Documentos de Académico
Documentos de Profesional
Documentos de Cultura
Prieto, Mercedes
Linda D’Amico. Etnicidad y globalización: las otavaleñas en casa y en el mundo. FLACSO-Ecuador
/Abya Yala, Quito, 2014, 267 págs.
Iconos. Revista de Ciencias Sociales, núm. 51, enero-febrero, 2015, pp. 217-221
Facultad Latinoamericana de Ciencias Sociales
Quito, Ecuador
ta de historicidad en los procesos analizados–. Con estos antecedentes, lo que quiero en-
El tiempo, en esta mirada, es un “tiempo de fatizar es que Parsons es una mujer de su tiem-
los otros”, como dice Fabian3. po: ella deslindó una crítica feminista –que, a
Otra enseñanza de la época fue el impera- la fecha, solo tenía por delante a la sociedad
tivo de asegurar la ‘objetividad’ de las ciencias norteamericana– de su práctica disciplinaria.
deslindando la agenda política del antropólo- Asimismo, aceptó que la disciplina está embe-
go o antropóloga de la narración de los hechos. bida en la objetividad, el relativismo cultural e
Parsons acoge esta perspectiva y ello es espe- histórico y la necesidad de estudiar a grupos no
cialmente notorio si comparamos el trabajo de occidentales.
Parsons con el de Zora Neale Hurston. Zora Como señala D’Amico –visión que com-
es también una de las primeras antropólogas, parto–, Parsons aporta al dar especial aten-
igualmente alumna de Boas, de origen afro, ción a la maternidad en Peguche y visualizar
patrocinada por la propia Parsons. A diferen- a Rosa Lema como agente cultural. Es decir,
cia de Parsons, quien en su biografía revela las Parsons rompe con la relación unívoca entre
múltiples oportunidades que tuvo en su ca- cultura y ‘el hombre’ universal –que, en mu-
rrera para publicar, Zora se queja en muchas chas oportunidades, significaba un hombre
ocasiones de sus empleadores y colegas que no con ‘género masculino’–. Hace uso –si bien
la consideraban suficientemente ‘antropóloga’ no los analiza ni teoriza– de varios puntos de
porque mezclaba ficción con antropología. enunciación para entender la vida en Pegu-
Las dificultades de Zora para publicar parecen che y la de Rosa en la década de los cuarenta.
219
haber estado vinculadas a su ruptura con el Obtiene así una mirada compleja de Peguche
canon antropológico de la época sobre la obje- en la cual intervienen Rosa, su sirvienta, su
tividad. En la época contemporánea, Zora ha marido y sus hijos e hijas, los vecinos, el cura.
sido rescatada para la disciplina por la escrito- Con esto concluyo la primera parte de mi ar-
ra Alice Walker4. gumento sobre el anacronismo.
Parsons, al igual que el ‘padre’ fundador Sigo ahora con la segunda parte. Pare-
de la antropología, Bronislaw Malinowski, cería que, para D’Amico, en la medida en
sostiene que la maternidad es una relación que se encuentran dos mujeres sensibles a
particular a cada cultura, la cual la vincula, a las diferencias culturales, desparecen o se
su vez, al todo social. Se trata de una perspec- minimizan las relaciones de poder entre in-
tiva holística, cercana al funcionalismo, con la vestigador y sujetos y los múltiples contex-
que se trataba de subrayar que la maternidad tos de sentidos particulares. Así, D’Amico
no era un hecho biológico. En este sentido, asume la trasparencia del dato antropológi-
Parsons, y este es mi argumento, problematiza co y de las relaciones entre Parsons y Lema,
la maternidad, no el género. Parsons aporta a olvidando la necesaria reflexividad sobre el
la antropología desde esta perspectiva. No ol- proceso de conocimiento. Pienso que este
videmos que la disciplina estaba discutiendo vínculo representa, en cambio, una serie de
las relaciones entre sujeto y cultura. agendas, algunas explícitas y otras implíci-
tas, que hacen parte de algo como los ‘sig-
3 Johannes Fabian, Time and the Other: How Anthropol-
ogy Makes its Object (New York: Columbia University nos del tiempo’. Se trata de agendas muy di-
Press, 1983). ferenciadas, pero que parecen compartir la
4 Cynthia Davis y Verner D. Mitchel, An Annonated convicción de que la relación es provechosa
Bibliography of Works and Criticism (Lanham, MD:
Scarecrow Press, 2013).
para cada una de las actoras. Veamos algu-
como lo muestro en otro trabajo, el indige- pugnó el mestizaje se observa, por ejemplo,
nismo se nutrió de miradas interamericanas en Bolivia en el siglo XIX, en México a ini-
en las cuales intervienen pensadores y antro- cios del siglo XX y en Perú a mediados del
pólogos mexicanos, norteamericanos, andi- siglo XX. La mirada de varios indigenistas en
nos y centroamericanos, entre otros8. Cada la época analizada por D’Amico reconoce va-
espacio nacional tuvo propuestas particulares lores en los modos de vida indígenas.
sobre lo indígena. El indigenismo que pro-
Mercedes Prieto
8 Mercedes Prieto, “Indigenismo: la red interamerica- Profesora, Facultad Latinoamericana de
na”, en Ecuador y México. Vínculo histórico e inter-cul-
tural (1820-1970), ed. Juan Fernando Regalado (Qui- Ciencias Sociales, Ecuador
to: Museo de la Ciudad, 2010), 250-264.
221