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El Origen Social Del Programa Arquitectónico
El Origen Social Del Programa Arquitectónico
arquitectónico
RESUMEN:
Toda obra arquitectónica tiene como origen y finalidad responder a las necesidades y
aspiraciones de espacio de la sociedad, identificando este hecho con la habitabilidad
arquitectónica; la cual depende de la cultura, del lugar y del momento histórico en que se
manifieste.
INTRODUCCIÓN:
El presente documento surge de la lectura del Arquitecto José Villagrán García,
principalmente de los textos titulados "La estructura Teórica del Programa Arquitectónico"
y "La morfología de la forma". Tiene como intención hacer una recapitulación de sus ideas
y señalar las aportaciones que las Ciencias Sociales en general y la Psicología en particular
pueden hacer al tema.
Ante estas circunstancias deseo retomar el sentido de teoría con una finalidad académica,
entendiéndola como una síntesis comprensiva de los conocimientos que una ciencia ha
obtenido en el estudio de un determinado orden de hechos. Observando que los
conocimientos no son modas, son razonamientos que se demuestran con hechos y
argumentos que, mientras no se encuentren hechos o argumentos que los nieguen o
modifiquen, continúan siendo válidos independientemente de su época
Es por esta razón que interpreto a Villagrán, porque sus argumentos son eficientes, aún
cuando hay nuevas aportaciones que le complementan, como a continuación se expondrá.
La habitabilidad debe ser la finalidad de todo programa arquitectónico, porque cuando deja
de estarlo, las formas construidas no son arquitectura, así respondan a otros fines que, como
la habitabilidad, puedan ser esenciales.
La habitabilidad no se refiere sólo a los espacios construidos interiores y cerrados, sino a
todos los espacios que en la amplia connotación arquitectónica abarca los delimitados como
los delimitantes ( los muros y el espacio que contiene), tanto edificados como naturales o
paisajísticos. LA HABITABILIDAD ES LA CATEGORÍA ESENCIAL DEL
PROGRAMA ARQUITECTÓNICO.
LA IDENTIFICACIÓN DE LA HABITABILIDAD
ARQUITECTÓNICA
Para conseguir este fin es necesario entender a la cultura y utilizar este conocimiento para
la elaboración de los espacios arquitectónicos. En este proceso intervienen diferentes
factores que a continuación se explicarán:
Enrique del Moral en su obra "El Hombre y la Arquitectura" publicado por la UNAM
señala que cuando el arquitecto impone sus criterios genera obras estériles, carentes de
significado social. Así el primer paso que debe dar el arquitecto es entender la necesidad
espacial del habitante, lo cual sólo podrá lograrse cuando el propio arquitecto tenga
conocimiento de la forma en que vive una cultura y manifiesta su personalidad. Observando
que la comprensión del problema espacial va mas allá de la cultura, ya que de no lograrse
este fin las inconveniencias se manifiestan en lo económico cuando los espacios, al no
responder a las expectativas de los habitantes, pierden valor o, cuando las construcciones, al
no responder a las demandas de la sociedad, se vuelven un conflicto político.
Cabe observar que el problema de la diversidad cultural también lo vive cada individuo; el
mismo arquitecto vive este proceso y le imprime su personal estilo a su trabajo de manera
que aun él mismo debe llegar a conocerse.
Para que un arquitecto pueda realizar su trabajo necesita entender cuáles son las creencias,
y las conductas espaciales de los habitantes, porqué actúan de determinada manera, de qué
manera juzgan los hechos y ubican los objetivos de su vida cotidiana, sin conocer esto
actuaría a ciegas. Aún cuando sepa que tiene un encargo específico su imaginación no
podrá operar conociendo sólo la idea del edificio, el destino aisladamente no resuelve en su
totalidad el problema, La construcción será diferente de acuerdo al lugar en que se ubique,
no sólo por el clima, también el suelo y la cultura del lugar lo afectarán.
El habitante y aún arquitecto reaccionan diferente dependiendo del momento histórico que
viven y del lugar en que se encuentran, por esta misma razón el destino adquiere diferentes
perfiles según su ubicación espacial y temporal.
Es muy importante observar que toda cultura se da en el tiempo y el espacio, de tal manera
que al variar cualquiera de estas coordenadas varía toda la cultura, cambiando en sentido
progresivo o regresivo pero cambiando al fin. A partir de estos cambios es posible observar
cómo se manifiesta la identidad y la evolución cultural o la imposición y la confrontación
cultural.
Al planteársele un problema, a cualquier arquitecto, es ineludible intuir una forma. Si, por
ejemplo, se le solicita construir una casa, lo primero que se le ocurre es formular una idea
personal de que es una "casa". Si desarrollara su trabajo sólo a partir de ese arquetipo caería
en los errores antes señalados por lo que, a partir de esta idea, de este arquetipo, es
necesario preguntarse todas las particularidades para salirse de él y penetrar en la
concreción de lo particular. Preguntarse por ejemplo:
La conciencia de qué es lo que necesita contener el espacio para satisfacer las necesidades
del habitante, identificar las exigencias espaciales no es fácil ni inmediato a la conciencia.
Es un hecho más práctico que racional.
El contestar a las preguntas anteriores no es suficiente para dar un cabal sentido a las
exigencias del espacio, es necesario hacerse otras elementales preguntas al lado de ¿El para
qué? También es fundamental conocer ¿ el dónde? El lugar en que se vaya a construir un
espacio no es un elemento fundamental para definir la finalidad, como ya se explico el
principio básico de la demanda se encuentra en el hombre y la sociedad, sin embargo no se
podrá dar cabal respuesta a él sin entender el lugar en que se ubica el habitante. Su clima,
topografía y geología. Estos aspectos determinan las diversas manifestaciones de la cultura
y las diversas formas constructivas que resuelven las dificultades que el medio ofrece para
alcanzar un espacio más habitable para el ser humano.
El problema del arquitecto es hacerse consciente de lo que el habitante vive, para lo cual
tiene que realizar una indagación.
El arquitecto filtra las ideas del problema en dos medios, uno el de la cultura en que se
mueve y otro en su personalidad.
La cultura reinante establece finalidades circunstanciales basadas en los modos de vivir y
de edificar, y después pasa por estas mismas circunstancias por la personalidad del
arquitecto. Esto provoca estilos, marca épocas, identifica a las culturas y hace que la
arquitectura sea tan diversa como la humanidad misma.
"Estas sencillas reflexiones muestran que el problema está fuera del arquitecto y que sólo
compete su aprehensión (no sólo intelectual, también emocional) y su proyección en el
programa propiamente dicho para, de este primer paso de la creación proseguir hacia los
otros dos tiempos de este trascendente proceso":
1. Vivencia
2. Identificación de las exigencias expresivas de la sociedad (Diagnóstico)
3. Formación de ideas
Todo programa, en su aspecto general se refiere por lo visto a una serie de determinantes y
fines esenciales que proceden del habitat y de la cultura; de tal modo que el arquitecto de
todos los tiempos ha aprendido estos determinantes en lo geográfico – físico y en lo
geográfico cultural; pero no debe perder de vista que en todos los casos, frente a estos dos
macizos haces se alza la misma cultura como orientadora y nervio o alma de estructuración,
de su aprehensión y, cosa importante, de su autocontemplación.
COMENTARIOS FINALES
Villagrán expone que un programa es: " el conjunto de exigencias que debe satisfacer una
obra por proyectar" Resulta de vital importancia entender ese conjunto de exigencias.
Por lo expuesto se puede entender que las exigencias representan lo que el arquitecto
identifica como demanda espacial, después de conocer las necesidades y aspitaciones
espaciales del habitante, el lugar en donde piensa ubicar el espacio con que busca satisfacer
su exigencia espacial y los recursos con los que cuenta. Villagrán critica el que se elabore
una lista de carácter económico o funcional de lo que el edificio necesita tener debido a que
esto provoca que el programa arquitectónico pierda su contenido y se convierta en un
conjunto escasamente elocuente de datos sin significado y sin análisis. A Villagrán le
interesa que el programa identifique lo que culturalmente, simbólicamente, necesita el
espacio adquirir como contenido, que esta identificación motive y oriente el proceso de
composición y construcción de la obra. Es obvio que lo económico y funcional deberá estar
presente, pero es fundamental que el arquitecto palpe los propósitos y deseos que el
habitante desea alcanzar con el espacio.
Las preguntas simples y fundamentales acerca de
¿ Qué ?
¿ Para qué ?
¿ En dónde ?
¿ Con qué ?
deben ser resueltas por el arquitecto para determinar claramente las exigencias de
habitabilidad que orientarán todo el proceso arquitectónico.
Quizás el problema está en la palabra programa, entendiendo con ella un modo de ordenar
actividades, como un anuncio o exposición de lo que se piensa hacer. Quizás sea más
conveniente hablar de Intenciones Arquitectónicas. Eso es un punto que deberá analizarse
en la academia y que por ahora sólo queda como un comentario.
APORTACIONES.
Para que el arquitecto defina sus intenciones profesionales o los criterios de evaluación de
un espacio construido, es fundamental que reconozca qué necesita o desea el habitante del
espacio y que contenido le da.
Existen diversas herramientas que permiten reconocer la manera en que perciben los
habitantes su espacio y la manera en que lo evalúan, las cuales pueden ser de utilidad al
arquitecto, dependiendo del adecuado uso de las mismas.
Estas técnicas de carácter psicométrico, formuladas por una disciplina en formación como
la Psicología Ambiental, no encuentra aún su lugar en el campo profesional de la
Arquitectura debido a la falta de orientación de los objetivos de una y otra, mientras que
para la psicología el problema es identificar sus categorías de análisis (hacinamiento o
satisfacción por ejemplo) o en el mejor de los casos explica la interacción del hombre y su
espacio de manera general, para la arquitectura su problema fundamental es la concepción
del contenido que el espacio requiere tener, analiza también la relación del hombre con el
espacio pero de forma muy particular en las obras arquitectónicas. Sin embargo la
necesidad de vincular a una y otra está planteada en el discurso mismo de la arquitectura y
es ineludible su articulación.
Otros trabajos del autor:
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