Está en la página 1de 5

Sociología Jurídica. Guzmán, Willmer. V-16.063.590.

Núcleo Anaco.

El Conflicto Social
En principio, el conflicto no es causa ni condición de ningún hecho social, en el sentido del
positivismo científico, o de conformidad con cualquier otro enfoque teórico que pretenda, usando
un lenguaje distinto, identificar los factores que motivan la ocurrencia de un fenómeno social.
El conflicto es una consecuencia de un determinado de estado de las cosas. ¿De cuál estado?
De una situación de divergencia social, es decir, de una relación contradictoria (disputa) que
sostienen personas o grupos sociales separados al poseer intereses y/o valores diferentes.
Cabe señalar que, el conflicto implica una falta de acuerdo entre dos o más personas, pero
cuando esa falta de acuerdo persiste en el tiempo y afecta a un grupo grande de individuos o hace
que varios grupos sociales se enfrenten, podemos hablar, específicamente de un conflicto social.
Generalmente las causas de un conflicto social dependen de las circunstancias de cada país o
región; no obstante principalmente los conflictos están relacionados con la desigualdad entre
hombres y mujeres, entre personas de distintas etnias o entre personas que profesan diferentes
religiones son causas habituales de conflicto social, así como también por causa de la crisis
económica que supone la pérdida de empleo, la proliferación de empleos precarios o la
disminución de la capacidad adquisitiva de las personas conlleva el aumento de la pobreza y la
aparición del hambre en algunos supuestos. De igual forma, la ausencia del Estado como
gobierno, en determinadas zonas de un país puede afectar la existencia o el desarrollo de los
servicios públicos como la educación o la sanidad, lo que provoca conflictos entre la población
debido a las desigualdades.
Algunos conflictos sociales comienzan de manera pacífica como una protesta, pero cuando
se extienden en el tiempo pueden tener consecuencias muy graves como el desplazamiento de
miles de personas que temen por su vida. Puede conllevar signos de violencia, lo cuales tienen
repercusiones en una determinada población. De hecho, un conflicto llega a considerase social
cuando dicho conflicto afecta a un gran grupo de población, al que genera situaciones
desagradables que pueden ser devengadas del propio malestar generado. 
En este sentido, el siguiente análisis pretende esclarecer el fenómeno que se esconde tras la
figura del conflicto social, asimismo busca describir las distintas concepciones teóricas que han
girado en torno a ella, y por ende, determinar la relación existente entre la pobreza y exclusión
social como manifestación directa de este fenómeno.

1
Sociología Jurídica. Guzmán, Willmer. V-16.063.590.
Núcleo Anaco.

El Conflicto Social
Ahora bien, el conflicto social como bien mencionamos anteriormente, el conflicto social es
un proceso complejo en el que sectores de la sociedad, el Estado o las empresas perciben que sus
objetivos, intereses, valores o necesidades son contradictorios. Vale decir, estamos ante
demandas contradictorias de numerosas personas que se sienten amenazadas o perjudicadas por
ciertas circunstancias, puede ser por ejemplo por la contaminación de un río, la mala prestación
de un servicio público, la afectación a sus derechos laborales u otros motivos, y que se movilizan
para buscar explicaciones sobre lo ocurrido y encontrar soluciones.
Sucesivamente el conflicto social te obliga a estar más consciente de las oportunidades y
prosperidades que están a nuestro alrededor; si bien, podemos afirmar que el conflicto social,
ayuda a apreciar la vida.  A lo largo del tiempo, durante épocas diversos autores han tratado de
darle un sentido al conflicto, dichas hipótesis o teorías del conocimiento son conocidas como las
teorías del conflicto social.
Las teorías del conflicto social buscan explicar cómo la sociedad necesita tanto leyes y
estabilidad como desacuerdo y a fin de lograr integración social lo que puede conseguirse, ya sea
con consenso o con coacción. En cualquier caso, el conflicto es el factor del progreso, que se
basa en la formación de grupos de cambio y acción social, a fin de obtener la integración,
mediante pactos o acuerdos con el resto de los actores o sectores sociales, de nuevas relaciones o
estructuras, que propician los grupos de presión o interés de los artífices del cambio.
A su vez, entre las teorías sociológicas conflictualistas, es posible encontrar dos grandes
variantes históricas. La primera de ellas, que precedió a la otra en nacimiento y no sólo en la
presentación en este escrito, es la marxista; mientras que la segunda, que nunca ocultó su
inspiración en la primera, radica en la teoría sociológica liberal sobre el conflicto. Cabe acotar
que la diferenciación entre estas dos tendencias obedece, sobre todo, a los distintos enfoques
políticos que poseen. Sus mayores diferencias residen en la forma como enfocan el poder y las
disidencias que comparten en torno a las diversas lecturas políticas que hacen sobre las
contradicciones sociales.
En el campo de la teoría sociológica conflictualista del marxismo, se origina en la primera
mitad del siglo XIX en Alemania, Francia e Inglaterra, con la activa participación de Karl Marx
y Federico Engels, seguida de la contribución amplia de multitud de teóricos a lo largo y ancho

2
Sociología Jurídica. Guzmán, Willmer. V-16.063.590.
Núcleo Anaco.

El Conflicto Social
del mundo durante el siglo XX. La unidad básica de análisis utilizada en sus estudios, a fin de
explicar el conflicto, los movimientos y los cambios en la sociedad, es la clase social.
Es decir, el marxismo concibe a la sociedad como cuerpo de organización integrado y
dividido entre distintas clases sociales, con intereses enfrentados. Históricamente, en los
diferentes periodos de la vida en sociedad, han variado las clases sociales: esclavos y patricios,
siervos y señores feudales, proletarios y burgueses, entre otros, pero siempre la sociedad ha
estado fraccionada en clases sociales con objetivos contra opuestos.
A su vez, la lucha de clases sociales ha sido el motor de las grandes transformaciones
sociales y el aguijón que ha espoleado el conflicto en todas las épocas y lugares de la historia de
la humanidad. La lucha de clases en los distintos periodos o fases de la historia aparece motivada
en contradicciones principales y secundarias.
Por otro lado, el conflictualismo liberal, aun cuando contó con la influencia pionera de
Georg Simmel a comienzos del siglo XX en Alemania, vino a desarrollarse en Europa y Estados
Unidos a mediados de ese siglo, con la importante participación de Ralf Dahrendorf, junto a
otros autores como George B. Vold, de invaluables aportes en el ámbito de la sociología jurídica,
y John Rex.
Para el conflictualismo liberal, la sociedad ciertamente se encuentra estratificada en clases
sociales. Incluso se admite que en la clase de conflictos de los que se ocupó de estudiar Marx en
los siglos XVIII y XIX los conflictos de clase obtuvieron un lugar protagónico. Sin embargo, ya
en el siglo XX, la categoría de clase social resultaba demasiado general para ser útil en el análisis
social. Esto ocurre puesto que muchos conflictos no tenían como referente una clase social, sino
que era otro el factor que los caracterizaba o que servía para la agrupación de los actores
sociales. Igualmente, no pocos conflictos se presentaban dentro de una misma clase social, por lo
que no podían ser explicados o entendidos como de una clase contra otra al estilo tradicional del
marxismo.
A diferencia de lo planteado por el marxismo, los conflictualistas liberales emplean la
categoría de grupo social para identificar las partes que se encuentran envueltas en el conflicto.
Obviamente, la idea de una disputa sugiere siempre que hay dos partes contrarias que se
enfrentan por algo, y la categoría de clase o de grupo sirve para entender quiénes son los actores

3
Sociología Jurídica. Guzmán, Willmer. V-16.063.590.
Núcleo Anaco.

El Conflicto Social
de la confrontación. De allí la importancia de dilucidar cuál es la categoría teórica más útil para
los estudios sociológicos.
Otra cuestión de relevancia, conectada a la anterior, denota adicionalmente que una buena
porción de los conflictos sociales modernos no son conflictos de clase, ni encajan dentro de esa
categoría. Los conflictos culturales, de índole religiosa, entre católicos y protestantes o aquellos
que enfrentan a cristianos y musulmanes nada o poco tienen que ver con clases sociales, al igual
que los conflictos de género, los que se suceden entre distintos grupos etáreos que, por ejemplo,
llevan a los jóvenes a chocar con los adultos mayores.
En otro aspecto, la pobreza como la exclusión social se conciben como fenómenos
producidos por la interacción de una pluralidad de procesos o factores elementales que afectan a
los individuos y grupos humanos impidiéndoles acceder a un nivel de calidad de vida decente y a
participar plenamente, según sus propias capacidades en los procesos de desarrollo.
Ahora bien, la pobreza es suele ser asociada a personas que carecen de recursos económicos
o que los tienen de manera insuficiente, y en sus aproximaciones se utilizan parámetros de
medición vinculados al mundo de la producción y el consumo de bienes materiales, esto significa
que en los estudios sobre la pobreza se ha privilegiado una mirada económica de la misma y
desde una perspectiva funcional que da pie a una serie de programas para “combatirla”, porque la
pobreza, por su aspecto disfuncional al sistema económico, se ha concebido como un freno para
el desarrollo.
La percepción de la generación de riqueza indefinida como un valor humano es reciente y se
produce gracias a la combinación de factores como las nuevas tecnologías industriales, la energía
del carbón y del petróleo, la organización de las fuerzas del mercado, la migración y
desplazamientos, la urbanización y el abandono del campo, el cambio en la estructura familiar y
la división del trabajo en un mercado que es global. Toda esta riqueza generada no se ha
redistribuido justamente generando mayores desigualdades y exclusiones.
Para concluir, podemos decir que la pobreza y exclusión no se tratan de un acontecimiento
natural, sino de un producto social del que somos responsables. La pobreza no es solo de quienes
la causan directamente, ni de aquellos que pueden disfrutar de riquezas porque otros se los
permiten, como coloquialmente se dice: “hay pobres porque hay ricos”. Sino también que es

4
Sociología Jurídica. Guzmán, Willmer. V-16.063.590.
Núcleo Anaco.

El Conflicto Social
causada por el desinterés, pues las personas no son proactivas, vale decir, no hacen nada para
evitarla, cuando son conscientes de que es perversa y de que hay recursos para acabar con ella.
En cuanto al conflicto social, se observó que cada conflicto tiene por lo menos tres
elementos que lo componen: los actores, los problemas y el proceso. Los actores son aquellos
cuyos intereses están directamente enfrentados. De un lado, están los que plantean las demandas
y, del otro, los presuntos responsables de los problemas. También son actores quienes colaboran
con la solución a los problemas.
Por su parte, los problemas se dan porque al principio no hay una misma perspectiva, cada
quien habla desde sus intereses o sus creencias. Pero si se hace un buen análisis y se socializa la
información se puede avanzar hacia ideas cada vez más compartidas. Y el proceso es la manera
cómo discurre el conflicto, su dinámica. Puede haber protestas públicas o medidas de fuerza que
buscan presionar en favor de sus objetivos; puede haber procesos de diálogo guiados por reglas
aceptadas por las partes o reuniones precarias y poco confiables; puede contarse con un
facilitador o mediador o negociarse de manera directa. Está claro que los procesos que están más
cerca de alcanzar soluciones son aquellos que tienen legitimidad, son colaborativos y eficaces.
Adicionalmente podemos apuntar que los conflictos sociales revelan un malestar y una
posible falla en el funcionamiento del Estado o del mercado. Pero hay que asumirlos como
oportunidades para comprender realidades diversas y resolver problemas complejos. Una
sociedad democrática debe escuchar atentamente las voces que reclaman algo. De por medio
están los derechos, la gobernabilidad democrática, el desarrollo y la cultura de diálogo y paz.
Por último, se determinó que con frecuencia los conflictos sociales poseen un aspecto o una
faceta económica, en otras ocasiones nada tienen que ver con lo económico o éste componente
aparece tan atenuado dentro de la coyuntura que viene a ser irrelevante. Por ello para las
diferentes teorías sociológicas del conflicto social concurren a una pluralidad de aspectos:
políticos, sociales, culturales, económicos o de la personalidad, con incidencia sobre las disputas
sociales, aunque con distintos grados y alcances. Siendo así recomendable examinarse cada
conflicto en particular y no partir de prejuzgamientos, para identificar las aristas envueltas y
sopesar sus repercusiones.

También podría gustarte