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Universidad Abierta

Para Adultos

ASIGNATURA:

Comportamiento De Consumidor

FACILITADOR:

Edward Saviñón

PARTICIPANTE:

CARLOS EMANUEL SOSA GIL

MATRICULA: 2019-09663
La defensa del consumidor: El consumismo

El consumismo se refiere a la tendencia de adquirir, consumir o acumular bienes y


servicios que, en muchas ocasiones, no son necesarias para las personas. Por su
parte, la publicidad es un tipo de comunicación que busca provocar en el
consumidor nuevas necesidades de consumo que suponen el alcance de la felicidad
o un mejor estatus, más allá de ser cierto o no. De esta manera, las personas son
influenciadas para que adquieran infinidad de productos que, seguramente, no
necesitan o no precisan ni para su bienestar mental o físico.

El consumismo impacta la economía de las familias o de los individuos porque


implica un gasto extra que no resulta necesario, pero, que igual se lleva a cabo
porque las técnicas de publicad las ofrecen como algo indispensable y que produce
satisfacción.

Es decir, el consumismo incita a la adquisición de objetos o servicios a fin de


encontrar la identidad personal, la felicidad o la satisfacción que las personas no
pueden obtener de otra manera. Esta situación conlleva a una serie de estudios más
especializados.

El objetivo del conjunto normativo sobre la defensa del consumidor es evitar


prácticas lesivas por parte de los empresarios que supongan engaño, costes
adicionales o, incluso, daños personales, a los consumidores. Es decir, al comprar
un bien o contratar un servicio se genera un vínculo legal entre el comprador y el
vendedor, con lo que este último debe garantizar una serie de derechos e incurriría
en responsabilidad si vulnerase los intereses legítimos del consumidor o le causase
algún perjuicio. El Estado, por su parte, debe garantizar la defensa de estos
derechos y promover la información y educación de los consumidores para que no
estén en situación vulnerable frente a las empresas que ofrecen bienes y servicios.

De forma resumida, los consumidores y usuarios tienen derecho a:

– La protección contra los riesgos que puedan afectar a su salud o seguridad

– La protección de sus legítimos intereses económicos y sociales

– La indemnización de los daños y la reparación de los perjuicios sufridos


– La información completa y clara sobre los bienes o servicios, y la educación y
divulgación para facilitar el conocimiento sobre el adecuado uso consumo o disfrute.
El consumo y los cambios en la sociedad contemporánea

El consumismo puede referirse tanto a la acumulación, compra o consumo de


bienes y servicios considerados no esenciales, como al sistema político y
económico que promueve la adquisición competitiva de riqueza como signo de
status y prestigio dentro de un grupo social. El consumo a gran escala en la
sociedad contemporánea compromete seriamente los recursos naturales y el
equilibrio ecológico. El consumismo, entendido como adquisición o compra
desaforada, idealiza sus efectos y consecuencias asociando su práctica con la
obtención de la satisfacción personal e incluso de la felicidad personal.

A lo largo de toda la historia de la civilización, la mayoría de las personas han


comprado únicamente los productos que han necesitado. Si alguien necesitaba
comprar pergaminos para redactar un texto, los compraba. Si alguien necesitaba
unos nuevos zapatos porque los suyos estaban ya muy desgastados, iban a una
zapatería y se hacían con ellos. Si alguien necesitaba un paraguas para guarecerse
de la lluvia, reunía el dinero necesario y solucionaba su problema en una tienda.

Pero no todo se compraba respondiendo a necesidades más o menos acuciantes.


Muchas personas utilizaban su dinero (el sobrante después de las compras más
importantes) para comprar productos que satisfacían sus necesidades de ocio y
disfrute. Estos productos no eran vitales para subsistir, ni siquiera para vivir con un
mínimo de dignidad, pero se requerían para entretenerse uno en el tiempo libre.

No obstante, ya fuese un producto para satisfacer una necesidad apremiante, o un


producto para satisfacer una necesidad accesoria, lo importante es resaltar que se
utilizaban según la utilidad que repararan. De esta forma, cuando los vendedores
intentaban exponer su producto, lo hacían resaltando las cualidades de su uso. Si
intentaban vender un coche, resaltaban lo cómodo que podía ser conducirlo, o la
velocidad que podía alcanzar. Si intentaban vender ropa de invierno, se insistía en
la capacidad de la prenda para mantener en calor al cuerpo que la vistiese. Si
intentaban vender perfumes, sus esfuerzos iban dirigidos a mostrar el buen aroma
que desprendían sus productos.
El consumismo inicia su desarrollo y crecimiento a lo largo del Siglo XX como
consecuencia directa de la lógica interna del capitalismo y la aparición de la
mercadotecnia o publicidad. El consumismo se ha desarrollado principalmente en el
denominado mundo occidental extendiéndose después a otras áreas, haciéndose
popular el término creado por la antropología social sociedad de consumo, referido
al consumo masivo de productos y servicios. Para Jeremy Rifkin en la década de
1920 se produjo una sobreproducción en Estados Unidos motivada por un aumento
de la productividad y una bajada de la demanda (economía) por la existencia de un
alto número de desempleados debido a los cambios tecnológicos, que encontró en
el marketing (mercadotecnia y publicidad) la herramienta para incrementar, dirigir y
controlar el consumo.

Tras la aparición del capitalismo en la Europa occidental, la adquisición competitiva


de riqueza se convirtió una vez más en el criterio fundamental para alcanzar el
status de gran hombre. Sólo que en este caso los grandes hombres intentaban
arrebatarse la riqueza unos a otros, y se otorgaba mayor prestigio y poder al
individuo que lograba acumular y sostener la mayor fortuna. Durante los primeros
años del capitalismo, se confería el mayor prestigio a los que eran más ricos, pero
vivían más frugalmente. Más adelante, cuando sus fortunas se hicieron más
seguras, la clase alta capitalista recurrió al consumo y despilfarro conspicuos en
gran escala para impresionar a sus rivales. Construían grandes mansiones, se
vestían con elegancia exclusiva, se adornaban con joyas enormes y hablaban con
desprecio de las masas empobrecidas. Entretanto, las clases media y baja
continuaban asignando el mayor prestigio a los que trabajaban más, gastaban
menos y se oponían con sobriedad a cualquier forma de consumo y despilfarro
conspicuos. Pero como el crecimiento de la capacidad industrial comenzaba a
saturar el mercado de los consumidores, había que desarraigar a las clases media y
baja de sus hábitos vulgares. La publicidad y los medios de comunicación de masas
aunaron sus fuerzas para inducir a la clase media y baja a dejar de ahorrar y a
comprar, consumir, despilfarrar o gastar cantidades de bienes y servicios cada vez
mayores. De ahí que los buscadores de status de la clase media confirieran el
prestigio más alto al consumidor más importante y más conspicuo.
Nueva tendencia del consumidor en República Dominicana.

Los cambios de comportamiento que se están generando en las personas a raíz de


la crisis sanitaria producto de la Covid-19 tienen una repercusión importante en el
consumo de bienes y servicios en todos los ámbitos y, en especial, en la manera en
la que los usuarios interactúan.

El grupo de investigación Factor Humano: Organizaciones y Mercados de la


Universidad Rovira i Virgili, en coordinación con la Agencia Catalana del Consumo
(ACC), presentó un estudio en el que se identifican dos grandes tipos de tendencias:

 Tendencias del comportamiento del consumidor que ya se observaban antes


de la situación de pandemia y que se han acelerado por la crisis, tales como
hábitos saludables, digitalización, consumo responsable, fórmulas híbridas de
compra, comercio de proximidad, compra de productos locales.
 Y tendencias que nacen como efecto de la crisis, como las compras de
pánico, comercio seguro, consumo marcado por la crisis económica, cambio
de hábitos que afectan al consumo como el teletrabajo o la movilidad y que,
por lo tanto, no se habían identificado como tendencias antes de la
pandemia, o lo eran muy poco.

En el ámbito local, según una investigación reciente realizada en la República


Dominicana por la firma internacional EY se destaca que el 86% de los
consumidores dominicanos cambiará su prioridad de los productos no
esenciales. Al respecto señala que los suministros de limpieza y
medicamentos son las categorías en las que los consumidores gastan más. A
través de un sistema que monitorea en tiempo real los cambios en los
intereses y preferencias de los consumidores en los países de la región,
desarrollado por Central América Data, es posible proyectar tendencias de
demanda a corto y largo plazo, para los diferentes productos, sectores y
mercados.

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