Bien sabemos que el Neopositivismo o el también llamado positivismo
critico que defiende Ferrajoli da muestra de cambios fundamentales que van mucho en relación con la manera de cómo entender la estructura de ese concepto del derecho, la dogmática jurídica y la jurisdicción: pues si y en efecto, el derecho ha tenido una transformación y ya podemos considerar no solo como un sistema unitario de fuentes, dada a que la posibilidad de existencia mostradas en las normas formalmente válidas, pero al igual también substancialmente inválidas; en parte nos parece correcto la forma y la manera como como Ferrajoli entiende los derechos fundamentales, por otro lado no consideramos que lo planteado en sus textos cumpla con el objetivo practico en relaciones visionarias a las practicas teóricas sobre análisis que en parte son ausentes, y es que el propósito metateórico de Ferrajoli adolece de cierto elitismo intelectual donde, inconscientemente, ello le aleja de la función democratizadora que debe de conllevar el derecho. Haciendo elución a ciertas críticas primero se cuestiona el cometido que Ferrajoli asigna a la filosofía y se impugna la pretensión de trazar una teoría general del derecho en el contexto de la globalización; también existen algunos elementos, denunciando el formalismo en que incurre y los obstáculos que plantea para la cultura democrática.
Consideramos que la publicación de esta se realiza de una forma donde no
se genera un impulso alto para que tenga más funcionalidad, Si hacemos énfasis a una famosa distinción que genera Bobbio entre el llamado positivismo como enfoque o el modo de aproximarse a la manera de estudio del derecho, tanto como teoría y de ideología, podemos llegar a tener la conexión con las ideas de que plantea Ferrajoli, llegando a la conclusión que su concepción del derecho: no es positivista en el primero de los sentidos, dado que no mantiene una verdadera distinción entre lo que es el derecho como hecho y también como valor, podemos decir que entre el derecho debe ser completo, y buscar la aceptación de la tesis de la supremacía de la ley y la del carácter pleno y coherente del ordenamiento jurídico; y con esto considerar que presta adhesión al positivismo ideológico en tanto que, de alguna forma, viene a sostener que el llamado derecho positivo.