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Conductismo

El conductismo, según Skinner (uno de los primeros en definir el objeto de


estudio de la psicología), es el estudio experimental objetivo y natural de la
conducta.1 Para Burrhus Frederic Skinner el conductismo es una filosofía de la
ciencia de la conducta,2 definió varios aspectos esenciales de su objeto de estudio
y a diferencia de Watson se centró en describir las leyes generales que rigen la
conducta.3 El objeto de estudio de la psicología y la forma en cómo se concibe la
conducta es entendida de diversos modos, según el enfoque desde el que se vea.
Se pueden identificar más de diez formas de conductismo,4 desde el propuesto por
Watson hasta nuestros días; pasando por el conductismo de Tolman, Hull y
Skinner, el interconductismo y la psicología interconductual de Kantor, el
conductismo teleológico de Rachlin, empírico de Bijou, teórico de Staddon y
biológico de Timberlake, el contextualismo funcional de Hayes, etc.
Jacob Robert Kantor define el conductismo como «una renuncia a las doctrinas
del alma, la mente y la conciencia», para ocuparse del «estudio de los organismos
en interacción con sus ambientes». En términos más amplios, lo considera como
equivalente al término ciencia (Kantor 1968, cit. por Campos, 1973, p. 91), dado
que se ocupa de la naturaleza a partir del «principio del comportamiento». Así,
la química estudia el comportamiento de los elementos y la sustancia,
la física estudia el comportamiento de la materia y sus propiedades,
la astronomía estudia el comportamiento de los astros y galaxias, y
la psicología estudia las interacciones entre los organismos y su entorno.

TEORÍA GENÉTICA DE PIAGET


La teoría genética de Piaget es uno de los ejemplos más claros de integración y fundamentación de
una teoría en una epistemología. Para Piaget la explicitación epistemológica es primordial y
constitutiva para su teoría.

1. El pensamiento pasa a través de una serie de etapas de desarrollo; en cada etapa se


aplica la lógica formal en una etapa específica de diferenciación que puede
caracterizarse por un álgebra en la que se aplica exactamente tal y tal estructura
matemática, correspondiente a los axiomas de la lógica en esa etapa; esta lógica se
manifiesta primero en acciones, luego en una etapa relativamente temprana en
operaciones sensoriomotoras (en el sentido matemático específico de la palabra, en
oposición a "acciones" que son equivalentes a relaciones pero no operaciones
matemáticas), y finalmente en operaciones que expresar pensamientos, actividad
intencional consciente.
2. La base material para la transición de inteligencia sensoriomotriz a la representación y
de la representación al pensamiento conceptual es la interiorización de la actividad
práctica.
3. Las etapas sucesivas de los conceptos manifestados en el desarrollo infantil implican
relaciones de deducción en la lógica matemática y en el desarrollo del pensamiento
en otros planos de desarrollo, como en la historia de la ciencia y la historia del
conocimiento en la antropología.1
Piaget recurre a la gama completa de conocimiento matemático contemporáneo, una vasta
base empírica de observación del aprendizaje de niños muy pequeños que se forma en su
instituto e informes de observaciones de niños mayores y un conocimiento general del
desarrollo del conocimiento en la historia.
(1) Desde el punto de vista de la lógica dialéctica, que en cada etapa del desarrollo, en cada
"definición de Absoluto" en la terminología de Hegel, la lógica formal es aplicable. La prueba
de Piaget es sorprendente, y su demostración de cómo las etapas de desarrollo en el
pensamiento infantil pasan a través de una serie específica que es deductiva en un sentido
específico desde el punto de vista de las matemáticas es original y profunda.[cita  requerida]

ENFOQUE HUMANISTA DE ROGERS


La psicología humanista de Carl Rogers causó tanta admiración que se la
definió en su momento como la revolución silenciosa. Rogers trajo el
optimismo más vital a la psicoterapia para convencernos de que todos
merecemos convertirnos en el tipo de persona que soñamos. Nos habló de las
relaciones auténticas y de la necesidad de “florecer" en nuestro máximo
potencial como seres humanos.

Teorías de la personalidad hay muchas en psicología, no obstante, cabe decir


que todas tienen ejes comunes, puntos que confluyen con ideas y enfoques
semejantes. Sin embargo, si hacemos una pequeña retrospectiva entre todas,
dentro de ese abanico de interesantes teorías la de Carl Rogers y su visión
positiva del ser humano destaca por traer un cambio necesario.

“La curiosa paradoja es que cuando me acepto como soy, cambio"


-Carl Rogers-
Dejando atrás o a un lado, esa visión pasiva o determinista enfatizada por el
psicoanálisis y el conductismo, la psicología humanista del que se
considera el psicoterapeuta más influyente de la historia nos habló de
pronto de la libertad del ser humano. Enfatizó nuestra capacidad para
avanzar y crear un mundo mejor, nos animó a ser responsables de nosotros, a
abrirnos a la experiencia a través de una terapia no directiva con la que
favorecer el autoconocimiento.

La escuela socio-histórica de L.S. Vygotski


Como ya hemos indicado, las ideas psicológicas son indisociables de condiciones
histórico-culturales que las hacen posibles. Con todo, la mayoría de las escuelas que
aparecen durante la etapa fundacional de nuestra disciplina —la que hemos localizado entre
el último tercio del siglo XIX y el primero del XX — han quedado ligadas a figuras
singulares como Wundt, Freud o Watson. Son personajes que representan la transición
entre la tradición del pensador, científico o inventor solitario del siglo XIX y las formas de
producción científica grupales propias de las instituciones, sociedades y laboratorios del
siglo XX . Aun dentro de instituciones científicas, la biografía de estos «padres
fundadores» es indisociable de sus sistematizaciones psicológicas: capitalizaron conceptos
y herramientas que estaban presentes en diversos ámbitos de la cultura de su época y
ofrecieron alternativas para la joven psicología entendida ya como disciplina básica y
responsable de la subjetividad occidental moderna.
La escuela socio-histórica es otro ejemplo de ese proceso y Lev Seminovich Vygotski
(1896-1934) es su representante fundamental. Como han señalado algunos autores
(Kozulin, 1994; del Río y Álvarez, 2007a), la biografía de Vygotski tiene cierto halo
dramático y literario y está trufada de experiencias vitales indisociables de su personal
concepción del fenómeno psicológico. Siendo todavía Zar Nicolás II, Vygotski nació en
Orsha, una pequeña localidad de Bielorrusia de mayoría judía, a la que él también
pertenecía. De hecho, como era habitual en la época, tuvo que combatir los prejuicios
raciales para poder desarrollar su carrera profesional, pero finalmente logró establecerse en
el Instituto de Psicología de Moscú en 1924.

Collage de juego

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