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Guia 3. Taller 3 y 4
CONCEPTUALIZACIÓN: GradO: DECIMO
1. Factor heredado: Hay unos elementos que recibimos de nuestros padres; el temperamento, las pasiones, los defectos
o cualidades físicos y las limitaciones o las capacidades psíquicas. Estos elementos son los más personales y profun dos.
Definen mucho nuestra forma de ser.
Podemos mejorarlos o limarlos con la formación personal, dando un color especial a nuestra personalidad por toda la
vida.
Por ejemplo, una joven chaparrita, un joven con siete hermanos o un bebé muy enfermizo tendrán obviamente una
personalidad muy diferente a la de una joven alta, un hijo único o un bebé sin problemas de-salud. ¿Cuál es mejor?
Ninguna. Todas las personas tenemos defectos y cualidades, ventajas y obstáculos. Pero es bueno conocer cuáles puntos
positivos y cuáles negativos hemos heredado.
2. Factores adquiridos del ambiente: recibimos a lo largo de la vida, sobre todo durante los cuatro primeros años,
adquirimos costumbres, cultura, una forma de ver la vida (que llamamos cosmovisión), los modales de trato o la
formación de comunicación con los demás. Recibimos estos elementos de la familia durante la infancia en un 70%; en un
20% de la escuela; y en un 10% de las amistades o la sociedad. Hoy, está aumentando el influjo de la televisión por la
cantidad de horas gastadas por los niños ante el televisor y los videos juegos.
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Con el paso del tiempo, el influjo de la familia y de la escuela disminuyen y crece el de las amistades y del ambiente.
Pero la familia es el elemento clave. No se extrañe, pues, encontrar más problemas en niños con ambiente familiar
conflictivo que en niños de familias estables.
3. Experiencias personales: Hay situaciones muy particulares que forjan el perfil de cada persona. No se heredan, ni
vienen del ambiente: se viven en primera persona. Y son de dos tipos: las decisiones y los accidentes.
Las decisiones personales dejan una profunda huella: dejar el estudio por iniciar un trabajo: casarse; elegir un grupo de
amistades… Son decisiones que marcan un rumbo para todo el futuro, a veces, las situaciones que dejan huella vienen
de fuera. Los accidentes. Pueden ser totalmente imprevistos: un choque de carros, un asalto: o podemos tener cada uno
parte en la decisión que ocasioné la situación imprevista: un embarazo no deseado, la elección del trabajo…Estas
experiencias marcan a persona para toda la vida. No tienen siempre resultados negativos. Aún las situaciones molestas y
conflictivas, pueden aprovecharse para madurar, para aprender o para rectificar.
La constitución política de 1991 en el artículo 16 establece que toda persona tiene derecho al libre desarrollo de su
personalidad sin más limitaciones que las que imponen los derechos de los demás y el orden jurídico. Toda institución
educativa deberá incorporan dentro de sus modelos educativos acciones pedagógicas que favorezcan el desarrollo
equilibrado en la toma de decisiones, adquisición de criterios, asunción de responsabilidades, solución de conflictos y
habilidades para la comunicación, la negociación y la participación.
Hace unos años, Vladimiro Naranjo un miembro de la corte constitucional hizo una ponencia magistral, sobre lo que es
el libre desarrollo de la personalidad. Planteaba que la personalidad es la trascendencia de la persona; en virtud de ella
exterioriza su modo de ser, que es único e irrepetible. La personalidad es la singularización, el distintivo de la persona.
Por tanto, el desarrollo de la personalidad ha de entenderse como la realización del proyecto vital, que para sí tiene el
hombre como ser autónomo. La esencia del libre desarrollo de la personalidad como derecho, es el reconocimiento que
el Estado hace de la facultad natural de toda persona a ser individualmente como quiere ser, sin coacción, ni controles
injustificados o impedimentos por parte de los demás. El fin de ello es la realización de las metas de cada individuo de la
especie humana, fijadas autónomamente por él, de acuerdo con su temperamento y su carácter propio.
Lo más interesante de la ponencia es cuando plantea y, no es un enfoque religioso sino jurídico, que el libre desarrollo
de la personalidad no es un derecho absoluto, es un derecho relativo, y por lo tanto ninguna persona alegando su libre
desarrollo de la personalidad puede destruirse a sí misma, perjudicarse a sí misma. El libre desarrollo de la personalidad
solo opera en aquellas cosas que beneficien el desarrollo cabal e integral de la persona.
El ayudador. Desea ser amado, necesitado y apreciado, por eso se orienta a los demás. Es generoso, suele colaborar o
seducir para conseguir lo que necesita. Precisa ser correspondido.
El triunfador. Quiere sentirse valioso y deseable. Está seguro de sí mismo, con gran habilidad social, es un buen
comunicador, altamente competitivo, vanidoso y exitoso.
El romántico. Busca crear y rodearse de cosas bellas, suele sentir lo contrario que el grupo (individualista). Es romántico,
creativo, temperamental, sensible y compasivo, tiene la profunda necesidad de conmover. Busca un salvador.
El investigador. Aspira a obtener conocimiento y entender lo que le rodea. Es introvertido, curioso, no le gusta el
contacto físico, pero crea cosas increíbles para los demás.
El leal. Anhela tener seguridad y tranquilidad, es miedoso, suele dudar y desconfiar de todo e intentar prevenir futuros
problemas. Cautivador, reactivo y práctico.
El entusiasta. Ansía mantener su libertad, evitar el aburrimiento y el dolor. Le encanta las nuevas experiencias y tener
siempre opciones, no le gusta los límites. Es alegre, optimista y confiado.
El desafiador. Ambiciona tener el control de las situaciones, probar su fuerza y resistir la debilidad. Es autoritario,
dominante, vengativo, rebelde, apasionado, decidido y autónomo.
El pacificador. Intenta crear y mantener estabilidad a su alrededor. Es humilde, conformista, amable, modesto,
bondadoso, distraído, olvidadizo y apático.