiva y una


negativa. La positiva, crear o transmitir obligaciones y derechos
y la otra NEGATIVA, modificarlos o extinguirlos”.

2.- CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS.

Las principales son:

Contratos bilaterales o unilaterales.


Contratos Onerosos y gratuitos.
Contratos Conmutativos y aleatorios.
Contratos reales y consensuales, formales y solemnes.
Contratos principales y accesorios.
Contratos instantáneos y de tracto sucesivo.
CLASIFICACIÓN DE LOS CONTRATOS

Contratos bilaterales o unilaterales:

El contrato unilateral es un acuerdo de voluntades que engendra


obligaciones sólo para una parte y derechos para la otra.

El contrato bilateral es el acuerdo de voluntades que da


nacimiento a derechos y obligaciones en ambas partes.

Contratos Onerosos y gratuitos.

Es Oneroso el contrato que impone provechos y gravámenes


recíprocos.
Es gratuito aquél en que los provechos corresponden a una parte y
los gravámenes a otra.
Contratos Conmutativos y aleatorios.

Los contratos onerosos se subdividen en conmutativos y aleatorios.

Conmutativos, cuando los provechos y gravámenes son ciertos y


conocidos desde la celebración del contrato.
Aleatorios, cuando los provechos y gravámenes dependen de una
condición o término de tal manera que no pueda determinarse la
cuantía de las prestaciones en forma exacta sino hasta que se
realice la condición o el término ( La producción de una cosecha
por ejemplo).

Contratos consensuales, reales, formales y solemnes.

 Los contratos consensuales son aquellos que se perfeccionan


por el solo consentimiento de las partes. Son aquellos que
para su existencia no se exige ninguna forma, basta con que
las partes contratantes expresen su voluntad de manera
informal. Pueden ser contratos verbales que no necesitan
constancia escrita ni de ningún otro tipo.
Verbigracia:
Cuando abordamos un autobús en la vía pública, al pagarle al
chofer le estamos pagando lo que cuesta el pasaje a cambio del
servicio de transportación. No firmamos absolutamente nada, ni
siquiera nos da boleto sin embargo se expresa la voluntad de
diversos modos produciéndose los efectos jurídicos
consecuentes( por ejemplo si ocurre algún tipo de accidente
atribuible al conductor, este no podrá argumentar que no suscribió
ningún contrato con el pasajero).

Los contratos reales son los que se constituyen por la entrega de


la cosa. Además de la voluntad expresada se debe entregar alguna
cosa.
Atentamos a la etimología, la palabra real deriva de res que
significa cosa. Contrato real es contrato con cosa, además de la
voluntad expresada se requiere la entrega de alguna cosa.
En algunas entidades federativas requieren en el contrato en
prenda que se entregue la cosa.

Los contratos formales en estos no basta en que la voluntad se


exprese, sino que esta voluntad debe estar manifestada en la forma
señalada en la ley, esta forma es un requisito de validez y no de
existencia, por tanto si yo celebro un contrato sin la forma
escrita que me señala la ley el acuerdo de voluntades existirá
pero no tendrá plena eficacia. Cualquiera de las partes podrá
reclamar ante la autoridad judicial que se revista de la forma
debida dicho acuerdo de voluntades.
En muchos países se exige que la compraventa de inmuebles sea a
través de un contrato escrito y ante notario público. Si nosotros
no celebramos el contrato de compraventa en forma escrita, ni ante
notario público pero tenemos otros medios de prueba que acrediten
la existencia de ese acuerdo de voluntades entonces cualquiera de
las partes podrá demandar a la otra para que le dé la forma al
contrato de compraventa, es decir que se celebre en escritura
pública. Si lo habíamos celebrado solo por escrito en una hoja de
papel, entonces no estaría cumpliendo la forma legal que consiste
en constar en escritura pública ante fedatario.
El contrato sin la forma legal exigida sí existe pero no surte
efectos(Nulidad relativa).
Los contratos solemnes son aquellos en donde además de la voluntad
se debe observar cierta solemnidad exigida en la ley. La
solemnidad no es otra cosa que una forma especial o específica
exigida en la ley. En vez de llamarle formalidad se le llama
solemnidad. La razón es porque si no está presente la solemnidad
este contrato no existe porque en la legislación y en la doctrina
la solemnidad se considera un elemento existencial de los
contratos. Si no existe la solemnidad no existe el contrato para
el cual se exige dicha forma específica.
Verbigracia:
Matrimonio y testamento.
Si no se cumple con la forma exigida en la ley se entiende que no
existen.
Para distinguir entre contrato formal y solemne puede afirmarse lo
siguiente:
La forma de los contratos es un requisito de validez pero no de
existencia en cambio la solemnidad sí es un requisito de
existencia en ella el acto jurídico no llega ni siquiera a
considerarse nacido.

Contratos principales y accesorios.

Los contratos principales encuentran su razón de ser, de existir,


en sí mismos, cumplen de manera autónoma su finalidad jurídica, su
finalidad económica, no dependen de ningún otro acto jurídico
para existir.
Verbigracia (Por ejemplo):
Contrato de compraventa, contrato de arrendamiento, contrato de
mutuo.

Los contratos accesorios a diferencia de los principales no pueden


subsistir por sí mismos, no se entiende su existencia sino
dependen de la existencia previa de otro contrato.
Ejemplos:
Contratos de garantía (Prenda, fianza e hipoteca).
Estos contratos de garantía sirven para garantizar, respaldar el
cumplimiento de una obligación principal. Si el banco le presta
dinero a un cuenta habiente a través de un contrato de mutuo o
préstamo mercantil el banco generalmente le va a exigir una
garantía hipotecaria, es decir un contrato de hipoteca en el cual
el cuenta habiente con algún inmueble respalde el cumplimiento de
su obligación de devolver el dinero en el contrato de mutuo o de
préstamo, si el cuentahabiente no paga lo que debe el banco con el
bien hipotecado se podría cobrar.
Si el contrato principal se extingue entonces el accesorio sigue
la suerte de aquél siguiendo el principio general del derecho de
lo accesorio sigue la suerte de lo principal.

Contratos instantáneos y de tracto sucesivo.

Los contratos instantáneos son aquellos que se crean y extinguen


en un solo acto. Una vez que se configura el acuerdo de voluntades
entre las partes contratantes la extinción o el cumplimiento a
través del pago se produce de manera inmediata.

Verbigracia:

Compraventa al contado.

Los contratos de tracto sucesivo, se crean en un primer acto, es


decir llegamos a un acuerdo de voluntades con la contraparte, pero
ese contrato no se extingue en ese mismo acto jurídico, no tiene
lugar en esa misma fecha el pago o extinción del mismo sino que de
acuerdo a lo pactado se irá cumpliendo de manera escalonada y de
manera sucesiva.
Verbigracia:
Compraventa en abonos.
Con los pagos se va extinguiendo gradualmente la obligación
contraída.

3.-ELEMENTOS ESENCIALES PARA LA EXISTENCIA DEL CONTRATO.


Elementos de existencia de los contratos.
Presupone la reunión de dos elementos y ocasionalmente de tres.
Tenemos al consentimiento y al objeto, ocasionalmente la
solemnidad.
¿Qué genera la falta de alguno de ellos?. El acto sería
inexistente.
Elemento consentimiento. Es un acuerdo respecto de las bases de un
contrato. Se integra de una oferta o policitación y de aceptación.
La oferta o policitación es el hecho de que una de las partes
proponga a otra las bases de un contrato.

Verbigracia:
Te vendo mi casa.
La aceptación es cuando aquél al que se le hizo la oferta decide
aceptar.
El consentimiento puede ser expreso o tácito. Es expreso cuando se
manifiesta verbalmente o por escrito o bien por signos
inequívocos.
En un vehículo si observamos en una de sus ventanillas el signo de
pesos esto es un signo inequívoco de la oferta.
El consentimiento tácito es aquél que resulta de hechos o de actos
que lo presupongan o que autoricen a presuponerlo excepto en los
casos que por la ley o por convenio la voluntad deba manifestarse
expresamente.
Por cuanto hace al objeto este se divide en directo e indirecto.
Objeto directo, es la conducta que debe observar o realizar el
obligado y que puede ser:
*Una conducta en que el obligado debe dar. Verbigracia. El
vendedor debe dar la casa o el auto. El obligado entregar la
cantidad de dinero, lo que se haya pactado como precio.
*Una conducta en que el obligado debe hacer. Verbigracia. Cuando
se contratan los servicios de un Arquitecto para remodelar una
vivienda.
*Una abstención, un no hacer. Es poco común, pero en algunos
contratos aparecen como en el arrendamiento que el nuevo ocupante
no va a subarrendar.
El objeto indirecto es la cosa material que en la conducta de dar
debe entregar precisamente el obligado. Verbigracia el VENDEDOR
debe entregar el objeto (inmueble o dinero)
La cosa objeto del contrato debe existir en la naturaleza.
Por ejemplo, un unicornio no puede ser objeto de un contrato
El objeto debe ser determinado en cuanto a su especie.
El objeto del contrato debe ser determinable.
El objeto debe estar en el comercio.
Las cosas futuras pueden ser objeto de un contrato sin embargo no
puede serlo la herencia de una persona viva aunque esta preste su
consentimiento.
Excepción hecha del caso de un artista, novelista o pintor, se
puede establecer en qué tiempo se entregará la obra, es un evento
futuro, aquí sí está permitido.
En la herencia no es el caso porque la persona titular de los
bienes puede hasta el último momento indicar quien se quedará con
sus bienes, modificar su voluntad.
El hecho positivo o negativo hacer o no hacer o dar objeto del
contrato debe ser posible y lícito.
La ley nos dice que ES IMPOSIBLE el hecho que no puede existir
porque es incompatible con una ley da la naturaleza o una norma
jurídica que debe regirlo necesariamente y que constituye un
obstáculo insuperable para su realización (Que una persona vuele
por sí misma, sin auxilio de ningún instrumento).
Un acto ilícito es así cuando hay normas que se vulneran el estado
de derecho o incluso las buenas costumbres.

TERCER ELEMENTO:

LA SOLEMNIDAD. Consiste en celebrar el acto ante los funcionarios


que la ley señala en pronunciar ciertas palabras o fórmulas en el
momento de celebración del mismo o en ambas cosas a la vez,
constituye una forma elevada al rango de existencia.
Verbigracia:
El testamento y el matrimonio.
Son los tres elementos de existencia de los contratos.
Consentimiento, el objeto y la solemnidad.
4. ELEMENTOS DE VALIDEZ DE LOS CONTRATOS.
1) La voluntad debe ser libre de vicios, si la voluntad no se
otorga con pleno consentimiento el acto no puede ser válido. Se
dice que la voluntad está viciada. Para que ésta sea eficaz esta
tiene que ser plena y libre.

1.1 VICIOS DE LA VOLUNTAD:


EL ERROR.- Es una falsa creencia de la realidad. Yo compro un
reloj que creo es de oro, me hacen caer en el error, estoy en una
falsa creencia de la realidad que determina la voluntad para
celebrar ese contrato. El error de hecho o de derecho invalida el
contrato cuando recae sobre el motivo determinante de la voluntad
de cualquiera de los que contrata.
El error de cálculo solo da lugar a que se rectifique el contrato.
Otro vicio de la voluntad es el dolo es cualquier sugestión o
artificio que se emplee para inducir a error o mantener en él
algunas de las partes que intervienen en el acto.
EL DOLO puede proceder de un contratante o de un tercero
beneficiando a uno de los contratantes para inducir a error o
mantener en él a alguna de las partes que intervienen.
Mala fe es el disimulo del error de uno de los contratantes, una
vez conocido este.
Si existe dolo o mala fe anulan el contrato.
Si ambas partes proceden con dolo, ninguna de ellas puede alegar
la nulidad del acto o incluso reclamarse indemnizaciones.

5. LA INTERPRETACIÓN DE LOS CONTRATOS

La interpretación de los contratos persigue averiguar la común


intención de los contratantes (“spectanda est voluntas”).
Los arts. 1851 al 1857 del Código civil establecen normas de
interpretación de los contratos..

La interpretación en sentido propio se distingue de la


integración, que persigue completar la regla contractual con
fuentes diversas de la voluntad en los casos en que existan
lagunas. La interpretación busca establecer lo querido por las
partes contratantes, la integración completar la voluntad de las
partes.

En las citadas normas existen criterios de interpretación


subjetiva y de interpretación objetiva.

Si los términos de un contrato son claros y no dejan duda sobre


la intención de los contratantes se estará al sentido literal de
sus cláusulas.

Si las palabras parecieren contrarias a la intención evidente de


los contratantes, prevalecerá ésta sobre aquéllas.

La primera regla de este precepto tiene como supuesto de hecho


que los términos del contrato sean claros y no dejen duda sobre
la intención de las partes, entonces se está al sentido literal,
porque en esta hipótesis los términos coinciden con la voluntad.
La segunda regla parte de que la intención de las partes sea
evidente, y, sin embargo, ciertas palabras parezcan contrarias a
ella, entonces prevalece la intención sobre esas palabras. Por
consiguiente, siempre prevalece la intención común de las partes,
una vez porque coincide con el sentido literal, y otra, a pesar
de que no coincida. Sin embargo, para que el sentido literal
quede descartado, tiene que ser evidente la intención común de
las partes, lo que significa que la carga de la prueba de esa
intención común contraria al sentido literal incumbe a quien la
alegue.

Entran en juego, entonces, los demás criterios de interpretación:


sistemático, lógico y finalista, que han de ser utilizados y
ponderados sin que a priori quepa atribuir prevalencia a uno u
otro.

La interpretación objetiva

Si en un punto determinado existiera divergencia en la voluntad


de las partes y, por consiguiente, no hubiera una intención
común, entonces se impondría una interpretación a favor de quien
haya entendido la declaración de voluntad conforme a su
significado objetivo.

Las personas se obligan por su voluntad o por su responsabilidad,


esto es, por la confianza que hayan suscitado en la otra parte.
Quien emite una declaración de voluntad con un sentido objetivo
determinado debe contar con que la otra parte la entienda en ese
sentido, y el declarante, no puede pretender después atribuirle
otro significado, salvo en los supuestos en que alegue y pruebe
su error como vicio del consentimiento o como error y estos sean
relevantes como tales por ser esenciales y excusables.

Naturalmente, el sentido objetivo de la declaración se impone en


caso de divergencia de voluntades, siempre que el destinatario de
la declaración no haya conocido el sentido peculiar que la otra
parte inicialmente atribuyera a su declaración. Si el
destinatario de la declaración conociera el error de la otra
parte al tiempo de prestar el consentimiento, la buena fe
impediría que invocara un sentido objetivo distinto del que la
otra parte quiso dar a su declaración.

En general, la hermenéutica persigue la comprensión de las


expresiones humanas y, por ello, es una labor subordinada a
ellas, y es muy importante evitar que el intérprete trate de
imponer su voluntad. Esto es lo que quieren expresar los
principios “in claris non fit interpretatio” o “cum in verbis
nulla ambiguitas est, non debet admitti voluntatis quaestio”.
“En lo claro, no procede la interpretación” o “cuando no existe
ninguna ambigüedad en las palabras, no se debe cuestionar la
voluntad”.

Los fundamentos de la tarea interpretativa de los contratos se


encuentran en los principios de Autonomía privada y de libertad
contractual.
La interpretación de los contratos debe cumplir con la función
propia de estos principios, que es justamente permitir a las
partes regular sus intereses como estimen conveniente dentro de
los límites que la ley establezca.

La importancia de la voluntad en los contratos es esencial, y


frente a ciertas limitaciones de su relevancia, conviene
observar, desde el punto de vista sustancial de la autonomía
privada y de la libertad contractual, que la justicia
conmutativa en el Derecho contractual se apoya en un
procedimiento en el que el consentimiento de las partes es
decisivo.

La meta de la interpretación es, por consiguiente, averiguar lo


querido por las partes, la intención común de ambas, pues la
función del contrato es primariamente permitir a las partes
establecer sus relaciones jurídicas tal como estimen conveniente.
En Ciudad de México se encuentran previstas las disposiciones
para el efecto de la interpretación de los contratos los
numerales que van del 1851 al 1857 del Código Civil para la
Ciudad, los cuales se sugiere consultar.

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