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La propuesta consiste en tres elementos: 1) carteles publicitarios que ofrecen vender el coronavirus en botellas e incluyen un número de contacto, 2) videos que muestran al artista interactuando con el contenido de las botellas, y 3) registro de las interacciones con espectadores a través de llamadas y chats. Los carteles se distribuirán en dos ciudades durante 14 días e invitan a contactar al artista para comprar la "experiencia" de estar enfermo. El proyecto concluiría mostrando las interacciones logradas con la
La propuesta consiste en tres elementos: 1) carteles publicitarios que ofrecen vender el coronavirus en botellas e incluyen un número de contacto, 2) videos que muestran al artista interactuando con el contenido de las botellas, y 3) registro de las interacciones con espectadores a través de llamadas y chats. Los carteles se distribuirán en dos ciudades durante 14 días e invitan a contactar al artista para comprar la "experiencia" de estar enfermo. El proyecto concluiría mostrando las interacciones logradas con la
La propuesta consiste en tres elementos: 1) carteles publicitarios que ofrecen vender el coronavirus en botellas e incluyen un número de contacto, 2) videos que muestran al artista interactuando con el contenido de las botellas, y 3) registro de las interacciones con espectadores a través de llamadas y chats. Los carteles se distribuirán en dos ciudades durante 14 días e invitan a contactar al artista para comprar la "experiencia" de estar enfermo. El proyecto concluiría mostrando las interacciones logradas con la
Mi propuesta está constituida por tres elementos: carteles publicitarios, videos y el
registro de las interacciones que resulten con los espectadores, a través de las llamadas y los chats de un número. Lo carteles incluirán la imagen del producto, el coronavirus en botella, e información que le indique al espectador con quién contactar y cómo pagar. Además, el cartel tiene una marca que indica que “cumple con todos los protocolos de bioseguridad”, jugando con la ironía de vender el virus garantizando que la botella, en su exterior, no tiene el virus, que sólo se infecta el que desea consumir lo del interior. Anexo dos bocetos: Con la incripción “incluye video con la prueba del artista”, a lo que me comprometo, cuando entable contacto por chat con el espectador, es a enviarle el video en el que hago lo que indica la botella (o lo que el espectador quiera): tres estornudos, dos escupitajos, la lectura de tres poemas de Baudelaire con mi boca en la botella, un secreto embotellado, cuatro gritos, etcétera. El propósito también es jugar con la idea de “riesgo”, pues si una botella contiene un “secreto breve”, hay cierta probabilidad de que el virus no haya quedado en la botella, lo que sería lo mismo a comprar Coca-Cola sin gas (o excremento o aire), algo ofensivo. Tenemos claro que lo ideal es que consumamos excremento… pero no tan pronto, que haya una etapa de disfrute de lo trascendental, del no-sé-qué, la “chispa de la vida”. Los carteles se distribuirán por dos ciudades (Ibagué y Girardot) para ganar la visibilidad necesaria para que me contacten a un número específico para el proyecto. Es claro también que el emprendimiento duraría 14 días, pues sólo se es portador del virus por ese tiempo (aclaro que todo esto es un embuste y que claramente no haré realmente nada de lo dicho), por lo cual algunos carteles añadirían esta información: “Venta disponible del 10 al 24 de febrero”. Finalmente, después de los carteles y los videos (curiosamente, lo mismo discutido sobre Impresiones de actualidad), sería parte del proyecto la muestra de las interacciones logradas con la gente que se pondría en contacto conmigo, fuera cual fuera su verdadera intención, si la de participar de la broma o comprar en serio (¿arte relacional?). Con aquello de “no te quedes sin probar lo que ha vivido el 6% de la humanidad”, lo hago jugando con la idea esa de “no vendemos café, vendemos una experiencia”. “No vendo un virus, vendo la experiencia de estar enfermo como los demás”. No hay más. El precio sobra explicarlo.