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Qué aspectos consideran que debe tener en cuenta un profesional en Salud Ocupacional

para identificar condiciones auditivas riesgosas


Identificar el riesgo

1. Identificación del riesgo: Cuando se haya identificado este riesgo habrá que establecer la serie
de medidas que se deben llevar a cabo para buscar soluciones dirigidas a eliminarlo o reducirlo.

2. Reducción o eliminación del riesgo:


Los riesgos derivados de la exposición al ruido se deben eliminar en origen o se deben reducir al nivel
más bajo posible, teniendo en cuenta los avances técnicos y la disponibilidad de medidas de control
del riesgo en origen. La reducción de estos riesgos se basa en los principios generales de prevención
que establece el artículo 15 de la Ley 31/1995, de 8 de noviembre, y debe tener especialmente en
consideración:

- Otros métodos de trabajo que reduzcan la necesidad de exponerse al ruido.


- La elección de equipos de trabajo adecuados que generen el nivel más bajo posible de ruido.
- La concepción y disposición de los espacios y puestos de trabajo.
- La información y formación adecuadas para enseñar a los trabajadores a utilizar correctamente el
equipo de trabajo con el objetivo de reducir al mínimo la exposición al ruido.
- La reducción técnica del ruido: reducción del ruido ambiental, por ejemplo, por medio de pantallas,
cierres, recubrimientos con material acústicamente absorbente o reducción del ruido transmitido por
cuerpos sólidos, por ejemplo mediante amortiguamiento o aislamiento.
- Programas apropiados de mantenimiento de los equipos de trabajo, del espacio de trabajo y de los
puestos de trabajo.
- La reducción del ruido mediante la organización de la actividad laboral: limitación de la duración y la
intensidad de la exposición y ordenación adecuada del tiempo de trabajo.

3. Evaluación:
La empresa debe realizar una evaluación basada en la medición de los niveles de ruido a los que están
expuestos los trabajadores. 

Los métodos e instrumentos que se utilicen deben permitir la determinación del nivel de exposición
diario equivalente (LAeq,d), del nivel de pico (Lpic) y del nivel de exposición semanal equivalente
(LAeq,s). Los valores de exposición que generan una acción, referidos a los niveles de exposición
diaria y a los niveles de pico, se fijan en:

- Valores límite de exposición: LAeq,d = 87 dB(A) y Lpic = 140 dB(C).


- Valores superiores de exposición que generan una acción: LAeq,d = 85 dB(A) y Lpic = 137 dB(C).
- Valores inferiores de exposición que generan una acción: LAeq,d = 80 dB(A) y Lpic = 135 dB(C).

Para aplicar los valores límite de exposición, en la determinación de la exposición real del trabajador al
ruido se debe tener en cuenta la atenuación que proporcionan los protectores auditivos individuales
utilizados por parte de los trabajadores. Para los valores de exposición que generan una acción no se
tienen en cuenta los efectos causados por los protectores mencionados.

El nivel de exposición diario equivalente LAeq,d = 87 dB(A) no debe ser excedido en ninguna jornada
laboral.

La evaluación y la medición mencionada se deben efectuar cada año, como mínimo, en los puestos de
trabajo en los que se superan los valores máximos de exposición que generan una acción, o cada tres
años cuando se sobrepasan los valores inferiores de exposición que generan una acción.

La evaluación de riesgos, la podrá realizar un técnico con la formación de nivel intermedio, excepto
cuando se deba establecer una estrategia de medición o sea necesario llevar a
cabo una interpretación o aplicación
no mecánica de los criterios de evaluación, casos en los que será imprescindible disponer de la
formación de nivel superior en la especialidad de Higiene Industrial.
En función de los resultados de la evaluación, la empresa debe determinar las medidas a adoptar de
acuerdo con los artículos 4, 7, 8 y 9 de RD 286/2006, y planificar la ejecución de conformidad con lo
establecido en el capítulo II, sección segunda, del
Real Decreto 39/1997.

4. Información y formación de los trabajadores:


La empresa velará para que los trabajadores expuestos a un nivel de ruido igual o superior a los
valores inferiores de exposición que generan una acción y/o sus representantes reciban información y
formación relativas a los riesgos derivados de la exposición al ruido.

5. Consulta y participación de los trabajadores: 


La ley de prevención de riesgos establece la obligación de la empresa de consultar con antelación a los
trabajadores o a sus representantes y permitir su participación en:

- La evaluación de riesgos y la determinación de las medidas a aplicar.


- Las medidas para eliminar o reducir los riesgos derivados de la exposición al ruido.
- La elección de protectores auditivos individuales.

6. Programa de medidas técnicas y organizativas: 


Cuando se sobrepasen los valores superiores de exposición que generan una acción, la empresa debe
establecer y ejecutar un programa de medidas técnicas y/o de organización, que habrá que integrar
en la planificación de su actividad preventiva, destinado a reducir la exposición al ruido.

7. Señalización, delimitación y limitación de acceso: 


Los puestos de trabajo en los que los trabajadores puedan estar expuestos a niveles de ruido que
sobrepasen los valores superiores de exposición que generan una acción deben ser objeto de una
señalización apropiada. Cuando sea viable desde el punto de vista técnico y el riesgo de exposición lo
justifique, deben delimitarse los lugares mencionados y limitar el acceso a ellos.

8. Entrega de EPI. Uso obligatorio de EPI: 


Si no hay otros medios de prevención de los riesgos derivados de la exposición al ruido, se deben
poner a disposición de los trabajadores, para que los utilicen, protectores auditivos individuales
apropiados y correctamente ajustados.
El uso de protectores auditivos será obligatorio cuando se sobrepasan los valores superiores de
exposición,  LAeq,d = 85 dB(A) o Lpic = 137 dB(C). 

9. Medidas inmediatas: 
Se conoce como limitación de la exposición. Si a pesar de las medidas adoptadas se comprueban
exposiciones por encima de los valores límite de exposición, la empresa deberá:

-  Adoptar inmediatamente medidas para reducir la exposición por debajo de los valores límite de
exposición.
-  Determinar las razones de la sobreexposición.
-  Corregir las medidas de prevención y protección para evitar que se vuelva a producir una
reincidencia.
-  Informar a los delegados de prevención de estas circunstancias.

10. Vigilancia de la salud: 


Cuando la evaluación de riesgos ponga de manifiesto la existencia de un riesgo para la salud de los
trabajadores, el empresario deberá llevar a cabo una vigilancia de la salud de los trabajadores
mencionados, y éstos se deben someter obligatoriamente a ellos.

11. Reevaluación del puesto de trabajo: 


La evaluación y la medición de ruido se deben programar y efectuar a intervalos apropiados, y como
mínimo, cada año en los puestos de trabajo en que se sobrepasen los valores superiores de exposición
que generan una acción, o cada tres años cuando se superen los valores inferiores de exposición que
generan una acción.
 

2. ¿Cómo se debe medir el ruido?

La evaluación de la exposición al ruido requiere, en general, la medición de los niveles de ruido y la


correspondiente comparación con los valores inferior y superior de exposición, y también con los
valores límite.

La elección de la estrategia de medición supone la planificación de las mediciones respecto del tiempo
de duración, elección de la jornada o jornadas, los períodos de la jornada que se quieren cuantificar,
los trabajadores a quien se efectuará la medición y los instrumentos que se utilizarán.

Para medir el ruido se pueden utilizar sonómetros, sonómetros integradores y dosímetros personales
(medidores personales de exposición sonora).

Los dosímetros personales se utilizan cuando el puesto de trabajo implica movilidad y el


establecimiento de tiempo y localización del trabajador es prácticamente imposible, por ejemplo en
trabajos de mantenimiento, o en general cuando la variación del nivel de ruido es muy elevada o no
se puede predecir a lo largo de la jornada. El dosímetro, lo llevará el trabajador, y se colocará de
manera que el micrófono se mantenga a unos 10 cm del canal de entrada de la oreja (preferiblemente
en la más expuesta) y a 4 cm por encima del hombro. El cable debe estar sujeto de manera que la
influencia mecánica o la ropa no puedan dar resultados erróneos.

Antes de realizar las medidas los aparatos se deben comprobar y ajustar, si es necesario, con el
calibrador acústico.

Los sonómetros o sonómetros integradores, se deben comprobar mediante un calibrador acústico


antes y después de cada medición o serie de mediciones.
Las mediciones se deben realizar preferentemente en ausencia del trabajador. Se  colocará el
micrófono en el lugar que ocupa habitualmente (a la altura de la cabeza). Si no es posible que el
trabajador abandone el puesto de trabajo, el micrófono se situará a una distancia aproximada de
entre 10 y 40 cm del pabellón auditivo externo, buscando el punto de más recepción.

Si la situación del trabajador no permite fijar fácilmente la posición del micrófono en la forma
recomendada, se colocará a una altura de 1,55 m ± 0,075 m del suelo si el trabajador está de pie o a
0,80 m ± 0,05 m del plano del asiento, si trabaja sentado.

Es preferible utilizar un trípode para sujetar el instrumento o el micrófono, si no se hace así se


recomienda mantener el brazo bien extendido durante la medición.

3. Medidas técnicas para eliminar / disminuir la exposición 

Como norma general, se establece la obligación de la empresa de eliminar en su origen o reducir la


exposición al ruido al nivel más bajo técnicamente y razonablemente posible, teniendo en cuenta el
progreso técnico y la disponibilidad de las medidas de control aplicadas a las instalaciones o a los
procesos existentes.

La misma política debería ser de aplicación en la concepción y construcción de nuevos centros de


trabajo o en la adquisición de nuevos equipos. Una buena práctica para la reducción del ruido en su
origen es la elección de máquinas que, con igualdad de características técnicas, emiten niveles más
bajos de ruido.

Las medidas dirigidas a evitar o reducir la exposición son:


a) Métodos de trabajo que reduzcan la necesidad de exposición al ruido, por ejemplo cambios de
carácter tecnológico (uso de equipos menos ruidosos, modificaciones de diseño...) u organizativo
(rotación entre diferentes puestos de trabajo que permitan reducir la exposición individual al ruido).

b) Elección de equipos de trabajo adecuados que generen el nivel de ruido más bajo posible, teniendo
en cuenta la actividad laboral a la que están adscritos.

c) La concepción y disposición de los puestos de trabajo deben permitir minimizar el número de


personas expuestas y también reducir al mínimo la exposición de estas personas, recurriendo no
solamente al uso de los equipos menos ruidosos sino también equipando los puestos de trabajo con
los elementos apropiados para minimizar la transmisión del ruido.

d) Información y formación convenientes para enseñar a los trabajadores a utilizar correctamente el


equipo de trabajo y reducir al mínimo su exposición al ruido.

e) Reducción técnica del ruido mediante la reducción del ruido aéreo, por ejemplo:

1.  Disminuyendo la generación de ruido en origen (foco).


2.  Disminuyendo el nivel de presión acústica en el ambiente desde el origen hasta al receptor
(transmisión).
3. Disminuyendo el nivel de presión acústica en el trabajador (receptor).

4. Control de la exposición al ruido: programa de medidas técnicas y organizativas

Cuando se sobrepasan los valores superiores de exposición que generan una acción, la empresa debe
establecer y ejecutar un programa de medidas técnicas y/o de organización adoptando medidas que
prioricen la protección colectiva y que deberá incluir aspectos como los siguientes:

- Objetivos que se plantean.

- Acciones concretas que hay que emprender.

- Justificación de las acciones.

- Plazos concretos en que se actuará.

- Responsables y personas asignadas al programa.

- Recursos materiales disponibles para la ejecución del programa.

5. Protección individual

Los protectores auditivos son equipos de protección individual que reducen los efectos del ruido para
evitar daños en el oído.

La protección individual sólo se debe considerar una medida complementaria cuando no es


técnicamente posible reducir el nivel sonoro hasta niveles seguros, y también mientras se implantan
las medidas para reducirlo o en circunstancias especiales, como por ejemplo, el acceso esporádico a
salas de máquinas.

El RD 286/2006 establece la obligatoriedad de uso del protector auditivo cuando se superan los
valores superiores de exposición: LAeq,d = 85 dB(A) y Lpic= 137 dB(C). Sin embargo la empresa
tiene que poner a disposición de los trabajadores protectores auditivos cuando los niveles de ruido
sean superiores a los valores inferiores de exposición: LAeq,d = 80 dB(A) y Lpic = 135 dB(C),
respectivamente.

Los protectores auditivos se suministrarán gratuitamente al trabajador  y serán de uso personal. La


empresa debe proporcionarles, preferentemente por escrito, instrucciones precisas y comprensibles.
Igualmente se aconseja hacer formación en sesiones de entrenamiento previo al primer uso.

Existen dos tipos de protectores: las orejeras, que son unos cascos que cubren las orejas, y los
tapones, que se introducen en el canal auditivo.

OREJERAS: Cascos que cubren las orejas y que se adaptan a la cabeza mediante unas almohadillas
blandas, generalmente rellenas de espuma plástica o líquido. Están unidos entre sí por un arnés de
metal o plástico, y a veces se fija a cada casco o al arnés una cinta flexible que sostiene los cascos
cuando el arnés se coloca en la nuca o por debajo de la barbilla.

TAPONES: Protectores auditivos que se introducen en el canal auditivo o se colocan sobre el pabellón


auditivo, destinados a bloquear la entrada. Pueden ser moldeables, pre moldeables, personalizados o
llevar arnés

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