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Nació en Santo Domingo, el 21 de octubre de 1850. Su educación académica fue casi nula, no concurrió a
ningún centro docente de alto nivel, pero las lecturas proporcionadas en la amplia biblioteca de su padre,
el poeta costumbrista Nicolás Ureña de Mendoza (1822-1874) y la madre Gregoria Díaz y León (1819-
1914), le dieron buena formación intelectual. También aprendió inglés y francés, con un maestro
particular que le puso su padre a ella y su hermana Ramona. Desde niña se distinguió por su vocación a la
lectura, la recitación de poesías de famosos poetas americanos y españoles, adquiriendo una apreciable
formación basada en el estudio de los clásicos, lo que la llevó por el camino de la poesía.
Comenzó a escribir versos a los 15 años y a los dieciséis hizo sus primeras publicaciones en periódicos de
la ciudad, con el seudónimo de Herminia. En el año 1874, la antología titulada Lira de Quisqueya del
periodista y escritor César Nicolás Penson recogió y publicó 10 poemas suyas, todas de tema patriótico, y
firmados con su verdadero nombre. Son poesías hechas al estilo clásico, donde las estrofas más abundante
es la estrofa de 8 versos, denominada octava real, así como también la de cuatro y cinco versos, que son
composiciones poéticas de las llamadas lira y la silva que aprendió en la lectura de sus poetas predilectos,
como fray Luis de León, Garcilaso de la Vega, San Juan de la Cruz, Nicasio Gallegos, Fernández de
Moratín, Manuel José Quintana y la preceptiva poética de Ignacio Luzán, estos últimos pilares del
Neoclasicismo español, de donde Salomé parece inspirarse y ver la literatura con finalidad didáctica. Sus
poesías son programadas, inspiradas en una razón o motivo, sin interesarse muchos por los recursos
estilísticos y los juegos de palabras, aunque prestaba bastante atención en la combinación métrica, -versos
de 11 sílabas (el endecasílabo) y de 7 sílabas (heptasílabo)-, la musicalidad rítmica y la rima consonante o
perfecta, muy acoplada a los moldes clásicos.
Sus composiciones poéticas fueron conocidas y apreciadas dentro y fuera del país. Salomé Ureña es la
poetisa y educadora que compuso poesías de temas patrióticos, como “La fe en el Porvenir”, “A
Quisquiya”, “Ruinas”, “Sombras”, “16 de Agosto”, “A la Patria”; cantó al mundo íntimo de la familia, a
sus hijos: “A mi Pedro”, “Horas de Angustias”, “Las tristezas”, “El ave y el nido”, “La llegada del
invierno”, “Angustias”: en otros cantó a la gloria y la civilización, como: “La gloria del progreso”, “A los
teutones”, “Mi ofrenda a la patria”. Por eso es que los críticos de sus poesías no dudan en afirmar que
Salomé Ureña fue la primera mujer que en Santo Domingo mereció el sentido de la gran poesía, por la
variedad de temas: a sus hijos, a su esposo, a la sociedad, a su patria y al progreso. Ella tenía como
propósito enseñar a través de la poesía, contar la historia, exaltar el esplendor del pasado, es decir, exaltar
el ideal de progreso y civilización de los primeros años del descubrimiento.
Casó con Francisco Henríquez y Carvajal (1859-1935), entusiasta colaborador de Eugenio María de
Hostos (1839-1903), quien la orientó hacia la gran labor educativa que estaba llamada a realizar esta
excepcional mujer. De su matrimonio nacieron cuatro hijos, todos intelectuales de vasta cultura:
Francisco, Pedro, Max y Camila Henríquez Ureña. Como educadora, es la pionera de la educación
femenina formal en el país. Fundó, inspirada y guiada por su maestro Eugenio María de Hostos, el
Instituto de Señoritas en 1881. Con esta obra se inicia la tarea de valorar a la mujer porque surgieron las
primeras seis maestras normalistas, estas fueron: Leonor María Felrz, Mercedes Laura Aguiar, Luisa
Ozema Pellerano, Ana Josefa Puello, Altagracia Henríquez Perdomo y Catalina Pou.
La breve producción poética de Salomé fue clasificada por Joaquín Balaguer en: Poesía patriótica y
poesías sentimentales. Eugenio María de Hostos como humanística y domésticas, estas son: “Ruinas”,
“Lágrimas”, “A los dominicanos”, “La fe en el porvenir”, “A los leutones”, “Mi ofrenda a la patria”,
“¡Adelante!”, “Sueño”, “Luz”, “Sombras”, “27 de febrero”, “A Quisqueya”, “La llegada del invierno”,
“En defensa de la sociedad”, etc.
Dentro de las poesías sentimentales y domésticas se destacan: “En horas de angustias”, “Vespertina”,
“Tristeza”, “A mi Pedro”, “El ave y el nido”, “Angustias”, “A mi primogénito”, “Vespertina”, y otras.
De la poetisa, todas sus poesías se encuentran recogida en Obras completas (Biblioteca de Clásicos
Dominicanos, 1989)
Salomé Ureña, murió en Puerto Plata, el 6 de marzo de 1897. Pero en su honor, todos los hombres de
letras que han brillado en las páginas de la literatura dominicana hicieron eco con sus plumas para honrar
a la pionera de educación a la mujer y a la poetisa que voló alto con alas propias y brillará para siempre
en el parnaso de las letras dominicana.
RUINAS
Responde:
1.- Cita los aportes de la poetisa a literatura dominicana.
2.- Cuál es la intención comunicativa de la poetisa en el poema.
3.- ¿Qué valores se observan en el texto y cómo los relaciona con nuestra realidad?
4.- Expón algunos hechos o acontecimientos históricos ocurridos en nuestro país que reflejen la realidad
sociopolítica e histórica recreada en el poema.
5.- ¿Qué aplicaciones tiene el título del poema en la actualidad?
6.- ¿Cuál es el mensaje que nos quiere expresar la poetisa a través del poema?
7.- ¿Cuál es la persona gramatical predominante en el poema?
8.- Género a que pertenece el poema.
9.- Elabora una ficha biográfica de Gastón Fernando Deligne y José Joaquín Pérez poetas dominicanos
contemporáneos suyos.
10.- Nivel de lengua dominante en el poema.
11.- Expresa tu opinión valorando el poema en dos párrafos.