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La caracterización de la Ética

1. La ética como disciplina filosófica


El inicio del estudio de la ética necesariamente remite al estudio de la filosofía y eso
no es cosa menor. No obstante, se recordará que la filosofía no es una ciencia sino
una forma de pensar, por tanto, existen tantas formas de pensamiento como
individuos existan en este planeta o como se den tantas formas coincidentes de
pensamiento, que es lo que ha dado lugar a las distintas formas de hacer filosofía o
categorizar a los filósofos.
La ética entonces es una disciplina filosófica. De acuerdo con el tipo de problemas
que abordan las disciplinas o ramas de la filosofía, se han dividido en disciplinas
teóricas o gnoseológicas y disciplinas prácticas.

2. Disciplinas teóricos o gnoseológicos


Estas disciplinas giran en torno a los problemas cognoscitivos. Aquí podemos ubicar
a la teoría del conocimiento o gnoseología (de la palabra gnosis, conocimiento y
logos, tratado o estudio), cuyos planteamientos se refieren a los modos, clases,
esencia, posibilidad, validez y origen del conocimiento humano; a la lógica que se
propone investigar los elementos y estructuras formales de los sistemas de
enunciados; a la filosofía de la ciencia (llamada en ocasiones: epistemología) que
investiga la estructura, fundamento y métodos desarrollados por los sistemas
científicos.

3. Disciplinas prácticas
Estas disciplinas se refieren a la acción humana. Además de preocuparse por temas
eminentemente teóricos denominados "abstractos", la filosofía centra su atención
en los principios, formas y sentido de la praxis humana, en la naturaleza de la
conducta individual y colectiva, sus fines, normas y valores; en el problema de lo
que son el ser, la libertad, la obligatoriedad, las virtudes morales, etcétera.
Dentro del conglomerado de disciplinas prácticas de la filosofía podemos mencionar
en primer lugar, nuestra disciplina de estudio: la ética, la cual estudia la conducta
moral del hombre en la vida social; la axiología o teoría de los valores, que estudia
tanto la experiencia como los principios axiológicos universales, sus formas,
fundamentos y alcances; la estética cuyas reflexiones se centran en las formas y
principios de la contemplación y la creación artística. Otras disciplinas de carácter
práctico, muy ligadas con las anteriormente citadas son: la filosofía del derecho, la
filosofía política, la filosofía social, la filosofía de la educación, la filosofía de la
cultura y la filosofía de la religión. El coronamiento o remate de estas disciplinas
está representado por una rama filosófica muy importante que engloba todas las

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filosofías: la antropología filosófica, cuyo objeto de investigación es el hombre como
sujeto de la cultura, como creador y sustentador de valores morales, religiosos,
estéticos, económicos, etcétera.
La ética, en cuanto disciplina filosófica queda ubicada —como se observa en el
siguiente esquema— como una disciplina práctica de la filosofía de acuerdo con su
tema de estudio que es la moral, conforme a la cual el hombre modela su existencia.

4. Definición etimológica de la ética


Como todo saber, la ética puede ser analizada etimológicamente, investigando sus
raíces lingüísticas. El término ética se deriva de la palabra griega ethos. Parece ser
que el primero que usó esta palabra fue el poeta Calix Hornero, quien entendía por
ethos: "Lugar habitado por hombres y animales". En este sentido primigenio, un
pensador contemporáneo, Martin Heidegger, se refiere al ethos como lugar o
morada, y por ello dice que la morada o ethos del hombre es el ser. Otra
interpretación interesante de la palabra ethos se encuentra en el filósofo griego
Zenón de Citio, quien sostiene que el ethos es la fuente de la vida de la que manan
los actos singulares.
La acepción más conocida y difundida del vocablo ethos se presenta a partir de
Aristóteles, ligado a un conocimiento llamado precisamente ética. Según esta
acepción, ethos significa temperamento, carácter, hábito, modo de ser. De acuerdo
con el significado etimológico, ética sería una teoría o un tratado de los hábitos y las
costumbres. Una característica del ethos, entendido como conjunto de hábitos y
maneras de ser del hombre, es su sentido no natural.

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En efecto, el ethos según la tradición griega implica una serie de costumbres
adquiridas por hábito y no innatas; el ethos significa una conquista del hombre a lo
largo de su vida. En este sentido se dice que el ethos constituye una "segunda
naturaleza"; se trata de un conjunto de hábitos de los cuales el hombre se apropia,
modificando su naturaleza.
En Aristóteles, la ética se encuentra muy ligada a su sentido etimológico. Por ética
entiende una serie de reflexiones sobre el ethos (modos de vida, virtudes) y todo lo
relacionado con él.
Una de las limitaciones de la definición etimológica de la ética (como teoría de
hábitos y costumbres) es su generalidad. Puede observarse que en cada época
existen en la sociedad, en sus distintos grupos sociales, diversos hábitos y
costumbres, pero no todos tienen una significación moral. El mundo de los hábitos
y costumbres es bastante complejo y diverso; no todos ellos pueden ser
calificados de morales. Observa Xavier Zubiri que "el vocablo ethos tiene un
sentido infinitamente más amplio que el que damos hoy a la palabra ética. Lo ético
comprende, ante todo, las disposiciones del hombre en la vida, su carácter, sus
costumbres y, naturalmente, también lo moral".
Para no caer entonces en la amplitud y ambigüedad de la definición etimológica de
la ética, se formulará otra definición, pero ya no a partir de su etimología, sino en
relación con su objeto de estudio.

5. Definición de la ética por su objeto de estudio


Toda ciencia tiene un objeto de estudio llamado campo de investigación, (hecho del
cual parte), materia de estudio, etc. ¿Cuál es el campo de investigación de la ética?
El objetivo de la ética radica en el estudio y comprensión del territorio cultural
llamado moral. De acuerdo con esto, puede afirmarse que ética es la ciencia
filosófica encargada de estudiar o reflexionar sobre la moral. Pero como la
moral tiene un carácter humano y social, puede ampliarse esta definición, diciendo:
La ética es la disciplina filosófica que estudia el comportamiento moral
del hombre en sociedad. Respecto de su carácter filosófico, ya se dijo
que la ética es una de las disciplinas filosóficas fundamentales.
Algunas ramas de la filosofía se han separado de su tronco, como la
psicología. Sin embargo, la ética sigue considerándose como una
ciencia filosófica, como parte de la filosofía, pero no de una filosofía
metafísica y apriorística desligada de la experiencia y de los
fundamentos históricos y concretos que ofrece la cultura.
A fin de explicar un poco más nuestra definición, podemos señalar las siguientes
características básicas contenidas en la misma.

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1. La ética es una rama o parte de la filosofía.
2. Su campo de investigación es la moral.
3. El fenómeno moral es una creación exclusiva del hombre. Sólo ciertos actos
humanos pueden ser calificados de buenos o malos desde el punto de vista
de la moral. Solamente el hombre tiene un sentido ético o una "conciencia
moral".
4. Además, y relacionado con el punto anterior, la moral es un fenómeno
eminentemente social, puesto que rige o regula la vida del hombre en la
sociedad. Ello significa que la moral no tendría sentido para un hombre —si
pudiera ser concebido así— que estuviera completamente aislado o
desvinculado del medio social, como un Robinson Crusoe.

6. La ética y la virtud
En su búsqueda del bien y de la felicidad el hombre va adquiriendo ciertos
comportamientos que se vuelven “hábitos operativos del bien” y es a esto a lo que
se llama virtud o valor moral concreto.
La virtud es aquel hábito por el cual el hombre se hace bueno y gracias al cual
realizará bien la obra que le es propia, es un hábito colectivo consistente en una
posición intermedia entre dos extremos viciosos, el uno por exceso y el otro por
defecto, pero no toda acción ni toda pasión admiten una posición intermedia: hay
pasiones que son de por sí malas como la envidia y acciones que nunca son buenas
como el homicidio o el adulterio, ser virtuoso es toda una obra. Al alcanzar el término
medio en cada caso es una faena, como determinar el centro del círculo no es de la
competencia de cualquiera, sino del que sabe. Airarse es cosa fácil y al alcance de
todos, pero guardar el justo medio, obra de sabios.
La virtud también es definida como fuerza moral. Max Scheler la define como
fuerza vivida inmediatamente de hacer algo debido, y René Le Senne como el
valor o coraje de hacer el bien.
Las virtudes, afirma Aristóteles no nacen en nosotros, ni por naturaleza, ni
contrariamente a la naturaleza, sino que siendo nosotros naturalmente capaces de
recibirlas, las perfeccionamos en nosotros por la costumbre, todo lo que nos da
la naturaleza lo recibimos primero como potencialidades, pero luego nosotros lo
traducimos en actos semejantes a los hábitos.
Aristóteles distingue entre virtudes éticas o morales y virtudes dianoéticas o
intelectuales. Las primeras se generan por una repetición de actos y costumbres.
Las virtudes éticas son fruto de la costumbre, se llegan a conquistar por medio de
un modo sistemático de vida.
En cuanto a las virtudes intelectuales o dianoéticas, éstas se fundan en una
comprensión racional o intelectual de la conducta. Las virtudes intelectuales, dice

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Aristóteles, deben su nacimiento y desarrollo sobre todo al magisterio, y por eso
requieren de experiencia y tiempo.
Cuadro sinóptico: Tipos de virtudes según Aristóteles

7. La moral
La moral, a riesgo de ser reiterativos, es el objeto de estudio de la ética y se
encuentra aparejada con el concepto moralidad con el cual podría confundirse.
El concepto moral se deriva de la voz latina mor-moris que se traduce como
costumbre, derecho usual, género de vida, uso, conducta. En este sentido, la moral
sería la norma de vida de los individuos que se basa en la práctica de las
buenas costumbres.
La moralidad de un acto no consiste en el contenido del acto mismo, sino en la
manera en que realicemos ese acto. Sólo es moral la conducta humana, que es la
expresión de un principio racional y que se practica voluntariamente.
La moral se distingue de la moralidad por cuanto que esta última es la
operacionalización de la moral; es decir, la moralidad trata sobre el conjunto de
actos concretos que llevan a cabo las personas, de acuerdo con la moral que
prevalece en la sociedad de que se trate.

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Otras definiciones de moral

Definición de moral
Autor (año Definición
Dider Julia Ciencia del bien y de las reglas de la acción humana.
Antonio Raluy Conjunto particular de normas cuyas obligaciones, fundadas en los
Ballus (1989) principios y valores que le son propios, exigen por parte de la persona que
habrá de actualizarlos en la conducta, un reconocimiento íntimo y adhesión
voluntaria con base en su conciencia, libertad y relaciones sociales
contraídas.
Guadalupe Varela Conjunto de normas, reglas y deberes, impuestos por una sociedad.
Fregoso
Mario Bunge (2001) Concerniente al bienestar de otras personas y nuestra responsabilidad
para con éstas. Los problemas y los preceptos morales se refiere a las
acciones que dañan o benefician a los demás.
Juan Gerardo Del latín mor, moris.
Garza Treviño Se refiere a las costumbres y la conducta, a las reglas del comportamiento
(2004) en una sociedad.
Existen diferentes morales según las culturas, las ideologías y las
costumbres.

8. Relaciones y diferencias entre ética y moral


Como ya se mencionó, el objeto de estudio de la ética es la moral; esta afirmación
permite hacer algunas observaciones sobre las relaciones y, diferencias entre ética
y moral. Las relaciones que existen entre ellas son obvias: es la relación que guarda
una ciencia cualquiera con su objeto de estudio.
La ética necesita de la moral para sacar sus conclusiones, para explicarla, para
elaborar sus hipótesis y teorías; pero ello no significa que la tarea de la ética consista
en inventar o crear la moral. Muy acertadamente el filósofo José Luis Aranguren
observa que "los profesores de ética olvidan con demasiada frecuencia que la ética
no crea su objeto, sino que se limita a reflexionar sobre él".
La ética no puede prescindir de la historia de la moral concreta, pero esto no significa
que se pueda confundir con ella. La moral y la ética son diferentes de la misma
manera que son diferentes, por ejemplo, la biología y los fenómenos vitales que
estudia. Unos son objetos de investigación; la otra (la biología) es una ciencia cuya
tarea es precisamente estudiar aquellos fenómenos. De la misma manera debe
entenderse la ética: ésta es una ciencia, mientras que la moral es el objeto de esta
ciencia. Esto significa que la moral no es ciencia, pero ello no impide que pueda
convertirse en el objeto de una investigación científica.
Es muy importante reparar en estas diferencias, ya que a menudo se suele afirmar
que la moral es ciencia, o bien, utilizar la palabra "ética" como sinónimo de moral.
Así, por ejemplo, la expresión ética profesional es equívoca, porque generalmente
se refiere a un código moral que debe observar un profesional, y no a una ciencia
como es la ética.

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Entonces, se debe tener presente lo siguiente: ética es la ciencia de la moral,
mientras que la moral es el objeto de estudio de la ética.
Una prueba de que la moral no es una ciencia lo demuestra el hecho —como señala
el maestro Adolfo Sánchez Vázquez en su libro de Ética— de que en la historia han
aparecido una serie de morales que nada tienen que ver con la actitud científica;
morales irracionales y autoritarias. Piénsese, por ejemplo, en las morales
rudimentarias de los pueblos primitivos, las cuales se basaban en tabúes y
prohibiciones extrañas y muchas veces absurdas. Las sectas religiosas y místicas
pueden proporcionar abundantes ejemplos de morales irracionales; por ejemplo, las
reglas que prescribía la Escuela pitagórica: abstenerse de las habas, no recoger lo
que se ha caído, no tocar un gallo blanco, no mirarse en un espejo fuera de la luz,
entre otras. ¿En qué se fundaban estas reglas? Evidentemente, en meros tabúes.

9. Ética crítica
Es la ética propiamente teórica; se encarga de determinar cuáles "opiniones o
creencias morales son válidas. Una creencia moral es válida cuando se ha probado
que cumple la función de garantizar la felicidad individual y la armonía social;
también cuando evita el sufrimiento individual y el daño social".
A la ética critica también se le denomina "metaética" en cuanto que consiste en el
análisis lógico y epistemológico de los principios éticos. Un ejemplo: "en la ética
cristiana se dice que el bien humano es la santidad y éste se alcanza cumpliendo
los Mandamientos de la Ley de Dios. La definición de 'santidad' es una cuestión de
ética crítica; el fundamento de los Mandamientos de la Ley Divina también lo es.
Supone, primero, que Dios existe y que se comunica con las criaturas y les ordena
determinados comportamientos".

10. Ética aplicada (también llamada normativa)


Su tarea fundamental "consiste (con base en una fundamentación teórica) en guiar
la conducta para decidir cuál es la mejor decisión entre las posibles de realizar en
una situación concreta. Es decir, indica al agente moral preocupado por su
actuación cuál es su deber y por qué ése: para ello, se estudian los valores y las
mejores formas de solucionar los problemas morales de la convivencia humana".
Es preciso señalar que la ética aplicada no es una prédica moral o un "moralismo",
no dice a las personas lo que deben hacer o pensar acerca de lo que es bueno o
malo, sino que trata de ajustar los actos a ciertos principios éticos que son fruto de
la reflexión y de la fundamentación teórica.
Referencias
Escobar Valenzuela, G. (2003) Ética. Universidad Nacional Autónoma de México.
Paredes Hernández, E. (2005) Ética. Facultad de Estudios a Distancia, Universidad de Pamplona.
Torres Hernández, Z. (2014) Introducción a la Ética. Instituto politécnico Nacional.

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