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TEOLOGÍA FUNDAMENTAL

PAUTA HERMENÉUTICA - METODOLÓGICA Y DIDÁCTICA

Julio 06-07. 2020

Hermanos Juan David Calderón Ramírez, Richard Galindo Pantoja, José Miguel Posada Eraso

I. Premisas sobre la perspectiva y tratamiento del tema

1. En términos generales, la Teología fundamental en cuanto “Ciencia de la Revelación y de la Fe”


estudia las bases de toda reflexión teológica creída y vivida por el creyente en la comunidad
eclesial hoy.

2. Ahora bien, la revelación y la fe están tan íntimamente relacionadas entre sí, que no se pueden
confundir ni separar pero sí se deben relacionar, porque “cuando Dios revela, el hombre tiene que
someterse en la fe (cf. Rm 16,26; Rm 1,51; 2 Cor 10,5)… por el homenaje total de su
entendimiento y voluntad, asintiendo libremente a lo que Dios revela” (DV 5).

Revelación y fe están relacionadas como la propuesta y la respuesta: según se entienda la


propuesta de la revelación se da la respu0esta creyente. Por eso en el seno de una misma fe creída
desde el objeto de la fe, se dan distintas creencias según los sujetos creyentes.

Por eso, tanto el tratado sobre la revelación como el de la fe en la historia de la teología han
tenido distintos tratamientos y perspectivas, por los distintos contextos socioculturales y eclesiales
en los que ha vivido la Iglesia en su historia creyente.

3. Además, nosotros mismos estudiamos este tratado siendo ya creyentes, con una fe que
recibimos en la tradición familiar, comunitaria y eclesial y hemos querido practicar, condicionados
también por nuestra subjetividad histórica situada en un continente “creyente pero oprimido” y
en medio de un pueblo pobre pero al mismo tiempo pueblo creyente en Dios. Por eso nuestra
reflexión se hace “desde la fe a la fe” (Rm 1,17) y “de la praxis a la praxis” si aceptamos que la
praxis de la fe es el primer momento del acto de fe.

II. Pauta metodológica y hermenéutica del curso

Con las anteriores premisas, brevemente enunciadas, pero que se explicitarán en el desarrollo del
tema, explico la pauta metodológica y hermenéutica que orienta el estudio del tema sobre
teología fundamental.

1. Creo que para esta modalidad virtual para comenzar el estudio sistemático de la Teología sí es
necesario un texto-guía. Con tal intención he escogido el de Joao Batista Libânio, jesuita brasileño,
ampliamente conocido y valorado como un especialista del tema desde una perspectiva
latinoamericana, UNA FE CRISTIANA Y LIBERADORA ENTRE MUCHAS CREENCIAS (Teología
fundamental), Siquem-Dabar, México 2004, 172 pgs.

“Nuestra reflexión trató de situarse bien en la realidad socio-religiosa de un continente con tanta
injusticia social… con el propósito de vivir lúcidamente al fe cristiana en este contexto: “Creer en
América Latina”. El último capítulo contempló principalmente esta cuestión (cf. pg. 167). Este
texto es un resumen de otro libro, TEOLOGÍA DE LA FE, Yo creo, nosotros creemos, Dabar México,
2003, 572 pgs., además la perspectiva teo9lógica está´ muy relacionada con la pastoral “para la
formación de los agentes de pastoral en los distintos ministerios y servicios de la Iglesia.

El texto tiene valiosas ayudas didácticas para facilitar la lectura y la comprensión del mismo, entre
otras:

Al comienzo de cada capítulo una breve presentación del plan lógico que desarrolla, al final del
capítulo, un resumen y un cuadro de preguntas para reflexionar y compartir. Y en la conclusión del
libro, un resumen de cada capítulo para tener una visión de conjunto (pgs. 165-167), y finalmente,
un vocabulario o glosario de los términos que es necesario clarificar y precisar (pgs. 169-172).

2. La perspectiva particular del texto, que Libanio explica en “un cambio de perspectiva”( pgs. 17s),
parte más del sujeto que cree que de la misma revelación en su objetividad, aunque está siempre
implícita la visión de la revelación según el Concilio Vaticano II (pg. 16), para explicitar más esta
visión se añadirá un estudio de la Dei Verbum.

3. La pauta de estudio seguirá el orden de los capítulos que propone el autor, de acuerdo con su
perspectiva particular de ver la propuesta de la revelación: lo que se cree (“fides quae”), más
desde la fe (por la que) “fides qua” es decir, desde el sujeto que cree que desde aquello que se
cree.

4. En los dos textos se da una amplia bibliografía:


- En la Teología de la fe, una orientación bibliográfica general sobre los distintos temas (cf. pgs. 17-
20).
- Una fe cristiana y liberadora la bibliografía se da después de cada capítulo;
- En el desarrollo de los temas se citan textualmente algunos autores de nota;
- Además, propondré algunas lecturas complementarias que creo necesarias para el tema.

5. Finalmente, insisto mucho en que nuestro estudio de Teología, y sobre todo en los comienzos,
debe unir al aprendizaje de contenidos el aprendizaje de un método de estudio en los distintos
momentos:

- Saber leer, por la comprensión literal y lógica de cada texto, lo que exige estudiar, que no es lo
mismo que leer;

- Comprender el sentido lógico relacionando las ideas, las proposiciones y los distintos apartados
de un capítulo;

- Aprender, reteniendo con inteligencia el contenido de lo que se comprende, es decir, pasar del
texto leído al texto comprendido por apropiación personal;

- Comunicar lo aprendido, bien sea oralmente o por escrito aprovechando la socialización con los
otros hermanos y el acompañamiento del hermano acompañante.

Para este ejercicio sirve mucho el cuadro de “Preguntas para reflexionar y compartir”, al final de
cada capítulo. Unas dos veces en el semestre de estudio, de julio a diciembre, pediré por escrito
las respuestas, esperando que en el plan personal, hacia octubre, hayan trabajado y respondido
los cuatro primeros capítulos.
III. Pautas para el estudio del texto guía de J. LIbanio, Una fe cristiana y liberadora

Capítulo I: Punto de partida (pgs. 11-23)

En la visión histórica del tema y del problema, según los diversos contextos socio-culturales y
eclesiales, ocupa un lugar privilegiado la Dei verbum del Concilio Vaticano II. Con el riesgo de
insistir demasiado, se podría decir que marca un “antes y un después” en la comprensión de la
revelación, porque “sólo la revelación puede decirnos qué es la revelación”... Percibimos mejor la
profundidad a la que es necesario lanzarse, si atendemos al Concilio Vaticano II (pg. 16).

Es aquí, en este capítulo, donde hay que hacer también una lectura inteligente de la Constitución
Dei verbum, sobre todo del capítulo I al IV y del VI. Una síntesis catequética del mismo puede
verse en el Catecismo de la Iglesia Católica: Capítulo 2, Sobre la revelación de Dios y su transmisión
en la Tradición apostólica y la Sagrada Escritura, Nos. 50 al 141, con los resúmenes
correspondientes a cada artículo (Nos. 68 al 4; 96 al 100; 134 al 141). Se trata sobre todo de
precisar la naturaleza y las características específicas de la revelación cristiana, que la diferencian
de la “revelación” de las religiones no cristianas, como también las diferencias entre las
confesiones cristianas desde la relación entre Revelación-Tradición-Escritura. Se darán cuenta, que
el tema de Cristo, culmen de al revelación (DV 4) y el de Escritura y Tradición, están en los
capítulos sexto y séptimo del texto de Libânio. La razón es que hasta el capítulo quinto (pg. 85) el
autor ve la revelación y la fe desde el sujeto creyente, según lso distintos contextos históricos de
comprensión de la subjetividad, es decir, desde el YO CREO, como lo señaló en el capítulo primero,
“Punto de partida”. En cambio, la dimensión comunitaria y eclesial el NOSOTROS CREEMOS, la
desarrolla del capítulo quinto al séptimo. Es de notar que este tratamiento se corresponde con el
que hace el CATECISMO DE LA IGLESIA (Capítulo tercero, artículo 1: Creo y artículo 2: Creemos
(Números 142-184).

En otras sistematizaciones del tratado, se parte del NOSOTROS CREEMOS – Dimensión comunitaria
y eclesial – al YO CREO - dimensión subjetiva del creyente -. También Libânio acepta esta
sistematización al introducir la Parte segunda: “Nosotros creemos” en su texto ya citado de
Teología de la fe:

“Esta segunda parte, “Nosotros creemos” debería preceder a la anterior” Yo Creo, únicamente
porque estoy en una Iglesia de quien recibí la fe. Sin embargo, la hemos pospuesto por querer
hacer el itinerario de la fe más adecuado a la mentalidad de hoy. Por eso, todo lo que hemos visto
en la primera parte: Yo creo, adquiere su verdadero sentido a la luz de los temas que siguen” en la
Segunda parte.

Nota: Al término del estudio de la Dei Verbum se trataría de que cada uno de los
hermanos, desde su experiencia creyente en la revelación se pregunte sobre qué cambios
se dan en su comprensión de la naturaleza y características específicas de la misma: Sería
muy recomendable poder leer el artículo de Torres Queiruga sobre la Revelación, en 10
Palabras claves en Religión, Evd, Navarra, 1992, pgs. 178-224.

Capítulo II: La construcción de la fe (pgs. 23-45)


Entendido bien “Punto de partida” de la comprensión de la Revelación desde el sujeto creyente
en lso distintos contextos de construcción de al subjetividad, emerge bien el riesgo de la
posmodernidad, de una subjetividad exacerbada, sin dimensión histórica, social y cósmica. Esta es
la búsqueda actual de un tercer momento, según el autor.

En la búsqueda de esta recuperación está la Exhortación del Papa Laudato Si’ – “Alabado seas” –
cuyo quinto aniversario estamos celebrando. Sería este el momento más oportuno para estudiar el
capítulo segundo EL EVANGELIOD E LA CREACIÓN, llamado también el “Protoevangelio”, en que a
la luz de la fe el Papa entra en diálogo con las ciencias, las distintas sabidurías y creencias
religiosas, puesto que es un mensaje sobre la creación según la tradición judeo-cristiana, o sobre la
naturaleza, según otras sabidurías y creencias religiosas:

“En los relatos del Génesis, tan antiguos y cargados de profundo simbolismo, ya estaba contenida
una convicción actual: que todo está relacionado y que el auténtico cuidado de nuestra propia
vida y de nuestras relaciones con la naturaleza es inseparable de la fraternidad, la justicia y la
fidelidad a los demás” (No.. 70).

Capítulo tercero: Creer en un mundo religiosos (pgs. 45-65)


Capítulo cuarto: Creer en un mundo en crisis de razón (pgs. 67-85)

En la naturaleza del acto de fe con la que se recibe la revelación, según el no. 5 de la Dei verbum,
están la racionalidad y la libertad del sujeto creyente, que, con la ayuda de la gracia de Dios,
concede a todos el gusto en aceptar y creer la verdad”. Según Libânio esta concepción de la fe en
el Vaticano II, amplía el concepto de la fe del Vaticano I, verdadero pero limitado (cf. pg. 59),
porque tiene en cuenta las dimensiones subjetivas del creyente.

Nota: Para una visión de conjunto de la doctrina católica sobre la fe: Yo creo-Nosotros creemos,
que sirva de marco a estos capítulos tercero y cuarto del texto, se debe leer la síntesis del
Catecismo Católico en: Capítulo II: La respuesta del hombre a Dios, Art. 1: Creo, y Art. 2: Creemos
(nos. 142-184) con los resúmenes correspondientes al final de cada artículo. Nótense
particularmente en el Apartado III: las características de la fe (Nos. 153-165).

Ojalá también una visión de conjunto de la primera encíclica del Papa Francisco con Benedicto XVI
Lumen fidei (29.06.3013), muy especialmente el capítulo segundo “Si no creéis no comprenderéis”
(is 7,9).

En estos dos capítulos, el autor analiza las características del acto de fe, más desde los distintos
momentos de construcción de la subjetividad del creyente, que desde una descripción o
concepción de la razón, la libertad y la gratuidad en sí mismas consideradas y no en los contextos
históricos en que se han ido construyendo, construcción que expuso en el capítulo anterior.

El capítulo tercero (pgs. 56ss), hace la autocrítica a la concepción unilateral sin integrarla c de una
inteligencia de la fe en el catolicismo con la sola razón instrumental y objetiva sin integrarla con la
dimensión mística de la experiencia de Dios en la tradición cristiana. Este planteamiento sirve para
relacionar pero también para diferenciar claramente la fe cristiana de las místicas posmodernas,
psicológicas y cósmicas. Es un buen lugar también para relacionar la fe con la religiosidad popular.
De ahí el título del capítulo: Creer en un mundo religioso, para analizar también el fenómeno
religioso al interior de la Iglesia, particularmente el de los movimientos carismáticos.

En el Capítulo cuarto: Creer en un mundo en crisis de razón, después de narrar la historia de


encuentros y desencuentros en la relación entre la fe y la razón, es importante ubicar el momento
actual de posibilidades de diálogo:

“La fe, alejándose d la razón, corre el riesgo de perderse en lo emocional, y la razón, cerrándose a
la fe, puede encaminarse por los senderos peligrosos del relativismo y del nihilismo. Ambas
ganarán mucho si vuelven a dialogar, tanto en términos culturales como en el interior de cada
persona” (pg. 82).

Capítulos quinto al capítulo octavo: Quinto: la fe y la comunidad (pgs. 85-100); Sexto: Creer y
seguir a Jesús (pgs. 103-118); Séptimo: Escritura y Tradición: Escritura (pgs. 125-131; Tradición
(133-139)

Estos tres cap9ítulos de la segunda parte presentan la dimensión comunitaria de la fe en la


revelación que culmina en Cristo Jesús y su transmisión en la Tradición y la Escritura, creída y
vivida en la Iglesia.

Para tener una visión de conjunto y más integral de la relación entre los capítulos, sugiero leer la
síntesis que Libânio presenta de los mismos capítulos en la conclusión (Pgs. 166-167) y que creo
orienta mejor el estudio de esta Segunda Parte. Estos capítulos deben leerse en el marco del
capítulo segundo de la Dei Verbum.

Capítulo octavo: Creer en un continente que no desafía (pgs. 143-167)

Finalmente, desde la perspectiva de nosotros, creyentes hoy en este continente latinoamericano


que nos desafía, este capítulo conclusivo del libro merece una atención especial.

Sin que expresamente lo diga el autor, creo que es una respuesta a la búsqueda que plantea en el
capítulo segundo, de una nueva subjetividad creyente, que recupere la dimensión histórica, la
dimensión social y la dimensión cósmica de la fe, tan desarticuladas hoy en el “Yo creo – Nosotros
creemos, en nuestro contexto latinoamericano. Esta propuesta cumple con el propósito de este
curso de Teología fundamental: Una fe cristiana y liberadora entre muchas creencias.

La Teología fundamental, con el estudio de los fundamentos de la Teología: Revelación y Fe, pone
los cimientos de toda reflexión teológica. Simultáneamente, es ya una cierta Teología de la
Revelación y de la Fe desde la íntima relación entre la propuesta y la respuesta, o entre el “objeto”
de la revelación y el “sujeto” creyente: Yo creo – Nosotros creemos.

“El hermano menor es consciente de que el estudio, como toda otra actividad, debe considerarse
siemp9re como una gracia recibida del Señor, debe realizarse con fidelidad y devoción (cf. Rb 5,2)
y debe conceptuarse como un bien que hay que compartir con los hermanos (Ratio studiorum
OFM, In notitia veritatis proficere (LM 11,1)”.

“Para los hermanos menores el estudio tiende a alimentar el “diálogo necesario entre
conocimiento y devoción, entre investigación y contemplación, entre ciencia y caridad (San
Buenaventura, Itin. Prólogo 4).

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