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✞ ✞ ✞ Padre, en Tus manos abandono mi vida y todo mi ser, para que me vacíes de todos
los pensamientos, palabras, obras, deseos e imágenes que me separan de Ti.
Calma mi sed y sacia mi hambre, lléname de Ti. Con humildad te entrego mi intención
de consentir tu Presencia y acción en mí, sáname, transfórmame, hazme de nuevo.
Ahora mismo anhelo y te pido a nombre de tu Hijo Jesús que me des al Espíritu Santo;
pues ya dispuesta mi alma, por tu gracia y misericordia; espera la luz que abra mi
mente y mi corazón para escucharte y ahí en mi meditación dejarme encontrar,
sorprender, seducir, tocar, y guiar por Ti.
Dime lo que quieres de mi para hacer Tu voluntad y no la mía. Dame el don de la
contemplación y la gracia para ver, aceptar y perseverar sin apegos, en este camino
hacia la Gloria.
✞ ✞ ✞ Señor Jesús, que tu Espíritu, nos ayude a leer las Sagradas Escrituras en el mismo
modo con el cual Tú la has leído a los discípulos en el camino de Emaús.
Con la luz de la Palabra, escrita en la Biblia, Tú les ayudaste a descubrir la presencia de
Dios en los acontecimientos dolorosos de tu condena y muerte. Así, la cruz, que parecía
ser el final de toda esperanza, apareció para ellos como fuente de vida y resurrección.
Crea en nosotros el silencio para escuchar tu voz en la Creación y en la Escritura, en los
acontecimientos y en las personas, sobre todo en los pobres y en los que sufren.
Tu palabra nos oriente a fin de que también nosotros, como los discípulos de Emaús,
podamos experimentar la fuerza de tu resurrección y testimoniar a los otros que Tú
estás vivo en medio de nosotros como fuente de fraternidad, de justicia y de paz. Te lo
pedimos a Ti, Jesús, Hijo de María, que nos has revelado al Padre y enviado tu Espíritu.
Amén
✞✞✞
Jesús, enséñame a gustar la infinitud del Padre. Háblame, Señor Jesús, acerca del
Padre. Hazme niño para hablarme de él como los padres de la tierra conversan con sus
pequeños; hazme amigo tuyo para hablarme de él como hablabas con Lázaro en la
intimidad de Betania; hazme apóstol de tu palabra para decirme de él lo que
conversabas con Juan; recógeme junto a tu Madre como recogiste junto a ella a los doce
en el Cenáculo..., lleno de esperanza para que el Espíritu que prometiste me hable
todavía de él y me enseñe a hablar de él a mis hermanos con la sencillez de la paloma y
el resplandor de la llama (G. CANOVAI, Suscipe Domine).
“JESÚS: TE PIDO LA GRACIA DE CREER EN TÍ”
«Jerusalén. Se celebra la conmemoración de la dedicación del templo»
1 RITOS INICIALES
✞ ✞ ✞ Antífona de entrada Ap 19, 7. 16
Alegrémonos y gocemos y démosle gracias, porque reina el Señor, nuestro Dios, dueño
de todo. Aleluya.
Nos reunimos en el Nombre del Padre, del Hijo y del Espíritu Santo. Amén.
✞ ✞ ✞ Saludo al altar y pueblo congregado
• Señor, te doy gracias por el don de mi vida. Gracias por haberme hecho hijo tuyo.
Gracias por todos los dones que día a día me das. Perdona las veces que no he
correspondido a tu amor. Ayúdame a amarte cada vez más y más. Te pido aumentes mi
fe, mi esperanza y mi caridad. Inflama mi corazón de un celo ardiente por la salvación
de las almas y por la extensión de tu Reino.
• Aquí estoy, Señor, nuevamente para compartir contigo, para conocerte más y dejarme
iluminar por tu Palabra. Te pido que me ayudes a acercarme con humildad,
reconociendo mis debilidades, consciente de que no siempre respondo a tu llamada pero
con la disposición de cambiar, de crecer y seguir tu voz de ahora en adelante.
✞ ✞ ✞ Acto penitencial
El Señor Jesús, que nos invita a la mesa de la Palabra y de la Eucaristía, nos llama ahora
a la conversión. Reconozcamos nuestra indignidad, debilidad, y nuestros pecados e
invoquemos con esperanza la misericordia de Dios.
Jesucristo, el justo, intercede y nos reconcilia con el Padre. Abramos, pues, nuestro
espíritu al arrepentimiento. … Un poco de silencio…
• Perdón Señor porque frente a tu generoso amor, vuelvo a caer en mis debilidades,
pecados y faltas; con sincero arrepentimiento me comprometo a no caer más, a
cooperar con la Gracia que bondadosamente me entregas para ser cada día más santo,
cada día más fiel a tu amor, te pido que me fortalezcas constantemente para poder
mantenerme siempre en tu camino.
¡Señor, ten piedad! ¡Cristo, ten piedad! ¡Señor, ten piedad!
✞ ✞ ✞ Oración Colecta:
2 LITURGIA DE LA PALABRA
✞ ✞ ✞ Primera lectura: Hechos de los Apóstoles 11, 19-26
Meditatio
Este pasaje de nuevo nos muestra cómo una situación que en sí misma es triste y
dolorosa, como es el martirio de Esteban, se convierte, por la gracia de Dios, en fuente
de bendición para muchos.
Gracias a la persecución que se desata en Jerusalén contra los discípulos de Jesús por
parte de las autoridades judías, es como el Evangelio sale de la ciudad para llegar a la
que en ese tiempo sería la tercera ciudad romana en importancia. Y es que Dios se vale
de todos los acontecimientos de nuestra vida, incluso de los que consideramos
desagradables -casi podríamos decir que principalmente de éstos-, para que el mensaje
del Evangelio llegue a aquellos que no lo conocen o no lo aman.
De nosotros sólo espera docilidad a su Espíritu y que, confiando plenamente en su amor,
hablemos a los demás del Evangelio. Deja que Dios convierta todo acontecimiento en tu
vida en una oportunidad para que él sea más conocido y más amado.
Oratio
MUCHO TIEMPO HE TENIDO MIEDO A LAS COSAS NEGATIVAS EN MI VIDA, SEÑOR,
PERO HOY ENTIENDO QUE TÚ TE VALES DE TODO ESO PARA PROPAGAR TU
EVANGELIO. POR ESO, JESÚS, Y A PESAR DE CUALQUIER COSA, TE OFREZCO MIS
PROBLEMAS, SITUACIONES DIFÍCILES Y CRISIS PARA QUE TU GLORIA SE MANIFIESTE,
SÓLO TE PIDO TU GRACIA PARA MANTENERME EN PIE Y DANDO UN BUEN TESTIMONIO
DE TU ACCIÓN EN MI VIDA.
Actio
Este día enfrentaré las dificultades que se me presenten y dejaré de evadir aquellas de
las que me he estado escondiendo.
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• Lo que Pedro realizó con Cornelio lo llevan a cabo también los discípulos perseguidos y
dispersados y, además, a gran escala. Los helenistas, expulsados de Jerusalén, se
transforman en misioneros y predican en Samaría, Fenicia, Chipre y Antioquía,
dirigiéndose asimismo a los griegos, es decir, a los paganos. Antioquía, situada en la
parte septentrional de Siria, junto al Mediterráneo, aparece como el lugar privilegiado de
la misión a los paganos, como polo de difusión del «nuevo camino» entre los griegos. Es
también el lugar donde percibe la gente la nueva realidad representada por los
cristianos, su diferencia respecto a los judíos, su identidad específica y, por
consiguiente, el nuevo nombre. Pero Jerusalén vigila: las mismas reservas que
aparecieron respecto a la actuación de Pedro surgen ahora con respecto a la comunidad
de Antioquía. Y se envía una «inspección». Afortunadamente, se escoge al hombre justo,
Bernabé, que no por nada recibe el nombre de «hombre que infunde ánimo», el cual,
por encontrarse «lleno del Espíritu Santo», estaba en condiciones de discernir la obra del
mismo Espíritu y de comprender sus caminos. Y, por consiguiente, de animar a
perseverar en el camino emprendido. Se presenta a Bernabé con gran simpatía: no sólo
sabe ver la dirección de la historia de la salvación, sino comprender también que hacen
falta hombres justos para secundar la acción del Espíritu. Por eso no se queda mano
sobre mano, sino que se va a «repescar » a Pablo, olvidado en Tarso, pero ahora
maduro para las grandes empresas misioneras, y lo introduce en el clima vivaz y
dinámico de Antioquía.
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Pertenencia. Cesárea era todavía Palestina. Pero la tormenta que se había desatado
sobre la Iglesia de Jerusalén había dispersado a los creyentes. Los griegos, sobre todo,
habían vuelto a su país de origen. En Antioquía, algunos de ellos hablaron a los griegos.
Antioquía era una ciudad importante, capital de un departamento de ultramar, Siria, que
englobaba Jerusalén. Pero era una ciudad podrida...
Para el futuro de la Iglesia es una revolución. Hasta ese momento se había admitido a
algunos paganos, excepcionalmente, en la comunidad, pero ahora los misioneros se
hacen griegos con los griegos, y el Señor «les presta ayuda». En la gran ciudad pagana
nace una nueva Iglesia, independiente del judaísmo. La opinión pública no se equivoca y
da, por vez primera, a los discípulos el nombre de «cristianos».
También en Jerusalén se dan cuenta de que el viento ha cambiado. Los apóstoles envían
a Bernabé a que se informe de la situación, y sus conclusiones van a estar a la altura del
acontecimiento: partirá hacia Tarso en busca de Pablo.
Aun cuando falten algunos elementos, el salmo 86 está emparentado con los cánticos de
Sión. Celebra a Jerusalén, la ciudad elegida por Yahvé y que para los cristianos es la
Iglesia madre, la comunidad cuyo testimonio de fe ha franqueado las fronteras para
conducir a los hombres a Dios.
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1. Cristianos...
1.1 Nombre glorioso que enlaza mi nombre pequeño al Nombre inmenso de mi
Salvador; "cristiano" me llamo, por gracia, y busco que todo se postre reverente a Cristo
Señor.
1.2 "Cristiano" bien significa qué Sangre limpió mis culpas y pagó por mi salvación; por
eso un canto es mi vida, una canción que perdura, como perdura su amor.
1.3 De la lejana Antioquía me llaman "hombre de Cristo", porque respiro la fe; como la
Virgen María, como Pablo y los discípulos hoy puedo decir: "Amén".
1.4 ¡Oh Cristo, Señor Glorioso, que tu Nombre has compartido, compadécete de mí!
¡Haz que te agrade en todo, que en todo sea tu discípulo y te contemple sin fin!
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La comunidad cristiana sigue predicando entre los judíos y también lleva su mensaje a
otros pueblos. Poco a poco comienza a distinguirse del resto de los judíos, y ya se los
reconoce con el nombre de cristianos. La comunidad está formada por aquellos que han
reconocido que Jesús de Nazaret es el Cristo.
✞ ✞ ✞ Salmo
Sal 86,1-3.4-5.6-7
R/. Alabad al Señor, todas las naciones.
Él la ha cimentado sobre el monte santo; y el Señor prefiere las puertas de Sión a todas
las moradas de Jacob. ¡Qué pregón tan glorioso para ti, ciudad de Dios!
R/. Alabad al Señor, todas las naciones.
«Contaré a Egipto y a Babilonia entre mis fieles; filisteos, tirios y etíopes han nacido
allí». Se dirá de Sión: «Uno por uno todos han nacido en ella; el Altísimo en persona la
ha fundado».
R/. Alabad al Señor, todas las naciones.
El Señor escribirá en el registro de los pueblos: «Éste ha nacido allí». Y cantarán
mientras danzan: «Todas mis fuentes están en ti».
R/. Alabad al Señor, todas las naciones.
✞ ✞ ✞ Aleluya
Aleluya Jn 10, 27
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
V. Mis ovejas escuchan mi voz –dice el Señor–, y yo las conozco, y ellas me siguen.
R. Aleluya, aleluya, aleluya.
✞ ✞ ✞ “Padre, dame tu bendición”: “El Señor esté en tu corazón y en tus labios, para que anuncies
dignamente su Evangelio en el nombre del Padre y del Hijo y del Espíritu Santo”
Juan 10:22-24.
“Y se hacía la fiesta de la dedicación en Jerusalén” (v. 22ª). Este evangelio
presenta mucho de la enseñanza de Jesús y los resultados de las controversias como
ocurriendo los sábados o en los días de festivales como la Pascua y los Tabernáculos.
El festival de la Dedicación es ahora mejor conocido como el festival de Chanikah o
Hanukkah, y se observa durante ocho días en el mes de Chislev, muy cerca de lo que
para nosotros es Navidad. Esta fiesta conmemora el triunfo de Judas Macabeo (judío)
sobre Antíoco Epífanes (sirio) durante 164-165 a.C. Antíoco había tratado de imponer la
filosofía y religión griega a los judíos. Al fracasar, atacó Jerusalén, saqueó el tesoro del
Templo, y profanó el altar al sacrificar cerdos sobre él. Judas Macabeo y sus hermanos
reunieron un ejército, liberaron a la nación, limpiaron el Templo, y volvieron a dedicar el
altar. El festival de la Dedicación, que se celebra encendiendo lámparas y con alegría,
conmemora la re-dedicación del altar.
“Era invierno; Y Jesús andaba en el templo por el portal de Salomón” (vv. 22b–
23). Aparentemente Jesús había estado en Jerusalén desde la fiesta de los
Tabernáculos, dos meses antes (7:2, 37). Debido a que era invierno, Jesús estaba
enseñando bajo techo y no al aire libre. Sus opositores hallaron que este era un lugar
propicio para atrapar a Jesús y forzarlo a que hiciera declaraciones que lo incriminaran
(Gossip, 631-632).
El lugar es importante. Para los judíos el Templo representaba la presencia de dios. “El
evangelio de Juan presenta a Jesús como siendo lo que el templo representaba. Jesús es
la misma presencia de Dios. El proclamó ‘Yo y el Padre uno somos’ (10:30)” (Lindberg,
52).
“Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente” (v. 24). Era un desafío hostil, diseñado
para forzar a Jesús decir cosas que pudieran usar en su contra. Cualquier cosa que Jesús
pudiera decir y sería usado en su contra. El asunto de la mesianidad de Jesús ya había
sido levantado previamente en este evangelio:
• Al ver a Jesús enseñar sin oposición de las autoridades, la gente preguntaba “¿si
habrán entendido verdaderamente los príncipes, que éste es el Cristo?” (7:26).
• La gente respondió a los milagros de Jesús preguntando “El Cristo, cuando viniere,
¿hará más señales que las que éste hace?” (7:31).
• Ellos creían que él era el Mesías excepto porque venía de Galilea más que de Belén
(7:41-43).
• Sus opositores preguntaron “¿Tú quién eres?” (8:25) y “¿Quién te haces a ti mismo?”
(8:53).
• Los padres del ciego a quien Jesús había sanado tenían miedo porque “ya los Judíos
habían resuelto que si alguno confesase ser él el Mesías, fuese fuera de la sinagoga”
(9:22).
Juan 10:25-30. Os lo he dicho, y no creéis
Jesús no contesta reclamando el título de Mesías para sí, porque sus interrogadores han
venido buscando no la verdad, sino pruebas para condenarlo. No solamente han
ignorado la evidencia de sus obras, sino que han buscado volverlas en su contra (5:10-
18; 9:13-34). “Como Crisóstomo lo decía, ellos no creen, no porque Jesús no fuera un
pastor, sino porque ellos no eran ovejas” (Craddock, et. al., 248). Ellos son a quienes
Jesús ha identificado como ladrones, bandidos y asalariados que han venido para “hurtar
y matar y destruir” (10:10a). Así que, se opusieron a Jesús, que había venido “para que
tengan (mis ovejas) vida, y para que la tengan en abundancia” (10:10b). Los ladrones y
bandidos no pueden soportar a un buen pastor, porque un buen pastor no los deja
cometer sus fechorías.
Jesús también resiste el título de Mesías porque la idea popular distorsionaba su
verdadero significado. “Muy frecuentemente para quienes cuestionan ‘Mesías’ tenía un
significado nacionalista y político que Jesús no quería promover” (Brown, 406).
Cristo tiene opositores hoy día que ignoran la evidencia de vidas cambiadas y buenas
obras hechas por la iglesia entre los pobres y vulnerables. Observen cómo se presenta a
la iglesia en las películas y la televisión. Muy pocas veces se les trata con simpatía.
Generalmente se les representa negativa y condenatoriamente o son usados para
bromas. Ser conocido como cristiano en una Universidad requiere de valor, porque
frecuentemente se desalienta la fe en los círculos académicos. La prensa y las cortes a
veces son hostiles a la iglesia. Hermanos y hermanas cristianos son perseguidos y
muertos en muchos países alrededor del mundo por su fe.
Sin embargo, debemos recordar que la fe es menos fácilmente abandonada por la
hostilidad que por demasiada comodidad. La sangre de los mártires en verdad es la que
riega la semilla de la iglesia. Los más serios enemigos de Cristo son quienes solamente
llevan su nombre pero de mala manera, es decir, que proclaman el “evangelio de la
prosperidad” en lugar de la cruz, o que predican el amor pero no aman, o que manchan
sus vestiduras con su inmoralidad.
Juan 10:27-29. Mis ovejas oyen mi voz
Vida eterna en este evangelio no se refiere a la longevidad, sino a la vida que se vive en
la presencia de Dios. “Esta empero es la vida eterna: que te conozcan el solo Dios
verdadero, y a Jesucristo, al cual has enviado” (17:3). Esto involucra una “reorientación
de quien conoce, un cambio de lugar de una comunidad a otra…” (Cousar, et.al. 304).
Los opositores de Jesús están acostumbrados a formas familiares, y no se arriesgarán a
ver en nuevas direcciones o abrazarán un nuevo tipo de Mesías de tal manera que
puedan disfrutar de la vida eterna que Jesús ofrece.
La seguridad que Jesús ofrece no es seguridad como el mundo la conoce. Las ovejas no
perecerán y nadie las arrebatará de la mano de Jesús, pero muchos morirán por su fe, o
perderán sus trabajos, o se les negarán oportunidades, o sufrirán el ridículo. Pero lo que
no perderán será su relación con el Padre y el Hijo o la salvación que esa relación trae.
“Mi Padre que me las dio, mayor que todos…” (v. 29a). Smith nota que “Otros
antiguos manuscritos dicen ‘mi Padre… es más grande que todos’” que le da un mejor
sentido. ¿Es el Padre o aquellos a quienes el Padre da que es más grande que todos?”
¡Uno no puede imaginar que las ovejas sean ‘más grandes que todo”!” (Smith, 211).
Hay una tensión en este evangelio entre la fe y la elección. “Creer es pertenecer a
quienes escuchan la voz de Jesús y reciben la vida eterna (cf. 5:24), pero uno no puede
escuchar la voz de Jesús a menos que una le sea dada por Dios…” (O’Day, 676). A pesar
de esto, se deja a la gente que sea responsable por sus acciones.
Juan 10:30-31. Uno somos
“Yo y el Padre una cosa somos” (v. 30). Esta es una frase inflamatoria. De hecho, si
Jesús no es el Mesías, estas son palabras blasfemas. Aquí se nos recuerda de las
palabras de apertura de este Evangelio, “En el principio era el Verbo, y el Verbo era con
Dios, y el Verbo era Dios. 2Este era en el principio con Dios” (1:1-2). Después Jesús
orará que sus discípulos “Para que todos sean una cosa; como tú, oh Padre, en mí, y yo
en ti, que también ellos sean en nosotros una cosa: para que el mundo crea que tú me
enviaste” (17:21). En el corazón de este evangelio está la relación entre el Padre y el
Hijo. Jesús ora para que sus discípulos se conviertan en parte de esta unidad.
“Entonces volvieron a tomar piedras los Judíos para apedrearle” (v. 31). Sin
embargo, ellos no pueden matarlo. Cuando su hora llegue, él perderá su vida
voluntariamente.
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1) Oración inicial
Te pedimos, Señor todopoderoso, que la celebración de las fiestas de Cristo resucitado
aumente en nosotros la alegría de sabernos salvados. Por nuestro Señor.
2) Lectura
Del Evangelio según Juan 10,22-30
3) Reflexión
• Los capítulos de 1 a 12 del evangelio de Juan son llamados “El libro de las Señales”. En
ellos acontece la revelación progresiva del Misterio de Dios en Jesús. En la misma
medida en que Jesús va haciendo la revelación, crecen la adhesión y la oposición hacia
él según la visión con que cada cual espera la llegada del Mesías. Esta manera de
describir la actividad de Jesús no es sólo para informar cómo la gente seguía a Jesús en
aquel tiempo, sino también y sobre todo cómo debemos seguirle hoy nosotros, sus
lectores y lectoras. En aquel tiempo, todos esperaban la llegada del Mesías y tenían sus
criterios para poderle reconocer. Querían que fuera como ellos se lo imaginaban. Pero
Jesús no se somete a esta exigencia. Revela al Padre como es el Padre y no como le
gustaría a los oyentes que fuera. Pide que nos convirtamos en nuestra manera de
pensar y actuar. Hoy también, cada uno de nosotros tiene sus gustos y preferencias. A
veces, leemos el evangelio para ver si allí encontramos la confirmación de nuestros
deseos. El evangelio de hoy arroja luz al respecto.
• Juan 10,22-24: Los Judíos interpelan a Jesús. Hacía frío. Mes de octubre. Fiesta
de la dedicación que celebraba la purificación del templo hecha por Judas Macabeo (2Mc
4,36.59). Era una fiesta bien popular de muchas luces. Jesús camina por la explanada
del Templo, en el Pórtico de Salomón. Los judíos le preguntan: "¿Hasta cuándo vas a
tenernos en vilo? Si tú eres el Cristo, dínoslo abiertamente". Ellos quieren que Jesús se
defina y que ellos puedan comprobar, desde sus criterios, si Jesús es o no es el Mesías.
Quieren pruebas. Es la actitud de quien se siente dueño de la situación. Los novatos
deben presentar sus credenciales. De lo contrario, no tendrán derecho a hablar y a
actuar.
• Juan 10,25-26: Respuesta de Jesús: las obras que hago dan testimonio de mí. La
respuesta de Jesús es siempre la misma: "Ya os lo he dicho, pero no me creéis. Las
obras que hago en nombre de mi Padre son las que dan testimonio de mí; pero vosotros
no creéis porque no sois de mis ovejas.” No se trata de dar pruebas. No adelantaría
nada. Cuando una persona no quiere aceptar el testimonio de alguien, no hay prueba
que tenga para que piense de otra forma. El problema de fondo es la apertura
desinteresada de la persona hacia Dios y hacia la verdad. Donde hay esta apertura,
Jesús es reconocido por sus ovejas. “Todo hombre que está de parte de la verdad
escucha mi voz” dirá Jesús más tarde ante Pilatos (Jn 18,37). Esta apertura estaba
faltando en los fariseos.
• Juan 10,27-28: Mis ovejas conocen mi voz. Jesús retoma la parábola del Buen
Pastor que conoce sus ovejas y él es conocido por sus ovejas. Este mutuo entendimiento
- entre Jesús que viene en nombre del Padre y las personas que se abren a la verdad –
es fuente de vida eterna. Esta unión entre el creador y la criatura a través de Jesús,
supera la amenaza de muerte: “¡No perecerán jamás y nadie las arrebatará de mis
manos!” Están a salvo y, por ello, en paz y en plena libertad.
• Juan 10,29-30: Yo y el Padre somos uno. Estos dos versículos abordan el misterio
de la unidad entre Jesús y el Padre: “El Padre, que todo me ha entregado, es mayor que
todos. Y nadie puede arrebatar nada de las manos del Padres. El Padre y yo somos uno”.
Esta y varias otras frases nos dejan entrever algo de este misterio mayor: “Quien me ve
a mí ve al Padre” (Jn 14,9). “Yo estoy en el Padre y el Padre está en mí” (Jn 10,38). Esta
unidad entre Jesús y el Padre no es automática, sino que es fruto de la obediencia: “Yo
hago siempre lo que al Padre le agrada” (Jn 8,29; 6,38; 17,4). “Mi alimento es hacer la
voluntad del Padre” (Jn 4,34; 5,30). La carta a los Hebreos dice que Jesús tuvo que
aprender, por el sufrimiento, lo que es ser obediente (EEB 5,8). “Fue obediente hasta la
muerte y la muerte de Cruz” (Fil 2,8). La obediencia de Jesús no es disciplinar, sino que
es profética. Obedece para ser total transparencia y, así, ser revelación del Padre. Por
esto podía decir: “¡El Padre y yo somos uno!” Fue un largo proceso de obediencia y de
encarnación que duró 33 años. Comenzó con el Sí de María (Lc 1,38) y terminó con
“¡Todo está consumado!” (Jn 19,30).
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Nosotros pertenecemos a Jesús porque Jesús pertenece al Padre. Somos una sola cosa
con Jesús porque Jesús es una sola cosa con el Padre. Creemos en las obras de Jesús
porque Jesús realiza las obras del Padre.
Jesús quiere establecer conmigo la misma relación que él tiene con el Padre. Por eso
escucho su voz, que es eco de la voluntad del Padre. Por eso le sigo, porque él me
conduce al Padre. Por eso me aferró a él, para no perecer nunca, porque sé que me
conduce al Padre.
Las afirmaciones de Jesús son imponentes, en especial para un judío: dice que es uno
con el Padre, con Dios, con el Altísimo, con el creador del cielo y de la tierra, con el ser
que está por encima de todos los otros seres. Éstas y otras afirmaciones,
particularmente numerosas en el evangelio de Juan, sorprenden, aturden, dejan sin
aliento, y así debió de ocurrirles a sus interlocutores.
También hoy le ocurre lo mismo a quien se queda perplejo frente a tamaña pretensión o
presunción o luz deslumbrante. Pero Juan no atenúa nada, no hace descuentos; procede
sobre la cresta de afirmaciones que dan vértigo, que requieren valor, pero que también
permiten «no perecer para siempre». Precisamente porque toman su luminosidad de la
luz misma de Dios.
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No hay reflexión.
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¿Sé escuchar tu voz cuando me llamas? Son tres las características que pones a las
ovejas que son de tu rebaño. La primera es que ellas escuchan tu voz, la segunda es
que Tú las conoces, la tercera es que ellas te siguen. Hoy quisiera preguntarme delante
de ti si soy, según estas características, oveja de tu rebaño. Yo quiero, Señor, ser una
de tus ovejas. Ésa de la que te preocupas, las cuidas, la alimentas, las proteges. Dame
la gracia de ser oveja de tu redil y jamás salirme de allí.
¿Sé escucharte en mi vida? Obviamente que no me hablas con una voz física, con
apariciones espectaculares, o grandes visiones. No. Tú generalmente hablas de otra
manera. Pero siempre hablas. Tal vez, soy yo quien no te escucha. Tú me hablas a
través de las Sagradas Escrituras, del sacerdote, de mis padres, de mis superiores. Me
puedes hablar también por medio del buen consejo de un amigo, de un bello paisaje de
la naturaleza o incluso en aquel suceso que puedo considerar casualidad. Siempre me
hablas, sólo necesito escucharte.
¿Me conoces, Señor? Sobre esto creo que no hay dudas. Nadie me conoce mejor que Tú.
Me conoces incluso más que yo mismo. En otro pasaje que hablas de las ovejas, dices
que las llamas por el nombre. Esto me ilumina. Me conoces por mi nombre. No hay
confusión de personas en tus designios. Me conoces por mi nombre, por lo más mío de
mí. No me conoces por un número, por mis cualidades o pecados, por mis obras buenas
o las malas. Tampoco me conoces por la ropa que llevo, el trabajo que tengo o las cosas
que uso. Me conoces en lo más íntimo, me conoces tal y como soy, y no en las
apariencias.
¿Te estoy siguiendo? Una cosa es escucharte, Señor, y otra es dar el paso, dejarlo todo
y seguirte. No basta con escuchar, es necesario ponerse en marcha. Seguirte es
imitarte, conocerte, amarte. Seguirte es ir contigo, acompañarte, sufrir contigo, tomar la
cruz. Seguirte es amar al prójimo, cuidar tus dones, cumplir tus consejos. Seguirte es
ver a quien camina adelante limpiando el camino, protegiendo, guiando.
Dame la gracia, Jesús de confiar en ti porque Tú has dicho que nadie puede arrebatarme
de tu mano. Cuida siempre de mí y jamás permitas que me salga de tu redil.
• «Estas palabras nos ayudan a comprender que nadie puede decirse seguidor de Jesús
si no escucha su voz. Y este “escuchar” no hay que entenderlo de una manera
superficial, sino comprometedora, al punto que vuelve posible un verdadero
conocimiento recíproco, del cual puede surgir un seguimiento generoso, expresada en
las palabras “y ellas me siguen”. Se trata de un escuchar no solamente con el oído, sino
¡una escucha del corazón! Por lo tanto, la imagen del pastor y de las ovejas indica la
estrecha relación que Jesús quiere establecer con cada uno de nosotros. Él es nuestra
guía, nuestro maestro, nuestro amigo, nuestro modelo, pero sobre todo es nuestro
salvador». (Regina Coeli de S.S. Francisco, 17 de abril de 2016).
Diálogo con Cristo
Ésta es la parte más importante de tu oración, disponte a platicar con mucho amor con
Aquel que te ama.
Propósito
Proponte uno personal. El que más amor implique en respuesta al Amado… o, si crees
que es lo que Dios te pide, vive lo que se te sugiere a continuación.
Hoy rezaré un Padrenuestro por la conversión de los pecadores.
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Jesús es el Cristo, el Ungido de Dios, que ha venido para reunir las ovejas en un solo
rebaño y darles la vida. Para pertenecer a su rebaño es necesario tener los oídos y el
corazón abiertos a escuchar la voz del pastor. Y el Padre, que da vida plena a Jesús, la
dará también a cada una de sus ovejas.
1. Si eres el Mesías, dilo abiertamente.
En mucha ocasiones, Jesús les había dicho a los judíos que Él era Hijo de Dios, se lo
había manifestado de diversas formas, lo había probado con sus milagros a la vista de
ellos, les había demostrado como las profecías del Antiguo Testamento se cumplían en
El. Sin embargo los judíos se resistían en creerle, no aceptaban sus palabras, pero no
podían contradecirlo. Entonces, van donde Jesús, a presionarlo, para forzarle una
respuesta, la pregunta de los judíos es: Si eres el Mesías, dilo abiertamente.
2. Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación.
San Juan comienza diciendo que: Se celebraba en Jerusalén la fiesta de la Dedicación.
Era invierno, y Jesús se paseaba por el Templo, en el Pórtico de Salomón. El relato que
trae San Juan a continuación responde a un tiempo donde va a tener lugar la fiesta de la
Dedicación o de las Encenias. Investigado sobre esta fiesta, encontramos que se
celebraba en el mes de Kasleu, que es noviembre-diciembre. La escena ocurre en
Jerusalén. Esta fiesta tenía por objeto conmemorar anualmente la purificación del
templo por Judas Macabeo, en el año 148 de los Seléucidas, que corresponde al 165
a.C., después de la gran profanación que de él había hecho Antíoco IV Epífanes – (1 Mac
4:36-59; 2 Mac 1:2-19; 10:1-8 ).
Comenzaba esta festividad el día 25 del mes de Kasleu, La fiesta duraba ocho días – (2
Mac 10:6). Tenía un ceremonial calcado en el de la fiesta de los Tabernáculos (2 Mac
1:9; 10:6). Más tarde vino a caracterizarse por las luminarias (2 Mac 1:19-22), tanto
que se la llamó, por antonomasia, la fiesta de las Luminarias. Pero no tanto por las
luminarias cuanto por la luz de la libertad, según Josefo, historiador judío.
Para la fiesta de la Dedicación no era obligatoria la peregrinación a Jerusalén, como en
las otras tres grandes fiestas de Pascua, Pentecostés y Tabernáculos.
3. Jesús se paseaba por el Templo
La escena tiene lugar cuando Jesús se paseaba en el templo, por el llamado Pórtico de
Salomón. Así se llamaba a una sección del pórtico oriental. Estaba situado este pórtico
en la parte exterior oriental del templo y dominaba un profundo valle, el Cedrón; sus
muros medían 400 codos - sobre 200 metros -, y estaba construido con blanquísimas
piedras de sillería, cada una de las cuales medía 20 codos de largo -sobre 10 metros - y
seis de alto -unos tres metros; era la obra del rey Salomón, y el pórtico más antiguo de
los conservados.
El Evangelio dice que era invierno, probablemente, al referir que se estaba en invierno y
que se paseaba Jesús por este pórtico, es que sería lugar acogedor en esta estación del
año. Es además una indicación que hace San Juan para los lectores de la gentilidad,
para precisarles la época de esta fiesta.
4. Mis ovejas escuchan mi voz, Yo las conozco y ellas me siguen
San Juan dice; Los judíos lo rodearon y le preguntaron. En este escenario, un día de la
fiesta de la Dedicación, los judíos, que son indudablemente, por su argumentación, los
fariseos, lo rodean, lo estrechan así en un círculo para forzarle a una respuesta. ¿Hasta
cuándo nos tendrás en suspenso?; como tratando de decir hasta cuando tendrás
levantada nuestra alma, o hasta cuándo nos va a tener en incertidumbre sobre algo que
nos interesa grandemente. Por eso concluyen: Si eres el Mesías, dilo abiertamente es
decir claramente y con plena libertad.
Jesús les respondió: Ya se lo dije, pero ustedes no lo creen. La respuesta de Jesús es
que ya se lo dijo repetidas veces, no tomando la misma palabra de Mesías, pero sí con
las obras, que, hechas en nombre de mi Padre, dan, por lo mismo, testimonio de Él.
Pero, a pesar de todo, ellos no creen, así es como Jesús les dice; Las obras que hago en
nombre de mi Padre dan testimonio de mí, pero ustedes no creen, Además Jesús les da
una profunda razón, porque no son de mis ovejas. Al mismo tiempo, Jesús les va a
hacer una declaración terminante de su divinidad. Mis ovejas escuchan mi voz, yo las
conozco y ellas me siguen. Yo les doy Vida eterna: ellas no perecerán jamás y nadie las
arrebatará de mis manos. Mi Padre, que me las ha dado, es superior a todos y nadie
puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. El Padre y yo somos una sola cosa.
5. Yo les doy vida eterna
San Juan, nos presenta en este fragmento del Evangelio, algunos puntos doctrinales
interesantes. En la fe en Jesús, y, por tanto, en sus obras, que son signos. Si
inmediatamente hay causas diversas, es por malas disposiciones, temor de la luz (Jn
3:19-21), espíritu terreno (Jn 8:23), en el fondo de ello existe una predestinación,
porque ya se dijo, a propósito de la incredulidad en Jesús, que nadie puede venir a mí si
el Padre no le trae (Jn 6:44). Jesús se presenta con un conocimiento sobrenatural y
universal de sus ovejas. Con un oficio de Pastor que llama a sus ovejas de modo real,
aunque misterioso, porque aquéllas oyen su voz; con un poder vitalizador, pues les da la
vida eterna, así es como dice: Yo les doy Vida eterna, entonces se presenta dotado de
un poder trascendente, pues nadie puede arrebatar de su mano estas ovejas, por eso
dice Jesús: nadie las arrebatará de mis manos.
Todo este rebaño espiritual es un don del Padre a Él. Mi Padre, que me las ha dado, es
superior a todos. Es decir Dios es lo más grande, lo más precioso. Jesús dice me las ha
dado, le ha dado la naturaleza divina, el poder divino, que el Padre le había comunicado,
tanto para hacer milagros como para conducir las ovejas y darles la vida eterna. Las
ovejas que oyen su voz y la garantía de que las ovejas que oyen su voz no perecerán, es
porque nadie puede arrebatar nada de las manos de mi Padre. Porque es un don que le
dio el Padre, el cual don es más precioso que todas las cosas. Nada es comparable a la
vida eterna, que Jesús dispensa (Jn 17:1-4). El mismo lo dijo en otra ocasión en tono de
pregunta: - ¿Qué aprovecha al hombre ganar todo el mundo si pierde su alma? (Mt
16:26; Lc 9:25).
6. El Padre y Yo somos una sola cosa.
Finalmente Jesús afirma: El Padre y yo somos una sola cosa. Entonces, de la misma
manera que nadie puede arrebatar nada de la mano de mi Padre, que aquí son las
ovejas, así tampoco se las puede arrebatar de las suyas. Porque, en definitiva, Yo y el
Padre somos una sola cosa. Directamente se expresa esta unidad entre el Padre y el Hijo
en el poder. El Padre y el Verbo encarnado son una sola cosa. Pero lo son no sólo como
un profeta, en el plan, conocimiento y actividad de Jesús para su obra salvadora. Sino
también, por razón de la persona divina, tiene una unión ontológica divina con el Padre.
Esta expresión encuentra su clarificación en la oración sacerdotal, en la que Jesús pide al
Padre que le glorifique con la gloria que tuve cerca de ti antes de que el mundo existiese
- Jn 17:5.24 -, lo mismo que en el prólogo, en el que se enseña abiertamente que el
Verbo, que se va a encarnar, era Dios.
Jesús nos habla de su misma e idéntica naturaleza con el Padre, Hay una naturaleza
divina, un solo Dios, naturaleza única en tres divinas personas: Padre, Hijo y Espíritu
Santo. Las palabras de Jesús, prueban la consustancialidad con el Padre y por lo tanto,
su divinidad.
San Agustín, escribe en el Libro I de la Confesiones: Dios es el más grande. Dios es el
más íntimo. Dios es el más presente. Dios es el más trascendente. Hacia él debe
orientarse el hombre. En él se debe vivir.
3 Para la reflexión personal
– (Haz silencio en tu interior y pregúntate:)
1.- ¿Qué me dice el evangelio que he leído?
2.- ¿Cómo ilumina mi vida?
3.- ¿Qué tengo que cambiar para ser más como Jesús?
4.- ¿Qué me falta para ser más como Él?
5.- Mi obediencia a Dios es ¿disciplinar o profética? ¿Revelo algo de Dios o sólo me
preocupo de mi salvación?
6.- Jesús no se sometió a las exigencias de los que querían comprobar si él era el
mesías anunciado. ¿Hay en mí algo de esta actitud dominadora e inquisidora típica de
los adversarios de Jesús?
4 Oración. ¿Qué le decimos a Dios? La palabra se convierte en Oración.
1 Padre, cuando llegó la hora en que los hombres trataron de quitarle de las manos a los
que tú le habías confiado, tu Hijo se entregó como víctima, a fin de que nadie pereciera.
Te pedimos que, puesto que participamos del cuerpo y la sangre de Aquel que es
nuestro Cordero pascual, seamos congregados por el Espíritu en un solo rebaño
mientras llega el día en que seamos tuyos para siempre. www.Dioscadadía.Bastin,Pinkers,Teheux
2 Ilumina, Señor, mi corazón, tardo para comprender; abre mi mente a la comprensión
de tu Palabra, tan grande que en ocasiones me desconcierta. También a mí me viene en
algunos momentos la tentación de decirle: «Te escucharé en otra ocasión». En medio de
la complejidad de nuestra sociedad, en medio de la presentación de tantas opiniones,
incluso religiosas, frente al pulular de tantas divinidades, viejas o nuevas, desde la
incertidumbre que en ocasiones hace presa en mí, puedo comprender el desconcierto e
incluso el escepticismo de muchos de mis hermanos. Éstos son «ovejas errantes sin
pastor», porque es posible que tu voz haya resonado alguna vez en sus oídos, pero ha
sido arrollada por demasiadas voces, por demasiadas opiniones, por demasiados
maestros de vida o de muerte.
Te suplico, Señor, por mí, que me acerco a tu Palabra: confírmala en mi corazón con la
evidencia que sólo tu Espíritu puede darle. Te suplico también, Señor, por mis
hermanos, inseguros, perdidos, confusos: háblales al corazón, hazte oír no como un
maestro entre tantos, sino como el Maestro, porque tú eres «uno con el Padre».
www.santaclaradeestella.es
3 ¡Que Dios tenga piedad y nos bendiga, que nos muestre su rostro radiante!; (Pausa.)
conozca así la tierra su proceder, y todas las naciones su salvación. (Sal 67,2-3)
www.ocarm.org
4 ¡Padre en Cristo Jesús y El Hijo del Hombre en el Padre! Reconozco Señor mío y Dios
mío que Tú estás siempre en mi pórtico de Salomón, que Tú eres el Cristo enviado por el
Dios eterno, y que en mis momentos de invierno, nunca te vas ni mucho menos me
abandonas. Acepto que en muchos episodios de mi historia no he creído en tus
promesas y por ello he «saltado» a otros rediles del mundo «llenos de placer y pecado»
simplemente porque rechazo tu Voz que me habla por doquier. Padre Glorioso, Padre
Misericordioso, permíteme una oración fervorosa en Nombre de Cristo Rey, el mismo
Dios, para que me concedas la gracia de pertenecer y seguir al Salvador, «no quiero
perecer, quiero vida eterna». Oh María Inmaculada Ruega por nosotros pecadores que
recurrimos a Vos. Amén. www.dario.res
5 Jesús, tú hiciste tres afirmaciones que ponen de relieve la identidad de las ovejas y
sus características en relación contigo: escuchan tu voz, te siguen y no perecerán para
siempre. La cualidad fundamental de quien está abierto a la fe es sobre todo la escucha;
además, tú le conoces en virtud de una unión personal y profunda contigo que se
concreta en el amor y en la vida eterna. Ahora bien, la escucha implica el seguimiento,
que es acción y compromiso. Sólo quien forma parte de tu rebaño reconoce en tu
Palabra la cualidad del buen pastor, que obra en nombre del Padre, en unidad de acción
y de amor. Señor, concédenos a todos nosotros, comunidad de discípulos, sentirte cerca
en la vida y en la cotidianidad, a fin de tener tu seguridad, a fin de demostrar tu coraje,
a fin de ser coherentes en la fe y responsables de nuestras acciones.
www.evangeliodeJuan.GiorgioZevini
🙋 Siguiendo este texto, ¿Cuáles son las palabras o frases o actitudes que atraen tu
atención, tu interés?
Señor, en cada obra, acción y actitud buena, sé que es la voluntad de Dios y dan
testimonio de que estas presente y lo creo; has dado a mi corazón, a mi alma, a mi
espíritu la humildad, la sensibilidad para reconocerte, reconocer tu voz y seguirte.
Quiero ser como tú, dar testimonio con nuevas obras, acciones y actitudes; ayúdame a
estar lo más cerca posible de ellas y cumplir, porque deseo que seas mi Pastor, mi guía,
mi luz.
🙋 Siguiendo el mensaje de este texto, ¿Cuál es la palabra o frase o párrafo o actitud que
te ayuda a recordar este texto?
Identificar cuáles son las obras, las acciones, las actitudes buenas que tengo y cuáles
son las que no son buenas.
De las buenas obras, acciones y actitudes que tengo, poner hoy en práctica al menos
una de ellas, para dar testimonio de que Dios está presente.
Proponerme el compromiso de ir eliminando de mi vida aquellas obras, acciones y
actitudes que no son buenas.
✞ ✞ ✞ Profesión de Fe
3 LITURGIA EUCARISTICA
Sacerdote: Orad hermanos para que este sacrificio, mío y vuestro, sea
agradable a Dios, Padre todopoderoso.
Todos: El Señor reciba de tus manos este sacrificio, para alabanza y gloria
de su Nombre, para nuestro bien y el de toda su santa Iglesia. (→ Este es el
Compendio de la Misa)
*** Se llevan al altar los dones; el pan y el vino. *** Acepta, Señor, nuestro corazón contrito y nuestro
espíritu humilde; que éste sea hoy nuestro sacrificio y que sea agradable en tu presencia, Señor, Dios
nuestro. *** Lava del todo mi delito, Señor, limpia mi pecado.
a) Acción de gracias
El Señor esté con vosotros. R/ Y con tu espíritu. Levantemos el corazón R/ Lo tenemos
levantado hacia el Señor. Demos gracias al Señor, nuestro Dios. R/ Es justo y necesario.
Prefacio Pascual IV. La restauración del universo por el misterio Pascual.
En verdad es justo y necesario, es nuestro deber y salvación glorificarte siempre, Señor;
pero más que nunca exaltarte en este tiempo glorioso en que Cristo, nuestra Pascua, ha
sido inmolado.
Porque, demolida nuestra antigua miseria, fue reconstruido cuanto estaba derrumbado y
renovada en plenitud nuestra vida en Cristo.
• Gracias, Señor, porque me iluminas con tu voz, porque marcas los pasos por los que
debo caminar para vivir la felicidad y la auténtica libertad, gracias porque nos perdonas
y porque nos alientas nuevamente a seguirte, te pido que me ayudes a serte fiel, a abrir
mis ojos a tu hermoso amor y responder a Él con generosidad. Amén
Si quieres, puedes pedirle al Señor por tus intenciones
Reza un Padre Nuestro, un Ave María y un Gloria…
Por eso, con esta efusión de gozo pascual, el mundo entero se desborda de alegría, y
también los coros celestiales, los ángeles y los arcángeles, cantan el himno de tu gloria
diciendo sin cesar:
b) Santo: con esta aclamación toda la asamblea, uniéndose a las jerarquías celestiales, canta
o recita las alabanzas a Dios.
Santo, Santo, Santo es el Señor, Dios del Universo. Llenos están el cielo y la tierra de tu
gloria. Hosanna en el cielo. Bendito el que viene en nombre del Señor. Hosanna en el
cielo.
c) Epíclesis Se implora el poder divino para que los dones se conviertan en el Cuerpo y la
Sangre de Cristo, y para que la víctima inmaculada que se va a recibir en la comunión sea para
salvación de quienes la reciban.
Santo eres en verdad, Padre, y con razón te alaban todas tus criaturas, ya que por
Jesucristo, tu Hijo, Señor nuestro, con la fuerza del Espíritu Santo, das vida y santificas
todo, y congregas a tu pueblo sin cesar, para que ofrezca en tu honor un sacrificio sin
mancha desde donde sale el sol hasta el ocaso. Por eso, Padre, te suplicamos que
santifiques por el mismo Espíritu estos dones que hemos separado para ti, de manera
que se conviertan en el Cuerpo y la Sangre de Jesucristo, Hijo tuyo y Señor nuestro, que
nos mandó celebrar estos misterios.
d) Narración de la institución y consagración. Con las palabras y gestos de Cristo, se
realiza el sacrificio que él mismo instituyó en la última cena. Momento más solemne de la Misa;
es la transubstanciación: pan y vino desaparecen al convertirse en el Cuerpo, Sangre, Alma y
Divinidad de Cristo. Dios se hace presente ante nosotros con todo su amor. ¡Bendito Jesus en el
Santísimo sacramento del Altar!
Porque Él mismo, la noche en que iba a ser entregado, tomó pan y dando gracias te
bendijo, lo partió y lo dio a sus discípulos, diciendo: "Tomen y coman todos de él,
porque esto es mi Cuerpo, que será entregado por ustedes".
Del mismo modo, acabada la cena, tomó el cáliz, y, dando gracias te bendijo, y lo pasó a
sus discípulos, diciendo: "Tomen y beban todos de él, porque éste es el cáliz de mi
Sangre, Sangre de la alianza nueva y eterna, que será derramada por ustedes y por
muchos para el perdón de los pecados. Hagan esto en conmemoración mía".
e) Anámnesis. La Iglesia, al cumplir este encargo que, a través de los Apóstoles, recibió de
Cristo Señor, realiza el memorial del mismo Cristo, su Reactualización, recordando
principalmente su bienaventurada pasión, su gloriosa resurrección y la ascensión al cielo.
Atiende los deseos y súplicas de esta familia que has congregado en tu presencia, en el
domingo, día en que Cristo ha vencido a la muerte y nos ha hecho partícipes de su vida
inmortal. Reúne en torno a ti, Padre misericordioso, a todos tus hijos dispersos por el
mundo.
A nuestros hermanos difuntos y a cuantos murieron en tu amistad recíbelos en tu reino,
donde esperamos gozar todos juntos de la plenitud eterna de tu gloria, por Cristo, Señor
nuestro, por quien concedes al mundo todos los bienes.
Padre eterno, te ofrecemos la Preciosísima Sangre de Jesús, con todas las
Misas celebradas en el mundo en éste día, por las benditas Almas del
Purgatorio. Y Concédeles, Señor, el descanso eterno y brille para ellas la luz
perpetua. Amén.
h) Doxología final. Se expresa la glorificación de Dios y se concluye y confirma con el amen
del pueblo.
Por Cristo, con Él y en Él, a ti, Dios Padre omnipotente, en la unidad del
Espíritu Santo, todo Honor y toda Gloria por los siglos de los siglos. Amén
✞ ✞ ✞ Rito de la comunión
Significa "común unión". Al acercarnos a comulgar, además de recibir a Jesús dentro de
nosotros y de abrazarlo con tanto amor y alegría, nos unimos a toda la Iglesia en esa misma
alegría y amor.
a) Introducción al Padrenuestro
Con las palabras de Jesús nuestro Señor oremos al Padre de todos para que su reino venga a
cada persona de la tierra.
Líbranos, Señor.
Líbranos, Señor de todos los males, y concédenos la paz en nuestros días, para que
ayudados por tu misericordia, vivamos libres de pecado y protegidos de toda
perturbación, y aguardando la venida gloriosa de Jesucristo, nuestra esperanza.
• Éste es el Cordero de Dios, que quita el pecado del mundo. Dichosos los invitados a la
cena del Señor.
R. Señor, no soy digno de que entres en mi casa, pero una Palabra tuya
bastará para sanarme.
c) El gesto de la fracción del pan: Significa que nosotros, que somos muchos, en la
comunión de un solo pan de vida, que es Cristo, nos hacemos un solo cuerpo (1 Co 10,17)
d) Inmixión o mezcla: el celebrante deja caer una parte del pan consagrado en el cáliz.
Antífona de comunión Cf. Lc 24, 46. 26
Era necesario que el Mesías padeciera y resucitara de entre los muertos, para así entrar
en su gloria. Aleluya.
Escucha, Señor, nuestras oraciones para que el santo intercambio de nuestra redención
nos sostenga durante la vida presente y nos dé las alegrías eternas. Por Jesucristo,
nuestro Señor.
Oh Padre amoroso: Estamos contentos de llamarnos “cristianos”, como hombres y
mujeres que seguimos a Cristo tu Hijo. Queremos permanecer siempre fieles a Él con
firme compromiso y entrega. Cólmanos con la gracia del Señor para que el Espíritu
Santo viva en nosotros y así también nosotros atraigamos a muchos al Señor y seamos
siempre dignos de llamarnos “cristianos”, valioso nombre que recibimos de Jesucristo
nuestro Señor.
4 RITO DE CONCLUSION
Consta de saludo, bendición sacerdotal, y de la despedida, con la que se disuelve la asamblea,
para que cada uno vuelva a sus honestos quehaceres alabando y bendiciendo al Señor.
✞ ✞ ✞ Despedida
Te damos gracias, Señor, por todos tus beneficios, a Ti que vives y reinas por los siglos
de los siglos. R/ Amén.
¡Cristo, Rey nuestro! R/ ¡Venga tu Reino!
Consagración a María
– Pidámosle a María que nos acompañe siempre:
Acuérdate, ¡oh piadosísima, Virgen María!, que jamás se ha oído decir que ninguno de
los que han acudido a tu protección, implorando tu auxilio haya sido abandonado de Ti.
Animado con esta confianza, a Ti también yo acudo, y me atrevo a implorarte a pesar
del peso de mis pecados. ¡Oh Madre del Verbo!, no desatiendas mis súplicas, antes bien
acógelas benignamente. Amén
✞ ✞ ✞ Bendición
Hermanos: Que la gracia de Dios obre en nosotros y nos guarde siempre fieles con firme
propósito y decisión, para que podamos ser verdaderos discípulos de Jesús.
Para ello, que la bendición de Dios todopoderoso, Padre, Hijo y Espíritu Santo descienda
sobre nosotros y nos acompañe siempre.
R/ Amén
Podemos ir en paz. R/. Demos gracias a Dios.
✞ ✞ ✞ Abba Padre, gracias te doy por enseñarme a Cristo histórico. Y ahora, por tu gracia
y Espíritu Santo concédeme fortalecer la fe, para caminar con Cristo, por Cristo y en
Cristo, ya no histórico, sino Pan vivo bajado del cielo.
«Tú eres Cristo, el Hijo de Dios Vivo» Mt 16, 16