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FACULTAD DE DERECHO
16
Control N° 2
Integrantes:
Profesor:
Sección:
- DE22
2020-02
CASO PRÁCTICO
Facundo y María se casaron luego de un noviazgo de 10 años, con la ilusión de formar una
familia grande pues desean tener por lo menos 5 hijos, ellos están juntos desde que ambos
tenían 16 años y aún son muy jóvenes, ambos practican diversos deportes que les permite
mantener una buena forma física. Una vez casados y previo a que María quede
embarazada del primer hijo, deciden consultar a un médico con la finalidad de saber lo
siguiente: (i) Que deben hacer para llevar adelante una dieta alimenticia “perfecta” (que
incluya la combinación adecuada de proteínas, vitaminas, carbohidratos, etc.); (ii) Descartar
cualquier enfermedad o mal que pudieran transmitir a sus descendientes, por lo que están
dispuestos a someterse a los exámenes médicos que fueran necesarios. Para la pareja es
muy importante tener buena salud y esperan que sus hijos también tengan buena salud.
Como quiera que ambos tienen una posición económica muy buena, pues han heredado
diversas propiedades y grandes sumas de dinero de sus respectivas familias, pueden
realizar cualquier examen médico, pese a que algunos no son nada baratos.
Luego que ambos se realizan todos los exámenes médicos posibles, reciben una mala
noticia para la familia, Facundo no puede tener hijos, pues tiene un mal congénito que le
impide producir suficiente número de espermatozoides, apenas produce el 5% de lo que
produce un hombre normal. Para peor de males, le dicen que si bien es cierto María
produce óvulos de manera normal, tiene una especie de atrofia en el útero que le impedirá
llevar a término cualquier embarazo que intente.
Luego de pensarlo mucho deciden buscar otra manera de tener hijos, acuden a un Centro
médico para que les extraigan a ambos, espermatozoides y óvulos, para que sean
fecundados in vitro y posteriormente inseminar el producto en Cecilia, a quien contratan
para llevar adelante el embarazo (vientre de alquiler). Por su parte Cecilia esta casada con
Victor, ambos tienen 30 años y tienen 2 hijos menores, de 6 y 8 años.
El contrato es suscrito por las dos parejas y entre las obligaciones se pacta lo siguiente:
a) Cecilia llevará un niño en su vientre por el tiempo necesario para que nazca el niño.
Este niño será entregado a Facundo y María inmediatamente después que nazca.
Cecilia ni siquiera deberá conocerlo y mucho menos tener contacto con el bebé.
b) Se efectuará una supervisión permanente al estilo de vida que debe llevar Cecilia,
antes y durante el embarazo, lo cual incluye la ingesta de una dieta balanceada que se
le entregará diariamente.
Todo el período de gestación transcurrió sin mayores problemas e incidencia, pero faltando
15 días para el día programado para el alumbramiento (se había programado una cesárea),
Víctor decide pedirles más dinero a Facundo y María, pues considera que su sacrificio ha
sido muy elevado y que ello “cuesta más”, además que sus hijos menores (quienes han
visto el embarazo de su madre) no saben nada del contrato de subrogación materna y que
ellos sufrirán mucho cuando no vean llegar a su “hermanito” y por tanto se debe “resarcir
dicho sufrimiento”.
Facundo y María no aceptan la petición de Victor y le exigen que cumpla con su obligación.
Ante ello, Víctor demanda la nulidad de contrato, pues señala que atenta contra el orden
público y que además el niño por nacer es suyo, pues el mismo día en que fue inseminada
Cecilia, él mantuvo relaciones íntimas con ella y tiene un video fechado que lo prueba.
Asimismo, al estar casado con Cecilia, se reputa que el niño también será su hijo.
Facundo y María deciden demandar por incumplimiento a María y que les devuelvan el
dinero entregado, además de todo lo gastado antes y durante el embarazo.
Por su parte Cecilia demanda a Facundo y María también por incumplimiento, pues -señala-
la única condición para que su contraparte cumpla con sus obligaciones, eran que el niño
naciera y sea entregado vivo, lo cual ocurrió. Además, el mal congénito solamente se
presentaba en el 10% de las personas que tenían dicha “herencia familiar” y en este caso,
hubo “mala suerte”.
Uds. son los jueces: ¿Cómo resuelven las tres demandas?
La Ley General de Salud ( Ley Nº 26842) indica en su artículo Nº 7 “que toda persona tiene
derecho a recurrir al tratamiento de su infertilidad, así como a procrear mediante el uso de
técnicas de reproducción humana asistida, siempre que la condición de madre genética y
madre gestacional recaiga sobre la misma persona. Para la aplicación de técnicas de
reproducción humana asistida, se requiere el consentimiento previo y por escrito de los
padres biológicos.”
Ante el artículo Nº7 de La Ley General de Salud, podemos darnos cuenta que nuestra
legislación carece de bases para la regulación del avance de la genética, aunque de cierta
manera nos brinda sustento para analizar la petición de nulidad y todo lo que conlleva dicha
práctica.
DE REPRODUCCIÓN ASISTIDA
TITULO I
Disposiciones Generales
Capítulo I
Ámbito de aplicación
Artículo 1.- La presente ley regula los derechos del concebido y la aplicación de las técnicas
de reproducción humana asistida en los casos de esterilidad e infertilidad humana, previa
evaluación de un equipo especializado que determinará el tratamiento respectivo.,
El presente artículo brinda las bases para la realización del contrato, el cual, tal y como lo
estipula, regula las técnicas de reproducción humana asistida en casos de esterilidad e
infertilidad, tal y como es el caso de Facundo y María.
El contrato es el acuerdo de dos o más partes para crear, regular, modificar o extinguir una
relación jurídica patrimonial.”
Los contratos se perfeccionan por el consentimiento de las partes, excepto aquellos que,
además, deben observar la forma señalada por la ley bajo sanción de nulidad.”
Por todo ello, consideramos improcedente la nulidad interpuesta por Victor, ya que se
encuentra establecido un contrato de por medio, el cual se firmó con previo consentimiento
de ambas partes. Además, los fundamentos que da Victor para que el precio sea más
elevado, es irrelevante, ya que el sacrificio que considera el, se debía medir al momento de
realizar el contrato, la cual ya fue establecido anteriormente.
Por otro lado, para celebrar el contrato entre las parejas se ha incurrido al costo de
transacción, debido que la pareja (Facundo y Maria) se tomaron el tiempo de buscar a
alguien dispuesta a llevar a cabo el embarazo, verificar precios, comparar propuestas, entre
otros.
En primer lugar, podríamos considerar procedente, bajo el inciso c, establecido como una
de las cláusulas del contrato llevado producido entre Facundo y María y Cecilia, como mujer
que llevará al bebé en su vientre durante los meses de gestación, se estipula a la letra que:
En virtud a ello, Cecilia ante su pleno conocimiento, incluso con el menor porcentaje de
que aquel mal se produjera y de esa forma pudiera perjudicar la vida del niño, puesto que
el mal congénito solamente se presentaba en el 10% de las personas que tenían dicha
“herencia familiar”, ante la práctica de algún examen o prueba médica que determinará si
el mal pudiera producirse o simplemente el conocimiento de que tal vez podría suceder,
como tal vez no. Por todo, según el artículo 212° del Código Civil Peruano, que establece
que:
“La omisión dolosa produce los mismos efectos que la acción dolosa”.
En este caso, Cecilia actuó de mala fe, al haber tenido la intención de ocultar información
importante para los padres biológicos, en este caso la enfermedad congénita que en su
familia ha existido por años. Si bien existían pocas probabilidades de que el bebé naciera
con este mal hereditario, esta información era necesaria para los padres y además era uno
de los requisitos esenciales que establecieron al momento de recurrir al Centro Médico. No
se puede dejar a la suerte un resultado tan importante como lo es una enfermedad
congénita, esto es obrar de mala fe y por lo tanto constituye una omisión dolosa.
Por otro lado, Las personas que deciden no cumplir con lo estipulado en los contratos,
generan: que con él ya no se harán más contratos: costos del incumplimiento (ya no se
podrá aprovechar más de la vulnerabilidad de la secuencialidad de los cumplimientos
contractuales) y las autoprotecciones aumentarán.
Razón por la cual, tal como se pactó en el contrato, la pareja iba incurriría con los gastos de
todas las pruebas y exámenes médicos que Cecilia requiriera durante todo el período de
gestación. Asimismo, la alimentación y una supervisión constante de su estilo de vida. Todo
eso constituye costos de transacción para Facundo y María. Siendo además todo el dinero
invertido con tal de que el contrato pactado se desarrollara de forma óptima, es decir, que el
bebé naciera sano y salvo.
Es así que podemos hablar de resarcimiento en el caso a tratar debido a que no se cumplio
con la obligación de dar al bebé sano y con una buena salud que aseguran una vida plena .
Considerando que el fallecimiento del bebé no es un caso fortuito debido a que este pudo
haberse evitado si la madre hubiese puesto al conocimiento de los médicos la enfermedad
hereditaria que había en su familia. Si la omisión no se hubiera dado la enfermedad podría
haber sido tratada.
“En los contratos con prestaciones recíprocas, cuando alguna de las partes falta al
cumplimiento de su prestación, la otra parte puede solicitar el cumplimiento o la resolución
del contrato y, en uno u otro caso, la indemnización de daños y perjuicios”
Este artículo no se puede aplicar debido a que no se ha incurrido en un incumplimiento
puesto que no se estableció esta causal en el contrato.
De acuerdo con el caso planteado, consideramos que la demanda interpuesta por Cecila
por incumplimiento contractual es procedente, dado que la única condición para que su
contraparte cumpla con sus obligaciones, eran que el niño naciera y sea entregado vivo, lo
cual ocurrió. De acuerdo con lo estipulado en el artículo en el artículo 1361º del Código
Civil, los contratos son obligatorios en cuanto se haya expresado en ellos. Se presume que
la declaración expresada en el contrato responde a la voluntad común de las partes y quien
niegue esa coincidencia debe probarla. En otras palabras, como bien concreta el aforismo
jurídico, “el contrato es ley entre las partes”. El principio de obligatoriedad supone que los
contratantes están obligados a cumplir lo estipulado en el contrato. La obligatoriedad de los
mismo, se encuentra ligada a la voluntad contractual existente entre las partes.
Por consiguiente, como se puede observar en las cláusulas planteadas en el contrato, estas
han sido debidamente aplicadas y cumplidas por parte de Cecilia. De acuerdo a lo que
alegan María y Facundo por el fallecimiento del niño durante la noche de su entrega, debido
a un mal congénito en el corazón, que era casi imposible de detectar. Se apela a que se
trataría de un tema realmente relativo, ya que el mal congénito solamente se presentaba en
el 10% de las personas que tenían dicha “herencia familiar” y en este caso, hubo “mala
suerte”. Asimismo, Celia se comprometió a someterse a cualquier examen, consulta, control
o prueba médica que Facundo y/o María le solicite;por tanto, ella estaba dispuesta a que de
ser detectado cualquier complicación, sería causa de la disolución de contrato.
La disciplina del Análisis Económico del Derecho (en adelante expresado bajo las siglas
AED), en cuanto de ser tratado el contrato realizado como procedente el incumplimiento, los
costos de transacción como alusivo a un futuro producirían una disminución referente a
ambas partes del contrato, pues se llevaría a cabo la solución más eficiente. Como primer
punto está serviría como referente para futuras contrataciones de esta índole, en cuanto el
contratante quien es el que requiere este servicio, contará con mayor tacto o información de
las cláusulas a poner, evitando de esta manera un costo en dinero y tiempo. Asimismo, por
parte de la contratista quién presta dicho servicio contará con un mayor aseguramiento del
contrato que está llevando a cabo, pues ya se que existan los diversos problemas que se
puedan presentar, siempre se regirá a favor de lo que estipula previamente en el contrato.
Sin embargo, contemplado desde otra perspectiva puede considerarse que Cecilia incurre
en el incumplimiento de dicho contrato, pues de acuerdo al artículo 212 de nuestro Código
Civil (Omisión Dolosa) el cual se interpreta de la siguiente manera: “A pesar de que no se
tenga la intención de dañar se omite negligentemente”. Por ello,no descartamos, que Cecilia
haya omitido la información respecto al mal congénito del bébe. Es decir, la mujer optó por
un silencio malicioso, el cual era conveniente para ella a fin de recibir la cuantiosa suma de
US$ 15,000 dólares, además de un fideicomiso por la suma de US$. 100,000 en favor de
sus menores hijos.
Si bien este aspecto no se encuentra de manera explícita en el contrato, porque en ninguna
de las cláusulas se indica legiblemente, se puede considerar a Cecilia responsable
extracontractualmente, pues a pesar de existir un contrato previo, el daño se produce en
aspectos no considerados contractualmente, asimismo confluyen los cuatro elementos:
acción u omisión en este caso, la omisión, ya que Cecilia tenía conocimiento de la condición
delicada del bebé, dolo o culpa, aquí corresponde el dolo, el nexo causal, que el daño sea
consecuencia de la acción, el silencio de Cecilia sería el nexo causal y la certeza del daño.
A su vez, Cecilia al indicar que “el mal congénito solamente se presentaba en el 10% de las
personas que tenían dicha “herencia familiar” y en este caso, hubo “mala suerte”.” Esta
supone que sabía el riesgo que corría de que el niño no naciera sano; por consiguiente,
podría producirse su muerte, en tanto esto se incumpliria la cláusula de que naciera vivo ya
que no estaba seguro a un 100% de ello.
Los contratos de subrogación, en cuanto al AED supone un canal efectivo que permite el
intercambio de recursos escasos, en cuanto a la satisfacción de necesidades
individuales.Por tanto, en cuanto a la realización de estos contratos que deben estar sujetos
a su adecuado cumplimiento.