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¿Deberían tener árboles de Navidad los cristianos?

RESPUESTA:
Ahora que se acerca la temporada navideña, muchos se hacen preguntas como esta. Tal como
todo lo demás en la vida, es importante llegar a estos temas con discernimiento bíblico.

En este caso, nosotros no vemos nada malo con los árboles de Navidad tradicionales. Sin embargo,
varios han enseñado que no está bien tener un árbol de Navidad en su hogar. ¿Pero, son sus
razones válidas? Nosotros creemos que no. Veamos a dos de las objeciones más comunes que la
gente dice en contra de tener un árbol de Navidad.

Primeramente, algunos refutan que el árbol de Navidad tiene origen pagano. Se cree que
Bonifacio, un misionero inglés en Alemania en el siglo octavo, instituyó el primer árbol de Navidad.
Supuestamente, sustituyó los sacrificios al sagrado árbol del dios Odín, con un abeto adornado
como tributo a Cristo. Pero otros cuentan que Martín Lutero introdujo el árbol de Navidad
decorado con velas. Basado en esa información, usted podría decir que el árbol de Navidad tiene
un distinguido origen cristiano.

Sin embargo, aunque se estableciera claramente un origen pagano, eso no significaría que no
podemos disfrutar tener un árbol de Navidad. Tal vez la siguiente analogía ayude a explicar:

Durante la Segunda Guerra Mundial, los militares americanos usaron algunas islas remotas del
Pacífico sur como pistas de aterrizaje y depósitos de abastecimiento. Anteriormente, los indígenas
nunca habían visto tecnología moderna tan de cerca. Aviones de carga grandes descargaban una
variedad de materiales, y por primera vez, los isleños vieron encendedores de cigarrillos (que para
ellos eran algo milagroso), jeeps, refrigeradores, radios, herramientas y una gran variedad de
comida.

Cuando se terminó la guerra, los indígenas concluyeron que los hombres que trajeron la carga
eran dioses; y entonces empezaron a construir santuarios para los dioses de la carga. Ellos tenían
la esperanza que los dioses regresarían con más cosas.

Muchos no conocen esta superstición religiosa. De forma similar, muy pocos conocen de la
adoración a los árboles. Cuando un niño saca un gran regalo de abajo del árbol de Navidad y lo
abre para encontrar un modelo de avión de carga, nadie lo ve como un ídolo. Tampoco vemos al
árbol de Navidad como una clase de dios de regalos. Entendemos la diferencia entre un juguete y
un ídolo, casi tan claramente como entendemos la diferencia entre un ídolo y un árbol de Navidad.
No vemos una razón válida para hacer una conexión entre árboles de Navidad e ídolos de madera,
o la adoración de árboles. Aquellos que insisten en hacer esa clase de asociaciones, deberían
tomar nota de las advertencias en la Escritura contra el juzgar el uno al otro sobre cosas dudosas
(vea Rom. 14 y 1 Cor. 10:23-33).

Otra refutación común es que dicen que los árboles de Navidad están prohibidos en la Escritura.
Jeremías 10 es comúnmente usado para apoyar este punto de vista. Pero un estudio más profundo
de este pasaje mostrará que no tiene nada que ver con árboles de Navidad y sí tiene que ver con la
adoración de ídolos. El versículo ocho dice, “Todos se infatuarán y entontecerán. Enseñanza de
vanidades es el leño.”

La adoración de ídolos claramente era una violación de los diez mandamientos. Éxodo 20:3-6 dice,
“No tendrás otros dioses delante de mí. No te harás imagen, ni ninguna semejanza de lo que esté
arriba en el cielo, ni abajo en la tierra, ni en las aguas debajo de la tierra. No te inclinarás a ellas, ni
las honrarás; porque yo soy Jehová tu Dios, fuerte, celoso, que visito la maldad de los padres sobre
los hijos hasta la tercera y cuarta generación de los que me aborrecen, y hago misericordia a
millares, a los que me aman y guardan mis mandamientos.”

No hay conexión entre la adoración de ídolos y el uso de los árboles de Navidad. No debemos
preocuparnos por argumentos sin fundamento contra las decoraciones de Navidad. Debemos
estar enfocados en el Cristo de Navidad y en recordar con diligencia la verdadera razón de la
temporada.

© 2011 Gracia a Vosotros.


Todos los derechos reservados. Usado con permiso.

¿Deberían celebrar la Navidad los cristianos?

¿Deberían celebrar la Navidad los cristianos?


Por John MacArthur

La Escritura no manda que los creyentes celebren la Navidad —no hay ciertos “días santos” que la
iglesia debe observar. De hecho, la Navidad no fue observada como una fiesta hasta mucho
después de la era bíblica. No fue hasta mediados del siglo quinto que la Navidad fue reconocida
oficialmente.

Nosotros creemos que celebrar la Navidad no es una cuestión de bien o mal, ya que Romanos
14:5-6 nos provee la libertad de decidir si queremos observar estos días especiales o no:

“Uno hace diferencia entre día y día; otro juzga iguales todos los días. Cada uno esté plenamente
convencido en su propia mente. El que hace caso del día, lo hace para el Señor; y el que no hace
caso del día, para el Señor no lo hace. El que come, para el Señor come, porque da gracias a Dios; y
el que no come, para el Señor no come, y da gracias a Dios” (Rom. 14:5-6).

De acuerdo a estos versículos, el cristiano puede elegir legítimamente cualquier día —incluyendo
Navidad— como un día para el Señor. Nosotros creemos que la Navidad da a los creyentes una
gran oportunidad de exaltar a Jesucristo.

Primero, la temporada de Navidad nos recuerda de grandes verdades de la encarnación. Recordar


verdades importantes sobre Cristo y el Evangelio es un tema relevante en el Nuevo Testamento (1
Cor. 11:25; 2 Ped. 1:12-15; 2 Tes. 2:5). La Verdad necesita ser repetida porque puede ser olvidada
fácilmente. Entonces, debemos celebrar la Navidad para conmemorar el nacimiento de Cristo y el
maravilloso misterio de la Encarnación.
La Navidad también puede ser un tiempo de alabanza reverente. Los pastores glorificaron y
alabaron a Dios por el nacimiento de Jesús, el Mesías. Se regocijaron cuando los ángeles
proclamaron que en Belén había nacido el Salvador, Cristo el Señor (Lucas 2:11). El niño puesto en
el pesebre ese día es nuestro Salvador, el “Señor de señores y Rey de reyes” (Mateo 1:21; Apoc.
17:14).

Finalmente, la gente tiende a ser más abierta al Evangelio durante la temporada de Navidad.
Debemos aprovechar esto para testificarles de la gracia salvadora de Dios por medio de Jesucristo.
La Navidad se trata del Mesías prometido, quien vino a salvar a Su pueblo de sus pecados (Mateo
1:21). Esta fiesta nos provee una maravillosa oportunidad para compartir esta verdad.

Aunque nuestra sociedad ha reemplazado el mensaje de Navidad por lo material y el consumismo,


así como también por mitos y tradiciones vanas, no debemos dejar que nos distraigan de apreciar
el verdadero sentido de la Navidad. Aprovechemos esta oportunidad para acordarnos de Él,
alabarle a Él y testificar fielmente de Él.

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