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UNIVERSIDAD POPULAR DEL CESAR

“LA RESPONSABILIDAD DEL ESTADO FRENTE A LA EJECUCION DE LA PENA


FRENTE AL COVID-19 EN LA CARCEL DE MAXIMA Y MEDIANA SEGURIDAD DE
VALLEDUPAR”

JAVIER JESUS SALINA GARCÍA

ARTICULO CIENTIFICO

DR. JOSE GREGORIO GONZALEZ.

FACULTAD DE DERECHO, CIENCIAS POLITICAS Y SOCIALES

PROGRAMA DE DERECHO

VALLEDUPAR – CESAR

ABRIL DE 2021
RESUMEN

El mes de marzo de 2020 transcurría con toda la normalidad, el fenómeno de Covid-


19 hasta ese momento solo era la notica de un virus que se estaba propagando en
otros países del mundo, pero que aún no había llegado a Colombia, no fue hasta el 6
de marzo de 2020 que el Ministerio de Salud y Protección Social confirma el primer
caso de COVID-19 en el territorio nacional. Posteriormente el Gobierno Nacional
mediante el Decreto 417 del 17 de marzo del 2020 declara el Estado de Emergencia
y se toma la medida del aislamiento preventivo para salvaguardar la salud de la
ciudadanía. Ahora bien, entre varias problemáticas a raíz de la pandemia,
analizaremos una que gira alrededor de las medidas de prevención que se han
tomado en los centros penitenciarios del país.

Las cifras de contagios en los distintos centros de reclusión de Colombia va en


aumento, en diversos establecimientos esta problemática se agudiza por la cantidad
de hacinamiento con que cuentan las cárceles, es por ello que el objeto de esta
investigación se centra en la cuarta cárcel con mayor hacinamiento del país, “La
cárcel de máxima y mediana de seguridad de Valledupar, más conocida como la
tramacua”, donde se analizaran aspectos como las condiciones de salubridad,
dotación personal, población reclusa y demás aspectos que deben tener en cuenta
las autoridades para dar cumplimiento a los fines constitucionales de ejecución de la
pena. Todo esto con el fin de lograr establecer la posible responsabilidad del Estado
para con esta población carcelaria, teniendo en cuenta las medidas adoptadas y la
importancia que se le debe dar al Decreto 546/2020 el cual otorga el beneficio de
prisión domiciliaria de forma transitoria a los reclusos que son más propensos a ser
contagiados por el Covid-19.

2
La cárcel de máxima y mediana de seguridad de Valledupar llamada castizamente
“La Tramacua” apelativo cultural dado por el pueblo valduparense por su gran
tamaño. En su diseño participó el Buró Federal de Prisiones (BOP) de los Estados
Unidos; fue inaugurada en abril del año 2000 por el entonces presidente de la
república de Colombia Andrés Pastrana Arango, los terrenos donde fue construida
fueron concedidos por el entonces Alcalde de Valledupar Johnny Pérez Oñate, está
ubicada a 3.5 kilómetros que del batallón la popa conduce al corregimiento de la
Mesa. A su nacimiento le antecede la necesidad de dar solución al hacinamiento
que entonces presentaba la cárcel judicial de la ciudad y el llamado al INPEC,
Ministerio de Justicia en la T- 153 de 1998.

Si bien el nacimiento de la “Tramacua” fue el hacinamiento, su actual realidad no es


ajena a los motivos de su creación, según el informe de la defensoría del pueblo
titulado “Top 10 de las cárceles que presentan mayor hacinamiento en Colombia” la
cárcel “Tramacua” de Valledupar ocupa el cuarto puesto de las cárceles con mayor
hacinamiento del país, a reglón seguido el informe dice lo siguiente: “La cárcel de
Valledupar, con capacidad para 256 reclusos y una población de 954, para un
hacinamiento del 273 por ciento, no cuenta con un sistema adecuado de acueducto
que permita el acceso al servicio en todas las torres de manera constante. Se
evidencia que por la manera como están concebidas las habitaciones conyugales, se
viola el derecho a la intimidad, el piso está inundado en varios sectores y existen
más de 300 tutelas represadas por falta de autorización en las órdenes médicas” 1.

Según la Organización de las Naciones Unidas (ONU por sus siglas en ingles), el
COVID-19 afecta desproporcionadamente a los presos en todo el mundo. Según su
medio oficial de noticias, “La cantidad actual de personas privadas de libertad en
todos los países se sitúa en torno a once millones de personas. Un experto de las
Naciones Unidas afirma que tanto los sistemas penitenciarios como los reclusos
sufren de manera desproporcionada la pandemia del coronavirus” (ONU, 2021, p.1).

1
Top 10 de las cárceles que presentan mayor hacinamiento en Colombia / Defensoría del pueblo - 10 de
noviembre, 2014

3
Los sistemas penitenciarios y los más de once millones de presos que hay en el
mundo se han visto golpeados de manera desproporcionada por la pandemia. Se
estima que hay más de 527,000 prisioneros que se han infectado en 122 países y
que más de 3,800 han muerto en 47 de esas naciones (ONU, 2021, p.1) 2.

Con una capacidad de prueba limitada en muchas jurisdicciones y la situación en


rápida evolución, el número real puede ser mucho mayor. También debe
reconocerse que debido a su interacción cercana y regular con los reclusos, los
funcionarios de prisiones, los profesionales de la salud y otras personas que trabajan
en las prisiones, también enfrentan un mayor riesgo de infección. Sin duda, las
cárceles son entornos de alto riesgo de COVID-19 para quienes viven y trabajan allí.

Antes de adentrarnos al tema concreto, cabe hacer la aclaración sobre la definición


de la pena:

Según doctrina, “Alfonso Reyes Echandía: la pena se puede definir como la


supresión o coartación de un derecho personal que el Estado impone por medio de
su rama jurisdiccional a sujeto imputable que ha sido declarado responsable de
hecho punible”.

La pena en Colombia - Instituto Nacional Penitenciario y Carcelario – Estructura.

En el artículo cuarto de la Ley 599 de 2000 se establecen como fines de la pena la


prevención general, retribución justa, prevención especial, reinserción social y
protección al condenado.

Artículo 9. ley 65 de 1993 ("Por la cual se expide el Código Penitenciario y


Carcelario"). Funciones y finalidad de la pena y de las medidas de seguridad: La
pena tiene función protectora y preventiva, pero su fin fundamental es la
resocialización. Las medidas de seguridad persiguen fines de curación, tutela y

2
Referencias ONU, N.(12 de Marzo de 2021). El COVID-19 afecta desproporcionadamente a los presos en todo
el mundo. págs. 1-3.

4
rehabilitación. El tratamiento penitenciario tiene la finalidad de alcanzar la
resocialización del infractor de la ley penal.

“La resocialización es un derecho en el que debe inculcarse la voluntad de vivir


conforme a la ley, para que estas personas, sean capaces de proveer su sustento en
cumplimiento de sus responsabilidades, dentro del marco legal para poder vivir en
comunidad”

Artículo 459- Ejecución de penas y medidas de seguridad: La ejecución de la sanción


penal impuesta mediante sentencia ejecutoriada, corresponde a las autoridades
penitenciarias bajo la supervisión y control del Instituto Nacional Penitenciario y
Carcelario, en coordinación con el juez de ejecución de penas y medidas de
seguridad. En todo lo relacionado con la ejecución de la pena, el Ministerio Público
podrá intervenir e interponer recursos que sean necesarios.

La función punitiva del Estado no se reduce a la simple administración de la


detención o la condena de los infractores. Inicialmente, debe crear las condiciones
para superar los factores de riesgo bajo el marco de los principios rectores de
legalidad, igualdad, respeto a la dignidad humana y reconocimiento de los derechos
y garantías a favor de los internos, que facilite un sistema penitenciario idóneo, y
debe ocuparse, como fin único de éste, la rehabilitación del penado en el contexto de
los principios que emanan del carácter resocializador de la pena.

HACINAMIENTO CARCELARIO

Las cárceles colombianas se caracterizan por el hacinamiento, las graves


deficiencias en materia de servicios públicos y asistenciales, el imperio de la
violencia, la extorsión y la corrupción, y la carencia de oportunidades y medios para
la resocialización de los reclusos. Esta situación se ajusta plenamente a la definición
del estado de cosas inconstitucional, lo cual se define, como una flagrante violación
de un abanico de derechos fundamentales de los internos en los centros

5
penitenciarios colombianos, tales como la dignidad, la vida e integridad personal, los
derechos a la familia, a la salud, al trabajo y a la presunción de inocencia, etc 3.

El sistema carcelario y penitenciario ha llegado a tal punto que ni los guardias


soportan las circunstancias en las cuales viven las personas privadas de la libertad.
Hasta los guardias se están viendo afectados con esta situación. de desidia (falta de
ganas, abandono), por parte del estado.

“Es que eso adentro es una olla, nadie conoce el infierno que es una cárcel, la
miseria en la que viven esos miles de presos y los que, por necesidad, nos toca
trabajar en esta cosa”, dice un antiguo guardián del Instituto Nacional Penitenciario y
Carcelario (Inpec).

En Colombia hay un eterno estado de cosas inconstitucional de las cárceles


colombianas

Todos tienen algo que decir sobre la situación carcelaria. Lo que ellos llaman
infierno, la Corte Constitucional lo ha bautizado con el discreto nombre de estado de
cosas inconstitucional. Así lo hizo en la Sentencia T-153 de 1998, en la que le ordenó
al Estado, entre otras cosas, diseñar y ejecutar una política pública de construcción
de más cárceles, para acabar con el hacinamiento, en un plazo de cuatro años.

En los últimos años se han construido cerca de 10 cárceles en la última década, la


creación de esas cárceles ha ampliado en 20.000 los cupos carcelarios. Todas ellas
basadas en el modelo carcelario estadounidense de prisiones de máxima seguridad
(EE UU es uno de los país con más población carcelaria por cada 100.000
habitantes).

3
Informe, centros de reclusión en Colombia: un estado de cosas inconstitucional y de flagrante violación de derechos
humanos / Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos

6
Todo esto es desalentador, ya que la orden judicial sigue sin cumplirse. El
hacinamiento no hace parte de la historia, sigue de protagonista: apenas se redujo
del 40% al 30%, desde que se declaró el estado de cosas inconstitucional.

Para poder determinar como objetivo general la prestación del servicio de salud por
parte del estado a las personas privadas de la libertad en la cárcel de Máxima y
Mediana seguridad “la tramacua” de Valledupar, teniendo en cuenta la Pandemia del
COVID -19, se hace necesario abarcar varios aspectos que nos puedan llevar a un
método que se ajuste a una posible solución frente a la problemática de la
responsabilidad estatal. Para ello debemos tener en cuenta objetivos tales como
Identificar la población dentro del centro penitenciario de máxima y mediana
seguridad de Valledupar, describir los medios con los que cuenta el Estado para la
prestación del servicio de salud a las personas reclusas y por último, determinar la
posible negligencia del Estado en dicha prestación.

1. La población reclusa del centro penitenciario de máxima y mediana


seguridad de Valledupar:

Para conocer esta información, varios datos importantes fueron recolectados gracias
a entrevistas con funcionarios del INPEC que laboran en la cárcel de máxima y
mediana seguridad de Valledupar. Actualmente la “tramacua” cuenta con 1460
reclusos en su totalidad, de estos un 5% corresponde a personas de la tercera edad,
un 3% padecen de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y diabetes, por
supuesto la mayoría de estas personas mayores de 60 años. Solo hay condenados y
los sindicados que hay son de delitos con pena de más de 5 años como Hurto
agravado, Homicidio, Secuestro y Extorsión, entre otros.

Población Reclusa Vulnerable Cifra de la población


reclusa Vulnerable
Personas de la tercera edad 73 (5%)
Personas con enfermedades 43 (3%)
cardiovasculares, respiratorias y diabetes
Mujeres Embarazadas 0

7
Personas con movilidad reducida por 1
discapacidad acreditada
Fuente: propia.

Es evidente que el sector más vulnerable son las personas de la tercera edad y las
que padecen de enfermedades cardiovasculares, respiratorias y diabetes, si bien la
cifra de esta población no es tan grande, la probabilidad como para generarse un
daño no se descarta, para ello se debe considerar las medidas de prevención con las
que cuenta el establecimiento.

2. Los medios con los que cuenta el Estado para la prestación del servicio de
salud en las personas reclusas

Queremos partir de la base para el desarrollo de este informe que la salud es un


derecho fundamental consignado en nuestra Carta Magna. Más específico o
concreto en el artículo 49 de nuestra Constitución Política Nacional de 1991. Pero
para el caso que nos ocupa es Menester que a través de la técnica de análisis de
documental podamos en efecto, responder la siguiente inquietud: ¿Con que medios
cuenta el Estado para la prestación del servicio de la salud en las personas reclusas
de la tramacua?

Para darle respuesta al interrogante anteriormente expuesto, encontramos un


esquema de salud para la población que esta privada de su libertad, como es el caso
que nos ocupa, en el Decreto 2245/2015 en desarrollo de los artículos 65 y 66 de la
Ley 1709 de 2014 y modificado por el Decreto 1142 de 2016, el cual articula la
afiliación de esta población al Sistema General de Seguridad Social en Salud de
quienes pueden conservar su afiliación a los regímenes contributivo, especiales o de
excepción y al régimen subsidiado para la población reclusa que no pueda acceder a
los anteriores regímenes4

El modelo de atención en salud para la población privada de la libertad, está


regulado mediante la Resolución 5159 de 2015, la cual fue modificada mediante la
Resolución 3195 de 2016, que incluyó como destinatarios a las entidades que
administran los regímenes contributivo, especiales o de excepción, para la prestación
4
Decreto 2245/2015

8
de servicios, con énfasis en atención intramural y con un sistema de referencia y
contra referencia a los servicios de salud extramuros 5.

Ahora bien, es de suma importancia decir que las personas privadas de la libertad,
tienen derecho a una atención integral en salud, la cual se constituye en una de las
responsabilidades del Estado, desde el mismo momento en el que dicha población
está en custodia de las Instituciones Penitenciarias y Carcelarias. Las personas
privadas de la libertad, aun en medio de diferentes restricciones, tienen derechos a
una vida digna en conexidad con el derecho a la salud, una de las responsabilidades
del Estado, en aras de garantizarle a esta población la atención médica oportuna e
integral, desde el mismo momento en el que dicha población está en custodia de las
Instituciones Penitenciarias y Carcelarias. Por tanto, el Estado deberá ante cualquier
enfermedad o trastorno que padezca cualquier integrante de esta población,
garantizar su bienestar y tratamiento.

Teniendo en cuenta lo anterior existe una demandante situación de salud de las


personas privadas de la libertad, por la falta de continuidad en los tratamientos, la
mala calidad en la atención, pertinencia médica, la falta de detección temprana de la
enfermedad y el hacinamiento, que pasan a ser factores que agudizan las malas
condiciones de salud de esta población, y crean un escenario demandante de
servicios profesionales, demostrando en contexto que a nivel nacional e internacional
los centros carcelarios son un sistema que no garantizan sus acciones
administrativas ante los prestadores de servicios de salud y los derechos de esta
población.

Los reclusos con alguna enfermedad física crónicas graves, no reciben una
adecuada atención mientras están encarcelados, incluyendo las enfermedades
mentales, por lo cual se necesitan mejoras tanto en el cuidado de la salud
correccional como en los servicios comunitarios de salud mental con el fin de
prevenir el crimen y el encarcelamiento.

En síntesis al interrogante planteado, el establecimiento carcelario de la tramacua


cuenta con un área de sanidad, donde en el día prestan atención 2 medicos,1
5
Resolución 3195 de 2016

9
odontologo,4 enfermeras y en horas de la noche hay otro turno de personal de la
salud, es decir están las 24 horas. En cuanto a las medidas preventivas se ha optado
por el distanciamiento en la parte interna, hay días donde se dejan a los reclusos
aislados en las celdas, otros días las actividades son salir de la celda en la mañana y
quedarse en el patio hasta horas de la tarde para volver a sus celdas, se ha hecho la
entrega de tapabocas, jabones anti-bacteriales, y se han dado recomendaciones
para usar esos elementos.

Sin embargo, son los funcionarios del establecimiento quienes en parte han tenido
que comprar los guantes, tapabocas, y demás implementos para su uso personal,
esto debido a que el gobierno solo ha entregado tapabocas desechables que son
para uso de 1 día para validación de 3 meses, es decir se entregan 3 tapabocas para
usarlos en esos 3 meses. Cuando lo más razonable sería que la dotación fuese por
lo menos de un tapabocas por 2 o 3 días.

No se han visto recursos para comprar termómetros de distancia, las dotaciones de


Alcohol, jabón y gel anti-bacterial han sido gracias a donaciones de Homecenter,
Comfacesar, la Alcaldía, y la Gobernación del cesar. Dándonos a entender que el
gobierno nacional ha sido negligente en la calidad de la prevención, recientemente a
los funcionarios de forma particular les han entregado 5 tapabocas, un traje, una
careta y gafas, dotación que es para 3 meses.

La prestación de servicios de salud de las personas privadas de la libertad, debe


propender por generar estrategias de intervención ejecutadas por las instituciones
penitenciarias a partir de las políticas públicas, con el fin de garantizar el acceso a los
servicios de salud, como los que el Estado garantiza a las personas que gozan de la
libertad. Todo ello a través de la metodología de investigación de análisis
documental. Y en consecuencia establecer políticas públicas y prácticas que
constituyan una asistencia sanitaria que afirma el concepto de atención integral,
generar bienestar en la población a través de la provisión de evaluaciones integrales
de salud, desarrollo de competencias y habilidades para realizar educación en salud,
establecimiento de redes de apoyo de salud incluidos como parte de los planes y
programas de intervención con enfoque de una atención integral.

10
3. La posible negligencia del Estado en la prestación del servicio a las
personas reclusas

Para nadie es un secreto la negligencia que ha tenido el estado colombiano


frente a la pandemia del COVID- 19 en los centros carcelarios y esto no se expresa
por un pensamiento o una imaginación o no es que lo estemos suponiendo, ya que
en diferentes cárceles colombianas se han venido presentando fuertes motines o
protestas, por la falta de protección frente a esta enfermedad de fácil trasmisión
como lo es el COVID-19. Donde no se brindan las garantías necesarias para detener
el contagio y que prevalezca la vida que es realmente lo que se necesita. Por estas
razones analizaremos diversas situaciones que se presentaron en algunas cárceles
de Colombia, las cuales indudablemente no queremos que se presente en el centro
carcelario la “tramacua” de Valledupar. Es importante saber por qué los reclusos
toman esta decisión para llamar la atención del estado, y es que el 6 mayo 2020 se
llevaron a cabo protestas al interior y los alrededores de la cárcel ‘La Picota’ en
Bogotá. Los internos realizaron cacerolazo para denunciar las negligentes medidas
del Gobierno Nacional para evitar la propagación de la COVID-19 al interior de las
cárceles del país, que hoy suman más de 685 casos de contagios y tres muertes.
Por su parte, los familiares realizaron una movilización a las afueras de la cárcel,
para apoyarlos.

“Trancón en la Picota” así se le denominó a la jornada de protesta pacífica por la vida


y la dignidad de las personas privadas de la libertad. Tanto los internos como sus
familiares exigen una rebaja en las penas del 50%, sin exclusión de delitos, la
excarcelación humanitaria inmediata y la reforma del decreto 546/2020.

Desde el inicio de la pandemia, internas e internos de todas las cárceles del país han
realizado múltiples jornadas de protesta para denunciar esta situación, así como la
sistemática violación de derechos humanos por parte de los funcionarios del Instituto
Nacional Penitenciario y Carcelario –INPEC-. La respuesta se ha limitado
únicamente a la represión.

11
Al observar esto deberíamos preguntarnos ¿cuantos contagiados más se necesitan
en los centros carcelarios para que se tomen las medidas necesarias frente a esta
pandemia?, o tendrá que ser la cárcel la “tramacua” quien necesita llegar a estas
altas cifras de contagio para que se tomen las medidas pertinentes?.¿o acaso el
derecho a la vida no pesa más que cualquier otra cosa? Interrogantes como esto,
genera mucho debate, pero en este caso se necesita que se cumplan con los
elementos de Bioseguridad para garantizar la vida, no solo de los reclusos, si no de
los guardianes del INPEC, que en su labor diaria expone su vida también y las de
sus familiares. Algunos guardianes han manifestado la negligencia del Estado frente
a esto, aludiendo que solo se han otorgado algunos tapabocas desechables para tres
meses y que los productos de seguridad los han donado y pedido por tutelas.
Aspectos que abarcamos anteriormente con entrevistas a estos funcionarios en la
cárcel de máxima y mediana seguridad de Valledupar, demostrado una vez más, la
gran negligencia del estado frente a esta pandemia, no solo en la cárcel la
“tramacua” si no en todos los centros de reclusión del país.

4. Los elementos de la responsabilidad del Estado generados por la falla del


servicio

Teniendo en cuenta la pandemia decretada por el presidente de la república


de Colombia sobre la enfermedad del COVID-19 en virtud de la cárcel “ la tramacua”
se hace necesario analizar la responsabilidad del Estado, esta se hace patente
cuando se configura un daño, el cual deriva su calificación de antijurídico atendiendo
a que el sujeto que lo sufre no tiene el deber jurídico de soportar el daño, tal como ha
sido definido por la jurisprudencia de Colombia; Los elementos que sirven de
fundamento a la responsabilidad son esencialmente el daño antijurídico y su
imputación a la administración entendiendo por tal, el componente que permite
atribuir jurídicamente un daño a un sujeto determinado.

En la responsabilidad del Estado, “la imputación no se identifica con la causalidad


material, pues la atribución de la responsabilidad puede darse también en razón de
criterios normativos o jurídicos. Una vez se define que se está frente a una obligación
que incumbe al Estado, se determina el título en razón del cual se atribuye el daño

12
causado por el agente a la entidad a la cual pertenece, se define el factor de
atribución (la falla del servicio, el riesgo creado, la igualdad de las personas frente a
las cargas públicas). Atribuir el daño causado por un agente al servicio del Estado
significa que éste se hace responsable de su reparación, pero esta atribución sólo es
posible cuando el daño ha tenido vínculo con el servicio. Es decir, que las
actuaciones de los funcionarios sólo comprometen el patrimonio de las entidades
públicas cuando las mismas tienen algún nexo o vínculo con el servicio público” 6.

Ahora bien actualmente en las cárceles colombianas y lo que nos compete “la
tramacua” En los eventos en que se produce la muerte de un recluso al interior de un
centro carcelario, ha considerado la jurisprudencia, que el análisis de responsabilidad
que debe efectuarse es el correspondiente al régimen objetivo, teniendo en cuenta
que el sujeto está retenido por orden de autoridad competente y al quedar a
disposición de las autoridades, surge para el individuo una relación especial de
sujeción, ya que no ingresa voluntariamente al centro de detención, razón por la cual
sus derechos sufren importantes limitaciones, pero también nace el deber correlativo
de la entidad de garantizar su seguridad personal y también otros derechos como el
de la salud y en especial el derecho a la vida y la integridad personal.

Todo esto teniendo en cuenta la indefensión a la cual están sometidas las personas
privadas de la libertad, es factible analizar si en dado caso en la cárcel de máxima y
mediana seguridad de Valledupar, se efectué un incidente como el que se está
viviendo en diferentes instituciones carcelarias del territorio nacional, determinar si la
cárcel cuenta con los medios necesarios para evitar tal propagación. Ya que como se
ha analizado en varias jurisprudencias el estado es el garante y conservador de los
derechos de los reclusos.

Pero veamos la actuación del estado en un análisis muy detallado. Para efectos de la
imputabilidad del daño a la parte demandada, se tendrá en cuenta tanto la relación
especial de sujeción que surge entre el Estado y el recluso, comoquiera que por
razón del encarcelamiento, los presos no están en capacidad plena de repeler por sí
mismos los detrimentos que provengan de agentes estatales, de otros reclusos o de

6
Sentencia consejo estado 25000-23-26-000-2001-01156-01(25573)

13
terceros, como la falla del servicio en que incurrió el INPEC, entendida como el
incumplimiento al contenido obligacional que le había sido asignado por la ley se
permite precisar que bajo la égida de fundamentos de imputación de carácter
objetivo, como lo es el de la especial relación de sujeción, se requiere que se
encuentre acreditado que la conducta del Estado en el desarrollo de ese vínculo se
configura en la causa adecuada del daño demandado, de manera que el mismo le
pueda ser imputado. De esta manera, con fundamento en esa relación especial de
sujeción, al Estado se le pueden atribuir los daños soportados por presidiarios que no
sean directa y materialmente causados por sus funcionarios, como sucede cuando
un preso ocasiona la muerte a otro, lo que encuentra sustento en que el órgano
estatal tiene el deber de proteger al recluso contra actos que pudieran poner en
riesgo su vida o su integridad personal, sin encontrarse aquél en la obligación de
soportar una afectación a dichos bienes jurídicos tutelados por la ley por la mera
circunstancia de encontrarse detenido, siempre y cuando la situación negativa que se
pretenden atribuir provenga de ese vínculo que se genera entre el Estado y el
recluso.

Lo anterior tiene completo sentido desde la perspectiva de la causalidad adecuada


puesto que, el aparato estatal, al ser consciente de que deja sin protección de las
medidas acordadas para contrarrestar esta situación como lo son: el distanciamiento
de los reclusos, los elementos necesarios de protección etc., a todas las personas
que priva de la libertad, y de que al recluirlas en un mismo sitio las somete al riesgo
eminente de propagación del virus, si alguno de ellos presentare la sintomatología de
este virus. Conlleva a que en la mayoría de los casos sean completamente
previsibles y por lo tanto, resistibles, de manera que si se concretan en un daño se
generaría su responsabilidad patrimonial.

EL GARANTISMO Y LA PONDERACION DE LOS DERECHOS DE LOS


RECLUSOS EN TIEMPOS DE CORONAVIRUS.

El tratamiento penitenciario dentro de los fines de la pena, se soporta en la


prevención general y especial, la retribución justa, la reinserción social y la protección
al condenado. A voces del Garantismo se buscaría respetar escrupulosamente los

14
derechos fundamentales de las personas que purgan una pena en estos
establecimientos carcelarios y penitenciarios, garantizando los principios de legalidad
y proporcionalidad, de tal forma que solo se afecte la libre locomoción, sin vulnerar
los demás derechos inherentes al ser humano. Así entonces la finalidad de la pena
privativa de la libertad en un Estado social y democrático de derecho debe ser la
resocialización con base en un trato digno al condenado.

Tal como planteo Beccaria en su obra, la pena se fundamenta en la protección de la


libertad de los individuos sobre la base de una sociedad constituida por medio de un
contrato social. Beccaria señala en su libro “De los Delitos y de las Penas” que los
hombres vivían aislados e independientes y gozaban de total libertad, pero que esto
les generaba un estado de guerra constante y la incertidumbre de poder conservar
su libertad; ante esta situación y en busca de tranquilidad, decidieron organizarse
bajo unas condiciones determinadas y sacrificar, cada uno, una parte de su libertad.
La unión en sociedad debía garantizarse y esto se lograría a través de las penas, es
decir, por medio de unos motivos que impidieran que los individuos quisieran
recuperar la parte de su libertad y si alguien atentaba contra los intereses
individuales sacrificados, debería ser castigado(pena), con el fin de retribuir el daño
que se había causado y para que los demás individuos se abstuvieran de hacer lo
mismo y, dependiendo de qué tan grave sea el daño, se determinaría la clase y
cantidad de la pena7.

Ahora bien, teniendo en cuenta la responsabilidad del Estado dadas las condiciones
en las que se encuentra la “tramacua” en la prevención del Covid-19, notamos que
parte de la población reclusa cuentan con factores objetivos para el beneficio de
prisión domiciliaria; como la edad y las enfermedades leves, pero que, por el factor
subjetivo, en esencia por la gravedad de los delitos cometidos, se desvanece esa
posibilidad de cumplir la pena en una residencia. Entonces en aras de que no se
genere una responsabilidad para el Estado lo más conveniente sería analizar qué

7
Cesare Beccaria / Libro: De los delitos y las penas - 1764

15
posibilidad a través de la vía del Garantismo se pueden desarrollar ciertas
excepciones a ese factor subjetivo.

Conclusión

El llamado al estado es unísono, el clamor es cada vez más elocuente, los datos
hablan por sí solos y el abandono es día tras día más evidente, la responsabilidad
del estado aumenta por cada contagio y se agrava con cada muerte. Hoy más que
nunca, la disposición frente a los sectores más vulnerables debe ser mayor y sus
respuestas más eficaces, se hace necesario reducir vulnerabilidad dando una
respuesta sanitaria a gran escala, coordinada e integral, además de la adopción de
políticas que hagan frente a los devastadores efectos socioeconómicos, humanitarios
y de derechos humanos causados por la crisis.

El eterno “estado de cosas inconstitucionales” en las cárceles de Colombia, sumado


al brote del COVID-19 pone en evidencia la falta de sistemas de protección de la
salud pública y bienestar social, lo cual dificulta la protección de las poblaciones en
riesgo y aumenta transmisión o contagio de esta enfermedad. El gobierno debe
ampliar las campañas de información para que el personal de guardia y reclusos,
conozcan el riesgo del COVID-19 y estrategias para evitar la infección, garantizando
de esta manera, que todas las personas puedan acceder a la atención médica.

El personal médico es crucial, los centros penitenciarios deben aumentar los


protocolos de bioseguridad, bajo la supervisión de personal capacitado y la presencia
de mayor personal médico y sanitario, además de aumentar o ampliar las respuestas
de salud pública por parte del estado dando instructivos a Instituto Nacional
Penitenciario y Carcelario (INPEC) sobre cada uno de los protocolos.

Por todo lo ya expuesto es evidente que la responsabilidad del estado se puede


agravar en la medida de que no se mejoren los controles de prevención y no se
busquen otras alternativas para mitigar el contagio de la mejor forma, la decisión más
óptima y la cual se adapta a nuestra problemática de orden nacional, es que se debe
dar prevalencia al derecho a la salud por conexidad a la vida, dotando de mejores
condiciones en la ejecución de la pena para efectos de hacer cumplir las funciones

16
de la misma, salvaguardar la dignidad humana y evitar una posible responsabilidad
mucho mayor.

Recomendaciones

Considerando la importancia de esta investigación y en función de los resultados


obtenidos, se formulan algunas sugerencias para la comunidad académica y el
público en general, esto con la finalidad de lograr desarrollar el conocimiento,
consecuentemente se realizan las siguientes recomendaciones:

El respeto por los derechos humanos se hace cada día más necesario, al tiempo que
el respeto por los derechos fundamentales, incluidos los derechos a la salud, la libre
expresión, la no discriminación y atención oportuna. Las condiciones de ejecución de
pena deben mejorar en el marco del cumplimiento a la dignidad humana, la vida e
integridad personal, por tal motivo es responsabilidad de las universidades y futuros
profesionales del derecho, abogar por el respeto de las garantías y derechos de
todos los colombianos.

Investigaciones como la presente, tiene como fin tocar las puestas del estado, para
que este asegure un tratamiento humano, mediante la descongestión de celdas de la
prisión y mejorar la sanidad de la prisión cuando sea posible, así como mantener el
acceso de los reclusos al aire libre tanto como sea posible y por un mínimo de una
hora al día, usando un sistema rotativo para limitar los números.

El acceso continuo a los asesores jurídicos de las personas en prisión, así como a
los representantes de los órganos de inspección externos que garanticen la
implementación de políticas pública, además de garantizar la continuidad de los
servicios y productos básicos para las personas con necesidades especiales, por
ejemplo, las mujeres, los ancianos, los niños, los no nacionales, los analfabetos y las
personas con discapacidades físicas y mentales.

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BIBLIOGRAFIA:

1) Decreto 417 del 17 de marzo del 2020


2) Decreto 546 del 14 de abril del 2020
3) Cesare Beccaria / Libro: De los delitos y las penas - 1764
4) Referencias ONU, N.(12 de Marzo de 2021). El COVID-19 afecta
desproporcionadamente a los presos en todo el mundo. págs. 1-3.
5) Informe, centros de reclusión en Colombia: un estado de cosas
inconstitucional y de flagrante violación de derechos humanos / Alto
Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos
6) Top 10 de las cárceles que presentan mayor hacinamiento en Colombia /
Defensoría del pueblo - 10 de noviembre, 2014
7) Corte Constitucional, Sentencia T- 153 de 1998
8) FERRAGOLI LUIGI “Derechos y Garantías la Ley del más Débil” 2004
9) Sentencia 25000-23-26-000-2001-01156-01(25573) “Consejo de Estado”

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